tesid david (1corregido)
DESCRIPTION
tesis de licenciaturaTRANSCRIPT
-
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE FILOSOFA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIN
CARRERA DE CIENCIAS DEL LENGUAJE Y LITERATURA
LA PRECESIN DE SIMULACROS EN EL LIBRO PREPOEMAS EN POSTESPAOL
DE JORGE ENRIQUE ADOUM
Proyecto de graduacin presentado como requisito para optar por el Ttulo de Licenciatura en
Ciencias de la Educacin mencin Ciencias del Lenguaje y Literatura
AUTOR: DAVID ANDRS VALLEJO ESPINOZA
C.C. 1718371915
TUTOR: MSc. PAL FERNANDO PUMA TORRES
Quito, Julio de 2015
-
ii
DEDICATORIA
Dedico el presente trabajo a Dios, a mi hija y esposa con mucho cario que con su apoyo constante
han sido un motor importante para culminar el presente trabajo, a mis padres que nunca me dejaron
de alentar en todo momento y con su amor han hecho de mi un buen hombre, hijo y padre.
Menciono especialmente al MSc. Pal Puma que me ayud a elaborar el presente proyecto, adems
de ayudarme a concluirlo con agrado.
-
iii
AGRADECIMIENTO
Primero agradezco a Dios que siempre est conmigo, y como un faro en la ms absoluta obscuridad
me gua para simplemente ser mejor.
Agradezco tambin a mi familia, a mi hija, mi esposa, mis padres; que con su apoyo incondicional
han hecho posible continuar, sin contar las veces que cuando la vida golpea bruscamente, lo
reconfortan con un gesto de amor.
Un agradecimiento especial a mi Alma Mter, cuna de los sueos cumplidos, donde fue un orgullo
llamarme "Centralino" y recorrer sus aulas con xito.
A mi bella Facultad, a la Carrera de Ciencias del Lenguaje y Literatura, y sus docentes los mismos
que todo el tiempo que he podido estar en la Universidad Central del Ecuador han hecho de m, un
buen profesional en el mbito educativo y su profesionalismo ha dejado en m una huella
imborrable.
Al MsC. Pal Puma por su labor, dedicacin y objetividad al revisar el presente trabajo que a travs
de su experiencia he podido culminar satisfactoriamente.
Y en especial a todas las personas que de una manera u otra ayudaron a culminar este sueo que
empez hace 5 aos.
-
iv
AUTORIZACIN DE LA AUTORA INTELECTUAL
Yo, David Andrs Vallejo Espinoza, en calidad de autor del trabajo de investigacin realizada
sobre "LA PRECESIN DE SIMULACROS EN EL LIBRO "PREPOEMAS EN
POSTESPAOL" DE JORGE ENRIQUE ADOUM", por la presente autorizo a la
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR, hacer uso de todos los contenidos que me
pertenecen o de parte de los que contienen esta obra, con fines estrictamente acadmicos o de
investigacin.
Los derechos que como autor me corresponden, con excepcin de la presente autorizacin,
seguirn vigentes a mi favor, de conformidad con lo establecido en los artculos 5, 6, 8; 19 y dems
pertinentes de la Ley de Propiedad Intelectual y su Reglamento.
Quito, a 20 das del mes de julio de 2015.
________________________
David Andrs Vallejo Espinoza
C.I. 171837191-5
-
v
APROBACIN DEL TUTOR
En mi carcter de Tutor del Trabajo de Grado, presentado por el seor David Andrs Vallejo
Espinoza titulado LA PRECESIN DE SIMULACROS EN EL LIBRO "PREPOEMAS EN
POSTESPAOL DE JORGE ENRIQUE ADOUM.
Considero que dicho trabajo rene los requisitos y mritos suficientes para ser sometido a la
presentacin pblica y evaluacin por parte del jurado examinador que se designe.
En la ciudad de Quito a los 26 das del mes de mayo de 2015.
______________________
MsC. Pal Fernando Puma Torres
C.I.: 171059390-4
-
vi
NDICE DE CONTENIDOS
Portada i
Dedicatoria ii
Agradecimiento iii
Autorizacin de la autora intelectual iv
Aprobacin del Tutor v
ndice de contenidos vi
Resumen viii
Abstract ix
Introduccin 1
CAPTULO I: El Problema 2
a. Planteamiento del problema 2
b. Formulacin del problema 3
c. Objetivos 3
d. Preguntas directrices 4
e. Justificacin 5
CAPTULO II: Marco Terico 6
FUNDAMENTACIN TERICA 6
I. LA PRECESIN DE SIMULACROS: La bsqueda del objeto potico 6
CONSIDERACIONES PREVIAS: simulacro de una introduccin 7
DELIMITACIONES CONCEPTUALES: simulacro, simulacin, 9
hiperrealidad
ACERCAMIENTO METODOLGICO AL SIMULACRO: la sucesin 12
de sntomas
LA FUNCIN DEL SIMULACRO: una estrategia de disuasin 15
LA REPRESENTACIN NEGADA: el simulacro esttico 17
SIMULACRO POTICO: lo real como poesa 19
EL HACEDOR DEL SIMULACRO: la conciencia del poeta 21
TRANSESTTICA DEL POEMA: anlisis del objeto potico 22
EPLOGO: qu hacer? 27
-
vii
II. JORGENRIQUE ADOUM: entre la tradicin de la ruptura y el cansancio 29
de las formas
CONSIDERACIONES PREVIAS: ensayo de una introduccin 30
PERSPECTIVAS TERICAS: la comprensin de la forma 30
LA MODERNIDAD: Jorgenrique cara a cara al modernismo 33
LA VANGUARDIA: Jorgenrique y la soledad desolada 35
LOS HEREDEROS DE LA VANGUARDIA: Jorgenrique habla de 36
las cosas sencillas
POESA COLOQUIAL: Jorgenrique contra s mismo 40
JORGENRIQUE: conclusin apresurada 43
CAPTULO III: Metodologa 44
DISEO DE LA INVESTIGACIN 44
PARA LEER LOS PREPOEMAS: una apuesta al modelo de la 45
Expresin
Instrumento de anlisis 48
CAPTULO IV: Resultados 50
ANLISIS E INTERPRETACIN DE RESULTADOS 50
DESENTRAAMIENTO DEL OBJETO: en bsqueda de la 50
interpretacin
CAPTULO V: Conclusiones y Recomendaciones 110
Conclusiones 110
Recomendaciones 112
CAPTULO VI: La propuesta
ENSAYO ACADMICO 113
LA LTIMA INSTANCIA DE REPRESENTACIN: Jorgenrique 113
y la subversin del simulacro (in-conclusin ensayada)
BIBLIOGRAFA 118
-
viii
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE FILOSOFA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIN
CARRERA DE CIENCIAS DEL LENGUAJE Y LITERATURA
LA PRECESIN DE SIMULACROS EN EL LIBRO PREPOEMAS EN POSTESPAOL
DE JORGE ENRIQUE ADOUM
Autor: VALLEJO ESPINOZA, David Andrs
Tutora: M. Sc. Pal Fernando Puma Torres
Fecha: Quito, 26 de mayo de 2015
RESUMEN
El presente trabajo de investigacin tiene como propsito develar la importancia de la obra potica
de Jorge Enrique Adoum con su libro Prepoemas en Postespaol, para revertir la precesin de
simulacros planteada por Jean Baudrillard. Este ensayo realiza un anlisis semitico con ideas
lingsticas de Hjemslev, que no solo dejan ver lo esttico de la obra de Adoum sino dan un
horizonte al por qu Prepoemas en Postespaol es ms que un naufragio creativo, es la
subversin del simulacro, del cual el poeta est consciente pero busca esa orga del signo para
desenmascarar la estructura, el hueso del simulacro, y desnudar esa hiperrealidad que devora al ser
humano, vano consumidor de signos, el mismo que yace ausente en la realidad. Y no cabe duda
que Adoum con todas sus facetas poticas supo buscar ms all de las letras, encontrando su
esencia de escritor detrs del abismo de Prepoemas.
PALABRAS CLAVES: HIPERREALIDAD, PRECESIN DE SIMULACROS, JEAN
BAUDRILLARD, SUBVERSIN DEL SIMULACRO, PREPOEMAS EN POSTESPAOL,
ANLISIS SEMITICO.
-
ix
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE FILOSOFA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIN
CARRERA DE CIENCIAS DEL LENGUAJE Y LITERATURA
DRILL ACCURACY IN BOOK "PREPOEMAS IN POSTESPAOL" BY JORGE
ENRIQUE ADOUM
Author: VALLEJO ESPINOZA, David Andrew
Tutor: M. Sc Puma Paul Fernando Torres.
Date: Quito, May 26, 2015
ABSTRACT
This current research work is intended to reveal the relevance of the poetic work by Jorge Enrique
Adoum in his book "Prepoemas in Postespaol" in order to revert precession of drills, proposed by
Jean Baudrillard. This essay makes a semiotic analysis with Hjelmslevs linguistic ideas, that not
only exposes the aesthetic element of Adoum work but also provide a horizon to why "Prepoemas
in Postespaol" is more than a "creative wreckage", It is the drill subversion, of which the poet is
aware, but seeks the sign orgy to unmask the drill bone and denude such hyper reality consuming
the human being, vain consumer of signs, which is not existent in the "reality". No doubt that
Adoum and all his poetic stage found beyond the letters, his essence of writer behind the
Prepoemas abysm.
KEY WORDS: HYPERREALITY, DRILLS PRECESSION, JEAN BAUDRILLARD, DRILLS
SUBVERSION, PREPOEMAS IN POSTESPAOL, SEMIOTIC ANALYSIS.
-
1
INTRODUCCIN
La precesin de simulacros es una teora presentada por Jean Baudrillard, semilogo cuyos
aportes han sido importantes para esta rama del conocimiento. En ella establece que despus de la
modernidad se cre un hiperrealidad, la misma que solo es producto de la intervencin de la
tecnologa en la actualidad. Esto hizo de la representacin, es decir la relacin Sujeto-Objeto, un
simulacro en el cual no existe Sujeto, este est ausente y solo es un consumidor. Pero tampoco
existe un realidad, el simulacro se encarga de enmascarar esta ausencia son una repeticin infinita
de formas llamada el lgebra combinatoria.
