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Vicente Gallego Si temierais morir

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Poesía Española, Vicente Gallego, Poesía mística

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Vicente Gallego

Vicente Gallego

Si temierais morir

A Francisco Brines, por toda una vida de amor y magisterio.ANTES

HUMO DE PAJAS

A Carlos Marzal

Esta vida, tan viva, tan segura,

dnde est sucediendo?

En qu mundo podra,

para siempre,

la flor que as se exhala,

en un traspis,

caer de su sitial al negro ciego?

Dnde van los amantes?Dnde el cuerpo que quiso y pudo tanto?

Dnde yo cuando duermo,

dnde entonces la herida que en la noche

me tena velando?Con cuatro huesos juntos quiere el hombre

contarse entre lo slido,

auparse y merecer, sacar ventaja

de todo y del amor.

Tom del gran caudal

-era mi turno-

lo mo y cuanto pude distraer.

Qu dir que poseo si esta vidanos echa la ganancia en saco roto?

Oigo an estos versos:

van cayendo en el pozo con las almas,

son msica difunta, crepitaban

en la cripta vaca, no han sonado.

Esta vida, tan viva, tan segura,

tiene un pozo en el fondo de agua amarga.

No hay aqu quien resbale

y pueda rehacerse.

No hay perdn ni castigo,

slo un rato, y el pozo,

y el saberlo.

Agua amarga nos queda que beber.

Que se acabe el amor, que se desdiga,

podemos tolerarlo.

Pero cmo aceptar la mentira del cuerpo.

Ni la pena nos dura

del que ha visto volada, humo de pajas,

la montaa del padre.

Lo siguiente es lo nuestro.

Agua amarga sin sed, la delirante.

CANCIN DEL QUE ESCUCHA

A Miguel ngel VelascoYa no llega la noche,nos empuja.Cada noche nos deja,pura alarma,la noche ms adentro.Esa nota que inquiere-esa tizadel grillo-,en qu spera pizarraest rayando?Si nos lo hubieran dichoque estar vivos seraun asunto tan serio;que habramos de irtan lejos y por dnde;que la sangreal finalnos llegaba hasta el ro!Contra este yunque al fondosecreto que es mi nocheest araandouna nota de acero: el aviso del grillo.Oigo, noche, en tu jarra,donde sonaba ayer el agua queda,el ro que creciendo, que creciendo.LA MSICA NO ODAQuin obliga

este afn,

este beberse

la msica no oda,este andar afinando

entre las cosas,

pulsndoles el talle

por si hubiera sorpresa.

Bien conozco el baldo,

la mazmorrasin puertas ni ventanasdonde el que firma bebe su cicuta

y purga vanidades de autora:

all toma tormento,

leccin muda.

Slo en ser desdeado,

quedar viudo y en lista

consiste el matrimonio del poeta.

Lo bailado

y bailado,

a quin le importa luego,

cuando el baile concluye

y no se encuentra

manera de seguirlo ni a la amiga

que suave nos llevaba,

nos llevaba.

PARECE TAN SENCILLO

A Juan Pablo ZapaterParece tan sencillo

para el que ve que tiene

dos manos apropiarse este botn.

Y seguimos de pobres.

Quiere el ojo mirar,

quiere el odo

or lo que conviene,

y esta lengua

gustar delicadezas,

pronunciarse.

Quien busque algn propsito

a tantos apetitosque pregunte al que puso

el amor a la venta,

las claras a la vista;que pregunte

su secreto a la msica

y por qu

un da no se oye.

Esas pocas migajas que sorbemosde la racin aguada del mendigo,

nos han hecho crecer,

nos aprovechan?

Lo que ayer pareca vocacin,

oficio de hombre libre,

ya se ve que es empleo

y a la fuerza se cumple.

Esta vida

no es vida,

es slo menester.

Si a un hombre lo separan

de su necesidad,qu tendr como propio?Qu podra faltarle?

MAITINES

A Fernando Delgado

Aurora, me esperabas.

Con la primera pluma

de mi conciencia alerta has dado vuelo

al pjaro del da.

Qu fcil, suavementehan rozado los aireslas alas de la luz y se saturael cielo de azafranes.

Del cao del origen

un orden va fluyendo

-demos gracias-

de fuego y de cristal sobre el planeta.

Ha puesto los contornos en su sitio,

todo encaja y humea.

En tu campana azul, aurora rosa,

la vrgula del sol despliega el mundo

y ya me veo en l,

cosa pequea.

Aqu regresa todo:

la vida siempre urgente, nunca cierta,

la muerte muy segura,

paso a paso.

TORONJIL

Decantado en el nombre

de una hierba olorosa, el toronjil,

gusto el genio canoro de mi idioma.

Si una chispa pudiera,

cargada con el fuego

de mil penas de amor prender la msica

secreta de una lengua

-no la os?-,

suene aqu, junto al ro,

tu cascabel de musgo, toronjil.

Fijndose en tus tmidas

flores blancas y azules:

cmo pudo

el primero en decirte hallar la nota

redonda que es tu ser.

Quin supo as acuarte, masculino,

tan de seda y relumbre, toronjil.

Agita, mi valiente,

por detrs de la orquesta

severa castellana

tu sonajero arriba,

tu penacho de aromas, como ayer.

Toronjil en la hora

del ay y de la espera,

y en la noche

de pasarlas a solas

tu arrullo, toronjil.

Otra vez, talismn

de los romances viejos,

el que se oye

en la casa del padre,

permite que te invoque,

deja aqu tu sabor,

sabor moro y de lima, jranos.

Toronjil rumoroso

de luna y peripecia,

bien querido del pueblo

que canta con tu pie

y que se encomienda,

cuando aprieta la vida,

a la madre y a ti.ES QUE A NADIE LE EXTRAA?

A Javier CercasEs que a nadie le extraa

lo que sucede aqu?

Llegamos sin quererlo;partimos sin querer;

sin consultar catlogo

cargamos con un cuerpo.

Ni la madre se elige, ni lugar, ni ocasin; y va de suyo

lo que llamamos alma,

cortada por qu mano a su capricho.

Curioso

de verdad

que el que as parte,compuesto y calibrado y en vereda,pretenda terminar por ser el dueo

de s y de su camino.

Qu extrao ser un alguien

que afirma decidir pero no puedesostener su fortunani ahorrarse, entre las suyas,

una lgrima al menos.

