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1 i ) > i 11 (lo Impronta no tlono más limites <|uo ol,'vospoto & \a vlüu onil y A 1» pnr ilbllanArt 79 do 1" OonsUluoIdn 11 (lo Impronta no tlono más limites <|uo ol,vospoto & \a vl T onil y A pnr, pilbllan.—Art. 79 do 1" OonsUluoIdn. Periódico independiente de combate. < uiimlo U Ui'iHililloft ptonuniMi »mi«tvr(<« <S (llmllli —(I AMIIKTTA (UWOM> Director: RICARDO FLORES MAGON. Jefe de Redacción: Juan Sarabia. AÑO I.—3a ÉPOCA. SEORJSTARIO DE REDACCIÓN; ANTONIO I. VILLARREAL. OFICINAS: 2tH6 LAFAYETTB AV. —SAINT LOUIS, MO., E. U. A.— Jin,]() lo DK l!K)t>. Administrador: Enrique Flores Magon TOMO IV.-No 11 Los Sucesos LA VERDAD COMPLETA. Después de un raes que los su- cesos de Cananea han estado ocu- pando la atención del público y han sido discutidos y comentados ex- tensamente, se han podido depu- rar las informaciones falsa9 y ex g-eradas de los primeros momen- tos y se ha llegado á saber clara y definitivamente la verdad sobre aquel lamentable acontecimiento. El esclarecimiento de los he- chos patentiza cada vez más que las responsabilidades de loque pa- en Cananea no corresponden en manera alguna á los trabajado- res que ordenada y pacíficamente iniciaron una huelga, sino á los yankees que fueron los primeros en agredir, y al Gobierno que se puso de parte de los yankees y hasta llamó fuerzas americanas pa- ra que restablecieran, asesinando á nuestros compatriotas, el orden perturbado por los extranjeros. La verdad exacta, innegable y perfectamente comprobada, es la que vamos á referir, advirtiendo que este artículo rectifica al que publicamos en el número anterior, en aquellos puntos en que haya divergencia entre ambos. Hace quince días no disponíanlos* toda- vía de informaciones tan fidedig- nas como las que ahora tenemos, y pudimos incurrir en algún error ú omisión. Repetimos, pues, que lo que ahora vamos á referir es lo más exacto, lo que está entera- mente ajustado á la verdad. Desde el mes de Abril se habla- ba en Cananea de una huelga de los trabajadores mexicanos, que, como lo hemos dicho muchas ve- ces, son víctimas de distinciones humillantes, pues se les paga mu- cho menos que á los americanos, se les roba en la tienda de raya y se les explota y ofende de mil ma- neras. Todo esto se hace por re- comendación de Porfirio Díaz, que desea mantener al obrero mexica no en la miseria yla abyección, La huelga se realizó alfinel lo de Junio. L os obreros acordaron mantener una'actltud enteramen- te pacífica, y á fin de conservar sus ánimos serenos y no dar pre- texto para que se les tachara de falta alguna, acordaron también que no se bebiera una sola gota de licor. Esto fue cumplido estricta- mente : ninguno de los huelguis- tas probó el vino. Se reunieron más de cuatro mil mineros; ningu- no de los huelguistas llevaba ar- ma; unos á otros se recomendaban guardar la mayor compostura y evitar todo desorden. Así, desar- mados, pacíñcos, correctos, se di- rigieron á ver á Greene, Presi- dente de la Cananea Consolidated Copper Company. Este no acce- dió á los deseos de los huelguistas porque, según lo dijimos en nues- tro número anterior, nopodía o- brar sin permiso de las autorida- des mexicanas. No hay que olvi- dar que Porfirio Díaz tiene reco- mendado áGreene y á todos los ri- cos que paguen mal y traten peor al mexicano. El Dictador desea perpetuar la miseria entre los o- breros nacionales, porque sabe que la miseria debilita á los hom- bres ylos hace soportar tiranías. Los trabajadores se retiraron con el mismo orden que habían estado manteniendo. No amenazaron ni pensaron en venganzas ni faltaron en lo más mínimo á sufirmepro- pósito de obrar pacíficamente. Deseando aumentar su número con nuevos compañeros, para ha- cer más respetable la huelga, re- solvieron irá la maderería para invitar á los mexicanos que allí trabajaban á que se unieran con ellos. En el trayecto fueron cus- todiados por la policía, que no tu- vo nada que hacer, pues los huel- guistas estaban bien resueltos ellos mismos á conservar el orden. La marcha de aquellos obreros tran- quilos, correctos, bien vestidos, más parecía un paseo cívico que una manifestación huelguista. Y hacemos notar este detalle de que los obreros iban bien vestidos, pa- ra demostrar que sus intenciones eran pacíficas, pues nadie se pone sus mejores ropas y se acicala pa- ra lanzarse á la revuelta. Cuando los trabajadores se pre- sentaron enlas oficinas de la ma- derería, siempre en paz, siempre respetuosos, siempre prudentes, fueron recibidos por los yankees de un modo enteramente diverso. Los yankees, coninsolencia cana- llesca, burlándose de los huelguis- tas, cogieron las mangueras enor- mes que sirven para apagarlos incendios y lanzaron chorros de agua sobre la multitud que estaba frente á la maderería. El duchazo brutal bañaba de pies á cabeza á los obreros, formaba lodazales en el pavimento, manchaba los trajes flamantes, caía sobre los rostros como una bofetada ultrajante. I v a primera sensación fue de estupor. ¿Cómo habían de. imaginar aque- llos honrados trabajadores que su compostura, su decencia, su acti- tud respetuosa y pacífica, les val- drían semejante recibimiento? No- sotros mismos, al referir ese he- cho, nos sentimos asombrados de la audacia, de la insolencia inau- dita con que obraron los yankees, haciendo ludibrio de nuestros compatriotas, tratándolos con el desprecio injurioso con que trata- rían á un rebaño de esclavos. Pe- ro la sorpresa experimentada por los huelguistas ante aquella agre- sión que era á la vez una burla, pronto se convirtió en indigna- ción: no se podía recibir con la sonrisa en los labios aquel chorro de agua que azotaba los rostros con chasquidos de mofa; era preciso no ser hombre para no respon- der á aquel ultraje. Los huelguis- tas no llevaban armas: se inclina- ron á recoger piedras. Pero no habían lanzado la primera, cuando los yankees parapetados en la ofi- cina comenzaron á hacer descargas sobre la multitud inerme. Las ba- las hicieron estragos en aquella masa compacta de hombres inde- fensos, que recibían á pecho des- cubierto las descargas de los ase- sinos, á quienes no les llegaban las piedras, pues estaban refugia- dos en lo alto del edificio, bien pa- rapetados contra los míseros pro- yectiles de los huelguistas. To- davía en esas circunstancias y á pesar de la indignación que crecía á la vista de los que caían heridos ó muertos por las balas de los yan- kees, los obreros agredidos tuvie- ron ungrande, un hermoso rasgo que se han empeñado en callar los que se han Impuesto la innoble tarea de defender á los extranje- ros asesinos y de arrojar sobre nuestros compatriotas toda la res- ponsabilidad de aquellos desórde- nes. L°s huelguistas pidieron á la policía que sacara del edificio en que se parapetaban, á los yankees que estaban disparando sobre la multitud, y los entregara á la au- toridad para que fueran castiga- dos. La policía prometió sacar á los asesinos, pero no lo hizo. Pasa- do un rato, y viendo los huelguis- tas que nose les atendía, repitie- ron su petición, y entonces la po- licía declaró que no podía sa- car á los asesinos porque no tenía orden. Esto colmó la medida, a- cabó con la paciencia que hasta entonces habían tenido los obre- ros en grado sumo. Alguien juz- gó oportuno prender fuego al edi- ficio que servía de fortaleza á los yankees, para hacerlos salir, y el incendio se inició, por culpa de los americanos insolentes que a- gredieron sin causa alguna á los pacíficos huelguistas y por culpa de la policía que se negó á cum- plir con su deber, haciéndose cóm- plice de los que asesinaban á los mexicanos inermes. Los yanquis salieron huyendo de las llamas, y tres ó cuatro de ellos fueron muer- tos á pedradas por la multitud. Entre los muertos estuvieron los hermanos Metcalf, que habían en- cabezado la agresión ; los que no habían tirado contra el pueblo, no recibieron el meuor daño. Después de estas violencias, PROVOCADAS EXCLUSIVA- MENTE por los americanos, los ánimos se calmaron y el orden vol- vió á reinar. Allí hubiera con- cluido todo si los yanquis hubie- ran tenido los mismos propósitos pacíficos de los huelguistas. La multitud comenzó á dispersarse tranquilamente, pero en ese mo- mento Greene y otros muchos a- mericanos bien armados pasaron por la calle de Chihuahua hacien- do fuego mortífero sobre el pueblo. Otrosyanquis.armadosporGreene, se parapetaron en los cimientos de la iglesia en construcción, y desde allí estuvieron cazando á lo¡ mexicanos que pasaban, sin tener compasión ni de los niños. Los americanos seposesionaron tam- bién de los hoteles, y por las ven- tanas disparaban traidoramente sobre nuestros compatriotas. Fue una verdadera cacería; los yan- quis se divertían asesinando á los mexicanos fríamente, y á traición, como lo hacen IOB cobardes. - El pueblo olvidó por un mo- mento que la Dictadura y sus ser- vidores son enemigos de los mexi- canos y lacayos de los extranjeros; el pueblo preocupado de que sus actos no setacharan de ilegales, de- seoso de que su conducta fuera siempre justificada, acudió en a- quellos momentos terribles á quien menos podía atenderlo: á la auto- ridad. L a masa de gente indigna- da se aglomeró en el Palacio Mu- nicipal, denunciando los asesina- tos que estaban cometiendo los yanquis y solicitando del Ayun- tamiento que defendiera al pue- blo 6 le diera armas para defen- derse. Dos ciudadanos que ha- bían avanzado á hacer la petición, fueron recibidos á golpes por Isi- doro Castañedo, ese tinterillo bri- bón cuyas pilladas y cuyo yan- quismo hemos denunciado más de una vez. El bellaco tenía un re- vólver en la mano y agredió á ca- ñonazos á los que venían á pedir protección de la autoridad, los cuales estaban completamen- te desarmados. En seguida, dio orden á la policía de que apresa- ran á cuantos estaban en el Pala- cio y dijo al jefe de los gendarmes con voz -de trueno: "al que se quiera escapar, me lo matas como un perro." •* [Así trataron las autoridades de Cananea al pueblo que iba á pedir que se le protegiera contra los ase- sinos yanquis! En lugar de pro- tección, encontró nuevas agresio- nes y amenazas de muerte, ¡Así de vil y de miserable es la condi- ción de los mexicanos bajo la Dic - tadura del bandolero DíazI De- bemos ser robados, humillados y hasta cazados como fieras, sin que se nos permita defendernos. Re- clamamos pacíficamente un dere- cho, los amos extranjeros contes- tan á tiros; nos quejamos respe- tuosamente con nuestras autori- dades, y nuestras autoridades nos golpean, nos mandan encerrar y nos ofrecen más tiros. ¿Cuál es, pues, nuestra situación? ¿Ya no tenemos niel derecho de defender nuestra vida? ¿Debemos dejarnos matar como reses maniatadas, ca- da vez que un yanqui tenga á bien divertirse tirando al blanco sobre nuestro pecho? Sí; esta es la ley que nos imponen los traidores que nos gobiernan, y la prueba la te- nemos en que después de los dis- turbios de Cananea, los yanquis que provocaron el desorden, que agredieron á los mexicanos, que asesinaron cobardemente á nues- tros compatriotas desarmados, es- tán enteramente libres, riéndose de la impunidad enque han que- dado sus hazañas de criminales, mientras que las víctimas de su salvajismo, los mexicanos ultra- jados y agredidos, los deudos de los que cayeron baio las balas del extranjero, fueron fusilados ó es- tán presos, en número excesivo, esperando que la justicia (?) los castigue por el enorme delito de haber defendido su vida contra los asesinos yanquis. Cuando los mexicanos se con- vencieron de que no tenían que esperar ningún auxilio de la auto- toridad, buscaron la manera de defenderse por mismos. En los montepíos se proveyeron de ar- mas, muy inferiores siempre en calidad y número á las que tenían los americanos; pero peor era es- tar completamente indefensos. Es absolutamente inexacto que los huelguistas hayan robado dinami- ta de la Compañía para volar ca- sas de gringos. Nuestres compa- triotas se concretaron á defender- se; ni una vez tomaron la ofensi- va. No hubo ninguna propiedad violada, ni siquiera amenazada. Nuestros compatriotas guardaron demasiadas consideraciones á sus enemigos, y ahora pagan su ge- nerosidad en lacárcel, sufriendo las más infames calumnias, y esto sin hablar de los fusilados. Hu- bieran podido volar todas las pro- piedades de la Compañía, pero no quisieron hacerlo. Respetuosos hasta lo inverosímil, honrados hasta lo absurdo, se preocupaban •púj-íü. legalidad y la mesura, cuan- do los yankees los batían y los ca- zaban como á fieras dañinas. | Así obraron los mexicanos! ¡Y por esto fueron unos fusilados y re- ducidos otros á prisión, mientras los yankees permanecieron libres! El día siguiente, 2 de Junio, se esperaba con ansia la llegada del Gobernador. El pueblo, con esa ceguedad de los trances desespe- rados, en que hasta el vacío se toma como punto de apoyo, tenía alguna confianza en que Izábal le prestaría protección. Llegó un tren con armas para Greene, y luego otro tren conduciendo á Iza- bal y á algunos centenares de sol- dados americanos en cinco furgo- nes. El pueblo que deseaba ver al Gobernador y sus tropas para pedirle auxilio y denunciarle los asesinatos cometidos por los yan- kees y los contrabandos de armas, sufrió una gran decepción al ver- lo custodiado por fuerzas extran- jeras y sobre todo, al verlo partir en el automóvil de Greene, en Compañía de este individuo que había sembrado la muerte en Ca- nanea. Millares de gentes vieron desfilar á los soldados americanos, con las armas terciadas, rumbo á la fundición. En presencia del mismo Izábal continuaron cebán- dose en los mexicanos como el día anterior y se situaron en dis- tintos puntos, cazando á los que iban pasando. Sólo algunos gru- pos pequeños de mexicanos mal armados podían hacer frente á los yankees. La inmensa mayoría de nuestros compatriotas no tenían armas. La carnicería de esa tar- de, la presenció con satisfacción Izábal, y aun dio él mismo, como los ayankados Pablo Rubio y Lie. Isidoro Castañedo, orden de dis- parar sobre el pueblo. Llegaron las fuerzas del Coronel Kosterlitz- ky, y los americanos, en su fiebre de matanza, que los hacía dispa- rar á ciegas, hirieron á un solda- do y mataron un caballo de esta fuerza que venía en su ayuda. Ni siquiera esto castigó el Gobierno por su propio interés. Los yan- kees gozaban déla más absoluta impunidad para matar á quien se les antojara. Kosterlitzky decla- la ciudad en estado de sitio y fusiló á diez 6 doce mexicanos; represión tan salvaje como inútil, pues nuestros compatriotas no te- nían armas, no hacían daño nin- guno y sólo algunas veces se de- fendían de los ataques de los yan- quis. Yentre los yanquis ¡oh ca- sualidad! entre los que iniciaron y continuaron el desorden, entre los que hicieron aquella carnlce-' mismo lia confesado que las tro- ría salvaje y se hartaron de san- pas yanquis estuvieron en Cana- ! gre como caníbales, no hubo uno , ne¡i, con lo cual hasta ([Hedamos solo que lucra víctima de la dura relevados de presentar más prue- ley marcial! ¡Ahí Es que allí no'bas. Sin embarg-o, agregaremos se trataba de hacer justicia ni de un detalle importnute: el Goher- castigar á cada uno según sus nador de Arpona llamó a su pre- responsabilidades, sino de acá- .sencia ni Capitán Kjning para bar con los mexicanos, de hosti- pedirle explicaciones de porqué garlos, de perseguirlos, de sacn- abandonó el territorio americano ficarlos, simple y sencillamente para llevar tropas á Cananea. porque eran mexicanos. Ese era De todo lo anterior se despren- su delito, su estigma, .su desgra- de: que la huelga de los mineros cía. Ser mexicano era bastan- deCananea i uc enteramente pa- te razón para morir. |He ahí lotifica; que los yanquis fueron los que ha hecho de nosotros. IdDio-1 primeros en agredir á los huel- tadura; ha degradado nuestra ua-,giilbtas y tomaron siempre la ini- cionahdad; de lo que era patente I ciativa en todos los desórdenes de gloria y timbre de legítimo or-| posteriores; que los yanquis güilo, ha hecho un padrón de ig- nominia, una marca degradante, un sambenito sobre el que pue- den llover impunemente escupi- tajos y puntapiés; de la naciona- lidad mexicana, símbolo de alti- vez y dignidad, ha hecho un ha- rapo enfangado que los extranje- ros pueden pisotear y enlodar más aún! Yanquis ávidos de nuestra riqueza, rapaces y bes- tiales como subditos de Atila, in- solentes como gañanes encum- brados, dignos de ser vistos con lástima desdeñosa por nuestra raza inteligente y noble, nos ro- ban, nos humillan y hasta nos a- sesinan por diversión, y nuestros gobernantes, en vez de castigar- los y pedirles cuenta del ultraje, estrechan sus manos enrojecidas con nuestra sangre y arrojan á las cárceles á los que escaparon de perecer á manos de los bárbaros! lOh ignominia! Cuando Izábal vio que los me- xicanos estaban desarmados, que á nadie atacaban,que no significa- ban un peligro ni para los yan- quis ni para sus servidoras las autoridades, se acordó que Méxi- co tiene dignidad como nación in- dependiente y soberana y mandó que los soldados americanos que había traído de Bisbee, Arizona, se volvieran á su país. Cuando el traidor los introdujo á territorio nacional, el miedo le hizo olvidar- se del honor de la Patria, tan tar- díamente recordado. Se dice que el Administrador de la Aduana de Naco, advirtió á Izábal el delito que cometía al traer á México fuerzas extranjeras, y protestó contra la violación del territorio, diciendo que si ésta se verificaba era sólo porque' é*l no tenía tropas suficientes para evitarla; y que agregó que denunciaría el hecho al Centro como lo hizo. Nos ex- traña tal rasgo de un empleado de la Dictadura, pero bien pudo suceder: el patriotismo es un grande sentimiento, que puede vencer á veces á la conveniencia, en las almas que no son tan rui- nes como la de Izábal y demás eu- nucos cercanos al Dictador. Lo que es indudable es que algu- nos yanquis pretendieron pasar la línea fronteriza en Naco, por su cuenta, y fueron virilmente re- chazados, lo que prueba que el último empleado de la Aduana de Xaco es más honrado y más pa- triota que el traidor Rafael Izá- bal. Ya en nuestro número anterior hicimos las consideraciones rela- tivas á la invasión de nuestro te- rritorio por fuerzas yanquis, y manifestamos que el Código Pe- nal castiga á Izábal con doce años de prisión y multa de $1000.—á $3000. —; esto no porque creamos que el traidor sea castigado, sino para que sepan nuestros lectores con toda claridad cómo burla la Dictadura las leyes más severas y precisas. Todo lo que dijimos nosotros acerca de la invasión, se ha comprobado, á pesar de las negaciones estúpidas del Gobier- no. La prensa, casi unánimemen- te, ha analizado con gran discre- ción y depurado cuidadosamente todas las informaciones conocidas, y ha tenido que declarar porque es cierto, innegable, claro y com- probado— aunque vergonzoso — que las fuerzas americanas inva-1 dieron nuestro territorio, acaudi- i liadas por el traidor Izábal. Este I ase- sinaron fríamente traición á infinidad de personas, de las que muchas no eran huelguistas ni tenían nada que ver con la cues- tión en debate; que los mexica- nos no tenían una sola arma al principio y sólo tomaron algunas délos montepíos cuando las autori- dades les negaron auxilios y los golpearon y amenazaron; que Izá- bal autorizó las salvajes carnice- rías que hacían los yanquis entre los mexicanos inermes; que toda la responsabilidad corresponde á los yanquis, cuyos crímenes ho- rribles han quedado en la impuni- dad; que los mexicanos obraron en defensa propia, por lo que fue- ron fusilados unos y encarcela- dos otTOs; que nuestro territorio fue invadido por tropas extranje- ras, traídas por Izábal, y que á este traidor no se le exige ningu- na responsabilidad. De aquí se desprenden útiles enseñanzas para los mejicanos. Una de ellas es que el honor Na- cional no vale nada ante las con- veniencias déla Dictadura, y la otra es que los mexicanos tenemos que dejarnos robar, humillar y a- sesinar por los yanquis, sin la menor defensa, á menos que que- ramos ingresar á un calabozo ó ser fusilados. lOh vergüenza! ¿Qué pueblo por más miserable y abyecto que haya sido, ha soportado lo que hoy sufrimos los mexicanos? ¿Cuán- do será vengada tanta infamia y restablecida la Justicia en los al- tares de la Patria? Se desea saber el paradero del Sr. Cristóbal Colón, que estando en servicio en el primer cuadro de caballería en Durango, pasó á prestar sus servicios á un Cuer- po del Oriente de la República, Encarecemos á la persona que conozca el paradero de dicho se- ñor, se sirva comunicárselo al Sr. D. Jesús Job Colón, residen- te en Zacatlán, Estado de Puebla, padre de la persona que se busca, quien recibirá con la noticia. un gran consuelo A los miembros del Partido Liberal. Por acuerdo de la Junta Orga- nizadora del Partido Liberal, se suplica á los miembros del Parti- do, erm'en sus cuotas mensuales sin esperar pre\ 10 cobro, procu- rando que sus remisiones lleguen á la junta antes del día último de cada mes. St. Louis, Mo., Marzo de líK)f, El Secretario, Antonio I VillarreaL ALFONSO C. VILLARREAL COMISIONISTA NUEVA YORK, E TJ A. Ofrece sus «venIUOS como omm~>nist-i y traduc- tor í 13$ consumidores mcvu anoi Vende toda clase de artículos r*el comeru ; ameri- cano « lo«; mc]orcs precios de j la/\ Recibe en cornial«'n mere in». í i^ le pt >c cderu l.i mexicana para su \cnta en CiU | •. Compra curiosidades mexicana* Suministra tod.i Liase de i nlorn i uncscomcrti.i c t Recibir.i y atenderá cur I i.tlm< r ( i loe mexicanos que Msitcn la Metrupo'n >m?tui riel Nuevo Mundo- Toda correspondencia diríjase asi: SR. ALFONSO C VILLABBEAL. 105 E 2$ih STHEBT. NEW YORK, U. 8, A

