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Sistema B, ensanchando el camino hacia una nueva economía. Máster en Responsabilidad Social Corporativa Tutor: Tomás Gómez Navarro Alumna: Denise Camou Torrendell Diciembre 2016

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Sistema B, ensanchando el camino hacia una nueva economía.

Máster en Responsabilidad Social Corporativa

Tutor: Tomás Gómez Navarro

Alumna: Denise Camou Torrendell

Diciembre 2016

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Índice

1. Resumen ......................................................................................................... 3

2. Introducción. Revisión bibliográfica ................................................................ 4 2.1 Innovación Social, Emprendimientos y Empresas Sociales ................................. 5 2.2 ORGANIZACIONES “HIBRIDAS” .......................................................................... 7 2.3 EMPRESAS B ...................................................................................................... 10

3. Método de trabajo. ........................................................................................ 12

4. Descripción del problema. Justificación. ...................................................... 14 4.1 Teoría del cambio ............................................................................................... 16 4.2 Comunidades de Práctica .................................................................................. 18

5. Resultados. .................................................................................................... 20 Parte 1: Empresas B ................................................................................................. 20

I. La “Doble Hermeneutica” .................................................................................. 20 II. El aporte de valor de las Empresas Sociales: Académico- Conceptual .......... 20 III. El aporte de valor de las Empresas Sociales: Certificación ............................ 24 IV. El aporte de valor de las Empresas Sociales: Comunidad ............................. 29

Parte 2: Sistema B .................................................................................................... 31 II.i. El movimiento ...................................................................................................... 31 II.ii. Las iniciativas ..................................................................................................... 33

6. Consideraciones Finales ............................................................................... 40

7. Referencias ................................................................................................... 41

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1. Resumen

Los modelos de empresa tradicionales han sido fuertemente cuestionados en el último cuarto de siglo por sus impactos negativos en ciertos sectores sociales y en el medio ambiente. Eso generó un nuevo modelo de gestión llamado RSE que se propone minimizar los impactos negativos de las empresas en los diferentes actores/stakeholders con los que las empresa se vincula, lo que derivó en distintos tipos de normas y certificaciones e instituciones trabajando para promover estos conceptos, algunas con mayor éxito que otras. Como consecuencia de una visión crítica y propositiva al camino recorrido, algunas personas y empresas se conectaron, conocieron, reunieron y agruparon en torno a un concepto un poco más amplio, llamado empresa social, que incorpora algunas innovaciones en relación al concepto anterior. Basado en este nuevo concepto es que nacen las llamadas “Empresas B” o “B Corps”, empresas que cambian su propósito y su modelo de negocio para solucionar un problema social. En Sudamerica existe hoy una organización que promueve estos conceptos, a tráves de un modelo sistémico de trabajo, llamada “Sistema B”. Ambas organizaciones, pero especialmente esta última, serán el centro de análisis.

Concretamente, el presente trabajo se propone analizar cuáles han sido los aportes y las innovaciones de este nuevo tipo de empresas, cuáles vienen siendo sus resultados concretos, y a su vez, analizar en qué medida el modelo de Sistema B agrega valor al objetivo final de generar un cambio de paradigma en la economía y en la definición del éxito para las empresas.

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2. Introducción. Revisión bibliográfica

Durante toda la historia han sido transformados los modelos de Estado, han cambiado las relaciones y normas sociales de la sociedad en su conjunto y hasta la propia naturaleza y sus ecosistemas se han modificado. El cambio es inherente al mundo en el que vivimos y es cada vez más vertiginoso y profundo; pero lo que no ha cambiado, desde el comienzo del sistema capitalista, es la búsqueda del beneficio económico del sector privado por encima de cualquier otro objetivo. Si bien han habido sustanciales cambios en los modelos de gestión, y la empresa se ha repensado en muchos aspectos, el paradigma empresarial raramente cuestionó de forma profunda su objetivo, y el sentido del éxito ha sido siempre el mismo, el beneficio económico. Este hecho, entre otros, es la causa de que vivamos en un mundo cada vez más desigual, la violencia (material y simbólica) entre clases, culturas, géneros y generaciones, se complejizan, aumentan, y por el contrario, los recursos naturales más básicos son cada vez más escasos y los ecosistemas no logran regenerarse. No estamos diciendo que todo esto sucede puramente y exclusivamente como consecuencia de la propia actividad económica del sector privado, está claro que son multiples las causas: en parte porque los Estados no siempre logran proteger el bien común, y en parte porque como sociedad no hemos logrado reaccionar de forma auténtica y real a esta dinámica de la sociedad actual. Pero, “por importantes que sean las políticas públicas, las organizaciones sociales y la expresión directa de las aspiraciones ciudadanas, el hecho es que las empresas ejercen control directo sobre la abrumadora mayoría de los recursos y responden por una parte decisiva de la ocupación y del empleo. El carácter no sustentable de la economía refleja consecuencias económicas y financieras: si algunas empresas ganan, pierden el planeta y la sociedad.” (Abramovay, Correa, Gatica, Van Hoof, 2013)

El presente trabajo aborda una nueva manera de entender el éxito empresarial y los cambios que éste puede generar en la economía y en la sociedad especialmente en América Latina, las Empresas B. Esta tesina presenta esta alternativa, la analiza, intenta comprender qué es lo que las Empresas B le están aportando al mundo actualmente y cual es su potencial de generar cambios sociales profundos. Las Empresas B cuestionan el propósito de la actividad económica en sí misma, no buscando eliminar las empresas como forma de generar ganancia, sino buscando que esta generación de ganancia sea la consecuencia de algo más trascendental, como es la generación de valor público, como es la solución de problemas sociales.

En las hojas que siguen se analizará el modelo de Empresa B, buscando entender en qué sentido agrega valor, viendo en qué sentido genera innovación al ya existente

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paradigma de la RSE.

Particularmente, se analiza el movimiento social que se está generando en América Latina en relación a éste tema, a través de la organización Sistema B, la plataforma de lanzamiento y crecimiento de las Empresas B en la región. Se analiza la metodología de trabajo de corte sistémico que propone Sistema B y el impacto que dicho enfoque sistémico aporta al nuevo paradigma de la economía social.

Compartiendo su visión, considero imposible avanzar rumbo al desarrollo sostenible en América Latina sin una profunda transformación en los comportamientos empresariales y por eso creo importante prestarle atención a lo que este movimiento propone, muy especialmente, para generar cambios desde América Latina para el mundo. (FOMIN, 2012) Como fenómeno emergente, tienen el potencial de generar transformaciones hacia una América del Sur sostenible a través de modelos disruptivos que apuntan a un cambio de paradigma en la economía. (Abramovay, Correa, Gatica, Van Hoof, 2013)

Al decir de María Emilia Correa, una de las fundadoras de Sistema B: "Los cambios sociales empiezan cuando las personas cambiamos la forma de pensar. Un historiador francés extraordinario llamado Fernand Braudel dice que la humanidad cambia cuando cambiamos los límites de lo posible, cuando las personas nos damos cuenta en nuestras cabezas que lo que creíamos que era imposible, es posible.(…) La idea aquí es que tenemos que ampliar los límites de lo posible, que se puede hacer empresa, se puede hacer sociedad y se puede hacer un medioambiente mejor." (Maria Emilia Correa, 2015, extraído de http://www.women-talk.com/#!/news/472)

2.1 Innovación Social, Emprendimientos y Empresas Sociales

Como se mencionaba anteriormente, tanto el concepto de innovación social como el de emprendimientos y empresas sociales son conceptos que vale la pena clarificar ya que son comunmente confundidos y resultan de vital importancia en este trabajo.

Tomaré como referencia principal para esto el trabajo de Frances Westley y Nino Antadze “Making a Difference: Strategies for Scaling Social Innovation for Greater Impact” de The Innovation Journal: The Public Sector Innovation Journal, Canadá, Vol. 15(2), 2010, article 2, principalmente porque es en base a éste artículo y su teoría del cambio que Sistema B desarrolló su modelo, por lo que considero pertinente su análisis.

En el mismo se define la innovación social como: “(…) a complex process of introducing new products, processes or programs that profoundly change the basic routines, resource and authority flows, or beliefs of the social system in which the

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innovation occurs. Such successful social innovations have durability and broad impact.” (Westley, Antadze, 2010, p.2)

Se entiende que una empresa social, aunque pueda responder a necesidades sociales, “(…) is a privately owned, profit-oriented venture which markets its own products and services, blending business interests with social ends.” (Westley, Antadze, 2010, p.2)

Caso: Social Bite, Hackeando el sistema.

Un ejemplo de innovación social, que es además una empresa social es Social Bite, es una cadena de cafeterías que nació en Edimburgo (Reino Unido) y ya cuenta con 5 tiendas, que destina sus beneficios a causas sociales y emplea a personas sin hogar. Como señalan en su página web: “We were inspired by the philosophy of a Nobel Peace Prize winning economist called Prof. Muhammad Yunus. Our founders Josh and Alice came across Prof. Yunus in 2011 when Josh started reading his book “Creating a World Without Poverty: Social Business and the Future of Capitalism”. (Extraído de http://social-bite.co.uk/whats-a-social-business/)

La empresa se propone cambiar de sistema usando las reglas del propio juego: “In his book Yunus describes the idea of a ‘Social Business’, where he was creating businesses, but not for the traditional purpose of making money, but for solving social challenges.” (Extraído de http://social-bite.co.uk/whats-a-social-business/)

Además, en sus locales es posible pagar por adelantado productos para que personas que lo necesitan puedan consumirlos después, incluso se puede comprar por medio de su web o SMS. Actualmente 30 personas sin hogar por cada una de sus tiendas reciben alimento en esta modalidad y el plan es seguir creciendo: “The dream is that one day there will be a chain of Social Bites donating millions of pounds to many charities, and employing hundreds of people, 25% of whom will have been homeless.” (Extraído de http://social-bite.co.uk/whats-a-social-business/)

Por otra parte, se señala que la empresa social esta principalmente focalizada en su forma organizacional y su misión, mientras que el emprendimiento social es un concepto “human-centered” que enfatiza las cualidades de la persona que comienza esta nueva organización. Como consecuencia, el énfasis en la rentabilidad es una de las diferencias entre la empresa, emprendimiento e innovación social. La innovación social no implica necesariamente un interés comercial, a pesar de que no se opone a tal interés. Principalmente, la innovación social está orientada hacia la generación de un cambio a nivel sistémico. (Westley, Antadze, 2010, p.3)

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Como vemos, son conceptos muy relacionados, pero tal como señala Westall (2007, p. 2), “Each of these terms reflects different cuts, or perspectives, on reality.” (Westley, Antadze, 2010, p.3)

Según el Canadian Centre for Social Entrepreneurship (2001, p. 2) las empresas sociales entran dentro de la categoría de organizaciones “híbridas” las cuales fusionan prácticas empresariales innovadoras con un compromiso tanto con retorno social y económico de la inversión. (Westley, Antadze, 2010, p.2). Estas “empresas híbridas o “empresas con propósito”, son el resultado del proceso de convergencia de actores diversos que, basados en instrumentos del mercado buscan construir bienes de interés público. (Abramovay, et al. 2013, p.5)

2.2 Organizaciones “Híbridas”

Como se mencionaba anteriormente, los conceptos de responsabilidad social corporativa, negocios inclusivos, emprendimiento y empresas sociales; en el último tiempo, valor compartido, inversión de impacto e innovación social (Porter & Kramer, 2011; Dees, 1998; Phills et al., 2008) están íntimamente vinculados y sus definiciones y límites no están generalmente aclarados. Para poder definir y distinguir estas tendencias es necesario analizar dónde están localizados dentro de la organización sus objetivos sociales/ambientales.