Donde dije jams

hoy digo mo;tomadme la palabra

y he de daros disgusto;cuando escuchis mi siempre

sabed que nunca ha sido.

Nos vamos acusando de traicin,

los traicioneros.

Mostradme la sustancia,

la voluntad del ttere:

puede un hombre decir

quin ser si maana

lo prueban la codicia o los amores

como slo ellos saben

probar lo que es un hombre?

VIGILIA

Sueo amigo, qu falta

me cobras que no quieres

acogerme en tu cpsula paterna?

Ya los veo

tomar tu medicina

a los pobres exhaustos de este mundo.

Esta noche, la misma

que abra ayer su tallo a lo celeste,

me ha encerrado en su esquina.

Fluye, sueo,

derrama

tu filtro en la remota

corriente y envenena

de intimidad mi alma.

Han aullado

los perros del insomnio:

ser, dime,

que barruntan la muerte?

Brrame en la hora blanca.

QUIN?

Quin es

esta personacon toda su importancia;este centro del mundo

al que el mundo por ms

que pueda regalarle

an le queda debiendo;

quin es este que quiere

pactar el beneficio,

hablar

y ms hablar

-si hace falta con Dios-

por procurarse indulto?

Quin es esta figura

-de azcar y de sal mal repartida-tan suya y preocupada por lo suyo,

que luego cae en el ro

del sueo y se disuelve

con todos sus sabores,

con su vela

de tiempo y de amargura?

Cul es la calidad de esa creencia

que afirma que he nacido:la que me ha de bajar

del nacimiento?

Del nacer

y el morir

yo slo s de odas,

y entretanto

me dieron apellidoy con l este cuerpo

de gula y gran ayuno,

esta vivienda

que ya se viene abajo,

y an es pronto.

Quin es este que ahora

se extraa de s mismo?

Cul de todos aquellos

amantes y ladrones

podr decir que fui,

o quin de entre los muchos

que maana vendrn a cometer

mis hurtos y lujurias?

Escucho las preguntas:el eterno rosario; pero quin

me podr sealar al que las hizo?

Es acaso esta lengua,

esta esponja

que pronto ha de secarse,

quien querra saber,

or explicaciones?

Ya viene a reclamar

la lmpara del juicio su derecho:con qu aceite la encienden

que tan fcil se apaga,

que slo alumbra dudas,

sombras, viento?

Me he mirado despacio

y no me encuentro.

MADRE TIERRA

A Juan CerezoEntre dos nubes peina

el arpa de la luz los corazones

que ahora miran arriba y all ven

la madrugada arpista pulsadora.Para esto tenemos corazn,

para sentir muy dentro

el aire primoroso

que susurra al llegar otra maana.

Los altos tornasoles, sus arpegios

profundos, serensimos,

el algodn al vuelo del mirar

los est desgranando encariado.

All en la lejana, entre panales

translcidos y aceites en remanso

donde rasga la pa del color,

he visto lo que queda de nosotros

cuando el ceido apuro de vivir

se despasa un botn y respiramos.

No es esto respirar, es permitir

que el pulmn de los montes nos sature

de apaciguado aliento.

El da, cuando apunta

su eterna cortesa, labios claros,

nada dice de ahogos:va abriendo las ventanas del espacio,

y con sus palmas limpias ha extendido

el mantel sin doblez del firmamento.

En qu casa se sirve tan fragante

de mieles y lavanda

con tanto amor al hombre el desayuno?

Tintinea en mi alma

la larga cucharilla del lucero.

Vlenos, madre tierra,

cuida t de estos nios que ahora llamasa su dura jornada con un beso.

EL SOADORA Antonio CabreraUna noche dijiste, padre,

ponindome en la frente

un fresco pao:

no temas a los sueos.

Yo volva del mundo

ms real que conozco,

donde afila

la vida sus ultrajes. .Dnde estabas

cuando fui perseguido,

cuando casi,

cuando ya me tenan?

Un alma tan menuda

y ya en asedio.

Cuando alzaron

esta carne ensartada:por qu no me asisti

tu brazo fuerte,

por qu no te acercaste a susurrarme

que era todo un engao

hasta aquel escondido matadero?

Y aunque hubieras logrado

llegar aguas abajo hasta el profundo

lugar de mi extravopor ahorrarme el mal sueo,

por tenerme avisado,cmo hubiera podido yo creerte

que no haba razn para temer;que aquel cuerpo de duelo

no dola;que aquel pnico mudo

no era el mo?

Quin sabr convencer al soador

de que est descansando,si de pronto

hace pie en carne viva

sobre una tierra dura

como todas,si all se ve despierto y abrumado

como nunca lo estuvo.En mitad de la noche

me ha llamado mi hijo:volva de lo hondo;traa del viaje

en las pupilas

un pavor verdadero;lloraba amargamente

una certeza.Y me vi repitiendo

-recordando las tuyas, padre mo,

gustando con mi lengua su congoja-

las palabras ms falsas:

no temas a los sueos.

Cualquier nio comprende

muy pronto que esta vida

es un doble trabajo,

y siempre cierto:

galeras con el sol,

ms remo en el nublado.En esta casa, ahora,

duermen tres,

y siempre duermen solos.

El que me llama padre,la que me dice amigo,dnde van cada noche

que no s defenderlos?

Las tres banderas negras

y oscuro el mar vinoso,

ya se acercan los buques

que habrn de separarnos.

Qu solo el soador:el que despiertay vuelve a despertar

nunca sabe en qu orilla

de este sueo tan vivo. YO ME ENAMOR DE UN AIRE

A Felipe Bentez ReyesMientras estuve aququ duras me las daban:la pintada ocasin

para perderla; el cuerpo

sobrado del amor

para que falte y duela; del gusano

la madre y las promesas.

Por las ramas anduve,

por las ramas,pretendiente de un soplo

y cnyuge del cierzo.Contra el gran vendaval,

porque el deseo es ciego.

De un aire que pasaba, enamorado;del ptalo en la tromba

-rabiando el corazn-,

de una rfaga azul,

de este poco de viento.

Aqu, donde le dan

al que compra la almendra dos por una,

la dulce y la que amarga;donde el retoo anverdea y ya ha prendido

la hoguera en que arder su lozana.

Aqu, donde el que llega

es juguete del fuego y luego fro.

