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Colegio Privado Subvencionado “Alejo García” Asignatura: Historia y Geografía Hecho por: Rebeca Anahisa Vázquez Fleitas Catedrático: Cesar Borja Curso: 3º “A”

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Page 1: Trabajo de Historia-Manuel Ortiz Guerrero

Colegio Privado Subvencionado “Alejo García”

Asignatura: Historia y Geografía

Hecho por: Rebeca Anahisa Vázquez FleitasCatedrático: Cesar Borja Curso: 3º “A”Turno: Tarde

Junio-2012

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Introducción

Manuel Ortiz Guerrero es, un poeta paraguayo que ha podido penetrar en el alma de su pueblo, derrumbando las barreras impuestas por la vida.

Su época fue plasmada por la falta de libertad de expresión, pero de grandes artistas que marcaron el camino de “Manu” como lo llamaban sus amigos. Era la época del modernismo y los autores eran románticos en su expresión.

Fue en esa época que el empezó a escribir y fue reconocido de inmediato como un gran poeta y escritor laureado, humilde y carismático. que escribe poemas de amor a la amada.

Con este trabajo de investigación elijo a este personaje que ha marcado la historia del Paraguay através de sus obras mostrando el lado sensible de la persona humano.

Dentro de la cual podré profundizar mas acerca de la vida, de los problemas que tuvo que atravesar desde una edad temprana, en la cual resalta la terrible enfermedad que ensombreció su vida.

Sus primeros pasos dentro de lo que es la literatura paraguaya y cuales fueron las influencias que lo llevaron a convertirse en el hombre que fue.

También se podrá ver las criticas que le dieron al poeta, como así también al hombre que sostenía la pluma. Y através de ellas podremos ver como se lo veía y como se lo ve ahora en nuestros tiempos.

A través de esta investigación realizada pretendo plasmar la vida del que fue Manuel Ortiz Guerrero

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Manuel Ortiz Guerrero

Contexto Histórico Mundial y del Paraguay

El comienzo del siglo fue marcado por una gran guerra que afecto a gran parte del mundo. A partir de esto nacieron nuevas tendencias en lo artístico, literario y musical. En otro aspecto surgió la necesidad de establecer los DD.HH. mejorando así la calidad de vida humana.

En el arte hubo movimientos importantes, como el fauvismo que se dio antes de la I Guerra Mundial, este movimiento cambió el concepto del color siendo sus principales exponentes Van Gogh y Gaugin. El cubismo como movimiento artístico se fijó en un objeto mirándolo de distintos puntos de vista, entre sus expositores más destacados están Picasso y Braque, esta nueva tendencia se origino durante la guerra al igual que el Dadaismo, movimiento que se revela a los criterios estéticos establecidos por las sociedades de la época. A este movimiento le sucedió el surrealismo, una de las tendencias más fuertes del siglo XX. Unos de los artistas principales de este movimiento son Dalí y Miró, entre otros, quienes representaban en sus obras formas fantásticas incluyendo adaptaciones de dibujos infantiles y sueños. La literatura también sufrió importantes cambios. Surgieron nuevas tendencias que dejan atrás el racionalismo que predominaba anteriormente, tales como el existencialismo, neorrealismo, realismo mágico y el surrealismo. En la música surgen nuevas tendencias como el Rock and Roll y sus derivados. Uno de los cantantes más importantes del siglo fue Elvis Presley quien revolucionó la música con su nuevo estilo, logrando convertirse en el máximo ídolo de la época. También se destacan “The Beatles”, entre otros. La arquitectura también refleja el pensamiento de la época con sus construcciones impresionistas, como el Empire State, el Bauhaus, el Estadio Olímpico de Tokio y la Ópera de Sydney.

En aquellos años de la anteguerra mundial, la cultura se refugia en la universidad y se reduce al desarrollo literal de los tópicos del programa de su sola facultad: la de derecho. No existen centros de cultura literaria, artística ni filosófica. La universidad es el asiento de una generación sin ideales, nutrida por sentimientos egoístas, que no esta dotada del sentido de la realidad nacional, ni poseída por la conciencia de una misión. En el colegio Nacional, en forma imprecisa, se percibe cierta vaga inquietud espiritual, malograda por la falta del correspondiente encauzamiento. No existen profesores de idealismo. El país, victima de una economía colonial que succiona sus riquezas sin dejarles la reservas indispensables para estructurar su progreso. El universitario, servidor incondicional de un sistema económico, abraza su carrera con criterio estrictamente profesional.

