esportilla · constancia que las virtudes teologales fe, esperanza y caridad tanto hacia dios como...

Abril 2013Nº 123

EsportillaEsportilla

Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, Franciscanas

Especial Beatificación Padre Cristóbal de Santa Catalina

BeatoP. Cristóbal

un Santo para nues-tro tiempo

Sumario

2 / abril 2013 Esportilla

Esportilla Revista de la congregación de las hermanas franciscanas hospitalarias de Jesús Nazareno

Edita: Hermanas franciscanas hospitalarias de Jesús NazarenoRedacción y Administración: Calle Magnolias, 105. Madrid EspañaTeléfono: 913 155 545 Correo electrónico: [email protected]ágina web: www.fhjnazareno.org

SUMARIO

Editorial...........................................................................................................3Decreto de aprobación de virtudes heróicas..................................................4Carta pastoral del obispo de Córdoba............................................................7Bendición de la Exposición del Padre Cristóbal ..........................................10Presentación del cartel anunciador de la beatificación del Padre Cristóbal de Santa Catalina ..............................................................11Ciclo de conferencias ..................................................................................12Gala Solidaria ..............................................................................................13Vigilia de oración .........................................................................................14Traslado de Jesús Nazareno a la Catedral ................................................15Acogida de peregrinos ................................................................................16Representación del musical “y le llamaban Cristóbal” ................................17Eucaristía de Beatificación ..........................................................................18Carta Apostólica ..........................................................................................19Homilía de la Eucaristía ...............................................................................20Agradecimiento de Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba ........26Palabras de agradecimiento de la Superiora general .................................29Procesión Nazarena ....................................................................................31Eucaristías de acción de gracias por la beatificación del Padre Cristóbal .................................................................33Padre Cristóbal en los medios de comunicación Social ..............................36D. Carlos Amigo, OFM. Cardenal y arzobispo emérito de Sevilla ...............38En la red www.fhjnazareno.org ...................................................................39

Página

EN PORTADACartel anunciador de la beatificación del Padre Cristóbal deSanta Catalina

CONTRAPORTADALogotipo creado para losactos celebrados con motivode la beatificación.

Editorial

Esportilla abril 2013 / 3

Beatificación Padre Cristóbal

“La santidad no envejece. Se puede ser santo en elsiglo diecisiete y seguir siendo testigo de la fe en elsiglo XXI y evangelizando con una vida ejemplarplena de fe, esperanza y caridad…”

Quien esto expresa es la Superiora general de lasHH. Franciscanas Hospitalarias de Jesús Naza-reno, H. Leonor Copado, con motivo de la be-atificación del Fundador de su Congregación, P.Cristóbal de Santa Catalina.

Cuando leemos aquel párrafo quizá mostramosuna leve sonrisa de incredulidad; o, acaso, cruzapor nuestra mente un fugaz deseo de aspirar ala santidad de la que habla. No sé quien escribióque necesitamos locos; yo estoy absolutamente deacuerdo.

El presente número de esportilla asiste a la beati-ficación hoy de uno de esos locos que merecen lapena y que vivió hace más de tres siglos.

Vive en búsqueda, se hace cercano a los otros, eshonrado, se moja por lo que cree, anda alegre enla escasez, repara en todos y los siente hermanos,vive en la verdad, se sabe frágil y necesitado, ol-vida los propios intereses y arriesga por quienesno cuentan, experimenta a Dios cercano y pro-fundo, … Es el P. Cristóbal de Santa Catalina.

Este hombre poco común y muy excepcional, eshoy reconocido “beato” por la iglesia. Lo cualquiere decir, que reconoce que su vida vale lapena y por eso la pone ante nosotros; estima, ade-más, que es muy beneficioso tenerlo como amigo,confidente y valedor. Y le agradece a él que sehaya dejado hacer por Dios.

Beatificación P. Cristóbal de Santa Catalina


Decreto de aprobación deVirtudes heroicas

CONGREGATIO DE CAUSIS SANCTORUMDIÓCESIS DE CÓRDOBA. BEATIFICACIÓN Y

CANONIZACIÓN DEL SIERVO DE DIOS CHRISTÓBAL DE SANTA CATALINA

PRESBÍTERO, FUNDADOR DE LA CONGREGACIÓN Y HOSPITALDE JESÚS NAZARENO EN LA

CIUDAD DE CÓRDOBA, ESPAÑA (1638-1690)

«Hijo, en tu enfermedad, no te desanimes, sinoruega al Señor, que él te curará. Aparta tusfaltas, corrige tus acciones,y purifica tu corazón detodo pecado» (Eclo. 38, 9-10).

Una extraordinaria expe-riencia de comunión conel Señor animó constante-mente la vida del P. Cris-tóbal de Santa Catalina ylo orientó hacia el mundode la enfermedad y delsufrimiento. En su vidaradicalmente evangélica,bien armonizada en ladoble dimensión contem-plativa y activa, él siguiócon amor sincero a Cristocrucificado.

El Siervo de Dios Cristóbal Fernández Va-lladolid nació el 25 de julio de 1638 en Mé-rida (España), en el seno de una familiacristiana, siendo bautizado el 31 de octubre.Sus padres, a pesar de las dificultades eco-nómicas debidas a años de carestía, le per-mitieron frecuentar la escuela. Además deestudiar, el Siervo de Dios trabajó como en-

fermero en el Hospital de Nuestra Señorade la Piedad, que estaba gestionado por losHermanos de San Juan de Dios. El compor-tamiento ejemplar del joven llevó al Presi-dente del Hospital a proponerle que sehiciera sacerdote. Viendo en aquella pro-puesta la voluntad de Dios, el Siervo deDios comenzó los estudios teológicos conlos Dominicos de Mérida, siendo ordenadode sacerdote el 10 de marzo de 1663 en Ba-dajoz, mientras se recrudecía la guerra entreEspaña y Portugal.

Ya de sacerdote continuó trabajando comoenfermero en el Hospi-tal de San Juan de Dios.En 1665, empeorando laguerra hispano-portu-guesa, fue llamadocomo asistente del cape-llán militar. En esta cir-cunstancia se distinguiópor su caridad, en parti-cular se mostró disponi-ble para escuchar lasconfesiones de los mori-bundos, y en el cuidadode los heridos y de losenfermos. En aquellascircunstancias difíciles,Cristóbal trabajó porhacer prevalecer la pazy el amor y, en medio delas pruebas más difíci-les, fue un verdadero

trabajador de la reconciliación y de la con-cordia.

En 1666 se retiró al desierto de "El Bañuelo",situado en la Sierra de Córdoba, para dedi-carse a la oración y a la penitencia. Dos añospasó observando la Regla de los Eremitas



de San Pablo, después ingresó en la OrdenFranciscana en Córdoba y fundó una comu-nidad eremítica de terciarios cerca del des-ierto de San Juan Bautista de los CarmelitasDescalzos, no lejos de "El Bañuelo". Él dese-aba servir a Dios en la soledad escogiendoun camino de penitencia; pero cuando elamor a los hermanos lo llamó al servicio delos pobres y de los que sufren, dejó el des-ierto para servir a Dios en sus hermanos,perseverando en un estilo de vida entrete-jido de oración y de confianza en la Provi-dencia. Por eso en 1673 abandonó este lugarde retiro, para hacerse cargo de los enfer-mos incurables y se dedicó a la fundaciónde la Congregación deHermanos y HermanasHospitalarias de JesúsNazareno y del Hospitaldel mismo nombre, enCórdoba. El Obispo Dio-cesano lo encargó de asu-mir, como sacerdotediocesano, la administra-ción del Hospital de JesúsNazareno; pero, poste-riormente, el nuevoObispo, lo volvió a inte-grar en la Fraternidadfranciscana hospitalaria,para la que escribió lasConstituciones. En elHospital acogía a niñosnecesitados para propor-cionarles promoción hu-mana y educación cristiana.

En la escuela de Jesús crucificado, él se situócon humildad al lado de cada persona quesufre en el cuerpo y en el espíritu y fue paratodos un servidor, un amigo, un hermano.En el dolor él vio la mano providente de

Dios y enseñó a afrontar con ánimo la en-fermedad, a superar los sentimientos de re-chazo, de rebelión y desesperación, a vencerla inquietud, la angustia, para abrirse a laconfianza y a la esperanza.

Por aquellos años el Siervo de Dios conocióal Beato Francisco de Posadas, O. P., que seconvirtió en su confesor y le permitió con-tinuar su trabajo incluso como limosnero envarias Diócesis españolas para proveer a lasnecesidades de los enfermos del Hospital.La gracia del Espíritu Santo lo transformóen un testigo creíble de la fe, en un manan-

tial de serenidad paratodos los que lo busca-ban, en un guía seguropara los más frágiles ydubitativos. Su palabrasencilla y profunda to-caba los corazones, in-cluso los másendurecidos y, con man-sedumbre franciscana,invitaba a todos a laconversión. Era incansa-ble en la tarea evangeli-zadora, fue un auténticoapóstol en su ambientey con su amable sonrisasupo desenmascarar in-trigas y falsedades.