Según se analiza en el informe FOMIN, 2012 “El surgimiento de múltiples organizaciones que combinan y persiguen objetivos que mezclan los ámbitos sociales y medioambientales con aquellos netamente económicos ha generado nuevas dinámicas transformadoras en los sectores tradicionales, apoyando el surgimiento de nuevos modelos empresariales que estarían propiciando la formación de un emergente sector híbrido o “cuarto sector” (Sabeti et al., 2009, Edwards, 2008).”

La aparición de este “sector híbrido” se fundamenta en un conjunto de dinámicas en las que estas organizaciones, originarias de uno de los tres sectores clásicos de la economía, se transforman, evolucionando hacia un espacio donde se mezclan las lógicas de modelos organizativos, de negocio o de gestión. Como elementos fundamentales, se destacan la búsqueda de un triple resultado –económico, social y medioambiental – en su operación, el involucramiento de todos los stakeholders en la gobernanza de la organización, y la utilización de mecanismos de mercado para alcanzar su misión y auto-sustentabilidad. (FOMIN, 2012, p. 13)

Tal y como se señala en el informe FOMIN, “(…) el “Cuarto Sector” se entiende como el espacio de hibridación entre los tres sectores tradicionales y sus elementos centrales. Así, las organizaciones que habitan este espacio compartirían con el sector privado su participación regular en los mercados, con el sector público, su naturaleza

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asociada a la generación de valor público y, por último, con el sector social, su orientación a la misión. En definitiva, organizaciones que proveen bienes y servicios de calidad a la vez que generan impacto social y medioambiental positivo.” (FOMIN, 2012, p. 13)

Dentro de esta dinámica de transformación de las distintas organizaciones de los clásicos sectores de la economía encontramos dos tendencias que dan sentido al surgimiento de las empresas sociales, más específicamente las Empresas B:

I. Convergencia desde organizaciones de interés privado hacia el interés público.

II. Convergencia desde organizaciones de interés público hacia el interés privado.

A continuación se detallan ambas y su resultado en una tercer dinámica emergente.

I . Convergencia desde organizaciones de interés privado hacia el interés público.

Entendiendo a la empresa desde su definición tradicional como sector privado con fines de lucro, se pone como principal eje la creación de un beneficio económico para sus dueños o accionistas. Sin embargo, a partir de la incorporación del concepto de desarrollo sostenible, y como respuesta a realidades cada vez más demandante en términos sociales y ambientales, el sector privado ha evolucionado hacia modelos de negocios donde se incorporan prácticas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), transformando la concepción de la empresa y su papel en las sociedades actuales. (FOMIN 2012)

I I . Convergencia desde organizaciones de interés público hacia el interés privado.

Por otra parte se señala que se están dando transformaciones interesantes en organizaciones que tradicionalmente se dedicaron a la generación de bienes y servicios públicos. Estas pueden ser desde las instituciones y agencias del Estado, hasta organizaciones privadas de interés público. (Abramovay, et al. 2013, p.15)

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Figura 1: Proceso de surgimiento de nuevas organizaciones híbridas (extraído de Abramovay, et al. 2013, p.16)

La tercera dinámica, que es la que en definitiva da sentido a todo este movimiento, corresponde a un “patrón de cambio emergente” vinculado con estas nuevas organizaciones que quieren crear valor social y medioambiental el mismo tiempo que valor económico, por medio de estos modelos empresariales híbridos.

Tal y como se analiza en el trabajo de FOMIN sobre Sistema B: “El trabajo que de cierta forma da inicio a la nueva sociología económica (Granovetter, 1985) tiene como punto de partida la idea de que los mercados y sus protagonistas centrales, las empresas, están integrados en la vida social: lejos de los puntos de equilibrio entre oferta y demanda, pueden ser estudiados como estructuras sociales, es decir, como formas de interacción que no solo se apoyan apenas en la información transmitida por los precios y los dispositivos tecnológicos, sino también en cultura, poder, jerarquías y representaciones mentales.”(Abramovay, et al. 2013, p.17)

Por último mencionar que el modelo de empresa social que propone Sistema B “está inspirado en los trabajos más recientes de la nueva sociología económica y particularmente de los análisis hechos por Andrew Hoffman y sus colaboradores acerca de las organizaciones híbridas (Haigh y Hoffman, 2012 y Hoffman y Badiane, 2012)”. (Abramovay, et al. 2013, p.17)

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2.3 Empresas B

Concretamente, “la empresa B es un nuevo fenómeno empresarial que amplía el deber fiduciario de los accionistas y gestores para incluir intereses no financieros. Su objetivo es crear un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. (…) Opera con altos estándares de gestión y transparencia, al tiempo que busca el mejor rendimiento financiero y permite la repartición de utilidades entre accionistas. Su filosofía es que la mejor manera de provocar un cambio social o ambiental es a través del mercado (…)”, considerando “las utilidades como la herramienta para lograr sus objetivos y no como un fin en sí mismas.” (FOMIN, 2012, p.7)

Las Empresas B persiguen un triple impacto:

1- Solucionar problemas sociales y medioambientales a través de sus productos y servicios, pero también a través de sus prácticas profesionales y ambientales, su relación con el conjunto de stakeholders.

2- Someterse a un riguroso proceso de certificación que valida el cumplimiento de estándares mínimos de desempeño, la transparencia en el ejercicio de sus labores (a través de la publicación de sus resultados), y el impacto de sus resultados sociales y medioambientales.

3- Incorporan modificaciones legales que protegen su misión, en la que se combina el interés público y privado.

Concretamente en la práctica hay dos formas de convertirse en Empresa B:

1. Obteniendo la certificación que otorga “B Lab”, obteniendo un mínimo de 80 puntos en la “Evaluación B”1, sumado a que los accionistas deben comprometerse a mantener el propósito de forma vinculante, modificando el contrato de constitución o de creación legal de la empresa.

2. En caso de que en país exista el tipo legal que lo permita, que la empresa se constituye legalmente desde su inicio como Empresa B.

En el caso de los emprendimientos sociales que desean certificarse pero aún no reúnen las condiciones mínimas legales o de tiempo facturación se puede hacer una “pre-certificación” llamada Sello B-Pendiente.

La evaluación tiene cinco secciones de evaluación de impacto B:

- Trabajadores - Comunidad - Medio Ambiente

1 Evaluación disponible en: http://bimpactassessment.net/es

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- Gestión (Governance) – (denominadas “Beneficios en el largo plazo” en el Manual para Empresas B)

- Modelos de empresa de impacto – (denominadas “Beneficios en lo esencial” en el Manual para Empresas B)

Mas adelante se analizarán las secciones que se consideran las más innovadoras en relación al trabajo existente en las líneas de la RSE.

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3. Método de trabajo.

El método de trabajo empleado en la presente investigación comenzó por la técnica exploratoria, de análisis bibliográfico y conceptual, principalmente por dos razones. La primera, porque si bien los conceptos de innovación social, emprendimientos y empresas sociales están adquiriendo cada vez más notoriedad y reconocimiento mundialmente, son términos que son comúnmente confundidos y poco conocidos por el público en general, por lo que es necesario identificarlos y diferenciarlos, entendiendo qué aportan al tradicional paradigma de la RSE. Por otra parte, específicamente el concepto de Empresa B, su certificación Empresa B y su materialización como movimiento en Sistema B presentan innovaciones que merecen un estudio conceptual específico.

En segundo lugar, se realizó una investigación de tipo descriptiva, analizando los distintos materiales existentes (documentos, memoria histórica, webs, manuales) así como también se realizaron tres entrevistas en profundidad de carácter exploratorio, con el objetivo de validar ciertas hipótesis de trabajo. Las entrevistas realizadas fueron:

- Maria Emilia Correa, co-fundadora de Sistema B. - Delfina Zargazazu, co-fundadora y ex directora ejecutiva de Sistema B

Uruguay. - Juanjo Manzano, director de Alma Natura, primera Empresa B Certificada en

España. - Pablo Sanchez, co-fundador y partner de Roots for Sustainability, Country

Partner de B Lab España y Empresa B Certificada.2 Además se realizó observación participante en varias reuniones de Sistema B Uruguay, tanto reuniones generales de Sistema B y Un Día B3, como reuniones de Multiplicadores B.

Por último, se realizó análisis de las comunicaciones internas del grupo Multiplicadores B Uruguay vía mail del último año.

La información, tanto descriptiva como de análisis, sobre las Empresas B manejadas en el presente trabajo fue extraída de:

• Empresas B:

2El objetivo de entrevistar Empresas B fuera de Latinoamérica era poder entender otros modelos de trabajo y promoción de las Empresas B y analizar el grado de aporte de Sistema B en esta tarea. 3 Encuentro Anual de la Comunidad B, donde asisten empresas y personas interesadas y vinculadas con el movimiento.

