¡sigue la crónica de nuestro viaje a rd congo!

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7 I A Mundo EL CORREO DOMINGO 18 DE OCTUBRE DE 2009 52 I A GERARDO ELORRIAGA ENVIADO ESPECIAL. KIGALI No, no hay rastro de Paul Rusesa- bagina en el apartado de héroes locales. Al parecer, salvar la vida de 1.268 personas e inspirar una película de Hollywood no le han hecho acreedor siquiera de una mención en el Museo del Genoci- dio de Kigali. Tampoco encontra- mos referencia alguna en el inte- rior del famoso Hôtel des Milles Colines, trasladado a la gran pan- talla como el Hotel Ruanda. Según algunas fuentes, el esforzado ge- rente, capaz de evitar la masacre de quienes se acogieron a sus de- pendencias, ha vertido críticas ha- cia el actual régimen, una posi- ción que suele acarrear el apela- tivo oficial de ‘negacionista’, es decir, de poner en tela de juicio el hecho de que, hace quince años, tal vez 800.000 de sus habitantes fueron asesinados por meros ar- gumentos étnicos. La institución que conmemora aquel episodio explica las diver- sas maneras de matar de los cri- minales hutus, a cual más horren- da, y también apunta culpables para explicar la segregación de la sociedad ruandesa. Según sus pa- neles informativos, los ánimos fue- ron encrespados por los coloniza- dores belgas tan pronto como im- pusieron la categoría de tutsi a quien poseía más de diez vacas y de hutu al propietario de un me- nor número de cabezas de gana- do, una división que, a juicio, de la doctrina oficial, fue sanciona- da posteriormente por la iglesia católica, todavía preponderante en el país. Sin embargo, desde que los es- casos extranjeros acceden al pe- queño aeropuerto de la ciudad pueden diferenciar entre los suje- tos espigados de rasgos nilóticos y aquellos otros achaparrados con fisonomía bantú. Pero no, no se puede hablar de diferencias en voz La memoria desvanecida de Paul G. ELORRIAGA KIGALI La educación y la formación de personas y grupos, como vía para la promoción de la justicia, la po- tenciación de las organizaciones de transformación social y el im- pulso de políticas de desarrollo constituyen las principales vías de actuación de Alboan, una de las principales ONG dedicadas a la co- operación al desarrollo en Euska- di. La entidad ha promovido este viaje de los medios de comunica- ción vascos para conocer la situa- ción actual en la conflictiva región de Grandes Lagos y, particular- mente, la acción del Servicio Je- suita de Refugiados (JRS), su con- traparte en la zona. Esta entidad, dedicada a la ayuda de emergen- cia, cuenta con programas en más de cincuenta países. El equipo del JRS dispone de una central regional en Bujumbu- ra (Burundi) y una oficina en Goma, el epicentro del conflicto de Grandes Lagos. Su presencia constante a lo largo de todo el con- flicto ha supuesto un apoyo para los cientos de miles de desplaza- dos en la región. Dicha labor en la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial inclu- ye desde la atención de urgencia a labores propias de la reconstruc- ción propias de esta última etapa de relativa calma. Para Jerry Clark SJ, director de la oficina radicada en la capital de Kivu Norte, el reto actual consis- te en acompañar a quienes regre- san a sus lugares de origen y han de recuperar su vida cotidiana. Conseguir la reinserción superan- do los conflictos con aquellos que permanecieron en sus hogares, evitar las disputas por la explota- ción de las tierras o preservar la seguridad de los campesinos son algunos de los nuevos retos que han de compatibilizar con tareas anteriores como la asistencia a los más vulnerables o los esfuerzos en el ámbito de la educación. En la consecución de ese obje- tivo ya han puesto en marcha mi- siones exploratorias para conocer los movimientos de los desplaza- dos en su camino de regreso y un programa de reconstrucción de es- cuelas en Rutshuru y Masisi, las últimas áreas pacificadas, que asu- me tanto la rehabilitación de edi- ficios como la formación de los en- señantes, generalmente muy pre- caria. A cambio, la entidad deman- da la inclusión de los hijos de los desplazados en las aulas en igual- dad de condiciones con el resto de los alumnos. El acceso a la ense- ñanza en Congo, teóricamente gra- tuita, se ve obstaculizado por el abono de la ‘prima’, un pago de los «En un país donde se vende todo no cabe hablar de desarrollo» NO OLVIDAR. Dos supervivientes del genocidio ruandés portan retratos de familiares muertos durante un acto memorial en Kigali. / REUTERS Viaje por las heridas abiertas de África Kigali La capital de Ruanda abre el recorrido realizado por un enviado especial de EL CORREO por la región de los Grandes Lagos en el decimoquinto aniversario del genocidio de hutus y tutsis

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A través de los mass media a menudo las realidades nos llegan distorsionadas o son sencillamente ignoradas. Por eso, desde ALBOAN, animamos a diferentes medios de comunicación vascos y navarros a que nos acompañaran a visitar una realidad como la que se vive en R D Congo. Con este viaje pretendíamos lograr que escucharan las voces de los y las protagonistas del conflicto en primera persona, que conocieran in situ el trabajo de las organizaciones con las que trabaja ALBOAN y que sintieran, olieran y tocaran un país del Sur en conflicto permanente, como es RD Congo. En definitiva, buscábamos que comprendieran y contaran de primera mano lo que allí ocurre. Y tras nueve días recorriendo la región de los Grandes Lagos con periodistas del Grupo Vocento, Grupo Noticias, ETB y la Cadena SER, estamos convencidos de que así ha sido.

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Page 1: ¡Sigue la crónica de nuestro viaje a RD Congo!

7 I A

MundoEL CORREO

DOMINGO 18 DE OCTUBRE DE 200952 I A

GERARDO ELORRIAGAENVIADO ESPECIAL. KIGALI

No, no hay rastro de Paul Rusesa-bagina en el apartado de héroeslocales. Al parecer, salvar la vidade 1.268 personas e inspirar unapelícula de Hollywood no le hanhecho acreedor siquiera de unamención en el Museo del Genoci-dio de Kigali. Tampoco encontra-mos referencia alguna en el inte-rior del famoso Hôtel des MillesColines, trasladado a la gran pan-talla como el Hotel Ruanda. Segúnalgunas fuentes, el esforzado ge-rente, capaz de evitar la masacrede quienes se acogieron a sus de-pendencias, ha vertido críticas ha-cia el actual régimen, una posi-ción que suele acarrear el apela-tivo oficial de ‘negacionista’, esdecir, de poner en tela de juicio elhecho de que, hace quince años,tal vez 800.000 de sus habitantesfueron asesinados por meros ar-gumentos étnicos.