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Director: RICARDO FLORES MAGON.

Jefe de Redacción:

Juan Sarabia.AÑO I.—3a ÉPOCA.

SEORJSTARIO DE REDACCIÓN;

ANTONIO I. VILLARREAL.

O F I C I N A S : 2 t H 6 L A F A Y E T T B A V . — S A I N T L O U I S , M O . , E . U . A . — J i n , ] ( ) l o D K l!K)t>.

Administrador:

Enrique Flores MagonTOMO I V . - N o 11

Los SucesosLA VERDAD COMPLETA.

Después de un raes que los su-cesos de Cananea han estado ocu-pando la atención del público y hansido discutidos y comentados ex-tensamente, se han podido depu-rar las informaciones falsa9 y exg-eradas de los primeros momen-tos y se ha llegado á saber clara ydefinitivamente la verdad sobreaquel lamentable acontecimiento.

El esclarecimiento de los he-chos patentiza cada vez más quelas responsabilidades de lo que pa-só en Cananea no correspondenen manera alguna á los trabajado-res que ordenada y pacíficamenteiniciaron una huelga, sino á losyankees que fueron los primerosen agredir, y al Gobierno que sepuso de parte de los yankees yhasta llamó fuerzas americanas pa-ra que restablecieran, asesinandoá nuestros compatriotas, el ordenperturbado por los extranjeros.

La verdad exacta, innegable yperfectamente comprobada, es laque vamos á referir, advirtiendoque este artículo rectifica al quepublicamos en el número anterior,en aquellos puntos en que hayadivergencia entre ambos. Hacequince días no disponíanlos* toda-vía de informaciones tan fidedig-nas como las que ahora tenemos,y pudimos incurrir en algún errorú omisión. Repetimos, pues, quelo que ahora vamos á referir es lomás exacto, lo que está entera-mente ajustado á la verdad.

Desde el mes de Abril se habla-ba en Cananea de una huelga delos trabajadores mexicanos, que,como lo hemos dicho muchas ve-ces, son víctimas de distincioneshumillantes, pues se les paga mu-cho menos que á los americanos,se les roba en la tienda de raya yse les explota y ofende de mil ma-neras. Todo esto se hace por re-comendación de Porfirio Díaz, quedesea mantener al obrero mexicano en la miseria y la abyección,

La huelga se realizó al fin el lode Junio. L o s obreros acordaronmantener una'actltud enteramen-te pacífica, y á fin de conservarsus ánimos serenos y no dar pre-texto para que se les tachara defalta alguna, acordaron tambiénque no se bebiera una sola gota delicor. Esto fue cumplido estricta-mente : ninguno de los huelguis-tas probó el vino. Se reunieronmás de cuatro mil mineros; ningu-no de los huelguistas llevaba ar-ma; unos á otros se recomendabanguardar la mayor compostura yevitar todo desorden. Así, desar-mados, pacíñcos, correctos, se di-rigieron á ver á Greene, Presi-dente de la Cananea ConsolidatedCopper Company. Este no acce-dió á los deseos de los huelguistasporque, según lo dijimos en nues-tro número anterior, no podía o-brar sin permiso de las autorida-des mexicanas. No hay que olvi-dar que Porfirio Díaz tiene reco-mendado áGreene y á todos los ri-cos que paguen mal y traten peoral mexicano. El Dictador deseaperpetuar la miseria entre los o-breros nacionales, porque sabeque la miseria debilita á los hom-bres y los hace soportar tiranías.Los trabajadores se retiraron conel mismo orden que habían estadomanteniendo. No amenazaron nipensaron en venganzas ni faltaronen lo más mínimo á su firme pro-pósito de obrar pacíficamente.Deseando aumentar su númerocon nuevos compañeros, para ha-cer más respetable la huelga, re-solvieron ir á la maderería parainvitar á los mexicanos que allítrabajaban á que se unieran conellos. En el trayecto fueron cus-todiados por la policía, que no tu-vo nada que hacer, pues los huel-guistas estaban bien resueltos ellos

mismos á conservar el orden. Lamarcha de aquellos obreros tran-quilos, correctos, bien vestidos,más parecía un paseo cívico queuna manifestación huelguista. Yhacemos notar este detalle de quelos obreros iban bien vestidos, pa-ra demostrar que sus intencioneseran pacíficas, pues nadie se ponesus mejores ropas y se acicala pa-ra lanzarse á la revuelta.

Cuando los trabajadores se pre-sentaron en las oficinas de la ma-derería, siempre en paz, siemprerespetuosos, siempre prudentes,fueron recibidos por los yankeesde un modo enteramente diverso.Los yankees, con insolencia cana-llesca, burlándose de los huelguis-tas, cogieron las mangueras enor-mes que sirven para apagarlosincendios y lanzaron chorros deagua sobre la multitud que estabafrente á la maderería. El duchazobrutal bañaba de pies á cabeza álos obreros, formaba lodazales enel pavimento, manchaba los trajesflamantes, caía sobre los rostroscomo una bofetada ultrajante. Ivaprimera sensación fue de estupor.¿Cómo habían de. imaginar aque-llos honrados trabajadores que sucompostura, su decencia, su acti-tud respetuosa y pacífica, les val-drían semejante recibimiento? No-sotros mismos, al referir ese he-cho, nos sentimos asombrados dela audacia, de la insolencia inau-dita con que obraron los yankees,haciendo ludibrio de nuestroscompatriotas, tratándolos con eldesprecio injurioso con que trata-rían á un rebaño de esclavos. Pe-ro la sorpresa experimentada porlos huelguistas ante aquella agre-sión que era á la vez una burla,pronto se convirtió en indigna-ción: no se podía recibir con lasonrisa en los labios aquel chorrode agua que azotaba los rostros conchasquidos de mofa; era precisono ser hombre para no respon-der á aquel ultraje. Los huelguis-tas no llevaban armas: se inclina-ron á recoger piedras. Pero nohabían lanzado la primera, cuandolos yankees parapetados en la ofi-cina comenzaron á hacer descargassobre la multitud inerme. Las ba-las hicieron estragos en aquellamasa compacta de hombres inde-fensos, que recibían á pecho des-cubierto las descargas de los ase-sinos, á quienes no les llegabanlas piedras, pues estaban refugia-dos en lo alto del edificio, bien pa-rapetados contra los míseros pro-yectiles de los huelguistas. To-davía en esas circunstancias y ápesar de la indignación que crecíaá la vista de los que caían heridosó muertos por las balas de los yan-kees, los obreros agredidos tuvie-ron un grande, un hermoso rasgoque se han empeñado en callar losque se han Impuesto la innobletarea de defender á los extranje-ros asesinos y de arrojar sobrenuestros compatriotas toda la res-ponsabilidad de aquellos desórde-nes. L°s huelguistas pidieron á lapolicía que sacara del edificio enque se parapetaban, á los yankeesque estaban disparando sobre lamultitud, y los entregara á la au-toridad para que fueran castiga-dos. La policía prometió sacar álos asesinos, pero no lo hizo. Pasa-do un rato, y viendo los huelguis-tas que no se les atendía, repitie-ron su petición, y entonces la po-licía declaró que no podía sa-car á los asesinos porque no teníaorden. Esto colmó la medida, a-cabó con la paciencia que hastaentonces habían tenido los obre-ros en grado sumo. Alguien juz-gó oportuno prender fuego al edi-ficio que servía de fortaleza á losyankees, para hacerlos salir, y elincendio se inició, por culpa de

los americanos insolentes que a-gredieron sin causa alguna á lospacíficos huelguistas y por culpade la policía que se negó á cum-plir con su deber, haciéndose cóm-plice de los que asesinaban á losmexicanos inermes. Los yanquissalieron huyendo de las llamas, ytres ó cuatro de ellos fueron muer-tos á pedradas por la multitud.Entre los muertos estuvieron loshermanos Metcalf, que habían en-cabezado la agresión ; los que nohabían tirado contra el pueblo, norecibieron el meuor daño.

Después de estas violencias,PROVOCADAS EXCLUSIVA-MENTE por los americanos, losánimos se calmaron y el orden vol-vió á reinar. Allí hubiera con-cluido todo si los yanquis hubie-ran tenido los mismos propósitospacíficos de los huelguistas. Lamultitud comenzó á dispersarsetranquilamente, pero en ese mo-mento Greene y otros muchos a-mericanos bien armados pasaronpor la calle de Chihuahua hacien-do fuego mortífero sobre el pueblo.Otrosyanquis.armadosporGreene,se parapetaron en los cimientosde la iglesia en construcción, ydesde allí estuvieron cazando á lo¡mexicanos que pasaban, sin tenercompasión ni de los niños. Losamericanos se posesionaron tam-bién de los hoteles, y por las ven-tanas disparaban traidoramentesobre nuestros compatriotas. Fueuna verdadera cacería; los yan-quis se divertían asesinando á losmexicanos fríamente, y á traición,como lo hacen IOB cobardes. -

El pueblo olvidó por un mo-mento que la Dictadura y sus ser-vidores son enemigos de los mexi-canos y lacayos de los extranjeros;el pueblo preocupado de que susactos no se tacharan de ilegales, de-seoso de que su conducta fuerasiempre justificada, acudió en a-quellos momentos terribles á quienmenos podía atenderlo: á la auto-ridad. L a masa de gente indigna-da se aglomeró en el Palacio Mu-nicipal, denunciando los asesina-tos que estaban cometiendo losyanquis y solicitando del Ayun-tamiento que defendiera al pue-blo 6 le diera armas para defen-derse. Dos ciudadanos que ha-bían avanzado á hacer la petición,fueron recibidos á golpes por Isi-doro Castañedo, ese tinterillo bri-bón cuyas pilladas y cuyo yan-quismo hemos denunciado más deuna vez. El bellaco tenía un re-vólver en la mano y agredió á ca-ñonazos á los que venían á pedirprotección de la autoridad, loscuales estaban completamen-te desarmados. En seguida, dioorden á la policía de que apresa-ran á cuantos estaban en el Pala-cio y dijo al jefe de los gendarmescon voz -de trueno: "al que sequiera escapar, me lo matas comoun perro." •*

[Así trataron las autoridades deCananea al pueblo que iba á pedirque se le protegiera contra los ase-sinos yanquis! En lugar de pro-tección, encontró nuevas agresio-nes y amenazas de muerte, ¡Asíde vil y de miserable es la condi-ción de los mexicanos bajo la Dic -tadura del bandolero DíazI De-bemos ser robados, humillados yhasta cazados como fieras, sin quese nos permita defendernos. Re-clamamos pacíficamente un dere-cho, los amos extranjeros contes-tan á tiros; nos quejamos respe-tuosamente con nuestras autori-dades, y nuestras autoridades nosgolpean, nos mandan encerrar ynos ofrecen más tiros. ¿Cuál es,pues, nuestra situación? ¿Ya notenemos ni el derecho de defendernuestra vida? ¿Debemos dejarnosmatar como reses maniatadas, ca-da vez que un yanqui tenga á biendivertirse tirando al blanco sobrenuestro pecho? Sí; esta es la leyque nos imponen los traidores quenos gobiernan, y la prueba la te-nemos en que después de los dis-turbios de Cananea, los yanquisque provocaron el desorden, queagredieron á los mexicanos, queasesinaron cobardemente á nues-tros compatriotas desarmados, es-

tán enteramente libres, riéndosede la impunidad en que han que-dado sus hazañas de criminales,mientras que las víctimas de susalvajismo, los mexicanos ultra-jados y agredidos, los deudos delos que cayeron baio las balas delextranjero, fueron fusilados ó es-tán presos, en número excesivo,esperando que la justicia (?) loscastigue por el enorme delito dehaber defendido su vida contralos asesinos yanquis.

