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TERTULIA DIALÓGICA 4 RELATOS DE CONTEO Comparte un relato de conteo que conozcas, que encuentres en internet o de creación propia Los relatos de conteo son pequeñas historias, la mayoría de las veces de creación propia, construidas a partir de narraciones de tradición oral de nuestra localidad, región, país o adaptadas a nuestro contexto; que intencionan el conteo. María y los gatitos Ana Guadalupe Vázquez Guerrero 1°A María vive con sus padres en el bosque, un día cuando iba caminando y cantando en busca de flores escuchó un maulló muy despacio a lo lejos así que se puso a buscar por eytodos lados. Después de un rato de estar buscando se dio cuenta que detrás de unos arbustos se encontraba una gatita acostada porque tenía la patita trasera derecha lastimada, la tomó y le pidió a sus padres si se la podía quedar a lo que aceptaron. Al poco tiempo se dio cuenta que le estaba creciendo la pancita a la gatita; estaba embarazada! Por lo que María se puso muy contenta, después de unos meses los gatitos nacieron a lo que -María se preguntaba: ¿cuántos platitos y mantas tendré que comprar para cada uno? Se puso a contar uno por uno y al llegar al séptimo se percató de que tenía que comprar 7 mantas y platos nuevos. -Entonces María volvió a contar mentalmente y grito: tengo 8 gatitos en total, soy la niña más feliz del mundo. LOS JUGUETES DE LA ABUELITA DE SOFÍA Como todos los sábados por la tarde, Sofía fue a visitar a su abuelita, a ella le gustaba mucho hacerlo, porque con ella hacía cosas diferentes. Este día su abuelita le preguntó ¿Te gustaría conocer mis juguetes y muñecas de cuando era niña?. -¡Sí, sÍ!- respondió Sofía. Entonces dijo la abuela –debes subir a mi cuarto y abrir el cajón número 5 de mi ropero, ahí encontrarás mis juguetes. Solo te pido que cuentes bien, porque el ropero sólo te permitirá abrir un cajón.

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TERTULIA DIALÓGICA 4

RELATOS DE CONTEO

Comparte un relato de conteo que conozcas, que encuentres en internet o de creación

propia

Los relatos de conteo son pequeñas historias, la mayoría de las veces de creación propia,

construidas a partir de narraciones de tradición oral de nuestra localidad, región, país o

adaptadas a nuestro contexto; que intencionan el conteo.

María y los gatitos

Ana Guadalupe Vázquez Guerrero 1°A

María vive con sus padres en el bosque, un día cuando iba caminando y cantando en busca de flores escuchó un maulló muy despacio a lo lejos así que se puso a buscar por eytodos lados. Después de un rato de estar buscando se dio cuenta que detrás de unos arbustos se encontraba una gatita acostada porque tenía la patita trasera derecha lastimada, la tomó y le pidió a sus padres si se la podía quedar a lo que aceptaron.

Al poco tiempo se dio cuenta que le estaba creciendo la pancita a la gatita; estaba embarazada! Por lo que María se puso muy contenta, después de unos meses los gatitos nacieron a lo que

-María se preguntaba: ¿cuántos platitos y mantas tendré que comprar para cada uno?

Se puso a contar uno por uno y al llegar al séptimo se percató de que tenía que comprar 7 mantas y platos nuevos.

-Entonces María volvió a contar mentalmente y grito: tengo 8 gatitos en total, soy la niña más feliz del mundo.

LOS JUGUETES DE LA ABUELITA DE SOFÍA

Como todos los sábados por la tarde, Sofía fue a visitar a su abuelita, a ella le gustaba mucho

hacerlo, porque con ella hacía cosas diferentes.

Este día su abuelita le preguntó ¿Te gustaría conocer mis juguetes y muñecas de cuando era

niña?. -¡Sí, sÍ!- respondió Sofía.

Entonces dijo la abuela –debes subir a mi cuarto y abrir el cajón número 5 de mi ropero, ahí

encontrarás mis juguetes. Solo te pido que cuentes bien, porque el ropero sólo te permitirá

abrir un cajón.

Sofía con cuidado subió las escaleras y en el cuarto se dirigió rápidamente al ropero, pero

se detuvo al ver que tenía muchos cajones. Recordó que si se equivocaba de cajón ya no

podría tener los juguetes y decidió contarlos de arriba abajo: uno, dos, tres, cuatro, cinco y

antes de abrirlo pensó –Y si se cuentan de abajo hacia arriba- se acordó que no se había

quitado la estrellita que le pusieron en la escuela y la utilizó para marcar el cajón. Entonces

contó de abajo hacia arriba uno, dos, tres, cuatro, cinco dándose cuenta que era el mismo

cajón.

Con alegría lo abrió y sorprendida quedó al observar lo bonitos que eran los juguetes de su

abuelita.

Adrián Cuevas

Laura Patricia Orozco Romo 1B TV APRENDIENDO Y COMIENDO

Había una vez una pequeña niña pobre llamada Lucía ella vivía debajo del cerro de cristo re

rey con su abuelita enferma, se la pasaba pidiendo limosnas en las calles y comercios de

tesistan,una mañana ella caminaba cerca de la escuela Pedro moreno ella veía cómo los

niños jugaban felices en el patio de la escuela entonces una lágrima recorrió su rostro pues

recordó que no había recogido nada de dinero aun para el desayuno.Entonces una maestra

se acercó a la niña con la intención de ayudarla ella le dijo hola hermosa soy la Maestra

Maria puedo ayudarte en algo,a lo que la pequeña le contestó tendrá algo de dinero que

me regale para comprar el desayuno la maestra Maria le pregunto no haz desayunado pero

si son las 2 de la tarde,lo que pasa Maestra es que no e recolectado dinero para la comida

entonces la maestra le dijo oye y tu vas a la escuela y Lucía dijo no nunca e ido aunque

siempre lo e querido pero mi abuelita no ha podido llevarme sabe ella está enferma y no se

puede parar de la cama.Te propongo algo Lucía si me respondes antes estas preguntas te

regalaré la despensa de toda la semana aceptas, a lo que Lucia respondio que si.La maestra

comenzo a preguntarle enfrente de mí hay un grupito de niños quiero que intentes

contarlos de la manera que tu decidas,entonces Lucía respondió esta bien Maestra ella

recordó que su abuela le había enseñado a contar hasta el 5 pues eran las pastillas que la

abuela tomaba a diario y que la niña debía entregarle cada noche entonces comenzó a

contar de 5 en 5 recordando las pastillas e imaginando que lo eran además de contarlas con

los dedos como le había marcado su abuela ese día y le respondió son 10 maestra y ella le

respondió muy bien Lucía,te haz ganado tu despensa.

