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1 UNLP-FBA Historia de las Artes Visuales I Arte paleolítico 1 Wilfried Van Damme Leiden University/Ghent University Traducción: Mercedes Zubiaurre Abstract: A la luz de los recientes descubrimientos arqueológicos en África, cada vez mayor número de académicos, está reviviendo el interés por el arte paleolítico (de la Edad de Piedra). La dirección de sus debates es, fundamentalmente, en cuestiones relativas a la historia del mundo. Incluye los orígenes de la creación artística, las condiciones físicas, mentales, sociales y culturales que lo hicieron posible; y el hecho de que esa práctica no sólo ha perdurado, sino que, también es parte integral de nuestra existencia. Los humanos, practicaron las artes visuales en todos los lugares del mundo que habitaron. Por ello, y en el contexto de la historia mundial, las tempranas manifestaciones del arte paleolítico, merecen nuestra atención. Las preguntas básicas de cuándo o cómo las artes visuales llegaron a tener tanto interés entre los estudiosos de la historia del arte, la arqueología y la antropología comienzan en las primeras décadas del 1900. Pero, durante casi todo el siglo XX, las discusiones acerca de las tempranas formas de arte fueron relegadas a los márgenes de los estudios académicos, en parte, debido al alto grado de especulación de varias de las teorías que lo abordaban. Hoy, las preguntas concernientes al arte paleolítico se convierten nuevamente en tópico, aunque siguen apareciendo rasgos especulativos. El ímpetu por rejuvenecer el campo, fue a partir de los descubrimientos arqueológicos, recientemente hechos en África. Esos descubrimientos nos llevaron a reconsiderar completamente el temprano comportamiento artístico en términos de tiempo y lugar. Varias de las nuevas teorías, intentan explicar la emergencia de la creación artística, para añadirle emoción al campo disciplinar. Este artículo introduce algunos de los nuevos avances en el estudio del arte Paleolítico. 1 Título original: Art – Paleolithic, En: Encyclopedia of World History, ed. W. McNeill et al., I: 239-47 Great Barrington, MA: Berkshire Publishing, 2010.

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Page 1: Traducción de Van damme

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UNLP-FBA

Historia de las Artes Visuales I

Arte paleolítico1 Wilfried Van Damme

Leiden University/Ghent University

Traducción: Mercedes Zubiaurre

Abstract: A la luz de los recientes descubrimientos arqueológicos en África, cada vez mayor número de académicos, está reviviendo el interés por el arte paleolítico (de la Edad de Piedra). La dirección de sus debates es, fundamentalmente, en cuestiones relativas a la historia del mundo. Incluye los orígenes de la creación artística, las condiciones físicas, mentales, sociales y culturales que lo hicieron posible; y el hecho de que esa práctica no sólo ha perdurado, sino que, también es parte integral de nuestra existencia.

Los humanos, practicaron las artes visuales en todos los lugares del

mundo que habitaron. Por ello, y en el contexto de la historia mundial, las tempranas manifestaciones del arte paleolítico, merecen nuestra atención. Las preguntas básicas de cuándo o cómo las artes visuales llegaron a tener

tanto interés entre los estudiosos de la historia del arte, la arqueología y la antropología comienzan en las primeras décadas del 1900. Pero, durante

casi todo el siglo XX, las discusiones acerca de las tempranas formas de arte fueron relegadas a los márgenes de los estudios académicos, en parte, debido al alto grado de especulación de varias de las teorías que lo

abordaban. Hoy, las preguntas concernientes al arte paleolítico se convierten nuevamente en tópico, aunque siguen apareciendo rasgos

especulativos. El ímpetu por rejuvenecer el campo, fue a partir de los descubrimientos arqueológicos, recientemente hechos en África. Esos descubrimientos nos llevaron a reconsiderar completamente el temprano

comportamiento artístico en términos de tiempo y lugar. Varias de las nuevas teorías, intentan explicar la emergencia de la creación artística,

para añadirle emoción al campo disciplinar. Este artículo introduce algunos de los nuevos avances en el estudio del arte Paleolítico.

