teoría crítica la dialéctica en suspenso

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“La dialéctica en suspenso” Fragmentos sobre la historia Pablo Román Sociología vespertina Lea del fragmento I al XVIII, a partir de allí, reflexione lo que dice el autor respecto de: Pasado y redención II; III; IV; V. El instante presente, aquella burbuja que transita en una única dirección desde el pasado hacia el porvenir, se encuentra cargada de egoísmo. La humanidad, dotados del oxigeno, no envidian su momento, están cargado de felicidad de existir y en aquel sentimiento de felicidad opera constantemente la redención de sus muertos. Si es así, entonces existe un secreto acuerdo entre las generaciones pasadas y las nuestras. Entonces nos ha sido dada, tal como a cada generación que los precedió, una débil fuerza mesiánica, sobre la cual el pasado reclama el derecho (Benjamin, 1995, pág. 48). Benjamin habla de una humanidad redimida, a la cual se le ha vuelto citable su pasado en cada uno de sus momentos (Benjamin, 1995, pág. 49), pone luego como ejemplo aquel historiador educado en Marx. Para éste, a la hora de fundamentar la lucha de clases, es necesario remitirse a un pasado, donde se reconoce una represión para la sofisticación de los medios materiales, siendo necesario redimir ciertos tiempos remotos, para poner en cuestión el presente de una clase vencedora o también, para concientizar una clase vencida. La capacidad de entregar y recibir el patrimonio de la tradición es la herramienta dice Benjamin, de la clase dominante (Benjamin, 1995, pág. 50). Es decir, la importancia no está tan solo en los muertos, sino que también cobran sentidos los nonatos, aquel que recibió tiene la tarea de conservar la posibilidad de entregar. De ahí la importancia al progreso en la conceptualización que desarrolla luego. Memoria (remembranza) V; VI; VII. Ese primer momento en que un hecho se hace registrable, relampaguea en el ejercicio de aquella à lʼordre du jour. Relampaguea cada vez que se le acude a él, en todo momento que dicho registro se encuentre en movimiento de redención. Teme a la agitado en los momentos de peligro (Benjamin, 1995, pág. 51), amenazado de ser apagado o hacer lo suyo con mucha menos intensidad, con menos frecuencia o sufrir un cambio de roles, porque

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Page 1: Teoría Crítica La Dialéctica en Suspenso

“La dialéctica en suspenso” Fragmentos sobre la historiaPablo Román

Sociología vespertina Lea del fragmento I al XVIII, a partir de allí, reflexione lo que dice el autor respecto de:

Pasado y redención II; III; IV; V.

El instante presente, aquella burbuja que transita en una única dirección desde el pasado hacia el porvenir, se encuentra cargada de egoísmo. La humanidad, dotados del oxigeno, no envidian su momento, están cargado de felicidad de existir y en aquel sentimiento de felicidad opera constantemente la redención de sus muertos.

Si es así, entonces existe un secreto acuerdo entre las generaciones pasadas y las nuestras. Entonces nos ha sido dada, tal como a cada generación que los precedió, una débil fuerza mesiánica, sobre la cual el pasado reclama el derecho (Benjamin,1995, pág. 48).

Benjamin habla de una humanidad redimida, a la cual se le ha vuelto citable su pasado en cada uno de sus momentos (Benjamin, 1995, pág. 49), pone luego como ejemplo aquel historiador educado en Marx. Para éste, a la hora de fundamentar la lucha de clases, es necesario remitirse a un pasado, donde se reconoce una represión para la sofisticación de los medios materiales, siendo necesario redimir ciertos tiempos remotos, para poner en cuestión el presente de una clase vencedora o también, para concientizar una clase vencida. La capacidad de entregar y recibir el patrimonio de la tradición es la herramienta dice Benjamin, de la clase dominante (Benjamin, 1995,pág. 50). Es decir, la importancia no está tan solo en los muertos, sino que también cobran sentidos los nonatos, aquel que recibió tiene la tarea de conservar la posibilidad de entregar. De ahí la importancia al progreso en la conceptualización que desarrolla luego.

Memoria (remembranza) V; VI; VII.