Itzel Estefanía Pérez Rodríguez 1°C

LOS 2 CISNES

Los 2 cisnes del lago se van a mudar. Han encontrado un lugar en el que les gustaría vivir y

a sus 2 bebés criar. Cuando llegan a su nuevo hogar lo limpian y todas sus cosas deciden

colocar: 2 sonajeros, 2 biberones, 2 cunas y 2 dos colchones…

Pero pasan los días y los 2 cisnes se dan cuenta de que nadie les ha venido a saludar.Qué

raro, ¿será que no tenemos vecinos? Deciden preparar una fiesta y ponen 2 carteles en 2

grandes árboles para que todos lo puedan ver.

Para que nadie se pierda, les indican cómo llegar: “Pasados los 2 árboles, girad a la izquierda

y al pasar 2 piedras llegareis a la casa de los 2 cisnes que allí os esperan”

Como no saben cuántos vecinos vendrán, los 2 cisnes preparan un gran banquete con 2

grandes tartas y 2 bizcochos para los más peques.

Los 2 bebés están impacientes; sus papás les han bañado y peinado para que estén guapos

y relucientes.

Pero nadie llama a la puerta y comienzan a estar impacientes. Así que los 2 cisnes y sus 2

bebés deciden salir a la calle para ver qué sucede.

Y cuál es su sorpresa cuando ven a los 2 conejos, los 2 osos, los 2 búhos y los 2 jilgueros.

Todos esperando para conocer a sus nuevos vecinos, los 2 cisnes.

Todos lo pasan fenomenal y los 2 bebés ahora tienen nuevos amigos con los que jugar.

Y después de mucho meditar, deciden que el nuevo hogar de los cisnes debe tener un

nombre: “La calle del 2”, ¡así se va a llamar!Cuento del número 2. Los 2 cisnes

Así que si quieres escribirles una carta no olvides poner “calle del 2”, pegar 2 sellos y cerrar

bien el sobre para que no se salga la carta.

FIN

Adriana Carolina Vázquez De la Torre 1°C T/V

La escalera de la casa roja

Había una vez una niña llamada Melissa que siempre miraba por su ventana la casa de su vecina, un buen día su vecina la invitó a entrar.

Estando dentro noto unas muy grandes escaleras, su vecina que ya era un poco vieja le contó que su casa estaba encantada y las escaleras conducían a diferentes partes de la casa y la invitó a subir para que pudiera ver mejor la casa desde arriba mientras ella arreglaba la cocina.

Ella fascinada asintió, pero antes de subir la anciana le dijo que contara los escalones tanto de subida como de bajada ya que si no lo hacia los escalones la conducirán a otro lugar de la casa.

Ella comenzó a contar escalón por escalón 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 y al llegar arriba pudo notar lo hermoso que se veía todo desde ahí, después de un rato la anciana la llamó a la cocina para que comieran unas deliciosas galletas que había preparado, así que Melissa volvió a bajar no sin antes recordar de volver a contar los escalones. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10.

Después de llegar a la cocina noto que la anciana tenía con ella 10 galletas, las cuales había dicho la anciana eran todas de ella por ser tan obediente e inteligente.

Desde ese día la niña visita a la anciana y descubre los secretos de la casa roja.

Ponce Rosales América Nayrobi 1°A T/M

Un día, Natalia fue con su papá al supermercado, iban a comprar los alimentos para su comida.

Mientras iban en el auto Natalia le preguntó sobre lo que comerían, su padre le contestó que haría un delicioso spaghetti.

Al llegar su papá le dijo a Natalia si quería ayudarlo, ella con muchas ganas contesto que sí.

Su papá le dijo que ella podría ir por los tomates, y la pasta, le dijo que tendría que tomar 2 bolsas con 5 tomates cada una, le dijo que podía contar con sus manos, hacer grupos, él elegía el comino mientras la cuidaba.

Natalia entusiasmada fue por los tomates, pero se sentía algo nerviosa ya que nunca había usado números grandes y en varias cantidades, ella récordo lo que le dijo su papa y miró sus manos, recordó que necesitaba 2 bolsas de 5 tomates, entonces cada una de sus manos era un bolsa, y sus dedos tomates, entonces más confiada tomo 2 bolsas y contando con sus dedos lleno las bolsas y rectificó que fueran 2 bolsas de 5 tomates cada una.

Entusiasmada se las llevó a su padre y éste la felicitó por haber hecho bien la cuenta.

Natalia se sintió alegre por poder ayudar a su padre a hacer la comida.

Téllez Velázquez Deniss Atziri 1°C T/V

El Rey y las 9 aldeas.

En un lugar muy lejano, había un Rey al que todos consideraban muy sabio.

Gobernaba con gran justicia 9 aldeas. Las 9 eran vecinas y en perfecta armonía todas convivían.

El Rey se ocupaba de que todas las aldeas tuvieran agua, comida y una bonita escuela.

Las 9 aldeas estaban rodeadas por 9 riachuelos. Y el Rey construyo 9 molinos y 9 puentes para que todos pudieran cruzar de un lado a otro sin correr ningún riesgo.

Cada mes de septiembre celebraban una fiesta en honor al noveno mes del año. Las fiestas duraban 9 días y 9 noches y todos los habitantes ayudaban en los preparativos con gran entusiasmo

Había 9 pruebas para que todos pudieran demostrar sus destrezas:

1ª Deportes: Para poder participar los meses anteriores, debían entrenar.

2ª Cocina: Donde hombres y mujeres se enfrentaban para ver qué receta era la mejor elaborada.

3ª Pintura: Aquí los niños disfrutaban de lo lindo, pintando con pinceles y temperas.

4ª Escritura: ¡Todos concentrados para demostrar su gran cultura!

5ª Cuentacuentos: Un teatro para niños y mayores, donde se disfrutaba escuchando historias de sueños e ilusiones.

6ª Chistes: Aquí los más graciosos deleitaban con todo su repertorio.

7ª Magia: ¡Abra cadabra, pata de cabra, el mejor truco se llevará la medalla!

8ª Matemáticas. Mucha concentración para no despistar al campeón.

9ª Danza: ¡El más marchoso su medalla se llevará!

