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SUGERENCIAS A LOS CRIADORES DE CANARIOS “TIMBRADO ESPAÑOL” Por José – Salvador Rico Núñez Invitado a colaborar en la revista, precisamente en la sección de “Timbrado, en la actualidad carente de colaboración adecuada, lo hago con mucho gusto, aunque creo existen multitud de aficionados más capacitados que yo y, por lo tanto, más idóneos para hacerlo. Y lo hago con gran interés, pensando en esa legión de aficionados que dispersos por toda la geografía patria, se encuentran desamparados de consejos y aliento para perseverar en la lucha diaria, que supone el conseguir el “buen canario timbrado”. Estoy seguro que ellos agradecerán cualquier sugerencia o una palabra de ánimo que les estimule a la perseverancia. Me deben perdonar si alguna vez en mis artículos hago alusión a otros artículos publicados por mí, con anterioridad en otras revistas de Canaricultura; esto ha de ser así, porque la actual revista PAJAROS cubre un sector de afición de hecho distinto al que cubrían en su día las citadas revistas. En canaricultura nunca se consigue nada, si no se lucha con tesón y ánimo. Cayendo y volviendo a levantarse de nuevo. Aceptando los fracasos (cuando… fracasos. Volver a empezar corrigiendo los errores, seleccionando de nuevo; aparean do correctamente, desechando los productos obtenidos carentes de calidad, etc… etc. Para lograr esto hay que dejar a un lado el “amor propio” capacitarse, pero sobre todo, PERSEVERAR. Ya en 1961 publiqué un artículo en el número 16 de la revista Pajaros, que titulaba “Impresiones sobre el actual canario de canto Español o del país”, al cual me tengo que referir a continuación: Creo que todo cuanto os puede decir en este modesto trabajo; a unos les “sonará” a cosa antigua o vieja, cosa “archisabida” pero como

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Page 1: Sugerencias a los criadores de

SUGERENCIAS A LOS CRIADORES DE

CANARIOS “TIMBRADO ESPAÑOL”

Por José – Salvador Rico Núñez

Invitado a colaborar en la revista, precisamente en la sección de

“Timbrado, en la actualidad carente de colaboración adecuada, lo hago

con mucho gusto, aunque creo existen multitud de aficionados más

capacitados que yo y, por lo tanto, más idóneos para hacerlo.

Y lo hago con gran interés, pensando en esa legión de aficionados

que dispersos por toda la geografía patria, se encuentran desamparados

de consejos y aliento para perseverar en la lucha diaria, que supone el

conseguir el “buen canario timbrado”. Estoy seguro que ellos agradecerán

cualquier sugerencia o una palabra de ánimo que les estimule a la

perseverancia.

Me deben perdonar si alguna vez en mis artículos hago alusión a

otros artículos publicados por mí, con anterioridad en otras revistas de

Canaricultura; esto ha de ser así, porque la actual revista PAJAROS cubre

un sector de afición de hecho distinto al que cubrían en su día las citadas

revistas.

En canaricultura nunca se consigue nada, si no se lucha con tesón y

ánimo. Cayendo y volviendo a levantarse de nuevo. Aceptando los

fracasos (cuando… fracasos. Volver a empezar corrigiendo los errores,

seleccionando de nuevo; aparean do correctamente, desechando los

productos obtenidos carentes de calidad, etc… etc. Para lograr esto hay

que dejar a un lado el “amor propio” capacitarse, pero sobre todo,

PERSEVERAR.

Ya en 1961 publiqué un artículo en el número 16 de la revista

Pajaros, que titulaba “Impresiones sobre el actual canario de canto

Español o del país”, al cual me tengo que referir a continuación:

Creo que todo cuanto os puede decir en este modesto trabajo; a

unos les “sonará” a cosa antigua o vieja, cosa “archisabida” pero como

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creo que a otros aficionados (con menos años de afición), con menos

facilidades para haberlo leído en su día, ha de sonarles a “cosa” nueva y,

por lo tanto, útil; vuelvo a tratar el tema.

En el referido artículo hacia una revisión de las causas que influían

entonces en el poco avance que se observases en él la obtención de

ejemplares puros de esta raza. Las causas eran las siguientes:

1º Pocos ejemplares puros para la cria y los concursos.

2º Brillante auge alcanzado por “aquel entonces” por otra raza.

3º Dificultad que encierra de por sí la cría y selección de una raza

de canto.

