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t. ¡ .. : J /1- ·¡- 1 Bú- •lf' Lt /o f- ), ·h ' ·. ,, . , ... t t ! 1 1 . r i ' i (. 1 ,. ' ¡ r ' i ' .. 1. DESARROLLO DE UN MÉTODO Os agradezco pro f un dament e esta invitación para del dcsauollo de un método aplicado n la lectura de los textos poé- ticos: mérodo que, seg6n creo, se llama spitzerlano. Aunque dicho desarrollo haya sido ya descrito por varios cr!ti cos italianos, como Scbiaffini, Citati y Gia.:h.ery, y al mismo tiempo cortésmente cen- surado por escritores eminentes como Fubini y Pasolini, rne gus- taría que la victitna de ta n amistoso tra tamiento pudiera expresar de modo más decisivo lAS propias dudas acerca de ciertas fases de su pensami ento e indicar, también, sus verdaderos erro res, que ahora puede ver con mayor claridad. Con vuestro permiso, expli- caré cómo pRsé de la linsüistica, que era el campo 11! que me de- dicaba cuando comencé a escribir en 1910 aproximadamente, a la crítica literaria, que con el tiempo se ha convertido casi en mi única ocupación. Espero que sabréis perdonar inciso autobiográfico desti- nado únicamente a esclarecer cómo un cierto tipo de crítica puede provenir de u na concatenación de6oida de factores e influencias, no necesariamente obligatorias para los otr os críticos, cu yo trabajo puede ser isualmente válido, o más válido que el mío. «Methode ist dijo el gran crítico llte:rario alemán Gundolf: método es experiencia vivida. Los métodos de los dístintos críticos deben r * Texto de la conferencia pronunciad.o en la Facultad de Lcwas de la Univ.:rsidad de Roma, el 2.3 de mayo de 1960, y publicada con el título •Sviluppo di Wl :tnetodo», en CuN, XX (1960), pp. 109·128. (Traducci6n castellana de SU vil\ Furi6.) l t• ! i-.. ·

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Desarrollo de un método

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    1. DESARROLLO DE UN MTODO

    Os agradezco profundamente esta invitacin para hable.~: del dcsauollo de un mtodo aplicado n la lectura de los textos po-ticos: mrodo que, seg6n creo, se llama spitzerlano. Aunque dicho desarrollo haya sido ya descrito por varios cr!ticos italianos, como Scbiaffini, Citati y Gia.:h.ery, y al mismo tiempo cortsmente cen-surado por escritores eminentes como Fubini y Pasolini, rne gus-tara que la victitna de tan amistoso tratamiento pudiera expresar de modo ms decisivo lAS propias dudas acerca de ciertas fases de su pensamiento e indicar, tambin, sus verdaderos errores, que ahora puede ver con mayor claridad. Con vuestro permiso, expli-car cmo pRs de la linsistica, que era el campo 11! que me de-dicaba cuando comenc a escribir en 1910 aproximadamente, a la crtica literaria, que con el tiempo se ha convertido casi en mi nica ocupacin .

    Espero que sabris perdonar e~te inciso autobiogrfico desti-nado nicamente a esclarecer cmo un cierto tipo de crtica puede provenir de u na concatenacin de6oida de factores e influencias, no necesariamente obligatorias para los otros crticos, cuyo trabajo puede ser isualmente vlido, o ms vlido que el mo. Methode ist Erlebnis~ dijo el gran crtico llte:rario alemn Gundolf: mtodo es experiencia vivida. Los mtodos de los d stintos crticos deben

    r * Texto de la conferencia pronunciad.o en la Facultad de Lcwas de la Univ.:rsidad de Roma, el 2.3 de mayo de 1960, y publicada con el ttulo Sviluppo di Wl :tnetodo, en CuN, XX (1960), pp. 109128. (Traducci6n castellana de SU vil\ Furi6.) ~: l

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    filologiamedievalResaltado

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  • P.STILO Y RSTRUGTURA EN J...A U'rE RA'flJRA BSPA~OLJ\

    ser forzosamente diferentes po1:quc su experenda vital es nccesn. riamente distinta. Este elemento de la diferencia tadicnl en tre un ser hum ano y otro explica el hecho extraordinario de los nuevos descubrimientos en ob ras ~umamente conocidas desde hace siglos, descubrimientos realizados a menudo pot cd ticos j venes, qu(! aportan una nueva sensibilidad propia, su singularidad como in. dividuO$, al texto antiguo. Naturalmente, ello no excluye el hecho de que, movidos por su propio temperamento , comet an errores de intexpreracin, cosa que no pocas veces he tenido que admitir en mis traba jos.