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-Webs oficiales en español y en inglés de Empresas B. -Manual para Empresas B de Ryan Honeyman. -Artículos y notas de prensa a fundadores e integrantes de B Lab, B Lab Europe y Sistema B.

• Sistema B: -Webs oficiales de Sistema B, Academia B, Relato B, Multiplicadores B. -Investigación de FOMIN sobre Sistema B (versión original y resumida). -Artículos y notas de prensa a fundadores e integrantes de Sistema B.

Tanto el análisis conceptual como el trabajo de campo dejaron más preguntas que respuestas sobre las inquietudes de investigación que este trabajo se propone resolver. Parecería algo bastante lógico teniendo el cuenta la novedad y poca información existente sobre la temática de estudio.

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4. Descripción del problema. Justificación.

América Latina, como una de las regiones más desiguales y violentas del planeta está comenzando a tomar cada vez más conciencia de la necesidad de redefinir el éxito empresarial, tanto la propia comunidad empresarial y la ciudadanía en su conjunto. Está comenzando a desarrollarse un nuevo tipo de empresarios, vanguardista, que trabaja por una economía regenerativa que recupere y valorice tanto los ecosistemas degradados como el tejido social y urbano. Tanto el sector privado como público están comenzando a escuchar y adaptarse a las crecientes demandas sociales.

Como mencionaba anteriormente, dos tendencias confluyen. Por una parte, las empresas vienen incorporando nuevos modelos de gestión y prácticas operacionales como la responsabilidad social empresarial (RSE) o el valor compartido. Por otra, el sector social ha evolucionado hacia prácticas que le permiten participar en los mercados. (FOMIN, 2012, p.4)

Enmarcado en estas tendencias es que nacen las Empresas B y su movimiento en América Latina Sistema B; ambos con el objetivo común de generar un cambio profundo, buscando llegar a una economía en la que el éxito se mide, no por la maximización de las ganancias, sino por el bienestar de las personas, de las sociedades y del planeta, tanto en el presente y para las futuras generaciones.

Dos importantes hitos merecen ser mencionados dentro de la historia de este movimiento que persigue el cambio hacia una nueva economía:

1- Fundación del B Lab: En el 2006 Coen, Houlahan y Kassoy desarrollan dos iniciativas para crear una comunidad de empresas responsables: “por un lado, crearon un sistema de certificación de Empresas B conocido como B-Corps (Empresas B en español) y por otro, promovieron cambios legislativos para crear un nuevo tipo de empresa legal, las Benefit Corporations, que se constituyen desde su inicio como Empresas B. El sistema de certificación ha tenido un gran éxito y ya se ha implementado en 50 países con más de 1996 B Corps certificadas en 130 industrias diferentes, mientras que el nuevo marco legal se ha establecido en Estados Unidos, Italia y Argentina.4” (FOMIN, 2012, p.8)

2- Fundación de Sistema B: Inspirados por el B Lab de Estados Unidos, fue fundado por Pedro Tarak, Juan Pablo Larenas, Gonzalo Muñoz y María Emilia Correa.

4Los datos han sido actualizados ya que la citada publicación no contiene datos actuales.

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Catalogada por el B Lab como la comunidad más activa de Empresas B fuera de los Estados Unidos, Sistema B es definido como una plataforma global que facilita y da escala a empresas que quieren ser Empresas B (Abramovay, et al. 2013, p.25). Su misión es “construir un ecosistema favorable para fortalecer empresas que utilizan la fuerza del mercado en la solución de problemas sociales y ambientales”. Desde su creación en 2011 Sistema B está oficialmente presente en Chile, Colombia, Argentina, Brasil, Uruguay y Perú encontrándose también en desarrollo en Ecuador, Costa Rica, México y Paraguay. Con el fin de seguir transformando el ecosistema, durante 2014-2016 Sistema B desarrolló un plan estratégico de crecimiento que incluía 6 Comunidades de Práctica a través de las cuales se llevarán a cabo las Iniciativas Estratégicas5:

I . Comunidad de Empresas B: Impulsar más Empresas B, así como una comunidad fuerte, diversa y creciente de miles de Empresas B. Fortalecer las Empresas B existentes para apoyar su promesa de triple impacto.

I I . Mercado – Grandes Compradores: Ampliar las oportunidades comerciales dentro de la comunidad de Empresas B y favorecer su inclusión en la cadena de valor de los principales compradores, tanto en el sector público como en el privado.

I I I . Capital – Inversionistas de Impacto: Dirigir los flujos de capital hacia el Ecosistema B y enfocar la comunidad a la industria de la inversión de impacto.

IV. Pol í t icas Públicas - Actores políticos y de regulación: Promover y formular políticas públicas y marcos regulatorios favorables a las Empresas B.

V. Academia - Comunidad de Pensamiento e Investigación – Educadores y Docentes: Explotar el talento y el desarrollo de los conocimientos empíricos sobre el ecosistema B.

5En la investigación original de Abramovay, et al. 2013 las áreas que figuran son 7 en lugar de 6. Sin embargo, el todos los demás documentos existentes, incluyendo la Memoria Histórica 2015, se trabaja sobre las 6 áreas mencionadas, siendo unificadas la “Formación y Docencia” junto con la “Comunidad de Pensamiento e investigación” en una única categoría como “Academia”, razón por la que se presenta de esta manera.

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Figura 2: “Nuestro Modelo”

(Extraído de http://www.sistemab.org/espanol/el-movimiento-global/modelo-b)

VI. Comunidades de Opinión – Comunicadores - Líderes de Opinión: Generar conciencia y compromiso de las audiencias clave a través de líderes de opinión. (Iglesias, A. I. R. 2015, p.8) (Abramovay, et al. 2013, p.25)

Sus principales socios estratégicos son B-Lab, BID- Fomin (Banco Interamericano de Desarrollo- Fondo Multilateral de Inversiones) y CAF Banco de Desarrollo de América Latina. Ha recibido apoyo financiero de donantes internacionales, como Halloran Foundation, Rockefeller Foundation, la Fundación Ford, aportes locales como el Gobierno de Chile a través de CORFO (Corporación de Fomento de la Producción del Gobierno de Chile), así como ha establecido alianzas con numerosos agentes locales y regionales.

4.1 Teoría del cambio

Continuando con la revisión sobre la bibliografía relevante sobre el aporte de valor de Sistema B, en el informe FOMIN de 2012 se realiza un análisis sumamente valioso sobre cual es el marco teórico de Sistema B, es decir, en qué paradigma de cambio se basa el modelo de trabajo propuesto y qué estrategias de desarrollo genera.

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La teoría de cambio trabajada por el mencionado artículo se basa en el trabajo de Wheatley & Frieze y Westley & Antadze. Esta plantea que “la transformación debe ser sistémica, y requiere la creación y articulación de diferentes plataformas de apoyo que resuelvan las necesidades y generen los suficientes incentivos para lograr la escalabilidad e incidencia de estas empresas.” (FOMIN, 2012, p.15)

Existen cuatro pasos para articular las conexiones críticas que permitan el cambio a gran escala (FOMIN, 2012, p15):

1. Identificar: Descubrir esfuerzos pioneros y nombrarlos como tal para darlos a conocer.

2. Conectar: Vincular estos proyectos con otros que persigan un triple impacto.

3. Fortalecer: Creación de espacios para aprender y compartir experiencias.

4. Proyectar: Dar a conocer las nuevas prácticas sociales y medioambientales (FOMIN, 2012, p.15)

Estos 4 pasos tienen conexión con lo que en el capítulo 5, parte 2 se mostrará como el aporte de valor de Sistema B al cambio de paradigma de trabajo.

Basado en la teoría del cambio anteriormente mencionada es que el “cuarto sector” trabaja con el objetivo de llegar a “audiencias empresariales estratégicas” que promuevan la construcción de redes y comunidades de práctica que generen polinización cruzada y así aumenten el número de Empresas B.

Las audiencias estratégicas identificadas son:

-Pioneros con propósito. Empresas que buscan generar innovaciones disruptivas y nuevos paradigmas en el mercado tradicional. Son pioneros que operan en la periferia del sistema económico actual.

-Empresarios tradicionales que quieren migrar al nuevo paradigma y buscan formas de hacer realidad su compromiso.

-Empresas “faro” que actúen como focos de atracción. Son empresas que ejercen liderazgo por su reputación ética y su compromiso con una sociedad mejor. La presencia de estas empresas “faro” es por sí misma un atractivo para otros empresarios y emprendedores que estén buscando caminos nuevos de gestión. Algunos ejemplos de estas empresas son: Natura en Brasil, Banco BCI en Chile o Empresas Públicas de Medellín en Colombia. (FOMIN, 2012, p.18)

Además, dentro de esta estrategia es necesario que se establezcan “conexiones críticas entre audiencias estratégicas y los otros actores del entorno de negocio tradicional” tales como universidades (para trabajar en formación de empresarios y modelos de negocio con objetivos sociales); políticas publicas (para generar legislación que facilite la acción de las Empresas B y permita escalar su impacto); inversionistas de impacto (para generar conocimiento junto con capital y aporten

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contactos con el mercado); organizaciones de fomento (incubadoras y aceleradores que acompañan el crecimiento de las Empresas B).

4.2 Comunidades de Práctica

Considero que las llamadas “Comunidades de Práctica” son la clave en la estrategia de escalamiento de las Empresas B y que son un mecanismo innovador para el cambio social en esta materia, basados en la doble hermeneutica que se analizará más adelante.

En la propia página de Sistema B se señala: “Las Comunidades de Práctica son el vehículo de nuestra Teoría de Cambio. (…) Comunidades de Práctica: Grupos de personas con una pasión común, que interactúan con regularidad para mejorar sus prácticas y articulan condiciones favorables a sus intereses. Se pueden identificar cuando existe un grupo con vida propia (organización, agenda y metas).” (Sistema B, Modelo se Sistema B: http://www.sistemab.org/espanol/el-movimiento-global/modelo-b)

Considero que estas comunidades son de un gran valor para el movimiento y que merecen especial atención. Lo que diferencia esta estrategia de Sistema B de Comunidades de Práctica en relación a otras comunidades, asociaciones o colectivos vinculados a la RSE, e incluso a las propias Empresas B en otras partes del mundo, es que éstas buscan un impacto mucho más profundo que la mera generación de masa crítica de Empresas B, sino que trabajan sobre los temas medulares para la construcción de las nuevas economías, como lo son la legislación, la sensibilización del empresariado actual, la educación de los futuros directores de empresas, entre otros.