1 Título original: Art – Paleolithic, En: Encyclopedia of World History, ed. W. McNeill et al.,

I: 239-47 Great Barrington, MA: Berkshire Publishing, 2010.

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El comienzo de la Estética y su significado

El Paleolítico, o la Edad de Piedra, comenzó cuando los humanos

construyeron herramientas de piedra, hace cerca de 2.5 millones de años.

El historiador del arte David Summers, ha sugerido provocativamente que la historia del arte, también, comenzó en ese momento. Sea lo que sea,

teoriza, el arte se refiere a algo que fue hecho, y es un ejemplo de lo que él, llama “factura”. Por rudimentarias que pudieran ser las primeras herramientas de piedra del este de África, ese primer material no presenta

evidencia de una capacidad humana para transformar el medio, sino que en este caso, se trabajaban las piedras percutiéndolas con otras para

darles forma. Emplear el calificativo arte, generalmente, implica características adicionales, sean estéticas o significativas, y a menudo, ambas.

Para que un objeto se considere “estético”, debe tener un aspecto cautivador. El comportamiento visual artístico entonces, se refiere a

aquellas actividades de modificación de cuerpos u objetos con el fin de darles un mayor interés visual mediante la forma, el color o la línea. Cuando se enfatiza en el “significado”, requerimos en el objeto artístico un

contenido referencial (que puede ser cautivador en sí mismo). El comportamiento artístico, entonces, se refiere a actividades como el dibujo,

la pintura, la escultura o a creaciones visuales que estimulen la evocación perceptual y/o referencias semánticas –un pájaro, una deidad, el concepto de “decena” y así podríamos seguir- en el espectador humano. Claramente,

los límites entre estos dos conjuntos analíticos de actividades son difíciles, si no imposibles de establecer, como cuando la modificación de la apariencia del cuerpo humano implica efectos tanto estéticos como

simbólicos del estatus social, o cuando la representación visual de una deidad la hace parecer tanto más bella o más temible como sea posible.

Desde hace 1.4 millones de años, los tempranos humanos comenzaron a producir un nuevo tipo de herramienta de piedra, las llamadas hachas de mano. Y alrededor de 500000 o 400000 AP2., algunos

de esos artefactos con forma de pera, comenzaron a ser hechos con una sorprendente simetría, tanto en su cara frontal como en sus perfiles. A pesar de que dicha simetría en los objetos permitió que fueran manejados

2 N. T.: La sigla AP define un tipo de cronología que hace referencia a la datación con

respecto al presente: AP es Antes del presente, como AC es Antes de Cristo. En cualquier

caso, la diferencia entre las dos fórmulas de datación es la cantidad de años de nuestra

era.

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de manera más cómoda, algunos estudiosos argumentan, que el diseño

simétrico va más allá de los requerimientos utilitarios e introdujeron el elemento estético. Además, el material con que fueron hechos, parece

haber sido cuidadosamente elegido, en parte por su efecto visual (frecuentemente con piedras brillantes y con agregados de fósiles en el centro de los productos terminados. A pesar de que nunca estaremos

seguros del impacto que estos objetos tuvieron en sus espectadores contemporáneos, las hachas de mano simétricas son las primeras evidencias de la tendencia humana a crear objetos que estimularan la

atención a las cualidades visuales. Estas hachas de mano, sin embargo, ya estaban desapareciendo del

registro arqueológico cuando los “anatómicamente humanos modernos” surgieron en África cerca de 200.000 AP. La creación y uso del arte, está especialmente asociado a esta nueva especie, el Homo sapiens. Aunque,

recientes investigaciones sugieran que, solamente unos 30.000 años atrás, los humanos modernos desarrollaron la “ornamentación y el arte personal”

luego de arribar a Europa, nueva evidencia, cuestiona esta hipótesis. Hallazgos en la Cueva de Blombos

