runamula

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LA RUNAMULA María se había quedado solamente acompañada de sus hermanitos menores, porque sus padres y hermanitos mayores asistieron a un velorio en la banda del rio y era un día viernes. María era ya una señorita de 18 años, mientras que sus hermanitos tenían 8 y 10 años, hasta que sintieron sueño y se acostaron los tres en la misma cama, para sentirse más unidos y se quedaron dormidos. Pasada la medianoche, María fue despertada bruscamente con gran sobresalto por un fuerte relincho. Vaya, pensó la chica sorprendida, si por aquí no hay caballos ¿De dónde habrá salido este? Y tras un breve silencio, escucho claramente el galopar del animal que se acercaba hacia la casa y un nuevo relincho le hizo salir de sus pensamientos para enfrentarse a la realidad. Despertó a sus hermanitos y se pusieron a observar a través de las rendijas del cerco de ponas de la habitación y vieron aparecer por el camino, un hermoso animal de color azabache y su piel despedía destellos y contemplaron al animal sin poder diferenciar si era caballo o mula y luego el animal desapareció relinchando, seguido de un precipitado galope y sonoros latigazos que le caían y luego todo quedo en silencio. Los chicos quedaron pensativos e impresionados y no pudieron dormir. Al día siguiente cuando regresaron sus padres y hermanos del velorio, le contaron lo sucedido y le pregunto a sus padres: Papa, ¿Algunos de nuestros vecinos ha comprado un caballo? No, hijita, que yo sepa. Pero por la descripción que has hecho del animal, parece que no se trata de un caballo, sino de una mula. Entonces, de donde vino esa mula que Ud. Dice pregunto la chica. Ya lo averiguaremos, hijita, no te preocupes, olvida ya, todo esto. Luego, todos fueron a sus tareas y el padre con sus hijos mayores se dirigieron a la chacra y tocaron nuevamente el tema de la mula. El padre, dijo, no quise explicarles en casa lo referente al animal que vieron sus hermanitas, pero ahora, que estamos entre hombres, podemos hablar con franqueza. Lo que ellas vieron, es el alma de doña Ana, transformado en mula por el demonio. Recuerdan que la gente murmura sobre ella, una mujer joven y sin hijos, que vive sola, por haber sido abandonada por el marido. Todo el mundo sabe que ella convive con sus compadres y también visita con frecuencia al cura, pretextando ir a lavarle la ropa y arreglar su habitación. Varias personas la han visto

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Page 1: Runamula

LA RUNAMULA

María se había quedado solamente acompañada de sus hermanitos menores, porque sus padres y hermanitos mayores asistieron a un velorio en la banda del rio y era un día viernes. María era ya una señorita de 18 años, mientras que sus hermanitos tenían 8 y 10 años, hasta que sintieron sueño y se acostaron los tres en la misma cama, para sentirse más unidos y se quedaron dormidos. Pasada la medianoche, María fue despertada bruscamente con gran sobresalto por un fuerte relincho. Vaya, pensó la chica sorprendida, si por aquí no hay caballos ¿De dónde habrá salido este? Y tras un breve silencio, escucho claramente el galopar del animal que se acercaba hacia la casa y un nuevo relincho le hizo salir de sus pensamientos para enfrentarse a la realidad. Despertó a sus hermanitos y se pusieron a observar a través de las rendijas del cerco de ponas de la habitación y vieron aparecer por el camino, un hermoso animal de color azabache y su piel despedía destellos y

contemplaron al animal sin poder diferenciar si era caballo o mula y luego el animal desapareció relinchando, seguido de un precipitado galope y sonoros latigazos que le caían y luego todo quedo en silencio.

