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Signos Literarios y Lingsticos II.1 (junio 2000), 27-45
SIMILITUDES Y DIFERENCIAS EL DESARROLLO
DE L
ACCIN
ENNO
H
Y
M L QUE POR
IEN NO
VENG
Serafn Gonzlez
Universidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa
orno comnmente ocurre en la comedia barroca.No hay mal que por bien no
venga,
de Ruiz de Alarcn, se estructura fundamentalmente en torno de un
contraste central. A partir del m ism o, se marcan las correspon dencias y dife
rencias que dan p aso tanto aunjue go ingenioso y brillante de situaciones sorprenden
tes como a la profunda expresin de algunos de los grandes temas que preocuparon
especialmente en aquella poca. Desde el principio hasta el fin de los acontecimientos
planteados y desarrollados en la comedia, el dramaturg o recrea detalladamente, com o
sabem os, las trayectorias seguidas tanto por don Dom ingo de Don Blas com o por don
Juan de B ermdez y establece entre ambas una bien graduada modulacin de similitu
des y diferencias. En determinados mo men tos, se plantean las situaciones que perm i
ten captar la existencia de rasgos comunes entre los dos personajes; en otras ocasiones
se insiste sobre todo en las diferencias y contrastes que se dan entre ellos. La forma en
que estas cuestiones aparecen en la obra no slo apunta a la recreacin de los dos per
sonajes, sino tambin a la representacin de do s mb itos distintos y an titticos dentro
del mundo de la comedia. La lgica que rige esta relacin dual es la del juego entre
apariencia y realidad, que la comedia siempre intenta trascender.
Segn Warddropper.laaccindeloda comedia consiste generalmenteen unmovimientoque va delo
ilusorio a loreal:se intenta
dejar
atrs las
apariencias
que
nos
ocultan el
entendimiento del
mundo que nos
rodea.
El
crtico
considera,
sin embargo,
que tal hecho slo ocurre en la comediaseria;
en
la comedia de
capa yespada,la dinmica que seestablece,segn
l.
es a lainversa.Nuestra comediasesujetaalprimer
esquema.
("Comic lllusion" 101-1II).
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28 Signos Literarios y Lingsticos
Es importante destacar la manera en que los dos aspectos sealados se imbrican y
organizan en el transcursode lacomedia. Si bien en el actoIse ponen de relieve, sobre
todo,las
diferencias existentes entre los dos protagonistas, y se
les
empieza a confron
tar
a
travs de la forma en que uno de ellos engaa al otro, se introducen tambin algu
nos datos importantes que hacen referencia a un mismo origen y sealan una
trayectoria comn recorrida por ambos caballeros.
En el acto II. en cambio, parecen dominar sin competencia aquellos aspectos que
manifiestan las diferencias entre
los
dos jvenes, tanto
en lo que
se refiere a la posicin
econmica en la que se encuentran como en los distintos mviles que estn en la base
de sus respectivas lneas de conducta. Las formas de vida de estos personajes se pre
sentan como diametralmente opuestas.
Finalmente, en el acto III, se establece de manera ntida, las actitudes contrarias
que siguen los dos protagonistas, que, despus, en un vuelco sorprendente de los he
chos,
terminan no slo identificndose y avanzando en la misma direccin sino ade
ms solidarizndose en torno a una misma accin y luchando por la misma causa.
Rescatan con esto las caractersticas de un pasado comn que los identifica, pero diri
gindolas ahora a la situacin que se encuentran viviendo y proyectndolas hacia el
futuro, dando as un sentido inesperado a los hechosycon ello a lo ilusorio delasdife
rencias que parecan oponerlos.
La forma en que entran en relacin los dos personajes centrales de la comedia es a
travs de una accin emprendida por uno de ellos, don Juan, para engaaralotro (don
Dom ingo). La primera imagen que la comedia nos ofrece de don Juan de Bermdez es
la de un hombre arruinado econmicamente que trama cmo obtener dinero
y
hacerlo
de una forma deshonesta. Con el hecho de que este joven caballero sea presentado pre
ferentemente como un timador, se est poniendo nfasis evidentemente en aquella
parte negativa de su personalidad que lo lleva a realizar hechos infames para poder so
brevivir; es, por decirlo as, un personaje que ha cado en las ganas de la necesidad.
Est, por otra parte, don Dom ingo, el personaje engaado, que se caracteriza en la co
media como un hombre rico, entregado a una vida totalmente convencional y frivola.
ste ocupa su atencin exclusivamente en todo aquello que le procura comodidades;
en este sentido, aparece como un excntrico que goza de ponerle reparos a todo, que
hacia todo siente escrpulos. Este hombre excntrico que pretende que todo est en su
punto
v
que manifiesta
incluso
ciertos visos de pedantera
es
el que va
a
ser engaado
y
timado por don Juan al finalizar el primer acto de la comedia.
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Similitudes y diferencias. El desarro llo... Serafn Go nzlez 29
Estas son las dos lneas que ms notoriamente se dibujan en el planteamiento de la
comedia; a travs de ellas, se ponen de manifiesto las diferencias diametralmente
opuestas que contrastan entre s a
los dos
protagonistas. Sin embargo,
no
dejan
de
estar
presentes, en estos momentos, otras cuestiones que tambin tienen que tomarse en
cuenta, ya que van ms all de los datos que nos proporcionan los simples aconteci
mientos que ambos personajes se encuentran viviendo en el presente.
Lo
que mencio
namos respecto a la oposicin que se da entre ambos personajes, vale decirlo, se
refiere slo a aquella parte de la personalidad de cada uno de ellos que se manifiesta
exclusivamente
en
la actualidad del mundo recreado
en
la comedia. Por darse
todo
ello
a travs de la representacin
y
de situaciones dramticas que se desenvuelven en esce
na frente a los ojos del espectador tiene un peso ms fuerte que lo que slo nos llega a
travs de lo que nos cuentan los personajes. No obstante, tanto el uno como el otro
vienen, por otra parte, de un pasado que termina de caracterizarlos
y
que explica la pe
culiar manera
en
que cada uno de ellos ha llegado
al
presente que se encuentra vivien
do.