Jorge Enrique Adoum es un referente para las letras ecuatorianas, escritor cosmopolita y
multifactico; que present dotes literarios desde muy temprano, lo mismo que lo llevara a ser
secretario personal de Pablo Neruda, sin embargo Adoum no solo vivi un etapa en la literatura,
sino vivi un vida de destierros y dictaduras, conllevndolo as a reinventarse con cada suceso. Es
as que desde los Los Cuadernos de la tierra nos encontramos a un Adoum influenciado por lo
telrico, hasta que en Curriculum Mortis notamos la presencia de Jorgenrique con caractersticas
propias, todo posterior a Prepoemas en Postespaol, poemario donde el escritor siente esa
necesidad de destruirse, desnudar las formas para al fin reinventarse.
El trabajo de investigacin consta de seis captulos que se detallan a continuacin:
Captulo I. El Problema. Tema, lnea de investigacin, planteamiento del problema, justificacin,
objetivos, cuadro de preguntas directrices.
Captulo II. Marco Terico. La precesin de simulacros, consideraciones previas, delimitaciones
conceptuales, acercamiento metodolgico al simulacro, la funcin del simulacro, el hacedor del
simulacro, Jorgenrique Adoum: entre la tradicin de la ruptura y el cansancio de las formas.
Captulo III. Metodologa de la investigacin. Para leer los Prepoemas, instrumento de anlisis
Captulo IV. Anlisis de resultados. Desentraamiento del objeto potico: Anlisis del poemario
Captulo V. Conclusiones y Recomendaciones.
Captulo VI. La propuesta. Ensayo Jorgenrique y la subversin del simulacro (in-conclusin
ensayada)
Este trabajo concluye con la bibliografa correspondiente.
-
2
CAPTULO I
EL PROBLEMA
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Alrededor de la obra de Jorge Enrique Adoum se han establecido varios referentes de
interpretacin. Desde aquellos en que se trata de vincularlo directamente a la influencia que ejerci
sobre l Pablo Neruda o la que busca descubrir en sus textos elementos para la comprensin de un
perodo histrico conflictivo, trnsito de la utopa al desencanto.
Sin embargo, la postura de la crtica y de la acadmica pocas veces se ha acercado al
estudio pertinente de su produccin literaria. Los discursos epistemolgicos, desde donde parten,
son o bien el sociolgico o bien el psicoanaltico. Metodolgicamente se requiere que, siendo el
lenguaje el soporte material de la literatura, se parta de un modelo de anlisis que se centre en la
forma (lingstico), y de uno de interpretacin que permita intercalar el proceso de significacin
dentro de un contexto determinado (semitica).
Se considera indispensable que los estudios literarios y sus investigaciones propongan
posturas epistemolgicas y metodolgicas que replanteen la prctica interpretativa del texto. Leer
el poema, por ejemplo, en su estructura para que, luego de un proceso de extrapolacin, se lo re-
escriba. Visin interdisciplinaria que asegurar la retroalimentacin creativa y que ser esbozada en
este trabajo.
-
3
FORMULACIN DEL PROBLEMA
Tema:
La precesin de simulacros en la obra potica de Jorge Enrique Adoum.
Ttulo:
La precesin de simulacros en el libro Prepoemas en Postespaol de Jorge Enrique Adoum.
Problema:
Cmo se manifiesta la precesin de simulacros de Jean Baudrillard en la obra Prepoemas en
Postespaol de Jorge Enrique Adoum?
OBJETIVOS
Objetivos generales:
Identificar los elementos semiticos en el libro "Prepoemas en Postespaol" segn la teora
de precesin de simulacros de Jean Baudrillard.
Interpretar el libro " Prepoemas en Postespaol" de Jorge Enrique Adoum con la teora del
proceso de precesin de simulacros.
Objetivos especficos:
Caracterizar el proceso de precesin de simulacros segn Jean Baudrillard en una teora de
anlisis del texto potico.
Delimitar el alcance y validez del proceso de precesin de simulacros para el anlisis del
texto potico.
Explicar el proceso creativo en la obra de Jorge Enrique Adoum a travs de la conexin de
su propuesta esttica en relacin con el desarrollo de la poesa continental latinoamericana
en el siglo XX.
Sintetizar los resultados del anlisis del texto potico en un ensayo literario.
-
4
PREGUNTAS DIRECTRICES
Qu es la teora de precesin de simulacros?
Cmo se aplica la teora de precesin de simulacros para el anlisis e interpretacin del
texto potico?
Cul fue el proceso que sigui la obra potica de Jorge Enrique Adoum?
En qu medida el libro Prepoemas en Postespaol puede interpretarse como un
simulacro?
Cmo el estilo de Jorge Enrique Adoum para la subvierte la precesin de simulacro?
-
5
JUSTIFICACIN
La necesidad de reinventar el imaginario social implica la responsabilidad de la
Universidad Pblica de asumir los procesos de construccin de la identidad. De modo que los
estudios literarios aportan a la reflexin crtica de cmo tal o cual elemento de la cultura aport o
aporta a su estructuracin. Sin embargo, el objeto como tal no es sino un producto construido por el
ser humano para la satisfaccin de sus necesidades. As que se precisa de una mirada que vea la
totalidad para que la abstraccin parta de condiciones objetivas que la sostengan.
La Carrera de Ciencias del Lenguaje y Literatura ha trazado lneas de investigacin que se
inscriben en la necesidad antes anotada. De manera que la actual propuesta, reivindica la
produccin literaria nacional, pero con la singularidad de partir de otras perspectivas tericas para
el abordaje del objeto esttico. La aplicacin de la semitica en el estudio de la poesa tiene que
enfrentarse, necesariamente, a la falta de una bibliografa especializada y al enraiciamiento de un
discurso que ha influido notoriamente en el ensayo literario.
El anlisis desembocar en la escritura de un ensayo acadmico, en que a base del dilogo
simultneo de diversos autores, permitir dar forma propia a la voz potica de Jorge Enrique
Adoum, sin descuidar de ninguna manera el papel activo de quien escribe, pues es la lectura un
proceso de re-escritura del texto original.
-
6
CAPTULO II
MARCO TERICO
FUNDAMENTACIN TERICA
I. LA PRECESIN DE SIMULACROS: La bsqueda del objeto potico
La realidad de la simulacin es insoportable, ms cruel que el teatro de la
crueldad de Artaud, que fue la ltima tentativa de una dramaturgia de la vida, el
ltimo sobresalto de una idealidad del cuerpo, de la sangre, de la violencia en un
sistema que lo arrastraba ya hacia la absorcin incruenta de todas las opciones.
Nuestra suerte est echada. Toda dramaturgia e incluso toda escritura real de
la crueldad ha desaparecido. La simulacin es quien manda y nosotros no
tenemos derecho ms que al , a la rehabilitacin espectral, pardica, de
todos los referentes perdidos, que todava se despliegan en torno nuestro, bajo la
luz fra de la disuasin (incluido Artaud que, como el resto, tiene derecho a su
, a una segunda existencia como referente de la crueldad).
(Baudrillard, 1978, p. 73)
-
7
CONSIDERACIONES PREVIAS: simulacro de una introduccin
Jean Baudrillard, a ratos considerado un gur de la posmodernidad, a ratos un socilogo de
la ciencia ficcin, en otros un telogo del desencanto, parti del situacionismo de los setenta y del
post-estructuralismo para re-pensar la contemporaneidad desde una sociologa-discurso crtico-
etnografa de la comunicacin. Quiz el giro lingstico que asumi la filosofa de su tiempo o la
intensidad de una poca signada por el frenes de las ideas existencialistas, el boom de una
literatura que apareca como si fuese un nuevo mito apenas descubierto, la temeridad del ser
humano en las puertas de su autodestruccin a causa de la amenaza nuclear, o la industria de una
cultura que cifr su destino en la construccin de una ltima alternativa para la crisis, lo llevaron a
centrar sus trabajos en una rbita poco contemplada. De modo que sus investigaciones, en parte
eclcticas, en parte re-lecturas de viejos conceptos o re-elaboraciones sintticas de
interdisciplinariedad, fueron interpretaciones empricas de lo inmediato.
Sus obras ensayan la posibilidad de una hermenutica profunda que no precisa de
metalenguajes absorbentes para su lectura. Propuestas, que sin rayar en lo snob o kitsch de una
crtica obsoleta, revitalizan las ciencias sociales desde una perspectiva alentadora, porque las
nuevas condiciones de existencia objetiva del ser humano y de las relaciones que mantiene con las
instituciones (sistemas de valores) que ha creado varan de acuerdo al desenvolvimiento del
hombre en la cultura. Partiendo de la dialctica de la historia, llev hacia un ms all insospechado
las categoras de anlisis marxistas. A pesar de las acusaciones que recibi por parte de los tericos
ortodoxos de la ciencia, sus investigaciones en torno a la economa poltica del signo constituyen
un referente imprescindible para el entendimiento de las actuales condiciones de vida.
A pesar de que su propuesta no sigui un hilo programtico de desarrollo, varios elementos
del sistema conceptual que engendr abren las perspectivas para la re-interpretacin de la realidad.
As como en la antigedad clsica, la filosofa aristotlica se convirti en el corpus impostergable
de cualquier intento de reflexin si de entender la vida natural, fsica o social se trataba; la
propuesta de Baudrillard permite una mirada total sobre el fenmeno postmoderno. Y es que, aun
en contra de la nostalgia de la Ciencias Sociales, hoy por hoy no se puede negar que se vive en un
sistema-mundo que desde hace mucho ha dejado de ser el viejo modelo de Estado-Nacin. La
produccin de mercancas en la actualidad se extiende hasta lmites inimaginables, de suerte que
todo cuanto piensa, desea, suea el ser humano tiene un valor de intercambio, y su consumo
inmediato supone la mediacin de una tecnologa en particular.
Siendo estas las condiciones, la literatura no puede estar exenta de esta espiral patolgica
que caracteriza el ciclo de xtasis/depresin de las sociedades contemporneas. De ah, el inters
-
8
por construir una metodologa que partiendo de las tesis de Baudrillard, pueda utilizarse para la
interpretacin de la obra literaria. Aunque el desafo ms duro de sobrepasar fue el de entender que
la escritura, al igual que cualquier medio de comunicacin, es una tecnologa. No obstante, lo
sencillo que parece; tal discernimiento fue producto de una bsqueda retrospectiva sobre las
posibilidades tecnolgicas que permiten la codificacin del mensaje esttico.
