sábados 7, 14 y 21 de mayo 2016 -...

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Sábados 7, 14 y 21 de Mayo 2016

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Introducción

En la Biblia se encuentra la revelación que Dios ha dado al hombre de sí mismo.

Todo un conjunto de historias presentando a Dios en sus diferentes

manifestaciones de gracia hacia la humanidad caída. Son los nombres dados a

Dios por el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento que definen su accionar

en favor del hombre. Por ello, durante los tres primeros sábados del mes de mayo,

estaremos presentado a Dios como Jehová Jireh (Jehová Provee).

En el relato del encuentro de Elías con la viuda en las afueras de la ciudad Sarepta

de Sidón, Dios es presentado como el que sustenta en momentos de crisis.

Presentamos la historia del libro de 1 Reyes 17:8-16, donde se resalta a Dios en

su accionar de bendición hacia el que lo ha aceptado como Señor de su vida. Dios

nunca deja de cumplir las promesas hechas a sus siervos, aquellos que han

decidido serle fiel y obedecer su palabra. Porque Dios cumple lo que promete.

Como súbditos del reino, debemos servir a Dios por ser nuestro creador y dueño.

El dispone de gran variedad de medios para sostener a los suyos. Elías es una

muestra de eso. Después que el arroyo de Querit se secó, Dios pudo haber enviado

a Elías a una de las tantas viudas en Israel, pero lo envió a Sarepta, a un lugar

pagano y hostil. Allí Dios probó la fe del profeta. En Querit Dios proveyó

transitoriamente, en Sarepta se provee por encima de la lógica.

Por encima de la lógica cuando cumplimos lo que él nos pide. Por encima de la

lógica cuando entregamos lo primero a él. Por encima de la lógica cuando la fe

en el no varía a pesar de las crisis que afecten nuestras vidas.

En la historia de Elías y la viuda de Sarepta la harina y el aceite se multiplicaron,

no al ser almacenados, sino al ser usados. Espero que durante este mes

entendamos que nuestro Señor y dueño esta al control y que en los momentos de

crisis la harina y el aceite se multiplicaran, siempre y cuando estén siendo usados

para ayudar a otros en sus necesidades. Siempre recuerda que Dios Provee.

Pastor Geremía Medrano

Director Ministerio de Mayordomia Cristiana

Asociacion Central Dominicana

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Contenido

Pág.

Contenido 3

Introducción 4

Tema 1. EL DIOS SUSTENTADOR 5

Tema 2. DIOS CUMPLE LO QUE PROMETE 10

Tema 3. DIOS PROVEE 16

Ministerio Infantil 25

Historias:

- Lily y su Tableta 26

- Manolito y su carro de baterías 27

- Complaciendo el gusto 29

- Alimentos saludables que debemos comer 30

- Dramita del tiempo 31

Notas 33

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Sermón para el sábado 7 de mayo

EL DIOS SUSTENTADOR

1 REYES 17:8-11

INTRODUCCIÓN

1. El nombre Elías significa Jehová es Dios. Por un tiempo Elías permaneció

escondido en las montañas donde corría el arroyo de Querit. Durante muchos

meses se le proveyó milagrosamente de alimento. Más tarde, cuando debido a la

prolongada sequía se secó el arroyo, Dios ordenó a su siervo que hallase refugio

en una tierra pagana. (Profetas y Reyes)

2. La ciudad de Sarepta de Sidón era la ciudad de Jezabel esposa de Acab hijo

de Omri que reinó sobre Israel 22 años y que fue en su reino peor que todos sus

antecesores (1Reyes 16:30, 31). A aquel lugar donde Elías por orden divina

predijo la sequía que duró tres años y medio, y que se convertiría en un lugar

peligroso para él, Dios lo envío en primer lugar para proveer su sustento por

muchos días a través de una mujer (viuda y pagana) que estaba a punto de morir

con su hijo para darnos una lección de gran trascendencia tanto para ella, para el

mismo Elías, como para nosotros hoy. Elías tendría que confiar en la promesa de

Dios que probaría su fe en estas circunstancias tan inusuales. Además vemos en

este relato que Dios no está limitado ni por la geografía, ni por las limitaciones

humanas para sustentar a sus hijos.

DESARROLLO

I. La Palabra de Dios (v.8a)

a) Es viva y eficaz: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante

que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las

coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones

del corazón” (Hebreos 4:12)

b) Es inspirada y útil: “Toda la escritura es inspirada por Dios, y es útil para

enseñar, reprender, enmendar e instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16)

c) Es limpia y es escudo: “Toda la palabra de Dios es limpia, el Señor es

escudo a los que esperan en él” (Proverbios 30: 5).

Con este conocimiento de la palabra de Dios, debemos aferrarnos con

humildad a sus enseñanzas y a sus ordenanzas.

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II. El Mensaje de Dios (vs.8b-9)

a) Es verdad absoluta: “Santifícalo en tu verdad, tu palabra es verdad” (Juan

17:17)

b) Debe ser recibido con fe y humildad: Como Abraham que ante la orden

divina, sin saber a dónde iba a la edad de 75 años, tomó a su esposa Sarai

y a su siervo Lot y salió de Harán rumbo a Canaán (Génesis 12:1-5).

c) Debe ser obedecido: No hemos de olvidar que “La fe viene por el oír; y el

oír por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).