Cuando los mexicanos se con-vencieron de que no tenían queesperar ningún auxilio de la auto-toridad, buscaron la manera dedefenderse por sí mismos. En losmontepíos se proveyeron de ar-mas, muy inferiores siempre encalidad y número á las que teníanlos americanos; pero peor era es-tar completamente indefensos.Es absolutamente inexacto que loshuelguistas hayan robado dinami-ta de la Compañía para volar ca-sas de gringos. Nuestres compa-triotas se concretaron á defender-se; ni una vez tomaron la ofensi-va. No hubo ninguna propiedadviolada, ni siquiera amenazada.Nuestros compatriotas guardarondemasiadas consideraciones á susenemigos, y ahora pagan su ge-nerosidad en la cárcel, sufriendolas más infames calumnias, y estosin hablar de los fusilados. Hu-bieran podido volar todas las pro-piedades de la Compañía, pero noquisieron hacerlo. Respetuososhasta lo inverosímil, honradoshasta lo absurdo, se preocupaban•púj-íü. legalidad y la mesura, cuan-do los yankees los batían y los ca-zaban como á fieras dañinas. | Asíobraron los mexicanos! ¡Y poresto fueron unos fusilados y re-ducidos otros á prisión, mientraslos yankees permanecieron libres!

El día siguiente, 2 de Junio, seesperaba con ansia la llegada delGobernador. El pueblo, con esaceguedad de los trances desespe-rados, en que hasta el vacío setoma como punto de apoyo, teníaalguna confianza en que Izábal leprestaría protección. Llegó untren con armas para Greene, yluego otro tren conduciendo á Iza-bal y á algunos centenares de sol-dados americanos en cinco furgo-nes. El pueblo que deseaba veral Gobernador y sus tropas parapedirle auxilio y denunciarle losasesinatos cometidos por los yan-kees y los contrabandos de armas,sufrió una gran decepción al ver-lo custodiado por fuerzas extran-jeras y sobre todo, al verlo partiren el automóvil de Greene, enCompañía de este individuo quehabía sembrado la muerte en Ca-nanea. Millares de gentes vierondesfilar á los soldados americanos,con las armas terciadas, rumboá la fundición. En presencia delmismo Izábal continuaron cebán-dose en los mexicanos como eldía anterior y se situaron en dis-tintos puntos, cazando á los queiban pasando. Sólo algunos gru-pos pequeños de mexicanos malarmados podían hacer frente á losyankees. La inmensa mayoría denuestros compatriotas no teníanarmas. La carnicería de esa tar-de, la presenció con satisfacciónIzábal, y aun dio él mismo, comolos ayankados Pablo Rubio y Lie.Isidoro Castañedo, orden de dis-parar sobre el pueblo. Llegaronlas fuerzas del Coronel Kosterlitz-ky, y los americanos, en su fiebrede matanza, que los hacía dispa-rar á ciegas, hirieron á un solda-do y mataron un caballo de estafuerza que venía en su ayuda. Nisiquiera esto castigó el Gobiernopor su propio interés. Los yan-kees gozaban déla más absolutaimpunidad para matar á quien seles antojara. Kosterlitzky decla-ró la ciudad en estado de sitio yfusiló á diez 6 doce mexicanos;represión tan salvaje como inútil,pues nuestros compatriotas no te-nían armas, no hacían daño nin-guno y sólo algunas veces se de-fendían de los ataques de los yan-quis. Y entre los yanquis ¡oh ca-sualidad! entre los que iniciarony continuaron el desorden, entre

los que hicieron aquella carnlce-' mismo lia confesado que las tro-ría salvaje y se hartaron de san- pas yanquis estuvieron en Cana-

! gre como caníbales, no hubo uno , ne¡i, con lo cual hasta ([Hedamossolo que lucra víctima de la dura relevados de presentar más prue-ley marcial! ¡Ahí Es que allí no'bas. Sin embarg-o, agregaremosse trataba de hacer justicia ni de un detalle importnute: el Goher-castigar á cada uno según sus nador de Arpona llamó a su pre-responsabilidades, sino de acá- .sencia ni Capitán Kjning parabar con los mexicanos, de hosti- pedirle explicaciones de porquégarlos, de perseguirlos, de sacn- abandonó el territorio americanoficarlos, simple y sencillamente para llevar tropas á Cananea.porque eran mexicanos. Ese era De todo lo anterior se despren-su delito, su estigma, .su desgra- de: que la huelga de los mineroscía. Ser mexicano era bastan- de Cananea i uc enteramente pa-te razón para morir. |He ahí lotifica; que los yanquis fueron losque ha hecho de nosotros. Id Dio-1 primeros en agredir á los huel-tadura; ha degradado nuestra ua-,giilbtas y tomaron siempre la ini-cionahdad; de lo que era patente I ciativa en todos los desórdenesde gloria y timbre de legítimo or-| posteriores; que los yanquisgüilo, ha hecho un padrón de ig-nominia, una marca degradante,un sambenito sobre el que pue-den llover impunemente escupi-tajos y puntapiés; de la naciona-lidad mexicana, símbolo de alti-vez y dignidad, ha hecho un ha-rapo enfangado que los extranje-ros pueden pisotear y enlodarmás aún! Yanquis ávidos denuestra riqueza, rapaces y bes-tiales como subditos de Atila, in-solentes como gañanes encum-brados, dignos de ser vistos conlástima desdeñosa por nuestraraza inteligente y noble, nos ro-ban, nos humillan y hasta nos a-sesinan por diversión, y nuestrosgobernantes, en vez de castigar-los y pedirles cuenta del ultraje,estrechan sus manos enrojecidascon nuestra sangre y arrojan á lascárceles á los que escaparon deperecer á manos de los bárbaros!

lOh ignominia!

Cuando Izábal vio que los me-xicanos estaban desarmados, queá nadie atacaban,que no significa-ban un peligro ni para los yan-quis ni para sus servidoras lasautoridades, se acordó que Méxi-co tiene dignidad como nación in-dependiente y soberana y mandóque los soldados americanos quehabía traído de Bisbee, Arizona,se volvieran á su país. Cuando eltraidor los introdujo á territorionacional, el miedo le hizo olvidar-se del honor de la Patria, tan tar-díamente recordado. Se dice queel Administrador de la Aduana deNaco, advirtió á Izábal el delitoque cometía al traer á Méxicofuerzas extranjeras, y protestócontra la violación del territorio,diciendo que si ésta se verificabaera sólo porque' é*l no tenía tropassuficientes para evitarla; y queagregó que denunciaría el hechoal Centro como lo hizo. Nos ex-traña tal rasgo de un empleadode la Dictadura, pero bien pudosuceder: el patriotismo es ungrande sentimiento, que puedevencer á veces á la conveniencia,en las almas que no son tan rui-nes como la de Izábal y demás eu-nucos cercanos al Dictador. Loque sí es indudable es que algu-nos yanquis pretendieron pasarla línea fronteriza en Naco, porsu cuenta, y fueron virilmente re-chazados, lo que prueba que elúltimo empleado de la Aduana deXaco es más honrado y más pa-triota que el traidor Rafael Izá-bal.

Ya en nuestro número anteriorhicimos las consideraciones rela-tivas á la invasión de nuestro te-rritorio por fuerzas yanquis, ymanifestamos que el Código Pe-nal castiga á Izábal con doce añosde prisión y multa de $1000.— á$3000. —; esto no porque creamosque el traidor sea castigado, sinopara que sepan nuestros lectorescon toda claridad cómo burla laDictadura las leyes más severasy precisas. Todo lo que dijimosnosotros acerca de la invasión, seha comprobado, á pesar de lasnegaciones estúpidas del Gobier-no. La prensa, casi unánimemen-te, ha analizado con gran discre-ción y depurado cuidadosamentetodas las informaciones conocidas,y ha tenido que declarar porquees cierto, innegable, claro y com-probado— aunque vergonzoso —que las fuerzas americanas inva-1dieron nuestro territorio, acaudi- iliadas por el traidor Izábal. Este I

ase-sinaron fríamente y á traición áinfinidad de personas, de las quemuchas no eran huelguistas nitenían nada que ver con la cues-tión en debate; que los mexica-nos no tenían una sola arma alprincipio y sólo tomaron algunasdélos montepíos cuando las autori-dades les negaron auxilios y losgolpearon y amenazaron; que Izá-bal autorizó las salvajes carnice-rías que hacían los yanquis entrelos mexicanos inermes; que todala responsabilidad corresponde álos yanquis, cuyos crímenes ho-rribles han quedado en la impuni-dad; que los mexicanos obraronen defensa propia, por lo que fue-ron fusilados unos y encarcela-dos otTOs; que nuestro territoriofue invadido por tropas extranje-ras, traídas por Izábal, y que áeste traidor no se le exige ningu-na responsabilidad.

De aquí se desprenden útilesenseñanzas para los mejicanos.Una de ellas es que el honor Na-cional no vale nada ante las con-veniencias déla Dictadura, y laotra es que los mexicanos tenemosque dejarnos robar, humillar y a-sesinar por los yanquis, sin lamenor defensa, á menos que que-ramos ingresar á un calabozo ó serfusilados.

lOh vergüenza! ¿Qué pueblopor más miserable y abyecto quehaya sido, ha soportado lo que hoysufrimos los mexicanos? ¿Cuán-do será vengada tanta infamia yrestablecida la Justicia en los al-tares de la Patria?

Se desea saber el paradero delSr. Cristóbal Colón, que estandoen servicio en el primer cuadrode caballería en Durango, pasóá prestar sus servicios á un Cuer-po del Oriente de la República,

Encarecemos á la persona queconozca el paradero de dicho se-ñor, se sirva comunicárselo alSr. D. Jesús Job Colón, residen-te en Zacatlán, Estado de Puebla,padre de la persona que se busca,quien recibirácon la noticia.

un gran consuelo

A los miembros del Partido Liberal.Por acuerdo de la Junta Orga-

nizadora del Partido Liberal, sesuplica á los miembros del Parti-do, erm'en sus cuotas mensualessin esperar pre\ 10 cobro, procu-rando que sus remisiones lleguená la junta antes del día último decada mes.

St. Louis, Mo., Marzo de líK)f,El Secretario,

Antonio I VillarreaL

ALFONSO C. VILLARREALCOMISIONISTA

NUEVA YORK, E TJ A.

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Toda correspondencia diríjase asi:SR. ALFONSO C VILLABBEAL.

105 E 2$ih STHEBT.NEW YORK, U. 8, A

REGENERACIÓN

Junta Organizadora del Partido liberal Mexicano.

La Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano en nombre del Partidoque representa, proclama solemnemente el siguiente

P R O G R A M A JL>E>Iv P A R T I D OI XI*<KSI<UIOi>.

Todo l'iirtido publico <|iio liioha poralcanzar Inlliionoln ofoottvu va In di-rocoidn do loa UQI»OOIOS públicos do aupaís, está obligado a doclarur linio olpuoblo, en forma clara y proeisn, cuiiles son loa idéalos por quo lucha y ouillo I programa que so propono llevar ála práotloa, ou caso de BOT lavoreoldopor lu viotoria. Este debor puede con-BÍdorurso basta como ooavonioticla pa-ra los partidos honrados, pues aleadoBUH propósitos justos y beiK-Qcos, soatraerán indudablemente las BimpatiaBde muchos ciudadanos que, para son-tenerlos, se adherirán al Pnrtldo queen tales propósitos 8e inspira*

El Partido Liberal, dinpersado porlas persecuciones de la Diotadura, débil, casi agomzanto por mucho tiem-po, ba logrado rehacerse, y hoy rápi-damente se reorganiZH. El PartidoLiberal luutia contra el despotismoreinante hoy en nueBtra Patria, y se-guro como está de triunfar al fin so-bre la Dictadura, considera que ya estiempo de declarar solemnemente an-te el pueblo mexicano cuáles son, con-cretamente, los anhelos que se propo-nerealizar cuando logre obtener lain-fluencia que Be pretende en la orien-tación de IOB destinos nacionales.

En consecuencia, el Partido Liberaldeclara que sus aspiraciones son lasque conBtan en el presente Programa,cuya realización es estrictamente obli-gatoria para el Gobierno que se esta-blezca á la caída de la Diotadura, sien-do también estriota obligación de losmiembros del Partido Liberal, velarporel cumplimiento de e^tePrograma

EQ los puntos del Programa, noconsta sino aquello que para ponerseen práctica amerita reformas en nues-tra Legislación ó medidas efeotivas delGobierno. Lo que no es más que unprincipio, lo que no puede decretarse,sino que debe estar siempre en la con-ciencia de loa hombres liberales, aofigura en el Programa, porque no hayobjeto para ello. Por ejemplo, siendorudimentarios principios del liberalis-mo que el Gobierno deba sujetarseal cumplimiento de la ley é inspirartodos sus actos en el bien del pueblo,se sobreentiende que todo funcionarioliberal ajustará su conducta á esteprincipio. Si el funcionario no eshombre de conciencia ni siente respe-to por la ley, la violará, aunque en elPrograma del Partido Liberal se pon-ga una cláusula que prevenga desem-peñar con honradez los puestos pú-blicos. No se puede decretar que elGobierno sea honrado y justo : tal co-sa saldría sobrando cuando todo elconjunto de las leyes, al definir las a-tribuciones del Gobierno, le señalancon bastante claridad el camino de lahonradez; pero para conseguir que elGobierno no te aparte de ese camino,como muchos lo han hecho, sólo hayun medio: la vigilancia del pueblo so-bre sus mandatarios, denunciando BUSmalos actos y exig'éndoles la más es-trecha responsabilidad por cualquierfalta en el cumplimiento de sus debe-rea. Los ciudadanos deben compren-der que las simples declaraciones depriucipioB, por muy altos que estossean, no bastan para formar buenosGobiernos y evitar tiranías; lo prin-cipal es la acción del pueblo, el ejer-cicio del civismo, la intervención detodos en la cosa pública.

Antes que declarar en este Progra-ma que el Gobierno será honrado, queBe inspirará en el bien público, queimpartirá completa justicia, etc., etc.,es preferible imponer á !os liberalesla obligación de velar por el cumpli-miento del Programa, para que así re-cuerden continuamente que no debenfiar demasiado en ningún Gobierno,por ejemplar qne parezca, sino quedeben vigilarlo para que llene sus de-beres. Esta es la única manera de e-vitar tiranías en lo futuro y de ase-gurarse el pueblo el goce y aumentode los beneficios que conquiste.

Los puntos de este Programa no sonni pueden ser otra cosa que bases ge-nerales para la implantación de un sis-tema de gobierno verdaderamente de-mocrático. Son la condensación delas principales aspiraciones del pue-blo y responden á las más graves yurgentes necesidades de la Patria.

Ha sido preciso limitarse á puntosgenerales y evitar fcodo detalle, parano hacer difuso el Programa ni darledimensiones exageradas; pero loqueen úl consta, basta, sin embargo, paradar á conocer con toda claridad lo quese propone el Partido Liberal y lo querealizará tan pronto como, con la a-yuda del pueblo mexicano, logretriunfar definitivamente sobre la Dic-tadura.

dundo luego legal y pucllloamonto,mu IIIH convulslonon quo do otra nía-nura pudieran registraran.

El aorvlcio militar obligatorio esuna tiranía do IIIH más OIIIOHHH, Inoom-piulólo ooti los doroohos del ciudada-no do un pais libro. Esa tiranía se HUprimo, v on lo futuro, cuando el O Jbienio Nacional no necesito, como 1»uotual Diatadura, tantas bayonuuinque lo sostengan, serán libros todoslos que hoy deeompe'nan por la fuerza

suoldoH, oomo lo moroco su labor;dobe diíjnluciirso ol profesorado, pro-curando ti BUB miembros el medio dovivir doeentomonto.

101 oimefíar rudimentos do artes y o-tlolos ou las osouolas, acostumbra alniflo á ver con naturalidad el trabajorn.mual, despierta en é\ uüción á di-cho trabajo, y lo prepara, desarro-llando sus aptitudes, para adoptariiii'is t¿irde un oficio, mejor que em-plear largos afros en la conquista de

el servicio do las urmas, y Polo per- i un título7 Hay que combatir desde lamaneceráo en el J2j6rcico los que aei | escuela ese desprecio arietoorático

Ello quieran El Ejóroito futuru debuser do ciudadanos, no de {orzados, ypara que la Nación encuentre solda-dos voluntarios que la sirvan, deberáofrecerles una paga decente y deberásuprimir do In Ordenanza Militar esadureza, OBB rigor brutal que estruja yofondu la dignidad humana.

Las manifestaciones del pensamien-to deben ser sagradas para un Go-bierno liberal de verdad; la libertadde palabra y de prensa no deben te-ner restricciones que hagan inviola-ble al Gobierno eu oiertoa qasoB y quepermitan á los funcionarios ser indig-nos y corrompidos fuera de la vidapública. El orden público tiene queser inalterable bajo un buen Gobier-no, y no habrá periodista que quieray mucho menos que pueaa turbarlosin motivo, y en cuanto á la vida pri-vaila no tiene por qué respetarsecuando se relaciona con hechos quecaen bajo el dominio público. Paralos calumniadores, chautagistas y otros picaros que abusen de estas li-bertades, no faltarán severos castigos.No se puede, sin faltar á la igualdaddemocrática, establecer tribunales es-peciales para juzgar los delitos fie im-prenta. Abolir por una parte el fue-ro militar y establecer por otra el pe-riodístico, será obrar, no

hacia el trabajo inuuual, que unaedu-caoión viciosa híi itnbuiuo á nuestraJuventud; liuy que formar trabajadores, factores de producción efeotlva yútil, mejor que señorea de pluma y debutete. Eu cuanto ala instrucciónmilitar en la« escuelas, se hace conve-niente para pouer á los ciudadanos pnaptitud de prestar sus Bervioioe en laGuardia Nacional, en la que sólo perfecolornuán sus conocimientos milita-rea. Teniendo todoB los ciudadanosestos conocimientos, podrán defenderá la Patria cuaudo sea preoiBo y haránimposible el predominio de los sol Jados de profesión, es decir, del milita

smo. La preferencia que se deberestar á lu instrucción cívica, no ue-esita demostrarse.

ca, Bino caprichosamente.democráti'Estableoi'

das amplias libertades para la prensay la palabra, no cabe ya distinguir yfavorecer & los delincuentes de esteorden, los que, por lo demás, no se-rán muchos. Bujo los Gobiernos po-pulares, no hay delitos de imprenta.