En este ambiente hospi-talario, el Siervo de Dios

transcurrió los últimos 17 años de su vida.En 1.690 enfermó gravemente y, recibidoslos auxilios espirituales, murió serenamentela noche del 24 de julio del mismo año.

En virtud de su fama de santidad, del 12 demarzo de 1760 al 4 de abril de 1776, se cele-



bró en la Curia eclesiástica de Córdoba elProceso Ordinario Informativo, y en lamisma Curia, del 15 de junio de 1818 al 2 deabril de 1819, se hizo a continuación el Pro-ceso Apostólico: su validez jurídica fue re-conocida por la Congregación de las Causasde los Santos con Decreto del 27 de octubrede 1995. Preparada la Positio, se discutió,según el habitual procedimiento, si elSiervo de Dios había practicado las virtudesen grado, heroico. El 7 de noviembre del2000 tuvo lugar la reunión de los Consulto-res Históricos; habiendo sido positivo el re-sultado, el 12 de noviembre de 2011 secelebró el Congreso Peculiar de los Consul-tores Teólogos. Los Padres Cardenales yObispos, en la Sesión Ordinaria del 19 dejunio de 2012 presidida por mí, Card. An-gelo Amato, oída la relación del Ponente dela Causa, el Excmo. Edmond Farhat, Arzo-bispo de Biblos, han reconocido que elSiervo de Dios ha ejercido en grado heroicolas virtudes teologales, cardinales y anexas.

Hecha finalmente una esmerada relación detodo esto al Sumo Pontífice Benedicto XVIpor medio del infrascrito Cardenal Prefecto,Su Santidad, acogiendo y ratificando el pa-

recer de la Congregación de las Causas delos Santos, declaró en el dia de hoy que hayconstancia que las virtudes teologales Fe,Esperanza y Caridad tanto hacia Dios comohacia el prójimo, y que las virtudes cardina-les Prudencia, Justicia, Templanza y Forta-leza junto con sus anexas, fueron ejercitadasen grado heroico por el Siervo de Dios Cris-tóbal de Santa Catalina (en el siglo, Cristó-bal Fernández Valladolid), presbítero yFundador de la Congregación y del Hospi-tal de Jesús Nazareno en la ciudad de Cór-doba, España, en el caso presente y para elefecto del cual se trata.

El Sumo Pontífice ordenó, finalmente, queeste Decreto se hiciese público y que fueseconsignado en las Actas de la Congregaciónde las Causas de los Santos.

Dado en Roma, el día 28 de junio A. D. 2012

ANGELUS Card. AMATO, S.D.B

Praefectus

L. + S.

MARCELLUS BARTOLUCCI

Archiep. tit. Mevaniensis

a Secretis



Carta Pastoral del obispo de Córdoba

Con motivo de la beatificación del P. Cristóbal, el obispo de la diócesis cordo-besa, Mons. Demetrio Fernández, ha escrito una bella y profunda Carta Pasto-ral a todos los fieles. De la mano de la figura del P. Cristóbal, nos ha hecho unareflexión llena de contenido que nos ayuda a vivir con autenticidad nuestracondición creyente, según la forma de vida propia de cada uno.

De la misma tomamos algunos párrafos, que nos sitúan en el momento históricoque vivimos con el reconocimiento del nuevo Beato, P. Cristóbal y, por otro lado,

nos estimulan a vivir, como él, en anhelo y empeño en el camino de la santidad a la que somos lla-mados. He aquí algunas líneas:

Resuene su alabanza en la asamblea de los fieles

La diócesis de Córdoba desborda de alegría ante el acontecimiento de la beatificación delP. Cristóbal de Santa Catalina, presbítero, fundador de la Congregación y el Hospital deJesús Nazareno de Córdoba… Es la primera vez que se celebra en nuestra diócesis de Cór-doba una beatificación, y Dios la tenía reservada para el humilde P. Cristóbal que será en-salzado en medio de la Asamblea litúrgicay nos será propuesto como ejemplo de vidacristiana…

Los santos son nuestro aliento en el caminode la fe. Ellos son los mejores hijos de laIglesia, ellos son nuestros hermanos mayo-res en esta gran familia de los hijos de Dios…Una beatificación nos pone ante los ojoslo que nunca hemos de olvidar: estamosllamados a ser santos…

“Mi Providencia y tu fe mantendrán estaobra en pie”

“El justo vive por la fe“ (Hab 2, 4)…La fe es,pues, el hilo conductor de toda la historiade la Salvación. Cristóbal de Santa Catalinaes, fundamentalmente, un hombre de fe,un verdadero hombre de Dios, que crece yavanza de fe en fe…

Mons. Demetrio Fernández



El Beato Cristóbal de Santa Catalina se suma a esta larga hilera de testigos que han hechode la fe el eje de toda su vida. La vida del Siervo de Dios es un continuo abandono en laProvidencia de Dios. Su vida de oración y penitencia nacía de su profunda fe y era expre-sión de ella; su vida de fe se manifestaba exteriormente en la celebración de la Eucaristíay en el rezo del Oficio divino… Oraba siempre y en todo lugar; estaba continuamente ab-sorto en los pensamientos de Dios. La oración con la que alimentaba su vida espiritual,se manifestaba en la consagración total al Señor…

…En el silencio, Cristóbal ha crecido en santidad de vida sin hacer ruido, sino rezando aDios para que visitara y consolara a tantas personas, heridas por la pobreza y el sufri-miento, como encontraba diariamente en su misión en el hospital y por las calles de laciudad. Es necesario preguntar a su vida misma, para constatar cuan conscientemente seha adherido al Evangelio de Cristo sin glosa siguiendo el ejemplo que había aprendidode la mística de San Francisco.

Lo extraordinario de su fe se centra precisamente en aquella limpidez, claridad, sencillez,cualidades todas que emergen como puntos fuertes en la vida del Beato Cristóbal. En unclima de incertidumbres y de falta de referencias, su figura se presenta como voz de Diosa las conciencias, precisamente, porque es un oyente atento a las mociones del Espíritu

en el corazón del hombre… El caminoque hay que tomar en la lectura de susvirtudes está precisamente en bajar depuntillas allí donde se ha consumado elamor entre el P. Cristóbal y Dios...

La fe se testimonia mayormente en elamor a Dios y al prójimo

… La fe sin caridad es una razonamientohumano vacío y la caridad sin la fe essencillamente pura asistencia humana.En el Beato Cristóbal, por el contrario, lafe informa la caridad hasta el punto desentir un amor apasionado al Cristo su-friente…

De su amor para con Dios que era la brú-jula de su vida, brotaba de modo naturalsu caridad para con el prójimo, su sensi-bilidad ante tantas necesidades, materia-les y espirituales, de la gente pobre… Nosólo distribuía a los necesitados con ge-



nerosidad las limosnas que recogía, sino que visitaba a los enfermos en las primeras horasde la mañana llevándoles el alivio y el consuelo.

….El humilde eremita caminaba siempre con la mente enredada en Dios, absorto por lascalles de la vieja ciudad de Córdoba,en diálogo ininterrumpido con Dios.Su corazón era una puerta que seabría cada vez que algún necesitadollamaba a ella, nunca estaba ce-rrada…. Conocerá la ciudad viva,real, esa Córdoba de carne y hueso,con sus miserias, dolores, tristezas yaflicciones. Palmo a palmo, rincóntras rincón, Cristóbal repartirá amor,alivio, bondad y consuelo y recogerá,a cambio, unas monedas para sus en-fermos del hospital o un pan parasus pobres, porque a esta Córdoba si-lenciosa en sus calles, había llegadoya el humilde eremita preso y cau-tivo del Amor divino. …

… El P. Posadas dice del P. Cristóbalque su corazón “fue uno de los máscompasivos y misericordiosos que seha visto. Tenía tan por suyas las ne-cesidades ajenas que las socorríacomo más que propias y así experimentaba las misericordias de Dios.

Conclusión: “Todo él fue un ejemplo” (Beato Francisco de Posadas)

…El P. Cristóbal dedicándose a los últimos y situándose en su mundo, según una presen-cia solidaria de pobre y hermano, fue fiel a la misión que le encomendó el Señor de ponersu persona al servicio de los pobres, fundando la Congregación de los Hermanos y Her-manas Hospitalarias de Jesús Nazareno y estableciendo un Hospital en Córdoba…

Verdaderamente, el Beato Cristóbal nos recuerda con fuerza cómo la vocación a la santi-dad cristiana no puede dejar de ser, también para la mujer yel hombre del s. XXI, un itinerario de contemplación en la ac-ción, abandonándose siempre y de todas formas en las manosy en el corazón de la Providencia divina.



Desde tiempo atrás venía acaricián-dose el deseo y propósito de mon-tar una exposición en el Hospital de

Jesús Nazareno de Córdoba. Y, cuando en2012 se atisban los primeros signos de la po-sible proximidad de la beatificación del P.Cristóbal, comienza a darse forma a dichaexposición: proyecto, modo, restauraciónde cuadros, tallas,…

Muy poco a poco se van dando pasos. La in-certidumbre de la fecha dificulta algo lamarcha, pero van surgiendo realizaciones.El patrimonio artístico que se ha ido reu-niendo durante más de tres siglos, colocadoaquí y allá por la Casa está disponible paraser aderezado y puesto a punto. Consultasa expertos, visitas a otras exposiciones, pro-yectos varios, múltiples diálogos vanabriendo camino a la nueva exposición.