Si la política se nutre de los postulados del liberalismo filosófico, en lo literario se vive en plena era romántica. Aun se canta a la amada en versos lánguidos, al estanque plateado de luna, en hondos suspiros, en asuntos quejumbrosos. Aun se muere en verso, abrazado a la esquiva quimera. La revolución de Darío que conmueve los cimientos de la lírica castellana, los versos de fuego de Díaz Mirón, el cristianismo de Almafuerte, el misticismo estético de Nervo y los cuadros del trópico de Chocano, afirman los prestigios de la poesía americana, e impulsan nueva savia en nuevos causes. Pero en espíritu, se sigue siendo romántico.

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Correlativamente, en los colegios; se consumen horas y días en el estudio de los hechos de la Revolución Francesa, mientras la americana y asuncena gesta de los comuneros, apenas es una lección mas del programa, por la misma intima razón que se ha dado este nombre a una oscura calleja de una cuadra, que separa la catedral de la cárcel.Hay, eso si, en lo que va del siglo, un vigoroso despertar nacionalista. El panfleto lanza su reivindicador anatema de fuego; la polemica deja en las columnas de los diarios como una candente huella de sangre. Es como el anuncio de futuras gestas revolucionarias. Es el trueno que se anticipa al rayo.

En el Paraguay nace el teatro autoctono, renace y florece la poesia Guarini, en pleno campo de batalla se escriben novelas, se glorifica indios por los pinceles de Holdenjara, y las notas de la Guaranda y los reflejos de la ceramica de campos Cervera se prolonan y se proyectan en una misma onda de luz y armonía mas allá de las fronteras físicas de esta patria, y el espíritu del pueblo, heroico y sacrificado, se hace presente en America y el mundo.

En este clima, medio y época nace a la vida literaria “Manuel Ortiz Guerrero”

Los primeros tiempos

Nació en Villarrica, Capital del IV departamento del Paraguay: Guiará, en el año 1.897, su infancia fue acunada por los sones milenarios de la brisa  del Yvytyruzú, y la poesía del paisaje enmarcado por los cerros, fue palabra para pintar un paisaje, fue verbo para el amor y fue alegato que marcó un camino, cuando exhortó a  atreverse siempre, pues es ese un culto que pocos profesan. Fueron sus padres, don Vicente Ortiz y doña Susana Guerrero, quien falleció al nacer el futuro bardo. El cuidado de la criatura estuvo a cargo de la abuela paterna, doña Florencia Ortiz, la abuela se hizo cargo del niño, inteligente y eficaz que fue nutriendo su sensibilidad con las experiencias dulces de la vida de ese pueblo bordeado de cerros y encantadores paisajes.  Su vocación poética despierta muy temprano, y empieza a balbucear sus primeros versos.

Influencias

Ortiz Guerrero trae un aquilatado romanticismo y nociones idiomáticas impresas por el maestro don Delfín Chamorro, también poeta del Guairá. El estudiante se encuentra con otros elementos y otras inquietudes, no pudiendo escapar a la influencia del ambiente. Tanto que sus comienzos son los de un formal poeta modernista.

Su obra en castellano recibió las influencias de Rubén Darío, aunque sus mejores trabajos los escribió en guaraní. Algunos versos alternan ambos idiomas. Su estilo no fue uniforme.

Se ha insistido en la huella, que algunos estiman indudable, de Darío, ya que poemas hay que denuncian una evidente comparación rítmica, como, por ejemplo, "Diana de gloria", “Ulf” y "Rogación". Igualmente, en este sentido, se nota el impacto de Almafuerte en "Schubert en tu piano" y "Los veteranos", de etapas distintas, por cierto; Nervo está presente en "Remember” de "Surgente" y también en este libro será posible detectar reminiscencias de Herrera y Reissig en "Al poeta": "Olvidé de decirte que en

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una tarde lila"; "Ritmos de vida": "Después que pasaron bebiendo poesía / en el suprambiente de un éxtasis hondo”; "Hacia el olvido": Mireno, el pastor indio, en aquel día / no alegró con su flauta la alquería". Y esto de "Visión encarnacena" de Nubes del Este: "Lleva en la sien por emblema / metacarpos de diadema".