La institución que conmemoraaquel episodio explica las diver-sas maneras de matar de los cri-minales hutus, a cual más horren-da, y también apunta culpablespara explicar la segregación de lasociedad ruandesa. Según sus pa-neles informativos, los ánimos fue-ron encrespados por los coloniza-dores belgas tan pronto como im-pusieron la categoría de tutsi aquien poseía más de diez vacas yde hutu al propietario de un me-nor número de cabezas de gana-do, una división que, a juicio, dela doctrina oficial, fue sanciona-da posteriormente por la iglesiacatólica, todavía preponderanteen el país.

Sin embargo, desde que los es-casos extranjeros acceden al pe-queño aeropuerto de la ciudadpueden diferenciar entre los suje-tos espigados de rasgos nilóticosy aquellos otros achaparrados confisonomía bantú. Pero no, no sepuede hablar de diferencias en voz

La memoria desvanecida de Paul

G. ELORRIAGA KIGALI

La educación y la formación depersonas y grupos, como vía parala promoción de la justicia, la po-tenciación de las organizacionesde transformación social y el im-pulso de políticas de desarrolloconstituyen las principales víasde actuación de Alboan, una de lasprincipales ONG dedicadas a la co-operación al desarrollo en Euska-di. La entidad ha promovido esteviaje de los medios de comunica-ción vascos para conocer la situa-ción actual en la conflictiva regiónde Grandes Lagos y, particular-mente, la acción del Servicio Je-suita de Refugiados (JRS), su con-

traparte en la zona. Esta entidad,dedicada a la ayuda de emergen-cia, cuenta con programas en másde cincuenta países.

El equipo del JRS dispone deuna central regional en Bujumbu-ra (Burundi) y una oficina enGoma, el epicentro del conflictode Grandes Lagos. Su presenciaconstante a lo largo de todo el con-flicto ha supuesto un apoyo paralos cientos de miles de desplaza-

dos en la región. Dicha labor en lamayor crisis humanitaria desdela Segunda Guerra Mundial inclu-ye desde la atención de urgenciaa labores propias de la reconstruc-ción propias de esta última etapade relativa calma.

Para Jerry Clark SJ, director dela oficina radicada en la capital deKivu Norte, el reto actual consis-te en acompañar a quienes regre-san a sus lugares de origen y han

de recuperar su vida cotidiana.Conseguir la reinserción superan-do los conflictos con aquellos quepermanecieron en sus hogares,evitar las disputas por la explota-ción de las tierras o preservar laseguridad de los campesinos sonalgunos de los nuevos retos quehan de compatibilizar con tareasanteriores como la asistencia a losmás vulnerables o los esfuerzos enel ámbito de la educación.

En la consecución de ese obje-tivo ya han puesto en marcha mi-siones exploratorias para conocerlos movimientos de los desplaza-dos en su camino de regreso y unprograma de reconstrucción de es-cuelas en Rutshuru y Masisi, lasúltimas áreas pacificadas, que asu-me tanto la rehabilitación de edi-ficios como la formación de los en-señantes, generalmente muy pre-caria. A cambio, la entidad deman-da la inclusión de los hijos de losdesplazados en las aulas en igual-dad de condiciones con el resto delos alumnos. El acceso a la ense-ñanza en Congo, teóricamente gra-tuita, se ve obstaculizado por elabono de la ‘prima’, un pago de los

«En un país donde se vende todono cabe hablar de desarrollo»

NO OLVIDAR. Dos supervivientes del genocidio ruandés portan retratos de familiares muertos durante un acto memorial en Kigali. / REUTERS

Viaje por las heridas abiertas de África Kigali

La capital de Ruanda abre el recorrido realizado por un enviadoespecial de EL CORREO por la región de los Grandes Lagos en

el decimoquinto aniversario del genocidio de hutus y tutsis

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EL CORREODOMINGO 18 DE OCTUBRE DE 2009 Mundo

A I 53

alta. La unificación ha llegado pordecreto a la pseudodemocracia deun Estado ahora bendecido por ladiplomacia anglosajona, capaz deperdonar sus injerencias en elrumbo político del vecino Congoo, incluso, obviar unas recienteselecciones tan surrealistas que in-cluso la oposición pedía el votopara el partido gobernante.

Welcome to Ruanda. El régimendirigido por Jean-Paul Kagameno perdona a los franceses que noprotegieran a los suyos ni que laoperación militar ‘Turquesa’ fa-cilitara, presuntamente, la huidade la milicia interhamwe cuandolos guerrilleros tutsis del FrentePatriótico Ruandés les echarondel poder y buscaron cruel ven-ganza por los desmanes cometi-dos contra los suyos. La Embaja-da gala permanece cerrada y laAdministración se esfuerza pordesplazar a la población desde laesfera francófona al área de in-fluencia del inglés.

Ciudad pujanteLas instituciones políticas y cul-turales de París parecen los úni-cos edificios aletargados en unaciudad pujante, desparramada porun sinfín de montículos y caren-te de ‘skyline’. En el centro proli-feran las nuevas construccionesal amparo de toscos andamios demadera. Así, frente a un estadioamplio y moderno, una larga em-palizada protege el vasto recintopropiedad de los Testigos de Jeho-vá y en la misma avenida las nue-vas e impolutas oficinas se ofre-cen en alquiler.

A la manera de una espectacu-lar fortaleza, la representaciónnorteamericana culmina el flore-ciente barrio de Remera y eviden-cia la entente con Washington.Más allá, tras salvar curvas im-posibles, comienza la exclusivazona residencial de Merci Congo,sarcasmo que viene a explicar elorigen del aparente milagro eco-nómico de un país superpobladoy carente de grandes recursos na-turales. Pero no, tan sólo se pue-de musitar que, ejem, la prosperi-dad de los nuevos ricos proviene

del tráfico ilegal de los mineralesextraídos en el país vecino.

