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  • 8/2/2019 Suma Filosofa Vol III Trat I Lib I (Teodicea) La Existenciade Dios

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    SUMA DE FILOSOFA ESCOLSTICA

    VOLUMEN III

    TRATADO I

    TEODICEA

    Por el Rev. Padre Jos Helln

    LIBRO ILA EXISTENCIA DE DIOS

    ndice

    CAPITULO I. NECESIDAD DE DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOSArt. I La proposicin Dios existe, es una proposicin conocida por s misma?Art. II El Ontologismo

    Art. III Otras vas intelectuales inmediatas 1 El dinamismo intelectual de P.Marchal 2 El fenomenologismo de Max Scheler (1928)

    CAPITULO II POSIBILIDAD DE DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS POR VANATURALArt. I De la realidad de esta posibilidadArt. II Los testas antiintelectuales

    1 Sistemas antiintelectualsticos 2 Refutacin de estos sistemas

    CAPITULO III DEMOSTRACIN VLIDA DE LA EXISTENCIA DE DIOSArt. I Las cinco vas de Santo TomsArt. II Posibilidad de demostrar con eficacia la existencia de Dios a partir de los efectosintramundanosArt. III Posibilidad de demostrar la existencia de Dios a partir de los seres contingentesArt. IV Posibilidad de demostrar la existencia de Dios a partir del orden intramundanoArt. V Acerca de si se demuestra la existencia de Dios por las cinco vas de Santo TomsArt. VI Acerca de si se ha probado la existencia de Dios por los argumentos precedentes

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    CAPITULO IV ACERCA DE LAS DEMOSTRACIONES CONTROVERTIDAS DE LAEXISTENCIA DE DIOSArt. I Argumentos metafsicos controvertidos

    1 Argumento ontolgico o a simultaneo 2 Argumento basado en el movimiento metafsico 3 Argumento por los grados de la perfeccin

    4 Argumento por las ideas y por los posibles y por la verdadArt. II Argumentos fsicos controvertidos 1 Argumento por el origen de la vida, de las especies y del cuerpo humano 2 Argumento por la entropa

    Art. III Argumentos morales controvertidos 1 Argumento por el mutuo acuerdo del linaje humano 2 Argumento tomado de la obligacin 3 Argumento tomado del apetito de felicidad

    CAPITULO V EL ATESMOArt. I El atesmo negativoArt. II El atesmo positivoArt. III El atesmo dubitativo

    LIBRO I

    LA EXISTENCIA DE DIOS

    27 Introduccin. El primer libro, el de la existencia de Dios, constar de cinco captulos enlos que se contestar a estas cuestiones: primera, acaso la existencia de Dios necesitademostracin?; segunda, acaso puede demostrarse la existencia de dios?; tercera, culesson las demostraciones vlidas?; cuarta, cules son las demostraciones discutidas?; quinta,acaso puede haber ignorancia de Dios y su sincera negacin?

    CAPITULO I

    NECESIDAD DE DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS

    Introduccin. En este primer captulo trataremos de demostrar que la existencia de Dios noes conocida de inmediato, sino que se requiere una demostracin y por eso deberemosexcluir todos los modos por los cuales una proposicin puede ser inmediatamente conocida.

    La proposicin puede ser inmediata por tres causas: primeramente por susmismos trminos;en segundo lugar por la intuicin del mismo Dios; en tercer lugar por otros caminosintelectuales, como son el dinamismo del entendimiento que juzga, o el fenomenolgico deMax Scheler. Explicaremos esta materia en tres artculos: el primero ser acerca de si laexistencia es conocidas per se, o sea, por sus propios trminos; el segundo tratar de si

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    es conocida inmediatamente por la intuicin de los ontlogos; el tercero, de si es conocidainmediatamente por otros caminos intelectuales.

    ARTICULO I

    LA PROPOSICIN DIOS EXISTE,

    ES UNA PROPOSICIN CONOCIDA POR SI MISMA?

    Tesis 1. Aunque la proposicin Dios existe es una proposicin conocida per se(pors misma), quoad se (en cuanto a s misma), sin embargo, no es conocida per se"quoad nos"(en cuanto a nosotros), y no puede admitirse sin demostracin.

    27. Nociones. QU ES DIOS? Podemos dar una triple definicin de Dios, o ms bien unadescripcin. La primera es cientfica y todas las perfecciones caractersticas de Dios; elConcilio Vaticano I lo expresa con estas palabras: La Santa Iglesia Catlica, Apostlica yRomana cree y confiesa que hay un Dios verdadero y vivo, Creador y Seor del cielo y de latierra, omnipotente, eterno, inmenso, incomprehensible, infinito en inteligencia y en voluntad,y en toda perfeccin; el cual, siendo una substancia espiritual, singular, simple yabsolutamente inmutable, hay que afirmar que por su esencia y su realidad es algo distintodel mundo, en s y por s dichoso y felicsimo e inefablemente excelso sobre todas las cosasque hay fuera de El y que pueden concebirse(DB 1782).

    La segundadescripcin es vulgar y as decimos: Dios es el ser supremo, autor y gobernadordel mundo, a quien hay que adorar sumamente.

    La tercera, finalmente, es brevsima o inicial, conforme a la cual Dios es la causa primera, elser a se (por s mismo), o el ser necesario. Nosotros tomaremos esta definicin comoinicial por dos razones. La primera es que, aunque esta definicin todava no contieneexplcitamente los atributos que todos exigen para que Dios sea concebible, sin embargo, loscontiene implcita y virtualmente. La segunda razn es porque la realidad de la causaprimera, ser a se (por s mismo) y del ser necesario se demuestra muy fcil y brevemente.Pues por el nombre de Dios entendemos la causa primera, el ser a se (por s mismo) y elser necesario.

    28. PROPOSICIN INMEDIATA es aqulla cuya verdad se conoce sin ningn medio objetivo(o conocido), con el cual puedan compararse los extremos. Mas la proposicin inmediatapuede ser conocida per se (de por s), o no conocida per se. Conocida per se esaqulla cuya verdad se descubre por la sola consideracin de los trminos. La no conocidaper se es aqulla cuya verdad no aparece por la sola consideracin de los trminos, sinopor otros medios, a saber, o por la intuicin y la experiencia, o por el dinamismo delentendimiento que la afirma. Ahora trataremos de la proposicin inmediata, conocida perse.

    La proposicin conocida per se puede ser cudruple. La primeraes la proposicin idntica,como A es A. La segundaes la proposicin afirmativa, en la cual el predicado forma parte delsujeto, como el hombre es viviente. La tercera es la proposicin negativa, en la cual losextremos son diversos, como la substancia no es accidente. La cuarta es la proposicindisyuntivacontradictoria, como p. ej., o es blanco o no es blanco.

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    Todas estas proposiciones tienen en comn que la verdad es conocida por la meraconsideracin de los trminos, y no por otro medio objetivo, con el cual se compare el sujetoy el predicado. Tambin tienen en comn el no poder ser demostradas a priori, porque elpredicado no se deduce del sujeto como de algo anterior (a re priori), sino que, a lo sumo,pueden demostrarse o por sus efectos o bien a simultaneo, es decir, por la sola

    explicacin de los trminos.Ahora bien, a nosotros nos interesa ahora la proposicin conocida per se, en la cual elpredicado es de la esencia del sujeto; o lo que es lo mismo, se trata de uno de susconstitutivos pues, en la proposicin Dios es, la existencia pertenece a la categora deconstitutivo del sujeto.

    29. La proposicin conocida per se puede ser conocida slo quoad se(en cuanto a ella serefiere), o tambin conocida per se quoad nos (en cuanto se refiere a nosotros). Laproposicin conocida per se nicamente ser quoad se sien verdad el predicado es deratione (pertenece a la razn e ntima naturaleza del sujeto), pero nosotros no penetramoslos trminos con tal perfeccin que por su sola inspeccin conozcamos la verdad. Y conocidaper se quoad nos(con respecto a nosotros), si de tal modo penetramos los trminos, quepor su sola inspeccin veamos la verdad de la proposicin.

    Y la proposicin conocida per se quoad nos puede ser, o bien quoad omnes(con respectoa todos), p. ej., el todo es mayor que la parte, o solamente quoad sapientes(con respectoa los doctos), p. ej., el acto que en la realidad es acto y slo acto, con exclusin de lo queno es acto, ser infinito en su lnea.

    30. Estado de la cuestin. Preguntamos, pues, si acaso la proposicin Dios es, es unaproposicin conocida per se, y si hay que afirmar que solamente es conocida per sequoad se o tambin quoad nos.

    Opiniones. La primeraafirma que la proposicin Dios es, es conocida per se quoadnos; y se atribuye a San ALBERTO MAGNO, al ABULENSE, a EGIDIO ROMANO aTOMAS DE ARGENTINA, a DIONISIO EL CARTUJANO, a LIRANO y a San ANSELMO.

    La segundaconsidera que dicha proposicin de ningn modo es conocida per se, porquea la proposicin conocida per se se le exige que sea inmediata en el ser de la cosa y en elser de su conocimiento para nosotros. As piensan ENRIQUE, ESCOTO, GABRIEL yOCKAM.

    Nuestra opinindice que esa proposicin es conocida per se, pero no quoad nos: y esoes lo que defienden Santo TOMS y SUREZ con la mayora de los escolsticos. Y ladeclaramos como cierta habida cuenta de las nociones precedentes.

    31. Se prueba la tesis. I Prueba. LA PROPOSICION DIOS EXISTE ES UNAPROPOSICION CONOCIDA DE POR SI.

    Una proposicin es conocida de por s (per se) cuando el predicado es de la razn delsujeto y, por ello, slo con la inspeccin de trminos se presenta como verdadera para aquelque entienda o penetre bien los trminos; es as que esto sucede en la proposicin Dios

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    existe, luego la proposicin Dios existe es conocida de por s.

    La mayorest patente por las nociones; y la menorse demostrar ms tarde en su lugar,pues Dios es el mismo ser que subsiste por s mismo.

    32. II Prueba. LA PROPOSICION DIOS EXISTE NO ES CONOCIDA PER SE QUOAD

    NOS.Una proposicin es conocida per se y no quoad nos cuando el predicado es de la razndel sujeto, pero nosotros comprendemos los trminos objetivos tan perfectamente que por sumera consideracin entendemos la verdad; es as que la proposicin Dios existe es deesta clase, luego es conocida per se, pero no quoad nos.

    La mayorest clara por las nociones. .

    La menor:a) Porque nosotros penetraramos los trminos de esa proposicin, o bien por laintuicin y por la experiencia, o bien por la sola idea o concepto; ahora bien, por laexperiencia y por la intuicin no conocemos la esencia de Dios, porque de lo contrario nadiedudara ni tampoco sera tan laborioso convencer al entendimiento de su existencia, nitampoco seran tantos los que la negasen. b) Adems, por la sola idea y concepto de laesencia divina no podemos comprender que la existencia real sea algo que le convenga(necesariamente). Pues el predicado no puede tener una realidad mayor que la del sujeto; esasque Dios, en nuestra idea, tendra una realidad de representacin mas no de intuicin;luego el predicado le convendra a Dios en el pensamiento y en la idea, pero no en larealidad, a no ser que, de otro modo, se demostrase que Dios es real y no un ser meramentepensado (o ser de razn).