De esta manera, la personalidad de
ambos
jvenes nos ofrece dos facetas, ya que
conocemos tanto su pasado como su presente. En este caso, adems, nos encontramos
con
elhechode que
entre
el
pasado
y
el presente
no
hay una continuidad, sino una rup
tura; vertientes facetas de la vida de los dos personajes se relacionan de una manera
antittica.
Veamos, por ejemplo, el caso de don Dom ingo. Muy pronto aparece m arcado en la
obra
el
contraste que se da entre la vida pasada
y
la vida presente de este joven. De he
cho,
el personaje ni siquiera ha aparecido en escena cuando ya se habla
de eso.
Recor
demos
las
escenas iniciales de la comedia en las que don Juan dialoga con uo, Es el
momento en que el joven noble se hace pasar por propietario
de la
casa que est junto a
la de
Leonor
con
la intencin de quedarse con el alquiler
de
la misma.
A
peticin de l,
uo hace una breve semblanza de don Domingo en la que habla de diversos asuntos
referentes a su seor. Al final del parlam ento, el criado pone en evidencia el contraste
existente entre
el
don Domingo heroico del pasado, vencedor
de
importantes batallas,
y el don Domingo aburguesado del presente, que es un hombre ocioso:
_
Me refiero aquia lacuesiin de llugar precisoen elque sedesenvuelve laaccin, que puede ser el
espacio mimtico o el espacio diegtico. Refirindose a esto Issacharoff comenta lo siguiente: "There are
twomajor formsofdramatic space: mimetic and diegeticf...| in the theater. mimetic space is that which is
made visible to an audience and represented on stage. Diegetic space. on the other hand, isdescribed.that
is.
referred to by thecharacters. in other words. mimetic space is transmitted directly. while diegetic
space
is
mediated through
the
discourse
of
the characters,
and
thus communicated verbally
and not
visually"("Spaceand Relerence" 211-224).
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Signos Literarios y Lingsticos
Enlaguerra,cuando pobre,
nadie mejor satisfizo
la obligacin de su sangre;
nadie fue con los moriscos
ms audaz, ninguno fue
al trabajo ms sufrido,
o al peligro ms valiente;
mas despus que se vio rico,
slo a la comodidad,
al gusto del apetito,
al descanso y al regalo
se encaminan sus desinios,
tanto,que "el acomodado"
se suele llamar el mismo
3
(Alarcn,
Obras
III vv. 163-176).
En el pasado, como vem os, el jove n caballero fue un hombre pobre y esforzado, un
valeroso guerrero que cumpli valientemente con las obligaciones d e su sangre noble;
esto es importante si tenem os presente que el estamen to de la nobleza tiene su origen y
apoyo precisamente en el desem peo de la funcin guerrera. Si en el teatro espaol de
gaipoca existe un inters constante en la presentacin de los valores de la nobleza
como ideales que dan sentido a la realidad, aqu los tenemos encarnados en don Do
m ingo; slo que con la salvedad de que esta cuestin se presenta com o algo pretrito.
4
Frente a esto, en la actualidad del m undo de la com edia, don Dom ingo es descrito, en
cam bio, como un hom bre rico, entregado al ocio y al disfrute de una vida regalada y
llena de comodidades.
Tambin en el caso de don Ajgn se va a poner en evidencia la distancia que separa
de m anera profunda su vida pa sada y su vida presente; con
esto,
como hem os dicho, se
Todas
las citas de la obra se
basan en esta edicin.
Diez. Borque.
por
ejemplo,
nos
recuerda
que la
comedia espaola
del siglo XVII se
ocupa
de
las ideas
que buscan apoyarlaestructurade lasociedad monrquico-seorial. Con frecuencia,
dice,
dichas ideas
se inscriben dentro de una visin idealizadora de la realidad. Estas son las palabras del crtico;; "La
comedia emprender abiertamente, los caminos de mitificacin de la Patria, convinindola en valor
supremoporabstraccin idealizadorade larealidady,por otraparte,sesumara ladefensadesdelas
tablas
de
una poltica belicista que se traducir
en
ensalzar los valores
de
la guerra, del soldado, del
herosmocomo virtudsuprema".
(Sociologa de la comedia
17-18).
Mis adelante veremoscmo esto que
sostiene Diez Borque constituye slouno delosaspectos sibien es cierto que es de primer ordetfc
abordados en
nuestra comedia.
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Sim ili tudes y diferencias. El des arrollo . . . Seraf n G on z lez 31
abren dos facetas en la caracterizacin del personaje q ue se oponen entre s. El jove n
ha tenido un cam bio de vida radical; ha pasado de la riqueza a la po breza.
5
Tambin de
ocupar una situacin de prestigio social a ubicarse en una vida de infamia. El amor de
don Juan hacia Leonor es el motivo que est en la base de su dramtico cam bio de
for-
tuna. La falta d e continuidad entre presente y pasado como una peculiaridad importan
te en la caracterizacin de este personaje ocupa un mayor espacio dram tico en el acto
I que el que se dedica a don Domingo; se insiste pues con una gran fuerza en el gran
contraste que se da en tre lo que fue y lo que es.Esta cues tin, por ejemp lo, est im pl
cita cuando se hace referencia a la noble sangre del jove n que es negada por sus acc io
nes reprobables. Esto ocurre cuando el Prncipe le pide a don Ramiro, padre de
Leonor, la m ano de su hija para casarla con el jove n noble. Com o ellos ni siquiera to
man en cuenta que el cambio de don Juan haya podido producirse por el amor que
siente hacia Leonor, cargan fuertemente
las
tintas y sus com entarios adquieren un tono
de total reprobacin hacia el proceder del jov en. Don R amiro muestra muy contund en
tem ente al rey su desac uerdo con la propuesta de m atrimonio que l le hace para casar
a su hija. En la explicacin que da se seala claramente al contraste entre la nobleza de
don Juan y las bajas acciones que lleva a cabo; se insiste tambin en que ha dilapidado
irresponsablemente su fortuna. Dice don Ramiro al rey:
Sepa, seor, vuestra Alteza
que,
de quien es obligado
don Juan, ha degenerado
de suerte de su nobleza,
que por su engaoso trato
y costumbres es agora
la fbula de Zamora,
y atiende tan sin recato
slo a hacer trampas y enredos,
que ya faltan en sus menguas,
para murmuralie lenguas,
y para apuntalle dedos.
