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Ética y Valores II Tema 1: Ética, Ciencia y Tecnología Unidad I Importancia y relación de la ética, la ciencia y la tecnología en la práctica médica y la bioética

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Ética y Valores II

Tema 1: Ética, Ciencia y Tecnología

Unidad I

Importancia y relación de la

ética, la ciencia y la tecnología

en la práctica médica y la

bioética

ÉTICA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

CONCEPTOS Y CARACTERÍSTICAS DE ÉTICA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

l objetivo de este apartado es definir y caracterizar cada uno de los tres conceptos

señalados en el título, mismos que serán vitales para el desarrollo del curso.

Aunque a primera vista los conceptos parecen de diferente índole, comparten

una característica vital: ambos son elementos exclusivos del ser humano. Definamos y

caractericemos uno a uno cada concepto.

Cabe señalar que el término “ética” es multívoco o polisémico, es decir, tiene más de un

significado, pero para efectos de este curso sólo haremos alusión a dos de ellos. Para

definirlos comencemos por explorar la etimología del término. La palabra ética encuentra

sus raíces en el vocablo griego Ethos, que entre otras acepciones significa “costumbre” y,

también carácter.

En el primero de los sentidos el término ética alude a la rama de la filosofía encargada del

estudio del fenómeno moral; es el estudio

filosófico de las normas que rigen y regulan

nuestra conducta, las preguntas que intenta

responder tienen que ver con el fundamento,

origen y razón de ser de las normas morales, es

decir, se plantea problemas como: ¿De dónde

surgen las normas que debemos seguir? ¿Por qué

razón debemos seguir las normas? ¿Por qué

debemos cumplir precisamente estas normas

morales y no otras? También intenta esclarecer y definir conceptos como “bondad”,

“maldad”, “conciencia moral”, enfrentándose a preguntas como ¿qué es el bien? ¿Qué es

E

el mal? ¿Son conceptos relativos?, es decir, ¿el bien y el mal se conciben de forma

diferente en cada cultura?, entre otras.

demás de ser una disciplina, se utiliza el término “ética” para aludir al proceso

de reflexión, interiorización y apropiación de las normas morales. Expliquemos

esto: podemos respetar las normas morales sólo porque hemos oído que son

buenas, o posiblemente porque nos las inculcaron en nuestra familia, en la iglesia o en la

escuela; o tal vez podemos respetarlas por temor a algún castigo, o simplemente por

costumbre o imitación, pero cuando llevamos a cabo una reflexión y determinamos por

qué tales normas o acciones son buenas o en su defecto, moralmente malas, entonces

hacemos nuestras dichas normas. A esa reflexión y apropiación de las normas que va más

allá de la simple repetición, también se le llama ética.

En ambos sentidos la ética es de vital

importancia para la convivencia humana; en

toda cultura, en todo grupo social, desde los

inicios de la historia han existido normas que

regulan las relaciones entre hombres, no existe

una comunidad en la que no haya reglas de

conducta, lo que indica que la moral es una

necesidad vital, tanto el estudio de su

fundamento y origen como la reflexión e interiorización de las mismas resulta

imprescindible.

Sobre el concepto de ciencia

Aunque parezca increíble, aún en nuestros días no existe una noción definitiva de ciencia,

y resulta increíble porque sus manifestaciones se encuentran presentes no sólo en

nuestro entorno cotidiano, sino en nosotros mismos, pues seguramente alguna vez

recibimos algún tratamiento médico o intervención quirúrgica que requiriera de la

aplicación de conocimientos científicos. No obstante, haremos un acercamiento lo

A

suficientemente sensato para los fines de este curso; empecemos por revisar la etimología

del término.

La palabra “Ciencia” proviene del latín

scientia, que significa conocimiento. En la

actualidad el término es utilizado para

nombrar al conjunto de conocimientos

sistematizados formulados como leyes,

teorías y principios que explican los

fenómenos de la naturaleza que son

demostrables y/o comprobables mediante la contrastación con la realidad.

Sobre el concepto de tecnología.