Los chicos quedaron pensativos e impresionados y no pudieron dormir. Al día siguiente cuando regresaron sus padres y hermanos del velorio, le contaron lo sucedido y le pregunto a sus padres: Papa, ¿Algunos de nuestros vecinos ha comprado un caballo? No, hijita, que yo sepa. Pero por la descripción que has hecho del animal, parece que no se trata de un  caballo, sino de una mula. Entonces, de donde vino esa mula que Ud. Dice pregunto la chica. Ya lo averiguaremos, hijita, no te preocupes, olvida ya, todo esto. Luego, todos fueron a sus tareas y el padre con sus hijos mayores se dirigieron a la chacra y tocaron nuevamente el tema de la mula. El padre, dijo, no quise explicarles en casa lo referente al animal que vieron sus hermanitas, pero ahora, que estamos entre hombres, podemos hablar con franqueza. Lo que ellas vieron, es el alma de doña Ana, transformado en mula por el demonio. Recuerdan que la gente murmura sobre ella, una mujer joven y sin hijos, que vive sola, por haber sido abandonada por el marido. Todo el mundo sabe que ella convive con sus compadres y también visita con frecuencia al cura, pretextando ir a lavarle la ropa y arreglar su habitación. Varias personas la han visto salir en la madrugada de la Parroquia  muchas veces. Pues a esa clase de mujeres las castiga el diablo, convirtiéndolas en mula, mientras están dormidas y luego ocupa su puesto de jinete para hacerla galopar hasta el cansancio a punta de feroces latigazos y esto ocurre solamente los días martes y viernes en época de luna llena, porque al demonio le gusta lucirse en su cabalgadura a la luz de la luna, para que pueda ser vista la pecadora por ojos mortales de aquellos que transitan después de la medianoche. Y para que Uds. se convenzan, vamos a preparar un plan para esperarle en el camino el próximo viernes en que toda la luna está todavía en su esplendor, asi le daremos una paliza, además de la que recibe del diablo.

Page 2: Runamula

Estupendo papa, comento uno de los muchachos y durante toda la semana, prepararon el plan cuidadosamente para que nada les fallara si se presentaba la “runa mula”. Llegada la noche esperada del viernes, a eso de las once aproximadamente, el padre cogio un machete largo, los tres hijos sendos garrotes y se escondieron, junto con otros vecinos de confianza para participar en este plan.

La luna ya había salido y alumbraba lo suficiente como para distinguir bien a la bestia, serian ya cerca de las doce de la noche, cuando escucharon los relinchos todavía lejanos, después sintieron el galopar que se iba acercando sin dejar de relinchar, se escuchaba los azotes que caía sobre el animal.

Por fin, la vieron, venia en carrera, echando chispas por la nariz y la boca. Un jinete vestido de ropas oscuras, la azotaba fuertemente y el jinete tenía un sombrero negro que le cubría hasta media frente. Al principio sintieron miedo, pero reaccionaron y justo al instante que pasaba la mula junto a ellos lograron asestarle un solo golpe cada uno y comprobaron que el jinete había desaparecido misteriosamente.

Repuestos del asombro, corrieron en la dirección que había venido el animal, con la intención de descubrir al jinete que suponían se había arrojado al suelo, pero resultó inútil la búsqueda, porque el jinete no estaba por ningún lado. Mientras tanto la ”runa mula” seguía corriendo y recibiendo golpes de las otras parejas que estaban ocultas en el camino, luego la runamula se perdió de vista.

Luego todos los participantes en este plan, satisfechos de haber logrado sus objetivos, comentaron que el jinete era nada menos que el mismo diablo, como es la creencia popular. Al día siguiente, siguiendo con el plan trazado, se debía confirmar los resultados de lo sucedido a la runamula y para eso, era preciso visitar a la sospechosa. Al pasar por la casa de doña Ana, se detuvieron en el camino, el padre y los hijos y tocaron a su puerta.

Una voz lánguida y adolorida contesto del interior: Pasen, pasen, aquí me tienen metida en la cama, sin poder moverme, me duele todo el cuerpo, como si me hubieran dado una paliza, pero anoche me acosté temprano sin sentir ninguna molestia y tengo moretones en todo mi cuerpo, como si me hubieran dado una paliza.

Y le dijeron a ella que se mejore y que más tarde iban a venir a visitarla nuevamente. Luego ellos se condolieron de ella y sintieron mucha compasión, no sin cierto remordimiento de culpa por la barbaridad que habían cometido con ella, tan solo por simple curiosidad.