Desde
el
punto
de
vista social,
a don Juan le sucede lo
contraro que a
don
Domingo, pues
l ha pasado
de la riqueza a lapobreza,
segn
l
mismo
lo
refiere
a su criado casi al empezar la
accin
y lo
corroboran
despus otrospersonajes.Locurioso es quelastrayectorias opuestasquesiguen ambos jveneseneste
caso resultan poco relevantes, ya que, como veremos ms adelante, ambas implican en realidad una
direccin equivalente y descendente de cada uno de los protagonistas desde el mundo de los valores
heroicos hastael delos intereses pragmticosyel dinero.
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Signos Literarios y Lingsticos
Prdigamente gast
innumerable inters
suyo
enfiestas,y
despus
que su hacienda consumi
ftie en la ajena ejecutando
lances de poca importancia,
(vv. 449-466).
La imagen que se nos ofrece en este dilogo es la de un hombre irresponsable y
tramposo que se ha dedicadoauna vida de juergayquehaderrochado su hacienda sin
repararennada. Este hecho resulta tanto ms lamentable en cuanto queleocurre a un
hombre de origen noble y de reconocido valor. Comenta el Prncipe:
Yo he
perdido
un
gran soldado
en don Juan. Quin entendiera
que
tan ciegamente hubiera
su noble sangre infamado
un hombre
de
tal valor?
En abriendo el pecho al vicio,
el ms pequeo resquicio
dapuerta francaalerror
(vv. 517-524).
Sabemos posteriormente, por boca del mismo don Juan, que han sido sus finezas
amorosas hacia Leonor
las que lo
tienen en parte en el estado
de
postracin en
el
que se
encuentra. Aqu se nos ofrece una imagen ms matizada de l que la que nos dej el
parlamento anterior. Esto se nos transmite en la plticaque tieneel joven caballero con
su criado Beltrn, despus de que le ha sido negada la mano de la mujerala que ama.
Don Juan se queja lleno de am argurayBeltrn le dice entonces unas palabras que son
quizs las que mejor sintetizan la trayectoria que ha seguido
el
joven enamorado, que
va desde la riqueza y el herosmo hasta la pobreza y la infamia:
Sospecho
que tuyalaculpa ha sido;
quesi luego que llegaste
a Zamora la pidieras.
cuandodetantas banderas
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Sim ili tudes y diferencias. El desarro llo . . . Seraf n G on z lez 33
vitorioso en ella entraste,
y cuando a su calidad
igualaba tu riqueza,
sin que hubiese a tu nobleza
hecho la necesidad
olvidar su obligacin,
y dar, en tales abismos,
a tus enemigos mismos
lstima y a tu opinin
(vv. 571-584).
Com o vemo s, Beltrn considera que su seor no supo aprovechar la ocasin propi
cia que tuvo para obtenerala mujer a la que am a. Don Juan recono ce que su criado en
parte tiene razn, pero le explica que quiso alcanzar a Leonor por amor y no a travs de
una negociacin con su padre. Con esto se pone especial nfasis en el carcter esen
cialmente am oroso de la conducta seguida por don Juan con respecto a Leonor. El ga
ln quiere obtener a la dama, pero sin forzarla y tratando de tomar en cuenta sus
sentimientos. Comenta don Juan a Beltrn:
Que lo err Beltrn, es cierto;
mas.
por
fineza
mayor,
quise alcanzar por amor
loque pude por concierto.
Mostrse al principio dura
Leonor, y quedar corrido
tem si no era admetido;
y as quise mi ventura
asegurar, y en su pecho
vencer la dificultad
antes que la voluntad
de su padre...
(vv. 593-604).
Don Juan ha dicho, y lo repetir despus,
que
la situacin que se encuentra vivien
do procede de su amor a Leonor. En una ptica especial, la del amor corts, el hombre
que realmente am a, el verdadero am ante, est dispu esto a entregarse a toda clase de sa-
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34 Signos Literarios y Lingsticos
crificios con tal de hacerse merecedor del amor de su dama.
6
La constancia de sus sen
timientos sobrevive a toda clase de obstculos e intenta vencer toda clase de
dificultades. En este sentido, la conducta de don Juan nos recuerda la del amante cor
ts y se ubica con ello, en cierta forma, en una atmsfera ideal que lo aleja de su cir
cunstancia inmediata. Slo que en nuestra comedia la experiencia que vive el joven
caballero le sucede en el mu ndo real, donde hay que resolver necesariamen te las nece
sidades de la cotidiana existencia y enfrentarse al p roblema de que para ello se requie
re tomar en cuenta una serie de satisfactores materiales que la hacen posible, entre los
cuales el dinero ocupa un lugar centra l.
7
Evidentem ente, en el curso de la comedia, no
va a prevalecer la mirada ideal que ve con buenos ojos la constancia del sentimiento
amoroso del joven, sino el enfoque realista y prctico que pone de relieve el carcter
irresponsable de su m anera de actuar, provenga sta de donde provenga.
Com o h emos visto, queda patente desde el primer acto el inters del dram aturgo de
establecer una relacin compleja entre los dos protagonistas; al mismo tiempo, se nos
transmite gradualmente la constitutiva ambigedad del carcter de ambos, as como
de la circunstanc ia enlaque se desenvuelven . El contraste de las diferencias existentes
entre los dos jve nes parece ocu par el primer plano en el planteamiento de la accin.