Los hallazgos realizados en la Cueva de Blombos, un sitio costero en

la franja meridional del continente africano, son centrales para las discusiones presentes sobre el comportamiento artístico. Las excavaciones hechas por Christopher Henshilwood dieron, entre otras cosas, con una

pieza de ocre aplanado con marcas de líneas incisas. Cuando el descubrimiento fue anunciado en el 2011 –la pieza grabada de Blombos data de alrededor de 75000 AP.- los arqueólogos consideraron que ello era

un ejemplo incuestionable de los primeros patrones geométricos realizados por el hombre. Este descubrimiento, llamó la atención en la prensa

popular: los titulares de los diarios aclamaron el ocre de Blombos como “el objeto de arte más antiguo del mundo”, y afirmaron eso porque el hallazgo fue un gran hito para la historia del arte –una afirmación que hace

referencia a las figuraciones pintadas en la Cueva de Chauvet, en el sur de Francia, que se estima que fueron hechas hace 32.000 años. Mientras

tanto, en 2009, fueron publicados otros hallazgos en Blombos de piezas de ocre grabadas, que datarían de alrededor de 100.000 AP.

No podemos saber si los patrones geométricos de Blombos fueron

creados para “agradar” al ojo. Los estudiosos observan, sin embargo, que con el fin de darle sentido a su entorno visual, los humanos desarrollaron una sensibilidad hacia las líneas rectas y los patrones repetitivos.

Versiones purificadas sobre estas características geométricas pudieron híper-estimular el cerebro e incrementar el placer que sigue a la detección

visual de la regularidad. La respuesta innata del cerebro a los patrones visuales puede entonces aclarar el por qué los humanos empezaron a crear

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diseños geométricos, una vez que las capacidades motoras y mentales

fueron desarrolladas. Algunos eruditos, sin embargo, ven los patrones geométricos de

Blombos predominantemente en términos de simbolismo, como una forma intencional de referenciación visual que pudo representar un mayor paso en la evolución cognitiva, especialmente si las relaciones entre significante

y significado fue establecida de manera convencional o con bases arbitrarias (eso es, cuando es “puramente simbólica”). Si bien aquello a los que los diseños quisieron referir permanece poco claro, el simbolismo

puede demostrar que la gente de Blombos era capaz de “pensamientos abstractos”, y que ellos podían almacenar, como también recuperar,

información fuera de su cerebro. Las capacidades mentales evolucionaron en ellos de tal manera que podemos presuponer la existencia de un lenguaje sintáctico, no tanto porque es simbólicamente similar, sino

porque el lenguaje pudo ser un requerimiento para establecer vínculos entre lo grabado y su significado.

Quienes adhieren a la lectura simbólica de los ocres de Blombos, también ponen atención en otros hallazgos de la cueva: unas cuarenta conchas de estuario deliberadamente perforadas (Nassarius kraussianus)

que muestran signos de haber sido insertadas y usadas como colgantes. Los arqueólogos, inspirados por estudios de la etnografía, consideran casi

universalmente, esos colgantes como símbolos y elementos de énfasis de roles sociales e identidades tanto individuales como colectivas. Los colgantes pudieron ser un signo de reconocimiento etario, grupos

familiares o estado marital, es decir, como marca visual de diferenciación social.

Cuando se anunció el descubrimiento de las conchas de Blombos, en 2.004, fue considerado de tal importancia como lo fue el hallazgo de los ocres, ya que en general, las conchas fueron datadas en unos 75.000 AP.,

lo que les otorga el doble de edad que la producción humana genérica de colgantes. Esto, llevó a cuestionamientos acerca de si los colgantes de Blombos eran una anomalía como para llegar a conclusiones significativas

sobre el comportamiento humano durante el período que nos concierne. Mientras tanto, las conchas deliberadamente perforadas, algunas de las

cuales fueron coloreadas en color ocre, han sido descubiertas en una cueva de Taforalt, Marruecos, y han sido datadas en 82.000 AP. Las excavaciones en la cueva continúan encontrando colgantes de conchas de

unos 86.000 AP. Algunas otras conchas perforadas del norte de África pueden incluso ser más antiguas. Algo más interesante es que todos estos

colgantes fueron hechos con conchas de Nassarius, como los de Blombos, al sur de África, y fueron halladas a una distancia de más de 200 Km. del mar, lo que implica su transporte y probablemente un intercambio o

