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  • 8/12/2019 solidaridadN21_web.pdf

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    El porvenir est en manos de la clase trabajadora. Los parias no tenemos nada que perder y en cambio

    podemos ganar nuestra emancipacin que es el porvenir de la familia obrera. Rompamos las cadenas.

    Fortalezcamos los sindicatos. Mantengamos el espritu de la lucha de clases

    Jaime Balius Mir

    [email protected]

    Regin ChilenaEnero-Febrero 2014N21

    Ao 4

    Peridico Comunista Libertario

    $300

    Solidaridad

    periodico-solidaridad.cl

    TODOS LOS TIEMPOS SON DE LUCHA

    PARA

    EL PUEBLO TRABAJADOR

    Editorial:

    APORTES PARA

    UNA LNEA

    POLTICASINDICAL

    EL TEATRO DEL OPRIMIDO

    COMO HERRAMIENTA DE

    EMANCIPACIN DE LASMUJERES

    GRANDES

    DESAFOS PARA EL

    ESTUDIANTADO

    EN ESTE NMERO: CONSTRUCCIONES Y

    DESAFOS PARA EL

    CAMPO POPULAR

    Educacin: Trabajador@S: Feminismo:

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    SolidaridadEditorial / 2 Enero-Febrero 2014

    2014, construcciones y desafospara el campo popular

    Editor@s:

    Nahuel Valenzuela

    Sebasn Hernndez

    Emilio Urtubia

    La Mala

    Sebasn Hernndez

    Adela Velarde

    Rosa Tristn

    Colaborador@s en esta edicin:

    Vladimir Benoit

    Vctor Naranjo

    Francisco Jimnez

    Gannicus

    Hernn GonzlezCrisn Villablanca

    Arturo Lpez

    Romina Maldonado

    Daniela Villar

    Sindicato de Trabajador@s

    Corporacin Sedej

    Teresa Acosta

    Carlos Miroslav

    FECISO Concepcin

    Colecvo Cultural El Estero

    Agradecemos tambin a tod@s l@s

    que hacen posible esta publicacin,

    desde los prensistas, hasta los ms

    annimos colaboradores.

    Contactos

    [email protected]

    [email protected]

    periodico-solidaridad.cl

    Facebook (fan page):

    Periodico-Solidaridad

    Frente al monopolio de la informa-

    cin por parte de quienes detentan

    el poder, levantamos esta humilde

    alternava informava, que preten-

    de dar cuenta de aquella realidad

    que los grandes medios ocultan o

    tergiversan deliberadamente. Desde

    una pca clasista y libertaria, nos

    encontramos al servicio de las or-

    ganizaciones que dan la pelea da a

    da y que an creen que es posible

    transformar esta realidad. Apoyar y

    visibilizar las luchas e intereses de

    las y los explotados y oprimidos en

    este pedazo de erra es la meta que

    hemos trazado, demostrando que a

    pesar de todo, no estamos del tododormidos y que cada vez son ms los

    que se rebelan y comienzan a forjar

    un horizonte libertario.

    Las nuevas movilizaciones de los traba-jadores portuarios marcaron el iniciode este 2014. Lo anterior nos da un an-ticipo de lo que se viene en las luchas

    del 2014 en un nuevo contexto poltico. En estenuevo perodo, en donde se ha elaborado unnuevo panorama poltico post-elecciones, las ylos libertarios nos veremos enfrentados a tareasprimordiales que giran en torno a la centralidadque posee la lucha de la clase trabajadora, afian-zando el rearme del movimiento popular en dis-puta con el reacomodo del bloque neoliberal enel poder.En marzo la Nueva Mayora asumir la admi-

    nistracin del Estado. Tenemos certezas, deque el nuevo gobierno intentar desarticular alos sectores ms avanzados del campo popular,reposicionando el sistema neoliberal por mediode reformas parciales y represin al movimien-to popular. El Partido Comunista es un nuevoelemento que ser decisivo en la avanzada delreformismo y de este reacomodo neoliberal.Esto lo podemos ver en las negociaciones que seestn llevando a cabo entre la CUT y la Confe-deracin de la Produccin y el Comercio (CPC),que es un adelanto, de cmo el nuevo gobiernointentar estabilizar el sistema neoliberal, tra-tando de blindar y cerrar el ciclo de movilizacio-nes abiertas por el campo popular.

    Frente a las ltimas declaraciones del presiden-te de la CPC, Andrs Santa Cruz, quien ha afir-mado que agitadores anarquistas estn detrsde las movilizaciones de los portuarios, nuestracompaera Melissa Seplveda, presidenta de laFECH, respondi que utilizar el trmino anar-quista es una estrategia que se ha utilizado des-de hace mucho tiempo, no solamente con lostrabajadores portuarios, sino tambin ahora conlas comunidades mapuche, y en realidad tenerlemiedo al anarquismo, que es una corriente ideo-

    lgica y que es una fuente de pensamiento, yocreo que no tiene ningn sentido. Aqu lo nicoque se est diciendo es que en Chile no se pue-den vulnerar los derechos de los trabajadores.Frente a estos cruces de opiniones, entre el vo-cero del empresariado de Chile y la dirigenta dela FECH, sostenemos que los sectores del blo-que dominante estarn alerta a las futuras movi-lizaciones y al comportamiento del movimientopopular. Esto demanda a que los libertarios y laizquierda revolucionaria en general, deberemosapuntar a la unidad poltica que se necesita paraabordar y trabajar urgentes temas que sernagenda este ao; nos referimos derechamente apensar los contenidos y formas que asumir eldebate en torno a la Asamblea Constituyente, lareforma constitucional, la reforma tributaria y lareforma educacional, ejes temticos que atrave-sarn a las diversas expresiones que conformanel campo popular.El movimiento libertario en este complejo y de-

    safiante contexto, tendr la responsabilidad dedotar de mayor contenido y proyeccin la uni-dad multisectorial, la accin directa de masas,la lucha por la soberana de nuestros recursos,como ejes estratgicos para el actual escena-rio, como tambin, la construccin de canalesde articulacin con el resto de la izquierda deintencin revolucionaria; en este sentido salu-

    damos las recientes jornadas de debate popularrealizadas por diversas organizaciones y colecti-vos. Estamos seguros que la izquierda libertariacumplir un papel importante en este complejoy arduo esfuerzo de construccin a largo plazode una alternativa social y poltica, para y desdelos trabajadores y trabajadoras de Chile.

    Por el socialismo y la liertad!

    Arriba las y los que Luchan!

    Agradecemos a las compaeras y compaeros sindicalistas revolucionarios y anarco-comunistas denorteamrica que gracias a su solidaridad ayudaron a dar continuidad a nuestro proyecto

    PeridicoComunista LibertarioSolidaridad

    rgano de prensa delComunismo Libertario

    - Chile -

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    SolidaridadEducacin / 3 Enero-Febrero 2014

    E

    l movimiento estudian-til se ha convertido enlos ltimos aos en unode los principales actores

    polticos que han dinamizado laescena nacional: ha permitido abrirun nuevo ciclo poltico de luchassociales que han comenzado a re-vertir el reflujo y la descomposi-cin social que atravesaba nuestropas desde el retorno a la democra-cia. El acumulado de reflexiones yexperiencias surgidas al calor de lamovilizacin, han convertido estaexperiencia social en un importan-te campo de construccin para lasfuerzas polticas y revolucionarias,ha permitido tambin, por la trans-versalidad y radicalidad de sus de-

    mandas, interpretar a importantessectores de la sociedad, en la me-dida que el movimiento estudiantil

    ha ido superando el sectorialismoy ha ido avanzando en la construc-cin, con otros actores sociales, deun diagnstico comn de crtica almodelo econmico y poltico im-perante. Sin duda que el principalaporte del movimiento estudiantilha sido la revalorizacin de las for-mas de lucha basadas en la accindirecta de masas y la organizacinpopular, hecho que ha ido decan-tando progresivamente tambinen mayor articulacin con los terri-torios, los sindicatos y otras orga-nizaciones y luchas que surgen deformas coyunturales.Este nuevo ciclo de luchas abre

    un nuevo campo de disputa para elproyecto revolucionario. En tanto

    los movimientos sociales son capa-ces de tensionar el espacio pblicoy generar movilizaciones de masas:

    su articulacin y decantamientohistrico podran ser un terreno

    frtil para la recomposicin delmovimiento popular, de tal formade constituir una fuerza social quesea capaz de generar desde la mo-vilizacin ganadas concretas y en-frentar a la institucionalidad polti-ca-econmica que no ha sido capazde responder a nuestras demandas.El ao que comienza se proyecta

    como un ao de grandes desafospara el movimiento estudiantil; laprofundizacin de nuestras de-mandas no pasar solamente porgenerar pisos reivindicativos, sinopor darle tambin un quehacer

    concreto a nuestros compaeros ycompaeras. Es aqu que la multi-sectorialidad como perspectiva es-tratgica de construccin adquiereun rol fundamental, en la medidade que uno de nuestros grandesaprendizajes de estos aos de lu-cha, es que solos no podremos con-quistar la educacin gratuita.Debemos avanzar en constituir

    un espacio de convergencia de lasorganizaciones sociales, una plata-forma programtica y de lucha quepermita tensar al modelo econmi-co y poltico desde la movilizacin.Su amplitud debe estar dada enasumir distintos modelos organi-zativos, puesto que el actual gradode descomposicin del movimien-to popular, su inorganicidad y lafalta de adhesin a las formas tra-dicionales de participacin social ypoltica, nos instan como revolucio-narios a ser originales de tal formade incorporar la mayor cantidad deexperiencias sociales, territoriales,populares, sindicales, culturales, es-tudiantiles, indgenas, feministas ydisidentes sexuales, entre otras. As

    tambin, debemos fortalecer lasexperiencias concretas donde ejestales como el control comunitario

    se han convertido en elementospolitizadores que han permitido

    sumar a las comunidades locales(como la coyuntura abierta por elproceso de cierre de los colegios) ala movilizacin por la construccinde un nuevo sistema de educacinpblica gratuita y de calidad.La construccin de un proyecto

    educativo y popular de educacin,construido por los diversos acto-res sociales, como proyecto con-tra hegemnico al proyecto edu-cativo neoliberal, es tambin unatarea pendiente del movimientoestudiantil, y dnde la multisecto-rialidad asume tambin un rol fun-

    damental, en la medida que esteproyecto permita ser un eje agluti-nador y una experiencia social con-creta que nos permita ir avanzandoen un cuestionamiento al modeloms profundo y en una transforma-cin radical del mismo a partir declaridades programticas.La lucha es de largo aliento y de-

    bemos prepararnos para enfrentar-la. La capacidad que tengamos detraducir todo lo ganado en trmi-nos de movilizacin y organizacinsocial, en una fuerza que sea capazde perspectivarse histricamente,estar dado en la medida que sepa-mos distinguir bien nuestros obje-tivos polticos, y converger con lasdems fuerzas revolucionarias queapunten en la misma direccin. De-bemos asumir la tarea de vincularlas luchas estudiantiles con los di-versos movimientos sociales desdela experiencia concreta y no slodesde la consigna, solamente aspodremos dotarnos de una hoja deruta clara para afrontar este pro-ceso, construida y articulada des-de las bases; de esto dependern

    los resultados que obtengamos deeste nuevo ciclo poltico de luchassociales.