La supresión de los Tribunales Mi-litares es una medida de equidad.Uuando ee quiere oprimir, hacer delsoldado un ente sin derechos, y man-tenerlo en una férrea servidumbre,pueden ser útiles estos Tribunalescon su—ee-veridad exagerada, con sudureza implacable, con sus tremendoscastigos para la más ligera falta. Pero cuando se quiere que el militartenga las mismas libertades y- aerechos que los demás ciudadanos, cuan-do se quita á la disciplina ese rigorbrutal que esclaviza á los hombres,cuando ae quiere dignificar al solda-do y a la vez robustecer el prestigiode la autoridad civil, no deben dejar-se subsistentes los Tribunales Milita-res que han sido, por lo general, másinstrumentos de opresión que garan-tía de justicia. Sólo en tiempo de gue-rra, por lo muy especial y gravo delas circunstancias, puede autorizarseel funcionamiento de esos Tribuna-les.

Respecto á los otros puntos, sobrela pena de muerte y la responsabilidad do los funcionarios, sería ociósedemostrar su conveniencia, que ealt£ala vista. .

Es inútil declarar en el Programaue debe darae preferencia al meximo sobre el extranjero, en igualdade circunstancias, pues esto está yonsignado en nuestra Constituciónlomo medida eficaz para evitar lareponderancia extranjera y garan-zar la integridad de nuestro territo-io, nada parece tan conveniente co-

mo declarar ciudadanos mexlcauosos extranjeros que adquieran bienesaíces.La prohibición de la inmigración

hiña, ea, ante todo, una medida deirotección á los trabajadores de otraslacioDalidadas, principalmente á los

mexicanos. El chino, dispuesto poro general á trabajar con el más baj^alario, sumiso, n.ezquino en aspiraiones, es un gran obstáculo para la>rosperida<3 de otros trabajadores.

Su competencia es funesta, y hayqué evitarla en México. "En general,a inmigración china no produce á

México el menor beneficio.

Deede el momento que se conside-ran ilegales todas las reformas hechasA la Constitución de 57 por el Gobier-no de Porfirio Díaz, podría parecerinnecesario declarar en el Programala reducción del período presidencialá cuatro añoB y la no-reelección. Sinembargo, son tan taponantes estospuntos, y fueron propuestos con talunanimidad y empeño, que se ha con-siderado oportuno hacerlos constarexpresamente en el Programa. Lasventajas de la alternabilidad en elpoder y las de no entregar éste aunnombre por un tiempo demasiado lar-go, no necesitan demostrarse. La VI-copreBldencla, con las modificacionesque expresa el art. 3, es de rjotorlautilidad, pues con ella, las faltas delPresidente de la República se cubren

La instrucción de la niñez debe reclamar muy enpecialmente los cuidados de un Gobierno que verdaderamente anhele el engrandecimiento dela Patria En la escuela primaria esi ;'L la profunda ba-ie de la grandeza delos pueblos, y puede decirse que la"mejores instituciones poco valen y estan en peligro de perderse, si al ladde ellas no existen múltiples y bien atendidas escuelas en que se formenlos ciudadanos que en lo futuro debanvelar por eBas instituciones. Si queremos que nuestros hijos guarden incólumea las conquistas que hoy panellos hagamos, procuremos ilustrarlosy educarlos en el civismo y el amor 'todas las libertades.

Al suprimirse las escuelas del Clerose impone imprescindiblemente parael Gobierno, la obligación de suplirlas sin tardanza, paTa que la proporción de escuelas existentes no disminuya y los clericales no puedan hacecargos de que se ha perjudicado 'instrucción. La necesidad de creanuevas escuela^ hasta dotar al paícon todas las que reclame su población escolar, la reconocerá á primervista todo el que no sea un enemigdel progreso

Para lograr que la instrucción laicse imparta eu todas las escuelas, sininguna excepción conviene reforzala obligación de las escuelas particulares de ajustarestrictamente sus programaB á los oficiales, estableciendresponsabilidades y penas para lomaestros que falten á cute deber.

Por IJJUCIIO tiempo, la noble profísl<5n del magisterio ha sido de las mídespreciadas, y esto solamente porque es de las peor pagadas. Nadidesconoce el ircrito de esta profesióinadie deja de <ie«itinarla con loa míhonrosos epítetos; pero al minnitirmpo, nai'ie respeta de verdadguarda atención á los pobres maestroe que, por lo mezquino de BUS SUOdos. tienen que vivir en lamentablecondicionan de inferioridai social.porvenir que se ofrece á la ju ventaque abraza el maginterio, la compensación que se brinda á los que llamaraos abnegados apóstoles do la engefianza, no «* otra cosa que UDa madisfrazada miseria. Esto es injuetDebe pagarse á los maestros bueno

El Clero Católico, saliéndose de losímiteB de su misión religiosa, ha pre-tendido siempre erigirse en un poderpolítico, y ha causado grandes ma-es á la Patria, ya como dominador

del Estado con los Gobiernos conser-vadores, ó ya como rebelde contraos gobiernos liberales. Esta actitud

del Clero, inspirada en su odio salvajelas instituciones democráticas, pro-

voca una actitud equivalente jaor par-te de loa gobiernos honrados que nose avienen ni á permitir la invasiónreligiosa en las esferas del poder ci-vil, niá tolerar pacientemente las con-tinuas rebeldías del clericalismo. Ob-servara el Clero de México la conduc-a que sus iguales observan en otros

países—por ejemplo, en Inglaterra ylos Estado» Unidos—; renuncia! a ásus pretensiones de gobernar al paí-<;dejara de sembrar odios contra lasinstituciones y autoridades liberales;procurara hacer de loa católicos bue-nos ciudadanosy no disidentes ó trai-dores; resignárase á aceptar la sepa-ración del Estado y de la Iglesia, envez de seguir soñando con el dominiode la Iglesia sobre el Estado; abandonara, en suma, la política y se con-sagrara sencillamente á la religión;observara el clero esta conducta, de-cimos, y de seguro que ningún Gobier-no se ocuparía de molestarlo ni se to-maría el trabajo de estarlo vigilandopara aplicarle ciertas leyes. Si IOB go-biernos democrá-ticos adoptan medi-das restrictivas para el ulero, no espor el gusto de hacer decretos ni porciega persecución, sino por la más es-tricta necesidad. La actitud agresivadel Clero ante el Estado liberal, obli-ga al Estado á hacerse respetar enér-gicamente. Si el Clero en México, co-mo en otroB países, ae mantuvierasiempre dentro de la esfera religiosa,no lo afectarían los cambios políticos;pero estando, como lo está, ala cabezade un partido militante—el conserva,dor^tiene que resignarse á sufrir lasconsecuencias de su conducta. Dondela Iglesia es neutral en política, es in-tocable para cualquier gobierno; enMéxico, donde conspira sin tregua, a-Iiándo8e á todos los despotismos ysiendo capaz hasta de la traición á laPatria para llegar al poder, debedarse por satisfecha con que los libe-rales, cuando triunfen sobre ella ysus aliadoH, sólo impongan algunasrestricciones áaus abusos.

Nadie ignora que el Clero tiene muybuenas entradas de dinero, el qne nosiempre es obtenido con limpioa pro-cedimientos- Se conocen numerososcasos de gentes tan ignorantes comopobres que dan dinero á la Iglesia coninauditos sacrificios, obligados por sa-cerdotes implacables que exigen al-tos precios por un bautismo, un matrimonio, etc . amenazando á los cre-yentes con al infierno «i no se procu-ran enos sacramentos al precio seña-lado. En los templos se venden á precios excesivos, libros ó folletos de oracionen, estampas y hasta cintas y es-tambritos sin ningún valor. Para micosas se piden limosnas, y espoleandoel fanatismo, se logra arrancar dinerobasta de gentes que disputarían uncentavo si no creyeran que con é"compran la gloria. 8e ve en todo es'to un lucro exagerado á costa de la Ig

novando humana, y oa muy justo quoel Estado, quooobra lmpuoBtos sobreiodo lucro ó negocio, los cobre tam-bién sobre óste, quo no es por ciertodo I09 man honrados.

Es público y notorio que el Clero,para burlar las Leyoa de Roforma, hapuesto sus bienes A nombre de algu-nos testaferro!). Do hecho, el Clerosigue poseyendo los bienos que la leyprohibe poseer. Ea pues, preolso, po-ner ün á esa burla y nacionalizar ososbienes.

Laa ponas que las Layes de Refor-ma señalan para suu infractores, sonleves, y no inspiran temor al Clero.Los sacerdotes pueden pagar tranqui-lamente una pequeña multa, por dar-se oí guato de infringir esas Leyes.Por tanto, ae hace necesario para pre-venir laa infracciones, señalar penaaque impongan respeto á loa eclesiás-ticos atrevidos.

La supresión de las escuelas del Cle-ro, es una medida que producirá alpaís incalculables beneficios. Suprimir la escuela clerical es acabar conel foco de las divisiones y los odioséntrelos hijos de México; es cimen-tar sobre la más sólida base, para unfuturo próximo, la completa fraterni-dad de la gran familia mexicana. Laescuela clerical, que educa á la niñezen el más intolerante fanatismo, quela atiborra de prejuicios y de dogmascapriohosoa que le inculca el aborre-cimiento á nuestras más preclarasglorias nacionales y le hace ver comoenemigos á todos los que no son sier-vos de la Iglesia, es el gran obstáculopara que la democracia impere sere-namente en nuestra Patria y paraque entre todos los mexicanos reineesa armonía, esa comunidad de senti-mientos y aspiraciones, que ea el al-ma de las nacionalidades robustas yadelantadas. La escuela laica, quecarece de todos estoe vicios, que seinspira en un elevado patriotismo, a-jeno á mezquindades religiosas, quetiene por lema la verdad, es la únicaque puede hacer de los mexicanos elpueblo ilustrado, fraternal y fuerte demañana, pero su éxito no será com-pleto mientras que al lado de la ju-ventud emancipada y patriota, siganarrojando las escuelas clericales otrajuventud que, deformada intelectual-mente por torpes enseñanzas, vengaá mantener encendidas viejas discor-dias enmedio del engrandecimientonacional. La supresión de las escue-las del Clero, acaba de un golpe conlo que ha sido siempre el germen de

margas divisiones entre los mexica-nos y asegura definitivamente el im-perio de la democracia en nuestropaís, con sus naturales consecuenciasde progreso, paz y fraternidad.

Un Gobierno que se preocupe por elbien efectivo de todo el pueblo, nopuede permanecer indiferente ante la"mportamísima cuestión del trabajoGracias á la Dictadura de Porfirio;íaz, que pone el poder al servicio de

todos los explotadores del pueblo, eltrabajador mexicano ha sido reducidoá la condición más miserable: en don-de quiera que presta sus servicios, esobligado á desempeñar una dura la-bor de rnuebas horas por un jornal deunos cuantos centavos. El capitalis-ta soberano impone sin apelación laa

ondiciones del trabajo, que siempreson desastrosas para el obrero, y éstetiene qne aceptarlas por dos razones:porque la miseria lo hace trabajar¡ualquier precio ó porque, sise rebela

contra el abuso del rico, las bayone-tas de la Dictadura se encargan de so-meterlo. Así es como el trabajadormexicano acepta labores do doce ómás horas diarias por salarios meno-res de setenta y cinco centavos, te-niendo que tolerar que los patronosle descuenten todavía de su infelizjornal diversa^ cantidades para médi-co, cuíco católico, fiestas religiosas ócívicas y otras cosas, aparte de lasmultas que con cualquier pretexto sele imponen.

En más deplorable situación que etrabajador industrial, se encuentra ejornalero de campo, verdadero siervode los modernos señores feudales. Porlo general, estos trabajadores tienenasignado un jornal de veinticinco cen-tavos ó menos, pero ni siquiera estemenguado salario perciben en efecti-vo. Como los amos han tenido el cuidado de echar sobre BUS peones unadeuda más ó menos nebulosa, recogenlo que ganan esos desdichados á títulode abono, y sólo para que no se muéran de hambre les proporcionan algode maíz y frijol y alguna otra cosa qules sirva de alimento.

De hecho, y por lo general, el traba1

jador mexicano nada gana; desempe-ñando rudas y prolongadas labores apenas obtiene lo muy eatrictamentipreciso para no morir de hambre. Esto no sólo ee injusto: es Inhumano, ;reclama un eficaz correctivo. El trabajador no es ni debe ser en las sociedades una bestia mascilenta, condenada á trabajar hasta el agotamiento sinrecompensa alguna; el trabajador fabrica con sus manos cuanto existe para beneficio de todos, es el productode todas las riquezas y debe tener lo;medios para disfrutar de todo aquellde que los demás disfrutan. Ahora 1faltan los dos elementos necesariostiempo y dinero, y es justo proporcioDárselos, auuque sea en pequeña esca-la. Ya que ni la piedad ni la justlcltocan el corazón encallecido de loque explotan al pueblo, condenando!á extenuarse en el trabajo, ain salíde la miseria, iin tener una distraeción ni DD goce, ee baca noceearlo qu

el pueblo mismo, por medio do man-datarios doinóoratde, roalloe su pro-pio bien, obligando al oapltal lnoon-movlblo á obrar oon menos avaricia yoon mayor equidad.

Una labor máxima do ooho liorna yun salario mínimo de $1.00, es lo me-nos que puedo pretenderse para quool trabajador esto tiiqniora & salvo dola mlsoria, para qne la fatiga no lo a-gote, y para que le quede tiempo yhumor de procurarse instrucción ydetracción después de eu trabajo. Se-guramente que el ideal de un hombreno debe ser ganar un peso por din,eso se oomprende; y la legislación queseñalo tal salario mínimo no preten-derá haber conducida al obrero alameta de la felicidad. Pero no es eso delo quo se trata. A eea meta debe lle-gar ej obrero por au propio esfuerzo ysu exclusiva aapiraoióQ, luchando con-tra el oapitul en el campo libre délademocracia. Lo que ahora se preten-de es cortar de raíz loa abusos de queha venido siendo víctima el trabaja-dor y ponerlo en condiciones de íu-char contra el Capital sin que supo-sición Bea en absoluto desventajosa.Si se dejara al obrero en las condicio-nes en que hoy está, difícilmente lo-graría mejorar, pueB la negra miseriaen que vive continuaría obligándolo áaoeptar todas las condiciones del ex-plotador. En oambio, garantizándolemecoa horas de trabajo y un salariosuperior al que hoy gana la generali-dad, se le aligera el yugo y se le poneen aptitud de luchar por mejores con-quistas, de unirse y organizarse y for-alecerse para arrancar al capitaluevas y mejores concesiones.La reglamentación del servicio do-

méstico y del trabajo á domicilio seace necesaria, pues á labores tan es-ecialea como estas ea dilícil aplicar-es el término general del máximume trabajo y el mínimum de salarioue resulta sencillo para las demás la-•ores, Indudablemente, deberá pro-¡urarae que los afectados por esta re-lamentación, obtengan garantías e-uivalentes á las de los demás traba-adores.

El establecimiento de ocho horas detrabajo, es un beneficio para la totali-dad de los trabajadores, aplicable ge-neralmente, sin necesidad de modifi-:aeionespara casos determinados. Nouoede lo mismo con el salario míni-

mo de $1.00, y sobre esto hay que ha-ser una advertencia en extremo im-portante. Las condiciones de vida noon iguales en toda la República: hay

regiones en México en que la vida re-sulta mucho más cara que en el restodel paíB. En esas regiones los joma-es so/i más altos, pero á pesar de eso

el trabajador sufre allí tanta miseriacomo la que sufren con más bajos aa-arios los trabajadores en los puntos

donde es más barata la existencia.Los salarios varían, pero la condicióndel obrero es la misma: en todas par-ea no gana, de hecho, Bino lo preciso

para no morir de hambre. Un jornalde más de $1.00 en Mérida como de 50oentavos en San Luis Potosí, mantie-ne al trabajador en el mismo estado,de miseria, porque la vida es doblemente ó más cara en el primer puntoque en el segundo. Por tanto, si seaplica con absoluta generalidad el sa;lario mínimo de $1.00, no sé lograrácomo se pretende, arrancar de la miseria á todos los trabajadores, sino so-

'amenté á algunos. Los que "viven enregiones donde el costo de la vida eaexcesivo, y que ya hoy perciben jornales de más de $1.00 que no lossalvan de la miseria, continuarían enla misma desastrosa condición enque ahora se encuentran, sin obtenercon la ley de que hablamos el más in1

significante beneficio. Es, pues, preciao prevenir tal injusticia, y al formularse detalladamente la ley del trabajo, deberán expresarse las excepciones para la aplicación del salariomínimo"de $1.00, estableciendo paraaquellas regiones en que la vida esmás cara, y en que ahora ya se ganaese jornal, nn salario mayor de $1.00

Debe procurarse que todos los traba-jadores obtengan en ig'ual proporciónloe beneficios de esta ley.