A un lado de la carretera la pi-queta acaba con barrios popula-res, mientras que en el otro se eri-gen las nuevas residencias parajerarcas y ricos comerciantes, cua-trocientos metros cuadrados por2.000 dólares (1.350 euros) men-suales, precios europeos inasequi-bles para la inmensa mayoría. Loscampesinos que llegan a la capi-tal atraídos por el auge de la cons-trucción deben hacinarse en ha-bitaciones miserables perpetua-mente amenazadas por órdenesde derribo.

Pero no, aparte de las inevita-bles diferencias sociales, Kigalise antoja un lugar pintoresco don-de cabe cenar un sábado de octu-bre en la terraza interior de unrestaurante mientras la televisiónemite el partido entre el Barça yel Almería. Más allá del fútbol, Es-paña no se antoja de moda enRuanda. El juez Francisco Andreuabrió la caja de Pandora al admi-tir a trámite el procesamiento decuarenta altos burócratas supues-tamente implicados en la revan-cha, no menos horrenda, de lostutsis sobre el pueblo hutu cuan-do huía hacía la frontera tras serdesposeído del poder. Entre losmuertos se cuentan nueve espa-ñoles, testigos de las tropelías delos nuevos gobernantes.

Hoy, unos 100.000 prisionerospenan en las cárceles ruandesasy todavía se van conociendo nue-vas sentencias dictadas para losgrandes responsables de la barba-rie atrapados en la huida. Las pri-siones también acogen a un em-presario burgalés. Desde hace seismeses, Luis Dueñas permaneceencarcelado cumpliendo una con-dena por corrupción y evasión deimpuestos que se prolongará a lolargo de otros tres años. Su últi-ma esperanza radica en que Zapa-tero solicite el indulto al todopo-deroso presidente Kagame.

Olvidemos sinsabores porquela fiebre del fin de semana tam-bién llega al corazón de África. Esel día en el que las parejas de no-vios celebran su unión en la cate-

dral de Saint Michel y las comiti-vas de relucientes vehículos reco-rren la ciudad precedidas por uncoche descubierto desde el que,tal vez, un amigo de la pareja gra-ba en vídeo el feliz acontecimien-to. Las peluquerías, situadas enlos bajos de los edificios, apuranhasta bien avanzada la demandade la abultada clientela mientrasen el primer piso se adivinan dis-cotecas estruendosas que anun-cian la diversión semanal.

Odio en la calleKigali es una fiesta. ¿Quién pue-de afirmar que aquí, hace quinceaños, se produjo un espantosobaño de sangre? ¿Algo así pudoser posible en esta pulcra ciudad,

provista de aceras, farolas y me-dianas que nunca más veremos alo largo de nuestro viaje por losGrandes Lagos? Alguien que noquiere dar su nombre asegura queno cabe engañarse, que el odio bu-lle en la memoria de unos y otros,que las dos comunidades mantie-nen las diferencias, a pesar de lareconciliación dictada ‘manu mi-litari’, y que al descolgar el telé-fono se percibe la escucha dequien ha determinado que Ruan-da se halla habitada por un solopueblo y la propiedad de un reba-ño de famélicas vacas no puede al-terar el común destino.

Sin embargo, la realidad siem-pre busca recovecos para hacersepresente. El domingo parece un

Rusesabagina

padres a unos maestros mal retri-buidos.

Tensiones y economíaA juicio de Clark, en la guerra con-goleña confluyen tensiones étni-cas y apetencias económicas.«Tras el genocidio de Ruanda, losmilitares huidos traspasaron lafrontera y se hicieron con el con-trol de las minas, lo que les permi-tió conseguir armas y mantenersus posiciones», explica. Este pro-ceder, imitado por el resto de losgrupos armados, ha propiciado elexpolio y el comercio incontrola-do de las materias primas, favore-cido por la escasa vertebración ad-ministrativa de Congo.

«Esto es una colmena», señala.«Cuando alguien quiere coger lamiel, agita el panal y las abejas sa-len para atacar. Siempre hay al-guien que se lo lleva y tambiénquién pierde en el caos que se ori-gina». Respecto al período de cal-ma vigente tras la caída la apren-sión el pasado 22 de enero de Lau-rent Nkunda, líder del CongresoNacional para la Defensa del Pue-

blo, se muestra cauteloso. «En Con-go se firman acuerdos de paz yposteriormente se desatan opera-ciones militares».

A su juicio, entre los requisitosnecesarios para mantener la cal-ma, destaca el pago de salarios alos soldados, única manera de evi-tar la extorsión a la población. Laúltima partida para las pagas de-sapareció en el trayecto entreKinshasha y Goma, lo que generóprotestas insatisfechas de los mi-litares. «Las soluciones definiti-vas exigen un combate decididode la corrupción», reclama. «Enun país donde se pude vender tododifícilmente podemos hablar dedesarrollo».ARTESANOS. Mercado de alfarería a las afueras de Kigali. / G. E.

KabaleKashari

Gatuna

Kalambahiro

Sake

Kibuye

Busurungi

Nyange

Mbarata

Butambo

0 40 km.

T A N Z A N I A

R U A N D A

U G A N D A

R E P . D E M O C R Á T I C A

D E C O N G O

N-2

N-3N-2

N-2

B-182

RN-14

RN-6

RN-12

RN-6

RN-15

RN-1RN-6

RN-10

B U R U N D I

1. Kigali

3. Rutshuru

2. Goma

B-3

LagoKivu

LagoIhema

LagoRweru

4. Bukavu

Gitarama

Butare

RN-6Kakamba

Niakundulu

LA RUTA DEL HORROR

Áreaampliada

N-2

KigaliCapital de Ruanda, el país de las milcolinas y uno de los principalesactores de la guerra mundialafricana. Acoge el Museo delGenocidio que recuerda la masacrede unos 800.000 hutus y tutsis deideología moderada a manos de lasmilicias radicales interahamwe

GomaCapital de la provinciacongoleña de Kivu Norte.Área rica en minas de oroy casiterita, y muy fértil.Destino de los exiliadoshutus tras la invasión deRuanda por el movimientoguerrillero tutsi

RutshuruLa población sufrió hace unaño fuertes combatesentre el Ejército congoleñoy los rebeldes del CNDP,capitaneados por LaurentNkunda. Tras su toma porlos guerrilleros se convirtióen su cuartel general

BukavuCapital de la provinciacongoleña de Kivu Sur, foco deextracción de coltán y otrospreciados minerales. En 2004sufrió los abusos de losrebeldes del CNDP durante tresintensos días. Patrullada por loscascos azules de la ONU

GRÁFICO: ISABEL TOLEDO

día de relajo en el apacible Cen-tro Christus, el albergue jesuitaen el que nos alojamos. El paseopor su parque nos conduce a unpequeño recinto donde, por fin, elpasado desbarata esa primeraimagen idílica. Una placa recuer-da que, hace quince años, los mi-licianos, en una de sus primerasrazias en la capital, entraron ensus cuidados jardines, agruparona diecisiete de sus habitantes, clé-rigos y laicos, y los ejecutaron sinningún miramiento. Probable-mente, se trataba de individuosaltos y delgados, quizás un tantodesgarbados en sus movimientos,y pertenecían a la misma etniaque hoy ha decidido que Ruandaes un mundo feliz.

