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Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875. I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 1 T T E E M M A A 3 3 . . L L A A C C O O N N S S T T R R U U C C C C I I Ó Ó N N D D E E L L E E S S T T A A D D O O L L I I B B E E R R A A L L E E N N E E S S P P A A Ñ Ñ A A , , 1 1 8 8 3 3 3 3 - - 1 1 8 8 7 7 4 4 . . ÍNDICE. EL REINADO DE ISABEL II (1833-1868). 1.PARTIDOS POLÍTICOS: MODERADOS Y PROGRESISTAS. 1.1.. Los fundamentos ideológicos. 1.2.. El partido moderado. 1.2.1 Los moderados en el poder: Períodos de gobierno y obra política moderada. 1.3. El partido progresista. 1.3.1. Los progresistas e el poder: Períodos de gobierno y obra política progresista. 1.4. Otros partidos y movimientos políticos de la época. 2. LA I GUERRA CARLISTA: La regencia de Mª cristina, 1833-1840. 2.1. La construcción del sistema liberal entre 1833-1840. 2.2. La I guerra Carlista, 1833-1839. 3. ETAPAS POLÍTICAS DEL REINADO DE ISABEL II., 1843-1868. 3.1. La década Moderada, 1843-1854. 3.2. El bienio progresista, 1854-1856. 3.3. Segundo período moderado, 1856-1868. 4. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874). 4.1. La Revolución de 1868: Causas, desarrollo y consecuencias. 4.2. La primera república y el cantonalismo: 1873-1874: 5. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL. 5.1. La reforma agraria liberal en la España del siglo XIX. 5.2. Transformaciones económicas en la España del s. XIX: Industria, ferrocarril y banca. 6.- EXTREMADURA. Construcción del Estado Liberal, 1833-1875. 6.1.- El Sexenio Democrático en Extremadura: tensiones sociales y revueltas campesinas. 6.2. Transformaciones económicas en Extremadura durante la etapa isabelina: aspectos agrarios, transportes y comunicaciones. E E L L R R E E I I N N A A D D O O D D E E I I S S A A B B E E L L I I I I ( ( 1 1 8 8 3 3 3 3 - - 1 1 8 8 6 6 8 8 ) ) . . 1. PARTIDOS POLÍTICOS: MODERADOS Y PROGRESISTAS. 1.1. LOS FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS. Entre 1833-1875 asistimos a la construcción del régimen liberal o burgués en España, imponiéndose el Nuevo Régimen al Antiguo Régimen, el Liberalismo al Absolutismo, con una transformación económica y social enorme. La alta burguesía controlará el poder económico y político, los vasallos se convierten en ciudadanos, aunque sin abandonar su condición de pobres proletarios o jornaleros. Podemos dividir el período en varias etapas: Regencia de María Cristina (1833-1840), Regencia de Espartero (1840-1843), Reinado de Isabel II (Década Moderada 1844- 1854, Bienio progresista 1854-1856, Segundo período Moderado 1856-1868), Sexenio Democrático (1868-1875).

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Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 1

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LLLIIIBBBEEERRRAAALLL EEENNN EEESSSPPPAAAÑÑÑAAA,,, 111888333333---111888777444... ÍNDICE.

EL REINADO DE ISABEL II (1833-1868).

1.PARTIDOS POLÍTICOS: MODERADOS Y PROGRESISTAS.

1.1.. Los fundamentos ideológicos.

1.2.. El partido moderado.

1.2.1 Los moderados en el poder: Períodos de gobierno y obra política moderada.

1.3. El partido progresista.

1.3.1. Los progresistas e el poder: Períodos de gobierno y obra política progresista. 1.4. Otros partidos y movimientos políticos de la época.

2. LA I GUERRA CARLISTA: La regencia de Mª cristina, 1833-1840.

2.1. La construcción del sistema liberal entre 1833-1840.

2.2. La I guerra Carlista, 1833-1839.

3. ETAPAS POLÍTICAS DEL REINADO DE ISABEL II., 1843-1868.

3.1. La década Moderada, 1843-1854.

3.2. El bienio progresista, 1854-1856.

3.3. Segundo período moderado, 1856-1868.

4. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874).

4.1. La Revolución de 1868: Causas, desarrollo y consecuencias.

4.2. La primera república y el cantonalismo: 1873-1874:

5. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL.

5.1. La reforma agraria liberal en la España del siglo XIX.

5.2. Transformaciones económicas en la España del s. XIX: Industria, ferrocarril y banca.

6.- EXTREMADURA. Construcción del Estado Liberal, 1833-1875.

6.1.- El Sexenio Democrático en Extremadura: tensiones sociales y revueltas campesinas.

6.2. Transformaciones económicas en Extremadura durante la etapa isabelina: aspectos agrarios,

transportes y comunicaciones.

EEELLL RRREEEIIINNNAAADDDOOO DDDEEE IIISSSAAABBBEEELLL IIIIII (((111888333333---111888666888)))...

1. PARTIDOS POLÍTICOS: MODERADOS Y

PROGRESISTAS. 1.1. LOS FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS.

Entre 1833-1875 asistimos a la construcción del régimen liberal o burgués en España,

imponiéndose el Nuevo Régimen al Antiguo Régimen, el Liberalismo al Absolutismo, con una

transformación económica y social enorme. La alta burguesía controlará el poder económico y

político, los vasallos se convierten en ciudadanos, aunque sin abandonar su condición de pobres

proletarios o jornaleros. Podemos dividir el período en varias etapas: Regencia de María Cristina

(1833-1840), Regencia de Espartero (1840-1843), Reinado de Isabel II (Década Moderada 1844-

1854, Bienio progresista 1854-1856, Segundo período Moderado 1856-1868), Sexenio

Democrático (1868-1875).

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 2

Las revoluciones burguesas,

inspiradas en la ideología

liberal gestada por Locke,

Hume y los ilustrados

franceses, acaban con el

Antiguo Régimen y el

Absolutismo. La

Independencia de EE.UU y la

revolución francesa tendrán

continuidad con las

revoluciones de los años 20,

1830 y en 1848. En España el

liberalismo inicia su andadura

con las Cortes de Cádiz y la

Constitución de 1812. El

liberalismo impondrá poco a

poco sus características:

División de poderes, Constitucionalismo, Parlamentarismo unicameral o bicameral, una carta de

Derechos y Deberes ciudadanos, Soberanía Nacional, Sufragio censitario o universal, igualdad

jurídica de todos los ciudadanos, un sistema político liberal (Monarquía constitucional o

parlamentaria, o República unitaria o federal), y acompañado de un sistema económico

librecambista.

Desde 1808 la ideología política se había construido en España en torno a dos grandes grupos:

Absolutistas y Liberales. Los Absolutistas defendían la Soberanía Real, las Cortes estamentales

como mero poder consultivo, los valores del Antiguo Régimen, y la Religión Católica como esencia

del Estado. Gobernarán con Fernando VII pero tendrán que hacer frente a una escisión interna

en los años 20, con la aparición de los Realistas Apostólicos o Realistas Puros (futuros carlistas),

que proponen un absolutismo más reaccionario.

Los Liberales pronto se dividirán en Moderados (jovellanistas doceañistas) y liberales (liberales y

exaltados). Los primeros gobiernan la primera parte del Trienio Liberal, instaurando una

Soberanía compartida entre las Cortes y el Rey, sufragio censitario, limitación derechos

populares, y reformas

moderadas. Los

progresistas apostarán

por Soberanía Nacional

compartida con las

Cortes, sufragio más

amplio, desamortización

de bienes amortizados, y

una ampliación de

derechos y libertades

públicas. A partir de

1833 estas tendencias

políticas se constituirán

definitivamente en

partidos políticos y

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 3

evolucionarán muy rápidamente.

1.2. EL PARTIDO MODERADO.

El Partido Moderado procede de los antiguos doceañistas y tendrá un gran apoyo social entre los

terratenientes, alta burguesía comercial e industrial, intelectuales conservadores, antigua nobleza

y altos cargos militares, desarrollando una ideología próxima al liberalismo doctrinario francés de

Guizot, Royer-Collard, o al utilitarismo inglés

de Benthan. Defendían el Gobierno de los más

capaces (Alta Nobleza, intelectuales y alta

burguesía), el orden social tradicional, el

Sufragio censitario muy restringido que excluía

a las clases populares de la política, Soberanía

Nacional compartida entre las Cortes y la

Corona. El Rey acumulaba muchos poderes:

Nombramiento de ministros, jefatura del

Ejército, disolución de las Cortes… No

apuestan por una clara división de poderes, ya que el ejecutivo interfería en el legislativo (veto a

las leyes, disolución de Cortes), y en el poder judicial con el nombramiento de jueces, y defienden

la confesionalidad católica del Estado y el proteccionismo económico. En los años 40, con el

ministro Luis González Bravo, establecen el caciquismo para adulterar los resultados electorales y

perpetuarse en el poder.

Líderes como Istúriz, Pérez de Castro, Alcalá Galiano,

Narváez, González Bravo o Alejandro Mon, gobernarán

entre 1837-40 y desde la mayoría de edad de Isabel II,

creando un régimen liberal conservador que paralizó las

reformas progresistas como la desamortización. Ya en los

años 30 habrá dos sectores: Conservadores como el

Marqués de Viluma (Estatuto Real, aproximación a los

carlistas, y un Parlamento Corporativo); los moderados

próximos a los progresistas liderados por Joaquín Pacheco

(Constitución de 1837), y los moderados centristas de

Narváez procedentes de los doceañistas y sus reformas

moderadas (Francisco Martínez de la Rosa, Luis López

Ballesteros, o Alejandro Pidal y Mon). Sus periódicos más

renombrados serán l «El Universal» y «El Censor».

1.2.1. LOS MODERADOS EN EL PODER: PERÍODOS DE

GOBIERNO Y OBRA POLÍTICA.

1833-43: Participan en los primeros gobiernos de Mª

Cristina y en la elaboración del Estatuto Real de 1834 y la División Provincial de Javier de Burgos

en 1833. La victoria electoral de 1837 les permite limitar el sufragio y las libertades de la

Constitución de 1837, pero pierden el poder hasta la victoria electoral de 1837, que les perite

limitar el sufragio, las libertdes de la Constitución de 1837, y decretan el nombramiento de los

alcaldes por el Rey y los Gobernadores provinciales, además de suspender la desamortización de

Mendizabal.

1843-54: Después de la Regencia de Espartero (1840-43), recuperan el poder, liderados por

Narváez (Jefe Gobierno desde mayo de 1844) para gobernar toda la Década Moderada.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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Impondrán el liberalismo doctrinario, el control del Ejército (alejándolo de la política), la

represión del carlismo (II guerra carlista o guerra del matiners catalanes de 1846-49) y del

incipiente movimiento obrero, el alejamiento de los progresistas del poder mediante el control

electoral o caciquismo impuesto por el ministro de la Gobernación Luis González Bravo. Al final de

los 40 aparecen tres tendencias en Partido Moderado: Moderados de Narváez, autoritarios de

Bravo Murillo, y la Unión Liberal de O’Donnell.

La Constitución de 1845 fue la gran obra moderada del período, caracterizada por la Soberanía

compartida entre Corona y Cortes, separación de poderes ficticia (El Rey nombra ministros,

sanciona leyes, disuelve Cortes), Cortes bicamerales (Senado vitalicio y nombrado por el Rey),

Sufragio censitario-directo, derechos y libertades muy restringidos, confesionalidad católica del

Estado, supresión de la Milicia Nacional, y Ayuntamientos nombrados por Gobierno y

Gobernadores Provinciales Además de la Constitución de 1845, los moderados implantarán un

Estado liberal conservador que se resumen en 5 grandes conjuntos legislativos::

1. Control político mediante la Ley de Imprenta que restablece la censura, el depósito dinerario

para los responsables de periódicos y el sometimiento de los delitos de opinión a Tribunales

ordinarios. El caciquismo garantiza el triunfo electoral. La Guardia Civil fundada por el Duque

de Ahumada (Decreto del 28-3-1844, reformado por el del 13-5-1844, que ya firmará

Narváez), como cuerpo de seguridad militarizado y jerarquizado, aunque no integrado en el

Ejército, garante del orden, la seguridad y la propiedad privada. La Guardia Civil sustituye a los

cuerpos regionales de orden público (migueletes, somatenes o mozos de escuadra catalanes) o a

la Milicia Nacional de los progresistas, para acabar con el bandolerismo endémico y las

revueltas campesinas. Imitando a la Gendarmerie francesa, pronto sumará unos efectivos de

12.000 hombres.