Loa demás puntos que se proponenpara la legislación sobre el trabajoson de necesidad y justicia patentesLa higiene en fábricas, talleres, alojamientos y otros lugares eu que dependientes y obreros deban estar porlargo tiempo; las garantías á la vidadel trabajador^ la prohibición del trabajo infantil; el descanso dominicalla indemnización por accidentes y lapensión á obreros que han agotadosus energías en el trabajo; la prohi-bición de multas y descuentos; la obligación de pagar con dinero efectivo; la anulación de la deuda de loejornaleros; las medidas para evita;abusos en el trabajo á destajo, y I aide protección á los medieros; todiesto lo reclaman de tal manera latristes condiciones del trabajo ennuestra Patria, que su convenienciano necesita demostrarse con ningunaconsideración,

La obligación que ee impone á loipropietarios urbanos de indemniza!á los arrendatarios que dejen mejoraen BUS casas ó campos es efe gran utilidad publica. De este modo, los pro-pietarios sórdidos que jamás nacen reparedones en las pocilgas que rentanserán obligados ú. mejorar sus posealones con ventaja para el público,En genere!, no es justo que un pobremejore la propiedad de un rico, sinrecibir ninguna compensación, y eólpara beneficio del rico.

La aplloaolóii práotica do óato, y dela alguien to pnrte dol Programa Libe-ral, que tienden á mejorar la sltuaolóneconómica de la oíase más numerosadel país, enolerra la bnae do una ver-dadera prosporldad nacional. Eaaxlo-mAtloo que los pueblos no son próspe-ros sino cuando la generalidad de loaciudadanos disfrutan do particular ysiquiera relativa prosperidad. Unoscuantos millonarios, acaparando todala riqueza y Blondo loa únlooa satisfe-chos entre millones de hambrientos,no baoen el bienestar general sino lamiseria pública, como lo vemoa eaMéxico. En cambio el" país dondetodos ó los más pueden satisfacer có-modamente aun neoosidades, serápróspero con millonarios ó sin ellos,

El mejoramiento de laa condicionesdel trabajo, por una parte, y por otra,la equitativa diatribución de laa tie-rras, con las facilidades de cultivarlasy aprovecharlas aln restricciones, pro-ducirán inapreciables ventajas ó, lanación. No sólo salvarán de la mise-ria y proourarán olerta comodidad álaa clases que directamente reoiben elbeneficio, sino que impulsarán nota-blemente el desarrollo de nuestra a-

ricultura, de nuestra industria, deodas las fuentes de la pública riqueza,oy estancadas por la miaeriageneraj.n efecto; cuando el pueblo ea dema-

iado pobre, cuando sus recursos ape-las le alcanzan para mal oomer, con-ume Bolo artículos de primera nece-idad, y aún estos en pequeña escala.Cómo se han de establecer indus-irias, cómo ae han de producir telas ó

muebles ó cosas por el estilo en unais en que la mayoría de la gente nouede proourarse ningunas comodida-es? ¿Cómo no ba de ser raquítica laroducoión donde el oonsnmo ea pe-

queño? ¿Qué impulso han de recibiras industrias donde sus productos eó-o encuentran un reducido número delompradores, porque la mayoríadela)oblac'ón se compone de hambrien-;os? Pero si estos hambrientoa dejane serlo; si llegan á estar en condicio-

nes de satisfacer sus necesidades nor-males; en una palabra, si su trabajo'es es bien ó siquiera regularmente

ag'ádo, consumirán infinidad de ar-ículos de que hoy están privados, yaran necesaria una gran producción

de esos artículos. Cuando los millo-nes de parias que hoy vegetan en el" ambre y la desnudez,'coman menosmal, usen ropa y calzado y dejen deener un petate por todo ajuar, la de-

manda de mil géneros y objetos quehoy ea inaignifleante, aumentará en

roporciones colosales, y laindustria,a agricultura, el comercio, todo, será

materialmente empujado á deaarro-larse en una escala que jamás alcan-

zaría mientras subsistieran las actua-es condiciones de miseria general.

La falta de escrúpulos de la actualDiotadura para apropiarse y distri-buir entre sus favoritos ajenas here-dades, la deeatentadarapacidad de losactuales funcionarios para adueñarsede lo que á otros pertenece, ha tenidopor consecuencia que unos cuantosafortunados sean IOB acaparadores dela tierra, mientras infinidad de honra1

dos ciudadanos lamentan en la mise-la la pérdida de sus propiedades. La

riqueza pública nada se ba beneficia-do y sí ha perdido mucho con estosodiosos monopolios. El acaparador esnn todopoderoso que impone la es-clavitud y explota horriblemente alornalero y al mediero; no se preocu-

pa ni de cultivar todo el terreno queposee ni de emplear buenos métodosde cultivo, pues sabe que esto no lehace falta para enriquecerse: tienebast ante con la natural muí dplicaciónde sus ganados y con lo que le produ-ce la parte de sus tierras que cultivansus jornaleros y inedieros, casi gra-tuitamente. Si esto se perpetúa,¿cuándo se mejorará la situación de lagente de campo y se desarrollaránuestra agricultura?

Para lograr estos dos objetos no haymás que aplicar por una parte la leydel jornal mínimo y el trabajo máxi-mo, y por otra la obligación del terra-teniente de hacer productivos todosBUS terrenos, so pena de perderlos.De aquí resultará irremediablementeque, ó el poseedor de Inmensos terre-nos se decide á Cultivarlos y ocupamileB de trabajadores y contribuyepoderosamente á la producción, 6 a-bandona sus tierras 6 parte de ellaspara que el Estado las adjudique á o-tros que las bagan producir y se apro-vechen de sus productos. De todos mo1

dos, Be obtienen los dos grandes re -Bultadoa que se pretenden; Primero,el de proporcionar trabajo, con lacompensación respectiva, á numero-sas personas, y segundo, el de esti-mular la producción agrícola. Estoúltimo, no sólo aumenta el volumende la riqueza general, sino que influ-ye en el abaratamiento de los pro-ductos de la tierra.

Esta medida no causara el empo-brecimiento de ninguno y sí evitará elde muchos. A los actuales poseedo-res de tierras lea queda el derechode aprovecharse de los productos deellas, que siempre son superiores & losgastos de cultivo; es decir, puedenhasta seguir enriqueciéndose. No eeles van á qnltar las tierras que leeproducen beneficios, las que cultivan,aprovechan en pastos para ganado,eco., sino eólo les tierras improducti-vas, las que ellos mismos dejan aban-donadas y que, de hecho, no les re-portan ningún beneficio. Y estos tie-rrao despreciadas, quizá por Inútiles,

RBGRNERACION

so?An>atu ombnrgo, produattvao, ocian-do DO pon^un on nmnot» do otroomAnuoot'nltiuloHÓ mAn uptoa qúo Ion pilmltlvoB duoftos. No aorá un porjulolopura Ion ricen pordíir tlorrao quo »oatlondon y do 1«B quo ningún provo-oho «nonti, y on oatnblo, norn un vor-dndnro bonodolo pnra Ion pobroo posoor (jotas tlorrns, trabajarían y vfvlrdo «tus produotoa.

La rosblbualón do ogldoa il loa puo-blon quo lian (Ido donpojudoa do ollon,os do cinta. Juíitiolu.

La Dictadura hn proourado la doa-poblaotóu de Móxloo, L'or inlUuroa,nuosbroB oonoiudadnnoB han tenidoquo traspasar lna fronteras do la Pu-trliv, huyendo dol despojo y la Urania.'ínu gravo mal dobo ronioulurBo, y loconflORutra ol Gobierno quo brinda iíloa moxlonnos oxpatrladob las fuol-lldadoo do volver A su suolo nabal, pa-ra trabajar tranqullamonto, colabo-rando oon todos A la prosperidad yengrandecimiento de ln naolón.

Pa l 'a 'a oeelón de tierras, no debehabor exclusivismos; deben darse Atodo ol quo las Bollolto par» oulilvar-las. La oondlolón que so Impóno dono vendorias, tiendo á coneorvar ladlvlslóu da la propiedad y a uvltarque los onpltallstas puedan de nuevoaoaparar terrenos. También para o-vitar el n,oapnrnmlonto y haoer equi-tatlvtnnonto la distribución do las tío-rras, so hnoo nooesnrlo fijar un maxi-mura de las quo so pueden oeder Auna persona. Es sin embargo, Impo-elblo, lijar ese nntxlraum, mlontrna noso sopa aproximadamente, la canti-dad do tiorraB do quo pueda disponerel Estado para distribución ontre losciudadanos.

La oroaoión del Banoo Agrioola, para/aollltar á los agricultores pobresloa elementos que neoesitan para Ini-ciar ó desarrollar el cultivo de sus te-rrenos, hace acoeslble á todos el be-neflolo do adquirir tierras y evita quedloho beneflolo esté sólo al aloanoe dealgunos privilegiados

Ka lo relativo ú impuestos, el Pro.grama se concreta á expresar la abo-Hoión de impuestos notoriamente ini'cuos y á eeHalar ciertas medidas eene-rales de visible oonveniünoia. No sepuede ir más adelante en materia tancomplexa, ni trazar de antemano alGobierno todo un sistema hacendarloElimpueeto sobre sueldos y salarios yla contribución personal, son verda-deras extorsiones. El impuesto delTimbre que todo lo grava, que pesaaun sobre las más insignificantes tran-sacciones y ba llegado hasta hacerirrisoria la declaración constitucionalde qne la justicia se impartirá gratui-tamente, pues obliga á los litigantesá. desembolsar oinouenta centavospor cada foja dé actuaciones judicia-les, es una pesada oarga, cuya supre-sión debe procurarse. Multitud de se-rias opiniones están de acuerdo enque no se puede abolir el Timbre denn golpe, sin producir funestos dese-quilibrios en la Hacienda pública, delos que seria muy difícil reponerseEsto es verdad; pero si no se puedesuprimir por completo y de nn golpe«Be impuesto oneroso, si se puede disminuir en lo general y abolir en cier-tos casos, como en los negocios judicíales, puesto que la justicia ha de ser•enteramente giatuita, y sobre com-pras y ventas, herencias, alcoholes,tabacos y en general sobre todos losramos de producción ó de comercio-de los Estados, que estos solamentepueden gravar.

Los otros puntos envuelven el pro-pósito de favorecer el capital pequeñoy útil, de gravar lo que no es de nece-sidad ó beneficio público en prove-cho de lo que tiene estas cualidades yde evitar que algunos contribuyentespaguen menos de lo que legalmenteles corresponde. En la simple enun-ciación llevan estos puntos su justifi«ación.

Llegamos á la última parte del Pro-grama, en la que resalta la declara-

ción do quo no «onflncarAn Ion nfonosdo lo» funolonnrloa oiirlqnooldoii onla prouonWi ó noca do tlraaiiv. Eutamedida os de la mau ontrlotu Jimtlolii.No BO puedo ni ito dobo rooowooor do-rooliodo lo|>Uluin propiedad aobro looblouou quo (Unfrutati, A Individuosquo BO han a po dorad o do oaoo biunnuabusando do la tuurssn. do ou autori-dad, dospoJnuilo A lo» loglümoa dúo'fiOB, y aun asoaliiAQüoloa tnuuhaavo-coa para ovltur todaroolainnoióu. Al-(iunotí bloHOii luüi BUIG eówpviidOB,OB vordacl, poro no por eso dojan dosor ilegítimos, pu.e» ol dinero oonquoBO obtuvlorou fuó provlivmonto nubo-traldo de las arcas pública» por olfuuolonnrlo comprador. Lau rlcinozasdo los nobuitluo oprosoroo, (loado laoolosnl fortuna dol Dictador hnsbn losmonoros oapltalon do los niña Inll-moa oaolquou, provloncn ooncillamon-to dol robo, ya ií los partloularoa,ya A la Naolón; robo slatomatloo,y desenfrenado, oonsumado on todooiieo á la sombra do un puesto públloo. AB[ como A loa bandoleros vulga-rosaelos oaatign y oo lee doepoja dolo qno hnbian conquistado «n sus dopredaciones, aei también so debo oas-tlftiU' y despojar it Ion bandoleros queoomonznron por usurpar la autoridady acabaron por entrar it suco en luhacienda do todo el pueblo. Lo quolos servidoreti do la Dictadura han de-fraudado A la naolón y arrebatado Alos oludndanos, debe ser restituido alpueblo, para desagravio de la justiciay ejemplo de tiranos.

La aplicación quo bnga el Estado dolos bienes que confisque A los opreso •ros, debe tender A que dlahos bienesvuelvan á su origen primitivo. Proce-diendo muchos de ellos do despojos Atribus Indígenas, oomunidades 6 indi-viduos, nadu más natural que haoer larestitución correspondiente. La deu-da enorme que la Dictadura ha arro-jado sobre la nuoión, lia servido paraenriquecer á los funcionarios: es jus-to, pues, que los bienes de estos sedestinen ¡I la amortización de diohaDeuda En general, oon la oonQsoa-olón de que hablamos, el Eatado po-drá disponer de las tierras suficientespara distribuir entre todos lo ciudada-nos que las soliciten

Un punto de gran Importancia es elque se reitere A simplificar los proce-dimientos del iuioio de amparo, parahacerlo práetioo. Es preciso, si sequiere que todo ciudadano tenga á sualcance este recurso cuando sufra u-na violación de garantías, que se supriman las formalidades que hoy Benecesitan para pedir un amparo, y losque suponen ciertos conocimientosjurídicos que la mayoría del pueblono posee. La justicia oon trabas noes justicia Si los ciudadanos tienenel recurso del amparo oomo una de-fensa contra los atentados de qae sonvíctimas, debe este recurso hacersepráotico, sencillo y expedito, sin trabas que lo conviertan en irrisorio.

Sabido es que todos los pueblosfronterizos comprendidos en lo que e-ra la Zona Libre, sufrieron, cuandoésta fue abolida recientemente por ]aDictadura, inmensos perjuicios quelos precipitaron á la más completaruina. Es de la máa nstriotn justiciala restitución de la Zona Libre, quedetendrá ]a ruina de las poblacionesfronterizas y las resarcirá de loa per-juicios que han padecido con la torpey egoísta medida de la Dictadura.

Establecer la igualdad civil paratodos los hijos de un mismo padre, eerigurosamente equitativo. Todos loshijos son naturalmente hijos legítimosde sus padres, sea que estos estén u-nidos ó no por contrato matrimonial.La ley no debe hacer al hijo víctimade una falta que, en todo caso, sólocorresponde al padre.

Una,idea humanitaria, digna de fi-gurar en el Programa del Partido Li-beral y de que se la tenga presentepara cuando sea posible su. realiza-ción, es la de substituir las actualespenitenciarías y cárceles por colonialpenitenciarias en las que sin vicios,pero sin humillaciones, vayan á rege-

norarno los dollnouontos, trabajandoy estudiando oon ordon y raodldu. j>u-dlondo tonor ol modo do uatlfuaoortoda» las oxigenólas do la nuUiralo&iiy obtonlondo para M lou colonos «1produoto de ou iruLmjo, para quo pue-dan Hubvenlr A HUS nocoaldudoH, Losprosldlon aotualon puodon oorvlr parauantlgur y atormentar A IOH hombros,poro no para mejorarlos, y por tanto,no oorraspondeu til Un n quo loa doa*tina la noolodad quo no os ni puodoBOP una falange do voídugoa quo nogozan on ol mifrlmlonto do sus viotlmas, eiuo un conjunto do seré» huma-nos quo buscan la rogonoraolón do BUSsomojanton oxtruvlndo».

Los dornas puutos g«ñora loa no Im-ponon por o) mlomos. La supresión do(os Jotos Políticos quo tau funostoshan sido partí la Hopúbllcn como úti-les al slstoma do oproslón rolnanto,es una medida douiooiiUioa, oomo loos lamb'ón la multlpllcaolón do loatn.unlolpios y eu robustecimiento. To-do lo que tienda A oombatlr el paupe-rismo, diroela ó indirectamente, OH deroconooldn utllldud, La protocolóu Aln raza iudfgena que, eduoada y dlgu I (lauda, podrA contribuir poderoaa-mente al fortnloulmlonlo do mioslriinaolonalUliii, es un punto do necesi-dad Indiscutible. Ea el estableci-miento de Urmos lazoa de unión ontrelos pnísoa latino-americanos, podránenoontrar estoe pníaes—entre filosMóxico—una garantía para la oonnor-vaci(5n de su integridad, hacléndoBnreapetableB por la fuerza de BU uniónante otros poderes quo pretendieranabusar de la debilidad de alguna na-olón latlno-amerioana. En general,y aun eu el orden eoonómloo, la uniónele estas naoionea la<< boneüoiaria Atodas y oada una de ellaB: proponery procurar esa unión ea, por tanto, o-bra honrada y patriótica.