Se destaca de m anera importante que don Juan de Berm dez ha dilapidado su hacien
da y se ha dedicado a sablear
a
todos cuan tos ha podido para poder sobrevivir. Su ruina
econmica se presenta relacionada con el amor qu e siente hacia L eonor y su deseo de
conquistarla. Es empujado, sin embargo, tanto por el amor como por un apremiante
afn de sobrevivencia que lo ubica crud am ente al ras de la realidad. El otro personaje,
Aqu solamente intentamos apuntar un aspecto del personaje que da evidentemente para mayores
retlexiones. Consideramos que aparecen algunos elementos del amor corts que ayudan muy
significativamentea lacaracterizacinde unabuenaparte de laactitudde donJuan.Resulta claro que en
la comedia
se
intenta
tomar
distancia
con una
concepcin amorosa idealizada.
Damos slo un
ejemplo;
don Juan lo ha sacrificado todo por el amor que tiene a Leonor. Lafitte-Houssat explica: "El amante
espera, asimismo, que la recompensa ser ms segura, ms agradable, cuantos ms tormentos haya
sufridoy ms tiempo haya
esperado'".
Ycomenta despus, acerca del
enamorado:
"La concienciade un
mejoramientomoral gracias al amor de la dama da al amante ese estado de alma que se llamaalegra de
amar
sin el cual ningn bien es posible"(Trovadores 113). En nuestra comedia, lo que don Juan
experimentacomoconsecuenciadelamores unextravio moral.
Una de las peculiaridades que hacen del amor corts un fenmeno aristocrtico es el ocio.
Laffjte-Houssat seala a esterespecto: "Para ocuparseen amor de manera conveniente senecesitaocio;
si
se
est asediado por
los
trabajos
y
preocupaciones diarias, impuestos por la vida material,
no
puede
llegarse a ese estado de alma indispensable para el goza de amor. Muy por el contrario, los cuidados
materiales y lanecesidaddetrabajar para ganarselavidamatanel amor (108).
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don Dom ingo, ha heredado una cuantiosa fortuna
y se
encuentra
en
pleno disfrute de la
misma, lo que le permite vivir cmodamente, a sus anchas. As pues, don Juan vive
una vida apasionada
y
llena de sobresaltos, de sufrimiento, de am argura, m ientras don
Domingo lleva una vida de seguridad, apaciguada, en la que disfruta de las pequeas
voluptuosidades de quien tiene todo al alcance de la mano. Don Juan advierte con cla
ridad las diferencias existentes entre ellos dos, cuando despus de or la historia de la
buena fortunadedon Dom ingo, que uolecuenta,sequeja amargamente de su mala
suerte:
*'Ah,
vil fortuna Con otro s/tan liberal
y
conmigo/tan
avara"
(vv, 195-197).
Ya desde el acto 1, la comedia subraya en el caso de ambos jvenes la trayectoria
seguida por cada uno de ellos desde, el pasado hasta el tiempo presente que se encuen
tran viviendo en la comedia. El camino recorrido por los protagonistas es en aparien
cia diametralmente opuesto, pero an as se nos muestra que los dos jvenes tienen
algoencomn; tanto el uno como el otro provienen de una situacin que los iguala, ya
Q
que vienen de un pasado de herosmo. En los dos casos el herosmo ha quedado atrs
y tambin en los dos casos la circunstancia que los rodea nada tiene que ver con los
grandes valores caballerescos ni con acontecimientos gloriosos. Ambos son nobles y
la suerte conlaque cada uno de ellos ha corrido, si vemos ms all de las simples apa
riencias, es muy similar. Don Juan de Bermdezydon Domingo de Don Blas, que han
realizado importantes hazaas en la guerra
y
que han alcanzado con ello la estatura de
hroes, se encuentran ahora viviendo la gris cotidianeidad que les ofrece el ambiente
urbano. Se mueven ahora en una circunstancia que deja atrs el herosmo y en la que
parece manifestarse la parte ms mezquina y convencional de la personalidad de estos
Aqu es muy importante poner de relieve que la cuidadosa articulacin de los elementos que
diferencian a los personajes frente a los que los identifican tiene que ver con la confrontacin de lo
aparente y real, como veremos ms adelante.
9
Evidentemente que esta peculiaridad que jalona la trayectoria vital de los dos jvenes protagonistas
evoca la coyuntura histrica en la que se transita del mundo caballeresco al mundo moderno. Maravall
explica este cambio recordndonos que el estado moderno se apoy fundamentalmente en tres
instituciones: la burocracia, la econom a din erariay el ejrcito. En el funcionamiento de estos tres pilares
va a mostrarse muy claramente el espritu de la nueva pocaUtopia
ycontrautopaen el Quijote ).
De
las tres instituciones mencionadas por M aravall. la que aparece con mayor peso en nuestra comedia es la
que tienequever con la cuestin del dinero; el tema de las armas de fuegoyel ejrcito moderno, si bien no
se aborda directamente, se encuentra implcito. Veamos cmo J. Lafaye relaciona estos temas: "El
caballero esforzado [...] habituado a luchar en combate singular, con lanza en ristre o espada en la diestra,
tena un apego a su honoryuna dignidad relacionada con las victorias de su valeroso b razo. Las armas de
fuego matan en una batalla, ciegamente y a larga distancia; el combatiente ya est convertido en annima
carne de can, su vida depende del azar o del D estino..."(Sa ngrientas fiestas34).
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caballeros. La moral heroica y noble de la guerra se ve desplazada por la moral prag
mtica y acomodaticia de una sociedad en la que el dinero y la ambicin es lo que
cuentan.