    Nad y me eduqu en la Viena de antes de la guerra de 1915, y asist al llamado l-lumanstisches Gymoasium, que me ense la exis tencia de lo que llamarla una poesis percnnis, es decir, Ullll poesa clsica antigua como modelo o medida vlida siempte pata roda la poesa. En aquella poca de paz, perodo que muy pocos de vosotros habris tenido ocasin de conocer, los valores parecan haberse fijado para siempre: H oracio y Sfocles, Tcito y Dems--tenes constituan modelos sin par de perfeccin artstica. La edu-cacin moderna es muy distinta de la que yo recib, puesto que, lll ser los valores ms volubles, el estudiante se ve obligado a con-quistnr por s1 mismo aquello que se convertir para l en el mod~ lo ms alto de poesfa; es dL"Cir, no comienza con la experiencia de un mundo estr.ico ya contir.uido ms all de su alcance.

    Sin embargo, a partir de mi contacto con la poesa clsica adop-t lu idea de la inteligibilidad de todo texto, an despus de milea de aos, y lo opinin de que unn sola explicacin de un prrafo es siempre la mejor: en otras palabras, estaba inmunizado contra L< modema anarq ua de la multiplicidad de si8oi6oados propuestos.

    Pero, a mi entrada en la universidad, me vi cruelmente expul sado de este mundo de formas estticas puras y univalentes . Allf, el gran lingista Meyer-Ltlbke trataba la lengua como un erudito, como si fuera una secuencia histrica de desarrollos condicionados camente por factores intralingb tico3, y no como un p roducto estll:ESAR!tO LLO OS UN MTODO 35

    de requisito general para cualquier t ipo de trabajo, incluso el . tel'Srio.

    Al igual que todo gran cient!.fico, Mey.:r-Lhke poda ir ms all de aquello que -~ba ~li~r de modo soberbio en su propio campo: ~e se_n ~vado el dra en q ue, durante su clase, afirm que hub1era s tdo mporran te para la histoda del italiano antiguo, cstabltt_?r las formas verbales u tilizadas ec lns rimas de Dante: pero, anadt, Dante e$ quiz demasiado hermoso para esto~. Se mostr suruamente magnnime al aceptar m tesis sobre un tema del qu~ l nuncn huhi~r~ habla~o y que para mf era un compromiso entre mterescs hngrsncos e mtereses literarios: La formacin de neo!ogsmos como medio estilstico ejemplificada a travs de Rabelas~.

    Hoy en da, _es una verdad evidente qt1e un poeta, especial-mente un humonsta, puede lograr efectos estilsticos extraordina-rios con neologismos; p e.z:o en 1910 este eta un pensamiento to-ralmeme nuevo, por lo menos en el mbito de la filologa. En efecto, en uqucUa poca, en Viena, un hombre que se haUaba al mnrg_en_ del camp? ac: la filologa., es ms, al margen del mundo

    . academrco~ ha~fa mtu~do ya la importancia de los neologismos que se dan 11 nivel_ mcon8C.Icnte en _los sueos, en los lapsus linguae y en formas conscteJltes de autohberacin psicolgica como son los chistes Y las ~alidas ingeniosas . . No es necesario ~ue mencione el nombre de Stgtnund Frcud, quten, en todas las desviad ones hu-manas de la norma indic, no tanto el elemento aberrame sino 1~ necesidad del mismo y su lado .p roductivo . El elemeuro fantis neo ~n u.n~ Plllabra_ impt-uvisada le da un~t cualidad ir real, pe.ro , al mtstno ttempo, d1cha paiabtH adopta una realidad cticia: si se ~all~ p~rfectamente formada, >:eproduce determinados pnrndigmas lingutsucos.