UN CLARN EN LA NOCHE

A Eloy Sanchez RosilloYa me cerca el silencio,ha quemado las pistas,

ha volado los puentes

y ahora doma

-para que no alborote-

al potro de la idea.

Ya me envuelve esta fibra,

sigilosa,

en su blanco organd la carne grave,

y es la hora sin hora

del que escucha las voces.

De la misma manera que nacemosen el momento justo y sin saber,

as vuelve a parirnos la palabra

y nos hace inocentes.

Cuando ya no se guarda

cosa propia o ajena que decircomienzan a enunciarse,

por s solas,

las verdades de siempre.

Yo no s qu deca, pero oigo

un clarn que me dice.

Ya me enrosca el silencio

su vibrante correa

consonante;ya comienzan las ruecas

a tejerme el sudario.Es preciso morir,

es preciso callar para que hable

el agua de la fuente.QU BEB?

Al que quieres perder t lo enamoras,

lo encelas de infinito como nunca

se vio animal celando.

A esta bestiade goce y desenfrenot le sirves

del licor ms intenso de este mundo

un dedal como prueba,el que no deja duda.

Qu beb, qu me dabas,

qu agua madre, qu leche

del vivo me ofrecas?

Una gota me diste,

un algo dulce.Para darme el vinagre.

Al que vas a extraviar t lo convidas

a tan rico banquete que acabando

slo anhela comer ya de tu palma.

En este gran colmado

donde todo se vendeno se compra tu especia.Y as de miserable paso a solas

mi sosa cena fra.

Se hace larga la noche

con tan huero alimento;

porque no la acompaas

viene oscura.

EN CUATRO VASOS ROJOS

A la familia Pre-TextosEn cuatro vasos rojoshe puesto cuatro velas.

Los gallos de la llama

interrogan la sombra

con picos amarillos

y espuelas coloradas.

Temblando est mi hora

de deuda y de secreto:

quin querra dormirse

sin hallar al que debe

su sueo y su posada.

No han de verlo mis ojos

al que prende esta dura

vela larga de sed

en el vaso del alma?

Si algo sabe la noche

del que estoy presintiendoNo me encuentre dormidosi la noche me hablara.

CABEZA

Cabeza, t que a pjaros

afirmas ser la ma;la loca de la casa, la que tuerce

los asuntos del alma;que con cuatro

severas ocurrencias te reclamas

mi gua y mi tutora:

tan alto tu balcn y da al oscuro

desage del concepto,

donde estamos a ciegas.

Cabeza novelera, nunca callas;cmo quieres saber y qu sabrs

de cierto sobre m si no me escuchas.En tu hueco pozal suena del juicio

la grava sumarsima.

Cabeza campanario, cmo vas

a dejar de dolerme si eres slo

el vano repicar de las ideas.

Descreda cabeza, te precedo:vuelve atrs, a la vspera

del tiempo en que te sueasy ponme all los pleitos y fatigas.

Por ti me he visto en falso

rodando con el nombre y con la forma,

metido en este cuerpo hasta la nuca

que se abrir en la fosa.

Cabeza, has de mostrar,como ltimo argumento,vaco el orinal bajo la tierra.

T no escuchas, no sabes.Deja al alma que oiga.Deja que ella me sepa.

MUY CORTO ME HAS ATADO

A Antonio Moreno

Con mimo me has atado,

con seda y con apenas

y tan corto

que no puedo perderme

sino en tu casa a salvo.

T tenme as sujeto, corre el nudo;no dejes que se meta

ni el que dice tomarte en nuestro abrazo.

Jams imagin que se pudiera,

tan de gusto y favor,

ser as sometido.

Mira cmo consiento

y tengo poco!

Muy corto me has atado

con tralla hecha de flor,

con flor casi de hierro.

PADRE

Aquel que cuando nio

te rez con la fe que slo al nio

acuna y hace fuerte,mralo aqu de vuelta, ha regresado

del ms largo viaje,

el de perderte.

Me demor en los pasos y pasajes:

vi la caja, la abr,

la caja del placer, y me hice dueo

del minucioso ajuar,

la fina chinera.Si hubiera en el deleite

una parte vedada,la sal del primognito,creedme, la tomhasta casi salarme.

A aquella caja tuya

cost encontrarle el fondo, no lo tiene.Creyendo trabajar por cuenta propiamalviv en tus asuntos,siempre turbios y urgentes.

Sud mi tercera, hice mi mrito

bien seguro de haber ganado un rango.

Me tomaste el engao y el relevo:

donde yo me esforzaba, sobre el reseco gozne

del que quiere y no puede derramaste

una gota de aceite.

No exigas mi fe, la regalabas,

permitas que viera, estaba viendo.Mi dios es este leal informador:el que conoce en m; ese principio

por el que s que soy;el ojo con que veo;aquel que me desvela cmo y quin.

No es slo en esta sala

secreta de la msica

donde te vi prestar, como al descuido,

la nota revelada, ese concierto

que se escucha,

de pronto,en los versos de un hombre.

Un vivo soplo tuyo y aparecen

sobre el viejo tablero

del sueo de la vida las figuras.T las tallas en hueso y t las mueves,

las blancas y las negras:ya piafan los caballos, se codicia

la torre y han rodado,

vendidos, los de siempre,

los peones del rey.

Todo surge a tus pies, a tu albedro;te expresa y no te alcanza.T eres antes que el Uno

y multiplicas

por cero cuanto aqu parece ser.

Dnde, Padre,

poner ahora los ojos

que no sea en tu paz;eterno disoluto, atizador

del fuego de los mundos.

Mi dios es solamente perspectiva,el ngulo correcto

cumplido del mirar desde el que todo,

abreviado del juicio,

se muestra y se libera

en su puro fulgor de desnudez:

la accin sin su atadura;la obra sin autor;la roja sangre, leve;la muerte sin su luto,

viva y madre;y series y colores componiendo

el csmico secreto, un nico perfil.

T eres el solo antecedente

-antes, antes-

de todas las palabras:qu nombre te dar

si aun los mil del altsimo,ah pjaro primero,no te osaron decir.

Nada resta que hacer, gran hacedor,ya todo se obrar por tu cuidado.

AHORA

STA ES LA LOCURA(3 de febrero, 2007)

A ngel Vila MartnezAll, yo no s dnde,

donde no me creyerais;ayer, yo no s cundo:cuando se hizo la luz,cuando slo hubo luz, su maravilla

ya nadie la gozaba

y era el gozo de todos.