La unificación se hainstalado por decreto enuna pseudodemocraciabendecida por EE UU

La fiebre del fin desemana también llegaal corazón de Áfricaen forma de bodas

Una placa en el CentroChristus recuerda elasesinato de diecisietede sus residentes

Jerry Clark, director dela oficina del ServicioJesuita de Refugiados,muestra cautela ante elnuevo periodo de paz

Page 3: ¡Sigue la crónica de nuestro viaje a RD Congo!

Diario de Noticias Sábado, 24 de octubre de 2009 NAVARRA SOCIEDAD 1716 SOCIEDAD NAVARRA Diario de Noticias Sábado, 24 de octubre de 2009

No se podrían explicar los conflictos del Congo sin saber antes de su vecino, Ruanda, un país cien veces menor, con un fatídico pasado y visitado eneste viaje de DIARIO DE NOTICIAS, organizado por ALBOAN. Éste es el primero de seis reportajes. Aquí empieza todo. TEXTO Y FOTOSEnrique Conde

Hay trampa tras el cartón

E N Ruanda marchan toda-vía más avanzados que enlosdespachosdeCarrefour.AlaeropuertodeKigali,ca-

pitaldeunpaíscuyapoblacióncreceexponencialmente(casi9millonesdehabitantes) para una superficie máspequeñaquelaqueocupaGalicia,nose puede acceder con bolsas de plás-tico. El uso de este material estáprohibido en el Estado centroafri-cano. Es sólo una muestra del mo-saico de avances tecnológicos, seña-lesdeaperturismoylavadoderostroque ha experimentado el gobiernodel tutsi Paul Kagame desde que seconfirmó su supremacía en las elec-ciones (¡). O lo que fueran.

Al uso sistemático de bolsas de pa-pelcomocremalleraincipientedelde-sarrollo nacional, se une el hecho dequeelParlamentoruandéseslaúnicaCámara legislativa del mundo conmásnúmerodemujerescongresistasque de hombres. Amén de esta con-quistasocial,lasantenasdetelefoníamóvilylareddecableadodefibraóp-tica jalonan la panorámica de Kigaliy en las carreteras palpita un trajínimportante como señal de las inyec-ciones económicas que recibeRuanda y su cuento de hadas.

DESMARCARSE DEL PASADO Este pe-riódicohatenidolaoportunidaddevi-sitar Ruanda, como vía de acceso a laRepública Democrática del Congo,gracias a la invitación de la Funda-ción ALBOAN. Como la realidad deCongo, su catastrófica situación y supenosa historia no se entienden sinRuanda,comienzaaquíenlatramoyadeKigaliunavisitaaunadelaszonasmás conflictivas e incendiarias delplaneta, la región de los Grandes La-gos que marca la frontera entreUganda, Ruanda, Burundi y el sa-queadoeinmensoCongo.Unaencru-cijada de intereses occidentales quehan marcado en este punto del cora-zón de África elring de sus luchas in-testinas por el dominio de los mine-rales más jugosos. En ese expolio alCongo,Ruandadesempeñaunrolcru-cial. Antes de entrar en faena, con-viene conocer las peculiaridades deun país que trata de alejarse de su pa-sado genocida.

Al igual que Ruanda es la naciónmundial con más damas con escaño,hay que señalar que la oposición nodispone ni de un sillón en el Parla-mento de Kigali. Que se fallan conde-nas de cárcel de dos años por robar2.000 francos ruandeses (apenas 3 eu-ros), así como por quemar colchones

viejosenlacallealconsiderarseéstosbienes del Estado.

También Ruanda es el primer ex-portador de coltán del mundo, mine-ral muy valioso para condensadores,satélites y teléfonos móviles, cuandonoexisteunapiedradecoltánentodosu territorio. Sin embargo, el 80% delasreservasdecoltándelmundoseen-cuentran en los Kivus, las provinciasorientalesdeCongo.Asimismo,lasca-lles de Kigali se limpian de niños va-gabundos y la capital se está convir-tiendo en un escenario de teatro, conjardinesverdes,asfaltoapaladas,edi-ficiosvigorosos,conlapobrezaarras-trándose a las afueras, el interior quenadie se molesta en visitar.

UN PAÍS DE DECORADOS “Hay 200 fa-milias que controlan Ruanda. Estepaís es un decorado, porque en reali-dad la población tiene un miedoenorme.Setratadeunpaísdeespías,en el que hablar contra del gobiernopuede costar muy caro”. Así nos locuentan un par de cooperantes queoperan en el país, que prefieren nodesvelar su identidad dada la sensi-bilidad del lugar con aquel que sevaya un poco de la lengua. Ruandatiene una cierta tara en la recupera-ción de su memoria histórica. La ex-pediciónalaquefueinvitadaestepe-riódicovisitóelMuseodelGenocidio,en Kigali, un coqueto rincón en cuyointerior despliega toda una retahílade disquisiciones sobre los motivosdelamasacrevividaallíentre1994-95y que acabó con la vida de 800.000tutsisyhutusmoderadosenciendías.Aquello fuelaleydelmachete(seim-portaron más de 500.000). Pero con-tadoporlaversióntutsitodohueleunpoquito más raro.