    33. III Prueba. NI PUEDE SER ADMITIDO SIN DEMOSTRACION.

    Una proposicin cuya verdad no est patente por la experiencia y por la intuicin o por elexamen de los trminos, no puede ser admitida razonablemente sin demostracin; es asquela proposicin Dios existe es de esta naturaleza, luego esa proposicin necesita serdemostrada.

    La mayor consta: Si se admite una proposicin cuya verdad no consta por la experiencia opor la intuicin, ni por el examen de los trminos, ni por la demostracin, se admite a ciegas;en ese caso tambin se podra negar con el mismo derecho que se afirma.

    34.Objeciones. 1. La proposicin conocida per se es aquella cuya verdad es conocidaapenas conocidos los trminos; es asque la proposicin Dios existe no es de esa clase,de modo que su verdad sea conocida conocidos los trminos; luego no es conocida perse.

    Distingo la mayor: es conocida per se quoad se, concedo; tambin quoad nos,subdistingo: sipenetramos bien los trminos, concedo;en caso contrario, niego y concedidala menor distingo igualmente el consecuente:no es conocida per se quoad se, niego; quoad nos, concedo.

    2. Una proposicin es conocida per se cuando no necesita ninguna demostracin; es as

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    que la proposicin Dios existe necesita ser demostrada, luegono es conocida per se.

    Distingo la mayor: es conocida per se quoad se y quoad nos, concedo; es conocidanicamente quoad se, niego; y admitiendo la menor distingo igualmente el consecuente;no es conocidas per se quoad nos, concedo; nicamente quoad se, niego.

    3. En la proposicin conocida per se, o bien los trminos son suficientemente conocidospara engendrar la evidencia per se, o bien suficientes para engendrar per se esaevidencia; es as que si son suficientes tambin ser conocida per se quoad nos; si noson suficientes, de ningn modo ser conocida per se; luego es imposible que ningunaproposicin sea conocida per se quoad se y no quoad nos.

    Concedo la mayor: y elijo la primera parte con una distincin: son suficientes per se paraengendrar la evidencia para el que comprende bien los trminos,'concedo; para los dems,niego; y en la menor elijo su primer miembro, distinguiendo igualmente: si nosotrospenetramos bien los trminos, concedo; contrariamente, niego; y niego el supuesto, de quenosotros penetremos bien los trminos.

    4. Una proposicin que excluye el trmino medio es conocida inmediatamente; es as que laproposicin conocida de por s excluye todo trmino medio, luego es conocidainmediatamente sin demostracin.

    Distingo la mayor: por parte de aquel que penetre bien los trminos, concedo; por parte deaquel que no los penetre o entienda bien, niego; y admitida la menor, distingo igualmente elconsecuente.

    5. Toda idea tiene un objeto real; es as que tenemos idea de Dios, luego Dios es algo real.Mayor: pues las ideas son verdaderas.

    Distingo la mayor: si es primitiva (esto es, formada a partir de las primitivas por sntesis,negacin o por relaciones), subdistingo: si se demuestra por medio del raciocinio, concedo;contrariamente niego, y admitida la menor distingo igualmente el consecuente: si Dios seofrece a travs de la idea primitiva, concedo; contrariamente, niego. En esta prueba distingoigualmente el antecedente (OM, n.73-74).

    ARTICULO II

    EL ONTOLOGISMO

    Tesis 2. La existencia de Dios no se conoce inmediatamente por la intuicin, comoquieren los ontlogos.

    36. Nociones. El ONTOLOGISMO es el sistema de aquellos que ensean que elconocimiento inmediato e intuitivo de la esencia divina es esencial para la razn humana, yconsideradas en la esencia divina como un medio in quo, vemos todas las restantes cosasque estn fuera de Dios, a no ser que acaso exceptuemos las cosas meramente singulares,que son conocidas por nosotros en s mismas.

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    PROPIEDADES DE ESTA INTUICION. a) Este conocimiento es verdaderamente unaintuicin de la entidad divina, de suerte que la percibimos inmediatamente y casi con suscolores, no por conceptos ajenos debidamente combinados, ni por negaciones ni relaciones,ni por una eminencia sobre todas las cosas, que estn fuera de Dios. b) Sin embargo, novemos la entidad divina segn su esencia absoluta, sino slo segn los predicados relativos,

    a saber, en cuanto que es ejemplar de esencias si se trata de esencias, o en cuanto que esun acto creador, si se trata de existencias. c) Este conocimiento de la esencia divina no esreflejo sino meramente espontneo, por lo cual no advertimos que conocemos la esenciadivina sino slo una cierta razn objetiva particular, como el bien, lo santo, lo justo, hombre,tringulo, etc.

    EL FUNDAMENTO DE ESTA SENTENCIA u opinin es porque nosotros concebimos losuniversales, que son algo necesario, eterno, infinito; es as que estos atributos sonestrictamente divinos, ergo eso que concebimos por medios de estos conceptos es el mismoDios en cuanto que es ejemplar o modelo de las cosas que estn fuera de El, y al ver almismo Dios vemos las cosas objetivas diferentes de Dios.

    37. Estado de la cuestin. Admitimos una intuicin sobrenatural de Dios en el cielo, ytambin cierta intuicin sobrenatural de Dios entre los msticos; pero preguntamos si sepuede admitir alguna forma de intuicin de Dios, inmediata y natural, mientras nos hallamosen este mundo.

    38. Opiniones.La primeraes la del ontologismo rgido, el cual dice que todas las cosas queconocemos, incluso las singulares y sensibles, las conocemos en la visin de Dios, ysolamente se excepta nuestra alga, que conocemos por la experiencia. De este parecer sonTOMASINO ( 1695), MALEBRANCHE ( 1715),. GEULINCKX ( 1669), GERDIL, en suprimera juventud (t 1802), GIOBERTI ( 1852).

    La segunda es la del ontologismo mitigado: stos dicen que en la visin de Dios sloconocemos los universales y lo suprasensible y, no obstante, admiten que conocemos losingular y los hechos de la experiencia interna por propia experiencia: entre stos figuranUBAGHS ( 1875), BRANCHEREAU, HUGONIN, CES. VERCELLONE, FABRE D'ENVIEU( 1901) en otro tiempo jesuita, MARTIN, S.J., ROTHENFLUE, S.J., el annimo SANS-FIEL,GRATRY, MARET, I.ROMANO.

    Nuestra opinin es que en esta vida no se da la intuicin de Dios, por lo menos de modonatural. Esta opinin es la que siguen todos losescolsticos y la consideramos como ciertaen filosofa. La doctrina de losontlogos fue condenada por la Iglesia, y particularmente enRosmini.

    39. Prueba de la tesis.

    Prueba 1. (Por el testimonio de la conciencia). Situviramos una intuicin inmediata de Dios,de tal modo que lo viramos, y en esa visin conociramos todas las dems cosas,tendramos conciencia de ese conocimiento, por lo menos cuando intentamos reflexionarsobre nuestros hechos internos; es as queno tenemos conciencia de ninguna clase de esteconocimiento, luegono lo tenemos.

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    La mayor: pues si consideramos aquella cognicin (aquel conocimiento) objetivamente, o seaen lo que atae a su objeta, es imposible ignorar que conocemos lo que conocemos comorazn y causa de conocer las otras cosas;pues si algo es razn ya conocida para conocerotras cosas, sin duda tanto ms conocemos ese algo. Y si lo consideramos subjetivamentecomo acto nuestro, es imposible que yo tenga una actividad de conocer algo actualmente y,sin embargo, que yo no encuentre dicha actividad, por mucho que reflexione, pues el

    conocimiento es consciente, por lo menos si reflexiono mucho sobre l.La menor: es un hecho de conciencia pues, aunque reflexionemos mucho sobre nuestrosconocimientos, en ellos no encontramos que el conocimiento de Dios sea inmediato ypositivo, con un concepto propio ex propriis (a partir de cuanto es propio).

    Dirs: Nonos damos cuenta de aquella intuicin porque es constante Y muy corriente; maslo que es muy corriente pasa inadvertido. Respuesta: Loordinario o rutinario no lo advertimoscuando est plenamente mecanizado, p. ej., cmo pongo los dedos para tomar la pluma paraescribir; pero si son del orden cognoscitivo siempre podemos darnos cuenta si reflexionamossobre ello.

    40. Prueba 2. (Por la ndole de la idea que tenemos de Dios). Si conociramos a Diosinmediata e intuitivamente, no lo conoceramos del mismo modo que aquel que lo conocieraslo abstractamente, por conceptos comunes positivos, por negaciones y por su eminencia;es as que no tenemos otros conocimiento de Dios, sino el que tendra aquel que slo loconociera en abstracto, luegoen verdad no conocemos a Dios de modo intuitivo e inmediato.

    La mayorest clara; pues si el conocimiento intuitivo es lo mismo que el abstractivo, hay quedecir que nosotros no tenemos sino el abstractivo.

    La menorqueda patente por el argumento precedente.

    41. Prueba 3. (Por la ndole del hombre que conoce). Siconociramos a Dios en s mismo,de modo intuitivo, o igualmente conociramos lo que transciende los lmites de nuestraexperiencia, el alma no recibira la ayuda del cuerpo en aquel conocimiento; es as queestoes imposible, ergo no conocemos a Dios en s mismo, de modo intuitivo, ni tampococonocemos as lo que transciende los lmites de nuestra experiencia.

    La mayor est patente: pues la nica ayuda del cuerpo consistira en que de las cosassensibles abstraeramos los primeros conceptos y, ordenndolos correctamente,conoceramos a Dios, lo que no sucede en la hiptesis.

    La menor: pues el alma est substancialmente unida al cuerpo, luego es ayudada por elcuerpo en su operacin principal: de otro modo en vano estara unida al cuerpo el almaintelectiva.

    42. Objeciones. 1. Dios es por s mismo sumamente inteligible; es as que lo que por smismo es sumamente inteligible, por s mismo puede ser entendido por nosotros; ergoDiospor s mismo puede ser entendido por nosotros. Mayor: la inteligibilidad sigue, pues, a laentidad; luego la entidad infinita sigue la inteligibilidad infinita.

    Distingo la mayor:es sumamente inteligible quoad se (con respecto a s mismo), concedo:

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    quoad nos> (con respecto a nosotros), subdistingo: si fuese para nosotros un objetoproporcionado, concedo; sislo corresponde a un objeto adecuado, niego y contradistingo lamenor.

    2. Dios est sumamente presente en el entendimiento humano, no slo por su inmensidad,sino tambin por su accin conservadora y cooperadora; es as que loque est sumamente

    presente en el entendimiento es sumamente inteligible, ergoDios es sumamente inteligible.Distingo la mayor: est presente fsicamente, concedo; tambin intencionalmente o de unmodo apto para ser entendido por nosotros, subdistingo: si es objeto proporcionado paranosotros, concedo:contrariamente, niego y contradistingo la menor.