“Si se estudia y obedece la Palabra de Dios, guiará a los hombres, así como

los israelitas fueron conducidos por una columna de fuego de noche y una

columna de nube de día. La Biblia es la voluntad de Dios expresada al

hombre. Es la única norma perfecta de carácter y señala el deber del

hombre en toda circunstancia de la vida” (1JT512.3)

III. Reacción a la orden divina

a) Elías fue a Sarepta y Dios le sustentó (v.10a), Moisés cruzó el mar rojo,

Josué cruzó el Jordán, Pedro caminó en el mar, Lázaro resucitó de entre los

muertos, igual la hija de Jairo y el hijo de la viuda de Naín.

b) En fin todo el que ha sido bendecido por Dios, recibió la bendición como

resultado de su obediencia. En el caso de Elías no le faltó alimento ni agua

durante toda la sequía que él mismo en obediencia a Dios había anunciado.

c) Dios le sustentó durante todo el tiempo que duró la sequía. Nunca hemos

de olvidar que “De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en

él habitan” (Salmo 24:1), también del Señor son: la plata y el oro (Hageo

2:8).

Ilustración: Desde mi bautismo hasta la fecha siempre he apartado para

Dios una ofrenda igual al diezmo, y a veces hasta un poco más. Un viernes

alrededor de las cinco de la tarde por gastos médicos frecuentes con mi

primer hijo, quedé sin dinero, y la tarjeta de crédito no tenía ningún

efectivo disponible. Para colmo el niño estaba pidiendo leche y esta se nos

había agotado. Llame a mi esposa, hicimos una oración, luego de orar fui

al closet a seleccionar la ropa que vestiría para ir a la iglesia, y por

curiosidad metí la mano en uno de los bolsillos de la chaqueta…Lagrimas

comenzaron a salir de mis ojos por la respuesta inmediata de Dios. Ahora

tenía en mis manos una papeleta de 500.00 pesos, llamé a mi esposa

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“Juana” y ambos alabamos a Dios gozosos porque él nos estaba dando en

esos momentos el sustento que tanta falta nos estaba haciendo.

Dios demanda obediencia de sus hijos, y cuando respondemos

positivamente, sus bendiciones no se hacen esperar.

IV. Debemos pedir si queremos recibir

a) Elías obedeció, fue donde la viuda y pidió conforme Dios le había

ordenado: “… Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró a una viuda que

recogía leña. La llamó y le dijo: —Por favor, tráeme una vasija con un poco

de agua para beber”.

b) Dios nos ordena pedirle: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad,

y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y

al que llama, se le abrirá”. (Mateo 7:7,8)

c) Debemos pedir con fe: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que

duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y

echada de una parte a otra" (Santiago l: 6). "Por tanto, os digo que todo lo

que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.".(Mar. 11: 24).

V. Reacción de la viuda y sustento divino (v.11)

a) Admirable fue la hospitalidad manifestada al profeta de Dios por esta

mujer fenicia, y admirablemente fueron recompensadas su fe y

generosidad. "Y comió él, y ella y su casa, muchos días. Y la tinaja de la

harina no escaseó, ni menguó la botija del aceite, conforme a la palabra de

Jehová que había dicho por Elías" (vs. 15, 16)

b) Compartió el alimento: La viuda de Sarepta compartió su poco alimento

con Elías; y en pago, fue preservada su vida y la de su hijo. Y a todos los

que, en tiempo de prueba y escasez, dan simpatía y ayuda a otros más

menesterosos, Dios ha prometido una gran bendición. Él no ha cambiado.

Su poder no es menor hoy que en los días de Elías.” (Profeta y Reyes, pág.

94-96)

c) Un caso similar de desprendimiento – (La viuda de Naín): Jesús estaba en

el atrio donde se hallaban los cofres del tesoro, y miraba a los que venían

para depositar sus donativos. Muchos de los ricos traían sumas elevadas,

que presentaban con gran ostentación. Jesús los miraba tristemente, pero

sin hacer comentario acerca de sus ingentes ofrendas. Luego su rostro se

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iluminó al ver a una pobre viuda acercarse con vacilación, como temerosa

de ser observada. Mientras los ricos y altaneros pasaban para depositar sus

ofrendas, ella vacilaba como si no se atreviese a ir más adelante. Y sin

embargo, anhelaba hacer algo, por poco que fuese, en favor de la causa que

amaba. Miraba el donativo que tenía en la mano. Era muy pequeño en

comparación con los que traían aquellos que la rodeaban, pero era todo lo

que tenía. Aprovechando su oportunidad, echó apresuradamente sus dos

blancas y se dio vuelta para irse. Pero al hacerlo, notó que la mirada de

Jesús se fijaba con fervor en ella.

El Salvador llamó a sí a sus discípulos, y les pidió que notasen la pobreza

de la viuda. Entonces sus palabras de elogio cayeron en los oídos de ella:

"De verdad os digo, que esta pobre viuda echó más que todos". Lágrimas

de gozo llenaron sus ojos al sentir que su acto era comprendido y apreciado.

Muchos le habían aconsejado que guardase su pitanza para su propio uso.

Puesto en las manos de los bien alimentados sacerdotes, se perdería de vista

entre los muchos y costosos donativos traídos a la tesorería. Pero Jesús

comprendía su motivo. Ella creía que el servicio del templo era ordenado

por Dios, y anhelaba hacer cuanto pudiese para sostenerlo. Hizo lo que

pudo, y su acto había de ser un monumento a su memoria para todos los

tiempos, y su gozo en la eternidad. Su corazón acompañó a su donativo,

cuyo valor se había de estimar, no por el de la moneda, sino por el amor

hacia Dios y el interés en su obra que había impulsado la acción.