La escritura no naci del azar, tard siglos en consolidarse. Y necesit de una cultura (los
griegos) que lo perfeccionara, para que tenga la capacidad suficiente para expresar tanto los
contenidos inmediatos y profundos del mundo, tanto de lo real-concreto como de lo real-
imaginario. El mito de la prdida de Europa relata que el rey Agedn de Sumeria envo a sus hijos
a buscar y rescatar a la hermana secuestrada. Sera Cadmo, segn la tradicin, quien arribara al
Peloponeso, y enseara a los griegos el misterio de la escritura. Sin embargo, egipcios, chinos y
persas poseen mitos mucho ms antiguos que intentan aproximar a la humanidad hacia el momento
en que la fuerza de una divinidad inescrutable revel a los seres humanos el fuego de la memoria.
El papel que desde la Antigedad Clsica desempe la escritura, slo por dar un ejemplo, no se
reduce al de informar tal cual parece suceder en la actualidad-, su funcin estuvo revestida por la
religin, la filosofa y la literatura. Pero, se debera al influjo torrencial del Renacimiento, y al
aporte de los rabes, que la escritura se convertira en el vehculo de una propuesta civilizatoria.
Occidente utiliz como smbolo de su desarrollo a la escritura, porque la contienda del ser humano
contra la naturaleza y la supremaca de un pueblo sobre el otro, dependi no solo de la fuerza fsica,
sino de los instrumentos que cre el ser humano para poder facilitar, tomar ventaja y consolidar su
posicin. El discurso de la razn, entonces, se engendr y expandi a travs de la tecnologa de la
escritura. Por tanto, si la propuesta terica de Baudrillard prioriza los medios a las relaciones
sociales, se puede tranquilamente interpretar una obra literaria si se parte de la premisa de que la
escritura es una tecnologa.
Entre sus diferentes apuestas epistemolgicas, la teora de precesin de simulacros
fundamenta la caracterizacin del momento cultural que atraviesa la humanidad en este perodo
histrico. Ya no es la revolucin industrial y la produccin en grandes fbricas, o aquella obsesin
por lo descomunal que tanto deslumbr a Marx o a cualquiera de los intelectuales del siglo XIX.
Una existencia reducida al extremo del aislamiento, condiciones de sobredosis de informacin,
comodidad, desperdicio, indiferencia, cosificacin de las relaciones humanas aparecen en el
escenario como resultados fatales de la interaccin del ser humano con la naturaleza a travs de
todos los medios tecnolgicos. Y no es que el pesimismo sea la postura de Baudrillard; su radical
realismo a la hora de entender el fenmeno social lo llev a considerar que la sociedad
contempornea se encuentra atravesando un nuevo perodo: la era de los simulacros, propio de las
sociedades postindustriales que dejando de producir bienes, producen hoy valores.
-
9
La literatura, por su parte, no tiene una territorialidad definida. Su universo es el idioma, y
no importa de dnde provenga su lector-escritor, lo que realmente interesa es la capacidad
expresiva que posee para convertir la escritura cotidiana en un acto de subversin del sentido. De
ah que un hilo permite partir de las tesis de Baudrillard para interpretar la obra literaria. En el caso
concreto de la poesa, por ejemplo, la connotacin en que se materializa como texto. Connotacin
que entendida desde las ideas del socilogo francs es un fenmeno de abstraccin que aparta al
significado del referente, y que permite la construccin de un proceso de anlisis para su temeraria
interpretacin.
Como el texto potico est escrito en un cdigo al que no pueden acceder todos los
lectores, se supone que la escritura (tecnologa) se ejecut de acuerdo a un estilo e intencionalidad
especfico (procedimiento). El discernimiento de ambos elementos, en un principio, permitir
explicar cmo se produce el simulacro esttico dentro del poema. Las distintas fases de transicin
que el simulacro como proceso tiene requerirn, a su vez, del apoyo de otros elementos tericos.
De modo que, si el material del que est hecho el poema es el lenguaje, se recurrir al aporte de la
lingstica para su yuxtaposicin con el modelo de precesin de simulacros. Hjelmslev ofrece un
aparataje especulativo indispensable para poder analizar el poema-simulacro. De este modo, la
bsqueda del objeto potico se traduce en una praxis de investigacin interdisciplinaria.
DELIMITACIONES CONCEPTUALES: simulacro, simulacin, hiperrealidad.
Jean Baudrillard (1978) inicia su teora de la precesin de simulacros con una fbula de
Jorge Luis Borges para ejemplificar el Simulacro de Segundo Orden, que consiste en una imitacin
que con el tiempo llega a confundirse con el original. El mapa trazado por los cartgrafos, en
Borges, que recubre con exactitud todo el territorio, acaba convertido en el territorio mismo. Es
decir, este simulacro o abstraccin, que bien podra ser un mapa, como en el cuento del escritor
argentino, o bien un doble, o un espejo, o un mismo concepto se impone a la realidad para existir
como su reemplazo inmediato.
Baudrillard precisa la idea que la simulacin en los procesos culturales contemporneos no
pretende representar un elemento de la realidad objetiva. Pues bien, las condiciones materiales de la
economa capitalista permiten que la simulacin parta de algo real sin origen ni realidad que es la
hiperrealidad: La simulacin no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia,
sino que es la generacin por los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal
(Baudrillard, 1978, p. 5).
-
10
De manera que, lo hiperreal, definido como algo real sin origen ni realidad, se convierte en
la condicin necesaria para el simulacro. Ms adelante, Baudrillard caracteriza a lo hiperreal como
el desierto de lo real. Desierto al que se llega cuando la diferencia entre el concepto y lo real se
ha desvanecido. No se trata ya ni de mapa ni de territorio. Ha cambiado algo ms: se esfum la
diferencia soberana entre uno y otro que produca el encanto de la abstraccin (Baudrillard,
1978, p. 6).
Pero, cmo funciona el simulacro en la hiperrealidad? El simulacro funciona como la
metfora que se autoengendra negndose a s misma su definicin de construccin de lo real en
base a lo real. Es decir, el simulacro es un modelo de simulacin que hace coincidir al concepto
(reduccin de lo real) a la realidad negada de antemano. As, el simulacro es un proceso construido
a base de simulaciones -acontecimientos virtuales de representacin-. Mientras la abstraccin
clsica -positivista y racionalista- era el producto de la interaccin del ser humano con el mundo,
mediados por un sistema de signos; la simulacin es lo que precede a la sustancia, al referente y al
territorio. De ah el nombre de precesin de simulacros.
La precesin del modelo constituye la principal caracterstica del simulacro. Como no
existen hechos qu representar, la precesin o anticipacin del modelo hace que el hecho se
confunda con el sistema de signos que lo representa. Esto provoca que el simulacro de lugar a todo
tipo de interpretaciones posibles (palimpsesto o constelacin de sentido), porque al nacer de la
interseccin hecho/modelo todas son vlidas en cuanto verdad, porque consiste en intercambiarse
en un proceso de generalizacin con la presencia transparente del sistema de significacin. Escribe
Baudrillard (1978) acerca de la idea anterior lo siguiente:
Esta anticipacin, esta precesin, este cortocircuito, esta confusin del hecho con su
modelo [] es la que da lugar a todas las interpretaciones posibles, incluso las ms
contradictorias, verdaderas todas, en el sentido de que su verdad consiste en
intercambiarse, a imagen y semejanza de los modelos de que proceden, en un ciclo
generalizado. (p. 37)
Al desaparecer el lmite entre realidad objetiva y representacin, la realidad -en
precesin de simulacros- deja de ser abstraccin y deja, a su vez, de ser actividad humana. Las
caractersticas de la simulacin, a su vez, que le permiten desmantelar el aspecto imaginario de la
representacin, son ser tanto una operacin nuclear y tambin una operacin gentica.
Nuclear en el sentido de que no es especular, tal cual la tradicin del discurso de la razn plantea;
y gentica porque surge en s y no de un todo, surge de la forma hecha sustancia y no del discurso
como tal. Caractersticas que niegan la estructura y el sistema del discurso. Afirma Baudrillard
(1978), al respecto, que:
-
11
El aspecto imaginario de la representacin que culmina y a la vez se hunde en el proyecto
descabellado de los cartgrafos de un mapa y un territorio idealmente superpuestos, es
barrido por la simulacin, cuya operacin es nuclear y gentica, en modo alguno especular
y discursiva. [] No ms coincidencia imaginaria: la verdadera dimensin de la
simulacin es la miniaturizacin gentica. (p. 6-7)
La idea platnica e idealista, que en parte sostiene el discurso de la razn de la Cultura
Occidental, se inutiliza para la interpretacin del proceso de significacin bajo las reglas de juego
de la postmodernidad. Reglas del juego que imponen condiciones especficas para el simulacro,
porque nicamente en el escenario postmoderno la hiperrealidad cobra forma, y por ende el
simulacro es posible. De modo que, la llamada miniaturizacin gentica se transforma en la
autntica dimensin, en el plano de la sustancia connotada del signo, de la simulacin. Esta
repentina muerte de la metfora del mundo, por su coincidencia imaginaria con el objeto, suscita
un nuevo tipo de proceso de representacin/significacin, en que el objeto, sin desaparecer, se
muestra ausente -desprovisto de lmites circunstanciales-, y por ello se genetiza casi desde cero -un
punto muerto que no existe como referente-. Gnesis que inicindose en los bordes y extremos de
la realidad se repite una y otra vez, fragmento por fragmento. Este proceso de gnesis lo caracteriza
Baudrillard (1978) afirmando que lo hiperreal es el producto de una sntesis irradiante de modelos
combinatorios en un hiperespacio sin atmosfera. (p. 7)
Los modelos combinatorios, a su vez, son las posibilidades de forma que posee la
miniaturizacin gentica en el interior de un sistema de signos. Lo que equivale a decir que cuando
el acontecimiento de simulacin inicia en una forma o elemento (A), no se pasa a (B) siguiendo una
secuencia lineal; (A) se repite y la combinacin (A) (A) es igual a (B). Siguiendo, as, esta lgebra
combinatoria se prolonga hasta el infinito. Esto porque los sistemas de signos se corresponden con
los sistemas de produccin; y cuando la acumulacin de capital en la contemporaneidad ha
convertido el valor del signo en una mercanca, no queda otra posibilidad para la generacin de
sentido que no sea otra que, le aceleracin de produccin de smbolos que negndose entre ellos
afirman las condiciones econmicas de las que surgen.