“La implementación de la comunidad de práctica como mecanismo central de la teoría de cambio involucra la identificación de actores críticos en cada país, la diseminación de nuevos conocimientos entre estos actores, mejorar el acceso a mercados e inversión de impacto, y gestionar las comunidades.” (Abramovay, et al. 2013, p.7)

Por lo tanto, Sistema B busca generar conexiones críticas entre los actores clave para incentivar la formación de estas Comunidades de Práctica y poder lograr este cambio sistémico. Para ello genera espacios, instancias de reflexión, diálogo, apropiación de valores y construcción de agendas colectivas que van más allá de las agendas personales, porque entiende que “Las Comunidades de Práctica estarán construyendo la visión conjunta de la economía con propósito social y ambiental que queremos compartir, así como los medios para lograrla.” (Sistema B, Modelo de Sistema B: http://www.sistemab.org/espanol/el-movimiento-global/modelo-b)

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5. Resultados.

Parte 1: Empresas B

I. La “Doble Hermeneutica”

Hay un largo camino recorrido en lo referido al papel de las empresas en la sociedad, primero desde la economía y luego desde la RSE; debates muy profundos, filosóficos, sobre la naturaleza del ser humano y la forma en la que nos vinculamos.

Considero que ha habido una evolución en la mirada del rol de las empresas en la sociedad que es, por una parte producto de la reflexividad de las propias disciplinas académicas con la consecuente creación de significados y conceptos, pero que también surje de la interpretación e influencia del “conocimiento común o profano” de la sociedad civil, que reacciona a los cambios ocurridos en el sistema capitalista y el mundo actual; lo que Guiddens llamó la “doble hermenéutica”. En el siguiente análisis se intentará mostrar la imbricación que existe entre el saber científico y el “saber de sentido común” que ocurre a partir del fenómeno de las Empresas B. Esta doble hermenéutica explica parcialmente el surgimiento de fenómenos emergentes como Sistema B y desde esta óptica es que me propongo analizarlo.

Guiddens define la doble hermeneutica como: “La intersección de dos marcos de significado como una parte lógicamente necesaria de la ciencia social, el mundo social significativo tal como es constituido por los actores legos y los metalenguajes inventados por los científicos sociales; hay un constante “deslizamiento” de uno al otro inmiscuido en la práctica de las ciencias sociales” (Giddens, 1984: 374).

En este sentido, encontramos en el mismo ecosistema de Sistema B lo que podríamos llamar el saber experto, representado por la Academia B, que construye significados y por otra parte el mundo social de los “actores legos”, representado entre otros por los Actores del Mercado, como las Empresas B y los Multiplicadores B.

En la Parte 2 de los Resultados serán analizadas estas iniciativas en profundidad para comprender el aporte de Sistema B al desarrollo del concepto de Empresas B y su impacto en el mundo práctico.

II. El aporte de valor de las Empresas Sociales: Académico- Conceptual

El objetivo del presente análisis no es rivalizar o comparar a las Empresas B con las prácticas de RSE. Por el contrario, considero mucho más enriquecedor analizarlo en

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términos de las innovaciones que el modelo de Empresas B y Sistema B plantean en sí mismo. Creo que es una aclaración importante, ya que tendemos naturalmente a comparar una tendencia como contraposición y en este análisis el foco está en otro lado.

Por eso mi propuesta está basada en analizar esta nuevo enforque de empresas sociales, tomando como referencia los planteos y resultados que ha venido teniendo la RSE a nivel global, para ver en qué medida se nutren de la experiencia anterior y qué nuevo valor aportan, es decir, en qué medida ensanchan el camino hacia una nueva economía en lugar de contraponerse a las experiencias anteriores.

Luego, profundizando en la segunda parte, me propongo analizar a Sistema B desde el concepto de innovación social de Frances Westley y Nino Antadze referenciada anteriormente.

Evolución conceptual

Como veíamos en el análsis bibliográfico, en la génesis del concepto de Empresa Sociales encontramos una confluencia de muchas tendencias. Si lo analizamos a nivel discursivo, el propio movimiento de Empresas B, representado por los cofundadores de B Lab, Jay Coen Gilbert, Bart Houlahan y Andrew Kassoy, “conceden sin problemas el hecho de que la idea de utilizar una empresa como motor de construcción para un mundo mejor no es algo nuevo. La comunidad de Empresas B se sostienen en más de cincuenta años de trabajo arduo en las microfinanzas, el desarrollo comunitario, la propiedad cooperativa, la tecnología limpia y los movimientos de inversión socialmente responsables. La Empresa B certificada es la siguiente iteración en un proceso de evaluación contiua.” (Honeyman, 2015, p 248)

Entonces, ¿cuál es el aporte real de este concepto? Analizando la bibliografía sobre el tema encontramos que los límites de la empresa socialmente responsable y la empresa o emprendimiento social no están tan claros, depende principalmente de cómo las definamos y teniendo en cuenta que no hay un consenso en las definiciones mismas.

Las definiciones de los emprendimientos sociales y la innovación social ya fueron analizados en la revisión bibliográfica, aunque no así su aporte en la evolución del concepto de empresa socialmente responsable y sustentable.

Además, esta confusión no se da sólo a nivel conceptual sino que encontramos que las distintas certificaciones que se proponen validar modelos de gestión empresariales diferentes, generalmente apuntan hacia un cambio en la forma de hacer negocios y por tanto tienen objetivos comunes, por lo que a continuación

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analizaremos los aportes de las Empresas B en ambos sentidos, conceptual y práctico.

En primer lugar decir que, partiendo de la RSE entendida como prácticas, estrategias o programas que implementa la empresa para generar un impacto positivo, sin que esto sea su misión u objetivo principal, la empresa social viene a aportar un mayor nivel de involucramiento y de impacto, ya que se trata de una organización que utiliza modelos de negocio para alcanzar un objetivo ambiental o social, es decir que su principal negocio o core business se diseña alrededor de su misión social.

Segundo, teniendo en cuenta los niveles utilizados para entender la RSE es que el límite se vuelve aún más difuso.

Comenzando desde la ““filantropía corporativa”, basada principalmente una estrategia de vinculación con la comunidad a través de donación ciertos fondos a organizaciones sin fines de lucro para ayudar a la comunidad o a patrocinar algún evento. Este es el nivel más claramente diferenciado de la empresa social.

Profundizando hacia un segundo estado o nivel conocido como “Inversión social” o RSE Estratégica nos encontramos con empresas que buscan un impacto a largo plazo en la comunidad donde operan, donde se incluyen programas para mejorar cuestiones laborales, ambientales y de salud en toda la cadena de valor.

Por último, el nivel más activo de la RSE conocido como “Creación de valor compartido” (Shared value creation) que implica una incorporación de las estrategias de responsabilidad social a las operaciones principales de la empresa o al core business. Este nivel es donde el concepto está más cercano al de una empresa social, aunque a continuación veremos que han surgido otros conceptos fuertemente vinculados que son anteriores y que sientan las bases de las llamadas empresas sociales. (Paloma García, 2015)

De la RSE al Desarrol lo Sostenible

Del análisis bibliográfico podemos decir que el concepto de empresa social tiene como génesis la crítica la “ética de la complacencia” de John Elkington, la idea de que “una buena mezcla de filantropía y compensación de externalidades resume lo mejor que se puede esperar de la responsabilidad social y ambiental de las empresas” (Abramovay, et al. 2013, p.11), por lo que él considera que se debe evolucionar hacia el llamado desarrollo sostenible, uno de los pilares de las empresas sociales.

El concepto en sí mismo no es nuevo. Fue definido por primera vez en 1987 por el Informe Brundtland de la Comisión Mundial de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo como la forma de crecimiento que permite "atender las

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necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las propias".

Es señalado que el concepto que mejor expresa la esencia de la sostenibilidad empresarial es el Triple Bottom Line (TBL, en español, triple cuenta de resultados), propuesto por el propio John Elkington, considerado por sus pares el padre de la sostenibilidad empresarial, en su libro Cannibals with Forks ( Caníbales con tenedores , 1997). Según Elkington, “(…) el TBL es el atributo distintivo de las empresas comprometidas en forma categórica con el nuevo paradigma: es decir, aquellas que en sus sistemas de gestión toman en cuenta el impacto de sus procesos y productos sobre la economía, la comunidad y el medio ambiente en los cuales desarrollan sus actividades.(…)” (La Nación, 2008) En este sentido, considerando a la RSE en su estado de “Valor compartido” anteriormente mencionado, el concepto de TBL da un paso más, ya que implica readecuar la totalidad de los productos y procesos. (La Nación, 2008)

Economía regenerativa

Teniendo en cuenta esa evolución desde un concepto de empresa que minimiza las externalidades negativas de su actividad y genera valor compartido (RSE), pasando por el sistema de gestión que toma en cuenta el impacto en sus productos y procesos (TBL), la visión de las empresas sociales redobla la apuesta hacia una regeneración de la economía, el tejido social y el medio ambiente a partir de su propia actividad económica y considero que ese es el mayor aporte de valor a nivel conceptual y teórico.

Según el informe FOMIN, este enfoque toma especial relevancia en el contexto latinoamericano estado-céntrico, donde el gran desafío no debería pasar por la permanencia de las mismas actividades y los mismos métodos sino en intentar reducir los impactos negativos de la actividad empresarial. “América Latina no necesita una economía correctiva del daño causado por las actividades actuales: se requiere una economía regenerativa, que busque de manera explícita recuperar y valorizar tanto los ecosistemas degradados, como el tejido social urbano y rural que sufren con las formas del crecimiento económico en la región.” (Abramovay, et al. 2013, p.11)

Podemos decir entonces que tanto la RSE (valor compart ido) como el desarrol lo sostenible t ienen objet ivos sociales o medioambientales a nivel estratégico y toman en consideración los intereses de todos los stakeholders; teniendo un impacto indirecto. El gran aporte de la empresa social como concepto en sí mismo es que esta propone una solución de dichos problemas a través de sus productos o servicios,

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convirt iendo a la propia empresa en el motor de cambio, cobrando mucho más fuerza y potencial de impacto.