    grandes desafos parael movimientoestudiantil

    por Vctor Naranjo

    Debemos asumir la tarea de vincular las luchas estudiantilescon los diversos movimientos sociales desde la experienciaconcreta y no slo desde la consigna, solamente aspodremos dotarnos de una hoja de ruta clara para afrontareste proceso, construida y articulada desde las bases

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    SolidaridadOpinin / 4 Enero-Febrero 2014

    Las constantes movilizacio-nes populares han replan-teado el debate estrat-gico entre las fuerzas de

    izquierda. En lo fundamental, esteproceso de delineacin ha pasadopor las definiciones expresadas apartir del cmo desarrollar las ac-tuales tareas democrticas que vancolocando el mismo movimientosocial en la palestra y cmo ir re-solviendo el rol de lo electoral eneste proceso, todo esto bajo unaperspectiva revolucionaria.De todas formas, la solucin de es-

    tos conflictos al interior de una iz-quierda que se reconstruye al alerodel movimiento popular pasa, en lofundamental, por dar una profundadiscusin programtica. Las tareas

    estratgicas se derivan siempre deuna caracterizacin y estimacindel momento poltico, de quienesson los enemigos directos, indirec-

    tos y aliados potenciales, pero so-bre todo, de cul es la realidad delas fuerzas principales de la revolu-cin. En este caso, si consideramos

    que la clase trabajadora en sus di-versas facetas, es la fuerza principalde transformacin, no slo en Chi-le, sino a nivel internacional, nues-tras interrogantes deben apuntara cmo, en el actual contexto dedesarrollo de tareas democrticas,marcado fundamentalmente porla irrupcin del movimiento estu-diantil, la clase trabajadora puedeentrar al proceso y desarrollar unaperspectiva independiente.

    El impacto de la Dictadura

    La derrota poltica y militar sufri-da por los trabajadores y el pueblo

    organizado el 73 tuvo un profundoimpacto, no slo por la imposicinde los ajustes neoliberales, deri-vados de la crisis estructural delpatrn anterior y que seguan latendencia del capitalismo mundial,sino por su fuerte impacto subjeti-vo. La idea de la clase trabajadoracomo un actor en la poltica na-cional fue borrada hasta de la me-moria. Hoy, eso se traduce en unabaja tasa de sindicalizacin (no msdel 10% en promedio) y una menorcapacidad negociadora (8% en pro-medio) con ajustes ms que paup-rrimos (menos de un 1% de ajusteen promedio) y una nula represen-tacin poltica.Pero as tambin la cultura est

    completamente hegemonizada por

    la ideologa burguesa, las prcticassolidarias son materia de la histo-riografa y los conflictos socialesson asimilados en el reclamo ciu-

    dadano. Por lo tanto, hoy la crisisorgnica de la clase trabajadora noes slo organizacional, sino que esprofundamente subjetiva. Las y los

    trabajadores no nos reconocemoscomo clase ni identificamos cla-ramente a nuestros opresores. Deah que el escenario de luchas quese abre no es slo uno donde de-bemos buscar ganadas, sino quelas ganadas son, principalmente,articuladoras del tejido social. Lasluchas democrticas no sern, paralos revolucionarios, un esfuerzopor ampliar la democracia burgue-sa, sino que deben apuntar, prin-cipalmente, al desarrollo de unafuerza social clasista que emerjadel perodo como un claro actor en

    la poltica nacional y permita per-filar a las y los trabajadores como

    la nica clase dirigente que, bajosus formas de poder propia, seancapaces de transformar el pas. Lasluchas democrticas, en ese senti-do, deben ser el escenario mismoque muestre los lmites de la demo-cracia burguesa y hagan entrar encuenta a las amplias capas del pue-blo que su deseo, escondido de-trs de las luchas emergentes, slopuede ser realizado como parte delproyecto socialista. Por lo tanto, enel perodo de luchas democrticasno slo debemos estar codo a codoreconstruyendo nuestras organiza-ciones, sino que debemos usar esosespacios como el campo que hagaverosmil una apuesta socialista ylibertaria, que empuje a los secto-res ms avanzados y que atraiga a

    la lucha a los ms atrasados. En estemarco de tareas, los estudiantescumplen un rol fundamental.

    La tarea del estudiantado

    En trminos estrictos, las tareassocialistas solo pueden ser enfren-

    tadas si los trabajadores y traba-jadoras, como clase, ocupa un rolhegemnico en el proceso. En esesentido es correcto sostener quean pasamos por un proceso dereconstruccin del movimientopopular y de su fuerza principal:la clase trabajadora. Pero, Qu rolcumplen los estudiantes? La ver-dad, antes de cualquier cosa, hayque decir que el estudiante actualno es el mismo que hace 30 aos.Las transformaciones neoliberalesque han trado aparejada la brutalmercantilizacin de la educacinhan integrado a su vez, por me-dio del mecanismo de la deuda y

    el crdito, a amplios sectores quetradicionalmente no accedan ala educacin superior, as comose ha ampliado la cobertura de laeducacin en los niveles inferio-res, bsicos y medios hasta casi al100%. Como bien seala la OCDE,el sistema educacional chilenopas de ser uno de lites a uno demasas, diferenciado y segmentado,obviamente. Es ms, los sectoresque ms han aumentado su matr-cula son los CFT e IP, llegando aun 137% entre el 2006 y el 2011,seguidos por las Universidades Pri-vadas en un 63% y slo un 18% lasUniversidades del CRUCH. De unau otra forma, si bien la composi-cin del movimiento sigue siendoheterognea, los sectores que ex-

    perimentan la crisis de la educacinson los amplios sectores de traba-jadores que se endeudan para estu-diar y, al salir de la Universidad, seencuentran con un mercado de tra-bajo estrecho. Por lo tanto, la crisisde la educacin es, fundamental-mente, una crisis que experimen-tan las familias trabajadoras, lo queproduce directamente conflicto declase pero que an no encuentrasu resolucin en esa clave, menosan con partidos como la IzquierdaAutnoma, que se esfuerzan porrestringir el conflicto al gremio -y

    nos han criticado nuestra propues-ta multisectorial-, orientando la lu-cha en una perspectiva ciudadana,enfocndose hacia los sectoresmedios y no populares.La lucha estudiantil hoy carga con

    un potencial clasista mucho ma-yor; su posibilidad de llegar a otrascapas trabajadoras por medio dereivindicaciones que rpidamentese vuelven transversales y de granaceptacin en la poblacin, le daun rol privilegiado en el desarro-llo dinmico de la lucha de clases.En nuestra opinin, la estrategia

    multisectorial que ha empezado asonar fuerte en la nueva direccin

    EL SOCIALISMO

    Y LAS TAREAS DEMOCRTICASpor Vladimir Benoit

    Las tareas estratgicas se derivan siempre de una caracterizacin y estimacin delmomento poltico, de quienes son los enemigos directos, indirectos y aliados potenciales,

    pero sobre todo, de cul es la realidad de las fuerzas principales de la revolucin

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    SolidaridadOpinin / 5 Enero-Febrero 2014

    de la FECH, es fundamental, peronecesita ser complementada con eldesarrollo de ejes polticos an msamplios. Quermoslo o no, hoy esel movimiento estudiantil el nicocon la capacidad real de transversa-lizar un programa de lucha que noslo contemple las demandas de-mocrticas, sino que lo haga en unaperspectiva de clase e incite a losdems sectores del pueblo trabaja-dor a pelear por l. El movimientoestudiantil debe y puede ser el ejearticulador de las luchas popularesen estos 4 aos de gobierno de Ba-chelet, preparando las condicionespara los duros combates que ven-drn en este tira y afloja a prop-sito del rearme de la clase trabaja-dora y el reacomodo del bloque en

    el poder.Slo desarrollando una perspecti-va clasista bajo formas organizati-

    vas independientes del gobierno,de los partidos burgueses y ciuda-danistas, es que el pueblo trabaja-

    dor podr salir fortalecido comoclase del perodo, dando un saltocualitativo en la correlacin defuerzas. Porque no slo basta unafuerza, sino que es tal en cuantodesarrolla una perspectiva deter-minada: de clase.Las luchas democrticas son un

    escenario objetivo y su logro, den-tro de la estrategia revolucionaria,un paso tctico, nada ms, perotampoco nada menos. En ltimainstancia, los sectores de izquierdarevolucionaria debern salir a dis-putar estos triunfos en donde sudespunte puede terminar de dosformas. Con los sectores de clase

    ms combativos y con capacidadde negociacin que se hagan partede estos procesos empantanadosen la institucionalidad burguesa; obien, con organizaciones fortale-cidas, coordinadas bajo programasde unidad y con perspectiva depoder propia que les permita avan-zar en el desarrollo de una crisisorgnica del Estado neoliberal y sumodelo de desarrollo, obligando ala burguesa a replegarse an ms.

    La accin directa de masas

    Desde las movilizaciones del 2001e incluso antes, con la toma de Pe-aloln a fines de los 90, el movi-miento popular ha utilizado comomtodo central de lucha la accin

    directa de masas, debido a que enla estreches institucional vigente,las demandas populares tiene muy

    poca cabida o posibilidad de di-logo con la estructura estatal. Elgrueso de los conflictos que han

    marcado la agenda nacional estndeterminados, fundamentalmente,por la participacin masiva y losmecanismos de enfrentamientodirecto con las fuerzas estatales,ya sea cortando caminos, calles,tomando colegios, e incluso con-trolando un amplio radio urbanomientras el conflicto se mantiene.Esta tendencia al uso espontneo

    de la accin directa como mtodoprivilegiado por la clase trabajado-ra y el pueblo obedece a la dinmi-ca que le es propia, de amplia par-

    ticipacin, estructura asamblearia,etc. En otras palabras, la accindirecta de masas no es slo un m-

    todo, sino que es el resultado deun proceso deliberativo colectivo,la forma que asume una demo-cracia de base, radical y real, muydiferente a la artificial democraciaburguesa. Por lo tanto, la accindirecta de masas es el resultado deun proceso que es clave en la (re)construccin de la clase trabajado-ra y el pueblo como fuerza polticay social: la democracia de base.Segn las compaeras y compa-

    eros del CIPSTRA, el total de tra-bajadores involucrados en huelgasilegales, ha aumentado de 95.209el ao 1999 a 1.581.195 el 2009, loque contrasta con las legales quecontaron con 10.293 trabajadoresy 21.915, en los aos respectivos.El citado estudio da cuenta de una

    tendencia que recorre el conjuntodel incipiente movimiento popu-lar: el uso de la accin directa se ha

    constituido en el mtodo privile-giado en su reconfiguracin, lo quecontrasta fuertemente con la va

    electoral que ha intentado impul-sar cierta parte de la izquierda queha considerado que la movilizacinsocial ha tocado un techo.De lo anterior, se deriva que cual-

    quier estrategia de rearme debecontar con dos pilares: la multisec-torialidad, como proceso de uni-dad programtica y desarrollo de lasolidaridad efectiva, fundamentalen la constitucin subjetiva de laclase; y la accin directa de masas,como el mtodo ms dinmico ypotente en la reconstruccin org-nica y poltica la clase trabajadora yel pueblo, en tanto se basa en la de-mocracia de base radical. Estos dos

    ejes centrales se muestran como laforma ms concreta de enfrentar elescenario y los objetivos inmedia-tos del perodo: las transformacio-nes democrticas. Sin embargo, senecesita de un factor determinanteen la composicin del aspecto sub-jetivo: la izquierda revolucionaracomo fuerza poltica y, dentro desta, las y los libertarios.