Y así, todos podían apuntarse a lo que más les apeteciera. Porque en el reino de las 9 aldeas, todas las habilidades son importantes para que todos sus habitantes se sientan especiales

Ramirez Guzman Daniela 1° A T/M

Érase una vez cinco amiguitos que habían sido invitados a la gran fiesta de los números. Eran el número 1, el número 2, el número 3, el número 4 y el número 5.

Todos estaban muy contentos por ir a disfrutar del festejo, el número dos se fue corriendo porque le gustaba bailar y comer.

El número tres caminaba lentamente como un ciempiés, diciendo: ¡Yo soy importante, sin mí la fiesta no empieza!

De pronto, sin que nadie se diera cuenta, el número uno en puntitas de pies se fue muy calladito.

Luego, salió el número cuatro gateando como un gato .

Y el número cinco dando un brinco de alegría dijo: !Ahora vamos todos a bailar!

Y así todos los amigos 1,2,3,4,5 bailaron y bailaron y nunca se cansaron.

(no borren los comentarios pls)

Bizarro Pardo Irán Naomi 1°B T/M N.L. 2

«Cierto hermoso día de invierno, Juan, un joven despreocupado, vagaba por el

camino cuando empezó a sentir un poco de hambre. De pronto, lo sorprendió

encontrarse con un anciano al que nunca antes había visto, y que en una mano

sostenía un largo cayado , mientras que en la otra tenía dos grandes semillas doradas.

Soy un hechicero- dijo el anciano- y tengo algo para ti».

Juan recibe del hechicero dos semillas y dos consejos: hornear una de la semillas hasta

que se torne roja y luego comérsela, así no tendrá hambre por un año; y sembrar la

otra semilla y cuidarla, el siguiente otoño le dará dos nuevas semillas mágicas.

Juan repite el sencillo proceso durante varios años. Su vida se torna relajada y

distendida. Pero finalmente, Juan reflexiona: «Esto puede seguir así para siempre,

mientras haga lo mismo cada año, así que este año sembraré ambas semillas».

Episodio que nos evoca fácilmente las palabras atribuidas a Albert Einstein: «Si

buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo».

A partir de este momento, la historia cambia de velocidad.

El primer año Juan ya no obtendrá 2 semillas sino 4; comerá 1 y sembrará el resto. Al

año siguiente cosechará 6 semillas; volverá a comer 1 y tendrá 5 para plantar. El tercer

año, cosechará 10 semillas, el cuarto 18…

El proceso se parece, en parte, al de las primeras páginas de la historia pero ahora la

fortuna de Juan va creciendo año tras año, más y más. El mundo de Juan se vuelve

más rico y más complejo. Juan construye espantapájaros para evitar las pérdidas,

bodegas para almacenar las cosechas… Juan se enamora, se casa, tiene un hijo;

comparte sus semillas con la comunidad durante su banquete de bodas; cría animales;

comercia semillas en el mercado; incluso gestiona sus existencias de semillas

vendiendo las más viejas y sembrando las más jóvenes.

Cuando ya nos habíamos acostumbrado a la próspera y feliz vida de Juan y su familia,

un huracán devastador lo destruye todo. Juan salva a su familia y un saco con diez

semillas. Pasada la tempestad, felices por su suerte, Alicia y Juan volverán a empezar

de nuevo determinados a reconstruir su vida.

Datos

Título original: Las semillas mágicas. Fondo de Cultura Económica (2004).

Autor y ilustrador: Mitsumasa Anno

Edad recomendada: A partir de 8 años.

Contenido matemático: Duplicar, sumar, restar, contar…

Lizbeth Mendoza González 1.-A Turno matutino

La historia de los números. Hace mucho tiempo en una pequeña granja vivía un chico llamado "Curro" Curro tenía muchos animalitos, tenía cerdos, caballos, cabras, vacas y muchos más. Curro también tenía un amigo llamado Jacinto, eran muy buenos amigos, y él iba a visitarlo todos los días. Un día Curro se puso muy enfermo y no podía darles de comer, ni pasear a sus animalitos.

Cuando llegó Jacinto, Curro le pidió que paseara y diera de comer a sus animalitos ya que él no podía hacerlo. El problema llegó cuando explicaba cómo tenía que hacerlo, ya que tenía que agruparlos y salir con ellos poco a poco. Jacinto pregunto: -¿Cuántos animales hay en cada grupo? Curro no supo qué responder. Jacinto dijo: -Vamos a inventar una serie ordenada que se aumente constantemente. Así crearon una sucesión de números llamándolos "Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez". Gracias a esto Jacinto pudo ayudar a Curro en su granja. Curro y Jacinto fueron muy felices y siguieron creando números hasta el día de hoy, por eso los números nunca acaban. Y colorín Colorado este cuento se a acabado. - Javier Castillo Cruz

Paulina Chávez Gutiérrez Grupo: 1-D T/V

Los tres hermanos

En un lejano lugar, vivían Marta y Félipe, que se acababan de casar. Tenían una bonita granja donde criaban animales y deliciosos vegetales.

Tuvieron 3 hijos y para celebrar su nacimiento decidieron plantar 3 manzanos, 3 naranjos y 3 melocotoneros.

Compraron 3 vacas para que los pequeños tuviesen toda la leche que necesitaran.

Los 3 pequeños vivían felices allí, en el campo, y un día sus padres les explicaron que tenían que ir al colegio.

Un niño que vivía cerca de la granja les había contado que en el colegio tenían que estar 3 horas sentados y 3 horas escribiendo, ¡y eso no les había gustado!

No podremos estar tanto tiempo sentados, eso es un aburrimiento – pensaron los 3 niños –

La mamá, al ver la preocupación de sus 3 hijos, les explicó que el colegio es un sitio mágico, donde se pueden aprender un montón de cosas nuevas.

– ¿Y podremos leer cuentos? – preguntaron los niños.

– Seguro que cada día leéis uno nuevo – contestó mamá.

Por fin llego el día de inicio del curso y en la puerta estaban preparadas las 3 mochilas, los 3 almuerzos y 3 babis para cada pequeño.

Cuando llegaron al colegio los 3 niños se sintieron un poco asustados, pero su mamá les llevó a su clase y allí conocieron a la profesora.

Su maestra les mostró sus 3 perchas, sus 3 pupitres y les dio 3 lápices, 3 gomas y muchos colores.