Formación

Estudió las primeras letras en su ciudad natal, hasta el 3er. curso, favorecido en su dedicación al estudio por su natural solitario y señalado entre sus compañeros por su afabilidad y suave trato.  Fueron sus compañeros, relevantes figuras de las letras paraguayas, como Natalicio González, Leopoldo Ramos Giménez, Facundo Recalde. Sus restos descansan en Villarrica.Desde estos primeros años data la manifestación de sus dotes de recitador y el gusto por el arte literario.Llegó a Asunción en el año 1.914 para ingresar al 4to. Curso del Colegio Nacional, donde no alcanzó a graduarse de bachiller.  El poeta se da a conocer en los cenáculos de la época y se luce con su voz y su dominio de la palabra. La revista del Centro Estudiantil dio a conocer sus primeros versos y la revista literaria Letras, dirigida por Manuel Riquelme, publico su subsiguiente producción lírica que debía consagrarle ya como el mejor poeta de su generación.Al mismo tiempo que publica sus primeros versos, se da a conocer en cenáculos y asambleas. Su voz melódica imprime a las palabras una grata tonalidad, un hondo sentido potencial y las aligera y las ahonda, dotándolas con hábil fonética, de cierta plasticidad ideal que las hace mas graficas y comprensibles. Sus recitales de cenáculo compiten con sus discursos. En la tribuna se apodera de inmediato del auditorio con magnética atracción. Frente a la muchedumbre se destaca su cabeza dantoniana y la palabra, imagen o anatema, fluye de sus labios, oro tonante, oro tierna. Pudo llegar a ser el primer orador de su generación, de habérselo permitido el destino.

Sus Obras y Aportes

Cuenta la historia que uno de los primeros concursos de belleza de nuestro país fue organizado por el Unión Club, la mas prestigiosa entidad social de aquel entonces. La elegida, por unanimidad del público, fue María Anselma Clotilde Heyn Denis, más conocida como Anselmita, nombre con que entró a la historia.El acto de elección se realizó una noche primaveral de 1915, en el Teatro Nacional (actual Teatro Municipal "Ignacio A. Pane". En aquella memorable ocasión, entre los asistentes se encontraban numerosos intelectuales, siendo uno de ellos Manuel Ortiz Guerrero, quien dedico a Anselmita este poema.

Perdona, señora: la culpa no tiene la alondra que canta, la tiene la aurora: tú tienes la culpa: a este que viene trayéndote estrofas, perdona, señora 

Ya antes te he visto tras sueño lejano y anoche en el teatro con fe y devoción tomaba, señora, con mi propia mano, para que no caiga de mi, el corazón. 

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Ilusoria y blanca del auto al bajarse talmente fingías una joven diosa . . . Crujió mi rodilla de ansias de doblarse: era que pasabas, astral, luminosa. 

Con aire de cisne que boga en un lago pasaste gallarda, princesa u ondina, tus ojos tenían visiones de mago bajo tu sedosa pestaña divina. 

¿Juntó Geometría, la nieve y el lirio, para hacerte el cuerpo, y un poco de aurora? Serpentino cuerpo de perfume asirio, ¡bendito mil veces! Perdona, señora. 

Ya daban las doce, yo creí temprano, tú nada sabías de mi devoción: tomaba señora con mi propia mano, para que no caiga de mí, el corazón 

Asunción octubre de 1915 

Volcado decididamente al modernismo, siguen a “Loca” otros poemas que, sin

embargo, resumen un inexcusable sabor romántico: “Raída poty”, “Guarán-i”, “La

sortija”, “Diana de gloria”.

Escribió indistintamente en español y en guaraní, si bien en esta última lengua logró

resultados admirables, sobre todo en los bellísimos poemas que sirven de texto a las

guaranias más importantes del Maestro José Asunción Flores: “Panambí verá”, “Nde

rendape aju”,“Kerasy” y “Paraguaype”. En su libro “La poesía paraguaya - Historia de

una incógnita” escribe el crítico e intelectual brasileño Walter Wey: “Ortiz Guerrero

personificó el heroísmo de ser intelectual en un Paraguay sin editores, todavía, el de

tener que vivir exclusivamente del arte, ya que no sabía hacer otra cosa que poetizar y

tocar la guitarra. Fue el poeta y el tipógrafo de sus poesías.

Las imprimía en la pequeña y tosca máquina tipográfica de su propiedad y vendía los

folletos de puerta en puerta. Consiguió conmover al pueblo y lo obligó a volverse

sentimentalmente hacia el pobre leproso, que ya al fin de su vida, recibía los últimos

amigos en el rincón más oscuro del miserable cuarto, colocando las siglas

estratégicamente distantes de la cama, para que ellos no viesen la “carne pecadora que

ya tiene las señales profundas de la vida” lo que realzaba, entre tanto, aún más, los

hermosos “ojos de color esperanza”. Las huellas de esta lucha con la vida y por la vida

quedaron en algunos de sus versos y en la prosa de los anuncios dolientes que ponía en

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los folletos intitulados “Cantimplora”, que atestiguan el doloroso destino del poeta de

guaranítico aliento para cantar e implorar que le comprasen los libros...”

También incursionó en la sátira política. Sus Obras Completas (1952) revelan un fuerte compromiso social. Por otra parte, muchos de sus versos fueron incorporados como letras de canciones: Nde rendápe ayú (Vengo a tu encuentro), Panambí Verá, India, con música de José Asunción Flores. Editó la revista La Órbita.