    El rol de las y los libertarios

    La conformacin de una fuerzapoltica de izquierda revolucionariaque sea una alternativa a las pers-pectivas progresistas neoliberales yreformistas que se re-articulan bajola perspectiva ciudadana, con pro-gramas enfocados en los sectores

    medios o buscando atraer a los pe-queos capitalistas, desestimandouna estrategia que se plantee desdehoy la lucha por el poder popular,es una urgencia. Falta un polo dife-rente al PC y a los sectores refor-mistas al lado del PC y que disputedesde la izquierda la recomposi-cin del movimiento popular. Estaunidad, obviamente, puede ser sloa partir del debate programtico yel desarrollo de la lucha concreta,desarrollando alianzas estratgicasy, con el reformismo, alianzas decarcter tctico que permitan de-

    batir estrategia y ganarlo (o a susmilitantes) para la izquierda revolu-cionaria. Esto implica construir sinsectarismos ni temores, ampliar eldebate y los espacios de encuen-tros al alero de las luchas efecti-vas que empezar a dar sin demo-ra la clase trabajadora. Slo estopermitir desarrollar el necesarioespritu de escisin, separando alas trabajadoras y trabajadores dela influencia de la burguesa y delreformismo, y dotndolos de unaperspectiva independiente, capazde plantearse tareas ms avanzadasen esta dura lucha por el Socialis-mo y la Libertad.

    Las luchas democrticas no sern, para los revolucionarios, un esfuerzo por ampliar lademocracia burguesa, sino que deben apuntar, principalmente, al desarrollo de una fuerzasocial clasista que emerja del perodo como un claro actor en la poltica nacional y permitaperfilar a las y los trabajadores como la nica clase dirigente que, bajo sus formas de poderpropia, sean capaces de transformar el pas

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    SolidaridadTrabajador@s / 6 Enero-Febrero 2014

    T

    rabajadores del rubrodel montaje industrial yla construccin crearonsu propia cooperativa

    de electricistas. Contraponen laautogestin y horizontalidad a laexplotacin laboral: Son los admi-nistradores de su propio medio pro-ductivo, el cual se controla demo-crticamente y proyecta ampliarseal rubro de la construccin.La Cooperativa de Trabajadores de

    Electricistas surgi bajo la necesi-dad de resolver un problema laboralde seis trabajadores hace tres aos.Compuesto por maestros y ayudan-tes elctricos, tcnicos industrialese ingenieros, con distintas formasde especializacin y experiencia, se

    dieron a la tarea de crear un trabajojusto, digno e igualitario, el cual per-mita resolver la necesidad econmi-ca de cada uno de ellos.Partiendo por la autogestin, con-

    trol y administracin de su medioproductivo, lograron que la coope-rativa les pertenezca a todos porigual, bajo un sistema de asambleasy comisiones operativas, donde cadasocio y trabajador a la vez poseeun voto en la toma de decisiones.En cuanto a los ingresos, lo resol-

    vieron en funcin de las realidadespersonales y laborales de cada tra-bajador, donde todos reciben elmismo pago independiente del rol,nivel acadmico, o tipo de respon-sabilidad asignada, el que slo varaen funcin de la cantidad de trabajorealizado y no del tipo de trabajo.A medida que las condiciones la-

    borales fueron mejorando fue ne-cesaria la generacin de una mayorfuerza de trabajo, lo cual, bajo unsistema de incorporacin de socios,el nmero de trabajadores -simpati-zantes, colaboradores y socios- esaproximadamente 10 personas.

    La organizacin traza como polti-ca incrementar cuantitativa y cuali-

    tativamente la cantidad de traba-jos, con el fin de incrementar sunmero de socios, y por ende, sufuerza laboral. Incluso proyectan

    abarcar otras especialidades comola construccin, obras civiles, so-luciones hidrulicas, y por quno, apostar a la generacin de unaconstructora popular desde y paralos trabajadores.

    Cooperativas, controlproductivo y poder popular

    Las caractersticas esenciales delas cooperativas de trabajo permi-ten generar condiciones producti-vas, sociales y laborales, que elimi-nan las condiciones enajenantes y

    de explotacin propias del modeloeconmico capitalista.Lo anterior se plasma concreta-

    mente a travs del control producti-vo, que depende principalmente delas intenciones y objetivos polticosque se planteen los socios, que a lavez de socios y dueos de la coope-rativa, son la fuerza de trabajo quela sostiene. Si los objetivos e inten-ciones que se plantean los sociosson realmente comunes, colectivos,solidarios y revolucionarios, la coo-perativa pasa a ser una herramientade construccin de un sistema labo-ral libremente asociado, superandoas la forma de trabajo basado en laexplotacin del hombre por el hom-bre y la comercializacin de la fuer-za de trabajo, es decir, superando, auna escala de cada unidad producti-va, el trabajo asalariado.Las cooperativas, luego de la lle-

    gada del neoliberalismo, se insti-tucionalizaron a travs de las le-yes burguesas, y fueron quedandorezagadas del modelo productivosocial, ms an se centralizaron suspoderes y se les permiti funcionar

    como cualquier empresa capitalista,teniendo una cantidad infinita detrabajadores asalariados.

    El modelo cooperativo tuvo suauge en Chile con los gobiernosde Eduardo Frei Montalva y la Uni-dad Popular, principalmente comomedio de organizacin productivaagropecuaria, de servicios bsicosrurales y de viviendas, con organi-zaciones que agrupaban a pequeosgrupos en modelos asociativos conlos principios cooperativos pre-neo-liberales.Destacan en la creacin de coo-

    perativas nuestros pases vecinos,sobretodo Argentina, que luego dela crisis del 2001, cuando los capita-les se fugaron completos y la bancaaprovech de generar riqueza, tomfuerza el movimiento de empresasrecuperadas, fbricas o unidades deservicios tomadas en que la patro-nal declara la quiebra y se retira conuna deuda gigante a proveedores ytrabajadores. Ya tomadas las unida-des productivas por los trabajadorespara mantener sus puestos de traba-jo, se requiri ponerlas en marcha ycomenzar a comercializar en una

    primera etapa con el mercado tradi-cional, para ello se utiliz el marcoinstitucional de las cooperativas, el

    cual ajustado a la direccin polticadel movimiento, deriv en grandesejemplos como el de cermicas Za-non y el del hotel B.A.U.E.N.. As, lascooperativas han logrado generaruna red productiva, de apoyo mu-tuo, de mercado paralelo solida-rio, el cual permite sostenerlas y lashace cada da ms fuertes.

    Control colectivo de la

    plusvala

    Al ser las cooperativas una organi-zacin democrtica y autogestio-nada en la cual sus socios decidencada figura y funcionamiento porel cual regirse, se origina una condi-cin histrica de recuperar y con-trolar la plusvala generada por cadatrabajador, y por la colectividad, de-cidiendo finalmente qu hacer conella.El nivel organizativo de las coope-

    rativas permite definir en la asam-blea general, primero, los ingresosde dinero o retiros (conocidos

    como salarios en el sistema capita-lista) que le corresponde a cada so-

    controlproductivo ypoder popular

    por Francisco JimnezTrabajadores Sin Patrn

    Cooperativa deTrabajadores Electricistas:

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    SolidaridadTrabajador@s / 7 Enero-Febrero 2014

    cio, es decir, se definen los nivelesde ingreso personales en funcinde los tiempos de trabajo y tipos detrabajos realizados. En este punto,la cooperativa tiene la posibilidadde abolir en forma interna la divi-sin social del trabajo, y de recupe-

    rar el valor del trabajo por sobre elprecio del trabajo.Una vez decididos los ingresos de

    cada trabajador, la asamblea ge-neral decide el qu hacer con losexcedentes (utilidades) de dinerooriginados por el trabajo de la coo-perativa. Estos se pueden repartiren partes iguales a cada socio pro-rrata al trabajo, el cual se mide enfuncin de cada cooperativa y surubro, o bien, se pueden acumularen un fondo destinado a inversin,reserva, emergencia, etc. En estepunto se pasa por encima de una de

    las piedras angulares del capitalis-mo, que es la apropiacin que haceel capitalista, o dueo del medio deproduccin, de la plusvala que ge-nera cada trabajador y el conjuntode ellos conjuntamente, y que stosnunca llegaron siquiera a dimensio-

    nar que generaron.De esta manera, cabe preguntarse

    lo siguiente, cul es el rol de lascooperativas en la emancipacinde la clase trabajadora?, cul es elrol de las cooperativas en la cons-truccin del socialismo? Claramen-

    te entendemos que el capitalismoes un sistema monstruoso que nopodemos enfrentar de la noche a lamaana a travs de pequeas uni-dades productivas; pero lo que siapostamos, es que el trabajo coo-perativista, o de control obrero,y polticamente bien conducido,contribuye a la construccin de unpoder popular productivo y eco-nmico, ganando espacio dentrodel capitalismo, en base al controlproductivo local, luego comunal yluego nacional.Cuando una cooperativa de estas

    caractersticas adquiere un socio lequita fuerza de trabajo a los capi-talistas, y con ello, la capacidad deextraer plusvala de ese trabajador.Adems, las cooperativas son ca-paces de abrir espacios de trabajoa compaeros que, debido a su tra-

    bajo poltico anticapitalista, en elmercado laboral tienen las puertascerradas, y tambin, a todas las per-sonas que el capitalismo les generaun trabajo indigno o son discrimi-nadas. Un trabajador emancipadodel patrn y asociado con sus pares

    en igualdad de derechos y deberes,cambia su perspectiva acerca deltrabajo y de su valor como trabaja-dor, porque es capaz de ver, enten-der y vivir un sistema productivodigo, justo e igualitario, alejado delos principios capitalistas, que lemuestra el real valor del trabajo yque expresa abiertamente los nive-les de plusvala generados en cadaoficio, por cada trabajador, y encada unidad productiva colectiva.Si somos capaces de construir una

    variada cantidad de cooperativascomo unidades productivas au-

    togestionadas, somos capaces deconstruir, paso a paso, un mercadoparalelo solidario, que permita uncomercio interno y una ayuda mu-tua, transformando la demanda ha-ca las organizaciones productivasautogestionadas, y dejando poco a

    poco y en forma paulatina la nece-sidad de comerciar en el mercadocapitalista. Este paso, si se proyectaen forma escalada, se convierte enun arma de combate al capitalismoy a la burguesa, ya que si los traba-jadores son llamados poco a poco

    a autogestionar su trabajo, a ejercerel control obrero, se desenmascaraautomticamente el rol de explota-cin que cumple la patronal, agu-dizando as en forma sostenida lascontradicciones de clase.Las cooperativas deben relacionar-

    se con sus espacios, con las asam-bleas territoriales, con los poblado-res, con los sindicatos, porque lascooperativas son una herramientaque aporta a la construccin delpoder popular hacia el socialismo,siempre y cuando, se encuentrenenredadas a una movilizacin na-

    cional y no atomizadas en su tra-bajo gremial, esperando as, que lascooperativas sean parte del soporteeconmico de una revolucin decarcter socialista, y que en algnminuto pasarn a ser completamen-te socializadas.