Con ilusión y mimo van apareciendo pane-les, vitrinas, montajes eléctricos específicos,cuadros,… María Cañete, excelente personay restauradora, conocida hace tiempo enJesús Nazareno, junto con las Hermanas, varealizando su obra.

Una exposición cuyo protagonista es el P.Cristóbal de Santa Catalina: su vida, virtu-des, Fundación y Obra. Junto a él, otros be-llos elementos; unos antiguos, otros más

modernos y, también, actuales, pero todoscon “espíritu de Familia”. La mayoría deellos, realizados o/y donados por personascercanas a la Hospitalidad de Jesús Naza-reno.

La exposición se bendice e inaugura el 7 defebrero de 2013, tras la Eucaristía celebradapara abrir los actos preparatorios a la beati-ficación del P. Cristóbal. La bendición sehace coincidir con la presencia en Córdobade numerosas Hermanas de Jesús Naza-reno, residentes en España y en varios paí-ses de América, que se encuentran en laciudad participando en un curso de forma-ción permanente sobre su espiritualidad es-pecífica Franciscana Hospitalaria.

Las fotos recogidas en este artículo mues-tran algunos de ellos.

Bendición de la Exposición del Padre Cristóbal

Coro y visitantes en la exposición

Bendición de la exposición



El 23 de febrero de2013, se presenta en lacapilla de J. Nazarenode Córdoba, el cartelanunciador de la Bea-tificación del P. Cristó-bal. El presentador, D.Fermín Pérez, cofradede Jesús Nazareno deCórdoba y amigosiempre fiel de la Casay Congregación deJesús, hace de esteacto un momento es-

pecialmente bello y emotivo. La vida del P. Cris-tóbal va desgranándose bella y honda.

Biografía que nos encandila y sobrecoge y queel autor del cartel, D. Juan Hidalgo del Moralha expresado magníficamente. D. Juan tiene ensu haber arte, títulos, premios, cargos cualifica-dos.., pero posee, sobre todo, un cariño y agra-decimiento hondos al P. Cristóbal.

La coral Martín Codax pone el acento musical.Sus bellas interpretaciones crean un ambientecálido y sereno.

Trasladamos algunos breves párrafos del pre-sentador, para que puedan disfrutarlos: “Ape-nas se habían enjugado las lágrimas de Córdobapor la muerte del padre Cristóbal de Santa Ca-talina en la madrugada de Santiago de 1690,cuando el Cabildo Catedral acordaba rogar a su

obispo, el cardenal Salazar, el inicio de los trá-mites para que la Iglesia reconociese las virtu-des heroicas y la presencia ante el Altísimo delsiervo de Dios…

… Mas ahora nos disponemos a celebrar con laIglesia la gloria de su beatitud perfecta en elcielo, y así queda plasmado el padre Cristóbal,con innovadora apuesta iconográfica,… Excep-cional creación de un pintor excepcional, JuanHidalgo del Moral… En esta nueva ofrenda ar-tística y devocional del autor al Padre Cristóbalde Santa Catalina, sus nobles facciones, tan ac-tuales como eternamente jóvenes, proclaman suplenitud ante Dios; los ornamentos, su digni-dad sacerdotal; el símbolo eclesial que delica-damente sostiene entre sus manos, su condiciónde fundador. La cruz, que es el camino, y el halode gloria, que es la meta, completan el simbo-lismo de la bellísima composición que nos dis-ponemos a admirar… “

No es un sueño, aunque nos lo parezca. Va adescubrirse el cartel anunciador de la beatifica-ción del padre Cristóbal de Santa Catalina, el 7de abril próximo… Generaciones de hermanasy hermanos de Jesús Nazareno, de cofrades ydevotos compartirán desde el cielo su gozo connosotros. Y, como broche mimado, FermínPérez recita el nuevo himno que ha compuestopara el P. Cristóbal con este motivo.

Presentación del cartel anunciador de la beatificacióndel Padre Cristóbal de Santa Catalina

D. Fermín Pérez, presentador del acto

Cartel anunciador de la beatificación

De izq. a der. Juan Hidalgo del Moral, Hna Leonor Copado yFermín Pérez



Ciclo de conferencias

Un ciclo de conferencias, cuyo centrode interés es el P. Cristóbal, prontobeato, tiene lugar los días 5,6 y 7 de

marzo en la Diputación provincial cordo-besa. Esta institución, colabora cordial y de-cididamente a la preparación y difusión delevento

Durante estas jornadas, en el incomparablemarco del salón de plenos, ponentes cuali-ficados y cercanos, contribuyen con sumucho saber y magnífica exposición a laprofundización en el conocimiento de lavida, virtudes y obra del P. Cristóbal.

El Dr. Juan Aranda Doncel, doctor en histo-ria, es el primer interviniente. El título de su

ponencia: “El P. Cristóbalde Santa Catalina y la co-fradía de Jesús Nazarenode Córdoba”. El momentohistórico y sus circunstan-cias; personas, ambien-tes,... quedan meridiana-mente expuestos porD.Juan Aranda, que se de-

tiene especialmente en las relaciones estre-chas entre el P. Cristóbal y la cofradíaNazarena de Córdoba. Rememora los múl-tiples actos especiales celebrados tambiénen honor del P. Cristóbal con motivo del IIIcentenario de su muerte y que han dejadohuella imborrable para la posteridad.

La jornada siguiente es D. Manuel NietoCumplido, VicePostulador de la causa deBeatificación del P. Cristóbal, quien exponeentusiasmadamente algunas pinceladas desu mucho conocimiento sobre el Fundador

de la Hospitalidad de JesúsNazareno. El título de suponencia es “El Proceso deBeatificación del P. Cristó-bal de Santa Catalina”; yen él se detiene. Ha inves-tigado por decenas de ar-

chivos tras documentación del P. Cristóbal.Un largo proceso de más de tres siglos, conmultitud de avatares en su devenir, quevamos a tener la dicha de ver pronto con-cluido.

La última exposición, deD.Antonio Gil, sacerdote yperiodista, se centra en elperfil sacerdotal del P.Cristóbal. Sintetiza su bio-grafía en algunos destellosluminosos: Hombre con-templativo. Desde niñogusta de las cosas de Dios;

ya joven, decide hacerse sacerdote; luegovivirá siete años como ermitaño. Confiadoplenamente en la Providencia divina. Pa-ciente y humilde en las pruebas más duras.Entregado por entero y sin reserva a quie-nes más necesitan. Fundador de la Hospi-talidad Franciscana de Jesús Nazareno alservicio de los más pobres. Ojos, corazón yvida fijos en J. Nazareno para seguirlo eimitarlo.

Dr. Juan Aranda Doncel

D. Manuel NietoCumplido

D. Antonio Gil

Pleno de la diputación de Córdoba



Gala Solidaria

Con el fin de dar a conocer la persona, vida y obra del P. Cris-tóbal, se organizan actividades de carácter diverso, de modoque puedan ser muchas las personas que puedan participar

en alguna de ellas según sus propias aficiones y tener la oportunidadde acercarse de algún modo al Fundador que va a ser beatificado.

Son muchas las Obras sociales destina-das a favorecer a personas en necesidadlas que gestiona la Congregación fun-dada por el P. Cristóbal, tanto en Españacomo en América latina, y necesitanfondos para salir adelante. Desde estaperspectiva se organiza.

Se dialoga con la afamada diseñadoracordobesa Rosario Román, que se ofrecepara organizar la gala. Rosario y su hija,junto con Hermanas y personal de JesúsNazareno se ponen a ello. El Real Cír-culo de la Amistad de Córdoba cede su magnífico salón de

actos. Además, artistas y modelos conocidos por Rosario Román colaboran en la prepa-ración y realización de la gala.

Al comienzo de la misma, la Superiora general presenta brevemente la persona del P. Cris-tóbal y su próxima beatificación, explicando la razón de este acto.

A dos días de la Semana santa y muy cercaya de las celebraciones cordobesas del mesde mayo, las mantillas, peinetas, trajes típi-cos,.. van siendo presentados por elegantesmodelos que desfilan por la pasarela. Ade-más, pianista, cantaoras/es, bailaora/es,guitarristas, percusionistas, palmas,.. Unmagnífico plantel de artistas que deleita alpúblico asistente, aunque fuera, en la calle,caiga agua a cántaros. Entienden los asis-tentes que la santidad es alegre y gozosa yse vive en el medio cotidiano.

Salón en el Real Círculo de la Amistad, Córdoba



Vigilia de oración

Ya muy próximo el día grande de labeatificación del P. Cristóbal hay quepreparar convenientemente el espí-

ritu y la vida. El cuatro de abril, en la Parro-quia de San Lorenzo, se celebra unaEucaristía solemne y posterior vigilia deoración, presidida por D. José Antonio Rojasy el diácono cofrade de Jesús Nazareno JoséLuis Moreno. El sacerdote nos urge a la san-tidad de nuestra vida como el mejor modode celebrar la beatificación del P. Cristóbal.