    3. El orden lgico o del conocimiento debe estar conforme con el orden de las cosas (de locontrario no habra verdad); es as que en el orden de las cosas Dios es lo primero y elfundamento de todo, ergo en el orden lgico ha de ser lo primero conocido y, porconsiguiente, no es conocido a partir de las cosas, sino antes de haber sido stas conocidas.

    Distingo la mayor:por lo menos negativamente, de modo que no diga nada opuesto al ordende las cosas, concedo; tambin positivamente, de modo que diga todo lo que hay en lascosas y de qu modo est en las cosas, subdistingo: si se trata de un conocimientoadecuado, concedo; side un conocimiento inadecuado, niego y admitida la menor distingoigualmente el consecuente: sise trata de una verdad adecuada, concedo; side una verdadinadecuada, como la nuestra, niego(ms en OM nn.81-83).

    ARTICULO III

    OTRAS VIAS INTELECTUALES INMEDIATAS

    43. Nexo. Adems de aquellos que abiertamente profesan el ontologismo como va paraconocer a Dios de inmediato, hay otros que lo admiten de modo larvario, entre los cualesfiguran Marchal y Max Scheler, el primero de los cuales defiende el dinamismo intelectual, yel segundo el conocimiento de Dios en las criaturas, como medio in quo, sin ilacin deninguna clase.

    1. El dinamismo intelectual de P.Marchal

    45. P.Marchal busc un mtodo para solucionar el problema crtico de la verdad de nuestrosconocimientos, y hall que la solucin de este problema estribaba en la afirmacin de laexistencia de Dios sin ningn medio conocido.

    Ensea que el entendimiento tiene un apetito innato para afirmar por medio del juicio, y nosolamente para realizar la simple aprehensin.

    Pues, segn l, todo juicio tiene dos propiedades: En primer lugar siempre afirma el ser,pues, cuando decimos, p. ej., Pedro camina, el sentido de la afirmacin es: Pedro caminandoes un ser. En segundo lugarel ser que se afirma es el ser infinito o Dios: porque este ser esde tal clase que, aunque se afirme de muchas cosas, nunca se agota, sino que siempre sepuede afirmar de muchas cosas. En tercer lugar aquel ser infinito, que se afirma en todo

    juicio, no se predica de los sujetos de nuestra experiencia en caso recto, o en nominativo,sino en caso oblicuo, o genitivo; as, Pedro camina equivale a esta afirmacin: Pedro

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    caminante es (efecto y semejanza) del ser infinito: de donde en todo juicio afirmamos tanto larealidad divina y la dependencia de todos de Dios, como la analoga del ser creado. Encuarto lugar, por esto queda solucionado el problema crtico y queda probada la existencia deDios: el problema crtico, porque afirmamos la realidad de las cosas como dimanante de larealidad divina, y la realidad divina como origen de las cosas y, por consiguiente, no puedehaber constancia de la verdad de alguna proposicin o de nuestra afirmacin, a no ser que

    de modo reflejo nos conste que afirmamos la realidad de Dios, de quien realmente dimananlas cosas reales por eficiencia.

    46. Pero, de qu modo consta que estas afirmaciones inmediatas de la realidad de lascosas y de la realidad divina son verdaderas y no fingidas? Consta porque semejanteafirmacin es un acto de la tendencia innata a afirmar, y el acto de una tendencia innata nopuede verse frustrado en su objeto.

    Mas si se pregunta por qu el hombre tiene esa tendencia innata para afirmarinmediatamente el ser infinito, se contesta que eso procede de la tendencia innata a la visinintuitiva de Dios, pues el hombre necesariamente y de modo innato tiende a la visin intuitivade Dios, y dado que esta visin se nos impide mientras estamos en este mundo, en estadode unin con el cuerpo, por eso satisfacemos esta tendencia del mejor modo posible, el cualconsiste precisamente en la afirmacin inmediata de la existencia de Dios.

    47. Crtica. Este sistema no puede ser admitido. Porque:

    En primer lugar, es falso que en todo juicio se afirme el ser; en los juicios negativosno seafirma el ser sino que, por el contrario, se niega; p. ej., cuando decimos que Pedro no essabio. Adems, en las proposiciones afirmativas no siempre se afirma el ser; cuandodecimos: las tinieblas son la ausencia de la luz, no queremos afirmar que las tinieblas o laausencia de la luz sea un ser, sino la negacin de la entidad. Mas en los juicios de por s slose afirma la entidad del sujeto y del predicado o la verdad de la misma proposicin, no laentidad real.

    En segundo lugar, cuando el juicio tiende a afirmar el ser, como cuando se afirma laexistencia real de alguna cosa o posibilidad real, entonces aquel ser no es un ser infinitointensivamente, sino slo extensivamente.

    En tercer lugar, es falso que en toda predicacin al afirmar el ser de alguna cosa se prediqueel ser oblicuamente, sino que, segn el testimonio de la conciencia, queremos predicarlorectamente o en recto. Y as queremos significar, Pedro es un ser, mas no que Pedro es deun ser.

    En cuarto lugar, de esto se deduce, contra la voluntad del autor, que de su teora se seguirael pantesmo. Porque si el ser en la predicacin siempre es infinito, y por otra parte sepredica en recto del sujeto, el sentido de toda predicacin ser, p. ej., Pedro es un serinfinito.

    En quinto lugar, antes de demostrada la existencia de Dios no puede haber constancia deque el apetito innato sea infrustrable: ya que no sabemos si la naturaleza ha sido hecha porun autor sapientsimo y, consiguientemente, aunque por el apetito innato se afirme el ser y laexistencia de Dios, sin embargo, esa facultad puede engaarse.

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    En sexto lugar, es falso que el apetito innato del entendimiento sea llevado naturalmente a lavisin intuitiva de Dios, cosa que fue condenada en la Encclica Humani generis.

    En sptimo lugar, segn esta teora sera imposible demostrar la existencia de Dios, pues laspremisas no pueden conocerse como verdaderas sino en cuanto conste que por ellas se

    afirma ya la realidad de Dios; luego antes de llegar a ninguna conclusin ya debe saberse yconocerse con certeza su existencia.

    En octavo lugar, segn esta teora habra que admitir el ontologismo o el anti-intelectualismopues, cuando se afirma inmediatamente la existencia de Dios, con ello se afirma que, o bienvamos a incluirlo, y entonces tendremos el ontologismo; o bien que nos movemosciegamente para afirmarlo, y entonces tenemos el antiintelectualismo, del cual hablaremosms adelante.

    2 El fenomenologismo de Max Scheler (1928)

    48. El mtodo fenomenolgico se seal un fin y se vale de medios propios. Su finesencontrar una ciencia filosfica apodctica y cortsima, como son las matemticas. El medioes la descripcin fenomenolgica o descripcin de aquellas cosas que aparecenobjetivamente en la conciencia con ocasin de cualquier hecho cognoscitivo; y se llamanfenmenos porque como tales aparecen en la conciencia. Esta descripcin est conformecon la cosa porque atendemos a esos objetos o fenmenos antes que puedan serdeformados por las abstracciones o por las sntesis de diversos conceptos.

    El frutoo efecto de este mtodo es la intuicin eidticao la percepcin de las esencias en supuridad y verdad.

    Una ampliacin ulteriorconsiste en que, por el mero anlisis de estas esencias, penetramostodas las relaciones de ellas entre s y sus propiedades. Sin embargo, HussEItL ( 1938),que fue quien emple mayormente este mtodo, viendo que aquellas esencias estaban en laconciencia y que l no tena motivo para ponerlas en la realidad, dijo que no tenan ningnvalor, a no ser en la conciencia, y as es como cay en el idealismo. Fue discpulo deFRANCISCO BRENTANO 1917).

    49. MAX SCHELER ( 1928), discpulo de Husserl, afirma la realidad de los fenmenos entodo este mtodo fenomenolgico, aplicndolo especialmente a Dios. Junto con Husserlafirma que el mtodo fenomenolgico pretende lograr una ciencia filosfica apodctica. Comomedioadmiti tambin la descripcin fenomenolgica y la intuicin eidticade las esencias.Pero dijo que no podemos percibir las esencias a no ser en alguna intuicin o hechoemocional, por el cual sintamos las cosas como valores. El supremo valor que percibimos esDios; no podemos conocerlo como persona por medio de argumentos racionales, sino slopor actos emocionales especiales, que son actos religiosos, como el amor de Dios, suadmiracin, etc.

    Admitida esta proposicin emocional de Dios, bastante confusa, llegamos a su conocimientoracional, por el cual lo conocemos como persona y como ser a se (por s mismo), bajo unadoble condicin: la primeraes que haya una aptitud interna para esta intuicin, y la segundaes que seamos iluminados por Dios. Mas el hecho externo en el cual podemos tener aquella

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    emocin religiosa, la iluminacin y la percepcin de Dios como persona y como ser a se,es la percepcin de cualquier cosa, puesto que cualquier cosa es smbolo y representacinde Dios. Adquirido ya el conocimiento de Dios como ser a se y como persona, fcilmenteconoceremos los restantes atributos por medio de estos predicados; no ciertamente por elraciocinio, sino slo por las intuiciones emocionales y las iluminaciones de Dios. En resumen:Conocemos a Dios en las criaturas, como medios, porque stas son los smbolos de Dios y

    las representaciones de Dios, en las cuales conocemos a Dios del mismo modo que, encualquier obra de arte, conocemos a su autor concreto, p. ej. Miguel ngel o Velzquez.

    50. Crtica. a) Es falso que los argumentos racionales no sean aptos para que Dios seaconocido con certeza como persona y como Dios. b) Es falso que puedan darse intuicionesemocionales o hechos emocionales acerca de Dios, p. ej., el amor y la admiracin, antes deque Dios sea conocido y, despus, supuestos estos hechos religiosos y emocionales,adquiramos un conocimiento racional de Dios: antes es conocer a Dios que poder teneremociones con respecto a El. c) Es falsa la teora fenomenolgica segn la cual se percibenlas esencias sin ninguna abstraccin de las cosas y slo con ocasin de las cosas externas:esto sera admitir el innatismo. d) Es falso que por abstraccin se deformen las cosas, o quepor la sntesis de muchos conceptos las cosas se fabriquen siempre en la mente de modoque no tengan realidad: conocemos muchas cosas por sntesis de diversos conceptos, comoDios y los espritus puros, y el alma como espiritual, de cuya realidad nos constaverdaderamente, porque la verdad de ellos se muestra eficazmente por el raciocinio.

    CAPITULO II

    Posibilidad de demostrar la existencia de Dios por va natural

    ARTICULO I

    DE LA REALIDAD DE ESTA POSIBILIDAD

    Tesis 3. La existencia de Dios puede demostrarse mediante las fuerzas naturales delentendimiento, desde luego que a posteriori.

    52. Nexo. Una vez probado que la existencia de Dios necesita demostracin, por el hecho deno ser evidente con carcter inmediato, vamos a examinar ahora la posibilidad que tiene laexistencia de Dios de ser demostrada mediante las fuerzas naturales del entendimiento.