Un saber sin de qu fue su testigo.

Esto era la muerte:

la ms grande verdad,

la gran mentira;verdad porque muri-y cmo lo llor-

el que hubiera credo

escribir estos versos;mentira porque siguetan vivo como siempre el que rumboso,

prudente y desprendido,los dicta y los reparte de tapado.

Quien se espanta en el hombre,

el que teme morir y un da muere

es tan slo el que dice:

esto tengo por mo.No os confunda este cuerpo

al que veris gozando de los dones,

al que veris soplado.

Qu leves, qu ligeras,

qu limpias las cenizas de la carne

para el que est en aviso.

Ya veis que no consiste esta ganancia

ms que en perderlo todo

un poco ms temprano.

El que est satisfecho con lo suyo,

el que ostente algn mrito,

no beba de mi copa,

no fuera que al beberla

se le abriesen los ojos.

ste fue el disolvente

del que basta una gota.

sta era la miel que no se puede

beber pero es bebida.

sta es la locura

que san a tantos locos.

MI BIEN

Como rinde el amor

y enseorea

un alma y le reclama

quemar sus viejas prendas,y no le pesan luego

al alma esas cenizas,as triunf mi bien,sin que yo lo sintiera,de aquella plaza ma donde antes

pretend gobernar.

Como nos llega el turno,como acude la edad,

tan queda

y soberana

y para siempre,

as lleg mi bien.

Ms profundo que el oro,

ms discreto que el aire,

mi bien no se concibe.

Ms cierta que la vida,

la endecha de mi Amado

alienta en cada aliento de los vivos,

y as celebro nupcias

con slo respirar.

POR SABER

A Matilde Gallego

Mir en todos los libros, tom riesgoy derrota a mi cargo por saber.

Mi alma, mis amores, cuanto tuve

lo promet a los perros.

Burlranse los tibios, que yo arda

clavado a la pregunta que contiene

de todas las cuestiones el remedio.Declin componendas: si la hubiera,

tan slo la verdad me cumplira,

por dura que pudiese

sonarle al corazn.

Desde mis asuntos, no era tiempo,

no lo hay; se quemaba

la casa; nuestros hijos

urgan desde el fondo de sus ojos

un colirio, una gota

que diluyera el cruel encantamiento.

Se vea venir,

todo era anuncio y pasto del espanto.

Presuncin, posesiones,

lo son pronto del viento. Quin podra

durar si fue juntado con arena.No os rugir los mares,

no se arran las velas,

las que ms espigadas navegaban?

Estuve muy perdido,

dnde, quin?

Arrancaba mis ptalos, mord

el polvo y la ceniza de la resta.Ni entre lo visto pude sealarme

ni en lo pensado estaba,y tanto me soltque ya no me tena;mas luego el pensamiento qued quedoy fue todo ganancia,

pues no hubo a quien cargar el menoscabo.

Polvo, resta, ceniza,

en oro y brasa suma se subieron:

supe, era, viva

ms all de los modos,

allende territorios y aduanas.Vuestro ser me sigui en tan gran concierto,

y as como los seres

por el sueo se vieron separados,

en uno amanecimos.Qu ameno este hontanar que es ms que el mar

donde ayer se nos dijo

que van a dar los ros que se van.

Y no era en el morir,

que estn gustando aqu,

en el alma del alma embebecidas,

un aguavinomiel que es un rumor

de un rumor de un rumor

las almas recobradas saborosas.

Un aguavinomiel fluye en la umbrade ausencia y raraluz, la vera vida.

EN LA SEMILLA

No me arrastra este ro

como ayer en la noche,

con gusto yo lo sigo a donde quiera.

Desde que ha amanecidoel agua ya no ahoga,

me lava y me refresca.

La lluvia que en el mundo

clavetea las almas,

los mares que en el alma

se erizan friolentos de codicia,

qu harn al desalmado,

al que se ha conocido

a despecho del hueso y las novelas

que lo erguan y ataban?

Donde nadie vivi,

entre los otros muertos,

plantaba yo mi choza

con cartn de desecho, en el desmayo

de la carne durmiente.

Por motivo del ojo,

y no del que lo carga con la vista,

cre mirar el sol,

me pareci que hablaba

por gracia de la boca,

y as me prodigu en los desatinos

del que ve la apariencia.

Siete letras

con esfuerzo aprendidas,

el peso de mi nombre,

puse luego por techo a un edificio

de lodo y bagatela.

Ahora moro a la fresca

de m y del mal refugio

que es toda arquitectura.

Como luz en la luz,

como sombra en la sombrasoy el simple, la vida

del vivo, y de la voz

la causa y la prudencia.

Cuando hube averiguado

que somos quien percibe

el cuerpo y no su carne, constelaciones, pocas, congojas,qu pequeas se vieron desde el arco

de mi ventana grande.

Desde que ha amanecido

no dispongo morada en las orillas:

buscad aguas adentro, en lo que sois,

y all me encontraris, junto al amor,

en la semilla

por la que todo amor se sabe y canta.

LARGUEZA

A Jos Saborit y Lola MascarellLargueza lo llamara si pudiera

caber en esa anchura entero el mar;exceso si no fuese

porque en el suyo encuentra

su justa magnitud el corazn;amor si se dejara

nombrar y reducir este querer.

Cantores, no adverts

el bajo que continuo favorece,

atempera y recrece vuestra nota,

el apoyo paterno de la cuerda

que el sutil pone en alto regalando

el gusto y la verdad a vuestra voz?

Quien atiende al gorjeo

del pjaro callado se hace uno

con la secreta causa

de este msico mundo y su cantor.

Palabras, por decirlo, tengo dichas,

todas huecas, palabras.

Pero escuchadme an: en el silencio

que mece y os propone las canciones,

no os prende

musical

su plenitud?

STA NO ES RENDICIN PARA COBARDES

A Martn Riscos NavarroQu es esta perfeccin

de no buscarla?

Todo queda ordenado

cuando se ha despedido

al que haca el trabajo de negar

el orden evidente de las cosas.

Donde estaban los ojos

padeciendo prisin por sus errores,

ha prendido la blanca luz ecunime.

Quin es este que ve

entera conveniencia donde todos

entonan el lamento y cierran filas?

Quin podra vencerlo? Qu castigo

dara con sus huesos en la tierra

si tierra y hueso quiere y cuanto sea

venido a lacerarlo le hace bien?