La coral que dirige D. Luis Bedmar, cantabella y magníficamente la Eucaristía; con-cluyendo con el himno del P. Cristóbal, quelos asistentes acompañan o tararean.

A continuación prosigue el tiempo de ora-ción. Expuesto el Santísimo, los participan-tes lo adoran; después van intercalándosebreves fragmentos de la vida del P. Cristó-bal con momentos de silencio oracional ycantos alusivos a la virtud sobre la que sehace lectura.

Una noche de oración honda y fervienteque nos acerca un poco más al gran oranteCristóbal de Santa Catalina.

La cofradía de la Virgen de Villaviciosa, hapreparado bellamente la parroquia. La Vir-gen de Villaviciosa, especialmente queridapor el P. Cristóbal, preside el altar. Y ramosde flores, colocados con detalle y exquisitezadornan retablo y presbiterio. El P. Cristóbalva uniendo personas, plegarias y corazones.

Virgen de Villaviciosa

Lectura de fragmentos de la vida del P. Cristóbal

Coral dirigida por D. Luis Bedmar



Traslado de Jesús Nazareno a la Catedral

En las conversaciones con Mons. Demetrio Fernández,Obispo de Córdoba, la cofradía de Jesús Nazareno y otraspersonas implicadas, estamos todos de acuerdo en que laimagen de Jesús Nazareno que da título a la iglesia, cofradíay congregación del mismo nombre, debe de estar presente enel altar de la iglesia catedral en la celebración de la beatifica-ción del P. Cristóbal.

Este traslado supone una inmensa alegría para todo elmundo, solo puesta en jaque por la abundante lluvia de estosdías. Las cofradías de Jesús Nazareno de Córdoba y provin-

cia, ligadas directamente a laCongregación y la agrupaciónde cofradías de la ciudad,mantienen varias reunionespara la organización de estetraslado y el regreso al Hospi-tal. Trabajo arduo de relaciones, reuniones y gestiones con innume-rables personas, instituciones y organismos; licencias, permisos,horarios, itinerarios, ensayos, gastos... Coordinación compleja, rea-lizada con toda ilusión por las personas implicadas, y llevada ade-lante por la cofradía del Nazareno de Córdoba con la colaboración,apoyo, asesoramiento y buen hacer de todos. Jesús Nazareno y elP. Cristóbal merecen y alientan el entendimiento mutuo.

En esta ocasión se trata sencillamente del traslado de la imagen;pero los cordobeses se vuelcan. Las nubes se echan a un lado y Cór-doba se echa a la calle. Plazas, rincones y calles abarrotadas de gen-

tes acompañan al Nazareno desde su barrio hasta la catedral. Las estrechas calles que dan accesoa la mezquita apagan sus luces para que solo Jesús Nazareno quede a la vista; sólo los velones desu paso y los flases de las cámaras lo alumbran. No los necesita. EL es la luz del mundo, de los co-razones, de la ciudad.

Ya en la catedral, el Nazareno camina majestuoso bajo sus arcos mecido cariñosamente por loscostaleros, hasta que queda sereno y amoroso en el altar mayor.

Grupo de Costaleros

Salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno



Acogida de peregrinos

El sábado, 6 de abril, Córdoba es puro bullicio.Turistas y cordobeses se mezclan con regocijo.A la ciudad han llegado ya, entre otros, la ma-

yoría de los peregrinos desplazados a la ciudad conmotivo de la beatificación del P. Cristóbal; cerca detreinta autobuses, además de quienes viajan en tren.

En la mañana, recorrido por la Casa-Madre de laCongregación y visita guiada a la exposición del P.Cristóbal. H. Mª Carmen Fernández disfruta expli-cando con claridad y detalle cada elemento de la ex-posición. Luego, algún recorrido por las calles másfamosas de la ciudad y ya hay que reponer fuerzas.

La tarde está preparada con inmenso gozo para aco-gerlos a todos y procurarles un encuentro de confra-ternización.

En el salón de actos del colegio Cervantes, que losHermanos Maristas han puesto a disposición delevento con toda naturalidad y detalle, acompañadode mucho trabajo, tiene lugar el encuentro de aco-gida.

La Hna. Leonor Copado, Superiora General, da labienvenida a todos los peregrinos en nombre del P.Cristóbal y de la Congregación Franciscana Hospi-talaria por él fundada.

Abrazos, saludos, presentaciones y alegría, muchaalegría y entusiasmo en todos los rostros. Han lle-gado peregrinos de innumerables puntos de España.Pero, también de Roma, Bosnia Hercegovina, Perú,República Dominicana, Guatemala y Haití. Entre losperegrinos, mezclados y unidos por el P. Cristóbal,hay personas de todo color, edad, forma de vida,profesión y condición. ¡La Bondad que es capaz deconfraternizar lo más diverso creando Familia!

En unos cuantos minutos, personas de algunos delos países presentes, realizan una breve actuaciónque nos permite a todos sabernos Gran Familia.Luego, darán paso al musical “Y lo llamaban Cristó-bal”.



Representación del musical “y le llamaban Cristóbal”

La presentación de los países de los que llegan peregrinos para celebrar la beatifica-ción del P. Cristóbal, da paso enseguida a la represen-tación del musical.

Profesores, alumnos, ampa, personal, antiguos alumnos,Hermanas,… del colegio de Jesús Nazareno de Getafe,…han pasado la mayor parte del presente curso escolar pre-parando este musical. Les ha supuesto mucho tiempo, tra-bajo, esfuerzo, dificultades,… El cariño e interés han hechoposible presentarlo en este momento histórico y feliz.

Los preparativos de última hora en el salón también sonpara echar atrás: Pancartas, ambientación, sonido, luces,vestuario, maquillajes, producción,… Pero el entusiasmo detodos, incluidos los HH. Maristas, puede lo casi imposible.

Porque la vida de un beato tiene muchos tiempos y circuns-tancias. Se entrecruzan multitud de personas y escenarios.El P. Cristóbal ha sido niño, adolescente, joven, adulto,..; hijo,escolar, trabajador, sacerdote, capellán de tercio en guerra,ermitaño, hospitalero, fundador,y beato,… y ha entrado enrelación con infinidad de personas: ermitaños, mujeres po-bres, niños, religiosas/os, frailes, condes..

El colegio getafense de Jesús Nazareno ha sacado a la luz ar-tistas, directores, cantantes, realizadores, músicos, producto-res,.. de todo tamaño, edad y condición. El salón de actos delos Hermanos Maristas está repleto de peregrinos entusias-mados disfrutando del musical; aplauden a rabiar, se emo-cionan, … Sí, los santos son las personas más actuales ycapaces de sacar de cada uno lo mejor. De los que actúan yde los que miran.



Ha llegado el día tan deseado y anhelado:7 de abril de 2013. Más de tres siglos hansido necesarios para ver concluido estelargo y laborioso Proceso de beatificación.¡Gloria al Padre, y al Hijo y al EspírituSanto!, cantamos con fuerza unidos al P.Cristóbal.

El recién estrenado Papa Francisco, ha te-nido a bien firmar la Carta Apostólica porla que se declara Beato al P. Cristóbal deSanta Catalina. Su predecesor inmediato,Benedicto XVI, es quien ha aprobado y fir-mado los decretos de reconocimiento deVirtudes heroicas y del milagro atribuido asu intercesión.

La catedral de Córdoba está resplande-ciente como nunca. El paso de procesióncon la imagen de Jesús Nazareno está colo-cado en el lado derecho del presbiterio. Asus pies, sobria y dignamente adornado, elarcón que contiene los restos del P. Cristóbalde Santa Catalina. Cada fiel que se acerca alpresbiterio solo puede quedar sobrecogidoante unión tan silenciosa, profunda e indi-soluble. En la parte izquierda del presbite-rio se percibe algo parecido a un grancuadro cubierto con un lienzo blanco.

El Cardenal Angelo Amato, SBD, Prefectode la Congregación para las Causas de losSantos, en calidad de Delegado Pontificio,preside la solemne Eucaristía de Beatifica-ción del P. Cristóbal. Junto a él más de uncentenar de concelebrantes, cardenales, ar-zobispos, obispos y sacerdotes llegados deEspaña, Roma, Bosnia y América.

Eucaristía de Beatificación



Carta Apostólica

La Eucaristía que se celebra en la santa iglesia catedral de Córdoba, en este día 7 de abril de 2013tiene el acento específico de la beatificación del P. Cristóbal.

Tras los momentos iniciales de esta Eucaristía, el Sr. Cardenal, por mandato del Papa Francisco, dalectura al texto de la Carta Apostólica en la que Su Santidad inscribe en el Libro de los Beatos al Ve?