Pasaron el día coloreando. Leyeron cuentos de caballeros y princesas. Aprendieron cosas increíbles sobre la luna y las estrellas. Conocieron a nuevos amigos. Jugaron en el parque, donde había 3 toboganes, 3 columpios y una casita de juguete donde entraban los 3 hermanos y algunos de sus nuevos compañeros.

Fue un día fantástico y los hermanos decidieron que aquello de aprender e ir al colegio era muy divertido y, además, podían jugar con muchos más niños.

Y así fue como los 3 hermanos comenzaron el cole. Poco a poco fueron creciendo. Los 3 se hicieron maestros para poder mostrar a otros niños todo lo que ellos en la escuela disfrutaron y aprendieron.

Olivares Renteria Martha Nancy 1-A T/M

Había una vez una niña que se llamaba Ana, a ella le encantaba ver cuando su mamá preparaba pasteles, hasta que un día decidió solita hacer un pastel. Se puso a recordar cuales eran los ingredientes que su mamá ocupaba a la hora de prepararlo. Hizo su lista de ingredientes y fue a comprarlos al mercado. Llegando del mercado se puso a preparar el pastel fue leyendo una receta que se encontró en la cocina, la cual decía que agregara 1 taza de azúcar, 2 tazas de agua, 3 kilos de harina y 4 huevos y batir todo junto. Después decía que volviera a agregar 1 taza de azúcar, 2 huevos y 6 tazas de agua. Para poder obtener una consistencia adecuada para la masa del pastel debió de haber agregado en total 2 tazas de azúcar, 8 tazas de agua, 3 kilos de harina y 6 huevos, se dio cuenta de que había agregado los ingredientes correctamente y se puso a batir todo hasta que logró obtener la masa adecuada para después ponerlo a hornear y por fin a decorar.

Marleth Arteaga Contreras 1°C

En el país de los números hay uno que siempre está triste. Es el número 1. Dice que siempre está solo. Nunca sale de casa y tiene miedo de todo.

Pobre número 1, no sabe que él puede ser todo lo que desee, sólo tiene que abrir bien los ojos y mirar a su alrededor.

Alguien ha llamado a la puerta del número 1, ¿Quién podrá ser? El 1 nunca recibe visitas, así que se ha puesto un poco nervioso.

– Quién es? – pregunta 1.

– Soy el Mago Sumón – responden al otro lado de la puerta.

El 1 abre la puerta con intriga, pues nunca ha oído hablar de ningún Mago Sumón.

– Hola, soy 1. ¿A qué debo su visita?

– Buenos días 1. Soy el Mago Sumón. He venido porque en mi bola mágica he podido ver tu tristeza y no me gusta ver a ningún número triste. Sobre todo al primero, el que siempre va delante.

– ¿Quién es el primero? – pregunta el 1.

– Pues tú, claro. ¿Es que no sabes lo importante que eres? Sin ti no tendríamos principio. Tú eres el primer número de todos. Cuando alguien gana un concurso o una carrera, tú eres el que le da nombre, “el 1º”. Sin ti no podríamos empezar a contar. Sólo tienes que salir a tú jardín para comprobar la cantidad de amigos que tienes como vecinos.

Eres uno de los números más importantes que existen y nunca debes pensar que estas solo, porque a tu lado tienes un montón de amigos más que desean jugar contigo.

El número 1 se asomó a la calle y vio que a su alrededor había un montón de números. Allí estaban el 2, el 3, el 4, y un sinfín de números más.

En la puerta de su casa había 1 árbol, 1 silla y una flor.

Sentado en su silla podía ver 1 gran sol. Cuando se hacía de noche 1 luna iluminaba 1 pequeño lago, donde había 1 gran sapo que nadaba de lado a lado.

Desde entonces el 1 nunca se ha vuelto a sentir triste y ahora ya sabe que es un número muy importante, porque sin el nadie podría contar “1, 2 y 3”, ni jugar al “Escondite inglés”.

América Fernanda Orozco Sánchez 1ºC T/V

CUENTO DEL NÚMERO 8. Laura y sus ochos peluches.

Laura tiene 8 peluches que guarda en su habitación y le gusta colocarlos por orden de altura sobre su edredón.

Cada día, al despertar, Laura juega con sus peluches y les hace desayunar. Les prepara 8 biberones y 8 magdalenas de distintos sabores.

Cuando el día es soleado, le gusta sacar a sus peluches a pasear. Tiene un carro donde entran los 8, les pone su ropa de paseo y les ata 8 lazos de distintos colores.

En el parque extiende una gran manta, 8 tazas y 8 cucharas y prepara una rica merienda mezclando tierra y algunas plantas.

Al ver tan estupendo despliegue, una niña se acerca a Laura para ver si le deja jugar con ella y sus 8 juguetes.

Laura está encantada y accede a que se siente. Sacó otra taza y las dos niñas disfrutan imaginando que preparan un gran banquete.

Rellenan 8 moldes con tierra y agua y los dejan reposar para dar forma a 8 ricas tartas.

También cogen flores y hierbas para preparar 8 tipos de infusiones. Sus invitados son muy exigentes y quieren deleitarse con algunas funciones, así que preparen 8 actos con bailes, cuentos y canciones.

Laura está emocionada con su nueva amiga.

Al llegar a casa vuelve a colocar a todos sus peluches para que puedan descansar. Si mañana hace bueno, los volverá a sacar a pasear.

Laura está agotada de tanto jugar y bailar y se queda dormida casi sin rechistar.

Sueña con su nueva amiga y juntas recorren los escenarios como si fueran grandes artistas. Los 8 peluches las acompañan y todos

juntos cantan, bailan. Todos son mundialmente conocidos en todos

los teatros.

A las 8 de la mañana suena el despertador. Laura despierta de su dulce sueño y desea contar lo que ha soñado en clase a sus amigas y a su profesor.

FIN

Carbajal Aguilar Maria Viridiana 1°B t/m

Había un niño llamado Emanuel que llegó a su casa muy cansado de la escuela , así que decidió llegar y sentarse, entonces en eso su mama le habla y le dice: Hijo necesito que me pases de refrigerador 3 jitomates, 2 papa y 2 zanahorias, el niño se comenzó a quejar que no quería y comenzó a enojarse. Para poder convencerlo su mama le dijo que le daría un regalo siempre y cuando se los pasara, el niño así decidió pararse pero ya no recordaba cuántos le había pedido. Su mamá decidió que contara unas monedas que era el total de la verdura que tenía que sacar del refrigerador que era un total de 7 verduras. Al comenzar a contar el niño recordó la cantidad que le había dicho, fue sacando la verdura contandola y si lo hizo correctamente. Su mama le dio la misma cantidad de dulces y el niño se fue muy contento.