    53. Nociones. DEMOSTRACION es aquella argumentacin en la cual se deduce unaconclusin cierta y evidente, derivada de unas premisas ciertas y evidentes.

    La demostracin puede ser a posteriori, a priori, < a concomitante y a simultaneo.

    La demostracin a posteriori, llamada tambin a signo (a partir del signo), es aquella enla cual las premisas contienen ya los efectos de la causa que se encuentra en la conclusin yas, por los efectos se conocen las causas.

    La demostracin a priori es aquella en que las premisas contienen la causa de los efectosque se hallan en la conclusin. De este modo, por las causas se demuestran los efectos; dela naturaleza se deducen las propiedades que debe tener; por ejemplo, de la espiritualidad

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    se deduce la intelectualidad, y de la intelectualidad se deduce la voluntad junto con lalibertad.

    La demostracin a concomitante es aquella en que las premisas contienen algo que no escausa ni efecto de lo que se halla en la conclusin, pero est en conexin necesaria con laconclusin debido a la dependencia, tambin necesaria, que lo uno y lo otro tienen respecto

    de un tercero. As ser un buen razonamiento: el hombre tiene la propiedad de llorar, luegotambin tendr la de rer; pues lo que tiene la propiedad de llorar, est sometido a discurso;ahora bien, todo lo sometido a discurso tiene la propiedad de rer; luego, lo que tiene lapropiedad de llorar, tambin tiene la de rer. Como se ve, en este caso, tanto el tener lapropiedad de llorar como el tener la de rer, dependen del carcter discursivo.

    La demostracin a simultaneo es aquella en que las premisas no contienen ni la causa niel efecto de la conclusin, ni tampoco entidad alguna que se halle en conexin con laconclusin, debido a la dependencia que lo uno y lo otro tienen de un tercero, sino algo quecontiene ya la conclusin de modo formal e implcito, y sta a su vez es aceptada como algoque pertenece a la definicin de la premisa, bastando para ello el mero anlisis de la nocinque entra en dicha premisa. As, por ejemplo, si es hombre, luego tambin es viviente.

    54. Estado de la cuestin. La pregunta que planteamos es si el entendimiento humano tienefuerzas naturales que le capaciten para elevarse hasta la demostracin con certeza de laexistencia de Dios, y ello a posteriori, es decir, a partir de los efectos, de los serescontingentes o de las realidades mundanas; o si, por el contrario, tal demostracin resultaimposible, bien sea a causa de lo dbil que es el entendimiento humano, bien sea por laexcelsitud de Dios, o bien por la ausencia de la conexin necesaria entre el mundo y Dios

    55. Opiniones. La primeraopinin es la de los ateos. Tales son: a) los materialistas, comoHAECKEL; b) los positivistas, que afirman la imposibilidad de conocer ninguna realidad quecaiga fuera del mbito de lo experimental, y de hecho llegan a negarla, tales son, en Francia:A. COMTE, LITTR, TAINE; en Inglaterra: STUART MILL, BRIN; en Alemania: WUNDT; c)los agnsticos absolutos, como HUXLEY.

    La segundaopinin es la de los agnsticos dogmticos, quienes niegan la capacidad de lamente humana para conocer ninguna verdad suprasensible, como lo es Dios, por ms queconcedan que se le debe admitir por la va del instinto, de los sentimientos y de los efectos;realidades que constituyen otros tantos motivos no racionales, de los cuales trataremosseparadamente ms adelante.

    56. La tercera opinin es la de los tradicionalistas catlicos. Estos sostienen que elentendimiento no tiene fuerza alguna para conocer las realidades de ndole moral y religioso,de suerte que para llegar al conocimiento de las mismas, se precisa el testimonio global delgnero humano - tal como pretenda LAMENAIS ( 1854) - o la autoridad divina que residenen la revelacin ha sido transmitida, llegando hasta nosotros, por va oral.

    Entre los tradicionalistas existen tres grados principales. a) El vizconde DE BONALD ( 1840)sostena que el entendimiento humano no puede conocer verdad alguna fuera de las cosassingulares; pero para todo lo dems se requiere la autoridad del magisterio y adems lasespecies innatas que suscita el magisterio oral. b) BONNETY (j- 1679) y BAUTAIN (-1 1867)afirmaban que el entendimiento tiene capacidad para conocer determinadas verdades

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    pertenecientes al orden metafsico, pero nada que haga referencia al orden moral y religioso;esto ltimo slo puede conocerlo con ayuda del magisterio y de la revelacin transmitida porva oral. c) UBAGHS (-1 1875) y otros decan que la mente humana tena, desde luego,capacidad para demostrar, por s misma, la existencia de Dios, pero que la haba perdido conocasin del pecado original; sin embargo, una vez conocida dicha verdad con ayuda de larevelacin y de la tradicin, la mente estaba entonces en condiciones de demostrar tales

    verdades. Este error fue condenado por el Concilio Vaticano I. (DB 1785-1806).57. La cuartaopinin es la de los innatistas, que afirman la imposibilidad que tenemos deconocer a Dios con certeza por va de demostracin; slo podemos conocerlo acudiendo alas especies inteligibles innatas, de modo natural. Dichas especies representan a Dios,pero no de forma que podamos contemplarlo de manera inmediata, sino teniendo de El unaespecie de aproximacin borrosa y difuminada. Tal idea viene suscitada con ocasin de laexperiencia, tanto interna como externa, y nos otorga el convencimiento de que el objetorepresentado tiene realidad. Esta opinin fue defendida en la antigedad por PLATN, y entiempos ms recientes por DESCARTES y por ROSMINI. Con nfasis especial ladefendieron tambin dos sacerdotes alemanes catlicos, KLEE (1840) y KUHN (1887).Crean, en efecto, que nosotros no estamos en condiciones, a partir de las criaturas, deformarnos un concepto de Dios, ni de adquirir certeza alguna respecto de su existencia. Estaopinin tambin la defiende BETTONI, atribuyndose a ALEJANDRO DE HALLE y a SANBUENAVENTURA, e insinuando incluso ser de SAN AGUSTN.

    58. Nuestraopinin sostiene que el entendimiento humano con sus propias fuerzas naturalestiene capacidad de demostrar la existencia de Dios a posteriori, como la causa sedemuestra por sus efectos, con independencia de cualquier auxilio de carcter sobrenatural,as como de toda llamada interna de Dios. Es opinin comn de los catlicos y certsima enfilosofa.

    En lo que a la teologa se refiere, es de fe que la existencia de Dios puede conocerseconcerteza a partir de las criaturas, como la causa por sus efectos; y es proximum fidei(prximo a la fe) que pueda demostrarseen sentido estricto. Los documentos del magisterioen los cuales se funda esta afirmacin, son los siguientes: Concilio Vaticano I (DB 1785,1806), Juramento antimodernista (DB 2145), Proposiciones suscritas por Bautain (DB 1622)y por Bonnety (DB 1650). La Censura de la Teodicea de Ubaghs por parte de la SagradaCongregacin del Indice (3-VI-1843), as como las proposiciones censuradas por el S.Oficioen la obra de Blondel (ap. DESCOQS, ThN 1,149-150).

    59.Prueba de la tesis.

    Prueba 1. (Por la conexin que existe entre el ser que es causado y contingente y el sernecesario). La existencia de Dios puede demostrarse con absoluta certeza a posteriori, sies que nosotros conocemos realidades verdaderas que son mudables, corruptibles ycontingentes por ser causadas; si conocemos igualmente como verdaderos el principio decausalidad y el de contradiccin, y si conocemos, por ltimo, con plena certeza y necesidad,que la existencia del ser necesario se halla en conexin con la existencia de los seres queson contingentes y causados. Es as que todas estas cosas las conocemos con certezaabsoluta; luego, con la misma certeza absoluta podemos demostrar la existencia del sernecesario e incausado.

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    La mayor:pues si todos estos elementos de verdad se dan, tendremos una demostracinprocedente de unas premisas, de las cuales la una no contiene ms que los efectos, y la otrala conexin que guardan dichos efectos con la causa incausada; evidentemente, como taldemostracin lo es a posteriori.

    La menores clara por el conocimiento que se supone de Crtica: ya que en ella se demuestra

    que todo aquello que percibimos a travs de nuestra experiencia externa, es verdadero; ascomo verdaderos son los principios de contradiccin y de causalidad.

    60. Prueba 2. (Por los falsos fundamentos opuestos). La posibilidad de la demostracin aposteriori se niega nicamente o bien porque la verdad misma de las premisas no puedeconocerse, a no ser por la intuicin que se tiene de Dios o por nuestra afirmacin inmediatade Dios, o bien porque afirman que la mente humana carece de aptitud para el conocimientode la verdad. Es asque tales fundamentos son falsos, luegocarece de fundamento negar laposibilidad de demostrar la existencia de Dios.

    La mayor est clara. Declaracin de la menor:quienes afirman que la verdad de las premisasslo se conoce por la intuicin de la esencia de Dios, son los ontologistas, que ya han sidorefutados (n.39-40); el que sostiene que no se conoce verdad alguna si no es gracias anuestra afirmacin inmediata de Dios, es P.Marchal, que ha sido igualmente refutado (n.45-47). Por ltimo, los que dicen que el entendimiento humano carece de aptitud para alcanzarninguna verdad, han sido tambin refutados en la crtica.

    61. Prueba 3. (Contra los tradicionalistas). Estos mantienen que el criterio ltimo y universalde la verdad, tanto religiosa como moral, es nicamente la autoridad del gnero humano, o larevelacin divina inmediata o transmitida hasta nosotros por va oral. Es as que esto esfalso, luegofalsa es tambin la teora tradicionalista.

    La mayor est clara. Declaracin de la menor. En primer lugar, es imposible que el criterioltimo para conocer con certeza la existencia de Dios, sea la autoridad del gnero humano.Pues para que esta autoridad pudiera ser un criterio vlido, debera constarnos que existe elgnero humano, que tal gnero humano afirma la existencia de Dios y que, al afirmarlo, lohace teniendo ciencia y verdad. Es asque todos estos requisitos no pueden conocerse, unavez ms, por el testimonio del gnero humano (estableceramos un proceso hasta el infinito),sino por la sola evidencia inmediata de la razn de cada uno; luegoes otra evidencia, y no laautoridad del gnero humano, lo que constituira el criterio para conocer la existencia deDios.

    En segundo lugar, es imposible que el criterio ltimo para conocer con certeza la existenciade Dios, sea el testimonio inmediato de Dios al revelar. En efecto, si Dios se dignase hablar aalguien, informndole acerca de su existencia y de que es el verdadero Dios, el depositariode tal comunicacin no podra a pesar de todo, consentir con el testimonio en cuestin, amenos que le constase que Dios existe, que adems es veraz, que aquel que le habla esefectivamente Dios, y que l mismo se entera con toda propiedad de todo cuanto se dice. Esasque todo esto no lo puede saber el citado destinatario, una vez ms, por el testimonio dequien le habla (se establecera el proceso ad infinitum> ), sino nicamente por la evidenciaque l mismo ha llegado a adquirir; luegopor la sola autoridad de Dios, al hablar de formainmediata, no es posible adquirir la certeza sobre la existencia de Dios.