    Rab~, cuyo arte grotesco me haba impresionado sobrema-~era debido a ~u constante detenerse entre la realidad y la irrea-hd~~

  • 6 I!.STtLO y BSTRUC'i1Jlth EN LA LITERA TUM ESF AO LA

    ntento satfrico, sino tambin un deseo de crenr nuevas palabras oapace~ de producir, por ~s decirlo, uon nueva realidad. La base :le todas estas focmaciones, la palabr Sorbona, representa nlo :eru qu e Rabelais atacaba; y los distin tos sufijos evocan a su vez

    ~na cierta realidad, puesto que los encontramos en o~ras much~s ~alabras (sorboniforme formado como multiform~, lmt/ormc); Sin ~ban;o, no ~lo las palabras fantsticas como niborcisans, sani-borsanr, sino la serie entera, termina con el caos, un caos de mons-truos dotados de vida, caos que nos divierte s6lo despus ~e _ha-bernos causado miedo (la combinacin tpica de estos sentllD.len-tos es producto del arte grotesco). Los neologismos de Rabelnis sacan 11 xelucit las innumel'ables formas que el monstruo Sotbona provoca, por asi decirlo, ante nuestros ojos. Rabelais nos libera, a modo freudiano, de la obsesin que l y otros muchos huma-nistas delx.'Jl haber sentido pe.t5onificada en aquel institut me-d ieval, y nosotros, lectores modernos, podemos sentir con l ya sea este mismo temor, ya la liberacin del mismo.

    Slo veinte aos ms tatde pude descubrir cue el arte grotesco de Rabelais est caracterizado ge11eralmente por el hecho extraor-dinario de conferir realidad a la no-realidad: como en el mito alegrico de Antifi~ia que camina al revs, con la cabe%a abajo Y los pies arriba, segn la analoga medieval establecida con los .ir-boles, cuyas races ( cue corresponden a los cabellos) se. ~allan. en el suelo o en el mito de las palabras heladas de la rcgJ.on rtJca, que pueden descongelarse y ser lanzadas como objetos slidos so-bre el puente de la emba.ocacin de Pantagruel. No obstan1:e , cuao-do yo todava sosten!a mi tesis, catalogu de mo.do pedante lo_s neologismos de Rnbelnis, dasi:ficndolos scgdo C\er tas desabott-das categoxia~ litera~ias como la farsa, lo btu~csco_, 1~ g~ote~o; pero, por lo menos, mencion uuo caracterl.suca li~gustlca, 1.m portante en Rabclois, como motivnda por una neces1dad c.reat1va del autor que encuentra eco en nosotros, lectores modernos . ..

    Despus del trabajo acerca de R~belai~, en 1918 , a;areoo, en un volumen ded icado u cuestiones stntcucas, uu estudto mo es-tllstico cuyo ttulo disimulaba su carcter:

  • . ,;~~t~' :;~~ 38 p;STII.O y s"l'ttUCTURII. J!.N U. Ll'l:URII.TURA ESPAOLA

    Il y a une armoire a peine luisante qui a cntendu les "':'be de mes gtand,'tantes, qui a cntcndu la vo!A de mon grand ph-e, qui a entendu la vox de moo pere ... Il y a auss. un coucou en bois ... Il y n sussi un vieux buffct .. .

    La ltima c~trofa llega a lo que par11 nosotros, actua~mente, puede considerarse una ronclusin poticamente no necesst~a:

    Il est venu chez QOUS bie11 des hommcs et des femmes qui n'ont pas ero h ces peti~ atlle'< . . Et je souris que l'on me pense seul vtvru>t quan.d un visiteur me dlt en entrant : --Commwt aller,vous, Monsieur J ammcs?

    En cada u no de estos il y a, vi un acercamiento a ~ ~encillez d esprovista de nclotnos de la :Vida coticlia.n.a, un desC\tbnmtenco de ]a existencin de objetos hunuides y fllmtbares que, normalmente, solemos olvidar en nuestto actitud convencional tespecto a los

    ~~mas. En aquella poca, no resultaba f~cil ad!vnar qm: esa tosca lista de cosas, tanto poticas como prosaicas, sm Ul~dir en. ellas vida simblica, constitua una innovacin que anunciaba ya Cter.tas orientacione~ de nuestro tiempo, y que. la vaga et!quet:! de Slm bolismo designaba caracter!stcas contradictorias. .