2. Centralización administrativa: Por la Ley de Administración Local (1845) se mantiene el

régimen foral y los alcaldes de localidades mayores de 2.000 hbts. Son nombrados por el

gobierno y el resto por los Gobernadores Civiles. El

reclutamiento o quintas se extiende a las comunidades

forales, y los Gobernadores provinciales tendrán

grandes atribuciones económicas, políticas y judiciales.

La Administración Central se organiza en Ministerios,

y Bravo Murillo impusó las oposiciones para acceder a

la función pública desde 1852. El Ejército centraliza

la defensa nacional, una vez expulsados los elementos

más liberales (1.200 oficiales). En el orden judicial se

creó el Tribunal Supremo, se aprobó el Código Penal (1848) y el Proyecto de Código Civil de

1851, finalmente aprobado en 1899

3. Reforma fiscal de Alejandro Mon en 1845: Abundando en las reformas de López Ballesteros a

finales de los años 20 (Creación de la Bolsa, Tribunal de Cuentas y Banco de San Fernando),

creó un sistema fiscal más racional, uniforme y equitativo, suprimiendo los privilegios fiscales

particulares y regionales aun vigentes, y dividiendo los impuestos en directos (Inmuebles,

actividades industriales, comerciales y agrícolas (repartido por Ayuntamientos, quienes los

distribuían por vecinos según riqueza), impuestos indirectos (Aduanas, Consumos, Timbres,

transmisión de bienes), e impuestos especiales (Tabacos, Lotería y Sal). No se cubrieron los

gastos del Estado, aumentando la Deuda Pública y su financiación con impuestos indirectos y

prestamos.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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4. Reformas educativas y religiosas: José Pedro Pidal, inspirándose en Francia, diseña un plan

educativo aprobado con la Ley Moyano de 1857: Primaria o elemental, Segunda Enseñanza en

los Institutos, y universitaria dividida en 10 universidades con nuevas especialidades (Sólo la

Madrid Central podía expedir el título de Doctor). Se adoptará el Sistema Métrico Decimal de

pesos y medidas, se construyen las primeras líneas férreas

de Barcelona-Mataró (1848) y Madrid- Aranjuez (1853).

En 1851 Bravo Murillo firmó el Concordato con la Santa

Sede: La Iglesia aceptaba las desamortizaciones ya

realizadas a cambio de la devolución de los bienes aun no

vendidos, confesionalidad del Estado, concesiones

educativas (religión en la escuela, supervisión de los

contenidos educativos), y el Estado asumirá los sueldos de

los clérigos

5. Política económica: La política económica proteccionista

beneficia a la agricultura terrateniente y a la alta

burguesía comercial e industrial. La crisis económica de finales de los 40 evidenció los

problemas de una agricultura de subsistencia en el norte y latifundista en el sur, con un

mercado interno poco interrelacionado y escaso, y con una industria que no había despegado,

salvo en algunos puntos Cataluña, País Vasco y Asturias.

La propuesta de reforma autoritaria de la Constitución de 1845 por Bravo Murillo, ni los gobiernos

de Roncali y Sartorius, podrán evitar la crisis del período, con numerosos casos de corrupción,

expropiaciones indebidas para el ferrocarril, escándalos protagonizados por los amoríos de la

reina, que causarán revueltas populares y el levantamiento de 1854 conocido como la Vicalvarada.

1856-68:

Después del Bienio Progresista los moderados regresan al poder en 1856 con Narváez y la Unión

Liberal de O’Donnell, quien restablece la Constitución de 1845 con una reforma llamada el Acta

Adicional: sufragio más amplio, Ayuntamientos democráticos en poblaciones de más de 40.0000

hbts., juicio por jurado, etc. Se reprime duramente a los revolucionarios y se disuelve la Milicia

Nacional. Aunque en 1858 Narváez deroga el Acta Adicional de la Constitución y suspende la

Desamortización de Madoz. Con el gobierno largo de O´Donnell se inicia un importante

crecimiento económico, expansión colonial, inicio construcción férrea y grandes inversiones

extranjeras, pero también protestas sociales contra el impuesto de Consumos, las Quintas y los

salarios de los jornaleros.

En 1863 se inicia la última etapa moderada, llena de inestabilidad política, represión de

progresistas, demócratas y Movimiento Obrero, descrédito de Isabel II, y la crisis económica de

1865-68. La protesta universitaria acaba con la llamada Matanza de la Noche de San Daniel en

1865, seguida de la rebelión de los Sargentos del Cuartel de San Gil, y el Pacto de Ostende de

1866 entre demócratas y unionistas (La Unión Liberal), para derrocar al gobierno moderado.

1.3. EL PARTIDO PROGRESISTA.

El partido Progresista de Mendizábal, el General Espartero, Fermín Caballero, Salustiano Olózaga,

Calatrava, procedente de los exaltados del Trienio, se vinculará a la mediana y pequeña burguesía,

profesionales liberales (profesores, periodistas, abogados), y oficiales del ejército de media

graduación. Sus señas de identidad serán la soberanía nacional sin límites, el predominio de las

Cortes por encima del rey, un sufragio censitario amplio, anticlericalismo, independencia y

democratización Ayuntamientos y Diputaciones, amplios derechos individuales y colectivos

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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(libertad de imprenta, de prensa, de opinión, de religión, etc.), y Milicia Nacional. Gobernarán con

Mendizábal (1835-1836), Calatrava (1836-1837), y Espartero (1840-1843) antes de la mayoría de

edad de Isabel II. Entre la prensa afín destaca «La abeja» o «El Eco del comercio».

Anticlericalismo y desamortización (como medio para reformar la propiedad de la tierra) son

propuestas estrella. De los progresistas más extremistas surge el republicanismo en 1841 y en

1849 el Partido Demócrata de José María Orense, que proponían el reparto de las tierras

desamortizadas, la enseñanza pública obligatoria, la reducción del presupuesto militar, el sufragio

universal, amplias libertades (imprenta, culto, reunión, asociación). Después de la Revolución de

1868 se fusionaron en el Partido Republicano.

1.3.1. LOS PROGRESISTAS EN EL PODER: PERÍODOS DE GOBIERNO Y OBRA POLÍTICA

PROGRESISTA.

Mendizábal (sept. 1835) reforma el Estatuto Real antes del

Levantamiento en 1836 de los Sargentos de La Granja y la

formación del gobierno Calatrava con Mendizábal como Ministro:

Restablecen Constitución 1812, leyes desamortización 1836, guerra

carlista, y aprueban la Constitución de 1837, que en 77 artículos

recoge principios progresistas (Soberanía nacional, amplia

declaración de derechos, división de poderes, aconfesionalidad del

Estado y libertad de imprenta) y principios moderados

(Bicameralismo con Congreso y Senado, nombramientos ministros

por el Rey, veto real a las leyes, financiación del culto católico, y

sufragio censitario restringido para sólo el 2’4% de la población).

Regresarán al poder con la Regencia de Espartero 1840-1843 y su

gobierno autoritario, de espaldas al Parlamento hasta que los

propios progresistas le retiran su apoyo, sobre todo después del

Tratado de libre comercio con Inglaterra en 1841, que provoca el Levantamiento de Barcelona y el

Pronunciamiento moderado-progresista de Torrejón de Ardoz en 1843 que da el poder a los

moderados y acelera la mayoría de edad de Isabel II.

Vuelven a gobernar durante el Bienio Progresista: 1854-56. Redactarán, aunque nunca se

aprobará definitivamente, la Constitución de 1856 (Soberanía Nacional, ampliación derechos,

Libertad de culto, prensa, sufragio más amplio, limitaciones poder Rey, aunque puede disolver

Cortes y vetar leyes, Alcaldes y Senado electivo, Milicia Nacional…). Aprobarán la

Desamortización de Madoz (1855), que afecta a las propiedades municipales, religiosas,

Beneficencia, Instrucción, etc., y una serie de Reformas económicas fundamentales: Ley Bancaria

de 1856 con la creación del Banco de España, Ley de Bancos de Emisión y Crédito, Ley de

Ferrocarriles de 1855, y liberalización inversión extranjera. La mala situación agrícola y la crisis

de subsistencias de 1856 provoca revueltas, el golpe de O´Donnel y la dimisión de Espartero.

1.4. OTROS PARTIDOS Y MOVIMIENTOS DE LA EPOCA.

Los Carlistas, además de participar en 3 guerras, también se constituirán en partido y movimiento

ideológico absolutista, ultra católico, foralismo navarro y vasco, sociedad estamental, Inquisición,

etc. Les apoya el pequeño y mediano campesinado del norte de España y determinados grupos de

la nobleza y la Iglesia.

Los Demócratas de José Mª Orense 1849, escindidos del Partido Progresista, reivindican

Soberanía Popular, sufragio universal, Milicia Nacional, poderes reducidos del Rey, determinadas

reformas sociales, libertades individuales, y coinciden con las clases medias y bajas.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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Los Republicanos de Sixto Cámara y Fernando Garrido, también escindidos

de los progresistas a principio de los 40, con grandes apoyos entre el

obrerismo, jornaleros, clases medias, intelectuales, proponen un Estado

republicano. Se dividirán en Unitarios y federalistas.

El Obrerismo socialista catalán inicio su andadura con la Asociación Mutua

de Obreros algodoneros, aunque su crecimiento se producirá en el Sexenio y

con la definitiva fundación del PSOE a finales de los 70 .

El pretorianismo militar será una constante en la política de la época. Los

partidos serán liderados por militares de prestigio, los gobiernos se llenarán

de ministros militares, y en múltiples ocasiones utilizarán las tropas para

golpes de estado, pronunciamientos, y asonadas. Entre las causas

destacamos la mitificación del militar victorioso desde la Guerra de

Independencia, la debilidad de un sistema parlamentario electoralmente

corrupto que impedía la alternancia pacífica en el poder, y la ausencia de una base popular de

apoyo al liberalismo.

2. LA I GUERRA CARLISTA: LA REGENCIA DE Mª

CRISTINA, 1833-1840. (VIDEO CARLISMO) El 29 de septiembre de 1833 moría Fernando VII y María Cristina debía educar a sus dos hijas,

de las que la mayor, Isabel, sólo tenía 3 años, y enfrentarse a los que se

oponían al testamento del Rey y a la Pragmática Sanción, que derogaba la

ley Sálica y permitía a Isabel heredar el trono. La oposición de los

Tradicionalistas (Nobleza rural, Iglesia tradicionalista, pequeños y

medianos campesinos católicos del norte, pequeños artesanos, foralistas)

se compensa con el apoyo de los llamados Isabelinos o Liberales moderados

(burguesía, sectores populares urbanos, y absolutistas fieles a Fernando

VII). Pero el enfrentamiento no era solo por la sucesión al trono, sino

entre Antiguo Régimen y Nuevo Régimen, discutiéndose el modelo de

régimen político, social y económico futuro. Será un proceso revolucionario

que concluirá con el triunfo de la burguesía, los isabelinos liberales, y del

liberalismo sobre el absolutismo, con la liquidación del régimen señorial, la

sociedad estamental, y la abolición de las instituciones políticas del Antiguo

Régimen. La burguesía, sobre todo la agraria, asume el poder político y crea

un sistema jurídico y económico favorable a esta burguesía y a la economía capitalista.

2.1. LA CONSTRUCCIÓN DEL SISTEMA LIBERAL ENTRE 1833-1840.

Gobiernos de transición, 1833-1835.: Estatuto Real.

La regencia de Mª Cristina comenzó con el gobierno de Cea Bermúdez (ex ministro de Fernando

VII), que intentó un régimen de despotismo ilustrado liderado por un Consejo de Gobierno

formado por absolutistas moderados dialogantes con los carlistas e impulsores de reformas

administrativas. Francisco Javier de Burgos divide España en 49 Provincias (47 peninsulares más

Baleares y Canarias, que en 1927 serán 50 al dividirse Canarias en 2 provincias), crea las

Diputaciones Provinciales encargadas de las obras públicas, asistencia social, fomento, cultura, un

Subdelegado de fomento como antecedente del futuro Gobernador Civil, y una Audiencia

Provincial encargada de los asuntos judiciales. La oposición armada del carlismo y de los liberales

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 8

que pedían más reformas, obligó a la Regente a buscar apoyos con una política más liberal,

permitiendo el regreso de los exiliados liberales y sustituyendo a Cea Bermúdez por Martínez de

la Rosa (1834), antiguo liberal radical reconvertido en liberal moderado.