“comercio”. Si bien, los arqueólogos consideran los colgantes como elementos

simbólicos, en las descripciones de los collares, probablemente usan los

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términos “ornamento” o “decoración”, lo que implica que el uso de

colgantes también tuvo un efecto estético. En efecto, las conchas usadas en el contexto paleolítico, muestran cualidades visuales tales como el color

y la luminosidad. Un patrón repetitivo emerge cuando las cuentas de tamaño similar se insertan juntas; la alteración del color puede dar otro patrón también. Las funciones estéticas y simbólicas no se excluyen entre

sí, al contrario, puede fortalecerse mutuamente. Los individuos que lograron obtener determinados tipos de conchas y eran diestros como para convertirlas en perlas mediante su perforación, pudieron haber usado esas

posesiones preciosas ellos mismos, como una forma de demostración visual de autoconciencia. También pudieron presentar esos trabajos ante

otros, por ejemplo en el contexto de un cortejo; ya que esos colgantes pudieron haber sido instrumento de creación y mantenimiento de contactos entre grupos. A juzgar por las prácticas del mundo de hoy, vestir

conchas u otros colgantes pudo ser una temprana fórmula de la función protectora, o servir de talismán para atraer la buena suerte.

Como algunas de las más antiguas conchas perforadas, cuatro de las cuentas de Blombos muestran rastros de ocre rojo, un posible resultado de la coloración deliberada o, tal vez se deba a que se usaron

cohesionados con los cuerpos. El ocre ha sido encontrado en gran cantidad de sitios arqueológicos africanos, asociado con los humanos anatómicamente modernos, aunque su uso es anterior a la llegada del

Homo sapiens en al menos unas decenas de miles de años. Algunas piezas de ocre claramente han sido frotadas contra alguna superficie. Las

investigaciones sugieren que el ocre puede haber sido usado para preparar el cuero, para cuestiones medicinales, o como un adhesivo. Muchos arqueólogos realizan una interpretación más “popular” sin embargo,

asumiendo que el ocre fue aplicado especialmente sobre cuerpos humanos en el contexto de un ritual. Aunque esta interpretación se basa

principalmente en los paralelos con los actuales cazadores-recolectores, es muy probable que el ocre haya tenido algún tipo de significancia para los primeros humanos modernos, ya que fue usado en enterramientos, por

ejemplo, atestiguado desde hace 100.000 años.

Representación icónica La aplicación de ocre a las superficies pudo también en algún

momento dar lugar a imágenes geométricas y figurativas. La imaginería figurativa nos muestra lo que puede ser llamado “representación icónica”: dos o tres representaciones de humanos y animales o, para ser más

precisos, la representación de cosas parecidas (o imaginarias) del mundo exterior, especialmente fauna, pero también flora, características

topográficas, entornos construidos, y otros objetos realizados por los humanos.

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Los especialistas parecen estar de acuerdo en que la producción y

percepción tridimensional de imágenes figurativas exige menos habilidad cognitiva que crear, hacer y percibir imágenes bidimensionales. Para

entender tal fenómeno, debe considerarse nuestro conocimiento presente acerca de las primeras creaciones humanas de figuraciones o imágenes icónicas: hasta el momento, no existe evidencia clara de que los primeros

humanos modernos en África hayan producido figuraciones tridimensionales, a pesar de que hay unos pocos indicadores que avalan las especulaciones de que tal vez se hayan usado en su construcción