Por últ imo, entendemos que el fenómeno de las empresas sociales y su conceptualización académica pueden ser explicadas como parte de la doble hermenéutica anteriormente mencionada, donde la evolución conceptual de la RSE y el desarrol lo sostenible permearon en el tej ido empresarial y social como “signif icados”; formando una nueva generación de emprendedores y empresarios con mayor sensibi l idad e interés por el impacto de su actividad y que actualmente deciden dar un paso más en este sentido, incorporando la misión social al propio modelo de negocios y aportanto a su vez a la discusión crí t ica de la academia sobre estos asuntos.

III. El aporte de valor de las Empresas Sociales: Certificación

Entendiendo que las normas y certificaciones deberían reflejar lo que el concepto mismo intenta promover, tomaremos como referencia para entender la RSE la Norma ISO 26000 y para las empresas sociales la certificación Empresa B Certificada (otorgada por el B Lab), siendo estas las que tienen actualmente mayor legitimidad y aceptación, pero tendiendo presente que existen otras alternativas válidas.

En primer lugar, encontramos un cambio en entre el enfoque desde de lo que es conceptualmente una norma en relación a una certificación, ya que la ISO 26000 intenta promover ciertos valores pero no certificar y esto tiene sus concecuencias. La norma no contiene requisitos sino recomendaciones, por eso utiliza términos como “debería”. En el texto mismo de la norma se plantea que la misma no es adecuada ni presende servir como propósitos de certificación sino que es una guía, proporciona orientación y es por lo tanto de carácter voluntario. Esto ha generado y genera un debate en relación a la voluntariedad de la RSE y en su impacto en el comportamiento de las empresas que no será abordado en el presente trabajo. Sólo señalar que este hecho tiene efectos en la adopción de las prácticas y su perdurabilidad en el tiempo. Si bien existen certificaciones a nivel internacional como la SA 80006 donde se verifica la correcta gestión en relación a un determinado aspecto, ninguna certifica el impacto de la empresa desde un punto de vista holístico.

6La certificación SA 8000 aborda temas como el trabajo infantil y el trabajo forzado, la salud y la seguridad en el trabajo, libertad de asociación y negociación colectiva, discriminación, medidas disciplinarias, horario de trabajo, remuneración y sistemas de gestión.

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En este sentido, las Empresas B Certificadas han cumplido con rigurosos estándares de desempeño, rendición de cuentas y transparencia social y ambiental corroborados por el B Lab, organización sin fines de lucro, que realiza la verificación del cumplimiento de ciertas acciones para toda la cadena de valor de la empresa y en su propia misión.

A partir del análisis de la certificación, basado en el “Manual para empresas B. Negocios como fuerza positiva para mejorar el mundo” de Ryan Honeyman, encontramos particularmente dos puntos clave de gran aporte de valor en lo que refiere a certificaciones, correspondientes a dos secciones que podrían considerarse innovadoras.

• Sección “Gestión – Largo Plazo” Empresas B buscan la protección legal de su misión: Señala Honeyman que las empresas B creen que una de las claves para perdurar es incluir su misión en el ADN legal y cultural de la empresa. (Honeyman, 2015, p. 182).

Esto se trabaja en tres áreas principales:

1- Misión y participación: la incorporación del compromiso de responsabilidad social y/o ambiental en la declaración de propósitos escrita en la empresa, para luego compartirlo y enseñarlo a sus empleados.

2- Transparencia: la comunicación de la información financiera con los empleados, produciendo un informe anual y trabajando dentro de la industria para formular programas sociales y ambientales.

3- Estructura corporativa: la institucionalización legal de su misión en sus documentos de administración y gestión corporativa para que ésta se encuentre protegida en el largo plazo. “Al elevar sus valores a leyes, su empresa será capaz de mantener su misión incluso ante cambios en la gestión y el control de la empresa. Esta práctica se premia porque se considera que incluir los intereses de las partes interesadas en las decisiones de la empresa puede ser un cambio sencillo pero radical en la evolución del capitalismo.” (Honeyman, 2015, p.199)

Este aspecto es una de las más grandes agregaciones de valor que hace la certificación en relación a lo anteriormente existente, ya que por ejemplo la ISO 26000 plantea específicamente sobre este aspecto que no pretende sentar las bases para acciones legales.

Entonces, como es señalado en variados análisis sobre la temática, este punto es central, ya que le da un gran potencial de cambio y perdurabilidad en el tiempo. ¿Porqué? Porque aquellos empresarios e inversionistas que buscan generar impacto material positivo en la sociedad y el ambiente con las anteriormente llamadas “empresas híbridas” o empresas “con propósito”, enfrentan un dilema de “identidad” al decidir los vehículos legales para desarrollar sus empresas. No existe un marco

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jurídico claro que regule las obligaciones y compromisos de este nuevo actor social con ánimo de lucro pero de búsqueda del interés general. (Abramovay, et al. 2013, p.22)

El B Lab diseñó 2 soluciones que dan respuesta a esta problemática e intentan resolverla: Benefit Corporations o Empresas B. La diferencia esencial entre sí es que la Certificación B es una certificación otorgada por B Lab, mientras que las Benefit Corporations son entidades legales autorizadas por el Estado y no requieren ser certificadas como Empresas B.

Ambas soluciones buscan resolver uno de los principales desafíos por el cual las Empresas B fueron creadas que es la dificultad que muchos empresarios tienen para crecer o vender un negocio sin que los valores sociales y ambientales originales de las empresa corran peligro ya que estos quedan protegidos por la misión de la empresa legalmente.

En el caso de las Benefit Corporations esto implica que debe aprobarse una legislación que lo contemple, contandose al día de hoy con sólo tres países en los que esta existe: EEUU, Italia y Argentina. No existen todavía en los demás países latinoamericanos vehículos legales similares, pero en practicamente todos Sistema B está trabajando, a través de Abogados B, en la promoción de la legislación con mayor o menor avance. Sin embargo, las empresas que optan actualmente por la certificación B pueden modificar sus estatutos para incorporar estas consideraciones. (Abramovay, et al. 2013, p.49)

En resumen, entendemos que una de las innovaciones que plantean las Empresas B se basa en esta ampliación voluntaria pero vinculante del propósito social o medioambiental de la empresa ya que esto permite desarrollar estrategias de largo plazo que hagan compatible el afan de lucro con las necesidades sociales independientemente de los accionistas o directores de turno. Además, este es uno de los aspectos en los que las Empresas B realizan un mayor aporte en relación a las actividades de responsabilidad social, ya que logra redefinir el éxito de la empresa plasmandolo legalmente en su misión, poniendo las utilidades como la herramienta para lograr sus objetivos y no un fin en sí mismos. Al decir de Sebastián Figuerón en el evento anual Un Día B 2016: "Queremos hacer dinero porque hacer dinero es nuestra forma de hacer el bien, es nuestra razón de ser y eso son las Empresas B”.

Por lo tanto es central el hecho de que, si bien las utilidades son indispensables para el crecimiento y la sostenibilidad en el tiempo, pero no son la razón de ser del accionar de la empresa. Por eso las Empresas B redefinen el propósito al redefinir su sentido del éxito. (Abramovay, et al. 2013, p.20)

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• Sección “Modelos de empresa de impacto”7 Certificación B evalúa el modelo de negocios: La certificación analiza el principal modelo de negocios de la empresa y premia a empresas que utilizan medios particularmente innovadores para resolver problemas sociales y ambientales. (Honeyman, 2015, p.208)

En su Manual Honeyman realiza algunas recomendaciones para lograr implementar este tipo de modelos de impacto de los cuales destacamos 3:

1. Entregar productos o prestar servicios que hayan sido diseñadas con el fin de beneficiar comunidades marginadas o en desventaja; siendo aconsejado el rediseño radical del producto desde el principio, por considerarse que cambios marginales a productos existentes para su uso en países en desarrollo tienen menos posibilidades de éxito. (Honeyman, 2015, p.209) Un ejemplo de esto es la empresa argentina Xinca que se dedica a hacer zapatillas con materiales reciclados y empleando presos para ayudar en su rehabilitación.

2. Reducir la intensidad de los recursos, creando productos ecológicos. (Honeyman, 2015, p.211)

Dos casos con gran posicionamiento en este aspecto, además de ser empresas faro, son Patagonia y Natura:

- Patagonia, marca de ropa y accesorios para practicar deporte al aire libre con sede en California que utiliza la sostenibilidad como la base de su posicionamiento empresarial desde 1972, en su declaración de principios habla de “construír el mejor producto, no causar daños innecesarios, usar al empresa para inspirar e implementar soluciones a la crisis medioambiental” (Honeyman, 2015, p.53) Entre sus prácticas, podemos encontrar acciones como éstas:

• Ofrece información sobre su huella de carbono, explicando el origen y la historia de cada producto, desde su diseño hasta la compra.

• Utiliza algodón orgánico para toda la ropa que fabrica.

• Desde 2008 el 53% de sus prendas son reciclables.

• Dona parte de sus ganancias a grupos medioambientales.

• Forma a sus empleados en temas de responsabilidad social.

• Estudia la cadena de suministro de sus proveedores y su Equipo de Responsabilidad Social y Ambiental tiene la capacidad de vetar la decisión de

7La sección de “Modelos de empresas de impacto” de la evaluación de impacto B que se encuentra online fue creada para reconocer y premiar esa intención de diseño de una empresa.

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trabajar con una nueva fábrica. (Patagonia, una empresa socialmente responsable. 2014. http://almanatura.com/2014/10/patagonia-una-empresa-socialmente-responsable/)

- Natura es una marca de origen brasileño, presente en siete países de América Latina y en Francia. En Brasil, es líder en el mercado de cosméticos, fragancias e higiene personal. Desde 2004, es una compañía de capital abierto, con acciones listadas en el Nuevo Mercado, el más alto nivel de gobernanza corporativa de la Bolsa de Valores de San Pablo (Bovespa). Su gestión se destaca por el hecho de que en la producción de sus productos no realizan pruebas en animales y hacen observación estricta de las más rigurosas normas de seguridad internacionales. Para desarrollarlos, movilizan redes sociales capaces de integrar conocimiento científico y sabiduría de las comunidades tradicionales, promoviendo, al mismo tiempo, el uso sustentable de la rica biodiversidad botánica brasileña. (Natura, http://www.natura.com.mx/natura/acerca-de-natura/sobre-nosotros )

Todo esto la hace un gran referente como Empresa B digno de resaltar y razón por lo cual es considerada como “empresa faro” dentro de las “audiencias estratégicas”, tan importantes para impulsar el cambio como señalabamos anteriormente, ya que ejercen liderazgo por su reputación ética y su compromiso con una sociedad mejor, siendo un atractivo para otros empresarios y emprendedores que estén buscando caminos nuevos de gestión.