Los tutsis, dados sus vínculos eco-nómicosymilitaresconEstadosUni-dos (que contemplan Ruanda comopuesto estratégico y militar para fre-nar el islamismo en el continente ne-gro y un saco de energía sin fondo) yGran Bretaña, han decidido reinven-tar lahistoria.Nieganqueexistieranlas etnias hutu y tutsi como tales,cuando su presencia está fechadadesde hace más de diez siglos. Así de-fienden que las diferencias fueroncreadas por los colonos europeos, nu-trientes del genocidio, en especialFrancia,yaaquelqueseleocurraopi-nar lo que la lógica y los hechos ma-nifiestan negro sobre blanco se leacusa de negacionista y genocida.

Nada se habla tampoco de las masa-cres cometidas por Kagame, sus se-cuaces y antecesores, por los que de-

berían rendir cuentas ante la CortePenal Internacional. De hecho, el Tri-bunal de Arusha sólo persigue a seño-resdelaguerradelaetniahutu.Enestavorágine gubernativa también se en-marcalaintroduccióndelingléscomolenguanacionalenunpaísfrancófono.Sería como instaurar el alemán comolengua oficial en España. Un delirio.

Pornohacerlespesadoelviaje,refe-riremosquelagaleríaesunaobrarea-lizadaporelgobiernotutsideKagameparaabastecimientodelturista.Tienesuéxitolafórmula,yaquealvisitantele asiste la impresión de asistir a unapelículadevaqueros,dondeestáclaroquiénes son los indios. Por una parteestáloqueallísemuestra.Segúneso,loscolonizadoresbelgasylaIglesiaca-tólica defendieron desde comienzosdel siglo XX hasta la independenciaen 1962 la ideología hamítica por laque los tutsis son una raza superior yuna de las tres etnias de Ruanda: hu-tus (85%), tutsis (14%) y twa (1%).

Tambiénsehablaallídelatarjetadeidentificación, introducida en 1932,para distinguir las etnias. Les dife-renciabanelnúmerodecabezasdega-nado vacuno que poseían. Si teníanmásdediezvacas,erantutsis.Lasva-cassonunanimalmuyapreciadoallí,donde es piropo decirle a una mujerque “tienes ojos de vaca”.

SÓLO SE CONOCE LA VERSIÓN TUTSIContada la historia por los tutsis, seafirma que tras la independencia sebuscólalimpiezaétnicadeestaetnia,que provocó 700.000 exiliados entre1959 y 1973. El Museo sólo cuenta losparabienes del Frente PatrióticoRuandés,quedicequebuscabalaequi-daddederechoscuandoenrealidadac-tivó un baño de sangre desde 1990; na-rra el apoyo francés al régimen hutudel presidente Habyarimana y la agi-taciónylaseddecadáverestutsisqueproclamaba la Radio Televisión de lasMil Colinas.

Si el Museo del Genocidio busca re-conciliaraunpueblo,tambiéndeberíahablar del reclutamiento de KagameenUganda,desuformaciónmilitarenKansas, de sus crímenes contra la hu-manidad; nadasedicetampocodeque

Exterior del Museo del Genocidio, en Kigali, capital de Ruanda.

la carta de identidad introducida porlosbelgaslapidiólaminoríatutsiparaperpetuar sus privilegios de padres ahijosytampocosecitaquelaemisorade las Mil Colinas fue creada en res-puestaaRadioMuhabura,afínalFPR,ambas agitadoras del odio étnico. Loseñaló ya en una conferencia en 2001JuanCarrero,compañerodeFlorsSi-rera, Manuel Madrazo, Mercedes Na-varro y del fotógrafo Luis Valtueña,que trabajaban con Médicos delMundo y fueron asesinados en 1997.Habían visto demasiado. Nadie se haencargado de investigar la verdad desus crímenes, pero pasado el tiempotodo apunta a que el comando Net-work,vinculadoalFPRdeKagame,es-taba detrás del gatillo.

A la misma milicia, así como a susacérrimos archienemigos, los intera-hamwe (los que matan juntos) hutus,seleshaatribuidoelderribodelaviónque en abril de 1994 acabó con la vidadelpresidenteruandésHabyarimana,hutu, y de su homólogo de Burundi.No interesa aclarar las cosas. Unahora después de aquellos hechos, labarbarie se echó a la calle. A golpe demachete,casiunmillónderuandeses,tutsis en su mayoría, fueron asesina-dosyhastadosmillonestuvieronquerefugiarseenlospaísesvecinos,lama-yoría en el Congo, próxima estaciónde este viaje hacia un jeroglífico.

En el gobierno tutsiruandés todo lo quesuene a genocidio esarrasado como la peste

Congo no se entiendesin Ruanda, así que esteviaje con ALBOAN seempieza a explicardesde Kigali

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RUANDA

Trabajos en la carretera de Kigali a Gisenyi, frontera con el Congo.

L O S D E TA L L E S

● La negación de las etnias. Elpresidente tutsi Paul Kagame, vice-presidente desde 1994, fue procla-mado presidente en 2000 y ganólas primeras elecciones del país en2004 en fraude manifiesto. Desdesu ingreso en el poder, Kagame seencargó de tildar de genocida aaquel que reconozca que hutus ytutsis son etnias diferentes, condesigualdades económicas, y no unainvención de los colonos europeos.La Justicia Internacional, que persi-gue los crímenes cometidos pormuchos militares tutsis ahora en elpoder, son tildados de nuevos actosde colonialismo y revisionismo.● Un país muy poblado para unterreno escaso. En una acotadaporción de terreno que no alcanza lasuperficie de Galicia, Ruanda alber-ga a casi nueve millones de habi-tantes, seis millones más que en lacomunidad gallega. El problema dela densidad de población es ince-sante en un país rodeado de colinasy con escasos recursos naturales.Es sobre todo exportador de té,café, mandioca, piña y bananas.Ruanda se unió en 2007 a la Uniónaduanera del África Oriental, conKenia, Uganda, Tanzania y Burundi.● Operación militar en Congo. Acomienzos de 2009, el Ejército ruan-dés entró en Congo para detener enuna operación conjunta al generalNkunda, apoyado por Ruanda, tutsi ydesestabilizador del país vecino.

