sindiclaismo y obrerismo

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SINDICALISMO Y OBRERISMO U n movimiento obrero clandestino En 1874 se dictó la ilegalidad de mucho clubs y organismos republicanos. En Barcelona, el gobierno militar ordenó la disolución de la Internacional y la incautación de su sede, considerando que los principios sostenidos y puestos en práctica por la Asociación Internacional de Trabajadores se oponen al derecho, a la moral y a la libertad del trabajo. Al día siguiente se declaraban disueltas todas las sociedades políticas que, como la Internacional, eran atentatorias a la propiedad, la familia y otras bases sociales. La ilegalidad no hizo sino sancionar y extender la represión contra diversos centros obreros y republicanos y contra dirigentes sindicales internacionalistas. La Federación Regional Española de la A.I.T. pasó a una forzada clandestinidad que iba a prolongarse hasta 1881. Esta etapa de clandestinidad abrió el paso a una progresiva desarticulación organizativa de la F.R.E. y una acusada radicalización revolucionarista de sus núcleos dirigentes. El debilitamiento de las sociedades obreras se produjo muy rápidamente, ya durante el mismo 1874, y de manera más pronunciada a partir de 1875. Los congresos generales fueron suspendidos y sustituidos por unas conferencias comarcales. Se alteró así el carácter abierto y poco centralizado que había tenido la organización hasta entonces. El cambio fue forzado por las circunstancias políticas y permitió el mantenimiento de una mínima estructura capaz de resistir la represión. El precio fue el abandono de la lucha laboralista cotidiana y el refugio en el discurso revolucionario. Las conferencias comarcales decidieron transformar la F.R.E.. La represión fue especialmente dura e intensa en 1874- 1876, el nuevo régimen de la Restauración no tuvo ninguna voluntad de asumir el movimiento obrero y procuró su más completa desarticulación. Hubo cierre e incautación de locales, multitud de encarcelamientos y detenciones y deportaciones. Esto abrió un amplio expediente de historias

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SINDICLAISMO Y OBRERISMO

SINDICALISMO Y OBRERISMOUn movimiento obrero clandestino

En 1874 se dict la ilegalidad de mucho clubs y organismos republicanos. En Barcelona, el gobierno militar orden la disolucin de la Internacional y la incautacin de su sede, considerando que los principios sostenidos y puestos en prctica por la Asociacin Internacional de Trabajadores se oponen al derecho, a la moral y a la libertad del trabajo. Al da siguiente se declaraban disueltas todas las sociedades polticas que, como la Internacional, eran atentatorias a la propiedad, la familia y otras bases sociales.

La ilegalidad no hizo sino sancionar y extender la represin contra diversos centros obreros y republicanos y contra dirigentes sindicales internacionalistas. La Federacin Regional Espaola de la A.I.T. pas a una forzada clandestinidad que iba a prolongarse hasta 1881. Esta etapa de clandestinidad abri el paso a una progresiva desarticulacin organizativa de la F.R.E. y una acusada radicalizacin revolucionarista de sus ncleos dirigentes.

El debilitamiento de las sociedades obreras se produjo muy rpidamente, ya durante el mismo 1874, y de manera ms pronunciada a partir de 1875. Los congresos generales fueron suspendidos y sustituidos por unas conferencias comarcales. Se alter as el carcter abierto y poco centralizado que haba tenido la organizacin hasta entonces. El cambio fue forzado por las circunstancias polticas y permiti el mantenimiento de una mnima estructura capaz de resistir la represin. El precio fue el abandono de la lucha laboralista cotidiana y el refugio en el discurso revolucionario. Las conferencias comarcales decidieron transformar la F.R.E..

La represin fue especialmente dura e intensa en 1874-1876, el nuevo rgimen de la Restauracin no tuvo ninguna voluntad de asumir el movimiento obrero y procur su ms completa desarticulacin. Hubo cierre e incautacin de locales, multitud de encarcelamientos y detenciones y deportaciones. Esto abri un amplio expediente de historias de penalidades, brutalidades y torturas hechas pblicas por la prensa obrera a finales de 1876. La tendencia mayoritaria entre los ncleos dirigentes de la F.R.E. fue, claramente, la de la conspiracin y accin revolucionaria.