3. Diseñar métodos de distribución para alcanzar mercados rurales fuertemente dispersos y mercados urbanos extremadamente densos.

Un buen ejemplo de esto es Alma Natura, primera Empresa B Certificada en España, dedicada a diseñar alianzas público/privadas para las comunidades rurales. Llevan a cabo acciones e iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales principalmente de España. Su propósito es fijar población al entorno rural, impulsando nuevas oportunidades. Lo consiguen creando y poniendo en marcha de espacios de coworking en medios rurales, generando capacitaciones, planificación estratégica, dinamización, entre otros. (Alma Natura. http://almanatura.com/servicios/)

Anteriormente se señalaba que uno de los grandes cambios en relación a las certificaciones existentes es que la certificación de Empresa B evalúa una empresa completa (por ejemplo compromiso de los trabajadores, participación de la comunidad, huella medioambiental y estructura de gestión) en lugar de sólo mirar un único aspecto de la empresa (por ejemplo, un proceso, producto, etc). (Honeyman, 2015, p. 35)

Por últ imo, considero importante retomar un elemento anteriormente mencionado que no es menor y es que el enfoque desde donde las Empresas B, al premiar en su evaluación los modelos de negocio con

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impacto posit ivo, implica que es proposit ivo, es decir, se posicionan hacia la regeneración de la economía, la generación de soluciones a part ir de la propia actividad económica, mientras que del anális is real izado a las normas vinculadas a la RSE se trabaja sobre cómo la actividad de la organización genera consecuencias y su prevención, minimización o mit igación.

IV. El aporte de valor de las Empresas Sociales: Comunidad

Tanto a nivel global a través del B Lab, como a nivel latinoamericano a través de Sistema B, las empresas y personas integrantes del movimiento señalan la importancia del sentir colectivo que el mismo genera y señalan como uno de los factores de mayor atracción de las Empresas B en relación a otros modelos el hecho de pertenecer a una comunidad.

- Comunidad Global: “Ser parte de una comunidad de líderes con valores comunes”:

Dentro de los 10 beneficios que la mayoría de las Empresas B entrevistadas por Ryan Honeyman está el valor que aporta la comunidad en sí misma. Muchos se acercaron por ahorro o por promoción, “sin embargo, para casi todos ha sido la fuerza de la comunidad, y el sentimiento de formar parte de algo más grande que una empresa individual, lo que se ha convertido en uno de los aspectos más gratificantes de la certificación de Empresa B”. El propio Honeyman cuenta en el libro que al conocer el concepto y algunas de las empresas certificadas lo atrajo mucho formar parte y dice: “Había encontrado mi tribu” (Honeyman, 2015, p.46) Y continúa: “La comunidad de Empresa B se beneficia de un alto nivel de confianza, una alta calidad intelectual y una chispa empresarial que es más poderosa que aquella de cualquier otro grupo que yo haya visto.” (Honeyman, 2015, p.47)

- “Filosófico”: Crea una nueva narrativa que redefine el éxito empresarial.

El movimiento comenzó en Estados Unidos, ahí se gestó y tomó forma e institucionalidad pero ya había tanto allí como en todas partes del mundo personas, emprendedores y empresas con esa misma visión y esas mismas ganas. Lo que aportan el B Lab y Sistema B, además de la certificación, al movimiento prexistente es una nueva narrativa y una comunidad que genera cohesión.

Como señala Jay Coen Gilbert, co-fundador del B Lab: “Long before we came around and invented the name B Corp there where enterpreneurs trying to use their business as a force for good. What all of those people were limited in doing was scaling and having an impact beyond their businesses. They didnt have collective voice because

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there wasnt an identifible movement. As for now, as part of the B Corp community they are no longer feeling alone.” (B Corporation. Video: http://bcorporation.eu/b-corp-community)

Esta nuevo relato se crea inst i tucionalmente. Hay un discurso y una inst i tucionalidad, con su correspondiente estrategia de comunicación y estructura organizacional, que es a su vez co-creada y redefinida constantemente por los integrantes de B Lab y Sistema B junto con las diferentes comunidades de práctica.

Más adelante veremos cómo esta narrat iva es la base de apoyo para Sistema B y cómo opera en su caso part icular. A nivel global es importante señalar que si bien el discurso está bastante unif icado, podemos encontrar algunos matices y diferentes formas de l levarlo a la práctica según los países o continentes, poniéndose mayor o menor enfasis en la cert i f icación o en el sentido de comunidad que analizaremos en la siguiente sección.

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Parte 2: Sistema B

II.i. El movimiento

Sistema B es un movimiento social con un enfoque sistémico, que abarca muchos aspectos además de la certificación y/ó la figura legal y que pretende cambiar el sistema capitalista actual apoyado en una comunidad de práctica que le da fuerza.

El valor generado por la comunidad de práctica, tanto para las empresas como para la sociedad en su conjunto, que va más allá de la certificación, es uno de los grandes aportes del concepto de Sistema B. Consideramos que esta definición sistémica del movimiento es un gran aporte a todo lo que es el fenómeno de las Empresas Sociales y las B Corps en particular.

En base a varios de los puntos anteriormente mencionados y en algunos que analizaremos en las siguiente líneas sostenemos que Sistema B como organización está transitando el camino hacia la Innovación Social según la definición de Westley y Antadze:

“When a social innovation has a broad or durable impact, it will be disruptive and catalytic (Christensen et al., 2006); it will challenge the social system and social institutions that govern people’s conduct by affecting the fundamental distribution of power and resources, and may change the basic beliefs that define the system or the laws and routines which govern it.” (Westley, Antadze, 2010, p.3)

Ya desde su discurso, en su primer memoria histórica publicada el presente año, plantea, dentro de sus inquietudes acerca del futuro de la comunidad en América Latina, lo siguiente: “Desde lo más profundo queremos ser protagonistas de la generación de la TRANSICIÓN de la revolución industrial a la sustentabilidad en evolución.” Esto implica una intencionalidad de generar cambio en el conjunto de valores e instituciones sociales actuales y en consecuencia el comportamiento. (Sistema B. Memoria Histórica 2015. p.8)

En este sentido Westley y Antadze señalan: “To do so, a social innovation must cross multiple social boundaries to reach more people and different people, more organizations and different organizations, organizations nested across scales (from local to regional to national to global) and linked in social networks.” (Westley, Antadze, 2010, p.4)

En las páginas que siguen se encontrarán numerosas pruebas de que Sistema B se encuentra trabajando en colaboración e interdependencia, no sólo alineado con el movimiento B Lab global, sino generando redes a partir de las llamadas Comunidades de Práctica. Esto se debe a que Sistema B como organización entiende que para que la economía cambie de forma profunda es necesaria una visión sistémica y holística, donde los agentes de cambio y las instituciones sociales

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(y sus correspondientes relatos) se relacionen e impacten mutuamente en el sentido de Guiddens anteriormente mencionado, y por eso va más allá de la certificación B y se plantea como Sistema.

Tomando esta visión como referencia teórica analizaremos el modelo de Sistema B, agregando que: “Each social system has its own character or identity, which can be analyzed in terms of its culture – beliefs, values, artifacts, and symbols; its political and economic structure – the pattern by which power and resources are distributed; and its social interactions – the laws, procedures, routines, and habits that govern social interaction and make it predictable. These three aspects of social systems (…) are often referred to as institutions (Giddens, 1976). For institutions and social systems to remain resilient, therefore, a continuous integration of novelty is necessary. (…) How that novelty enters our social systems and transforms them, as well as how human agency plays a role, is key to understanding social innovation.” (Westley, Antadze, 2010, p.6)

La propuesta se basa en trabajar en la promoción y desarrollo de las llamadas Comunidades de Práctica que de cierta manera se vinculan con los aspectos anteriormente mencionados de la Cultura, Estructura Económica e Interacciones Sociales, manteniendo la integración a la vez que introduciendo cierto grado de “novedad”. Cada comunidad de práctica desarrolla iniciativas propias con cierto grado de autonomía y libertad.

A continuación un resumen de las Inciativas estratégicas alcanzadas hasta el momento por las diferentes Comunidades presentada en la Memoria Histórica 2015:

Figura 3: Resumen de Iniciativas Estratégicas 2015.