Nos, acogiendo el deseo de Nuestro Hermano

Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba, así como de otros muchos hermanos en el Episcopado y de numerosos fieles, después de haber consultado

el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con Nuestra Autoridad Apostólica,

concedemos que el Venerable siervo de Dios Cristóbal de Santa Catalina, (en el siglo: Cristóbal Fernández Valladolid),

sacerdote, fundador de las Hospitalarias de Jesús Nazareno,

Franciscanas, que enfervorizado por la caridad evangélica se hizo servidor de los enfermos,

a los que testimonió la redentora predilección divina para con los que sufren, de ahora en adelante pueda ser llamado Beato

y que se pueda celebrar su fiesta en los lugares y, según las normas establecidas por el Derecho,

el 24 de julio de cada año, día de su nacimiento para el cielo.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Dado en Roma, junto a San Pedro, el año del Señor 2013, primero de Nuestro Pontificado.



Homilía de la Eucaristía

Prefecto de la Congregación

para las Causasde los santos

La diócesis de Córdobase jacta de una historiaantiquísima de fe y desantidad. A la fama delobispo Osio, famoso te-

ólogo que participó en 325 en el primer concilioecuménico de Nicea en defensa de la divinidadde Jesús, se añade la gloria de un numerosoejército de mártires de las persecuciones anti-cristianas del siglo noveno, entre los cuales ci-tamos al mártir San Eulogio, decapitado el 11de marzo del 859 por haber proclamado abier-tamente su fe en Cristo. En la guerra civil de losaños treinta del siglo pasado, la iglesia de Cór-doba dio un ulterior testimonio de fortalezacristiana, con el martirio de numerosos sacerdo-tes diocesanos, de seminaristas, de religiosos yreligiosas, y de muchos laicos pertenecientes aasociaciones católicas. Entre ellos mencionamossolo a Victoria Díez Bustos de Molina (1903-1936), pedagoga católica y miembro de la Insti-tución Teresiana, asesinada por odio a la fe el 12de agosto de 1936 y beatificada por el Papa JuanPablo II en 1993.

Hoy la diócesis, la Congregación de HermanasHospitalarias de Jesús Nazareno y los fieles deCórdoba y de toda España están en fiesta por labeatificación del Padre Cristóbal de Santa Cata-lina, cuya santidad ha sido vivida en esta ciu-dad, recorriendo vuestras calles, asistiendo avuestros pobres, ayudando a vuestros enfer-mos, socorriendo con inmensa caridad a todosaquellos que tenían necesidad de una palabrade ánimo, de consuelo y de esperanza. Y suobra ha sido continuada en los siglos por sus

discípulos, de modo particular por la Congre-gación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Na-zareno. Sabéis que en Córdoba el Hospital JesúsNazareno es una de las instituciones localesmás meritorias, que testimonia el significado nosolo espiritual sino también temporal de la ca-ridad evangélica.

El Padre Cristóbal amaba Córdoba y la conside-raba corno su segunda patria, Y Córdoba co-rrespondió a este amor acogiéndole corno hijo,estimándole como benefactor y venerándolecomo santo. Hoy la ciudad y la diócesis sonconscientes de vivir un día histórico, porque esla primera vez en la historia que se celebra aquíuna beatificación.

Conocéis ya la vida edificante del nuevo Beato.Cristóbal Fernández (López) de Valladolid

Card. Angelo Amato

Cardenal Angelo Amato



(Orea) nació el 25 de julio de 1638 en Mérida,ciudad cercana a Portugal, en una familia pobrede buenas costumbres. Su vida se puede dividiren dos periodos.El primero, de 1638 a 1668, lopasó en la ciudad natal, estudiando y despuésejerciendo el oficio de enfermero, en el hospitalde los Hermanos de San Juan de Dios, y de sa-cristán, en la religiosas Concepcionistas. Sin-tiéndose llamado al sacerdocio, fue ordenado el

10 de marzo de 1663, continuando su labor deenfermero en el hospital.

El segundo periodo, que va de 1668 a 1690,transcurrió en Córdoba. Primero se retiró en eldesierto de El Bañuelo, en la Sierra de Córdoba,siguiendo la rígida Regla de los Ermitaños deSan Pablo. Después, en 1670, profesó la Reglade la Tercera Orden Franciscana con el nombrede Cristóbal de Santa Catalina. Su obra más im-

portante fue la fundación, el 11 de febrero de1673, de dos congregaciones franciscanas, de-nominadas Hermanos y Hermanas Hospitala-rias de Jesús Nazareno. El nombre deriva delhospital Jesús Nazareno para la asistencia de losenfermos incurables, de pobres ancianas y dehuérfanas abandonadas. Nuestro Beato fue sucapellán durante 17 años, con muchos sacrifi-cios y pidiendo limosnas por varias ciudades.En ese tiempo conoció al dominico Beato Fran-cisco de Posadas, que se convirtió en su confe-sor y en su biógrafo. Murió en olor de santidadel 24 de julio de 1690. Sus restos reposan en laiglesia del hospital de Jesús Nazareno.

¿Cuáles son los rayos de su corona de santidad?La primera virtud que resalta en la vida denuestro Beato es la de su grande fe, que se tra-ducía en una confianza cotidiana en la divinaprovidencia. Por ello, encima de la puerta de laenfermería del hospital había puesto un cuadrocon la imagen de Jesús y con el lema: "Mi Pro-videncia y tu fe ha de tener esto en pie". Por sufe, el Señor fue muy generoso con él, concedién-dole no migajas, sino sumergiéndolo en graciasy ayudas concretas. Un día muy lluvioso, no te-niendo con qué pagar a los albañiles y los car-pinteros, salió a buscar limosnas. Los obreros ledijeron: «Padre, ¿a dónde vas con este tiempo?».Y él: «Voy a un sitio donde me han prometidodoscientos reales». Así salió y, caminando porlas calles que parecían arroyos de agua, diovueltas y vueltas por la ciudad, volviendo acasa entrada la noche y con no más de seis mo-nedas. Dijo entonces a Sor Candelaria que mi-rase si había algo en la esportilla de laProvidencia, donde se guardan las limosnas. LaHermana respondió que no había más de cincoreales. Sin desanimarse, el Padre Cristóbal ledijo que los cogiera. Vació la esportilla con loscinco reales y delante de los obreros comenzó apagarles. Con sorpresa, cada uno recibió supaga y al final sobraron setenta reales. La divinaprovidencia había multiplicado milagrosa-mente las monedas, como hace madurar las co-

Arcón con los restos del P. Cristóbal junto a Jesús Nazareno



sechas y hace florecer los lirios del campo.

Otro día, Sor Candelaria le dijo que no habíapan para dar a los pobres. Nuestro Beato le dijoque tuviera fe. A mediodía la Hermana preocu-pada le informa que aún no había nada. ElPadre Cristóbal le riñó por su falta de fe. En esemomento tocaron a la puerta y Don Antonio deGóngora entrega a nuestro Beato un poco depan, insuficiente sin embargo para quitar elhambre a la comunidad del hospital. El PadreCristóbal hizo poner ese pan escaso en la des-pensa. Cuando Sor Candelaria abrió la des-pensa se dio cuenta con grande sorpresa queestaba llena de pan. Compungida por su faltade fe, informó al Padre Cristóbal, que amable-mente la amonestó: «Has visto que existe ver-daderamente la divina Providencia».

En realidad, Sor Candelaria cansada por la faltacontinua de dinero y de alimentos había dichoa menudo al Padre que dejara el hospital y quevolviera al desierto, porque no lograría nuncasostener las necesidades de la obra. Pero nues-tro Beato no se daba por vencido y el Señor lerecompensaba con favores abundantes y ex-traordinarios, como la multiplicación de las mo-nedas, de pan y hasta de melones y ladrillos.

La vida del Padre Cristóbal está concentrada enaliviar la pobreza e implorar a la divina Provi-dencia. Son innumerables los episodios que sepodrían contar. Un hecho conocido y verificadopor todos fue el siguiente. Las hermanas teníanen la cocina una caldera en la que cocían los ali-mentos. Con el tiempo, la caldera se abrío en unlado, creando un agujero como una nuez, por elque se salía el agua y apagaba el fuego. Las her-manas trataron de tapar el agujero como mejorpudieron pero no lo lograron. Se dirigieron en-tonces al Padre Cristóbal para suplicarle que lemandase a la caldera por santa obediencia quedejara cocer la comida. Conmovido por tanta fe,nuestro Beato se dirigió a la caldera con candor

franciscano: «Hermana caldera, en virtud desanta obediencia te mando que no se cuele másel agua y deje cocer la comida para los enfer-mos». Inmediatamente la caldera comenzó ahervir, sin que se saliera ni siquiera una gota.Esto llegó a oídos del Obispo de Córdoba,Mons. Alonso de Salizanes, que sin embargoquiso comprobar personalmente la verdad delhecho. Informó con discreción al Padre Cristó-bal, diciendo que quería hacer una visita al hos-pital y ver cómo se cocinaba la comida para lospobres. Entró en la cocina y efectivamente cons-tató la verdad. Como el apóstol Tomás habíametido el dedo en el costado de Jesús para com-probar la realidad de la resurrección, así el

obispo metió el dedo en el agujero, y lo retirómojado, pero sin que se escapara ninguna gota.