Sus Dificultades

Corrió también los azares de la vida artística y conoció las penurias tradicionales que acompañan casi siempre a los auténticos poetas.

. Vive por entonces con el también poeta Guillermo Molinas Rolón. Su más importante biógrafo y compañero, el dramaturgo Arturo Alsina escribe acerca de aquella época: “...En la casucha que les sirve de albergue no se come todos los días y en las noches de invierno han de dormir por turno para poder utilizar la única frazada con que cuentan”.

En 1912, por razones políticas, se refugió en Brasil y volvió terriblemente enfermo de LEPRA. Cuando madura el poeta y sus versos brotan a borbotones como un acto fisiológico de vivir; cuando el  alma viste el ropaje de la virtud y el talento, la carne sufre el látigo de una enfermedad incurable y el destino sella la fatalidad  dicha enfermedad que lo llevaría a la tumba. Estuvo en Posadas y regresó a Asunción. Se vio desde entonces carcomido por su mal. Resulta emocionante oírlo cantar – en medio de su situación – a la “Rosada Juventud” y oír su queja desesperada.

Volvió a Villarrica y permaneció aislado, cuidando de no contagiar su mal a nadie ni causarle mengua de clientela a su médico con su presencia en el consultorio.Dalmacia fue su compañera en esta etapa decisiva de su vida, hasta morir, lo alentó de su sueño de poesía, y le prodigó los cuidados necesarios para vivir dignamente sus últimos años.  El poeta busca la soledad y se aleja de sus amigos pero Dalmacia le entrega todo su tiempo y su cariño.

En ese ambiente continúa escribiendo sus mejores cantos, que él mismo imprime en una vieja minerva. Gracias a un denodado esfuerzo se defendió contra la mendicidad y conservó la libertad. Publica el libro el Surgente y compra una imprenta a crédito, construye su propio rancho,  en la que vive y trabaja con Dalmacia haciendo funcionar en el Zurucuá – Editorial Paraguaya. Allí escribió y publicó sus libros posteriores, hasta que la enfermedad fue haciendo estragos en su cuerpo y en sus fuerzas. Se alejó sistemáticamente de los amigos encumbrados por la política, a fin de no parecer aprovecharse de las oportunidades.

Últimos Tiempos

Su producción literaria -valorada unánimemente como la más popular en la historia de

las letras paraguayas, aunque algunos críticos le restan mayor valor y trascendencia

estéticos- data de la década de los años ‘20 en la cual publicó poemarios como

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“Surgente”, “Pepitas” y “Nubes del este” y obras teatrales como “Eireté”, “La

conquista” y “El crimen de Tintalila”. Póstumamente aparecieron sus “Obras

completas” - sin incluir trabajos inéditos- en 1952, y “Arenillas de mi tierra”, en 1969.

También escribió, a más de las ya citadas letras en guaraní para las guaranias de su

compañero y amigo José Asunción Flores, otras, en español, tales como “India” y

“Buenos Aires, salud”.

Casado con su inseparable compañera Dalmacia, falleció el 8 de mayo de 1933, víctima

del mal de Hansen, antes de cumplir cuarenta años. Sus restos fueron transladados desde

su ciudad natal a una céntrica plaza asuncena que lleva el nombre de “Manuel Ortiz

Guerrero y José Asunción Flores” peremniza la memoria de estos creadores, sin duda de

los más populares en la rica historia del arte paraguayo.

Sus Pensamientos

. Víctima de la Lepra no descansa en su función de escritor y editor sin olvidar el compromiso político con los pueblos de Latinoamérica que contemporáneamente a él buscaron su segunda independencia.

No pudiendo la Tiranía Stronista ningunear la obra de este gran escritor nacional como lo hizo con otros; o acusarlo de “roedor de los mármoles de la patria”; integro la obra de este escritor al curriculum de literatura de la Educación Media, ocultando sus compromisos con la lucha de los pueblos latinoamericanos; con el objeto de presentarlo como un escritor romántico sin preocupaciones políticas algunas.

Sin embargo, no todos han sido tan injustos con el pensamiento del gran Ortiz Guerrero: José Arturo Alsina habla de él en estos términos: “Algo se ha hablado del poeta, muy poco se ha dicho del hombre (…) Su influencia no fue precisamente literaria, fue sobre todo moral y espiritual.” Para agregar luego: “Su obra y su ejemplo, lo vital y heroico, fueron espontáneos como un fenómeno. En el rancho en que habita (…) entre el ruido de la impresora, se plantean problemas de estética, se discute sobre arte y filosofía, se recita y se piensa (…) Se habla de Justicia Social con sentido cristiano, se afirma la inmortalidad del alma y se proclama la liberación del hombre”.