Fueron muchos, y desde posiciones polticas distintas, los que pensaron que deba derribarse por la fuerza el rgimen, ya que si la legalidad no permita la participacin de todos, la revolucin era no ya explicable sino necesaria e inevitable.

En especial, fue importante la conspiracin y el estallido de distintos movimientos insurreccionales en 1877. Ante todos ellos hubo un claro inters de parte del obrerismo militante, tanto de la F.R.E. como del sindicalismo ms moderado.

Poltica nihilista y de represalias.-

La progresiva prdida de afiliados y los aplazamientos y fracasos de las insurreciones republicanas favorecieron el que los dirigentes internacionalistas defendieran cada vez ms una poltica de nihilismo y represalias.

En mayo de 1874 apareci un rgano de prensa clandestino, Las Represalias, que reconoca como un deber las represalias mientras se trate a los trabajadores como a las fieras y se les niegue sus derechos.

Una memoria de la direccin deca:... tenemos la satisfaccin de anunciaros que algunos infames explotadores no insultarn ms a los obreros, ya que algunas casas, fbricas, etc, han sido consumidas por las llamas.

El nihilismo y la prctica de las represalias se centr en los ncleos de Madrid y Andaluca. El fenmeno internacionalizado, caus un gran impacto, especialmente a partir de 1878, cuando se inici una larga serie de atentados contra los monarcas o emperadores. No ha extraar por tanto, que una mayora de las conferencias comarcales manifestasen sus simpatas por todos los hombres que han tenido el suficiente nimo y buena voluntad para atentar contra la vida de los opresores y explotadores del gnero humano.

A su vez, la represin en Francia contra la Comuna de 1871 favoreci el establecimiento de una colonia francesa en Barcelona. Se celebr en 1872 el congreso internacional de La Haya donde se cre la llamada Internacional antiautoritaria.

El verano de 1873 fue un momento clave para la direccin del internacionalismo en Espaa. Una parte importante de ella empez a negar la posibilidad de llegar a la revolucin a travs de la accin sindical y a confiar exclusivamente en la vida insurreccional y en el ejemplo de la Comuna. Dentro de la direccin de la F.R.E. existieron tambin otras sensibilidades que ponan de manifiesto la necesidad de una reafirmacin del obrerismo y de confiar en la organizacin y la actuacin sindical.

En el congreso antiautoritario de Ginebra, en septiembre de 1873, Garca Vias y Alerinir, se mostraron contrarios a las huelgas y, defendieron el insurreccionalismo.

En 1873 el dominio de las posiciones clandestinistas e insurreccionales, poco obreristas y poco prosindicalistas, pareca ser total. Si algn matiz haba, ste afectaba sobre todo a Gonzlez Morago, quiz ms inclinado a actos terroristas individuales que no Garca Vias.

El impacto del nihilismo ruso fue importante y afect tambin al anarquismo europeo. Ofreci unas justificaciones revolucionarias a actos y actitudes surgidos de situaciones polticas y socialmente explosivas, sobre todo en aquellos pases donde pareca inviable el desarrollo pausado y legal del sindicalismo. Inaugur una poca de atentados de simbologa y tuvo influencia en el congreso internacional anarquista reunido en Londres en julio de 1881. All dominaron la defensa de la violencia individualista y el individualismo organizativo. La mayora crea que la revolucin no estaba lejana y que los anarquistas deban propagar por actos la idea revolucionaria y el espritu de la misma en las masa populares, aunque el nico camino para llegar a la revolucin era la ilegalidad y las masas deban abandonar sus falsas ilusiones sobre los medios legales.

A Espaa tambin lleg esta primera ola de atentados en 1878, contra las mximas autoridades, pero se detuvieron y no reaparecieron hasta loa aos noventa. Aquello que s prosigui fue la justificacin y la prctica de la violencia cotidiana y local. As, el 1878-1879 y ms adelante, en los ochenta, la agitacin campesina alcanz elevadas cotas de violencia, con abundancia de incendios premeditados en la Baja Andaluca, Jerez, Arcos de la Frontera y Cdiz. Hay que tener muy en cuenta que estas actuaciones violentas y de represalias no eran en absoluto exclusivas de los internacionalistas y dirigentes anarquistas.