Martínez de la Rosa buscó el apoyo de la burguesía, pero

respetando los “derechos” de los grupos dominantes del

antiguo régimen. En 1834 se aprueba el Estatuto Real

(Carta Otorgada concedida por la Regente al pueblo, no

una Constitución aprobada democráticamente), que

contemplaba unas Cortes bicamerales compuestas por: a)

El Estamento de Próceres elegido por la Corona entre los

Grandes de España, Arzobispos, militares prestigiosos,

jueces, grandes propietarios, con un nivel de rentas de

60.000 reales mínimo. b) El Estamento de Procuradores

elegidos por sufragio censitario indirecto (16.000 electores, 0’15% de la población) y entre

candidatos con más de 12.000 reales de renta. Estas Cortes no eran un auténtico poder

legislativo, ya que se limitaban a proponer leyes que la Corona aprobaba o no, aunque el Estamento

de procuradores aprobaba los presupuestos. El Rey podía ejercer el veto absoluto sobre las

Leyes propuestas por las Cortes, el Presidente del Gobierno era nombrado por el Rey, aunque el

gobierno elegido por el Presidente si estaba sujeto a responsabilidades políticas ante Las Cortes.

Los liberales moderados apoyaron el Estatuto, mientras que los progresistas lo rechazaron.

Gobiernos progresistas de 1835 a 1837: Disolución régimen señorial y Constitución de 1837:

Ni Martínez de la Rosa ni el Conde de Toreno evitan las revueltas progresistas y populares en

1835: Creación de Juntas, organización de Milicias Locales como fuerza armada liberal, revueltas

en Andalucía o Barcelona (Los bullangues, asalto de la fabrica Bonaplata), e incendios de conventos

en Madrid con el asesinato de 80 frailes acusados de provocar la epidemia de colera de 1834. Los

revolucionarios pedían la convocatoria de Cortes, libertad de prensa, nueva ley electoral, extinción

del clero regular y creación de la milicia nacional. El Estamento de Procuradores destituye a

Martínez de la Rosa y nombra al progresista Álvarez Mendizabal en septiembre de 1835, que creó

las Diputaciones Provinciales, reclutó 100.000 hombres para la guerra carlista, convirtió la Milicia

Nacional en Guardia Nacional, y decretó la reforma de la propiedad de la tierra (Disolución del

régimen señorial, desvinculación de mayorazgos, y desamortización eclesiástica, por decretos de

1835 y 1837).

En mayo de 1836 Isturiz sustituye

a Mendizábal, y en Agosto

Calatrava accede al gobierno

después de la rebelión de los

Sargentos de La Granja.

Restablece la Constitución de 1812

e inicia la redacción de la

Constitución de 1837, mientras

Mendizábal, como ministro de

Hacienda, continua su tarea de

reforma jurídica de la propiedad

de la tierra y disolución del Antiguo

Régimen: con una sucesión de

Decretos y Leyes: Abolición de la

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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Mesta, el diezmo, los privilegios gremiales, las pruebas de nobleza para acceder al Ejército y a la

Administración, al tiempo que se aprueba la libertad de industria y comercio, la libertad de

imprenta y la implantación de la Milicia Nacional. La Ley de señoríos de 1837 disuelve los señoríos

jurisdiccionales y territoriales, permitiendo a los señores conservar la propiedad de las tierras

señoriales, incluso las de los señoríos jurisdiccionales, salvo que los campesinos pudiesen

demostrar sus derechos de propiedad. El Decreto de Desvinculación abolió los mayorazgos, así

como los vínculos de las propiedades de la Iglesia o de los municipios, permitiendo vender y

repartir esas propiedades. La desamortización expropió las propiedades eclesiásticas para

venderlas en subastas públicas. Pretendía recaudar fondos para resolver la

crisis de Hacienda y costear la guerra carlista, aumentar la producción,

castigar el apoyo de la Iglesia al carlismo, y crear un grupo social favorable al

Estado Liberal (compradores de bienes desamortizados). Los diferentes

decretos de abolición de órdenes religiosas, de desamortización, etc., se

completaron con la Ley de 19 de febrero de 1936 que nacionalizó los bienes

del clero secular y ordenó subastarlos públicamente.

La CONSTITUCIÓN DE 1837 fue redacta por una Comisión presida por

Agustín Argüelles, con sólo 77 artículos, inspirada en la de 1812, e intentó

recoger principios progresistas y moderados. Las Cortes (Congreso y Senado,

con un banco azul para los ministros) tenían la iniciativa legislativa. El

Congreso se elegía por sufragio censitario (4% población o 400.000 electores sobre 15 millones)

cada 3 años y el Senado sería elegido por el Rey de entre una lista triple de diputados elegidos

por los electores de cada provincia. El Rey tenía veto legislativo absoluto y nombraba a los

ministros. Contempla la igualdad jurídica de todos los ciudadanos, libertad de imprenta,

inviolabilidad del domicilio, y no prohíbe la práctica de otras religiones, aunque hace referencia a

la condición católica del pueblo español. Los Ayuntamientos, elegidos por sufragio censitario,

controlarían la Milicia Nacional compuesta por propietarios voluntarios.

Los moderados gobiernan después de las elecciones de 1837 e imponen un sufragio más

restringido, limitación de la libertad de imprenta, e intentan devolver bienes desamortizados al

clero o restablecer el diezmo, y a pesar de la victoria electoral progresista en 1839, el dominio

moderado en las Cortes, les permite aprobar la Ley de Ayuntamientos de junio de 1840 (El Rey

nombraría a los alcaldes de las capitales de provincia y los Gobernadores Civiles el resto de

Alcaldes), en contra del art. 70 de la Constitución, lo que provoca una insurrección progresista y

popular y la dimisión de Mª Cristina en octubre de 1840, cuando Isabel sólo tenía 10 años. .

2.2. LA I GUERRA CARLISTA, 1833-1839.

El testamento de Fernando VII provocó el levantamiento de los carlistas o partidarios de la

sucesión al trono de Carlos Mª Isidro, hermano de Fernando VII que ya lideraba a los absolutistas

más radicales desde 1825, provocando una guerra civil por la sucesión, pero sobre todo por

cuestiones ideológicas, forales, religiosas, enfrentamiento campo-ciudad, que enfrenta a los

partidarios del Nuevo Régimen contra los defensores del Antiguo régimen. Los carlitas o

tradicionalistas apoyan a Carlos Mª Isidro como Rey, frente a su sobrina Isabel como heredera

legitima desde que la Pragmática Sanción derogase la Ley Sálica: “No ambiciono el trono; estoy lejos de

codiciar bienes caducos; pero la religión, la observancia y cumplimiento de la ley fundamental de sucesión y la singular obligación de defender los derechos imprescriptibles de mis hijos... me esfuerzan a sostener y defender la corona de España del violento despojo que de ella me ha causado una sanción tan ilegal como destructora de la ley que legítimamente y sin alteración debe ser perpetuada. Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano (que santa gloria haya), creí se habrían dictado en mi defensa las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si hasta aquel momento habría sido traidor el que lo hubiese intentado, ahora será el que no jure mis banderas, a los cuales,

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especialmente a los generales, gobernadores y demás autoridades civiles y militares, haré los debidos cargos, cuando la misericordia de Dios me lleve al seno de mi amada Patria, a la cabeza de los que me sean fieles. Encargo encarecidamente la unión, la paz y la perfecta caridad. No padezco yo el sentimiento de que los católicos españoles que me aman, maten, injurien, roben ni cometan el más mínimo exceso...”(Comunicado de Carlos Mª Isidro, en Abrantes, el 1 de octubre de 1833.)

Los carlistas (tradicionalistas apostólicos) defienden el absolutismo y el Antiguo Régimen bajo el

lema “Altar y trono” y “Viva la Inquisición”, el régimen tradicional de la propiedad agrícola

(mayorazgos, vinculación señorial, etc.), el integrismo católico, y los Fueros como régimen jurídico

y administrativo particular que eximía de la fiscalidad madrileña y de las quintas, por ejemplo, a

algunos territorios. Les apoyan clérigos tradicionalistas, nobleza rural, pequeño campesinado rural

católico, defensores de los fueros del A. Régimen en Navarra y País Vasco, pequeños artesanos

urbanos afectados por el desarrollo de la economía capitalista, sobre todo en Navarra, País Vasco,

Cataluña, Aragón y Valencia, y países absolutistas como Austria, Rusia y Prusia.

La mayoría de la población respetará la legalidad vigente, pero llamamos isabelinos o liberales a los

que se identifican con Isabel y con las reformas políticas y económicas liberales: La mayoría de

los cargos de la administración y de la burocracia provincial y municipal, los miembros del ejército,

clases medias, financieros y comerciantes, profesiones liberales, alta nobleza, gran parte del

clero secular y la mayoría de los sectores populares. Recibirán el apoyo de

la Cuádruple Alianza (Francia, Gran Bretaña, España y Portugal). Mª

Cristina y su gobierno, encabezado por Cea Bermúdez, reaccionaron tarde

ante la rebelión carlista, pero rápidamente dejaron claras sus intenciones: “ Por una serie de hechos plenamente comprobados y demasiado decisivos, tengo la funesta incertidumbre de que el infante don Carlos María Isidro ha tomado una resolución hostil, aspirando a usurpar el trono a mi augusta hija doña Isabel II, en menosprecio de la ley fundamental y vigente del Estado, de la suprema voluntad del rey mi esposo (Q.E.P.D.) y del reconocimiento de la nación testificado solemnemente en Cortes (…) He determinado y mando por el presente decreto, que inmediatamente se proceda al embargo y adjudicación al Real Tesoro de todos los bienes de cualquiera especie, frutos, rentas y créditos … del expresado infante don Carlos (...)” ( Comunicado de la Regente, en el Palacio Real de Madrid, a 17 de octubre de 1833).

La primera guerra carlista se inició con el levantamiento de 1833 y se prolongó durante seis años

(1833-1840), con diferentes etapas en las que los carlistas lograron éxitos importantes, pero sin

ocupar nunca todo el territorio. Fundamentalmente utilizaron tácticas guerrilleras y las partidas

de soldados.

1ª Etapa, (1833-35): Iniciativa carlista liderados por Zumalacárregui, quién quería marchar sobre

Madrid, pero los principales dirigentes prefieren centrarse en el control del País Vasco y Navarra,

extendiéndose después hacia Aragón, Cataluña, Valencia y las dos Castillas. En el sitio de Bilbao

muere Zumalacárregui en 1835, finalizando las expansión carlista. La crueldad de la lucha lleva a

Gran Bretaña a proponer el Convenio Elliot sobre el respeto a los prisioneros de guerra (1835)

2ª Etapa, 1835-37: Las expediciones carlistas al sur del Ebro extienden geográficamente el

conflicto, pero fracasan en la conquista de las grandes ciudades (Madrid y Bilbao) y no encuentran

suficiente apoyo fuera de sus regiones originales. Espartero triunfa en la defensa de Bilbao y en

la batalla de Luchana en 1836.

3ª Etapa, 1837-1839: El carlismo se divide en Intransigentes (Don Carlos y Cabrera, apoyados por

el campesinado y el clero norteño, que se negaban a pactar cualquier rendición) y Moderados o

Transacionistas de Maroto, partidarios de un acuerdo de paz. Estos firmaron la Paz o Convenio de

Vergara (1839) con Espartero, reconociendo la victoria liberal a cambio del ingreso en el Ejército

Liberal de los oficiales carlistas y de la promesa de mantener los fueros vascos y navarros La

guerra continuó con Cabrera en el Maestrazgo hasta 1840.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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La guerra supuso más de 200.000 muertos sobre una población total de 13 millones, implicó la

definitiva inclinación de la monarquía isabelina hacia el bando liberal, y ratificó el protagonismo de

los militares, que se convertirán en lideres políticos que participan en el ejercicio del poder,

incluso alterándolo con sucesivos Pronunciamientos para cambiar el signo del gobierno según

conviniese. Los gastos de la guerra acabaron por arruinar las finanzas públicas, a pesar de los

ingresos procedentes de la Desamortización de Mendizabal de 1836.

