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Suplemento Especial Junio 11, 2009 Boston, Massachusetts El periódico hispano más leído de Nueva Inglaterra 1-B ¿ Puede la ciencia explicar la muerte de Jesús el Cristo? Brillo realmente saludable 8-B 2-B Un grupo en el período de sesiones de Maryhaven, centro de rehabilitación en Columbus, Ohio, donde la heroína es la principal droga en uso que aumentó del 38% en 2002 a 68% el año pasado. Izquierda, Víctor Delgadillo Parra y José Manuel Cazeras-Contreras, alegados miembros de una célula mexicana dedicada a la distribución de heroína. Uso de heroína se propaga 4-5-B

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Suplemento The New York Times de Siglo21.

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Suplemento Especial Junio 11, 2009 • Boston, Massachusetts El periódico hispano más leído de Nueva Inglaterra1-B

¿Puede la ciencia explicar la muerte de Jesús el Cristo? Brillo realmente saludable8-B2-B

Un grupo en el período de sesiones de Maryhaven, centro de rehabilitación en Columbus, Ohio, donde la heroína es la principal droga en uso que aumentó del 38% en 2002 a 68% el año pasado. Izquierda, Víctor Delgadillo Parra y José Manuel Cazeras-Contreras, alegados miembros de una célula mexicana dedicada a la distribución de heroína.

Uso de heroína se propaga

4-5-B

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Junio 11 al 17, 2009 • Suplemento Especial

La pasión, muerte y resurrección de Jesús el Nazareno puede consi-derarse des-de un punto de vista histórico, y

a la luz del nuevo testamento, como un hecho trascendental. Ello no obstante, no impide, que sus padecimientos, su profundo dolor sean estudiados con sumo interés por sociólogos, historia-dores, médicos y teólogos.

El hombre Jesús, fue llevado en la matriz, de la misma forma que nosotros, por el periodo de tiempo acostumbrado, nació en verdad, como todos, fue alimen-tado como nosotros lo hacemos con nuestros hijos. Aquel que es Juez de vivos y muertos, fue juzgado por los judíos, fue con-denado, sentenciado a la muerte más espantosa: la crucifixión, fue enclavado en forma brutal, en verdad no en apariencia, no ocurrió en la imaginación de los poetas de su tiempo. Murió de verdad.

Para tener una visión más completa del sufrimiento humano de Jesús debemos penetrar en el drama mismo, los evangelios nos prestarán valiosa ayuda para desentrañar la urdimbre que acompañó al Maestro. Veamos: después de la cena de Pascua, Cristo se retira con sus discípulos al huerto de Getsemaní, lleva en sus labios el sabor amargo de la ingratitud de un pueblo que días antes le aclamara y en esos momentos pedía su muerte, produce en su alma profundo sufrimiento, hasta exclamar: Mi alma esta angustiada hasta la muerte.

Las tristes horas que pasó en el huerto repercutieron en su fisiología. El Dr. Lucas Evange-lista y médico, nos dice que allí, “sudó como gotas de sangre”. El Dr. Whitaker dice: “causó trastorno en los hematíes, los cuales irrumpieron en masa en los capilares de las glándulas sudoríparas, causando un sudor de sangre que gota a gota, caía hasta el suelo”. El Dr. Juan Manuel Palacios Sánchez en la revista “Minutos Menarini” No. 169, nos dice que “es indudable que la hemodosis, aunque es un fenómenos relativamente extra-

ño, puede aparecer en personas con trastornos sanguíneos y hasta en estados hiperemocio-nales. Esto se produce a base de una hemorragia subcutánea que afecta a las glándulas sudoríparas, bañando el cuerpo de un extraño sudor sanguíneo. La aflicción de Cristo fue de tal magnitud que produjo gran aceleración de los latidos del corazón, lo que apresuró la circulación de la sangre hasta agolparse en la red capilar”.

Los sufrimientos del Rey de reyes y Señor de señores, ape-nas comienzan, pues la llegada de Judas al huerto le produjo una descarga de adrenalina; también un aumento de la ten-sión nerviosa, a tal punto que dice “amigo, ¿a qué vienes?”. El teólogo Alfredo Ossers, en uno de sus escritos señala que la expresión ‘amigo’ encierra un significado distinto, pues conlleva desconfianza a aquel a quien la depositó años atrás.