Ea inoonouso que cuanto consta enel Programa del Partido Liberal, ne-oeslta la sanción de un Congreso paratener fuerza legal y realizarse: w ex-prosa, pues, que un Congreso Naoio-nal dará forma de ley al Programa pa-ra que se cumpla y se haga cumplir porquien corresponda. Esto no significaqué se dan órdenes al Congreso, ultra-jando su dignidad y soberanía, no.Esto significa sencillamente el ejeroi-clo de un derecho del pueblo, con eloual en nada ofende tí sus represen-tantes. En efecto, el pueblo liberallucha contra un despotismo, se pro-pone destruirlo aun á oosta de losmayores sacrificios, y suena oon es-tablecer un Gobierno hohrado quehaga mus tarde la felicidad delpaís, ¿se conformará el pueblo conderrocar la tiranía, elevar un nuevogobierno y dejarlo que haga en segui-da cuanto le plazca? el pueblo que lu-cha, que tal vez derramará su sangrepor constituir un nuevo gobierno, ¿notiene el derecho de imponer algunascondiciones & los que van & ser favo-recidos con el poder? ¿no tiene el de-recho de proclamar sus anhelos y de-clarar que no elevará mañana á de-terminado gobierno sino con la con-dición de que realice las aspiracionespopulares? Indudablemente que elpueblo liberal que derrocará la Dicta-dura y elegirá después nn nuevo go-bierno, tiene el más perfecto derechode advertir á BUS representantes queno los eleva para qne obren como lesplazca, sino para que realicen la feli-cidad del país conforme á las aspira-ciones del pueblo que loe bonra colo-cándolos en los puestos públicos. So-bre la soberanía de los congresos, estála soberanía popular.

No habrá un solo mexicano que desconozca lo peligroso que es para laPatria el aumento de nuestra ya de-masiado enorme Deuda Extranjera.Por tanto, todo paso encaminado áimpedir que la Dictadura contraiganuevos empréstitos ó aumente decualquier modo la Deuda Nacional, nopodrá menos que obtener la aproba-ción de todos los ciudadanos honra-dos, qne no quieran ver envuelta á lanación en mas peligros y compromi-

sos do Ion quo j u ha arrojado sobroolla, la rnj)«z o lutUlontü Dictadura.

Tnli'H non lau oonukloraclonou y funtlamontoH con quo no Juntlllcan IOHpropóalton d< I Partido Llnornl, (iondouaadou oonorotnmonto un ol l'ro

quo sn intuirla it uo n ti ou ación

del Partido Liberal.REF0HMA8 UOÑsmUCIONALliS,

I.—Ruduoalón cUI porlodo proaldon-oial A ouatro anos.

2.—Suproalón do la roolooolón paraol Prooidouto y Ion Gobornailoroa dulos ifistadoa. Estos (uuolonarioa sólopodrán flor nuovuinouto clootos haBtadeapuós do dos periodos dol quo dos-onipi fiaron.

II.—Inhabilitación dol Vloe—Pronl-donto para doaompcfiar ftinolonoa lo-glalativaa ó ounlqulor otro oaruo ucelección popular, y autorización nimlunio para Uomu un oargu conferidopor el EJocutlvo,

1,—buprosión del uorvioio militar1 o-blljrntorlo y OBtnbli'oltnionto do laGuardia Nacional. Loa que preatonBus sorvlcioa on ol Ejírclto pormanonto, lo liarán lltiro y voluntariamentebe rovlaará la ordenanza Militar pnrasuprimir do olla lo quo so consideroopresivo y humillante para la digni-dad dol hombro, y BO mejorarán loahaboroH de IOM que sirvan on la miliciauaclonnl.

».—Hoformar y roglnmontnr loe ar-Moulos Co y 7o. Oonatituolonaloa, au-primiondo las restricciones q uo la vida privada y ln pnz publioa imponená las libertades de palabra y de pren-so, y declarando quo sólo BooaBtlnaránen eBte sentido la falta de verdad queentrarlo dolo, ol obantage, y las vio-laciones do la ley en lo relativo á lamoral.

0.—Abolición de la pena de muerte,exoepto para los trnidorea á la Patria.

7 —Agravnr la re«ponnabllidad delos funcionarios públicos, imponiendoseveras penas de prisión para loa de-lincuentes.

8.— Restituir á Yucatán el territoriode Quintana Roo.

1 —SuproBlón de los Tribunales Mi-litares en tiempo de pa/.MEJORAMIENTO Y FOMENTO DE

LA INSTRUCCIÓN.

10.—Multiplicación de escuelas pri-marias, en tal escala que queden ven-tajosamente suplidos IOB estableci-mientos de Instrucción que se olausu-ren por pertenecer al Clero.

11.—Obligacioa de impartir enseñanza netamente laica en todas las escue-las de la República, sean del Gobier-no ó particulares, declarándose la res-ponsabilidad de los Directores de es-cuelas que no se ajusten á este pre-cepto.

12.—Declarar obligatoria la instruc-ción hasta la edad de catorce años,quedando al Gobierno el deber de im-partir protección, en la forma que lesea posible, á los niños pobres que porsu miseria pudieran perder los bene-ficios de la enfleiíauza.

13.—Pagar buenos sueldos á los ma-estros de instrucción primaria.

14 —Hacer obligatorio para todaslaa escuelas de la República, la ense-ñanza de los rudimentos de artes y o-flcios y la instrucción militar, y pres-tar preferente atención á la instruo-ción cívica que tan poco atendida esahora.

EXTRANJEROS.

15 —Prescribir que los extranjeros,por el sólo hecho de adquirir bienesraíces, pierden en nacionalidad primi-tiva y se haoen ciudadanos mexicanos.

1G.—Prohibir la inmigración china.RESTRICCIONES A LOS ABUSOS

DEL CLERO CATÓLICO.17.—Los templos ae consideran co

mo negocioB mercantiles, quedando,por tanto, obligados á llevar contabi-lidad y pagar las contribuciones correspondientee.

18.—Naolonallzno'ón, conformo A IIIHJoyos, do IQH lliüIMlH nilOOH (](!() «ll (Jlti-ro tlono on poder do tnntiilorrou.

1U.—Agravar latí pmiiiu quo Un IA>ven do Koformn ni fluían puní ion mfruotoroii do lau mlHiuaii

20 —SuproBlón dn la» (inundan mgontoadan por ul Olmo.

CAPITAL Y TRAHAJO

21—Entablccor un máximum do a ho-rno do trabajo v un unlnvlo mínimo onla proporción Hlpitlortlo- do ?] 00 pnrnln KAiioralldad dolpnlH, on c|iio «»l p í omudlo do los snlurlotí OH Inlorlor <i| (li-tado , y do IHAH do $1.00 para itqut'lliiBroglonoH on quo ln vida mi IMAH < urn von las quo eaui Bullirlo no bimtniln pani «alvnr do ln minoría ni trnbujndor.

'22 —Rflglnmontnolóu dol Horviolo domástico y dol trabajo A donilcillo

2.! —Adoptar medidas |.nra (imi oonel l inbnjo A deHlnjo Ion piitronun nobui Ion ln nplionolón ih>l llompo mA\lmo y salario mínimo.

21 —Prohibir on lo nbnoluto ol um-pino do niños meiioreH do ontorco nTlOB.

2R.—Obll¡>ar f\ IOH dueños rio IIIIIIIIH,fábrlcna, talleros, oto , A innnlnnor IIIHmejoroR oondlnloneH do hl(;iono en «ñupropipdadoR y A guanlur IOH lujaronde poligro on un estado quo pronto sopuridad A la vidn do IOH opoini los

2(¡.—Oblipnr A los pntionnn (\ proplotnrios rurales á dnr nlojamionto tilRiónico A los trnbnjndoren, cuando lnnnturnle/a dol trnbiijo do tqtoH exijaque reciban albergue do dichos pairoIIOB ó propietarios. ¡

^7.—Obllpar á los patronos A pncnr Iliulomnl/acioii |JOI accklontoa del tru- ibajo. i

2^ —Declarar nulai latí doudns nctmiles do los jornaleros do campo pa 'ra con loa amos ¡

20 —Adoptar medida» parn que Ionduefíos do tierras no abusón de Ionmedieros.

30 —Obligar á loa arrondadoroR docampos y casan, que indemnicen A IonarrendntarioB de sus propiedades porlas mejoras necesarias que dejen enellas.

•'!•—Prohibir á los patronos, bajoseveras penas, que paguen al trabajador de cualquier otro modo que no SPHcon dinero efectivo , prohibir y castigar que ie impongan multas A los tra-bajadores ó ae les hagan descuentoRde su jornal 6 Be retarde el pago de 1»raya por más de una semana ó se nie-gue al que se separa del trabajo el pa-go inmediato de lo que tiene ganado;suprimir las tiendas de raya

32.—Obligar a todas laa empresas ónegociaciones á no ocupar entre SUBempleados y trabajadores, sino unamiñona de extranjeros. No permitiren ningún caso que trabajos de la mis-ma claec se paguen peor al mexicanoqne al extranjero en el mismo esta-blecimiento, ó que á los mexicanos seles pague en otra forma que á los ex-tranjeros

33.— Hacer obligatorio el descansodominical.

TIERRAS.

(JI [1111) 1 OH & pld/.OM

IMPUKMTOH

,lh — 1 \ Im| Unun dol mtpt i f 'Htn n o h r i ' o a -p l t a l m o t ni y Huí d<< < n p l t n i Mu <| t iodmi-d o m u o n i K i i d n d o ni ( j o l ) l f n i o i I O H ( U -d i o d n Ion m c | o r f " inodlnH p n r n d i s m i -n u i r ol li)i|ni(>Hio <l< I T l m l m > luidla q u oMI II | ) ( ) l l l l i | l l M | ( M W I l p I l ' t l l ( l l ) O l U I , 1 1

.11).— Suprimir UH|« ooiUrllniolóll pft-ru capital monor do 9100 00, c\oop-tuiiiidono do puto privtlopln ln«

l l Ip p l n n l o w

plotí v o l ro i i n. L'IK IOH m í o HO O O I I H U I O -r o n noo lvo i i j ,|m> t ) o ik i l iun l o n c r d o -r o o h o A lan unrn i i i l a i i ilo lau u m p r o s n nlltlIoH

10 O r n v i i i i«l »nn> IOH i i r t louloH d olu jo , Ion VIOIOM, v a l i f i - r n r d o o o n t r l -b u o l o n o H |OH III-( |<HIIOH d n p r l m o v n n n -o o i l d n d N o p e í m i l h i | u o I o n r l e o n

H j u i i t o n i H i i n ' a t i c o n e l ( j n b l o r n o p n r a

p i i K i n i n e i u i N i o i i l i i b i K i i m o H ^ n o l a s

i | Ü O l e u i i n p o i u i | n | n \

PUNUiH HkNRKALKH

II Uncor pr íctico i>l JUICIO do am-paro, Blmpllllonndn Ion prooodlmion-I OH

I J — R p R t i t u c u m «le l a X > n a L i b r o

I t K H i i i h l o t i > r l a l ^ i m l d u d c i v i l p a -

r a l o c i ó n l o i I I I J O H . l e u n m l H i i i o p a d r e ,

s u p r i m i e n d o h m i l i r e i t M i r l n « i | U e h o y

e n t a b l c c o l a l o y o n t r o I d u i t i t n o i i u i l o -t

•¡4.—Los dueños de tierras están o-bligados á hacer productiva1* todaslaa que posean; cualquier extensiónde terreno que el poseedor deje im-productiva, la rpcobrará el Katado yla empleará conforme A loa artículossiguientes.

3».—A Io8 mexicanos residentes enel extranjero que lo soliciten, los re-patriará el Gobierno pagándoles loaRaatO8 de viaje, y les proporcionarátierras oara BU cultivo

3<J —El Eatado dará tierras á quienquiera que lo solicite, sin más condi-ción que dedicarlas á la producción a-grícola, y no venderlas. Se fijará laextensión máxima de terreno que elEHtado pueda ceder á una persona.

37.—Para que este beneficio no sóloaproveche á IOB pocos qne tenganelementos paraelculuvo délas tie-rras, sino también á los pobres qnecarezcan de estos elementos, el Esta-do creará ó fomentará un Banco Agrí-cola que hará á los agricultores po-bres préstamos con poco rédito y re-

I I EBttililcí er, ( liñudo sea poHihle,oolonliiR ponilonciiirniH do rpcencra -(Moii. on luiriir do Inn (''n C(>IPH \ Peni-tencial IIIH eu (|iio hoy sufren ei onsti-(jo Ion (IPIIIK uentoB

I") MUIHORÍ n de IOH Jofev Tuliticoa.1(1 — Rooruanl7iiplon do los Munici-

pio» (|im han oído Hiiprimldon v robus-toplmionto del poder municipal

17 —Modulns pnrn nuprimlr o res-trintrir P! ncio, rl pnuperiamo y la oa-roslia do los artículos de primera ne-( oxidad

1S —Proteroión A la raaa indíeena.l'l — Kfltnhloc-pr ln/ns de nnión con

IOB pnhPR lntino nnipncanosñO—Al triunfar ni Partido Libernl,

RO contlai nrAn los bionra do loa funcio-nnrloR enrlquecidoa bnjo la Dictnrluranctiml, v lo qno so pi-odu/pa RP. nrllca-rA ni cumplimiento del Capitulo doriprrnB,—pRpeeiílmente \ restituir Aloa vaqnis, nwvns v otrnn tribus, co-munidafiPB ó Individuo*, loa terrenoBdo qnp fnpron deppojndoB,—v ni ser-vicio de la amortización do la Deu-da Nacional.

fil —El p>Imer CnntrrpRo Nacionalque funcione riespi^ q de la enídn de laDictadura. nnulnrA todoa IHR reformanhechas A nupRtra OnTiRtitución por elGobierno de Porfirio DíR7; reformaránueRtra Onrtn Marra , P n m a n t o aeanecpHario pnra ronpr nn vit^or estePrograma; creará laa leyes qne Reannecesarias para el mismo objeto; r e -glamentará los nrticuloR de la Consti-tución y de otra* IPVPR qnp lo rpquie-ran, y estudiará todas aqnpllnH cuns-tionofl que ootiRidprp dp interéa parala Patria, yn R P a q U o estLn enuncia-das ó no en P! prRRpnto Programa, yreforzará Ina pnnton qne Pqui cons-tan, especiPlmente en materia de Tra-bajo y de Tiprra«

CLAUSULA ESPECIAL.

:>2 —Qupda á enr-o de 1P Juntn Or-ganizadora dpi Partido Libara] diri-airneála mayor brevpdad á IOR GO-biernoR PXtran]pro=, manifestándolesen nombre del Partido, qnp f 1 pueblomexicano nn quicrp más dpudaa «obrela Patria y qne, por tanto, no recono-cerá ninguna nueva dpnda qrm bajoonalquier forrra o prpfp\to arroie laDictadura Robre la Nación, va contra-tando pmpré^titos, o bien rpconocien-no tardfampnte oblitrBciores pasadassin ninpún valor l p l

REFORMA, LIBERTAD Y JUS-

St. Louia, Mo., Julio l ° d e 1Í)OG.Presidente. RICARDO FLORES MA-

GON — Vice-Presidenre. JUANSABABIA.—Secretario. ANTONIO 1 VII.LARRBAL—Tesorero. ENRIQUE PLORFS MAGON.—ler. Vocal, PROF LIBRADO RIVEBA- 2 ? Vocal, MANUEI SARABIA.

He ahí el Programa, la bandera del IPartido Liberal, bajo la cual debéisagruparos los que no hayáis renunciado á vuestra calidad de hombreslibres, los que os ahoguéis en esa atmósfera de ignominia qne os envuelvedesde hace treinta añOB, los que os avergoncéis de la esclavitud de la Patria, que es vuestra propia esclavi-tud, los que sintáis contra vuestrostiranos esas rebeliones de las almasindóciles al yugo, rebeliones bendi-tas, porque son la Beñal de que la dig-nidad y el patriotismo no han muer-to en el corazón que las abriga.