    -.-- Como ya he dicho, e.~ te artkulo sobt-e el esti~o. de los stmbo-listas fue concebido como polmico oontt a las opmtones de orros crft.icos; de$de ent.oncl niones de sus prcde

  • 40 ESTILO y J;:STRUCTURA EN LA LIT.E!tATIJRA ESP.AiiOLA

    acerca de la Consolation a M. Du Prier de Malherbe, taa slo se concedi belle:.a esttica a los dos versos famosos:

    Ilt rose, elle a v.!cu ce que vivent les roses, l'espa

  • 42 ESTILO y P..S'fi\UCTURA EN LA J.1'rERJ\'l'O!lJ\ ESPAOLA

    categorias que puc:dan ayudarnos a describir el objeto de nuestto estudio.

    Mientras estos estudios desc1iptivos de e.,tilo pe~:maneclan fie. les a los principios de Croce, qukn despreciaba aquello que haba cnlificado de allotria, debo afladir que en el anlisis coucreto de poesas no sucwnb a la influencia de Croce, cuya teora del leu-guaje (intuicin y expresin vis fas como una unidad) no me ha-bda permitido el anlisis de detalles ling(sticos_ en poesa. Es~ tambin en deuda con el gran filsofo, en el sentido de que alent mis estudios, de inspiracin tan distinta a la suya: otro ejemplo de la magnanimidad que es caracterstica innata de las personas ms grandes. Por otta parte, tambin es cierto '!-ue ~o me limit ~ des-ctipciones inmanen.tr;s del pt'Oducto hterano, smo que traba~ de modo siroilar sl de F.reud, quien, introduciendo el subconsctente como fuerza motriz de la t.'Onducta humana y trunbin del artista, infundi nueva vida a la teoda de la Erlebni.l de Dilthey.

    Con Dilthey, 0\ igual que con I;re1.1d, se pasa de la obra de arte a la persona, a la experiencia personal del att}sta: y ell?, tanto

    ~i se clasifica su Erlabnis con Dilthey en t~rnunos de tlpologfa psicolgica generl, como si se le identi6C? con ~r~d, es decir, ms concretamente, en trminos de comph?JOS reprumdos.

    En 1918, el11migo H ans Spcrber pubHc en colaboracin con-111i.g0 un etudio titulado Motiv und Wort (Motivo lit:rario y ex-presin ve.rhal), en el que, con la .ayuda de mu,chos eJ:mplos ex. tra!dos del esaitor austrlaco Meyrmk, Jemosn-o gue c1ertos com-plejos perfectamente definibles colorean el conjunto imaginavo de este l timo: acosado po~: el miedo a ser estrangulado, este es-critor vea en vna t:orbstll s~rpientes que asfoabaa a quien la llevabft puesta. La constancia con que se repiten tales imgenes t iene un parfildo con la regularidad de ciertos tks nervioso$ o de dettos errores, consecuencia d~ complejos que Freud haba sea-lado en sus investigaciones ocerca del inconsciente. M.s tatcle, Sperber "mpli6 esta idea t.'On la intencin de demostrar, en el desarrollo semntico de palab rns de un deterrotnado pe~:lodo, una regularidad relativa (no ya la regularidad de manifestacin de com piejos) que corresponde a )as principales preocupaciones o e"?o. d ones de aquel perodo .:oncrcto: en nnll poca en que predommc

    DESARROLLO DE UN MTOJ>O 43

    n:uisica, abundarn en la literatwa similitudes musicales, en 0u-a en que sobresalga la arquitectura, prevalecern las palabras derivadas de stu. Aos ms tarde, utilic e.ste concepto, combi-~:,~tildC>IO con la historia de las ideas, en mis Essays in historical se-

    ,:anlics (1948),

  • 44 !1.STIJ.O Y :ESTttUCl'URA !lN LA LITERATURA ESPAOLA. DESARROLLO .Dl'! UN lll'llTODCl . 4.5

    Es evidente que nos hallamos frente a aquella forma de dis:. En el caso de Philippe, yo m.ismo hab[a realizado una curso transpuesta llnmada style indirect libre o erlebte Rede, seg6 ~);. ~.set:vaci6in _lingstica respecto a la expresin de una causal i

  • 46 BS'fi l..O )! );S'fRUCTURA. .EN LA i-lTE RA'l'UllA J;.SPAO L A.