Desde el primeracto,donde se da el planteamiento de la accin, podemos percibir
que las situaciones recreadas implican una mirada nostlgica hacialosvalores del pa
sado. El presente se recrea como el lugarenel que hay una ausencia de acciones vale
rosas, comoelmbito en el que los ideales han quedado atrs; los hombres ofrecen lo
peor de s mismosysi no quedan relegados de sus responsabilidades morales y de su
libre albedro, al menos una circunstancia que se muestra adversa justifica en parte las
actitudes que adoptan as como los mviles de su conducta. Sobre las implicaciones de
todo esto tendremos que volver ms adelante.
Resumiendo, podemos advertir
que
desde
el
primer acto
de
No hay
mal que por
bien
no
venga
se hace patenteelinters del dramaturgo de transmitirnos la ambigedad fun
damental que caracteriza tanto a los protagonistas como a la realidad en la que se mue
ven. Ciertamente, en este planteamiento, se busca que las diferencias entre los dos
personajes tengan un mayor peso dramtico que los elementos que puedan tener en co
mn.
stos,
sin embargo, aunque se dibujen en un segundo plano, nos permiten realizar
una mirada ms all de las apariencias que nos presenta la circunstancia inmediata que
rodea a los personajes; es decir, ms all de las diferencias existentes entre ellos.
Muy significativamente, en el acto II, se profundiza la brecha que separa las accio
nes que
llevan
a
cabo don Juan
y
don Dom ingo.
La
diferencia existente entre
los
carac
teres de ambos llegaatal punto que cada uno de ellos sigue una direccin opuesta a la
del otro. Mientras don Juan desciende cada vez m s en una vida de infamia, don Do
mingo, en cambio, empiezaapresentar ciertos rasgos positivos detrsdela fachada de
frivolidad con la que se nos present en el acto I.
En el
acto
II,
notamos
que la
excentricidad
de
don Domingo
no tiene ya
slo
un
sus
tento superficial; va ms all de los simples escrpulos y la inmediata comodidad.
Advertimos en el personaje un evidente desapego de las convenciones y frmulas so
ciales que le permite poner a salvo su ntima libertad personal. El personaje nos hace
saber incluso que procura vivir llevado porsupropio ritmo interiory deacuerdo consi
go mismo, no acicateado por exigencias extemas. T al es el caso, por ejemplo, cuando
Mauricio, uno de sus criados, le recuerda a su seor que ya
es
hora
de
cenar
y
don Do
mingo le responde;
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Sim ilitudes y diferencias. El desa rrollo... Serafn G onz lez 37
Majadero,
hora es cuandoyoquiero:
el tiempo hadesealar
el
reloj,
quenodar leyes;
que
en
esta puntualidad
contra la comodidad
tengo lstima a los reyes
(vv. 1653-1659).
Insiste tambin en que l no tiene que hacer las cosas slo porque los dems las han he
cho:y no tengo decomer/ porquecomenlosdems" (w . 1662-1663).Elpersonajesepro
clama dueo de s mismo y no un juguete en manos de todo lo que es ajeno a su fuero
interno. Podemos considerarque lo que eldramaturgo intentacontodo estoessubrayarque
el personaje manifiesta una actitud estoica en la que el entendimiento desempea un papel
fundamental para alcanzareldominio de s mismo y con ello la propia libertad personal.
Lo anterior explica el trasfondo de las diversas reacciones y actitudes que va te
niendo
el
joven caballero ante la serie de situaciones que se le van presentando en el
transcurso de este actoycuya respuesta, ante las mismas, parece absurda y sin sentido
si no se toma esto en cuenta. Pensemos, por ejemplo, en la peculiar forma en que res
ponde el caballero a los argumentos de Leonor, cuando ella plantea que quien la ame
tiene que cumplir con ciertos requisitos para que ella le corresponda. Con estas pro
puestas de la dama, se introduce nuevamente la cuestin del amor corts, modelo al
que como hemos visto se sujeta en parte la actuacin de don Juan.
10
Las respuestas del
joven caballero en este dilogo evidencian su desacuerdo con las exigencias de
la
jo
ven y, con ello, la toma de distancia con una forma de entender la relacin amorosa en
la que se privilegia el hecho de renunciar a la libertad personal y en consecuencia al
dominio sobre s mismo. Esto se ve reforzado adems cuando el joven se muestra im
presionado tambin con Constanza, ante el asombro de ella misma, pues con ello se
sugiere que el amor no se da en don Domingo como una fuerza que avasalla la volun-
Fs Leonor quien entiende el amor dentro de tal concepcin. Don D omingo lo que hace desde su punto
de vista, es expresar lo absurdo de tal manera de proceder que va contra una actitud prctica que es la que
para l resulta ms convincente. No tiene caso aqu hacer la referencia puntual de todo lo que dice la
dama. Podemos recordar, slo a modo de ejemplo, cuando ella le dice a Domingo: "Quien no quiere
padecer / no merecer jams" (vv, 1173-1174). Frase que nos remite al concepto tradicional del amor
corts, con la cual don Domingo no est de acuerdo, pues piensa que hay modos m s prcticos
y
gustosos
dealcanzarelamor. Laffite-Houssat explica; "Dada la superioridad social de la mujer amada respecto del
amador, ste vive temblando por la sola idea de desagradarla o no ser digno de ellayde su amor" (11 0).
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Signos Literarios y Lingsticos
tad del sujeto, sino que ste conducido por la razn es capaz de elegir a la mujer ms
conveniente para que sea objeto de su amor. '-
En esta misma lnea se da
la
escena en la que don D om ingo declina la invitacin del
Prncipe ante la cual, en vez de sentirse especialmente honrado, se siente incmodo;
com o sab em os, para tratar de resarcir su ausencia a las fiestas a las que es invitado d e
cide mandar dineroaljoven prncipe. El contraste entre el carcter p uramente ceremo
nial y formal, que revisten los actos organizados por el Prncipe para los festejos de
Zamora y la propuesta pragmtica con la que don Domingo intenta librarse de la asis
tencia a los mism os, nos habla, como despus lo seala don Ram iro, de un hom bre de
sengaado, desinteresado de las brillantes apariencias sociales, que se presentan para
l com o formas huecas.