El carlismo no desapareció de la vida política nacional, levantándose otra vez en la II Guerra

Carlista (1846 y 1849) al fracasar los intentos de casar a Isabel II con el primogénito D. Carlos

(Carlos VI de Borbón), con importantes combates en Cataluña. Entre 1872-1876 tendrá lugar la

III guerra carlista (Carlos VII) al no considerar el gobierno de Prim la candidatura de D. Carlos a

la corona española y elegir como Rey a Amadeo I de Saboya, desarrollándose sobre todo en el País

Vasco, Navarra y Cataluña, hasta su derrota con Alfonso XII en 1876.

3. ETAPAS POLÍTICAS DEL REINADO DE ISABEL II: 1843-68. El progresista Espartero gobernó entre 1839-43 después de obligar a Mª

Cristina a cederle la Regencia. Llevó a cabo numerosas reformas apoyado

por un grupo de militares (Los Ayacuchos), pero su gobierno autoritario le

privó del apoyo de las Cortes, incluidos los progresistas. El Tratado de

Libre Comercio con Inglaterra en 1841 provocó la rebelión de Barcelona y el

posterior levantamiento militar en Torrejón de Ardoz. En noviembre de

1843 se adelanta la mayoría de edad de Isabel y es proclamada reina con 13

años. Su reinado abarca la Década Moderada (1844-1854), el Bienio

progresista (1854-1856) y el segundo período moderado (1856-1868), y se

caracterizó por el falseamiento electoral, el apoyo a los moderados, la

Constitución a Constitución conservadora de 1845 que le permitía nombrar al jefe del gobierno, a

los ministros, y disolver las cortes. Habrá 51 gobierno, los moderados gobernarán la mayor parte

del tiempo, y los militares-políticos serán los protagonistas: Narváez, Espartero, O´Donnell, Prim.

Los progresistas recurrirán a pronunciamientos y rebeliones para acceder al poder.

Isabel II se casó en 1846 con 16 años, con su primo el Infante don Francisco de Asís, rechazando

la candidatura de Carlos Luis de Borbón, el conde de Montemolín, hijo de Don Carlos María Isidro.

No fue feliz (Decía que su esposo llevó a la noche de bodas más encajes que ella misma) y se

rumoreaban sus escarceos amorosos con el general Serrano, cantantes de moda (Obregón o

Marfori), etc., hasta que Isabel y Francisco de Asís se separaron en 1868 después de 12

embarazos y 4 hijos que sobrevivieron, entre ellos el futuro Alfonso XII

3.1. LA DÉCADA MODERADA, 1843-1854.

El 5 de diciembre de 1843 Luis González Bravo sustituye al progresista Olózaga en la Presidencia,

y suspende las Cortes entre el 27 de diciembre de 1843 y el 10 de octubre de 1844. Narváez le

sustituye el 3 de mayo de 1844. Recortan derechos y deberes (La Ley de Imprenta del 10-IV-

1844 impone la censura), persiguen a los opositores (Infinidad de fusilamientos), crean la Guardia

Civil, instauran el caciquismo electoral y la “colocación” de funcionarios amigos en puestos clave, y

eliminan la Milicia Según Pavón, crean “el régimen de los generales” (El Ejército gastaba más del

55% del presupuesto nacional y de él dependían el 95% de los empleados del gobierno). Jaime

Balmes escribe: “En algunos puntos, ni los jefes políticos, ni los intendentes, ni los alcaldes son

tales, ya que todas las funciones son absorbidas por un capitán general o un jefe militar”. Los

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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progresistas desmantelaron el Antiguo Régimen y los moderados crearon un Estado liberal

conservador favorable a alta burguesía, Ejército, nobles terratenientes y políticos moderados.

Narváez (Loja, Granada) dirige el partido moderado y la política nacional. Llegó al poder con 44

años y destaca su llamado Gabinete Largo (1847-1851) Impuso el “orden” derrotando a los

carlistas (“guerra del matiners” en Cataluña en 1846-49), y sofocando los levantamientos

provocados por la crisis económica y la revolución de 1848. Solía decir: “¿enemigos? No tengo

ninguno. Los he fusilado a todos”. No evitó la escisión moderada (La Unión Liberal” de O`Donnell)

ni la radicalización progresista con la aparición del Partido Demócrata en 1849.

Entre 1851-52 el ultraconservador Bravo Murillo endurece la represión,

adopta una política económica muy restrictiva que no logrará sacar a España

de la crisis, e intenta reformar la Constitución de 1845 en sentido más

autoritario, provocando el rechazo de progresistas, moderados

descontentos y unionistas. Los gobiernos de Roncali y Sartorius, con

numerosos casos de corrupción, expropiaciones indebidas para el

ferrocarril, escándalos protagonizados por los amoríos de la reina, causarán

las revueltas populares y el levantamiento de 1854, conocido como la

Vicalvarada que darán el poder a los progresistas de Espartero, ahora

aliados con los moderados de la Unión Liberal.

La Constitución de 1845. Recoge los principios del liberalismo doctrinario y

garantiza un orden social, político y económico favorable a los intereses

hegemónicos de la oligarquía agraria y financiera: Soberanía compartida

entre Cortes y Rey (Disuelve Cortes, destituye al presidente, nombra

ministros, y sancionar las leyes); Cortes bicamerales (Congreso elegido por 5 años y Senado con

senadores vitalicios elegidos por la reina entre la élite social de ex políticos, altos cargos

eclesiásticos, nobles, militares); sufragio censitario (votaba el 1% de la población o 160.000

electores frente a los 400.000 de la Constitución del 37) sobre una población de 15 millones) y se

falseaban con prácticas caciquiles controladas por el ministro de Gobernación; confesionalidad

católica del Estado; y alcaldes y presidentes de Diputaciones nombrados por el Rey

La obra legislativa moderada: Además de la Constitución de 1845, los moderados llevarán a cabo

una amplia labor legislativa para implantar un Estado liberal conservador, inspirado en el

liberalismo doctrinario:

1. Control político mediante la Ley de Imprenta que restablece la censura, el depósito dinerario

para los responsables de periódicos y el sometimiento de los delitos de opinión a Tribunales

ordinarios. El caciquismo garantiza el triunfo electoral. La Guardia Civil fundada por el Duque

de Ahumada (Decreto del 28-3-1844, reformado por el del 13-5-1844, que ya firmará Narváez),

como cuerpo de seguridad militarizado y jerarquizado, aunque no integrado en el Ejército,

garante del orden, la seguridad y la propiedad privada. La Guardia Civil sustituye a los cuerpos

regionales de orden público (migueletes, somatenes o mozos de escuadra catalanes) o a la

Milicia Nacional de los progresistas, para acabar con el bandolerismo endémico y las revueltas

campesinas. Imitando a la Gendarmerie francesa, pronto sumará unos efectivos de 12.000

hombres.

2. Centralización administrativa: Por la Ley de Administración Local (1845) se mantiene el

régimen foral y los alcaldes de localidades mayores de 2.000 hbts. Son nombrados por el

gobierno y el resto por los Gobernadores Civiles. El reclutamiento o quintas se extiende a las

comunidades forales, y los Gobernadores provinciales tendrán grandes atribuciones económicas,

políticas y judiciales. La Administración Central se organiza en Ministerios, y Bravo Murillo

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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impusó las oposiciones para acceder a la función pública desde 1852. El Ejército centraliza la

defensa nacional, una vez expulsados los elementos más liberales (1.200 oficiales). En el orden

judicial se creó el Tribunal Supremo, se aprobó el Código Penal (1848) y el Proyecto de Código Civil de 1851, finalmente aprobado en 1899

3. Reforma fiscal de Alejandro Mon en 1845: Abundando en las reformas de López Ballesteros a

finales de los años 20 (Creación de la Bolsa, Tribunal de Cuentas y Banco de San Fernando),

creó un sistema fiscal más racional, uniforme y equitativo, suprimiendo los privilegios fiscales

particulares y regionales aun vigentes, y dividiendo los impuestos en directos (Inmuebles,

actividades industriales, comerciales y agrícolas (repartido por Ayuntamientos, quienes los

distribuían por vecinos según riqueza), impuestos indirectos (Aduanas, Consumos, Timbres,

transmisión de bienes), e impuestos especiales (Tabacos, Lotería y Sal). No se cubrieron los

gastos del Estado, aumentando la Deuda Pública y su financiación con impuestos indirectos y

prestamos.

4. Reformas educativas y religiosas: José Pedro Pidal, inspirándose en Francia, diseña un plan

educativo aprobado con la Ley Moyano de 1857: Primaria o elemental, Segunda Enseñanza en los

Institutos, y universitaria dividida en 10 universidades con nuevas especialidades (Sólo la

Madrid Central podía expedir el título de Doctor). Se adoptará el Sistema Métrico Decimal de

pesos y medidas, se construyen las primeras líneas férreas

de Barcelona-Mataró (1848) y Madrid- Aranjuez (1853). En

1851 Bravo Murillo firmó el Concordato con la Santa Sede:

La Iglesia aceptaba las desamortizaciones ya realizadas a

cambio de la devolución de los bienes aun no vendidos,

confesionalidad del Estado, concesiones educativas (religión

en la escuela, supervisión de los contenidos educativos), y el

Estado asumirá los sueldos de los clérigos

5. Política económica: La política económica proteccionista

beneficia a la agricultura terrateniente y a la alta burguesía

comercial e industrial. La crisis económica de finales de los

40 evidenció los problemas de una agricultura de subsistencia en el norte y latifundista en el

sur, con un mercado interno poco interrelacionado y escaso, y con una industria que no había

despegado, salvo en algunos puntos Cataluña, País Vasco y Asturias.

3.2. EL BIENIO PROGRESISTA, 1854-1856.

El Pronunciamiento de los generales moderados Dulce y O´Donnell en 1854

(Alcalá de Henares) fracasó en la batalla de Vicálvaro. Publican el

Manifiesto de Manzanares (17-6-1854) redactado por Cánovas del Castillo,

prometiendo acabar con la “Camarilla real”, rebaja de impuestos,

ampliación sufragio, autonomía municipal, Milicia Nacional, libertad de

imprenta..., para lograr el apoyo progresista y popular. Aparecen

barricadas en Madrid, Barcelona, Valladolid, Valencia, bajo el lema «Pan,

trabajo y Espartero», y logra el apoyo de militares progresistas como

Serrano. La Junta de Madrid se convierte en Gobierno e Isabel II nombra

a Espartero Presidente y a O’Donnell, líder de la Unión Liberal, Ministro de

la Guerra.

Se restablece la Constitución de 1837, se celebran elecciones a Cortes

mediante un sufragio más amplio, y se inicia la redacción de la Constitución

“non nata” de 1856 (Nunca llegó a aprobarse en Cortes), que contemplaba Soberanía nacional, más

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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derechos y libertades (Libertad de culto, libertad de imprenta, reunión, asociación), limitaba el

poder de la Corona pero mantiene derecho de disolución de las Cortes y veto legislativo, Cortes Bicamerales con un Senado electivo, ayuntamientos democráticos, etc. Se restablece la Milicia

Nacional y los Jurados para delitos de Imprenta.

En 1855 Pascual Madoz decretó la Desamortización General de bienes de la Iglesia, Beneficencia,

Obras Pías, Instituciones educativas, Hospitales, Ordenes Militares,

y bienes comunales y de propios de los Ayuntamientos. Se desarrolló

hasta 1924 con el Estatuto Municipal de Calvo Sotelo. Los grandes

beneficiados son los campesinos ricos, la burguesía, e incluso la

nobleza. Los más perjudicados serán los más pobres y las

Instituciones que pierden sus propiedades. Aumenta la producción

pero no la productividad, no se soluciona el latifundismo ni el

jornalerismo, y el Estado logrará unos ingresos que destinará a la

amortización de Deuda, pero no acabará con la misma, y a financiar el

ferrocarril, pero tampoco será suficiente.

Continuando con el proceso de creación del sistema capitalista (López

Ballesteros con Fernando VII, Desamortización de Mendizábal en

1836, reformas de Alejandro Mon en 1845), en el Bienio se aprueba

la Ley Bancaria de 1856 y la creación del Banco de, la Ley de de

Bancos de Emisión y Crédito liberalizando el crédito para canalizarlo hacia la industria; la Ley de

Ferrocarriles de junio de 1855 que permite la inversión extranjera y la construcción de 6.124 Km

férreos hasta 1875 por empresas como Ferrocarriles del Norte (Banca francesa de los Pereyre) y

la MZA de los Rottschild y los «Ferrocarriles andaluces y del Oeste» de la banca Prost francesa.