CONCLUSIÓN

Ilustración: Cuando fui de pastor al distrito “x”, como es costumbre convoqué

una reunión con toda la dirigencia del lugar para el sábado después de ser

presentado.

Llegó el día y casi terminada la reunión se paran cuatro hermanitos con edades

comprendidas entre 8 y 16 años, eran la totalidad de los miembros de aquella

iglesia “y”. Eran tres varones y una hembrita la más joven de los cuatro; con una

funda llena de sobres de diezmos y ofrendas, que llevaba el mayor de los cuatro,

y los trajeron para que estos sean remesados; estos eran sus dadivas de más de

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tres meses. Tenían rostros alegres por el gozo de dar a la causa de Dios, y en su

pobreza nunca a estos jóvenes les faltó nada. Hoy día son todos profesionales.

Ante la escena presenciada por todos, se pone de pie un hermano, maestro de

profesión con lágrimas en los ojos y admirado confiesa haber sido infiel por diez

años, tiempo que tenía en la iglesia, y se compromete públicamente a practicar la

fidelidad, y así lo hizo.

Este hermano vivía todo el tiempo endeudado, y en poco tiempo sus deudas

desaparecieron, como resultado según explicaba él de su fidelidad al Señor. Este

hermano llegó a ser el mayor donante en todo el distrito, y en poco tiempo su

iglesia lo nombró tesorero, cargo que desempeñó por mucho tiempo aún después

de mi partida. Aunque mantenía dos familias, confesó él, nunca le faltó el

sustento. Dios era su sustentador y ahora el dinero que quedaba en sus manos

alcanzaba para más.

LLAMADO:

Somos simplemente como el lecho seco de un arroyo, a menos que la Palabra de

Dios corra por nosotros. Así podremos ser canales de bendición para otros, y para

nosotros mismos.

Te invito como hicieron Elías, la viuda de Sarepta, la viuda de Naín, los jóvenes

de la iglesia que conservaron sus diezmos y ofrendas para dar al Señor, y el

hermano que fue conmovido por la actitud de estos jóvenes, a prestar la debida

atención a la palabra de Dios y hacer votos de fidelidad para que hagas de Dios

tu sustentador. ¿Aceptas el desafío?

Pastor Robert Peña

Director Ministerios Juveniles

Asociacion Central Dominicana

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Sermón para el sábado 14 de mayo

Dios Cumple lo que promete

1 Reyes 17:15-16

Objetivo: Hacer marcado énfasis en las promesas de Dios y como Dios es

fiel en cumplirlas.

Introducción

1. El diccionario define la palabra Promesa de la siguiente manera:

“Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo. Persona o cosa

que promete por sus especiales cualidades. Augurio, indicio o señal que hace

esperar algún bien.”

2. Promesas, promesas y promesas y más promesas. Así dicen todos

aquellos que están cansados de que no les cumplen las promesas. Dios cumple

lo que promete

3. ¿Cómo se siente usted cuando no le cumplen las promesas? ¿No es

agradable verdad? Los seres humanos somos muy dados a hacer promesas que

no vamos a cumplir. Políticos, líderes, padres, empresarios, etc. Todos hemos

hecho promesas que no cumplido. Por otro lado somos muy exigentes a la hora

de reclamar las cosas que nos prometen.

4. No prometas a los niños si sabes que no cumplirás. Ellos te van a insistir

en que cumplas lo que le prometiste. Las esposas también son muy exigentes

cuando se trata de cumplirle lo que se le ha prometido.

5. Pero Dios no es como nosotros. La Palabra dice: "Dios no es hombre, para

que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Cuando él dice algo, lo

realiza. Cuando promete algo, lo cumple.” (Núm. 23: 19)

6. Cuando Josué alentaba al pueblo en sus últimas palabras les confirmo la

fidelidad de Dios en cumplir sus promesas cuando dijo:

"Yo estoy por entrar por el camino de toda la tierra; reconoced con todo vuestro

corazón y con toda vuestra alma, que no faltó ni una palabra de las buenas

promesas que el Eterno vuestro Dios había dicho. Todas se han cumplido,

sin faltar ni una de ellas.” (Josué 23:14)

Hay 2 tipos de promesas:

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1. Las que se pueden cumplir. Estas tienen todo el potencial y las condiciones

para ser cumplidas.

2. Las que no se pueden cumplir. Estas no tienen ninguna posibilidad de

cumplirse.

De acuerdo a cálculos algunos dicen que en la Biblia existen 3,573 promesas.

I. UNA HISTORIA LLENA DE PROMESAS CUMPLIDAS POR DIOS

En el primer libro de los Reyes hay una historia muy conmovedora que está llena

de promesas y sus cumplidos. Leamos en 1 Reyes 17:8-16: “Vino luego a él

(Elías) palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora

allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente. Entonces

él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí

una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te

ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba.

Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas

también un bocado de pan en tu mano. Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios,

que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un

poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo

para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.

Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí

primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y

después harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así:

La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta

el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.

Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella y su casa, muchos

días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó,

conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.”

Como podemos notar, existen dos promesas en el esta historia: una promesa de

Dios al profeta Elías; la segunda hecha por Dios, por medio del profeta a la viuda.

Analicemos las promesas:

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II. La primera promesa fue hecha al profeta Elías.