Usualmente la tecnología es concebida simple y llanamente como la aplicación de los

conocimientos científicos en la creación de artefactos, es decir, se piensa comúnmente

que la ciencia se limita a producir leyes y principios que más tarde los tecnólogos e

ingenieros ponen en práctica para fabricar aparatos; Incluso ahora es fácil caer en la

tentación de establecer una tajante línea divisoria entre ambas, no obstante cada vez es

más difícil trazar dicha frontera, una de las razones principales es que las investigaciones

científicas requieren de instrumentos, que son artefactos, para ser llevadas a cabo, los

artefactos tecnológicos requieren de la ciencia para ser inventados.

No podemos concebir la ciencia actual sin

microscopios, telescopios, computadoras etc., la

ciencia actual necesita de la tecnología para

desarrollarse y la tecnología no existiría sin la ciencia.

En otras palabras, cada vez que conocemos un

descubrimiento, una ley, un principio, o algún

conocimiento científico nuevo, podemos estar seguros

que dicha innovación no hubiera podido realizarse de no ser por la ayuda de la tecnología.

A este nuevo fenómeno se le conoce con el nombre de tecnociencia.

Por otra parte, la antigua imagen del científico o del inventor como ese hombre ermitaño

y raro que se la pasaba aislado del mundo, solo, metido en su laboratorio particular,

buscando leyes que descubrir o un nuevo artefacto que crear, la imagen del hombre de

ciencia como una persona a la que el mundo social no le importaba, ha cambiado;

resultaría difícil afirmar que aún existen hombres de ciencia que buscan el conocimiento

sólo por amor al saber, por el contrario, la tecnociencia de nuestros días no es producida

por hombres solitarios y desinteresados. Los nuevos desarrollos tecnológicos requieren de

inversionistas que aporten los recursos para la investigación, de científicos, de técnicos,

ingenieros y una serie de personajes más que trabajan en laboratorios compartidos, que

buscan que sus trabajos culminen en la aplicación. La tecnociencia se caracteriza por el

trabajo conjunto de una serie de personas, no sólo científicos.

El nacimiento de la tecnociencia se vio precedido

por una etapa de la historia de la ciencia conocida

como Big science (macrociencia), los grandes

proyectos que marcaron el nacimiento de esta

etapa fueron:el Radiation Laboratory de Berkeley

(la creación del radar), el Radiation Laboratory

del MIT (desarrollo del transistor), el Proyecto

ENIAC de la Moore School de Pennsylvania (creación de la primera computadora) y el

Proyecto Manhattan (desarrollo de la bomba atómica), todos fueron desarrollados en

Estados Unidos de América a partir de este momento, los grandes proyectos fueron

desarrollados por decenas de personas y no sólo por científicos aislados.

UNA RELACIÓN ÉTICA ENTRE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA.

omo mencionamos en el apartado

anterior, tanto la tecnología como

la ciencia, el fenómeno actual

conocido como tecnociencia, son

elementos netamente humanos, más aún,

productos de las acciones humanas, la

ética es la encargada del estudio de las

acciones humanas que se encuentran

dentro del campo de la moral. Cabe señalar que no toda acción humana es susceptible de

ser catalogada como buena o como mala, el hecho de patear un balón en una cancha,

observar un cuadro, caminar por la calle, en condiciones normales, no son acciones que

puedan catalogarse como buenas o malas, sin embargo acciones como mentir, robar,

matar, cometer un fraude son acciones que pueden catalogarse como malas; por otra

parte, acciones como ayudar a un desvalido, ser

caritativos, actuar con honradez, son acciones que

pueden catalogarse como buenas.

La pregunta es, ¿si las acciones producto de la ciencia y

de la tecnología pueden ser catalogadas como buenas

y/o malas desde una perspectiva moral? La respuesta es

afirmativa. La ciencia y la tecnología, sobre todo bajo la

nueva modalidad de tecnociencia han producido

artefactos que facilitan la vida del hombre en diferentes áreas: acorta distancias y

tiempos, ha aumentado la expectativa de vida humana, ha logrado que la comunicación

intercontinental sea instantánea, etc. También es cierto que los artefactos y las nuevas

tecnologías producto de la tecnociencia pueden causar daños catastróficos.

