sep digital - junio 2015 - edicion 8 - aÑo 2 - portalguarani

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www.sepy.org Sociedad de Escritores del Paraguay POESÍA CUENTOS Y RELATOS ARTÍCULOS Y ENSAYOS CRÍTICAS LITERARIAS Delfina Acosta ISSN 2311-0570 EDICIÓN Nº 8 AÑO 2 JUNIO 2015

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SEP DIGITAL - JUNIO 2015 - EDICION 8 - AÑO 2 - PORTALGUARANI

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  • www.sepy.orgSociedad deEscritoresdel Paraguay

    www.sepy.orgSociedad deEscritoresdel Paraguay

    POESA

    CUENTOSY RELATOS

    ARTCULOSY ENSAYOS

    CRTICAS LITERARIAS

    Delfina Acosta

    ISSN 2311-0570

    EDICIN N 8AO 2

    JUNIO 2015

  • 2

  • 3COMISIN DIRECTIVASOCIEDAD DE ESCRITORES DEL PARAGUAY

    SEP 2014-2016

    Presidentes honorarios: Carlos Villagra Marsal

    Gladys Carmagnola Dirma Pardo Ramiro Domnguez

    Presidente: Feliciano Acosta Vicepresidente: Alejandro Hernandez y von Eckstein Tesorero: Gabriel Ojeda Secretaria: Mara Eugenia AyalaSecretaria de Actas: Estela Franco Vocal 1: Juan de Urraza Vocal 2: Oscar Pineda Vocal 3: Vctor-jacinto Flecha Vocal Suplente: Rodney Zorrilla Vocal Suplente: Julio Sotelo Sndico: Lisandro Cardozo Sndico Suplente: Susana Gertopan

  • 4SOCIEDAD DE ESCRITORES DEL PARAGUAY SEPsociedadescritoresparaguay@gmail.comwww.seppyblog.blogspot.comwww.sepy.org

    Especial agradecimiento a PORTAL GUARANIpor su apoyo para esta publicacin digital.

    Direccin editorialAlejandro Hernndez y von Eckstein

    Correccin Cintia Caete

    Diseo grfico y diagramacinMirta Roa Mascheroni

    En portada: Delfina Acosta

    Edicin al cuidado de los autores

    Junio 2015

    ISSN: 2311-0570Asuncin Paraguay

  • 5EDICIN N 8Ao 2 junio 2015

    Asuncin, Paraguay

  • 6ndice

    Poesa

    Delfina AcostaPoesa 13Estalacttico 14

    Gladys CarmagnolaCanchita de cualquierparte 15

    Vctor KartschUna mujer 19

    Jos MoninMe sent a esperar 21En una prxima vida 22

    Luisa Moreno SartorioDestierro 24

    Luz SaldvarOtoo 2 25

    Alberto SisaDesde el puente 26

    Vctor SurezPlacer 29El alma no muere 30

    Ulisses ViverosEntre ptalos de abril 32Orgullo sereno 32

  • 7Estigmas 33Librame 33Memoria deshojada 34Infausta belleza 34

    Cuentos y relatos

    Princesa Aquino Augsten Las 7000 veces 7 vidas de Josefina 37

    Mara Irma Betzel El castigo 39

    Lisandro Cardozo La llave en la puerta 47

    Mabel Coronel Cuenca El alazn y la luna 56

    Alejandro Hernndez y von Eckstein La lmpara mgica 58

    Francisco Prez Maricevich El sombrero 64

    Oscar Pineda Juan Vicente 84

    Augusto Roa BastosEl secreto del pensamiento 98

    Lourdes TalaveraCerrando crculos 107

    Juan de UrrazaPerdidos 113

  • 8Javier ViverosDj Vu[D] 120

    Artculos y ensayos

    Tadeo ZarrateaParaguay 133

    Crtica literaria

    Jos Vicente Peir BarcoTelaraas de un chico de la calle 149

  • 9El hecho de escribir, aunque no lo creamos as, trae aparejado una gran responsabilidad que es la de utilizar las palabras justas, cuando corresponde y en el lugar adecuado Para ello es necesario saber el valor de cada palabra y el efecto que estas pueden causar en el lector, atenindonos a las consecuencias que puedan traer consigo al unirse stas incorrectamente

    Hay un viejo dicho que dice si lo que tienes que decir (o escribir) no es mejor que el silencio, mejor no lo digas (o escribas) y aunque, como tambin dicen, a las palabras se las lleva el viento a los escritos, no

    Aos atrs, con motivo de la inauguracin de la Feria Internacional de Guadalajara (Mxico), la entonces Ministra de Cultura de Espaa, ngeles Gonzlez-Sinde, dijo:

    Los autores literarios son ahora ms poderosos que los polticos, pues mientras stos tienen el poder de los Ejrcitos, los autores tienen el poder sobre las almas

  • 10

    Si estas palabras son ciertas, lo que creo firmemente, y la pluma tiene tanta influencia, aquellos que estamos detrs del teclado deberamos tener mucho cuidado en cmo aplicamos ese poder, ya que las simples lneas de esta revista digital, un blog, un artculo periodstico o un cuento, pueden influir en alguien que tenga en sus manos las herramientas fsicas y econmicas para producir un verdadero cambio, sea este positivo o negativo

    Con los medios modernos de comunicacin, como Internet, esto se hace ms patente, ya que lo que fue escrito en un computador de Paraguay es posible que se lea en algunos minutos en Espaa o en China Por ello, de nosotros los escritores, depende usar la combinacin adecuada de palabras para que estas se conviertan en una herramienta de transformacin positiva y no en un arma ms de destruccin masiva

    Esta es la visin de la editorial de SEP Digital y con ella, esperamos que el material encerrado en estas pginas sea el motor para la transformacin del pas y el mundo que queremos

    Alejandro Hernndez y von Eckstein

    Vicepresidente SEP

  • 11

    poesa

  • 12

  • 13

    POESA

    Delfina Acosta

    Poesa

    Slo tu voz es dulce, poesa,porque por ella he sido yo narrada.Con tierna obstinacin tus ojos ponesdonde clav, vencida, mi mirada.Ya te mandaron a morir, mas tcomo una flor del campo te levantas.La hoguera preparada para tien tus lozanos ptalos se lava.Porque eres mustia entre las bestias todas,gorrin de invierno, yo te siento hermana.Vestimos un amor desesperado,que nos desnuda el pecho y las espaldas.Debajo de borrascas vas y vienescomo una cabellera de palabras.Y enferma caes de capullos nuevos,de aroma fresco y pena enamorada.

  • 14

    REVISTA SEP DIGITAL

    Estalacttico

    Y cmo cuesta no ponerme tristeen esta tarde abierta al viento norte,no replegar mis alas y sumirmeen las suaves olas de mi lecho.Entonces, ya acostada, hacer memoriade algn afortunado parpadeo,mi calculada prohibicin, mi airosatristeza alimentada con argento.Y cmo cuesta no volver el rostroen direccin al fresco de violetas,y preguntarme en dnde he malogradolos ltimos temblores de mi sangre.Hubiera sido justo que en la horaexacta del hechizo, cuando tersoan tena el rostro que t amabas,me hubiera vuelto yeso en la intemperie.

  • 15

    POESA

    Gladys Carmagnola

    Canchita de cualquierparte

    De floreciente baldocomo tantos por ah,de yuyal y basurerode aquellos que hacen sufrirse volvi despus potrerodonde vacas y terneroshallaron lugar segurodonde vivir.Hasta los pocos vecinosde respingada narizsoportaban el aroma,y el barrio debi admitirlo sabrosa de la lecheque sola distribuirel lechero fabricantedel queso ms delicioso del pas.

  • 16

    REVISTA SEP DIGITAL

    Pasado el tiempo, la empresalechera debi partir:clientes, vacas y temeroscomenzaron a exigiral menos ventiladores,piso y tinglado de zinc.En el mercado del puebloni siquiera un guaranse exiga de alquiler.An permanecen all.Libre entonces la manzana,la historia comienza al fin!Bien nutridos habitantespretendieron convertirel lugar en sembradode arroz, mandioca, man,y aunque abono les sobraba,la intencin fue rechazada de razcomo el voto de unos pocospartidarios de un jardn:la gente estaba cansadade tanta rosa y jazmn.Prefera una canchitapara algn buen partid.Triunf pues la democracia:la idea de un albail.

  • 17

    POESA

    El conoca el terrenoporque sola venirde siesta a un descansitode su agotador trajn:unos ladrillos de almohaday de colchn, un pir.Con los mnmos cuidadosel pasto empez a tupiry al plantarse cuatro palosy al empezara venirhombres, mujeres, criaturas,tuvimos para elegir.Alguien trajo la pelotay alguno que otro candil.Lleg el tcnico, elegidopor su excepcional perfil,y con pito y reglamentotodo estaba pronto al fin!As empez la canchitade nuestro pueblo a existir.Claro est que algn vecinosuele a menudo decir:Cmo rompen las pelotas!Ya no nos dejan dormir!Otros al menos proyectancon aplausos contribuir.

  • 18

    REVISTA SEP DIGITAL

    Lo cierto es que en Cualquierpartevive gente muy feliz,un poco por la canchitay otro poco porque s:Con su copa en varias fotosse ve al equipo infantily en otras lucen los premiosdel equipo juvenilmientras el de adultos sigue;no se cansa de insistir:practica por si algn da...Qu ms te puedo decir?Verdad que un premio en s mismoes tener una canchita y competir?sta, seguro que nunca,nunca jams tendr fin.Ah! de nombre le pusimosClub Esportivo ALBAIL.A veces l nos visitay la gente no se cansa de aplaudir.Vale la pena. Qu suerteque an haya gente as!

  • 19

    POESA

    Vctor Kartsch

    Una mujer

    Se freg las manos, y acical el pelo , que tantas nieves ha sentido caer, la voz temblorosa y la piel rugosa, los aos le han jugado con dureza, ms aun as en el temblor de su voz, nacen sublimes gritos de esperanza, tan as como el grito, que alguna vez ha conmovido su vida, en la instancia sublime del amor.Suea, me cuenta historias repetidas, a veces las lgrimas sellan sus palabras, otras la sonrisa de sus labios , que alguna vez han enseado el carmes tentador, que al beso se ha dado.Ms aun as,

  • 20

    REVISTA SEP DIGITAL

    sus palabras son versos, y su vida un poema que ha sabido, de momentos felices y otros amargos, de atardeceres inefables, y de noches obscuras,en esas en que los duendes juegan a la tristeza, y las brisas se hacen tormentas.El tiempo la ha abandonado, ha tenido ms prisa, y la ha dejado, pues sus pasos ya son lentos, aunque la mirada profunda, la abrazo, la estrecho, quiero sentir su aliento y su voz, hoy ms cerca, tan cerca para que el tiempo, no me la robe, hoy la abrazo en el gesto de amor sublime, intenso, exquisito, eterno, pues esa mujer es mi madre.

  • 21

    POESA

    Jos Monin

    Me sent a esperar

    Me sent a esperar,mientras transcurra la hora,el tiempo temblaba,las nubes eructaban, ylas estrellas dorman.

    Me sent a esperartu llegada, y todo se volvadesierto, sumamente lentoa las manecillas del relojviejo.Los rboles sacudan susramas como si fueran gallinaspicoteadas, y las estrellasseguan durmiendo comosi nada.