materiales perecederos, sin haberse recuperado, pero de fácil modificación, como barro, materiales vegetales o incluso madera. De manera similar

para este período, nos falta información de cualquier forma efímera de modificación de la apariencia del cuerpo, que se pudiera hacer con flores, plumas o fibras trenzadas, como también peinados o prácticas

relacionadas con el dibujo en (y también posible) con arena. Dos controversiales objetos de piedra modificada sirven como

ejemplo de la representación icónica, los dos datan, de hecho, de antes de la llegada de los anatómicamente humanos modernos que concebimos actualmente. El primero es un objeto descubierto cerca de la ciudad

marroquí de Tan Tan, hallado en las capas que provisionalmente datan de entre los 500.000 y 300.000 AP. La llamada “figura de Tan Tan” es una pequeña piedra que por su forma natural recuerda a la del ser humano.

Algunos de los surcos naturales de esa piedra, son los responsables de su aspecto antropomórfico (por ejemplo, un surco separa las “piernas”), y

además, parece tener una acentuación artificial, lo que se interpreta como un intento de mejorar su apariencia humana. De manera interesante, aparece un pigmento rojo que ha sido aplicado en la superficie del objeto.

El otro hallazgo, la “figura Berekhat Ram” se encontró hace muy poco tiempo en Israel, en un sitio arqueológico que data de unos 23.3000 AP., y

presenta un caso similar, pero aún más polémico de la actividad semi-o proto-escultórica. Por excepcionales y controversiales que estos objetos pudieran ser,

indican que los homínidos fueron capaces de reconocer características humanas en objetos naturales. El espécimen más antiguo, es una piedra erosionada que recuerda la cara de un homínido de unos 3 millones de

años, en un sitio de ocupación en Makapansgat, al sur de África, que probablemente haya sido traído desde un lugar cercano al cauce de un río.

Dado el desarrollo de la sensibilidad humana hacia la apariencia visual del cuerpo humano, particularmente en la elección de una pareja, no es de sorprender que ellos aumentaran la capacidad de modificar los materiales

lo que eventualmente llevó a una mayor elaboración de objetos con apariencia más humana. La tardía evolución de los homínidos en este tipo de comportamiento, sin embargo, nos advierte que no debemos pensar

demasiado a la ligera la implicancia de capacidades combinadas.

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Los objetos naturales que sugieren y esbozan formas animales, como

las paredes de las cuevas, parecen haber tenido una atracción similar. Además de las cuevas pintadas de Europa, tenemos hoy3, evidencia

confiable acerca de una gran pieza de roca hallada en una cueva en Tsodilo Hills, Botswana, que nos recuerda la forma del cuerpo y la cabeza de una pitón. La superficie de la roca, muestra cientos de muescas

artificiales que pudieron haber sido hechas para evocar las escamas de la serpiente. Las muescas parecen haber sido hechas con herramientas de piedra que también fueron encontradas en la cueva, y que

provisionalmente datan de alrededor de 70.000 AP.

“Fuera de África” En algún momento, tal vez, entre los 80.000 y los 60.000 AP., los

humanos modernos dejaron África para colonizar el resto del mundo (donde pudieron, lentamente, reemplazar a los tempranos humanos, como

al Homo neanderthalensis en Europa y a los descendientes del Homo erectus en Asia). Siguiendo una trayectoria costera, es probable que en su

migración, los grupos humanos hayan tomado lo que se conoce actualmente como península arábiga, vía India hasta el sudeste de Asia y seguir hasta Australia (continente que es muy probable que no hubiera

sido poblado por homínidos). Otros migrantes, con rumbo norte, pudieron colonizar Eurasia, siguiendo primero, los cursos de los ríos. En Australia, donde los humanos modernos arribaron cerca de

