santo tomás de castilla.1.2
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SANTO TOMAS DE CASTILLA:UNA APROXIMACIÓN A SU HISTORIA
EDGAR RUANO NAJARRO
Guatemala, enero de 2006
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN..........................................................................................Pág. 2
I. ORÍGENES Y DESARROLLO DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL........Pág. 4
II. LOS PROYECTOS DE COLONIZACIÓN DE LA COSTA ATLÁNTICA..Pág. 22
1. La colonización inglesa..............................................................Pág. 22
2. La colonización belga.................................................................Pág. 32
Epílogo......................................................................................... Pág. 47
III. DURANTE EL RÉGIMEN LIBERAL DE 1871..........................................Pág. 50
IV. EL RENACIMIENTO DE SANTO TOMÁS...............................................Pág. 55
1. Bajo el gobierno de Arbenz........................................................Pág. 55
2. De Castillo e Ydígoras Fuentes en adelante.............................Pág. 60
3. Una intervención.........................................................................Pág. 65
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………Pág. 68
ANEXOS........................................................................................................Pág. 67
2
INTRODUCCIÓN
Probablemente, el puerto Santo Tomás de Castilla ha sido una de las demandas
más antiguas que se han registrado en la historia del desarrollo económico de
Guatemala. Prácticamente, tan pronto como los conquistadores españoles se
asentaron en los valles en donde habrían de erigir sus primeras ciudades, el
problema de cómo comunicarse con España se tornó en una cuestión de vital
importancia, pues es sabido que la salida al Mar del Norte que llevaba
directamente a España se hacía por el puerto de Veracruz, en México.
De ahí en adelante, en la medida en que la sociedad colonial guatemalteca
se hacía más compleja, las actividades económicas necesitaban de una salida al
mar para comunicarse con la metrópoli, y luego a partir de la era republicana con
el resto del mundo. Por ello, a lo largo de la historia guatemalteca, la cuestión de
construir puertos que recibieran y despacharan las mercancías necesarias para el
sostenimiento del país y que completaran el círculo de inserción de Guatemala al
mercado mundial, se convirtió en un tema de todas las administraciones públicas,
tanto coloniales, como republicanas.
Sin embargo, la construcción de tales puertos nunca fue una tarea sencilla,
pues su realización corría al lado del desarrollo económico de la sociedad en su
conjunto, lo que en otras palabras significaba que los recursos disponibles para
ese cometido tendrían que generarse dentro del propio país, lo cual no siempre
era posible. Por ello, a tono con las ideas y los prejuicios de la época, en la mente
de muchos hombres de Estado guatemaltecos se gestó la idea de que una
colonización europea en las riberas marítimas podía ser la solución a la
construcción de tan anhelados puertos.
Así fue como surgieron los proyectos de colonización del siglo XIX en el
puerto de Santo Tomás de Castilla, tanto de ingleses como de la colonia belga,
que fue el proyecto más conocido. Ambas colonizaciones terminaron en fracaso,
ya que no pudieron establecerse y fundar un puerto y una villa próspera, como era
el objetivo primordial, pero de alguna manera fueron colonizaciones que
contribuyeron a la construcción de la sociedad guatemalteca.
Habría de llegarse a mediados del siglo XX, para que un gobierno
guatemalteco, el del coronel Jacobo Arbenz Guzmán, emprendiera con sus
propios medios la construcción de tal puerto y fue así como aquel puerto
3
abandonado como estaba, fue reactivado y se convirtió con el tiempo en uno de
los dos puertos principales de Guatemala, uno en la costa atlántica, que era Santo
Tomás, y el otro Puerto Quetzal en el Pacífico, todo lo cual era el sueño de las
sucesivas generaciones de guatemaltecos desde los años coloniales hasta el siglo
XX.
El Puerto Santo Tomás de Castilla es ahora, administrativamente, una
aldea del municipio de Puerto Barrios, cabecera del departamento de Izabal. Está
situado en la Bahía de Amatique, Golfo de Honduras, en una pequeña rada que se
forma en su extremo sur a unos 3 metros SNM, latitud 15°41'42" y longitud
89°37'04".1 Cuenta con tres caseríos, que son: Las Pavas, La Romana y Las
Escobas. Es la sede de la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla,
entre cuyos fines se encuentra el de “organizar y prestar los servicios de
embarque y desembarque de pasajeros, carga y descarga de mercaderías en el
puerto y en el muelle.”
Las páginas que siguen intentan dar cuenta de la historia de cómo el puerto
Santo Tomás de Castilla fue fundado en los inicios del siglo XVII y de sus
vicisitudes a lo largo de los último siglos, que no es otra cosa que la historia de
todos los esfuerzos por convertirlo en el punto de conexión entre Guatemala y el
resto del mundo.
1 Diccionario Geográfico de Guatemala
4
I. ORÍGENES Y DESARROLLO DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL
La tarde del domingo 16 de enero de 1605 ingresó a la Bahía de Amatique, para
luego atracar en el puerto de Santo Tomás, una flota española integrada por un
navío de gran calado y seis fragatas, en lo que fue el primer desembarco en la
historia de ese puerto. 2 Con ello se culminó una larga búsqueda de un puerto que
diera a la colonia guatemalteca la tan ansiada salida al Mar del Norte, para así
comunicarse directamente con España.
Dar con ese puerto, fundar en él una población y ponerlo en servicio para el
comercio y las actividades económicas de la colonia guatemalteca, no fue fácil.
Fue una larga historia de frustraciones, dificultades y hasta intrigas, pero la
tenacidad de un funcionario español, el Presidente de la Audiencia de Guatemala,
Alonso Criado de Castilla, venció todos los obstáculos.
Esta historia se remonta hasta la llegada de los conquistadores españoles
en el primer cuarto del siglo XVI, cuando los habitantes de la incipiente colonia
guatemalteca soportaban grandes penurias e incomodidades para salir a las
Antillas y a España, así como para abastecerse de las mercancías europeas
necesarias para su sostenimiento, ya que los dos puertos utilizados estaban, o
muy distantes, o muy difícil y arriesgado llegar ellos. Estos eran el puerto de
Veracruz, en el Golfo de México, a trescientas leguas de distancia, y Puerto
Caballos en Honduras, que era necesario atravesar espesas selvas para llegar a
él.
Aun en vida del Adelantado Pedro de Alvarado, los vecinos de Santiago de
Guatemala se quejaban constantemente de la carencia de un puerto en el norte.
Por ello, con fecha 20 de febrero de 1534, el monarca español, Carlos V, emitió
una real cédula en la que ordenaba a Pedro de Alvarado que buscase un puerto
en la costa atlántica y fundara en él una o más poblaciones.3 Sin embargo, el
2 Alonso Criado de Castilla, Relación de las diligencias que se han hecho sobre el descubrimiento del nuevo puerto de Amatique de la mar del norte y de otros casos tocantes a esto. Archivo General de Centro América, SIGB8025 (copia del original en el Archivo General de Indias. Est. 64 Caja 6, leg.2). Copia paleografiada amablemente proporcionada por la historiadora Magda Aragón. 3 Alegato presentado por Guatemala ante el Tribunal de Arbitraje, en la Cuestión de Límites con Honduras, con anexos. Guatemala, 1932 (Citado por Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla, apuntes para la historia de las colonizaciones en la Costa Atlántica, Tipografía Nacional, Guatemala, 1956)
5
Adelantado no cumplió tal orden porque, según adujo, tenía órdenes de la Reina
de no entrometerse en lo relativo a Honduras y Cozumel, entre cuyos territorios se
encontraba Guatemala.4
Probablemente, Alvarado pensaba en sus diferencias con el Adelantado
Francisco de Montejo, a la sazón Gobernador de Yucatán y después de Honduras,
con quien habría de tener pleitos muy grandes, pues Montejo se había opuesto a
que se le concediera a Alvarado algunos pueblos de encomienda en territorio de la
Nueva España, que consideraba bajo la jurisdicción de Yucatán y durante sus
estadías en España, Montejo lo había despojado de otras encomiendas.5 Pero a
su regreso, Alvarado logró arreglar sus cosas con Montejo por medio de un
acuerdo en el que Montejo le pagó sus deudas y se fue a tomar posesión de la
gobernación de Ciudad Real de Chiapas. 6
También es probable que Alvarado estuviera más interesado en sus nuevos
proyectos de conquista, ya fuera en el Perú (1534), como en las Islas de la
Especiería (en las aguas del norte del Océano Pacífico, según creían los
españoles) Por ello, a su retorno de España en 1539 con el proyecto de la
conquista de las Islas de la Especiería, arribó a Puerto Caballos en la Provincia de
Honduras, en donde comenzó los trabajos de construcción de una flota e hizo
trasladar a lomo de los indígenas, armas, herramientas, partes de las naves y
demás equipos y enseres desde ese puerto hasta Iztapa en el Mar del Sur de
donde habría de zarpar a su nueva aventura de conquista.
Así, pues, para Alvarado era suficiente Puerto Caballos y con el poder que
tenía movilizaba a españoles e indígenas para abrir caminos cuando la naturaleza
se le ponía enfrente. En su nueva expedición de conquista, Alvarado fue herido
mortalmente cerca de la ciudad de Guadalajara, Nueva España, y maltrecho fue
llevado a dicha ciudad en donde expiró el cuatro de julio de 15417 y con ello las
exploraciones para descubrir un puerto en la costa atlántica guatemalteca
debieron esperar algunos años.
4 Pedro Pérez Valenzuela, Op. Cit.5 Alvarado permaneció en España en una primera vez de 1527 a 1530 y luego de 1536 a 1539.6 Las incidencias de este pleito entre Alvarado y Montejo están relatadas en Adrián Recinos, Pedro de Alvarado, conquistador de México y Guatemala, Centro Nacional de Libros de Texto y Material Didáctico “José de Pineda Ibarra” , Ministerio de Educación, Guatemala, 1986 <1952>. Recinos se basa en Antonio de Remesal, Historia General de las Indias Occidentales y Particular de la Gobernación de Chiapa y Guatemala, Tomo II, Editorial Porrúa, S.A., México, 1988 <1619>7 Adrián Recinos, Op. Cit.
6
Las exploraciones con ese propósito empezaron en 1549, bajo el mandato
del Presidente de la Audiencia de Guatemala, Alonso López de Cerrato. Primero,
se descubrió el Golfo Dulce (Lago de Izabal) y se mandó a fundar un puerto con la
idea de que sería muy difícil para los piratas incursionar sobre dicho Golfo,
consideración que pronto los corsarios se encargarían de desmentir, pues
llegaban cuando querían.8 Las exploraciones se reanudaron con mayor enjundia
hasta cuarenta años después cuando llegó a Guatemala el doctor Alonso Criado
de Castilla, como nuevo Gobernador y Presidente de la Real Audiencia en 1589,
en una época en que las depredaciones de los piratas hacían insoportable la
situación, particularmente de las colonias españolas en las Antillas y a lo largo de
las costas de tierra firme, desde el Golfo de México hasta el Virreinato del Mar del
Plata, tanto en el Mar del Norte, como en del Sur.
Si bien la piratería comenzó desde el mismo momento en que los españoles
comenzaron a asentarse en tierras americanas en el primer cuarto del siglo XVI,
fue realmente en la segunda mitad de este siglo y a lo largo del siglo XVII cuando
la piratería tuvo su época de mayor actividad.9 La piratería era en realidad una de
las formas en las que se expresaba la violenta pugna de las potencias europeas
por el control del comercio marítimo y por las posesiones territoriales americanas.
La zona del mar Caribe era uno de los escenarios privilegiados de esa lucha,
particularmente cuando ingleses, franceses y holandeses lograron establecerse en
varias islas tanto de las Antillas Mayores como de las Menores.
Se trataba, en realidad, de una guerra marítima irregular, cuyo objetivo era
destruir la llamada Carrera de Indias, que no era otra cosa que todo el comercio y
navegación de España con sus colonias que se practicaba bajo estricto monopolio
español. España era la mayor potencia económica y militar de la época, por lo que
las otras potencias, en especial Inglaterra, Holanda y Francia, fomentaban la
piratería contra los convoyes navales españoles y contra sus posesiones
territoriales.
8 Pérez Valenzuela, Op. Cit.9 Para el caso centroamericano, Pedro Pérez Valenzuela escribió Historias de Piratas. Los aventureros del mar en América Central, Tipografía Nacional, Guatemala, 1936, obra en la que hace un recorrido de la piratería que asoló las costas, ciudades y puertos de Centroamérica del siglo XVI al siglo XIX. Buena parte de las noticias de los piratas en Centroamérica consignadas en este ensayo provienen de esa fuente.
7
El historiador guatemalteco Pérez Valenzuela señala como factores que
propiciaron el desarrollo de la piratería las deficiencias de la navegación en
aquella época, lo cual impedía que España ejerciera un control adecuado de sus
rutas marítimas y, en segundo lugar, lo mal defendidos que estaban los puertos
españoles y ciudades cercanas, que a menudo debían defenderse de los ataques
con sus propios medios sin auxilio de la armada o los ejércitos españoles. 10 A
finales del siglo XVI y a lo largo del siglo XVII, la piratería tenía como uno de sus
objetivos centrales la costa centroamericana, de los puertos de Honduras hasta
Panamá.
Esto era así porque las flotas mercantes españolas tenían como estrategia
de defensa la de reunirse en Cuba y salir de ella hacia España en viajes
conjuntos, acompañados de buques de la armada española. Por lo tanto, los
cargamentos centroamericanos debían salir de los puertos de Honduras, en
especial desde Caballos, mientras que gran parte del flujo de mercancías
procedentes del Perú llegaban a Panamá del lado del Mar del Sur y luego se
trasladaban por tierra al Mar del Norte, para luego dirigirse a Cuba. Otro tanto
pasaba con buena parte de las mercancías del norte de América del Sur, que
salían del puerto de Cartagena en la Capitanía General de Nueva Granada
(Colombia)
De modo que, cualquier nuevo Presidente y Capitán General que llegara a
la colonia guatemalteca por aquellos años debía enfrentar el problema de los
constantes ataques de los corsarios. Por ejemplo, Puerto Caballos, el principal
puerto centroamericano para que Santiago de Guatemala se comunicara con
España, había sido atacado en febrero de 1603. En su defensa se distinguió el
cabo Juan de Monasterio Bide, quien dirigía las operaciones de carga para dos
naves que llevarían productos de Guatemala a España.
Cuando se supo de la cercanía de los corsarios, Juan de Monasterio, de tan
solamente veintitrés años de edad, organizó el rechazo a los piratas apenas con
sus dos navíos. Pidió un sacerdote para confesarse junto con sus hombres y
esperar toda la noche el ataque pirata. Éste se produjo a las siete de la mañana
del domingo 18 de febrero.11 La fuerza de los corsarios estaba compuesta por una
flota de naos inglesas y francesas, encabezadas por el corsario inglés Neoporto, 12
10 Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla,...11 Pérez Valenzuela, Historias de Piratas... y Remesal, Op. Cit.12 Así le llama el Presidente Alonso Criado de Castilla, Op. Cit. Este corsario se llamaba Cristóbal Newport o Neoporto como le decían los españoles.
8
integrada por dos escuadras de ocho naves de gran calado y con unos mil
doscientos hombres.
Al filo de las cuatro de la tarde Monasterio fue capturado con solamente
cinco de los hombres que le quedaban. Había hecho a los corsarios unas 150
bajas entre muertos y heridos y averiado seriamente varias de las naves piratas.13
Monasterio estuvo preso de los corsarios veintinueve días, tiempo en que también
los piratas repararon sus naves. Luego fue liberado no sin antes estar a punto dos
veces de morir ahorcado, pues los corsarios lo interrogaban bajo torturas sobre los
escondites de las mercancías, de las cuales una de las más preciadas eran los
cargamentos de añil.14
Por esa razón, dice Alonso Criado de Castilla en una relación al Rey,
“...Hice diligencia en examinar y sondar otro (puerto) que llaman Puerto de Sal y
hallóse ser de poco fondo y para solo fragatas y pequeñas naos, y la misma
experiencia se hizo de otro menor puerto que a cuatro leguas de aquesta, está
que llaman Triunfo de Cruz, y no es capaz más de para barcos y bajeles
moderados…” 15 Pero, sin darse por vencido, Castilla decidió enviar por Francisco
Navarro, “viejo piloto”, conocedor de las aguas de las costas de Yucatán y
Honduras, quien se encontraba retirado en la Habana.
Navarro, acompañado de un yerno suyo, Juan de Oyo, y de algunos indios,
exploró la pequeña ensenada que se abre al fondo de la Bahía de Amatique,
sondó la costa y sus aguas detenidamente entre enero y febrero de 1604 y por fin
dio su informe a Castilla en el sentido de que era posible fundar un puerto, ya que
sus aguas eran adecuadas. No faltaron quienes desconfiaban de Navarro, pues lo
creían muy viejo para tales trabajos, razón por la que Castilla pidió al Cabildo de
Santiago que designara a uno de sus alcaldes ordinarios y a un regidor, para que,
previa autorización suya, acompañaran a Navarro en una nueva expedición hacia
el punto señalado por éste y así confirmar la veracidad de su informe. 16
El Cabildo nombró a Esteban de Alvarado y a Carlos Vásquez de
Coronado, personas de confianza y satisfacción, tanto del cabildo como del
Presidente Castilla, ya que el primero era nieto del Adelantado Pedro de Alvarado,
y el segundo hijo del Adelantado de Costa Rica, Juan Vásquez de Coronado.
13 Remesal, Op. Cit.14 Pérez Valenzuela, Historias de Piratas... y Remesal, Op. Cit.15 Alonso Criado de Castilla, Op. Cit.16 Ibíd.
9
Castilla, además, pidió al cabildo fondos para financiar la expedición, pero se
reunieron apenas unos mil tostones, pues el Cabildo se excusó de no poder dar
más “Por la necesidad con que la ciudad estaba.”17
A su vez el regidor Carlos Vásquez también se excusó por no poder
participar en la expedición, lo que hizo que Criado de Castilla enviase solamente a
Esteban de Alvarado con plenos poderes de la Audiencia y le dio el título de
Lugarteniente, dándole instrucciones para que llevara consigo a Francisco Navarro
y otros pilotos de la flota española que se encontraba por esos días en Puerto
Caballos. Las órdenes eran, que si el puerto encontrado por Navarro no era
adecuado, se dirigieran a Puerto Caballos y estudiaran la manera de fortificarlo y
construir defensas contra los corsarios.18
Sin embargo, la expedición dirigida por Esteban de Alvarado, después de
nuevas y minuciosas sondas, encontró que el informe de Navarro era verídico,
pues el nuevo puerto era adecuado para construir en él un poblado y recibir las
naves de España. La aprobación del nuevo puerto por parte de pilotos y capitanes
españoles fue el 7 de marzo de 1604, día de Santo Tomás de Aquino,
coincidencia que hizo que Castilla nombrara al nuevo puerto Santo Tomás de
Aquino, aunque a veces le llama Puerto de Amatique o Santo Tomás de
Amatique.19 Posteriormente, se le cambió de Aquino a Amatique y después a
Castilla en honor al Presidente de la Real Audiencia, hombre que fue muy querido
en la sociedad colonial guatemalteca.
Castilla dice en su relación al rey, que aunque el canal o paso para ingresar
a él no era muy ancho, y que los pilotos deberían hacerlo con cuidado, era mejor
así, pues a los corsarios no les sería fácil penetrar en ella, en especial por que en
cierto punto del paso, las naves quedaban a tiro de escopeta desde tierra.20 “Por
excusar otro caso semejante –dice Remesal refiriéndose al ataque de febrero de
1603– se tuvo a buena dicha el descubrimiento del Puerto Santo Tomás de
Castilla.” 21
17 Ibíd.18 Ibíd. 19 Con respecto a la fecha del descubrimiento, Remesal (Op. Cit.) da la fecha del 7 de marzo de 1604 como fecha de su descubrimiento, lo cual ha sido seguido por Pedro Pérez Valenzuela (Op. Cit.) y demás autores que han escrito sobre el tema. Es evidente que estos autores confunden la fecha del descubrimiento del puerto hecha por Navarro en un día no precisado, quizá de febrero, con la fecha de la ratificación del informe de Navarro por parte de la expedición de Esteban de Alvarado, tal como lo señala el propio Castilla. 20 Alonso Criado de Castilla, Op. Cit.21 Ibíd.
10
Confirmado el nuevo puerto, el Presidente Castilla ordenó a Esteban de
Alvarado que se dirigiera a Puerto Caballos a persuadir a la población “con suaves
términos”, primero, o “les compeliese por ser medio necesario y forzoso” para que
abandonara el puerto y se trasladara a Santo Tomás en donde habría de
levantarse un nuevo poblado. Los habitantes de Puerto Caballos consintieron en
trasladarse a Santo Tomás, pero solicitaron algunas condiciones, tales como
ayuda para construir sus nuevas viviendas, que sus justicias y regidores actuaran
en el nuevo puerto como lo hacían en Caballos, etcétera.
Luego estaba la importante cuestión del camino del nuevo puerto a la
ciudad de Santiago de Guatemala. En este punto, Castilla da una noticia por
demás interesante. Dice que en la zona del puerto habitaban unos indios “infieles” 22 llamados Toqueguas, los cuales eran, según Castilla, “un gran estorbo e
impedimento”, ya que el camino a Santiago necesariamente había de pasar por
sus tierras.
De modo que, Castilla procedió a la “pacificación” de los Toqueguas, que
según estimó era más de doscientos que vivían cerca del puerto y otros más que
estaban esparcidos “por aquellas montañas”.23 Fuentes y Guzmán ubicó el lugar
del asentamiento de los Toqueguas “entre los ríos Techín y Motagua”.24 La
“pacificación” la llevó a cabo con un contingente de mosqueteros que estaban en
el Golfo Dulce y que Castilla había desmovilizado, pues se creía que los corsarios
ya no eran peligro en el nuevo puerto. No obstante, como dice Antonio Fuentes y
Guzmán, estos indios “siendo de dócil y blando natural, como todos los de aquella
ensenada, se hicieron luego al rendimiento y la obediencia del Rey.”25
Enterado de estos indios, el obispo de Comayagua, Fray Gaspar de
Andrade, envió a varios clérigos encabezados por el padre Juan de Celaya para el
adoctrinamiento cristiano y el bautizo de los Toqueguas, pero Castilla dice que se
dio cuenta de que los clérigos les hablaban en latín y que no entendían nada, por
22 No conquistados ni cristianizados.23 Es curioso, también, que Alonso Criado de Castilla, cuando fungió como oidor en Panamá, en un informe de la Audiencia de Panamá, refiere la existencia de un pueblo de indios libres con algo mas de 100 almas, dedicado a la cría de ganados y al cultivo del maíz, llamado Pueblo Nuevo de los Reyes del Chirú, localizado a tres leguas de Natá, es decir, situado aproximadamente en el área cercana al sitio actual de Antón. 24 Antonio Fuentes y Guzmán, Recordación Florida, Biblioteca de Autores Españoles, Tomo CCXXX, Obras Históricas de D. Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, Madrid, 1969 y Remesal, Op. Cit. dice que eran doscientos diez los indios Toqueguas.25 Antonio Fuentes y Guzmán, Op. Cit.
11
lo que encargó el adoctrinamiento a los religiosos a la orden de Santo Domingo,
dado que éstos tenían bajo su cuidado a los indios de Cahabón y Xocolo
“comarcanos” de los Toqueguas, cuyas lenguas “se conforman y simbolizan
mucho”,26 lo que sugiere que eran vecinos de los q’eqchís y que su idioma estaba
emparentado con el q’eqchí.
Sin embargo, es posible que Castilla no haya aceptado al cura de
Comayagua pensando ya en que el puerto de Santo Tomás debería corresponder
a la jurisdicción de Guatemala y no a la de la provincia de Honduras. Castilla
finaliza la mención de los Toqueguas diciendo que los indios convertidos vivían
muy contentos y que llevaban sus labores y “granjerías” a venderlas a los vecinos
de Santo Tomás y que se “siente” que serán de provecho.
Pero, Remesal dice en su historia que estos indios, que vivían en la costa
entre Puerto Caballos y Santo Tomás, fueron asentados en “el lugar de Amatique,
tres leguas más arriba del puerto de Santo Tomás” y que a la altura de 1613
“viéndose fuera de su natural se murieron todos.” 27 Fuentes y Guzmán coincide
que la mayoría de los Toqueguas murieron por el cambio de ambiente, pero añade
que en su nuevo asentamiento quedaron algunas familias que rápidamente
perdieron el nombre de Toqueguas y fueron conocidos de ahí en adelante como
“indios de Amatique” al igual que los originales pobladores de Amatique.28
Con respecto al puerto de Santo Tomás, el Presidente Criado de Castilla
llevó a cabo la construcción del camino a la capital de Santiago de Guatemala y
dispuso que dicho puerto tuviera la categoría de Alcaldía Mayor y que perteneciera
a la jurisdicción de la ciudad de Guatemala, para que estuviera gobernado
directamente por la Real Audiencia de Guatemala. Lo creía conveniente así, pues
el uso del puerto estaba más relacionado con los mercaderes de Guatemala. Una
desventaja, según Castilla, para que el nuevo puerto quedara en la jurisdicción de
Honduras sería que el gobernador de Honduras tendría que viajar desde
Comayagua para ver los asuntos relacionados con el puerto. Castilla propuso al
Rey, además, que se nombrara un oficial real para cobrar las alcabalas y los
derechos del rey.29
26 Alonso Criado de Castilla, Op. Cit.27 Remesal, Op. Cit.28 Antonio Fuentes y Guzmán, Op. Cit. 29 Pérez Valenzuela, Op. Cit.
12
Sin embargo, no todo era fácil. Castilla envió cartas y avisos a Puerto
Trujillo para que las naos y embarcaciones españolas que hicieran escala en él
fueran avisadas que no se dirigieran a Puerto Caballos, sino que tomaran rumbo a
Santo Tomás. Pero, vecinos de Puerto Trujillo dijeron a los capitanes y pilotos de
las embarcaciones españolas que Santo Tomás no era seguro, que las naos que
entraran ya no podrían salir, porque no había suficientes vientos de tierra. Por esa
razón, los capitanes españoles decidieron dirigirse de todos modos a Puerto
Caballos, en donde quedaban algunos vecinos, pues decían que sus mercaderías
estaban consignadas a Puerto Caballos y que allí las entregarían.30
El presidente Castilla reaccionó rápidamente. Envió nuevas cartas en las
que aclaraba que la orden de atracar en Santo Tomás no era por un mero
“parecer” o capricho, sino porque el nuevo puerto había sido explorado y sondado
convenientemente, pero que todas maneras invitaba a los capitanes y pilotos
españoles a sondarlo nuevamente para corroborar su buen estado.
Los capitanes, con el Almirante Sancho de Meras a la cabeza, sondaron
cuidadosamente las aguas de la ensenada de Santo Tomás y encontraron que su
profundidad era por demás adecuada, pero aun así no se atrevían a ingresar.
Dijeron que deseaban sondar de nuevo y así lo hicieron, hasta que a fuerza de
tanta insistencia por parte de Castilla, quien puso como principal argumento el
servicio al Rey, finalmente entraron con un navío y seis fragatas. Sucedió la tarde
del domingo 16 de enero de 1605, a un año de su descubrimiento por el piloto
Francisco Navarro.
El Cabildo Eclesiástico dio la nota del ambiente que se creó con el
desembarco español en Santo Tomás, pues escribió al Rey que en la ciudad “Vbo
mucho contento y alegría el día que se supo que las naos de la flota del año
pasado auian entrado en el y se hicieron fiestas y tambien se alegraron quando
supieron quan bien auian salido”.31
Bajo el influjo del momento, en su relación al monarca, el Presidente
Castilla no se detenía en elogios al nuevo puerto. Decía que su clima era templado
y benéfico en comparación con el de los puertos Trujillo y de Caballos, en donde a
menudo morían los marineros españoles que llegaban a desembarcar
mercaderías. Que los enfermos que habían llegado de Puerto Caballos
30 Alonso Criado de Castilla, Op. Cit.31 Ibíd.
13
rápidamente se habían curado en Santo Tomás a causa del clima; añadía que era
“abundantísimo en pescado”; que estaba situado en un punto en el podrían venir
abastecimientos de Bacalar, en Yucatán, de Gracias a Dios, en Honduras, y de la
Vera Paz, tierra adentro.
Pero, las dificultades continuaban. La forma en que tradicionalmente eran
trasladados los cargamentos que venían de España era la siguiente: las
mercaderías que venían consignadas a Guatemala se desembarcaban en Puerto
Caballos y luego se volvían a embarcar en embarcaciones pequeñas para seguir
por mar hacia la desembocadura del río del Golfo Dulce (Lago de Izabal) y entrar
en él para desembarcarlo en el puerto de ese Golfo, con lo cual se evitaba un
gran trecho de camino por tierra. Años antes, para evitar ese nuevo embarque al
mar, Alonso Criado de Castilla reconstruyó el camino de Puerto Caballos a
Guatemala, que había construido Pedro de Alvarado, pero no era utilizado porque
era demasiado dificultoso e infestado de selvas y pantanos.
Pero, estando ya habilitado el Puerto de Santo Tomás, Criado de Castilla
construyó el camino del mismo a Guatemala, pero el Cabildo de Guatemala
señalaba que también era muy difícil de transitar y que no había pastos para las
recuas.32 Criado de Castilla respondió con una orden terminante de utilizar el
puerto de Santo Tomás y su camino por tierra a la capital. Sin embargo, muchos
comerciantes siguieron usando la ruta directa del mar hacia el Golfo Dulce, por lo
que Castilla, frente a las dificultades que ofrecía el camino por tierra, no tuvo más
remedio que hacerse de la vista gorda.
El Presidente también indica que buscando un camino a la capital supo de
un caudaloso río que desembocaba cerca de Santo Tomás, y que por su medio se
habría evitado largos trechos de penosa ruta por tierra, pero que no quiso utilizar
esa vía por temor a que los corsarios la descubrieran y la aprovecharan en sus
fechorías. Indudablemente, se trataba del río Motagua. Años después ordenaría
una exploración de ese río, pero sin mayores resultados.
Pese a todos los esfuerzos, la seguridad del nuevo puerto seguía siendo un
problema sin resolver, pues la amenaza de eventuales ataques de los corsarios
estaba siempre latente y el puerto no estaba fortificado y defendido
32 Rafael Arévalo, Colección de documentos antiguos del Archivo del Ayuntamiento de la ciudad de Guatemala. Imprenta La Luna, Calle de la Providencia No. 2 Guatemala 1857 (Citado por Pérez Valenzuela, Santo Tomás ...)
14
convenientemente. Como primera medida, Castilla ordenó al capitán Andrés de
Ibarra que buscara un sitio para construir un fuerte. Este seleccionó un morro
sobre el cual habrían de construirse una plaza en la que se emplazarían cuatro
piezas de artillería. Pero, antes de terminada la fortificación y las defensas, Santo
Tomás sufrió su primer ataque a manos de los corsarios. Fue en 1607.
Por un azar del destino, se encontraba nuevamente en aguas
guatemaltecas el capitán Juan de Monasterios y Bide, quien se proponía
descargar mercaderías de sus dos naves provenientes de España, pero no
consideró seguro el puerto de Santo Tomás y se dirigió a Puerto Caballos en
donde descargó las mercaderías. Monasterio hubo de regresar a Santo Tomás a
embarcar los cargamentos de Guatemala hacia España, y allí fue avisado de la
presencia de naves enemigas a barlovento de las costas guatemaltecas. No bien
había recibido el aviso aparecieron doce urcas holandesas. 33 Sin embargo, un
viento contrario las hizo detenerse y retroceder un poco, lo cual dio tiempo a
Monasterio para empavesar sus dos naves y disponer la defensa.34
El ataque de las naves holandesas, capitaneadas por el pirata holandés
Mauricio de Nassau, 35 no se hizo esperar y después de un día de combates de
artillería llegó la noche. El enfrentamiento, cada vez más violento siguió por diez
días más hasta que el Conde Mauricio, al ver hundirse una de sus urcas y
averiadas gravemente otras, con decenas de hombres muertos, optó por la
retirada si haber conseguido su objetivo de saquear las naves y el puerto.
Pérez Valenzuela cita un documento del Cabildo de Santiago en el que se
informa al Rey sobre este suceso y se relata en él, que en un morro cercano se
situó parte de la artillería y que desde ahí y con las naves se defendieron del
pirata.36 Este hecho de armas dio la razón al Presidente Alonso Criado de Castilla
en el sentido de que Santo Tomás era apropiado para su defensa desde el mismo
mar y desde tierra.
Así, pues, la fortificación y defensa de Santo Tomás de Castilla era un
asunto de primera importancia para la colonia guatemalteca, pero no se lograba
avanzar en ese sentido. En el morro escogido por el capitán Andrés de Ibarra se
33 Urca era una embarcación grande, muy ancha, especial para transportar granos o tropas.34 Relato de Fuentes y Guzmán, Op. Cit.35 Pérez Valenzuela, Historias de Piratas...Este autor se basa también en el relato de Fuentes y Guzmán, aunque agrega datos de Remesal, Op. Cit.36 Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...
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construyó una plaza de treinta pies de ancho por cuarenta y cinco de largo y se
emplazaron en ella cuatro piezas de artillería. Todo estuvo listo el día de San
Francisco de 1608, por lo se le llamó Fuerte de San Francisco.37 Dos años
después, el propio Juan de Monasterio y Bide regaló siete de sus piezas de
artillería y colaboró en la fortificación del morro.38
Tanto el Cabildo de Santiago, como los sucesivos Presidentes y Capitanes
Generales de Guatemala solicitaron al Rey en muchísimas ocasiones la
fortificación formal del puerto de Santo Tomás de Castilla. Los ataques de los
corsarios continuaban a lo largo de las costas centroamericanas y cada vez eran
más osados y peligrosos. Atacaban las naves y los puertos y muchas veces se
aventuraban tierra adentro en persecución de las mercancías que se escondían en
los pueblos. Luego, pasaron a atacar poblados y ciudades muy adentro de tierra
firme.
Fueron los casos de los constantes ataques que sufrió Puerto Caballos; la
toma y destrucción de Puerto Trujillo en agosto de 1643; el ataque a Tucurú
Verapaz, en 1648; la toma de San Pedro (Sula) en 1665 (fecha aproximada), por
el jefe bucanero Francois L'Olonnois,39 el saqueo de Granada en junio de 1665 por
el pirata inglés John Davis; el frustrado ataque a Cartago en la provincia de Costa
Rica por parte del pirata Mansfeld (o Eduard Mansvelt) en 1666; el saqueo y
destrucción de la ciudad de Panamá en 1670 a manos de Henry Morgan;
etcétera.40
La respuesta de la corona española nunca fue favorable a las peticiones de
Presidentes y Cabildos. Pedía informes del estado de las cuentas y de los lugares
para fortificar, pero no resolvía nada. En una ocasión (1627) se recibió en
Guatemala una Cédula Real en la que se ordenaba que las mercaderías
procedentes de Guatemala se embarcaran en Veracruz, pues en el golfo de
Campeche no se acercaban los piratas, lo cual lógicamente afectaba a los puertos
de Santo Tomás y del Golfo Dulce. En otra (1647), respondió la corona que tenía
37 Ibíd.38 Remesal, Op. Cit. Al respecto, existe una contradicción entre Castilla y Remesal, pues mientras que el primero dice que la construcción de la plaza en el morro mencionado fue obra de Andrés de Ibarra siguiendo instrucciones suyas, Remesal afirma que fue Juan de Monasterio quien construyó la plaza y la armó con siete piezas de artillería que donó a la corona. Es posible que los esfuerzos de ambos hayan coincidido en esa fortificación. Lo cierto es, como se verá más adelante, que una verdadera fortificación y defensa de Santo Tomás nunca se llevó a cabo a causa de la negligencia de la corona española.39 Pérez Valenzuela, Historias de Piratas...40 Ibíd.
16
muchos gastos y que pedía los vecinos que financiaran ellos mismos la
construcción de las fortificaciones y la defensa de los puertos y entonces
ordenaría a la Armada de Barlovento para que limpiara de piratas las costas de la
colonia.
Los vecinos de Santiago decidieron en 1685 dar una contribución para
reconstruir el castillo de San Felipe, que había sido destruido por los corsarios un
año antes,41 y para fortificar Santo Tomás. Se reparó el fuerte, pero de Santo
Tomás nada. Pese a todos los esfuerzos de las autoridades guatemaltecas, ni
fuertes ni armas fueron autorizados por la corona para los puertos del mar del Sur.
Thomas Gage, que llegó a Guatemala en 1665 anotó que Guatemala “No
tiene armas ni municiones de guerra”. 42 García Peláez agrega: “No había en el
reino cuerpo alguno de milicias para su resguardo; y cuando llegaba el caso de
invasión, eran requeridos los moradores de él indistintamente para el servicio
militar, y muchos de ellos obligados a tener y comprar armas, y aun a prestar
expensas para lo uno y lo otro.”43
Así las cosas, el sueño de Alonso Criado de Castilla, de convertir al puerto
de Santo Tomás en uno de los mejores de las Indias no pudo cumplirse nunca
durante los años de la colonia, pues diversos factores se conjugaron para que
este puerto, que tantos esfuerzos había costado a los guatemaltecos, viera muy
rápidamente su declinación hasta que fue declarado por la corona como “puerto
menor”. Entre estos factores se pueden citar, por un lado, las condiciones propias
del puerto y sus alrededores, como las características geográficas, climáticas,
etcétera, y por otro, los factores económicos entre los que destacan la política
comercial de la corona española y el complejo juego de intereses comerciales que
se movían entre las diversas regiones de las Indias.
En el primer caso, fue de primordial importancia la cuestión del camino de
Santo Tomás a Santiago. Criado de Castilla lo había mandado a construir, pero los
comerciantes siempre preferían la ruta del Golfo Dulce, dadas las numerosas
41 Francisco de Paula García Peláez, Memorias para la Historia del Antiguo Reino de Guatemala, Tomo III Tipografía Nacional, Guatemala 1972.42 Thomas Gage, Los viajes de Thomas Gage en la Nueva España, Tipografía Nacional, Guatemala 1946 <1699> (Primera edición en español en 1838) -Citado por Francisco de Paula García y Peláez, Op. Cit.-43 Francisco de Paula García y Peláez, Op. Cit.
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dificultades que presentaba ese camino. Así, la ruta de Santo Tomás a Santiago
fue paulatinamente abandonada.
Criado de Castilla hizo un esfuerzo más y ordenó en 1609 una expedición
para explorar el río Motagua. Fue llamado nuevamente Francisco de Navarro, el
descubridor de Santo Tomás, y bajo las órdenes de Lorenzo Pérez Lotario, rodeó
Punta de Manabique hasta encontrar la desembocadura del Motagua. Lo
sondaron y exploraron y llegaron río arriba cerca de Quiriguá y se convencieron
que no era navegable, aunque casi doscientos años después una nueva
expedición demostraría que era navegable desde Gualán hasta su
desembocadura. El caso es que la ruta del Motagua nunca fue utilizada para los
propósitos del comercio exterior guatemalteco.
En cuanto a los aspectos de política económica y comercial de la corona
española, ésta siempre preocupada por el oro y la plata, privilegió en su protección
los puertos que servían de punto de partida de los cargamentos de los metales.
Así, fueron protegidos con fortalezas y flotas de guerra El Callao en Perú; La
Habana, Santo Domingo y Puerto Rico, en el Caribe; Portobelo, en Panamá, con
tres castillos; Cartagena con seis castillos y Veracruz, que fue cambiado de sitio
para fortalecerlo mejor.
En el Reino de Guatemala con apuros fueron fortalecidos Trujillo,
Talamanca, El Desaguadero y Golfo Dulce, pero sus fuertes no duraron mucho por
los ataques de los corsarios.44 Urgía la corona que se fortificaran los puertos del
Reino de Guatemala, pero nunca dio una autorización efectiva para hacerlo y
menos aportó fondos para dicho propósito, quizá porque no consideraba a esta
colonia como de primera importancia económica.
Por otro lado, la corona española arbitrariamente estipulaba prohibiciones
de todo tipo, que siempre afectaban el comercio guatemalteco y de paso hacía
que sus puertos inexorablemente languidecieran. Por ejemplo, en 1615 fue
prohibida en el Reino de Guatemala la importación de vinos del Perú, quizá para
proteger a los comerciantes de Sevilla, que consideraban los vinos españoles
tendrían menos estimación y habrían de bajar sus precios.45 La medida era
infausta para el Reino, pues además de ser necesario el vino para el culto
religioso y otros menesteres, las dos naves que anualmente venían del Perú
44 Ibíd.45 Ibíd.
18
deberían traer 200 mil ducados para comprar “frutos de la tierra” de Guatemala. Lo
que se logró fue que el vino se sumara a la lista de mercancías que entraban a
Guatemala por contrabando.46
Luego, vino otra funesta medida: la prohibición del comercio con la Habana.
Nuevamente el Consulado de Comercio de Sevilla había acordado con la corona
que por espacio de cinco años el Gobernador de la Habana no permitiría la salida
de barcos mercantes hacia Nueva España y Honduras. 47 Según García Peláez,
Nueva España, que sí contaba con un Consulado de Comercio, debió ser oída en
este asunto, además de que contaba con un puerto en el Mar de Sur, como era el
de Acapulco. Pero el Reino de Guatemala no podía defenderse en este asunto, ni
siquiera oído, pues no tenía Consulado del Comercio.48
Guatemala bien pudo, agrega García Peláez, argumentar que de todas
maneras las naves de la Habana llegaban cada seis años a puertos de Honduras.
Así transcurrió el siglo XVII, en el que las embarcaciones a veces tardaban doce
años en llegar a las costas guatemaltecas. En 1707 Santiago ya no soportaba la
carencia de géneros de Castilla y el Cabildo de la ciudad resolvió solicitar que se
liberara el comercio con la Habana, Cartagena y el Perú.
La penuria económica del Reino de Guatemala puede comprenderse en
este contexto, en el que el comercio exterior por la vía marítima era casi nulo por
largos períodos. “A cada paso –dice Solórzano Fernández– encontramos en el
transcurso de todos estos años, quejas del Ayuntamiento a la Real Audiencia,
peticiones a su Majestad por conducto del Procurador del Cabildo en la Corte,
para que vinieran barcos con las mercancías indispensables, ruegos al Virrey de la
Nueva España para que ordenara que las mercancías que llegaban a Veracruz,
consignadas a Guatemala, no sufrieran tropiezo alguno y fuera enviadas
rápidamente a su destino.” 49 Por ello, agrega este autor, la actividad comercial era
la más lucrativa en el Reino, ya que la escasez de las mercancías disparaba los
precios enormemente.
Así, pues, las prolongadas ausencias de los barcos españoles en los
puertos centroamericanos, ya fuera por causa de la piratería o bien por las
46 Valentín Solórzano Fernández, Historia de la Evolución Económica de Guatemala, México, 1947. Este autor se basa en Francisco de Paula García Peláez, Op. Cit.47 Francisco de Paula García Peláez, Op. Cit.48 Ibíd.49 Valentín Solórzano Fernández, Op. Cit.
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prohibiciones de la corona al comercio entre diversas regiones de la colonia,
determinaban que el puerto de Santo Tomás de Castilla fue fuera muriendo poco a
poco y que a finales del siglo XVIII estuviera prácticamente abandonado. 50
Sin embargo, a mediados del siglo XVIII en España se gestó un gran
movimiento reformador, conocido como las Reformas Borbónicas, que
prácticamente imprimió su sello al resto del siglo. Se trató de una profunda
reordenación administrativa, mercantil y militar de España y sus colonias con el fin
de colocar al imperio español en una mejor posición en un sistema europeo que se
estaba haciendo cada vez más mundial. En otras palabras, España trataba de
modernizar el imperio para ingresar al nuevo régimen económico y social que se
estaba perfilando en el futuro, como lo era el capitalismo.51
A tono con las ideas de la Ilustración, lo monarcas Borbones del siglo XVIII
intentaban impulsar la economía de mercado, fomentar el cultivo o explotación de
materias primas de exportación, mejorar las comunicaciones en materia de
puentes, caminos y puertos y así preparar en las Indias el terreno para introducir
libremente las mercancías españolas, ya que España trataba a su vez de
industrializarse.52 En las Indias, las reformas borbónicas eran dirigidas en cuatro
direcciones: fomento a la producción y al comercio, reducción del poder de la
Iglesia Católica, fortalecimiento del poder político administrativo de la corona y
elevamiento de la recaudación fiscal y acciones en el orden militar para mejorar la
defensa del mar Caribe.53
Quizá la política económica más importante fue la implantación del libre
comercio, para lo cual emitió en 1778 el “Reglamento para el Libre Comercio de
España con Indias” En esa disposición se habilitaron (autorizaron) trece puertos
españoles para el comercio con las Indias y veinticuatro puertos americanos para
el comercio con la metrópoli, entre los que estaban Santo Tomás de Castilla y
Omoa en el Reino de Guatemala, en calidad de “puertos menores”.54
50 Bernabé Fernández Hernández, El Reino de Guatemala durante el Gobierno de Antonio González Saravia, 1801-1811, Comisión Interuniversitaria Guatemalteca de Conmemoración del Quinto centenario del descubrimiento de América, Guatemala, 1993.51 Tulio Halperín Donghi, Reforma y disolución de los imperios ibéricos 1750-1850, Alianza Editorial, Madrid, 1985.52 Alma Margarita Carvalho, La Ilustración del Despotismo en Chiapas, 1774-1821, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1994.53 Ibíd.54 Víctor H. Acuña, La reglamentación del comercio exterior en América Central durante el siglo XVIII. En Mesoamérica No. 1, 1980, Publicaciones de CIRMA.
20
En el Reino de Guatemala, entre muchas otras medidas que se adoptaron
se destaca la autorización de la creación del Real Consulado de Comercio por
medio de una Cédula Real expedida el 11 de diciembre de 1793, 55 que dispone
que el Consulado tenga una organización semejante a las instituciones de ese tipo
que anteriormente se habían fundado en las Indias. Sus funciones serían
básicamente dos, la más breve y fácil administración de justicia en los pleitos
mercantiles, y la protección y fomento del comercio en todas sus ramas.56
La élite de comerciantes guatemaltecos, agrupada ahora en el Real
Consulado de Comercio, esperaba que con esta institución pudieran controlar
mejor los precios del añil, principal producto de exportación del Reino, frente a los
intereses de los productores, terratenientes que controlaban tanto el Ayuntamiento
como la Sociedad Económica de Amigos del País.57 Pero, la actividad del
Consulado no se detuvo ahí. A lo largo de varias décadas “Desempeñó funciones
de fomento agrícola, industrial y comercial (...) Consideraba que la necesidad
primordial del país en este campo era la mejora de las instalaciones de transporte
terrestre, fluvial y marítimo; en consecuencia, sus mayores esfuerzos se dirigieron
hacia el planeamiento y construcción de carreteras nacionales, el mejoramiento de
puertos y ríos navegables...”58
En este punto, se encontraba la cuestión de los puertos, pues aun a finales
del siglo XVIII todavía no había un puerto, ni en el norte ni en el sur, que llenara
las necesidades de buenas vías de comunicación con Santiago, ni las de
seguridad. Al fundarse el Real Consulado estaban en uso los puertos de Omoa,
Trujillo y el puerto del Golfo Dulce, pero tenían las deficiencias siguientes: los
malos o casi inexistentes caminos y la ausencia de pobladores y colonizadores
que quisieran vivir en los mismos a causa del mal clima propicio para todo tipo de
enfermedades tropicales.59 Por lo tanto, el poblamiento de la zona era de vital
importancia en el proyecto de habilitar puertos adecuados en la zona atlántica.
Fue entonces cuando surgió la idea de inducir la colonización de la región, la cual
dio lugar mucho tiempo después a varios proyectos de colonización que habrían
de intentarse a lo largo del siglo XIX.
55 Valentín Solórzano Fernández, Op. Cit. Vid Ralph Lee Woodward, Privilegio de Clase y Desarrollo Económico, EDUCA, Guatemala, 1981.56 Ibíd.57 Ralph Lee Woodward, Op. Cit. y Alma Margarita Carvalho, Op. Cit.58 Ralph Lee Woodward, Op. Cit.59 Ibíd.
21
En primer lugar, el Real Consulado propuso a mediados de 1804
restablecer formalmente el puerto de Izabal en el Golfo Dulce y construir un
camino hacia la capital de Guatemala. Como parte del proyecto se tenía la
intención de traer grupos de afrodescendientes de Trujillo, pero todo el proyecto
fracasó.60 Luego, la atención se puso en la costa sur del país con la finalidad de
abrir un puerto en esa zona, pero tampoco se avanzó mayor cosa en ese sentido.
Posteriormente, en 1818 comenzó una larga disputa entre el Consulado y el
Capitán General, Carlos Urrutia y Montoya, pues éste ordenó cerrar el puerto del
Golfo Dulce, bajo el argumento de que era muy oneroso mantener dos puertos, el
de Omoa y del Golfo Dulce, máxime si éste último se estaba convirtiendo en un
centro de contrabando. Además, decía el funcionario, no era posible defenderlo
adecuadamente. Incluso retiró la guarnición del Castillo de San Felipe.61 Los
piratas que aun asolaban el Caribe no desaprovecharon la oportunidad y bajo el
mando del capitán Louis Aury atacaron Omoa en 1819, Trujillo en 1820 y se
adentraron en las aguas del Golfo Dulce.62
La corona autorizó la reapertura del puerto de Izabal en marzo de 1821,
pero la noticia llegó a Guatemala un tiempo después de haber sido proclamada la
independencia de España por el antiguo Reino de Guatemala.63 Con este suceso,
la cuestión del puerto en la costa atlántica y su colonización quedaría sujeta a las
vicisitudes de la política de la nueva República federal y sería en la época
independiente cuando se harían los esfuerzos más serios en ese sentido.
II. LOS PROYECTOS DE COLONIZACIÓN DE LA COSTA ATLÁNTICA
1. La colonización inglesa
Después del movimiento continental de independencia, que abarcó los años de
1810 a 1825, durante los cuales España perdió en solamente quince años el vasto
imperio colonial de las Indias, el panorama económico mundial había cambiado
radicalmente con respecto a las centurias anteriores. La potencia económica
mundial finalmente era Inglaterra, país que había iniciado y culminado
internamente el proceso de industrialización. Las telas inglesas y otras mercancías
60 Ibíd.61 Ibíd.62 Ibíd.63 Ibíd.
22
inundaban el mercado mundial con calidad y bajos precios, especialmente
aquellos mercados, como el americano, que por siglos habían estado ávidos de
productos industriales.
Valentín Solórzano anota que en un discurso pronunciado el 5 de febrero de
1822, ante la Cámara de los Lores, Lord Liverpool decía que “La mayor parte de
ese comercio (hacia Guatemala) se hacía por el establecimiento de Belice, y que
el comercio con las Indias Occidentales (América) alcanzaba 17 de los 40 millones
de libras que constituía el total de las exportaciones británicas.”64 No hay que
olvidar que las nuevas repúblicas americanas habían declarado inmediatamente
después de su independencia el libre comercio con todo el mundo.
Mientras tanto, en la joven república federal llamada Provincias Unidas de
América Central, después de la independencia de 1821 y de la anexión a México
de 1822 a 1823, el gremio de los comerciantes mantenía la hegemonía en la élite
centroamericana, pues el comercio seguía siendo la actividad más lucrativa. La
ventaja de los comerciantes guatemaltecos residía en el hecho de que las
mercancías inglesas ingresaban directamente vía Belice y de ahí al puerto del
Golfo Dulce para después seguir a lomo de mulas a la ciudad de Guatemala. En
sentido inverso, los productos de exportación centroamericanos tenían que pasar
por Guatemala, es decir, por las manos de la élite comercial guatemalteca.
Por todo ello, el Consulado de Comercio, que había sobrevivido al proceso
de la independencia, insistía en 1823 en la importancia de la colonización como un
medio para desarrollar las costas del Atlántico y así erigir instalaciones portuarias
acordes con las necesidades de la época. Decía el Consulado, que si se traía
caribes de Trujillo a las costas del Golfo Dulce y a las riberas del Motagua, y que si
se les dotaba de parcelas de tierra para que cultivaran frutos de la tierra, el
establecimiento de las poblaciones sería seguro.65
Por lo tanto, el gobierno centroamericano se interesó en la cuestión y
nombró en 1824 una comisión para que diseñara un plan de colonización de la
costa norte. Esta comisión entregó su informe en agosto de ese año, en el cual
recomendó que de Trujillo fueran trasladadas ocho familias de caribes. Luego se
autorizó para que fueran llevadas cincuenta familias más, que serían repartidas
entre las cercanías del Castillo de San Felipe y en un lugar llamado El Refugio, en
64 Valentín Solórzano Fernández, O p. Cit.65 Ralph Lee Wooward, Op Cit.
23
el cual habría de funcionar el puerto Izabal, todo ello en el Golfo Dulce, llamado
entonces Lago Dulce.66
El gobierno asumiría los gastos, pero se le pidió al Consulado que aportara
un porcentaje de los mismos. Luego, el gobierno del Estado de Guatemala, en
boca de unos de sus diputados, Manuel Montúfar, propuso que el Consulado
financiara los gastos del traslado de los caribes que vendrían de Trujillo. Según la
propuesta del gobierno guatemalteco, a cada familia se le darían dos reales, una
vaca y las herramientas necesarias para los cultivos. Las colonias así fundadas
estarían bajo la supervisión del Consulado, el cual debería estar al tanto de la
cuestión de la construcción de los caminos.67
El Consulado se negó a estos gastos, pues dijo que en el pasado había
gastado mucho dinero en proyectos similares y que ahora no tenía los recursos
financieros.68 Así, la cuestión de la colonización por parte de caribes traídos de
Trujillo quedó en nada y el puerto de Izabal siguió siendo usado como el principal
puerto de la costa norte. Los ojos se volvieron a la costa sur, en donde se hizo
similar propuesta de colonización, pero igualmente no se llegó a nada.69
Por otra parte, la cuestión de la seguridad de la costa norte seguía siendo
un problema serio, pues en marzo de 1822 tres navíos con bandera colombiana
apresaron en la bahía de Santo Tomás dos embarcaciones que llevaban
cargamentos; luego, se introdujeron por el Golfo Dulce y sorprendieron a una
pequeña guarnición que se encontraba en el puerto de Izabal y saquearon los
almacenes.70 Otras incursiones de barcos piratas, ahora con bandera colombiana
se reportaron en las costas centroamericanas por aquella época.
De su lado, la Asamblea Nacional Constituyente centroamericana, en
consonancia con los principios liberales de la época, y con la vieja idea de que la
colonización europea era el motor del desarrollo de las tierras americanas,
promulgó el 22 de enero de 1824 un decreto de disposiciones sobre inmigración y
colonización que abría las puertas a la colonización extranjera en Guatemala.71
66 Ibíd.67 Ibíd.68 Ibíd.69 Ibíd.70 José Rodríguez Cerna, Nuestro Derecho Internacional, Sinopsis de Tratados y Anotaciones Históricas 1821-1937, Tipografía Nacional, Guatemala, 1938.71 Manuel Pineda de Mont, Recopilación de Leyes de Guatemala, Tomo I, Volumen III, Ministerio de Finanzas de Guatemala, Guatemala 1979 <1869>. Nota: De aquí en adelante, salvo indicación
24
Dicha ley era muy amplia, pues establecía que todos los extranjeros que
quisieran llegar a las Provincias Unidas de Centro América lo podrían hacer en los
términos que mejor les conviniera; que estando ya en el territorio centroamericano
se podrían avecindar en cualquier localidad; que una vez avencindado podría
adquirir un terreno baldío o de los de la localidad; que solo o en compañía de no
más tres personas, todo extranjero estaría en la posibilidad de fundar una o varias
poblaciones, para lo cual presentaría su proyecto al gobierno, en el que se
presentarían no menos de quince familias de “hombres libres”. Se decía también
que se cedía en plena propiedad un terreno en cuadro de mil varas por cada
lado,72 sin necesidad de que la superficie fuera contínua, a cada matrimonio que
se estableciera en cada nueva población fundada según la misma ley.
Luego se añadía que toda persona soltera de ambos sexos de las nuevas
poblaciones que se casara dentro de los primeros seis años de establecido se le
daría el terreno indicado, pero si contraía matrimonio con “indígenas aborígenes
del país, o con personas de color de las nacidas en el mismo”, obtendría el terreno
indicado y otro tanto más. Tal como lo señala Arturo Taracena Arriola, en esta
disposición se ve claramente el prejuicio racial tan en boga en la época, según el
cual era necesario “blanquear” a la población indígena o negra de aquellos años,
como requerimiento para el desarrollo.73 Esta ley, como se ve, estaba destinada a
facilitar el ingreso de extranjeros colonos, particularmente al Estado de
Guatemala, y en ello se encuentra implícita la cuestión de la colonización de las
costas con el fin de erigir instalaciones portuarias adecuadas.
Así las cosas, llegó al gobierno en Guatemala el doctor Mariano Gálvez
(1831-1838),74 que era uno de los intelectuales y políticos liberales
centroamericanos más destacados de su época. Los seis años en que estuvo al
frente del gobierno de Guatemala pueden considerarse como uno de los picos
de lo contrario, las leyes sobre colonización y convenios sobre esta materia emitidos durante la primera mitad del siglo XIX serán consultadas y citadas de esta recopilación de Pineda Mont. Vale la pena señalar que autores como Pedro Pérez Valenzuela citan extensamente estas leyes.72 Aproximadamente dos caballerías.73 Arturo Taracena Arriola, Etnicidad, estado y nación en Guatemala, 1808-1944, Volumen I, Capítulo I, Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (CIRMA), Antigua Guatemala, 2002. Taracena señala en esta obra que los esfuerzos de los gobiernos de Guatemala de esos años por traer al país colonias de europeos, tales como los proyectos de colonización inglesa, primero, y belga después, tenían fines “eugenésicos”, es decir, de “mejoramiento de la raza”, como se creía en aquella época.74 El doctor en leyes Mariano Gálvez fue Jefe del Estado de Guatemala en diversos períodos a lo largo de esos seis años, durante los cuales alternó con otros cuatro Jefes de Estado
25
más importantes del ciclo general de la revolución liberal guatemalteca. Se trató
de un vasto programa modernizador, que incluyó medidas que debilitaban el poder
de los grupos dominantes tradicionales en Guatemala, incluidos en ellos la Iglesia
Católica.
Entre otros puntos, el programa de Gálvez incluyó la expropiación de los
bienes eclesiásticos, la exclaustración, abolición del diezmo, establecimiento del
matrimonio civil y el divorcio; la generalización de la enseñanza primaria, la
educación laica, la secularización de la universidad. En el sistema judicial se
adoptó el llamado Código de Livingston, que incluía los juicios por jurado,
etcétera.75
Pero, quizá uno de los proyectos más ambiciosos de Gálvez fue el de la
colonización, pues en él puso todo lo que estuvo a su alcance para materializarlo.
En mayo de 1833, el presidente Gálvez se dirigió a la Asamblea Legislativa del
Estado de Guatemala y dijo, entre otras cosas, que “El fondeadero de Livingston,
habilitado recientemente como puerto de registro no podía admitir sino buques
pequeños, cuando en la bahía de Santo Tomás podían anclar naves de alto bordo,
y aun escuadras enteras; que por esto sería muy útil al Estado de Guatemala se
declarase esta bahía como puerto mayor, a cuyo efecto debía la Asamblea hacer
al Congreso la iniciativa conveniente.”76
Y en efecto, con fecha 29 de abril de 1834, la Asamblea Legislativa del
Estado de Guatemala emitió un decreto sobre la colonización del departamento de
Verapaz, el cual a la sazón comprendía los actuales departamentos de Alta y Baja
Verapaz e Izabal (con excepción de algunas zonas de Izabal, junto con sus
puertos, a las que se llamaba Comandancia de Izabal) en el cual se daban
facilidades y privilegios tan generosos, que en el presente parecen insólitos.77
Esta ley hablaba de una compañía de colonización, industria y agricultura
de Verapaz, Livingston y Santo Tomás, la cual no era existente, pero debe leerse
el decreto como las facilidades que se darían a una Compañía que estuviera
interesada en el proyecto de colonización del gobierno. La ley rezaba que bajo las
75 Vid Jorge Luján Muñoz, Breve Historia Contemporánea de Guatemala, Fondo de Cultura Económica, México 2000 <1998>76 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás....77 Al respecto, Pedro Pérez Valenzuela, en Santo Tomás de Castilla...no se cansa de criticar duramente a Gálvez por las condiciones de esta ley y la que se emitiría después propiciando la colonización inglesa.
26
condiciones de la ley del 22 de enero de 1824, se deseaba promover la
colonización de varios puntos del departamento de Verapaz con una compañía
que contara con un fondo financiero de dos millones de pesos divididos en
acciones que no bajaran de diez mil pesos ni excedieran de veinte.78
El propósito era establecer (como lo dice el artículo segundo de la ley) mil
familias en el departamento de Verapaz, divididas de la manera siguiente: 250
familias se asentarían en la Bahía de Santo Tomás; 250 en Livingston y 500 en los
puntos más ventajosos del Polochic hacia el interior, pudiéndose aumentar
indefinidamente el número de familias según la compañía lo considerara
conveniente.79
Entre las facilidades que se mencionan, destacan las siguientes: cada
familia de colonos obtendría una caballería de tierra; exención por diez años de
todo tipo de contribución o gravamen; la compañía gozaría por veinte años del
beneficio exclusivo del corte de maderas, zarza y otros frutos de la ribera del
Polochic, de la pasión y tierras que se adentren en el Golfo de Honduras; etcétera.
Pedro Pérez Valenzuela sugiere que el presidente Gálvez ya tenía tratos
con personeros de lo que sería la compañía a la que se dotarían las tierras de
Verapaz, concretamente con Thomas Gould, quien se encontraba en Guatemala a
la altura de 1834, como uno de los directores y agente de la The Eastern Coast of
Central America Comercial and Agricultural Company (de aquí en adelante
Compañía Comercial y Agrícola de las Costas Orientales de América Central o
simplemente la Compañía),80 pues el 6 de agosto de ese año Gálvez emitió el
decreto que establecía una convención entre el Estado de Guatemala y la
Compañía. Como representantes del gobierno se designó al intendente general de
la Federación, Juan Manuel Rodríguez, y al comerciante Carlos Antonio Meany.
Los términos de la Convención superaban en facilidades, privilegios y
granjerías a la Compañía a aquellos que se establecieron en el decreto de abril del
mismo año. Así, se asignaba a los directores de la Compañía, Jeremy Barret,
Robert Sears, William Croizer, Daniel Mocatta y Thomas Gould, con el fin de
colonización, el derecho de posesión absoluta de todas las tierras no ocupadas; el
libre uso de montañas, bosques y aguas, en el departamento de Verapaz.
78 Manuel Pineda de Mont, Op. Cit.79 Ibíd.80 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás...
27
Los beneficiarios tendrían el derecho de vender esas tierras o cederlas a
todo individuo que se comprometiera a colonizar.81 Como excepción, se
respetarían las tierras pertenecientes a comunidades o particulares, así como el
gobierno se reservaba el derecho sobre playas del lago de Izabal y cuatro leguas
cuadradas del territorio que rodeaba el puerto del refugio.82
La Compañía se comprometía a llevar al territorio cedido cien familias de
colonos ingleses en el lapso de los dos primeros años; a los cuatro años
doscientas; a los diez, mil y después el número sería ilimitado. Para cumplir esto
se estipulaba a la Compañía un plazo de veinte años. Los colonos gozarían de
libertad absoluta de religión y de los derechos de los ciudadanos nacidos en el
Estado de Guatemala.83
Entre el resto de artículos del convenio, que seguían con las facilidades, se
encuentra el número 14, que es el que aparece como el más insólito. Decía que el
gobierno (de Guatemala) se comprometería a exigir al cuerpo legislativo que tan
pronto como el departamento tuviera el número de habitantes establecido por la
Constitución, fuera erigido en Estado.
Se entiende que se refería a que se constituiría en un Estado más de los
cinco que integraban la federación centroamericana. Aunque parezca extraño a
los ojos del presente, en la mente de Gálvez no estaba la cuestión del
nacionalismo, sino que más bien operaba el viejo prejuicio de desarrollar el país
bajo el impulso de los pueblos europeos, que se consideraban superiores
racialmente y más aptos para el trabajo productivo que los pueblos indígenas.
Sin embargo, la situación política de Guatemala se había tornado muy
turbulenta. La oposición conservadora encabezada por la Iglesia Católica no
cejaba en su empeño de derrocar a Gálvez, por lo que alimentaba todo tipo de
revueltas, especialmente en el oriente del país, en donde pronto aparecería un
líder carismático: Rafael Carrera. Para el colmo de los males, a finales de 1836
una epidemia del cólera asoló al país y, a pesar de que las medidas sanitarias
emprendidas por Gálvez fueron eficaces, la peste fue la puntilla de la crisis. A la
postre, en febrero de 1838 Gálvez presentó su renuncia definitiva.
81 Ibíd.82 Ibíd.83 Ibíd.
28
Todos esos acontecimientos impidieron, o fueron el pretexto, para que la
Compañía no cumpliera puntualmente con sus compromisos. Todavía el gobierno
de Gálvez le concedió una prórroga de un año en noviembre de 1836. Luego, en
julio de 1837 otra prórroga para un año más. Después de la dimisión de Gálvez,
Young Anderson el nuevo comisario de la Compañía solicitó al nuevo Jefe de
Estado, Mariano Rivera Paz, una nueva prórroga por tres años. Aunque la
Compañía ya había traído cien familias, después de tanta prórroga, para 1848
estaba obligada a traer las últimas ochocientas familias.
En octubre e 1836 la Compañía había traído a los primeros colonos,
quienes fueron acompañados por Fletcher, otro agente de la Compañía. Este
último escribió a Londres y dijo que a la llegada del grupo de colonos les pidió a
algunos de ellos que visitaran Salamá o San Jerónimo, para que reconocieran
que los informes llegados a Londres sobre las bondades de la tierra y el clima de
Verapaz no eran exagerados.84 Fletcher comunicaba con entusiasmo, que no
había comparación entre los aborígenes de Guatemala con los de Nueva Gales o
Nueva Zelanda, pues aquellos era civilizados y profesaban el catolicismo, mientras
que éstos eran salvajes. “Estos indios serán otros consumidores de nuestros
productos de Europa”, acotaba. 85
El jefe de Estado de entonces, Mariano Gálvez, saludó la llegada de los
colonos y dos años después, Mariano Rivera Paz, también se congratulaba de la
presencia de los colonos. Además, Rivera Paz les aconsejaba que establecieran
su centro en San Jerónimo, sitio equidistante de los principales centros de
población del país.
Sin embargo, Young Anderson, el nuevo representante de la Compañía
había fundado Abbotsville, cerca del Polochic y dos años después la actividad en
esa población era intensa. Se habían construido casas y otras estaban en ese
proceso; se había desmontado una extensa área y se aprovechaba la madera.
Anderson estimaba que la región en donde se asentaba Abbotsville podría
albergar a unas cincuenta mil personas. Asimismo tenía en mente otro centro,
Nueva Liverpool.
84 Ibíd.85 Ibíd.
29
Siempre en 1838, Young Anderson firmó un nuevo contrato con el gobierno,
esta vez con el Jefe de Estado Mariano Rivera Paz. Este contrato se llamó
Anderson-Azmitia, pues lo firmaron por la Compañía, Anderson y por el gobierno
de Guatemala el secretario de Justicia y Guerra, José Azmitia. Éste tuvo como
comisarios a los señores Juan Antonio Martínez, Pedro Aycinena y Felipe Molina.
El contrato establecía un territorio que recibiría el nombre de Distrito de Santo
Tomás.
Este territorio estaba demarcado así: “Desde la barra del río Motagua, en
Amont, y a mano derecha, hasta el punto donde se aproxima a la villa de San
Pablo; de este dicho punto del río, tirando una línea recta hasta Los Encuentros,
donde se unen los ríos Cahabón y Polochic, y también a mano derecha. A partir
de Los Encuentros, igualmente a mano derecha, el límite estaría formado por el
Polochic, siguiendo hasta su desembocadura en el lago de Izabal o Golfo Dulce;
de allí por las orillas sur y este de dicho lago, hasta el punto del río Dulce donde se
halla el castillo de San Felipe. De allí seguía el río Dulce o Golfito y a lo largo de la
orilla derecha del Golfito, hasta el comienzo del río de Angostura; seguía la misma
orilla de éste hasta su desembocadura en el mar; luego a lo largo de la costa
marítima, y doblada la bahía de Santo Tomás, la Graciosa y el cabo Tres Puntas o
Manabique, hasta la barra del Motagua, donde comenzaba la demarcación.”86
El Distrito de Santo Tomás quedaba a la Compañía en posesión perpetua
con sus bosques, ríos, lagos, bahías, etcétera. En total eran unas ocho mil
caballerías. Para esto, la Compañía se comprometía a traer durante los primeros
tres años cien familias para establecerlas en el puerto de Santo Tomás, en la
ciudad que se construiría allí. A los seis años otras cien familias, trescientas a los
diez años y quinientas a los veinte años. Los colonos no se limitarían a la
nacionalidad inglesa, pues podrían ser de cualquier país, inclusive de
Centroamérica, pero no menos de un veinticinco por ciento deberían ser
españoles, portugueses, alemanes o malteses. Solamente esclavos emancipados
no serían aceptados entre los colonos.87
Asimismo, la Compañía se obligaba a abrir entre el puerto de Santo Tomás
y el Motagua un camino para el paso de vehículos y otro entre el río Angostura o
canal del Golfito y Santo Tomás. El plano de la nueva ciudad de Santo Tomás
86 Ibíd.87 Ibíd.
30
debería ser entregado al gobierno en un plazo de un año para someterlo a su
consideración.88
Dos años después, en febrero de 1840, partió de Inglaterra el buque Saint
Laurent, con Anderson, que venía de una visita a Inglaterra, y un nutrido grupo de
colonos, con los cuales se ajustaba la cantidad de cien familias que requería el
contrato. Venía con ellos el reverendo Krause, quien además de ocuparse de los
ministerios religiosos sería el maestro de la escuela.
Traían víveres para un año, herramientas y semillas y casas de maderas
para armarlas en Abbotsville. Además, en el buque venía un pequeño vapor para
que trasladara a los colonos por el curso del Polochic. Venían ingleses y un grupo
grande de alemanes, quienes con el tiempo se distinguirían como los mejores
trabajadores. Sin embargo, faltaban mujeres. Según cartas y correspondencia de
los colonos, todos estaban satisfechos de su estadía en Guatemala.
Pronto, el poder ejecutivo del Estado de Guatemala se apresuró a ratificar
el contrato en vista de que se cumplía con las primeras cien familias, pero en
octubre de ese año, la Asamblea Constituyente del Estado de Guatemala dio un
duro golpe a todo el proyecto: no aprobó el contrato de 1838 que creaba el distrito
de Santo Tomás. Pese al optimismo de Young Anderson y de sus elogiosos
informes a la Compañía, en realidad ésta parecía no preocuparse con el asunto de
la colonización de Verapaz. Todo parecía indicar que el proyecto iba al fracaso.
Quizá haya sido esa una de las razones por las que el diputado a la
Constituyente, Manuel Francisco Pavón haya solicitado en ese alto cuerpo que se
autorizara al gobierno de Guatemala que tomara las medidas convenientes para el
establecimiento del puerto de Santo Tomás. En otras palabras, si la Compañía
inglesa no lo hacía, le correspondería al gobierno de Guatemala llevar a cabo la
empresa del puerto de Santo Tomás.89
Por otra parte, el Consulado de Comercio, recientemente restablecido por el
gobierno conservador,90 se había opuesto enérgicamente al contrato y había
recomendado su rechazo, pues argumentaba que ponía en entredicho la
soberanía del país y recordaba cómo con concesiones parecidas los ingleses se
88 Ibíd.89 Ibíd.90 El Consulado de Comercio había sido suprimido en 1829 en ocasión de que los liberales asumieron el poder, tanto en el Estado de Guatemala como en el nivel federal centroamericano.
31
había apoderado de toda la India.91 Cabe preguntarse si el control del puerto, que
sería el más importante de la costa atlántica, por parte de la Compañía, atentaba
directamente contra los intereses de los grandes comerciantes guatemaltecos.
Por otra parte, el desinterés de los directores de la Compañía se veía
claramente en el hecho de que desde hacía algún tiempo le ofrecía a Bélgica la
concesión o venta de todos sus derechos en la colonización de la Verapaz. En
cierto sentido, para el fracaso definitivo del proyecto de colonización inglesa
parecen haber confluido todos estos factores más otros que señala Pérez
Valenzuela.
Por ejemplo, este autor se pregunta cómo pudo la corona inglesa
desinteresarse en un asunto como el de la cesión a una compañía inglesa de un
territorio tan grande y tan potencialmente productivo como Verapaz. Pérez
Valenzuela concluye que el imperio británico de aquellos días era el mayor del
mundo y que los colonos ingleses tenían muchos puntos en el planeta para ir a
colonizar, en especial en el territorio de Estados Unidos. Quizá la Compañía nunca
pudo realmente atraer al número de colonos necesario para el proyecto.
Fue así como el proyecto de la colonización inglesa terminó sus días a los
seis años de haberse firmado el primer contrato de cesión y colonización del
departamento de Verapaz. Muchos de los colonos enfermaron y murieron en
territorio guatemalteco, otros se dispersaron por el país y el resto regresó a sus
lugares de origen. Pero en Guatemala, el prejuicio de la superioridad europea era
muy fuerte y la cuestión de la colonización de vastas zonas del país tenía aun
mucha historia por delante, además, claro está, que la pobreza del país impedía la
construcción de un puerto aceptable para sus necesidades, y en ello, la cuestión
del camino de dicho puerto a la ciudad de Guatemala. Solamente los capitales
extranjeros, se pensaba, podrían llevar a cabo semejante empresa.
2. La colonización belga
La renuncia a la Jefatura del Estado de Guatemala por parte de Mariano Gálvez y
la llegada al poder de Mariano Paz Rivera iniciaron una nueva era en la historia
política de Guatemala. Había llegado a su fin el primer ciclo liberal y las fuerzas
políticas del bando conservador se aprestaron a asumir el control del Estado,
91 José Rodríguez Cerna, Nuestro Derecho Internacional, sinopsis de tratados y anotaciones históricas 1821-1937, Tipografía Nacional, Guatemala 1938. Vid Ralph Lee Woodward, Op. Cit.
32
iniciando con ello lo que en la historia del país se denomina el régimen
conservador o el régimen de los treinta años. En el plano regional, la federación
centroamericana se moría silenciosamente, pues cada Estado integrante se
gobernaba según su libre albedrío y no faltaba mucho para que se desintegrara
definitivamente el pacto federal.
El fin del período liberal comenzó con la rebelión de Rafael Carrera, líder
rural de cierto carisma, en junio de 1837, quien en su campaña rebelde de unos
dos años de duración logró la dimisión de Gálvez y el fortalecimiento del partido
conservador. La Iglesia Católica, especialmente el bajo clero rural, apoyó
fuertemente a Carrera y luego de su triunfo definitivo comenzó el
desmantelamiento del régimen liberal. Carrera no asumió la jefatura de Estado de
inmediato, sino que entregó dicho cargo a Mariano Paz Rivera.
Éste comenzó con la derogación de una ley de 1830 que ratificaba la
expulsión del arzobispo Ramón Casaus y Torres; se aprobó el restablecimiento de
las comunidades religiosas suprimidas por los liberales en 1829; se reabrió el
Consulado de Comercio, se restableció el diezmo y se declaró a la religión católica
como la religión oficial del Estado. Luego, en 1840 se derogaron el matrimonio civil
y el divorcio y se restauró el fuero eclesiástico; se suprimieron los juicios penales
bajo el sistema de jurados Más tarde se reorganizó la universidad conforme al
sistema colonial, etcétera.92
En este contexto político, fue que la Asamblea Constituyente de Guatemala
en 1840 rechazó el contrato de creación del Distrito de Santo Tomás. Sin
embargo, ello no resolvía la cuestión de un puerto en la costa norte, y así lo vieron
los constituyentes, pues en el decreto del rechazo se dice, en el artículo tercero,
“El gobierno queda también facultado para emprender el establecimiento del
puerto de Santo Tomás, oyendo al Consulado y dando cuenta oportuna a la
Asamblea.”93
De modo que, la cuestión de un nuevo proyecto de colonización extranjero
seguía teniendo adeptos en el régimen conservador, aunque esta vez sería más
vigilado por el gobierno, especialmente bajo los ojos del Consulado de Comercio
que volvía por sus fueros en las redes del poder en Guatemala. Así las cosas, la
92 Jorge Lujan Muñoz, Op. Cit. Sobre la rebelión de Rafael carrera y su ascenso al poder, ver Ralph Lee Woodward, Rafael Carrera y la creación de la República de Guatemala, 1821-1871, CIRMA, Guatemala, 200293 Citado por Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...
33
Compañía inglesa movía sus hilos en Europa para resarcirse de sus gastos en
Guatemala por la vía de la venta de sus derechos en el departamento de Verapaz.
Con fecha 14 de octubre de 1840, un personero de la Compañía, M. Obert,
escribió un oficio al ministro belga del Interior, J. Nothomb, en el que le
comunicaba que la compañía que representaba ofrecía al “comercio “ belga los
privilegios que el Estado de Guatemala había concedido a la Compañía a
condición de la colonización de Verapaz y Santo Tomás, en virtud de los contratos
ya señalados. 94
Obert presentó un extenso escrito versado sobre las bondades del clima, de
los suelos, de la flora y fauna de los territorios guatemaltecos señalados y en
general de Guatemala. Para apoyar sus afirmaciones, Obert cita los escritos de
Jacobo Haefkens, quien había residido en Guatemala como Cónsul General de
Holanda en Centroamérica, con sede en Guatemala, de 1826 a 1829, 95 los
informes ya citados de Young Anderson , de Fletcher y de Montgomery, enviado
de los Estados Unidos a Guatemala, quien publicó una obra denominada
“Narración de un Viaje a Guatemala en 1838”.96
Todos esos escritos elogiaban ampliamente los recursos naturales de
Guatemala. En realidad sirvieron de un excelente soporte a Obert, pues el
gobierno belga, encabezado por el rey Leopoldo I, se interesó en la cuestión de
una colonia en Guatemala.
En aquellos años Bélgica recientemente había obtenido su independencia
de Holanda (1830) y tras un breve arbitraje internacional, para evitar su anexión a
Francia, el Reino Unido propuso que el nuevo país fuese encabezado por una
casa real de un tercer país, recayendo el nombramiento en el duque Leopoldo de
Saxe-Coburg, Alemania, quien se convertiría en el rey Leopoldo I de Bélgica. El
país no se encontraba bien económicamente y necesitaba de recursos para evitar
que las naciones vecinas se volvieran a apoderar de él. Quizá esa fue una razón
por la que Leopoldo I decidió tomar cartas en el asunto.
94 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...y Gerardo Guinea, La cueva de Polifemo, auge y colapso de la colonización belga en Santo Tomás de Guatemala, Guatemala 1977.95 Vid Jacobo Haefkens, Viaje a Guatemala y Centroamérica, Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala y Universidad de San Carlos, Guatemala, 1969.96 Gerardo Guinea, Op. Cit.
34
En Bélgica fue organizada en octubre de 1841 la Compañía Belga de
Colonización, bajo la aprobación de sus estatutos por parte del Rey, y en
representación de dicha compañía viajó a Guatemala una delegación compuesta
por el coronel Remy de Puydt, Vandenbergue de Binckum, el capitán Devercy, el
teniente de artillería G. De Puydt, el teniente de estado mayor Carrette y el barón
van Lockhorst. La goleta real “Loise Marie”, en la que venía la delegación, arribó a
Santo Tomás el 6 de enero de 1842.97
El gobierno de Guatemala, esta vez encabezado por el presidente José
Venancio López, recibió con beneplácito a la delegación belga y nombró a los
señores Antonio Colom y Manuel Arrivillaga como comisionados para celebrar el
contrato con la delegación belga. Por parte de los belgas el negociador fue el
coronel Puydt. El convenio fue firmado el 16 de abril del mismo año y aprobado
por la Asamblea Constituyente el 4 de mayo de 1842.98
Sin embargo, no todos en Guatemala estaban de acuerdo con la nueva
negociación con Bélgica. Para su aprobación hubo que vencer alguna resistencia.
Fue el caso de los diputados Manuel Francisco Pavón y Luis Batres, ambos
prominentes miembros de la familia Aycinena, que controlaba el Consulado de
Comercio. Los dos se opusieron fuertemente al contrato con la Compañía belga,
ya que señalaban los riesgos que implicaba ceder territorios a extranjeros y traían
a cuenta la separación de Texas de México y la apropiación del territorio de Belice
por parte de Inglaterra.99
No obstante, el proyecto de la colonización belga extrañamente tuvo entre
sus más firmes defensores a otro Aycinena, Juan José, miembro de la más alta
jerarquía católica, político de larga trayectoria desde los días de la independencia
y jefe de la familia Aycinena. El prelado veía con buenos ojos esta colonia, pues
se trataba de europeos católicos y no como los ingleses que eran presbiterianos y
protestantes.
Juan José de Aycinena argumentó abundantemente en favor del proyecto
belga, pues decía que la posesión por parte de Guatemala de un puerto moderno
como el de Santo Tomás liberaría al país de la dependencia de Belice para las
importaciones, en especial el ingreso de mercancías de contrabando; que las
97 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...y Gerardo Guinea, La cueva de Polifemo...98 Manuel Pineda Mont, Op. Cit.99 David L. Chandler, Juan José de Aycinena, idealista conservador de la Guatemala del siglo XIX, Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica, Antigua Guatemala, 1988.
35
mejores comunicaciones en el interior reducirían los precios de los productos
agrícolas; que los mismos principios que llevaron a la independencia de las
colonias de España harían que los colonos rompieran con Europa; que los
guatemaltecos tenían el sagrado deber sagrado y cristiano de recibir a los
inmigrantes europeos para así cumplir con el mandamiento divino de multiplicarse
y poblar la tierra, etcétera. 100
Aycinena tuvo éxito y la Asamblea Constituyente aprobó el contrato.
Mientras tanto, sus discursos fueron publicados por los principales diarios de
Bélgica y se volvió un personaje popular en aquellas latitudes. Menos de un mes
después de la ratificación del contrato, Juan José de Aycinena fue nombrado
ministro de Gobernación y Justicia.101
Los términos del convenio con la Compañía belga, en cuanto a lo que cedía
Guatemala eran casi los mismos establecidos en el convenio con la Compañía
inglesa que creaba el Distrito de Santo Tomás, pues Guatemala, según rezaba el
nuevo convenio, concedía a la Compañía belga la misma extensión de tierra que
cedía en el anterior contrato, es decir, las ocho mil caballerías que formaban el
Distrito de Santo Tomás. Sin embargo, contenía algunos cambios importantes. La
Compañía pagaría el precio total de la extensión dividido en décimas partes a
razón de veinte pesos la caballería “o lo que es lo mismo, diez y seis mil pesos
cada año.”102
Asimismo, la Compañía daría al gobierno de Guatemala dos mil fusiles “de
primera calidad, de los que use el ejército belga, y seis cañones violentos”, los que
serían entregados a lo largo de 1843. Una cláusula importante era la que decía
que la Compañía comenzaría sus operaciones de desmonte, por el terreno
contiguo a la bahía de Santo Tomás y que inmediatamente se ocuparía de la
construcción de la ciudad que se debería fundar en el lugar, la cual se llamaría
Santo Tomás de Guatemala. Luego se añadía que el terreno cedido a la
Compañía sería parte de un Distrito denominado Santo Tomás, cuyos límites
demarcaría el gobierno.
Entre las obligaciones que adquiría la Compañía estaba la de introducir en
las tierras cedidas por lo menos cien familias cada año hasta completar la cantidad
100 Ibíd.101 Ibíd. 102 Manuel Pineda Mont, Op. Cit.
36
de mil. Cada familia debería de constar de cinco miembros y deberían ser
católicos y originarios de Bélgica, de Suiza, de Alsacia y de otros países agrícolas
del continente europeo. Para la introducción de esas familias se empezaría a
contar el plazo desde el uno de enero de 1843. Luego se les beneficiaría a los
pobladores del Distrito de Santo Tomás de todas las exenciones posibles de todo
tipo de contribuciones y cargas tributarias. Pero, la compañía se obligaba también
a abrir en el término de dos años, contados a partir del uno de enero de 1843, un
camino carretero entre el río Motagua y Santo Tomás y tendría el privilegio de los
derechos de peaje por diez años.103
Otra disposición importante era que se establecía que los habitantes del
Distrito de Santo Tomás, serían gobernados en su interior por funcionarios
municipales, con entero arreglo a las leyes nacionales. La municipalidad de Santo
Tomás, desde que se organice, decía el Convenio, cuidará de las cincuenta
caballerías de tierra, que se destinarían a los usos comunes de la población.104
Con ello, la ley estaba dándole a Santo Tomás la categoría de municipio.
Al final, como era de esperarse, se decía que si en alguno de los primeros
cinco años la Compañía faltara a cualquiera de sus compromisos, se declararía
insubsistente y perdería el derecho a reclamar los recursos financieros que
hubiere gastado. El convenio dejaba en claro que la cesión de estas tierras no
comprometía la soberanía del Estado de Guatemala y así como los ciudadanos
extranjeros que llegaran serían tenidos como ciudadanos guatemaltecos al nomás
tocar tierra nacional, éstos renunciaban plenamente a su nacionalidad de origen.
Al año siguiente, con Mariano Rivera Paz nuevamente frente al gobierno, se
realizó un nuevo convenio, que modificó en algunos puntos en convenio del año
anterior. En la delegación de Guatemala estuvieron Antonio Colom, Juan Matheu,
José Venancio López, Manuel J. Piñol y José Mariano Rodríguez, mientras que
por la Compañía belga negoció su apoderado, A. T. Kint. Este nuevo convenio fue
aprobado por la Asamblea Constituyente el 14 de octubre de 1843.105
Entre las modificaciones aprobadas estaba, por ejemplo, la que aclaraba
específicamente que la concesión hecha a la Compañía belga “no es del Distrito
de Santo Tomás, sino del terreno comprendido entre los límites designado en el
103 Ibíd.104 Ibíd.105 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...
37
artículo primero del contrato original.” Con ello, el gobierno de Guatemala se
reservaba todos los derechos del puerto y de la administración de lo que sería el
Distrito indicado.106
Luego, se decía expresamente que “Es propiedad inalienable del Estado, y
en manera alguna perteneciente a la Compañía, el puerto de Santo Tomás, sus
fortificaciones, almacenes, depósitos y todo edificio construido para el servicio
público.” Se daban también prórrogas para la introducción de familias, para los
pagos convenidos, para la entrega de los fusiles, etcétera.107 Estas modificaciones
revelan que la cuestión de las concesiones a la Compañía belga seguía siendo
materia de discusión y disputa entre los círculos políticos, empresariales y
gubernamentales de Guatemala.
Mientras tanto, en Bélgica la cuestión del proyecto de colonización tomaba
su propio camino. A su regreso, el coronel Puydt publicó un informe de lo más
halagüeño sobre Guatemala y el proyecto, al parecer porque algunos de los
miembros de la comisión que viajó a Guatemala en enero de 1842 no estaban del
todo convencidos.108 Este informe suscitó gran entusiasmo en algunos círculos
belgas y franceses, lo cual hizo que hasta Abel Hugo, hermano de Víctor Hugo,
así como Julio Rossignon (después inmigrante en Guatemala como director de
trabajos científicos de la colonia de Santo Tomás) publicaran algunos documentos
en Paris acerca de la colonización belga en Guatemala.109
Un aspecto interesante sobre las expectativas que creaba en Bélgica el
tema de la colonización en Guatemala fue la creación en 1842 de la “Comunidad
de la Unión”, cuyos estatutos fueron aprobados por el mismo Leopoldo I.110 Se
trataba, en el plano económico, de una especie de cooperativa de trabajadores
propietarios que operaría en Guatemala, pero en el plano social y político iba más
allá, pues incluía aspectos de orden social, como cuidado y educación de los
niños, asistencia a las viudas, regulación del culto religioso, ahorro de los
trabajadores, así como la organización y gobierno de la propia comunidad.
106 Manuel Pineda Mont, Op. Cit.107 Ibíd. 108 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...109 Ibíd.110 Ibíd.
38
La Comunidad de la Unión fue fundada por la Compañía de colonización, la
cual redactó unos estatutos, cuyos puntos más importantes son los siguientes: 111
La Comunidad pagaría a la Compañía todos los gastos habidos y por haber en la
obtención de la concesión; se abría una suscripción de ocho mil lotes de
veinticinco hectáreas cada uno, al precio de quinientos francos por lote.
La Comunidad quedaría integrada por la Compañía y por los poseedores de
los títulos de suscripción de lotes; todas las personas que se emplearan en
cualquier actividad o empleo en la Comunidad durante un año en Santo Tomás
serían consideradas miembros de la misma; el tiempo de existencia de la
Comunidad fue fijado en veinte años, pudiendo prorrogarse dicho plazo; las tierras
trabajadas por la Comunidad, las construcciones, instalaciones de cualquier índole
y demás propiedades de la Comunidad formaban un propiedad indivisa hasta la
época de su liquidación.
Los trabajadores estarían en posibilidades de surtirse de todos los artículos
de primera necesidad al precio de costo, más un cinco por ciento de comisión y
los gastos del transporte; además del salario. Se retendría un cuarenta por ciento
de los productos netos para una caja de previsión social, así como para asegurar
el servicio sanitario, para los gastos del culto católico y de las escuelas, para
pensiones de retiro, etcétera. El sesenta por ciento restante se dividiría así: los
trabajadores percibirían la mitad de los productos netos; la otra mitad era para los
accionistas de la Compañía.
El gobierno de la comunidad estaba encabezado por un director colonial, un
secretario general y un consejo, el cual estaría integrado por el presidente de los
hombres prudentes, el jefe de la Guardia Comunal, el médico en jefe, el director
de industria y el director de agricultura.112
Como se ve, en las ideas de los animadores de esta comunidad estaban
presentes las ideas sociales imperantes en aquella época en Europa. No hay que
olvidar que después de la revolución industrial de finales del siglo XVIII y principios
del siglo XIX, como una reacción al maquinismo y las graves condiciones de
111 Estos están glosados por Pedro Pérez Valenzuela en Santo Tomás de Castilla...de donde se ha tomado la información. Salvo indicación expresa, la información sobre la comunidad ha sido tomada de esa obra. Los estatutos habrían sido redactados por la Junta de Directores de la Compañía integrada por Teófilo Antonio Guillermo, conde de Hompesch, Juan Arribavene y el coronel de ingenieros Remigio de Puydt.112 Ibíd.
39
trabajo, los nuevos grupos que aparecieron, los obreros asalariados, comenzaron
a organizarse en asociaciones de trabajadores, mientras que cierta intelectualidad
empezó a elaborar doctrinas sociales novedosas en las que la idea del
igualitarismo y la vida en comunidad era muy generalizada.
Estas doctrinas fueron las precursoras del socialismo y del comunismo. El
mismo término comunismo designa a una forma de vivir en comunidad, aunque en
estos años tenía muchísimas variantes la visión de este tipo de vida o de régimen
social y económico.
La idea de la comunidad belga guarda estrechos lazos ideológicos con
varias doctrinas de los llamados críticos sociales y socialistas utópicos franceses,
quienes esperaban “la salvación” de los proletarios por la organización del crédito
y el desarrollo de las cooperativas. Entre estos estaban Proudhon, Louis Blanc y
Constantino Pequeur y muchos otros, todos seguidores de Saint Simon y Fourier.
En general, estos autores y teóricos propugnaban el cooperativismo, una ética
social con influencia cristiana y un gobierno compuesto por consejos de agricultura
e industria electos universalmente.113
Los primeros colonos zarparon de Amberes el 16 de marzo de 1843 a bordo
de las goletas “Theodore”, “Louise Marie” y “Ville de Bruxelles” con un total de
setenta y nueve colonos.114 La expedición de la Compañía iba al mando de
Simons, hombre con madera de explorador y de ciencia, pero en Tenerife, Islas
Canarias, la caravana debió detenerse, pues Simons falleció repentinamente y allí
mismo le dieron sepultura. Sustituyó a Simons el capitán Phillipot, quien pronto
daría muestras de su incapacidad para la misión.115
Las naves llegaron a Santo Tomás el 20 de mayo, cuando arribó el
“Theodore” y el 7 y 8 de junio, el “Louise Marie” y el “Ville de Bruxelles”,
respectivamente. El ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, el prelado
Juan José de Aycinena, dio orden al Comandante del Puerto de Izabal, brigadier
Jerónimo Paiz, para que auxiliara en todo lo necesario al contingente de recién
llegados. Inmediatamente, el reverendo Walle, miembro belga de la expedición, se
trasladó a la ciudad de Guatemala el uno de junio con el fin de entregar al
113 Max Beer, Historia General del Socialismo y de las luchas sociales, Ediciones Ercilla, Santiago de Chile, 1936.114 Nicolás Leysbeth, Historique de la Colonisatión Belge a Santo Tomás, Guatemala, (Citado por Guinea, Op. Cit.)115 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla... y Guinea, Op. Cit.
40
gobierno un oficio del capitán Phillipot en que comunicaba al gobierno de
Guatemala el arribo del primer grupo de colonos.116
La primera impresión de Santo Tomás no debió ser del todo satisfactoria
para el grupo de colonos, pues en agosto que partió de regreso el “Louise Marie”,
llevó consigo a diez de los colonos que no quisieron quedarse. “Lo primero que
hicieron los colonos fue edificar trece casas, una fragua, un horno de panadería y
la perforación de un pozo...A fines del año, la colonia se componía de dieciocho
casas, más siete situadas en las alturas vecinas, destinadas para los enfermos.”117
El 2 de agosto partió hacia Bélgica el “Louise Marie” con los que
abandonaban la colonia, además de llevar las primeras noticias de Santo Tomás,
que no debieron ser muy optimistas, por parte de los retornados. No obstante,
durante el año siguiente se alistaron 636 colonos que cruzaron el Atlántico en
diferentes fechas.118
El 24 de octubre el capitán Phillipot se retiró de la dirección y se instaló un
consejo colonial. El doctor Fleussu y el ingeniero Delawarde integraron dicho
Consejo. El reverendo Walle fue electo presidente y se le pidió al cónsul belga, M.
Cloque, asistir a las sesiones. En total, la colonia tuvo cinco administraciones, que
fueron: la del capitán Phillipot, del 20 de mayo al 24 de octubre de 1843; 119
Reverendo Walle, del 24 de octubre de 1843 al 6 de marzo de 1844; Mayor
Guillaumot, del 6 de marzo al 1º de noviembre de 1844; M. Dorn, del 1º de
noviembre de 1844 al 1º de abril de 1845; y De Vulgo, del 1º de abril al 1º de
noviembre de 1845.120
Durante la dirección de M. Phillipot se armó la capilla y casas de madera
hechas en Bélgica, que vinieron en los primeros barcos. Se construyeron otras
viviendas; se hizo el estudio de un camino hacia el Motagua y otros hacia el Pozo,
sobre la picadura denominada de “Los Prisioneros”; se elaboró el programa de
trabajo completo en la colonia. Además, se construyó uno de los almacenes. La
población era de 54 individuos y se manifestaba animosa, pues hasta entonces –
mes de octubre-, no había habido un solo deceso.
116 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...117 Albert de Burbure, “De cómo Bélgica se instaló en Guatemala”. En Revista Exportación, septiembre de 1918, Bruselas (citado por José Rodríguez Cerna, Pág. 452, Op. Cit.)118 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...119 Phillipot terminó suicidándose en Omoa después de haber entregado la dirección de la colonia.120 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...
41
Bajo el consejo colonial presidido por el padre Walle, se montaron más
casas llegadas de Bélgica y se construyeron otras con materiales del país. Para
tener un lugar adecuado para la música, se levantó un kiosko en la plaza que se
había denominado “Bélgica”. Bajo la administración de M. Guillaumont, que duró
siete meses y 26 días, se desmontaron 23 hectáreas; se construyeron más
habitaciones, la carnicería, un galpón para la granja modelo, la herrería y la
construcción de un terraplén de 200 metros de largo por cinco de ancho, destinado
a un pequeño ferrocarril para la explotación de la piedra de cal que se extraía de
un cerro situado al oeste. Se trabajó en desmontes, en los arrabales de Santa
María y de La Esperanza. Se hicieron ensayos parciales de desmonte junto al
Motagua, en dirección a “Los Platanares”.121
Los edificios de Santo Tomás que se construyeron eran la iglesia, que se
había colocado sobre un basamento de ladrillo y tenía 15 metros de fachada, 7 de
fondo y 7 de altura. Este edificio sirvió para escuela de los huérfanos y de los
niños de ambos sexos. La dirección de la Comunidad fue construida con abeto de
los Estados Unidos y tenía cierta elegancia en sus proporciones y solidez, pero
según algunos no era adecuada para el clima. El hospital que se instaló en una de
las casas traídas de Amberes, medía 15 metros de largo, 7 de ancho y 4 y medio
de alto, se componía de tres compartimientos, con ocho camas cada uno. Tenía
botica, cocina y un jardincillo. El techo era de manaca.122
La casa de huérfanos también había sido traída de Bélgica. Estaba techada
de manaca; constaba de alojamiento para el director, comedor, sala de trabajo
para los niños y dormitorio para éstos. Su capacidad era para cuarenta huérfanos.
Había también un almacén, que era un edifico techado de manaca de 30 metros
de largo por 8 de ancho, con bodega para las mercaderías y tienda. La granja
modelo medía seis y media hectáreas de terreno desmontado; su edificio un vasto
galpón de 50 metros de largo. Al poco tiempo, la hierba y el monte se tragaron el
galpón. El edificio del cabildo fue reconstruido por presos guatemaltecos –un
miserable galpón de 28 metros de largo por 8 de ancho. Había también otro
edificio sin destino preciso, de 34 por 60 metros.123
121 Ibíd.122 Ibíd.123 Ibíd.
42
El gobierno belga, con el propósito de tener un agente que pudiera tratar
directamente con el de Guatemala sobre los asuntos de la colonización, nombró
Cónsul al señor Marcial Cloquet, quien presentado por el Cónsul General de
Francia, fue recibido por el Jefe del Estado, acompañado por los Secretarios del
Despacho, el 3 de julio de 1840, habiéndose librado la autorización
correspondiente.
El señor Cloquet tuvo amplia actuación e hizo cuanto pudo a favor de la
compañía y del éxito de su empresa. Quizás una de sus primeras gestiones fue la
de suscribir un convenio entre Guatemala y Bélgica –agosto de 1843– por el cual
los ciudadanos de ambos países gozarían del derecho de transmitir las herencias
“ab intestato” o tentativamente, y sin estar sujetos en su calidad de extranjeros, a
ninguna deducción o impuesto que no fuera debido por los naturales. Asimismo,
habría reciprocidad en cuanto a las donaciones entre vivos y cualquier otra forma
de adquirir conforme a las leyes.
Las primeras noticias acerca de las actividades de los colonos eran
optimistas. La Gaceta Oficial, por ejemplo, informaba a principios de octubre que
los inmigrantes habían sido acogidos por el clima, pues en los cuatro meses que
habían transcurrido desde que llegaron los tres primeros barcos no se había
manifestado ninguna enfermedad epidémica. Los desmontes se seguían haciendo
sin interrupción. En la iglesia se celebraban los oficios religiosos los días festivos
por los padres jesuitas concurriendo muchos afrodescendientes residentes de la
zona.124
El comandante de Izabal disponía la apertura de la vereda que salía del
puerto hacia el lugar llamado El Pozo, camino que se consideraba fácil y
practicable, y la Compañía había hecho otra vereda hacia el Motagua, para
proveerse de carnes, frutas frescas y otros víveres. El Cónsul Cloquet visitaba con
frecuencia el establecimiento, no obstante las penalidades del viaje.
Por su parte, el director colonial interino Phillipot comunicaba el mes de
septiembre que “la colonia comenzaba a tomar un aspecto bastante lisonjero”,
llevándose a cabo las construcciones con la mayor celeridad posible, prometiendo
a los colonos alojamiento, más agradable y más cómodo. Sobre el plan que había
adoptado informaba: “El espacio que circunda la mar y que forma un semicírculo
de un radio bastante grande, queda sin edificar a fin de que los desembarcaderos
124 Ibíd.
43
del puerto estén enteramente libres y que la descarga de los buques pueda
ejecutarse fácilmente. Si más tarde se juzgare a propósito edificar allí almacenes y
un edificio para la aduana, ningún obstáculo habrá que vencer.”125
De ese semicírculo salía una calle de unos 150 metros de largo por cinco
de ancho. En donde comenzaba se habían levantado tres casas de madera de la
avenida de Europa, y al final estaban la capilla y otras dos casas iguales a las
primeras. A fines del año, el cónsul Cloquet anunciaba al gobierno de Guatemala
que había sido nombrado para dirigir la colonización de Santo Tomás el coronel de
ingenieros Guillaumot, quien traería consigo más colonos y los elementos
necesarios para su subsistencia.
El coronel Guillaumot venía en la fragata“Le Dyle” y cuando a finales de
febrero de 1844 estaba a punto de llegar a su destino encalló cerca de la
desembocadura del Motagua. Después de varios días de luchar trabajosamente
para rescatar la nave, por fin la liberaron y pudo llegar a Santo Tomás. No
obstante, para liberar el peso, los colonos habían desembarcado antes sus
enseres y equipajes, todo lo cual se perdió en las aguas del mar.
A lo largo de 1844 hubo nueve arribos de buques trayendo consigo colonos
y con esto la población llegó a ser de 767 personas, pero las enfermedades que
hasta ahora habían sido benignas, se tornaron mortales. Para noviembre de 1844
murieron 48 personas y el total de las defunciones durante los ocho meses últimos
fue de cien. Poco después morían 87 más. Bajo la administración de M. Dorn,
hubo un paro en todas las actividades, pues las lluvias impidieron toda actividad y
las calles quedaron intransitables.
En 1845 arribaron tres naves más, pero aunque llegaban más colonos la
población disminuía (al primero de abril se llegaba a 298 individuos) Eran muchos
los que habían abandonado Santo Tomás. Algunos se habían internado en el país;
otros regresado a Europa. Con De Bulow se terminó el edificio principal y el
embarcadero y se inició la construcción de tres caminos. Sin embargo a la altura
del segundo semestre de 1845, la Comunidad de la Unión dejó de existir de
hecho, pues los colonos comenzaron a abandonarla, se independizaban y
tomaban la decisión de luchar por sí solos. Se registraron 31 defunciones.126
125 Ibíd.126 Ibíd.
44
Luego, apareció un flagelo más, el alcoholismo que hizo presa de gran
cantidad de colonos, quienes al parecer se habían sumido en una profunda
depresión, dadas las penalidades que sufrían, de las cuales las enfermedades
solamente eran el golpe final. El aislamiento, la falta de caminos y la ausencia de
recursos hacían estragos entre la colonia. Un informe del general Paiz,
comandante de Izabal daba cuenta del deseo de muchos colonos de abandonar la
colonia y dispersarse por el país.127
El mismo gobierno de Guatemala se dio cuenta del problema cuando
observó que muchos de esos colonos se internaban en el territorio nacional, faltos
de recursos, sumidos en una gran pobreza y trató de ayudar con la formación de
una comisión con el nombre de Sociedad de Beneficencia, cuyo objeto sería el de
auxiliar a los colonos.128. Por supuesto, otros tuvieron mejor suerte y al llegar a la
ciudad de Guatemala estuvieron en posibilidades de situarse en posiciones
ventajosas, ya fuera porque consiguieron trabajo rápidamente o porque con algún
capital que traían de Bélgica abrieron algún negocio.
Las noticias del rumbo desastroso que había tomado la colonización
llegaron a Bélgica, lo que hizo que el gobierno belga designara a Blondeel van
Cuelebrouk como encargado de negocios y enviado como extraordinario real para
que elaborara un informe de la situación de la colonia en 1845. El informe de van
Cuelebrouk constaba de 240 páginas y contenía información sobre historia, obras
públicas, agricultura, salubridad, etcétera. Lo presentó a la Cámara de
Representantes de Bélgica y en él destacan las condiciones de salud de la colonia
a la altura de ese año de 1845.129 La cuestión sanitaria había sido recogida del
informe del médico de la colonia, Jean Baptiste Fleusseu, y del doctor F. Durant,
del “Louise Marie”.
En 35 casas, decía el informe, habitaban 279 personas, lo cual hacía un
promedio de ocho personas por casa, pero había algunas casas con una persona
y otras hasta con catorce. Aunque el número de enfermos había disminuido, había
algunos que ya habían venido enfermos de Europa. Había colonos que vivían en
la miseria y que no trabajaban, estando dispuestos solamente a vivir de los
auxilios de la Comunidad. El informe destaca que las enfermedades dominantes
fueron cólicos y diarreas, especialmente por ingestión de frutas verdes. Las fiebres
127 Ibíd.128 Ibíd.129 Ibíd.
45
intermitentes también eran generalizadas. Muchos de los síntomas, especialmente
el de las fiebres, indican que se trataba de paludismo, pero en aquella época era
una enfermedad desconocida.
Dado que se vivía en comunidad, el primer encargado de la colonia, el
capitán Phllipot impuso un régimen militar que incluía ejercicios a la intemperie,
turnos de vigilancia en las noches bajo las constantes lluvias, todo lo cual provocó
descorazonamiento general y depresión. La frustración de no verse cumplido el
sueño inicial hacía estragos en la población. De todo esto, se obtenía algunas
conclusiones: hubo mala selección de los colonos, especialmente en su condición
física, pero la causa más importante del fracaso residía en la mala administración
de la Comunidad. Otro problema importante era la ausencia de caminos hacia el
interior del país, aspecto al que van Cuelebrouk daba particular importancia.130
Después de varios años de intentos por parte del gobierno de Bélgica, el
cual deseaba arreglar la cuestión de la colonia con contactos diplomáticos con
Guatemala, pero sin realmente estar dispuesto a invertir algún recurso económico,
a la altura de 1853 la Cámara de Representantes de la República de Guatemala
emitió un decreto, de fecha 19 de enero de 1953, en el que se decía que después
de diez años de transcurridos desde las contratas de mayo de 1842, y una
adicional, de octubre de 1843, celebradas con el objeto de colonizar Puerto Santo
Tomás, la Compañía belga no había cumplido con las mismas.
La situación en que se hallaba aquel asentamiento era incierta, decía el
decreto, “con riesgo de graves males para la República”; que considerando todos
los informes y expedientes, se resolvía cesar todas las concesiones hechas en la
contratas indicadas y que las personas avecindadas en Santo Tomás quedaban
bajo la protección del gobierno de Guatemala y que gozarían de los derechos que
hubieran adquirido; que en lo sucesivo se observarían en Santo Tomás todas las
disposiciones legales que regían para todo el país. 131
No obstante, el gobierno del general Rafael Carrera, en un intento por darle
una oportunidad a la colonia, especialmente a la Compañía, y al gobierno belga,
de salvar el proyecto de colonización, decidió dar un compás de espera de seis
meses antes de sancionar el decreto legislativo. Después de varios intentos de
negociación entre Guatemala y la Compañía belga, el gobierno de Bélgica decidió
130 Ibíd.131 Ibíd.
46
negociar de gobierno a gobierno y envió como delegado plenipotenciario al barón
de Behr, quien tomó las riendas de la negociación por el lado belga.132
El Barón se presentó a Guatemala en enero de 1854 con una escueta
propuesta de cuatro puntos, que eran los siguientes: a) La Compañía renunciaba
a los terrenos situados al sur de una línea oeste-este tirada desde la embocadura
del río San Marcos, en el lago de Izabal, hasta la ribera del Motagua; b)
Guatemala renunciaba a todas sus pretensiones pecuniarias hacia la Compañía a
los trabajos que se debiesen ejecutar; d) Que el puerto y la bahía de Santo
Tomás, erigidos en puerto libre, tuviesen un radio de franquicia de una legua a lo
largo de la costa, desde el cabo Palma hasta el cabo Pichilingo.
El gobierno guatemalteco no aceptó dicha propuesta por considerar que
Guatemala cedía terrenos, mientras que la Compañía no ofrecía nada a cambio.
El Barón de Behr se retiró de Guatemala sin que hubiera algún resultado en la
negociación.133 Por lo tanto, el presidente Carrera emitió el decreto Nº 5 por medio
del cual se sanciona el decreto de fecha 19 de enero de 1853.
Fue el final del proyecto belga de colonización de la costa atlántica
guatemalteca y con ello se selló el destino de Santo Tomás por lo menos un siglo
más, durante el cual estaría prácticamente en el olvido.
Epílogo
Desde el punto de vista de un proyecto de colonización de la costa atlántica de
Guatemala, de la construcción de un moderno puerto en Santo Tomás y de una
ciudad que brindara a sus habitantes la comodidad y el bienestar esperados, el
proyecto de la colonización belga terminó indudablemente en un rotundo fracaso.
Sin embargo, las colonizaciones y migraciones a lo largo de la historia y en todos
los continentes han tomado múltiples formas y caminos para conseguir su
propósito.
La colonia belga intentó una forma de organización, como era la Comunidad
de la Unión, que en realidad no era más que un experimento de algo que no se
había llevado a la práctica ni en Bélgica ni en ningún otro país europeo o Estados
132 En todo este proceso se ha estado utilizando la obra de Pedro Pérez Valenzuela. En ella está tratada en detalle la historia de estas últimas negociaciones del gobierno belga con el de Guatemala sobre la colonización. Aquí se presenta únicamente un brevísimo resumen.133 Ibíd.
47
Unidos, más que por comunidades religiosas fuertemente cerradas y de relativa
larga tradición. Quizá allí radica una de las causas de su fracaso como proyecto,
pero la migración de ciudadanos belgas y su inserción en la sociedad
guatemalteca de todas maneras fue un hecho. De alguna manera fue una forma
de colonización que se llevó a cabo en Guatemala, a la que seguirían otras
colonias como la alemana, la española (de los tiempos modernos), italiana, árabe,
china, etcétera.
Como sucede en todas las comunidades humanas, los distintos grupos
sociales o culturales siempre contribuyen a la modelación de una sociedad
determinada con sus esfuerzos, sus éxitos, sus bondades, pero también con sus
miserias. En tal sentido, la colonia belga aportó a la construcción de la sociedad
guatemalteca moderna y a varias de sus familias y sus descendientes les tocó
desempeñar papeles importantes y diversos en el desarrollo social, económico,
cultural y político. Muchos de sus miembros han ocupado puestos importantes en
el gobierno de Guatemala y han destacado en el mundo de los negocios, de la
academia, de la diplomacia o de la política. De los cientos de casos que se
pueden citar solamente se presenta tres ejemplos:
Guillermo Putzeys Álvarez, descendiente del ingeniero Federico Guillermo
Putzeys, que llegó a Guatemala con la colonia belga, fue militante activo del
Movimiento de Liberación Nacional que luchó por derrocar al presidente Arbenz y
fue decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de
Guatemala y posteriormente ministro de Educación bajo el gobierno del general
Eugenio Laugerud García.
Otro, el arquitecto Bendfeldt Zachrisson, descendiente de Herman Nicholas
Benfeldt, que llegó a Guatemala a bordo de “La Dyle”,134 militó en las filas de la
izquierda durante el conflicto armado y fue detenido y desaparecido por las
fuerzas de seguridad el 1º de septiembre de 1981.135
Leopold Joseph Berger y su esposa Ferdinande, que se establecieron en
Santo Tomás en los años de la colonización belga, son los antepasados directos
de quien fue presidente de Guatemala, Oscar Berger Perdomo.
134 Nicholas Benfeldt en realidad era ciudadano alemán, pero se embarcó en la expedición belga. Cuando arribó a Santo Tomás se decepcionó de lo que vio y rápidamente se trasladó a la ciudad de Guatemala en donde recibió el apoyo de algunos amigos alemanes. Vid 135 Amnistía Internacional, Guatemala, Crónica de las violaciones de derechos humanos, Ediciones Latorre, España, 1987.
48
***
Con respecto al puerto Santo Tomás de Castilla, éste fue mencionado en
los últimos años del régimen conservador a propósito de una iniciativa que parecía
intentar el gobierno de Estados Unidos, en el sentido de enviar grupos de esclavos
libertos a colonizar algunas regiones de Centroamérica. En efecto, en agosto de
1862 la guerra civil en Estados Unidos entraba en sus etapas decisivas de
desarrollo y aunque no se había declarado todavía la emancipación de los
esclavos por parte de la Unión, es evidente que el gobierno de Estados Unidos
discutía lo que sería el destino de los cientos de miles de hombres combatientes al
finalizar la guerra y en especial de los hombres de color.
En semejante contexto, en el suplemento del periódico El Continental, de
Nueva York, correspondiente al 23 en agosto de 1862, fue publicada la noticia de
que el presidente Abraham Lincoln había ofrecido a una comisión de hombres de
color que ayudaría a los esclavos liberados a establecerse como colonizadores en
territorio centroamericano. Frente esa noticia, el entonces representante
diplomático de Guatemala y El Salvador, ante el gobierno de Washington, Antonio
José de Irisarri, presentó formal protesta ante el gobierno de Estados Unidos por
dichas declaraciones.136
El secretario de Estado de aquel país, Seward, respondió que le sorprendía
que Irisarri hiciera caso de informaciones periodísticas, pues no había nada oficial
y que en todo caso no se haría nada sin la autorización de los respectivos países
de Centroamérica. El embajador guatemalteco respondió que se trataba de la
transcripción de una entrevista al presidente Lincoln en la que dio seguridades
oficiales.
Además, Irisarri citó un documento de fecha 16 de mayo de aquel año por
medio del cual el representante de Estados Unidos en Guatemala, Mr. Crosby se
dirigió al gobierno guatemalteco en los términos siguientes: “Con todo respeto le
pido ponga atención al proyecto de colonización de los negros libres de Estados
Unidos en las tierras de América Central. Me parece factible por la influencia que
tiene nuestro gobierno en este país...Al mismo tiempo puede registrar la
intromisión de Inglaterra u otras naciones europeas. Le pido lo tenga en
consideración para que el gobierno de Estados Unidos llegue a un acuerdo con
Guatemala para la colonización de los negros en el territorio de Guatemala, por
136 José Rodríguez Cerna, Pág. 518-519, Op. Cit.
49
toda la costa atlántica y rodeando el puerto y el país alrededor de Santo Tomás y
el puerto de Livingston, en la desembocadura del Río Dulce y después
extendiendo los asentamientos arriba del Dulce en los límites y alrededor del lago
Izabal.”137
Con la protesta de Guatemala, a la que se sumaron Costa Rica, Honduras y
Nicaragua, el tema de la colonización norteamericana no fue más allá, pero es otro
caso que ilustra cómo el área atlántica guatemalteca siempre era vista como una
tierra posible de colonizar.
Como una simple curiosidad, vale la pena anotar que todavía en 1872 el
ingeniero Félix Belly tuvo la intención de resucitar la compañía belga con un
proyecto fantasioso, que consistía en obtener del gobierno de Guatemala una
concesión de 400 mil hectáreas en Santo Tomás y a lo largo del Motagua. Para
ello, elaboró en Bruselas y en Lieja los estatutos provisionales de una Sociedad
Popular de Emigración a Centroamérica. Sin embargo, el gobierno belga, esta vez
encabezado por el rey Leopoldo II, negó la autorización.
Probablemente, la mirada de Bélgica se dirigía África continente al que en
pocos años llegaría con otra colonización, la cual duraría más de un siglo y que le
reportaría grandes riquezas, como fue la colonización del gran territorio de la
cuenca de río Congo en el África Central. Lamentablemente, los pueblos
originarios de esa región africana no pueden decir lo mismo de la suerte que
corrieron bajo esos cien años de la dominación belga.
III. DURANTE EL RÉGIMEN LIBERAL DE 1871
Después de un largo período de maduración de la crisis en que se
encontraba el régimen conservador, el 30 de junio de 1871 los liberales,
encabezados por Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios, finalmente
pudieron derrocarlo por medio de una corta guerra civil e instaurar su propio
proyecto de desarrollo. Este movimiento se gestó y realizó contra la hegemonía y
política de la clase criolla latifundista tradicional y contra ciertas fracciones de los
comerciantes, así como contra la Iglesia Católica, a la sazón el principal
terrateniente y cuya ideología dominada en el terreno político.138 En este aspecto,
137 Ibíd138 Julio Castellanos Cambranes, Desarrollo económico y social de Guatemala 1868-85 IIES-USAC, Guatemala, 1975
50
la revolución de 1871 guarda un lazo de continuidad con las luchas de los
liberales de la época de la independencia y con las reformas de 1829 y 1838
encabezadas por Mariano Gálvez.
Por su composición social, los liberales de 71 estaban constituidos por
nuevos grandes y pequeños terratenientes, que pugnaban por modernizar la
agricultura, a través del cultivo del café, especialmente una importante fracción de
éstos que se ubicaba en los departamentos occidentales del país de
Quetzaltenango y San Marcos. Se encontraba en el movimiento también una
fracción de los comerciantes y parte de la intelectualidad y pequeña burguesía
urbana139
Entre las instituciones que dio vida el nuevo régimen liberal se cuenta la
propiedad privada como forma exclusiva de propiedad en la tierra y la
concentración de la misma en una elite terrateniente; la legislación sobre el trabajo
forzado; la modelación del régimen de agroexportación; la creación de una
república liberal, que combinó formas representativas del poder político con
formas autoritarias.
En el terreno económico, durante el régimen liberal surgió el llamado
régimen de agroexportación, que consiste en el conjunto de formas e instituciones
creadas para lograr que la economía guatemalteca fuera convertida en productora
de bienes agrícolas de exportación al mercado mundial. La característica principal
de semejante régimen económico ha sido la de cultivar algunos pocos productos
agrícolas, cuya demanda en el mercado mundial sea suficiente como para que el
país viva de su venta, en desmedro de otros procesos productivos, tales como el
desarrollo del sector industrial.140
El período del régimen liberal abarcó poco más de setenta años, entre 1871
y 1944, cuando entró en una crisis de profundidad, sin que por ello pueda
afirmarse que sus rasgos y características han desaparecido del todo.
Con respecto a la cuestión de las exportaciones, para el régimen liberal era
de vital importancia una salida hacia los mares con el fin de sacar el café con
prontitud y menor costo. Por ese entonces, no había una línea de vapores que
139 Ibíd.140 En tal sentido el desarrollo económico del país siguió la ruta de crecimiento de su economía, según el modelo formulado por Sunkel y Paz (1985:310) de desarrollo o crecimiento hacia fuera.
51
hicieran el tráfico regular entre la costa norte de Guatemala y los puertos
extranjeros en Estados Unidos o Europa.141 De modo que, seguía siendo de vital
importancia la cuestión de los puertos.
Algunas de las medidas que se tomaron fueron: en junio de 1871 se habilitó
para las exportaciones e importaciones el Puerto de Champerico, en la costa sur.
En marzo de 1873 se derogó el decreto N° 16, de fecha 16 de enero de 1850 y el
acuerdo del 29 de marzo de 1852. 142 que declaraban al puerto de Santo Tomás
como único puerto mayor y que además exoneraba de todas las contribuciones y
derechos a las personas que se establecieran por un plazo de diez años. Según
reza la derogatoria de 1873, a esas alturas las franquicias que se concedieron en
1850 no fueron suficientes para promover la colonización del Distrito de Santo
Tomás y peor aún, en vez de aumentar la población, ésta va desapareciendo,
“hallándose reducida a una cifra insignificante.”143
Además, añadía, con los abusos a estas franquicias se ha estimulado el
contrabando por ese puerto y por el río Motagua, por lo que en Santo Tomás
regirían las leyes comunes a toda la República y por el río Motagua solamente se
autorizarían exportaciones. Luego, durante el gobierno de Barrios, en 1878, se
habilitó el puerto de Livingston para el comercio de importación y exportación.
Cuatro años más tarde, este último puerto se declaró libre para la importación y
más tarde se fijó una zona libre para el efecto, que comprendió el territorio situado
entre el río Sarstoon y el pueblo de Santo Tomás, en el golfo de su nombre y la
aldea de San Felipe, situada en Izabal en la estrechura del golfete, quedando
beneficiadas las aldeas y caseríos Cocolí, Sarstoon, Livingston y Santo Tomás.144
Por tales razones, la introducción del ferrocarril y la creación de una red
ferroviaria hacia los océanos se convirtió en uno de los proyectos más acariciados
por el régimen de Justo Rufino Barrios y sus sucesores inmediatos. La cercanía de
la costa sur con la ciudad de Guatemala y particularmente con las plantaciones de
café hizo que la primera línea del ferrocarril se proyectara precisamente al
141 Valentín Solórzano Fernández, Op. Cit.142 Miguel A. Urrutia, Índice de las leyes Emitidas por el gobierno democrático de la República de Guatemala, desde el 3 de junio de 1871, hasta el 30 de junio de 1881, Tipografía El Progreso, Guatemala, 1882.143 Decreto Nº 94, de 15 de marzo de 1873, Recopilación de las leyes Emitidas por el gobierno democrático de la República de Guatemala, desde el 3 de junio de 1871, hasta el 30 de junio de 1881, Tomo I, Tipografía de El Progreso, Guatemala, 1881. 144 Mateo Morales Urrutia, La división política y administrativa de la República de Guatemala, Editorial Iberia-Gutemberg, Guatemala, S/f.
52
Pacífico. De esa cuenta, los primeros tramos ferrocarrileros que se construyeron
fueron los del Pacífico entre abril de 1877 y marzo de 1901, bajo los gobiernos de
Barrios y sus sucesores, Manuel Lisandro Barillas, José María Reina Barrios y
Manuel Estrada Cabrera.145
Luego, vino la cuestión del ferrocarril del norte. Después de muchos
intentos traducidos en diversos contratos frustrados con compañías y empresarios
nacionales y extranjeros, por fin el presidente de Guatemala a la altura de 1892,
general José María Reina Barrios, impulsó con mayor determinación el tema del
tramo Guatemala-Puerto Barrios. En efecto, el nueve de mayo de 1892, la
Asamblea Nacional Legislativa emitió el decreto 179, en el que se declaraba que
la construcción del Ferrocarril del Norte se haría por cuenta de la Nación.
El costo de la obra se estimó en diez millones de pesos. Tras sucesivos
contratos con el ingeniero Silvanus Miller bajo el gobierno del general José María
Reina Barrios, entre julio de 1892 y noviembre de 1896, se construyeron varios
tramos hasta llegar de Puerto Barrios a El Rancho. Esta línea fue financiada con
capital nacional, especialmente del Estado.
El último tramo, de El Rancho a Guatemala se contrató en 1904 bajo el
gobierno de Manuel Estrada Cabrera, dando lugar a uno de los contratos más
onerosos para el Estado de Guatemala que se haya convenido con una empresa
extranjera. Por ejemplo, se concedió a los contratistas “el derecho de construir,
mantener y explotar un ferrocarril entre El Rancho y la ciudad de Guatemala;
obligándose una vez construida y puesta al servicio público la mencionada línea
férrea a entregar a los referidos contratistas una escritura de traspaso sin
gravamen ni reclamo de ningún género, de la parte del ferrocarril construida hasta
esa fecha o sea desde Puerto Barrios hasta El Rancho.” 146
“Se estipula además que en dicha transferencia se comprende: el muelle de
Puerto Barrios, las propiedades, material rodante, edificios, líneas telegráficas,
terrenos, estaciones, tanques, etcétera y además la línea que partiendo de la
aduana de Guatemala le conecta con el ferrocarril central, lo mismo que los
durmientes, rieles, material rodante y demás materiales que comprados por el
ferrocarril del norte existan en la capital.” 147
145 Oscar de León Aragón, Los contratos de la United Fruit Company y las Compañías Muelleras en Guatemala, Editorial del Ministerio de Educación Pública, Guatemala, 1950146 Ibíd.147.Ibíd
53
El primer tren que llegó a la ciudad e Guatemala proveniente de la costa
norte lo hizo el 19 de enero de 1908; se detuvo en El Fiscal en donde se hizo la
ceremonia oficial para luego seguir su marcha a la ciudad de Guatemala.148
Anteriormente, en 1895, el gobierno de Reina Barrios había decretado el 19
de julio de 1895 la fundación de la ciudad de Puerto Barrios, punto de donde
partiría el ferrocarril y se contrató también la construcción de un muelle. Al año
siguiente, con motivo de la inauguración del tramo de Puerto Barrios-Zacapa, el
gobierno declaró a Puerto Barrios Puerto Mayor de la República, pues “Reúne
todos los medios de seguridad y cuantas condiciones puedan exigirse para el
anclaje y abrigo de buques de todos los calados.” 149
Con la fundación de Puerto Barrios y su elevación a la categoría de
cabecera departamental en abril de 1920, quedó definitivamente consolidada la
categoría de Izabal y su nomenclatura, pues de las entidades departamentales,
Izabal es el que más cambios ha tenido. Por ejemplo, en 1839 había siete
departamentos y dos distritos, uno de los cuales era Izabal con el nombre de
Comandancia de Izabal y con Izabal como pueblo principal. Luego, la cabecera
fue Livingston y vuelta a ser Izabal en 1844. En 1882 volvió a pasar a Livingston y
al año siguiente la trasladó nuevamente a Izabal. En 1883 se creó el departamento
de Livingston y la cabecera regresó a ese puerto, pero en mayo de 1920 la
cabecera fue traslada a Puerto Barrios.150
Al año siguiente, en mayo de 1921, fue suprimido el municipio de Santo
Tomás y anexado al municipio de Puerto Barrios como aldea, pues según decía el
acuerdo respectivo el número de habitantes de ese lugar ha disminuido y ya no
contiene el número que la ley requiere.151 En el censo de población de 1921,
realizado en agosto de ese año, Santo Tomás arrojó la exigua cifra de 148
habitantes.152
148 Diccionario geográfico de Guatemala149 Decreto 524, de fecha 24 de noviembre de 1896.150 Mateo Morales Urrutia, Op. Cit.151 Este acuerdo no fue recopilado y el Diccionario Geográfico de Guatemala dice haberlo tomado del legajo de documentos de la Secretaría de Gobernación y Justicia. (Citado también por Ramiro Herrera Paiz, Bodas de oro Empresa Nacional Portuaria Santo Tomás de Castilla, Guatemala, 2005)152 Censo de la República de Guatemala 1921, Talleres Gutemberg, Guatemala, septiembre de 1924.
54
Herrera Paiz cita una crónica periodística publicada en 1916, bajo la firma
de Joaquín Sáenz, en la que se describía el pueblo de Santo Tomás; se decía que
había un barrio llamado “De los Españoles”, compuesto de mulatos y negros (unos
sesenta), que hablaban español. Añadía que los descendientes de la colonia belga
vivían en una miseria lastimosa y que había unos quince empleados de la
dirección colonial.153
Durante el resto de los gobiernos liberales, con el auge de Puerto Barrios,
como resultado de la actividad bananera, desde Manuel Estrada Cabrera hasta el
general Jorge Ubico, no hubo nada significativo para el puerto de Santo Tomás de
Castilla, salvo el hecho de que por medio de decreto 787 de la Asamblea
Legislativa del 30 de abril de 1909, el puerto de Santo Tomás pasó a denominarse
Puerto Estrada Cabrera. Este decreto fue derogado el 3 de mayo de 1920, a
pocos días de haber sido derrocado el dictador Estrada Cabrera.154
IV. EL RENACIMIENTO DE SANTO TOMÁS
1. Bajo el gobierno de Arbenz
El fin de la era de los gobiernos liberales se dio como resultado de la insurrección
popular del 20 de octubre de 1944, fecha en la que también se inició el proceso
conocido en Guatemala como la Revolución de Octubre, que duró de 1944 a 1954.
Durante ese decenio se sucedieron tres gobiernos, a saber: la Junta
Revolucionaria de Gobierno, integrada por Jacobo Arbenz, Jorge Toriello y
Francisco Javier Arana, que tomó el poder el 20 de octubre de 1944 y lo entregó el
15 de marzo de 1945; el gobierno del doctor Juan José Arévalo, que tomó
posesión el 15 de marzo de 1945 y entregó la presidencia el 15 de marzo de 1951;
y el gobierno del coronel Jacobo Arbenz Guzmán, que duró en el cargo hasta el 27
de junio de 1954.
La Junta Revolucionaria de Gobierno fue un gobierno de transición de la
dictadura al nuevo régimen político que se estaba abriendo paso, mientras que el
gobierno del doctor Juan José Arévalo llevó a cabo un programa reformista en as-
pectos tales como la legislación laboral y la seguridad social, las cuales se esta-
blecieron por primera vez en la historia del país. Se llevó a cabo una reforma ban-
caria y se inició el sistema crediticio con destino a la agricultura y a la industria. En
153 Ramiro Herrera Paiz, Op. Cit.154 Ramiro Herrera Paiz, Op. Cit.
55
la educación se efectuó una reforma educativa, que fue la más profunda desde la
reforma educativa liberal del siglo XIX. En el ámbito político, pese a las constantes
amenazas de rompimiento del orden constitucional, el gobierno de Arévalo se ca-
racterizó por la consolidación y funcionamiento de un régimen democrático de par-
tidos.155
El sucesor de Arévalo, el coronel Jacobo Arbenz Guzmán, continuó con la
ruta de las reformas, pero en una perspectiva más profunda, es decir, destinada a
introducir cambios radicales en el ámbito económico. Así, al lado de numerosas
obras de importancia económica, la piedra angular de la política económica del go-
bierno de Arbenz fue la promulgación de la ley de reforma agraria y la posterior
ejecución del proceso de reparto agrario que implicaba dicha ley.
Pero, a la altura de 1944, varios de los sectores clave de la economía na-
cional eran propiedad de empresas estadounidenses, tales como la red de ferroca-
rriles, del sur al norte, bajo la International Railroad of Central America (IRCA), la
producción, exportación y transporte del banano por medio de la United Fruit Com-
pany (UFCO), la generación y comercialización de la energía a través de la Elec-
tric Bond and Share Company. La red ferroviaria de la IRCA era el único medio de
transporte hacia la costa norte y los precios de los fletes, por lo tanto, eran de mo-
nopolio.
El gobierno de Arbenz decidió, entonces, en su amplio programa de refor-
mas económicas, liberarse de los monopolios en el transporte ferroviario y la
energía eléctrica por medio de proyectos alternativos, tales como la construcción
de la carretera al Atlántico y la construcción de la hidroeléctrica Jurún Marinalá,
que daría lugar a una empresa eléctrica nacional. En materia de puertos para la
exportación e importación, de hecho también había un monopolio estadounidense,
pues el principal puerto era Puerto Barrios, cuyo muelle ya era propiedad de la
UFCO y la IRCA, que en realidad eran una sola empresa. Por esa razón, el go-
bierno de Arbenz decidió reactivar el antiguo proyecto de Santo Tomás de Castilla,
como una alternativa a los puertos controlados por las empresas estadounidenses.
155 Una breve, pero certera caracterización del gobierno de Juan José Arévalo, tomando como criterio la obra emprendida por éste, puede leerse en el opúsculo de Mario Monteforte Toledo denominado Guatemala, Isla de Esperanza. En Cuadernos Americanos, año X, Vol. LV, Nº 1, Enero-febrero 1951, México.
56
Ya antes, en 1946, el presidente Arévalo había visitado Puerto Barrios y al
parecer allí tomó la decisión de reactivar el Puerto de Santo Tomás.156 Según He-
rrera Paiz, el ingeniero Enrique Prera había expresado que “Sanearlo y reurbani-
zarlo (a Puerto Barrios) o trasladarlo a Santo Tomás. Las ventajas son muchas y
entre ellas las que Santo Tomás es un lugar sano, seco, relativamente alto, con
pendiente uniforme hacia el mar, amplio y pintoresco, donde puede construirse un
puerto moderno y una bella ciudad.”157 Parecía que resonaban las palabras de
Alonso Criado de Castilla y tantos otros personajes a lo largo de la historia del
puerto.
El gobierno de Arbenz ordenó un estudio y un proyecto para la construcción
de un puerto nacional y de un muelle en la bahía de Santo Tomás. Por ello, el 15
de marzo de 1953, en su informe al Congreso, el presidente Arbenz anunció que
dicho estudio ya estaba terminado y que durante el mes siguiente se iniciarían los
trabajos, previa aprobación del Congreso de la propuesta respectiva del Ejecutivo,
pues el puerto se construiría con recursos nacionales.158 Dicha propuesta fue en-
viada por el Ejecutivo al seno del Congreso en junio de 1953 bajo la forma de un
proyecto de ley que declaraba de utilidad y necesidad públicas la construcción del
puerto, servicios y ciudad portuaria en la bahía de Santo Tomás.159
El Congreso de la República aprobó el decreto 995 con fecha del 7 de julo
de 1953 y en efecto declaró de utilidad y necesidad públicas la construcción del
puerto, servicios y ciudad portuaria en la bahía de Santo Tomás, sobre el litoral del
Océano Atlántico. Además, el decreto facultaba al Ejecutivo para utilizar los terre-
nos comprendidos dentro e los límites y dimensiones, que siguen: “al norte, la
bahía de Santo Tomás; al oriente, una línea con dirección sur franco, con origen
en la desembocadura de río Cacao, con una longitud de cinco kilómetros tierra
adentro; al sur una recta perpendicular a la primera con dirección al poniente; el
lado poniente, será otra línea recta con dirección norte-franco hasta la costa y a un
kilómetro de distancia al poniente de la actual desembocadura del río Las Esco-
bas, medido por una normal a esta última línea”.160
156 Ramiro Herrera Paiz, Op. Cit.157 Ibíd.158 Jacobo Arbenz Guzmán, Informe del Presidente de la República al Congreso Nacional correspondiente a la gestión administrativa del año 1952 y al estado de la situación política al 1º de marzo de 1953. Tipografía Nacional, Guatemala, 1953.159 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...160 Recopilación de Leyes, Decreto Legislativo Nº 995 del 7 de julio de 1953.
57
Asimismo, “El gobierno de la República, por medio del Ministerio de Comu-
nicaciones y Obras Públicas, procederá a la inmediata ocupación de los terrenos
que, constituyendo reservas de la nación, estuviesen comprendidos dentro del
área determinada por el artículo 37 del decreto legislativo número 2159; y de
acuerdo con el decreto 529 del Congreso de la República procederá a la inmediata
expropiación de aquellos terrenos que siendo adyacentes a la zona marítimo-te-
rrestre propiedad de la Nación, estén enmarcados dentro de los límites y dimen-
siones estipulados en el artículo anterior de este decreto...” Más adelante se decía
que los pagos de indemnizaciones que se fijen los hará el gobierno de conformi-
dad con el artículo 11 de Decreto del Congreso número 529, a quienes legalmente
prueben su calidad de propietarios de los terrenos expropiados.”161
El decreto legislativo número 2159 se refería a la Ley Agraria decretada el
27 de abril de 1936, en cuyo artículo número 37 se estipulaba que la Nación se re-
servaba para usos públicos mil quinientos metros de ancho contados desde las
orillas superiores de los océanos, sin que ningún particular, corporación o persona
jurídica podría adquirir propiedades en la extensión referida.162
En junio de 1953, el gobierno de Arbenz celebró un contrato con la empresa
estadounidense Morrison-Knudson Company de Centroamérica para llevar a cabo
la construcción del puerto de Santo Tomás, mediante una negociación en la que
por parte de la Compañía estuvieron Paul Manning Enright y Minor René
Keilhauer, mientras que por el gobierno de Guatemala participó Guillermo Mel-
bourne Sierra.163 La compañía debería de construir un canal, dársenas o embarca-
deros para el muelle principal; un canal de trescientos pies de ancho en su base
inferior y con una profundidad de treinta pies contados desde el promedio de las
mareas mínimas y con una longitud mínima de ocho mil pies, a partir de la dár-
sena principal.164
Asimismo, la Compañía debía construir un muelle principal de cuatrocientos
cincuenta y siete metros y uno secundario de noventa metros; un almacén de trán-
sito, dos edificios para oficinas; suministro e instalación de energía eléctrica, telé-
fonos, saneamiento, etcétera. Se obligaba, además, a presentar planos para el
desarrollo de la primera etapa de la ciudad en un área aproximada de catorce hec-
161 Ibíd.162 Rosendo P. Méndez, Leyes Vigentes de Gobernación y Justicia, Tipografía Nacional, Guatemala, 1937.163 Pedro Pérez Valenzuela, Santo Tomás de Castilla...164 Ibíd.
58
táreas y treinta y cinco acres, así como construir la urbanización necesaria. El pla-
zo para la ejecución de los trabajos era de veinticuatro meses. El precio total de la
obra sería de 4 millones 800 mil quetzales.165 El 2 de julio firmaron el contrato los
personeros de la Compañía y el presidente Jacobo Arbenz y los ministros de Co-
municaciones, Carlos Aldana Sandoval, y de Hacienda, Raúl Sierra Franco. La
construcción comenzó el uno de diciembre de 1953 con los trabajos de desagüe y
drenaje. 166
El ministro de Comunicaciones y Obras Públicas, coronel Carlos Aldana
Sandoval, declaró a los periodistas que “Guatemala contará con un puerto emi-
nentemente nacional en Santo Tomás, con moderno muelle y demás instalacio-
nes, una ciudad perfectamente trazada, en un plazo no mayor de dos años y con
un costo de cuatro millones de quetzales.” El consejo técnico que asesoró al mi-
nistro Aldana estuvo integrado por los ingenieros Oscar Castañeda, Jorge Bendix,
Enrique Castañeda y Carlos Von Ahn.167
Casi como era de esperarse, al poco tiempo surgieron dificultades con los
vecinos y propietarios, reales o supuestos, de los terrenos que era necesario
expropiar, puesto que las expropiaciones siempre son un tema sensible
socialmente hablando. El historiador Pérez Valenzuela, basado en fuentes
hemerográficas de la época,168 señala que cuarenta y dos familias de Santo
Tomás, más ganaderos y finqueros de la zona, protestaron por las expropiaciones,
ya que según decían, el monto que quería pagar el gobierno por las tierras era el
del valor simple de la tierra, sin tomar en cuenta las siembras y los trabajos que
tenían incorporadas.169
Una comisión integrada por vecinos de Santo Tomás, dirigida por Andrés
Hora y José Smith Ramos, hicieron un petitorio al gobierno de la República en el
sentido que se les indemnizara con igual cantidad de tierra, de la misma condición
y que se les auxiliara en su reinstalación; que el Estado les construyera sus casas
de habitación; que se les facilitaran créditos; que no se les pagara con bonos; que
se tomaran las medidas pertinentes a efecto de que no se afectara la industria
pecuaria, ya que era la principal actividad económica de la región, etcétera. 170
165 Ibíd.166 Ibíd.167 Ibíd.168 Particularmente del diario El Imparcial correspondiente a los meses de agosto y septiembre de 1953.169 Ibíd.170 Ibíd.
59
Los problemas continuaron en los días siguientes y los vecinos desalojados
de sus viviendas ocuparon varios edificios escolares, hasta que el gobierno
respondió con la construcción de un nuevo parcelamiento para trasladar a las
familias afectadas en las inmediaciones del puerto a menos de un kilómetro en el
interior. Los lotes distribuidos fueron treinta y nueve, con una extensión de 20 por
35 metros cada uno. Además, se hicieron obras de drenaje y se utilizaba aguas
del río Las Escobas.171
2. De Castillo Armas e Ydígoras Fuentes en adelante
El presidente Jacobo Arbenz fue obligado a renunciar el 27 de junio de 1954, por
efecto de una conspiración en la estuvieron comprometidos básicamente cuatro
sectores: un grupo rebelde denominado Ejército de Liberación Nacional, que era la
expresión política de los sectores sociales, que desde los años del gobierno de
Arévalo se resistían denodadamente a las reformas socioeconómicas, que inició
acciones armadas en junio de ese año; la inclinación del alto mando del Ejército
hacia los sectores antigobiernistas y su acción en forma de golpe palaciego; la
intervención abierta de alta jerarquía de la Iglesia Católica, que adversó las
reformas socioeconómicas y las calificó de comunistas; la intervención del
gobierno de Estados Unidos, que a la postre se convirtió en el factor decisivo para
el derrocamiento de Arbenz.
La crisis política estalló en junio con el avance desde la frontera de
Honduras de un grupo armado denominado Ejército de Liberación Nacional y los
bombardeos sobre la ciudad de Guatemala de una pequeña escuadrilla de
aviones rentados por el gobierno de Estados Unidos. Por esa razón, los trabajos
de la compañía constructora del puerto se detuvieron cerca de un mes, pero ello
no afectó gran cosa los trabajos, pues la compañía llevaba cerca de dos meses de
adelanto en la construcción del puerto. Después de la dimisión de Arbenz, el
nuevo gobierno, encabezado por el coronel Carlos Castillo Armas, envió una
comisión dirigida por el ingeniero Raúl Aguilar Batres, para verificar en el terreno si
la compañía había cumplido con el contrato, lo cual fue verificado
satisfactoriamente.172
171 Ibíd.172 Ibíd..
60
Los trabajos continuaron por año más hasta que al filo del mediodía del 13
de septiembre de 1955 fue inaugurado oficialmente por el presidente Carlos
Castillo Armas, como parte del programa de conmemoración del 134 aniversario
de la independencia de Guatemala. Asistieron el Presidente, el ministro de
Comunicaciones y Obras Públicas, el embajador de los Estados Unidos, Edward
Sparks, el Director para América Latina de la Institución de Cooperación
Administrativa, Rolling S. Atwood, y una gran cantidad de funcionarios
gubernamentales, de la empresa y periodistas. 173
Acto seguido, el gobierno emitió un acuerdo gubernativo en el cual se
declaró oficialmente inaugurado el Puerto de Santo Tomás y se encargaba a los
ministros de Estado que tuvieran atingencia con el puerto y sus actividades para
que tomaran las medidas necesarias para abrir de inmediato el tráfico.174
Tres años después, el general Miguel Ydígoras Fuentes tomó posesión de
la Presidencia de la República el 15 de marzo de 1958, luego de varios meses de
inestabilidad política a causa del asesinato en julio del año anterior del presidente
Carlos Castillo Armas. Hubo dos elecciones presidenciales, la primera el 20 de
octubre de 1957, pero fueron anuladas y luego en enero de 1958, en las cuales
fue declarado vencedor el general Ydígoras Fuentes. A lo largo de su gobierno
(1958-1963), el presidente Ydígoras experimentó una inestabilidad política muy
intensa, lo que le deparó varios intentos de golpe de Estado, hasta que finalmente
fue derrocado por uno de ellos el 31 de marzo de 1963.
Pero, entre las líneas de su gestión gubernamental se destacan por lo
menos cuatro políticas, que pueden resumirse así: a) Un anticomunismo muy
beligerante que llevó al plano internacional, particularmente en el caso de Cuba,
cuyo gobierno encabezado por Fidel Castro tenía pocos años de haber tomado el
poder en la isla. b) La cuestión de Belice, en la que su gobierno puso mucho
énfasis en declaraciones antibritánicas, en propaganda oficial reclamando los
derechos de Guatemala sobre Belice y la activación de las negociaciones con el
Reino Unido; c) Una política también muy ruidosa en torno a la unidad
centroamericana, que lo llevó a plantear y llevar a cabo una primera etapa de la
integración económica centroamericana; d) Un proyecto marítimo que denominó
“Carrera hacia el mar”, el cual tuvo cuatro vertientes, que fueron la creación de un
transporte por tierra de la capital a la costa atlántica, la creación de una flota
173 Prensa Libre, 13/9/55, Pág. 2174 Ibíd.
61
mercante guatemalteca, la creación de una zona libre en materia de comercio
exterior, para lo cual fue escogido el puerto Santo Tomás de Castilla y la
constitución de la Empresa Portuaria Nacional Matías de Gálvez, como denominó
oficialmente a Santo Tomás de Castilla.
Como primera providencia, el presidente Ydígoras cambió de nombre al
puerto de Santo Tomás por el de Matías de Gálvez175 en alusión al personaje que
fue Capitán General del Reino de Guatemala y Presidente de la Audiencia de
septiembre de 1781 a marzo de 1783. Matías de Gálvez era teniente general del
ejército español y durante su gestión al frente del Reino de Guatemala tuvo que
hacer frente a los ataques ingleses y recibió la misión de rescatar el Castillo de
San Fernando en Omoa y destruir varios establecimientos británicos en el golfo de
Honduras. Matías de Gálvez consiguió recuperar el Castillo de San Juan de
Nicaragua propinarle varias derrotas a los ingleses, lo que le valió el
nombramiento de Virrey de la Nueva España por parte del emperador Carlos III.
Quizá esa fue la razón por la que el general Ydígoras nombró como Matías de
Gálvez al puerto de Santo Tomás, pues en el presidente de Guatemala mantenía
una fuerte propaganda antibritánica a propósito del asunto de Belice.
Luego, en marzo de 1959 el presidente Ydígoras declaró al Puerto Matías
de Gálvez, con todas sus instalaciones, como perteneciente a los cinco países
centroamericanos y entregó simbólicamente el puerto a los ministros de Economía
de Honduras y de El Salvador, frente a unos doscientos hombres de negocios de
El Salvador y cien de Honduras, llevados a ese puerto por aviones de la Fuerza
Aérea de Guatemala. “Quiero subrayar, dijo el presidente Ydígoras, que desde
este momento el puerto Matías de Gálvez ha dejado de pertenecer a Guatemala
para quedar al servicio de todos y cada uno de los países centroamericanos.”176
Posteriormente, el gobierno de Ydígoras comenzó con una campaña
destinada a crear en esa zona portuaria una zona de libre comercio, pero mientras
tanto, como parte de la estrategia de desarrollar el área, se instaló una refinería
con un costo de cinco millones de dólares.
En agosto e 1959 se hizo el intento más serio de promover la
modernización del área portuaria, para lo cual se emitió el decreto Nº 1305, de
175 Acuerdo Gubernativo de fecha 30 de diciembre de 1958.176 Miguel Ángel Cospín, Ydígoras Fuentes ante la faz de sus contemporáneos, Talleres de B. Costa-Amica, México, 1970.
62
fecha 7 de agosto de ese año. En dicha disposición se dice que para el
planeamiento integral del Puerto Matías de Gálvez y de su ciudad portuaria, así
como de las de las instalaciones correspondientes, se decreta facultar al Ejecutivo
para utilizar los terrenos comprendidos entre los límites que dispone el decreto Nº
995, es decir los mismos límites que se fijaron bajo el gobierno Arbenz.
Luego, se ordena la expropiación de cincuenta y cinco terrenos ubicados
dentro de los límites señalados. Lo anterior supone que las expropiaciones, o bien
no fueron resueltas a cabalidad durante los gobiernos de Arbenz y Castillo Armas,
o los supuestos propietarios volvieron a ocupar los terrenos a la caída de Arbenz.
Cabe la posibilidad, también, de que el gobierno decretó la expropiación, colocó el
área a nombre de la Nación, pero de hecho no tomó posesión de las tierras.
Lo cierto es que el decreto 1305 dice que la documentación presentada por
los propietarios de los terrenos a expropiar revela que la mayor parte de los
poseedores de tales terrenos carecen de títulos de propiedad inscritos
debidamente en el Registro de la Propiedad Inmueble. Unos meses después, se
emitió el decreto 1359 de fecha 2 de octubre de 1959, en el que se insiste en la
expropiación de los terrenos situados en los límites que fijó el decreto 995 de
1953.
En su mensaje a la nación del 3 de marzo de 1960, el presidente Ydígoras
señaló que el puerto Matías de Gálvez se mantenía en expansión y que pronto
enviaría al Congreso Nacional un proyecto de ley para convertirlo en un puerto
centroamericano. También indicó que la flota Gran Centroamericana arrojaba un
saldo favorable en sus operaciones y lo mismo dijo sobre la Empresa de Acarreos
Atlántida, la cual, añadió, debido al crecimiento de sus operaciones necesitaba
que se le dotara de mayor número de camiones.177
Sin embargo, el presidente Ydígoras no logró convertir al puerto en una
zona de libre comercio, pues las vicisitudes políticas de su gobierno
probablemente distrajeron recursos y atención. En el 13 de noviembre de 1960
tuvo lugar un alzamiento militar de gran envergadura que llevó el teatro de
operaciones militares al departamento a Puerto Barrios y Zacapa, así como al
propio Matías de Gálvez, en cuya bahía se había fundado la sede de la Marina de
Guerra de Guatemala.
177 Ibíd.
63
Cuando los rebeldes tomaron Puerto Barrios, las unidades de la marina de
guerra se retiraron hacia el mar, aunque después se dijo que era para mantenerse
leales al gobierno. Luego aviones de bombardeos B-26, equipados con rockets y
bombas atacaron las instalaciones de la base militar de Puerto Barrios y en un
bombardeo sobre Matías de Gálvez destruyeron la radiodifusora de 10KWS de
ese puerto.178
Posteriormente, en marzo y abril de 1962 el gobierno de Ydígoras enfrentó
una rebelión popular encabezada por los estudiantes universitarios y de educación
media, la cual obligó al presidente a integrar un gabinete ministerial
exclusivamente militar. Luego, en noviembre del mismo año, varias naves de la
Fuerza Aérea de Guatemala se levantaron en armas contra el gobierno, pero éste
todavía tuvo la capacidad de controlar el movimiento rebelde. Sin embargo, en
marzo de 1963, un golpe de Estado del ministro de la Defensa Nacional, coronel
Enrique Peralta Azurdia derrocó finalmente al presidente Ydígoras.
El gobierno del coronel Enrique Peralta Azurdia emitió por Decreto Ley Nº
63, de fecha 8 de julio de 1963, Ley Orgánica de la Empresa Portuaria Nacional
Matías de Gálvez, que definió los fines de la empresa, su estructura organizativa,
los procedimientos de administración del puerto, su capital y aspectos contables.
Dos decretos más, el Decreto Ley 177 de fecha 18 de febrero de 1964 y el decreto
de Congreso de la República Nº 15-69, de fecha 8 de abril de 1969 (éste última ya
bajo el gobierno de Julio César Méndez Montenegro) introdujeron modificaciones
a la ley orgánica de la empresa portuaria. En el primer decreto se modificaron los
destinos de los porcentajes derivados de las utilidades, y en el segundo se cambió
el nombre de Matías de Gálvez para volver al original de Santo Tomás de
Castilla.179
Durante el gobierno de Julio César Méndez Montenegro se llevaron a cabo
los trabajos de la construcción de una segunda etapa de la infraestructura
portuaria, que consistió en la construcción de 11 mil metros cuadrados de concreto
reforzado sobre el muelle; 768 metros de vía férrea colocada sobre el muelle con
el fin de conectar con Puerto Barrios, etcétera. Las obras se inauguraron el 6 de
marzo de 1969. 180
178 Prensa Libre, 14/11/60, Pág. 8179 Ramiro Herrera Paiz, Op. Cit.180 Ibíd.
64
La zona de libre comercio finalmente se creó bajo el gobierno del general
Carlos Arana Osorio, quien había sucedido en la presidencia a Julio César
Méndez Montenegro. Mediante el decreto 22-73, de fecha 24 de abril de 1973, Ley
Orgánica de la Zona de Libre Industria y Comercio Santo Tomás de Castilla
(ZOLIC) Esta zona se creó con el fin expreso de impulsar el comercio y la industria
el área centroamericana en beneficio de los países que la integran.
Se definió como un área de comercio internacional libre, delimitada, ubicada
dentro del perímetro demarcado por el Plan Regulador del Puerto Santo Tomás de
Castilla, que no tiene población residente y con la característica de no permitir el
comercio al por menor.181
En esa zona pueden realizarse operaciones de negociación comercial,
introducir, extraer, almacenar, exhibir, empacar, manufacturar, envasar, montar,
ensamblar, refinar, purificar, mezclar, etcétera, toda clase de mercancías,
productos, materias primas, equipos, envases, etcétera con la única excepción de
los artículos que sea prohibida su importación de acuerdo con las leyes
nacionales.182
Las mercancías que ingresen a ZOLIC podrán salir de dicha área para lo
siguiente; a) Para la exportación; b) Para surtir a otras áreas de comercio libre en
el país; c) Para almacenes generales de depósito legalmente establecidos; d) Para
su importación. De acuerdo con lo que se dijo en aquellos años, Guatemala
aprovecharía las ventajas de la creación de empleos; la promoción del comercio al
exterior; atracción de turistas y visitantes etcétera. De las desventajas se dijo que
se correría el riesgo de que se aprovechara para el contrabando de mercancías.183
3. Una intervención
El 6 de octubre de 1996, el presidente Álvaro Arzú emitió el Acuerdo Gubernativo
429-96, por medio del cual se ordenó la intervención de los dos puertos más
importantes del país, Puerto Quetzal, en la costa del Pacífico, y Santo Tomás de
Castilla, así como todas las aduanas fronterizas y el Aeropuerto Internacional La
Aurora. Las intervenciones estuvieron acompañadas de movilizaciones policiales,
181 Rosa Sánchez, La nueva zona libre ¿A quién beneficia?, Inforpress Centroamericana, Nº 39, 3 de mayo de 1973, Guatemala.182 Ibíd.183 Ibíd.
65
que protegieron los actos de intervención y toma de posesión de los respectivos
interventores.184
Así, luego de que elementos de las Fuerzas de Reacción Rápida de la
Policía Nacional tomaran las instalaciones del Puerto Quetzal, el viceministro de
Comunicaciones y Obras Públicas, Conrado Deguer, dio posesión como
interventor de esa portuaria a Fernando Paiz Rodas. Posteriormente, contingentes
de la Policía Nacional y de la Guardia de Hacienda se colocaron en lugares
estratégicos del Puerto Santo Tomás de Castilla con el fin de dar protección al otro
viceministro de Comunicaciones, Jorge Franco, quien dio posesión del cargo de
interventor a Ángel González García. En el caso del Aeropuerto La Aurora, fue el
propio ministro de Comunicaciones, Fritz García-Gallont, quien dio posesión a
Peter Zimeri como interventor de Aeronáutica Civil.185 Acto semejante se repitió en
la Dirección General de Aduanas.
Según el gobierno, el objetivo de estas intervenciones fue lograr el control
de las mercancías que ingresan al país, para establecer que se cumplan los
requisitos de ley y, en general, fiscalizar y controlar las actividades comerciales
que se realizan por aire, tierra y mar. En otras palabras, estas medidas estaban
encaminadas a combatir el contrabando de mercancías que, según el gobierno
constituía un grave problema en el país. El presidente Arzú declaró a la prensa
nacional que “Vamos a tomar otras medidas. Inicialmente ya intervenimos todas
las adunas del país, ante la corrupción que imperaba. Estamos por implementar
otras medidas urgentes en torno a aduanas, para que exista un control en el flujo
de mercadería que ingresa al país.”186
Todos estos sucesos estaban relacionados con una red de contrabando
que fue desmantelada por el gobierno de Arzú en septiembre de 1996, acción en
la cual se detuvo a Alfredo Moreno, supuesto jefe de la banda y a dos
viceministros, uno de Gobernación y el otro de Defensa. Se vieron involucrados
diez oficiales del Ejército de Guatemala y veinte comisarios y jefes de la Policía
Nacional.
Después de ocho años de intervención, el presidente Oscar Berger emitió el
Acuerdo Gubernativo 57-2004, de fecha 6 de febrero de 2004, por medio del cual 184 Presidencia de la república, Unidad de la Crónica Presidencial, De las Palabras a las Obras, Crónica de Gobierno 1996-2000, Primer Año. Guatemala, 1996.185 Ibíd.186 Ibíd.
66
se derogó el Acuerdo de Intervención y se mandó a integrar una Junta Directiva de
la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla. No deja de ser
interesante que uno de los descendientes de aquellos contingentes de colonos
belgas que llegaron a Santo Tomás de Castilla unos ciento sesenta años atrás,
llegara a ser presidente de la República y le tocara promulgar el acuerdo de
desintervención de la empresa.
El puerto de Santo Tomás de Castilla, después de tantos siglos de
esfuerzos fallidos, por fin había llegado a ser una realidad y se había convertido
con el paso del tiempo en el principal puerto del país.
67
ANEXOS
68
PASAJEROS DEL “THEODORE”
1843 y 1845 (fechas exactas indeterminadas)
Henri Bousson, de Swevezeele, Flandes occidental, de 12 años
Guillaume Braun, de Clumen, carpintero, de 46 años
Hubert Braun, de 10
Joseph Braun, de 7 años
Leopold Dumondt, de Cologne, Prusia, de 29 años, arquitecto
Gerard Dickop, de Cologne, de 46 años
Marie Dickop, de 16
Pierre Dickop, de 11 años
Camile Guillaume Esmenjeaud, de Muno, Luxemburgo, supervisor de obras, su esposa
Delphine Dewatine, de Leuze, Flandes oriental
Hipholite Esmenjaud
Jean Bapthiste Fleussu, de Landen, Liegue, doctor en medicina, 42 años
Louis Jos Genonceaux, de Aut.-Faais, Luxemburgo, de 48 años
Debattie, también de Aut, de 49 años
Alexandre Genonceaux, de 22 años
Guillaume Hambitzer, de Bonn Alemania, de 40 años
Gertrude Hambitzer, de 37 años, también de Bonn
Anne Christine Hambitzer, de 13 años
Joseph Hambitzer, de 11 años
Jeann Hochscho´n, de Lindern, Prusia, labrador, de 36 años
Godefroyd Hochscho´n,, de 26 años
Francois Hochscho´n,, de 24 años
Gertrude, de 21 años, y su hija de un mes
Margherite, de 17 años
Hubert, de 18 años
Joseph, de 13 años
Joseph Hadoz, de Flavión, Namur, de 35 años, bracero
Marie Anne Hadoz, de 15 años
Victorino, de 11 años
Se supone que hijos de Joseph
Emedanze Kasteleyn, de Pierde-Sainte-Marie, Flandes oriental, huérfano, de 17 años
Basile Kasteleyn, de 15 años
Louis Kasteleyn, de 12 años
69
Se deduce que hermanos de Emedanze, por la edad
Elisa Koerner, de Weinheim, Prusia Renana
Elene, de 19 años
Anna Elizabeth, de 16 años
Suzanne I, de 18 años
Suzanne II, de 14 años
Todos del mismo apellido Koerner, y huérfanos
Louis Plaetincks, de Exaerde, Flandes, oriental, agricultor, de 36 años, y su esposa
Josephine Marie, de Pierde-Ste-Marie, Flandes oriental, de 24 años, hotelera
Henri Roth, de Bonn de 45 años.
Nota: Este desembarco no corresponde exactamente al primer arribo del “Theodore”, que fue el 20 de mayo de 1843. Al parecer, la fuente, Guinea, Op. Cit., no logró esclarecer este asunto. Por otra parte, se debe aclarar que este cuadro de pasajeros, como los que siguen páginas adelante, contienen los nombres de los pasajeros que Gerardo Guinea pudo recolectar en su investigación, pero se entiende que no están anotados todos los colonos que llegaron a Guatemala en el proyecto de colonización belga.
PASAJEROS DEL “LOUISE MARIE”
Arribo: 7 de junio de 1843
Comisión oficial enviada por el rey Leopoldo I de Bélgica, el 9 de noviembre de 1841, para
observar la situación del asentamiento a negociarse con los ingleses.
Godefroy Rohr, de Gladbach, Prusia Renana, de 35 años.
Nota: Obviamente, en estos dos arribos llegaron más personas de las que se anotan en ambos cuadros, pero la fuente, Guinea, Op. Cit. no anota más nombres, como en el caso de los desembarcos que siguieron después.
PASAJEROS DEL “JEAN VAN EYCKE”
Arribo: 5 de marzo de 1844
Anna Korzs
Petronella Korzs
Jean Korzs procedente de los países bajos
Jean Juilen, de 40 años, negociante
Marie Francois Pannecoek, originaria de Hosstade
Léopold Pannecoek, del mismo lugar
Francois Joseph Renoy de 35 años de edad
Bonthems Marie Renoy, de Ruette, Luxemburgo, de 36 años
70
Modeste Venderhaegen, de Audenhove, de 40 años, laborante
Hambramt Vrencap, originario de Etalle, Luxemburgo, de 43 años
Marie Vrencap originario de Tintigniet, Luxemburgo, de 17 años
Rudalphe Vrencap, de Gearuville, Luxemburgo, 16 años
Joseph Vrencap, de Etalle, Luxemburgo, de 14 años
Charles Vrencap, de Gerauville, Luxemburgo, de 9 años
Francois Vrencap, del mismo origen, de 9 años
Pierre Vangyneghem, de Hosstade, de 36 años, sirviente
Theordore Vandestadt, de Tholente, Zelandia, Países Bajos y su esposa Mauwen, originaria de
Roosendaal, países bajos de 55 años de edad
J. Vandestadt, de Steenbergen, de 17 años, Zelanda, países bajos.
Fuente: Guinea, Op. Cit.
PASAJEROS DEL “LA DYLE”
Arribo: 6 de marzo de 1844
Marie Catherine Callais, originaria de Luxemburgo, de 18 años (huérfana)
J. Joseph Callais de Luxemburgo, de 15 años (huérfano)
Mélanie Callais de Luxemburgo, de 10 años (huérfana)
Romaine De Wattyne, de Leuze, Hainaut, de 20 años
Francois De Wattyne, oriundo del mismo lugar, de 18 años
Delphine de Wattyne, de Leuze, de 15 años
Jean Baptiste de Wattyne, de 7 años
Adolphe Diverge, de Abdeville, Somme, Francia, de 37 años, enfermero
Marie Jeanne, de Uzel, Cóte du Nord, Francia, de 17 años (huérfana)
Marie Thérese, del mismo lugar de origen, de 16 años
Henri Joseph, de Uzel, de 12 años
Dean Bapt. Emile, de 7 años; toda esta familia de apellido Dupargne
Jean Dorn, de Riquewihr, de Alsacia, Francia, de 43 años, capitán de artillería al servicio de
Francia
Deroy Pauline, Bruselas, 19 años
De Mocker Charles, Erweteghem, 40 años
Phileppe Joseph Emonce, de la Haya, Holanda, de 59 años
Charles Alphonse Emonce, de 25 años
Jean Emonce de 22 años
71
Eleanore de Emonce, de 19 años
Pélagie Genonceaux, de 9 años, estos tres de Aut. Fays, Luxemburgo
Fréderic La Jehaniére, de Paris, Francia, de 20 años, comisionista
Joseph Albert Lebeau, de Mons, Hainaut, de 28 años, carpintero
Lamber Legeune, de Liége, de 27 años, escultor
Fuente: Guinea, Op. Cit.
PASAJEROS DEL “EMMA”
Arribo: 22 de marzo de 1844
Pierre Aerens y su esposa
Natalie van Ruyskevelde, y un niño
Mélanie Bettens, de 10 años
Pierre Bettens, de 8 años
Joseph Behr, de 15 años
Estos tres niños eran huérfanos.
Henri Desbeck, artillero, de 27 años, de Bruselas
Mélanie De Groodt, viuda
Auguste De Groodt
Martha De Groodt
Marie vda. De Deridder, y su hijo
Pierre Deridder, todos originarios de Goyck, Bravant
Eugene Fery, de 30 años, empleado, originario de Meaux
Louis Geerts, de 25 años, de Aspeleare, Flandes
Alois Geeerts, de 14 años, huérfano, de Aspeleare, Flandes
Amelia Geerts, de 20 años, ama de casa., de Aspeleare, Flandes
Gertrude vda, de Karis, de 33 años, de Mayen, Prusia
Marie Karis, de 16 años
Jacques Cariz, de 13 años
Joseph Karis, de 6 años, todos del mismo origen prusiano
Catherine Klein, de 38 años, de Ocholt, Prusia Renana
Catherine Karis, de 13 años
Marguerute Karis, de 9 años, también de Ocholt,
Cunégonde Krastzer, de 22 años, ama de casa
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Adolphe Krastzer, de 7 meses, ambos originarios de Urdingen, Prusia
Pierre Korez, de 45 años, bracero, de Stabroeck, Amberes
James Kens, de 39 años, marino de origen desconocido
Theodore Linden, de 48 años, carpintero, de Asbach, Prusia
Catherine Linden, de Asbach, ama de casa
Joducos Priem, de 21 años, cultivador, de Polaere, Flandes
Severin Priem, de 24 años
Angélique Priem, de 25 años
Elisa Priem, de 25 años
Jeanne Priem, de 13 años
Jean Bapthiste Priem, de 12 años
Philomene Priem, de 7 años, todos ellos, como Judocus, de Polaere, Flandes
Mathieu Joseph Pesh, de 8 años, de Matternich, Alemania
Agustín van Gehucte, de 41 años, de Paris, Francia
Ernest van de Gehucte, de 8 años, de Tirlemont
Fanny van Gehucte, de 6 años, de Molenbeek, St. Jean
Marie Carolina Vandenberghe, de 12 años, huérfana, de Esscha, St. Liévin, Flandes
Arthur Vandenberghe, de 9 años, huérfano, del mismo origen
Vangewille, de nombre no registrado, de 26 años, de Lichtervelde, Flandes
Fuente: Guinea, Op. Cit.
PASAJEROS DEL “MINERVE”
Arribo: 3 de febrero de 1845
Joseph Bartolomé, de Neerwiden, agricultor, de 56 años
Marie Therese de Nieucapelle, Flandes Occidental, de 31 años
Jean Bapthiste Bloome, de Flandes, agricultor, de 61 años,
Catherine, de 36 años
Henri Bloome de 18
Maurice Bloome, de 13
Pierre Bloome, de 11 años
Meulenyzer, de Renaux, Flandes Oriental, de 25 años
Fuente: Guinea, Op. Cit.
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PASAJEROS DEL “CTE. DE FLANDRE”
Arribo:27 de abril de 1846
Joaquín Marcille, de Maderien, agricultor
Auguste Marcille
Dieudonne Marcille
Leonie Marcille,
Narciso González, agricultor, de Maderien
Charles Tack, de Venloo, Países Bajos, empleado de la Dirección Colonial.
Fuente: Guinea, Op. Cit.
PASAJEROS DEL “AUGUSTE”
Arribo: 1º. de julio de 1844
Charles Curtois, de 22 años, carpintero, de Bruselas
Jean Francois Crepe, de Chevron, Liegue de 39 años, artillero y cultivador,
Edmond Claret, empleado, contratado por la aduana de San José
Constancee Collard, de Haut Fays, Luxemburgo
Modeste Collard
Jean Baptiste Collard, ambos del mismo origen
Víctor de Guise, de 28 años, negociante, de Paris
Durocher, de 38 años, cultivador, sin nombre ni origen registrados
Emmanuel Depotter, de 20 años
Vital Depotter, cultivador, de Sottegem, Flandes
Decnyf viuda de Cabo, de 36 años, ama de casa, de San Martín, Namur
Marie Thérese Decnyf, de 11 años, del mismo origen
Pierre-Francois Hinks
Marie Jeanne Hinks, de 8 años, todos originarios de Freux, Luxemburgo
Charles Haegendorens, de 30 años, negociante de Amberes
Mathieu Lebon, de 7 años, de Weris, Luxemburgo
Charles Louis Liévens, de 42 años, barbero, de Erwetegem, Flandes
Catherine Liévens, de Godron, de 41 años, del mismo origen
Amelie Lievens, de 15 años
Euphrasie Liévens, de 10 años, ambas del mismo lugar de nacimiento
Henru Lehaus, de 29 años, negociante, de Munster, Westphalie, Alemania
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Emmanuel Lechien, de 52 años, de Fayt-Le-Franc. Hainaut
Charles Lechien, del mismo origen, sin edad ni oficio registrados
Jame Gordon Linck, de 32 años, representante comercial de Inglaterra
Joseph Moreau, de 24 años, cultivador, de Rosignol, Luxemburgo
Adhemar Malice, de 24 años, cultivador, de Pipaix Saint
Mathieu Schmitz, de 42 años, de Haren Prusia Renana
Catherine Schfyens, su esposa
Godefroid Schmitz, de 17 años
Joseph Nicolás Schmitz, de 16 años
Marie Catherine Schmitz de 12 años
Henri Schmitz de 10 años
Matías Schmitz, de 7 años
Federico Schmitz, de 4 años
Terréese Schmitz, de 10 años
Todos ellos originarios de Haren, de la Prusia Renana
Swager, de 32 años, capitán de la goleta Emma, de Nassau, Bahamas
Joseph Xavier Urbain, de 41 años, carpintero, de Luxemburgo
Marie Cristina Urbain
María Josefa Urbain
Ambas del mismo origen de Joseph Xavier
Fuente: Guinea, Op. Cit.
PASAJEROS DE “LE PELETIER”
Arribo: 4 de enero de 1847
Pierre Aguet, de Lutry, Suiza, de 39 años, director colonial
Amile Aguet, de 13 años.
Henri Andresen, de Slesvig-Holstein, agricultor y su esposa
Josephine Tielemans, de Nederheim, Limbour
Matilde Andresen
Catherine Andresen
Josephine Andresen
Joseph Arn-Bill
Virginia Autin, de Nantes, Francia, de 43 años
Philippe-Henri Augustitos, de Louvain, su esposa y sus hijos
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Augustine Bram, de Viersel, Amberes
Horthense
Stephanie
Philippe
Wilhemine
Francois
Estos augustinos residieron posteriormente en la isla del Tigre, Amapala, República de Honduras.
Joseph Posch, español, 39 años, Secretario de la Dirección Colonial.
Fuente: Guinea, Op. Cit.
PASAJEROS DEL “IENA”
Arribo: 19 de abril de 1845
Francois Deridder, de 48 años, mecánico, de Eeckeren,
Marie Elizabeth Deridder, de 38 años, del mismo lugar,
Pau Deridder, de 17 años
Louis Charles Deroy, de 27 años, agricultor
Pierre Deroy, de 22 años, agricultor, su esposa
Julie Rosalie, de 24 años
Adrien Deroy, de 25 años, agricultor.
Fuente: Guinea, Op. Cit.
PASAJEROS DEL “EUGENE”
Arribo: 3 de abril de 1844
Armand Delantsheer, de Gand, Flandes oriental, negociante, de 42 años
Edmond Delantsheer, de 17 años
Desire Delantsheer, de 13 años
Dominique Jehl, de Schlestadt, Alsacia, de 35 años, miembro del consulado Belga en Santo Tomás
Fuente: Guinea, Op. Cit
PASAJEROS DEL “REMBRANDT”
Arribo: 23 de mayo de 1844
Domingo Vidal
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Manuel Gómez
(ambos marinos españoles)
Fuente: Guinea, Op. Cit
PASAJEROS DEL “KAREL”
Arribo: 21 de octubre de 1844
Hugge, de Hauten St-Liévin, Flandes oriental, huérfano
Charles Houze, del mismo lugar, de 28 años, agricultor
Auguste Collignon, de Spontin, Namur, comisario de policía, de 29 años
Fuente: Guinea, Op. Cit
PASAJEROS DEL “RENAISANCE”
Arribo: diciembre de 1845
Jaccques Della Faille, de St.-Guilles, Bravante, de 25 años, negociante
Adolphe... (?)
Fuente: Guinea, Op. Cit
PASAJEROS DEL “KARL”
Arribo: 23 de mayo de 1844
Therese Profondevaux, de Marche, Luxemburgo, 34 años
Marie Louise Vansnick, de Castre-lez-Hal, huérfana, 11 años
Fuente: Guinea, Op. Cit
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