Ana María Jaramillo Aguirre 1°C T/V

Moreno Aguilar Andrea Rebeca1°B T/M

El gato y los ratones

Había una vez un gato que hacía "miaw, miaw" mientras comía un delicioso helado, cuando de repente, apareció un ratón. El gato vió al ratón y pensó en comérselo, entonces el pequeño ratóncito corrió y corrió para refugiarse a la cocina con el gato detrás suyo persiguiéndolo.

-¡Ratincito! ¿Dónde estás Ratincito? Dijo el gato

El Ratincito había encontrado a un amigo, al cual advirtió sobre el gato.

El gato como no le vió, miró en la otra puerta, pero los Ratincito se fueron a ver a otro amigo, y ahí los 3 ratoncitos empezaron a comer queso a salvo del gato.

El gato muy frustrado por no poder encontrarlos, se fué a comer, pero cuando levantó el plato se encontró con nada más y nada menos que 4 ratones asustados. Justo cuando el gato estaba por comerlos, pudieron escapar casi por arte de magia.

Pero el gato era muy inteligente y pensó

-Si apago las luces, volverán.

Y así fué, apagó las luces y los ratoncitos aparecieron, pero ¡ya no eran cuatro! El gato los contó 1,2,3,4,5 ratones reunidos comiendo un poco de queso que el gato había dejado como trampa. Lentamente el gato comenzó a acercarse a ellos, pero al darse cuenta, los 5 ratos salieron corriendo de ahí

El gato casi se daba por vencido, así que se puso a leer un cuento. Éste cuento era tan, pero tan interesante que los ratones empezaron a salir 1,2,3,4,5,6 ratones esta vez, que se pusieron detrás del gato para poder leer el cuento y no ser descubiertos. Por fortuna, el gato no se dió cuenta de que los ratones estaba ahí, así que decidió dar un paseo por el bosque, y los ratoncitos muertos de curiosidad siguieron al gato, cuando ahí mismo en el bosque se les unió un ratón, y un segundo ratoncito, un tercero, un cuarto y así hasta que se les unió un séptimo ratón.

Una vez más, el gato no pudo ver a los ratones, así que decidió volver a casa y darse un baño antes de dormir.

Justo cuando se metió en la bañera aparecieron 8 ratones remando en el agua. El gato pudo verlos, pero tan solo se distrajo unos momentos y ya no estaban los ratones, entonces después del baño el gato tuvo que irse a la cama y pensó

-Mañana será otro día para atrapar a esos ratones.

Pero justo cuando se metió en la cama aparecieron 9 rayones que se quedaron durmiendo ahí calentitos con el, y el décimo ratón se quedó en la mesita de noche soñando con un gran y delicioso queso.

Hernández Noriega Lucía Guadalupe 1°A t/m Cuento “El 1 está triste¨. En el país de los números hay uno que siempre está triste. Es el número 1. Dice que siempre está solo. Nunca sale de casa y tiene miedo de todo. Pobre número 1, no sabe que él puede ser todo lo que desee, sólo tiene que abrir bien los ojos y mirar a su alrededor. Alguien ha llamado a la puerta del número 1, ¿Quién podrá ser? El 1 nunca recibe visitas, así que se ha puesto un poco nervioso. – Quién es? – pregunta 1. – Soy el Mago Sumón – responden al otro lado de la puerta.CUENTO DEL NÚMERO 1. El 1 está triste. El 1 abre la puerta con intriga, pues nunca ha oído hablar de ningún Mago Sumón. – Hola, soy 1. ¿A qué debo su visita? – Buenos días 1. Soy el Mago Sumón. He venido porque en mi bola mágica he podido ver tu tristeza y no me gusta ver a ningún número triste. Sobre todo al primero, el que siempre va delante. – ¿Quién es el primero? – pregunta el 1. – Pues tú, claro. ¿Es que no sabes lo importante que eres? Sin ti no tendríamos principio. Tú eres el primer número de todos. Cuando alguien gana un concurso o una carrera, tú eres el que le da nombre, “el 1º”. Sin ti no podríamos empezar a contar. Sólo tienes que salir a tú jardín para comprobar la cantidad de amigos que tienes como vecinos. Eres uno de los números más importantes que existen y nunca debes pensar que estas solo, porque a tu lado tienes un montón de amigos más que desean jugar contigo. El número 1 se asomó a la calle y vio que a su alrededor había un montón de números. Allí estaban el 2, el 3, el 4, y un sinfín de números más. En la puerta de su casa había 1 árbol, 1 silla y una flor. Sentado en su silla podía ver 1 gran sol. Cuando se hacía de noche 1 luna iluminaba 1 pequeño lago, donde había 1 gran sapo que nadaba de lado a lado. Desde entonces el 1 nunca se ha vuelto a sentir triste y ahora ya sabe que es un número muy importante, porque sin el nadie podría contar “1, 2 y 3”, ni jugar al “Escondite inglés”. FIN Autora: Beatriz de la Heras García.

Andrea Pérez Alfaro 1°A T/M

EL VALOR DEL CERO

Una mañana el 0 amaneció con gran curiosidad. ¿Si soy un número sin valor para que me han de nombrar? Todos los números tienen su valor: 1 balón, 2 pelotas, 3 niños,… Decidió investigar los motivos y con su lápiz comenzó escribir y a pensar.

Por más que le daba vueltas no conseguía averiguar el porqué de su existencia y ya comenzaba a desesperar.

Entonces, llegó su amigo el Búho y le quiso ayudar. El 0 se sintió aliviado, pues el búho era el ave más lista del lugar.

Pensemos amigo 0, si tú no existieras ¿Qué podría pasar?

El 0 significa que no hay nada. Por ejemplo: si la cesta de la merienda estuviera vacía, tendríamos que decir que hay 0 alimentos. Pero si el número 0 no existiera nadie lo podría explicar.

Además tu forma de círculo es divertida y fácil de dibujar. Eres redondo y cálido como el sol, podrías girar como las ruedas de un coche o botar y botar como lo hace un balón.

Claro, amigo búho, no soy un número sin valor, soy tan importante como cualquiera y además, cuando los cohetes despegan siempre tienen que esperar a que el número 0 aparezca. “ …3, 2, 1, 0, ¡despeguen!”

