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LAS RELIGIONES Y LA CUESTIÓN DE LA VIDA Y DE LA MUERTE RELIGIONES AFRICANAS Y AFRO- DESCENDENTE EROS X TANATOS El autor es Babalawo y Master en Psicología del Desarrollo en USP (Universidad de San Pablo - Brasil). Es miembro de la Asociación Brasileña de Ethno-psiquiatría, el fundador y presidente actual del IOC - Instituto Orunmila de Cultura. Él también es presidente de FITACO - Federación Internacional de la Tradición Africana y Culto a los Orisa . Aquéllos que tienen sus raíces religiosas en el pensamiento judío-cristiano encuentran gran dificultad a entender las religiones africanas o afro-descendentes cuando se refiere a los valores éticos y morales que regulan las relaciones entre las personas y entre esas mismas personas y las divinidades que son alabadas. En las religiones de origen judío-cristianas se entiende que los valores ético-morales se establecen directamente por Dios para la regulación de las relaciones humanas y para ordenar las relaciones entre el profano y el sagrado, al ejemplo de las tablas de la ley de Moisés. Así, ese Dios, al mismo tiempo que asume la ilustración del legislador supremo,

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LAS RELIGIONES Y LA CUESTIN DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

LAS RELIGIONES Y LA CUESTIN DE LA VIDA Y DE LA MUERTERELIGIONES AFRICANAS Y AFRO-DESCENDENTE EROS X TANATOSEl autor es Babalawo y Master en Psicologa del Desarrollo en USP (Universidad de San Pablo - Brasil). Es miembro de la Asociacin Brasilea de Ethno-psiquiatra, el fundador y presidente actual del IOC - Instituto Orunmila de Cultura. l tambin es presidente de FITACO - Federacin Internacional de la Tradicin Africana y Culto a los Orisa.Aqullos que tienen sus races religiosas en el pensamiento judo-cristiano encuentran gran dificultad a entender las religiones africanas o afro-descendentes cuando se refiere a los valores ticos y morales que regulan las relaciones entre las personas y entre esas mismas personas y las divinidades que son alabadas.

En las religiones de origen judo-cristianas se entiende que los valores tico-morales se establecen directamente por Dios para la regulacin de las relaciones humanas y para ordenar las relaciones entre el profano y el sagrado, al ejemplo de las tablas de la ley de Moiss. As, ese Dios, al mismo tiempo que asume la ilustracin del legislador supremo, permanentemente mira y controla los hombres, sus pensamientos y acciones, juzgndolos e interviniendo siempre que l entienda necesario, sea personalmente, sea por va de sus mensajeros que son los ngeles y arcngeles, en el proceso de relacin entre el divino y el humano.

Al mismo tiempo, por la condicin de esa relacin y de sus reglas, se establece la nocin del pecado. El hombre ya nace marcado por el pecado original, que se refiere a su propia existencia en la tierra, accidente en un programa que ste Dios haba establecido para su Creacin y que el hombre no ejecut. Estigmatizado as, el hombre tiene que sufrir durante toda su existencia, resignadamente, intentando recibir el perdn divino y, de este modo, aspirar al encuentro con la gracia divina despus de la muerte.

Durante su existencia el hombre vive, casi que de una manera compulsoria y compulsiva, una vida de pecados en su relacin con Dios y las leyes divinas. Esa nocin del pecado, tan importante a las religiones cristianas, termina imprimiendo en el mundo psicolgico de todos los involucrados, un permanente, aunque a veces difuso, sentimiento de culpa.

El hombre se ve invlido, de cierta manera en funcin de su propia naturaleza y de esa falta de encuentro primordial, al ejercicio permanente de experiencias dentro de los modelos de perfeccin y santidad pedida; sigue en Dios una relacin que se establece en los niveles de aceptacin y donde Dios, de una cierta manera, respeta la individualidad de cada uno, que ha sido definida previamente definida por El mismo Dios en la creacin individual de cada ser humano. En un mundo esencialmente no lineal se exige de cada hombre la linealidad absoluta.

En las religiones africanas y afro-descendentes, Dios, cuando asume el atributo de legislador supremo, lo hace como una gran inteligencia que ordena el cosmos, de" proyectista" supremo de su creacin, desarrollando una tica centrada en su propio proyecto Creador. Entre los yorubas, por ejemplo, Dios, nombrado por ellos de OLODUNMARE, es considerado el Juez Supremo y se llama "OBA ADAKE DA JO" - El Rey que vive arriba y que ejecuta los juicios en silencio", significando que l controla el destino de los hombres y la orden de la Creacin.

En las llamadas religiones africanas o afro-descendentes cada ser humano es distinguido de los otros por una creacin que es esencialmente particular y eso se manifiesta a travs de la individualidad llamada ORI. Esa diferenciacin es de naturaleza interior y nada en el plan de las apariencias fsicas nos permite cualquier referencia de identificacin de esas diferencias. ORI es el ORISA, la divinidad personal, en toda su fuerza y grandeza. ORI es el primero en ser alabado en todos los momentos, representacin particular de la existencia individualizada (la esencia real del ser). Es el que gua, acompaa y ayuda a la persona antes del nacimiento, durante la vida y despus de la muerte, dando la referencia a su jornada y asistindola en la ejecucin de su destino.

Mientras ORISA personal de cada ser humano, con certeza l est ms interesado en el logro y en la felicidad de cada hombre que cualquier otra divinidad. De la misma manera, ms que cualquiera, l sabe las necesidades de cada hombre en su caminada por la vida y, en los xitos y fracasos de cada uno, teniendo los recursos apropiados y todos los indicadores que permiten la reorganizacin de los sistemas personales referentes a cada ser humano.