El profeta de Galilea fue sometido a tres comparecen-cias, la Judía, la de Pilatos y la de Herodes. Pilatos deseaba liberar al “Mártir del Gólgota”, y para calmar la sed de sangre de una multitud enardecida,

el gobernador romano mandó flagelar el cuerpo del carpintero de Nazaret, para después sol-tarlo, pero las “masas” estaban furibundas, nada las calmaba, querían sangre, pedían su muerte.

El obispo Eusebio de Cesárea, historiador de la

Iglesia del siglo tercero, dijo: “los azotes infligidos por los romanos a aquellos que iban a ser ejecutados; las venas de la víctima quedaban al descubierto, y los músculos, tendones e intestinos queda-ban totalmente expuestos”, (dijo esto en la epístola a la

iglesia de Esmirna). En ese mismo tenor pode-

mos colegir que mientras los judíos no pasaban de cuarenta latigazos para no deshonrar a los hombres, esto resultaba de poco a los romanos. Sus látigos terminaban en bolas metálicas o como expresa el Dr. Josh Mc. Dowell en su obra “Evi-dencia que exige un Veredicto”, pag.198: “Laceraron su espalda con el cruel gato de nueve colas romano”. Este castigo producía contusiones con desgarro del tejido subcutáneo y hasta jirones de carne sanguinolenta.

Cuando termina el terrible castigo el Hijo del hombre, está sin fuerzas, en un estado crítico, todavía sus dolores y tormento no terminan. Desde cualquier ángulo que lo enfoquemos tenemos que colegir que Jesús era un hombre fuerte y de salud robusta, pues de lo contrario no hubiese llegado vivo a la crucifixión.

Querido lector, lleguemos al pie del madero donde está el crucificado, palpemos con ojos históricos todo lo que el dolor y la muerte pueden tener de horrible y espantoso: vértigos, calambres, sed, hambruna,

insomnio, fiebre traumática, té-tano, vergüenza, publicidad de la vergüenza, larga duración del tormento, horror de anticipa-ción, todo intensificado hasta el punto en que puede soportarse.

El Cordero de Dios sufrió lo indecible cargando todo el peso del pecado de la humanidad, en medio de esta agonía desgarró lo denso de la tarde con la ex-presión: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandona-do?”. Eran alrededor de las tres de la tarde cuando expira. No obstante un soldado le introdu-jo la lanza en el costado del que “brotó sangre y agua”.

Paulo de Herdelbert a co-mienzo del siglo XlX, hizo un fútil intento de refutar la resu-rrección de Cristo, declarando que Cristo no murió realmente, sino que sufrió un síncope o desmayo sobre la cruz. Otro en cambio como el Dr. Haynek en su libro “La Passione de Christo studiata salla Scienza Medica Moderna” señala que la muerte de Jesús se produjo por las “contracciones espasmódicas, tetánicas y por asfixia o sofoca-ción, entre grandes espasmos y en plena conciencia”.

A nuestro modo de analizar el fenómeno, el testimonio más elocuente es el de san Juan pues éste fue testigo ocular del hecho. Si Jesús hubiese estado vivo cuando la lanza abrió su costado, fuertes borbotones de sangre habrían emergido con cada pulsación del corazón. En cambio, el evangelista observó que salía un coágulo rojo oscuro y semisólido, distinto y separado del suero acuoso que le acompañaba. Esto es evidencia de coagulación masiva de la sangre en las ar-terias principales, y una prueba tangible de su muerte.

Al tercer día las entrañas de la Tierra no pudieron contener en su seno al mismo Dios hecho carne y éste se levantó triunfante sobre la muerte, convirtiéndose la tumba vacía en uno de los hechos más trascendente de la humanidad. Que este tiempo de Cuaresma nos ayuden a pensar y reflexio-nar en los grandes sufrimien-tos que soportó por nosotros nuestro Salvador y con eterno agradecimiento sigamos los pasos de aquel que murió y resucitó para darnos vida.

2-B

Sus últimas horas

¿Puede la ciencia explicar la muerte de Jesús el Cristo?