Y desde aquel día el 0 entendió que todos los números son importantes y distintos los unos de los otros. Que el 9 no es más importante que el 1; o el 5 no tiene más poder que el 0. Todos tienen su valor, todos son especiales y todos son necesarios para contar las cosas que nos rodean. Así que ya sabéis, cuando algo esté vacío o se haya terminado, llamad al número 0 para que os explique lo que está pasando.

García, B. (S/a). CUENTO DEL NÚMERO CERO – El valor del cero.. 28/09/2019, de Cuentos y recetas Sitio web: https://www.cuentosyrecetas.com/numero-cero-valor-del-cero/

Carmen Vanessa González Domínguez 1°C t/v CUENTO DEL NÚMERO 7. El duende y los 7 colores.

El duende Multicolor anda muy atareado, pues la época de lluvias ha llegado y el arcoíris, con sus 7 colores, debe estar en perfecto estado.

El sol y la lluvia son muy desorganizados y nunca le avisan de cuándo deben estar preparados. El responsable de los cambios de tiempo tampoco echa una mano. Nunca avisa con tiempo al duende, quien está muy enfadado.

Los 7 colores han de verse perfectos. Así, cuando los rayos de sol se mezclen con las nubes, las gotas de lluvia dejarán el arcoíris al descubierto.El duende coge 7 barreños, para limpiar bien las 7 líneas donde se colocarán los 7 tonos que dan luz al cielo.

Son el rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el añil y el violeta. El duende los saca de sus 7 maletas y los va desenrollando para que se despierten de su largo sueño. Mientras el sol brilla, los 7 colores deben estar preparados. Sin descanso, los 7 días de la semana deben permanecer bien atentos y espabilados. Pero el duende está desesperado, ¡qué difícil es que obedezcan los 7 colores!, el duende comienza a contarlos porque cree que le faltan algunos colores: 1, 2, 3 juegan y 1, 2, 3, 4 cantan, por lo que se da cuenta que si son 7 pero ¡no hay quien les haga callar! ¡Se pasan el día saltando!

Y es que, después de tanto descanso, los 7 amigos están deseando salir y colorear los verdes Prados.

Para celebrar que las lluvias han llegado, han preparado una fiesta. Quieren sorprender al duende que parece estar un poco enfurruñado Han cocinado un flan de 7 sabores, sándwiches de 7 ingredientes y frutas multicolores.

El duende regresa refunfuñando, después de haber esperado más de 7 minutos para hablar con el responsable del tiempo – ¡Qué desconsiderados! ¿Pero es que no saben el trabajo que cuesta tenerlo todo preparado?-

Y al abrir la puerta, todos gritan ¡SORPRESA! y encienden las luces. El duende sonríe y se le ve ilusionado. Con tanto trabajo, se le había olvidado la alegría del arcoíris, que a todos nos deja fascinados. Gracias, pequeño duende, por cuidar de 1, 2, 3, 4 5, 6, 7,los 7 colores brillantes y dejarnos verlos de vez en cuando.

García, B. (2019) Cuento del número 7. El duende y los 7 colores. Consultado el: 28 de septiembre de 2019. En: Cuentos y recetas. Disponible en:https://www.cuentosyrecetas.com/author/bea_heras/amp/

SILVA DOÑAN NEREIDA LIZBETH 1-D T/v

El valor del cero.

Una mañana el 0 amaneció con gran curiosidad. ¿Si soy un

número sin valor para que me han de nombrar?Todos los números tienen su valor: 1 balón, 2 pelotas, 3 niños,… Decidió investigar los motivos y con su lápiz comenzó escribir y a pensar.

Por más que le daba vueltas no conseguía averiguar el porqué de su existencia y ya comenzaba a desesperar.

Entonces, llegó su amigo el Búho y le quiso ayudar. El 0 se sintió aliviado, pues el búho era el ave más lista del lugar.

Pensemos amigo 0, si tú no existieras ¿Qué podría pasar?

El 0 significa que no hay nada. Por ejemplo: si la cesta de la merienda estuviera vacía, tendríamos que decir que hay 0 alimentos. Pero si el número 0 no existiera nadie lo podría explicar.

Además tu forma de círculo es divertida y fácil de dibujar. Eres redondo y cálido como el sol, podrías girar como las ruedas

de un coche o botar y botar como lo hace un balón.

Claro, amigo búho, no soy un número sin valor, soy tan importante como cualquiera y además, cuando los cohetes despegan siempre tienen que esperar a que el número 0 aparezca. “ …3, 2, 1, 0, ¡despeguen!”

Y desde aquel día el 0 entendió que todos los números son importantes y distintos los unos de los otros. Que el 9 no es más importante que el 1; o el 5 no tiene más poder que el 0. Todos tienen su valor, todos son especiales y todos son necesarios para contar las cosas que nos rodean.Así que ya sabéis, cuando algo esté vacío o se haya terminado, llamad al número 0 para que os explique lo que está pasando.

Maeva Lorena Alejo Medina. 1B

El tesoro pirata.

Era una tarde de verano y Liliana tenía que cuidar a sus tres sobrinos: Carla, Emiliano y Julieta. Hasta ahora todo iba bien ya habían comido y hasta vieron una película. Para entretenerlos un rato más Cristina les dijo que se pusieran a dibujar, pero se aburrieron al poco rato.

—Tía Lili, estamos muy aburridos— dijeron los tres al unísono.

—Ya no queremos dibujar, queremos ir al parque a jugar— dijo Emiliano, el más grande.

Y entonces a Lili se le ocurrió una gran idea.

—Esperen aquí niños, les tengo una sorpresa.

Lili fue rápidamente a su cuarto por una hoja de papel, donde dibujó un mapa e instrucciones para llegar a un tesoro pirata. Una vez terminado bajo y fue a la cocina por una bolsa con dulces, los cuales iban a ser el tesoro pirata. Llevo a los niños al parque y les pidió que cerraran sus ojos para poder esconder los dulces. Cuando los niños abrieron los ojos Lili les explico de que trataba el juego:

—Miren niños, encontré este mapa echo por piratas y en el hay instrucciones que los llevaran a dónde está un tesoro escondido.

Los niños gritaron muy emocionados y pronto comenzaron su travesía. Emiliano era el que iba a cargo porque era el más grande de los tres y el que sabía leer.

—Aquí dice que tenemos que empezar desde este punto y dar diez pasos grandes al frente— dijo Emiliano.

