trinidad sistematica

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Unidad III La determinación dogmática en los Padres y en los concilios El Dios confesado Hasta ahora hemos visto, como Dios se ha revelado y se ha entregado en la vida de Jesús y en el don del Espíritu Santo. Hemos mencionado que el misterio de Dios no queda agotado en esta revelación, porque Dios se revela y se da como aquello que es, como un misterio. Dios seguirá siendo siempre el Dios Mayor. No queremos decir que la revelación sea inútil, o superflua, sino más bien, este acontecimiento de la revelación es el fundamento de la fe que salva y de la esperanza en la vida eterna. La revelación es la gran noticia de la historia, por lo mismo es también el fundamento de la teología. Por este don precioso de la revelación hemos llegado a descubrir lo que es Dios. Por esta importancia vital que tiene el misterio de Dios en los hombres, los primeros cristianos se preocuparon por transmitir con fidelidad y cada vez con mayor claridad dicha revelación. Lo que está de fondo no es saciar un conocimiento o mantener la pureza de una doctrina, sino más bien la salvación misma, poder hacer efectivos los frutos de salvación que trae esta idea. ¿Qué camino seguimos para transmitir este tesoro que hemos recibido? Tareas de los primeros cristianos: 1. Lograr una recta interpretación del dato revelado y de la vivencia cristiana. La gran Iglesia de los primeros siglos no tiene la voluntad de innovar doctrina, sino solamente interpretar correctamente