Toda actividad humana consciente que tenga la facultad de dañar o beneficiar a alguien es

susceptible de valoración moral. La tecnociencia es producida por hombres, estos cada

C

vez que tienen en mente desarrollar un nuevo proyecto tecnocientífico, contemplan: a)

objetivos, b) fines c) determinan los medios necesarios para lograr dichos fines y

objetivos, finalmente la aplicación de un proyecto concluido genera d) consecuencias.

Pensemos por ejemplo en un nuevo combustible ecológico.

El objetivo que persiguen tanto los inversionistas,

como científicos, ingenieros, técnicos, etc., es

justamente desarrollar un combustible que contamine

menos, el fin es reducir la emisión de agentes

contaminantes de los automóviles, mismos que

aportan una buena parte del total de gases que dañan

la capa de ozono; para esto se necesitan materiales y

procedimientos que serían los medios; finalmente la comercialización y uso de dicho

combustible genera consecuencias.

En otras palabras, el objetivo “es lo que se quiere lograr”, los fines tienen que ver con el

¿para qué?, los medios “son los procesos, materiales y elementos que se utilizan para

lograr el objetivo”. Analicemos primero estos tres elementos y dejemos el análisis de las

consecuencias para el final.

Existen artefactos o desarrollos tecnológicos que

son creados con objetivos moralmente

cuestionables, pensemos por ejemplo en armas

de destrucción masiva, en la intención con la que

se crearon armas de fuego de alto poder, las

bombas atómicas, de hidrógeno, etc., En este

ejemplo es fácil notar cómo la tecnociencia es

susceptible de valoración moral. Pero si vamos

más allá y preguntamos por los fines, es decir si no sólo preguntamos qué objetivo tiene

una bomba de hidrógeno (la respuesta es muy clara: causar el mayor daño posible con el

menor esfuerzo) vamos más allá y preguntamos para qué se quiere la bomba: sembrar

terror, llevar a cabo atentados, acabar con un país, dominar el mundo, o simplemente la

defensa de un país.

Hablemos ahora de los medios, de los

procesos, materiales, etc., que resultan

necesarios para cumplir los fines y objetivos.

No sólo es necesario establecer criterios

morales, al plantear el qué o el para qué de

un proyecto, sino también al determinar los

daños que pueden causarse con los

procedimientos o el uso inadecuado de materiales para la obtención de un objetivo.

Pensemos por ejemplo en los beneficios que la aplicación de la ingeniería genética y la

biotecnología ofrecen a la humanidad, que constituye uno de los debates morales más

recurrentes en la actualidad. En algunos años estás disciplinas podrán tratar de manera

más efectiva, y en el mejor de los casos erradicar enfermedades que han afectado a la

humanidad, como la diabetes, algunos tipos de cáncer, el glaucoma y algunos

padecimientos más superfluos como la calvicie y la obesidad, sin embargo, para lograr

estos objetivos y fines en las próximas décadas, los especialistas de estas nuevas ramas

del conocimiento analizan y experimentan con embriones humanos.

La pregunta que se encuentra en las

mesas de discusión es la siguiente ¿es

moralmente aceptable utilizar embriones

humanos como simples medios para el

descubrimiento de la cura de las

enfermedades? Analizaremos con

detenimiento la problemática más

adelante, por ahora sólo utilizamos el

ejemplo para mostrar cómo no sólo los

objetivos y fines de un proyecto son

materia de análisis ético, sino también los medios.

Las consecuencias son los efectos

que suceden a raíz de la aplicación

de dicha tecnología. Siguiendo con

el ejemplo, imaginemos que se

logra el objetivo de generar un

nuevo energético y que se produce

un combustible para automóvil a

base de aceite de coco,

imaginemos también que dicho

combustible se comercializa, que

se logra la reducción de agentes contaminantes de los automóviles; hasta ahí se ha

cumplido el objetivo, se han logrado los fines, pero esto puede tener como consecuencia

un problema en la economía del país, la cual depende en gran medida del petróleo con el

que se produce la gasolina que se usa habitualmente. Podemos pensar también en un

nuevo fertilizante cuyo objetivo es favorecer la producción de un vegetal determinado,

con la finalidad de garantizar el abasto de dicho producto; en este caso, tanto el objetivo

como los fines de quienes lo crearon parecen ser benéficos, pero después de un tiempo,

dicho fertilizante contribuye a erosionar el suelo en el que se utiliza inhabilitándolo para la

agricultura. En este caso es importante preguntarse si es éticamente correcto producir un

fertilizante que dañe el medio ambiente aunque contribuya a la producción de alimento.