La crisis económica y agrícola provoca levantamientos populares y la primera huelga general

obrera de la historia en Barcelona y Zaragoza en 1855.

O´Donnell sustituye a Espartero en la presidencia y disuelve

en 1856 la Milicia Nacional, reprime las revueltas, y

restablece la Constitución de 1845 por decreto.

3.3. SEGUNDO PERÍODO MODERADO, 1856-1868.

Los moderados gobiernan con Narváez hasta la victoria

electoral de Unión Liberal de O´Donnell (Partido creado por

los más conservadores de los progresistas y los más

progresistas de los moderados: O´Donnell, Martínez de la

Rosa, Alejandro Mon o Evaristo San Miguel). El caciquismo

electoral repartirá el poder entre moderados y unionistas,

relegando a los progresistas a la oposición continúa, y a

demócratas, republicanos o carlistas, a la clandestinidad. Los

carlistas se levantan en armas en 1860 desembarcando en San

Carlos de la Rápita, los progresistas se exilian después de los

intentos de pronunciamiento de 1865, y el pueblo constantemente se amotinará contra las quintas

y los consumos. La economía crece con la construcción ferroviaria, inversiones extranjeras,

desarrollo financiero y explotación minera, pero sólo beneficia a los ricos, y la crisis de 1866

causa paro y miseria..

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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Entre 1856-58 O`Donnell restablece la

Constitución de 1845 con un Acta Adicional

que amplía el sufragio, permite elegir a los

Alcaldes de ciudades mayores de 40.000

hbts. y contempla el juicio por jurado, pero

mantendrá la represión contra

revolucionarios y disuelve la Milicia

Nacional. La Ley Moyano de Educación

implanta un régimen educativo de Primaria

obligatoria, Secundaria y Enseñanza

universitaria. En 1858 vuelve Narváez al

poder, suprimiendo el Acta Adicional de la

Constitución e interrumpiendo la ejecución

de la Ley de Desamortización de Madoz.,

pero O’Donnell recupera el poder a fin de año e inicia su llamado gobierno largo (1858-1863). Es

un período de estabilidad y crecimiento basado en la construcciones de muchas escuelas de

primaria, institutos provinciales y colegios religiosos, un importante impulso de la enseñanza

universitaria, el crecimiento económico textil catalán gracias a un arancel proteccionista, la

construcción ferroviaria y el desarrollo siderúrgico vasco con los Altos Hornos de Ibarra en

1860, que sustituirá el liderazgo siderúrgico de Asturias y Málaga.

O’Donnell impulsa la expansión territorial interviniendo en México (1861-1862) en colaboración con

Francia y Gran Bretaña, cuando Juárez no reconoce la Deuda y expulsa al embajador español,

hasta que en 1862 Prim firma con Juárez la Convención de Soledad, mientras Francia nombra a

Maximiliano emperador de México hasta su ajusticiamiento en 1867. Los continuos ataques

marroquíes a bases españolas “justifican” la guerra marroquí de 1859-60, con las victorias

españolas en Wad-Ras (O’ Donnell) y Los Castillejos (Prim) en 1860, y la firma del tratado de

Tetuán, por el que obtenemos territorios en Ceuta e Ifni, y una indemnización de 400.000 reales.

En Indochina, con Francia, interviene para defender a los misioneros católicos, logrando que

reconozcan la libertad religiosa, una indemnización de guerra, y libertad de comercio (1857-1863),

aunque será Francia la que establezca un imperio colonial en la zona. A todo esto se añade una

absurda intervención militar en las costas del Perú, conocida como la guerra del Pacífico.

Entre 1863-68 los moderados controlan el poder mediante la represión de progresistas,

demócratas, republicanos y Movimiento Obrero. El descrédito de Isabel II, la crisis económica

de 1865-68, las malas cosechas, provocan miseria y reacciones violentas contra los gobiernos

moderados, como la Matanza de la Noche de San Daniel (1865) que reprime a los universitarios

que apoyaban a Castelar (apartado de la Cátedra por sus ideas democráticas), y la rebelión de los

sargentos del Cuartel de San Gil en 1866. El Pacto de Ostende de 1866 (demócratas,

progresistas y unionistas) se firma para derrocar a Isabel II y a los moderados, y se ejecutará

con la Revolución de 1868 o “la Gloriosa”, que provoca el fin del régimen y la caída de Isabel II.

4.- EL SEXENIO DEMOCRÁTICO: (1868-1874). 4.1. LA REVOLUCIÓN DE 1868: CAUSAS, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS.

LAS CAUSAS de la revolución hay que buscarlas en la crisis de finales de los años 60: La crisis

económica de 1866 provocó el hundimiento de la bolsa de Viena y posteriormente del resto. Se

hunden las finanzas y con ello la financiación empresarial y ferroviaria. El paro se dispara y las

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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malas cosechas provocan hambre por la carestía de los alimentos. Las protestas violentas contra

el paro, el precio del pan, el impuesto de consumos y el reclutamiento de quintas, aumentan sin

cesar.

La crisis política, provocada por el descrédito de Isabel II, la corrupción y la adulteración

electoral, ya había ocasionado incidentes como la referida Matanza de la Noche de San Daniel, la

rebelión de los sargentos del Cuartel de San Gil, y la firma del Pacto de Ostende. La inestabilidad

y los desordenes llevarán al ocaso final del régimen moderado con la Revolución de 1868.

El 18 de septiembre de 1868 se inicia la revolución de 1868

con un pronunciamiento militar liderado por Prim y el

almirante Topete en Cádiz, bajo la dirección del general

Serrano. Los Voluntarios de la Libertad crean Juntas

revolucionarias al grito de ¡Viva España con honra; abajo los

Borbones!. Los revolucionarios reclaman libertad,

Soberanía Nacional, Estado laico, Sufragio universal,

Supresión de quintas y consumos, Cortes constituyentes, y

los más radicales un sistema republicano. La victoria en la

batalla del Puente de Alcolea (Córdoba. 26-28 septiembre)

obliga a Isabel II a exiliarse a Francia (en 1870 abdicó en su hijo Alfonso XII y murió en 1904).

La Junta Provisional Revolucionaria se hará cargo del gobierno, presidida por Pascual Madoz,

primero, y Joaquín Rodríguez de la Peña después, hasta que el 3 de octubre se forma el Gobierno

Provisional del unionista general Serrano.

EL GOBIERNO PROVISIONAL DE SERRANO, 1868-1871:

Serrano intenta moderar la revolución y forma un gobierno de progresistas y unionistas (Prim,

Topete, Sagasta), marginando a demócratas y republicanos, y desmantelando a

los Voluntarios de la Libertad (Milicia Nacional). Se apuesta por una legislación

progresista: Libertad de asociación e imprenta, sufragio universal masculino

para mayores de 25 años, libertad de cultos y disolución de los jesuitas,

democratización de Ayuntamientos y Diputaciones, emancipación de los hijos

de esclavos, etc. Se impone el librecambismo económico: Aprobación del

arancel Figuerola de 1869, creación de la peseta como moneda única del

Estado, la Ley de minas (1871) nacionalizando las riquezas del subsuelo,

supresión del impuesto de consumos, etc. Estas medidas intentaban favorecer

las inversiones extranjeras para impulsar la economía y serán muy beneficiosas para la burguesía

industrial catalana y la minería y siderurgia vasca.

Las elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal dividen las Cortes en múltiple

grupos políticos: Carlistas (18 diputados); isabelinos de Cánovas (14) apoyados por la burguesía

agraria latifundista; progresistas (159) de Prim, Sagasta, Olózaga, Ruiz Zorrilla, que defendían

una monarquía constitucional sin Isabel II; unionistas (69); , republicanos

federales (69) y unitarios (2) de Figueras, Castelar y Pi i Margall; y

demócratas de José Mª Orense (20).

La constitución de 1869 puede considerarse la más democrática hasta

ese momento: Amplios derechos y deberes, división de poderes

(Legislativo con dos cámaras electivas, ejecutivo representado por un

Rey constitucional, y judicial con tribunales por jurado), libertad religiosa, sistema político

monárquico constitucional, sufragio universal masculino, etc.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 17

Serrano conseguirá aprobar la constitución, pero debe hacer frente a la exigencia constitucional

de buscar un Rey para España, al inicio de la independencia cubana con la llamada Guerra Larga

(1868-1878), a la aparición de las primeras organizaciones obreras, a una nueva insurrección

carlista, y a diversas insurrecciones republicanas.

Tras la aprobación de la Constitución, Serrano es nombrado Regente y Prim presidente del

gobierno (8-VI de 1869 a 27-XII de 1870). La Ley Orgánica del Poder Judicial suprime los

tribunales especiales, limita la jurisdicción eclesiástica y militar, y establece la jerarquización de

los tribunales (Supremo, Audiencias, Partido e Instrucción). Se reforma el Código Penal y se pone

en marcha la legislación económica de Figuerola. La insurrección carlista, cubana, y la búsqueda de

Rey, complicarán la vida política. Había varios candidatos: Duque de Montpesier, Leopoldo de

Hohenzollern, Francisco de Portugal, Amadeo de Saboya, Carlos IV. La elección, además, se vio

envuelta en un conflicto internacional entre Francia y la recién creada Alemania, por lo que Prim

optó por Amadeo I como candidato neutral. Llegará a España el 30-XII-1870, tres días antes del

asesinato de Prim en la C/ del Turco de Madrid. El unionista Topete le sucede en el gobierno y

Amadeo asume la Jefatura del Estado una vez nombrado Rey por las Cortes en enero de 1871.

LA MONARQUÍA DE AMADEO DE SABOYA, 1871-1873.

Amadeo contaba con el apoyo de progresistas y unionistas, y la oposición de isabelinos, carlistas y

republicanos, manteniéndose la población indiferente. La coalición gubernamental (progresistas,

unionistas y demócratas) entro en crisis cuando los radicales de Ruiz Zorrilla se aliaron con los

demócratas y los constitucionalistas de Sagasta se aliaron con los unionistas. Se suceden 6

gobiernos distintos (Serrano, Ruíz Zorrilla, José Malcampo, Pratxedes Mateo Sagasta, Serrano y

Zorrilla, finalmente), además de tres elecciones.

Demasiados partidos e ideologías. La derecha carlista de Nocedal mantenían su neocatolicismo

integrista, foralismo, y a Carlos VII como candidato a la corona, hasta que en 1872 declaran la

III Guerra Carlista. El Partido Alfonsino de Cánovas

(fieles a Isabel II) logran la cesión de los derechos a la

corona de Isabel a su hijo Alfonso, apoyado por

terratenientes, nobleza e Iglesia. En el centro están los

constitucionalistas defensores de la Constitución de

1869 y de Amadeo I, con los Unionistas de Ríos Rosas,

los Progresistas de Sagasta, y los Radicales de Ruiz

Zorrilla, y todos ellos defendía la monarquía

constitucional, soberanía nacional y libertades civiles, con

importantes apoyos entre la burguesía financiera e industrial, las clases medias urbanas y el

Ejército. En la izquierda estaban los republicanos Federalistas Benévolos de Pi y Margal, que

respetaban la legalidad, los Intransigentes de Orense, que defendían la insurrección armada, y los

Unitarios de Castelar que defendían el centralismo. Los republicanos demandaban una auténtica

separación Iglesia-Estado, democracia liberal con profundas reformas sociales, y tenían un gran

apoyo entre la pequeña burguesía, las clases populares urbanas y buena parte de la clase obrera.

El 10 de febrero de 1873 Amadeo I abdicó ante la inestabilidad política, la III Guerra carlistas,

las insurrecciones republicanas federales, la Guerra de los 10 Años en Cuba con el enfrentamiento

entre esclavistas y antiesclavistas y los partidarios de una autonomía gubernativa para Cuba y los

que pretendían mantener el dominio español intacto, y los numerosos motines populares contra las

quintas y el impuesto de consumos. (VIDEO QUINTAS).

La revolución de 1868 no logró la estabilidad política ni la integración de las clases populares en su

proyecto: No mejoró el nivel de vida, no suprimió las quintas, ni y el Impuesto de Consumos. La

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 18

consecuencia final fue el desorden social y político: Motines populares contra las quintas y los

consumos, guerra de Cuba, guerra carlista, y abdicación de Amadeo al perder sus apoyos.