Este que ahora se alegra

con males y se alegra

igual con la caricia,

pues todo por la mano del Amado

en justeza servido

lo ve y en armona,

qu otro puede ser sino la ausencia

de aquel que un da fuera estorbo suyo?

Al que ya nada ansa

lo toma la serena, y obra en l

amor la maravilla

de ponerlo a resguardo,

y todo cuanto encuentra lo engalana

su querer cual si fuese lo querido.

AMORES SUBMARINOS

A Jos Luis Martnez RodrguezMar adentro del ojo,

en la caverna

profunda del sentido

tengo yo mis amores.

Son amores de bueno

y no hay disputa.

Yo los tengo conmigo,

porque no se me enfrenten,

los amores.

Me dan besos de opiocuando cierro los ojos.

Me guardan la fosfrica

quinina de la luz

donde acaban los mares,

mis amores.

Los amores los llevo,

porque no me los burlen,

bien guardados del mundo.

Yo tengo, submarinos,

mis amores,

y all, en la caracola

doliente del odo,

cmo saben curarme,

cmo saben.

Los otros an me escuecen,

los que encontr en la playa:

altas olas llegaron,

rompieron y se iban,

las ms altas.

Donde los pongo ahora

no hay aire que los muevani luna que los hiele,

ni la luna.

En el fondo ms mo

-que los hallo conmigo-

tengo yo mis amores,

de los mares.

Me dan besos de abismocuando cierro los ojos.

Me dan flores:

dos anmonas rojas,

dos azules.

EL CRCULO PERFECTO

Pens que caminaba

hacia algn fin,

y era todo transcurso,

duracin, parecan

los das devenir, quedar atrs,

y as hasta el infinito.

Si existiera el ayer,

si el maana aguardara, si las horas

fijaran un segmento entre dos puntos,

otra fuera la vida, ms cabal:

un hombre aprendera

y regresando

por el mismo camino, sobre el firme,

donde sembr cizaa echara trigo.

Qu gran ilusionista

este que ocurre

habiendo ya ocurrido.Lo llamamos real y nadie logra

dar un paso de vuelta, adelantarse

siquiera medio paso.

Si os gustan los milagros,

mirad este del crculo perfecto

que se aparece abierto ante los ojos;mirad este del vivo

que slo ha respirado en su presente

pero afirma partir desde un comienzo.

Ah va tu diligencia, Tiempo;la tiran alazanes entre brumas.Escucho cascabeles, las sirenas

que confunden y pierden peregrinos.

Vas de carga en descarga,

haces tu ronda

entre dos sumideros.

Quien se sube a tu carro

va en compaa de muertos.

NO LO PUEDO DECIR

Delicadeza suma, la innombrable,bien querido me tienes.

Y que a cambio no pueda yo quererte

como quisiera yo,

porque slo tu amor es verdadero!

Si una cancin aceptas,

la que t me enseastedesde el fondo de un sueo sostenida,

oye ahora esta estrofa enamorada.

Ni gracias te dar ni he de agotar

tus gracias aunque viva,

como quiero vivir,

tan slo por contarlas a los vivos.

Cmo fue tu rescate, qu delicia

revesta tus yemas

que tomndolo entero no me duele

el corazn raptado,

no lo puedo decir,

y callarlo no puedo.

VUELOS Y ALCANCES

Vislumbro la absoluta sencillez,

la obediente eficacia

con que todo se ajusta a su tarea

de vuelos y de alcances.

Ni una onda tremola en desacuerdo,

ni un cabello de luz est danzando

sobre este negativo por su cuenta.

No hay nada personal

en estos filamentos que registran

el ciego fogonazo de la vida.

Y as como las olasvan tejiendo su danza porque manda

un viento sobre ellas,

los actos de los cuerpos se repiten

en la celeste rueda de las causas.

Todo est sucediendosin que nadie se impliqueen este haz de oros y de picas.

Es una operacin que se resuelve

por pura prodigiosa

matemtica.

Ha vibrado el arcano

sobre el hangar vaco y son su eco

abecedarios, leyes, las promesas

de dioses y de hombres,

albadas a la hermosa y luego voces

de muerte con el alba.

Miniado con la sangre de los justos

hay un evangeliario en las partculas

que anuncia su perdn al que maty al que fue asesinado, suma y sigue.

No veis que no se pierde ni una gota

de este amargo licor, de esta dulzura?

Calla el coro del Uno

y un silencio elocuente es lo que queda.

No se acierta a pensar;quien abre el corazn y lo hace odos,

se puede que oiga.

MEDIODAA Rodrigo Carrera RedondoPara que todos vean y distingan

el Ser de sus maneras,

la esencia y sus perfiles, el sujeto

que vive desde siempre y del que slose predica la muerte con la letraesplende el medioda. Y a la rosa

color y aroma dimos

por que os volvis a ella y ella os quiera.

No hay cosa entenebrada

en el sombro mundo que no nazca

y sea conocida en el favor

de la segura luz de inteligencia.

Qu es este nacimiento

de tanta criatura en el opaco

estuche de la larva?

Pero hay otro nacer: la transparencia.

En el ltimo anillo del vaco

la pltora del tiempo duerme un sueo

despierto y de justicia.

Qu os parece, ha brotado

de la nada el jazmn

que fuera vuestra infancia?

No se acerquen los largos;

a los nios ofrezco lo que es suyo:

mucho olor que encontr, la rosa y el jazmn de la inocencia.

UN SEGUNDO DESPUS

Un segundo despus

valen lo mismo

los puentes de la fe y la barricada

honesta del ateo,el sabio y el inculto,

la espera, el desespero,

las heridas caudales del sentido.

Un paso ms all

del paso ltimo,sirven malas por buenas. Lo que cremos ser en el teatro

que nos tuvo soando tan despiertosse desvanece en polvo de cordeles,

y ya no importa a nadie

quin se puso la mscara del reo

y quin la del verdugo;quin fuera el burlador

que escribi esta tragedia

con tinta que se borra,

con sangre que nos vuela.

Me adelant a mirarme

-quin se atreve?-

en el negro, en el duro

espejo de la muerte

y todo se hizo claro y fue mullido.

Un segundo despus,

cuando se ha replegado

la dura violeta y no se halla

ninguno que recuerde

si hubo aqu alguna deuda, algn aroma;un segundo despus

que alguien me digasi encuentra diferencia en lo que somos,

si acaso fuimos dos,

si por ventura fuimos.