El análisis de las consecuencias, es uno de los puntos más

interesantes pero sobre todo problemáticos para la reflexión

ética en ciencia. Así como existen artefactos que fueron

diseñados con el objetivo de causar daño y con fines que

también son moralmente cuestionables, por ende con

consecuencias catastróficas al ser aplicados, pensemos por

ejemplo en la bomba atómica y en armas nucleares, también

existen tecnologías que fueron desarrolladas con objetivos nobles, pensando en fines

benéficos que pueden tener consecuencias desfavorables, como los ejemplos del

combustible y el fertilizante lo muestran. El problema más fuerte radica en que es

imposible conocer todas las consecuencias de la aplicación de un proyecto antes de

aplicarlo.

En conclusión, la ética tiene la tarea de establecer criterios morales de acción para

científicos, ingenieros, técnicos, políticos, inversionistas y todos aquellos que estén de una

u otra forma involucrados en el desarrollo de las nuevas tecnologías, con base en el

análisis de objetivos, medios, fines y consecuencias de cada nuevo proyecto tecnológico.

IMPACTO DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA EN EL PROGRESO DE LA SOCIEDAD EN DIFERENTES

ÁMBITOS

El ser humano es uno de los mamíferos más

vulnerables de la naturaleza: no cuenta con

un pelaje que lo proteja del frío, ni con la

fuerza y corpulencia de los grandes animales

para cazar o protegerse de los depredadores,

ni garras y colmillos afilados para rasgar la piel

de sus presas, ni la velocidad y agilidad de los

felinos. Las crías humanas, son posiblemente

las más desprotegidas de los grandes

vertebrados: tiene que pasar al menos un año

para que puedan caminar, mientras las crías

de los demás animales, caminan horas

después de nacer, ni qué decir del tiempo que tiene que pasar para que sean capaces de

conseguir su propio alimento y valerse por sí mismos. Requieren de cuidados por un

tiempo prolongado.

A pesar de la falta de atributos físicos, están aptos

para la supervivencia, el hombre cuenta con una

capacidad racional superior que es la que le ha

permitido no sólo sobrevivir, sino dominar su

entorno sobre el resto de las especies vivas. Gracias

a esa capacidad el hombre fue capaz de transformar

las condiciones naturales, de manera consciente, a su conveniencia; es decir, a diferencia

de los animales que tienen que adaptarse al entorno para sobrevivir, el hombre adapta el

medio a sus propias condiciones.

A falta de atributos físicos para la caza, tomó un palo y lo afiló para crear una lanza, a falta

de alimentos vegetales en una zona determinada, inventó la agricultura, para garantizar el

abasto de carne animal y para aprovechar la fuerza motriz de éstos, creo la ganadería,

para protegerse del frío utilizó pieles de animales y generó fuego de forma artificial, el

cual sirvió para muchas cosas más. Posteriormente dominó los metales, aumentando con

esto la resistencia y eficiencia de sus armas y herramientas.

En conclusión, mientras que los animales

experimentan problemas para permanecer en

un lugar determinado debido los cambios

climáticos, el asecho de depredadores y/o la

falta de alimentos, el hombre encontró la

manera de manipular y transformar elementos

del entorno, desde afilar un palo, hasta dominar

el fuego y los

metales.

La capacidad humana de transformar el estado natural de

las cosas de manera consciente con la intención de obtener

un beneficio, se conoce como técnica. Dicha capacidad

humana, le permitió al hombre permanecer en el mundo

desde su aparición como homo sapiens, pero ésta característica humana se vio

transformada con la aparición de la ciencia.

Anterior al desarrollo de la ciencia, los artefactos técnicos eran producidos para satisfacer

necesidades inmediatas, es decir, tenían un fin determinado, eran producidos mediante el

ensayo–error, una vez que las necesidades eran satisfechas, no había necesidad de

producir nuevos, sino hasta que hubiera nuevas necesidades. Con la llegada de la ciencia

las cosas cambiaron radicalmente, la técnica adquirió un soporte científico y se convirtió

en lo que hoy conocemos como tecnología.