La direccin bakuninista de la F.R.E. haba tenido fe en el insurreccionalismo y ante una situacin socialmente explosiva y un rgimen que no pareca abrir ninguna puerta a la integracin de las reivindicaciones de los trabajadores, no haba dudado en lanzarse a la justificacin ideolgica del nihilismo y a la adecuacin de la estructura organizativa a las necesidades de una actuacin secreta y violenta. Hay que recordar la presencia, tambin durante aquellos aos, de un sector militante cada vez ms crtico y dispuesto a aprovechar cualquier resquicio legal para reencontrar el desarrollo de un sindicalismo amplio, reafirmar su contenido obrerista y procurar un funcionamiento ms abierto y pblico.

La batalla interna se dio fundamentalmente en Barcelona y la crisis afect a la direccin de la F.R.E. partir de 1878. Las conferencias comarcales de ese mismo ao dictaron la cada completa de la Comisin Federal de 1877-1878.

Las comarcales andaluzas fueron constantes en el mantenimiento de las tesis insurreccionalistas y en 1879 se lleg a un punto de mxima incidencia, cuando se aprob abandonar las actitudes expectantes por otras ms activas, as como apoyar un proyecto de organizacin presentado por un Comit de Guerra y su programa de realizacin prctica e inmediata. Sin embargo, en 1880 la conferencia comarcal catalana pidi la sustitucin de las conferencias comarcales por verdaderos congresos regionales y la sustitucin del nihilismo por la accin de masas. A partir de aqu, el sector anarcosindicalista cataln, partidario de la accin pblica, no terrorista ni insurreccionalista, conseguira, en febrero de 1881, destituir a la comisin federal y a su secretario.

La Federacin de Trabajadores de la Regin Espaola (FTRE) y la crisis de la Mano Negra. El anarquismo en Espaa.-

La conferencia extraordinaria celebrada en Barcelona en 1881 destituy a la Comisin Federal de la F.R.E. y a Anselmo Lorenzo, acusado de falsificacin de escrutinios y usurpacin de atribuciones. La nueva situacin iba a marginar a los principales dirigentes clandestinistas e insurreccionalistas (Lorenzo, Garca Vias, Soriano, etc.)

Mientras se celebraba la conferencia se produjo la cada del gobierno Cnovas y la subida al poder de Sagasta. Ello no hizo sino acelerar el proceso abierto de retorno a la legalidad y la vida pblica. En marzo se reuni una asamblea de obreros que decidi crear un peridico y aconsejar la reestructuracin sindical. El peridico apareci en junio con ttulo de La Revista Social. Poco despus, los sindicatos de la construccin reunieron una asamblea, la cual reivindic la jornada de las ocho horas, acept las resoluciones de la asamblea de marzo y pidi la convocatoria de un congreso abierto a todas las sociedades obreras de Espaa. Se decidi crear una Federacin de Trabajadores de la Regin Espaola. La nueva central sindical se afirmaba como una organizacin puramente econmica, que aspiraba a sustituir los estados polticos y jurdicos por unas libres federaciones de libres asociaciones de productores libres.

En 1882 sucedi el segundo congreso en el que se trataron temas como: la reafirmacin del anarcocolectivismo, la defensa de la igualdad de la mujer, la extensin del concepto de obreros a los intelectuales, la reivindicacin de la jornada de las ocho horas, etc. Los mayores esfuerzo se dedicaron a peticiones a las secciones para que intentasen moderar y limitar el movimiento huelgustico.

Aparentemente la FTRE haba logrado en poco tiempo rehacer la fuerza sindical de la FRE en 1873. Esto era una verdad a medias. Ahora el peso del sindicalismo andaluz era muy superior al de 1873. Contrariamente, la presencia sindical catalana era mucho menor. En Catalua, la reorganizacin de 1881 no haba conseguido arrastrar el sindicalismo moderado. Los obreros catalanes aparecan divididos por mitad: unos a la FTRE y otros a las Tres Clases de Vapor.