1 Reyes 17:8-9 dice: “Vino luego a él (Elías) palabra de Jehová, diciendo:

Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a

una mujer viuda que te sustente”.

Es extraño, humanamente hablando, que Dios enviara al profeta donde una viuda

pobre y sin alimento ¡para que lo sustente! La condición de esta mujer no era para

sustentar a nadie. Primero, era viuda; segundo, era pobre; tercero, era madre

viuda; cuarto, no tenía ni para ella ni para su hijo; sexto, había sido embestida por

la sequía; séptimo, ella estaba resignada a morir; octavo, Elías era un forastero

desconocido que podía parecer un impostor o chantajista; en fin, esto

representaba un desafío de fe para ambos.

La promesa al profeta fue: Yo te sustentare a través de la viuda.

Esto no era sencillo, el profeta tenía que confiar en Dios y que él iba a proveer

donde no había nada. Y ahí está el asunto: ¡Dios hace de donde no hay, Dios

encuentra donde no se ve nada, Dios provee de donde no hay posibilidad!

En Hebreos11: 3 dice: “Por la fe entendemos que los mundos fueron formados

por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve, fue hecho de lo que no se

veía”

“Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por

el aliento de su boca... Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió”.

(Salmos 33: 6, 9).

Vemos que Dios es experto en hacer aparecer las cosas de la nada, El provee de

donde no hay, El traspasa toda lógica humana para cumplir sus promesas a sus

hijos.

Dios usa a cualquier persona o cosa para cumplir con sus hijos.

Aquí usó una viuda pobrecita, que no tenía “ni con que caerse muerta…” para

obrar el milagro que resultaría en bendición para el profeta. El Señor se glorifica

con los débiles, los desventurados, los pobres, los enlutados y los humildes. En 1

Corintios 1:27 y 28 el apóstol Pablo declara lo siguiente: “Antes lo necio del

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mundo eligió Dios, para avergonzar a los sabios; lo débil del mundo eligió Dios,

para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado eligió Dios, y

lo que no es, para deshacer lo que es.” ¡Alabado sea el nombre del Señor!

En Sal. 149: 4-5 el salmista expresa con entusiasmo: “Porque el Señor se

complace en su pueblo, corona a los humildes con la salvación. ¡Regocíjense

los santos en ese honor, y canten, aun desde sus camas!”

Dios pudo llevar a Elías donde ricos, encumbrados, donde hubiera almacenes de

provisión para que no tuviera dudas de su real sustento; pero El Señor se glorifica

con los humildes, con ellos y a ellos cumple sus promesas. Así lo dice en Isaías

57: 15: “Porque así dice el Excelso y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo

nombre es Santo: "Yo habito en la altura y en la santidad, y con el quebrantado y

humilde de espíritu, para dar vida al espíritu de los humildes, y vivificar el

corazón de los quebrantados”.

“El Dios que cuidó de Elías en tiempo de hambre, no pasará por alto a ninguno

de sus hijos abnegados. El que ha contado los cabellos de sus cabezas, lo cuidará,

y en los días de hambre serán saciados. Mientras los inicuos perezcan a su

alrededor por falta de pan, su pan y su agua estarán seguros.” (Testimonies, tomo

1, págs. 173, 174). Dios cumplió la promesa hecha al profeta.

III. La segunda promesa se le hizo a la viuda de Sarepta:

1 Reyes 17:14 “…La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija

disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra”

Todos conocemos el relato, Elías acepta la propuesta de Dios, emprende el viaje

y cuando llega a la puerta de la ciudad ve a la viuda recogiendo leña (por cierto

creo que lo que más había en Sarepta era leña), le pide un poco de agua. Pero

confiado en la promesa de Dios, que le había dicho a el que “…Había dado

órdenes a la viuda para sustentarlo”, la devuelve y la dice que la traiga un bocado

de pan.

Imaginan la cara de la viuda, pienso que arrugó el rostro, se acercó a Elías y lo

miró fijamente y le dijo: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente

un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora

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recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo

comamos, y nos dejemos morir. (1 Reyes 17:12) ¡Como tú me dices que te

de mi poquito de pan!

Pero como si él no le diera importancia a lo que escuchó le dice: “…No tengas

temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña

torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu

hijo”. (1 Reyes 17:13). Podemos imaginar su reacción: ¡Hazme a mí primero!

¡Como que hazme a mí primero! Y cuando ella quería decir más… Elías le dice:

Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará,

ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover

sobre la faz de la tierra. (1 Reyes 17:14).

Inmediatamente volvió en sí y se acordó de la orden que Dios le había dado, su

fe se reanimó, sus ojos se dirigieron al cielo, se olvidó de lo terrenal, se concentró

en la oportunidad que el cielo le traía, en las bendiciones de la obediencia, en el

privilegio de ver la gloria de Dios. Se concentró en la promesa y confió en el

Señor que cumple las promesas.

Me imagino que aquella mujer oró y le dijo al Señor: padre celestial, solo tengo

lo de comer una vez y morir, pero si tú eres quien haces la promesa y este es tu

siervo, voy a la cocina, hare el pan que me pide y esperare en ti. La historia dice:

Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella y su casa, muchos

días. (1 Reyes 17:15).

¿Quiénes comieron? Elías, la viuda y su casa. ¿Por cuantos días? Muchos días.

Y como si esto fuera poco: Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de

la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías. (1

Reyes 17:16)

¿Qué paso con la harina? No escaseó. ¿Qué paso con el aceite? No menguó.