Pensad, mexicanos, en lo que signi-fica para la Patria la realización de«ste Programa qae hoy levanta el Partido Liberal como un pendón fulgu-rante, para llamaros á una lucha san-ta por la libertad y la justici?, paraguiar vuestros pasos por el camino dela redención, para señalaros la metaluminosa que podéis alcanzar con sóloqne os decidáis á unir vuestros esfuer-zos para dejar de ser esclavos. ElPrograma, sin dada, no es perfecto:no hay obra humana que lo sea; peroes benéfico y, para las circunstanciasactuales de nuestro paíí, es salvador.Es la encarnación de muchas noblesaspiraciones, el remedio de machosmales, el correctivo de machas injus-ticias, el término de machas infamias.T3s una transformación radical: todoun mundo de opresiones, de corrup-ciones, de crímenes que desaparece,para dar paso á otro mando más libre,más honrado, más justo

Todo cambiará en el futuro.Los puestos públicos no serán para

los aduladores y los intrigantes, sinopara los que, por sus merecimientos,se hagan dignos al cariño del pueblo,los funcionarios no serán esos sulta-nes depravados y feroces que hoy laDictadura protege y faculta para quedispongan de l¡i hacienda, de la viday de la honrado los ciudadanos: se-rán, por el contrario, hombres elegi-dos por el pueblo que velarán por losintereses públicos y que, de no hacer-lo, tendrán que responder de sus fal-tas ante el mismo pueblo qne los ha-bía favorecido; desaparecerá de lostribunales de justicia esa venalidadasquerosa que boy los caracteriza,porque ya no habrá Dictadura que ha-ga vestir la toga á sus lacayos, sinopueblo que designará con BÜB votos álos que deban administrar judíela, yporque la responsabilidad de los fun-cionarios no será an mito en la futurademocracia; el trabajador mexica-no dejará de ser, como es boy, an pa-rla eo ea propio suelo: dueño de BUS

derechos, dignificado, libre para de-fenderse de esas explotaciones villañas que hoy le imponen por la fuerza,no tendrá que trabajar más de ochohoras dianas, no ganará menos de unpeso de jornal, tendrá tiempo paradescansar de sus fatigas, para solazar-se y para instruirse, y llegará á disfrutar de algunas comodidades quenunca podría procurarse con los actuales salarios de SO.50 y hasta de$0 25; no estará allí la Dictadora paraaconsejar á IOB capitalistas que robenal trabajador y para proteger con BUSfuerzas á los extranjeros quer contes-tan con una lluvia de balas á las pacífleas peticiones de los obreros mexicanos: habrá en cambio nn Gobiernoque, elevado por el pueblo, servirá alpueblo, y velará por sus compatrio-tas, sin .'tacar derechos ajenos, perotambién sin permitir las extralimitaciones y abusos tan comunes en la ac-tnalidad; los inmensos terrenos qaelos grandes propietarios tienen aban-donados y sin cultivo, dejarán de sermudos y desolados testimonios del in-fecundo poderío de un hombre, y, re-cogidos por el Estado, distribuidosentre los que quieran trabpjarlos, seconvertirán en alegres y feraces campoB que darán el sustento á. machashornadas familias: habrá tierras paratodo el qae quiera cultivarlas, y la ri-queza qae produzcan no será ya paraque la aproveche un amo qne no pusoel menor esfuerzo en arrancarla, sinoque será para el altivo labrador quedespués de abrir-el surco y arrojar lasemilla con mano trémula de esperan-za, levantará la cosecha qae le hapertenecido por su fatiga y su traba-jo; arrojados del poder los vampirosinsaciables que hoy lo explotan y paracuya codicia son muy poco los raásonerosos impuestos-y los empréstitosenormes de que estamos agobiados,se reducirán considerablemente lascontribuciones; ahora, las fortunas delos gobernantes Balen del Tesoro Pú-blico: cuando esto no suceda, se ha-brá realizado una gigantesca econo-mía, y los impuestos tendrán que re-bajarse, suprimiéndose- en absoluto,desde luego, la contribución personaly el impuesto sobre capital moral,exacciones verdaderamente intolera-bles; no habrá servicio militar obli-gatorio, ese pretexto conque los ac-tuales caciques arrancan de su hogará los hombres á quienes odian por enaltivez ó porque son el obstáculo paraque los corrompidos tiranuelos abu-sen de débiles mujeres; se difundirála instrucción, base áe\ progreso y delengrandecimiento de todos los pue-

blos; el Clero, ese traidor impeniten-te, ese subdito de Roma y enemigoirreconciliable de las libertades pa-trias, en vez de tiranoB á quienes ser-vir y de quienes recibir protección,encontrará leyes inflexibles que pon-drán coto á sus excesos y lo reduciráná mantenerse dentro de la esfera reli-giosa; la Manifestación de las ideasno tendrá ya injustificadas restriccio-nes que le impidan juzgar librementeá los hombres públicos: desaparece lainviolabilidad de la vida privada, quetantas veces ha sido el escudo ae lacorrupción y la maldad y la paz publi-ca dejará de ser un pretexto para quelos Gobiernos persigan á sus enemigos; todas las libertades serán resti-tuidas al pueblo, y no eólo habránconquistado los ciudadanos sus dere-chos políticos, sino también un granmejoramiento económico; no eóio se-rá un triunfo sobre la tiranía, sinotambién sobre la miseria. Libertad,prosperidad: he ahí la síntesis delPrograma.

Pensad, conciudadanos, en lo quesignifica para la Patria la realizaciónde estos ideales redentores; mirad ánuestro país hoy oprimido, miserable,despreciado, presa de extranjeros cu-ya insolencia se agiganta por la co-bardía de nuestros tiranos; ved cómolos déspotas han pisoteado la digni-dad nacional, invitando á las fuerzasextranjeras á qae invadan nuestro te-rritorio; imaginad á qué desastres y áqué ignominias pueden conducirnoslos traidores que toleramos en el po-der, los que aconsejan que se robe yoe maltrate al trabajador mexicano,los que han pretendido reconocer ladeuda qae contrajo el pirata Maximi-liano para sostener BU usurpación, losque continuamente están dando pruebas del desprecio qne sienten por lanacionalidad de que estamos orgullo-sos los compatriotas de Juárez y deLerdo de Tejada! Contemplad, mexi-canos, ese abismo que abre á vuestrospies la Dictadura, y comparad esa ne-gra sima con la cumbre radiosa queos señala el Partido Liberal para qneOB dispongáis á ascenderla.

Aquí, la esclavitud, la miseria, lavergüenza: allá, la liberación, el bien-estar, el honor; aquí, la Patria en-cadenada, exangüe por tantas explo-taciones, sometida á lo que los pode-res extranjeros quieran hacer de ella,pisoteada su dignidad por propios yextraños: allá, la Patria sin yugos,próspera, con la prosperidad de todosSUR hijos, grande y respetada por laaltiva independencia de su pueblo;aquí, el despotismo con todo» sus ho-

rrores; allá, la libertad con toda sugloria. ¡Escoged!

Es imposible presentaros con sim-ples y entorpecidas palabras el cua-dro soberbio y luminoso de la Patriade mañana, redimida, dignificada, lle-na de majestad y de grandeza. Perono por eso dejaréis de apreciar esecuadro magnífico, pues vosotros mis-mos lo evocaréis con entusiasmo sisois patriotas, si amáis este saelo quevuestros padres santificaron con elriego de su sangre, si no haléis rene-gado de vuestra raza que ha sabidoaplastar despotismos y tronos, si noos habéis resignado á morir como es-clavos bajo el carro triunfal del cesa-rismo dominante. E^ inútil que nosesforcemos en descorrer á vuestiosojos el velo del futuro, para mostraroslo que está tras el vosotros miráis loque pudiéramos señalaros. Vosotrosconsoláis la tristeza de vuestra actualservidumbre, evocando el cuadro dela Patria libre del porvenir; vosotros,los buenos mexicanos, los qae odiáisel yago, ilumináis las negruras de laopresión presente con la visión radiosadel mañana, y esperáis que de un mo-mento á otro se realicen vuestros en-sueños de libertad.

De vosotros es de quienes la Patriaespera BU redención, de vosotros, losbuenos hijns, los inaccesibles á la cobardía y á la corrupción que los tira-nos siembran en torno suyo, los lea-leo, los inquebrantables, los que ossentio llonoR de fe en el triunfo de lajusticia Responded al llamado de laPatria: el Partido Liberal os brindaun sitio bajo SUR estandartes, que selevantan desafiando al despotismo,todos los que luchamos por la libertados ofrecemos un lupar en nuestras filas; venid á nuestro lado, contribuidá fortalecer nuestro Partido, y api apresuraréis la realización de lo quetodos anhelamos. Unámonos, sume- Imos nuestros esfuerzos unifiquemos |nueBtros propósitos, j el Programaserá un hecho.

|Utopia! ¡Ensueño! c'amar.m, dis-frazando ÍU terror con filosofías ab-> ectaa, IOB qae pretenden detemr laireivindicaciones populares para noperder un pueato productivo ó an negocio poco limpio. Es el vif-jo estri-billo de todos los letrógrados ante IOBgrandes avancen de los pueblos, es <la eterna defensa déla Infamia. Se ¡tacha de utópico lo quo es redentor 'para justificar que se le ataque ó se ledestruya: todos IOH que han atentadocontra nuestra sabia Constitución, sehan querido disculpar declarándolairrealizable; boy mismo, los lacayos

de Porfirio Díaz repiten esa necedadp ira velar el crimen del tirano, y norecueidan esos miserables que c-aConstitución quo llaman t m utópica,tan inadecuada para nuestro pueblo,tan imposible de practicar, fue per-fectamente realizable paia, gobernantei honrados como Juárez y Lerdo deTejada. Para los malvados, el bientiene qae ser irrealizable, para 'a be-llaquería, tiene qae Ber irrealizable lahonradez Los confeos del despotismo, juzgaran impracticable y hastaabsurdo, el Programa del Partido Liberal; pero vosotros, mexicinos, queno estaréis cegados por la conveníancía ni por el miedo; vosotros, hom-brea honrados que anheláis el bien dela Patria, encontraréis de henciH i rea-lización cuanto encierra ese Programainspirado en la más rudimentaria íusticia.

MEXICANOS:

Al proclamar solemnemente su Programa el Partido Liberal, con el in-flexible propósito de llevarlo á la práctica, OB invita á que toméis parte enesta obra grandiosa y redentora, qaehade hacer para siempre á l.i Patrialibre, respetada y dichosa.

La decisión es irrevocable' el Partído Liberal luchará Bin deRcanso porcumplirla promesa solemne que hoyhace al pueblo, y no habrá obstáculoque no ver za ni sacrificio que no acepte por llegar hafta el fin Hov osconvoca par.i que Rigt.is flus banderas,para que engroPLis sus filas, para queaumpnteiR su fuer/a j hagáis menosdidril v rfñida la victoria Si escucbjiR el llamamiento y .ícudis al pnesto que os designa vuestro deber demexic mo, mucho tendrá que agrade-ceros la Patria, pues apresuraros su

redención; si veis con indiferencia lalucha santa á que os invitamos si ne-g ÍIB vuestro apoyo á los que combati-mos por el derecho y 1, justicia, si,egoijus ó tímidos, os hacéis con vues-tra inacción cómplices de los que nosoprimen la Patria no OH deberá masque desprecio v vuestra concienciaHublev ida no dej .rá de avergonzaroscon el recuerdo de vupstia falta Losque negncis yieRtro ,ipovo & la c a u s ada la libertad, mereceréis ser escla-VOS.

MFXICAN0S

Fnt re lo qne ns ofrece el despotis-mo v i o que os brinda f l l ' ros ramadelPartido L.bPral, ¡eR.oped! 8, queréisel grillete, l ami -ena , la humill l ciónante el extranjero, la vida gris del pa-rí i envilecido, sostened la Dictadoraque todo PRO os proporciona, si p re -fe r í l a libertad, el me,oramiento PCO-romico, la dignificación de l.i ciudada-nía mexicana, la vida altiva del hom-bre dtif ño de PI mismo, venid al Par-tido Liberal que fraterniza con losdignos v los viriles y , i n i f) vupRtrosesfuerzos ,í los de todoH los que com-batimos por la justicia, na™ apresu-r a r l a llegada de ese d,a ladiante enque caiga p a n siempie ], t i r i n n vsurji 1 i esperad i Demorr icia con to-dos los esplendores de un astro míejarras dpjprá de bnll i r en el horizontei-ereno de 11 Patria

Riroü>u, i un i;r u ) i ,n N I K . M .Saint Lnuí-, Mo Julio lo de 1900.Presidente, liuarrlo Fh,,,> Maqón.—

Vicepresidente Jutuí t-a,r,hm _ Secre-t a r io , Antonio J ]ilhn,(<il — Te-sore ro . Enivint Fhnr- Mni/m —lerV o c a l I'int 1 ¡I,,¡ido 7 , ' p , , » _ 2 " V o -cal Mnmul SmtOnti —

> O T A S . I a.—Torio mr\ lrnni> <|ii<- rsl< «le .i< u c i i l n i on i I ,inn i mi P m , i , , .

S e in\¡ l . i .1 l o s ni < \ ¡ r . m o s .1 qu< a>ii<tí 11 p.ir.i < I fon» 111 o <l< 1,1 , ,n^,x

Gl PON DI ADHrsiOiNA LA JUNTA ORGANIZADORA DEL PARTIDO LIBERAL MEXICANO

- - P. O. BOX. 3 8 1 S f . l O M S , MO. - 1I I mi l '»IIIIH< r i l x - K C .UIIIICK íorm. i lnu n lc al Prnfií .t i l< I l'.,rli.l<, I ,1,, r .1 . , , , .. iA •

I e «I. .I11I.0 d<- 1 9 0 0 > prol i - s ld s . 1 ( i . l „ l o s príni i m » s qui I. , f,!, .11 rn ?'"'"oiiHl.lncl.i o s l o d o c u m e n t o . i"i«i in.m. l irnmnilu |i,i

1 (Itira

Nombre

Profesión á ocupación

Residente en Estado deCalle . . . . . N o .

CiO.YTRIDUGIO* MLftSU/U PARA r O l í M I L M I i f l PARTIDO S

REGENERACIÓN

Los negociosdel gobierno.

Parte el corazón una triste co-rrespondencia en que se uos co-munica uno de esos dospojoa quetanto han sufrido los pueblos enesta época de saqueo eu que todostoman algo de la tierra mexicana,—menos los mexicanos,—en quetodos se llenan los bolsillos,—me-nos nuestros compatriotas,—y enque para ser feliz en la Patria denuestros mayores se requiere serbribón 6 haber nacido fuera deella. No debíu asombrar nuestradesdicha, desde el momento queloa extranjeros llegan á ser Mi-nistros, como Limantour, y los a-sesinos dignos de la horca lleganá la Presidencia, como PorünoDíaz.

Este histrión,—Díaz, —consi-gue dos objetos desamparando álos mexicanos: hacerse bombo enel extranjero al precio de la hon-ra de la nación, y al precio de lanación misma que materialmenteestá vendiendo, y repletar sus ar-cas de viejo avaro mientras elpueblo andrajoso y hambrientotrabaja y se desloma en beneficiode los dominadores.

En estos momentos, mil qui-nientas familias del Distrito deZimapam, Estado de Hidalgo, es-tán próximas á quedar sin hogar,porque las tierras que poseíandesde hace más de cien años, hansido dadas por el criminal Go-bierno á un inglés, ó yankee lla-mado Ricardo Honey, jr.

Los perjudicados que son cercade tres mil, son los vecinos de laEncarnación, Distrito de Zima-pam, Estado de Hidalgo.

Bastó la codicia de un extran-jero, para que esos millares demexicanos fueran despojados desus terrenos, por los cuales, y endefensa también de la Patria, de-rramaron su sangre generosacuando los franceses y los traido-res pretendieron imponer á aquelbandido de sangre azul que pagócon su vida el delito de oprimir áun pueblo. '

En la época aciaga de la Inter-vención, los vecinos de la Encar-nación no titubearon en tomar lasarmas para rechazar á los invaso-res, y es á esos valientes, á esosbuenos mexicanos, á quienes sedeja ahora en la miberia por ia-vorecer á un extranjero.

¿Tiene razón laoposición de ha-cer á Díaz los cargos tremendosque escandalizan á los hipócritasy á los bellacos? ¿No merecemaldiciones el hombre que nos es-tá vendiendo á ojos vistos? ¿Quénombre digno puede ver con in-diferencia estos despojos hechosá la luz del día?

JAb; tal parece que PorfirioDíaz desconoce la historia y nosabe que en nuestra Patria huboun Padilla y un Cerro de las Cam-panas!

y' ***

Esos compatriotas vivían, nofelices porque las contribuciones,el fraile, las consignaciones al K-jérclto hacen imposible la felici-dad, pero al menos pasaban la vi-da menos mal que ahora, pues e-ran dueños de unos terrenos quecultivaban y de los cuales saca-ban lo indispensable para no mo-rir de hambre, pues casi todo elproducto de las cosechas iba á pa-rar en mano de los gobernantes,de los agiotistas, de los frailes, detodos los que oprimen al pueblo.Ahora, muchos son los que hanquedado sin un palmo de tierraque poder cultivar, gracias á lascombinaciones de Meixueiro.

Meixuelro, valido de su influen-cia y de su dinero, ha podido a-rrebatar sus terrenos á los veci-nos de Papalutla. Se valió, pri-mero de un picaro, llamado Can*d1do González, para que aconse-jara á los infortunados campesi-nos que vendieran sus terrenos alLicenciado, pues de lo contrariolos perderían cuando el señor feu-dal tuviera ya terrenos cercanosá los suyos, pues nada podríanhacer contra una persona tan ins-truida y que de tanta influenciagozaba en el Gobierno. Alarma-dos los campesinos, se resignaroná vender, aun cuando la mayorparte de ellos no tenían necesidadde hacer la venta, pero el temorde perderlo todo por la influenciade aquel instruido señor, los hi-zo deshacerse de las tierras quehabían heredado de sus mayores.

El pánico se apoderó de aque-llos infortunados compatriotas, yde ese pánico se aprovecharonvarios bribones encabezados porGerardo Vázquez, quienes se pu-sieron á hacer documentos falsosen los que se ponían fechas remo-tas, y en los que se hacía aparecercomo propiedad de los citadosbribones, los terrenos de todos a-quellos vecinos que por no saberhablar el castellano estaban en laimposibilidad de defenderse. De

Entre los candidatos délos ser-viles, figura Meixueiro, por si Pi-nientel cae en desgracia cercadel Dictador, y por tal motivo nosapresuramos á poner á nuestroshermanos de Oaxaca en conoci-miento de lo relatado. Hay toda-vía más que no podemos publi-car ep este número porque ocu-paría mucho espacio.

Si Meixueiro llegase al Gobier-no del Estado, Be haría dueño detodo Oaxaca, como Terrazas yCreel se han hecho dueños de to-do Chihuahua, ó de la mayor par-te de él, y se hace necesario quelos oaxaqueños no permitan elentronizamiento de ese mal paisa-no que tiene como Pimentel lamisma sed de oro, y que, comoPimentel, venderá álos habitantesdel Estado á los negreros del Va-lle Nacional, y convertirá el Palació de Gobierno en garito y enprostíbulo, porque el ejemplo está dado por Pimentel que no hahecho más que imitar á MartínCacle.