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    Cabe argir. Dios, justamente en el acto de dirigir a alguien su palabra, ilumina su mentepara que pueda saber que cuanto se le dice es verdadero.

    Respuesta. Pero en tal caso el asentimiento no se prestara slo por la autoridad del quehabla, sino por la iluminacin interior que se hara mediante ideas y juicios infusos; pero estava no tiene nada de natural, ni es la va del tradicionalismo, sencillamente es la del

    profetismo.N.B. Las palabras, el magisterio y la autoridad del que' habla constituyen ciertamente uncriterio de verdad, pues gracias a ellos podemos aprender multitud de cosas; entre ellasaprendemos el catecismo precisamente por la autoridad del que lo ensea. Pero de aqu nopodemos tomar pie para convertir un criterio, que es particular y restringido, en criteriouniversal y ltimo, segn hemos visto ya. Pues para que pudiramos prestarle crdito,deberamos conocer la ciencia y la veracidad del que nos habla, y esto no podemosaprenderlo, una vez ms, acudiendo a la autoridad del que nos habla - que acaso nos estexponiendo o, en cualquier circunstancia, habramos de establecer un proceso ad infinitum-, sino por la evidencia que hemos logrado adquirir.

    62. Prueba 4. (Contra los fundamentos de los innatistas). No existe necesidad alguna deacudir a las ideas innatas si, por una parte, podemos adquirir un concepto de Dios y, por otra,podemos demostrar su realidad. Es asque tal es el estado de cosas; luegolas ideas innatasno son necesarias.

    La mayorest clara. Prueba de la menor:nosotros nos hallamos en condiciones de adquirir,por va natural, una idea de Dios as como una cierta persuasin acerca de su realidad, si apartir de las criaturas podemos llegar a formarnos los conceptos correspondientes a aquellasperfecciones positivas que cabe afirmar de Dios, as como a las imperfecciones quedebemos negarle, y si nos sentimos impulsados a formar este concepto, as como ainvestigar y comprobar su realidad. Pero tal es, en verdad, el estado de las cosas.

    Pues a partir de las criaturas adquirimos el concepto de ser, de substancia, de vida, desabidura, de limitacin y de exceso; y de esta suerte podemos llegar a formarnos elconcepto del ser perfecto sin limitacin alguna y con exceso sobre todas las dems cosas,que es precisamente el concepto de Dios. Por otra parte, el hombre siente el impulso deformar este concepto: pues tiende a inquirir acerca de la razn suficiente de todas las cosas,ya sea por la condicin curiosa de la mente humana, ya sea por las aspiraciones de lavoluntad, que no se da por contenta con los bienes que buenamente nos salen al paso, sinoque tiende incesantemente a otros menos accesibles; y adems el hombre posee los mediosque le son necesarios para dar satisfaccin a tales impulsos y a tal curiosidad. Estos mediosno son otra cosa que los hechos de la experiencia, as como los principios de raznsuficiente y de causalidad. Y estos principios, aplicados rectamente, nos llevan con la mayorfacilidad a formar en nosotros mismos el concepto de Dios y a comprobar la realidad delmismo.

    63.Escolio. No resulta ms difcil mostrar que Dios no se puede demostrar a priori ni aconcomitante. No se puede demostrar a priori, por que la demostracin a priori se basaen las causas o razones a priori de aquello que se trata de demostrar. Es asque Dios notiene causas ni razones de su existencia, luegono puede demostrarse a priori. Tampocoa concomitante, ya

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    que la demostracin a concomitante encuentra su fundamento en el hecho de que elantecedente se halla en conexin con el consecuente, debido a la dependencia que ambostienen de un tercero; al modo que la capacidad de llorar se deduce de la de rer, ya queambas cosas se hallan en conexin con un proceso discursivo. Es asque Dios no puededepender de nada, luegotampoco se puede demostrar a concomitante. (OM n.98).

    64. Objeciones. 1. Una de las leyes del silogismo es que la conclusin siga siempre laparte ms dbil; es asque en la argumentacin a posteriori las premisas tratan del sercontingente, causado y mudable, luego la conclusin no nos puede dar al ser necesario,incausado e inmutable.

    Distingo la mayor:la conclusin sigue siempre la parte ms dbil en cuanto a la cantidad y ala calidad de la proposicin, concedo;en cuanto a la nobleza de la entidad, subdistingo: sinoaparece la conexin entre la entidad inferior y la superior, concedo; pero si aparece laconexin de necesaria dependencia del inferior respecto del superior, niego y contradistingola menor: y enla menor es cuestin de los seres contingentes en cuanto que tienen conexinnecesaria de dependencia respecto del ser necesario e increado, concedo;en cuanto que nola tienen, niego.2. Para que a partir de unos seres contingentes podamos llegar a la conclusin del sernecesario, incausado e infinito, es preciso que medie alguna proporcin entre los primeros yel segundo; es as queno puede existir proporcin alguna entre lo finito y lo infinito, luegoapartir del ser contingente no podemos llegar a la conclusin del ser necesario.

    Distingo la mayor:debe mediar alguna proporcin de conexin, como es la que se da entre elefecto y su causa, concedo;alguna proporcin entitativa y de cierta semejanza, subdistingo:anloga y con una distancia infinita, concedo;unvoca y con una distancia finita de lo uno a lootro, niego y contradistingo la menor.

    La criatura puede decirse que tiene proporcin con Dios, si tal proporcin se entiende comorelacin de dependencia; si se entiende como relacin de semejanza, en tal caso la criaturatiene con el Creador una proporcin de semejanza anloga, no unvoca, y con una distanciainfinita, ya que Dios no es mayor que la criatura en una medida determinada, sino de modoincomparable e infinita.

    3. No es posible probar la existencia de Dios a partir de algo que no guarda con Dios unaconexin necesaria; es as que las criaturas no guardan con Dios una conexin necesaria,luegono es posible, a partir de las mismas, probar la existencia del ser necesario. La menores clara, ya que Dios puede existir sin las criaturas.

    Distingo la mayor:no es posible probarla a partir de algo que no guarde con Dios conexinalguna, ni absoluta ni hipottica, concedo; a partir de algo que no guarde con El conexinabsoluta, pero s hipottica, niego y contradistingo la menor.

    Aunque Dios no se halle ligado a las criaturas por ninguna conexin propiamente dicha dedependencia, sin embargo, las criaturas, en el supuesto de que existan, se hallan ennecesaria conexin con Dios, en el sentido de que no pueden concebirse en modo alguno sinEl. As pues, la existencia de las criaturas constituye un signo necesario de la existencia deDios.

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    4. Si queremos probar la existencia de Dios a partir de las criaturas, habremos de hacerlo apartir de ellas, o bien consideradas materialmente en cuanto seres, o bien consideradasformalmente en cuanto criaturas. Es as que no puede probarse de ninguna de las dosmaneras, luegono hay posibilidad de probar la existencia de Dios a partir de las criaturas. Lamenor:no puede probarse a partir de las criaturas en cuanto seres, ya que, en cuanto talesseres, no necesitan causa; ni tampoco en cuanto son criaturas, ya que las criaturas como

    tales, presuponen necesariamente el conocimiento de Dios como Creador.Concedo la mayor y niego la menor. En cuanto a la prueba de la menor. Hay que admitir quela existencia de Dios se prueba a partir de las criaturas en cuanto son seres contingentes yhechos, si bien es preciso negarque tal conocimiento suponga de antemano el conocimientode Dios. Las criaturas pueden conocerse como contingentes antes de que se conozca quetienen causa, y esto es cosa evidente; basta para ello tener conocimiento de que el ser de lascriaturas tiene principio y fin y sufren mutaciones. Pueden asimismo conocerse comohechas por alguien, antes de llegar al conocimiento de que ha sido Dios expresamentequien las ha hecho; tienen, efectivamente, causas prximas, y queda por probar an quetodas las causas prximas no bastan si falta el ser necesario y a se (por s mismo).

    5. Dios se encuentra de nuestro entendimiento a una distancia mayor de lo que dista de lossentidos un objeto espiritual. Es as que los sentidos no pueden aprehender (percibir) unobjeto espiritual, luegotampoco podr el entendimiento humano aprehender a Dios.

    Distingo la mayor: segn las propias entidades, concedo; segn la relacin o conexin,niego, concedo la menor y distingo el consecuente: si la distancia es mayor por lo que a lasentidades se refiere, niego; si lo es tambin por lo que se refiere a la relacin o conexin,concedo.

    La criatura racional puede en verdad aprehender o captar los primeros principios de la razny de ellos - en cuanto signos que son - elevarse hasta el conocimiento de Dios. (Ms en OMn.96).

    ARTICULO II

    LOS TEISTAS ANTIINTELECTUALES

    Tesis 4. Aunque los sentimientos y afectos contribuyen en gran manera a captar el vigor delos argumentos racionales demostrativos de la existencia de Dios, sin embargo la sola fuerzade los afectos y de la voluntad no es apropiada para la adquisicin de tal certeza y, por tanto,resulta falso el sistema que presenta esta va como la nica apropiada.

    65. Nexo. No pocos son los que se empean en no reconocerle al entendimiento humanocapacidad de llegar a demostrar la existencia de Dios; entonces, al no querer, por otra parte,dar por liquidada dicha existencia de Dios, han de recurrir, para admitirla, a ciertas vasirracionales, como son el afecto, los sentimientos y la opcin de la voluntad. A continuacinexpondremos tales sistemas y despus procederemos a demostrar la tesis que hemosdejado enunciada.

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    Sistemas antiintelectualsticos

    66. 1. Los PROTESTANTES. Lutero afirm que, por el pecado original nuestra naturalezahaba quedado herida de tal manera, que ya no poda colegir con certeza, mediante suspropias fuerzas, en relacin con los asuntos tocantes a la religin y a la moral. El nico modo-segn l - de llegar a algn conocimiento sobre tales temas, es la fe; pero no una fe

    intelectual, que se funda en el testimonio divino, sino la fe fiducial>, fundada en eltestimonio del espritu; testimonio que, en ltima instancia, viene a confundirse con lavoluntad firmsima y ciega de admitir la existencia de Dios y de aplicarse uno los mritos deCristo. Con los protestantes coincidieron, ms adelante, los jansenistas y, en nuestrostiempos, el telogo protestante CAR1,os BARTH, que es, adems, un existencialistacalvinista. Todos stos han sido refutados en la Crtica, pues all se hace ver cmo la mentehumana es capaz de captar las verdades transcendentales, precisamente en lascircunstancias en que vivimos despus del pecado original.