¿Conforme a qué? A la Palabra de Jehová.

Dios cumplió la promesa hecha a la viuda. Él no la desamparó, probó su fe y salió

victoriosa, comprobó la gloria de Dios.

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“No podría haberse exigido mayor prueba de fe. Hasta entonces la viuda había

tratado a todos los forasteros con bondad y generosidad. En ese momento, sin

tener en cuenta los sufrimientos que pudiesen resultar para ella y su hijo, y

confiando en que el Dios de Israel supliría todas sus necesidades, dio esta prueba

suprema de hospitalidad. La viuda de Sarepta compartió su poco alimento con

Elías y en pago, fue preservada su vida y la de su hijo. Y a todos los que, en

tiempo de prueba y escasez, dan simpatía y ayuda a otros más menesterosos, Dios

ha prometido una gran bendición” (Profetas y Reyes, págs. 94-96).

“El Dios que cuidó de Elías en tiempo de hambre, no pasará por alto a ninguno

de sus hijos abnegados. El que ha contado los cabellos de sus cabezas, lo cuidará,

y en los días de hambre serán saciados. Mientras los inicuos perezcan a su

alrededor por falta de pan, su pan y su agua estarán seguros” (Testimonies, tomo

1, págs. 173, 174)

IV. Conclusión

Hoy tú y yo vivimos en tiempos donde se necesita confiar plenamente en Dios,

en sus promesas, en su Palabra. La fe de Elías fue probada ante su necesidad. La

viuda fue probada aún más. Ellos salieron victoriosos porque confiaron en “el

Dios de lo imposible”, en el Dios que cumple, que responde, que ve, que oye, que

manda y existe.

Llamado:

¿Quisieras ser hoy como Elías y la viuda que depositaron su plena confianza en

el Señor Jehová?

Pastor Alexandro Sánchez

Pastor Distrito Bethania y secretario Zona 3

Asociación Central Dominicana

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Sermón para el sábado 21 de mayo

DIOS PROVEE

I Reyes 17:13,14

Propósito: Mostrar que Dios es el proveedor y que en cada situación adversa por

la que atravesamos el Benefactor de la viuda de Sarepta puede realizar el mismo

milagro de multiplicación de la “harina” y el “aceite”, al tiempo de motivar a la

hermandad a dar a Dios lo primero y lo mejor.

INTRODUCCION

1. Sin lugar a dudas, uno de los seres por quienes Dios vierte su especial

atención y cuidado son las viudas, esto por el hecho simple y doloroso de la

soledad y las privaciones a las que son sometidas producto de la falta del esposo

y en algunos casos de hijos. El apóstol Pablo al escribirle a Timoteo sobre el

cuidado hacia las viudas le recuerda que deben ser “viudas en verdad” (1Timoteo

5:3), estas “viudas en verdad” eran las que además de haber perdido al esposo y

no tener hijos que la cuidaran vivían en estrecha comunión con Dios. (1 Timoteo

5:5).

2. Debemos recordar que el “valor” (si puede ser llamado así) de las mujeres

en tiempos bíblicos era poco y dependía de su fertilidad. Llegar a la senectud sin

una persona quien te cuide debe ser muy doloroso, por tal motivo Dios mismo

asume el papel de defensor de las viudas: “Padre de huérfanos y defensor de

viudas es Dios en su santa morada.” (Salmos 68:5). Dios, además de

defenderlas también las sostiene: “Jehová guarda a los extranjeros; Al

huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna”. (Sal.

146:9).

3. La Biblia nos dirá mucho sobre la fe, el amor y la constancia manifestada

por algunas viudas, pero sin lugar a dudas la historia de la viuda de Sarepta,

quien no era hebrea, sino fenicia (un pueblo pagano), como argumenta Elena

White: “A esta mujer que vivía en tierra pagana Dios envió a su siervo en tiempo

de hambre para que le pidiese alimento... Admirable fue la hospitalidad

manifestada al profeta de Dios por esta mujer fenicia, y admirablemente fueron

recompensadas su fe y generosidad...” (Conflicto y Valor. Pág. 202).

4. Este episodio en la vida de esta noble mujer debería llamar la atención de

los que viven en la abundancia, como a los que atraviesan por momentos de

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privaciones y escases. Es sobre el mensaje contenido en esta historia donde

cifraremos el estudio de hoy.

CONTEXTO HISTORICO

El pueblo de Israel, se había mezclado con la idolatría y cultos paganos de los

sidonios, ya que su rey Acab, que gobernaba el reino del norte (10 tribus),

contrajo matrimonio con Jezabel, tal como dice el Texto Sagrado: “Porque le fue

ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomo por

mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal y le

adoró”. (1 Reyes 16:31).