4.2. LA PRIMERA REPÚBLICA Y EL CANTONALISMO: 1873-1874:

Al abdicar Amadeo las Cortes proclamaron la República, pero desde el principio encontrará

numerosas dificultades, ya que las clases populares optarán por el carlismo o por las nuevas

tendencias socialistas, mientras que las clases altas y el Ejército recelarán de la ideología

republicana, por lo que sólo los profesionales liberales e intelectuales se muestran fieles a este

nuevo régimen. La crisis agrícola y hacendística, la guerra carlista y la guerra de Cuba, las

insurrecciones federalistas y obreristas, junto con la división interna de los republicanos, explican

la crisis permanente de la I República.

Figueras, primer presidente republicano, nombró a Pi i Margall Ministro de Gobernación, y propuso

la abolición de las quintas y de la esclavitud en Puerto Rico. Los republicanos intransigentes y los

internacionalistas provocaron revueltas en Andalucía y Cataluña pidiendo más reformas. Las

elecciones a Cortes Constituyentes, por sufragio universal (varones mayores

de 21 años) arrojaron un 60 % de abstención por la negativa de los partidos no

republicanos a presentarse, y los republicanos obtuvieron el 90% de los votos.

Pi i Margall sustituyó a Figueras y proclamó la República Democrática Federal

(17 Estados). Gobernó con unas Cortes divididas entre centristas de Pi i

Margall (orden y descentralización), moderados de Castelar (orden, gobierno

fuerte, federalismo) e intransigentes de Orense. El Proyecto de la primera

Constitución republicana federal provocó la retirada de los intransigentes del

Parlamento.

El cantonalismo: En el verano de 1873 estalla la revolución cantonalista en

Cartagena, extendiéndose por la costa mediterránea, primero, y después por el resto de la

península. Los amotinados asaltan los almacenes de los cantones militares para conseguir armas,

de ahí su nombre. Es una rebelión política (Federalismo radical), social (pueblo llano y obreros

reclaman mejoras socio económicas, reducción de impuestos y abolición de quintas) y regionalista

(quieren autogobiernos regionales). Las masas urbanas y los obreros la apoyan, igual que muchos

intelectuales y parte de la pequeña y mediana burguesía. En Cataluña

proclaman el Estado Catalán dentro de la República Federal española, y

aparecerán cantones que reclaman autogobierno: Cartagena, Málaga, Badajoz,

Salamanca, etc. El 18 de junio dimite Pi i Margall ante la revuelta generalizada.

Salmerón asumió la presidencia de una Repùblica unitaria, utilizando el Ejército

(Martínez Campos y Pavía) contra cantonalistas y carlistas, y sofocó las

revueltas campesinas andaluzas, el obrerismo, y los motines contra las quintas,

pero se negó a firmar las condenas a muerte de los rebeldes y dimitió el 6-IX-

1873 . El nuevo presidente, Castelar, suspendió las sesiones parlamentarias y

gobernó autoritariamente hasta que el General Pavía, ante el temor de un

triunfo federal en las Cortes, dio un golpe de Estado y disolvió las Cortes con la Guardia Civil en la

noche del 2 al 3 de enero de 1874, y acabó con República democrática.

El fin del Sexenio y la República de Serrano. Conservadores y Progresistas recuperan el poder

con el General Serrano como Presidente de la República (Jefe del Estado) y Presidente del

Consejo de Ministros. Establece una República dictatorial (MacMahonismo) para restablecer el

“orden”: disuelve la AIT, reprime a los republicanos, limita el derecho de asociación, y continúa la

guerra carlista y cubana.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 19

Los carlistas, al igual que en 1833-1840 y 1845-1861, se levantaron en armas en 1872 cuando

Carlos VII entró en España por Vera del Bidasoa, obteniendo importantes triunfos en Montejurra

y Somorrostro para controlar el País Vasco, Navarra, parte de Cataluña, Aragón, Valencia y

Cuenca desde 1873, pero en 1874 retroceden ante Serrano y finalmente son derrotados en 1876

en Montejurra y Estella, y Carlos VII tiene que abandonar España.

La guerra de Cuba se inició con el Grito de Yara en 1869 y el liderazgo del independentista

Cespedes. Entre 1868-1869 el general Dulce intentó la negociación, pero las posturas cubanas y

españolistas sobre la esclavitud (Madrid deseaba abolirla) y la autonomía gubernativa (Madrid no

la acepta) no permitieron el entendimiento. Entre 1870-1872 se produce una cruel guerra de

desgaste, y el problema se alarga hasta 1878, mientras EE.UU ofreció comprar la isla.

El apoyo social a los alfonsinos de Cánovas, obligó a Serrano a ceder la Presidencia del Gobierno al

conservador Juan Závala de la Puente, primero, y a Sagasta después. El Manifiesto de Sandhurst,

redactado por Cánovas y firmado por el futuro Alfonso X en la Academia inglesa del mismo

nombre, ofrecía una monarquía moderada y garante del orden constitucional, y el 29-12-1874 el

general Martínez Campos lidera el Pronunciamiento de Sagunto, proclamando a Alfonso XII Rey y

condenando a Serrano al exilio. Cánovas presidirá

un Ministerio de Regencia hasta la llegada del nuevo

rey. Cánovas no deseaba alcanzar el poder mediante

un golpe militar que en el futuro pudiese significar

el sometimiento al poder de los militares.

5. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y

SOCIAL. En España no habrá tantas transformaciones como

en Europa, debido a la permanencia de una mayoría

de población rural, una economía agrícola, periódicas

crisis de subsistencia, dependencia de tecnología y finanzas exteriores, escasa inversión nacional

en actividades productivas, inestabilidad política, ruina hacendística, y numerosos

pronunciamientos y guerras. A pesar de ello habrá cambios importantes: Aumento significativo

de la población y de la urbanización, desarrollo de la burguesía y del proletariado, un importante

industrial en zonas geográficas muy concretas, elaboración de una normativa legislativa

librecambista, construcción ferroviaria, y creación de un sistema político parlamentario, aunque

imperfecto.

5.1. LA REFORMA AGRARIA LIBERAL EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX. (VIDEO)

La tierra estaba mal repartida socialmente, y controlada por los grupos privilegiados o por

instituciones a través de la vinculación o amortización. Los Ilustrados propusieron reformar

jurídicamente la propiedad agrícola y Carlos IV ordenó la primera desamortización, y José I, las

Cortes de Cádiz y el Trienio Liberal, también aprobaron leyes desamortizadoras, pero no se

materializaron. Será en las etapas de 1836-1843 (Mendizábal) y 1854-1856 (Madoz) cuando las

leyes de disolución de señoríos, la desvinculación de mayorazgos y de desamortización de bienes

amortizados, se materialicen.

Mendizábal: Entre 1836-37, como presidente del gobierno y Ministro, acabó con el régimen de

propiedad señorial en España, transformando las propiedad amortizadas en propiedades privadas

que consolidaron el liberalismo y el librecambismo, al abolir también la Mesta, el diezmo, los

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 20

gremios, las pruebas de nobleza para acceder al Ejército y a la Administración, e imponer la libre

producción y libre comercio.

La Ley de señoríos de 1837 disuelve los señoríos jurisdiccionales y territoriales, permitiendo a

los señores convertirse en propietarios privados e las tierras señoriales, incluso las de los

señoríos jurisdiccionales, salvo que los campesinos pudiesen demostrar sus derechos de

propiedad. Los campesinos perdieron sus derechos, convirtiéndose en arrendatarios con rentas

actualizadas o jornaleros, ya que los tribunales no solían tener en cuenta las reclamaciones.

El Decreto de Desvinculación abolió los mayorazgos, así como los vínculos de las propiedades de

la Iglesia o de los municipios, permitiendo vender y repartir esas propiedades.

La desamortización expropió las propiedades eclesiásticas para venderlas en subasta pública.

Pretendía recaudar fondos para resolver la crisis de Hacienda y costear la guerra carlista,

aumentar la producción, castigar el apoyo de la Iglesia al carlismo, y crear un

grupo social favorable al Estado Liberal (compradores de bienes

desamortizados) cuyo beneficio dependiese del triunfo liberal en la guerra.

Los diferentes decretos de abolición de órdenes religiosas, de

desamortización, etc., se completaron con la Ley de 19 de febrero de 1936

que nacionalizó los bienes del clero secular y ordenó subastarlos

públicamente. Primero se expropiaba, después se medían y tasaban los

bienes, para finalmente subastarlos, según su tamaño, en Madrid, capitales

de provincia o cabeza de partido judicial. El comprador podía pagar en

metálico (El 20% en el acto y el resto en 15 años) o en títulos de la Deuda

con su valor nominal (20 % inicial y el resto en 8 años al 10 % de interés), lo

que benefició al Estado (recuperó 4.224 millones en títulos y 327 millones en metálico) y los

burgueses propietarios de Títulos de Deuda devaluados. Burguesía, ricos propietarios agrícolas,

nobleza y algunas pequeños y medianos propietarios, adquirieron 1/3 de las tierras cultivadas del

país. Entre los perjudicados destacamos: Campesinos pobres, convertidos ahora en jornaleros o

en arrendatarios con rentas actualizadas; la Iglesia que pierde parte de su patrimonio; el

patrimonio artístico y arquitectónico expoliado; y la industria, que vio

como la mayoría del capital ahorrado se invirtió la desamortización y

no en fábricas. El minifundismo subsistió en el norte y el

latifundismo en el sur. La producción aumento, al ponerse en cultivo

tierras antes yermas, pero la productividad no mejoró.

En 1855 Pascual Madoz decretó la Desamortización General de

bienes de la Iglesia, Beneficencia, Obras Pías, Instituciones

educativas, Hospitales, Ordenes Militares y, sobre todo, bienes

comunales y de propios de los Ayuntamientos. Esta Desamortización

es la más importante por el número, recaudación y extensión de

propiedades afectadas, y no finalizó hasta 1924 con las últimas

ventas y la aprobación del Estatuto Municipal de Calvo Sotelo, y por

la recaudación obtenida. Quería recaudar fondos para reducir la

Deuda Pública y financiar el ferrocarril y la industrialización, y exigía

el pago en metálico, pero pronto aceptó también Títulos de Deuda.

Alta burguesía (muchos se convierten en terratenientes), grandes y medianos propietarios rurales

(burguesía rural), grandes arrendatarios, burguesía especuladora en proyectos ferroviarios, y, en

menor medida, nobleza (compra menos que con Mendizábal), y medianos propietarios rurales, son

los grandes beneficiados. Entre los perjudicados, otra vez los más pobres carentes de dinero o

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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de Títulos de Deuda, y aunque ahora ven como sus contratos de arrendamiento tienen que

actualizarse y pierden el derecho a acceder a los comunales municipales, convirtiéndose en

jornaleros. Aumenta la producción, pero no la productividad, y tampoco soluciona el minifundismo

norteño (foreros y subforeros gallegos o asturianos se transforman en pequeños minifundios) y el

latifundios terrateniente en el sur, que aumenta y accede a una mano de obra abundante y barata.

La Iglesia perdió su patrimonio y sufrió la persecución anticlerical (quema de conventos y

asesinatos en 1834, 1835, y hasta 1939 . La industria, como ya hemos indicado, es otra de las

perjudicadas.

Después de este proceso de disolución, desvinculación y desamortización, el viejo régimen señorial

desaparece, y el concepto jurídico de propiedad del A. Régimen también, pasando a ser todas las

propiedades privadas. Burguesía y ricos propietarios agrícolas aumentan su patrimonio, y la

nobleza convierte sus derechos señoriales en propiedades privadas de pleno derecho. El Estado no

logró acabar con la Deuda, aunque sí logró fondos para financiar la guerra Carlista e iniciar la

construcción ferroviaria, y , sobre todo, consiguió adeptos a la causa liberal. El ferrocarril

mejoró la interrelación comercial peninsular y también la comercialización agrícola, pero la

agricultura será siendo dual: Un sector moderno y exportador (Vid, cítricos y frutos secos) y

otro arcaico con periódicas crisis de subsistencia y bajos rendimientos (cereal terrateniente y

agricultura de subsistencia en el norte), dedicados a: El olivar en el sur; la vid en Cataluña, La

Mancha y La Rioja, explotando comercialmente en la década de 1880 gracias a la filoxera

francesa; los cereales como base productiva y alimenticia, con un mercado controlado por los

terratenientes y protegido por los políticos de la posible competencia exterior; y productos

nuevos como la remolacha azucarera y los cítricos, que incorporan nuevos sistemas de riego y el

abono del guano. La cabaña ganadera crece y se moderniza en algunas regiones, pero en el resto se

mantiene una ganadería tradicional y pierde importancia la ganadería lanar, ante el empuje del

algodón como materia prima textil.