    67. 2. El CRITICISMO KANTIANO (1724-1804). Segn la doctrina de Kant, el entendimientoespeculativo no tiene capacidad de conocer con certeza la existencia de Dios; nuestrasfacultades cognoscitivas estn plagadas de formas a priori carentes de valor objetivo,excepto en el caso en que puedan ser aplicadas a algn objeto intuible a travs de lasensibilidad. Por tanto se legitiman como ciencias las matemticas y la fsica, las cuales, sinembargo, no tienen valor numrico sino fenomnico. Pero al enfrentarse con las ideas de larazn - que son la idea de Dios, la idea del alma y la idea del mundo - nos encontramos conque son todas ellas ideas a priori y, al no poder ser aplicadas a las cosas intuibles a travsde la sensacin, resultan ser ideas sin contenido, desprovistas de todo valor objetivo, no slonumrico, que es comn a cualquier conocimiento, sino incluso fenomnico.

    Ahora bien, la razn prctica puede llevarnos hasta la existencia de Dios. Pues nosotrostenemos la experiencia de un imperativo categrico, o lo que es lo mismo, de unaobligacin absoluta, por la cual nos vemos determinados a ejercitar la virtud y, en efecto, unaunin inseparable entre la virtud y la felicidad; pero esta unin no puede llevarse a cabomediante la virtud, ya que muchos que son virtuosos no son felices; ni tampoco mediante lafelicidad, puesto que - al contrario que antes - hay muchos felices que no son virtuosos.Luego debe ser posible mediante algn ser poderoso por encima de cualquier naturaleza, desuerte que pueda establecer la unin citada, y sumamente sabio, de manera que puedaapreciar los mritos de cada uno y recompensarlos con una felicidad correspondiente. Tal serno es otro ms que Dios.

    Sin embargo - siempre segn la doctrina de Kant - a Dios no lo admitimos en virtud de ningnnexo de carcter lgico, ni de ningn raciocinio, sino nicamente mediante la voluntad libre,de igual modo que aceptamos con entera libertad ejercitar el imperativo categrico. Ahorabien, para proceder con plena coherencia, a Dios no lo admitimos para tributarle el homenajede nuestra adoracin ni para prestarle el obsequio de nuestra obediencia - con cosas stasamorales e incluso inmorales - sino slo para que nos d alguna explicacin acerca de laconexin existente entre la virtud y la felicidad.

    68. Pero inmediatamente se echa de ver que Kant afirma en vano la incapacidad de la raznpara captar ningn nmero o realidad en s misma. Es igualmente falso el postulado de quelas ideas carecen de valor objetivo si no pueden aplicarse a algn objeto sensible, o el deque los primeros principios no son vlidos ms que en relacin con los objetos de la

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    experiencia. En efecto, el principio de causalidad permanece universalmente vlido, dondequiera que exista un ser contingente o incipiente. Se echa de ver asimismo la impiedad deKant que, por medio de la razn prctica, nos da a un Dios al que no debemos adorar niprestar el obsequio de nuestra obediencia, sino que viene a ser una especie de dios csmico,til a nuestra propia felicidad, pero nunca objeto de nuestro amor, etc.

    69. El SENTIMENTALISMO. La escuela escocesa de Toms Reid ( 1796) sostuvo que elentendimiento no es capaz de llegar, por la va de la demostracin, a las realidades delsentido comn, que son verdades comnmente aceptadas, sino debido a la intervencin deuna suerte de instinto ciego. Precisamente entre estas verdades se halla la existencia deDios. A ste le siguieron en Inglaterra OSWALD, DUGALD STEWARD (1828) yposteriormente HAMILTON (1856) y MANSEL ( 1871). En Francia profesaron la mismadoctrina JOUFFROY ( 1842), ROYER COLLARD (t 1845), V.COUSIN ( 1867) y MAZNEDE BIRAN (t 1824), quien, de ateo que era, se convirti en catlico ferviente.

    En Alemania JACOBI (1776-1828) afirma que las verdades del sentido comn slo puedencaptarse por un sentimiento de la razn, que puede percibir el nombre de fe y que es unapersuasin firmsima de la voluntad, no por el hecho de que veamos la realidad, sino porquecierto sentimiento intelectual nos impulsa a prestarle asentimiento. Le siguieronSCIILEIERMACHER ( 1834), RITSCHL ( 1889), el cual afirma que hemos de admitir a Diossimplemente para que podamos llevar una vida propia de seres humanos; R.OTTO ( 1937),quien sostiene que a Dios lo admitimos por la intervencin de sentimientos irracionales quese suscitan bajo aspectos y formas diversos, tales son: lo Luminoso, el Misterio Tremendo, loFascinante, lo Santo. As pues, excitados por tales sentimientos, admitimos a Dios comoAbsoluto y como Garanta y Salvaguardia de todo el orden moral. Sin embargo, para quetales sentimientos puedan darse, es necesaria una capacidad a priori que se llamaadivinacin, y que no todo el mundo tiene. As se expresa en su obra Das Heilige.

    70. El PRAGMATISMO. Es aquella doctrina que da como verdadero aquello que nos resultatil bajo cualquier aspecto: econmico, moral, vital, etc. Segn los pragmatistas, el Dios quehemos de admitir es distinto para cada uno, pues cada individuo se lo fabrica conforme a lamedida de sus propias utilidades: para unos ser el legislador y el que sancione la ley; paraotros ser slo una idea esttica; para otros ser el consolador, el propulsor de las accionespropias de la vida social, o el inspirador del genio potico y del entusiasmo interno, etc. Elprimero en elaborar esta teora fue ERNESTO NEVILLE, en Francia, y BALFOUR enInglaterra; pero donde principalmente floreci fue en EE.UU.: su fundador all fue CARLOSSANDERS, al que siguieron PIERCE, LEUBA ( 1946), y sobre todo WILLIAM JAMES (1910). Pero esta afirmacin o admisin de la deidad equivale a su propia negacin, como espatente.

    71. El MODERNISMO. Fue condenado en el ao 1907. Viene a ser un sistema religioso quese basa en los principios del agnosticismo, del inmanentismo vital y del evolucionismo.Conforme a los postulados del agnosticismo, no nos es posible conocer ninguna verdad realy objetiva, sino nicamente aquellas que han sido elaboradas por la mente. Segn elinmanentismovital, toda verdad es autctona, es decir, surge en el terreno de la propiaconciencia y del propio ego (yo) y no se distingue, por tanto, del ego. Una de dichasverdades autctonas es la existencia de Dios.

    Ahora bien, el modo cmo surge esta verdad es la necesidad de lo divino, que se deja sentir

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    en las aspiraciones a lo bello, al bien, a la superacin de uno mismo. Entonces entra enaccin la fe o sentimiento de lo divino que, de una forma bastante vaga, siente loIncognoscible. Tras esta sensacin tan vaga, interviene la razn, cuya funcin es tomar estaespecie de sensacin, que se halla vaca de lo divino, colmndola con aquello que es supropio objeto, y as viene a idear una persona que es Dios, o un Hombre-Cristo que es el Hijode Dios, o los sacramentos y dogmas, etc.

    Por el tercer principio, que es el del evolucionismo, toda la doctrina acerca de Dios y supersonalidad, de los dogmas, de la iglesia, de los sacramentos, etc., es menester que seamodificadas acomodndola a la diversidad de culturas, as como de medios sociales yculturales; as pues, todos los hombres tienen la misma religin, en cuanto ala realidadsubstancial, pero difieren en los modos concretos de interpretarla.

    Sin embargo, no hay que cohibir el llamado celo de las almas; todo lo contrario: hay quefomentarlo, ya que hay no pocas religiones en las cuales la referida interpretacin es indiciode una cultura nfima, y hemos de procurar que tales gentes o grupos humanos adquieranuna cultura ms elevada. Por consiguiente el Dios de los modernistas no es un Diosinmutable, ni es tampoco algo objetivo, sino que es simplemente el fruto de la cultura y delgrado de evolucin de cada pueblo 0 de cada individuo, por lo cual la verdad viene a ser laconformidad de una realidad con el grado de cultura y la evolucin de cada uno; es, en unpalabra, el relativismo absoluto.

    Los ms clebres entre los modernistas fueron: ALFREDO LOYSI. JORGE TYRRELL,RMULO MURRY. ANTONIO FOGAZZARO. ERNESTO BONAIUTI.

    72. BERGSON. Bergson sostiene que el entendimiento no es capaz de verdad alguna, yaque la funcin del entendimiento es dirigir la accin, no conocer la verdad. La verdad seconoce gracias a una facultad de orden superior que se llama intuicin supraintelectual.Mediante esta facultad conocemos que todo es puro movimiento sin ningn mvil. Estemovimiento es precisamente el impulso vital, el lan vital. Por su parte, Dios no es sino ellan vital, ms condensado, por decirlo as, que el ordinario; en otras palabras: consiste en elmovimiento pursimo y es como la fuente de la cual brota todo el movimiento, procediendo deella todas las cosas, al igual que de nosotros proceden los actos libres, es decir medianteuna evolucin. Tal es el concepto que debemos tener de Dios conforme al sistema ontolgicobergsoniano.

    Pero, cmo puede llegar a constarnos la realidad de este Dios, o lo que es lo mismo, larealidad de este lan vitalms condensado? Por dos caminos: el primero es el de la intuicinnatural, pero este camino es tan slo el de unos pocos: los msticos; los dems no suelenllegar a experimentar tal contacto con la divinidad. Para ellos hay entonces un camino msexpedito, que es el testimonio de los msticos. En efecto, los msticos son hombres buenos yveraces, que afirman haber tenido contacto con Dios. Luego hay que creerles, y as llegamosa conocer, con gran probabilidad, que Dios existe.

    Crtica del sistema bergsoniano. Son falsos los postulados de que el entendimiento no escapaz de la verdad objetiva; de que el ser en cuanto ser consiste en puro movimiento sinnada que se mueva; de que Dios es del mismo orden que el mundo, pero ms condensado;de que los hombres podemos tener intuicin natural de Dios y, por ltimo, de que eltestimonio de unos pocos - los msticos - constituye argumento de suficiente peso para que

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    los dems admitan a Dios, o que basta una mera probabilidad - fundada en el testimonio delos ltimos para que admitamos, sin ms, nada menos que a Dios.

    73. EL METODO DE LA INMANENCIA DE M. BLONDEL. El mtodo de la inmanenciaes unmtodo para llevar a los hombres a la persuasin acerca de la verdad de la religin y de larealidad de Dios, por el hecho de que ambas cosas son sumamente convenientes con las

    necesidades del ser racional y con sus aspiraciones a lo infinito, al bien, a lo bello, etc. Estemtodo postula que el hombre no puede acoger verdad alguna - sobre todo de las realidadestranscendentes - que no venga reclamada por alguna exigencia o necesidad, por algunaespecie de hambre o propensin interna. Cualquier cosa que nos pretenda imponer desdefuera la razn mediante su proceso dialctico, pero sin que responda a las necesidades oaspiraciones apuntadas, una de dos: o no es verdadero, o no se podr persuadir de ello a losdems de manera legtima.