Ese primer momento en que un hecho se hace registrable, relampaguea en el ejercicio de aquella à lʼordre du jour. Relampaguea cada vez que se le acude a él, en todo momento que dicho registro se encuentre en movimiento de redención. Teme a la agitado en los momentos de peligro (Benjamin, 1995, pág. 51), amenazado de ser apagado o hacer lo suyo con mucha menos intensidad, con menos frecuencia o sufrir un cambio de roles, porque

Solo tiene el don de encender en el pasado la chispa de la esperanza aquel historiador que esté traspasado por la idea de que tampoco los muertos estarán a salvo del enemigo cuando este venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer (Benjamin, 1995,pág. 51).

Es necesario que la figura del historiador se aleje de aquel transcurso ulterior de la historia, del concepto de memoria como herramienta (remembranza). Aquel lugar desde donde observar la historia, debiese originarse en la pereza del corazón, la acedía, dice Benjamin. Y es aquella pereza el origen de la tristeza. Triste es el hecho de ser postergados, redimidos a la barbarie, nombrados por los vencedores que felices poseen el botín del patrimonio cultural (Benjamin, 1995, pág. 52).

El materialista histórico habrá de contar con un observador distanciado. […] No existe un documento de la cultura que no lo sea a la vez de la barbarie. […] el materialista histórico se aleja de ello cuanto sea posible. Considera como su

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“La dialéctica en suspenso” Fragmentos sobre la historiaPablo Román

Sociología vespertina tarea pasarle a la historia el cepillo a contrapelo (Benjamin,1995, pág. 53).

Crítica a la socialdemocracia alemana XI; XII; XIII; XIV; XV.

La socialdemocracia Alemana sufre de conformismo. Afectada en su sistema psicomotor, aqueja una desviación en sus tácticas políticas y sus representaciones económicas. La proletarización provocada por el progreso tecnológico se encuentra representada como una acción política. La búsqueda de unificar la izquierda Alemana conllevó aferrarse a una errada definición del trabajo como La fuente de toda riqueza y de toda cultura (Benjamin, 1995, pág. 56). La socialdemocracia se encuentra adherida a la masa progresista, con una mirada ulterior bajo fundamentos tecnicistas. El trabajo es asociado a una necesidad, no solo por contar con un mayor número de lo que se asumía como la figura del “proletario”, sino que también contar con el suficiente avance técnico para someter a la naturaleza a las necesidades de la vida. Se conforma con resolver eso, que en definitiva se resuelve solo y, peor aún, si se quisiese aportar en aquella fase, la socialdemocracia terminaría por someterse a la masiva corriente progresista y los nuevos “proletarios” se encontrarían particularmente proletarizados bajo un formato inculcado por quienes sostienen el paradigma del progreso.

En el curso de tres décadas ésta casi consiguió borrar el nombre de Blanqui, cuyo timbre de bronce sacudió el siglo pasado. Se complació en asignarle a la clase trabajadora el papel de redentora de generaciones futuras. Y así le cercenó el nervio de su mejor fuerza. La clase desaprendió en esta escuela lo mismo el odio que la voluntad de sacrificio. Pues ambos se nutren de la imagen de los antepasados esclavizados, y no del ideal de los nietos liberadores (Benjamin, 1995, pág. 59).

Marx resume todo esto en una frase que cita Benjamin1. Marx repuso que el hombre que no posee otra propiedad más que su fuerza de trabajo, “[forzosamente] tiene que ser el esclavo de otros hombres que se han convertido… en propietarios (Benjamin, 1995, pág. 56).

La socialdemocracia caracteriza el concepto de progreso como el progreso de la humanidad, sin término e incesante, es decir, espontaneo, bajo los mismos rasgos de la naturaleza. Determinada bajo una clase revolucionaria que posee la conciencia de hacer saltar el continuum de la historia(Benjamin, 1995, pág. 59), determinando un tiempo homogéneo y vacio. El ejercicio moderno como una cosmovisión, bajo cánones naturalistas, entiende el estadio de toda una época, de un género humano, como Los calendarios, pues, no miden el tiempo como relojes. Son monumentos de una conciencia de la historia de la que en Europa, desde hace cien años, no parece haber ya ni el rastro más silencioso (Benjamin, 1995, pág. 59).

BibliografíaBenjamin, W. (1995). La Dialéctica en Suspenso. Fragmentos sobre historia . Santiago : LOM ediciones .

1 Espero no haber sacado la cita de contexto, entendí que Benjamin intentaba mostrar la mala manera en que se había leído a Marx. Porque Marx habla de hacerse propietario de su fuerza de trabajo como único recurso, pero no quiere decir que éste necesariamente sea formado bajo valores de quienes inventaron la figura de la propiedad privada.