El concepto de ORI es ntimamente conectado al concepto de destino personal y de las condiciones instrumentales del hombre para el logro de este destino. Podemos notar que el entendimiento sobre el papel que ORI lleva a cabo en la vida de cada hombre es ntimamente relacionado a la fe en la predestinacin - en la aceptacin que el xito o infortunio de cada hombre depende en larga escala del destino personal que l trae en la venida para el mundo. Ese destino personal nosotros llamamos KADARA o IPIN y se entiende que el hombre lo recibe en el mismo momento en que escoge libremente el ORI con que vendr para la tierra.

Se hacen muchas referencias a las relaciones entre ORI y destino personal. El destino descrito como IPIN ORI - la sina de ORI - puede ser dividido en tres partes: AKUNLEYAN, AKUNLEGBA y AYANMO. AKUNLEYAN es el pedido que usted hizo en el dominio de IJALA - lo que le gustara especficamente durante su periodo de vida en la tierra: el nmero de aos que usted querra pasar en la tierra, los tipos de xito que usted espera obtener, los tipos de parientes que usted quiere. AKUNLEGBA son aquellas cosas dadas a un individuo para ayudarlo a lograr esos deseos. Por ejemplo: un nio que quiere morirse en la niez puede nacer durante una epidemia para garantizar su muerte.

AYANMO es aquella parte de nuestro destino que no puede moverse: nuestro gnero (sexo) o la familia en que nosotros nacimos, por ejemplo. Ambos, AKUNLEYAN y AKUNLEGBA pueden modificarse sea para bueno o para malo, dependiendo de las circunstancias. As el destino descrito como IPIN ORI - la sina de ORI puede sufrir alteraciones debido a las acciones de personas malas llamadas como ARAYE - los hijos del mundo, tambin llamadas AIYE - el mundo o todava, ELENINI - implacables (amargos, sdicos, inexorables) enemigos de las personas.

Como fue dicho, nuestros ORI espirituales son por ellos propios subdivididos en dos elementos: APARI-INU y ORI APERE - APARI-INU representa el carcter (la naturaleza), ORI APERE representa el destino. Un individuo puede venir para la tierra con un destino maravilloso, pero si l viene con el carcter malo (la naturaleza), la probabilidad de la ejecucin de ese destino se compromete severamente. Nosotros vemos, entonces, que el destino tambin puede afectarse por el carcter de la persona. Un destino bueno debe sostenerse por un carcter bueno. Esto es como una divinidad: si bien alabado concede su proteccin. As, el destino humano puede estropearse por la accin del hombre. IWA RE LAYE YII NI YOO DA O LEJO, es decir, -" Su carcter, en la tierra, proferir sentencia contra usted".

El nombre IPIN est igualmente asociado a ORUNMILA, conocido como ELERI-IPIN - el Seor del Destino y que es aquel que estaba presente en el momento de la creacin, conociendo todos los ORI, asistiendo al compromiso del hombre con su destino, los objetivos de cada uno en el momento de su venida para el AIYE, el mundo visible, el programa particular de desarrollo de cada ser humano y sus instrumentos para la ejecucin de ese programa.

ORUNMILA conoce todos los destinos humanos y l intenta ayudar los hombres a trillar sus verdaderos caminos. Tenemos, as, que uno de los papeles ms importantes de ORUNMILA respecto al hombre, adems de ser el intrprete de la relacin entre las divinidades y el hombre, es el de ser el intermediario entre cada uno y su ORI, entre cada hombre y los deseos de su ORI.

En los momentos de crisis, la consultacin al orculo de IFA permite el acceso a las instrucciones con respecto a los procedimientos deseables, siendo considerado buenos los procedimientos que no entran en discordancia con los propsitos de ORI. El ser que ejecuta integralmente su IPIN-ORI (destino de ORI), madurece para la muerte y, recibiendo los ritos fnebre apropiados, alcanza la condicin de ancestral al pasar del AIYE, el mundo visible, para el ORUN, mundo invisible.

Si nosotros dijramos que, en las religiones africanas o afro-descendentes, Dios no asume ese papel de legislador de la moral y de los hbitos, de regulador de las relaciones sociales o, particularmente, de las relaciones entre los hombres, quien de hecho define esa estructura de valores? Quin establece y controla los valores ticos y morales permanentes que regulan las relaciones humanas?

El principio de senioridad que penetra todas las relaciones sociales, familiares y las relaciones educativas en las varias culturas africanas tambin establecen los hbitos y organizan los modelos ticos que regulan todas las relaciones dentro de la sociedad. Los ancestrales, memoria permanente alabada en los grupos familiares y sociales, y los ancianos son, de este modo, las personas responsables por esta orden viva de regulacin, siendo interesante observar que, humano que es el establecimiento y mando de los modelos, esos valores siempre son cambiables y sujeto a cambios que acompaan la modernidad o la demanda de cada momento histrico.

Tenemos entonces que esos patrones ticos y morales, incluso los usos y hbitos, siempre sern ms o menos estructurados y rgidos segn el grado de flexibilidad, de desarrollo y/o la permeabilidad cultural de las generaciones anteriores.

Todas esas cuestiones aqu puestas determinan una diferencia esencial y significante entre el pensamiento judo cristiano y el pensamiento afro-descendente sobre la relacin de vida-muerte y, sumamente importante, ellas determinan en las personas localizadas aqu o all una diferenciacin al enfrentar esa relacin. Nosotros podemos pensar, as, que las condiciones en que las personas se relacionan con la relacin vida-muerte pueden ser determinadas por esa visin religiosa que podra hacernos clasificar las religiones en dos grandes grupos: las religiones de vida y las religiones de muerte. La inclusin de alguien en uno u otro de esos grupos, de una cierta manera, determinara su relacin con la vida, con la salud / enfermedad y con la muerte.