    Desde el ao 2008 que losPeonetas de Coca Colaagrupados en la Federa-cin Nacional de Peo-

    netas de Coca Cola (FENASIPEC)vienen luchando legalmente para serinternalizados por embotelladorasAndina y dejar de ser trabajadoressubcontratados de varias empresasde transporte, su mayor argumentoes que son parte de la lnea de pro-

    duccin ya que terminan el procesocon la etapa de entrega, donde inclu-so reciben dinero y documentacinde Andina y no se la empresa sub-contratista.Un primer juicio llevado a cabo el

    2008 finaliz a mediados del 2013,ganando los peonetas en todas lasinstancias, hasta que llegaron a laCorte Suprema donde perdieronpor la forma y no por el fondo, esdecir, ellos no solo deban haberdemandado a embotelladoras Andi-na sino que tambin a las empresassubcontratistas. El 2013 los peone-tas pasaron a la ofensiva con un aocargado de movilizaciones, paros

    ilegales y negociaciones colectivasque no muchas veces estaban den-tro de los plazos estipulados por elpro empresa Cdigo Laboral, logran-do aumentar el sueldo de la mayorade los peonetas sindicalizados enSantiago. El caso ms emblemticofue el de VPS-Agromarina, empresade transporte que entrega bebidasa supermercados, los compaerostenan una psima negociacin co-

    lectiva vigente y se fueron a huelgade manera ilegal para presionar a laempresa y cambiar el contrato colec-tivo vigente hasta esa fecha. La pre-sin dio resultado ya que los grandessupermercados presionaron a An-dina (empresa mandante) para quedestrabara el conflicto, fue as comose lograron considerables aumentosen sus remuneraciones, de $ 350.000que ganaban los ms antiguos, se au-ment a cerca de $ 600.000.Por otra parte, tambin se volvi a

    pelear por el lado legal con una nue-va demanda esta vez corrigiendo losdetalles del juicio anterior. Fue ascomo demandaron a Andina, la em-

    presa Transportes Andina Refrescos(TAR) y a las empresas subcontra-tistas de transportes, en dos juiciosdonde separaron a las empresas sub-contratistas en dos grupos; por unlado se demanda a VPSAgromarina(supermercados), y por el otro, todoel resto de empresas que entregan abotilleras y almacenes.Frente a esto la empresa Andina

    reaccion y ha intentado desesta-

    bilizar a la Federacin, por un ladocerrando empresas subcontratistasms chicas, despidiendo y recontra-tando a los trabajadores por sueldosmiserables, adems de dejar a la de-riva a los dirigentes sindicales de lasempresas cerradas. El ltimo caso sedio a finales del 2013 con una accinque discriminaba a los peonetas; An-dina le entregaba una colacin espe-cial a cargo de una promotora slo alos chferes y no a los peonetas. To-das estas acciones los compaerosde la FENASIPEC las evalan comomedidas antisindicales, de presinpsicolgica, que buscan desestabili-zar la Federacin.

    Los dos juicios por subcontrata-cin han avanzado, a pesar de lasmaniobras de Andina por retrasarlas audiencias y fallos, es as comopara el mes de marzo se espera quefinalmente se dicte sentencia. Cla-ramente Andina debe estar presio-nando para que este fallo sea a sufavor, como bien dice el presidentede FENASIPEC Gustavo Godoy, sinosotros estuviramos en Colombia,

    nos habran matado hace tiempo, yeso es verdad, las formas de relacio-narse con los sindicatos que tieneCoca Cola a nivel mundial rayan enlo ilegal.Finalmente el fallo del juicio se lle-

    var a cabo en el mes de marzo y sehace necesario visibilizar esta luchade los compaeros peonetas, ya quede ganar el juicio y ser internaliza-dos les permitira negociar de mejorforma ya que lo haran directamentecon Andina y no con las empresasde transportes. Adems, se fijara unprecedente jurdico para todas lastrabajadoras y trabajadores subcon-tratados.

    PEONETAS DE COCA COLASE ENCUENTRAN A PUNTO

    DE DARLE UN GRAN GOLPE AEMBOTELLADORAS ANDINApor Gannicus

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    SolidaridadTrabajador@s / 8 Enero-Febrero 2014

    Con esta serie de docu-mentos, que se publica-rn permanentementeen el Peridico Solida-

    ridad pretendemos abrir un de-bate hacia el movimiento sindicalindependiente, que promueva y

    refuerce el despliegue de una lneapoltica sindical adecuada al nuevocontexto poltico.

    Breve diagnstico

    Luego de las pasadas eleccionespresidenciales, la clase trabajadorachilena se enfrenta a un cambio enel escenario poltico, en el cual seabre un complejo desafo para elconjunto del movimiento sindicalcon la avanzada del reformismo.Por medio de la concrecin de

    un nuevo pacto de gobernabili-

    dad tal como lo hicieran a iniciosde los 90- la Confederacin de laProduccin y el Comercio (CPC) yla Central Unitaria de Trabajadores(CUT), ya han dado muestras delos avances en materia de refor-mas laborales para presentar a laprxima administracin de la Nue-va Mayora. Estos acuerdos, si bienaparentan ser soluciones tcnicasa problemas concretos que se hanplanteado hace varios aos en laopinin pblica, promueven extre-mar la norma existente que resaltala flexibilidad en las relaciones la-borales individuales y la rigidez enlas relaciones laborales colectivas.Las organizaciones sindicales ac-

    tivas por su parte-, que existen apesar del bajo porcentaje de afilia-cin de las ltimas dcadas, se en-frentan a este panorama con unaaltsima desarticulacin. A pesarde emerger en la actualidad variosespacios de coordinacin y acerca-miento parcial en algunos sectoresproductivos o zonas geogrficas,an se carece de un nivel madurode intercambio poltico y progra-

    mtico.De manera extraordinaria, estn

    en desarrollo importantes proce-sos de consolidacin de fuerzassindicales en algunos sectores es-tratgicos (portuarios principal-mente), que en conjunto con otrosactores sociales podran fortaleceruna estrategia de lucha comn(multisectorial). Sin embargo, estosesfuerzos corren el grave riesgo deverse acorralados entre el nivel deurgencia y atencin que ameritanlas transformaciones democrticasy el an bajo estadio de desarrollo

    de otros sectores sindicales es-tratgicos que oxigenen a los que

    estn luchando, generando recam-bios y alternacin de los sectoresms combativos. Debe considerar-se adems, que varias direccionessindicales estn comprometidascon el proyecto de la Nueva Ma-yora (por ejemplo, CODELCO ymineras privadas), lo cual obligaradems a tensar hacia la izquierdaa amplios sectores obreros con unapoltica metdica y constante.En este contexto, intentaremos

    exponer aqu un diseo u hoja deruta que permita visualizar una es-trategia de superacin de la situa-cin descrita.

    Diseo estratgico hacia el

    mbito sindical

    1-Tesis para el perodo poltico:nos referimos al eje principal detrabajo durante el perodo 20142018. Este sera la centralidad delmovimiento obrero en la rearti-culacin del movimiento popularpara enfrentar la avanzada del re-

    formismo y superar el perodo dereformas democrticas parciales

    con una orientacin anticapitalista.2-Aspectos subjetivos: nos referi-

    mos a las caractersticas subjetivaso conceptuales a desarrollar. Latarea principal en este plano es lade elevar la conciencia poltica delas y los trabajadores desde la base,por medio de la formacin y la sis-tematizacin de las experiencias delucha que permitan hacer cada vezmayores y mejores reflexiones res-pecto de su rol de vanguardia y su

    capacidad de convertirse en fuerzapoltica hegemnica.Otros elementos fundamentales a

    desarrollar son la comprensin res-pecto del significado de disputarla construccin de programa, estoes, el protagonismo que debentener las organizaciones obrerasen las definiciones programticas,independiente de los partidos bur-gueses o reformistas, esto es, porqu?, cundo?, cmo? y haciadnde? luchar.Por ltimo, debe considerarse

    como tarea fundamental y per-

    manente durante este perodo, ladisputa en la concepcin de accin

    sindical, promoviendo un tipo desindicalismo transparente y antibu-rocrtico.3-Aspecto orgnico: nos referimos

    a los nfasis en la construccin deestrategia sindical. La tarea funda-mental es consolidar y desarrollar

    la unidad sindical por rama y porcircuito productivo, promoviendola democratizacin de las estruc-turas y la resolucin de conflictosinternos. Todo esto teniendo comohorizonte la reconstruccin futurade una central sindical anticapita-lista, que agrupe a los principalesgremios de trabajadores y trabaja-doras del territorio nacional.4-Aspectos polticos: nos refe-

    rimos a los principales procesospolticos a desarrollar. Las tareasgiran en torno a preparar, desarro-llar y profundizar la participacin y

    discusin poltica de las y los tra-bajadores como sector organiza-do en un frente de masas comncon otras fuerzas del movimientopopular. Esta tarea debe permitirenfrentar con unidad y responsabi-lidad los prximos procesos polti-cos, previendo divisiones en los es-fuerzos de unidad orgnica, comobase de articulacin multisectorial.El desarrollo de espacios de discu-sin poltica debe promover deba-tes hacia las bases sindicales, sobreasuntos como un posible procesode asamblea constituyente, refor-

    ma tributaria, alianzas polticas enun frente de izquierda, etc.5-Desarrollo de la accin directa

    de masas (ADM): se refiere a lasformas y contenidos con las quese enfrentar la construccin es-tratgica. La tarea principal es eldesarrollo de la ingobernabilidadpoltica y econmica que permitadesestabilizar el sistema, por me-dio de la movilizacin de sectoresestratgicos de trabajadores y tra-bajadoras en conjunto con otrossectores movilizados. Las formas

    concretas variarn de acuerdo aldesarrollo de los aspectos mencio-nados ms arriba, debiendo con-siderar la preparacin de la basesindical para un estado de para-lizaciones prolongadas o huelgageneral. Adems debe considerar-se el desarrollo de los contenidosprogramticos que doten de legiti-midad las movilizaciones (fin de lasAFP, renacionalizacin de recursos,etc.). Todo esto en el marco deconquistas de derechos sociales,de diversas confrontaciones demo-crticas, que posibiliten el no cierre

    del ciclo abierto de movilizacionespopulares.

    APORTES PARA UNALNEA POLTICA SINDICAL

    (primera parte)por

    Hernn GonzlezDelegado sindical SINTEC Chile en la Divisin Ministro Hales de CODELCO

    Crisn Villablanca

    Dirigente sindical del Sindicato de Trabajadores del Colegio Raimapu.