EN CELDA DE TOPACIO

A Vctor GallegoRespirad: sois vosotros

el aire, o el pulmn, o ese barato

que con el aire llega, encanta y vuela?

No vive el que respira.

Quien presencia el aliento

ha obtenido su ser y halla custodia

en celda de topacio.

Podra ser la vida viento slo?

Un diamante es la vida; y el que atentoha visto restallar entre tinieblas

una sola centella de su brillo,con gusto vender el alma para ver las otras ciento.

No se pone en el patio, se esconde

lo que tiene valor y va a ofrecerse

como obsequio al amigo,

y as el que no lo espera saborea

juntamente sorpresa y gratitudcuando le es presentado el agasajo.

Si supiera qu verso sigue a ste

dejaba yo el encargo a mi criado.

Ya est puesto, se puso.

Ni tuve que pensar ni imagin,

sin tomar servidumbre,

quedar tan bien servido. Y dir ahora

que aqul fue de mi cuenta si no puedo

merecer ni pagar este que pongo?

Un amigo tenemos, un amigo.

Ni poeta hay que mande

ni vivo que respire; slo un juego

de espejos y de espejos y de espejos. Ya ninguno se atreve a reflejarme;

no cabe en una imagen lo que somos:

la csmica campnula

que clava en sus pistilos los planetas

y promulga el trasluz de las edades

cuando despliega un ptalo.

No hay quien cante ni viva,

y cmo viven

la msica y la vida siempre salvas

en celda irradiadora de topacio.

SEORA DEL PERDN

A Luisa CarrilloSeora del perdn,seora de la infancia,

mi carcajada nia:ni el loco sigue loco cuando reni razona el discreto si lo enhebras.

No hay aqu religin,

no hay gravedad,

no hay santo ni cuaresma

que aguanten tu feliz acometida.

T prendes en la yescadel triste pensamiento y lo arrebatas

a tu cielo de nquel y de plumas.

T repicas arriba,

en los vasos celestes varillados;t llegas de lo alto,azote de severos, y se cobra

tu fortuna en sonora calderilla.

Si est riendo as

la vida de la muerte,

llevndole ganada desde antiguo

esa mano de ltimas:juntemos, reidores, esta viva

barricada de dientes;plantemos nuestra ensea

ms blanca y ms segura.

Por esa carcajada del amigo

yo le acepto al airado su as de espadas;

por una, slo una,de la boca pequea que ms quiero,

vlgame la pelada calavera;

por otra que partila cscara ms dura y me hizo libre,

la pena de nacer

no la tengo por ma.

Solamente el que pueda

rerse de s mismo escuchar la risa

que todo lo desata.

Para ti est sonando, y no la oyes,la rfaga hilarante del buen Dios;qu pesada su broma.

Oh madre siempre joven,

abuela alegre y sabia, carcajada

que ignoras el respeto y dinamitas

el duelo y los prestigios, no me faltes,mi plvora maestra.

Y SIN EMBARGOQuin lo iba a decir?

Y sin embargo

la muerte es un lugar donde no hay muertos

y es cosa de difuntos estar vivo.

Desde esta atalaya se contemplan

al revs las verdades, verdaderas.

Negaris lo que digo?

Yo slo afirmo ser,

y es tan simple y veraz

este gran testimonio

que en s mismo se prueba.Un segundo despus se ha producido

el error del que asocia su saberse

al polvo en que terminan

el pobre peatn y sus saberes.

Bien quieto y solo est el comprendedor

de tantas multitudes; por encima

de toda relacin vive en su afino.

Negadme, si gustis,

el pan hecho con coba, que devuelvo

comprensin al que acusa,

porque antes acus y, como dudaba,

ternura he de mostrar con los que dudan.

Esta voz ya no es ma, o le mandara

callar cuanto quien mira

lo que agrada y conviene no dijera.

Ni escribe quien parece

ni es reciente esta nueva,

pues venimos los dos, ella conmigo,

en boca de los cuerdos desde lejos

a abolir las distancias.

En el tomo humano qued inscrito

el nombre y el sabor de cada cosa,

y el que entiende ha creado, conjugando,

la pura comprensin que llamis vida.

Lucira el violeta

su alhaja violeta cual la luce,

olera el espliego a prenda limpia

sin el que mira y huele, alma enjuagada,

y escande las tres slabas

que embeben el color y dan perfume?

Mirad, el mundo es vuestro

con una condicin: que no os contis

entre aquello que al mundo pertenece.

Y prefers sumaros a la cifra

de todo lo que mengua y se echa en falta?

Desde esta atalaya doce tribus

descansan en un alma;

doce son los puales que reflejan

la paz no disputada de la aurora.

Doce mueren, y el mismo

doce veces festeja amanecida.

ENAMORADO

A Flix De Llago SanzSi os digo que es amor esto que siento

no me har de entender,

que slo hay conveniencia

donde se quieren dos.

No vale este sentir, aunque lo valga,

por el que un hijo debe a su buen padre:

no hay aqu lo sabido ni se puede

pensar en desacuerdos o en adioses.

Madre y padre y amante me los diste

de nuevo y para siempre

cuando supe que son -con los que fueron

y aquellos que vendrn-

uno solo conmigo en tu alta celda

serena de topacio.

Enamorado al fin y no de un aire.

Esto es ver la hermosura y no acabar

cuando se ve la tuya en cada rostro.

Maravillarse es esto

de no estar ms pasmado y ms pasmado.

Mar picada de nardos en la piel,

y en el alma una espuma de acomodo.

Por ms que se procure, cmo puede

el claro de la luna ser contado

al que no se sent bajo su auspicio?

Qu es esta claridad de claridades?

Venid donde os espera este luntico,

que est luciendo aqu y es para todos

la viva luz axial de luceras.

Este amor no se acaba, no nacieron

pasin ni adversidad que nos separen.

Y la muerte vendr para quitar

de entre los dos el soplo que an divide

con entrar y salir nuestra morada.

Si os digo que es amor no queda dicho;

y tampoco podris haceros cargo

os diga lo que os diga, pero os debo

el intentarlo al menos por si alguno

me cree y luego se goza en los amores

que no pueden creerse, tan enteros.

Digamos que tuvierais veinte aos

y al lado a quien sabis para abusar

del cuerpo y regalaros,

poned a vuestro alcance mirra y oro

y sumadle mil siglos de salud:

siquiera habis rozado el esplendor

de este instante en que esplendo.