—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez — contaron todos al unísono.

—Y ahora que sigue— pregunto Carla.

—Dice que debemos de dar cinco pasos medianos a la izquierda y pasar por debajo de la resbaladilla. Luego dar 15 pasos a la izquierda, dos pasos pequeños a la derecha y el tesoro debería estar abajo de un gran árbol.

—¡Vamos!— gritó entusiasmada Julieta.

Los niños siguieron las instrucciones y rápidamente llegaron al lugar indicado, donde debajo de unas hojas se encontraba una bolsa con dulces. En cuanto tuvieron el tesoro en sus manos corrieron felices a la banca donde estaba sentada su tía Lili.

—¡Lo encontramos, lo encontramos!— cantaron felices los tres niños.

—Muy bien— contestó Lili— ¿y cuál es el tesoro?— pregunto.

—Es una bolsa de dulces— contestó Carla.

—Wow, que gran tesoro. ¿Cuántos dulces son?

—Mmm, no lo sabemos— dijo Julieta mirando la bolsa con dulces.

—Deberíamos contarlos— propuso Emiliano.

Los niños asintieron, abrieron la bolsa y tiraron los dulces al suelo para contarlos. En total eran 12.

—Hay que repartirlos— dijo Carla.

Así que los niños se repartieron de uno en uno los dulces hasta al final, quedando cada uno con cuatro dulces. Jugaron un rato más felices hasta que llegó la hora de regresar a casa porque sus papás ya iban a pasar a recogerlos

Hurtado Soto Adriana 1A T/M

Un cielo nublado

Una noche mientras Leo y su abuelo caminan por la calle, se dieron cuenta que había muy poquitas estrellas, eran tan poquitas que incluso podían contarse, Leo no sabia cual era la razón de este suceso, sin embargo deseaba saber cuántas había exactamente, así que le dijo a su abuelo

-Abuelo detente un momento, voy a contar las estrellas

el abuelo extrañado decidió detenerse aunque pensaba que Leo no podría contarlas ya que solo tenia 4 años. Sorprendido quedó cuando Leo comenzó

- 1….2….3...4...5…. y…..6, Hay seis estrellas

Fue ahí cuando el abuelo le pregunto que donde había aprendo a contar, Leo contestó que en su escuela, Al ver el abuelo lo interesado que estaba Leo, le explico que cuando casi no hay estrellas es porque está nublado y eso indica que pronto habrá una lluvia, así que los dos caminaron más rápido hacia su casa.

Edith Citlalli Villarruel Ruvalcaba 1°A T/M

El duende y los siete colores.

El duende Multicolor anda muy atareado, pues la época de lluvias ha llegado y el arcoíris, con sus 7 colores, debe estar en perfecto estado.

El sol y la lluvia son muy desorganizados y nunca le avisan de cuándo deben estar preparados.

El responsable de los cambios de tiempo tampoco echa una mano. Nunca avisa con tiempo al duende, quien está muy enfadado.

Los 7 colores han de verse perfectos. Así, cuando los rayos de sol se mezclen con las nubes, las gotas de lluvia dejarán el arcoíris al descubierto.El duende coge 7 barreños, para limpiar bien las 7 líneas donde se colocarán los 7 tonos que dan luz al cielo.

Son el rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el añil y el violeta. El duende los saca de sus 7 maletas y los va desenrollando para que se despierten de su largo sueño.

Mientras el sol brilla, los 7 colores deben estar preparados. Sin descanso, los 7 días de la semana deben permanecer bien atentos y espabilados.

Pero el duende está desesperado, ¡qué difícil es que obedezcan los 7 colores! Unos juegan y otros cantan, ¡no hay quien les haga callar! ¡Se pasan el día saltando!

Y es que, después de tanto descanso, los 7 amigos están deseando salir y colorear los verdes prados.

Para celebrar que las lluvias han llegado, han preparado una fiesta. Quieren sorprender al duende que parece estar un poco enfurruñado.

Han cocinado un flan de 7 sabores, sandwiches de 7 ingredientes y frutas multicolores.

El duende regresa refunfuñando, después de haber esperado más de 7 minutos para hablar con el responsable del tiempo – ¡Qué desconsiderados! ¿Pero es que no saben el trabajo que cuesta tenerlo todo preparado?-

Y al abrir la puerta, todos gritan ¡SORPRESA! y encienden las luces. El duende sonríe y se le ve ilusionado. Con tanto trabajo, se le había olvidado la alegría del arcoíris, que a todos nos deja fascinados.

Gracias, pequeño duende, por cuidar de los 7 colores y dejarnos verlos de vez en cuando.

Fin.

Miriam Soray Oleynick Orizaga 1°B

CUENTO: LA PEQUEÑA ORUGA GLOTONA

Eric Carle (adaptación)

Una noche, sobre una hoja iluminada por la luna, había un huevo.

Y una mañana de domingo, cuando se levantó el sol, cálido y resplandeciente, salió del huevo –¡creo!- una oruguita con mucha, mucha, muchísima hambre. Y se puso a buscar qué comer.

El lunes atravesó una manzana a mordiscos...pero todavía no quedó lo suficientemente satisfecha.

El martes atravesó dos peras a mordiscos, pero todavía no quedó lo suficientemente satisfecha.

El miércoles atravesó tres ciruelas a mordiscos. Pero tenía mucha más hambre, todavía no se quedó lo suficientemente satisfecha.

El jueves atravesó cuatro fresas a mordiscos, pero todavía no quedó lo suficiente satisfecha.

El viernes atravesó cinco naranjas a mordiscos, pero todavía no quedó lo suficientemente satisfecha.

El sábado atravesó a mordiscos un pedazo de pastel de chocolate, un helado, un pedazo de queso, un trozo de longaniza, una paleta de dulce, una salchicha, un quequito y un trozo de sandía. ¡Aquella noche tuvo dolor de estómago!

El día siguiente fue domingo otra vez. La oruga atravesó a mordiscos una hoja verde. Y después, se encontró mucho mejor.

Ya no tenía más hambre, estaba totalmente satisfecha. Ya no era pequeña, se había vuelto grande y gorda.

Se construyó una casita, que se llama capullo, y permaneció allí adentro más de dos semanas.

Entonces, le abrió un agujero al capullo con los dientes, empujó hacia fuera y... se había transformado en una ¡mariposa preciosa!

http://ceiparturoduperier.centros.educa.jcyl.es/sitio/upload/LA_PEQUENIA_ORUGA_GLOTONAactividades.pdf

Mariana Guadalupe García Guzmán 1°A

Un día una pequeña niña de 4 años llamada Regina, estaba muy emocionada porque sería la primera vez que iría al Zoológico.