Ante estos hechos, cómo no recordar la palabra

Relicario con restos del Padre Cristóbal



de la Escritura (Hb 11, 1-40), que dice: “Por feAbel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el deCaín, por fe Noé construyó el arca para él y paralos animales, por fe Abrahán llamado por Diosobedeció y se puso en camino sin saber a dóndeiba, por fe Sara, anciana, recibió el ser madre,por fe Moisés libró al pueblo de la esclavitud deEgipto y atraversó el Mar Rojo, por fe los pro-fetas ejercitaron la justicia, cerraron las faucesdel león, apagaron la violencia del fuego, esca-paron a la espada, encontraron fuerza de la de-bilidad, se hicieron fuertes en la guerra,rechazaron las invasiones de extranjeros: «Sinfe, concluye el autor sacro, es imposible seragradables a Dios; quien de hecho se acercaDios debe creer que existe y que recompensa alos que lo buscan» (Hb 11, 6). Esta es la primeragran lección de nuestro Beato, su profundo es-píritu de fe.

Pero en el ánimo de nuestro Beato, además dela fe, ardía el santo fuego de la caridad, que sealimenta socorriendo a los pobres, a los enfer-mos, a los marginados, a los que sufren. Lasgracias de curaciones obtenidas por intercesióndel Padre Cristóbal fueron numerosísimas en lavida y en la muerte. Un día, uno de los hijos del

Vizconde de Villanueva estaba en peligro demuerte. El Vizconde no quería que el Padre lovisitara, porque temía que después de la bendi-ción el chico moriría. Salió a la calle y encontrójusto al Padre Cristóbal, que quería visitar al en-fermo. Entró y bendijo al chico. Apenas salió, elchico se levantó de la cama, y completamentecurado se puso a jugar como hacen los chicosde su edad.

La caridad es una virtud que, como una madre,nutre en su pecho otras virtudes como la benig-nidad, la paciencia, la humildad. Un día, un en-fermo que tenía sed pidió a nuestro Beato quele llevase un vaso de agua. El Padre Cristóbalfue a la fuente y llenó una garrafa. Entrando enla enfermería, el enfermero le gritó. Sin decirnada, el Padre volvió a la fuente, tiró el agua ypuso el recipiente en su sitio. Esto sucedió otrasveces por otras necesidades.

Nos preguntamos entonces: ¿por qué Dios sus-citó en los enfermos estos deseos y en el enfer-mero este rigor? Y la respuesta de la fe es: en eldeseo de los enfermos se manifiesta la caridaddel Padre Cristóbal y en el rigor del enfermerosu humildad.

Altar Mayor de la Catedral de Córdoba



El corazón de nuestro Beato era como el deJesús, manso y compasivo. Recogía a los reciénnacidos abandonados de noche delante del hos-pital, socorría con alimentos a las viudas ver-gonzantes que sufrían el hambre, acogía a losperegrinos indigentes. Daba todo a todos, que-dándose a veces más pobre que los otros. Pordos veces el Marqués de las Escalonias le regalóun hábito, pues nuestro Beato se había quedadocon un hábito raído y gastado. Pero algunosdías más tarde el Padre Cristóbal lo dio como li-mosna a dos sacerdo-tes necesitados.

En otra ocasión, unfiel le regaló una capay temiendo que ladiese como limosna ledijo que no era un re-galo sino prestada. Ycomo no la podía darcomo limosna, elBeato le hizo saberque se sentía incó-modo con ese don.Prestaba mucha aten-ción a las monjas declausura, conociendosu gran pobreza y suespíritu de sacrificio yde oración. Por elloanimaba a los ricos aayudar a los monasterios con generosas dona-ciones, en vez de malgastar el dinero en cosassuperfluas y vanas.

Su caridad con el prójimo era total. Era como unárbol que no solo daba frutos maduros, sino quese desprendía también de las hojas y de lasramas para hacer leña y quemarla. Por ello elBeato Cristóbal solía resumir el carisma de suobra diciendo: «Este Instituto es la caridad».

Pero se llega al monte de la caridad solo a través

del valle de la humildad. Era tan profunda estavirtud en él, que los defectos que veía en el pró-jimo los corregía en sí mismo. La humildad esmás elevada cuando se ejercía con las personasmás sencillas, como es más admirable unamadre que atiende a su hijo pequeño.

Un día el Padre Cristóbal estaba transportandoen sus espaldas unas tablas de madera recogi-das en el desierto, para socorrer a algunas viu-das. Se le ocurrió por un momento que eso no

era digno de un sacerdote. Para superar esa ten-tación atravesó con la madera las calles princi-pales de Córdoba, venciendo el rubor natural ymortificando su amor propio.

A quien quería besarle la mano le respondía queno era digno y que era mejor besar la tierra. Unacuaresma, un fraile, antes de subir al púlpitopara el sermón, se le arrodilló y le pidió la ben-dición. El Padre Cristóbal se arrodilló tambiény se negó. Pero quedando los dos de rodillas enoración, al final nuestro Beato le dio la bendi-

Momento en el que se descubre lienzo del P. Cristóbal



ción. Por humildad se la había negado, por obe-diencia se la concedía.'

Era tan patente su virtud que cuando se le veíaandar por las calles de Córdoba pidiendo paramantener a los pobres, a los enfermos, a losniños huérfanos) todos decían: “Ahí va elSanto”.Y hoy la Iglesia, por medio del PapaFrancisco, reconoce oficialmente la santidad ex-celsa de este sacerdote, que es verdaderaente,como escribe vuestro Obispo Mons. DemetrioFernández, un santo para nuestro tiempo.

En la carta Apostólica, el Papa Francisco sinte-tiza la vida virtuosa de nuestro Beato, diciendoque «enfervorizado por la caridad evangélica sehizo siervo de los enfermos, a los que dio testi-monio de la divina predilección redentora porlos que sufren».

Este compromiso netamente evangélico y fran-ciscano es continuado hoy con valentía, con en-trega, con creatividad por las HermanasFranciscanas Hospitalarias de Jesús Nazareno,presentes en Córdoba, en muchas ciudades deEspaña, en Roma, en Italia, en Guatemala, enPerú, en la República Dominicana. Son dos loscompromisos que ellas han heredado de suBeato Fundador: el compromiso de la propiasantificación y el de la caridad sin fronteras

hacia todos los necesitados del mundo.

Que el Beato les guíe, les fortifique y haga flo-recer la Congregación con santas y numerosasvocaciones.

Pero la tarea de socorrer a los enfermos, a losancianos, a todos los que necesitan asistencianos compromete a todos nosotros. Seamos ge-nerosos en la escucha, en la cercanía y en laayuda a los indigentes, sobre todo a los de nues-tras familias, con la protección del Beato Cris-tóbal de Santa Catalina. Esta es nuestra mejorrespuesta al don de la misericordia infinita delCorazón de Jesús con nosotros.

Amén.

Vista general de la catedralOrfeon Cajasur

Momento en la Eucaristía



“El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos

alegres” (Salmo 126)

Sí, estamos muy con-tentos de sentir hoytan cercana la presen-

cia y la intercesión delbeato Cristóbal de Santa

Catalina, a quien la Iglesia nos proponecomo modelo de vida cristiana y valioso in-tercesor ante Dios.

El Señor ha estado grande con nosotros alconcedernos vivir este momento históricoen la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, quepor primera vez en su historia ha conocidoun acontecimiento de este tipo: un hijo dela cercana Mérida, afincado en el de-siertodel Bañuelo de la sierra de Córdoba y pos-

teriormente desbordado en caridad por estaciudad milenaria bajo el amparo de nuestroPadre Jesús Nazareno, es proclamadobeato, bienaventurado.

Quisiera en primer lugar felicitarle a él, que-rido beato Cristóbal, que vienes a sumartea la lista interminable de santos y beatos deesta querida diócesis de Córdoba. Qué ale-gría nos da pertenecer a esta familia, la fa-milia de los hijos de Dios, la Santa Iglesia,cuyos mejores hijos sois los santos. Qué ale-gría, querido beato Cristóbal, pertenecer atu familia y sentirte hoy como uno de losnuestros.

Quiero agradecer al Santo Padre el PapaFrancisco que la primera beatificación de surecién estrenado pontificado haya sido éstade Córdoba, la del Padre Cristóbal, en cuyonombre y como delegado suyo el CardenalAngelo Amato ha venido hasta Córdoba.Muchas gracias, Sr. Cardenal. Dios le haconcedido cumplir este deseo, que al obispode Córdoba le llena de satisfacción. Trans-mita al Santo Padre nuestro cariño, nuestraplena comunión y nuestra gratitud.