Rev. Padre Joel Almonó

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Suplemento Especial • Junio 11 al 17, 2009 3-B

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Junio 11 al 17, 2009 • Suplemento Especial4-B

Se propaga el uso de heroína en el centrodel país

Culpan a mexicanos, colombianos y dominicanos

Randal C. Archibold*The New York Times/Siglo21

GROVE CITY, Ohio. Du-rante cinco horas, Dana Smith estuvo hecha bolita, pasmada y desorientada, en la sala de su casa en los suburbios, mientras el cuerpo de su hijo Arthur Eisel IV de 31 años yacía sin vida en un baño del piso superior, junto a una aguja hipodérmica.

Entraron familiares y amis-tades. Los detectives corrían de un lado a otro. Smith tomó conciencia fríamente de que Ar-tie, su hijo mayor -- reservado, tímido, entusiasta de los coches, aficionado al futbol americano y al softbol -- estaba muerto debido a una sobredosis de heroína.

La muerte fue el final de un horror particular para Smith, manifestó, cuyos otros dos hijos, hermanos menores de Eisel, también cayeron en la adicción a la heroína “como fichas de dominó”, y aún luchan contra ella.

Para el Gobierno federal, que llevó a juicio a unos distribui-dores de heroína por la muerte de Eisel, es un ejemplo drástico de cómo los cárteles mexicanos han empujado la venta de la

droga más allá de las principales ciudades, hasta los suburbios y los caminos rurales de Estados Unidos, algunos de los cuales habían visto poca heroína antes.

En Ohio, por ejemplo, las muertes relacionadas con esta droga se propagaron a 18 con-dados nuevos de 2004 a 2007, el año más reciente para el que hay estadísticas disponibles. La cifra aumentó a 546 en ese período, de 376 en 2000 a 2003.

Funcionarios federales ahora consideran que los cárteles son la mayor amenazada de crimen organizado en Estados Unidos. Asimismo, dicen que las orga-nizaciones les están quitando la distribución a los colombianos y dominicanos, y están haciendo nuevas incursiones en todo el país, impulsando una forma poderosa de heroína cultivada y procesada en México, conocida como “chapopote negro” por su color oscuro y textura pegajosa.

Es frecuente que la población inmigrante mexicana, agobiada y en aumento, lleve a cuestas sus operaciones. En un caso que proporciona una ventana al funcionamiento de esto, dos distribuidores inmigrantes ilegales se declararon culpables

de homicidio sin premeditación el año pasado por la muerte de Eisel, en un raro juicio federal por homicidio sin premeditación por una sobredosis de droga.

Los investigadores determi-naron que dos inmigrantes, José Manuel Cazeras Contreras de 30 años y Víctor Delgadillo Parra de 23, empezaron a distribuir heroína cuando no pudieron encontrar empleo. Parra, en una entrevista desde la prisión donde fue sentenciado a pasar 16 años y medio, dijo que al principio temió ser detenido, pero decidió hacer el trabajo para mantener a su esposa e hijo, así como a familiares en México.

“Llevaba una vida dura aquí en Estados Unidos”, dijo Parra. “Y no tenía otro trabajo a donde ir”.

A otro hombre de la banda, que no estuvo directamente conectado con la muerte y, por tanto no fue acusado de homi-cidio sin premeditación, lo re-clutaron en las calles de México y lo metieron de contrabando a Estados Unidos con el propósito expreso de traficar con drogas en Ohio, dijo el Gobierno.

Repletos de ganancias obteni-das en gran medida en Estados

Unidos, los narcotraficantes en México están inmersos en una guerra sangrienta entre ellos y con el Gobierno mexicano, que empezó a ejercer medidas enérgicas contra ellos hace tres años. Desde entonces, la vio-lencia, incluidos asaltos contra la policía y el Ejército, ha dejado más de 10,000 muertos.

Sin embargo, de este lado de la frontera, los narcotraficantes siguen expandiendo su alcance.

Funcionarios del Depar-tamento Estadounidense Antidrogas (DEA) dicen que Ohio inquieta particularmente debido a la red de vías rápidas que tiene y que hacen que el Estado sea un punto propicio para el transbordo. Anthony C. Marotta, quien dirige la oficina del Departamento en Colum-bus, dijo que la heroína relacio-nada con los distribuidores del área de esta ciudad ha estado aumentando en Estados cerca-nos como Indiana, Kentucky y Virginia del Oeste, y, tan lejos como la zona de Baltimore.

El caso de Arthur Eisel y los hombres detenidos por vender-le heroína muestra cómo los narcotraficantes han empujado su producto y cómo encontraron en Eisel, ya adicto a analgésicos

caros debido a una lesión en la espalda, un cliente listo para la heroína, que es más barata.