5.2. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN LA ESPAÑA DEL S. XIX: INDUSTRIA,

FERROCARRIL Y BANCA. (VIDEO)

Sociedad. Demográficamente se produce un lento crecimiento a pesar de hambres periódicas,

epidemias y enfrentamientos armados. Crece la periferia y se estanca el centro del país,

destacando la migración hacia América y Argelia, y a la periferia y Madrid. Hay un significativo

crecimiento urbano, derribando murallas medievales e iniciando la especulación inmobiliaria con las

desamortizaciones. Se inician los ensanches urbanos, como el Plan Cerdá en Barcelona y el de

Madrid impulsado por el ministro Claudio Moyano y diseñado por Calos Mª de Castro, aunque fue

suspendido en 1864. El Marqués de Salamanca y su barrio madrileño será el ejemplo de la

especulación inmobiliaria del momento, a pesar de la Ley de Ensanches de las Poblaciones

aprobada en 1864.

La sociedad estamental evolucionó hacia una sociedad de clases:

a. Clase alta: Alta burguesía, nobleza, altos cargos militares y algunos individuos de profesiones

liberales. Terratenientes rentistas y absentistas, burguesía agraria inversora en la

desamortización, empresarios industriales, financieros y grandes comerciantes, que invierten

en Bolsa, empresas mineras, sociedades de crédito, empresas ferroviarias, y que aprovechan

sus contactos con la administración.. Con la excepción de algunos empresarios catalanes y

vascos, el resto no se caracteriza por su carácter emprendedor para generar riqueza.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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b. Una clase media de pequeña y media burguesía de tenderos, comerciantes, pequeñas fábricas y

talleres, funcionarios, maestros, oficiales del ejército, periodistas, los labradores pequeños y

medianos del norte y del este de España que trabajan sus tierras y

ocasionalmente contratan mano de obra asalariada.

c. En las clases bajas incluimos: Proletariado industrial, obreros urbanos

procedentes de artesanos arruinados y campesinos desarraigados, mujeres

asalariadas en fábricas, en el comercio y en el servicio doméstico,

jornaleros agrícolas, gañanes (poseen un par de mulas) y yunteros (dos

bueyes), que sufren el paro estacional y los bajos salarios. Incluimos

también los impedidos, mendigos, heridos de guerra, y “cesantes” que

perdían el trabajo con los cambios de gobierno.

Políticamente la miseria empuja a las clases bajas a opciones radicales

(progresistas primero, demócratas y republicanos después, y movimiento

obrero finalmente). Odian el impuesto de consumos y las quintas, y desde

1848 en los centros industriales andaluces, de Asturias, País Vasco y Cataluña, aparece el

obrerismo con el ludismo, primeras asociaciones obreras catalanas: La Sociedad de Ayuda Mutua

de Tejedores de 1840 con 15.000 afiliados es ilegalizada por Narváez, en 1854 aparece la Unión

de Clases también ilegalizada en 1857, en 1868 la AIT dirigió una proclama a los obreros y

Bakunin envió a Giuseppe Fanelli a España, produciéndose en 1870 un congreso general de en

Barcelona para fundar la Federación Regional Española de la Internacional (anarquista), y

finalmente en 1871 llegó a España el yerno de Carlos Marx (Paul Lafargue). La ruptura entre

marxistas y bakuninistas en la AIT tendrá repercusiones en la federación Regional Española: en el

Congreso de Zaragoza de 1872 las tesis anarquistas, expulsando al grupo madrileño de Pablo

Iglesias, y que acabará creando la Nueva Federación Madrileña (socialista marxista).

Jordi Nadal habla del fracaso o por lo menos el atraso de

la revolución industrial en España por: Desvío de

capitales burgueses hacia la desamortización y a

inversiones especulativas; el diseño ferroviario prima la

unión de regiones cerealicolas con ciudades consumidoras

antes que interrelacionar zonas industriales; mercado

interno incapaz de absorber la oferta industrial por

pobreza generalizada de jornaleros y pequeños

propietarios y arrendatarios; malas comunicaciones;

incapacidad exportadora; proteccionismo paternalista;

dependencia capital y tecnología extranjera ;inestabilidad

política, etc. El Estado, no obstante, realizó importantes

esfuerzos modernizadores para paliar estos problemas.

Las leyes de López Ballesteros (Banco de San Fernando,

Bolsa, Código de Comercio), el Plan de Carreteras de

1851, las leyes del Bienio (Banco de España, sociedades de

crédito, construcción ferroviaria, liberalización de

inversiones extranjeras) y las leyes del Sexenio (Peseta,

Ley de Minas, Arancel Figuerola). No se consiguió una industrialización global, pero si parcial:

Siderúrgica andaluza (1830-61), asturiana (1861-79), y vasca (último tercio siglo), y crecimiento

industrial catalán. En 1841 Espartero trasladó las aduanas internas a la costa, favoreciendo el

Recuento Población

Aranda de 1768 y

1769

9.159.999

Floridablanca de

1787

10.541.221

Godoy de 1801 11.661.865

1822 13.940.234

1831 11.158.274

1832 11.207.639

1857 15.464.340

1860 15.645.072

1877 16.622.175

1887 17.549.608

1897 18.065.635

1900 18.616.630

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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comercio, y el proteccionismo posterior benefició también a la burguesía industrial vasca y

catalana, aun perjudicando la competencia y el desarrollo tecnológico en muchas ocasiones.

La explotación minera, desde la Ley de Minas de 1870, convierte a España en exportador de

carbón, hierro, plomo, mercurio y cobre, con capital extranjero fundamentalmente.

El textil catalán es la primera que adopta el factory system y, a pesar de las destrucciones de la

Guerra de la Independencia, supero la pérdida de las colonias y su mercado para crecer en los

años 30 con la inversión de capitales procedentes de cultivadores de vid o indianos que repatrían

su fortuna. La guerra I Guerra Carlista y el incendio de la fábrica “El Vapor” de Bonaplata en los

30 no impidieron el desarrollo posterior, modernizándose (Sustituye energía hidráulica próxima a

ríos por el vapor que permite situar fábricas cerca de puertos receptores de carbón y algodón y

exportadores de manufacturas), multiplicando las importaciones de algodón por 6. El incremento

del precio del algodón por la guerra de Secesión de EE.UU (1861-1865) impulso la aparición de

nuevas fábricas en Sabadell y Tarrasa, basadas en la materia prima lanar.

La siderurgia. Malagueña entre 1830-61, con el primer alto horno español (Heredia en Málaga)

que utiliza madera y hierro local. La asturiana (1850-70), gracias al carbón de sus minas,

producirá más de la mitad del hierro nacional, hasta que el carbón asturiano se agota o su calidad

le impide competir con el coque inglés. La siderurgia vasca inicia su desarrollo con la ley de

Espartero de 1841 que permite importar carbón inglés y vender hierro vasco a Inglaterra,

invirtiendo estos beneficios en siderúrgicas propias (Ybarra), hasta que en 1902 se fusionan sus

principales empresas en Altos Hornos de Vizcaya. Muy vinculada a la siderurgia esta la industria

metalúrgica, con la misma localización geográfica, y que desde 1880 adquiere gran importancia en

Cataluña y País Vasco. (VIDEO INDUSTRIA)

Comunicaciones: Mejoran las carreteras con el Plan de carreteras de 1851, y se inicia la

difusión del telégrafo eléctrico, la creación Correos, o la mejora de los puertos costeros. Estos

avances, junto con el ferrocarril, mejorar la interrelación del mercado nacional, la articulación del

país y la generación de empleo, pero no tanto como se esperaba por que el material se importó. El

ferrocarril (VIDEO FERROCARRIL) fue una industria por sí misma, financiada por grupos

privados (españoles y extranjeros), mediante concesiones que implicaban la construcción y la

posterior explotación. La construcción fue cara y lenta: Hasta 1855 pocas líneas y distribuidas

aleatoriamente, pero desde 1855 la nueva legislación impulsa la construcción y una distribución

más racional (red radial) con concesiones por 99 años, permitiendo la importación de materiales y

garantizando las inversiones. En los años 60 se construye la red ferroviaria básica, con capital

esencialmente francés: Ferrocarriles del Norte (Banca Pereyre), la MZA o Compañía Madrid-

Zaragoza-Alicante (Banca Rottschild), y “Ferrocarriles andaluces y del Oeste” (Banca Prost). Se

utilizó un ancho de vía distinto al europeo. En 1866 (crisis) se habían construido 4.826 Km y

14.675 Km. en 1910.

Comercio y finanzas: Crece del comercio interior por la liberalización y la mejora de las

comunicaciones, pero no se soluciona el desequilibrio entre oferta y demanda: Población demasiado

pobre para absorber la oferta. El comercio exterior estuvo marcado por el proteccionismo, salvo

con el Tratado de Libre comercio con G.B. de Espartero o el arancel Figuerola, lastrando la

competitividad, innovación y precios. Creció la exportación gracias a la expansión económica

mundial, exportando productos mineros, vinos, aceites, cítricos, calzado y textil, pero importamos

mucho algodón, equipamiento industrial y combustibles.

Finanzas. El Bienio creará las bases jurídicas de un nuevo capitalismo en España, continuando la

labor de López Ballesteros que en 1829 (Banco de San Fernando, Código de Comercio, Tribunal de

Cuentas y Bolsa de Madrid), y de Alejandro Mon que en 1845 divide los impuestos en directos e

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

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indirectos. En 1855-56 se aprueba la Ley Bancaria, crea el Banco de España como Banco Central,

y la Ley de Bancos de Emisión y Crédito liberalizando el crédito para canalizarlo hacia la industria;

y la Ley de Ferrocarriles de junio de 1855 ligada a la desamortización de Madoz, ya que dependía

de la venta de estos bienes desamortizados para financiar la construcción férrea, y que

incentivaba a los inversores extranjeros y españoles. La crisis de 1865-68 y las malas cosechas

provocan miseria por la subida de los precios del trigo (100%), con la consiguiente crisis de

subsistencia. El hundimiento de las bolsas internaciones arrastra las finanzas españolas,

desapareciendo numerosas sociedades de crédito y bancos, ante la especulación con acciones

ferroviarias que no eran rentables. A ello se une la guerra de secesión norteamericana, que

incrementa el precio del algodón y provoca la crisis de la industria textil. El paro, la devaluación

de la Deuda Pública, la ruina de numerosos bancos y empresas, generan una situación crítica.

6.- EXTREMADURA. CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL,

1833-1875. 6.1.- EL SEXENIO DEMOCRÁTICO EN EXTREMADURA: TENSIONES SOCIALES Y

REVUELTAS CAMPESINAS.

Extremadura vivirá las mismas vicisitudes que el resto de España durante el reinado de Isabel II,

dividida inicialmente entre isabelinos (moderados y liberales) y carlistas (Clero conservador,

militares absolutistas, y campesinos pobres). La división provincial de Javier de Burgos en 1833

proyecto crear las provincias de Badajoz y Plasencia, pero finalmente ganó el proyecto Cáceres y

Badajoz como capitales de la Baja y Alta Extremadura. Mendizábal en 1835-37 disolvió el régimen señorial,

los gremios de Plasencia y Trujillo, que administraban los bienes concejiles de la zona, y desamortizó los

bienes eclesiásticos. Carlos Mª Isidro se refugió en Portugal, por lo que el ejército isabelino vigiló

especialmente la frontera, mientras que surgieron partidas carlistas en el valle del Jerte, Sierra de

Gata, Castilblanco.., apoyadas por campesinos contrarios a la desaparición de los bienes comunales. La

expedición del general carlista Miguel Gómez en 1836 llegó a Cáceres y a las Vegas Bajas, pero sin lograr

su objetivo. En 1939 el carlismo desaparecerá.

En la Década moderada destaca la coincidencia de intereses entre élites políticas y económicas, y

las figuras de Donoso Cortes o Bravo Murillo (políticos moderados y terratenientes). El

Manifiesto de Manzanares de 1854 provoca la aparición de una Junta de Gobierno progresista en

y la posterior organización de la Milicia Nacional. Gómez de Paz, Antonio María Concha o

Francisco Luján, lideran el progresismo extremeño en el Bienio, y Sixto Cámara intenta un golpe

republicano en Badajoz, pero será derrotado por el gobierno de O'Donnell en 1859.