. Este es un país histórico, ha nacido, crecido y perdurará con ese signo. La historia ha sido su corona de nardos y su otra de espinas. Pero él, por razones que no derivan sólo de su voluntad, o de los accidentes de la hoy denominada "geopolítica", vive la historia, ella es parte de su cuerpo y de su alma, no de la historia como pasatismo, sino como actitud militante, entiéndase bien: la que lucha y se defiende; la que revive, no la que momifica.

La historia como aparece en versos de Surgente, o la historia como resonancia épica; así, en este orden, se incluyen los siguientes poemas: Nubes del Este: Los veteranos, La sortija, Diana de Gloria y Desfile de Mayo; Arenillas de mi tierra: Parque Caballero, La voz del clarín, La canción del soldado, Diana mbayá, Oñemitiva ñe'e, en algunos poemas preanunciando y mencionando directamente el conflicto armado con Bolivia.

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Recuerda el "gran López", calificado de "Mariscal-León" y a "El Centauro de Ybycuí”, con el mismo título del libro de O’Leary. Algunas trascripciones bastarán para ubicarlo en la misma línea que sus compañeros de promoción: Ramos Giménez, Natalicio González, Facundo Recalde, Molinas Rolón, o en la de alguno posterior como Heriberto Fernández. Surgente:

Oh mártires sin nombre, sin gestos y sin huellas que muerto habéis ha siglos y os enterró el olvido...

Nubes del este:

Estos son los veteranos, los despojos fabulosos de la gloria; escapados de los lúgubres pantanos de la historia... con su lanza de López, como lo habrá hecho tal cuando la guerra grande, fuera de la trinchera persiguiendo en los campos al fantasma imperial"

(La sortija) Y esto que parece trascripto de una de las quemantes páginas de El Libro de los héroes:

Oh sombras, manes de la historia: hay quienes grabaron por vuestro epitafio, este mote: Traidor. Hay quienes escupen ponzoñas en vuestra memoria. Ellos no supieron del hambre y la asfixia de vuestro dolor y a vuestros martirios llamaron "batallas sin gloria" tranquilos Caínes bajo de las carpas del fiero invasor".

Y cuando Erickson parte de la rada del lago Ypacaraí conduciendo al “Ulf”, su frágil barquilla, en trance de audaz navegación mundial, el poeta, desde su doliente retiro, le pedirá, con un acento que está lejos de denunciar sus angustias espirituales y corporales:

Erickson: Ve, vuela al viento tendida la impávida vela, por todos los mares, por todos los puertos, a contar que aquí existe una tierra en donde arrasaron ciclones de guerra; trigales y torres del noble y fecundo solar guaraní. Donde desbocadas cruzaron las Furias calles y cañadas matando, incendiando doquiera existiese con vida una luz, donde las guerreras máquinas rodaron por las carreteras de toda la patria, dejando miriadas de huesas sin cruz; en donde los muertos cruzan -paradoja- vivos los desiertos! Donde el agorero pájaro de Guido desgrana su ¡ay! Y en donde los vientos repiten arengas y vagos lamentos!... Ve a decir al mundo que esa tierra mártir es el Paraguay!

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Por si poco habría de faltarle al carisma personal y generacional de Ortiz Guerrero que se ha trasferido a nuestros días, este poema -con todas las reservas que pudieran formulársele y con la evidencia de su entonación rubendariana- es una de las pruebas más elocuentes de esa identificación de tierra y hombre, que va más allá de la letra y los proyecta, ahora en horizonte de poesía, hacia su mutua y propia perduración.

Criticas

Consideran muchos en el Paraguay, con sentimentales razones, que Manuel Ortiz Guerrero ha sido el poeta nativo que ha llegado más hondamente al corazón de su pueblo por los caminos de la sencillez y la emoción. Así lo entiende también el celebrado músico paraguayo José Asunción Flores, y en gesto que honra, ha rotulado su orquesta autóctona con el nombre del que fuera su cordial  amigo, espiritual y desdichado vate que, afrontaba con singular entereza un terrible mal, dijo serenamente su canción hasta el instante postrero en que partió de este mundo a la edad de 39 años.

Tenemos un interesante aporte de Carlos A. Caroni, quien escribió en la década del cincuenta una breve biografía en la que se evidencia su admiración. Cuenta allí que no tuvo Ortiz Guerrero una educación esmerada. Nació, creció y despertó a las sabidurías elementales del mundo con el escaso bagaje intelectual de su medio y de su modesta cuna.