Cualquier sirviente de la actualadministración no podrá ser me-jor en el Gobierno que su? ante-cesores. El que no sea ladrón,se enseñará á serlo, porque elcrimen está en el ambiente, ylos gobernantes no se podránsustraer á la influencia de él,no ser que renuncien á un pues-to que tanto les produce y quetan bien aprovechan para hacersericos.

LA YENTA DELA PATRIA.

as torturas á que se sujeta á losnfeliecs indios. ,A las iudias;ainbié'n se las deporta conietién-lose la gran infamia de arreba-arles sus tiernos hijos. Las os-unas que ha presenciado el tes-igo de referencia, son las mismasue ya hemos reseñado. Las ma-

dres locas de dolor lloran, supli-can, se arrastran álos pies de losverdugos, hasta se ofrecen, conal de que no se las separe del

fruto de sus entrañas. Pero todoruego es inútil, toda súplica mue-re sin eco como los gritos de unediento en los implacables are-

nales del Sahara; los esbirros notienen compasión, como no la tie-nen sus amos los gobernantes, ysordos á ruegos y á súplicas, a-rebatan brutalmente á los niños

de los brazos de las madres ya-quis. Se ha dado el caso de quelas indias al ver que sus súplicasno tienen resultado, prefieren, enarrebatos de dolor que sólo lasmadres pueden sentir, matar &sus hijos estrellándolos contra lasrocas.

El mismo testigo, tuvo oportu-nidad de ver, cerca del Puerto deProgreso, cómo se disputan lossclavlstas yucatecos las indias

que venden Corral y Pineda, sien-do muy bien compradas por suresistencia en las duras faenas deos plantíos de henequén, en cu-yas fincas viven á la intemperiecomo cualquier ganado.

Los periódicos del Gobiernolaman salvajes á los yaquis, pero

todo mexicano de conciencia veráel salvajismo de parte de loshombres del Gobierno que con suscrímenes, ofenden á la civiliza-ción.

FABRICA DE PARIAS.Los favoritos de Pimentel.Fábrica de parias es ciertamen-

te la administración de nuestroinfortunado país en que cada pi-caro se considera con derecho ádespojar á todos aquellos que porsu ignorancia, ó por la humildadde su condición social, están ámerced de las voracidades de losindividuos del poder, de la in-fluencia 6 deldinero. La pequeñapropiedad rural, tan útil para lariqueza general, ha ido pasandopoco á poco á poder de los gran-des terratenientes, adquirida pormedio del robo y del fraude másescandaloso.

Vamos á relatar un hecho con-creto, como ya hemos relatadootros muchos sobre la materia,para que se convenzan de una vezlos timoratos de que ya se hacenecesaria una acción enérgica porparte de los oprimidos en reivin-dicación de sus derechos.

El Lie. Guillermo Meixueiro,Diputado á la Legislatura del Es-tado de Oaxaca y favorito de Pi-mentel, es un individuo que nonecesita practicar el robo para vi-vir, pues heredó de su padre, elGral. Francisco Meixueiro, diezcasas y un buea número de ac-ciones de las minas "La Nativi-dad." del Distrito de Ixtlán, quele producen libres de gastos másde dos mil pesos mensuales. Ade-más, como abogado, gana otrosmil pesos al mes. Tres mil pesosal mes son una suma enorme paraun individuo que no trabaja, perola codicia hace que Meixueiro nose conforme con. explotar'á los mi-neros que trabajan en "La Nati-vidad" y á los inquilinos de suscaBas: quiere más dinero, y enprovecho de su pasión por el orp,ha reducido á la miseria á mu-chos compatriotas que viven enSanta Cruz Papalutla, Distrito deTlacolula, Estado de Oaxaca.

ese modo, algunos terrenos, fue-ron realmente comprados infun-diendo temores á los campesinos,pero una gran parte de los terre-nos fueron adquiridos por mediode los documentos falsos por losbribones, quienes después losvendían al Lie. Meixueiro comopropios.

Varios vecinos honrados de lapoblación descubrieron ese frau-de infame, y lo pusieron en co-nocimiento del Lie. Meixueiro pa-ra que ya no siguiera comprandoterrenos á aquellos bribones;Meixueiro contestó "que el quetuviera derecho, que hiciera usode él; pero que los terrenos queél compraba ya no los podía vol-ver." ¿Cómo podrían hacer usodesús derechos los pobres cam-pesinos que no sabían hablar elcastellano, y qué Juez podría ha-cer justicia á los humildes conperjuicio de aquel instruido é" in-fluyente señor?

TJn ciudadano honrado y enten-dido que es el actual preceptorde la Escuela del pueblo de Papa-lutla, se opuso fuertemente á quelos vecinos vendieran sus propie-dades si Lie. Meixueiro. Este losupo y trabajó porque dicho ciu-dadano fuera destituido del puestode preceptor. El Sr. Sánchez, ade-más, se negó á firmar como tes-tigo de las ventas que los bribo-nes hacían de las tierras de loscampesinos que no sabían caste-llano.

La intención de Meixueiro esformar una hacienda y reducir ála esclavitud á los que fueronpropietarios de pequeñas porcio-nes de terreno, como ha sucedidoen todo el país. Para sus fines,finge Meixueiro prestar serviciosal pueblo, así se ha visto que re-galó un reloj al Ayuntamiento, yhace como que se interesa por a-rreglar los linderos, cuando en rea-lidad nada arregla, y no se cansade ofrecer, que cuando sea Go-bernador del Estado,—puesto pa-ra el que según se ha visto tienemaravillosas aptitudes, pues sabedejar en la miseria á sus compa-triotas,—no pagarán capitaciónni otros impuestos los habitantesde dicho pueblo que sepan leer yescribir, promesa absurda é in-justa, pDrque en realidad nadiedebe pagar la capitación, porconstituir ese impuesto un verda-dero robo que se hace á los oaxa-queños.

También finge ayudar á los ve-cinos empleando el siguiente sis-tema. Cuando algún vecino sale"sorteado" para ingresar al E-jército, Meixueiro recibe de cientotreinta áciento cuarenta pesos paracomprar un reemplazo, siendoque, los que se enganchan en Oa-xaca sólo reciben de cuarenta ácincuenta pesos.

Muchos abusos lia cometidoMeixueiro en Papalutla. Se ha-bla también de cierto zanjón queabrió para conducir agua á su ca-sa, y que está tan mal construidoque con frecuencia se derrumbanlos bordes y se forman barran-eos perjudiciales y peligrosos.Varias veces, hasta el camino pú-blico ba sido descompuesto por elzanjón.

Pearson, el hombre-boa que enbeneficio suyo y de Porfirio Díazse está adueñando de los mejoresnegocios de México; Pearson, eldueño del Istmo de Tehuantepecel negociante afortunado que tie-ne en su poder las más jugosasconcesiones que eu el futuro se-rán un semillero de conflictos in-ternacionales, ha obtenido unaconcesión más, según vemos en"El Correo de Sonora," por la queestá facultado para explorar loscriaderos de petróleo ó carburosgaseosos de hidrógeno, existen-tes en el subsuelo de los lagoslagunas, albuferas, terrenos baldios nacionales y aquellos cuyotítulo de propiedad hubiere expedido el Gobierno Federal, conreserva del subsuelo, ubicados enlos Estados de Campeche, Tabasco y Veracruz; en el Partidode Valles, de San Luis Potosí,en el Distrito Sur del Estado deTamaulipas.

Reflexiona el colega, que comoel área de la República mide a"proximadamente un millón y novecientos ochenta y siete mil doscientos un kilómetros cuadradosy la concesión dada á Pearson abarca una superficie de 219-336kilómetros cuadrados, el hon.breboa que en compañía de PorfirioDíaz estrangula á nuestra jovennación, ha obtenido el dominide la novena parte de la República.

Tal concesión no es solamenteescandalosa: es criminal. Ellpone en manos de un extranjerla novena parte de la Repúblicaen la cual los mexicanos no podrán dedicarse á explotar el petróleo. No será difícil, ya quetodo es provechoso para nuestrnegociante Dictador, que otro extranjero, ó el mismo Pearson, obtenga una concesión semejantpara explotar todo el oro que haya en determinados Estados 6 entoda la República.

¿No nos vende descaradamentnuestro Gobierno?

Desgraciadamente,—si antes nlo impedimos, — nuestras profesías de que seremos siervos duna nación extranjera están eivías de cumplirse. ¡Si nuestrolibertadores hubieran adivinadque habíamos de arrojar la libertad, como un fardo pesado, no shabrían tomado la molestia de luchar por nuestro honor!

Los esclavos yaquis.Lean lo siguiente los que dice

que somos exaltados y que deberiamos atacar con mesura, y sno se conmueven, si no se indignan, si sus pechos son incapacesde sentir cólera, bueno será que sesuiciden para no perpetuar unaraza sufrida, buena para gemir a-rrodillada.

Ya han de estar enterados nues-tros lectores del negocio que estáhaciendo el Vicepresidente Ra-món Corral con los esclavistas deYucatán, á quienes vende indiosyaquis. En ese negocio, propiode los traficantes portugueses dela Edad Media, tiene participa-ción el Lie. Rosendo Pineda, mo-delo de intrigantes y de picarosque goza de gran influencia cercadel viejo Dictador.

Un testigo presencial refiere

Persecuciones cobardes.*—«i—•

A fuerza de encarcelamientosquiere asegurar su reelección E-milio Pimentel, sabiendo que na-da halaga tanto al Autócrata co-mo la represión cruel y salvajede todo impulso popular en prode la libertad.

Ya tenía preso al altivo liberalProf. Adolfo C. Gurrión, pero nole bastaba eso: necesitaba másvíctimas para merecer la protec-ción del viejo Dictador y le fuefácil conseguir el instrumento pa-ra la nueva persecución. Rodea-do Pimentel de los hombres másviles á quienes protege para quelo ayuden á oprimir, no tiene másque dar sus órdenes á cualquierade sus lacayos para que sometan

sus enemigos. Así fue comoManuel Bejarano, Jefe Políticode Tehuantepec que de tan tris-te fama se ha rodeado por su de-cidido empeño de enriquecersecon el dinero del pueblo, tuvo elcinismo de acusar al Sr. Gurriónpor los cargos, justísimos que sele hicieron en "La Semecracia"y que han quedado plenamenteprobados con documentos feha-cientes, y así ha sido ahora queuna nueva acusación se ha lleva-do ante los tribunales contra elIntrépido liberal Sr. Plutarco Ga-llegos, siendo esta vez el acusa-dor el más abyecto de los lacayosdel tiranuelo de Oaxaca, un Lie.Francisco Canseco.

Canseco, por supuesto, no obrapor sucuenta, sino mandado porPi-mentel. Además,quiereser Magis-trado y recurre al único sistemaque hoy puede emplearse para as-cender: arrastrarse. Se quejaCanseco de que se le insultó enel número 2 de "La Semecracia"publicado el 18 de Marzo. La a-cusación es absurda y hubiera si-do desechada por cualquier Juezhonorable, pero el Juez 2o. delRamo Penal, Leopoldo Castro, laacogió con entusiasmo para pro-bar á Pimentel que es fiel y queobedece ciegamente las consig-nas del déspota.

Canseco es muy conocido porsu analfabetismo, y sin embargo,tiene la cátedra de Derecho Pú-blico en el Instituto de Cienciasdel Estado por mero favoritismo.Goza también del sueldo de Juezlo de lo Civil, con cuyo empleolucra á ojos vistos, pues apenashabrá litigante que no haya sidodescaradamente robado. Las sen-tencias las vende, fallando á favordel que pague más, y en compa-ñía de José Inés Dávila, el hipó-crita Oficial Mayor del Gobierno,hace buen negocio en ese río re-vuelto que se llama administra-ción oaxaqueña.

El día lo. de Julio fue aprehen-dido el Sr. Plutarco Gallegos envirtud de la acusación y se le in-comunicó, así como se incomuni-có también al Sr. Adolfo C. Gu-rrión, y á pesar de no existir elcuerpo del delito, se decretó autode formal prisión contra dichoscorreligionarios, Directores delperseguido y viril periódico "LaSemecracia."

Hay un hecho notable que re-vela el asco que sienten todos porlas venganzas de Emilio Pimen-tel. Este sátrapa rogó á muchosabogados de Oaxaca que patroci-nasen á Canseco, pero tocios serehusaron, aun los más mancha-

aquellos que tienen nego-cios sucios con el Gobierno, se ne-garon á patrocinar al lacayo Can-seco y á eso se debe que la acusa-ción se haya presentado el lo. deJunio, pareciendo por eso que ne-cesitó Canseco dos meses y me-dio para sentir la indignación con-tra los valerosos liberales Sres,Gurrión y Gallegos.

La prisión de los valientes lu-chadores es penosísima. Pimentelha dado la orden al Alcaide Ma-nuel G. Gómez, de que procuremolestar á IOB correligionarios,con el fin de hacerles todavía máspesada la estancia en la cárcel.Ese refinamiento de crueldad,propio de 3eres mezquinos y co-bardes camo Pimentel, no ha da-do, empero, el resultado que ape-tece el despotismo: someter á losbravos correligionarios, que, fir-mes y resueltos, desafían sereua-mente la inquina de tan despre-ciable enemigo,

El Alcaide es un ebrio consue-tudinario; impide que se comuni-quen los periodistas con sus fa-milias y entorpece la defensa delos mismos. No se les ha podidopasar un solo escrito para que lofirmen, porque el borracho GÓ-mez quiere leerlo todo, censurar-lo todo previamente. Ni los de-fensores pueden hablar con ellos,á pesar de que ya cesó la incomu-nicación decretada por el Juzga-do.

El modo de tratar á los perio-distas independientes, contrastacon el que se emplea para tratará bandidos como Onésimo Gonzá-lez que ha convertido la Alcaidíaen taberna y en prostíbulo. Me-diante paga, Manuel G Gómezpermite que Onésimo González per-manezca, con fines que la decenciacalla, en el departamento dejeres. En cambio al Sr. Gallegosse le tiene en un estrecho calabo-zo donde se encuentran veinte pre-sos, sin ventilación, sin aseo deninguna clase, respirando una at-mósfera envenenada.para que contraiga alguna enfermedad peligrosa. E i vano han pedido los Sres.Gurrión y Gallegos que se lesponga en un mismo calabozo, ni elJuez Castro ni el Alcaide Gómezhacen aprecio, y se burlan del in-fortunio de las víctimas, sin pen-sar que sus crueldades tendrán queser castigadas. Ni pedir ampan>pueden los periodistas, porque nose les permite sacar ningún escri-to.

La primera acusación que fuehecha solamente contra el Sr. Gu-rrión, está en manos del ebrio A-dolfo Quintanar, Juez lo de lo Cri-minal. Este Quintanar fue des-pedido del Juzgado de Distrito deTehuantepec, en cuya ciudad dejóuna deuda de más de mil pesos enbebidas embriagantes.

Ese primer proceso que pesasobre el Sr. Gurrión lleva tresmeses de estar en sumario, puesno conviene á Pimentel que se tramite con la prontitud que marcala ley.' El Juez de Distrito antequien pidió amparo el Sr. Gurrión, Lie. Constantino Chapital,se está portando de un modo ca-balleroso y con una honradez quecontrasta con la perversidad ha-bitual en los funcionarios de estaépoca de corrupción.

La persecución que sufren losdignos oaxaqueños provoca indig-nación, porque no solamente á e-llos se hace víctimas del enconode un gobernante tan ladrón comohipócrita, sino que se extiende lainquina hasta á los parientes dedichos luchadores. El Jefe Polí-tico de Juchitán, Fernando de

Regetierac ionJuly lst, X906.

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Editor and Proprloton ANTONIO I.

Gy ves, á quien se ha exhibido como borrachín y como bandolero,se está vengando en la familiadel honorable liberal. El Sr. Quiriño Gurrión, honrado obrero primo de Adolfo, fue remitido á Oa-xaca, atado como si se tratara de

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un peligroso bandido, consignadoal servicio de las armas, el 28 deMayo último. ¿Qué crimen come-tió el honrado artesano para sertratado como una fiera? Ninguno ;á no ser que sea un delito ser pa-riente de los hombres enérgicosy altivos que se han enfrentado áun gobierno criminal que piensaperpetuarse para perpetuar losrobos, la venta de humildes ciu-dadanos á los negreros del ValleNacional y de otros puntos delEstado de Oaxaca y el saqueo delos bienes de los oaxaquefios.

Pimentel es "científico"; perte-nece ala camarilla de ladrones defrac que rodean al viejo Tirano yy para quienes el hecho de sor-prenderlos en sus maquinacionesconstituye el peor de los enme-nes.

En punto á ferocidad, los "cien-tífiGos" no se quedan atrás de esahorda cerril que constituyen losreyistas, los paniaguados del man-chado Gobernador de NuevoLeón.

Pimentel se reelegirá ¿peroquién puede afirmar que conclui-rá su período? La paciencia de lospueblos tiene un límite y es in-sensato orillarlos á la indignación.

INDAGATORIA.

El Sr. Juan G. Patino desea sa-ber donde se encuentra actual-mente su hermano Carlos Patinoquien residió durante diez añosen Torreón, Coahuila, México.»Hasta hace dos años ambos her-manos estuvieron en correspon-dencia.

Se suplica que las informacio-nes se envíen por conducto deeste periódico.

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