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    SolidaridadTrabajador@s / 9 Enero-Febrero 2014

    La Federacin deProductores deFruta de Chile(Fedefruta) esti-

    man que podra haber 1,5milln de cajas de fruta en

    riesgo en el Puerto Centraly STI de San Antonio. A es-tos datos se suman las 3.400toneladas diarias que estnsin poder transportarse enAngamos, terminal ubica-do en Mejillones, Regin deAntofagasta. Intranquili-dad, fue la sensacin que

    imper en los distintossectores productivos anteeste nuevo paro portuario.Los trabajadores portuariosdel sindicato n2 de Meji-llones y Antofagasta junto

    a la Unin Portuaria, pro-tagonizaron un segundoparo nacional en menos deun ao. Las caractersticassociales y polticas de estosltimos conflictos han sidosignificativas, ya que porun lado los trabajadoras ylas trabajadores del puer-

    to estn ubicados en unsector productivo clavepara la economa nacional,elemento que ha significa-do un elemento de presinfuerte hacia el conjunto de

    los gremios empresarialesvinculado sobre todo conla exportacin de fruta enel norte. Ronald Bown, pre-sidente de la Asociacinde Exportadores de Frutasde Chile (Asoex), dijo queesta situacin recalca lanecesidad de lograr acuer-dos laborales definitivos conel sector portuario, para

    contar con una estructurajurdica y social que permitaotorgar sustentabilidad alproceso portuario nacional.Por otro lado, la Cma-ra Nacional de Comercio

    (CNC) junto con la CmaraAduanera de Chile desdeel primer paro, han cuan-tificado el impacto econ-mico en trmino de expor-taciones e importaciones yrecaudaciones fiscales envarios millones de dlares.En este sentido, las movi-

    lizaciones portuarias hangolpeado fuerte al modelo.Adems, en la prctica lostrabajadores portuarios hanavanzado en los hechos, so-brepasando la actual legis-

    lacin en materia laboral, esdecir, han logrado progresaren la organizacin por ramade todos los trabajadoresde los puertos de Chile. Esees el objetivo que posee laUnin Portuaria de Chile yesa tambin la motivacinactual de la lucha de lostrabajadores de Angamos,que completaron ms de 3semanas en conflicto conla empresa Ultraport, paraque sta reconozca el sindi-cato que unifica a obreroseventuales y contratados.Este conflicto se fue agu-dizando, en el marco deuna sistemtica y organi-zada represin contra lostrabajadores movilizados,por parte de carabineros ysobre todo policas de civil.En medio de este hostiga-miento, sufre un extraoaccidente el compaeroLuis Gonzlez, trabajadordel puerto de Angamos,quien se encuentra grave-

    mente hospitalizado.En este complejo esce-nario social, se ha hecho

    sentir nuevamente la orga-nizacin y solidaridad delos estibadores de Chile; ala movilizacin se sumaronlos portuarios de San An-tonio (quienes instalaron

    el pago retroactivo de lamedia hora de colacin del2005 a marzo del 2013), serealizaron paros sorpresi-vos en Valparaso, el parode 3500 compaeros de laUnion Portuaria del Bo-Bo (San Vicente, Coronely Lirqun) quienes pararonlas cargas forestales, y elparo indefinido que llevanadelante los trabajadoresde los puertos nortinos deChaaral, Caldera y Huas-co. A esto le sumamos la

    solidaridad activa de otrossindicatos-bases, organiza-ciones populares de Chile,la red sindical de Atacama(portuarios-mineros) quese han movilizado en apo-yo a los estibadores. Porotro lado, la dirigencia dela CUT ha brillado por suausencia en este conflictocomo tambin en los ante-riores.

    Los portuarios de Chile,sus organizaciones sindica-les y sus organismos de lu-cha y articulacin, sealanel largo camino de la unidaden la lucha y de la acumula-cin de fuerza en un sentidocombativo. La movilizacinportuaria, su experiencia depelea, es un episodio msdel paulatino pero soste-nido rearme de las fuerzassindicales de las y los traba-jadores de Chile.

    LOS PORTUARIOSNUEVAMENTE EN LA PELEAConflicto desatado en Angamosinici esta nueva movilizacin

    Al cierre de esta edicin,el conicto conna abiertocon grandes movilizaciones enAntofagasta y el Bo Bo

    por Arturo Lpez

    Los trabajadores portuarios han avanzado en loshechos, superando la actual legislacin en materialaboral, es decir, han logrado progresar enla organizacin por rama de todos los

    trabajadores de los puertos de Chile.

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    SolidaridadTrabajador@s | Feminismo / 10 Enero-Febrero 2014

    Hace ya ocho meses esta-mos realizando un tallerde oratoria y expresincorporal con trabajado-

    ras de casa particular organizadasen SINTRACAP, (Sindicato de Tra-bajadoras de Casa Particular). Loque en primera instancia nos motivcomo grupo a realizar estos tallereses nuestra aproximacin, reconoci-miento y nimo de transformacin,respecto a las mltiples desigual-dades que vivimos las mujeres en la

    sociedad actual. Desigualdades quevan configurando un entramado deopresiones manifiestas en la femini-zacin de la pobreza, la discrimina-cin salarial, la segregacin sexualdel mercado laboral, la violencia se-xual y el acoso, la prostitucin, etc.Esta experiencia ha sido crucial para

    nosotras, ya que no slo nos hemosconcientizado profundamente de lasdiversas injusticias que oprimen a lasmujeres que vivencian el patriarcadosegn su condicin de gnero y/osexo. Adems hemos sido testigos dela poca ayuda y/o respaldo, y un pre-

    cario foco de atencin a las mujerestrabajadoras con oficios relaciona-dos al mbito reproductivo. A estasmujeres, les queda solo la alternativade hacer frente a estas condicionesestructurales, organizarse en sindi-catos que les ayuden a ser una vozempoderada capaz de conquistarsus derechos laborales, educativosy polticos. Y es en este punto don-de el taller ha tomado sentido, puesnos ha permitido establecer lazos decooperacin, donde nos apoyamospara visibilizar, concientizar y tratarde revertir lgicas de dominacin enconjunto, estructuras que estn pre-sentes en nuestros cuerpos, en nues-

    tra cultura y en nuestros discursos.Para hacer posible la transformacin

    personal y colectiva, es necesarioque integremos una lectura conjun-ta sobre el contexto capitalista y surelacin con el patriarcado. En estecontexto (capitalismo) la estructurasocial y la opresin hacia las mujeresha tomado otras caractersticas par-ticulares, no porque las mujeres seanespecficas sino porque se da un tipode dominacin singular. As, con elsurgimiento de la sociedad capita-

    lista, se hizo necesaria la reorganiza-cin de la divisin sexual del trabajo.La separacin entre el lugar de traba-jo y el de residencia, entre el trabajoasalariado y el trabajo domstico,entre el espacio pblico y el privado;se produjo tambin una separacinradical entre lo femenino y lo mas-culino. En consecuencia las activi-dades del mundo pblico, las tareasproductivas remuneradas, la partici-pacin poltica, la creacin cientfica,cultural y el arte se convirtieron enactividades sociales ms valoradas entrminos de los recursos materiales,

    de poder y simblicos. Las mujeressomos constantemente discrimina-das en estos espacios y aquellas queson de origen popular, como lo sonlas trabajadoras de casa particularviven de forma ms directa la opre-sin, obligadas a cumplir las tareasreproductivas poco valoradas, invi-sibilizadas en la poltica, excluidasde la creacin cientfica, del arte y lacultura.As, nos hemos propuesto como

    primera tarea, en lo que llevamosrealizando el taller, desnaturalizar elrol que adoptamos como mujeresdentro de la sociedad. Esto ha sig-nificado un ejercicio de develamien-

    to de lo que debemos ser y haceren sociedad, estas asignaciones semuestran en forma de mandatos,respaldado por discursos que sonreforzados por nuestra cultura y queson difundidos a travs del lenguajey las prcticas de socializacin; Unano nace mujer sino que se hace mu-jer (como dijo Simone De Beauvoiren 1949).Las mujeres de SINTRACAP como

    trabajadoras de casas particulares, noposeen estudios superiores, la ma-yora de ellas slo han completado-con suerte- su educacin bsica y/omedia en establecimientos pblicos,por lo tanto han tenido que accederal mundo laboral actual ejerciendolabores domsticas para la sustenta-cin de s mismas y de sus familias.De esta forma, han tenido que en-frentar un trabajo que por siglos dela historia humana, ha sido basado enla lgica patronal y de esclavitud ser-vil, generalmente desempeado por

    mujeres. El trabajo domstico, comolo mencionbamos anteriormenteha sido nulamente valorado por no

    estar asociado directamente a laproduccin econmica, y esto se re-fleja en las condiciones laborales deestas mujeres; donde no se les hacecontratos que respalden su trabajo ycalidad de vida, no tienen derecho auna salud digna (no slo por las ca-rencias del sistema de salud pblico,sino tambin por sus jornada extensade trabajo, sobre todo para aqullasque trabajan puertas adentro sien-

    do su nico da libre los domingos).Adems, su remuneracin no equiva-le a la cantidad de labores y horarioque desempean, como tambin noexiste una cotizacin de renta dignaen una AFP para efectos de indemni-zacin. Para seguir sumando, las tra-bajadoras domsticas puertas aden-tro no tienen derecho a descansossemanales (slo el domingo como semencion anteriormente), no siem-pre se les respeta su derecho a vaca-ciones de quince das hbiles anualescon remuneracin ntegra luego dehaber cumplido un ao de servicio,y por ltimo pero no menos grave,se silencia en muchas ocasiones el

    EL TEATRO DELOPRIMIDO COMO

    HERRAMIENTA DEEMANCIPACIN DELAS MUJERES

    La determinacin y la AccinFeminista Libertaria de La Alzada

    porRomina Maldonado y Daniela Villar

    Militantes de La Alzada, Accin Feminista Libertaria

    El Teatro del Oprimido es un sistema de ejercicios fsicos, dejuegos estticos, de tcnicas de imagen y de improvisacin,

    donde se construyen los medios artsticos del teatro al serviciode una pedagoga de la responsabilidad y la autonoma.

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    SolidaridadTrabajador@s | Feminismo / 11 Enero-Febrero 2014

    Al enterarse que el daviernes 10 de Enero serealizara la votacin quedeterminara la configura-

    cin del nuevo directorio de la cor-poracin, la directiva del Sindicatode Trabajadores y Trabajadoras dela corporacin SEDEJ, convoca a dis-tintitos representantes de organiza-ciones para realizar un accin fugazcon el fin de denunciar las actualesprcticas antisindicales que la cor-poracin SEDEJ perpetr contra sustrabajadores y trabajadoras despusque el pasado 14 de octubre de 2013el sindicato se constituyera.La directiva sindical compuesta por

    Marcela Veloso, Patricia Valenzuelay Vctor Fernndez nos comentanque la funa no fue algo que nosotros

    buscamos, la corporacin al cerrar lapuerta al dilogo y hacer odos sordosa las denuncias de nuestros socios y so-cias, nos obligan a tomar otro tipo demedidas, pues desmienten la existenciade estas prcticas e infantilizan lasdenuncias apelando a que son hechosaislados y malas interpretaciones de lasafectadas. Enfatizando que la funaes una de muchas otras acciones quese desarrollarn si el directorio de lacorporacin no recapacita en su ac-tuar.La funa comienza con la contextua-

    lizacin que el presidente del sindi-cato y miembro de CITAS, VctorFernndez, hace a los asistentes, y

    resalta lo paradjico que resulta de-nunciar por prcticas antisindicalesa una corporacin que se supone

    defiende los derechos humanos. Re-conoce, que si bien esta corporacinfue un aporte a organizaciones so-ciales que se oponan a la Dictaduracvico militar en los aos 80, en es-tos momentos son cmplices de laherencia dictatorial al ser quienesactivamente reproducen la lgica deprecarizacin laboral en trabajadoresde su corporacin, al aceptar acrti-camente trabas estructurales paralas y los trabajadores como lo son elcdigo laboral y la implementacin aciegas de la poltica de control y con-tencin social como los programas yproyectos de los distintos Ministe-rios y servicios del Estado. Entre los

    que se hicieron presentes estuvieronrepresentantes de la ACES, CGT y laRadio la Voz de los Trabajadores, La

    conferencia inter-sindical, el Sindica-to de trabajadores de la fundacinLen Bloy, La batalla de los Traba-jadores, el Movimiento de trabaja-dores y trabajadoras Clotario Blesty La coordinadora Interregional detrabajadoras y trabajadores del reasocial CITAS.Las muestras de saludo estuvieron

    dirigidas a la solidaridad entre tra-bajadores, en la multisectorialidad yen la unin transversal de todas lasluchas por grandes o pequeas queestas sean. El ex vocero de la ACESPablo Toro, enfatiza que si no se res-petan a los trabajadores se tomaranmedidas ms radicales, pues estos no

    estn solos.