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Unidad IIILa determinacin dogmtica en los Padres y en los conciliosEl Dios confesadoHasta ahora hemos visto, como Dios se ha revelado y se ha entregado en la vida de Jess y en el don del Espritu Santo. Hemos mencionado que el misterio de Dios no queda agotado en esta revelacin, porque Dios se revela y se da como aquello que es, como un misterio. Dios seguir siendo siempre el Dios Mayor. No queremos decir que la revelacin sea intil, o superflua, sino ms bien, este acontecimiento de la revelacin es el fundamento de la fe que salva y de la esperanza en la vida eterna. La revelacin es la gran noticia de la historia, por lo mismo es tambin el fundamento de la teologa.Por este don precioso de la revelacin hemos llegado a descubrir lo que es Dios. Por esta importancia vital que tiene el misterio de Dios en los hombres, los primeros cristianos se preocuparon por transmitir con fidelidad y cada vez con mayor claridad dicha revelacin.Lo que est de fondo no es saciar un conocimiento o mantener la pureza de una doctrina, sino ms bien la salvacin misma, poder hacer efectivos los frutos de salvacin que trae esta idea.Qu camino seguimos para transmitir este tesoro que hemos recibido?Tareas de los primeros cristianos:1. Lograr una recta interpretacin del dato revelado y de la vivencia cristiana. La gran Iglesia de los primeros siglos no tiene la voluntad de innovar doctrina, sino solamente interpretar correctamente lo recibido para entregarlo fielmente a la prxima generacin. Los problemas teolgicos de los primeros siglos surgirn en torno a las interpretaciones. 2. Establecer las verdades fundamentales de la doctrina cristiana (reglas de la fe) No eran dogmas, sino ms bien, sacar una interpretacin de todo aquello recibido lo que est a la base y es el fundamento. Estas verdades sern desplegadas en los credos y en las liturgias bautismales. 3. La sancin definitiva que harn los concilios de esta interpretacin autorizada, o sea la determinacin dogmtica de las verdades reveladas. El dogma es la definicin y determinacin de una verdad de fe, promulgada por la autoridad de la Iglesia en modo solemne y definitivo. Transmisin de la fe no solo para conservar inclume y puro una doctrina. La pureza de la fe haba que mantenerla para lograr la pureza de la vida. Propiamente hablando esta ser la poca de la primera reflexin teolgica sobre Dios. Teologa propiamente comienza cuando se hace todo este esfuerzo especulativo sobre la verdad de fe. Estos primeros telogos sern los modelos privilegiados de la transmisin del Evangelio en una cultura diferente. Por su proximidad al testimonio apostlico y revelado. Captulo 1. La reflexin trinitaria en los siglo II III San Justino y la Teologa del Logos San Justino es el ms grande representante de los llamados Padres apologistas. Los Apologistas son los escritores cristianos en torno al siglo II que pretendan defender al cristianismo de las acusaciones de atesmo, canibalismo, revoltosos contra la autoridad romana. Tienen que elaborar un trabajo de defensa de la fe y de fundamentacin de la verdad del cristianismo. Pondrn al centro de su reflexin sobre el misterio de Dios el trmino Logos que aportara a la teologa una enorme profundidad especulativa y una oportuna ocasin para el dialogo. Logos, les ayudara a los primeros telogos a profundizar sobre la vida interna de Dios. Logos entienden en dos sentidos: Como racionalidad implcita, inmanente. (endiathetos) Como Palabra pronunciada, (prophoricos)Justino: Hombre apasionado en la bsqueda de la verdad. Anduvo en diferentes escuelas en la bsqueda del pensamiento. Hasta que en el ao 135 encontr la verdadera filosofa en el cristianismo, se instalara en Roma hasta su muerte mximo 167. Y va a realizar una defensa del cristianismo ante el paganismo y ante el judasmo al exponer su fe en Un solo Dios pero a la vez Trino, tiene que hacer la primera reflexin sobre la generacin del Verbo. Dios Padre siendo inmutable, invisible e infinito, se ha revelado a travs de su Logos que es la razn personal de Dios que se ha hecho hombre en Jesucristo. Este Logos es nominal y numricamente distinto del Padre, pero a la vez idntico al Padre. Justino mantiene la unidad en Dios y considera que no es un impedimento para la pluralidad. Se afirma la unidad en la distincin y viceversa. En la generacin del Verbo Dios ni se divide ni se corta sino que permanece en su sustancia pues es una generacin espiritual y no material. Justino no afirma todava una generacin eterna del Logos, se da antes de la creacin de todas las cosas y en orden a ellas, dice que este Logos es Dios, pero no se atreve a hablar de la generacin eterna. Justino va a introducir un subordinacionismo no hertico, pero que si dar paso a la hereja. En Dios se da la libertad perfecta y en Dios se da la necesidad libre. Dios es como l quiere ser. Pero quiere ser como es. En cuanto a la vida interna de Dios, l ha querido ser as como es. No podemos entender de modo incorrecto, cuando decimos que el Hijo procede del querer de Dios, que existi cuando l lo quiso. Dios es simplicidad absoluta. El misterio de Dios es la participacin (intercambio, comunicacin y entrega) plena y perfecta de la divinidad, de la esencia divina. El principio de la divinidad es el Padre, posee plenamente el ser divino y lo comunica a su Hijo en el Espritu Santo. San Ireneo: s II y IIIEconoma Trinitaria y salvacin en Jesucristo. Est muy ligado a la tradicin de los apstoles, Policarpo fue discpulo de San Juan, e Ireneo fue discpulo de Policarpo. Su teologa no es especulacin propiamente dicha, sino sobre todo exposicin y explicacin de la doctrina tradicional. Obra: Adversus Haereses Considerado el telogo de la unidad. Expone en modo magistral el dato revelado. Defender la unidad de Dios y del plan divino de salvacin. Su teologa contrasta con la de los gnsticos en cuanto a la generacin del verbo. Propone una teologa sobria y verdaderamente fundada en la revelacin y con una actitud intelectualmente humilde: respetuosa del misterio, tanto as que Ireneo preferir no pronunciarse sobre la generacin del Verbo. Frente a los gnsticos que introducan novedad entre el Dios del AT y el del NT. Ireneo va a defender la unicidad de Dios. Existe un nico Dios que es Padre, Seor y soberano de todo, Creador de todas las cosas. Pero a la vez afirma que esta unicidad de Dios no es un impedimento para que en el interior de Dios pueda afirmarse una pluralidad. Tiene su Verbo y su Sabidura desde toda la eternidad. A diferencia de los gnsticos, este interior de Dios no lo conocemos por orgullosas especulaciones, sino por la revelacin de Dios. La vida interior de Dios no es fruto de una emanacin casi involuntaria de Dios. En cuanto al modo de la generacin del Verbo, Ireneo prefiere no pronunciarse sobre este aspecto. Le parece demasiado antropomorfismo querer explicar dicha generacin del Verbo con la analoga de la Palabra humana. Sin embargo afirma la coexistencia eterna del Verbo con el Padre. El Hijo de Dios no comenz a existir desde algn momento, sino desde siempre ha existido junto a la Sabidura del Padre. La Trinidad en la economa de la salvacinFrente a los gnsticos afirma que Dios no necesita intermediarios en la creacin. Dios crea por s mismo, por medio de su Verbo y de su Sabidura, que son sus manos. Subraya la insoluble unidad de Dios en sus miembros. Verbo y Sabidura son ministros de Dios. Esto tiene la ventaja de subrayar el carcter personal de cada uno. El Verbo de Dios es la visibilidad del Padre. Ireneo trata de superar una especie de subordinacionismo, pero no lo es capaz del todo. Pero no es algo hertico, sino econmico porque as Dios se ha manifestado en la historia. Tertuliano: El camino hacia la Trinidad inmanente El siglo III, supone un importante giro para la reflexin trinitaria, de estar centrada especialmente sobre la reflexin de la historia de la salvacin, pasa a centrarse en la vida interna de Dios. Se da el paso de la economa a la teologa. Una de sus obras es Adversus Praxeam: esta obra es su respuesta al monarquianismo modalista de Praxeas, considerado el primer tratado de teologa trinitaria propiamente especulativa escrito en torno al ao 215. Afirmaban la plena divinidad de Jesucristo y a la vez un monotesmo radical, pero al subrayar un monotesmo radical terminaran en el modalismo. Praxeas no aceptaba que el poder divino sea participado por varios. La unidad de la esencia se afirma solo desde la Trinidad. Monarqua y Trinidad: monarqua trinitaria: Desde el principio deja claro que los cristianos no son monotestas. La Trinidad no rompe la monarqua y el cristiano tiene que ser fiel al misterio de la economa que organiza la unidad en la Trinidad. Pgina 65-135 captulo 2 (examen oral)

Captulo 2. Las respuestas deficientes ante el misterio de Dios trinitarioCaptulo 3. La Teologa trinitaria en el siglo IVCaptulo 4. Los padres capadocios y Constantinopla I