(Extraído de Memoria Histórica 2015, p 22)

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Concretamente, al decir de Pedro Tarak co-fundador de Sistema B, algunos de estos resultados fueron: “Luego de cuatro años de vida como organización que promueve una nueva economía global desde América Latina, junto con el liderazgo de grupos intersectoriales nacionales, expandimos la red de Sistema B a nueve países y dos ciudades en la región; (…) celebramos la incorporación de más de 230 empresas latinoamericanas de múltiples tamaños (…); co-creamos distintas opciones de formación y liderazgo para profesores, consultores, empresarios, sociedad civil, decisores de la política pública; lanzamos Academia B como espacio de articulación y construcción de conocimiento sistemático de profesores, investigadores y estudiantes a nivel global; contribuimos con múltiples emprendedores B a las actividades de cientos de organizaciones empresariales, públicas y ONGs; festejamos la creación de una Comunidad Jurídica Global de Abogados B a partir de cinco grupos jurídicos nacionales de América Latina; (…)” (Sistema B. Memoria Histórica 2015. p.5)

Más allá de los logros concretos alcanzados por Sistema B en estos pocos años considero importante señalar que esta visión de generación del cambio a partir de una comunidad de práctica apunta a la generación de una identidad colectiva, de un relato común, que genera cohesión social, que si bien no es único de Sistema B (ya vimos anteriormente que también existe en B Lab), en Sistema B se acentúa muy fuertemente y se persigue como objetivo principal de la organización. La misma María Emilia Correa, co-fundadora de Sistema B, nos decía sobre esto cuando la entrevistamos: “Lo que hacemos en Sistema B es construír identidad colectiva a partir del entusiasmo por un propósito, que creo que tiene una fuerza profunda para generar procesos sociales en América Latina y no solamente enfocado a tener un número de Empresas B. Las Empresas B son unos actores importantes, pero no son suficientes para construír una nueva economía. La nueva economía de verdad va a resultar cuando todos los ciudadanos, o un número significativo de ciudadanos, en cualquier situación, cambiemos de forma de ver y de pensar. Eso va a pasar cuando tengamos otra mirada, y esa mirada se constuye desde el tejido social, desde la construcción de la identidad colectiva. (…) Sistema B es un movimiento, que se articula a través de una identidad colectiva, donde las Empresas B son un actor, el actor que permite concretar la propuesta, que es indispensable, pero que no es único.” (Maria Emilia Correa, entrevista)

II.ii. Las iniciativas

Son muchas las iniciativas concretas las que está generando Sistema B. En el presente apartado nos centraremos en dos de ellas: Academia B y Multiplicadores B

• Academia B: Conocimiento y capacidades para una Nueva Economía

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en América Latina. “Academia B busca crear un puente entre el movimiento B y la academia, para construir nuevo conocimiento y ofrecer la evidencia del cambio que proponemos. (…) Academia B desarrolla herramientas de formación y promueve redes auto-gestionadas para que miles de estudiantes sean parte activa del movimiento.” (Sistema B. Memoria Histórica 2015. p.52)

Los resultados concretos son:

Durante 2015 se identificaron 240 investigadores y profesores interesados en participar en el movimiento B, se hicieron decenas de presentaciones en universidades, y se apoyaron y publicaron en www.academiab.org:

• 15 trabajos de tesis de pre grado • 10 trabajos de postgrado (Memoria Histórica 2015, p.53)

-Núcleos de Colaboración: Comunidad Académico - Empresarial

Iniciativa impulsada por Sistema B que busca generar comunidades de práctica entre empresarios B y el mundo académico, comprendido por profesores, investigadores y alumnos. Durante 2015 se realizó el primer conversatorio con el fin de identificar temas de interés y colaboración mutua. Los temas a trabajar serán cambio climático e inclusión.

Además, Academia B es entendida por la organización como la oportunidad para mostrar a América Latina de una forma diferente, y que sea la propia reflexión académica la que empuje y acelere los cambios tanto hacia adentro, contagiando a otras regiones. Al decir de María Emilia Correa: "Hay que mostrarle al mundo entero lo que está pasando en América Latina con Sistema B. América Latina es visto como un continente en el que jugamos futbol y tenemos carnavales. Sin embargo lo que está pasando es que hay talento y capacidades extraordinarias en nuestra región, que no las estamos contando al mundo. Con Academia B queremos contar cómo se han generado estos movimientos y emprendimientos con propósito con una tremenda identidad colectiva y sentido de pertenencia.(…) América Latina está haciendo ese cambio de la economía a partir de la construcción de una identidad colectiva. Aquí hay un interés común y una forma de construir ecosistemas de emprendimiento muy propia de la región. Nos encanta encontrarnos, vamos a una reunión y después nos tomamos un cafecito o una cerveza. Esos espacios son claves, porque son espacios de encuentro en los que aprendemos a colaborar. Mi gran sueño es que con muchos pensadores e investigadores, seamos capaces de regalarle al mundo una explicación de cómo se vive este movimiento en América Latina." (Maria Emilia Correa, 2015, extraído de http://www.women-talk.com/#!/news/472)

Retomando una de las referencias teóricas, en su obra teórica fundamental, Giddens plantea que la doble hermenéutica es la condición esencial para que toda ciencia

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social sea inherentemente crítica: “la formulación de una teoría crítica no es una opción; las teorías y los hallazgos en las ciencias sociales es probable que tengan consecuencias prácticas (y políticas), independientemente de que el observador sociológico o el elaborador de políticas decidan que pueden ser “aplicadas” a un asunto práctico particular” (Giddens,1984: xxxv). En este caso Sistema B se apoya en esta “consecuencia práctica (y política)” que la reflexividad de las ciencias sociales es capaz de generar; es conciente de esta dinámica y por tanto la busca y la promueve a través de Academia B.

En el mismo sentido esta doble hermenéutica plantea a la investigación social como una práctica sociocultural y comunicacional: “Los conceptos que inventan los observadores sociológicos son conceptos de “segundo orden” en tanto que suponen ciertas capacidades conceptuales de parte de los actores a cuya conducta se refieren. Pero está en la naturaleza de la ciencia social que éstos puedan convertirse en conceptos de “primer orden” al ser incorporados en la propia vida social. Las descripciones sociológicas tienen la tarea de mediar los marcos de significado dentro de los cuales los actores orientan su conducta. Pero tales descripciones son categorías interpretativas que también requieren un esfuerzo de traducción para entrar y salir de los marcos de significado de las teorías sociológicas. (…) El científico social es un comunicador, al introducir marcos de significado asociados con ciertos contextos de la vida social a otros. (Giddens,1984: 284-285).

Como veremos a continuación, la Comunidad de Práctica llamada Academia B intenta facilitar el “esfuerzo de traducción” de la doble hermenéutica, siendo a la vez promotor de la investigación social del fenómeno pero trabajando las prácticas comunicacionales para que estos conceptos lleguen a los actores profanos y así potenciar el proceso para generar mayor impacto y es por lo tanto una de las claves del esquema de trabajo de Sistema B. En este “esfuerzo de traducción” también participan otros actores dentro de las comunidades de práctica, como son los Multiplcadores B; una comunidad de práctica interdependiente y en construcción.

• Multiplicadores B Como muestra el esquema de Iniciativas Estratégicas de la Memoria Histórica 2015, Multiplicadores B se encuentra simultáneamente en dos de las Comunidades de Práctica: Grandes Actores del Mercado y Comunidades de Opinión.

En la misma se define a Multiplicadores B como: “Un programa que empodera a personas que quieren ser agentes de cambio en sus empresas o que buscan dar consultoría o formar a su redes de influencia para que encuentren su propósito empresarial, se evalúen y aumenten su impacto socioambiental.” (Sistema B, Memoria Histórica 2015, p.59) Y también señala que en el marco del mismo programa de acceso a mercados de Sistema B, 144 personas se unieron a la iniciativa Multiplicadores B durante 2015 en Chile, Argentina y Uruguay. (Sistema B, Memoria Histórica 2015, p.66) La iniciativa Multiplicadores B surgió desde Sistema B, a partir

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de un curso impartido por la propia institución para formar personas especializadas en la certificación, que luego pudieran dar apoyo a las empresas interesadas en certificarse en formato de Consultoría. Sin embargo, Multiplicadores B ha ido creciendo y se ha ido transformando de forma auténticamente propia.

A nivel discursivo, en la web de Multiplicadores B se direfencian 3 “categorías” o modalidades: Consultor, Academia, Difusión. En la misma los Multiplicadores se definen como: “Impulsores y agentes de cambio desde nuestras órbitas de acción y a través de nuestros talentos fomentamos el triple impacto: económico, social y medioambiental. (…) Buscamos generar una fuerza de cambio a través de sinergias entre los actores del ecosistema que conforma la red de Sistema B, para inspirar y sensibi l izar a individuos, empresas y la sociedad en su conjunto, a transformar la manera de hacer negocios.” (Multiplicadores B, Qué es ser Multiplicador B: http://www.multiplicadoresb.org/que-es-ser-multiplicador-b).

A partir del análisis y la observación de variadas instancias de trabajo de Multiplicadores B es posible sostener que es un actor con su propia institucionalidad y su propia reflexibilidad; que se apoya y da sentido dentro del marco de Sistema B pero que tiene un relato y visión propia sobre el camino para generar el cambio y es por tanto un agente de cambio interdependiente de Sistema B. Por eso la propuesta de Multiplicadores B no se limita solamente a la consultoría de apoyo a empresas que quieran certificarse sino que propone trabajar en la difusión y en la academia, generando a través de una misma iniciativa conceptos de “primer” y “segundo” orden dentro de la doble hermenéutica; siendo “actores profanos” a traves de las personas particulares y las empresas, a la vez que contribuyendo al acopio de conocimiento a través de la academia y la capacitación y en su acción comunicacional a partir de la difusión.

Como se señalaba anteriormente, Sistema B fue el impulsor de esta iniciativa (al igual que sucede con las otras comunidades de práctica), pero una vez que los grupos se formaron simplemente se acompañó el proceso. Esta es una característica clave para el éxito de Sistema B como movimiento: entiende que debe ser el nodo articulador de muchos otros agentes de cambio que tengan su propia autonomía y que generen apropiación. A este respecto, Maria Emilia Correa nos decía:

“Sistema B es una propuesta de mano abierta. No queremos que la organización Sistema B se vuelva un monstruo enorme sino que esta es una organización que, por definición, se quiere mantener chiquita y que articule el entusiasmo colectivo de muchos y que sean esos muchos los que siguen. No es un esfuerzo de control, es un esfuerzo de entusiasmo de mano abierta.” (María Emilia Correa, 2016, entrevista)

Al día de hoy, dos años después de su formación, Multiplicadores B reflexiona y debate sobre su propia naturaleza en construcción. A continuación, un fragmento de

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una reunión de Sistema B Uruguay, donde participaban varias de las Comunidades de Práctica:

- Sebastián Figuerón (Director de Verde Agua, Empresa B Certificada): Creo que es importante que los Multiplicadores B estén más cerca de las empresas, que ayuden a que las Empresas B se conozcan entre sí porque eso las ayuda en el camino a certificarse. Creo que los Multiplicadores B tienen que ser un conector entre las diferentes Empresas B y un apoyo como consultores para la certificación.”

- Mechthild Adameit (Multiplicadora B, Consultora): Ser Multiplicador no significa que vamos a ayudar a certificar una empresa. Es un rol que uno puede tomar pero hay otras cosas que se pueden hacer como multiplicador. Somos un grupo muy grande y muy amplio y hay personas que no están tan interesadas en el tema de la certificación, que les interesa aportar más en el tema de la Academia o en ayudar a difundir qué es Sistema B como movimiento.