Gracias, Sr. Cardenal Amigo Vallejo y que-ridos hermanos en el episcopado por vues-tra presencia, particularmente la de nuestroarzobispo metropolitano, Mons. Juan JoséAsenjo, que con el proceso del milagro dioun impulso definitivo a esta causa, cuandoera obispo de Córdoba. Gracias a los postu-ladores que lo han trabajado.Felicito a lasHermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno,Franciscanas, que ven hoy elevado a los al-

Agradecimiento de Mons. Demetrio Fernández,obispo de Córdoba

Mons. Demetrio Fernández

Monseñor Demetrio Fernández promunciando palabras deagradecimiento



tares a su Padre Fundador. Todo un estí-mulo para vivir en santidad de vida y en ca-ridad ardiente en las distintas obras quelleváis a cabo en España y en América. Queesta felicitación llegue a todas vuestrascasas, a todos los niños de vuestros colegios(muchos de los cuales están aquí hoy), a losantiguos alumnos y a todos los pobres queatendéis, y que no han podido venir hastaaquí. Que hoy sea fiesta grande en todasvuestras casas.

Enhorabuena, Cofradía y Hermandad denuestro Padre Jesús Nazareno. Una Cofra-día como la vuestra debe sentirse muy hon-rada al tener un consiliario de este calibre,el beato Cristóbal. Seguid mirando a JesúsNazareno, y seguiréis dando frutos de viday caridad cristiana en vuestras filas. En vos-otros, felicito a todo el mundo cofrade deCórdoba, a la Agrupación de Cofradías y

Hermandades de la Ciudad y a su Junta degobierno. Enhorabuena a todos.

Saludo con respeto al Alcalde y Corpora-ción del Ayuntamiento de Córdoba y demásautoridades que nos acompañan. Para Cór-doba es un día grande. Aquel día que murióel P. Cristóbal, en el más riguroso calor dejulio del año 1690, el Ayuntamiento de laciudad honró y agradeció su memoria, por-que el P. Cristóbal se lo tenía bien merecido.

Padre Evaristo Martínez de Alegría Instante en la celebración de la Eucaristía

Hermanas de la Congregación



Hoy, después de tres siglos, habéis tenido lasensibilidad de estar aquí, y os lo agradece-mos. Vuestra presencia os honra a vosotrosy nos honra a todos. Quizá esta ciudad debarendir algún honor especial a este gigantede la caridad, que nos estimula a atender atantas personas necesitadas hoy en nuestraciudad. Lo dejo a vuestra consideración.

A todos mi enhorabuena, al Cabildo de laCatedral que ha estado a la altura de la ce-lebración, como sabe hacerlo, a todos los sa-cerdotes que habéis venido de la diócesis yde tantos otros lugares, a los seminaristasque llenáis de alegría y esperanza al pueblocristiano y a vuestro obispo, a todos los queos habéis desplazado para ser testigos deeste acontecimiento tan singular, y a los me-dios de comunicación que habéis hecho lle-gar este acontecimiento a muchos miles depersonas y de hogares.

En este domingo de la divina misericordia

nos quede a todos el buen sabor de haberexperimentado esa misericordia divina encada uno de nosotros, y que el ejemplo y laintercesión del beato Cristóbal nos impulse,movidos por la caridad de Cristo, a salir alencuentro de todos los que sufren por cual-quier causa para hacerles partícipes de estamisericordia divina.

“El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres” (Salmo 126)

Grupo de niños asistentes a la Ceremonia de Beatificación

Gran asistencia a la ceremonia de beatificación



Eminencia Reverendísima:La Iglesia, en todo tiempoy lugar, se alegra y com-place por los Santos y Bea-tos, cuyas vidas y virtudesson ocasión de glorifica-ción de Dios y estímulopara los hombres.

Hoy, de un modo muy es-pecial y concreto, en esta Santa Iglesia Ca-tedral de Córdoba, hemos celebrado laprimera beatificación de la historia de estadiócesis y nos llena de satisfacción ver cómoeste templo ha resonado vibrante y uná-nime en armoniosas alabanzas a Dios nues-tro Padre por haber querido glorificar a suIglesia elevando al honor de los altares a unhumilde sacerdote que pasó la segundaparte de su vida en esta ciudad, el ya BeatoP. Cristóbal de Santa Catalina, fundador de

nuestra Congregación de Hermanas Hospi-talarias de Jesús Nazareno Franciscanas.

Vuestra Eminencia, ha glosado en su pre-ciosa homilía la vida y virtudes del BeatoCristóbal de Santa Catalina, ejemplo de san-tidad para todos. Ciertamente, la santidadno envejece. Se puede ser santo en el sigloXVII y seguir siendo testigo de la fe en elsiglo XXI y evangelizando con una vidaejemplar plena de fe, esperanza y caridad.Los santos, encarnando y viviendo las bien-aventuranzas, han respondido con extraor-dinaria creatividad al mandamiento delamor a Dios y al prójimo.

Los Santos, como el Beato P. Cristóbal, cum-plen una función evangelizadora, social ycomunitaria. Ellos aportan riquezas espiri-tuales: bondad, caridad, sencillez, lim-

Palabras de agradecimiento de la Superiora general

Hna Leonor CopadoSuperiora General

Hna Superiora General de la congregación dando las gracias



pieza..., muchas veces, al fatigoso caminarde nuestra humanidad. Por eso su historianos importa y tiene un valor digno de aten-ción. Ellos, con su ejemplo y su doctrina tie-nen una gran influencia sobre nosotros.Gracias a ellos, hoy como ayer, el evangeliobrilla con luminosidad. Jesús Nazarenosigue haciéndose presente en nuestra histo-ria: “Porque tuve hambre y me distéis decomer, tuve sed y me distéis de beber, es-tuve desnudo y me vestisteis, estuve en-fermo o en la cárcel y vinisteis a verme, eraforastero y me hospedasteis…”.

Eminencia, en nombre de la Congregaciónde Hermanas Hospitalarias Franciscanas deJesús Nazareno, e interpretando también elsentir de tantos hermanos que de Santo Do-mingo, Guatemala, Perú, Haití, España,donde la Congregación del Padre Cristóbalcontinúa extendiendo su carisma y evange-lizando a los pobres y a los necesitados,¡Gracias, muchísimas gracias! por hacersepresente en esta Eucaristía como Delegado

Pontificio del PapaFrancisco.

Y, cuando regrese aRoma, dígale al hu-milde sucesor de Pedroque aquí hay una Co-munidad viva, una Co-munidad que reza yora por él, como reite-radamente nos ha pe-dido, una Comunidadque evangeliza sa-liendo al encuentro delos pobres y hambrien-tos que habitan en lasperiferias de nuestras

grandes ciudades para devolverles la ale-gría de la vida, para amarlos hasta el ex-tremo como hizo Jesús de Nazaret.Comuníquele nuestro agradecimiento.

Igualmente, queremos agradecer a losRvdmo. Monseñores D. Juan José AsenjoPelegrina y D. Demetrio Fernández suapoyo cercano y decidido al avance y cul-minación del Proceso de Beatificación del P.Cristóbal de Santa Catalina.

También agradecemos a todas las personas,autoridades, instituciones, cofradías,.. supresencia en este acto.

¡Muchas gracias!

Cardenal Angelo Amato saludando cariñosamente a las Hernanas

Gran alegría al término de la Eucaristía



Procesión de Jesús Nazareno precedida por el arcón con los restos del Beato

Padre Cristóbal.

Concluida la solemne Eucaristía de beatifica-ción del P. Cristóbal y tras las alegres felicitacio-nes compartidas entre los participantes al acto,la imagen de Jesús Nazareno y el arcón con losrestos del P. Cristóbal se disponen para iniciarprocesionalmente el regreso a su Casa-Hospital.

Cofrades, hermanos y costaleros están emocio-nados y preparados. También autoridades,Hermanas de la Congregación, peregrinos lle-gados de muy diversas latitudes geográficas ymultitud de cordobeses que se han echado a lascalles, los acompañan durante el recorrido. Laagrupación de cofradías de Córdoba, numero-sas hermandades cordobesas y las cofradías delNazareno directamente vinculadas a las Casas-Hospital acompañan oficialmente con sus re-presentaciones. La organización corre a cargo

de la cofradía del Nazareno de la ciudad.

Las cofradías de Jesús Nazareno de Castro delRío, Hinojosa y Pozoblanco, se preparan espe-cialmente para esta procesión de regreso. Por-tan el arcón con los restos del P. Cristóbal, contoda solemnidad y dignidad; soldados romanosy sayones hacen su guardia durante el reco-rrido.

Procesión Nazarena

Nuestro Padre Jesús Nazareno entre los arcos de la Mezquita Cadetral de Córdoba

Jesús Nazareno por las calles de Córdoba



Varias bandas de la ciudad, ponen toda su ilu-sión en el acompañamiento musical. Y todos loscostaleros anhelan portar el paso del Nazarenoen momento tan especial.

Córdoba luce plena de sol, un día bello que co-rresponde al esplendor del acontecimiento quese celebra. Y, cordobeses y visitantes, abarrotanlas calles de la ciudad con los ojos y el corazónfijos en Jesús Nazareno y el P. Cristóbal.

Más de seis horas de procesión ilusionada yamorosa, que concluyen con la entrada del Na-zareno y de los restos del P. Cristóbal en suCasa-Hospital de Jesús Nazareno. Oraciónbreve, pero ferviente y sincera; aplausos, abra-zos, lágrimas, felicitaciones… coronan una delas más bellas jornadas vividas en Córdoba. De-voción, santidad, confraternización, esfuerzo,amistad, colaboración, sacrificio, brotandodesde el amor al Señor de los Señores y alnuevo beato.