50.000 AP., se continuó con el uso de colgantes de concha, que incluyen el ejemplar encontrado más antiguo, conchas perforadas con dataciones que

van más allá de los 30.000 años atrás. De un tiempo aproximado a esas últimas dataciones, también se han hallado enterramientos que contienen huesos humanos cubiertos con ocre. El ocre rojo fue usado también para

lo que se conoce como la evidencia más antigua de pintura en piedra del mundo: una pieza de roca coloreada en ocre, encontrada en Kimberley, al noroeste de Australia, región famosa por sus pinturas en piedra, que datan

de cerca de los 40.000 años atrás. ¿Esto es ciertamente la primera evidencia que se tiene de humanos

pintando rocas? Si fuera así ¿Pudo esta actividad desarrollarse sólo después de que los humanos modernos dejaran África? Las pinturas africanas más antiguas fueron encontradas en una cueva de Namibia,

donde las imágenes de animales aparecen en losas de piedra. Esas pinturas han sido datadas en aproximadamente 28.000 AP. Los estudios

más recientes sugieren, sin embargo, que las imágenes pueden, en efecto, tener unos 60.000 años de antigüedad. Si esto fuera cierto, se incrementarían las posibilidades de que África fuera el lugar de nacimiento

3 En 2006.

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de la imaginería figurativa en dos dimensiones. Esto sugiere a la vez, que

la habilidad de producir esa imaginería pudo haber sido parte del repertorio neurocognitivo de los humanos modernos que se iban yendo de

África (aunque no necesariamente de su comportamiento). Para encontrar los ejemplos indiscutibles de imaginería en tridimensión descubiertos hasta el día de hoy, debemos ir hasta el oeste de

Eurasia. Recientes excavaciones en los niveles más tempranos del sitio Kostenki, sobre el río Don de la actual Rusia, sugiere que los primeros humanos modernos que arribaron a esta parte del mundo, lo hicieron hace

45.000 AP. En las excavaciones se encontraron colgantes de conchas y piezas trabajadas en marfil de mamut que pueden representar cabezas

humanas. Menos ambiguos son los hallazgos recientes de Vogelherd, en el sudoeste de Alemania, que incluyen una pequeña figura de un mamut peludo hecha en marfil, y un animal que se interpreta como un león. Estas

figuras datan de entre los 38.000 y los 32.000 AP. De aproximadamente el mismo período son las figuras descubiertas unos años atrás en la cueva

Hohle Fels, también en el sudoeste alemán. Aquí los arqueólogos desenterraron tres pequeñas tallas de marfil: las representaciones más antiguas conocidas de un pájaro, lo que parece ser la cabeza de un

caballo, y una escultura que se interpreta como un teriántropo (combinación de rasgos felinos y humanos), que es comparado con una figura de aproximación contemporánea, pero mucho mayor, conocida con

el nombre de “León humano” hallada en 1939 en Hohlenstein Stadel. Hasta hace muy poco, las conocidas como figuras Venus del

Paleolítico Superior europeo (representaciones típicas de mujeres corpulentas u obesas) se pensaban como un fenómeno relativamente reciente, como su ejemplo más famoso, encontrado en Willendorf en 1908,

y datada en alrededor de 25.000 AP; esta figura de caliza, que entra en la palma de la mano, está cubierta con ocre rojo. En 2009, sin embargo, los

arqueólogos anunciaron el hallazgo de una figura de marfil que representa una mujer sin cabeza y de grandes pechos y nalgas, que fue hecha al menos 35.000 años atrás, y que de hecho, podría ser incluso unos

milenios más antigua. Esta figura, del nivel más antiguo de la cueva Hohle Fels, es considerada como la más temprana e incuestionable representación del cuerpo humano conocida. La función y significado de

las figurillas de Venus permanece desconocido, con especulaciones que van desde ser símbolo de fertilidad hasta tempranas formas de

pornografía. Como sus parientes que migraron a Australia, los recién llegados humanos modernos en Europa no sólo hicieron colgantes de conchas

(como también otros tipos de colgantes y collares) sino que, sus actividades incluyeron el grabado y la pintura de imágenes en piedra. Representaciones de animales y diseños geométricos encontradas en la

cueva Chauvet, al sur de Francia, de las que se presume que las más tempranas son de hace 32.000 años (lo que las hace el doble de antiguas

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que los famosos ejemplos de Lascaux y Altamira), dan testimonio de ello,

como también otros hallazgos. Hasta los primeros años del siglo XX, Europa era considerada la cuna del comportamiento artístico humano, con

términos usados por los estudiosos como “explosión creativa” para explicar la aparición de la fabricación de collares, las pinturas y las esculturas en la región hace 30.000 años.