Los investigadores dicen que Arthur Eisel no es el único que ha cambiado de los analgésicos que requieren receta médica o controlados a la heroína. Esta proporciona un estado eufórico similar por una fracción del costo, 10 a 20 dólares por un “globo” -- una dosis, por lo general un gramo o menos -- en contraposición a más de 60 dólares por una dosis en pastilla controlada, adquirida en las calles.

Los narcotraficantes encon-traron un mercado maduro en Grove City, un suburbio de Columbus, como lo han hecho en otras partes del país. Las confiscaciones bajan y suben al paso de los años, pero la cantidad de heroína confiscada a nivel nacional ha llevado una curva ascendente desde mediados de los 1990, de 370 kilogramos en 1998 a nivel na-cional a cerca de 600 kilogramos -- un valor aproximado de 150 millones de dólares en heroína -- el año pasado, aunque funcionarios creen que es una pequeña fracción de lo que está disponible en las calles.

La parte de juicios relacio-nados con la heroína entre los casos federales por drogas en esta región también ha estado aumentando, alcanzando 15 por ciento de ellos el año pasado en comparación con cuatro por ciento hace una década.

Las cifras aquí son bajas en comparación con otros estados populosos como Nueva York, California o Texas, que siempre han sido centros de drogadic-ción. Sin embargo, el crecimien-to en Ohio ha provocado gran introspección.

Marotta dijo que se alarmó recientemente al ver la compra de droga en el estacionamiento de un supermercado en Dublín, un suburbio tranquilo y elegante de Columbus, donde hacía sus compras.

Paul Coleman, el director de Maryhaven, el mayor centro de rehabilitación en la región, dijo que el porcentaje de pacientes que dicen que sus preferidos son los opiáceos, principalmente la heroína -- sea fumada, inhalada o inyectada -- aumentó de 38 por ciento en 2002 a 68 por ciento el año pasado.

Coleman dijo que cree que la tendencia refleja un incremento en el suministro de esa droga.

Dana Smith en su casa de Columbus, Ohio, donde sus tres hijos se convirtieron en adictos a la heroína, entre ellos el mayor, Arthur Eisel IV, que murió de una sobredosis en 2007.Matt Eich, The New York Times

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Suplemento Especial • Junio 11 al 17, 2009 5-B

Mike G., quien está en trata-miento en Maryhaven y pidió no mencionar su apellido por temor a que sus enemigos en las calles se enteren que está allí, explicó: “En algunos lugares, es como ir a recoger cerveza”.

Adicciones compartidasDe pie ante un juez federal el

verano pasado, de cara a una sentencia de 20 años en la cárcel por homicidio sin premeditación por la muerte de Eisel, Contreras suplicó perdón.

“De verdad que no pretendía hacerle ningún daño a su fami-lia”, dijo Contreras de 30 años, antes de que el juez dictara la sentencia de 15 años. “Tengo

dos hijos, y no me gustaría que algo como esto les pasara a mis hijos”.

Dana Smith escuchaba horrorizada. En su casa, sus hijos menores todavía luchaban con la adicción. Arthur había sido, según ella, el típico niño de los suburbios, tímido con las chicas, un aficionado al programa de radio de Howard Stern, miembro de una liga local de softbol, popular con los hijos de amistades.

Finalmente, encontró trabajo como empleado bancario y ren-tó un departamento con Robby, uno de sus hermanos. Robby Eisel, quien está en tratamiento en un centro de rehabilitación en Columbus, explicó que pasar de la medicina controlada a la heroína fue fácil “porque la heroína está en todas partes por aquí”.

Cuando Arthur Eisel se lesio-nó la espalda en un accidente automovilístico en 2005, empe-zó a tomar medicamentos con-trolados, Percocet y OxyContin para el dolor crónico, bajo supervisión médica.

Robby Eisel expresó que ha-bía estado tomando medicinas parecidas porque se rompió un brazo en el empleo como traba-jador de mantenimiento en un campo de golf. Pronto, los tres muchachos estaban comprando OxyContin ilegalmente y tam-bién compartiéndolo. Cuando se agotaron los suministros y su vendedor sugirió la heroína, la probaron y pronto desarrollaron la adicción.