Cul es la funcin del simulacro en la postmodernidad? El simulacro permite el reemplazo
de los referentes por los sistemas de signos. Esta temeraria simulacin de lo real supone que el
acontecimiento de simulacin sin ser imitacin, reiteracin o parodia suplante lo real por los
signos de lo real. Y al no representar/significarse lo real, ste no tendr ocasin para producirse.
Y la ausencia de posibilidad de aparicin/produccin de lo real, mediada por un lgebra
combinatoria, se constituye en lo hiperreal. La era de la simulacin, entonces, niega la realidad por
-
12
medio de un proceso de precesin de simulacros propios de la crisis de la globalizacin y el
imperialismo. Al respecto, Baudrillard (1978) enfatiza que:
En este paso a un espacio cuya curvatura ya no es la de lo real, ni la de la verdad, la era de
la simulacin se abre, pues, con la liquidacin de todos los referentes peor an:
resurreccin artificial en los sistemas de signos, material ms dctil que el sentido, en
tanto que se ofrece a todos los sistemas de equivalencias, a todas las oposiciones
binarias, a toda el lgebra combinatoria. (p. 7)
Aunque parezca que la reduccin de la realidad a una mera metonimia de su significante
sea una ficcin espeluznante de una poca que niega la moralidad de la verdad, subsiste en esta
tendencia una intencionalidad del capital. El simulacro es una operacin de disuasin de todo
proceso real por su doble operativo. (Baudrillard, 1978, p. 7)
Escribe Baudrillard (1978) que la simulacin vuelve a cuestionar la diferencia de lo
y de lo , de lo y de lo (p. 8). En lo
hiperreal los pares dialcticos mutan, se confunden; la negacin de la negacin (sntesis) no
objetiviza la experiencia; de modo que, el discurso y los textos en l ya no representan ni significan
el mundo en cualquiera de sus facetas; al contrario, es la simulacin del mundo representado o el
simulacro de una representacin dada (precesin de simulacros). Cmo sucede esto? A travs de
un lgebra combinatoria, que es una operacin nuclear (forma) y gentica (sustancia). Qu
condiciones posibilitan su surgimiento? Un contexto ideolgico cifrado por la postmodernidad; la
precipitacin de la produccin capitalista en el neoliberalismo postindustrial que, reduciendo el
conocimiento a informacin, lo ha convertido, y por antonomasia al signo, en mercanca; la
globalizacin tecnolgica que intenta borrar los lmites jurdicos y culturales del Estado-Nacin; y
un xtasis de la industria cultural que enfebrece las necesidades de representacin del ser humano
en la vorgine del consumo. En esta nueva circunscripcin de la experiencia humana, qu funcin
desempea el individuo dentro de los procesos sociales de generacin de sentido? Aunque, a
primera vista, se registre un papel de mediacin entre el simulacro y el sistema de signos; el
individuo postmoderno ya no produce el sentido, pues es la propia hiperrealidad quien lo va
generando sobre una arquitectura vaca de imgenes, de modo que la reduccin del sujeto -de
acuerdo a su concepcin hegeliana- a un rol de consumidor, lo presenta ausente.
ACERCAMIENTO METODOLGICO AL SIMULACRO: la sucesin de sntomas
Las preguntas de por qu habra de detenerse el simulacro en las puertas del
inconsciente? Por qu el del inconsciente no podra ser de la
misma manera que no importa qu sntoma de la medicina clsica? (Baudrillard, 1978, p. 9)
-
13
explican la intencin del autor de apartar el simulacro de la metodologa clsica del psicoanlisis. Y
lo hace debido a que los ejercicios de deconstruccin post-estructuralistas, influenciados
principalmente por Lacan y Deleuze, desembocaron en un exceso hermenutico que invirti la
interpretacin hasta hacerla casi escatolgica. Sin embargo, rescat el concepto de sntoma para
utilizarlo en su teora.
El sntoma se define como una formacin del inconsciente que funciona a un nivel
transaccional de dos fuerzas en conflicto. Pero en la precesin de simulacros el sntoma se
constituye como un texto de la forma, cuya lectura se encuentra a la espera de un lector adecuado.
La sucesin de sntomas denota una lgebra combinatoria; pero, su ausencia con respecto al
simulador platea que la verdad, la referencia, la causa objetiva han dejado de existir
definitivamente (Baudrillard, 1978, p. 10). Esto porque un discurso de simulacin no es
verdadero ni falso; ambivalencia que no se puede desenmascarar ni demostrar.
Pero si no se puede desenmascarar al simulacro, cmo se recomienda su anlisis?
Descontado ya la insuficiencia epistemolgica del psicoanlisis para desentraar los hilos que
entretejen la hiperrealidad, el simulacro se convierte en la peor de las subversiones. La razn, en
su sentido clsico, trata aparentemente de confrontar la subversin -trastorno de la representacin
del mundo- a travs de todas sus categoras conceptuales, porque el principio de verdad ha
desaparecido, ha quedado cubierto por las aguas, pero el esfuerzo es en vano. Mientras que la
representacin intenta absorber la simulacin interpretndola como falsa representacin, la
simulacin envuelve todo el edificio de la representacin tomndolo como simulacro (Baudrillard,
1978, p. 13-14); por tanto, se precisa de la lectura de esta arquitectura de ficcin para poder
entender el simulacro.
Antes de pasar a caracterizar la estructura del simulacro, se recuperar la definicin
tradicional de la representacin. La que se entiende como la medicin visible e inteligible de lo
real. Mediacin que otorga un poder dialctico al sujeto para que un signo pueda remitir a la
profundidad del sentido (Baudrillard, 1978, p. 13). Pero el simulacro, por el contrario, consiste en
la subversin del signo en el signo. El lgebra combinatoria que se opera en los respectivos
acontecimientos de simulacin crea el simulacro de que el referente no es necesario y por tanto la
realidad adquiere una categorizacin de intil y sobrante. El signo como reversin y eliminacin
de toda referencia funciona en distintas fases. El paso de una fase a otra, momentos de transicin,
se da por una lgica combinatoria, que slo puede ser leda como una sucesin de sntomas.
-
14
TIPOS DE
SIMULACRO
(Acontecimientos
de simulacin)
FRMULA DEFINICIN
TIPO DE
DISCURSO
(Baudrillard)
TIPO DE
DISCURSO
(Postmodernidad)
Simulacro de
primer orden R = Suj Obj
Reflejo de una
realidad
profunda
Orden del
sacramento TEOLOGA DE LA
VERDAD Y EL
SECRETO
(Utopa: metarrelato) Simulacro de
segundo orden
Enmascara y
desnaturaliza la
realidad
Orden de lo
malfico
Simulacro de tercer
orden Sim = R
Enmascara la
ausencia de
realidad
profunda
Orden del
sortilegio ERA DEL
SIMULACRO
(Simulacin:
desierto de lo real) Simulacro de cuarto
orden Sim = Sim
No tiene que ver
con ningn tipo
de realidad
Orden del
simulacro
En el esquema anterior se encuentran enunciadas las distintas fases u rdenes del
simulacro, llamados tambin acontecimientos de simulacin. Cada objeto, convertido por la lgica
de consumo de representaciones, en mercanca pasa necesariamente por este proceso de simulacro
en el contexto de la hiperrealidad. La lgica combinatoria expresa, adems, una operacin nuclear
y gentica que se materializa en una secuencia de sntomas. De modo que, para entender la
precesin de simulacros se necesita leer adecuadamente la serie de sntomas, que a su vez tienen
dos manifestaciones; la primera es nuclear porque se centra en la forma del signo, mientras que la
segunda es gentica porque se centra en la sustancia del signo. Mas, el mero trabajo descriptivo
tiene que servir como fuente de interpretacin de ese simulacro de lo real dentro de una lgica
superior vinculada directamente con el desarrollo de la cultura y las condiciones econmicas que se
encuentran negadas de antemano.
Oittana (2013, p. 4), por su parte, caracteriza a cada orden de simulacro de la siguiente
manera:
Simulacro de primer orden: la imitacin. Aquella imagen o copia que entrega de lo
representado su verdad, pero que asimismo se cuida de mantener la distancia de la
representacin. Una copia, pues, es una apariencia.
Simulacro de segundo orden: la falsificacin. Que ha sido instaurada por el perodo
industrial y por la produccin en serie.
-
15
Simulacro de tercer orden: la simulacin. Aparece precisamente cuando adviene una
lgica basada en la primaca de las tecnologas, fundamentalmente de aquellas ligadas
a los medios de comunicacin. El sentido es producido por los modelos.
Simulacro de cuarto orden: la orga del signo. Cuando el simulacro constituye una
reproduccin al infinito de los modelos. Lo hiperreal corresponde a esta etapa en la
cual los valores de referencia de la moderna civilizacin occidental entran en crisis: el
significado (cultura), el valor de uso (economa), el progreso (poltica), lo bello
(esttica). Consecuencia: transcultura, transeconoma, transpoltica, transesttica.
LA FUNCIN DEL SIMULACRO: una estrategia de disuasin
El desierto de lo real significa la desaparicin fatal del objeto y de la sustancia. La
hiperrealidad utiliza el simulacro como una estrategia de disuasin. Lo que se debe a que la
evanescencia del objeto obliga al sujeto a sustraerse de su funcin activa (significacin del mundo)
y termina reducido a un papel de espectacularidad pasiva, que para nada tiene que ver con la
contemplacin porque lo que menos interesa a la hiperrealidad es la capacidad de reflexin. Un
consumo de imgenes obscenas que no tienen origen en nada concreto y sin ser de modo alguno
smbolos (por la complejidad inmanente de su existencia) simbolizan; sntomas del estado de crisis
de la cultura occidental. Crisis que es la coherente consecuencia de los cambios vertiginosos de la
nueva organizacin de la economa, que ha convertido al valor (valor de uso, de acuerdo a la
definicin de Marx), y a todo sistema de valores y de significacin, en una mercanca.
Como Orfeo, la ciencia se vuelve siempre demasiado pronto hacia su objeto, y, como
Eurdice, ste regresa a los infiernos (Baudrillard, 1978, p. 16). Esta metfora explica el repliegue
de la ciencia en s mismo. La ciencia entendida como un discurso (sistema de valores) que sin
atender al objeto desde una metodologa particular, degenera su paradigma analtico-deductivo
hasta hacerlo retrica y parafraseo de s mismo. Mientras el objeto se vuelve inaccesible,
hiperreal, el discurso de la ciencia niega el conocimiento. Este sea quiz el saldo, ms grave, del
simulacro en la era postmoderna.
