testimonio vocacional i
DESCRIPTION
testimonio vocacional de la superiora generalTRANSCRIPT
SEMANA VOCACIONAL TESTIMONIO
Sor María Josefa Larraga Cortés, es Superior General de las hermanas Mercedarias de la Caridad y ha promovido una pastoral vocacional desde el testimonio personal y comunitario, en otras palabras, una pastoral vocacional por contagio. En esta semana vocacional mercedaria, quiere ofrecer a los jóvenes el testimonio de su itinerario vocacional y sobre todo la convicción de que ha elegido la mejor parte al responder a la llamada para el seguimiento de Jesucristo Redentor.
2011
01/01/2011
Mi confesión de fe en la familia religiosa a la que pertenezco es
esta: mil veces que volviera a nacer, mil veces sería hermana
mercedaria de la caridad ¡TANTO ME HA BENDECIDO DIOS CON ESTA
VOCACION! Hoy, cuando el tiempo ha pasado y puedo mirar los
acontecimientos de mi vida y mi tiempo como kairós, puedo decir
que la gracia más grande que Dios me ha concedido con la vida y
con la consagración bautismal ha sido la gracia de la vocación a ser
hermana mercedaria de la caridad. He vivido con tanto gozo y con
tanta felicidad todo lo que esta vocación conlleva, que mi íntimo
deseo sería pasar la llama para que otros pudieran tener en la vida
mi misma experiencia.
Recuerdo exactamente el momento en el que Dios me llamó –
delante de un Crucifijo, a las siete de la tarde de un 21 de noviembre,
en el que se celebraba la fiesta de María Niña, en una casa de
ejercicios en los que participaba con otras jóvenes con las que
cursaba estudios, aunque el gusanillo de seguir a Jesús lo llevaba
dentro desde hacía mucho tiempo. Después he comprendido que
Jesús nos llama desde el seno materno, por tanto, que la vocación es
desde siempre y para siempre según dice el profeta y corrobora San
Pablo en su carta a los Gálatas:
Sin duda, descubrir que fui llamada desde el seno materno y que, por tanto,
la vocación es una llamada cotidiana y gratuita por parte de Dios, me
condujo a sentirme la mujer más afortunada del mundo. Lo dejé todo y me
lancé a la aventura de seguir a Jesús, no sin dificultades: En aquel momento
de mi vida tenía un porvenir desde los estudios que había realizado y tenía
que dejar a mi madre, viuda y con tres hijos más, a la que tenía la
responsabilidad de ayudar. Pero Jesús fue más fuerte que todos los
obstáculos, porque Aquel que reveló su rostro en mí, no lo apartó ni un
momento ni de mi mirada ni de mi corazón. Decidí entonces ingresar en
esta familia religiosa, atraída por Jesús, por María de la Merced, por la
Más cuando Aquel que me separó desde el seno de
mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien
revelar en mí a su Hijo… (Gál 1,15; Is 49,1)
entrega de las hermanas a los más pobres y humildes y por la alegría y
sencillez que manifiestan.
Como digo más arriba, nunca me he arrepentido de aquel momento en que
llegué al noviciado de Zumárraga, Guipúzcoa, en una mañana lluviosa y
fría, en la que las hermanas celebraban la fiesta de la Congregación. Me
acompañó mi madre y lo hizo con tanta generosidad y con tanto amor de
amor, que me dijo: hija mía, sé feliz, y si no lo eres, las puertas de tu casa
estarán siempre abiertas para ti. Mi madre ha sido a lo largo del tiempo el
mejor testigo de mi vocación, la que siempre me ha puesto con Jesús y la
que me ha dicho, también con gran generosidad, ¡qué feliz se siento, hija
mía, de que seas mercedaria de la caridad!
He querido presentar el testimonio de mi propia vida, llena de pobreza y de
limitaciones, pero también llena de Dios, de su gracia, de su merced y de su
llamada. Creo que la mejor pastoral vocacional se hace por CONTAGIO. Es
decir, tenemos que
decir a los demás lo
que hemos visto y
oído, decir con el
apóstol Juan: Lo que
hemos oído, lo que
hemos visto con
nuestros ojos, lo que
contemplamos y
tocaron nuestras
manos, acerca de la
Palabra de la vida… Esto os anunciamos (1 Jn 11-2).
A todos los jóvenes y las jóvenes digo lo que Jesús dijo a los dos discípulos
cuando le preguntaron dónde vivía: ¡Venid y lo veréis! Fueron, vieron y se
quedaron. Por lo visto, la persona de Jesús, como nos ha pasado a todos los
llamados, les fascinó. La fascinación fue tan grande que ellos también
recordaban el momento y decidieron quedarse con El. (Cf. Jn 1,36-39). La
felicidad de la llamada produce tanta alegría que, inmediatamente, estos
discípulos fueron y se lo comunicaron a otros… El contagio de la propia fe,
del encuentro con Jesús y con su persona, de la buena noticia descubierta,
de la merced vivida nos lleva a contar a otros lo que nos ha sucedido. La
vida se convierte entonces en acontecimiento de buenas noticias para los
demás.
Deseo que muchos jóvenes sientan sobre su propia mirada y sobre su propio
corazón, la mirada fascinante de Jesús. Pido que la liberación de Dios pueda
llegar a muchas esclavitudes, porque haya muchos jóvenes que se
comprometan con el Evangelio de la caridad y de la liberación. Y con
Antonio Gala os digo: En el amor, lo que una vez aconteció, continúa
aconteciendo para siempre. En mi vida, el amor de Jesús, continuará por los
siglos. En esta fidelidad me apoyo y ella me da fuerzas para vivir
cotidianamente ese primer amor que me fascinó y que sigue fascinándome
cada día. Un amor que es fuente de alegría para mí y de esperanza para
muchos.
¿Quieres, además, que te confíe un secreto? Ahí va: JESUCRISTO ES EL
MAS BELLO DE LOS HIJOS DE LOS HOMBRES (Salmo 44)