La direccin anarcosindicalista intent la marginacin o, incluso, su total desaparicin. Pero, al lado de esta postura, hubo al menos otras dos actitudes; algunos se opusieron abiertamente a la FTRE pblica y quisieron actuar de forma exclusivamente secreta y revolucionaria; otros, quiz una mayora, pretendieron combinar la existencia de una cierta estructura secreta y clandestina con la actuacin ms legal y pblica de la FTRE.

Hubo la celebracin de una conferencia secreta en 1882, que elabor unos estatutos publicados bajo las siglas AIT. Se trataba de mantener como organizacin secreta la AIT y de ayudar a la FTRE pblica.

La comisin comarcal de Andaluca del Oeste, iba a mantener una oposicin activa a la FTRE. A notar, de todas formas, que pareca existir un relativo equilibrio entre el societarismo urbano y el campesino dentro de la FTRE.

La Unin de Trabajadores del Campo (UTC) se haba reorganizado en 1881 y consigui la incorporacin de la mayora de las secciones bticas y de la serrana. La UTC y su consejo se enfrentaron con diversas secciones que no queran formar parte de aquel organismo sindical y profesional.

El programa de la UTC pona de manifiesto una especial preocupacin por la estructuracin y organizacin sindicales, as como por las reivindicaciones ms laborales y cotidianas. Afirmaba la necesaria solidaridad de los campesinos migratorios con los trabajadores locales. Pretenda elaborar estadsticas detalladas de salarios, trabajos, tipos de tierra y cultivos para una preparacin cientfica de las huelgas. Pretenda asegurar la realizacin de grandes huelgas generales en el campo e impedir las ineficaces huelgas parciales y locales. Se reivindicaba la supresin del trabajo femenino antes de los diecisis aos y del masculino antes de los doce aos. Y, en fin, si se recomendaba no tomar tierras en arriendo, en cambio se aceptaba la posibilidad de firmar contratos colectivamente y desde la organizacin. Lo que sucedi es que ni la burguesa andaluza ni el estado de la Restauracin estaban dispuesto a admitir ningn desarrollo del sindicalismo.

En el otoo de 1882, las malas cosechas dieron lugar en muchos sitios a verdaderas situaciones de hambre y la crispacin social se multiplic grandemente. Los asaltos a tahonas y tiendas, la delincuencia y los robos, los incendios provocados aumentaron considerablemente. La represin, por su parte y desde el primer momento, se encamin a la desorganizacin sindical. A raz de todo ello, la oposicin clandestinista a la FTRE y a su actuacin sindical y pblica se lanz a la ruptura abierta. En 1883, en Sevilla, se reuni un congreso secreto, que cre Los Desheredados. Organizacin Revolucionaria Anarquista. Comit de Guerra de la Regin Espaola. Se inici entonces una serie de expulsiones de militantes calificados de perturbadores y la denuncia pblica por parte de la direccin de la FTRE de los mtodos y las acciones de los clandestinistas.

Los procesos de la Mano Negra.-

Es difcil establecer con exactitud la geografa de las separaciones polticas en Andaluca. Ante esta situacin el gobierno y la guardia civil no dudaron en utilizar las disensiones y la existencia de ncleos clandestinistas proclives a las acciones violentas y de represalias para intentar la desarticulacin del sindicalismo de masas, y al tiempo, para identificar a este ltimo como una simple organizacin encubridora de asesinos, ladrones y autores de delitos comunes.

Se produjo una la escalada represiva y judicial de 1883, conocida bajo la denominacin genrica de los procesos de la Mano Negra. Los hecho juzgados fueron cuatro:

El 11 de agosto de 1882 los trabajadores de la vid golpearon a otro porque ste se negaba a ingresar en la Internacional y tenan miedo a que les delatase.

El 3 de diciembre de 1882, en la Venta de Trebujena resultaron muertos dos propietarios. Al detener a los acusados alegaron que les haba traicionado.

La noche del 4 al 5 de diciembre de 1882 fue asesinado un joven obrero agrcola de 25 aos. se acus a compaeros suyos que, en secreto, habran decidido su muerte, porque haba faltado a la organizacin.