    sons de proche en proche. A quntt re heures toutes s'taient so11, lages (a propsito de unas personas que abandonan un grup0 de casas), frente a ptrafos como stos, ya no estoy seguro de si las metforM, con su Cr b~t o suge;rdas. por la tradicin revivido los modelos bbl:co 0 a em~nte d Auh,gn debi haber sus sentimientos que los 'cats: llpues ta es la fuer7.a expresiva de ~ientras que iC:s hugonotes 0 s:~~~~:sr; l ~ lobo venenoso, $LD embargo, cuntrariamente a Jo ce a C~J. ero bondadoso; conde n ingin compleo p~~ dyel , en estas mgenes no se es-

    . El . ~sona autor. profcRor Fubim en una l'ft' 1

    . ?\lbllcados por Laterz~ ha mo e ~ca a ''olumen de mis escritos distintas inspiraciones de . straba. 0 con gran exactitud las dos

    1 de 1 In!S tm os la freudi 1 ta ' as que parece preferir la d ana y a e$l!uctu . ~o con l y, efcctiv~Iente a segun a. E n patte estoy de ocuer-mtodo de dec lb ' y me habfa dado cuenta de que el ~ r Ir un autor segn E z b h perodos y a gneros literarios i a r e ms a de limitarse a mente el objetivo del autor Este ~1 o~ qu.e la Erlcbnis es rc:al-oo.osecuencias: por U Ita a;te m escu rumento tuvo para m dos p~csfa pre-Erlcbnis, es deci r. la e ~~~~ :rcho ~s atm(do por la auemo, de la pOca barroca d P Medioevo, del Rcnuci-que habla para la humandaod e un poeta modetno coroo Claudel

    , no para el pror' p parte, con el anlisis de la t , .. 10 ego. or otra del elemento Gestalt en el pe~:crura, ~e ocup en mayor gmdo

    ucto ~t1co, ya sea antiguo 0 re-

  • .,, ,?.-48 F..S'l'ILO JC ESTI\OCTURA. EN LA LITERATIJRJ\ ESPAOI..A

    . ~~;: . . . . ~~"o eco " ow ooo 49 cientl: como haba becl1o antcdo.rmente comenzando por el estu. -i:f .i:: una dL~OSlClon sliDJIRt en el artista de la palabra, cl poeta, quien

    i.~) d~ la Co1zsolation de Malbcr.be al que siguieron otros ensayos . l/: .: es tarobt~n un o:tc:Sano que nos hace llorar con su~ versos, peto sobre la Ballade des amcs du tcmps jadis de Villon, sobre Gngora h .; que no se ha olv1dado de contar las silabas . (Y no puede atribuir-Y algunos ms. En el ensayo sobre G6ngora acu un slogan dis. ~,;.: se: al c~so ,el hecho de _que dos escuelas ctlticas, con las que no tinto al de Motiv und Wort, esto es, Werk und 'Vf! ort (Obra Y ~- tena nmgun contact-o d1recro cuando me volqu hada el estructu-pulabra), para expr~sar el nexo necesado clel conunto de una if. ralismo, los formalistas rusos y los New Crirics americanos, con-obra potico. y de su material verbal. . . . < vergicran en esta idea del artista-artesano.)

    Digamos entre parntesis que cuando Pasoyru Y otros cr~Icoo ';, Sin. etnb~rgo, era_ perfectamente consciente de que muchas orgullosos Je su juventud me defi.oen campeon de decadentiSmo f.:~: obras hteranas, espec1alroente las de la Edad Media todavla no europeo (probablemente por la eleccin de los ~u rores tratados f hubfan sido analizadas en su estructura y, por lo tant~, an no se y csmdiados), se equivo~an el~ gran _manera: qu~s cl voluwe.tJ. . haban comprendido claramente. publicado por Einaudi de esta unpres16n (aunque l

  • 50 l!.S'l"ILO Y BS'l'RUCTURA l!.N LA LlTERA'fURJ\ l::SPJ\!'lOLA

    que nuestro universo s~a completo y perfecto. Ot~o ejemplo: en el Catttico delle crcature de San Francisco, Jos cdticos italia. nos, desde Casdla hasta Getto, no han captado lo que yo llamo la combit~acin de un Atlclua co n un Dies irae, de ln alabanza a Dios por medio de la a!abam:a a sus crnuras hermosas y tiles con una severa advertencia .moral ~ti hombre para que imite a Cri. to y evite el pecado, hacindose digno de su Creador. En el estudio de todos estos casos medievales, el crtico debe estar dota- :~ . do de sentido de exl!ctitud lgica en la explicacin del s!mbolo mis-terioso; ha de ser capaz de captar el slmbolo con toda su fuerza imaginativa e lmportanc.: n estructmal, as como de seguirlo en los detalles dcl poema csrrucuusdo en torno a dicho smbolo. As pues, 1 nos hallamos en el procedimiento circular de Dilthey, aunque apli- l cado a la comprensin de una unidad potica concreta. nica- t mente el lector que permanece denrro del poema, es decir, el que } considera el poema de modo inmanente, excluyendo todos los ele- :. mentos externos a la obr0, puede percibir la cohe3in estruc-tw-al. !