    FUNA POR PRCTICASANTISINDICALES

    por Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Corporacin SEDEJ

    acoso e incluso el abuso sexual porparte de los empleadores varoneshacia ellas.Este trabajo prctico, el taller de

    oratoria, es planificado integran-do la metodologa del Teatro delOprimido, con el objetivo de poder

    transformar estas relaciones de do-minacin, permitindonos en primerlugar desalojar al opresor que lleva-mos en nuestras conciencias, inclusopor herencia socio-histrica. Paraesto es necesario re-apropiarnos denuestra voz, de nuestros cuerpos yde nuestra memoria, de nuestros sig-nificados y de nuestra identidad. Deesta manera, abrir cada vez ms loscampos de la transformacin socialque conlleva la superacin de la lgi-ca de dominacin imperante y viven-ciadas a diario por las mujeres.

    El Teatro del Oprimidopara la emancipacin de lasmujeres

    El Teatro del Oprimido (TO) es unsistema de ejercicios fsicos, de jue-gos estticos, de tcnicas de imageny de improvisacin, donde se cons-truyen los medios artsticos del tea-tro al servicio de una pedagoga dela responsabilidad y la autonoma.Cada sujeta est capacitada paraenunciar propuestas indispensablessobre su condicin y sus caminos,en donde el TO ayuda a las sujetas

    a elaborar sus propuestas y a dotar-las de un espacio donde expresar-las. Una de las tcnicas del TO es el

    Teatro Imagen, que como objetivoapunta a concienciar, discutir y ana-lizar de forma concreta, detallada y

    clara, problemticas reales de unasituacin en particular y todo lo quele rodea, todo a travs de imgenescorporales de las mismas partici-pantes. Adems permiten tambinaclarar lo que se desea alcanzar, yfinalmente identificar todos los pa-sos a seguir para su transicin y asvencer aquellos obstculos que di-ficultan e impiden la liberacin deaquella situacin. Las imgenes sonms inmediatas y fciles de inventarque las palabras y, hasta cierto pun-to, ms ricas en significados posibles,ms polismicas, sobre todo cuando

    se tiene un vocabulario reducido, re-sultando ms fciles de expresar por

    este medio los pensamientos.sta tcnica no slo es una herra-

    mienta de concientizacin de pro-

    blemticas y de soluciones, sino queva mucho ms all, al convertirse enun ensayo para la vida, y as hacer-nos protagonistas de stas, consien-tes de nuestro presente a partir denuestro pasado, para as construir enconjunto un futuro ms libre, dignoe igualitario para todas y todos. ElTeatro del Oprimido (TO) permitemediante estos ejercicios teatrales,que las mujeres de SINTRACAP seconozcan, se piensen en su relacina otros y que emerjan en el proceso,potenciales soluciones a sus proble-mas cotidianos. El TO tiene un po-

    tencial especial, como herramientade trasformacin y emancipacin

    de las mujeres. Creemos que el TOpermite resignificar el lenguaje y laidentidad de las personas participan-tes, herramientas fundamentales enel proceso de emancipacin; un pro-ceso que requiere en primer lugar deque; las mujeres puedan visibilizar su

    posicin en la estructura social y susituacin de subordinacin en tantomujeres trabajadoras y sindicalistas,las mujeres toman conciencia decules son los elementos que ope-ran en su exclusin y segregacinen cuanto al acceso a la educacin,al mundo laboral y al escenario po-ltico; para finalmente empoderarseellas mismas mediante la reflexiny control sobre el uso del lenguaje ysus cuerpos.El resultado que se busca es un pro-

    ceso de metacognicin, donde lasmujeres son capaces de desarrollar

    habilidades de oratoria y expresincorporal, y dnde el objetivo ltimoes permitir y fomentar espacios dedilogo, encuentro y reflexin entremujeres, escenarios de debate cons-tante donde las mujeres puedan ge-nerar discursos, de forma autnomay participativa.La invitacin es a que sigamos inte-

    grando metodologas participativasen la construccin de un horizontepoltico amplio, pongamos nuestrosconocimientos y energas al serviciodel pueblo y aportemos de forma co-lectiva a la emancipacin de las y los

    oprimidos.

  • 8/12/2019 solidaridadN21_web.pdf

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    SolidaridadRepresin / 12 Enero-Febrero 2014

    Mauricio Soto, trabaja-dor de una fbrica deCerrillos y militantelibertario, explica el

    operativo policial que se desarroll elpasado 11 de septiembre en su pobla-cin Villa Francia, y que culmin con

    la detencin de 14 personas bajo irre-gulares circunstancias.

    La noche del 11 de septiembre VillaFrancia se convirti nuevamenteen el objetivo de la fuerza pblica

    En qu contexto se desarrollaronlas detenciones de sus pobladores yqu irregularidades present?

    Desde las 19:00 horas, en la Plaza Pa-dre Mariano Puga se realiz un actopoltico-cultural, al cual asistieroncerca de 400 personas. La gente reu-nida comenz a marchar hasta llegar

    a la interseccin de Quemchi con 5de Abril, a pocos metros de la benci-nera Copec, en la cual haba un grancontingente de policas. Procedimosa encender velas, pero las fuerzaspoliciales apostadas en el permetro

    comenzaron rpidamente a reprimirlanzando bombas lacrimgenas alcuerpo y disparando perdigones. Enese momento comenzaron los en-frentamientos.Mucha gente se dispers y se reple-

    g hacia la villa. Mientras esto ocurra

    Fuerzas Especiales apareci portandoarmamento de guerra. Yo fui sacado apunta de escopeta del jardn de unacasa, entre 5 policas me golpearonreiteradamente y me arrastraron cer-ca de 10 metros para ingresarme enun carro lanza-gases, luego me cam-biaron a un vehculo de traslado dedetenidos ubicado en la estacin deservicio, y en l un polica intent as-fixiarme.El furgn policial rpidamente se

    llen de detenidos. A algunos nosmarcaron con una x en la mano,y constantemente los policas nos

    amenazaron con que nos iban a ha-cer cagar. Ningn detenido fue su-bido portando capuchas o coctelesmolotovs. La treintena de detenidosfuimos trasladados directamente a la33 Comisara de uoa, y no a la que

    geogrficamente nos corresponda.Los policas separaron a 14 detenidosdel resto (9 hombres y 5 mujeres), ynos indicaron que estbamos acu-sados de delitos especiales. Luego

    comenzaron a amontar vestimentasy armar bombas molotovs frente anosotros, distribuyendo todo ms o

    menos equitativamente entre los 14.

    Cul fue la decisin de la justiciaante las detenciones?

    Fuimos formalizadospor atentado a la

    autoridad, desrdenes graves y portede artefactos incendiarios, delitos porlos que la Fiscala peda 5 aos. Lasnicas pruebas que existan eran lostestimonios de los Fuerzas Especialesque nos detuvieron, y un montn defotos de ropa y bombas molotovs que

    aparecieron en el patio de la Comisa-ra. Ningn imputado estaba vestidode la forma en que se afirmaba enlos respectivos partes de detencin.Ante tantas contradicciones e irregu-laridades, el juez de garanta decreten su resolucin judicial la ilegalidadde nuestras detenciones, y nos dejen libertad, determinando que debe-ramos mantenernos con el rgimencautelar de firma mensual durante los70 das iniciales que durara la inves-tigacin.Lamentablemente, el sbado 21 de

    septiembre, ante la apelacin de la

    Fiscala que quera a toda costa de-jarnos en prisin preventiva, la 8 salade la Corte de Apelaciones, cambila medida a reclusin domiciliaria to-tal. Nos ayud bastante para evitarla crcel el hecho de que en la Corte

    de Apelaciones se hayan presentadolos resultados preliminares de los pe-ritajes que buscaban la existencia dehidrocarburos en nuestras manos yespaldas, los cuales dieron resultadosnegativos. Mientras cumplamos estergimen de privacin de libertad laFiscala aument a 90 das el plazo deinvestigacin.

    Si vamos hacia atrs, la noche del 26de agosto desconocidos quemarontres microbuses del Transantiago enVilla Francia, sin que se presentasendetenidos, consideras que existealgn nexo entre esta situacin y lasdetenciones del 11 de septiembre?

    Por supuesto. Ese hecho brin-d una excelente oportunidad

    para que el gobierno pudie-ra implementar un plan de

    contingencia que siti po-licialmente la poblacinlas semanas previas a laconmemoracin de los

    40 aos del Golpe Mi-litar. Policas armados

    hasta los dientes, blindados y vehcu-los patrullando a toda hora, controlesde identidad, revisiones de automvi-les, desvo de la locomocin colectivadesde las 18:00 horas, fueron algunasde las medidas en que se materializdicho plan de contingencia. El hos-

    tigamiento y la provocacin eran evi-dentes. Las fuerzas represivas querantomar revancha de lo ocurrido el 26 deagosto, ya que no fueron capaces dedetener a nadie. Prepararon el terrenopara la noche del 11, y se dejaron caercon inusitada violencia Por qu soloa los detenidos en Villa Francia se lesdio el trato preferencial en la 33 Co-misara? Por qu de los cerca de 300detenidos de aquella jornada de pro-testa en Santiago, slo 14 detenidosen Villa Francia fuimos procesadosarriesgando hasta 5 aos de prisin?

    Hace algunas semanas se llev acabo una nueva audiencia En quse modific la situacin penal de los14 detenidos y cul es el escenariofuturo que debern afrontar?

    Luego de casi estar 3 meses encerra-dos en nuestras casas, fuimos citadosa una nueva audiencia el 13 de diciem-bre pasado. En ella la Fiscala pidi am-pliar el plazo de investigacin en 60das ms. Pero nuestros abogados dela Defensora Popular, alegaron que enlos 90 das que ya haban transcurridola Fiscala no haba sido capaz de reco-pilar ningn nuevo antecedente, y queadems estaba ofreciendo un juicioabreviado para resolver rpidamenteel proceso, lo que demuestra que elmontaje se les est cayendo y que notienen ninguna prueba concreta quenos vincule con los cargos que nosachacan. El juez accedi a aumentarel plazo de investigacin por 30 dasms, pero cambi nuestra medida cau-telar a reclusin domiciliaria nocturna(de 22:00 a 06:00 horas), prohibindo-nos eso s, la posibilidad de participaren actos polticos o manifestaciones.