    Todo este planteamiento difiere, con mucho, de la doctrina de la inmanencia vitalpropia delmodernismo, en cuanto que la doctrina de la inmanencia afirma que toda verdad esautctona, es decir, no es algo diverso del sujeto que lo concibe y experimenta. Mientras queel mtodo de la inmanencia supone que puede darse la verdad ontolgica. si bien a ella noexiste otro acceso ms que el de las necesidades, exigencias y aspiraciones que se sientena travs de la experiencia.

    74. As pues, la doctrina de M. Blondel puede reducirse a tres puntos capitales. El primeroesuna gran desconfianza con respecto a la razn y las vas intelectuales, lo cual raya con elnominalismo. El segundoes que la accin es por, s misma vlida para alcanzar la existenciade Dios y la verdad de toda religin cristiana. Por accin hay que entender toda nuestra vidaconsciente, la cual siempre, permanece insaciada y siempre arde en deseos de algo mayor.Si, pues, desea siempre algo ms que lo que es finito, esto es seal de que desea, y aunalcanza, lo que es infinito; por tanto, lo infinito existe. El tercer puntoes que la accin, por, ssola, no basta para adquirir la certeza sobre la existencia de Dios. Para ello se requiere laopcino volicin absoluta de admitir la realidad de Dios, as como todas las obligaciones queimplica tal conviccin. Pero, a su vez, esta opcinno, puede tomarla ms que aquel que havivido con abnegacin y mortificacin, y con algn pasado de prctica de la religin. Conanterioridad a la toma de esta opcin la razn no tiene capacidad para abrigar certezaalguna, incluso de orden matemtico, ya que le falta la raz y el fundamento de toda verdad,que es Dios.

    75. Crtica del sistema blondeliano. En primer lugarhay que rechazar esa desconfianza de larazn, as como el nominalismo de que brota tal desconfianza. En segundo lugar, es falso elque nosotros alcancemos lo infinito en cada una de nuestras acciones pues, por ms que seenardezca nuestro deseo, ello no significa que deseemos lo infinito, sino que el objeto denuestra voluntad es el bien como tal y, consiguientemente, la voluntad no puede descansaren ningn bien particular de modo definitivo, sino que permanece en tensin hacia objetossiempre distintos, aunque finitos. En tercer lugar es falso tambin que la voluntad puedecomunicar certeza de cosa alguna; las disposiciones morales son enormemente tiles paraapartar los obstculos que se oponen a la comprehensin de unas razones, pero lo quenunca pueden lograr es que prestemos nuestro asentimiento con firmeza si no existe ningunarazn objetiva. Por ltimo, donde ms se pone de manifiesto la desconfianza blondeliana dela razn es en la afirmacin de que no puede darse una verdadera certeza ni siquiera en elplano de las matemticas, con anterioridad a haber admitido la existencia de Dios mediante

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    la intervencin de la voluntad.

    Sin embargo en sus ltimas obras, que llevan el ttulo de La philosophie el lesprit chrtien(Pars, 1944), se expresa de una forma muy diferente, hallndose ya bastante prximo a larecta filosofa escolstica, por lo cual Po XII lo alab en una carta que le envi con fecha 2de diciembre de 1944. Puede verse el texto de esta carta en RevPortFi 1 (1945) 2304.

    76. El EXISTENCIALISMO. El existencialismo es una especie de nominalismo y deantiintelectualismo juntamente. La parte negativa del mismo consiste en su agnosticismo:sostiene que los conceptos universales carecen de valor objetivo, incluso quoad id quodconcipitur (en cuanto a la entidad concebida, v. Teora del Conocimiento), de lo cual sededucen, con plena legitimidad, dos conclusiones. La primera es que las esenciasinmutables, tradicionalmente admitidas, a las que corresponden dichos conceptosuniversales, son pura ficcin, y otro tanto cabe afirmar de las propiedades derivadas de talesesencias. La segundaconclusin, derivada en realidad de la primera, es que por la va delraciocinio no puede conocerse nada que halle al margen de la experiencia, toda vez que elraciocinio consta de juicios universales y stos, a su vez, se componen de conceptosuniversales que, segn el anterior postulado, carecen de valor objetivo quoad, id quodconcipitur.

    La parte positiva del existencialismo reside en el fin que se propone y en los mediosutilizados para ello. El finde la investigacin filosfica es reflexionar acerca de la verdaderanaturaleza del ser en cuanto ser (quaterus ens est), puesto que hasta el presente, dicenellos, no se ha reflexionado con suficiente determinacin y rectitud. El medioque emplean esel examen fenomenolgico de aquel ser que ms espontneamente sale al paso de nuestraobservacin: el hombre. Fruto de este examen fenomenolgico es llegar a ver - tras uninmenso esfuerzo - que el hombre es un ser contingente, y llegar a experimentar de formavivencial la propia contingencia. Esto puede lograrse, bien a partir del origen del hombre, queprocede ex nihilo (de la nada); bien a partir del final de la vida, que es la muerte; bien, porltimo, por razn del mismo intervalo que media entre el nacimiento y la muerte, en el cualprecisamente el hombre debe determinar y definir, con la mayor exactitud, el sentido y lasuerte de toda su vida, por medio de sus propios actos libres. Todo lo cual origina unainmensa angustia - la angustia existencial y el sentimiento trgico de la vida.

    77. La solucin de semejante tragediahay que lograrla por todos los medios. Dos vas desolucin se nos ofrecen, por el momento. Unos - mal vamos a ver que por este camino sellegue a una solucin: el camino que no conduce a ninguna parte - desesperan, en realidad,de encontrar solucin alguna, y la solucin prctica que sale al paso es entregarse almaterialismo o a un epicuresmo de nueva cuna. Esta es la postura de J. P. SARTRE, enFrancia. Otros, por el contrario, afirman que tales sentimientos de angustia despiertan laesperanza y el amor, o el afn y la inclinacin hacia alguien que se ofrezca como remedio atal angustia, y como aplicacin de la totalidad de la humana contingencia. Y afirman que estaesperanza y este amor, o este afn y esta inclinacin ya suponen un contacto con elTranscendente. Este Transcendente, segn los existencialistas catlicos, es el Dios de loscristianos; y segn KARL JASPERS, es el Incgnito e incognoscible, acerca del cual nadasabemos sino que es transcendente. Los principales existenci alistas entre los catlicos sonGABRIEL MARCEL, LAVELLE, LE SENNE, PETERS WUST; entre los materialistas tenemosa SARTRE, cuyas obras se hallan todas contenidas en el Indice de libros prohibidos; entrelos transcendentalistas est JASPERS. En cuanto a HEIDEGGER ni niega a Dios ni lo

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    admite, simplemente lo apartade su filosofa.

    2. Refutacin de estos sistemas

    78. I Parte. LOS AFECTOS Y LOS SENTIMIENTOS CONTRIBUYEN EN GRAN MANERA ALA COMPREHENSION DE LOS ARGUMENTOS EN FAVOR DE LA EXISTENCIA DE DIOS.

    Entre los afectos honestos y buenos podemos enumerar los siguientes: a) por parte delentendimiento, la ausencia de un espritu positivista y exclusivamente matemtico, que entodos los sectores quiere proceder a base de identidades matemticas y, por otra parte, unacierta aptitud capaz de juzgar que existe un mtodo cientfico de investigar, consistente en lainvestigacin de las ltimas, causas y razones del ser, tales como la suprema causaeficiente, final y ejemplar. b) Por parte de la voluntad, un amor autntico de la verdad y lasuficiente humildad para que, en el caso de que llegue a resplandecer la verdad que ha sidobuscada con toda sinceridad, el sujeto la acepte con todas sus consecuencias. c) Por partede los afectosy de los sentimientos, la inmunidad de su excesiva sensualidad, de la avariciay de las preocupaciones puramente intramundanas.

    Es evidente que, mediante todo esto, mucho puede verse ayudada la comprehensin de losargumentos en favor de la existencia de Dios. Efectivamente, estos afectos nos inclinan aprestar atencin a los argumentos de ndole racional, y apartar los impedimentos que seoponen a que sea captada la fuerza de aqullos. Pero los mayores impedimentos provienen

    justamente de las pasiones,: de las excesivas preocupaciones y de los prejuicios acerca delmtodo positivstico o matemtico. As como los afectos contrarios a los expuestos siembran,sin duda, de obscuridad los argumentos en favor de la existencia de Dios.

    79. Parte II. PERO NICAMENTE LA VA DE LOS AFECTOS Y DE LA VOLUNTAD NO ESCAPAZ DE ADQUIRIR CERTEZA ACERCA DE LA EXISTENCIA DE DIOS (por mltiplesincoherencias).

    Pues, una de dos: o los antiintelectualistas pretenden que los sentimientos y las emocionesson la forma de percibir o afirmar la existencia de Dios, o pretenden slo que, con ocasin ymediante el estmulo de tales experiencias, el entendimiento afirmara la existencia de Dios.

    Si afirman que estos sentimientos son verdadera aprehensin o percepcin de Dios, hacenuna afirmacin absurda por completo, pues tales sentimientos poseen una entidadmeramente subjetiva y no expresan otra cosa ms que el modo segn el cual se ve afectadoel sujeto consciente en el momento correspondiente.

    Pero si afirman que el entendimiento aprehende o percibe la existencia de Dios, entoncespodemos argumentar: o el entendimiento afirma la existencia de Dios, viendo al mismo Dioscon visin intuitiva o no vindolo con tal visin intuitiva; si lo vecon esta visin intuitiva, seviene a caer en la doctrina de los ontologistas, y vale la refutacin que en su lugar se hizo. Sino lo vede esa manera y sin embargo afirma su existencia, se plantea otra disyuntiva: o elentendimiento percibe la conexin de tales experiencias con la existencia de Dios, y de formaslida y firmemente fundada, o el entendimiento no percibe dicha conexin. Si no percibe laconexin, en tal caso el afirmar la existencia de Dios es algo ambiguo o irracional, parecido ala afirmacin del nmero par de las estrellas. Pero si percibela conexin, entonces ya no sedara una afirmacin inmediata de la existencia de Dios, sino que estaramos ante un

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    silogismo que tendra la forma siguiente: tengo tales experiencias, sentimientos, instinto; esasque todo ello es imposible sin un Dios real y ontolgico, luegoexiste Dios en el plano realy ontolgico. Ahora bien, este silogismo carecera por completo de consistencia porque, envirtud de qu se da por probado que las dichas experiencias, sentimientos e instinto nopueden deberse a la propia complexin o temperamento, a la educacin, incluso a losprejuicios, etc., sino que necesariamente tienen que provenir del Dios nico y verdadero?.

    80.Parte III. POR TANTO, EL SISTEMA QUE AFIRMA LA SUFICIENCIA DE ESTE NICOCAMINO, ES FALSO.

    En efecto, toda esta clase de vas o caminos sostienen que el entendimiento es incapaz depercibir la verdad objetiva y real, y por ello acuden a esta nica va que queda. Pero talafirmacin o serie de afirmaciones, se supone refutada, con la debida amplitud, en la Crticao Teora del conocimiento, y a esta ciencia nos remitimos, para no repetir.