1
" Frente a este llamado al que evita acudir, est el llamado con
el que se cierra el acto II, ante el cual
el
joven caballero no duda y rpidamente se dis
pone para saliralencuen tro de su prncipe. Finalm ente, dentro de esta vertiente que es
tamos tratando de destacar, se dan las diferentes situaciones en las que don Domingo
se encuentra con don J uan. Recordem os cuan do en una de ellas ste le pide a aqul que
se aleje de L eonor y l acepta sin intentar llevar a cabo ni siquiera la ms m nima acla
racin y sin opo ner ninguna resistencia. Esta actitud no deja, por supu esto, de sorpren
der al mismo don Juan. En la otra situacin, que es por cierto la escena con la que se
cierra el acto II, la actitud estoica de don D om ingo se ve enrique cida cuan do v em os la
fuerza que ejerce en su nimoelllamado de su prncipe. Ante las mirad as s orprend idas
de sus criados se arma e insiste que en lo referente a la cuestin del pundonor no hay
l viene dicindole a uo que piensa poner su esperanza tanto en Leonor como enConstanza.
Dice:
No me
pareci Constanza
menos quesu prima bella:
en
Leonor
pondr y
en ella
igualmente
mi
esperanza.
La que mequierahe deamar;
ia queno.
no
he de
querer;
que enesto, corresponder
quiero
ms que
conquistar
(vv. 1428-1435).
uo
comenta
que todo eso
est
muy
bien
si es que el
amor le permite esa
eleccin;el joven
contesta
con seguridad: Nopermitoala pasin /yo que jamsmela quite" (vv. 1438-1439).
Ruiz Ramn comenta: "Con su actitud don Domingo muestra su independencia frente a las
convenciones sociales y la primaca de la moral personal, estribada en principios firmes y racionales,
frentea la convencinmoral,estribada enapariencias,del mundosocial,cuyo modelo o eje es el respeto a
la opinin pblica, verdadero motor
de
las conductas individuales"(Historia delteatro).
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Sim ilitud es y diferencias. El de sarro llo... Serafn G onz lez 39
nada que pueda desviarlo en su cum plimiento. No slo realizaconinmediatez los pre
parativos necesarios para acudir puntual alacita, sino queelencuentro mismo que tie
ne con don Juan, en el que ste insiste en batirse en duelo con l, no logra desviarlo de
su camino ni borrar de su mente el objetivo principal que debe conducirlo.
En estos acontecimientos que venimos comentando, no es ya slo el excntrico, el
acomodado, quien habla, tambin se manifiesta cada vez ms un hombre que, por una
parte, trata de conducirseentodo mom ento siguiendolosdictados de la razn y, por la
otra, que no se deja llevar ciegamente por las inercias sociales ante las que repetida
mente toma distancia.
Frenteadon Dom ingo, pues, y siguiendo una direccin contraria,comoya lo sea
lamos, se recrea detalladamente la figura de don Juan de Bermdez. Es un hombre lle
vado tanto por sus pasiones como por los embates de la dura necesidad; un hombre
impulsado por un corazn ardiente que se entrega con todo lo que tiene para alcanzar
la realizacin del sentimiento am oroso que lo posee. Es en este sentido, sin embargo,
un hombre privado de la libertad, perdido en el maremagnum de fuerzas que lo domi
nan. En el acto
II,
adems,lovemos duramente rechazado porladamaaquien le ha sa
crificado todo. Ellalerecriminaalcaballero la falta de honorque lmuestraentodo lo
que hace as como la bajeza de las acciones que lleva a cabo. Con esto el galanteo del
amor corts es visiblemente hecho de lado.
El personaje es tambin un hombre hundido en una fuerte crisis moral que le
impide escuchar la voz de su conciencia y hacerse cargo de sus propios errores
para tratar de corregirlos. No puede relacionarse objetivamente con lo que ocurre
alrededor de l. Est convencido inclusive de que son la mala fe y la ambicin del
padre de Leonor, los que se oponen al cumplimiento de su boda con la mujerala que
ama. Piensa que Ramiro lo desprecia por su pobrezayno se le ocurre discernir que es
l mismo el arquitecto de todas sus desventuras. Esta actitud se manifiesta tambin en
otros momentos. Cuando se entera de que don Domingo se refiri a l llamndolo
"Caco sutil", se indigna m ucho, como si lo escuchado fuera un insulto y no la cruda y
terrible verdad que
se
desprende de sus acciones infames. Como sabemos, esto lo lleva
a buscaradon Domingo para tratar de batirse en duelo con
l.
No deja lugaradudas la
insistencia del dramaturgo en las peculiares caractersticas de este personaje en el
transcurso del acto
II,
que se muestra imposibilitado para reconocer sus bajas acciones
y las terribles consecuencias con que las mismas lo llevan por una lnea descendente.
Podemos afirmar, en pocas palabras, que don Juan no se asume como responsable de
sus propios actos
y
trata
de
explicarse su desgracia como algo proveniente de situacio-
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40 Signos Literarios y Lingsticos
nes extemasyde culpas ajenas. En este sentido el contraste que presenta con don D o
mingo es muy fuerte.
La escena final del acto II es muy interesante, pues el contraste entre don Domingo
y don Juan llega al espectador
con
gran intensidad. Don Juan, empujado por la pasin,
es iracundoyse deja llevar por la fuerza de sus emociones y sentimientos: manifiesta
impaciencia. Don Domingo es un personaje ms mesurado; se conduce con firmeza,
guiado por la razn, el deber, la lealtad a su prncipe. El pundonor, como l mismo ob
serva, est en la base de su conducta
y
no la pasin. Este personaje, por decirlo as, se
muestra dueo de s mismo,loque no ocurre con don Juan. No es casua l, pues, que el
segundo acto concluya con
la
confrontacin de los dos jvenes caballeros. Parecera, a
estas alturasde latrama,quelasdiferencias entre ambos son realmente insalvables. En
esteacto,
la
ambigedad que caracterizaba la personalidad de cada uno de los protago
nistas al principio parece quedar atrs. Tanto el uno como el otro se van delineando
claramente en una direccin muy precisa.