Bajo el principio de la realidad surgen los simulacros. De modo que nada cambia cuando
la sociedad rompe el espejo de la locura [] ni cuando la ciencia parece romper el espejo de su
objetividad [] e inclinarse ante las (Baudrillard, 1978, p. 19-20). El usuario o
consumidor del simulacro, de manera inconsciente debido a la eclosin de imgenes en su
atmsfera cultural, niega la relacin dialctica sujeto-objeto a travs del lenguaje. De manera que el
sistema de signos se constituye en principio y fin de la precesin de simulacros.
-
16
Si la comunicacin en lo hiperreal es una forma de consumo, la modernidad capitalista al
ser una cultura de acumulacin (el capital, el valor, y su consiguiente sistema de representacin)
rebusca en los significados del pasado para que el simulacro sea creble. De ah que la
simultaneidad del todo (dios, lo absoluto, la historia, la experiencia del lenguaje) en el vaco -la
falta de sentido porque el referente ha sido sustituido por el signo- sea la caracterstica de una
cultura lineal y acumulativa que se desmoronara si no fuera capaz de preservar la
del pasado al sacarla a la luz. (Baudrillard, 1978, p. 21).
La morfologa del simulacro brinda la posibilidad de su anlisis ideolgico. Si el espacio
poltico se observa desde un efecto de perspectiva, tomando en consideracin que desde
Maquiavelo la base del poder es un espacio simulado -un modelo de simulacin cuyos actos
manifiesto no son ms que el efecto realizado. (p. 29)-. Por tanto, el simulacro del poder
desemboca, irremediablemente, en la ilusin de la realidad de las masas. En este sentido, qu es
la disuasin? Respuesta: la finalidad del simulacro.
Parafraseando a Baudrillard se dira que lo imaginario del simulacro no es verdadero ni
falso debido a que es un mecanismo de disuasin que regenera la ficcin de lo real: los principios
de una realidad en extincin (morales, polticos, simblicos, etc.). El plano imaginario del
simulacro enfebrece el sentido, lo hace obsceno, de modo que su inmediata cotidianidad lo vuelve
banal -carente de sentido y significado-. El recurso imaginario est hecho de signos infantiles y de
espejismos truncados (Baudrillard, 1978, p. 27); por eso, apela a la psicologa del individuo, quien
dentro de la sociedad de consumo ha pasado a convertirse en sujeto negado y ausente, e
inmediatamente en usuario-consumidor del sistema de signos. El proceso de precesin de
simulacros genera un sistema de disuasin que impone una socializacin hiperrealista donde lo
real se confunde con su modelo.
En fin, la disuasin se trata de una estructura de ficcin en que la probabilidad de todo
evento real funcione -y su consiguiente reemplazo con el acontecimiento de simulacin- como un
pretexto objetivo para el control, la manipulacin y la imposicin de una cosmovisin que gira
alrededor del consumo. Este ejercicio del modelo de precesin de simulacros es explicado por
Baudrillard, por ejemplo, con la funcin de la seguridad nacional que intenta reinventar la nocin
del peligro inminente del terrorismo; todo para legitimar la hiperrealidad del poder.
-
17
LA REPRESENTACIN NEGADA: el simulacro esttico
El simulacro esttico es posible en un imperio donde la seduccin y la obsolescencia
decretada rinde culto al fetiche de la mercanca y a la pornografa de la informacin. As, la moda
opera como el motor del deseo que pone en accin las emociones y pasiones, a travs del exceso,
para generar el consumo. La voluntad se reduce al deseo, y el ser humano se convierte en un
individuo excitado. Y, por tanto, el arte surge de la autoconciencia corprea, porque la imagen
intenta traducir la experiencia sensorial y apelar a la sensibilidad del receptor.
Segn Baudrillard (1995) la imagen del arte contemporneo ya no puede imaginar lo real,
porque ella misma es lo real y no puede trascenderlo, transfigurarlo ni soarlo, porque se trata de
una imagen efectivamente virtual (p. 5). Por eso se reivindica la nulidad, la insignificancia, el
sinsentido; la superficialidad de la superficialidad. Qu puede significar todava el arte en un
mundo hiperrealista por anticipado, cool, transparente, publicitario? (p. 57), se pregunta
Baudrillard. Por eso l concibe al arte como una forma, porque no tiene historia, pero s un destino:
Ha habido un destino del arte. Hoy, el arte ha cado en el valor, y por desgracia, en un
momento en que los valores estn seriamente lastimados. Valores: valor esttico, valor
mercantil... Se trata de valor, una cosa que se negocia, que se comercia, que se intercambia.
Las formas como tales no se intercambian por alguna otra cosa: se intercambian
entre ellas, y la ilusin esttica tiene ese precio. (p. 91)
El simulacro esttico se figura como un goce religioso porque en l se detalla perfecta
escenificacin de los propios placeres y contrariedades (p. 25). El simulacro, al contrario del
lenguaje, no es arbitrario. Su origen se encuentra en la circunvolucin completa de la realidad. Es
decir, los simulacros se encuentran entrelazados -el ejemplo de Disneylandia utilizado por
Baudrillard-, de ah que una obra de arte sea el entretejido de todos los rdenes de simulacros. El
texto literario, por ejemplo, sera un juego de ilusiones y fantasmas. Y si el texto fuese un libro de
poesa, cada poema, dependiendo su orden de simulacro, funcionara o bien como ilusin
(simulacro de segundo orden) o bien como fantasma (simulacro de tercer orden).
El simulacro al sustituir un sistema de representaciones, presenta un mundo
jerrquicamente escenificado. Lo que provoca placer es lo que ha sido inducido e impuesto por la
seduccin. Seduccin que se entiende como la hiperpresencia del objeto, que aboliendo la idea
del extraamiento, la cambia por la de familiaridad. Esta prdida del escenario de lo real es la
que revela la familiaridad sbita, surreal, de los objetos. (Baudrillard, 1978, p. 30). Es decir, la
prospectiva del simulacro esttico muestra un territorio -obra de arte- en donde no hay referente
-
18
experiencia esttica-. La muerte de la ambigedad del discurso es, definitivamente, la muerte del
lenguaje metafrico y su sustitucin por un lenguaje metonmico.
Ms, en el orden esttico se suscita una dificultad. Partiendo del hecho de que el capital
no significa en modo alguno un orden de nacionalidad (Baudrillard, 1978, p. 30), el orden de la
verdad simblica atenta contra la realidad de manera violenta. Esta crisis del simulacro, que se
prolonga, extiende y reinventa con mayor vertiginosidad en el objeto esttico, ha transformado el
smbolo como tal- en una mercanca. Ante lo cual, Baudrillard (1978) asume una posicin crtica,
en la que considera que el propio smbolo debido a su naturaleza ambigua puede subvertir el
proceso de precesin de simulacros; el arte como ltima escapatoria, o como ltimo refugio de la
realidad:
Pero el capital no ha estado nunca unido por un contrato a la sociedad que domina. Es una
hechicera de la relacin social, un desafo a la sociedad, y como a tal debe respondrsele.
No es un escndalo que denunciar segn la racionalidad moral o econmica, es un desafo
que hay que aceptar segn la regla simblica. (p. 35)
Continuando con la tesis de que el simulacro es la representacin de la crisis; en el terreno
esttico, vista ya su posible salida de esta operacin nuclear y gentica que tiene como nico
objetivo la disuasin del ser humano acerca de su papel nico como consumidor de sistemas de
representacin, el simulacro llega a su resultado final/fatal: la exgesis de la simultaneidad y la
mortandad. Torsin maligna que deja a la revolucin del deseo sometida a la misma ambigedad
fundamental de otra revolucin, la histrica (Baudrillard, 1978, p. 40). A pesar de que, el cuarto
orden de simulacro es, en esencia, la condicin del arte contemporneo; el sujeto, que es
interpretado por el sistema de signos, (artista) muchas veces puede escapar de la escenificacin de
la realidad negada:
Ya no es el sujeto quien se representa al mundo (Ill be your mirror!), es el objeto el que
refracta al sujeto y que sutilmente, a travs de nuestras tecnologas, le impone su
presencia y su forma aleatoria (Baudrillard, 1995, p. 6).
La crisis esttica tiene como sntoma del doblaje o remake del proceso creativo. La magia
esttica se define, de igual forma, como el engao de la obra que significa el vaco de lo social -
ausencia de referentes-. La esttica de lo hiperreal posee una transparencia objetiva; la anulacin
del deseo y del poder. Placer por exceso de sentido precisamente cuando el nivel del signo
desciende por debajo de la lnea de flotacin habitual del sentido (Baudrillard, 1978, p. 55). Entre
las caractersticas de la transesttica se encuentran: la exaltacin por lo insignificante, el
distanciamiento de la perspectiva y la profundidad, y la metamorfosis del deseo a una fascinacin
obscena metafsica antes que real-; en fin, el drama litrgico de una sociedad de masas. Enfatiza
Baudrillard (1995) al respecto que:
-
19
Citacin, simulacin, reapropiacin, el arte actual se ha apropiado de manera ms o menos
ldica, o ms o menos kitsch, de todas las formas, de las obras del pasado cercano o lejano,
incluso del ms contemporneo. Es lo que Russell Connor ha llamado "el rapto del arte
moderno" (p. 1)
SIMULACRO POTICO: lo real como poesa
Antes de explicar el proceso del simulacro potico, es preciso aclarar que la poesa,
entendida como la actividad humana en que el hombre busca en el lenguaje una arista de equilibrio
entre su desesperacin y el caos del mundo, en la modernidad es una de las dimensiones de lo real.
As, tanto la ciencia lingstica como la propia filosofa han centrado su inters en la relacin del
ser humano con el poema, porque el lenguaje no es una emanacin de la nada y, pese a su
limitacin cuantitativa, la carga simblica que posee es un abismo del que ni siquiera el poeta
puede salvarse.
Para Jakobson la poesa se construye lingsticamente a partir de la relacin motivada que
establece entre el sonido y el sentido:
Jakobson sostena la tesis que la especificidad lingstica de la poesa reside en la relacin
de semejanza que establece entre el sonido y el sentido. Ms tarde, esa relacin es ampliada
para ms all del nivel sonoro, englobando todos los otros niveles del lenguaje,
principalmente niveles gramaticales como la sintaxis y la morfologa. (Kirchof, 2009, p.