El poeta de Villarrica cuenta el articulista que "nunca un poeta alcanzó tanto prestigio en el corazón de su pueblo como Ortiz Guerrero. Sus poemas era recitados en reuniones, veladas artísticas, tertulias, actos escolares y por recitadores de oficio de todas partes que se ofrecían espontáneamente, deseosos de comunicar la emoción de los versos."

Fue ungido tempranamente por sus coetáneos como uno de los poetas más inspirados del Paraguay. Sin embargo, tiempo después, algunos críticos dijeron que sus poemas en castellano no valían gran cosa y que se erguía entre la gente de su pueblo porque su dolorosa vivencia estaba presente. Procurando restarle méritos, se insistió hasta el cansancio en su incurable “enfermedad de Job” y de que “su mejor poema fue su vida”; como si hacer poesía de la vida fuese poca cosa para los seres humanos. 

Sin duda, Manú, de gozar de los favores de la vida nos hubiera dejado un legado más sólido y profundo aún. En este sentido, traemos esta breve exégesis del poeta José Luis Appleyard: “Ortiz Guerrero marcó una etapa, en un periodo lleno de dificultades. Su lección de fortaleza abre al futuro la esperanza de que otras voces habrán de venir un día a completar la obra que un tiempo y un destino la hicieron incumplida”. Se sabe que la vida de Manú, dentro de una sociedad llena de prejuicio sobre la lepra, fue desesperadamente trágica; pero para él la tragedia fue apenas la parte anecdótica de su vida, una vida dedicada íntegramente a la cultura, a la justicia, a la prosa y, sobre todo, a la amistad y a la poesía

Facundo Recalde ha creído ver en "Surgente" la obra capital y fundamental de Ortiz Guerrero, arriesgando la presunción de que luego de los poemas contenidos en ese pequeño volumen, no produjo versos de mayor trascendencia. No será esa la opinión de quien haya podido leer "Del fuego eterno", “Ricordo” y “Sonetín” de "Nubes del Este"; algunas de las "Pepitas", que ya son de 1930, y las páginas de “Arenillas de mi tierra", que aunque conocidas en su conjunto

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póstumamente, estaban preparadas entre 1928 y 1932, en las vísperas casi de su muerte. En ellas están asimismo "Susana", "Chamorro" y "Parque Caballero", consideradas como las más perdurables y dignas de honor de las antologías.

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Opinión acerca de Manuel Ortiz Guerrero

Manuel Ortiz Guerrero, es uno de los escritores mas importantes y popular del siglo XX, que con sus poesias romanticas ha demostrado un alma sensible tras el hombre, desafortunadamente su trayectoria fue muy corta, debido a la lepra que lo condeno al aislamiento social.

Desde que nace hasta que muere este personaje es un ejemplo de lucha, pierde a su madre al nacer y es criado por su abuela. Desde pequeño se puede ver en el el alma de poeta que espera salir al exterior através de un verso.

Creo que en el Paraguay, dejo su huella impresa en los corazones de quienes le conocían, y de aquellos que vinieron después, que tras largas horas de pasar leyéndolo encontraron al hombre tras los versos para la amada.

También se ve reflejado en sus poemas, la tristeza y melancolía a la que lo lleva la enfermedad que de a poco le va quitando la vida, como así también un destello de esperanza, de fortaleza, para empezar un nuevo día y seguir escribiendo versos que inspiren a miles de generaciones futuras

Debió ser muy duro para un hombre que empezaba a crecer en el ámbito literario, tener que enfrentarse a una enfermedad como la lepra, pero esto no le impidió seguir escribiendo los diversos poemas, por los cuales ya era famoso entre la comunidad. Es mas lo fortaleció para mejorar cada día más.

Gracias a su humildad y sencillez, obtuvo la admiración y respeto de sus colegas y amigos, que no lo abandonaron hasta que el exhalara el último suspiro. Que aun después de fallecer siguió siendo recordado por estos hombres amigos suyos.

Como también siempre pudo contar con la ayuda de su inseparable compañera Dalmacia, una mujer admirable que lo cuido y lo amo, dándole fuerzas para seguir adelante.

Jóvenes de esta generación también conmemoran a este poeta, me pude fijar durante mi investigación acerca de Manuel Ortiz, que él influye en varios jóvenes de hoy en día, que lo ven como un ejemplo de vida. Y obtiene respeto de varias personas.

El demostró ser un escritor muy complejo, pues escribió tanto en castellano como en guarani, estos son muy reconocidos y obtuvieron muy buenas criticas, con los cuales tanto yo como así también mis compañeros estamos familiarizados.