Más lejos, en el sitio Mal’ta, al oeste del lago Baikal en Siberia, los arqueólogos hallaron esculturas de marfil representando formas humanas y de pájaros, que se estima que son de hace 23.000 años. La mayoría de

las figuras antropomórficas, parecen representar mujeres, algunas usando ropa. La mayor parte de las esculturas de aves representan pájaros en

vuelo (se interpretan como cisnes, gansos y patos). Como algunas de las figuras humanas están perforadas, por analogía con las prácticas de los cazadores-recolectores siberianos de los siglos XIX y XX, las esculturas

perforadas son interpretadas como “ayudantes espirituales”, que se usan con la vestimenta del chamán.

Interpretación del Arte Paleolítico

Otras formas de arte paleolítico, también son interpretadas en el contexto del chamanismo, con especial referencia a la interesante teoría del comienzo de la producción de imágenes de David Lewis-Williams. La

investigación publicada en su libro La Mente en la caverna. La conciencia y los orígenes del arte4, sugiere que las imágenes características del arte

paleolítico, a saber, animales y diseños geométricos, encuentran su origen en alucinaciones o “estados alterados de conciencia”, especialmente de las

experiencias de los “chamanes” en estado de trance (inducidos por rituales, depravaciones sensoriales, o drogas psicotrópicas), así que las imágenes humanas primero fueron creadas para "arreglar" las experiencias

alucinatorias chamánicas. Al proponer su teoría, Lewis-Williams se basa en las prácticas chamánicas que se realizan hoy en día en las sociedades de cazadores-

recolectores en todo el mundo. Él, argumenta que los humanos de hoy tenemos básicamente el mismo cerebro que nuestros antepasados

paleolíticos. Ahora bien, cuando percibimos el mundo, es el cerebro quien registra las imágenes que experimentamos. El cerebro, puede de hecho, producir imágenes incluso en ausencia de estímulos visuales externos,

como en las visualizaciones mentales o tal vez más vívidamente en los sueños u otros estados de conciencia alterados (pero también, por ejemplo,

cuando uno empuja ligeramente el globo ocular, resultando en una experiencia visual de varias formas geométricas o abstractas de diferentes

4 Título original: The Mind in the Cave: Consciousness and the Origins of Art (2002)

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colores, a veces también, experiencias más intensas se observan en gente

que sufre migrañas). Las investigaciones también sugieren que las imágenes,

específicamente las de animales, que genera y experimenta el cerebro en condición de trance, pueden ser interpretadas como correspondientes a un fenómeno de existencia en otros planos, destellos o visiones en los que se

alcanzan “realidades alternativas” del ser. Ciertamente, Lewis-Williams argumenta que el cerebro de los humanos modernos no es sólo capaz de generar por sí mismo las imágenes, sino que también puede recordarlas,

compartirlas y discutirlas con otros, a través del lenguaje verbal, y que las imágenes visuales sirven de recuerdo de las poderosas experiencias del

chamán cuando “reside en otros reinos”. Los rituales chamánicos pueden involucrar no sólo la experiencia espiritual en forma de animales, sino también, la transformación del

chamán en un ser sólo espiritual. Esto podría arrojar luz sobre la existencia de imágenes teriantrópicas del arte paleolítico. Algunos

investigadores objetan esta teoría diciendo que no todos los artefactos interpretados como teriántropos representan la mezcla entre humanos y animales: el llamado León humano de Hohlenstein Stadel, por ejemplo,

pudo también ser una representación de un oso parado sobre dos patas. Además, algunas de estas imágenes, que en realidad son bastante raras,

pudieron ser representaciones de humanos disfrazados, pretendiendo ser un animal en el contexto de caza. Además los estudiosos también arguyen que la literatura científica sobre alucinaciones no acompaña la teoría

neuropsicológica de Lewis-Williams. R. Dale Guthrie, un especialista en biología del Ártico, presenta una explicación alternativa del arte del Paleolítico Superior aunque no puede

explicar el origen o las precondiciones de la producción humana de imágenes. Guthrie se centra en la Era de Hielo europea, y propone que las

imágenes de animales en las paredes de las cuevas, y también otros objetos muebles, son el resultado de la fascinación de sus creadores por la vida salvaje local. En lucha contra el imperante “paradigma mágico-

religioso” en las investigaciones sobre el arte prehistórico, Guthrie postula que muchas de las imágenes pueden, de hecho, haber sido creadas por

hombres adolescentes que se inspiraban en lo que él llama “momentos de testosterona”, como la excitación de la caza o la confrontación con grandes predadores. Esta perspectiva profana acerca de la producción del arte

paleolítico es también implementada para explicar la imaginería sexual encontrada frecuentemente en las pinturas de las cuevas, grabados de piedra y otras expresiones artísticas. Con todo, estos “graffiti” prehistóricos

pueden representar, a través de las imágenes de mujeres y órganos sexuales femeninos, las fantasías o experiencias de los jóvenes hombres.

La visión de Guthrie comparte elementos con la interpretación desarrollada por John Onians, quien basa su análisis en recientes hallazgos neurocientíficos.

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El arte paleolítico siempre ha sido y continúa siendo un campo

fascinante de teorías interpretativas. Un tópico que se debate de manera recurrente es la pregunta sobre si las tempranas formas de arte tuvieron

una “función adaptativa”, y si el significado del comportamiento artístico contribuyó con la supervivencia y reproducción de aquellos que la practicaron. Entre los que defienden la perspectiva adaptacionista del arte,

una distinción puede ser hecha entre aquellas que están a favor de la explicación del rol del arte en la competición entre individuos

(específicamente por parejas, en cuyo caso el arte pudo servir como medio de mostrar habilidades y creatividad) y aquellas que argumentan los beneficios sociales de la presencia de arte, como el efecto en la solidaridad

grupal, cooperación y transmisión intergeneracional de conocimientos (por ejemplo, realizando mensajes memorables). Los estudiosos que niegan que el arte pudo tener un valor de adaptación sugieren que su desarrollo es un

subproducto de las capacidades y tendencias desarrolladas en su posible adaptación, como la habilidad de crear y manipular herramientas y la

innata respuesta positiva a ciertos colores, líneas, formas y temas como la ayuda a otros para sobrevivir y reproducirse.

El futuro de los estudios del arte paleolítico

Luego de décadas de relativa negligencia, el arte paleolítico y los problemas concomitantes sobre sus orígenes, todavía son arduamente debatidos por especialistas de un número cada vez mayor de disciplinas,

incluyendo la arqueología, la historia del arte y la antropología, como también la biología evolucionista y las neurociencias. Mientras los nuevos descubrimientos arqueológicos son publicados a una velocidad creciente,

los grupos interdisciplinares de estudiosos están aportando nuevas herramientas conceptuales, marcos interpretativos y métodos de

investigación que influyen en un conjunto fundamental de cuestionamientos para la historia mundial: ¿Cuándo y dónde los seres humanos comenzaron a crear y usar las artes visuales? ¿Qué condiciones

hicieron posible ese comportamiento (físico, mental, social y cultural)? ¿Por qué este comportamiento artístico fue mantenido por la historia

humana? ¿Cómo el arte se convirtió en parte integral de nuestra existencia? Referencias (en original)

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