4º falta de tesón y paciencia por parte nuestra (criadores noveles

por entonces).

5º Furor que hacía por entonces el pájaro de color, con sus

primeros teñidos por “Necareko”, carotenos, etc.

6º Precio de los piensos.

7º Aceptación por los criadores de “timbrado Español” de jueces

no idóneos en los concursos de nuestra raza. Causa ésta la más

importante en impedir el avance de nuestro canario; como más tarde

demostraré.

Estas causas las razonaba, poco más o menos, así.

1º Por diferentes causas que ya analicé en su días, eran muy pocos

los ejemplares puros que entonces poseíamos y una éstos, unos

estuvieron en buenas manos (criadores expertos), pero otros, no Cruzados

con holandeses, color, etc...etc.

2º Por aquel entrences imperaban en España tres variedades de

canarios. Roller, Color y “tipo español”, este último sólo en Barcelona.

El Roller, con todo derecho, era el verdadero señor de la

Canaricultura, en manos expertísimas; de muy buenos aficionados son

muchos años de experiencia y capacitación.

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El Color. Esta variedad imperaba en toda la región levantina con

muchos núcleos aislados en otras regiones. Estoy aludiendo al buen

“canario de color”, sin tintes, sin pigmentaciones artificiales; que hizo

verdadero furor en todos los concursos.

El canario de “tipo Español”, sobre todo cultivado en Cataluña;

sacrificó su canto (era el verdadero y genuino “timbrado Español”) en aras

del formato o amplitud tipo, en una medidas sanidad y una gama de

colores también preestablecida.

3º Nadie puede discutirme la dificultad que entraña el cultivo de

una rama de canto (Roller o Timbrado), sóbrela facilidad de buenos

ejemplares; sobre las otras modalidades de color y postura. Sobre las

dificultades inherentes a la cria genérica del canario, se suman aquí las

genética: Tonalidades de voz, limpieza de dicción, enseñanza del

repertorio de canto, etc., etc. En mi modesta opinión, lo difícil en

canaricultura es criar canarios de canto. De éstos, más difícil el Roller y

luego el Timbrado. Las demás variedades, a poco que uno se lo proponga,

se llega a la meta en algunas temporadas; y más fácil aún si la Química nos

ayuda.

4º Falta de tensión o constancia. Por todas las causas citadas

anteriormente, muchos criadores de Timbrado “claudicaron” y, por lo

tanto, desistieron del cultivo de esta raza. Otros, no. Quedaron un grupo

de animosos, que nunca dieron pruebas de doblegarse ante la moda ni

ante la moda ni ante la adversidad. Entre estos animosos, enamorados de

nuestro timbrado o canario del país, se encontraban los asturianos,

madrileños y extremeños, Así, por este orden.

Ya entonces empezaba a existir un cierto interés por nuestro

pájaro, en Andalucía y la Mancha. En la actualidad tengo la satisfacción de

comprobar que ese interés se ha hecho realidad y que Puerto llano y Jerez

de la Frontera se han convertido en potencia canaricultura de Timbrado.

Conservo cartas de aficionados de ambas localidades, de los años

1953 al 60 donde angustiados me pedían consejos, ejemplares puros para

la cria, métodos de cria, enseñanza del canto, selección para los

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concursos, etc., etcétera. Sobre todo insistían en la adquisición de

“colleras” (así denominan a las parejas) de “pura sangre” de Timbrado.

Entonces (como ya he dicho varias veces) eran muy contados los

ejemplares puros. Yo les aconsejaba que cruzaran los mejores pájaros que

entonces tenían y mucho tesón, pues desechando lo defectuoso que

lograran en sus camadas y volviendo a cruzar y recruzar lo mejor, al cabo

de los años el éxito llegaría.

Así ha sido. Ya han llegado, He tenido ocasión de escuchar

timbrados de ambas localidades y he comprobado con íntima alegría, que

mi vaticinio se ha hecho realidad. Actualmente disponen de muchos

ejemplares de timbrado de muy buena calidad, que llegarán a ser

perfectos, simplemente con el solo hecho que se lo propongan. Deben

llegar al convencimiento de que trabajan con un pájaro muy vigoroso, que

se reproduce muy bien, que resiste mejor que ninguno las enfermedades

y, sobre todo, que se adapta fácilmente a los climas más duros (cálidos o

fríos). He visto voladoras al aire libre en Asturias, con nieve y a

temperaturas de bajo cero, así como otras en Andalucía bajo un sol

abrasador.