YO SOY

Al que ha quedado aqu

no lo cortan los filos ni lo alcanza

el dardo de la lengua.

En vano buscarn los heridores

al que no alberga imagen de su rostro

ni idea de su alma;al que vindolo todos

-y siendo el parecer que est presente-

se ha excusado de estar y slo es.Este cuenco vaco queda aqu:slo arcilla lavada y obediente.

Al que ha quedado aqu no lo veris.

Primero

que todos los principios, ms all

del ltimo final Yo prevalezco.

Despus de conocerme,

he quedado tan pobre

que nada se me puede arrebatar.

Porque somos lo mismo, porque sois

aquello que atestiguala ruina de la carne,

al que ha quedado aqu no lo veris.

Yo soy quien da la vista,

lo visto y el oficio de mirar.

Yo soy el lubricante de los mundos,

el pan y la medida,

el ngel de la muerte y la sorpresa

mayscula que escondeel frgil pergamino de los cuerpos.

Yo soy el fuego fro de la purgaque lava y que no quema; el punto fijoque absorbe el frenes de su espiral;la caja con mil fondos donde nada se pierde; el suplicante,

su plegaria y aquelque atendindolas todasparece no atender.

ESTE CUERPO

A mis padres en la carne, Vicente y MatildeEste cuerpo que es nada

cuando el hombre lo toma por su ser;esta torre altanera que se crece

cuando de odiar se trata y frente al cielo

alardea de hechura y seoro,

yo s que al fin entrega

su escudo y su blasn para servir

al que la ha puesto en pie,

como sirve al tesoro su alcanca.

Qu hara el que primero

hallara el don del fuego sin saber

cmo debe su furia administrarse?

Pero el mismo que abrasa, conocido,

caldea, nos alumbra y hace humanos.Quien reduce su tronco a un haz de lease sale del engao de las sombras

y gana la figura.

Ya no oscilan las lneas de mi rostro

con el sol y la luna,

porque en los ojos llevo

en el uno la ardiente luminaria

y en el otro la mansa dama fra.

Esta noble madera

que ayer me pareci la de mi fretrooculta la resina lanceolada,la punta del saber que nos defiende;los valles donde dura

el ave que avizora su derecho,

y es derecho del ave sentir suyos

los aires que acompaa y no ambiciona.

No hay otro regalo: este presente

que tom por castigo es la alta ddiva

donde el que busca encuentra

su gusto y ese otro

que no puede si quiera imaginarse.

Es sabia cortesa

de un monarca este ingenio

por el que el hombre queda en simple holganza

cuando traba su lengua en otra lengua.

Este cuerpo que es nada

cuando el vivo lo toma por su ser;

que es ciego semillero

de las especies negras, floracin

de duros alfileres:

este cuerpo es el suyo, el del milagro

discreto que lo anima

y un da se hace en l bandera blanca,

amor de los amores, gran soltura.

DEDOS LARGOS

A Agustn Prez LealDedos largos, amantes, llegadores,

tus yemas se han posado

donde no llega nadie, en lo que nadie

alcanza ni sospecha, como el agua

que sin esfuerzo asea y da la vida.

Todo crece a tu tacto misterioso:

la pureza en la nieve; en el pensar

la idea salvadora; donde menguan

las fuerzas el vigor inesperado;

la llama en el brasero y en la boca

que declara su amor maravillada.

Guante blanco, has velado, pudoroso,

el talento y los dones que tu garbo

concede a cada cual para que canten

los unos de los otros la alabanza

y siga en su apogeo este espectculo.

No hay aqu vanidad que no jalees,

no hay valiente si t no lo secundas

ni cobarde al que no recetes miedos.

Y la humildad sincera, la que niega

al que despus querra reclamarla,

el humilde la bebe en tu virtud

como agua regalada, como el agua.

Agua fina, espumoso

jabn del buen vivir es comprender

que en tu obra pusiste las dos manos:

una encrespa los mares y la otra

asiste y lleva a puerto al marinero.

Todo este navegar

no sera aventura si no hubierasdispuesto los abismos

y al que un da los cruza aventurado.

No hay otro gozador que halle en s mismo

la causa de su gozo ni se atreva

a tanto cuando goza. Tu osada

enfrent a las parejas por probar

un mal trago de sangre,

uno bueno de vino.

Quien se cuida de verte

detrs del enemigo no la guarda

cuando ve que lo tratan sin cuidado.

Palma fuerte, amistosa,

un seor nos la tiende, est tendida.

Sus largos dedos tibios, liberales,

han venido a poner mi clima en limpio

como el agua sin ms de la rosada.CONFIANZA

En aflojar consiste,

en comprender que un bien

depende de otro mal y que despus

es lo mismo que antes y que nunca.

Ganado est hoy el puesto por la mano

del que no se anticipa y en la espera

ni vive ni se engaa.

Yo fui del pensamiento mal trado

creyendo ser aquello que pensaba.

Se acab el fabular, que los disgustosson slo una ilusin del que cavila.

No os habla la desidia, es la plomada

certera del buen juicio que ha sabido

cada cosa en su peso y en su altura.

Y quin lo mover

este acuerdo que sigue al movimiento

y una nueva razn

se empea en convenir con lo movido.

Impregnacin del aire, confianza,

no sabe quien te tiene

con cunto agradecer tu flor somera.

Yo leo entre las lneas

torcidas de la vida el gran final,

y en todos los comienzos veo el ramo

que luego has de juntar para que huela.

YO LO LLAMO ALEGRA

A Francisco Daz de CastroAhora s dnde bebe esa inhumanaalegra que obligaa olvidar a los muertos

y brindar en las vsperas.

Un sorbo de la tuya

me dejaste gustar y ya no puede

la ma depender de circunstancias.

Diris que a su taberna

no son llamados todos,

y yo os digo:

llamad, que no se abre

por s sola la puerta ni se sirve

al que no se adelanta.

Yo he bebido del mundo

lo que un hombre puede si no teme

ensuciar su apellido ni jugarse

la honra en un envite.

Yo ya no haca cuenta de beber

cordial que me alterase,

y heme aqu

bebindome los vientos por el tuyo.

A este bebedizo

yo lo llamo alegra; no pensis

que me refiero a esa

pagada luego al precio de la usura.