La paradoja que hace que una situacin de signo negativo se transforme en una si
tuacin de signo positivo marca
el
sentido de los hechos que se dan en el acto
III.
Es la
paradoja misma la que da ttulo a la comedia: "No hay mal que por bien no ven ga".
Don Juan, hombre desesperado, impulsado sobre todo por
el
deseo de venganza
y
cada
vez ms desorientado,sedisponeacometer, acompaado de Beltrn, el robo del teso
ro que se encuentra en la casa de don R amiro. Esta situacin, en la que
el
joven est a
puntodeavanzar un paso ms porelcamino de su propia infamia, merced al inespera
do encuentro con don Dom ingo, da un giro totalmente inesperado a los hechos y hace
que la accin d un vuelco sorprendente. Como sabemos, don Domingo le cuenta a
don Juan acerca de los preparativos que el prncipe don Garca lleva a cabo para derro
carasu propio padre, el rey Alfonso III de
Len.
El Prncipeysu cmplice don Rami
ro le propusieron que se uniera a ellos y como l se rehus a unirse a los traidores lo
dejaron preso en el lugar en el que
lo
encuentra donJuan.Don Dom ingo se muestra or
gulloso por la forma
en
que ha actuado ante los sediciosos
y
por la fuerza con que supo
responder a la lealtad que debe a su rey. Le comenta por ello a don Juan:
Nunca, don Juan, pensara
que la lealtad dormida
en ocios de la vida
con tan ardiente furia despertara
a una voz halagea
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Similitudes y diferencias. El desarrollo... Serafn Gonzlez 41
que el dao esconde cuando el premio ensea
(vv. 2117-2222).
Se hace aqu referencia de nuevo a los ocios de la vida en medio de los cuales se
adormecen los ideales, pero el cambio abrupto e impen sado de las circunstancias que
reclaman de ciertas prendas personales para poder complirse despierta en los nobles
pechos el em peo de defender los grandes valores com o la lealtad al rey. Precisam ente
en esto va a insistir don Dom ingo al hacer un llam ado a la conciencia de don Juan para
que abandone los mviles deshonestos que lo infaman. Primero le aconseja dejar atrs
una vida engaosa para poder retornar a su nobleza:
volved, don Juan, volved a la memoria
los timbres heredados
de vuestros altos, nclitos pasados,
despierte en el leal heroico pecho
el valor,adespecho
de los divertimentos que dormido
con engaoso halago le han tenido
(vv. 2175-2181).
Despus le hace ver que tiene ante s la oportunidad de conquistar la nobleza perdi
da si sigue el camino de la lealtad a su rey. Dice don Domingo:
No la naturaleza
en quien principio hall vuestra nobleza,
se rinda a la costumbre advenediza;
mostrad, librando al Rey, que los errores
que han desmentido en vos vuestros mayores,
no
de la inclinacin fueron defetos,
sino del ocio vil propios efetos,
y que, de la ocasin solicitado,
sois el m ismo que fuistis
vv. 2201-2209).
Estas palabras despiertan finalmente la conciencia de don Juan, quien ahora se
aduea de s mismo en la medida en que se hace responsable de los errores com etidos
no viendo ya en la gente que lo rodea el origen de sus culpas. En esta lnea se da por
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Signos Literarios y Lingsticos
parte de don Juan el pleno reconocimiento de don Domingo, merced a las sabias pala
bras que le ha dicho:
Ah, ilustre caballero
Oh, en el valor
y
la lealtad primero
Qu espritu divino,
qu aliento celestial, a vuestros labios
consejos dictaenmi favortansabios,
que,
no slo
a mi
ciego desatino
dan arrepentimiento,
pero sin el castigo el escarmiento?
Por
vos
gan
lo
que por
mi
he perdido:
ser muriendo el que naciendohesido.
en la misma nobleza que he heredado.
otra
vez vuestra
lengua
me
ha engendrado
(vv.
2230-2241).
Despus de este acto de verdadera iluminacin que vive don Juan, en el que reco
noce su inmensa deuda con don Domingo, se prepara con entusiasmo para com batir la
conjura que pretende derrocar al rey. Antes de concluir este intenso encuentro entre
los dos caballeros, el dramaturgo no deja pasar la ocasin de sealar las contradiccio
nes e incongruencias de la vida humana. As pues, don Domingo le pregunta a don
Juan cmo es que fue
a
dar hasta
el
lugar donde
se
encuentra preso. En la respuesta que
don Juan le ofrece, se marca la fuerte paradoja que sirve como trasfondo a la peculiar
situacin que protagonizan losdosjvenes nobles; dice don Juan: "Pasos errados / a
fines me trujeron acertados" (vv. 2264-2265).
A partir de este m omento, ambos caballeros marchan en la misma direccin y que
da atrselplanteamiento antittico que los presentaba com o polos opuestos en cuanto
asuscaracteresyen cuantoa lasaccionesquellevabana
cabo.
Si ambos, comosehace
ver
en
el acto I, se identificaban por tener un pasado en comn en el que resplandecie
ron sus virtudes caballerescas a travs de los hechos heroicos que haban realizado en
la guerra, validando con ello su estirpe noble, ahora los dos caballeros encuentran el
punto de confluencia que los identifica de nuevo en la firme decisin de cada uno de
ellosdedefenderconsu propia vida al rey en contra de los conspiradores que intentan
arrebatarle el poder. El herosmo desciende ahora a la actualidad del mundo represen-
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Sim ilitude s y diferencias. El des arrollo ... Serafn G on zlez 43
tado en la comediayal encarnarse losdosjvenes caballeros les permite recuperar lo
mejor de s mismos.