63)
Pero Heidegger (1936) es muy teolgico al afirmar que el poeta, si es poeta, no describe
el mero aparecer del cielo y de la tierra. (p. 149). Su concepcin de la poesa se aproxima a su
postura filosfica, que intenta fundar una nueva concepcin del ser y del tiempo a travs de la
experiencia fenomenolgica. Por eso contina diciendo que El poeta, en los aspectos del cielo,
llama a Aquello que, en el desvelarse hace aparecer precisamente el ocultarse, y lo hace aparecer
de esta manera: en tanto que lo que se oculta. El poeta, en los fenmenos familiares, llama lo
extrao como aquello a lo que se destina lo invisible para seguir siendo aquello que es:
desconocido" (Heidegger, 1936, p.149).
Para Heidegger poetizar y pensar son dos modos distintos de hacerse cargo de lo real.
Segn el mtodo fenomenolgico poetizares medir, tomar medida y en concreto, tomar la medida
de lo humano. La poesa es la forma en que el ser humano general el significado del mundo
desconocido en su posicin de medirse con la idea (la representacin o el simulacro tal cual lo
antes anotado-) de Dios. Lo desconocido (la distancia entre el cielo y la tierra) es la medida de la
-
20
esencia humana. Afirma Uriarte (2000) que Poticamente habita el hombre sobre la tierra porque
es el nico modo humano de habitar, el que viene dado por la "cuadratura" de los dioses, el cielo,
la tierra y los hombres. Si faltan el poetizar y el pensar entonces no se habita, se vive errante,
desarraigado entre representaciones y estructuras artificiales, entre ficheros; estanteras, en un
mundo ciertamente kafkiano (p. 2).
Resulta interesante entender, ya en el caso del simulacro en s, que la desesperacin
metafsica ante el vaco de las imgenes (conciencia del simulacro), en relacin al poder de la
divinidad -la imagen oculta de la idea platnica de Dios (p. 11)-, prologa una necesidad de
comunicacin. De forma que, el poema exorciza de s la muerte del referente divino. Sin un
mundo ideal, sin la representacin de un sentido para la vida, la poesa repercute en el individuo
hasta volcar al ser humano en el desarraigo; una fascinacin deslumbrante por el vaco y el abismo.
El poeta supone, en este sentido, la mediacin del simulacro. Como usuario-consumidor del
lenguaje, lo de-construye, la ausencia del sujeto transmuta al artfice del objeto (artefacto) en voz
potica.
La desaparicin de Dios implica la desaparicin de todos los sistemas de valores. El arte,
como tal y la poesa de forma especfica, desaparece en el interior del sistema de consumo.
nicamente el simulacro convierte al signo potico en coartada de una posible existencia. Todo se
metamorfosea en el trmino contrario para sobrevivirse en su forma expurgada (Baudrillard,
1978, p. 41). Con el simulacro, el arte habla de su muerte para simular y escapar de su agona real.
Porque el nico fin del simulacro es legitimar la moralidad del capital; una moralidad sin dioses.
Tomando en cuenta que, la fantasa es el objeto de la poesa, su autonoma de la realidad,
en su forma pura, es la metfora del lenguaje; la voz potica que pronuncia el mundo como si antes
nunca hubiese existido nada anterior a ella. Pero, qu sucede con la poesa que no busca el arte en
la experiencia ni en la realidad, y se conforma con su discurso? O por el contrario, qu pasa con la
poesa, que abandonndose a s misma, niega el mundo y participa exclusivamente de su
particularidad?
El simulacro invierte el sentido de la significacin; no ms el xtasis de la metfora; la
palabra reducida al desencanto de la metonimia. Parafraseando a Baudrillard (1978), cuando
caracteriza a la etnografa, se dira que la poesa, al clausurar su objeto potico (la fantasa) va en
adelante a generalizarse a todas las cosas vivas y va tambin a hacerse invisible, como una cuarta
dimensin omnipresente; la dimensin del simulacro.
-
21
El poema es un sistema de signos en el que se encuentran presentes todas las dimensiones
del universo simblico. Pero, qu sucede si la poesa muestra al mundo su cadver desnudo; la
agnica postracin de su tiempo, en que el sentido es un palimpsesto que permite la sobrevivencia,
muerte y resurreccin de todos los mitos de la humanidad? La poesa, al ser leda como un
simulacro dice la respuesta, no es de manera alguna el reflejo en que se refleja la crisis (a causa de
la conciencia-experiencia del poeta). Su connotacin es la crisis misma en toda su sublime
contrariedad. Un significado suplantado por el significante; la arremetida violenta de la forma
contra la sustancia; el descubrimiento de la anatoma del vaco, y el consiguiente acto espectacular
de su cada.
La imposibilidad de escenificar la ilusin, es del mismo tipo que la imposibilidad de
recatar un nivel absoluto de realidad (Baudrillard, 1978, p. 43). El poema como imposibilidad no
es un poema de carcter hermtico. Su presencia/existencia supone la simultaneidad de significados
que, sin corresponderse o complementarse unos a otros, se contradicen. La ilusin del poema
consiste en la aparente unidad significado-significante. El simulacro se vale de la dimensin
connotada para hablando de s mismo -forma de la forma o cdigo de un cdigo- degenerar el
sentido al extremo de significar cualquier cosa; una palabra arrojada al vaco de la incertidumbre.
El poema como objeto desaparece; el poeta como sujeto desaparece; lo que resta es la hiperrealidad
de la poesa (Traspoesa: una imagen sin referentes). El juego empieza cuando el poema se
construye con los signos de la esfera de lo real y, por ende, la simulacin no atiende ni a lo
objetivo ni a lo subjetivo, nicamente al hecho de transparentar el proceso de representacin (o
creacin potica del texto).
Si el simulacro slo puede funcionar en el seno de lo real, la poesa exige como
condiciones de existencia un momento o etapa de la cultura que sea concreto y particular -tradicin
y canon literarios-, un discurso que lo sostenga, y, obviamente, de los medios necesarios para su
produccin, difusin y distribucin, que comprenderan tanto las necesidades individuales del poeta
en el acto creativo como las estructuras instituciones y sociales que retroalimenten el proceso
creativo.
EL HACEDOR DEL SIMULACRO: la conciencia del poeta
El poeta hacedor del simulacro construye sobre el vaco imgenes que disimulan el vaco
en ellas hasta perforar la representacin; poner en evidencia el simulacro, para intentar sobrevivir a
la banalidad y obsolescencia de los objetos. De ah que Baudrillard (1978) advierta que, los artistas
a grosso modo, no ignoraban quiz que stas ya no representaban nada, que eran puro juego,
-
22
aunque juego peligroso, pues es muy arriesgado desenmascarar unas imgenes que disimulan el
vaco que hay tras ellas. (p. 12)
Este exceso en el vaco -simulacro potico- provoca que el poeta proyecte en su obra la
crisis de representacin de los objetos en la era de la reproductibilidad tcnica. El simulacro,
entonces, connota la frecuencia con que los objetos (fetiches-mercancas) llenan la fatuidad del
estilo de vida moderno en el consumo de falsas representaciones. Pero el pesimismo que acarrea
esta realidad se fermenta en la propuesta de Baudrillard (1995) cuando declara:
No hace falta aadir lo mismo a lo mismo y as hasta el abismo: esa es la simulacin pobre.
Hace falta que cada imagen rete a la realidad del mundo, hace falta que en la imagen
alguna cosa desaparezca, pero no hace falta ceder a la tentacin del vaciamiento, de la
entropa definitiva, hace falta que la desaparicin siga viva: ah est el secreto del arte y
de la seduccin. Hay en el arte, tanto en el contemporneo como en el clsico, un doble
postulado y por lo tanto una doble estrategia. Una pulsin de vaciamiento, de borrar todas
las huellas del mundo y de la realidad, y una resistencia inversa a esta pulsin. Segn
palabras de Michaux, el artista es aquel que resiste con todas sus fuerzas la pulsin
fundamental de no dejar huellas. (p. 4)
Hlderlin se pregunt, para qu los poetas en tiempos de penurias? Casi dos siglos
despus, Heidegger respondera, aproximadamente, que el poeta es el intermediario entre la voz
del pueblo y la voz de los dioses. A lo que valdra aadir la afirmacin de Baudrillard (1978):
Precisamos un pasado visible, un continuum visible, un mito visible de los orgenes que nos
tranquilice acerca de nuestros fines, pues en el fondo nunca hemos credo en ellos (p. 21). El
poema, como objeto -mito visible de los orgenes- genera acontecimientos de simulacin que llevan
al consumidor del simulacro a creer en la sustitucin de la realidad esttica. Y, en esta lnea de
interpretacin, el poeta-hacedor arrancara la representacin del mundo de la propia entraa del
lenguaje, como un ejercicio de exterminio involuntario al que llega despus de haber consumido su
propio sistema de abstraccin de una realidad que, aparentemente, ha dejado de existir para l.
TRANSESTTICA DEL POEMA: anlisis del objeto potico
Mucho ms all de la forma esttica, el poema adopta la forma de un juego aleatorio y de
vrtigo que se opone a las formas de representacin mimticos (realismo) y estticos
(experimentacin de la vanguardia). La ilustracin de una sociedad que sobrevive el paroxismo y el
exorcismo. El poema es un objeto transesttico objeto fetiche sin significacin- que se abre
camino a s mismo, a travs de un juego de simulacro (proceso) y simulacin (acontecimiento) para
-
23
invertir la relacin sujeto-objeto. Convirtindose as en la evidencia material de la mediacin
esttica.
Al ser el simulacro un dispositivo o mecanismo de disuasin, su nico anlisis posible sera
en el seno hiperreal (un proceso de consumo de signos = lectura). Esta hiperrealidad, adems, no
puede ser desvinculada de lo real negado, porque tiene que prevalecer a su vez una lectura
ideolgica que reconozca la crtica a la economa poltica del signo. Slo esto permitir acceder al
desciframiento de su escenificacin; el desmontaje de la ficcin. La desmaterializacin del objeto
potico se vali de cuatro procedimientos o acontecimientos de simulacin que permitieron la
desestructuracin del referente: (1) la abstraccin, (2) la desconexin, (3) la desterritorializacin,
(4) la disuasin. Cada uno de ellos correspondiente a cada orden del simulacro.
Adems, el lgebra combinatoria que se opera para que la transicin de los rdenes de
simulacros ocurra obedece a una multiplicacin acelerada de sus signos, razn por la que se
habla de la espiral catastrfica. De ah que lo que importe analizar sea la forma, y por tanto el
cdigo del objeto potico. De la necesidad de una lgica combinatoria para la lectura del simulacro,
escribe Baudrillard (1995):
Hay todava tina ilusin esttica? []Contra toda la supersticin moderna de una
liberacin, preciso es decir que no se liberan las formas, que no se liberan las figuras.