Cuando llegaron al zoológico, ella empezó a observar a los animales, y notó que no todos los animales eran iguales, que no todos tenían el mismo número de patas, y que en unos hábitats había más que en otro. Decidió contar primero cuántos hipopotamos había, contó

Monica Paola Amaral Herrera 1-A T/M

Una tarde de juegos

Hace muchos años cuando los niños salían a jugar por montones a las calles, en la época donde el internet no existía y los niños no usaban tabletas, existió una niña llamada sofía, a ella le encantaba jugar a las escondidas, sin embargo, nadie queria jugar con ella por que decian que estaba un poco loca, pero lo que los demás no saben es que ella tenía un amigo imaginario que aparece al contar hasta el tres.

Un dia sofía estaba jugando con su amigo imaginario a las escondidas por lo que ella empezó a contar, 1, 2, 3, 4, 5, 6…, hasta llegar al número 20, entonces abrió los ojos y empezó a buscar a su amigo, duró horas, ella ya no lo podía ver, contaba hasta tres con la esperanza de verlo de nuevo, sin embargo , esto nunca sucedió.

Al paso de los días y al verla tan triste, sus vecinos comenzaron a jugar con ella, al inicio sofía tomó una actitud timida, pero despues logro hacer mejores amigo, siempre jugaban a las escondidas donde sobia contaba hasta el 20, también jugaban al mercado donde sofía se encargaba de contar el dinero, aunque el realidad contaba hasta 10 o 30 piedritas .

Sofia logró superar a su amigo imaginario pero jamas lo olvidara ya que fue la única persona que la ayudó a ser feliz con solo contar 1,2 y 3. Ella vivió muy feliz con sus nuevos amigo y todas las tardes salían a jugar.

FIN

Valencia Estrada Gabriela Estefania 1°D

Los 3 hermanos.

En un lejano lugar, vivían Marta y Félipe, que se acababan de casar. Tenían una bonita granja donde criaban animales y deliciosos vegetales.

Tuvieron 3 hijos y para celebrar su nacimiento decidieron plantar 3 manzanos, 3 naranjos y 3 melocotoneros.

Compraron 3 vacas para que los pequeños tuviesen toda la leche que necesitaran.

Los 3 pequeños vivían felices allí, en el campo, y un día sus padres les explicaron que tenían que ir al colegio.

Un niño que vivía cerca de la granja les había contado que en el colegio tenían que estar 3 horas sentados y 3 horas escribiendo, ¡y eso no les había gustado!

No podremos estar tanto tiempo sentados, eso es un aburrimiento – pensaron los 3 niños –

La mamá, al ver la preocupación de sus 3 hijos, les explicó que el colegio es un sitio mágico, donde se pueden aprender un montón de cosas nuevas.

– ¿Y podremos leer cuentos? – preguntaron los niños.cuento del número 3. Los 3 hermanos– Seguro que cada día leéis uno nuevo – contestó mamá.

Por fin llego el día de inicio del curso y en la puerta estaban preparadas las 3 mochilas, los 3 almuerzos y 3 babis para cada pequeño.

Cuando llegaron al colegio los 3 niños se sintieron un poco asustados, pero su mamá les llevó a su clase y allí conocieron a la profesora.

Su maestra les mostró sus 3 perchas, sus 3 pupitres y les dio 3 lápices, 3 gomas y muchos colores.cuento del número 3. Los 3 hermanos

Pasaron el día coloreando. Leyeron cuentos de caballeros y princesas. Aprendieron cosas increíbles sobre la luna y las estrellas. Conocieron a nuevos amigos . Jugaron en el parque, donde había 3 toboganes, 3 columpios y una casita de juguete donde entraban los 3 hermanos y algunos de sus nuevos compañeros.

Fue un día fantástico y los hermanos decidieron que aquello de aprender e ir al colegio era muy divertido y, además, podían jugar con muchos más niños.

cuento del número 3. Los 3 hermanosY así fue como los 3 hermanos comenzaron el cole. Poco a poco fueron creciendo. Los 3 se hicieron maestros para poder mostrar a otros niños todo lo que ellos en la escuela disfrutaron y aprendieron.

FIN

Martha Patricia Serrano Vera 1°C T/V

EL HUERTO DE IRIA

Iria decidió hacer un huerto en su casa porque le encantaba la verdura y la fruta. Quiso plantar lechugas, tomates y fresas.

Hacer un huerto requiere mucho esfuerzo y también es divertido, así que invitó a sus amigos. Empezaron por las lechugas.

Plantaron muchas lechugas. Hicieron 10 filas y en cada fila plantaron 4 lechugas pequeñas que tenían que crecer gracias al sol y al agua.

Berta que sabía mucho de lechugas les explicó:

“Las lechugas tienen que atarse con una cuerdecita para que crezcan cerradas y mantengan su color”. Y así lo hicieron.

Cuando acabaron con las lechugas, siguieron con los tomates. Y también le dedicaron mucho trabajo.

El abuelo de Iria, les explicó: “Las tomateras tienen que plantarse con cañas que funcionan como tutores para sus matas, ya que éstas son muy débiles para aguantar el peso de los tomates cuando maduren”.

Y así lo hicieron.

Con la ayuda del abuelo construyeron un tutor con cañas de bambú, de manera que sujetara las 12 tomateras.

Cada caña medía 1 metro y medio. Entre tomateras dejaron un espacio de 50 centímetros. Y utilizaron dos cañas muy largas para sujetar la estructura como veis en la foto:

A continuación siguieron con la tarea y plantaron fresas.

Javier explicó a sus amigos: “Las fresas se reproducen a través de sus estolones, es decir, las ramificaciones que produce la misma mata”.

En total, plantaron 18 plantitas de fresa y con el paso de los días, las fresas empezaron a madurar. Lucía se dio cuenta de que algunas plantas, como las fresas, siguen el siguiente orden en su maduración:

1ºSale la flor

2º los pétalos de flor se caen y empieza a formarse el fruto pequeño y de color verde.

3º El fruto va engordando y cambiando su color de verde a rojo.

Al llegar el final del curso, habían trabajado tan bien en el huerto que recogieron muchas frutas y verduras, así que decidieron hacer una merienda en el campo y celebrarlo.

Fin.