    CAPITULO III

    Demostracin vlida de la existencia de Dios

    81. En el presente captulo pasamos ya a demostrar de facto (de hecho) la existencia deDios, en torno a la cual se nos plantean cinco puntos: 1. Las cinco vas de Santo Toms. 2.Posibilidad de demostrar eficazmente la existencia de Dios a partir de los efectosintramundanos: Dios sera entonces la causa primera y el ser a se (por s mismo). 3. Id. Apartir de la contingencia de las cosas: Dios sera el ser absolutamente necesario. 4. Id. Apartir del orden intramundano: Dios sera la inteligencia suprema. 5. Conclusin segn la cualesta causa primera, este ser a se y ser necesario sera el verdadero Dios, es decir, un serdistinto del mundo, ente supremo verdadero y gobernador del mismo, personal y objeto deadoracin propiamente dicha.

    ARTICULO I

    LAS CINCO VAS DE SANTO TOMAS

    82. Las cinco vas son otros tantos argumentos mediante los cuales S. Toms, en laSumma Theologica (1 q.2 a.3), prueba la existencia de Dios. El principio en que dichosargumentos se fundan es el principio de causalidad, o ciertas consecuencias que algunospretenden deducir inmediatamente del principio de causalidad. Pero los predicados a partirde los cuales se organizan los argumentos son diversos, a saber:

    La primera va, a partir del movimiento, concluye afirmando la existencia de un Motor Inmvil.La segunda va, partiendo de las causas, ordenadas per se (por su misma naturaleza), enla dependencia que unas tienen de otras, concluye afirmando la existencia de una causa queno est subordinada en su obrar a ninguna otra: la causa primera, el ser a se. La tercera, apartir de los seres que se muestran corruptibles, deduce la existencia de un ser nocorruptible, que ha de,, ser incorruptible per se o a se (por su propia naturaleza o por simismo). Lar cuartaprocede tomando en consideracin los diversos grados que existen de,perfeccin, para deducir de ellos la perfeccin mxima, causa, a su vez, de todas! lasperfecciones que se encuentran fuera de Dios. La quinta, partiendo del orden intramundano,se eleva a considerar la inteligencia suprema u ordenadora de la cual dicho orden procede(cf. n.120).

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    83. En torno a estas cinco vas se plantean no pocas cuestiones.La primera es si dichas cinco vas son verdaderamente slidas por lo que se refiere a lamateria misma de la cual se toman. La respuesta es afirmativa. Lo que se prueba, ante todo,por las recomendaciones de los Romanos Pontfices y de la Santa Sede. Se prueba,

    adems, por la autoridad de tantos autores escolsticos, que se sirven de semejantesargumentos. Por ltimo tenemos una prueba, en el hecho mismo - como se mostrar msadelante - de que los argumentos que vamos a establecer a partir de tales predicados sonplenamente slidos.

    La segunda cuestin es acerca de la solidez que ofrece la misma configuracin dialctica deestas cinco vas. Es bastante comn la respuesta de que en dichas vas de S.Toms seincluyen algunos fundamentos y principios no poco dudosos y controvertidos, que esconveniente suprimir con el fin de que los argumentos aparezcan ms fuertes y consistentes.Esto se comprueba por el hecho de que todos aquellos que utilizan estas vas como pruebasde la existencia de Dios, las exponen siempre pasando por alto dichos principioscontrovertidos y configurndolos de otra manera. Los que se contentan con comentarlasreconocen con ingenuidad que existen algunos puntos que obscurecen o debilitan elargumento en cuestin.

    84. La tercera cuestin que se plantea es si cada uno de los argumentos llega a demostrar,por separado, algn predicado propio y caracterstico de Dios, como la aseidad o laindependencia absoluta en el ser y en el obrar. A lo que se debe responder introduciendouna distincin: las cuatro vas primeras, que son verdaderamente metafsicas, demuestran enefecto tal predicado. Por lo que hace a la ltima va, que es fsica, demuestra de formainmediata solamente una- inteligencia excelentsima, si bien de forma mediata y recurriendoa las dems vas, se llega a concluir que esta inteligencia es precisamente la inteligenciaincreada.

    La cuarta cuestin se pregunta por la posibilidad de que todos estos argumentos se reduzcana uno solo, o si son tan diversos entre s que no pueden reducirse a uno solo. La duda nosurge acerca del principio en que se apoyan todos los argumentos que, o bien es el mismoprincipio de causalidad, o bien algn otro que se deduce de l inmediata y evidentemente;sino acerca del predicado del cual se toma y se organiza el argumento.

    La respuesta es doble. La primerasostiene que todos los argumentos se reducen a tino solo,puesto que se toman de unos hechos que incluyen contingencia y dependencia causal; ahorabien, lo que es contingente y causalmente dependiente est reclamando un ser necesario, ase y causa primera, de suerte que, si tal reduccin no se hace, los argumentos quedan sinvalor. La segundarespuesta insiste en afirmar que estos argumentos son tan diversos entres que uno no puede reducirse a otro, y no se admite que todos ellos estn tomados de lacontingencia o de la dependencia causal: y as la primera va procede a partir del movimientoen cuanto que es una afeccin de aquello que se mueve; la segunda, a partir de ladependencia de las causas en su obrar; la tercera, a partir de lo que es corruptible; la cuarta,a partir de la diversidad que se advierte en los grados de perfeccin; y la quinta, a partir delorden.

    Nosotros, sin embargo, vamos a reducir todos los argumentos a uno: efectivamente, estos

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    predicados o hechos, con toda su diversidad, en tanto sirven para probar la existencia deDios en cuanto que incluyen los elementos de la contingencia y de la dependencia causal (cf.n.120).

    85. La quinta cuestin es si tanto el nmero como el orden en que aparecen las cinco vasresponden, en la mente de S.Toms, a algn principio de diversificacin o de orden, o

    simplemente, de forma casi emprica, han sido tomados de autores antiguos, conindependencia de cualquier principio de multiplicacin o de orden. La respuesta mscorriente es que dichos argumentos, en la mente de S.Toms, no sufren multiplicacin nireciben ningn orden de algn principio sistemtico o a priori, sino que han sido tomados,de manera casi emprica, de autores ms antiguos.

    La sexta cuestin es si las vas para probar la existencia de Dios son precisamente cinco yizada ms, o bien pueden multiplicarse. La respuesta es que, en realidad, puedenmultiplicarse con tal que se reduzcan a cierta unidad. Pues puede argumentarse a partir delos efectos en cuanto tales argumento que ya no est en las cinco vas -; de las necesidadesdel hombre, las cuales muestran nuestra indigencia y dependencia; del origen de losorganismos, del origen del alma humana, de la multitud y composicin de las cosas, de lafinitud de las mismas, etc.

    86. La sptima cuestin es acerca de si los argumentos para probar la existencia de Diospueden organizarse de otra manera que no sea la de las cinco vas. La respuesta esafirmativa. Pues los argumentos para probar la existencia de Dios pueden ser metafsicos,fsicos y morales.Los metafsicosson los que se toman de un principio metafsico y de algn predicado que escomn a los seres corpreos y a los incorpreos, como son la contingencia y la dependenciacausal.

    Los argumentos fsicosson los que se toman de algn hecho fsico, como el orden csmico,y de un principio fsico, por ejemplo, que la inteligencia es el principio del orden.

    Los argumentos morales se toman de algn hecho moral, como son el consentimiento, laobligacin, el deseo de felicidad.

    Sin embargo, el valor de estos argumentos no es el mismo; pues los argumentos metafsicosson apodcticos, mientras que los fsicos no comunican una certeza tan inviolable; en cuantoa los morales, mucho se discute acerca de ellos, como veremos a su tiempo y en su lugar.

    Vamos, pues, a defender las cinco vas por el siguiente orden: primero demostraremos laexistencia de Dios a partir de los efectos intramundanos;luego, a partir de la contingencia delas cosas;despus, a partir del orden intramundano;por ltimo, siguiendo las cinco vas deS.Toms. Una vez expuestos estos argumentos plenamente ciertos y firmes, pasaremos aexponer otros argumentos controvertidos que se refieren ya sea al orden metafsico, ya alfsico, ya al moral.

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    ARTICULO II

    POSIBILIDAD DE DEMOSTRAR CON EFICACIA LA EXISTENCIA DE DIOS

    A PARTIR DE LOS EFECTOS INTRAMUNDANOS

    Tesis 5. A partir de los efectos intramundanos se demuestra eficazmente la existenciade Dios en cuanto que es causa primera y ser a se.

    88.Nociones. Ya anteriormente se ha hecho una amplia exposicin acerca de la naturalezade Dios, describindola de tres maneras (n.27). Ahora, con el nombre de Dios entendemos lacausa primera, el ser a se, el ser necesario. Pues, aunque esta descripcin no contengaformalmente los atributos que son caractersticos de Dios: ser distinto del mundo, autorsupremo y verdadero gobernador del mismo, personal y objeto de adoracin propiamentedicha, los contiene, sin embargo, virtualmente, puesto que de los predicados ser a se,causa primera y ser necesario, se deducen con facilidad todas las dems cosas que sonpropias de Dios.

    Explicacin de estos predicados fundamentales de Dios. CAUSA PRIMERA es,, la que escausa eficiente de todas las cosas fuera de ella misma, mientras que ella no es causada porninguna otra causa. De aqu se desprende que la causa primera ha de ser tambin ser ase (por s mismo), y no ab alio (por otro), pues es un ser que no depende de ningn otro;igualmente ha de ser ser necesario o existente en virtud de su misma esencia; s, pues,existe, y no existe por otro, existe en virtud de su propia esencia.

    SER A SE, es aquel ser que no ha sido hecho por ningn otro. Sin embargo, no hay queentender el a se en forma positiva, como si se hubiese hecho a s mismo - as lo entendiDescartes -, lo cual es absurdo por completo, sino en forma negativa, en cuanto que no hasido hecho por ningn otro. De aqu se sigue que el ser a se ha de ser tambin el sernecesario; puesto que, si existe sin haber sido hecho por otro, es porque existe en virtud desu propia esencia.

    SER ABSOLUTAMENTE NECESARIO, en la razn misma del ser, es aquel cuya noexistencia implica una contradiccin interna con su propia esencia absoluta, puesto queexiste en virtud de la sola esencia. Es evidente que el ser absolutamente necesario ha de serel ser a se, ya que no existe por ningn otro. En efecto, si existiera ab alio (por otro),aunque este otro obrase por necesidad, diramos que era necesario nicamente abextrinseco (extrnsecamente, en cuanto que el otro no poda dejar de obrar o prescindir dela accin, pero de ninguna manera ab intrnseco (intrnsecamente), toda vez que, al noexistir en virtud de su esencia, esa no existencia no implicara contradiccin alguna con suesencia.

    89. DEMOSTRACIN es la argumentacin con la cual, de unas premisas ciertas y evidentes,se deduce una conclusin igualmente cierta y evidente, debido a la conexin absolutamentenecesaria que existe entre la conclusin y las premisas. La nica forma de demostracin quehace ahora a nuestro caso es la demostracin a posteriori, que es aquella en la cual unade las premisas afirma un hecho, p. e