Jesús Nazareno y el Arcón con los restos del Beato Padre Cristóbal saliendo de la catedral de Córdoba



Tras la beatificación del P. Cristóbal, el co-razón y la vida quedan llenos de agradeci-miento y alegría.

Es momento de dar gracias a Dios por elgran don concedido a su iglesia y al mundocon la vida y obra del nuevo beato. La igle-sia ha reconocido públicamente sus virtu-des heroicas yvaliosa interce-sión ante elSeñor; lo poneante nuestravista como mo-delo y estí-mulo.

Por ello, en losdiversos ámbi-tos y latitudesdonde se en-cuentra presente hoy su Obra a favor de lospobres, se celebran Eucaristías de acción degracias, que nos hacen revivir la alegría yemoción de la misma beatificación y vuel-ven a estimularnos a vivir con fidelidadnuestra vida cristiana.

Las Eucaristías de acción de gracias estánsiendo celebradas, en su mayoría por losrespectivos Obispos diocesanos en catedra-les y parroquias. Es también otro modo dehacer llegar el conocimiento del nuevobeato del beato P. Cristóbal de Santa Cata-lina a muchas personas que no han tenidootra oportunidad de conocerlo.

Son estos fie-les quienesvienen repi-tiendo últi-mamente laale- gría queles producetener noticiadel nuevobeato. Suvida les pa-rece ilumina-

dora y estimulante y son innumerables, detoda edad, condición y lugar, los que hancomenzado a encomendarse a su interce-sión.

Algunas personas se preguntan el motivo

Eucaristías de acción de gracias por la beatificacióndel Padre Cristóbal

Eucaristía de acción de gracias en la Catedral de Córdoba

Coro del Seminario de Córdoba Acción de gracias en Getafe



de una Eucaristía de acción de gracias porla beatificación de un Siervo de Dios. La Eu-caristía de beatificación manifiesta el reco-nocimiento público de la Iglesia de lasvirtudes heroicas y valiosa intercesión delnuevo beato. El decreto al que da lectura elDelegado Pontificio aprueba expresamenteque pueda inscribirse en el Libro de los Be-atos.

Cuando celebramos una Eucaristía de ac-ción de gracias con motivo de una beatifi-cación incidimos en cómo la Vida plena deDios que nos llega por Jesucristo ha dadolos mejores frutos en la persona que esta-mos considerando Beato. Hoy damos gra-cias a Dios, porque los dones del Espírituinundaron la vida del P. Cristóbal: conoci-miento del querer de Dios, gusto por lascosas celestes, comprensión, piedad, con-sejo, … Porque, el seguimiento fiel de Jesús

Mérida Mérida

Hinojosa del Duque

Madrid

Santo DomingoSanto Domingo



Nazareno lo hizo más humano y más seme-jante a Dios. Porque con su vida y obras, elP. Cristóbal dio luz, esperanza, amor, ale-gría.. a los hombres de su tiempo, sobretodo a quienes más necesitaban.

En síntesis: Nos ayuda a entender y experi-mentar que la vida en Dios conduce a ple-nitud nuestro existencia humana yposibilita también la de aquellos que entranen contacto con nosotros.

LA GLORIA DE DIOS ES QUE ELHOMBRE VIVA.

Manchay, Perú Manchay, Perú

Bonao, República Dominicana Bonao, República Dominicana

Guatemala

Guatemala



Padre Cristóbal en los medios de comunicación Social

Una amplia diversidad de medios de comunicaciónse hace eco de la noticia: canales de radio locales, au-tonómicos y nacionales, páginas web, tves. autonó-micas y locales, prensa escrita de ámbito local ynacional, revistas, l´osservatore romano,…

Hoy los medios de comunicación social nos permi-ten llegar a millares de personas de

modo casi inmediato. Por eso lo hemos utilizadopara dar a conocer la figura del P. Cristóbal. Estamosconvencidas de que su vida y virtudes aportan luz,esperanza, valores, cercanía, sencillez,… a los hom-bres de hoy.

La diversidad de medios, de personas implicadas enlos mismos, de enfoques en la comunicación multi-plican la riqueza de la información misma, desta-



cando aspectos diferentes que quedaríanocultos de otro modo.

Los creyentes en Dios necesitamos y quere-mos proclamar la Buena Noticia de Salvaciónque nos da en Jesucristo a todos los hombresde todo tiempo y lugar. La vida del P. Cristó-bal es expresión concreta y sencilla de esaBuena Noticia, que se manifiesta en los gestosconcretos de cariño, entrega, austeridad, ale-gría, confianza en Dios, fortaleza, gratui-dad…

El Beato P. Cristóbal es hoy buena noticia.



D. Carlos Amigo, OFM.Cardenal y arzobispo emérito

de Sevilla Padre Cristóbal o el honor de Dios

y de los pobres

El tiempo pasa, pero el amorpermanece. Desde Córdobay con gran clamor popular,

llegan los ecos de las palabras quedeclaran beato al siervo de Dios Cristóbal deSanta Catalina, figura tan humilde como exce-lente en todo aquello que se refiere al honor deDios y el servicio en la caridad a los más nece-sitados. Un extremeño escondiéndose en loseremitorios cordobeses sin olvidarse nunca delas gentes más desfavorecidas.

Todo eso sucedía hace más de 300 años, pero noha perdido ni actua-lidad ni vigencia,porque se irán suce-diendo los aconteci-mientos y laspersonas pero la cari-dad y la misericordiano saben lo que estiempo de caduci-dad. Es que el amorno tiene medida,porque su fuente esel mismo corazón deCristo; por eso estamás que asegurada la actualidad de la miradaa los demás con los ojos de la misericordia delSeñor.

Nace pobre y en gran Pobreza morirá, dejandouna admirable y ejemplar huella de cómo servirfielmente a la causa de Dios y a los más alejadosdel disfrute de los bienes de este mundo.

¡Tengo ansias del Dios vivo! Y fue buscando elmodo de calmar estos deseos. Pretende ingresaren un convento, pero el Señor le quiere sacer-dote secular, acude a la soledad del emeritorio

y se incluye entre los seguidores de Franciscode Asís, en la Orden Tercera. No trataba de ele-gir entre Dios o el servido en la caridad a los ne-cesitados. Al contemplar el rostro de su Señor,se encontraba con la cara destrozada de los po-bres. Cuanto más se acercaba a los indigentes,más sentía que la mano de Dios le acompañaba.Los pobres nunca son competidores del amorde Dios, sino la más eficaz de las ayudas paracalmar las ansias de la contemplación del Diosvivo.

Las circunstancias, signos de los tiempos en losque también habla Dios, le llevaron junto a laimágen de Jesús Nazareno. Y cuanto más con-templaba el Padre Cristóbal tan santa y vene-rada efigie parecía como si se fueradesvaneciendo y dejara un espacio lleno de luzque solamente podría recorrerse tomando sobrelos hombros la pesada carga de las cruces que

tenían que llevar losmás débiles. ¡Ayú-dales a llevar sucruz, que en ello seva a conocer queeres fiel discípulode cristo! Y surgie-ron los hermanos yhermanas de JesúsNazareno, con unaespiritualidad en laque, a través de lacruz y de la prácticade la caridad, pri-

mero se abriría el hospital de la misericordia delcorazón de cada uno, y después iban levan-tando casas donde acoger al menesteroso quellegara.

Aquella historia y este espíritu continúan vivosgracias la labor que realiza la Congregación delas Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno.Franciscanas, que ahora bendicen a Dios y sellenan de alegría al ver beatificado a su PadreFundador, y al comprobar que el hospital de lamisericordia de Dios siempre tiene buenos cui-dadores, como el beato P. Cristóbal .

CardenalFr. Carlos Amigo



En la red www.fhjnazareno.orgActualmente, nadie niega la importancia de In-ternet como poderoso instrumento de comuni-cación. Nuestra Congregación desea mostrar alos navegantes de internet, que existe una Comu-nidad viva que evangeliza saliendo al encuentro delos pobres y hambrientos, para devolverles la alegríade la vida, para amarlos hasta el extremo como hizoJesús de Nazaret -Palabras de la Hna SuperioraGeneral-

El mes de abril las visitas a la web de la congre-gación (www.fhjnazareno.org), se incrementa-ron notablemente. Lógicamente, por el interésde los navegantes a buscar información delPadre Cristóbal, estar informado de las distintasactividades, contactar con nosotras o simple-mente obtener material de divulgación.

Han visitado la web 27 nacionalidades, detodos los continentes. Sólo el día 7 de abril se al-canzaron las 921 visitas.

Hoy en día, no sólo es posible conectarse a in-ternet a través de un ordenador, es posible re-alizarlo desde otros dispositivos, por ejemplosmartphone (teléfonos móviles) y tablet. Nues-tra web, se encuentra preparada para poder serconsultada desde todos ellos.

Presentamos algunas estadísticas de las visitasen el mes de abril.

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esportilla · constancia que las virtudes teologales fe, esperanza y caridad tanto hacia dios como...

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