KIGALI (RUANDA). Al no permitir laactual ideología ruandesa distinguira hutus y tutsis, es decir avivar eldebate sobre el genocidio, en Ruan-da conviene andar listo con el len-guaje. Así, en castellano, en este via-je de prensa, hablamos de cortos(hutus) y largos (tutsis) por sus pecu-liaridades físicas y se trata de sermás bien discreto en el caso de quealgún ciudadano curiosee sobre el finde nuestra estancia allí. A un blancose le ve a la legua y seguro que los

EL MAGISTRADO PERSIGUE A 40MILITARES TUTSIS, AHORA ENEL GOBIERNO, POR CRÍMENES

CONTRA LA HUMANIDAD

agentes secretos del país andan ávi-dos de descubrir a algún fan del revi-sionismo entre sus visitantes. Segúncuentan varios cooperantes, Ruandapersigue con saña la Justicia Inter-nacional, porque dice que buscafines partidistas. El propio presi-dente Kagame se refiere a la “arro-gancia” del juez catalán, FernandoAndreu, que ha encausado a 40 mili-tares tutsis, ahora en el Gobierno,por crímenes contra la humanidad,entre ellos los de nueve españoles.

UN CASO ENMADEJADO En esta tesi-tura, a Ruanda no le viene nada maltener a un español entre rejas. Se tra-ta del burgalés Luis Dueñas, un inge-niero que llevaba cinco años traba-jando en Ruanda y sentenciado en

primera instancia a tres años de pri-sión por una presunta evasión deimpuestos. Mientras este periódicovisitaba Kigali, el fallo para resolversu recurso fue retrasado y Dueñassigue en prisión en unas condicio-nes miserables: sólo se le sirve unaración diaria de habas y maíz y elhombre sufre hipoglucemia. Dueñasfue encarcelado mientras realizabaun proyecto de purificación y abas-tecimiento de agua. Algunas de lasbaldosas, exentas de impuestos, des-tinadas a la obra fueron encontra-das en casa del ex ministro ruandésde Agua y Minas, Bikoro, libre confianza en este enmadejado caso. ADueñas faltó tiempo para esposarle.

Así es Ruanda, una sorpresa trasotra. Como la que tenía preparada a

Un ingeniero burgalés preso es larespuesta de Kagame al juez Andreu

comienzos de este año, cuando entrósu Ejército en la R.D. del Congo paraarrestar al general Nkunda, generaltutsi ruandés, que se autoproclama-ba libertador del Congo y atizaba el

conflicto en el este. Ruanda era elbastón de Nkunda y, de repente, ledescabezó para guiñarle el ojo a suvecino expoliado. ¿No suena a histo-ria un tanto demente? >E.C.

Un hotel de película, el ‘Hotel Ruanda’.

Centro de Kigali, con multitud de comercios y edificios altos.

Acceso a Merci Congo, una zona deprimida que será pronto residencial.

Resulta curioso, casi obsceno, pero el barrio de lujo que se están fabricandolos adinerados traficantes ruandeses se denomina Merci Congo. La pretendi-da urbanización no es ahora más que una sucesión de casas bajas en demo-lición, en plena reparcelación por parte de las autoridades, que también ins-tan a los vecinos de Kigali a dejar libre el barrio de polvo y paja. Así, los mili-tares, comerciantes de madera y caudillos de los minerales construirán ahí unplácido lugar residencial, obtenido a base de las riquezas del vecino, en mediode una ciudad de ficción. Lo que es ciencia, y no ficticia, son los resultadosexperimentados en el país con motivo de las inyecciones económicas anglo-sajonas. En el camino de Kigali a Gisenyi, tres horas por una carretera de mon-taña asfaltada mitad por ruandeses (repleta de baches) y mitad por alema-nes (perfecto alisado), se ve que el país está activo. Hay obreros enfangadosen la colocación de guardarraíles, hay un chico en la misma frontera que por-ta un teléfono de mesa a modo de móvil para que la usen los recién llegadosy los funcionarios disponen de computadoras en cada despacho. A tres pasos,ya en Congo, sólo hay barro y los formularios los rellenan a bolígrafo. >E.C.

El barrio de lujo se llama ‘Merci Congo’

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Page 4: ¡Sigue la crónica de nuestro viaje a RD Congo!

Diario de Noticias Sábado, 24 de octubre de 2009 NAVARRA SOCIEDAD 1716 SOCIEDAD NAVARRA Diario de Noticias Sábado, 24 de octubre de 2009

No se podrían explicar los conflictos del Congo sin saber antes de su vecino, Ruanda, un país cien veces menor, con un fatídico pasado y visitado eneste viaje de DIARIO DE NOTICIAS, organizado por ALBOAN. Éste es el primero de seis reportajes. Aquí empieza todo. TEXTO Y FOTOSEnrique Conde

Hay trampa tras el cartón

E N Ruanda marchan toda-vía más avanzados que enlosdespachosdeCarrefour.AlaeropuertodeKigali,ca-

pitaldeunpaíscuyapoblacióncreceexponencialmente(casi9millonesdehabitantes) para una superficie máspequeñaquelaqueocupaGalicia,nose puede acceder con bolsas de plás-tico. El uso de este material estáprohibido en el Estado centroafri-cano. Es sólo una muestra del mo-saico de avances tecnológicos, seña-lesdeaperturismoylavadoderostroque ha experimentado el gobiernodel tutsi Paul Kagame desde que seconfirmó su supremacía en las elec-ciones (¡). O lo que fueran.

Al uso sistemático de bolsas de pa-pelcomocremalleraincipientedelde-sarrollo nacional, se une el hecho dequeelParlamentoruandéseslaúnicaCámara legislativa del mundo conmásnúmerodemujerescongresistasque de hombres. Amén de esta con-quistasocial,lasantenasdetelefoníamóvilylareddecableadodefibraóp-tica jalonan la panorámica de Kigaliy en las carreteras palpita un trajínimportante como señal de las inyec-ciones económicas que recibeRuanda y su cuento de hadas.

DESMARCARSE DEL PASADO Este pe-riódicohatenidolaoportunidaddevi-sitar Ruanda, como vía de acceso a laRepública Democrática del Congo,gracias a la invitación de la Funda-ción ALBOAN. Como la realidad deCongo, su catastrófica situación y supenosa historia no se entienden sinRuanda,comienzaaquíenlatramoyadeKigaliunavisitaaunadelaszonasmás conflictivas e incendiarias delplaneta, la región de los Grandes La-gos que marca la frontera entreUganda, Ruanda, Burundi y el sa-queadoeinmensoCongo.Unaencru-cijada de intereses occidentales quehan marcado en este punto del cora-zón de África elring de sus luchas in-testinas por el dominio de los mine-rales más jugosos. En ese expolio alCongo,Ruandadesempeñaunrolcru-cial. Antes de entrar en faena, con-viene conocer las peculiaridades deun país que trata de alejarse de su pa-sado genocida.