Dios responde a Acab, considerado por muchos como el peor de los reyes de

Israel, levantando a uno de los más poderosos profetas del Antiguo Testamento:

Elías tisbita, quien declara al impenitente rey la acción divina por sus actos de

pecado e indiferencia: “Entonces Elías Tisbita, que era de los moradores de

Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy,

que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra” ( 1 Reyes

17:1). Elena White, al referirse al profeta declara:

“Entre las montañas de Galaad, al oriente del Jordán, moraba en los días de

Acab un hombre de fe y oración cuyo ministerio intrépido estaba destinado

a detener la rápida extensión de la apostasía en Israel. Alejado de toda ciudad

de renombre y sin ocupar un puesto elevado en la vida, Elías el tisbita inició

sin embargo su misión confiando en el propósito que Dios tenía de preparar

el camino delante de él y darle abundante éxito. La palabra de fe y de poder

estaba en sus labios, y consagraba toda su vida a la obra de reforma. La suya

era la voz de quien clama en el desierto para reprender el pecado y rechazar

la marea del mal. Y aunque se presentó al pueblo para reprender el pecado,

su mensaje ofrecía el bálsamo de Galaad a las almas enfermas de pecado

que deseaban ser sanadas” (Profetas y Reyes, Pág. 87)

En el Nuevo Testamento, específicamente en el libro de Santiago, se nos

dice: “Elías oro, para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra, por tres años

y seis meses” (Santiago 5:17). Esto porque Dios estaba confrontando

directamente la adoración a Baal, de quien se decía que era el dios de las

cosechas. Se pensaba que al llover, caía a la tierra el fluido seminal de Baal que

fecundaba los campos. La sequía de tres años y medio confronto al rey apostata

y al desobediente pueblo de Israel con la verdad más grande: SOLO DIOS, ES

DIOS

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Tres años y seis meses sin llover, esto evidentemente afectaría totalmente a la

nación, sin lluvia, no hay agua, sin agua no hay cosechas, sin cosecha, no hay

producción, sin producción, no hay alimento, sin alimento no hay vida. Al

transcurrir un año, la condición de la tierra era terrible, Elena White la describe

en los siguientes términos:

"Pasó un año, y aún no había llovido. La tierra parecía quemada como por

fuego. El calor abrasador del sol destruyó la poca vegetación que había

sobrevivido. Los arroyos se secaron, y los rebaños vagaban angustiados,

mugiendo y balando. Campos que antes fueran florecientes quedaron como

las ardientes arenas del desierto y ofrecían un aspecto desolador. Los

bosquecillos dedicados al culto de los ídolos ya no tenían hojas; los árboles

de los bosques, como lúgubres esqueletos de la naturaleza, ya no

proporcionaban sombra. El aire reseco y sofocante levantaba a veces

remolinos de polvo que enceguecían y casi cortaban el aliento. Ciudades y

aldeas antes prósperas se habían transformado en lugares de luto y lamentos.

El hambre y la sed hacían sus estragos con terrible mortandad entre hombres

y bestias. El hambre, con todos sus horrores, apretaba cada vez más."

(Profetas y Reyes. Pág. 89)

Lo más extraordinario de este acontecimiento es que Elías vivía en Israel. El

estaría en medio de esta situación de crisis que vendría sobre su nación, es

más, su palabra desató esta crisis. El profeta estaría en medio del “fuego

cruzado” ¿Qué hacer en medio de las crisis?, ¿Qué esperar? Dios tenía provisión

para el profeta en Sarepta de Sidón. La pregunta sería: ¿Cómo proveería Dios?

¿Qué medios usaría? Antes de adentrarnos en detalles vamos algunas cosas:

I. La provisión de Sarepta viene después que se nos ha secado el arroyo.

“Y vino a él Palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí y vuélvete al oriente,

y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán, Beberás del arroyo;

y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer” (1 Reyes 17:2)

A. El arroyo de Querit: lugar donde Dios provee transitoriamente.

La ubicación geográfica de Querit, no se conoce, algunos creen que es "uno de

los ramales más orientales del Wâd§ el-Yâbis en las alturas del norte de Galaad".

(DBA). Evidentemente esa área no estaba bajo la jurisdicción de Acab, el

enemigo no la conocía, no podría llegar hasta Elías. Era una especie de escondite

preparado por el Todopoderoso para el tenaz profeta.

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Querit, ¿Qué significa este nombre? Deriva de la raíz hebrea: Karat, que significa

cortar, separar, acabar, amputar, apartar, dividir, perder, quebrar, quitar, raer.

Mientras estuviera en Querit, el hombre que había sido vocero de Dios al

enfrentarse a Acab, estaría privado de ciertas cosas, era como si Dios lo hubiera

apartado, sería “cortado” de toda relación y actividad que pudiera serle atractiva.

Al mismo tiempo, Elías sería quebrantado a medida que Dios utilizara esa

incómoda situación para guiarlo a una plena confianza en él.

B. Deliverys extraños: Cuervos

“Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al

arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne

por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.” (1 Reyes 17:5-6)

En Querit tu provisión vendrá a través de cuervos y de un arroyo temporal. Dios puede usar cualquier cosa, y cualquier persona para proveer a un hijo fiel,

¡te imaginas esta escena! cuervos, aves de rapiña siendo el vehículo que

transportaba la comida del siervo de Dios. El Cuervo es un ave paseriforme

carnívora, fornida y poderosa, la mayor de la familia de los córvidos. Es un

Pájaro omnívoro, más grande que la paloma, de plumaje negro, y tiene un pico

cónico robusto, grueso y amenazador, más largo que la cabeza y, al igual que las

patas, de color negro. La cola es más bien larga y de forma cuneiforme. En

Palestina se enumeran hasta seis especies.

La alimentación de los cuervos es variada, comen de todo, pero son

principalmente carroñeros y se reúnen en grupos, como los buitres, en torno

a restos de animales, e incluso son capaces de rematar animales enteros con

su poderoso pico. La placenta del ganado que pasta en los montes congrega un

buen número de cuervos en pocos minutos. Conocen bien la proximidad del parto

de una vaca u oveja y se posan a discreta distancia. Su vista es muy aguda y

comen mamíferos silvestres como ratones, musarañas, ratas, pájaros, sus crías,

culebras, conejos, ratones, topos, erizos, aves, lagartos, ranas. Manipulan el

alimento con facilidad con su pico robusto y de múltiples usos.