Smith dijo que batalló para comprender qué les pasó a sus hijos. Ella es empleada en un tribunal y ha visto pasar el desfile regular de drogadictos e infractores. Sin embargo, un

día de 2007, escuchó anunciar los nombres de dos de sus hijos, Arthur y Robby, en el juzgado procesal penal. Habían entrado a robar una tienda. “Fue devas-tador”, contó.

Hubo más horrores. Encon-traba agujas en las fundas de las almohadas, en abrigos, bajo los sillones de la sala. Observó

a sus hijos retorcerse por la agonía del dolor de cabeza y huesos, y por la diarrea, cuando experimentaban la abstinencia al tratar de derrotar a la adicción en su casa.

Los fiscales pidieron a Smith que fuera a las audiencias en las que se dictó sentencia e hiciera una declaración. Estuvo parada

a unos pies de los hombres acusados de asesinar a su hijo y escuchó sus palabras de arre-pentimiento.

“Parte de mi corazón va a sus familias”, dijo en una entrevista reciente. “Pero se tiene que hacer algo para detener esto”.

*Con la colaboración de Antonio Betancourt

$ $$ $El periódico hispano más leído de Nueva Inglaterra

Los anuncios en

son más efectivos…$ $$ $Quien anuncia, vende.

Un vínculo fatalLa banda vinculada al cártel mexicano que le vendió la dosis fatal a Arthur Eisel es sólo una de al menos 10 organizaciones de narcotraficantes, conocidas por las autoridades como células, que operan en el centro de Ohio, comentó Tim Reagan, un agente del DEA que investigó el caso como parte de la Fuerza de Tarea de la Frontera Suroeste, una unidad de funcionarios encargados de aplicar la

ley en Ohio, centrada en las drogas provenientes de México.Cada célula consiste de un puñado de personas que distribuye la droga después de que se mete de contrabando por la frontera suroeste, a 1,500 millas de distancia. Muchos de los integrantes, como Parra y Contreras, tienen sus raíces en Nayarit, un Estado en la costa de México en el Pacífico.

Víctor Delgadillo Parra, arriba, y José Manuel Cazeras-Contreras, alegados miembros de una célula mexicana dedicada a la distribución de heroína. Sentenciados por un crimen no intencional causado por una sobre dosis.

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Un grupo en el período de sesiones de Maryhaven, centro de rehabilitación en Columbus, Ohio, donde la heroína es la principal droga en uso que aumentó del 38% en 2002 a 68% el año pasado.

Matt Eich, The New York Times

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Junio 11 al 17, 2009 • Suplemento Especial6-B

En todo momento de nuestras vidas, como cristianos, e s t a m o s llamados a la oración, a la oración

intensa y ferviente, ésa que traspasa las nubes y sube has-ta la presencia del Dios Altísi-mo como ofrenda agradable. Pero nos preguntamos ¿qué es la oración?, ¿cómo debo orar?, ¿por qué debo orar? No es extraño que en nuestro interior se condense una serie de preguntas como éstas al momento que se nos exhorta a la constante oración.

Según el Catecismo de la Iglesia Católica “La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (art.2559, pág. 697). De esta definición pode-mos decir que la oración tiene dos vertientes:

La primera vertiente es aquella en la que el hom-

bre, ante su condición de ser inferior, le ofrece a Dios adoración, sin esperar más beneficio que la satisfacción personal que produce una verdadera entrega al Dios verdadero.

La otra vertiente es aquella en la que el hombre recurre a la grandeza de Dios buscando adquirir de éste algún favor o bien especial.

“La oración cristiana es una relación de Alianza entre Dios y el hombre en Cristo. Es acción de Dios y del hombre; brota del Espíritu Santo y de nosotros, dirigida por com-pleto al Padre en unión con la voluntad del Hijo de Dios hecho hombre” (CIC, art.2564, páginas 698-699).

El mismo Jesucristo cuando nos enseñó a orar hizo referen-cia a esta alianza entre Dios y los hombres, pues primero nos mandó a ensalzar y glorificar el nombre del Todopoderoso, a declarar su señorío sobre todo lo creado (adoración); y luego termina con algunas

aclamaciones que representan las principales necesidades del hombre, tales como el pan de cada día, el perdón de los pecados y la seguridad física y espiritual (petición).