La comedia nos confronta evidentemente con la compleja problemtica de una
poca que se debate entre la nostalgia de ciertos valores del pasado y el rechazo de lo
que
le
ofrece
el
presente. Se nos presenta el declinar
de
los valores heroicos
y
con ellos
la amenaza de la posible subsistencia de la clase de la nobleza. Interviene en estos he
chos,
el surgimiento de una circunstancia en la que adquiere una gran fuerza
el
dinero
y una serie de valores prcticos. Ciertamente, tal clase de am biente no logra extinguir
la nobleza que est latente en el corazn de los dos jven es pro tagonistas,
l3
pero slos
disminuye en cuanto individuos al poner ante ellos los limitados horizontes de un
mundo en el que no pueden realizarse plenamenteyen el que sus virtudes no pueden
brillar
y
carecen de sentido.
La prueba, sin embargo, de que no hay circunstancia, por negativa que sea. que logre
anular la libertaddel individuo y conellolaresponsabilidadque tienede responderporsus
propios actos, es suministrada en la obra cuando la conjuracin que se gesta contraelrey
ofrece a los dos jvenes la oportunidad de recuperar lo mejordes mismos, su nobleza.
1
"
1
Esta circunstancia propicia hace muy fuerte el contraste entre el decaimiento
en
el que vi
van los jvenes
en
un mundo sin
ideales y el
sentido que vuelven
a
tener
sus
vidas cuando
la realidad reclama sus nimos valerosos. Sin la circunstancia propicia, no parece posible
que puedan manifestarselosnimos esforzados. El signo de los tiempos parece amenazar
la existencia de las virtudes tradicionales.
Efectivamente, como seala Castro Leal, no hay detrs de todo esto un trasfondo
de valoracin moral.
1?
Nosotros aadiramos que tampoco el inters primordial reside
Dice Castro L eal: "...si el ocio y la cidez de los aos no han quebrantado la nobleza del alma de Don
Domingo de Don Blas, la corriente de degradacin en que vive no ha ahogado la hidalgua de Don Juan
[...] ambos vienen a ser dos ejemplos elocuentes de que ni el tiempo ni el vicio pueden vencer el corazn
virtuoso" (190).
Aqu contaramos con una explicacin ms amplia del ttulo de la comedia que la que explcitamente
propone don Juan cuando dice: "Pasos errados / a fines me trujeron acertados". En sta la contradiccin
explica nicamente el viraje de la trayectoria de don Juan: en aqulla. la paradoja se refiere al carcter
negativo de la conjura contra el rey. hecho que permite que los dos protagonistas muestren nuevamente
sus acciones nobles.
Castro Leal opina lo siguiente:
Nohay m al que por bien novenga
seala ya un franco divorcio entre la
pintura de caracteres y las preocupaciones ticas [...], Ln D on Dom ingo de Don Blas, una de las figuras
alarconianas ms vivas y originales, el poeta ha logrado alejar aquellas perspectivas concentrando el
inters en los rasgos psicolgicos del personaje mism o" (188).
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44 Signos Literarios y Lingsticos
en enfocar de forma preponderante los rasgos psicolgicos de don Domingo. Estos
importan como elementos que dan expresin a una muy especfica coyuntura histri
ca-Hayentonces un intento por tratar de recrearyentender cules son las exactas pers
pectivas que se ofrecen al ser humano en el preciso momento histrico en que la
comedia se produce. Inevitablemente, la interaccin del individuo con el mundo que
lo rodea crea la situacin peculiar que encuadra la vida humana. No puede negarse,
parece sugerirnos el dram aturg o, la libertad del individuo ni la responsabilidad que
tiene sobre su existencia, pero tampoco podemos negar que todo ello se ejercita
dentro de los especficos lmites que una particular situacin histrica crea en tor
no del ser hum ano.
Lacomedia recrea evidentemente dos posibles horizontes, dos mundos que se con
traponen entre
s;
se inscribe, de esta manera, dentro de una interesante reflexin acer
ca del problema de la temporalidad, del trnsito de una gloriosa edad pretrita a un
presente que se percibe como carente de ideales. Marc Vitse y Frdric Serralta han
puesto de relieve que la comedia espaola del primer cuarto del siglo
XVI
intenta una
consideracin "sobre las perspectivas ofrecidas a una generacin noble condenada al
ocio de una edad pacfica"("EI teatro"
532).
La evidente preocupacin por la contra
dictoria coyuntura histrica que se manifiesta en nuestra comedia apunta al problema
de "la adaptacin de la amplitud de los valores antiguos a la estrechez del horizonte
moderno" (Vitse 534).
Obras citadas
Wardropper, Bruce W. "Comic lllusion: Lope de Vega's El perro del hortelano .
Kentucky Romance Quarterly14(1967).
Issacharoff, Michael. "Space and Reference in Drama".Potica Today2.3 (1981):
211-224.
Ruiz de Alarcn, Juan.Obras
completas.
III Ed. y notas de Agustn Millares Cario.
Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1982.
Diez Borque, Jos Mara.
Sociologa
de la
comedia espaola
del
siglo
XM1. Madrid:
Ctedra, 1976.
Lafitte-Houssat, Jacques. Trovadores y cortes de amor. Buenos Aires: El)DEBA,
1966.
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Maravall, Jos Antonio.Utopia y
contrautopia en
el Qu ijote' . Santiago de Compos-
tela: Pico Sacro, 1976.
Lafaye, Jacques.Sangrientas fiestas del R enacim iento.Mxico: Fondo de Cultura
Econmica,1999.
Ruiz Ramn, Francisco.Historiadelteatroespaol. I. Madrid: Alianza, 1967.
Vitse, Marc y Frdric Serralta, "El teatro en el siglo
XVII".
Jos Mara Diez Borque.
coord.
Historia
d el
teatro
en Espaa.I. Madrid: Taurus, 1984.