Al igual que Ruanda es la naciónmundial con más damas con escaño,hay que señalar que la oposición nodispone ni de un sillón en el Parla-mento de Kigali. Que se fallan conde-nas de cárcel de dos años por robar2.000 francos ruandeses (apenas 3 eu-ros), así como por quemar colchones

viejosenlacallealconsiderarseéstosbienes del Estado.

También Ruanda es el primer ex-portador de coltán del mundo, mine-ral muy valioso para condensadores,satélites y teléfonos móviles, cuandonoexisteunapiedradecoltánentodosu territorio. Sin embargo, el 80% delasreservasdecoltándelmundoseen-cuentran en los Kivus, las provinciasorientalesdeCongo.Asimismo,lasca-lles de Kigali se limpian de niños va-gabundos y la capital se está convir-tiendo en un escenario de teatro, conjardinesverdes,asfaltoapaladas,edi-ficiosvigorosos,conlapobrezaarras-trándose a las afueras, el interior quenadie se molesta en visitar.

UN PAÍS DE DECORADOS “Hay 200 fa-milias que controlan Ruanda. Estepaís es un decorado, porque en reali-dad la población tiene un miedoenorme.Setratadeunpaísdeespías,en el que hablar contra del gobiernopuede costar muy caro”. Así nos locuentan un par de cooperantes queoperan en el país, que prefieren nodesvelar su identidad dada la sensi-bilidad del lugar con aquel que sevaya un poco de la lengua. Ruandatiene una cierta tara en la recupera-ción de su memoria histórica. La ex-pediciónalaquefueinvitadaestepe-riódicovisitóelMuseodelGenocidio,en Kigali, un coqueto rincón en cuyointerior despliega toda una retahílade disquisiciones sobre los motivosdelamasacrevividaallíentre1994-95y que acabó con la vida de 800.000tutsisyhutusmoderadosenciendías.Aquello fuelaleydelmachete(seim-portaron más de 500.000). Pero con-tadoporlaversióntutsitodohueleunpoquito más raro.

Los tutsis, dados sus vínculos eco-nómicosymilitaresconEstadosUni-dos (que contemplan Ruanda comopuesto estratégico y militar para fre-nar el islamismo en el continente ne-gro y un saco de energía sin fondo) yGran Bretaña, han decidido reinven-tar lahistoria.Nieganqueexistieranlas etnias hutu y tutsi como tales,cuando su presencia está fechadadesde hace más de diez siglos. Así de-fienden que las diferencias fueroncreadas por los colonos europeos, nu-trientes del genocidio, en especialFrancia,yaaquelqueseleocurraopi-nar lo que la lógica y los hechos ma-nifiestan negro sobre blanco se leacusa de negacionista y genocida.

Nada se habla tampoco de las masa-cres cometidas por Kagame, sus se-cuaces y antecesores, por los que de-

berían rendir cuentas ante la CortePenal Internacional. De hecho, el Tri-bunal de Arusha sólo persigue a seño-resdelaguerradelaetniahutu.Enestavorágine gubernativa también se en-marcalaintroduccióndelingléscomolenguanacionalenunpaísfrancófono.Sería como instaurar el alemán comolengua oficial en España. Un delirio.

Pornohacerlespesadoelviaje,refe-riremosquelagaleríaesunaobrarea-lizadaporelgobiernotutsideKagameparaabastecimientodelturista.Tienesuéxitolafórmula,yaquealvisitantele asiste la impresión de asistir a unapelículadevaqueros,dondeestáclaroquiénes son los indios. Por una parteestáloqueallísemuestra.Segúneso,loscolonizadoresbelgasylaIglesiaca-tólica defendieron desde comienzosdel siglo XX hasta la independenciaen 1962 la ideología hamítica por laque los tutsis son una raza superior yuna de las tres etnias de Ruanda: hu-tus (85%), tutsis (14%) y twa (1%).

Tambiénsehablaallídelatarjetadeidentificación, introducida en 1932,para distinguir las etnias. Les dife-renciabanelnúmerodecabezasdega-nado vacuno que poseían. Si teníanmásdediezvacas,erantutsis.Lasva-cassonunanimalmuyapreciadoallí,donde es piropo decirle a una mujerque “tienes ojos de vaca”.

SÓLO SE CONOCE LA VERSIÓN TUTSIContada la historia por los tutsis, seafirma que tras la independencia sebuscólalimpiezaétnicadeestaetnia,que provocó 700.000 exiliados entre1959 y 1973. El Museo sólo cuenta losparabienes del Frente PatrióticoRuandés,quedicequebuscabalaequi-daddederechoscuandoenrealidadac-tivó un baño de sangre desde 1990; na-rra el apoyo francés al régimen hutudel presidente Habyarimana y la agi-taciónylaseddecadáverestutsisqueproclamaba la Radio Televisión de lasMil Colinas.

Si el Museo del Genocidio busca re-conciliaraunpueblo,tambiéndeberíahablar del reclutamiento de KagameenUganda,desuformaciónmilitarenKansas, de sus crímenes contra la hu-manidad; nadasedicetampocodeque

Exterior del Museo del Genocidio, en Kigali, capital de Ruanda.

la carta de identidad introducida porlosbelgaslapidiólaminoríatutsiparaperpetuar sus privilegios de padres ahijosytampocosecitaquelaemisorade las Mil Colinas fue creada en res-puestaaRadioMuhabura,afínalFPR,ambas agitadoras del odio étnico. Loseñaló ya en una conferencia en 2001JuanCarrero,compañerodeFlorsSi-rera, Manuel Madrazo, Mercedes Na-varro y del fotógrafo Luis Valtueña,que trabajaban con Médicos delMundo y fueron asesinados en 1997.Habían visto demasiado. Nadie se haencargado de investigar la verdad desus crímenes, pero pasado el tiempotodo apunta a que el comando Net-work,vinculadoalFPRdeKagame,es-taba detrás del gatillo.