- Sebastián Figuerón: Tomo lo que decís, es válido, pero creo que conocer lo que hacen todas las Empresas B nunca está demás y creo que es importante que estén cerca.

- Tamara Farré (Directora de Gema, Empresa B Certificada y Multiplicadora B, Consultora): Tomando como referencia lo que dice Sebastián, yo tengo la suerte de ser Multiplicadora y a la vez dueña de una Empresa B certificada, creo que lo que decía Mechthild es super importante. Creo que así como es importante que el Multiplicador esté cerca y conozca las Empresas B, las Empresas B tienen que entender para qué está el Multiplicador, cuál es su rol. Yo lo que siento es que el movimiento de Multiplicadores B trasciende las certificaciones. En realidad las certificaciones terminan siendo la consecuencia de pasar por una comunidad de personas con un propósito y un compromiso muy claro; donde los aportes vienen de un sin fin de lugares distintos. Yo además soy consultora y de verdad creo que la certificación para mi no es un objetivo en sí mismo y así lo viví en mi proceso como Empresa B. La certificación terminó siendo una herramienta que elegí para gestionar mejor mi empresa. Y me parece importante que en este tipo de instancias se puedan ver las distintas perspectivas y que cada una tenga su lugar, para no esperar de otros algo que no están buscando, para que haya un reconocimiento y darle ese lugar. Entender que quizás haya Multiplicadores que no quieran trabajar sobre el acompañamiento en la certificación y su aporte es fundamental igual para que esto siga creciendo. Creo que la Certifiación B es parte de Sistema B pero Sistema B es mucho más que la certificación. Y lo comento aquí porque me parece importante para poder sentirnos cómodos y encontrar un discurso en el que nos encontremos.” (Fragmento de reunión Sistema B Octubre 2016, Montevideo)

A este respecto conversamos con María Emilia Correa y dio una visión que coincide con una parte de la visión anterior: “Si se apunta principalmente a la certificación, si

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no se trabaja sobre la identidad colectiva, sobre la comunidad, sobre la educación, sobre la comunicación y democratización, si sólo se certifican las empresas existentes (las que tienen propósito y las que tienen gestión de RSE) pero no se sensibiliza a los futuros empresarios, emprendedores y consumidores, no lograremos generar cambio profundo.” (María Emilia Correa, 2016, entrevista)

Del diálogo mantenido entre varios de los integrantes de la reunión anteriormente citada y del análisis de María Emilia considero importante rescatar dos temas:

La primera, que la discusión sobre si poner el foco en la certificación o ponerlo en el desarrollo de las comunidades de práctica y en la generación de conciencia colectiva toca temas de fondo largamente debatidos en el dilema del voluntarismo de la RSE del cual aun no hay (ni seguramente habrá) un concenso, sobre la naturaleza del ser humano.

En segundo lugar, para que este diálogo entre “pares” (empresas y multiplicadores) sobre la misión del Multiplicador B es necesario un cierto grado de autonomía e independencia de éstos en relación a Sistema B como institución y un empoderamiento de estos en relación al movimiento. Hay una apropiación por parte de los Multiplicadores de los conceptos y los significados que Sistema B ha generado, un “esfuerzo de traducción” propio y de visión crítica de los mismos y una generación de nuevos, agregando valor.

Al consultar a María Emilia sobre este particular agente de cambio como son los Multiplicadores, la misma respondió de manera clara y contundente: “Esa capacidad de expansión del movimiento es posible gracias a que cada uno lo siente como propio. Es la diferencia entre que yo te invite a una cena en mi casa, te prepare una comida, y a una cierta hora te diga que me quiero ir a dormir y tu te vas; mientras que si te digo organicemos una fiesta juntos, decidimos ir comer a la playa, invitamos amigos. Es muy diferente una fiesta nuestra que una fiesta mía. Sistema b es una fiesta de todos. Lo construímos juntos. Lo que estamos haciendo en América Latina es construír capital social, que es la base del cambio social, a partir de un movimiento que se construye con base en la identidad colectiva. Y no es solamente Sistema B, en cada país tu vas a encontrar que se suman una cantidad de otros actores. Empezamos este movimiento en el 2012 y a mi ahora vienen y me dicen está pasando tal o cual cosa en Perú o Ecuador, y yo no tengo ni idea, y es la alegría más grande que siento de que las cosas pasan y nadie se siente en la obligación de pedir permiso, sino que cada uno es dueño del movimiento. Esa es la teoría de cambio con la que empezamos a trabajar, hemos ido perfeccionando, cambiando algunas cosas y va tomando forma.” (María Emilia Correa, 2016, entrevista)

Resumiendo el análisis anterior, Sistema B creó una nueva narrativa y un modelo de trabajo diferente y único, porque entiende que es la forma de generar un cambio más

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permanente y más profundo y es por tanto, innovación social. Es decir, toma el concepto y la certificación de las Empresas B, que como vimos hacen un gran aporte a las nuevas fuerzas de cambio, pero va un paso más aún, creando un paradigma de cambio sistémico para estas empresas.

Se crea un discurso y una institucionalidad, con su correspondiente estrategia de comunicación y estructura organizacional, que es a su vez co-creada y redefinida constantemente por los integrantes de Sistema B junto con las diferentes Comunidades de Práctica. Esto genera acciones concretas que impactan en la realidad en una dinámica “conectada y de sinergia positiva” por las diferentes Comunidades de Práctica que se apropian del movimiento. Tanto los Empresarios B, Inversores B, Multiplicadores B generan eventos, programas e iniciativas que de alguna manera derivan en nuevos conceptos y significados; que luego son puestos en la agenda pública a traves de las Comunidades de Opinión que generan y difunden un discurso, intentando generar repercusión a nivel político y colaborando con el logro de modificaciones en las leyes por medio de los grupos jurídicos. A su vez esto puede despertar el interés de la Academia y por tanto repercutir en la investigación sobre el fenómeno en sí mismo, con lo cual se cierra este círculo de la doble hermeneutica anteriormente planteada. Y la clave para que esta sinergia se genere es que Sistema B se basa en la generación de una identidad colectiva, basada en la apropiación del movimiento por parte de estas diferentes comunidades de práctica que es lo que conducirá a una nueva economía.

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6. Consideraciones Finales

Como señalamos al comienzo del presente trabajo, el objetivo no es comparar las Empresas B con la RSE, ni al B Lab con Sistema B, sino simplemente rescatar los aportes de valor y las innovaciones que estos están generando, para ponerlas en valor y poder compartirlas.

No consideramos que las Empresas B Certificadas sean la única ni absoluta solución a todos los problemas existentes en América Latina ni en el mundo. Todas estas propuestas, modelos, normas o certificaciones son herramientas en el camino hacia un cambio social profundo y muy necesario de la economía y de la sociedad toda.

En relación a las Empresas B, tanto del análisis a nivel conceptual como de la certificación encontramos como punto central la importancia de definir el propósito y diseñar el modelo de negocios de la empresa a partir de una problemática social. O dicho de otra manera, incluír la misión social en el modelo de negocio de la empresa es la innovación clave y principal de las Empresas B ya que plantea una visión diferente a los modelos anteriores y es su mayor agregación de valor. Y por encima del impacto real que pueda tener esto en la economía y en la sociedad, considero importante rescatar que esta re-definición del éxito de las empresas y en última instancia de las personas que la integran, es trascendente a nivel de valores porque incita a re-pensar el “para qué” estamos en el mundo los seres humanos.

En relación a la forma en la que estos conceptos son promovidos, podemos decir que el capital social y el sentir colectivo que logra Sistema B trasciende la certificación porque es inclusivo, participativo y por lo tanto de mayor potencial de impacto. Sistema B plantea una forma de generación de conciencia y cambio apoyado en la certificación pero construído sobre una estructura sólida de Comunidades de Práctica que lo sostiene y le da fuerza. La metodología en sí misma se construye sobre valores como la colaboración, la interdependencia, que son cada vez más necesarios en el mundo en que vivimos y por eso ésta su mayor potencialidad.

Consideramos que Sistema B está generando innovación social, tiene el potencial para generar cambios profundos en América Latina y que, por su escencia abierta y colaborativa, está actualmente ensanchando el camino hacia una nueva economía.

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7. Referencias

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empresarial. FOMIN, 2012. http://www.fomin.org/en-us/Home/Knowledge/Publications/idPublication/114557.aspx

6. Frances Westley y Nino Antadze “Making a Difference: Strategies for Scaling Social Innovation for Greater Impact” de The Innovation Journal: The Public Sector Innovation Journal, Canadá, Vol. 15(2), 2010, article 2

7. Giddens, A. (1984). The constitution of society: Outline of the theory of structuration. Cambridge: Polity Press.

8. Maria Emilia Correa, 2015, extraído de http://www.women-talk.com/#!/news/472

9. Manual para empresas B. Negocios como fuerza positiva para mejorar el mundo. Ryan Honeyman. El Mercurio, Aguilar, Santiago de Chile, 2015

10. Más allá de la RSE: la empresa sostenible. 2008. Consultado en el 2016. http://www.lanacion.com.ar/1047081-mas-alla-de-la-rse-la-empresa-sostenible

11. Memoria histórica Sistema B 2015. http://www.sistemab.org/wp-content/uploads/2016/08/Memoria-SB-2015_FINAL1.pdf

12. Multiplicadores B, Qué es ser Multiplicador B: http://www.multiplicadoresb.org/que-es-ser-multiplicador-b

13. Natura. Consultado en 2016. http://www.natura.com.mx/natura/acerca-de-natura/sobre-nosotros

14. Nuevas Empresas, Nuevas Economías: Empresas B en Sur América: Abramovay, Correa, Gatica, Van Hoof, 2013.

15. Paloma García: https://nuevassoluciones.wordpress.com/2015/03/20/la-diferencia-entre-la-empresa-social-y-la-responsabilidad-social-empresarial/

16. Patagonia, una empresa socialmente responsable. 2014. Consultado en 2016. http://almanatura.com/2014/10/patagonia-una-empresa-socialmente-responsable/

17. Relato B, consultado en 2016. http://www.relatob.org/ 18. Sistema B. Memoria Histórica 2015. Consultado en 2016.

http://www.sistemab.org/wp-content/uploads/2016/08/Memoria-SB-2015_FINAL1.pdf

19. Sistema B, consultado en 2016. http://www.sistemab.org/