  • 22

    REVISTA SEP DIGITAL

    Me sent a esperar,mientras las cancionesolvidaban el lanzamiento demi cuento.Qu pena la ma, porque ladanza castigaba al robotinservible, que no grababa laausencia de tu voz.

    En una prxima vida

    Me dejar llevar por los raudales,no castigar a la naturaleza, nidir a Dios que hace mal alcondenar mi alma; solo callarlo que tanto me alegra y asolvidar mi nobleza.

    Me dejar llevar por los huracanes,no maldecir a nadie, ni a loshabitantes que provocan mi ira,

  • 23

    POESA

    mi desgracia y dolor; tapar lasheridas con la camisa del tiempoy as caminar como un hombrenormal.

    Me dejar absorber por lasestrellas, no brillar como ningunade ellas, ni a la luna escupir;solo como si nada del vacodesaparecer.Tal vez en una prxima vida, tusmanos palpar.

  • 24

    REVISTA SEP DIGITAL

    Luisa Moreno Sartorio

    Destierro

    La tarde se debilita,toda calma es aparente,quebradiza,la soledad es ms sensible a los ecos:cierta voz,arpeosLa distancia es duelo, nunca msla arena del guayabal ardiente,carne viva,sangre revuelta *Ro jhaij,*ro jhechagaArranca de su madriguera,fuego sobre mi lengua;vrtigo que articula cuerdas Irreparable dao en mi interior.

    4-III-2014

  • 25

    POESA

    Luz Saldvar

    Otoo 2

    Y la tarde de otoo que se estrellacontra las baldosas del patio.Suplicio de hojas, de soles, de cigarras.Las hormigas saborean la muerte.Yo abro un bal cerrado adentro hay otro otoolejanodudo que haya sido.Una huella frgil dentro de la neblina de la memoria.Una hoja seca que se agita en la ventisca.Pasado desdeado.Ya no duele, ya no sangra.Ya no te amo.

  • 26

    REVISTA SEP DIGITAL

    Alberto Sisa

    Desde el puente El calmo y fro rostro del

    torrente me pidi un beso. Langston Hughes

    Eran dos pequeos ojos crispados de penassubiendo al barandal de los desterrados,equilibrista de cornisas y azoteas de fuego,decidido a romper el cordn umbilicalque lo une a tierra;el no ser de frente al vacodecidido a cruzar la otra orillaque separa la vida de lo desconocido.Quin lo escucha en la noche tan inmensacomo el silencio mismo?Extrao animal nocturnodispuesto a precipitarse al abisal lecho del olvido,para dormirse bajo un manto de musgos

  • 27

    POESA

    junto a los duendes del ro;descansar tal vez, poner fin al desamor,al tedio de la rutina de ir muriendolentamente todos los das;abajo, el turbio remolino de las aguas,a su frente, el viento silba desquiciadoa los odos; a lo lejos,miradas de luces de la ciudadlo guian en la noche enajenada;los labios resecos y partidos,parecen murmurar la sentenciade Maiakowski, en su noche final,La barca del amor se ha estrelladocontra la vida cotidiana;el corazn latiendo como tropelesde caballos desbocados en fuga,con la mirada puesta en el horizonte,ser o no ser, en la ineluctable encrucijadaen la noche aleve al destino;un relmpago de lucidezcompendia su vida fragmentadaen gimientes de ausencias;la conciencia retrocede hacia la negrura infinita;el dilema de hundirse en el limo del lecho sombro,o seguir respirando el hlito de auroras boreales;el remolino gira en vertiginoso crculo

  • 28

    REVISTA SEP DIGITAL

    devorador bajo sus pies, abriendo sus tenebrosas faucesde blancos y sedientos dientes de espumas,en la glacial mudez de la noche cmplice.

  • 29

    POESA

    Vctor Surez

    Placer

    Mir sus ojos,apret sus senosy sent cmo bulla en mi manosu corazn.Ol su cuerpomord sus rodillas,sus vellos mojados de aguacero.Aquel dami lengua floreci en el manso fuegode una Venus desvanecida de placer.

  • 30

    REVISTA SEP DIGITAL

    El alma no muere

    Solamente el alma no se deja vencer por esa invasin del tiempoque destruye la piel y la mirada.Observamos remotamente lo que fuimos, quedamos estticos en fotografas que marcaronimgenes cambiantes, deformaciones naturales,colores insospechados, arrullos que pasaronfatalmente hacia ignotas orillas.Algunos no volvieron, quedaron con el mismo rostro,con la misma piel que tenan.Otros tuvimos la oportunidad de seguir,confesndonos a veces con el silencio que nos cubre la caraen los andamios de una vida que castig los msculos,los brazos y las manos. Todo se quiebra con el tiempo,slo la esencia no cambia su colorni muere en esa vieja pielde escalofros y aromas raros.

  • 31

    POESA

    Los que quedamos viajamos hacia las profundidades de la tierrael espritu se libera para ser eternamente frescoinsoslayablemente nuestro, sin idioma, impalpableen los caminos insondables del universo.

  • 32

    REVISTA SEP DIGITAL

    Ulisses Viveros

    Entre ptalos de abril

    Sueo an con la blancura de su espritu grcil,los ros turbulentos de su esencia y frenes;recordarla no es difcil; mas tampoco algo fcil, inquieta por la brisa, entre ptalos de abril.

    Orgullo sereno

    Aunque me hayas perdonado una falla anteriorno voy a tener ante la tuya clemencia,cuando concluya este poema partir con honory orgullo sereno a suplir tu presencia.

  • 33

    POESA

    Estigmas

    Los estigmas del pasado supuran melancolacuando sueo el futuro de su incierto regreso,y despierto solitario en una oscura pesadilladesangrado en el cuarto de mi fro embeleso.

    Librame

    De tus besos cautivosy del silencio que presagiadesdn inclemente.

    De tus roces tan frosy del enigma que desgarrami piel lentamente.

  • 34

    REVISTA SEP DIGITAL

    Memoria deshojada

    Con los ojos fatigados veo a travs de la ventanala silueta fantasmal de su memoria deshojada;impecable como era, la rememoro muy cercana,cautivante y divinal, en esta frgil madrugada.

    Infausta belleza

    Revolotean ilusiones, fugaz y tiernamente,fijando su despliegue con alas de agona,en torno a tu semblante de musa indiferente,encanto fulminante de belleza adictiva!

  • 35

    cuentosy relatos

  • 36

  • 37

    CUENTOS Y RELATOS

    Princesa Aquino Augsten

    Las 7000 veces 7 vidas de Josefina

    Apareci de pronto y en un espaol cerrado nos dijo algo, que en el castellano nuestro, sera ms o menos as:Soy una hoja flotando de cara a las estrellas, como la Ofelia de Everett Millais, en sus ojos veo los mos En cules aguas estar yo acaso flotando? Por qu mares navegando? Me miro al espejo como aquella vez mir el cuadro y no me encuentro, pero algo me dice que estoy all Que soy

    Como la gitana de Lorca floto en un aljibe circular. En un aljibe tero de madre, de cada madre, mientras sueo ser una y todas las Ofelias, desde el origen de este nombre, Le Ofeleia, que no significa otra cosa que socorro, ayuda.

  • 38

    REVISTA SEP DIGITAL

    Ay, cmo abrirte este dolor de llaves, En soledad de pulso amurallado.Sueo, renunciacin, ausencia, olvido.

    J. Pl

    Ayuda de los sueos contra el dolor de ser, de existir, no solo de vivir Ser la misma de antes, la de maana

    Fue tan corto el tiempo que las historias y los poemas los escribo con nubes que espero sepan leer mis amigos, en un ejercicio similar al que hacemos cuando buscamos figuras en ellas.

    En cada mano con arcilla estoy, soy sus cuencos y cntaros. Sus figuras. Ayer noms volv a nacer.

    Libre para nacer sin elegir el daLibre para morir sin elegir el daLibre para pudrirse sin escoger el sitioLibre para volver al polvo sin memoria

    J. PlY as como el flautista de Hamelin, salida de la nada

    como parte del hechizo, con su escolta de gatos y sus manos extendidas, Josefina, vino hacia nosotros y nos dijo:

    Segus aqu, vosotros tambin?

  • 39

    CUENTOS Y RELATOS

    Mara Irma Betzel

    El castigo

    Sabed sufrir: sabiendo sufrir, se sufre menos. Anatole France

    Como osamenta al cuervo le atraa el juego al nico hijo de Natividad Mereles Todos lo saban en Isla Real, campaa de eembucLa noche de la Candelaria mala noche para algunos,

    le trajeron al hijo muerto con tres oscuras cuevas sanguinolentas en el pecho Tantas veces haba intentado la madre apartarlo del vicio pendenciero, pero l, se derroch a s mismo en una mesa de cantina

    A Natividad, el vientre prdigo de Carmia, su nuera, le dio nimos para seguir viviendo

    La desgracia es como una yunta, suele traer atada otra, decan las comadres, porque Carmia, despus de un parto difcil falleci dejando al nio hurfano

  • 40

    REVISTA SEP DIGITAL

    Ancho y tibio fue el regazo de la abuela para el nio

    No que le mime tanto, a Nati le advertan las mujeres

    Es todo lo que me queda, che ama responda la vieja y deseaba:Ojal que nunca tenga que castigarle, me dolera ms a m que a l; alguna vez estuve a punto pero al levantar el ltigo me pareca que la cara de Carmia y la de mi hijo se ponan en el medio

    Doce o trece aos tendra el chiquiln aquella noche en que no volva del almacn del pueblo Natividad paseaba su inquietud por el patio, indagando el horizonte. Al fin, divis la mula con el nieto a los brincos y la bolsa de galletas balancendose a un costado

    Hola abuela exclam el chico, intentando un tono hombruno

    La mujer, vieja observadora, le espet desconfiada:

    Qu estuviste haciendo che memby?

    Nada, abuela, mucha gente en el almacn respondi l, mientras desviaba la mirada desensillando al animal

    Ests seguro, mi hijo? Y qu tens all? insisti ella mirando fijamente el bulto en el bolsillo de sus pantalones.

    Nada replic el chico con inquietud

    La vieja, bruscamente, meti una mano en el bolsillo A pesar de los contorneos del muchacho, algunas barajas grasientas cayeron a los pies de ambos Ella mir el

  • 41

    CUENTOS Y RELATOS

    desparramo En su rostro hiertico, se vislumbr una expresin de dolor l, baj la cabeza

    La decisin relumbr en los ojos de la mujer y dijo, aferrando el ltigo del horcn:

    Vamos adentro, che memby

    l, la sigui lentamente La mujer cerr la puerta del rancho y encendi una vela Se le oy decir, compungida:

    Cuntas veces te dije, mi rey, que no juegues? Que el juego es una perdicin del diablo? Mir lo que hago con las cartas

    Y a travs de la puerta entornada una llamarada asom su fulgor rojizo

    Y ahora atend bien lo que voy a hacer Si quedan marcas ser para tu bien, para que nunca te olvides de esto

    Natividad Mereles, inspir profundamente y levant el ltigo Sus msculos se tensaron Un silbido zanj el aire antes del estallo Sus labios eran slo un tajo contorsionado hacia adentro Con los ojos entrecerrados, alz una vez ms el brazo, asestando un nuevo golpe El chico exhal un gemido y sostuvo unos instantes el ondulante cuero trenzado en lo alto, pero ella logr bajarlo una vez ms Entonces, sus piernas se debilitaron El nieto logr asirla, la sent en la silla y horrorizado vio como la sangre le empapaba la blanca camisa dominguera donde la mano de ella, inerte, lo haba rozado

  • 42

    REVISTA SEP DIGITAL

    El sollozo del muchacho empez a llenar la noche Era un llanto convulsivo, que se confunda con el grito agnico de Abuela!

    Al fin, Natividad Mereles, dej caer al suelo el ltigo que haba asestado, inmisericorde, una y otra vez, sobre su propia mano

  • 43

    CUENTOS Y RELATOS

    Lisandro Cardozo

    La llave en la puerta

    Se fue hace aproximadamente tres semanas Tuvimos discusiones acerca de si lo ms conveniente era marcharse de nuevo o quedarse definitivamente conmigo Con algunas seales vistas y presentidas, tuve la certeza de que volvera en algn momento

    Para m, lo confieso, l es una necesidad tan vital como las funciones bsicas de mi cuerpo Sin l no tengo capacidad suficiente de movimientos, no puedo pensar y me es difcil coordinar aun los reflejos ms insignificantes.

    Desde la maana no hice ms que mirar insistente la puerta Sin darme cuenta estaba otra vez parado frente de la ventana que daba al amplio parque, al otro lado de la calle Esperaba verlo sentado en algn banco o caminando con las manos en los bolsillos, mirando hacia la casa Temo por l, tan frgil como es

  • 44

    REVISTA SEP DIGITAL

    La ltima vez que se march fue hace dos aos Recuerdo que haca un calor pegajoso y envolvente con sus treinta y tantos grados Aquello era muy extrao para esos das de primavera Dijo que no soportaba ms vivir en tales condiciones y le era imposible concentrarse en alguna actividad En ese tiempo, creo, estaba leyendo un libro de Dostoiesvki; no recuerdo ahora el ttulo, pero estar en algn anaquel de la biblioteca

    Se quejaba de las tibias sbanas y del agua que nunca estaba fra a la hora del bao. En fin, le molestaban hasta las cosas ms triviales Por mi parte hice todo lo que estaba a mi alcance, incluso le haba propuesto mudarnos a un piso ms confortable

    Una noche, mientras dorma, en sueos vi que l se despojaba de m como otras veces Qued vaco, sin sentido, como un amasijo de carne y huesos, con las articulaciones doloridas Sent una explosin violenta en mi interior y ca tendido en el cuarto en sombras que se diluan de a poco

    Tras un cierto tiempo, ya finalizado el verano, volvi, casi tmidamente No lo esperaba ese ao Golpe la puerta y son como un susurro Era ms de medianoche y, extraado, fui a abrir; l estaba ah, en el umbral, con la mirada gris Creo que de cansancio o de vergenza Lo abrac con alegra, aunque pareca un tronco viejo, rugoso y desvalido Nos integramos casi inmediatamente tras los primeros saludos Pura frmula, faltos de toda amabilidad en la tensin del regreso

  • 45

    CUENTOS Y RELATOS

    En aquella oportunidad, tuve algunos indicios, como los de ayer, que no fueron del todo claros Recin al compararlos pude estar seguro de su regreso

    Esa noche dormimos como si nada hubiera pasado Es decir: l durmi, si bien hablaba en sueos, deca cosas incoherentes; nombraba lugares extraos y a veces temblaba un poco Yo senta una leve excitacin, y el temor me asaltaba ms y ms

    Por la maana, ya repuesto del cansancio con un buen desayuno, nos sentamos en la sala Observ que no haba cambiado tanto, como fue mi primera impresin Debo advertir que tenemos el mismo nombre, los mismos gestos y calzamos los mismos zapatos Tal vez la pequea diferencia consiste en que l siempre fue inquieto, inconforme con nuestras cotidianas costumbres Quizs esto provenga de mi madre, que para liberarse de la atadura de mi padre, prefiri la muerte. Un largo viaje.

    Se mantuvo todo el tiempo tranquilo, casi sonriente; miraba por todos lados, como descubriendo de nuevo lo que ah haba Fij sus ojos un momento en el retrato de nuestro abuelo, luego en el rostro impasible de nuestra madre, que acariciaba un gato siams No dej de palpar con sus dedos ni un momento los pliegues grises de un elefante de porcelana, que era rplica vulgar de alguna misteriosa dinasta oriental

    Por fin reun fuerzas y le pregunt qu haba hecho con su vida transparente en todo ese tiempo Pareci no escuchar la pregunta, pero fue ponindose serio gradualmente

  • 46

    REVISTA SEP DIGITAL

    (Despus de tanto tiempo es natural que haya olvidado algo de todo lo que dijo aquella maana Esto es parcialmente lo que pude sacar de mi memoria frente a mi vieja Remington)

    Hice un largo viaje, dijo, que ni puedes imaginar Recorr todos los tiempos, todos los continentes, viviendo intensamente cada minuto Cruc el Atlntico mucho antes que las expediciones Viaj en un antiguo y extrao barco, y tras casi un mes de porfa, llegu a una agreste baha de piedra y arena salada Desde ah fui adentrndome a pie por un sendero de guijarros hasta un acantilado El murmullo de mar me llegaba claro desde los rompientes a intervalos regulares y precisos

    All conoc a Ulises; l estaba atado al mstil de su barco Volva de Troya con sus guerreros todava sangrantes Mi voz se transmiti ntidamente sobre las olas y le dije que Penlope an lo esperaba, a pesar del tiempo y los prncipes que la acosaban en Itaca Tambin le advert sobre lo tortuoso que sera el regreso

    Cruc los Pirineos y fui transitando la pennsula itlica hacia Roma Ah escuch a Sneca aconsejando al que ms tarde quemara la ciudad al son de su lira Luego navegu al noreste, al Asia menor, y en el Ponto conoc a Mitridates VI bebiendo sus venenos, para morir finalmente en manos de su esclavo, ante el acoso de los romanos

    Despus de vagar por Grecia y Palestina, fui a Francia Eran aos iniciales del siglo doce Con Marcel y Jacques de Clermont conversamos acerca de las leyes del equilibrio

  • 47

    CUENTOS Y RELATOS

    esttico, aplicadas en las inmensas catedrales de Pars, Reims y Amiens Con Fulcanelli estudi los smbolos y enigmas ocultos, y fuimos en busca de la piedra filosofal en varios experimentos

    En Florencia conoc a Leonardo Da Vinci y a Miguel ngel, que por ese tiempo esculpa La Aurora Con Da Vinci trabajamos en las teoras sobre las leyes de la hidrulica, la velocidad del viento y en la exactitud de los clculos para la construccin de los engranajes En uno de esos largos y fructferos das que tuve con el maestro, le habl del avin, del submarino y del helicptero Tom muchas notas ante un espejo e hizo varios bocetos sobre tales descripciones An tengo las costillas doloridas de intentar el vuelo con alas articuladas de madera y lienzo

    En Ravena vi a Dante, que iba camino al infierno, componiendo en el crepsculo la grandiosidad de su obra, y no quise interrumpirlo Ya en Espaa, me asoci a algunos navegantes marranos que huan de la Santa Inquisicin y vine a la gran aventura de ir hacia las Indias y llegar a Amrica

    Ya en el continente, vine al sur, hasta encontrar el estuario del que sera Ro de la Plata, y lo remont penosamente hacia el Paraguay, con muy poco viento a favor Despus de muchos avatares, en Asuncin inici su gobierno el dictador Francia; hombre parco y de muy poco hablar En una de las audiencias que me concedi, discutimos sobre el encierro del pas, y deca que no estaba

  • 48

    REVISTA SEP DIGITAL

    de acuerdo con que Paraguay fuera provincia de Buenos Aires, y la sola mencin de la idea lo encolerizaba

    Durante toda una fresca tarde nos sentamos en la amplia galera de la Casa de Gobierno El vesta su acostumbrado blusn blanco y ajustadas polainas, que golpeaba constantemente con una fusta de cuero trenzado Charlamos sobre la Teora Heliocntrica de Coprnico, y me mostr el libro del sabio, De Revolutionibus Orbium Coelistium, que gustaba leer directamente del latn De Galileo Galilei hablamos cuando me ense su telescopio reflector, un verdadero tesoro, que guardaba cuidadosamente en una caja de madera preciosa y revestida de pao carmes, pues era aficionado a la astronoma y pasaba largas horas insomne en la noche, observando el cielo Me explic el isocronismo del pndulo y probamos la ley de la gravedad Tradujo con palabras seguras In Nunzio Sidereo, de Galileo Tambin hojeamos la pesada Biblia, que dijo que estaba encuadernada con piel humana y que la haba hecho traer de Inglaterra, por intermedio de Rengger La Rueda de Ezequiel era un enigma insondable para el Dictador, que nunca pudo concebir a Dios, como el profeta lo explicaba a travs de la visin que tuvo de l

    El Apocalipsis de Juan era otro pasaje que lo intrigaba y deca obsesivamente que estbamos rodeados por los ngeles de la destruccin, que estaban en cada punto cardinal Tema por el dao que pudieran hacerle a su pueblo, y por ello el enclaustramiento del pas

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    CUENTOS Y RELATOS

    Fui pasando posteriormente de guerra en guerra y de revolucin en revolucin Tantas muertes, miserias, luego las calles asfaltadas, venenos, torres altas de cemento y piedra, sucios charcos y el aroma antiguo de la ciudad dijo y se levant bruscamente y fue resueltamente hacia la puerta Bien, ms tarde te contar otras historias con mayor tiempo Ahora debo retomar mis estudios Ests de acuerdo? dijo tranquilamente, mientras yo asenta. Me qued un rato ms sentado, pero nunca ms me habl de esos viajes

    Pero estoy de nuevo aqu en la insoportable espera, de noches insomnes, das de lluvia, humedad pastosa y soles calcinantes Mientras tanto, mi expectativa creca con las horas

    Ya era media tarde y miraba insistentemente la puerta Pens que llegara pasada la medianoche, como la vez anterior Fui a la ventana una vez ms, mir el cielo que estaba claro, aunque algunas nubes parecan amenazar desde el poniente, y haba una leve brisa entre los rboles de la plaza

    La tensin iba creciendo en mi interior, estaba con la boca seca y al borde del colapso Fui de nuevo al bao y revolv el botiqun en busca de mis pldoras Tom una con abundante agua desde la canilla, pues mi salud ha desmejorado bastante en los ltimos tiempos, y el mdico me ha mandado tomar vitaminas y calmantes, prohibindome alcohol y condimentos fuertes Es el

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    corazn, estoy seguro, aunque se resista a decrmelo el doctor Es cuestin de herencia, creo

    Ya eran casi las seis. Al fin!, dije casi gritando, y suspir hondo al sentir que mi pulso se aceleraba Mir el picaporte que giraba casi imperceptiblemente Me acerqu a la puerta, procurando alejar de m la impresin y la emocin del momento El picaporte lleg suavemente a la curva mxima sobre su eje, y saba que estaba ah La hoja de madera comenzaba a moverse e incluso poda escuchar su respiracin entrecortada

    Mir el picaporte y la llave estaba puesta hacia adentro La puerta rebatida se acercaba a m inexorablemente, y ya perciba su caracterstico aroma en el resquicio

    De improviso, como empujado por algo, salt sobre la madera, la empuj con el cuerpo y la hoja chirri bajo mi peso en un profundo quejido Instintivamente busqu la llave y la gir dos vueltas

    Cuando la taquicardia fue cediendo y tuve conciencia de mis actos, cuando la angustia fue reemplazada por una infinita tranquilidad, me fui a la ventana y lo vi caminar hasta desaparecer en la esquina

    En el cielo haba evidencia de lluvia, y me sent en paz conmigo mismo desde entonces

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    Mabel Coronel Cuenca

    El alazn y la luna

    En la cima del cerro haba un prado, un alazn corra valeroso entre el riachuelo de aguas turbulentas -entre las negras y afiladas piedras- creyndose el rey y seor del cerro, no sinti que llegaba el perro negro, quien hambriento preparaba sus garras para atrapar a su presa en la curva

    All donde el sol se pone -cansado de iluminar todo el da a los ciegos- estaba la guarida del gran perro, medio lobo, pas el da rabioso con su hermana la luna, que en la noche haba hecho caso omiso a su allo

    Saba el can que la luna admiraba la libertad, el entusiasmo y hasta el pelaje de ese nico alazn Decidi devorar la carne fresca Tendi la trampa, prepar sus garras, esper el momento justo, llegaba el joven caballo, no percibi el inminente peligro, los ojos voraces del gran perro lo observaban, pero la luna como siempre

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    estaba atenta a los pasos del alazn amado, en un esfuerzo ilumin su camino, encendiendo un gran farol justo frente a los ojos de ese can hambriento, tendiendo aquella cortina blanca de invisibilidad anhelada por todos

    El alazn zaf la trampa, pas tan veloz como un rayo al otro lado de la curva

    El gran can pas toda la noche esperando atrapar a su presa, pero ni cuenta se dio de que el alazn ya haba cruzado por all; cuando el crepsculo del amanecer lleg exclam intilmente:

    Oh, hermana Luna, qu has hecho t? Cul es tu hechizo?

    La Luna sonri y dijo:

    Es una pcima hermano; esa que todos buscan y que algunos llaman amor

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    Alejandro Hernndez y von Eckstein

    La lmpara mgica

    El da haba despertado haca no ms de tres horas y los rayos del sol del verano ya se hacan sentir haciendo presagiar lo que seran las horas veniderasHombres y mujeres, en nmero creciente a medida

    que la hora avanzaba, se abarrotaban como autmatas en las veredas esperando a algn transporte pblico que los acerque a sus oficinas. Mientras, en las calles, centenares de automovilistas daban bocinazos a los inmutables semforos pretendiendo, quizs, que estos cambien de parecer y les den va libre

    Inquieto revis un mensaje de texto que acababa de llegar a mi telfono, mientras esperaba poder cruzar a la vereda opuesta, cuando detrs de m escuch:

    Hoy ser un da infernal, slo a un excntrico como vos se le ocurre esperar el colectivo pudiendo evitarlo

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    Me saludaba de esta manera, Andrs, uno de esos conocidos que todos tenemos y a quien nunca nada le viene bien

    Buen da, Andrs! respond animosamente No estoy esperando

    Te parece que hoy es un buen da? De seguro sobrepasar los 40 C y yo sin auto Llegar hecho sopa a la oficina interrumpi secndose el sudor de la frente.

    Y qu le pas al que compraste el ao pasado?

    No me hagas acordar Mi seora fue en l a la terminal de mnibus, a buscar a mi suegra, quien decidi pasar quince das de vacaciones en mi casa!

    Bueno, bueno, por lo menos al llegar a la oficina tendrs ocho horas con aire acondicionado dije tratando de animarlo

    Aire acondicionado! exclam irritado Eso que t dices sera si mi jefe, antes de irse a la Bahamas, hubiera dejado firmada la orden de reparacin del aire acondicionado

    El ronroneo de un motor de alta cilindrada interrumpi a mi interlocutor Este, como abeja a la miel, dirigi su mirada a un convertible europeo del ao que se detuvo a metros de donde nos encontrbamos

    Guau! Qu pu! Viste esa mquina? Ese tipo s que tiene suerte

    Te gusta ese auto? pregunt.

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    CUENTOS Y RELATOS

    Claro que s! A vos no?

    Por supuesto! El mo ser de color azul, y el tuyo?

    No bromees Quin no quisiera tener uno as en su garaje? y no la chatarra con ruedas que tengo.

    Y cundo te vas a comprar uno as?

    Ests borracho o te afect el calor? Tens idea de lo que cuesta? Con lo que gano en el trabajo apenas me da par pagar la nafta y el taller del que tengo

    Despus de unos quince minutos de escuchar las quejas sobre su auto, su trabajo, su salud y hasta de su suegra, lo interrump:

    Antes pensaba igual que vos, hasta que un da recib el mail de una amiga, con un pensamiento del profesor de Harvard, llamado Ben Shahar, que deca S asertivo: pide lo que quieras y di lo que piensas El tiempo dir el resto, agreg mi amiga con letras rojas

    Y en ese mail no vena un archivo adjunto con algn genio y su lmpara mgica? dijo irnicamente.

    Pensar negativa e irnicamente equivale a desear que lo malo ocurra La frase pide y se te conceder no ha sido dicha al azar prosegu sin hacer caso a sus palabras

    No entiendo qu quers decir

    Qu diferencia a la mayora de las personas que nos rodean del conductor del deportivo?

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    Andrs con un imaginario signo de interrogacin sobre su cabeza no respondi

    La actitud respond y reanud La mayora de las personas estn llenas de desazn y negativismo y aunque tienen todas las posibilidades para triunfar, van por la vida con la cabeza gacha y conformndose, aunque protestando en sus adentros de la suerte que les ha tocado Lamentablemente, sin saberlo, se alejan de cualquier intento por lograr sus objetivos ms deseados, ya que con su actitud y pensamientos emiten errneamente un deseo contrario a lo que en realidad quieren

    O sea que: digo Alacazn y mi chatarra se transforma en un convertible del ao y mi suegra se esfuma Disculp, amigo, o el calor te afect o sos un idealista a quien la fortuna le sonre Esper que tu suerte cambie y volvemos a hablar

    No creas que no tengo problemas, y s muy bien que muchas veces estos vienen todos en patota, y es cuando queremos ver todo con un prisma negro Y mientras ms negros veamos a nuestros problemas ms negros se pondrn y eso sin dudar, ya que somos nosotros mismos los que deseamos ese destino con nuestro negativismo Dejarse estar y aguantar en silencio situaciones, palabras hirientes y personas negativas, solo trae tristeza y desesperanza, siendo estas dos las llaves para hacer rodar la rueda negativa de nuestra vida Debemos desterrar de nuestro lxico los famosos s, pero y el no, porque

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    CUENTOS Y RELATOS

    pues son frases que frenan nuestro andar, retrasando la llegada a nuestra meta

    Ojal fuera as de fcil! exclam Andrs

    S que es difcil ponerlo en prctica, pero lo dicho es real y me consta El simple hecho de desear, positivamente, con el alma, la mente y con la certeza de su realizacin, tarde o temprano har que nuestros deseos se cumplan y podamos ser felices No importa cundo se cumplan nuestros sueos, lo importante es saber que se transformarn en realidad y sobre todo, jams perder la esperanza de que as ser

    La solucin a nuestros problemas y la concrecin de nuestros deseos radica en nosotros mismos Nuestra luz interior, a travs de nuestra mente, es la verdadera lmpara mgica, la cual est dentro nuestro desde el nacimiento para ser usada cuando aprendamos a hacerlo

    Y bueno si vos lo decs all vos De seguro segus esperando a aquella pelirroja a la que le arrastrabas el ala en la secundaria y que al terminar se fue a estudiar a Estados Unidos Claudia era su nombre verdad? Deberas desear que vuelva Capaz esta vez te haga caso expuso sarcsticamente, a modo de despedida y reanudando su marcha, cabizbajo y pateando una botella plstica vaca que se cruz en su camino

    Mene la cabeza y sonriendo cruc la calle, camin unos pasos y abord un taxi con destino al aeropuerto

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    Quince minutos despus, un nuevo mensaje con el siguiente texto lleg a mi telfono:

    El vuelo se adelant Estoy desembarcando y loca por verte Te quiere y extraa muchsimo

    Claudia

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    Francisco Prez Maricevich

    El sombrero

    Descendi del tranva pero con tan mala fortuna que el fuerte viento que corra le arrebat el sombrero Con las manos ocupadas con el maletn y un pesado bulto que traa, nada pudo hacer para impedirlo Se limit a mirar impotente cmo iba subiendo y bajando llevado por el viento norte, cuyos sacudones agitaban la fronda de los rboles que dejaban caer las hojas amarillentas

    Los del grupo, sentados sobre la muralla que rodeaba al gran atrio o patio del templo, fueron tras l a la disparada Les sigui el cura, que se levant la sotana para tener ms libres las piernas Pero antes arroj el maletn y el bulto por sobre la muralla al tiempo que gritaba:

    Marito, cudalos que no se los lleven!

    Y mientras corra iba introduciendo el borde de la sotana en la cintura del pantaln Yendo a grandes zancadas tras el vuelo del sombrero, vociferaba:

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    Agrrenlo, carancho! Pucha digo, agrrenlo, pues, carajo!

    Los chicos corran lanzando gritos y chocndose contra los paredones y las murallas de las casas persiguiendo al sombrero, que pareca jugar a las escapadas Suba por el aire agitado por las rfagas del ventarrn, para caerse unos metros ms all rodando por el suelo de la calzada o de la vereda, para volver a elevarse burlando a quienes lo perseguan

    Frustrados, los chicos lo miraban galopar por los aires rodeado de papeles rotos, hojas de diario y la nube enloquecida de basura que ya flotaba formando un torbellino de polvo y hojarasca

    Tras el cura vinieron jadeantes doa Tomasita y doa Teresa, las T de la cofrada de la Virgen del Carmen Como intuyendo que estaba pasando algo que no deban perderse, arrastraban su curiosidad preguntndose por lo que sera Cuando lo supieron, no dijeron ms que Por Dios, este cura! nanga, che Dio, ko Pa y regresaron atajndose pdicamente las faldas para que el viento no se tomara con ellas indebidas libertades

    Los dems vecinos observaban la escena con divertida complacencia Hasta Fortuna, el borrachn chacor, se rea a carcajadas viendo las peripecias del vuelo del sombrero y lo transmita como si fuera un partido de ftbol Cerr su relato con un pipuuu! Resonante al ver el sombrero volador chocar contra el pecho de un hombre que doblaba la esquina

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    Gran atajada de Sinforiano rekovi! grit a todo pulmn viendo el episodio y se dobl en una interminable carcajada que desemboc en un nderasore monumental

    Tras el estupor y el susto, el hombre estall en improperios voceando, al tiempo de levantar el sombrero por encima de s

    Acabramos! Acabramos! Qu hace un sucio sombrero de cura atacando a la gente?

    De cura ser y es chill el afectado Pero sucio, no!

    Viva el viento anarquista y liberador! grit mientras sostena en alto el sombrero del cura

    No lo vuelvas a tirar, por Dios! Me cost mis buenos pesos retirarlo de la sombrerera Ya est muy bien teido No lo tires!

    No soy un salvaje, curita O todava no se dio cuenta que los anarquistas somos mejor gente que sus tontas beatas y chupacirios ladrones

    Esccheme, don Jenofonte: usted ser todo, menos mala persona Por eso tengo pensado venir a visitarlo un da de stos pero devulvame el sombrero, que no tengo ms que ese

    No pensar que quiero guardrmelo dijo el anarquista, y agreg: Tampoco pensar que lo recibira en mi casa No recibo ni guardo cosas que tengan que ver con supersticiones Aqu lo tiene, curita

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    Y le alcanz el sombrero que, de todas maneras, no mostraba ningn dao, salvo el de haberse llenado de polvo, que el cura limpi con la manga de la sotana

    Vamos, don Jenofonte! Cundo me hace una visita? Slo salgo para visitar enfermos

    Est usted Loco!

    Don Jenofonte Coletti lo mir como lo hara Jpiter en el Olimpo, con el ceo fruncido, apenas escuch la proposicin del cura:

    Y si llego con una botella de amago?

    Oligarca! gru y se abri camino en medio de la gente

    Sonriendo y llevando en la mano derecha el sombrero al cura, devolvi la verticalidad a su sotana, mientras urga a la gente que dejara de curiosear all

    Vamos que hay mucho que hacer en la iglesia! La velada es maana y hay que cortar el pasto, arreglar el escenario Pucha!, un montn de cosas

    Encomend a Julio que fuera corriendo a ver si ya haba venido el italiano a revisar los fusibles y las instalaciones del escenario

    Y vos, Andrs, and junto a a Carmen a preguntarle si ya est planchado el alba y los ornamentos que le di para que arreglara lo roto

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    Caminaba a paso vivo Entr por el gran portn del atrio, gan el corredor y lleg a su despacho que se encontraba en la casa parroquial

    Al llegar y pasar bajo la parralera que comunicaba con el corredor de la casa, doa Dionisia, su madre, apoyndose en el respaldo de una silla, le pregunt si no haba sido grave lo ocurrido

    Pero si no ocurri nada, mam! le dijo el cura Slo se me vol el sombrero al bajar del tranva y tuve que ir a buscarlo Slo eso

    Gracias a Dios!, porque Marito trajo tu maletn y este bulto tan pesado y me cont que te fuiste corriendo

    Qu novelera la gente, mam! Claro que tuve que ir corriendo para recuperar el sombrero Acababa de retirarlo de la sombrerera Pero por suerte est limpio, verdad?, a pesar de haber volado y rodado por el suelo

    Desde aqu lo veo limpio contesto a Dionisia

    La madre del cura era viuda, delgada y de aspecto que denotaba firmeza y dignidad. De buena estatura, con ojos muy vivaces y agradable timbre de voz Bondadosa y de buen criterio, cuidaba del hijo con suma discrecin y diligencia

    El cura entr a su despacho Y como sinti que la sotana lo incomodaba para la tarea que deba hacer, se introdujo al dormitorio, una alcoba pintaba a la cal y con altas paredes cubiertas por un tejado que en las grandes lluvias dejaba

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    filtrar el agua por una sucesin de goteras. Se despej de la sotana y retir del perchero un guardapolvo crema y se lo puso

    Ya aligerado de ropas ocup su escritorio y abri el maletn Y no le dije acaso que me esperara y cuidara de que no los tocara nadie? Qu mita desobediente es ese Marito Vaya qu harn en la curia si no hacen esto Bueno, Monseor me da a m esa responsabilidad, a pesar de que no soy ms que un cura de barrio

    Dedic su atencin a leer los papeles: notas, comunicaciones, solicitudes Y esforz su latn ponindose a estudiar cuidadosamente el contenido de un documento distinto a todos los dems Carancho!, he sido muy imprudente en haber sacado stos de la oficina. No lo har ms en ningn caso, se dijo y volvi a guardarlos en el maletn (que no era otra cosa que una cartera de cuero vieja y muy ajada por el uso)

    Julio volvi de su mandado y le inform que el electricista ya haba concluido con la tarea de revisar los fusibles y dems instalaciones

    Apenas se retir el chico, lleg alborotada doa Car-men, a quien llamaban la mayordoma, por las ocupacio-nes, voluntarias, que tena en el cuidado del templo Los ornamentos del celebrante, los manteles del altar, la pro-visin de velas (tarea que comparta con sor ngela) y la limpieza y lustre de los candelabros, el mantenimiento del aceite que alimentaba la llamita de la mariposa encendi-da permanentemente al costado derecho del altar mayor y

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    otras innumerables y casi invisibles tareas, que hacan que el templo luciera limpio y aireado en todo momento, eran de su incumbencia

    Todo bien, a Carmen? le inquiri sonriendo con afabilidad

    Y vamos a decirle bien, pa La casulla blanca no s cmo arreglarla Vio que tiene sus apliques dorados muy pesados, por los hilos de bronce que tiene Esos no tienen costura: estn pegados con cola Dnde consigo esa cola, pa? Mir que est muy feo as como est. Le hace chingar todo mal a la casulla

    A la pucha! brome el cura, regocijndose Y bueno prosigui, voy a ver si le consigo la cola, a Carmen. Puede servir cola de zapatero? Don Marcial puede que nos d un poco

    Y no s, pa

    El cura la sinti dudosa y algo apesadumbrada Pero pareci reponerse dicindole:

    Y si le saco todos esos chirimbolos y le coso no ms una cruz colorada muy grande con bordes dorados? Mire que la gente va a creer que es nueva

    El cura lo pens, imaginndola un rato, y lo aprob

    Manos a la obra, a Carmen Usted sabe y lo hace bien

    Bueno, pa` Me acaba de sacar una gran preocupacin

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    Y se retir, muy animada Pas luego a saludar a doa Dionisia, que se encontraba en el lavadero fregando ropa

    E`a, che seora, cmo quiero venir a ayudarte le dijo

    Pero no te preocupes, che ama Yo algo tengo que hacer porque si no, me voy a morir de aburrimiento dijo con una risita franca y cordial

    El cura advirti que los remezones del ventarrn haban cesado Ahora se senta un calor hmedo, casi agobiante Observ que el caminero embaldosado del atrio se encontraba cubierto de hojas secas Camin por el corredor lateral del templo y baj unas gradas hasta el patio Desde all observ el escenario El enorme yvapov que lo cubra con su compacta ramazn, no se despej de ninguna rama

    Qu suerte! dijo el cura Slo hay un poco de hojarascas ah Quedar bien con una buena rastrillada E inspeccionaba con la vista la extensin del atrio Eso es: una buena rastrillada para dejarlo limpio para cuando comience a llegar la gente

    Era la antevspera de la fiesta patronal. Las comisiones de hombres y mujeres encargadas de impulsar los distintos actos asociados a la festividad religiosa, estaban concluyendo sus compromisos Y todas coronaban muy bien

    La rifa para acopiar fondos destinados a la construccin del nuevo templo, haba agotado sus boletas, lo que

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    CUENTOS Y RELATOS

    provocaba en el cura gran satisfaccin porque el monto de lo recaudado se sumara al fondo depositado en el banco

    De igual modo, la comisin encargada de la realizacin de las kermeses, veladas, parque de diversiones y loteras familiares, recogi, adems de dinero en efectivo, donaciones de materiales, mano de obra y dems aportes indispensables para la terminacin del edificio de la escuelita parroquial destinada a los nios pobres del barrio

    Debera conseguir un mimegrafo para publicar un boletn que informe a los parroquianos sobre las novedades de la parroquia Lo conseguir de alguna parte, se dijo y regres a su despacho

    S, un mimegrafo, ms tinta y estnciles Los papeles se comprarn de la colecta dominical Ojal no encuentre trabas en la Curia No lo creo A cunto debern venderse los boletines? Bueno, se dijo, sonriendo ante su optimismo, me estoy pareciendo a la lechera de la fbula

    Sentado ante su escritorio, abri una libreta y anot unos nombres La cerr y volvi a los papeles del portafolio

    Dos horas despus haba concluido su labor

    Luego de la siesta, que la pas ocupado en la lectura de un grueso libro, fue a reunirse con los componentes de la banda de msicos formada por l con muchachos sacados de la calle Les daba enseanza y los diriga un viejo maestro italiano de vasta experiencia y por cuya intervencin pudieron conseguirse, en prstamo y por

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    donacin, muchos de los instrumentos de bronce y un bombo reconstituido

    La banda hara su estreno en homenaje a la patrona de la parroquia con una retreta en la vspera y una diana al amanecer del da de la festividad El cura, muy alegre, miraba con placer el brillo de los instrumentos y cogiendo unos palillos prob el sonido de una de las cajas que respondi con un tamborileo resonante

    Vaya, qu bien suena! Quin la toca?

    Y como se le acercara un muchachito moreno, le hundi los dedos de su mano en la profusa cabellera negra, dicindole:

    Qu bien! Y te gusta?

    El chico, sonriendo tmidamente, movi la cabeza afirmativamente.

    Sua bendicione, padre dijo el maestro italiano, acercndosele

    Ah, don Ludovico!, vine a saludarles Y disculpe que lo haga recin ahora Pero suelo escucharles haciendo escalas y solfeando Bueno, qu decirle!, estoy muy contento y supongo que tambin la Virgen

    El maestro italiano levant la mano al tiempo que deca:

    Ma che la Signora

    Y rio con una risa pedregosa como de asmtico

    Pero el cura, con recogimiento, les ech la bendicin

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    CUENTOS Y RELATOS

    Se puede? dijo algo azorado un hombre, que dijo llamarse Genaro Ros y se present como responsable de la compaa teatral que actuara en la velada de esa noche

    Aj! No sabe el gusto que me da le dijo el cura extendindole la mano Soy el pa` Lorenzo, el cura de la parroquia. Trajo el programa de la velada? Tenemos que avisar a la gente por altoparlante, a pesar de que ya todos lo saben y se vendrn aqu muy emperejilados. S? Ah, qu bien! Muy bien. Ustedes mismos lo hacen? Desde aqu? Ah!, no? En una camioneta? Pero qu progreso, che Como para no creerlo

    Y le invit a salir de la habitacin acompandolo

    La verdad es continu hablndole que los feligreses necesitan distraerse de vez en cuando Hay mucha tristeza y melancola, basta escuchar nuestra msica Y en la raz de ellos, no le parece?, hay mucho resentimiento, hasta mucha rabia contenida que alguna vez, Dios no lo quiera!, estallar Los pa` sabemos eso

    Y as es, pa` Nosotros lo sabemos tambin Sentimos que por donde vamos, y vamos a todas partes, la gente re de lo mismo, porque es lo mismo que ellos viven y sienten Y entonces se identifican con los personajes, en realidad, con los actores, que son a los que ven

    Bueno, ya estamos aqu, Sintese, seor Ros Qu le pareci la bandita? Es de la parroquia, sabe. Y ya tocan alguna cosita

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    Estoy escuchando que comienzan a tocar Paraguar Es linda esa polka

    Y va a saber que en tan poco tiempo ya tocan una maravilla Escchela

    El cura puso el puo en la barbilla y prosigui:

    Tienen un maestro italiano, ya viejo, pero con gran experiencia en la formacin de bandas Dirigi la de la polica Esta medio sordo de odo y slo en eso se parece a Beethoven dijo sonriendo Pero nos est dando un gran servicio con entusiasmar a estos muchachos de la calle Espero que pronto podamos abrir la escuelita parroquial para que aprendan en ella lo necesario para desarrollarse en la vida y tener oportunidades para salir de la pobreza Y tras una breve pausa pregunt: Hablamos de cuentas, seor Ros? No hay Pa` juru akua pero

    Para eso vine, pa`; y le digo ya de entrada, para acortar: Le parece bien 15% para su iglesia?

    El cura sonri Adopt una expresin entre inocente y pcara Clav en Ros una mirada como de profunda fatiga y dijo:

    Seor Ros, no se enojar si le llamo simplemente Genaro?

    Pero, pa`, por qu me voy a enojar Rmpale noms

    Mir, Genaro: sabas que en Italia se da un milagro anual que consiste en que la sangre coagulada del Santo se licua sin que exista explicacin natural alguna?

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    La puta! Perdn, pa`

    Descuida, yo tambin lo digo de cuando en cuando

    Quin es ese santo, pa`? Le voy a contar un poco a mi seora

    San Genaro y rindose, dijo: As que vamos a ver si tu sangre coagulada de administrador se licua en beneficio de esta pobre parroquia

    A la gran flauta, pa`, tambin usted tendra que subirse al escenario

    Ya lo hice: una vez de San Jos en pesebre viviente Pero fui un fracaso La gente me descubri y comenz a rer a carcajadas

    Acabaron acordando en 25% de lo recaudado el monto que correspondera a la parroquia; y firmaron el acuerdo en duplicado, preparado por el contador de la comisin Pro Escuelita Parroquial

    Genaro, de hoy en ms, aqu tenes a un amigo Ven que te muestro el escenario

    Y lo arrastr al gran patio que se mostraba cubierto de desperdicios que la tormenta haba acumulado

    Se ve sucio, pero los mita` lo van a dejar como un chiche; tanto a este patio como al escenario En realidad, en el escenario lo que debe haber bastante es arena Y, claro, unas cuantas hojas secas El temporal aqu fue muy fuerte Pero quedar un chiche para cuando ustedes estn aqu. A qu hora vendrn?

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    Haca las dos y media traern el vestuario y los decorados O sea, todo lo que se va a necesitar en la velada No es mucho lo que se necesita

    Y decime, Genaro, tengo una curiosidad: Traern al mita` contorsionista? Cmo le llaman?... Ese, el hombrecito de goma Es fantstico el chiquiln, parece no tener huesos Y el tipo que mete pauelos en una botella, tambin vendr? A la pucha! Con las cantantes bailarinas, pio? Pero qu bien, che. Mejor que mejor!

    Pero el centro de la funcin sern Jos L y Ramn Gamarra, que son a los que la gente quiere ver para rerse

    Y el otro?

    Quin es el otro? Ah! Chanchito. No s si viene. Estaba enfermo en estos das

    Qu lstima! Escuch decir que es muy cmico cuando canta Esa en que dice en una parte tembi`u listo no hay dijo el cura

    Se detuvieron frente al escenario Este se alzaba sobre un pequeo muro de ladrillos cuyo revoque, ya muy desteido, se vea desprendido en varias partes Tablones muy bien ajustados formaban el piso Era un entarimado recio cubierto por la alta copa del yvapov que en tiempo de la maduracin de sus frutos lo inundaba con sus capsulitas que, al caerse, muchas se partan dejando ver el color rosado de su pulpa

    Estamos queriendo poner bien a punto nuestro escenario. Qu dijiste? S, por supuesto. Se llena de chicos

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    que recogen y comen las frutas cadas, pero tambin se trepan al rbol para desprender las que todava cuelgan de sus ramas La cscara la tiran fuera del escenario Te iba diciendo, Genaro, que pensamos mejorar esto Ya vamos a formar una comisin Pro Teatro Parroquial para eso Y no slo eso Te digo que no est lejano el tiempo en que todo esto, es decir lo que se extiende como unos veinte metros por delante del escenario est techado La gente es generosa, en dinero y trabajo Slo falta encontrarles el conductor que les sepa guiar y tratar

    Y por qu hay tablones como escenario? pregunt Genaro Ruz, detenindose ante el mismo

    Y no s, che Podra ser por economa Mir que debajo de los tablones no hay nada El prroco anterior me cont que, a causa de que all se criaban araas y alacranes, adems de ratones y cucarachas, decidi clausurar las dos puertitas laterales que tena, una en cada pieza contigua al escenario Tambin hizo clavar listones en las aberturas hay cinco por las que se suba del piso al entablado

    Cmo! Gateaban? dijo Ros, incrdulo.

    Posiblemente dijo el curaMir, el ao pasado quisimos limpiarlo para utilizarlo en la representacin de la Pasin de Cristo; pensaba que el Seor subiera por ah en la escena de la Resurreccin No pudimos

    Genaro Ros miraba al cura en silencio, con mucho asombro y creciente simpata

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    Y no pensaron alzarlo mediante unas poleas instaladas en el rbol?

    Lo hubiramos hecho si vos hubieras estado aqu para guiarnos le contest riendo el cura

    Ros slo atin a pensar que el cura pareca un chiflado. Pero se corrigi al escuchar a la banda interpretar la tarantela. Chiflado y todo hace cosas. Ojal hubiera muchos chiflados como este, se dijo.

    Y poco despus se despidi

    El cura lo sigui con la mirada Se va entre confundido y conquistado Podra verse la posibilidad de que la bandita acte all adonde vaya la Velada Sera muy bueno eso para que pueda autofinanciarse.

    Dio media vuelta y regreso a su despacho Pero sea lo que Dios quiera, concluy

    Con un silbido llam a Julio que balanceaba las piernas subido a la muralla El nio volte la cabeza hacia l y el cura lo llam agitando la mano Julito se acerc corriendo

    Qu hacas en la muralla? Estn por romper todos los balaustres

    Nada, pa` Estoy esperando a los otros

    Como no hay sol, ahora hay que rastrillar el pasto Debe estar limpio para la noche

    Y dame na el rastrillo, pa`

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    Carancho! dijo el cura Es cierto Sabs quin nos suele prestar, Julito?

    Y mir a los costados como a quin ms preguntar

    a Rosalba, suele ser dijo Julito

    Ecco And a decirle que le mando pedir prestado su rastrillo

    Unos minutos despus no slo contaban con un rastrillo sino con tres Y los tres dejaron, en una hora, limpio de basuras el verde empastado del atrio

    Y con la celeridad que haban venido, los chicos desaparecieron

    Anotar rastrillos en la libreta, musit mientras retomaba su camino hacia el despacho

    Le llegaba como en eco el rumor de oracin que se rezaba en el templo Era el novenario de la Virgen, patrona de la parroquia Las cinco ya, dijo mirando su reloj de bolsillo Y casi a los estirones comenz a despejarse el cielo de nubes El sol las doraba en los bordes a medida que apareca resplandeciendo

    Qu bueno que sale el sol, observ el cura Vamos a tener una noche con cielo limpio y fresco

    Franque la puerta que daba al patio trasero de la casa Baj y sentndose en un banquillo muy rstico, extrajo del bolsillo su breviario y rez con l en silencio Permaneci solo un largo rato, luego de orar, mientras escuchaba como

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    en sordina el alegre gorjeo de los pjaros en los rboles cercanos

    Esa vieja tonta le dej entrar? Cmo es que est aqu?

    Tranquilo, don Jenofonte Le promet una botellita de amargo, recuerda?

    Y le mostr la botella que traa en la mano

    Y quin le dijo a usted, curita, que la aceptara?

    Su buena educacin y don de gente le respondi el cura con una amplia sonrisa

    Acabramos! No slo est loco sino que es un cretino

    Y le clav la mirada penetrante El cura percibi que tena los ojos afiebrados.

    Lo que usted quiera, don Jenofonte Me permite que le ayude? Pero, lo primero es lo primero: Puede abreviar su nombre? Me suena mucho mejor y familiar don Jen, qu le parece? Ahora dgame si quiere que vaya a traerle un mdico Lo veo enfermo

    Le importa de veras, curita? No me diga que viene a darme la extremauncin! Muchos dolores de cabeza voy a darles todava

    De alguien como usted, don Jen

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    Y quin le autoriz a cercenarme el nombre? le interrumpi el anarquista con enojo

    De alguien como usted dud un breve segundo, como quiera llamarse, no se espera ms que estmulos para mejorar Yo curo almas, pero eso no me impide que contribuya a curar tambin el cuerpo, que es, como nos ensea nuestra fe, el templo de Dios. Le traigo un mdico?

    Acabramos! Como no creo ni en su alma ni en su Dios, tampoco creo en los mdicos Y le repito, curita: muchos ms quebraderos de cabeza voy a darles todava

    Y qu ganar con eso?

    Bajarles el copete!

    Claro, don como se llame, hay gente que lo necesita!

    Qu le ocurre que evita llamarme con mi nombre?

    Porque usted rechaza que lo llame como me gusta llamarle

    Es usted ms caprichoso que yo, curita Llmeme como le guste Le contestar si quiero

    Ya est, don Jen Si hasta llamarle as suena ms imperativo

    Le dijeron alguna vez, curita, que es usted como una rata? Corroe, corroe, corroe

    Todava no permiti Dios que me llamen as dijo el cura riendo

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    No meta a Dios en sus marcantes

    Con que al fin Dios, no?

    Slo es un comodn Para hablar como usted, curita

    Sabes que lo vi en la velada de hace tres semanas? Qu le pareci? Reidera verdad?

    Supongo que traje de ah esta gripe Y reconozco que ustedes, los curas, tienen muchas artimaas para atraer a la gente Y sobre todo, para sacarles plata Como a m, que tuve que pagar mi entrada Poco y todo, pero es plata Sabe una cosa, curita? Tambin nosotros en el Partido, ofrecemos teatro, y damos libros y revistas Y se dan clases de alfabetizacin a los obreros Y no slo a ellos, tambin a sus mujeres Todo gratis, nadie cobra dinero por nada Nosotros los educamos para que sepan defenderse de los explotadores, los sucios patrones capitalistas ricachones y de sus aliados, los curas mentirosos Qu piensa, curita?

    Y si yo les pido que nos ayuden en la parroquia con esas habilidades, lo haran? Vamos a construir una escuelita No s cundo terminar, pero ya empezamos la construccin Disponemos de maestras, pero vamos a necesitar de ms. Cmo se siente en realidad, don Jen? Y dgame la verdad, cmo le pas? Nadie pudo decrmelo.

    Mire, curita La cosa es sencilla Le pisamos el callo a los burgueses y stos mandaron garrotearnos con salvajes Pero ya pas Y para su tranquilidad, no fue aqu en el barrio, si no en San Antonio, cunado volvamos

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    de manifestarnos frente al frigorfico. Nos vinieron a atropellar por la espalda Eso fue lo que pas

    Por la radio dijeron todo lo contrario dijo el cura

    Y usted cree que iban a decir la verdad?

    Y no s Es lo que cualquiera esperara, creo yo

    No se me haga el inocente, curita De hipocresa sela con otro Los anarquistas sabemos, acaso tanto o ms que usted, que los burgueses y el gobierno que los representa mienten, mienten y mienten Abren la boca y mienten Y mienten an callando, como ustedes los curas

    Pero no deberamos vivir en perpetua desconfianza el uno al otro Cristo dijo

    Pare ah! Nada de tirarme dichos!

    El cura sonri Don Jenofonte, que era de genio pronto, escuch que su visitante le preguntaba si deseaba que se marchara Call, pero cuando vio que el cura se pona de pie para retirarse, le dijo:

    Qu hace? La primera vez que me visita y ya quiere irse tan rpido? Qudese, que as seguiremos nuestra conversacin

    Cmo me hubiera gustado escuchar conversacin de parte de usted! dijo el cura

    Y a usted, curita, le gustara que yo le dijera lo mismo?

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    El cura sinti su respuesta como una estocada Y vio por primera vez rer a don Jenofonte La risa del anarquista, sonora y clara, contagi al cura Ambos rieron de muy buena gana, como liberados de algn peso ya insoportable

    Susana! llam, don Jenofonte Triganos dos vasos y una jarra de agua Y no se le olvide la bandeja y dirigindose al cura dijo: Mire, curita, tomaremos agua de pozo, agua fresca No deberamos beber si no agua, siempre

    Es cierto que es usted vegetariano, don Jen? pregunt el cura inclinndose hacia l

    Hubiera querido serlo por conviccin, pero lo soy por pobre

    Y volvieron a rer

    Y Usted, qu es curita?

    Ni abstemio ni vegetariano Usted sabe que consagramos un poco de vino en la misa. Lo sabe, verdad?

    Claro que lo s, y lo s por culpa de mi madre, que fue un dechado de lo que ustedes hacen de las mujeres: supersticiosas, rezadoras, sufridas, incapaces de liberarse de sus yugos

    No tanto, don Jen Mire que la Iglesia ha liberado a las mujeres de sus yugos, no de todos todava, pero de muchos y de los ms pesados e injustos

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    Si usted lo dice, curita, puede quedarse con su fantasa A todos nos gustan los cuentos Pero no ms all de cierta edad

    Susana se acerc con la bandeja en la que traa la jarra de agua con los vasos La deposit sobre la cmoda por no haber otro mueble adecuado en la habitacin El cura ya haba percibido lo austero del escaso mobiliario, aunque era slido y de buen gusto Hecho de cajones y cubierto con papel madera, vio un pequeo librero (no podra llamarse biblioteca con slo dos pequeos anaqueles) Reconoci los autores cannicos del anarquismo: Proudhon, Kropotkine, Blanqui, Tosltoi, Barret

    Qu hace una Biblia entre sus libros, don Jen?

    Y dnde quiere que la ponga? En el bao?

    Volvieron a rerse

    Hace mucho tiempo que es viudo, don Jen?

    Veinte aos Mi esposa y mi hijo murieron en el parto Dnde estaba su Dios en ese momento, curita?

    Estaba ah Pero nunca jams penetraremos en el pensamiento del Seor Qu sabemos del destino que les tena deparados?

    Don Jenofonte qued callado y pensativo

    Cmo es tener fe en algo o alguien que no conocemos, que no sabemos si existe o no? dijo intentando erguirse en la cama Eso me parece una tontera, como creer en el Kurup o el Pombero

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    Logr ponerse de codos con la mirada fija en el cura.

    Y mire don Jen, la verdadYo nunca vi a mi tatarabuelo y sin embargo s que existi y que de alguna manera que desconocemos todava existe y vive en sus descendientes Algo como esto es creer en Dios Slo que Dios es eterno y est fuera del espacio y el tiempo, porque es un espritu pursimo, creador todopoderoso

    Don Jen dej caer su cabeza en la almohada

    Ahora me viene con su leccioncilla Bueno, est bien. Bebemos el agua?

    A propsito de leccioncilla Sabe usted que abriremos en la iglesia una escuelita? Para los nios pobres del barrio. De maana las nias y de tarde los nios De noche, si hay interesados, funcionar para obreros. Qu le parece? Usted es maestro y conoce el valor del progreso que significa una escuela.

    Acabramos, curita! Ahora me acaba de mostrar la cola del gato

    Ningn gato dijo el cura Vengo a ofrecerle la direccin de la escuelita. Qu me dice?

    Don Jen volvi a quedarse callado, pero un leve temblor de sus manos revelaba que estaba conmovido Mir al cura y ste percibi alguna luz afectuosa en sus ojos

    Est? Lo acepta, verdad? Vamos, don Jen, que usted no va a recibir rdenes ni instrucciones de nadie! Y

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    CUENTOS Y RELATOS

    menos de este cura! hizo una pausa y prosigui: Hubiera trado algo de vino para brindar

    Lo haremos con agua dijo el anarquista Qu astutos son ustedes los curas!

    Ya se dijo hace tiempo: Astutos como serpientes e ingenuos como palomas

    Curas! Curas! Y ya se dice todo dijo rindose don Jen

    Poco despus, el cura caminaba con premura hacia la iglesia

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    Oscar Pineda

    Juan Vicente

    Sucedi hace ya varios aos Cuando eso yo solo contaba con unos diez abriles Pero lo recuerdo perfectamente, hasta en los ms mnimos detalles, tanto como si fuera que ocurri ayer

    Mi hermano mayor, Jorge quien me llevaba cerca de veinte aos, haba recibido de su familia poltica un terreno bastante extenso ubicado entre los cerros de Piribebuy, en realidad a unos diez kilmetros de la ciudad propiamente dicha y rodeado de frondoso boscaje, aunque el paisaje, cuando uno ganaba algo de altura subindose a alguna roca, era de una belleza incomparable Como el terreno era muy bueno, l convirti el lugar en una plantacin de sandas para venderlas en el Mercado Central de Abasto de Asuncin y para la siembra, la cosecha y el cuidado contrat a unos campesinos de la zona, muy diestros en trabajar la tierra Como tena un camin Mercedes Benz 1313, el transporte de las frutas estaba asegurado Los

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    pequeos ranchos de la zona estaban tan espaciados que se perdan a simple vista Como yo estaba de vacaciones de la escuela, decid acompaar a mi hermano cuando haca el viaje a la plantacin de tal forma a salir aunque sea un rato de Asuncin y conocer un poco el campo, que es tan lindo en ese lugar salpicado de cerros verdes de tanta vegetacin Fuimos varias veces, y a pesar de que prcticamente tenamos que hacer con el camin un trayecto de varios kilmetros a campo traviesa, nunca tuvimos problemas y siempre estbamos de vuelta en Asuncin en la misma fecha, hasta el da en que se carg el 1313 con las sandas Era una tarde, recuerdo, y a slo unos cien metros de la plantacin, el camin qued embarrado y sin poder avanzar un solo centmetro ms Vinieron a socorrernos los ayudantes de mi hermano, y por ms que lo intentamos varias veces no hubo forma de quitar el camin de la trampa del pantano en el que se encontraba A medida que lo intentbamos, las ruedas entraban ms en el barro, y el da se iba hasta que se hizo noche cerrada, y llegamos a la conclusin de que el camin deba quedarse en el lugar porque mi hermano, que lo conduca, no conoca el camino por la noche, y como se pasaba al lado de barrancos, peligro haba de que la situacin empeorase irremediablemente Para peor haba comenzado a relampaguear entre los cerros y todo haca suponer que en pocas horas caera una tormenta Nosotros tenamos que volver a Asuncin, as que mi hermano, contrat a uno de los campesinos para que se quedara a dormir en el camin mientras cuidaba las sandas y le dijo que volvera al da siguiente por la maana

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    con alguna ayuda para quitar nuestro medio de transporte del lugar Nosotros tenamos que salir caminando a campo traviesa por el lado ms corto posible: implicaba atravesar varios claros, mezclados con grupos grandes de rboles y malezas, junto con algunas rocas algo prominentes, por lo menos un arroyo de ancho intermedio, todo ello entre elevados cerros y con la nica iluminacin de una pequea linterna, de la luna que de vez en cuando apareca entre las nubes y los relmpagos que se hacan cada vez ms frecuentes, aparte de que ya haba comenzado a bajar la temperatura y soplaba una suave brisa que nos deca que la lluvia no tardara en hacerse presente Mi hermano, Jorge, tena la confianza en que no nos perderamos en la noche y que llegaramos en poco tiempo a un camino de tierra que pasaba a unos cinco kilmetros de donde estbamos y por donde de vez en cuando transitaban vehculos, carretas y hombres de a caballo y que de all solo restaban como tres kilmetros para volver a Piribebuy, donde encontraramos seguramente algn colectivo para retornar a Asuncin

    Fue cuando nos internamos en la noche, entre dos cerros que se levantaban por el norte cuando comenz en m el miedo Jorge no lo demostraba, aunque algo de temor deba tener tambin, aunque sea de perdernos y no encontrar el camino que debamos recorrer para llegar a Piribebuy En mi cabeza comenzaron a venir las historias, tantas veces contadas por los campesinos que habitaban la regin Era el lugar donde se haban librado haca ms de un siglo, grandes y sangrientas batallas de la Guerra Grande, donde en noches sombras y con amenazo de

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    tormentas volvan los fantasmas de los terribles titanes de esa memorable confrontacin blica Los relmpagos hacan que se multiplicasen las sombras entre el follaje y el sonido de los truenos imitaba al can de tiempos idos Era una escena ttrica y ninguno de los dos pronunciaba una palabra A nuestro paso, de vez en cuando, algn animal sala corriendo de donde estaba para refugiarse en su madriguera y de paso causarnos un gran susto, y los sonidos de los pjaros nocturnos se hacan or y nos erizaban los pelos Cuando se produjo un relmpago, algo ms brill enfrente nuestro haciendo parecer como que un grupo se estrellas se haban formado a nuestro paso Nos quedamos quietos y apuntamos la linterna a donde se produca el cielo en la tierra cada vez que relampagueaba Nos quedamos asombrados Eran un grupo grande de arcnidos campestres que haban formado sus telaraas entre los rboles por donde nosotros debamos pasar Aunque no pareca muy peligroso puesto que eran pequeas, decidimos dar un rodeo a los rboles y as poco despus, se hizo or el sonido del agua cuando corre y cincuenta metros ms all apareci el arroyo No haba puente, o mejor, si lo haba, pero era un rbol cado que lo atravesaba de lado a lado y que segua teniendo todas sus ramas y sus hojas Al pisarlo se balance un poco, lo que nos deca que no era muy seguro que digamos Primero cruz mi hermano, que como era ms grande que yo, con algunos pocos zancos ya estaba del otro lado Lleg mi turno y fui pasando, pero cuando estaba por llegar a la otra costa, unas hojas me hicieron trastrabillar y tuve que

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    apoyar un pie en el agua, que por suerte en ese lugar era ya suficientemente playa y no entr ms all de la rodilla. Con todo, no fue una sensacin muy agradable ya que estaba calzado con un zapato de excursin y con medias gruesas Aparte en ese mismo momento son un trueno, brill un relmpago y me pareci ver ms sombras, aparte de la ma, que se formaban en el agua que se mova de forma extraa formando pequeas olas porque ya haba comenzado a soplar un viento mucho ms fuerte

    El follaje se agitaba de forma violenta y un rayo cay a unos veinte metros de nosotros destrozando un rbol y causando un gran estruendo al tiempo que comenzaba a llover profusamente Nos refugiamos debajo de los rboles ms frondosos, pero fue insuficiente para cubrirnos de tanta agua que caa y an estbamos como a dos kilmetros del camino de tierra La linterna en cualquier momento se mojara y dejara de funcionar y quedaramos totalmente a oscuras de no ser por la profusin de relmpagos y rayos que caan En uno de esos fugaces destellos vimos que cien metros a nuestra izquierda estaba la base rocosa de uno de los cerros y nos dirigimos corriendo hasta all en medio de rfagas de lluvia y viento y encontramos lo que necesitbamos

    Una roca de grandes proporciones y sostenida sobre un pequeo eje marcaba una saliente en forma de techo de ms de dos metros lo que nos permita refugiarnos del temporal que se abata sobre nosotros Ya haca un fro tremendo, estbamos empapados y sin embargo bajo la roca, la temperatura era hasta casi templada, el lugar