Asimismo podemos decir que la oración, según el mo-delo por excelencia que Cristo nos enseñó, el Padrenuestro, tiene dos dimensiones:

La dimensión vertical, que no es más que aquella en la que el hombre se orienta en todo momento a la búsqueda de la presencia de Dios en su vida, haciendo real una íntima comunión con Él; y la dimensión horizontal, que es la que nos llama a una rela-ción armoniosa con nuestro entorno social, con nuestro prójimo. Esto así porque en el Padrenuestro se nos dice que seremos perdonados en la medida en que perdonamos a los demás.

“El evangelio según San Lucas subraya la acción del Espíritu Santo y el sentido de la oración en el ministerio

de Cristo […] La oración de Jesús ante los acontecimien-tos de salvación que el Padre le pide que cumpla es una entrega, humilde y confiada, de su voluntad humana a la voluntad amorosa del Padre” (CIC, art.2600, pág. 709).

En virtud de todos estas ordenanzas de Cristo a practicar la oración, la Iglesia Católica, como cabeza suya en La Tierra, trata de poner al hombre en el camino de tal práctica y nos ofrece diversas modalidades que se adhieren al entorno cultural y social de cada individuo.

Si bien la palabra de Dios nos enseña que nuestra oración no será escuchada por las muchas palabras (Mt. 6, 7) sino por el fervor con que la hacemos, también debemos tener pendiente que Jesús mismo a “los discí-pulos, atraídos por la oración silenciosa del Maestro…les enseñó una oración vocal: el ‘Padre Nuestro’ (CIC, art.2701, pág. 737).

“La iglesia invita a los fieles a una oración regulada: ora-ciones diarias, Liturgia de las

Horas, Eucaristía dominical, fiestas del año litúrgico” (CIC, art.2720, pág. 741).

Rafael Rodríguez Hernández*

*RAFAEL RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ es un joven escritor dominicano residente en Estados Unidos. Es autor de la novela “La cruz de nadie”, publicada por Isla Books Publishing.

La oración:

“Elevación del alma”LIBROS

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Suplemento Especial • Junio 11 al 17, 2009 7-B

Desde que comenzó el ciclo de mil años, que todos reci-bimos con a l g a r a b í a y llenos de expectati-

vas, los planes del hombre para destruir la naturaleza, han demostrado una falta de conciencia increíble.

La voz de alarma por objetos que traspasan la atmósfera ocu-pan titulares amplios, creando preocupación, por los huecos que se han formado en la capa de ozono. Las reservas de agua en forma de bloques gigantes-cos de hielo que adornan la naturaleza, han perdido altura, pues a causa del fenómeno lla-mado “calentamiento global” se están derritiendo los glaciares.

A causa de este calenta-miento los animales que ha-bitan en las profundas aguas oceánicas se están mudando a otros lugares que su instinto les señala como mejores. Es

por esto que muchas especies marinas, que nunca han ha-bitado en orillas, están siendo motivo de alarma, pues han aparecido causando daño.

Estos animales están buscando alimentos, y en su desesperación llegan a playas de bañistas que si no están alerta son devorados por los que deberían estar en lugares más profundos. ¿Por qué está pasando esto?

El mundo que nos legaron era perfecto, el ecosistema estaba organizado de manera sabia, tanto así que hasta refranes humanos se popula-rizaron como “El pez grande se come al chico”. Fábulas como la conocida historia de “El gavilán y la lechuza” nos divertían muchísimo. Mas ahora nos preocupan, pues el tiempo se está acabando y nuestros niños

están recogiendo las migas del universo.

Están invertidos los pape-les y grandes nevadas ocurren en donde jamás ocurrían; tornados, maremotos, tsuna-mis, terremotos, ciclones, deslaves, tifones, hambrunas, plagas y enfermedades. Tanto así que las medicinas creadas no aciertan y siempre tienen efectos secundarios, mejoran un mal y acrecientan otro.

El desmedido afán de poder crea el odio, conta-minador universal que está destruyendo la humanidad. Cada uno de nosotros como cabeza de familia podemos aportar un granito de are-na, creando conciencia en nuestros hijos. Sembremos más árboles, no tiremos basura en los alrededores, evitemos el uso de elementos que contengan sustancias

dañinas, alimentemos ideas positivas pues la energía que irradiamos también afecta el entorno.

