tarea catecismo moral virtudes y caridad

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Tarea Catecismo Alejandro 03/09/15 ([email protected]) 1.- ¿Cuándo un acto es moralmente bueno? (CIC 1755-1760) Es cuando este acto supone a la vez la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias. De esta manera una finalidad mala corrompe la acción, aunque su objeto sea bueno, como por ejemplo orar y ayunar para que los demás nos vean que cumplimos. De ahí que sea erróneo juzgar la moralidad de los actos humanos considerando sólo la intención que los inspira o las circunstancias (ambiente, presión social, coacción o necesidad de obrar) que son su marco. Hay actos que son gravemente ilícitos en sí mismos, independientemente de las circunstancias y de las intenciones, por razón de su objeto. Ejemplo de ellos son la blasfemia, el perjurio, el homicidio y el adulterio. No está permitido hacer el mal para obtener un bien 2.- ¿Qué es la conciencia moral? (CIC 1776-1780 y CIC 1795-1797) Es la ley inscrita por Dios que se haya en lo más profundo de la conciencia del hombre, la cual éste debe obedecer y cuya voz resuena en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal. Representa en el hombre su núcleo más secreto y su sagrario, en el que está sólo con Dios. En cada momento, la conciencia moral le ordena a la persona, en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las opciones, aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas. Cuando se obedece, atestigua la autoridad de la verdad con referencia al Bien supremo por el cual la persona humana se siente atraída y cuyos mandamientos acoge. Cuando se escucha la conciencia moral se escucha a Dios que le habla. 3.- ¿Qué es la virtud? (CIC 1803-1833) Es la disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar los mejor de sí misma. La persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas. Una vida virtuosa busca asemejarse a Dios. Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Gracias a ellas se puede llevar una vida moralmente buena con facilidad, dominio y gozo.

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Page 1: Tarea Catecismo Moral Virtudes y Caridad

Tarea Catecismo Alejandro 03/09/15 ([email protected])

1.- ¿Cuándo un acto es moralmente bueno? (CIC 1755-1760) Es cuando este acto supone a la vez la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias. De esta manera una finalidad mala corrompe la acción, aunque su objeto sea bueno, como por ejemplo orar y ayunar para que los demás nos vean que cumplimos. De ahí que sea erróneo juzgar la moralidad de los actos humanos considerando sólo la intención que los inspira o las circunstancias (ambiente, presión social, coacción o necesidad de obrar) que son su marco. Hay actos que son gravemente ilícitos en sí mismos, independientemente de las circunstancias y de las intenciones, por razón de su objeto. Ejemplo de ellos son la blasfemia, el perjurio, el homicidio y el adulterio. No está permitido hacer el mal para obtener un bien 2.- ¿Qué es la conciencia moral? (CIC 1776-1780 y CIC 1795-1797) Es la ley inscrita por Dios que se haya en lo más profundo de la conciencia del hombre, la cual éste debe obedecer y cuya voz resuena en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal. Representa en el hombre su núcleo más secreto y su sagrario, en el que está sólo con Dios. En cada momento, la conciencia moral le ordena a la persona, en el momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las opciones, aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas. Cuando se obedece, atestigua la autoridad de la verdad con referencia al Bien supremo por el cual la persona humana se siente atraída y cuyos mandamientos acoge. Cuando se escucha la conciencia moral se escucha a Dios que le habla. 3.- ¿Qué es la virtud? (CIC 1803-1833) Es la disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar los mejor de sí misma. La persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas. Una vida virtuosa busca asemejarse a Dios. Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Gracias a ellas se puede llevar una vida moralmente buena con facilidad, dominio y gozo.

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4.- ¿Qué es la caridad? (CIC 1822-1829 y 1844) Es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismo por amor de Dios. Jesús hace de esta virtud el mandamiento nuevo: “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor” y también “Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado”. Por la caridad guardamos los mandamientos. San Pablo la describe así: “La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta”. La caridad es la mayor de todas las virtudes, sin ella nada somos, como decía San Pablo. El ejercicio de todas las virtudes está animado e inspirado por la caridad, permite ordenarlas y articularlas entre sí, es la fuente y el fin de la práctica cristiana. La caridad purifica y asegura nuestra facultad humana de amar, llevándola a la perfección sobrenatural del amor divino. La caridad permite al cristiano practicar una vida moral con la libertad espiritual de los hijos de Dios, ya que no se está ante Dios como un esclavo que sirve por temor, ni como un mercenario que busca una recompensa, sino que se obedece a Dios por el bien mismo del amor del que manda, y eso nos coloca en la disposición de hijos. De la caridad, se desprenden los frutos del gozo, la paz y la misericordia. Con ella se exige la práctica del bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión