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SEMANA SANTA
Este año Abril comienza con la Semana Santa, ¿pueden las matemáticas explicarlo?
A principios del siglo IV no había consenso
para establecer la fecha del Domingo de
Pascua. La solución final llegó el año 525, en
el que Dionisio el Exiguo sentó las bases del
cálculo de la fecha de Pascua: la Pascua ha de
caer en domingo, este domingo ha de ser el
siguiente a la primera luna llena de la
primavera boreal (si esta fecha cayese en
domingo, la Pascua se trasladará al domingo
siguiente). Con estas condiciones la Pascua
quedaba encuadrada entre el 22 de marzo y el
25 de abril.
El método más sencillo para el cálculo de esta
fecha se lo debemos al matemático Carl Friedrich Gauss, éste no es el método oficial,
pero da el mismo resultado. La base del
mismo es la aritmética modular. Vamos a
explicar en qué consiste: Sea A el año del que
queremos calcular la fecha del Domingo de
Resurrección, el proceso es el siguiente:
• Sea a el resto de dividir A entre 19.
• Sea b el resto de dividir A entre 4.
• Sea c el resto de dividir A entre 7.
• Sea k el número obtenido al quitar de A la
cifra de las unidades y las decenas.
• Calculemos 8k + 13, dividimos el resultado
entre 25 y redondeamos por defecto, al
resultado lo llamaremos p.
• Sea q el resultado de redondear por defecto
el resultado de la división de k entre 4.
• Calculamos el resto de dividir 15-p+k-q
entre 30. Sea M dicho resto.
• Sea N el resto de dividir 4+k-q entre 7.
• Sea d el resto de dividir 19a+M entre 30.
• Sea e el resto de dividir 2b+4c+6d+N entre
7.
Calculados estos valores, la fecha del Domingo de
Resurrección será la siguiente:
• Si d+e <10, la fecha de Pascua de
Resurrección será el día d+e+22 de marzo.
• Si d+e >9, la fecha de Pascua de
Resurrección será el día d + e - 9 de abril.
Esta regla tiene dos excepciones:
• Si se obtiene el 26 de abril (fuera del rango
establecido), la Pascua será el 19 de abril.
• Si se obtiene el 25 de abril con d=28, e=6 y
a>10, entonces la Pascua será el 18 de abril.
Hagamos los cálculos para 2.010.
Para el año A=2.010 los valores de las variables son
los siguientes: a=15, b=2, c=1. k=20. (8k+13)/25=6’92, luego p=6. Como k/4=5, se tiene q=5.
15-p+k-q=24, su resto entre 30 es 24. M=24.
4+k-q=19, su resto entre 7 es 5. N=5.
19a+M=309, su resto entre 30 es 9. d=9. 2b+4c+6d+N = 67, su resto entre 7 es 4, e=4.
Con todo, d+e=13, mayor que 9, por tanto la fecha
de Pascua será d+e-9 = 4 de abril.
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REPORTAJE
2
INTRODUCCIÓN AL CONCEPTO DE VALOR ESPERADO O ESPERANZA MATEMÁTICA.
En este artículo vamos a ayudarnos de varios ejemplos para introducir el concepto de Esperanza Matemática. Éste no aparece en el currículo de secundaria, pero no es difícil de comprender como una extensión del concepto de la media.
Según parece, el primer estudio sistemático del
valor esperado aparece en la obra de 1657
Libellus de Ratiotiniis in Ludo Aleae de
Christiaan Huygens, 1629-1695, donde calcula
la ganancia esperada en una serie de juegos.
Libellus de Ratiotiniis in Ludo Aleae
Comienza suponiendo que: “Si se pueden ganar
dos cantidades a o b, con igual probabilidad,
entonces la expectativa vale (a+b)/2.
Generalizando a n posibles resultados a1…an, teniendo todos la misma probabilidad, la
ganancia esperada será:
(a1 + … + an)/n”
Christiaan Huygens
Posteriormente, considera el caso en que las
posibles ganancias sean a y b, pero con
probabilidades distintas: p oportunidades de
ganar la cantidad a, y q de ganar b.
Considerando que cada uno de los p+q resultados ocurre con la misma probabilidad, el
valor esperado será igual a
qp
qb
qp
pa
+⋅+
+⋅
Jacob Bernoulli hizo un razonamiento similar
basado en las frecuencias para la ganancia
esperada en un juego:
Ganancia · (proporción de veces que gana) –
pérdida · (proporción de veces que pierde)
Jacob Bernoulli
Veamos algunos ejemplos: Pedro y Ana son dos
hermanos que apuestan un euro cada uno al
resultado obtenido al lanzar un dado
equilibrado, si sale “uno” o “dos” Pedro se
llevará la apuesta, si sale otro número, se la
llevará Ana. Para ambos, en cada partida, la
ganancia y la pérdida es de un euro, de modo
que la ganancia esperada para Pedro en una
partida es de 1· 2/6 – 1 · 4/6 = -1/3. Por tanto, a
la larga, en varias partidas, Pedro perderá
dinero, un tercio de lo que lleve apostado. La
ganancia esperada para Ana es 1· 4/6 – 1·2/6 =
1/3, es decir, a la larga no sólo recuperará lo
apostado sino que ganará 1/3 de esa cantidad.
En resumen, podemos decir que para Pedro, la
variable X=”ganancia” toma el valor 1 con
probabilidad 2/6 y el valor -1 con probabilidad
4/6 y la esperanza de X: EX= -1/3. Para Ana la
variable Y=”Ganancia” también toma los
REPORTAJE
3
valores 1 y -1 pero con probabilidades 4/6 y 2/6
respectivamente y EY=1/3.
Evidentemente, en el juego anterior nadie
aceptaría las condiciones impuestas a Pedro, por
eso Ana le propone un cambio de reglas: Pedro
sigue apostando a “uno” y “dos”, si gana
recibirá los dos euros, pero si pierde él recibirá
50 céntimos y Ana los otros 1.50 €. Pedro cree
que es ventajoso, veamos cuanto dinero ganará a
la larga, ahora su pérdida será sólo de 0’50 €:
1· 2/6 – 0’50 · 4/6 = 0. En un número grande de
partidas es de esperar que ni gane ni pierda, por
tanto el juego es justo.
Ahora, con notación matemática, X={1, -0’5}
con probabilidades 2/6 y 4/6 respectivamente,
Y={0’5, -1} con probabilidades 4/6 y 2/6
respectivamente y EX=EY=0.
En general, para una variable aleatoria discreta
con valores posibles x1, x2, … xn y cuyas
probabilidades son p(x1), p(x2), … p(xn) la
esperanza se calcula:
∑=
⋅=
=⋅++⋅+⋅=
n
iii
nn
xpx
xpxxpxxpxEX
1
2211
)(
)()()( ⋯
es decir, sumando productos del valor xi por su
probabilidad. Por ejemplo, el valor esperado al
lanzar un dado equilibrado de 6 caras es 3,5:
5'36
21
6
16
6
15
6
14
6
13
6
12
6
11
==
=⋅+⋅+⋅+⋅+⋅+⋅=EX
y cabe destacar que 3,5 no es un valor posible al
rodar el dado. En este caso, en el que todos los
sucesos son de igual probabilidad, la esperanza
es igual a la media aritmética.
Es interesante resaltar que el “valor esperado”
no coincide, en general, con un valor posible de
la misma. Por tanto, podría decirse que la
expresión “valor esperado” resulta confusa ya
que no proporciona un valor que realmente
podamos esperar que toma la variable, se refiere
al valor medio para un número infinito de
partidas o de realizaciones.
Ahora es Pedro quien propone un nuevo juego,
le dice lo siguiente a Ana: tú apuestas la
cantidad que quieras a “uno” o “dos” en el
lanzamiento de un dado, si pierdes yo me quedo
tu apuesta y si ganas te devuelvo el doble.
Valiéndose de la fórmula de Bernoulli Ana
piensa que si apuesta a euros, gana 2·a con
probabilidad 1/3 y pierde a con probabilidad
2/3, por tanto el valor esperado para su ganancia
será 0. Como a la larga no va a ganar nada, no
acepta y propone otro juego: “Esta vez vamos a
apostar en serio, no vamos a jugar dinero sino
quién friega los platos. Lo haremos de manera
alternativa: uno siempre dos semanas y el otro
una cantidad de días que dependerá de su suerte,
para ello lanzaremos una moneda las veces
necesarias hasta que salga “cara”, si sale cara al
lanzamiento número n el segundo fregará los
platos 2n-1
días. ¿Cuál te pides?”
(Esta es una versión de la Paradoja de San Petersburgo propuesta por Antonio Vaamonde
Liste, de la Universidad de Vigo, en la web http://eio.usc.es/pub/sgapeio/erecreativa.htm.).
Pedro piensa un rato: “Si soy el segundo y sale
cara a la primera fregaré sólo un día y luego ella
14, si sale a la segunda fregaré 2 días, si sale a la
tercera, 4 días, si sale a la cuarta 8. Sólo si tarda
en salir cara 5 lanzamientos o más saldré
REPORTAJE
4
perdiendo. Como la probabilidad de cara es ½,
me parece muy ventajoso ser el segundo. Es
muy fácil sacar “cara” en los cuatro primeros.”
Pero Pedro desconfía, esto es demasiado
ventajoso, así que hace unos cálculos: sea
X=”número de lanzamientos sucesivos hasta
obtener la primera “cara” –incluido este
lanzamiento-”. Evidentemente X toma los
valores 1, 2, 3, … n… con probabilidades ½, ¼,
1/8, … (1/2)n. Sea Y=”Número de días
trabajados”, esta variable toma los valores 1, 2, 4, 8, 16 … 2n-1 … con probabilidades ½, ¼, 1/8,
1/16, 1/32… (1/2)n. Por tanto:
∞==⋅= ∑∑∞
=
∞
=
−
11
1
2
1
2
12
nnn
nEY
¡El valor esperado es de infinitos días en cada
intento a cambio de los catorce su hermana!
Pedro, creyéndose más listo que Ana elige
fregar 14 días él y dejar los lanzamientos para su
hermana. Ante la sugerencia de ella de que lo
vuelva a pensar y la nueva negativa de Pedro,
Ana hace este razonamiento: en realidad no
vamos a vivir juntos infinitamente, pongamos
que seguiremos juntos unos cinco años, esto
son unos 1825 días (según los bisiestos). A
continuación escribió esta tabla:
número de lanzamientos para obtener la primera cara
días de trabajo
probabilidad
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
1
2
4
8
16
32
64
128
256
512
1024
2048
½
¼
1/8
1/16
1/32
1/64
1/128
1/256
1/512
1/1024
1/2048
1/4096
Y dijo: “Así que el tiempo máximo que me
puede corresponder es 2048 días, y ni siquiera
llegaré a cumplirlos, con lo que, en realidad si
me salen 11 cruces no seguiremos lanzando y
como la probabilidad de que eso ocurra es
(1/2)11
= 1/2048, en realidad mi situación es:
número de lanzamientos para obtener la primera cara
días de trabajo
probabilidad
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12 o más
1
2
4
8
16
32
64
128
256
512
1024
<2048
½
¼
1/8
1/16
1/32
1/64
1/128
1/256
1/512
1/1024
1/2048
1/2048
Por tanto
2048
12048
2048
11024
32
116
16
18
4
12
2
11
⋅+⋅+
++⋅+⋅+⋅+⋅< ⋯EY
Es decir, 5'612
111 =+⋅<EY , cabe esperar que
yo friegue menos de 6’5 días a cambio de 14
tuyos. Por cierto, ¿cuándo empiezas?”
La paradoja de San Petersburgo.
Se propone un juego de azar en el que se paga
una apuesta inicial fija. Consiste en que el
apostante lanza una moneda repetidamente hasta
que aparece la primera "cara". Una vez aparece,
se gana 1 céntimo si la cara aparece en el primer
lanzamiento, 2 céntimos si aparece en el
segundo, 4 céntimos si aparece en el tercero, 8
en el cuarto, etc., doblando el premio en cada
lanzamiento adicional. Así, ganar 2k−1
céntimos
si la primera cara aparece en el lanzamiento k-
ésimo.
¿Cuánto estaría usted dispuesto a apostar para
jugar a este juego? Esta paradoja fue resuelta
por Daniel Bernoulli en 1738
REPORTAJE
5
LA CONJETURA DE COLLATZ
No podemos negar que nos encantan las conjeturas, sobre todo aquellas que son de enunciado muy sencillo, pero cuya veracidad o falsedad está aún por demostrar. En este artículo tratamos una no muy famosa, la de Collatz, también damos indicaciones para quien intuya su falsedad. Esperamos que el lector disfrute con este interesante tema. El problema que presentamos a continuación fue
inventado en 1930 por Lothar Collatz cuando
era estudiante en Hamburgo. Hase, colega de
Collatz, lo difundió desde la Universidad de
Siracusa, EE. UU. En 1960 fue relanzado por
Kakutani. Thwaites ofreció en 1996 una
recompensa de 1000 libras a quien lo resolviera.
Lothar Collatz
Pedimos al lector que sea tan amable de escoger
un número natural, llamémoslo n. A
continuación realice los siguientes cálculos:
• Si n es par divídalo entre 2
• Si n es impar multiplíquelo por 3 y
súmele 1 al resultado
• Con el número obtenido repita el
proceso.
Veamos con un ejemplo: si eligió n = 6, la
secuencia obtenida es: 6, 3, 10, 5, 16, 8, 4, 2, 1 (y podría usted seguir, pero obtendrá el 4 y se
meterá en un ciclo infinito)
Tras unos cuantos pasos se llega al número 1.
Eso es lo que dice la conjetura de Collatz
(también conocida como conjetura 3n + 1,
conjetura de Ulam o problema de Siracusa): que
siempre se acaba en 1.
Veamos con otro número, si escogemos n = 11
se obtiene: 11, 34, 17, 52, 26, 13, 40, 20, 10, 5, 16, 8, 4, 2, 1
Una secuencia algo más larga que también
termina en 1. Si eligió n = 27, un número
ciertamente pequeño, obtendrá una secuencia
considerablemente mayor: 111 pasos
27, 82, 41, 124, 62, 31, 94, 47, 142, 71, 214, 107, 322, 161, 484, 242, 121, 364, 182, 91, 274, 137, 412, 206, 103, 310, 155, 466, 233, 700, 350, 175, 526, 263, 790, 395, 1186, 593, 1780, 890, 445, 1336, 668, 334, 167, 502, 251, 754, 377, 1132, 566, 283, 850, 425, 1276, 638, 319, 958, 479, 1438, 719, 2158, 1079, 3238, 1619, 4858, 2429, 7288, 3644, 1822, 911, 2734, 1367, 4102, 2051, 6154, 3077, 9232, 4616, 2308, 1154, 577, 1732, 866, 433, 1300, 650, 325, 976, 488, 244, 122, 61, 184, 92, 46, 23, 70, 35, 106, 53, 160, 80, 40, 20, 10, 5, 16, 8, 4, 2, 1
REPORTAJE
6
Este resultado sigue siendo una conjetura, ni se
tiene demostración alguna de su veracidad ni
nadie ha encontrado ni contraejemplo ni
demostración que demuestre su falsedad. Se ha
comprobado que para números hasta 20 ×
258
≈ 5.764 × 1018
la secuencia siempre acaba en
1, pero eso no nos sirve como demostración.
Sólo podría servir para intuir que podría ser
cierto, pero la intuición a veces puede fallar,
como ocurrió con la conjetura de Pólya.
Seguro que los lectores han observado que el
final de la secuencia coincide. Está claro que al
1 sólo se llega desde el 2 y a este desde el 4.
¿Cuál es el primero –empezando desde el final-
al que se puede llegar de dos formas?, es el 16.
Se llega a él –en esta secuencia- desde el 8 y
desde el 5.
Si alguno de nuestros lectores intuye la falsedad
de la conjetura, le prestamos un par de ideas: la
conjetura de Collatz sería falsa si hallamos un
número que da lugar a un ciclo –como el 4, 2, 1,
4, 2, 1, …, que no contiene al 1. O bien si
encontramos una secuencia que crece
indefinidamente. Esta segunda idea es mala, en
cuanto se llega a un número par, el siguiente
decrece ( es su mitad), y el siguiente –en este
proceso- de un impar, es un par, así que…
Por cierto, se ha comprobado que sólo hay un
ciclo posible con menos de 35.400 términos.
Esperamos que nadie se desanime por ello.
Otra cosa que podemos plantearnos es, dado n,
el número de veces que hay que repetir el
proceso de Collatz hasta llegar al 1. El record en
esta longitud, para números menores que cien
millones lo tiene el 63,728,127 que necesita 949
iteraciones. Por encima está el 670,617,279, con
986 pasos y 9,780,657,630, con 1132.
Para acabar diremos que asociado a este proceso
iterativo, existe un fractal, el fractal de Collatz,
con él cerramos este artículo.