Únase al grupo que ama la naturaleza y que desea sin agoísmo que nuevas genera-ciones conozcan los ríos, las especies en peligro de extin-ción, los árboles frondosos, en resumen, la diversión más barata pero de incalculable valor que hay en el universo.

Temas espirituales

*ÁGUEDA VILLAMÁN es autora de libros especializados en temas espirituales. Dirige el Centro Espiritual Águeda, en Nueva York.

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Junio 11 al 17, 2009 • Suplemento Especial8-B

Salud personal:

Brillo realmente saludable“Has estado bajo el sol”, me dijo una mujer al verme el mes pasado, con un tono de desapro-bación en su voz.

“No”, tuve el gusto de respon-derle. “Tan sólo usé una crema facial entintada y maquillaje que lo igualara”.

Miren, ya aprendí la lección, más o menos. Me han quitado cuatro precánceres (médicamen-te, queratosis actínicas) de la cara en años recientes, consecuencia

de varias décadas expuesta sin protección a los nocivos

efectos de la radiación ul-travioleta del sol. Desde mi adolescencia y hasta

los 30 años, dediqué horas a quemarme bajo el sol de ve-rano cubierta con aceite de bebé, no bloqueador solar.

Hasta ahora he sido afortunada: a

mis 68 años de edad, nada de cánceres de piel

y mínimas arrugas en el rostro. Sin embargo, decidí algún tiempo atrás que ya no forzaría mi suerte. Preferiría no ser el uno de cada seis estadounidenses que, con el tiempo, padece cáncer de piel. Así que me aplico humectan-te facial con protector solar varias veces al día, y durante la primave-ra también uso gafas contra el sol que cuentan con plena protección UV, tanto por comodidad como

a fin de protegerme de las cataratas.

Sin embargo, reconozco dos debi l idades. A pesar de las admoni-ciones de mi

dermatólogo, quien les da a sus

pacientes una guía titulada “Confesiones de

un Pálido Dermatólogo”, no uso sombreros aunque sé que debería usar uno con un ala de poco más de 10 centímetros cuando camino o salgo al aire libre. Y aún me en-canta cómo se ve el bronceado.

Hoy día, sin embargo, puedo adquirir un brillo veraniego de manera mucho más segura extra-yéndolo de un frasco.

Actitudes sobre el bronceadoUn recorrido por los pasillos de una farmacia rinde testimonio de la popularidad de dos tipos de productos: bloqueadores solares de amplio espectro, que protegen

contra quemaduras por sol que causan cáncer y piel arrugada de textura similar al cuero, así como lociones de bronceado artificial, cremas y aerosoles. Cuando se emplean de manera correcta, estos productos de bronceado pueden suministrar con seguridad un color de aspecto natural (no el tono anaranjado de productos del pasado) sin los riesgos de la radiación ultravioleta.

Los productos de bronceado sin sol están entre los mejor vendidos pese a un impulso de algunos fashionistas, como Simon Doonan, el director creativo de Barneys Nueva York, quien insiste en que la imagen broncínea “es muy similar a una estrella porno de los años 80, poco saludable y un tanto vulgar”. En el ejemplar actual de la Revista de la Fundación del Cáncer de Piel, Doonan cita ejemplos como el de Tilda Swinton, Michelle Obama y Lucy Liu para demostrar que lo que está de moda ahora es la “piel saludable, con un brillo natural”; el “color con el cual usted nació”.

De cualquier forma, un bron-ceado veraniego al parecer es co-diciado por muchos occidentales, cuyos valores se propagan con facilidad a otros. A pesar de la piel de porcelana tradicionalmente apreciada en culturas asiáticas, en un sondeo entre 546 asiático-estadounidenses, publicado el mes pasado en el Archivo de

Dermatología, Emily Gorell y co-legas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford encontraron que mientras más occidentalizados los encuestados, más positivas eran sus actitudes hacia el bronceado y los baños de sol, así como más negativas hacia el uso de protección solar.

Además, con base en un informe de 2006 publicado en la revista de Pediatría, solamente se ha logrado un progreso mínimo para convencer a los adolescentes estadounidenses de que adopten conductas que los protejan del sol.