    Esperamos que en la prxima audien-cia se rebaje nuevamente la medidacautelar o se anule y se fije finalmentela fecha del juicio, el cual deberemospreparar colectivamente con los abo-gados. En sntesis, debemos lucharpor la cada definitiva de este montaje

    jurdico-policial.

    La Cmara Baja rechaz la LeyHinzpeter, que entre sus mltiplespropsitos buscaba reponer ladetencin por sospecha Cmoevalas este cambio y proyectas suaplicacin durante el gobierno de

    Bachelet?

    SOBRE LOS 14 JVENES DETENIDOS EN VILLA FRANCIA

    DEBEMOS LUCHAR POR LA CADA DEFINITIVA

    DE ESTE MONTAJE JURDICO-POLICIALpor Adela Velarde

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    SolidaridadRepresin | Pueblo Mapuche / 13 Enero-Febrero 2014

    En el marco de una nueva con-memoracin de la muerte

    del weichafe Matas Catrileo(asesinado el 2008 a sus 22aos por el cabo del GOPE Walter Ra-mrez), este enero de 2014 nuevamen-te se caracteriza por una escalada re-presiva en el Gulumapu. Hace un ao,conocamos la noticia de la muertedel matrimonio Luchsinger-Mackayen Vilcn. Este enero una seguidilla deacciones y atentados incendiarios enel sur, no reivindicados por las comu-nidades en conflicto, han significadoel aumento del control policial y el re-forzamiento de la militarizacin de lazona, con el fin de seguir avanzando

    en la Pacificacin de la Araucana,como lo expres la vocera de gobier-no hace unas semanas. Pacificacin

    que sigue siendo una ocupacin eco-nmica, militar, poltica-administrati-

    va y cultural del territorio por partedel Estado chileno, empresas foresta-les, megaproyectos mineros y energ-ticos, y empresarios agrcolas, defen-dida alevosamente por los grandesmedios de comunicacin y sustentadapor una dura campaa de represin,criminalizacin y encarcelamiento decomuneros, weichafe y machi.En medio de este escenario, el 2013,

    como viene siendo la tnica hace va-rios aos, se vio marcado por huelgasde hambre de los presos polticos ma-puche, feroces allanamientos en lascomunidades, nios y nias mapuche

    perseguidos, procesados y heridoscon perdigones y balines de goma, jui-cios completamente arbitrarios, como

    los realizados contra el Machi Celesti-no Crdova del Lof Yeupeko-Katrileo

    (imputado por la muerte del matrimo-nio Luchsinger-Mackay) y contra elwerkn Daniel Melinao de la comu-nidad Wente Winkul Mapu (por susupuesta participacin en la muertedel sargento de carabineros Albornozen 2012), quien acaba de ser absueltopor falta de pruebas el pasado 9 deenero por el Tribunal de Angol. Perosobre todo ser otro ao que quedarteido de sangre en nuestras memo-rias, tras el asesinato el 6 de agosto enextraas circunstancias an no aclara-das, del comunero Rodrigo MelinaoLicn de la comunidad Rayen Mapu,

    Lof Loloko.Frente a esta estrategia de mano durapor parte de las clases dominantes,

    con todas las herramientas institucio-nales a su favor, en estos ltimos aos

    ha habido un avance de las recupera-ciones territoriales. Algunas comuni-dades han reafirmado su postura delucha, otras que se haban mantenidoms dialogantes, frente a la nula res-puesta de las instituciones estatalesy regionales, fueron tomando posi-ciones ms combativas, impulsadaspor la firme decisin de recuperar ycontrolar, para producir, sus territo-rios expropiados. Vaya toda nuestrasolidaridad con las comunidades enconflicto. Sabemos que recorremosun largo camino comn de lucha con-tra la explotacin y opresin de nues-

    tros pueblos.

    OTRA VEZ ENERO EN EL WALLMAPUEL ESTADO CHILENO REFUERZA LA MILITARIZACIN DE LA ZONApor Teresa Acosta

    Considero que la fuerza pblica ac-ta impunemente, independiente deque cuenten con un marco jurdicoque legalice su brutalidad; siempre loha hecho y siempre lo har. Los po-derosos y la polica violan persisten-temente sus propias leyes en caso de

    que stas no defiendan sus intereses.No debemos olvidar que la verdaderafuncin social de las policas es man-tener el orden existente que beneficiaa una pequea minora acaudalada.No obstante lo anterior, ciertamen-te, es una pequea victoria el que no

    haya pasado esta ley, que criminaliza,judicializa y estigmatiza an ms ellegtimo derecho que tenemos losexplotados y oprimidos a rebelarnosy manifestar nuestro descontentoen las calles. La nica garanta que te-nemos para afrontar y contrarrestar

    efectivamente la represin y la perse-cucin del Estado, y las acusacionesgratuitas de la prensa hacia las y losque luchan, es asumir la responsabili-dad histrica de construir un pueblotrabajador unido, fuerte y organizado.Para esto, es urgente avanzar a paso

    firme en la superacin de nuestrosprecarios, frgiles y voltiles nivelesde organizacin de clase.Respecto a la vuelta de Bachelet, los

    trabajadores y los sectores popularesno debemos albergar ninguna espe-ranza de que esta vez las cosas sern

    distintas. Conocemos de sobra elcomportamiento que los partidos dela Concertacin y el reformismo (hoyNueva Mayora) han tenido conquienes se han levantado exigiendoun futuro mejor para el pueblo y lostrabajadores. Slo podemos confiar

    en nuestras propias fuerzas, por elloes necesario empezar a coordinar lasdiversas iniciativas dispersas y dotar-las de un contenido comn, teniendoclaridad en que los verdaderos cam-bios emanan desde abajo y construi-dos a pulso entre todas y todos. Los

    atajos, las salidas por arriba, la politi-quera, slo engendran confusionis-mo y falsas ilusiones en caminos queen el pasado ya nos han llevado a ca-tastrficas derrotas.

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    SolidaridadOpinin / 14 Enero-Febrero 2014

    El da 9 de diciembre delao que acaba de termi-nar, en la Librera Proyec-cin, se llev a cabo el

    lanzamiento del tercer nmero dela Revista Materialismo Histrico,publicacin del Grupo de Estu-

    dios Marxistas (GEM) -enfocadaesta vez en distintos aspectos dela crisis mundial-, en el marco deun debate en torno a las perspec-tivas de la izquierda para el prxi-mo perodo presidencial. Al debateasistieron representantes de trescorrientes de la izquierda chilena,a saber, los comunistas (PC), losautnomos (IA) y los comunistaslibertarios (CTL). El propsito dela instancia fue la realizacin de unespacio en el que se compartierany contrapusieran distintos diagns-ticos y proyecciones en relacin

    con los desafos a los que, como iz-quierda, nos veremos enfrentadosen los prximos aos.El Grupo de Estudios Marxistas,

    hace algunos aos, se propusoaportar modestamente a la forma-cin de un espacio pblico pro-letario, el que comprende la ge-neracin de un campo comn dedebate e intercambio que permitauna prctica de discusin fraternaentre las distintas corrientes queexisten al interior de la izquierda.Si bien podemos reconocer quehay pequeos grupos, o algunos in-

    telectuales, relativamente aisladosentre s que estn haciendo teora,que sin duda, s aportan, lamenta-blemente no ha habido un espaciocomn que permita avanzar en es-tos debates de manera abierta, cr-tica y sistemtica. La teora, en estesentido, debiera ser capaz de avan-zar con los procesos histricos, conlas experiencias de lucha de las ylos trabajadores y de los distintossectores del pueblo, y tiene quehacerlo de manera crtica, comoherramienta para la defensa de losintereses de la clase trabajadora.Hoy da, al menos en el caso deChile, lo que vemos muchas veceses, o bien, la repeticin de modelostericos bien establecidos, que ad-miten pocas variaciones prcticas,o por otro lado, la ausencia de es-trategia, el olvido del horizonte co-munista. El problema de ello es queno existe un criterio desde el cualmirar crticamente los procesos ac-tuales y sus opciones tcticas, y ases como sectores de la izquierdadan su apoyo acrtico e irrestricto acualquier proceso que pinte como

    progresista Bolivia, Venezuela,Cuba-, o bien, que si hacen crticas,son crticas muchas veces cosmti-

    cas, que no discuten en profundi-dad la cuestin del socialismo, y seolvidan de que de lo que se tratano es solamente de acabar con laexplotacin, sino tambin con ladominacin, o en otras palabras,tanto con el poder econmico de

    la burguesa como con el poder po-ltico estatal, que, al menos segnel marxismo, tiene un carcter declase.Ahora bien, al hablar de la teora,

    si se hace seriamente, de lo que se

    trata en definitiva es de la estra-tegia revolucionaria. Y sta, comodice Artous, tiene que ver funda-mentalmente con el proyecto dederribamiento del poder polticoburgus. Trotski, cuando analiza-ba el desarrollo de las discusionesen el movimiento socialista inter-nacional, deca que hasta antes dela Primera Guerra Mundial, se ha-

    blaba slo de la tctica del partidoproletario, y que eso correspondaa los mtodos parlamentarios y

    sindicales que eran predominantesentonces, y que no sobrepasaban elmarco de las reivindicaciones y delas tareas corrientes, limitndosede esa manera a los problemas par-ticulares. La estrategia revolucio-naria, por otro lado, lo que hara es

    incorporar un sistema combinadode acciones que, adecuadamenteorientado y por medio de su desa-rrollo, conduzca al proletariado a laconquista del poder. Aqu de lo quese trata, en otras palabras, es de ge-

    nerar modalidades de formacin deconciencia socialista a partir de lasexperiencias propias de la clase, ensus luchas, en tensin permanentehacia el objetivo estratgico queacabamos de esbozar, en virtud delhorizonte de una nueva sociedaden que ya no exista la lucha de cla-ses, la sociedad comunista: cuandocorran a chorros llenos los manan-

    tiales de la riqueza colectiva.Mucho se ha hablado, adems, so-bre la supuesta crisis poltica del

    rgimen neoliberal en Chile, prin-cipalmente a partir de la histricamovilizacin estudiantil del 2011,as como de otros movimientos so-ciales de gran convocatoria, princi-palmente a nivel regional. As tam-bin, se han visto algunos avances

    en ciertos sectores especficos delas organizaciones de trabajadores,y aunque la cuestin de la organi-zacin obrera sigue mantenindoseen un nivel de suma desorganiza-cin, se habla de un ciclo abierto demovilizaciones sociales que, en losprximos aos, plantea un desafode gran magnitud para la izquierda.El reciente perodo eleccionario,

    adems, plante una serie de pro-blemas, tanto al interior de la iz-quierda revolucionaria, como parael conjunto de la izquierda, quebusca la mejor manera de proyec-

    tar las tareas de cara al prximogobierno de Bachelet y la NuevaMayora, candidatura que ha reci-bido el apoyo explcito y materialde sectores importantes del em-presariado, toda vez que su coali-cin histrica ha mostrado mayorefectividad en la contencin de losmovimientos sociales, y en definiti-va, en la administracin poltica delcapitalismo en Chile.Ms all de cualquier clculo parla-

    mentario, parece haber acuerdo, enel sector de la izquierda revolucio-naria, sobre la actual incapacidad

    institucional, por su configuracindictatorial, de generar posibles co-yunturas de autonoma relativa delEstado de tal manera de acoger ydar solucin a las principales de-mandas de los movimientos socia-les, tanto en el mbito de la edu-cacin, como en el de la salud, laspensiones, los recursos naturales, yotras reformas parciales a favor delos trabajadores. Sobre este puntohubo, naturalmente, diferencias.Algunos estiman que las relacionesactuales entre los bloques en el po-der permiten abogar, al interior dela institucionalidad, por reformasque dejen en mejor pie a la clase tra-bajadora y al pueblo, avanzando enun programa progresista; otros, encambio, sostienen que el desarrollode las organizaciones de la clasetrabajadora requiere un procesoque, sin confiar en la institucionali-dad burguesa, se construya a travsde un proceso de lucha y organiza-cin que permitan la formacin deuna slida independencia de clase.El contexto internacional, sin em-bargo, es desalentador: EEUU y