Personalmente me gustan mucho sus poemas pues expresan una emotividad muy grande, y demuestran los sentimientos del autor, llegando así al alma de quien los lee. Me gusto mucho conocer acerca de la vida de Manuel Ortiz Guerrero, ya que pude profundizar mis conocimientos acerca de este autor, del cual solo conocía un pedazo de su historia.

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Conclusión

Manuel Ortiz Guerrero es la victoria del espíritu sobre la materia. Por eso, su producción es particularmente interesante. Sus poesías, pletoricas de belleza y esperanza, desprecian con singular virilidad las penurias que podían haberle impuesto su mal.

Es uno de los pocos representantes del modernismo paraguayo. Victima de lepra a edad temprana, vivió desde muy joven en el aislamiento impuesto por su enfermedad. Pero eso no le impidió seguir escribiendo, y en esta época salen a la luz sus obras mas reconocidas.

La obra de Manuel Ortiz Guerrero es una de las obras más importantes de Latinoamérica; el precoz Ortiz Guerrero; niño combatiente a lado de su padre en las revoluciones de aquel tiempo en Paraguay; funda la edición no mercantil de libros de poesía en Paraguay; posibilitando el conocimiento de la literatura Paraguaya. Primer escritor que vive como tal en Paraguay. No descansa en su función de escritor y editor sin olvidar el compromiso político con los pueblos de Latinoamérica que contemporáneamente a él buscaron su segunda independencia.

Su nombre es, cada día más, sinónimo de poeta y su silueta de hombre bueno se agiganta para convertirse en paradigma, en modelo de hombre que el Paraguay necesita para sus hijos para sanarse de la lepra moral con que los han castigado. 

Muy pocos como Ortiz Guerrero procuraron una autentica poesía paraguaya, en castellano y en guaraní, y nadie como él despertó con su obra la enorme simpatía en un gran sector del pueblo paraguayo. Ya no se debe dudar, Ortiz Guerrero es el poeta paraguayo; sólo un auténtico poeta pudo haber escrito un mensaje de tan perdurable belleza como lo son muchas de sus obras. 

Ortiz Guerrero, vino ganándose el cariño y el respeto de renovadas generaciones para convertirse en una de las cifras más importante dentro del patrimonio cultural nacional, lo que es indiscutible.

Gracias a la investigación realizada se pudo dar a conocer la vida y la lucha de cada día que demostró este hombre dando un ejemplo de vida a los paraguayos que vivimos en los días de hoy.

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Bibliografía

Libro: Obras completas de Manuel Ortiz GuerreroPrologo De Arturo Alsina

Ilustración de Julio Cesar VergottiniPatronato de Leprosos Del Paraguay

Editorial Manuel Ortiz GuerreroAsunción-Paraguay 1969 (383 pag.)

-         BUZÓ GOMEZ, SINFORIANO. Índice de la Poesía Paraguaya. Asunción. Edición Niza, 1943.

-         CENTURIÓN, CARLOS R. Historia de la Cultura Paraguaya. Asunción. Biblioteca Ortiz Guerrero. 1961

-         MARTINEZ, LUIS MARIA. El Trino Soterrado. Paraguay: Aproximación al itinerario de su poesía social. Tomo I. Asunción; Ediciones Intento, 1985.

INTERNET

http://www.villarrica.com.py/miciudad/cultura/cultura_manu.htmhttp://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/2modern.htm

http://www.mec.gov.py/cmsmec/?page_id=17303

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Anexo

Manuel Ortiz Guerrero

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Algunos de sus Poemas

Cuenta la leyenda, que Anselmita en pago, por la lírica ofrenda recibida de parte de Manuel Ortiz Guerrero, le había enviado un billete de dinero, que le fue devuelto por el bardo con otro poema titulado

ENDOSO LIRICO y dice así: 

No todo en este mundo es mercancía ni tampoco el dinero es el blasón 

mejor pulido por la cortesía para la ufanía de mi corrección. 

Sobre la torre de mi bizarría sin mancha flota el lírico pendón: como ebrio de azul, hago poesía, 

pero honrado es mi pan, como varón. 

Devuélvole el billete a Ud. precioso con mi firma insolvente por endoso: sométalo a la ley de la conversión, 

que, a pesar de juzgárseme indigente llevo un Potosí de oro viviente 

que pesa como un mundo: el corazón.

Nota: La ley de la conversión, refiere a que antes, uno presentaba el billete en el banco y se lo podía convertir en oro. Cada billete tenía su respaldo en oro en el banco. 

Nde Rendape aju

Ayú ne rendape mombîrî asîetegui nemomorãsevo,îmaité guivema reicó che pî'ape tupãsî Itatí,

mboraîjhú jha îujhéigui co amanó mbotama co'ape aguajhévo:tañesúna che ama jha ndepógui eténtenga che mboî-umi.