En dos representativas encues-tas, levantadas en 1998 y 2004, Vilma Cokkinides, epidemióloga de la Sociedad del Cáncer en Estados Unidos, y otros colegas encontraron que en ambos años, aproximadamente 70 por ciento de los adolescentes infor-maron que se habían quemado durante el verano. Se registró una considerable reducción en las quemaduras solares entre adolescentes más jóvenes y un aumento general (de 31 a 39 por ciento) en aquéllos que dijeron usar regularmente el bloqueador solar. Sin embargo, hubo muy pocos cambios en el tiempo pasado en exteriores durante las horas de mayor luz solar, entre las 10 a.m. y las 4 p.m., y un aumento en los días pasados en la playa.

En el sondeo de 2004, sola-mente uno de cada tres adoles-centes informó que usaba gafas contra el sol, al tiempo que uno de cada 20 informó que usaba sombrero de ala ancha, y dos tercios estuvieron de acuerdo o muy de acuerdo con la siguiente declaración: “Me veo mejor cuando estoy bronceado”.

Agregue color sin el solQuienes buscan un bronceado seguro tienen una variedad de productos a elegir conocidos como oscurecedores y broncea-dores, incluidos humectantes diarios, polvos para aplicarse y aerosoles que agregan color a la piel de manera gradual, mismo que termina deslavándose con el paso del tiempo. Estos productos usan un aditivo de color -- un azúcar incoloro conocido como dihidroxiacetona, conocido co-mo DHA -- que oscurece la piel al reaccionar con aminoácidos en las células muertas de la superficie de la piel. El sol, por contraste, afecta las capas más profundas de la piel.

Es importante notar que la ma-yoría de estos productos no con-tiene ingredientes que bloqueen

el sol y no le brindarán protección a usted de la nociva radiación ul-travioleta. El bronceado resultante tampoco será de protección. Usted seguirá necesitando bloqueador solar con un factor de protección solar de 15 o más (de preferencia, 30 ó incluso más en los meses del verano). Los productos más efectivos contienen una forma micronizada de bióxido de titanio, el cual suministra una excelente protección sin dejar a la persona blanca cual fantasma.

Los productos de bronceado o color que carecen de protec-ción solar deben contener una advertencia en la etiqueta; con-sidérelo como una advertencia a los prudentes: “Este producto no contiene un bloqueador solar y no protege contra quemaduras solares. La repetida exposición de piel sin protección mientras se broncea pudiera incrementar el riesgo de envejecimiento de la piel, cáncer de piel y oros nocivos efectos para la piel, incluso si usted no se quema”.

Siga instruccionesAl elegir un producto, preste atención a la sombra. Si usted tiene piel clara, busque productos etiquetados para tonos de piel claro a medio. Los que se indican como oscuros funcionan mejor en personas cuya tez natural es más oscura y se broncea con facilidad.

Si usted usa un colorante en aerosol que no requiere de sol, asegúrese de seguir las instruc-ciones contenidas en el paquete. Mantenga el aerosol lejos de sus ojos, boca y membranas mucosas. No hay riesgos conocidos por inhalar o ingerir DHA.

A fin de evitar un color disparejo, lave primero con un trapo enjabonado para remover células muertas que estén listas para desprenderse o pelarse. Si lo prefiere, podría aplicar un humectante a su piel antes de aplicar el aerosol. Aplique muy poco del producto sobre áreas de piel seca como rodillas y codos, mismos que absorben más del color. Aunado a esto, asegúrese de lavar sus manos antes de tocarse los ojos.

Las células muertes de la piel se degradan o desgastan cada día, y la epidermis entera de una persona es reemplazada cada 33 a 45 días. En la mayoría de los ca-sos, el color obtenido de los bron-ceadores sin sol desaparece en una semana. Así que es necesario aplicar de nuevo la mayoría de los productos aproximadamente una vez cada tres días para que el color se mantenga.

Jane E. BrodyThe New York Times/Siglo21 La Administración de

Alimento y Fármacos de Estados Unidos, la FDA, advierte en contra del uso de píldoras bronceadoras. Estas contienen grandes dosis del aditivo colorante llamado cantaxantina, el cual puede asentarse en diversas partes del cuerpo humano y dañar la retina del ojo. De manera similar, las píldoras pueden causar náusea, calambres y diarrea.La Fundación de Cáncer de Piel ha producido muchos folletos de utilidad, mismos que pueden ser ordenados a través de su tienda en línea, en: www.skincancer.org, o comunicándose al 212-725-5176, extensión 102, en Estados Unidos.