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    estaba seco y lo que era mejor, no haba ningn animal a quien disputarle el preciado espacio Nos quedamos all un buen rato, la lluvia no amainaba y seguan los rayos y truenos en esta tierra de nadie Cerca de nosotros se haba formado un segundo arroyo del agua que bajaba del cerro pero por lo elevado de la plataforma en la que estbamos no corramos peligro de ser arrastrados No podamos salir de all hasta que parara la lluvia y esta era torrencial, por lo que decidimos ponernos cmodos mientras esperbamos el momento adecuado para volver a emprender el camino

    Yo me quit la chaqueta y la puse en una piedra que tena formas suaves y me recost en ella Jorge hizo otro tanto con una roca que estaba cerca suyo Los minutos pasaron y poco a poco el sueo nos fue ganando La lluvia nos serva como de canto de cuna y solo de vez en cuando nos sobresaltaban los truenos y los rayos Como estaba muy cansado, as me qued profundamente dormido No s cunto haba pasado, cuando repentinamente despert con el sonido de un trueno entre el follaje Trat de encontrar a mi hermano en la oscuridad y no estaba Haba parado de llover, aunque todo estaba mojado y a lo lejos se escuchaba el inconfundible trajinar del arroyo desbordado, los sonidos eran muy extraos Los truenos sonaban ahora huecos, secos, y como de un solo golpe de un bombo gigante y no prolongados como solan ser Como soy hijo de un oficial de artillera de inmediato me di cuenta que eso ya no eran truenos Sal corriendo de mi escondite, aunque todava me senta algo adormilado y fui hacia donde ms fuerte se escuchaban los sonidos

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    Escuch de pronto que varios caballos se dirigan hacia donde yo estaba Me escond detrs de un matorral y vi pasar al galope a varios jinetes con lanzas en ristre y espadas desenvainadas, manchadas las hojas de rojo, los uniformes parecidos a los del Ak Karaj, hechos jirones y slo algunos calzaban sus botas, los otros iban descalzos Sus rostros estaban desencajados, los ojos salidos de las rbitas, las ropas manchadas de sangre Pasaron como almas que lleva el diablo con rumbo desconocido Llegu hasta el borde de un bosque, ms all se extenda el claro y en l se vea entre el humo y el fuego, soldados de infantera maniobrando en compactas filas, formando lneas y disparando sus fusiles Los artilleros cargaban sus caones y disparaban a mansalva, produciendo un sonido ensordecedor, contra una enorme masa de hombres que peleaban a pie y a caballo en el centro del campo

    El combate era sangriento y consegu ver cmo una explosin causada por una bala de can destrozaba varios cuerpos Entre el sonido luctuoso de la metralla se escuchaban claramente el llanto de los heridos, las estentreas maldiciones de los combatientes, las recias rdenes de los oficiales, y los ltimos y lastimeros suspiros de los moribundos Algunos se acordaban del diablo y otros de su mamita Era una masacre El grupo ms pequeo que hasta pareca ya no tener ni uniforme estaba perdiendo la batalla, mientras los otros seguan recibiendo cada vez ms y ms refuerzos Una vez repuesto del terror de la dantesca escena, all a lo lejos, por el costado derecho del campo, consegu distinguir un casern de buenas proporciones y

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    fui hacia all bordeando el bosque, entre el follaje para no ser visto Por momentos me pareci que el follaje todava estaba mojado por la lluvia, pero luego me di cuenta que hasta el pasto tena sangre

    Llegu hasta el casern sin ser visto y mir a travs de una ventana All estaban, a la luz de unas velas, una mujer mayor y una menor rezando el rosario frente a un Sagrado Corazn de Jess La mayor principalmente vesta con ropa suntuosa y usaba una peineta de color dorado con adornos florales muy hermosos. A cada rato se sobresaltaban por los sonidos que venan del campo de al lado y porque en la pared que daba con l se incrustaba de vez en cuando alguna que otra bala perdida De pronto se escuch claramente a unos caballos que se aproximaban al casern Era evidente que ellos estaban ganando la batalla y ya podan mandar tropas a revisar los alrededores para el saqueo correspondiente Desde el lugar donde estaba tena una visin privilegiada de lo que estaba ocurriendo Por un lado, slo a un metro de m terminaba el casern y poda ver lo que ocurra en el campo y por el otro estaba la enorme ventana que me permita visualizar lo que pasaba dentro de ella Llegaron dos soldados de aspecto ttrico Desmontaron de sus caballos y se aproximaron a la otra ventana que daba al frente Las mujeres pararon de rezar y se abrazaron esperando espantadas lo que vendra Al ver a las dos mujeres los ojos de los soldados brillaron de lujuria y prorrumpieron en una muy audible risotada malfica al tiempo que decan algo que no consegu entender y se dirigieron hacia la puerta principal En ese

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    momento en el cuarto apareci un nio, vena corriendo de hacia atrs donde haba otra puerta Tendra ms o menos mi edad, el pelo castao, los ojos claros, no llevaba camisa y se le notaba bastante esqueltico, su pantaln estaba roto y parte de la pierna se le vea claramente Estaba descalzo y en la mano derecha portaba un enorme sable o por lo menos a l le quedaba bastante grande Corri hacia la puerta delantera mientras gritaba a las mujeres: ani rekyhyjti, che patrona (no tenga miedo, mi patrona) Consigui poner la tranca a la puerta pero el golpe que dieron los soldados de hacia fuera fue tan fuerte que lo rompieron en dos por lo que ya no haba nada que los detenga El pequeo se ubic entonces detrs de una de las alas de la puerta, y se mantuvo escondido all Cuando se aproxim el primero de los soldados sali por el lado izquierdo desde atrs de la puerta y lo atraves de costado a costado con su sable El soldado, inmediatamente se proyect hacia delante y cay al suelo retorcindose por la herida fatal El soldado que vena detrs rempuj al chico con la culata del fusil y ste fue a caer ms adelante, bastante golpeado El soldado sin mirar siquiera a su compaero que yaca semimuerto en el suelo se fij en las dos mujeres que, hermosa en la madurez una y bella en la adolescencia la otra, lo miraban con pavor El soldado solt una vez ms una risotada y al momento su rostro se transform en una mueca de dolor Desde atrs, el nio que se haba repuesto, quit la bayoneta del fusil del otro soldado que estaba en el suelo y lo incrust en la espalda del que en ese momento se abalanzaba sobre las mujeres

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    Mientras, otros soldados de a pie haban llegado hasta el corredor que bordeaba el casern y al ver a las mujeres inmediatamente emprendieron una carrera haca ellas para ver quin las posea primero El nio grit a las mujeres, pyae pedispar, pekay, (rpido corran, escndanse) y una vez ms se dirigi a la puerta principal para tratar de cerrarla No pudo porque los soldados ganaron el dintel en un instante El nio tambin lleg al marco y se puso en frente del primer soldado para impedirle el paso Este le clav con la bayoneta de su fusil a la altura de la barriga y el nio agarrando fuertemente el arma de su atacante fue cayendo lentamente hasta el suelo El soldado trataba de volver a quitar su fusil y el nio a pesar de estar gravemente herido, y de salirle borbotones de sangre por la boca, no lo soltaba. Luego de un forcejeo de algunos segundos por fin pareci quedar exnime y el soldado pudo arrancar su fusil cuya bayoneta sali con partes de los rganos internos del nio Cuando avanz dos pasos adentro del recinto, cay de bruces para adelante El nio que ya deba estar muerto se haba agarrado desde el suelo las dos piernas producindole la cada y manchando su pantaln blanco con sangre Entonces, el soldado, desde el suelo lanzaba patadas al nio y lo golpeaba con la culata del fusil pero este no lo soltaba Los otros soldados que todava no podan pasar por la puerta porque todo esto se desarrollaba prcticamente en el camino, avanzaron y dispararon al nio a la cabeza mientras que otros le clavaban con sus bayonetas Yo ya no pude aguantar tanto horror y me di vuelta corriendo por el pasillo y salt encima del que en ese

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    momento estaba incrustando su bayoneta en el pecho del nio que increblemente segua aferrndose fuertemente a las piernas del primer soldado Sin saber por qu traspas al soldado de espalda al frente y fui a parar al suelo al lado del nio que era una masa sanguinolenta de sangre, carne y huesos Yo gritaba y lloraba de horror, haba perdido totalmente la compostura, ms todava con el cuerpo que tena a mi lado, y mojndome con la sangre que estaba en el suelo, y los soldados encima de m, que pareca que tambin me clavaran una y otra vez con las bayonetas En el momento que uno de los soldados elevaba su fusil para dar fuerza al golpe de bayoneta, sent claramente una bofetada, y luego otra y all despert Era mi hermano, que se haba alarmado por los gritos con que bramaba en sueos, y como no consigui despertarme a las buenas, me profiri un par de bofetadas. Estaba nuevamente bajo la roca, baado en sudor, las lgrimas corran por mis mejillas, tena fiebre, mi corazn lata como un tambor y apretaba algo fuertemente en mi mano, tanto que hasta me haba hecho sangrar la palma Lo abr y encontr en ella una peineta, toda avejentada y muy estropeada, haba perdido completamente su brillo y con todo era idntica a como sera nueva la que utilizaba esa seora a la que acababa de ver Todo era tan vvido, para m acababa de ocurrir

    Ya haba parado la lluvia y una suave brisa estaba despejando las nubes A lo lejos se escuchaban los truenos que hacan eco entre los cerros La linterna todava funcionaba y an en mi endeble estado, conseguimos

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    llegar al camino de tierra donde una camioneta nos recogi y nos llev a la Terminal de mnibus. Tuve fiebre varios das seguidos y luego de una semana me repuse Eso que ocurri esa noche me intrig durante aos

    Ya mayor recorr de vuelta el camino y llegu al lugar en donde alguna vez estuvo el casern y del que ahora solo poda verse la planta de la construccin Averiguando un poco, entre los campesinos, un baqueano octogenario me cont lo que all haba sucedido Fue durante la Guerra del 70 All viva una familia de ricos hacendados paraguayos de ascendencia francesa Durante la guerra haban muerto todos los miembros varones de la familia y solo quedaron la seora del patrn y su hermosa hija Cuando los aliados llegaron a Piribebuy, un batalln riograndense de quinientos hombres compuesto de soldados gauchos, al mando del sanguinario coronel Martn De Souza Tavares, se dedic a pillar salvajemente esa zona degollando a cuanto hombre, mujer o nio encontraban a su paso Para las mujeres era peor porque antes de ser degolladas eran violadas por pelotones enteros de soldados En ese campo se libr una ltima batalla de resistencia, a principios de agosto, una noche de tormenta Los campesinos formaron una compaa de unos noventa hombres mal armados, peor entrenados y alimentados, y conformados casi en su totalidad por hombres de edad avanzada y as se enfrentaron a los gauchos La lucha fue sangrienta y enormemente desigual De los campesinos no sali uno solo vivo La soldadesca luego fue para la casa donde se encontraban la seora y la hija del patrn All les enfrent Juan Vicente,

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    el pequeo hijo del capataz que solo contaba con nueve aos l retuvo a la caterva durante preciosos diez minutos que fueron los necesarios para que la seora y su hija se escondieran en el bosque cercano Los soldados fueron a buscarlas pero no las encontraron porque no conocan bien la zona Las mujeres estaban escondidas en un saliente rocoso de la base del cerro cercano que ms adelante tom el nombre de la Gruta Milagrosa Varios meses despus, cuando ya la guerra haba terminado, y la vida volva a la normalidad, las mujere