Otro asesinato se produjo el 4 de enero de 1883 en la Venta del Empalme. Cuatro jornaleros agrcolas mataron a un ventero al que acusaban de ser un delator.

Fue sobre estos cuatro asesinatos sobre lo que se levant toda la propaganda en contra de una pretendida organizacin secreta denominada la Mano Negra. En febrero de 1883, el gobierno Sagasta recibi un telegrama oficial dando cuenta del sensacional descubrimiento hecho por la Guardia Civil: haba encontrado distintos papeles, con una mano negra pintada, que no eran sino un hipottico Reglamento de la Sociedad de Pobres contra sus ladrones y verdugos. El hipottico descubrimiento sirvi para inculpar indirectamente al menos a la FTRE y para generalizar una represin claramente antisindical. No slo esto. Fue tambin aprovechado para desatar una fuerte agitacin conservadora y bienpensante en contra del obrerismo y el republicansimo popular.

Los procesos de la Mano Negra y la represin descrita tuvieron una influencia decisiva en la desarticulacin de la huelga de segadores del verano de 1883. La UTC haba procurado la organizacin de un amplio movimiento campesino por la revalorizacin del trabajo del jornalero y la abolicin del destajo. El descubrimiento de la Mano Negra y la represin de febrero - abril de 1883 supuso la prctica desarticulacin de las secciones del este de Mlaga y de las provincias de Granada y Crdoba, as como un fuerte golpe entre las de la serrana y la campia. A pesar de todo la huelga estall, y entonces el gobierno decidi afectar un 40% de los soldados a la recoleccin, cedi un buen nmero de segadoras y aument las dotaciones de la Guardia Civil. De todas formas, al fin, la UTC no pudo hacer frente, conjuntamente, a la represin, la presin generada con los procesos de la Mano Negra y el fracaso de la huelga de los segadores. En el fondo, esta huelga fue una gran prueba de fuego para los partidarios de la organizacin pblica y sindical y su desarticulacin vino a sancionar el hundimiento del movimiento campesino andaluz. Indirectamente origin tambin el fracaso de la direccin anarcosindicalista catalana de la FTRE.

La Comisin Federal de la FTRE condenaba, en marzo de 1883, explcitamente a la Mano Negra y de hecho se desolidarizaba de los acusados.

Este manifiesto fue visto por algunos como una traicin y el abandono de unos infelices torturados. En el mismo sentido se interpret la negativa a emprender una campaa de agitacin contraria a los procesos y de defensa de los acusados. A la Comisin Federal se le fueron acumulando a partir de principios de 1883 multitud de presiones y dificultades: el enfrentamiento con Los Desheredados y las acciones violentas de los grupos clandestinistas; si no el explcito clandestinismo, la desconfianza y prevencin de muchos ante las reales posibilidades de la va pblica y legal emprendida; la aparicin de voces discordantes frente a la rigidez doctrinal del anarcocolectivismo; las crticas a las soluciones administrativas y las expulsiones; las peticiones de descentralizacin organizativa, etc.

Nuevas estrategias.-

El congreso de Valencia de la FTRE reunido en octubre de 1883 signific la aprobacin formal de la actuacin de la Comisin Federal, pero a cambio de abrir la puerta a otro tipo de poltica y estrategia.

El congreso abra la puerta a la vuelta a la clandestinidad. La Comisin Federal se situ en Valladolid, acabando as la direccin catalana. Adems, se acord un congreso cosmopolita que forzosamente deba reforzar las posiciones ilegalistas, y reticentes ante el prosindicalismo.

El congreso de Valencia no aplac las tensiones internas. Simplemente, stas adoptaron unas nuevas formas conforme la FTRE dejaba de ser una propuesta operativa y la desorganizacin sindical se haca cada vez ms acusada.

En Andaluca pronto quebr la UTC. Haba celebrado en Valencia su IV congreso en octubre de 1883. Pretendi profundizar su contenido sindical mediante una mayor estructuracin organizativa interna y un nuevo intento de preparacin cientfica de un amplio movimiento huelgustico para 1884. El modelo sindicalista deba completarse. Se trataba de procurar la firma de contratos de aparcera entre las secciones y los grandes propietarios. Su razonamiento parta del hecho de que los campesinos estaban al menos un tercio del ao sin trabajo y en cuanto reunan cinco duros slo pensaban en lograr un pequeo trozo de tierra para sembrar algo: caan entonces inevitablemente en la explotacin del subarriendo. Los contratos de aparcera colectivos podan al menos evitar los grandes arrendatarios y aseguraran una mayor continuidad y ambicin a la accin sindical.