Tampoco debemos olvidar que los criadores que entonces éramos novele,

ahora ya somos maduros. Tenemos sedimentación en nuestra experiencia

y estamos más preparados ante las dificultades y la adversidad.

6º El precio de los piensos. Viene a estar igualado ahora como

entonces. Tuvimos una etapa sindical (Dios quiera vuelva de nuevo) en la

que el alpiste en el mercado se vendía a 28 pesetas kilogramo; entonces y

gracias a los desvelos del Grupo Nacional de Pájaros, que logró unas

importaciones de Argentina, Pakistán y la india, pasamos a compraría a 7

pesetas kilogramo. Estableciéndolo en el mercado, a su vez, 9 pesetas

kilogramo. El alpiste y su elevado precio ha hacho desaparecer más

criaderos que cualquier epizootia.

7º Llegamos al punto clave de nuestro mal. El concurso y su forma de

desarrollarse. El cómo, por qué y por quién han sido juzgados nuestros

pájaros.

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Entre las causas que frenaron el progreso de nuestro canario, destaca

de manera importante la modalidad de la “puesta ce rasca”, implantada

hace años de una manera antirreglamentaria por una de las más

importantes sociedades canaricultorés y digo antirreglamentariamente

porque en junta general fue desestimada la propuesta del Presidente de la

Escuela de Jueces; pero a pesar de ello se llevó a efecto, aunque

afortunadamente durante poco tiempo.

Una vez subsanada esta medida retrógrada, que no permitía al

verdadero aficionada contrastar (en su medida) a los pájaros

concursantes; padecimos otra “epidemia”, de la cual aún nos

encontramos convalecientes. Me refiero al juez único a puerta abierta. Al

referirme al juez único, no lo hago pretendiendo que el timbrado lo

juzguen tres jueces, como sería lo ideal. Es comprensible que esto es

pretender una quimera, pues salvo en competiciones muy importantes

(concursos nacionales, ibéricos), en el resto de los certámenes ni el

peculio de la entidad ni las fechas libres de los jueces lo permiten.

Me refería al juez único para todo el certamen y en todas sus

modalidades. Siempre os esquiarán razones para justificar esta medida.

Unas veces será la dificultad de fechas de los jueces y será la dificultad

económica de los grupos o sociedades. Bueno, pues sois vosotros, los

criadores de timbrado los que debéis superar todas las dificultades.

Conozco grupos sindicales y sociedades de Canaricultura que sufragan

entre ellos (propios concursantes) los gastos de un juez idóneo de

timbrado. Voy a intentar exponer el porqué de esta actitud.

Estos aficionados estaban “lanzados” en el logro de un timbrado de

calidad. No querían “paños calientes” ni salir del paso en el concurso, para

estancarse de nuevo otro año por lo menos. Querían para sus timbrados

un juez idóneo, competente, querían progresar, llegar a una meta; con

esfuerzo, sacrificio económico, deportividad; pero llegar.

Es un hecho observado por todos, que siempre en una localidad

actúa un juez no experto en nuestra modalidad, se observa un retraso de

lo menos cinco años en la mejora y selección de la raza. Esto es así

porque: Es premiado con trofeos y a la vista de todos (entendidos e

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inexpertos), un canario, que al no ser juzgado por persona competente, no

ser juzgado por persona competente, no reúne las condiciones necesarias

para serlo. Estos premios desorientan a los criadores no experimentados

de la localidad, que adquieren los citados ejemplares (falsos campeones) o

crían con canarios de parecido formato de canto con los premiados. ¿Qué

ocurre? Que al año siguiente ya hay en “circulación” un sinnúmero de

“mochuelitos” (frase de amigo Plata Guerra) que invaden los criaderos

locales.

¿Quién es el “guapo” que en años subsiguientes pone en orden aquel

desconcierto? ¡Y si además al año siguiente vuelve el susodicho juez

¡Entonces, ¡el casos ¡ Todo lo realizado anteriormente es labor perdida.

¿Sabéis por qué Asturias tiene los mejores timbrados de España?

Porque nunca ha consentido que sean juzgados sus concursos por un solo

juez y mucho menos ha caído en el absurdo que supone el que el

timbrado sea juzgado por un juez de Roller o de Color, por prestigioso que

sea.