Imagínese usted, estos cuervos, como “mozos y deliverys” del profeta Elías,

llevando en su pico carne, sin poder comerla. Son cuervos, te llevaran la carne y

el pan, pero cuídate de ellos, porque seguirán siendo cuervos. Me llama la

atención que no solo le llevaban carne, sino también pan, todos los días. Dios

estaba supliendo las proteínas y carbohidratos necesarios para sustento del

profeta. Cuando estamos en Querit, Dios ya tiene preparados cuervos para ti.

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Ellos no podrán comerse lo que es tuyo. Si Dios está contigo en Querit, nadie te

arrebatará lo que por derecho es tuyo. Dios puede suplir tus necesidades incluso

a través de los “cuervos”. La Biblia dice: “Pasados algunos días, se secó el arroyo,

porque no había llovido sobre la tierra.” (1 Reyes 17:7). La provisión de Querit

es transitoria, no es por siempre.

Es importante entender que un arroyo, en el plano natural, es una corriente

consustancial de agua que normalmente fluye con continuidad, pero que, a

diferencia de un río, tiene escaso caudal, que puede incluso desaparecer durante

el estiaje. Esto representa provisión por un tiempo específico, puede ser un

empleo, un trabajo, un negocio que Dios permitió por un tiempo. Cuando se nos

seca el arroyo, cuando termina el contrato de trabajo, cuando te dicen ya se acabó

el trabajo, se está terminado la producción. ¿Qué hacer cuando se seca el arroyo?

Dios te dice que viene otra clase de provisión, viene la provisión de Sarepta.

Una provisión mayor, una provisión compartida, una provisión multiplicada.

II. El Dios que provee en Sarepta: Cuando el Creador provee por encima de

la lógica y la razón.

“Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, y vete a Sarepta, de

Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te

sustente.” (1 Reyes 17: 8)

Sarepta: ciudad fenicia cerca de Sidón. Fenicia, país en la costa del mar

mediterráneo entre Palestina y Siria.

A. Sarepta, su significado: Sarepta viene de tsaraph, “para fundir, refinar,

de prueba”. El verbo se utiliza metafóricamente con el sentido de "perfeccionar

a través del sufrimiento". Sarepta significa "un lugar de fundición, un lugar de la

prueba". Dios usa ensayos diferentes para perfeccionarnos y sacar la escoria

como en la refinación de plata y oro.

Jesús dijo: “Y en verdad os digo que mucha viudas había en Israel en los días de

Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran

hambre en toda la tierra; Pero a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una

viuda en Sarepta de Sidón”. (Lucas 4:25-26).

Es interesante notar que Sarepta era un lugar hostil, era un lugar donde había

menos posibilidades. Imaginémonos la orden dada a Elías: “vete a Sarepta, de

Sidón, Yo he dado orden a una mujer viuda que te sustente” (1 Reyes 17: 8). Lo

primero es que Dios le dice a Elías que iba a usar a una mujer, y lo segundo es

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que esa mujer era viuda. No era exactamente el tipo de persona a la que se

acudiría en busca de apoyo, pero ella era la persona a quien Dios había elegido

para ser el soporte de Elías y el débil instrumento que Dios usaría para

glorificarse.

Tal como apuntábamos al inicio del estudio, Dios es defensor de las

viudas “Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su morada

santa” (Salmo 68:5). Hay promesas de Dios para los huérfanos y las viudas. Dios

de misericordia que no olvida a las minorías y a los oprimidos.

“El Señor protege a los extranjeros, sostiene al huérfano y a la viuda, pero

trastorna el camino de los impíos”. (Salmos 146:9)

No siempre resulta fácil comprender la forma como Dios actúa, primero sostiene

al profeta en el arroyo, alejado de todo y todos, luego usa cuervos como transporte

para su comida y ahora envía a su siervo a una tierra pagana para ser sustentado

por una viuda pobre. Solo podemos repetir las palabras de Dios escritas en libro

del profeta Isaías: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,

ni vuestros caminos mis caminos, dice el Señor. Como es más alto el cielo que

la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis

pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8,9)

B. Sarepta es un lugar de decisión: Nos comemos lo poco que nos queda

o determinamos con entereza darle a Dios el primer lugar.

“Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Cuando llegó a la puerta de la ciudad,

había allí una mujer viuda que estaba recogiendo leña. Elías la llamó y le dijo: Te

ruego que me traigas un poco de agua en un vaso para que beba. Cuando ella iba

a traérsela, él la volvió a llamar y le dijo: Te ruego que me traigas también un

bocado de pan en tus manos”. (1 Reyes 17:10)

Esta mujer estaba en la puerta de la ciudad, buscando trozos de leña. Nos llama

la atención la forma en que el profeta se acerca a ella, pidiéndole agua. Es

impactante que cuando estamos en Sarepta Dios nos pide algo. Bueno, esta mujer

pensaría, déjame traerle agua a este hombre, ha caminado mucho, le traeré un

vaso de agua. Un vaso de agua, como decimos vernáculamente “no se le niega a

nadie”. Todo estaba bien hasta ahí, pero Elías pidió algo más, le dijo: “…y por

favor tráeme un bocado de pan de tu mano”. (1Reyes 17:11)

Ella respondió: “¡Vive Jehová, tu Dios, que no tengo pan cocido!; solamente

tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en una vasija.