Los años 60 traerán la crisis política y económica isabelina también a Extremadura, con la mayor

parte de la población excluida del sistema por un sufragio muy restringido. En 1866-67 la crisis

de subsistencia extenderá el hambre, y la sectores industriales el pañero sufrieron el

desabastecimiento y la ruina. Las clases populares reivindicaba el descenso del precio del pan;

abolición de quintas y supresión del impuesto de consumos. El descontento provocará

levantamientos como el del republicano Juan González Hernández en 1867 en Badajoz, hasta su

derrota por la Guardia Civil. En 1868 los militares progresistas seguidores de Prim y Serrano,

republicanos de las ciudades, y sectores populares descontentos por la crisis económica, apoyaron

el pronunciamiento del 30 de septiembre con la Junta Revolucionaria de Badajoz (Navarro Nicolau

y Gil Berges) y la de Cáceres creada el 1 de octubre, pidiendo el sufragio universal masculino y una

nueva Constitución.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 25

Evolución política del Sexenio. Los 9 escaños de Badajoz y los 6 de Cáceres se elegirán por

sufragio universal en noviembre de 1868, con la victoria de los partidarios de una monarquía

democrática, aunque en Badajoz 3 diputados eran republicanos. Se redactó la Constitución de

1869, se creó la Universidad Libre de Cáceres, pero no se abolieron las quintas ni los consumos, y

el Estado propuso vender todos los bienes concejiles en contra de los deseos del campesinado que

quería repartirlos. El incumplimiento de promesas revolucionarias de 1868 pronto decepcionó a las

clases populares, empujándolas al amotinamiento.

La Primera República en Extremadura. La república tenía muchos adeptos en las ciudades que

veían la posibilidad del federalismo, convirtiendo a Extremadura en un estado federal con

mayores posibilidades de representación y autogobierno. Los problemas de la República, los

enfrentamientos entre tendencias distintas, y el pragmatismo, truncaron esta posibilidad. Los

campesinos deseaban el reparto individual de los comunales y la restauración de los usos

comunales sobre las dehesas locales. La rebelión cantonal sirvió para fundar los cantones de

Badajoz, Fregenal de la Sierra y Garrovillas, y Plasencia aprovecho para reivindicar la capitalidad

del norte en el verano de 1873. Al mismo tiempo, el militar carlista Sabariegos realizó varias

marchas por las zonas de Badajoz, los Ibores y las Villuercas. El Sexenio y el sufragio universal

incorporaron al mundo político a sectores sociales excluidos, pero la restauración monárquica de

1876 devolvió el poder a las élites económicas beneficiarias de la reforma agraria liberal.

Historia de Extremadura, tomo IV, Los tiempos actuales. Universidad de Badajoz.

RESULTADOS ELECTORALES EN EXTREMADURA (1871-1873)

1871

1872

1873

B A D A J 0 Z

Badajoz

Malcampo M. Demöcrata

Salmerön Rep. federal

Salmerön Rep. federal

Jerez Caball. A.M. Fable M. Demöcrata Portillo M. Demöcrata Quintero Rep. federal

Almendralejo

M. de Espinosa M. Demöcrata

Durän Demöcrata

Lafuente Rep. federal

Zafra

Chacön Radical

Somolinos Rep. federal

Somolinos Rep. federal

Llerena

Bueno Progresista

Una M. Demöcrata

Quintero Rep. federal

CÄ C E R E S

Cáceres

M. de Camarena M. Demöcrata

Petit M. Demöcrata

M. Sta. Marta Rep. federal

Alcäntara

C.S. Montesino M. Demöcrata

Bernaldez M. Demöcrata

Rubios Gömez Rep. federal

Coria

Pasalodos Carlista

Zugasti Conservador

Gil de Roda Rep. federal

. Hoyos

Durän Corchero M. Demöcrata

Durän M. Demöcrata

Albarrän Rep. federal

Fuente: Historia de Extremadura, tomo IV, Los tiempos actuales, Universitas Badajoz.

6.2. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN EXTREMADURA DURANTE LA ETAPA

ISABELINA: ASPECTOS AGRARIOS, TRANSPORTES Y COMUNICACIONES.

La tierra. La reforma agraria liberal será muy importante en Extremadura, ya que de la mayoría

de la propiedad era de la Iglesia, órdenes militares y concejos, convirtiéndose la mayoría a finales

del siglo XIX en propiedades privadas. La desamortización, desvinculación y disolución, afianzo el

liberalismo y el librecambismo, intentó sanear la Hacienda, y pretendía modernizar la agricultura.

Ya Godoy en 1798 promulgó una ley desamortizadora sobre los bienes eclesiásticos (hospicios,

casas de misericordia, de reclusión, expósitos y cofradías) iniciando la expropiación de "manos

muertas" (bienes que no se podían vender salvo que el Estado los nacionalizara) para amortizar

Deuda pública. Las Cortes de Cádiz también aprobaron una Ley de desamortización y la Junta

Provincial de Extremadura en 1810 ordenaba la venta del 50% de los baldíos de los pueblos,

destinando la otra mitad al reparto entre los combatientes en la guerra de la Independencia y

entre campesinos pobres. El Trienio Liberal anunció también aprobó la desamortización de los

bienes de la Iglesia y de los ayuntamientos.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 26

Las definitivas desamortizaciones de Mendizábal

(1836-1837) y Espartero (1841) supusieron la

venta de 180.000 ha. De bienes eclesiásticos y de

órdenes militares. La de Madoz (1855) vendió

aproximadamente un millón de ha. de bienes de

propios (edificios o fincas rústicas explotadas por

arrendamiento o directamente) y comunes (baldíos

y dehesas boyales de aprovechamiento común por

los vecinos). Los grandes propietarios compraron

la mayoría y ocuparon tierras no compradas ante la

indefinición legal sobre su extensión y propiedad,

por lo que los pueblos vieron muy limitadas sus

antiguas dehesas. Burguesía urbana, labradores

acomodados, compraron la mayoría, para sí o para

revenderlas especulando. Muchos ricos

labradores y nobles, también aprovecharon para

crear inmensos patrimonios rústicos a costa de los

bienes eclesiásticos, de las órdenes militares y de

los comunales. Muchos grandes compradores no

eran extremeños. Como en el resto de España, los

perjudicados serán los pobres y muchos pequeños

propietarios que antes completaban sus ingresos con lo que obtenían de los bienes comunales,

ahora se convirtieron en yunteros y jornaleros.

Los transportes. Las

guerras destruyeron

muchas

infraestructuras de

transportes y el Tajo y

el Guadiana no disponían

de los puentes

necesarios para

garantizar el tráfico de

personas y mercancías.

La gran esperanza era el ferrocarril, que además uniría Madrid con Lisboa por Extremadura, pero

su llegada se retraso por la necesidad de capital extranjero para financiar las obras. Los

proyectos de vías hacia Madrid, Andalucía y Castilla quedaron limitados a una vía única que nunca

fue desdoblada ni electrificada, con las limitaciones que eso conllevaba, y tampoco existió un

criterio común entre las provincias de Cáceres y Badajoz, que hubiera beneficiado a ambas

entidades. En 1863 se abrió la línea Lisboa-Badajoz, en 1866 la Madrid-Badajoz por Ciudad Real y

Mérida, en 1881 la Madrid-Portugal por Navalmoral, Malpartida de Plasencia, Cáceres y Valencia

de Alcántara, en 1885 la Mérida-Sevilla, y en 1896 la de Malpartida-Salamanca por Plasencia. El

ferrocarril se encontró problemas que hicieron deficitario: falta de mercancías y de viajeros que

transportar, alto coste de mantenimiento, ancho de vía diferente al europeo y gran distancia

entre las principales estaciones (Cáceres, Badajoz, Plasencia, Mérida) y el centro de las ciudades.

EL PROCESO DE PRIVATIZACIÖN DE LOS MONTES PÚBLICOS ENTRE 1859 Y 1926 (datos en ha)

Fuente: Elaboración propia a partir de fuentes diversas.

Zona

Superficie

total

Montes públicos

en 1859

Montes enajenados

1859-1926

Porcentaje

enajenado

Porcentaje

enajenado sobre

la superficie

total

Badajoz

2164692

362190

268363

74,1

12,4

Cáceres

1994500

409120

306492

74,9

15,4

TOTAL

EXTREMADURA

4159192

771310

574855

74,5

13,8

TOTAL ESPAÑA

49789311

11467241

4762481

41,5

9,6

CLASIFICACION SECTORIAL DE LA POBLACIÓN ACTIVA EXTREMEÑA EN 1860

Actividad

Numero individuos

Porcentaje población activa

Sector primario

Propietarios

67497

24,4

Arrendatarios

11699

4,2

Sirvientes

28283

10,2

Jornaleros

113473

41,1

TOTAL

120952

79,9

Sector secundario

Fabricantes

465

0,2

Industriales

18428

6,7

Artesanos

18182

6,6

TOTAL

120952

13,5

Sector terciario

Eclesiásticos

2025

0,7

Militares

4621

1,7

Empleados y funcionarios

3245

1,2

Profesiones liberales

2206

0,8

Comerdantes

1256

0,4

TOTAL

12097

4,8

Fuente: Historia de Extremadura, tomo IV, Los tiempos

actuales, Universitas Badajoz.

Tema 3. La construcción del régimen liberal en España, 1833-1875.

I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo. Pág. 27

La industria o el “desierto fabril extremeño". En el s.

XVIII las iniciativas ilustradas fracasaron y el

incipiente desarrollo posterior a la Guerra de

Independencia y I guerra carlista, se estancó

posteriormente. El desierto fabril se explica por la

preferencia de la burguesía por las inversiones en

bienes desamortizados o en el sector agrario,

ganadero e inmobiliario antes que al industrial, y por la

carencia de materias primas y recursos naturales, y

escasa demanda por la pobreza de la población.

Las industrias derivadas de la producción agrícola

(molturación de granos, almazaras, destilados) fueron

las más importantes, y la maderera se desarrollo por la

demanda de traviesas para el ferrocarril, pero la del

corcho, por ejemplo, no disponía de la maquinaria de transformación suficiente para liderar una

posible industrialización de la región. La industria textil de paños fue importante en Hervás y

Torrejoncillo, pero entro en crisis a final de siglo por falta de renovación tecnológica. La

metalúrgica fue anecdótica, destacando la fundición de plomo en Granja de Torrehermosa y

Azuaga, y el bronce en Guadalupe.

Demografía y sociedad. La reducción de la mortalidad infantil contribuyó al crecimiento, a pesar

de algunas crisis de subsistencia y rebrotes de cólera y paludismo: 428.493 hbts. En el censo de

Godoy de 1797, 853.438 en el censo de 1897. Badajoz creció más que Cáceres, pero la escasa

densidad de población siguió manteniéndose. E incremento del adehesamiento por la

desamortización favoreció el crecimiento de los núcleos más importantes y el estancamiento de

los núcleos rurales.

Socialmente existió una polarización entre ricos y pobres, y la desamortización aumentaron la

brecha. La nobleza y la burguesía, en muchas ocasiones foráneas, contrastaban con un

campesinado cada vez más empobrecido. Familias enteras se veían obligadas a trabajar como

asalariadas en las grandes dehesas. En 1860 un 78,2% eran analfabetos, y tan solo el 39% de los

niños se escolarizaban. Las clases medias urbanas eran minoritarias, a pesar de su incremento por

la ubicación de la administración del Estado en las ciudades extremeñas más importantes. La

mayoría dependía de la cosechas para su manutención, y hubo 10 crisis de subsistencia graves en

el siglo, además de la epidemia de cólera (1854-1856) que se llevó a 9.000 personas y que provocó

la huida de los ricos, y una gran incidencia en Almendralejo, Baños de Montemayor, Navalmoral,

Cáceres, Talavera la Vieja, Aldeanueva del Camino, Abadía, Granja, Serradilla, Plasencia, etc. Otro

tanto ocurrió en varias localidades de Badajoz, que durante 3 años sufrieron la epidemia.

ACTIVIDADES:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-senda-

liberal/3290182/ (1823-54)

http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-viva-espana-

honra/3293548/ (1854-73)

http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-regreso-

borbones/3295337/ (1873-1900)

EL FERROCARRIL EN EXTREMADURA EN EL SIGLO

XIX