    :.,

    Ol.timamente me he ido convenciendo de que no resulta fcil ' para un literato el excluir completame!Jte todas las fuentes, aunque l la escuela Je los New Critic:s americanos, en su dogmatismo, trate j de haccrlo. Cuando defino el Cantico de Son Francisco como 1 Alldu;a ms un Dies irae, apunto ya hacia. dos fuentes o inspira- i clones: resulta evidente que la alabanz:a de hermano Sol y her- , mana Tierra oo podfa concebirse ms que al modo de los salmos 1 de David y del libro de Daniel, donde la creacin y lus criaturRs de Dios son alabadaR por igual; asf como una Virg11:n de Rafael . r no puede concebirse fuera del tipo de pinturas de lo Virgen a la ' que Rafael aadi la propia creacin. i

    Quiz: por ello debin realizarse una revisin de mi anterior 1 .. acti tud, demasiado radical y antihistrica, en contra del examen ~ de b~ fuentes. Esta idea vino refor>:ada por otra consideracin: ! es decir, que una ob~a literarla realmente grande se har totlavia . ms grande si la comparamos con sus modelos. Me habla dAdo ' cuema de ello al examinar la Consolati

  • BSTILO Y ESTRUCTURA EN LA LIThRATURI!. ESI'AOLA

    celen te servicio a Amrica asignando a Jos estudiosos de la lite-ratura como tarea prncipal, una lectura sensible de la obra en cuestin, teniendo en cuentB sus aspectos visibles, estructurales. Un libto de uno de los mencionados cdticos lleva por trulo The W ellwrought Urn, el! presin sacada de una poesa de Jobn Don-nc. En este anti lTOllliUlticismo, los New Crirics van a la par con la escuela rusa de los formalistas, que precedi en veinre aos n los New Critics, pero que fue eliminada por las intervenciones, descritas en el excelente libro de Vicror Erlich, de la burocracia sovitica en el preciso momento ( 1930) en que se produda cl movi-mientO de los New CJitics en Amrica. En ambas escuelas pode-mos encontl'ar ex tremismos: lo' exrxemismos de una fe en In pureza necesaria para la lectura potica. Los New Ctitics hacen alusin a 'herejas de lecturo', con tal fanatismo casi religioso que a uno le entran ganas de comerer tal o cual hereja por ellos eli'CO mulgada. D jda incluso que su modo rndical de hace vein te aos, hoy en parte abandonado, de enfrentar a la crrica esttica con la erudicin histt ica, me parece errneo: quiere decir que cl critico no puede ser nicamente cd rico, men tras todos los grandes cdtcos del pasado en realidad han sido tambin eruditos: Les-sing, los crticos romnticos alemanes, Sninte-Beuve, T hiboudet, De Sanctis, Croce , Ortega.

    ,..

    r . '

    Poco antes de morir, Erich Auerbach cscrib(a: Federico Schlegd , el crlticical wt, sentidos mltiples, con la gufa del critico ingls Empson, quien dist ingue siete posibilida-des de ambigedad potica. Clasicista como soy, no puedo admi-tir lu ductilidad semntica, gracias a la cual los distintos senti-dos que posee W1a palabra en la lengua corriente o en el diccio-nario, no ser.w ms que medios presentes en el lenguaje potico, simplemente porque en el habla de todos los d as, al igual que en ln poesla, la. ambigedad de una palabra se halla geneta!tnen te limitada, o eliminada, por las otros palabras del contexto: cmo seda posible, s no, cualquie r comunicacin por mecUo de la lengua humana, si la frase no definic.ta el sentido definitivo exi-gido por cada una de las palabras? Efectivamente, creo que la hiptesis de la polisemia de las palabras en poesa es una ext~nsio ilegitima de experjeocjas de nuestro tiempo reaU\das con los slogans ambiguos de la poHtica y del rcltJme, que se hao. revelado sumamente destructivos (semantics en Amrica se ha convertido en un trmino peyorativo).