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Ahora recogía dos leños para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo. Lo

comeremos y luego moriremos”. (1Reyes 17:12)

C. Dios pedirá en Sarepta que le demos a él primero. En Sarepta en

necesario creer.

Elías le dijo: “No tengas temor: ve y haz como has dicho; pero, hazme con ello

primero una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela. Después la

harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová, Dios de Israel, ha dicho así: “La

harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el

día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra” (1Reyes 17:13,14)

¡Qué promesa!, Si le damos a Dios lo primero y lo mejor, no se escaseará ni

el “aceite” ni la “harina”.

Esta mujer tenía que decidir, o comerse lo último que tenía y esperar a morirse

con su hijo, o creer las palabras que Dios le enviaba a través del profeta. Creer

que la provisión de Dios se estaba desatando para su hogar, para su vida, para su

hijo. Creer la palabra de Dios, que habría harina y aceite durante tres años y medio

aproximadamente era humanamente una imposibilidad. No siempre es fácil

confiar, nuestra naturaleza humana nos traiciona, nos abruma. Como creyentes

hay ocasiones en que no creemos. Las necesidades nos ciegan y el pensamiento

de ver un futuro mejor parece alejarse velozmente.

“Son apropiadas las palabras de la Mensajera del Señor, cuando dijo: “La pobreza

no necesita privarnos de manifestar hospitalidad. Hemos de impartir lo que

tenemos. Hay quienes luchan para ganarse la vida, quienes tienen grandes

dificultades para suplir sus necesidades; pero aman a Jesús en la persona de sus

santos, y están listos para mostrar hospitalidad a creyentes e incrédulos, y tratan

de hacer provechosas sus visitas. En la mesa y en el culto de la familia, dan la

bienvenida a los huéspedes. El momento de oración impresiona a aquellos que

reciben la hospitalidad, y aun una visita puede significar la salvación de un alma

de la muerte. El Señor toma nota diciendo: "Te lo pagaré...” (Conflicto y Valor.

Pág. 202)

La pobreza nunca será una excusa válida para no dar a Dios lo mejor y lo primero.

Hemos de recordar las palabras del apóstol cuando dijo: “Porque conocéis la

gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, por amor de vosotros se

hizo pobre, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2

Corintios 8:9) El testimonio de esta viuda es un grito para más de una persona

que ha olvidado dar a Dios el lugar que merece. En esta historia tan fuera de lo

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común se hayan atisbos del evangelio cuya verdadera esencia es el dar: “Porque

de tal manera amo Dios al mundo que dio a su único hijo para que todo aquel que

en el crea no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3:16). Porque Dios dio lo

mejor, y dio primero. No hay motivo para quedarnos a morir en “Sarepta”.

La viuda fue e hizo como le había dicho Elías. “Y comieron él, ella y su casa, no

escaseó la harina de la tinaja, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la

palabra que Jehová había dicho por medio de Elías”.

En Sarepta verás la provisión familiar, comerás tú, tus hijos y tu familia. En

Sarepta Dios multiplica lo poco que tienes si tan solo crees que DIOS PROVEE.

No tienes porqué morir en Sarepta, solo cree. Si Dios pudo hacer el milagro en el

pasado puede repetirlo hoy. Si la necesidad te abruma, si la escasez es tu

realidad, si atraviesas por “Sarepta” y la tentación de comerte lo poco que te

queda llega a tu mente recuerda: “Si das a Dios primero, no se escaseará de tu

botija ni el “aceite ni la harina”.

Bien lo dijo la teóloga argentina Virginia Raquel Azcuy al recitar su poema:

“Promesa para los que ya no tienen nada”

“¿Qué hacer cuando faltan el rocío y la lluvia? ¿Cómo suavizar la dureza de la

tierra y mitigar la agonía de lo creado? Gimen los sembrados. Se agrietan los

caminos —acaso, sobre todo, los del alma—. Sequía y hambre injustos que

padecen los pueblos, los de abajo, del reverso. ¿Quién se queda con el agua que

bendice la historia? ¿Quién se lleva los frutos prometidos en la aurora? Es amargo

vivir a la intemperie: sin lugar, sin techo, sin abrigo. Soledad y desarraigo, porque

lo tuyo ya no es tuyo. Y te quedaste sin casa, sin amores...”

En algún lado, escondido, habrá un torrente (17,3ss). ¡Vamos a buscarlo! ¡Qué

no apague la sed nuestra esperanza! En medio del desierto hay una fuente, un

hueco de reposo y de refresco. Es verdad que no sabemos cómo, que sólo se

encuentra al partir y dejar todo. Pero no siempre elegimos los caminos: la

fidelidad está, más bien, en saber seguirlos. ¿Por qué será que los mejores son

aquellos no previstos? Lluvias en torrentes, que como pan en migajas, sacian la

confianza que nos mueve hasta atravesar las arideces. Rocíos del día y de la

noche, que invitan al encuentro…”

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El torrente de bendiciones está en Dios, solo cree.

LLAMADO:

Hoy es el día de darle a Dios lo primero y lo mejor aunque estés viviendo en

Sarepta, dale lo que te pide y veras la provisión de Dios en ti y en tu casa. ¿Te

comprometes hoy a darle a Dios lo primero?

Pastor Henry Uribe

Director Ministerios Personas y Escuela Sabática

Asociación Central Dominicana