Îvotî nga'u jhina co che recovéaipo'o jhaguã royapí ipîpé.

Los caria'î cuera nderejhé jhé'íva pe imandu'ajhárupi:cuña nde rorîva música porãicha ndaimboyoyajhái,ja chenga jha'eva ca'arú pîtúvo nderejhe apensárõ:

icatú vaerãipo ichuguí algun tiempo nga añembuesarai ? ...

Azucena blanca jhacuävú reíeyó che azucena torojhetümí.

Cu clavel potîicha ne porãiteva repucavîmírõ,ne porãiteveva el alba pîtugui, che esperanzamí,

na ta ñemondena jazmin memetegui, che raîjhu jhaguãjha cu che keguîpe che azucena blanca, che añuvami.

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Îvotî nga'u jhina co che recovéaipo'o jhaguã royapí ipîpé.

Îvaga jhovîicha nderesá iporãva che tormentorä nga,nde yurú oyoguá cu ipotî curúrõ rosa pîtaité,

ndéicha aveí iporãva ne hermana vaerã nico umi estrella cuera,nderechasetéguinte omimbí yoava cada pîjharé.

Azucena blanca jhacuävú reíeyó che azucena torojhetümí.

POEMAS DEDICADOS A MANUEL ORTIZ GUERRERO

· Alma del Alma Paraguaya (F. Bolívar)· Manuel Ortiz Guerrero (D. G. Serrato)· A Ortiz Guerrero (por M. N. G.)· A Ortiz Guerrero (por Pbro. J. C. Prieto)· A Manuel Ortiz Guerrero (por A. O. M.)· Al Malogrado Poeta Paraguayo (Conrado Rodríguez) ..

ALMA DEL ALMA PARAGUAYA

Con el alma desnudaY el corazón sangrando, hay que llegar a ti

Manuel Ortiz Guerrero.A callar todo ruido y musitar un rezo

y poner en los labios a manera de besoel signo de la Cruz;

encender en el alma el fuego de los siglosy quemar tus heridas con el mismo cauterio

que calcinó tu vidaque dejaste a jirones

en cada verso tuyo, en cada línea de oro,en la estrofa apretada que rimaba el misterio

y santiguar el alma, ya puesta de rodillas,con la ceniza santa de tu cuerpo quemado.

 Quien no sienta en el alma el dolor de la tuya

ni venga iluminado por tus propias ideas,que renuncie a acercarse

a tu augusta morada,que deje en el umbral del campo santo

afuera,todo el ropaje impuro que encubra cobardías.

 El que venga hasta ti,

debe saber que llega hasta el volcán que un díaincendió con el fuego de sus sacros dolores

todas las almas puras;desfloró con su verbo las castas azucenas que dormían

[en su alma

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y pobló de armonías las cítaras etéreas. 

El que llega hasta ti,que no crea que llega

como se llega a todas las tumbas de los muertos,tumbas frías que guardan

la frágil osamenta que duerme como todasla quietud de los siglos.

 El que llega hasta ti,

sepa que llega al santuario donde la idea duerme,donde el verbo reposa,

donde el numen se aquieta,donde la estrofa oculta su incendio de orfebre

para que el oro luzca su brillo cincelado;sabe que allí la luz

no ha tenido el eclipse en que se hundió tu carne,que hay brillos entornados

las cuatro líneas rígidas que aprisionan tus huesosde los que brotan ráfagas de ígneas llamaradas

que iluminan la oscura soledad de lo ignoto.Son las luces de tu alma,son las luces no extintas

que llevó tu cerebro como finos estambres de tu encéfalo[pródigo,

para encender e1 mundo con el oro bruñidode tu siembra idealista.

 Por eso estoy aquí:

para rezar a solas tu verbo aún encendido,para poner al borde de tu oquedad que guardatu recuerdo por siglos, mi emocionado acento.

 Vengo:

Para traerle no la frase angustiada, no la expresión,no el perfume de flores que tu losa no aspira,

ni el incienso aromado como dádiva inútil,ni el aceite encendido,ni la Cruz redentora.

Vengo:A beber de ti esa savia nutricia que aún te mantiene vivo,

a escuchar el eco de tus sones de argento,a dejar que mis sienes se sientan cual las tuyas

golpeadas por los recios latidosde tus propios martirios,

a enrojecer mis ojos con el fulgor eternocon que brilló tu vida y brillas en la muerte,

decirte bien cerca,tan cerca que me escuches,

esta sola expresión:Manuel Ortiz Guerrero,

que el hermano en la vidate saluda en la muerte

mi fraternal amigo.FRANCISCO BOLIVAR (Peruano)