    Una vatianle de la interpretacin a travs de los S

  • 54 ESTILO Y ESTltUCTllRA l!N LA l.ITJ;:ltATURA ESl'A
  • 56 ESTILO Y ESTRUCTURA EN LA LITJtRATURA ESPAOLA

    y la pasin de amantes sensuales que puede convertidos en escla-vos de alcahuetas como Celestina y de siervos d nicos. Sin embar-go, para un joven literato de: Harvard, Srephen Gilman, la Celes-tna es un drama exisrench1l que revela al hombte su posicin csmica de suspensin en cl elemento el!.t.remo, el espacio (efecti-vamente, el joven e imprudente protagonista Calisto ene de una escruera de manO a la que SC haba enOttamado para teunil-se COD Melibea; as! pues, esa c;a[da es sin duda una cada en un espacio sin simpata por el hombre que se precipita en l).

    Quiz me be extendido demasiado al hablar de mi oposicin 2 la actual tendencia americana, no tan interesante pnra vosotros; por ello, me apresuro a terminar con la definicin de m actitud frente a la critica italiana del perodo postcrodano. Como yn ha-btia podido notar por mis anterorc~ observaciones, para m, como crtico, la cuestill principal ya no es la propuesta por C1-oce: es este poema poesla o no poesa?,. -pregunta que el crtico debe haber decidido por s solo cuando inicia un trabajo crtico- sino la estructuralista: Hay casos en que la pregunta crocia.oa y la entran en conflicto: en un Festschrift para Helmuth Hatzfeld publicar un estudio sobre la Aspasa de Leopard, afn en cuanto al mtodo a un estudio magistral de Monteverdi sobre Passero solitario; O$ de-mostrar cmo algunos cr1cico~ italianos seguidores de Cr.oce (no el maestro que escribi una maravillosa y decisiva frase acerc.'l de ese poema dramtico), al no tener en cuenta la "est ructura, han condenado prrafos de aquel incomparable poema, prrafo6 justificados no por la sensualidad, ni por el resentimiento, ni por el indmito espritu polmico, cte. (sentimientos por los que aque-llos desdeosos >. La vision superb(l inicial de la divioa mente bella cortesana o duplicid~d en el carcter de Aspasla; este elemento 2 es cl que oonforma los 4 (2 X 2 ) "romances o unidades estructutllles del poema que describe los dos aos duran-te los cuales el poeta fue incapaz de distjnguir las dos naru.ralezas

    DF..SARJJ.O!.LO Dl\ tiN M1"0DO 57

    ''--~' -~ ce Aspasin, la amorosa idea de In mujer ideal y su srdido ~e - emplrico. f! '~. Quisiera tambin expresar una cierta reserva R la expresin r ..

  • 58 ESTILO V: ESTRUCTUR A EN Lh L!Tl'RA.TU:RA ESP AOLA

    :!ff' -r:

    DESARROLLO DE UN MJ!.'r'ODO 59 ~ brn~ 0 sonidos), que es al mismo tiempo estilstica y lit~g!stka: (:, . justi.fic:ar la expedicin-, ~ien,so _q ue tambin Jo~ crticos, para la primera podra fimu:se en una pdfcula muda, la ~da no. t~, conqu!S!~r las numerosas e mcogmtas tierras de In poesa, hemos

    En un artfculo que no tardar en apatet-"er, t111tare de demos- -' de movilizar nuestras fuerzas perceptivas (los soldad~ de nuestras "erar que ]os dos protagoni~tus de El prlncipe constante de Calde- y.: c-xpediciones) Y dejar n los filsofos In tarea de justificar, 0 tal vez: rn, Don Fernando, el hroe cristiano, y Fnix, la hidja melancl~a :.:.. desaprobar, post fact:mt, desde su punto de vsra universal Jos

    d el rey m01-o, no son, como se ha insiouado a menu o, personaes :.;: movimientos prcticos de los crticos. ' sin neJ

  • 60 J!STlLO y J!STitUCTUR\ EN LA l .l'l'E.RI'ol'ORA ESJ>AOLI'o

    d 'n ~todo puede sustituir la simpata elemental arno~ que mngu '" 1 il 1 '