Por el contrario, se las encadena: la nica manera de liberarlas es encadenarlas, es
decir, encontrar su encadenamiento, el hilo que las engendra y las enlaza, que las
encadena una a otra dulcemente. Por otra parte, ellas mismas se encadenan y se
engendran, y todo el arte es entrar en la intimidad de este proceso. (p. 42)
Sobre el cdigo, y su sentido, Baudrillard (1978) escribe: la distancia del sentido, el
desvo, la diferencia, la menor separacin posible, irreductible bajo pena de resorcin en un
proceso aleatorio e indeterminado del que el discurso ni siquiera puede ya dar cuenta, dado que el
mismo es un orden determinado. (p. 59). Es decir, el cdigo del objeto potico a analizarse es el
cdigo de la abolicin de la dicotoma significado/significante. Este cdigo, eminentemente
gentico (cuando la operacin gentica sustancia- ha sido ya suplantada por la operacin nuclear
forma- a travs de la dimensin connotada del simulacro), se convierte en un discurso que da
cuenta de la simulacin de lo real: el sentido se desvanece no en la contradiccin gentica falso-
verdadero, sino un sentido aleatorio e irreductible que se sostiene en el sistema de signos. Cuando
esto pasa, el cdigo se interpreta desde un proceso de ordenamiento molecular que va de la
forma a la sustancia dentro de un ejercicio de connotacin del sentido; un mensaje que se determina
por la expresin. Acerca de la necesidad del estudio de la forma Baudrillard (1995) sostiene que:
-
24
La ilusin no tiene historia. La forma esttica s. Pero por tener una historia tiene
adems slo un tiempo, y es ahora, sin duda, cuando asistimos al desvanecimiento de la
forma condicional, de la forma esttica del simulacro: ello, en provecho del simulacro
incondicional, es decir, en cierto modo, de una escena primitiva de la ilusin por la que
retrocederamos a los rituales y fantasmagoras inhumanos de culturas anteriores a la
nuestra. (p. 46)
Para entender la lgica combinatoria que se da en la operacin gentica y nuclear de la
escala de transicin del simulacro, se retoma de Hjelmslev la reelaboracin que hace del signo
lingstico. Teniendo en cuenta que su intento por construir la Glosemtica buscaba servir como
lgebra de anlisis descriptivo para todas las lenguas, su vinculacin con la teora de Baudrillard es
pertinente. Para l, todo proceso o texto (sintagma) tiene un sistema subyacente (paradigma);
adems, dentro del proceso y del sistema hay relaciones definidas. Postulado que lo acerca a la
propuesta de un lgebra combinatoria en la precesin de simulacros. De su teora se recapitulan los
siguientes aportes:
Relaciones proceso sistema:
o Interdependencia (funcin entre dos constantes): relacin que guardan dos trminos
cuya presencia es condicin necesaria para la presencia del funtivo (trmino) con el
que contrae funcin. Estas relaciones pueden ser de solidaridad (proceso), por ejemplo
los morfemas de gnero y nmero necesitan una presencia simultnea; y de
complementariedad (sistema), los morfemas de gnero y nmero por s mismo.
o Determinacin (funcin entre una constante y una variable): cuando un trmino
presupone al otro pero no viceversa. Las relaciones pueden ser de seleccin (proceso),
tiene que haber sustantivo para que sea determinado por un adjetivo; y de
especificacin (sistema), en casos concretos de nmero, por ejemplo el mixto que
implica ambos.
o Constelacin (funcin entre dos variables): ninguno de los trminos presupone al otro.
Sus relaciones pueden ser de combinacin (proceso), por ejemplo puede haber objeto
directo sin que haya objeto indirecto; y de autonomas (sistema), la categora de gnero
no presupone la categora de nmero.
Reelaboracin de la concepcin del signo:
o El plano del contenido (significado) y el plano de la expresin (significante)
constituyen una funcin de interdependencia, porque ambos funtivos son constantes.
o La sustancia contiene el sentido.
o La forma constituye la red relacional que contiene las unidades.
-
25
Tipologa de los lenguajes:
o Semitica denotativa: cuando ninguno de los dos planos (expresin y contenido) es en
s un lenguaje. Por ejemplo las lenguas naturales.
o Semitica connotativa: el plano de la expresin es en s un lenguaje (uso literario de la
lengua).
o Metalenguaje o metasemitica: el plano del contenido es en s un lenguaje (Ej. lengua
tcnica utilizada para la descripcin de las lenguas naturales.
CATEGORAS DE ANLISIS DE HJELMSLEV APLICADOS AL OBJETO POTICO
CO
NT
EN
IDO
PR
OC
ES
O SUSTANCIA Masa amorfa (inaccesible al conocimiento)
FORMA Los lmites del sentido.
La forma produce una sustancia del contenido
SIS
TE
MA
SUSTANCIA Continuo amorfo de sentido (arbitrariedad de un sistema con
respecto a otro)
FORMA Paradigmas gramaticales (morfemas, lexemas)
La funcin de signo instituye una forma, la forma del contenido, que es arbitraria desde
el punto de vista de sentido.
EX
PR
ES
IN
SIS
TE
MA
SUSTANCIA El aparato fonador: continuum de vocales y consonantes
disponibles
La tradicin literaria: tipos de poesa existentes
Co
hes
in
: S
iste
ma-
Pro
ceso
FORMA La pronunciacin: modo, punto de articulacin, vibracin
(variacin fontica)
La disposicin: recursos, estilos disponibles
El sentido de la expresin (paralelismo S-F)
La forma de la expresin es igual a la sustancia de la expresin
PR
OC
ES
O SUSTANCIA Seleccin de los recursos y visibilizacin del estilo del escritor.
FORMA
(Un mismo sentido de la expresin puede formase de diferentes maneras en distintas
lenguas)
Diferentes formaciones de un mismo sentido de la expresin
Signo de la sustancia del contenido y de la sustancia de la expresin.
-
26
Hjelmslev afirmaba que la sustancia es la manifestacin de la forma en el sentido. Y lo
haca porque sus pretensiones eran la de construir una lingstica descriptiva para todas las lenguas.
Esta intencin permite intercalar el modelo de anlisis glosemtico con el de la precesin de
simulacros. De modo que, el respectivo anlisis de las relaciones que se van a desarrollar en cada
plano de la expresin del poema, se interpretar como una secuencia de sntomas, dependiendo de
si se vincula con la forma (gentico) o con la sustancia (nuclear). Lo que se har teniendo en cuanta
la postura del estructuralista:
Las lenguas, pues, no pueden describirse como sistemas de signos puros. Por el fin que
generalmente se les atribuye son primera y principalmente sistemas de signos; pero por su
estructura interna son primera y principalmente algo diferente a saber: sistemas de
figuras que pueden usarse para construir signos. (Hjelmslev 1984, p.71- 72)
La decodificacin del simulacro parte de la implosin de la forma (ya no es la significacin
del signo por su relacin con el contexto y con el referente, sino la significacin del signo por su
relacin con el sistema de signos al que pertenece). El aspecto diferencial del lenguaje da paso a la
revitalizacin de la arbitrariedad del signo, pues es aqu donde inicia el simulacro:
En el juego de la seduccin, el orden arbitrario se impone al orden representacional, y esto
ocurre por declinacin de la lgica dominante que todo lo significa con sus signos fros y
frvolos: Orden artificial y yuxtapuesto al orden real. Desafo a los dioses y al mundo,
como negacin de lo preestablecido, de lo dado. Envite simblico que suscita y resucita al
mundo, que lo reta a hacerse presente una y otra vez. (Oittana, 2013, p. 13)
Adems, el simulacro por ser un sistema de disuasin, insinuado desde el interior por un
proceso de seduccin y transparencia, encuentra en su significacin nuclear el final espectacular de
la relacin ser humano-lenguaje-mundo. Lo nuclear hace nfasis en la capacidad de virulencia del
sistema de signos -la sustancia tomada por la forma-. Esto permite que la transicin de un orden de
simulacro al otro se transparente al usuario-consumidor hasta que la ficcin de la no existencia de
referentes desemboque en un discurso en que, cualquiera de las posibilidades de interpretacin se
circunscriba al vaco. Baudrillard (1978) es muy claro al respecto:
La apoteosis de la simulacin es lo nuclear [] Pero la verdadera ecuacin est ms all
y lo desconocido es precisamente la variante de la simulacin que hace del mismo arsenal
atmico una forma hiperreal, un simulacro que nos domina a todos y que reduce cualquier
evento al nivel de escenografa efmera, transformando la vida que se nos concede en
supervivencia, en una apuesta sin apuesta, ni siquiera en una letra girada contra la muerte,
sino en un papel mojado. (p. 61)
-
27
Lo nuclear del lgebra combinatoria insina el trabajo (procedimiento) en la forma-
expresin, entendida desde un nivel paradigmtico. Slo esta lectura permite el anlisis del
simulacro sin aislarlo de la hiperrealidad. He aqu el ltimo rizo de la parbola nuclear: la
operacin minuciosa de la tcnica sirve de modelo para la operacin minuciosa de lo social
(Baudrillard, 1978, p. 65). En el caso concreto del anlisis del texto potico, la desterritorializacin
del significado en el significante sea visible, con mayor facilidad, tantos en las unidades
constitutivas del contenido (monemas), as como en las unidades constitutivas de la expresin
(fonemas).
El poema es un escenario donde nada ser ya dejado al azar. De modo que as como
Baudrillard (1978) se acerc al objeto esttico visual, el acercamiento al texto-simulacro debe
seguir la consigna por l anunciada: lanzar la duda radical sobre el principio de la realidad (p.
30). El texto-simulacro es un microcosmos que ocurre privilegiadamente en el campo de lo
hiperreal. Y por tanto, el simulacro de la poesa tiene que llevar al usuario a un modelo de
disuasin del propio lenguaje. El efecto del lenguaje real en el poeta desentraa su funcin de
reinventor de la palabra. Y si el lenguaje es un sistema de signos abstractos y modelizados, la
accin del escritor en l, por encima de la de otros usuarios-consumidores, junto con su
singularidad de estilo y de escritura son tanto el motor inmvil del simulacro como la puerta de su
subversin.
EPLOGO: qu hacer?