Esta tuya no debe

emprstito ni fa

en ningn fiador que la sostenga.

Borracho como estoy

no os podra decir qu vino es ste

que as sana y eleva;pero s que se bebe regalado,

que nadie lo merece y que por eso,al trueque de su ltimo denario,todo vivo lo prueba.

Amado, Amada ma,

jams perdidamente

se embriag ningn enamoradocomo ste libando

el agua que le dabas de azucenas.

FLOR DE ENTENDIMIENTO

A Pere RoviraDnde estabas ayer

que no te supe?

Cmo pudo ocultrseme

en las luces tu luz?

Es que acaso mis ojos no vean

el gran tremendo mundo

puesto en orden y gala?

Lucieron tantos soles

para cegarme slo,

para que yo anduviera

solitario en pavor y tan errado

que llegara a creer que no crea?

Mi flor de entendimiento,te abriste, salvadora,segn palabra dada

al grande y al pequeo:la nica promesa

cumplida mucho antes de que fuese

pronunciada y oda en el origen,

y sabida por m, slo por m.

A quin dar noticia de este biensi uno solo comprende y es el vivo!Pero este amor, dicindolo, lo callo,

pues jams se cant

cancin que esclareciera el cielo claro.

Este amor no lo digo, que quererlo

despus os matara: ah, si supierais

de qu muerte, qu suave

y holgada rosaurora siempreviva.

POR UNA LGRIMA NUESTRA

A Encarna Oliva y Csar GallegoUna lgrima amarga?

Quien ha llorado entiende

cunto gozo gravita en una lgrima.

Bebedla con afecto,sabiendo que su sal es vida cierta.

Quin querra vivir sin esa gota

cristalina de honduras?

Si el amor no pudiera ser llorado

como el amor se llora,

no nos diera el amor su plata fina.

Una lgrima quiero

gustar y luego otra

para que no me falte

el gusto de la lengua,

no fuera que llegasea besarme mi amada y me supieraa broza su saliva.

El que llora su causa que la llore

hasta parirla entera en la alegra.

Sed valientes: llorad

como el pjaro vuela ensimismado.

Qu son esos pesares,dnde paran aquellos que os mataban?

Bien est todo esto,

aunque tan slo fuera por probaruna lgrima amarga.

Amarga? Cmo puede

amargarnos la prez de las medidas?

Por ella sabe el hombre

qu profunda y qu suya es esta tierra.

No hay cima en lo encumbrado

ni hay astro entre las lumbres

del verano aquel vuestro que os alcance

cuando lloris de veras.

Pero no lamentis, que pronto acaba.

Cuanto llor y me quedavedlo aquvuelto en agua de luces,

hecho altura de estrellas.

SI TEMIERAIS MORIR

A Consuelo MartnSentado al sol

solt,

fui desasido.

La vida

por su centro

vino en quiebra, se abri

de cuajo con la luz

y en ese hueco

sonaba la metralla de los pjaros.

Cuando quise encontrarme,

cuando quise volver,

vi mi cuerpo tendido,

vegetal,

varado en la pinocha,

regresando.

La fe teji una esfera,

se apagaba;rod sus blancas aspas

y all adentro,

en lo negro clavado,

se me dijo quin somos.

Si temierais morir, mirad en el reverso

de esa idea, detrs

de la bobina

que va desenredando

el cobre de la muerte.

El tiempo ha aparecido sobre m,

lo he conocido:

Yo lo espiro y lo trago con las jaujasy su finezas dentro,

con la hoguera

donde arden los nombres,

con el miedo y sus siete

desoladores clavos.

Sentado al sol

solt;

fue all la hora.

Los pjaros picaban

la burbuja de luz donde sucede

el oropel del mundo.

La rosa de la carne

se deshizo.

Sentado al sol me supe:

Yo era antes

que Adn y su pecado.

Si temierais morir, abrid los ojos.

LA RAMA SIEMPRE VERDE

A Nisargadatta Maharaj y Ramesh BalsekarQuin se lleva una rama

de mi vivo romero verdeante?Quin me compra un pellizco

de este raro remedio

que cura porque mata al que padece?

Con la estampa se paga; no hay dinero

ni merecerlo hay que sean bastantes.

Es verde mi romero,y cunto huele.

Mi hierba no la ofrezco a principales:los que todo lo tasan y manejan

cuanto es sin medida y no se puede;los que todo lo nombran,

lo que no tiene nombre.

Slo el pobre se sirve,

sin quererlo,

cuando el verde verdea y quiere Dios,

de mi romero verde.

Con la vida se paga y sale a cuenta,

pero el hombre no sabe qu contento

halla luego el que compra,

aunque sea una brizna,

de mi verde romero.

Pase el siglo a su antojo,

las plaideras lloren y los crticos

se hagan lenguas de tanto desacato.Mi memoria la lego

a los que no la tienen.

A quien as levanta de este mundo

los pies y los sacude,

la tierra que no holl no ha de pesarle.

Sobre la huesa bailo,

y en la boca pondr de mi cadver

la rama siempre verde.MAESTRO

Detrs de la pupila

que enturbian polvaredas de este mundo,

detrs del mal mirar hay un descanso:el acendrado espejo

que Dios pule en el alma para ver

tal cual hizo las cosas;la consumada escala del maestro.

Ya no miro,

celebro y acompao. Hecho est,

y aunque se siga haciendo,

no hay quehacer: contemplo

lo que no puede verse mejorado.

A ti conduce todo, en todo ests,fingiendo dejadez en los desrdenes,

guardando proporcin en lo simtrico.

Qu venero esta lente, cmo trazas

con tu ojo prismtico amorosolos pacficos haces,

la senda que perdindonos nos halla

donde conviene hallarnos.

Cumplidor, caballero

de todas las verdades:

slo hay una, y las otras

trabajan para ella sin descanso.

Un maestro tenis en el amor,

y en la ira un maestro,

pero no lo veris

si miris en la parte y en lo corto.

Perito en las sorpresas; el mdicode todos; comadrona

del que nace al saber que no ha nacido.

Preceptor cardinal, amigo suave, que susurras las ciencias imposibles

del ngel a los hombres,t fuiste el aprendiz y eres ahora

el solo catedrtico.

En la msica

el msico; en el pleito

quien habla de equidad. Y cuando quiere

la muerte confundirnos eres t,

llegndote al odo quedamente,

el que la pone en claro.

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