REPORTAJE
7
La conjetura de Pólya
Se dice que un número es de tipo par si en su
factorización en números primos –contando sus
multiplicidades- aparecen un número par de
primos. Por ejemplo, 10 = 2·5 es un número de
tipo par. Y se dice que un número de de tipo impar si el número de primos de su
factorización es impar. Por ejemplo, 12 = 2·2·3
es de tipo impar (se considera que 1 es de tipo
par).
Sea n un número natural. Consideremos los
siguientes números:
• P(n) = número de enteros positivos
menores o iguales que n que son de tipo
par
• I(n) = número de enteros positivos
menores o iguales que n que son de tipo
impar
Por ejemplo consideremos n = 7. En este caso
I(7) = 4 (el 2, el 3, el 5 y el propio 7) y P(7) = 3
(el 1, el 4 y el 6). Entonces I(7) >P(7). Para n = 6 se tiene que I(6) = 3 y P(6) = 3. Por
tanto:
I(6) = P(6). En 1919 George Pólya propuso el siguiente
resultado, conocido desde entonces como
conjetura de Pólya: Para todo n > 2 se tiene que I(n) es mayor o igual que P(n)
George Pólya
Nadie pudo dar una demostración de la
veracidad o falsedad del enunciado, pero en los
años posteriores se comprobó que era cierto para
todo n hasta 1.000.000, razón por la cual se
pensaba que la conjetura era cierta, pero…
En 1962, R. S. Lehman encontró un
contraejemplo: para n = 906180359 se tiene
que:
I(n) = P(n) – 1 y por tanto:
I(906180359) < P(906180359) El contraejemplo más pequeño que se conoce es
el caso n = 906.150.257, encontrado por Minoru
Tanaka en 1980.
Luego la conjetura de Pólya es falsa.
La conjetura fue demostrada falsa por C. B.
Haselgrove en 1958. Demostró que la conjetura
tiene un contraejemplo que estimó alrededor de
1.845 × 10361
.
La conjetura de Pólya falla para la mayoría de
los valores de n en la región de 906.150.257 ≤ n
≤ 906.488.079. En esta región, la función
alcanza un valor máximo de 829 en n = 906.316.571.
¿Que nos enseña esto? Pues muy sencillo: por
desgracia en Matemáticas no podemos fiarnos
de la intuición ni de lo que ocurre para un
número finito de casos, por muy grande que sea
ese número. Hasta que un resultado no está
comprobado en el caso general no tenemos
completa seguridad de que sea cierto.
REPORTAJE
8
CONTRAPORTADA Tres problemas fáciles
1. Uno cortito para empezar. ¿Cuál es la
mayor potencia de 3 que es divisor de:
9 · 99· 999 · 9.999 · 99.999 · 999.999 ¿Puedes decirnos otros divisores –que no sean
potencias de tres- de este número?
2.- Calcula cuándo será Semana Santa el año que
viene.
3.- A Megacomic costs three times as much as a
Multicomic.If one Megacomic costs 15 cents
more than two Multicomics, how much does one
Megacomic cost?
Tres problemas un poco difíciles 1. Ramón ha olvidado la combinación del
candado de su bicicleta que era de cuatro cifras
diferentes. Pero sabe que si se divide la primera
entre la segunda y se eleva el resultado al
cuadrado, se obtiene la tercera.Además la cuarta
es igual a la primera. ¿Puedes ayudarle a
encontrarla?
2.- ¿Cuántas parejas de números naturales
cumplen que 3x + 2y = 50?
3.- Si k= 22010 + 20102, ¿cuál es la cifra de las
unidades de 2k + k2 ? 1, del cubo de dos…
Parece ser que siempre pretendemos mostrar la utilidad o la belleza de las matemáticas, incluso el
peculiar sentido del humor matemático. Bien, para cerrar este número presentamos una especie de juego
absurdo que, tal vez, a alguno de nuestros lectores le dé que pensar.
1. Multiplica cada cifra del 1 al 9 por sí misma. Claro, obtienes los cuadrados.
2. Quédate sólo con las unidades de cada uno de dichos cuadrados. ¿Ves algo curioso?
3. Ahora vamos a multiplicar la lista anterior del siguiente modo: el primer número por 1, el
segundo por 2, el tercero por 3 ... y el noveno por 9 y quédate con la cifra de las unidades,
¿qué observas?
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