Afirma Vsquez (2007) que la fragmentacin de imgenes construye una esttica
abstracta y laberntica (p. 4). De esto se desprende que los usos rituales de las poblaciones son
imaginarios ideolgicos, que en el caso del arte, rebasan la comprensin poltica, porque lo nico
que importa es el consumo. Por eso la postura pesimista de Baudrillard (1995) se hace evidente
cuando afirma que el arte no es nunca un reflejo mecnico de las condiciones positivas o
negativas del mundo, es la ilusin exacerbada, el espejo hiperblico. En un mundo dirigido a la
indiferencia, el arte no puede ms que contribuir a esta indiferencia: girar en torno al vaco de la
imagen, del objeto que ya dej de serlo (p. 3). No obstante, luego dice pero que se pierda la
esttica no quiere decir que todo est perdido... Todas las culturas sobrevivieron a eso (87). Lo
que evidencia que las dos vas para escapar de la trampa de la representacin son: la
deconstruccin interminable y el extraamiento. Ambas entraan la seduccin fundamental de la
ilusin.
Estas vas de escape debido a que el arte, de por s, es la ilusin de la realidad la
inagotable metfora del mundo-. Y si la ilusin provena de la capacidad de separarse de lo real a
-
28
travs de la invencin de formas, de oponer otra escena, de pasar al otro lado del espejo, la
posibilidad de inventar otro juego y otras reglas para el juego; la verdad nunca ser ni fue su
asunto. A pesar de que muchas veces la historia lo ha convertido en una especie de testigo
sociolgico una funcin de la memoria colectiva para entenderse y reflejarse-, el arte como
representacin es una estructura de la subjetividad expresiva teatro de la ilusin-.
-
29
II. JORGENRIQUE ADOUM: entre la tradicin de la ruptura y el cansancio de las
formas
Ahora busco el rostro que debes haber tenido
antes de que yo te naciera para sobrevivirme
tu gemido parecido a mi nombre debajo de mi boca
tu olor de tigra con copia para mi camisa
No somos ya sino el resto que cabe en nuestros lmites
despus de las doce noches de animal desmesura
y nos dejamos querer y devorar de espaldas
por amargos gallinazos con memoria
Llamo de nuevo a la puerta de tu traje
pero no queda adentro nadie que me abra
ningn rencor que pruebe que tal vez nos amamos
seal probable de que habramos existido
Acaso alguien nos son y despert sin prevenirnos
y nos dej de golpe as desencontrados
guante que por qu te llenar una mano a manos llenas
y yo por qu parasiempremente ya sintigo
(Jorgenrique Adoum, Velorio de una Excepcin
De Curriculum mortis)
-
30
CONSIDERACIONES PREVIAS: ensayo de una introduccin
El anlisis de la produccin potica de un escritor multifactico, contradictorio, envuelto en
una sobredosis de citas, referencias, subtextos, pormenores, dilogos en sollozos, constituye un
ejercicio de esclarecimiento sobre el lugar de enunciacin. Desde dnde partir, en este caso, es la
pregunta directriz que interroga ms all de lo comn. Porque a veces el lugar comn prevalece
sobre los seres que lo habitan. Prueba de ello se tiene la presencia de una crtica sin capacidad de
autorreflexin a cerca de los instrumentos tericos de los que dispone para el acercamiento al
objeto esttico.
De modo que este ejercicio de reflexin sobre la potica de Jorge Enrique Adoum, parte
desde el esclarecimiento metodolgico-conceptual de cmo abordar su interpretacin. Para eso, se
equilibran dos posibilidades tericas que aunque tengan la apariencia de contradecirse, lo que
hacen es abarcar perspectivas distintas. As entre la propuesta diacrnica-optimista de Octavio Paz
y la de Jorge Luis Borges de carcter sincrnico-escptico para la lectura de la transicin de la
esttica de la modernidad a la postmodernidad ser mediada por el aparataje conceptual de Eduardo
Miln. De manera que, sin caer en un eclecticismo histrico o arbitrario, la pertinencia
epistemolgica se sustenta en la consolidacin de una lectura simultnea en que Historia (duracin)
y corte temporal (instante) subsisten en el objeto esttico: el texto entendido como producto y como
acto.
PERSPECTIVAS TERICAS: la comprensin de la forma
La tradicin de la ruptura
Octavio Paz (1972) construy un discurso terico sobre el desarrollo de la poesa moderna
y postmoderna latinoamericana. As, define a la tradicin como la transmisin de una generacin
a otra de noticias, leyendas, historias, creencias, costumbres, formas literarias y artsticas, ideas,
estilos (p.3). Luego asegura que la tradicin de la poesa moderna es una tradicin hecha de
interrupciones, en la que cada ruptura es un comienzo:
Desde su nacimiento, la modernidad es una pasin crtica y as es una doble negacin,
como crtica y como pasin [] Pasin vertiginosa, pues culmina en la negacin de s
misma: la modernidad es una suerte de autodestruccin creadora [] Lo que distingue
a nuestra modernidad de las de otras pocas no es la celebracin de lo nuevo y
sorprendente, aunque tambin eso cuente, sino el ser una ruptura: crtica del pasado
-
31
inmediato, interrupcin de la continuidad. El arte moderno no slo es el hijo de la edad
crtica sino que tambin es el crtico de s mismo. (Paz, 1972, p.4)
El cambio de las formas, su renovacin en cierto sentido, no ocurre por un desgaste, sino
que el cambio de la imaginacin potica depende del cambio de la imagen del mundo (Paz, 1967,
p.104). Entre una tradicin y otra de ruptura no persisten influencias ni coincidencias; persisten
ciertas maneras de pensar (mentalidad), ver (percepcin) y sentir (sensibilidad). La complejidad en
que la modernidad literaria se despliega, diagnostica el movimiento histrico de la poesa moderna,
que nacera con los romnticos ingleses y alemanes, y que pasando por la metamorfosis del
simbolismo francs y del modernismo hispanoamericano, culminara con las vanguardias del siglo
XX. Por tanto, las caractersticas de la tradicin moderna son: la heterogeneidad, la pluralidad de
pasados, la extraeza radical y la oposicin activa. Lo moderno representa la negacin del pasado y
la afirmacin de algo distinto.
Sin embargo, cuando Paz (1965) ensaya la descripcin de la poesa postmoderna parte de la
tesis de que el signo ha triunfado sobre el significado; el triunfo del objeto sobre la imagen. La
tcnica cierra toda perspectiva; la clausura. La mirada de la poesa se sustenta en la negacin de la
palabra. En Los signos en rotacin, el escritor mexicano asegura que en su tiempo, que es tambin
ste tiempo, el sentido de las palabras se ha desvanecido; la transparencia es, irreductiblemente, un
tiempo sin substancia:
El lenguaje se vuelve transparente como el mundo mismo y la transposicin, que anula
lo real en beneficio del lenguaje, ahora anula tambin a la palabra. Las nupcias entre el
verbo y el universo se consuman de una manera inslita, que no es ni palabra ni silencio
sino un signo que busca su significado. (p. 104)
En fin, la tradicin de la ruptura es la perspectiva terica que explica la esttica como un
movimiento histrico. Lo que sucede con el desarrollo de la literatura guarda correlacin inmediata
con su contexto. No un determinismo socio-cultural. En todo caso, la espiral dialctica que se hace
compleja en la medida de cuan contradictorio, heterogneo y diverso sean los procesos,
acontecimientos, sujetos, objetos que intervienen en la relacin ser humano (poeta), mundo
(experiencia) y representacin (poesa).
El cansancio de las formas
Cuando los caminos no quieren llegar a ninguna parte, se hacen laberintos. En el cuento de
Borges Utopa de un hombre que est cansado se pone de manifiesto una concreta concepcin del
arte con respecto al tiempo. El camino es la escritura y los laberintos las posibilidades de
-
32
realizacin que sta tiene de acuerdo al momento histrico en que se suscita. La utopa borgeana,
de este modo, es el olvido, la incertidumbre. Por tanto no es casual, que los discursos de la filosofa
o de la religin que subsisten en el texto, funcionen en la ficcin como mecanismos de
verosimilitud. Pero, ms all del andamiaje estructural y dialogal con que el autor construye su
relato, y partiendo del hecho de que la literatura es una forma particular de utopa, prevalece el
proyecto de una esttica para el futuro. Esttica que a su vez niega la historia, debido a que el no
hay tal lugar es un todo esttico, ideal, perfecto:
Ante la promesa, la esperanza, se antepone lo irremediable; no el terror a la finitud,
sino a la monotona, al cansancio que llega tambin a ensombrecer el arte, incapaz de
liberar del tedio, de la angustia de los das. [] La utopa de la imposicin de una
lengua nica y de un modelo cultural conduce a otra destruccin: la diversidad. Borges
escribe una distopa porque anticipa algo posible: La uniformidad, el aislamiento y el
sin sentido de la vida. En un mundo donde ya no pasa nada, la vida es sublime, pero
aburrida. En esta sociedad perfecta, de seguridad, abundancia y paz, reina el tedio, la
monotona (Snchez, 2005).
De suerte que, la propuesta esttica no sobrepasa la dimensin de la derrota. El hombre
llmese ste: Acevedo, artista, escritor o poeta, incluso Alguien- que asiste e imagina el futuro,
presencia la destruccin de las cualidades. Lo que es igual a la desintegracin del yo. Podra
decirse, en todo caso, que el estadio de plenitud social genera aburrimiento. Y cuando las formas
del arte se han detenido, el aburrimiento devora tanto al individuo y a la Historia. Snchez (2005)
interpreta lo anterior desde la incapacidad de comunicacin que sufre el ser humano
contemporneo, quien utilitariamente dispone de un cdigo que es un lenguaje estructurado en un
sistema de citas para ser parte de la hiperrealidad postmoderna: vaciado de vitalidad el lenguaje,
que, como tal, ha muerto, pues ya no es un sistema de smbolos compartidos ni una tradicin
histrica.
El cansancio de las formas, en todo caso, debe leerse como una transesttica impuesta por
la lgica de la cultura de masas. Aunque la Utopa ha sido el leitmovit de la modernidad, en las
actuales condiciones de consumo y representacin, su discursividad es negativa. La promesa del
futuro no se sustenta en el cambio, sino en la inmovilidad. La certeza de que la tradicin no tiene
sentido, porque el sentido mismo de ella es la reproduccin mecnica e infinita de su promesa,
conduce al objeto esttico a una imposi