A diferencia de la técnica premoderna, la tecnología evoluciona constantemente, parece

nunca detenerse y no tener fin por muchas razones, por ejemplo, la competencia tanto

entre países como entre empresas, si una de ellas produce un artefacto superior muy

sofisticado, puede tener la seguridad de que las demás empresas harán lo imposible por

superarlo, de hecho lo superarán si no se preocupa por mejorarlo.

Otra de las razones por las que la tecnología no cesa

su evolución acelerada es la amenaza de la guerra.

Ante la amenaza de la guerra, las grandes potencias

mundiales destinan cantidades enormes de su

presupuesto a la investigación y el desarrollo de

nuevas tecnologías, que resultan útiles para el resto

de la población; recordemos que algunos de los

inventos más populares del último tercio del siglo pasado como la computadora y el disco

compacto surgieron con fines bélicos.

El control y bienestar de la población de las grandes urbes también es un motivo para la

evolución, garantizar el abasto de alimento, la seguridad y el bienestar de las ciudades

cada vez más pobladas también es un estímulo para el desarrollo de la tecnología.

Una razón más por la que la tecnología no detiene su

desarrollo tiene que ver con la firme creencia de los

consumidores, de que el desarrollo tecnológico no

tiene fin, es decir, ninguno de nosotros piensa que el

más sofisticado automóvil, teléfono celular o

computadora del momento, será el mejor de la

historia, que no será superada jamás, por el

contrario, pensamos que en poco tiempo habrá prototipos mejores.

La técnica, llevada a su máxima expresión gracias a la ciencia, se convirtió en tecnología y

más tarde en tecnociencia, ha impactado en casi todos los ámbitos de la vida humana,

tanto de forma positiva como de forma negativa: se han erradicado enfermedades, ha

aumentado la expectativa de vida del hombre, se ha revolucionado la comunicación, se

han creado nuevas formas de diversión y de entretenimiento; la técnica no sólo ha

permitido la supervivencia del hombre, sino tener una vida más cómoda.

La configuración de la realidad ha cambiado por completo, gracias a la técnica, la ciencia, y

la tecnología, tan es así, que el tipo de necesidades que experimentaba un homo sapiens

en la prehistoria no se parecen en absoluto a lo que el hombre de hoy considera

necesario.

Nadie está preocupado

por recolectar frutos o

por cazar un animal

silvestre para poder

comer, ni por

encontrar una cueva si

llueve, o por caminar

con cautela para eludir a los depredadores. Las necesidades actuales, son nuevas gracias a

la tecnología, y algunas de estas necesidades, eran inconcebibles hace unos años, cobran

cada vez más importancia, por ejemplo, hace tan solo 40 años nos habríamos reído de la

angustia que experimentan quienes una mañana olvidan el teléfono celular en casa y

saben que no podrán tenerlo hasta la noche, o del sufrimiento de quién no podrá ver su

programa de tv favorito o de quien se siente ansioso por no haber revisado su facebook en

un par de días.

La tecnología también ha afectado de forma negativa la

vida humana: la deforestación, el cambio climático, la

emisión de gases, el exceso de basura, la extinción de

especies, el daño a la capa de ozono, el deshielo de los

polos, etc., son producto de la intervención humana

bajo la modalidades de tecnología y tecnociencia. Si la

gran cantidad de artefactos como autotransportes,

aires acondicionados, refrigeradores, toda la energía y gases emitidos producto de su

manufacturación, sin la gran demanda de árboles para la fabricación de muebles,

utensilios y papel, sin la gran cantidad de desechos que las factorías producen, sin la

enorme cantidad de energía requerida para mantener en movimiento el mundo

contemporáneo.

Es claro que el daño es producido por nuestra forma de vida, sin embargo renunciar a ella

es prácticamente imposible. Todo parece indicar que no habrá una solución a los

problemas ecológicos sin un sacrificio por parte del género humano, es decir, sin una

renuncia parcial a los beneficios que la ciencia, la tecnología y la tecnociencia

proporcionan al hombre, que generan efectos secundarios nocivos.