Hubo fuertes crticas, cuyo debate giraba en fondo, en torno de la bsqueda de un programa agrario adecuado a las condiciones andaluzas y a las posibilidades de un desarrollo cooperativista en el campo. Fue una manifestacin importante de hasta qu punto el sindicalismo campesino pretenda encontrar unas salidas razonables a la situacin.

A pesar de todo, la UTC no pudo evitar ni los conflictos internos ni la paulatina desorganizacin.

A partir de finales de 1883, la nueva direccin de la FTRE encabez los llamados aventinos, partidarios de renunciar a la vida pblica y de retirarse al Monte Aventino. El Tribunal Supremo no tard en declarar fuera de la ley la FTRE, considerada una asociacin contraria a la moral pblica. Un congreso clandestino acord, en septiembre de 1884, la disolucin formal de la FTRE.

En mayo de 1885 se intent una ratificacin del modelo anarcosindicalista mediante el retorno de la FTRE a la vida pblica, la revalorizacin de la lucha reivindicativa labora y la afirmacin de la unidad fundamental de la clase obrera.

Situados a mediados de 1885 la FTRE haba perdido su empuje y su papel impulsor del movimiento sindical. Al mismo tiempo, la tradicional tensin entre clandestinistas y anarcosindicalistas haba adquirido una mayor complejidad y ahora haba que tener en cuenta tambin a los aventinos y a los anarcocomunistas contrarios a todo tipo de cors organizativo.

Los congresos comarcales del verano tendieron en general a pedir la vuelta de la FTRE a la legalidad. Se reuni el congreso regional en julio d e1885, y se decidi retirar el acuerdo aventino de 1884 y se pretendi ampliar el grado de descentralizacin interna a travs de la reduccin de los poderes de la comisin federal.

El congreso cosmopolita se inici a los pocos das en Barcelona. Pretendi ser un congreso internacional anarquista. Fue una reunin eclctica, con delegados de la FTRE y Los Desheredados, de algunas comarcales y algunas federaciones locales. A su lado hubo tambin grupos explcitamente anarquistas y alguno anarcocomunista. La presencia extranjera fue muy escasa. El anarcocolectivismo fue mayoritario entre las delegaciones espaolas y el comunismo revolucionario entre las representaciones italianas. Unos y otros, sin embargo, tendieron a defender una combinacin de propaganda cientfica y pblica con una propaganda clandestina y de accin revolucionaria.

La Comisin Federal de la FTRE de 1885-1886 perdi prcticamente cualquier papel central en las discusiones e iniciativas sindicales abiertas. Una parte importante de los anarquistas se desentendieron de la FTRE y o bien se unieron a grupos y centros de actividad diversa o bien mantuvieron ciertas relaciones a travs de Los Desheredados. Hubo algunos que continuaron empeados en un fundamental esfuerzo sindical, pero para ello ya no les pareca til levantar la FTRE y se organiz un nuevo congreso regional de la FTRE. No se quiso la absorcin de la Comisin Interina de las Ocho Horas y se neg, en principio, la conveniencia de convocar un congreso amplio, abierto a cualquier sociedad obrera. La decadencia de la central anarcosindicalista resultaba imparable.

En mayo de 1888 se celebr un congreso en el que se decidi crear una Federacin de Resistencia al Capital (FRC) basada en la firma de pactos de unin y solidaridad concretos que deban asegurar actuaciones sindicales reivindicativas. La disolucin formal de la FTRE se produjo a finales de septiembre, cuando una nueva reunin en Valencia acord su transformacin en una Organizacin Anarquista de la Regin Espaola (OARE). Significaba sancionar la renuncia al esfuerzo de articulacin sindical global que desde los tiempos del sexenio democrtico los anarquistas haban, bien que mal, desarrollado.