    Europa, en plena crisis, arremetencontra los intereses de los trabaja-dores por medio de recortes y fle-

    LANZAMIENTO REVISTA MATERIALISMO HISTRICO

    PROYECCIONESDE LA IZQUIERDA

    ANTE EL NUEVOESCENARIOPOLTICO

    por Carlos Miroslav

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    SolidaridadOpinin | Barrial / 15 Enero-Febreo 2014

    El festival de cine se presenta como anta-gonismo al cine dominante, trasladndolodesde los salones a la calle a travs de la au-togestin, se inici en Santiago el ao 2007

    y ya cuenta con 12 versiones.Con el tiempo, ha logrado sumar una serie de expe-

    riencias que hacen del festival no solo una muestrade producciones audiovisuales, sino que tambin, demsica, poesa, graffiti, rap, danza, entra otras expre-siones populares.El pasado diciembre se llev a cabo por primera vez

    en la VIII Regin, donde las actividades del FECISOfueron distribuidas entre la Universidad del Bo-Bo(sede Concepcin), la poblacin Nongun y el ex-campamento Villa Nueva Cocholge (ubicado a 5kilmetros de Tom).Este tipo de instancias pueden fortalecer el trabajo

    territorial, a travs de la formacin y fortalecimientode redes entre las organizaciones sociales -barrialesy estudiantiles en este caso- que participaron en suorganizacin. En la versin penquista del festival, or-

    ganizaciones como el Colectivo Cultural El Estero,la Biblioteca Comunitaria Villa Nongun, la RadioNongun, la Vocala de Medioambiente de la Fede-racin de Estudiantes de la Universidad de Concep-cin, Radio Leufu, adems del propio equipo localdel FECISO, se reunieron para hacer posible la acti-vidad que en tres das, cont con proyeccin de cor-tometrajes, presentacin en vivo de poesa y msica,y talleres de cine y graffiti.La realizacin de festivales de artes como el FECI-

    SO, y de manera ms general de todas las instanciasque permitan compartir y difundir las problemticassociales que nos aquejan en las poblaciones, permiteposicionar contenido crtico en el espacio pblico,hegemonizado regularmente por la publicidad con-sumista y adems, de manera particular, por la pro-paganda electoral durante la fecha de realizacin desta versin del festival. Este instrumento se vuelveimportante debido a la rpida capacidad para gene-rar redes que posee la antesala a la realizacin delfestival, lo que aporta en la generacin de encuen-tros que van reconstruyendo en parte el tejido tandesmantelado que tenemos hoy en da a nivel po-blacional. As, se convoca a las distintas organizacio-nes comunitarias presentes en el territorio a trabajarmancomunadamente por revitalizar la calle, nuestrasplazas, en particular el espacio pblico en donde po-demos libremente encontrarnos y establecer nuevasrelaciones de sociabilizacin. Todos mecanismos

    que permiten a la vez que se visibiliza una crtica so-cial de manera temporal proyeccin audiovisual- opermanente murales, graffitis-, dotando a la pobla-

    cin de una nueva imagen y de nuevos espacios deencuentro.Cuando hablamos de contribuir a la recomposicin

    de tejido social, es porqu vemos que a travs de laasistencia las vecinas y vecinos del sector a partici-par de instancias que representan una alternativa, de

    contenido crtico, para la ocupacin de su tiempo li-bre en su propia poblacin, espacio que les pertene-ce y que muchas veces se abandona, ellas y ellos seempoderan cada vez ms de su barrio y comienzana generar nuevos lazos sociales entre s. Dicho as-pecto se torna fundamental para las organizacionesque proyectan trabajo en una poblacin, ya que ne-cesitan articularse con otras organizaciones presen-tes en el territorio, y acrecentar el activo social delsector. Para que esto ltimo sea concretado exitosa-mente, deben hacerse lecturas situadas y diagns-

    ticos previos del sector en el cual se va a intervenir.De lo contrario, las actividades planificadas correnel riesgo de quedar fuera de contexto, mostrndoseajenas a la realidad de la poblacin, lo que afecta ne-gativamente la participacin de las vecinas y vecinosy merma la capacidad transformadora de la interven-cin. Es decir la forma, y el contenido expresado enestas instancias deben ser cuidadosamente medidosen funcin de las distintas expresiones del territorio,

    sus conflictos principales, sus realidades medioam-bientales, de transporte, represin, narcotrfico, etc.Este trabajo de lectura previa, que contextualiza

    y dota al FECISO de ser un instrumento realmentetransformador y proyectable en el tiempo en distin-tos territorios, es una de las conclusiones ms im-portantes que saca el equipo FECISO Concepcin,luego de realizar una evaluacin de los tres das defestival en la Regin del Bo-Bo. Adems de esto, ala luz de las conclusiones de sta evaluacin, se pro-yecta la implementacin de talleres permanentes enlos sectores antes mencionados, la realizacin dejornadas constantes con muestras de produccionesalternativas, y el dotar al equipo de mayor infraes-tructura para poder realizar este tipo de interven-ciones de mayor periodicidad, continuidad y proyec-cin en el tiempo.

    EL FESTIVAL DE CINE SOCIAL Y ANTISOCIAL (FECISO)SE INSTALA EN LA REGIN DEL BO-BO

    La iniciativa busca promover y difundirla creacin artstica en temticas de

    crtica social y se convierte en unanovedosa instancia de encuentro

    popular en las poblaciones penquistas.

    xibilizacin, afectando directamente lossalarios, los derechos sociales, y en defi-nitiva, las condiciones de vida de millo-nes de personas, constituyendo un lmiteal proyecto de la social-democracia.El Chile actual, a 40 aos del Golpe

    Militar, se encuentra ante un panorama

    adverso: una clase trabajadora y un pue-blo profundamente desorganizado, conorganizaciones cooptadas por el siste-ma poltico de administracin, y ciertasexperiencias de recomposicin socialy poltica que, aunque notables, tienenan mucho camino por recorrer para darsolucin definitiva a sus intereses. El pro-ceso histrico delineado, sin embargo,plantea una serie de problemas estrat-gicos que la izquierda revolucionaria, sisu objetivo es la transformacin radicalde la sociedad, debiese proponerse resol-ver: el rol y el carcter del Estado y de susinstituciones, y en relacin a l, el papel

    que juegan las reformas democrticasy su lugar en el proceso revolucionario,as como la tctica electoral y el uso delparlamento, y sus lmites y posibilida-des; el rol de la violencia y del dilogo;y la caracterizacin y organizacin de laclase trabajadora, hoy debilitadsima porlos efectos del neoliberalismo sobre eltrabajo Ha crecido la clase trabajadoraen Chile? Cules son los trabajadores, yen qu sectores productivos se encuen-tran? La pregunta por la forma en que elcapitalismo chileno organiza la produc-cin social es crucial para la elaboracinestratgica, y a su vez, permite plantear

    de mejor manera la relacin entre las or-ganizaciones polticas, o partidos revo-lucionarios, con la clase en su conjunto,y las perspectivas de construccin tantode las organizaciones polticas como delas organizaciones sociales y del poderpopular, para el perodo que se viene.En tiempos en que distintos sectores

    de la izquierda parecen adoptar la acti-tud de hinchas de distintos equipos deftbol, la conformacin de canales quecontribuyan a la formacin de un espaciopblico proletario, es decir, de un entra-mado de instancias que permitan la crti-ca propia, para superarnos, se convierteen una necesidad de vital importanciapara la recomposicin de la organizaciny del movimiento de las y los trabaja-dores. Aunque la discusin no resuelvenada por s sola, sin duda puede aportar adotar de herramientas a un movimientoque busca y necesita volver a retomar laofensiva.

    Sitio web del

    Grupo de Estudios Marxistas (GEM):

    http://www.estudiosmarxistas.cl

    En Facebook: http://www.facebook.com/estudiosmarxistas.

    por FECISO Concepcin y Colecvo Cultural El Estero

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    SolidaridadCultura / 16 Enero-Febrero 2014

    Durante el 2013, se estrenaron en Chile,una lista bien nutrida de pelculas liga-das al gnero de la ciencia ficcin, entreellas: Titanes del pacfico, Oblivion,

    Despus de la tierra, Gravedad, Guerra MundialZ y Elysium, siendo esta ltima la que nos con-voca a comentar. Elysium, es una cinta con efectosespeciales, explosiones, muertes, superestrellas deHollywood, etc. Una gran frmula hecha para arra-sar en las taquillas y lograr una recaudacin cuantio-sa. Pero Y qu hay ms all? Cul es el argumentohace girar la historia? Y ese, es el punto fuerte de lahistoria, pues el argumento sobrevive ms all de laespectacularidad.La pelcula nos muestra nuestro planeta en el ao

    2153, con sobrepoblacin, pobreza extrema, conuna contaminacin que hace casi inhabitable el pla-neta, este es el mundo de los pobres y trabajadores,en donde abunda la delincuencia, en donde los hos-pitales no dan abasto con tanto paciente, la escuelano existe, y existe un Estado policial que vigila conrobots a todos los habitantes de la tierra. Mientras

    que en el otro lado de la moneda, fuera de la tie-rra, cerca de la Luna, existe en una estacin espacialacondicionada, para otra clase de seres humanos,con un clima templado, salud accesible y disponibleen cada hogar, que cura todo tipo de enfermedadesque los hospitales en la tierra no pueden (polio, cn-

    cer, leucemia, etc.). Este es el mundo de los ricos ypoderosos, que viven del trabajo de los habitantesde la tierra, para poder mantener su nivel de vida, esla miseria de unos, lo que hace poderosos a otros.El hilo conductor presente en casi toda la pelcula,es el conflicto entre estos dos mundos, y las contra-dicciones que genera. Pero no son conflictos entredos planetas, o dos galaxias, o dos especies, es unconflicto entre dos clases fuertemente marcadas,fuertemente divididas. Es la lucha de clases el pro-tagonista central, es tambin el escenario que nosmuestra la pelcula, un escenario futuro, en el cual elproletariado no ha ganado, y evidentemente el capi-talismo no ha acabado. La pelcula no busca la edifi-cacin del socialismo, o un llamado de atencin para

    que se levanten los pobres del mundo, o los esclavossin pan, y que los proletarios griten guerra, no. Lapelcula es menos ambiciosa, lo que busca es instalaruna crtica posible a cerca de cmo vivimos hoy.El film, tiene el mismo carcter que varias realiza-

    ciones, como la hecatombe neoliberal de BladeRunner o el exiguo humor de una serie como Fu-turama, que se sitan en el futuro para realizar una