A la misma milicia, así como a susacérrimos archienemigos, los intera-hamwe (los que matan juntos) hutus,seleshaatribuidoelderribodelaviónque en abril de 1994 acabó con la vidadelpresidenteruandésHabyarimana,hutu, y de su homólogo de Burundi.No interesa aclarar las cosas. Unahora después de aquellos hechos, labarbarie se echó a la calle. A golpe demachete,casiunmillónderuandeses,tutsis en su mayoría, fueron asesina-dosyhastadosmillonestuvieronquerefugiarseenlospaísesvecinos,lama-yoría en el Congo, próxima estaciónde este viaje hacia un jeroglífico.

En el gobierno tutsiruandés todo lo quesuene a genocidio esarrasado como la peste

Congo no se entiendesin Ruanda, así que esteviaje con ALBOAN seempieza a explicardesde Kigali

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RUANDA

Trabajos en la carretera de Kigali a Gisenyi, frontera con el Congo.

L O S D E TA L L E S

● La negación de las etnias. Elpresidente tutsi Paul Kagame, vice-presidente desde 1994, fue procla-mado presidente en 2000 y ganólas primeras elecciones del país en2004 en fraude manifiesto. Desdesu ingreso en el poder, Kagame seencargó de tildar de genocida aaquel que reconozca que hutus ytutsis son etnias diferentes, condesigualdades económicas, y no unainvención de los colonos europeos.La Justicia Internacional, que persi-gue los crímenes cometidos pormuchos militares tutsis ahora en elpoder, son tildados de nuevos actosde colonialismo y revisionismo.● Un país muy poblado para unterreno escaso. En una acotadaporción de terreno que no alcanza lasuperficie de Galicia, Ruanda alber-ga a casi nueve millones de habi-tantes, seis millones más que en lacomunidad gallega. El problema dela densidad de población es ince-sante en un país rodeado de colinasy con escasos recursos naturales.Es sobre todo exportador de té,café, mandioca, piña y bananas.Ruanda se unió en 2007 a la Uniónaduanera del África Oriental, conKenia, Uganda, Tanzania y Burundi.● Operación militar en Congo. Acomienzos de 2009, el Ejército ruan-dés entró en Congo para detener enuna operación conjunta al generalNkunda, apoyado por Ruanda, tutsi ydesestabilizador del país vecino.

KIGALI (RUANDA). Al no permitir laactual ideología ruandesa distinguira hutus y tutsis, es decir avivar eldebate sobre el genocidio, en Ruan-da conviene andar listo con el len-guaje. Así, en castellano, en este via-je de prensa, hablamos de cortos(hutus) y largos (tutsis) por sus pecu-liaridades físicas y se trata de sermás bien discreto en el caso de quealgún ciudadano curiosee sobre el finde nuestra estancia allí. A un blancose le ve a la legua y seguro que los

EL MAGISTRADO PERSIGUE A 40MILITARES TUTSIS, AHORA ENEL GOBIERNO, POR CRÍMENES

CONTRA LA HUMANIDAD

agentes secretos del país andan ávi-dos de descubrir a algún fan del revi-sionismo entre sus visitantes. Segúncuentan varios cooperantes, Ruandapersigue con saña la Justicia Inter-nacional, porque dice que buscafines partidistas. El propio presi-dente Kagame se refiere a la “arro-gancia” del juez catalán, FernandoAndreu, que ha encausado a 40 mili-tares tutsis, ahora en el Gobierno,por crímenes contra la humanidad,entre ellos los de nueve españoles.

UN CASO ENMADEJADO En esta tesi-tura, a Ruanda no le viene nada maltener a un español entre rejas. Se tra-ta del burgalés Luis Dueñas, un inge-niero que llevaba cinco años traba-jando en Ruanda y sentenciado en

primera instancia a tres años de pri-sión por una presunta evasión deimpuestos. Mientras este periódicovisitaba Kigali, el fallo para resolversu recurso fue retrasado y Dueñassigue en prisión en unas condicio-nes miserables: sólo se le sirve unaración diaria de habas y maíz y elhombre sufre hipoglucemia. Dueñasfue encarcelado mientras realizabaun proyecto de purificación y abas-tecimiento de agua. Algunas de lasbaldosas, exentas de impuestos, des-tinadas a la obra fueron encontra-das en casa del ex ministro ruandésde Agua y Minas, Bikoro, libre confianza en este enmadejado caso. ADueñas faltó tiempo para esposarle.

Así es Ruanda, una sorpresa trasotra. Como la que tenía preparada a

Un ingeniero burgalés preso es larespuesta de Kagame al juez Andreu

comienzos de este año, cuando entrósu Ejército en la R.D. del Congo paraarrestar al general Nkunda, generaltutsi ruandés, que se autoproclama-ba libertador del Congo y atizaba el

conflicto en el este. Ruanda era elbastón de Nkunda y, de repente, ledescabezó para guiñarle el ojo a suvecino expoliado. ¿No suena a histo-ria un tanto demente? >E.C.

Un hotel de película, el ‘Hotel Ruanda’.

Centro de Kigali, con multitud de comercios y edificios altos.

Acceso a Merci Congo, una zona deprimida que será pronto residencial.

Resulta curioso, casi obsceno, pero el barrio de lujo que se están fabricandolos adinerados traficantes ruandeses se denomina Merci Congo. La pretendi-da urbanización no es ahora más que una sucesión de casas bajas en demo-lición, en plena reparcelación por parte de las autoridades, que también ins-tan a los vecinos de Kigali a dejar libre el barrio de polvo y paja. Así, los mili-tares, comerciantes de madera y caudillos de los minerales construirán ahí unplácido lugar residencial, obtenido a base de las riquezas del vecino, en mediode una ciudad de ficción. Lo que es ciencia, y no ficticia, son los resultadosexperimentados en el país con motivo de las inyecciones económicas anglo-sajonas. En el camino de Kigali a Gisenyi, tres horas por una carretera de mon-taña asfaltada mitad por ruandeses (repleta de baches) y mitad por alema-nes (perfecto alisado), se ve que el país está activo. Hay obreros enfangadosen la colocación de guardarraíles, hay un chico en la misma frontera que por-ta un teléfono de mesa a modo de móvil para que la usen los recién llegadosy los funcionarios disponen de computadoras en cada despacho. A tres pasos,ya en Congo, sólo hay barro y los formularios los rellenan a bolígrafo. >E.C.

El barrio de lujo se llama ‘Merci Congo’

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