Con este hecho, ya no quedaba dudas sobre la existencia de la RUNA MULA.

Page 3: Runamula

El Chullachaqui.

Calixto, era un joven que residía en la zona rural, muy distante del pueblo. Todos los fines de semana iba a vender sus productos agrícolas y se hospedaba donde su tío. El lunes muy temprano retornaba por un angosto camino que le conducía hasta su casa, atravesando un amplio monte lleno de animales peligrosos. No tenía miedo, era valiente, un fin de semana se adelantó en volver, era "domingo siete". -Calixto, quédate, es un día malo... -dijo su tío. El joven hizo caso omiso a la petición de su tío. Arribó al atardecer a su casa y escuchó silbar a las perdices al filo de la chacra, cogió su escopeta y se fue a cazar. De inmediato llegó al lugar, con mucha precaución se fue acercando donde las escuchó gritar, la

última vez. Avanzaba agazapado, vió moverse una rama. Efectivamente allí estaban posadas, levantó la escopeta, apuntó y disparó en el bulto. Las aves volaron y una cayó al suelo, estaba buscando y escuchó que algo pataleaba, la perdiz daba sus últimos momentos de vida, arrimó su escopeta a un árbol. Cuando se proponía levantar la presa, apareció un ser exótico muy raro que le impidió el paso. Se quedó turulato, era algo inaudito. El ser extraño era enano, panzoncito, los dientes negros y sobresalientes, completamente peludo como un oso, tenía una melena larga que llegaba hasta el suelo, un pie al revés, y usaba hojas como vestido, en realidad era horrible.

El pequeño hombrec1illo agarró al joven para morderlo y se pusieron a pelear, después de una ardua riña aprovechó un descuido, de su adversario, propinándole un fuerte golpe, de inmediato le soltó. Con mucha agilidad saltó donde estaba su escopeta y disparó contra el extraño en todo el vientre. El enanito cayó de espalda al suelo, las tripas se le chorreaban y tenía que metérselas en su lugar. Calixto al ver esa escena botó su escopeta y se olvidó de la perdiz, corrió pidiendo auxilio. Llegó a su casa botando espuma por la boca, subió dos gradas y cayó desmayado al piso de emponado. -¡Mujer, algo estraño le ha sucedido a Cali!, sale a la puerta y encuentra tirado a su vástago, se asusta al verle en ese estado, llama a su mujer, busca su zapato, atiende al desmayado, coge su machete y el candil. ¡Cuida de cali, iré en busca del curandero!. Al cabo de un cierto tiempo llegaron los dos hombres. El curandero se ocupó del joven tomándole el pulso. -Pronto estará bien. El curandero se puso a fumar su cachimbo, y con el humo iba soplando por la cabeza y resto del cuerpo de Calixto, que permanecía echado en el emponado, sin poder hablar. Hizo tres veces la misma operación. - Ya está curado. -¿Qué ha tenido? -preguntó el padre. -¿Qué ha sufrido mi hijito?... -la madre se pasea por el emponado. -Señor -se sentó y se dibujó una sonrisa irónica en el rostro-, fue el chullachaqui que le asustó. -¿El chullachaqui? -repitieron los padres. Fuera de casa, el curandero narró como sucedió. Los padres se asombraron. -El chullachaqui es el diablo de la selva, les aparece a todas las personas que no creen en Dios, o no están bautizados, el muchacho estará bien, ya pasó todo el peligro. Al día siguiente relató a sus padres, igual como había narrado el curandero. Luego se dirigió al lugar de lo ocurrido a recoger la escopeta. El terreno donde lucharon estaba todo revuelto. Al ave la estaban comiendo las hormigas y a un costado se encontraba un pequeño tronco podrido con un agujero en medio. -Regresemos a casa -dijo el padre-. Ahora pensemos en los padrinos para bautizar a Cali. -Si, los padrinos -dijo la Mujer. -No tengan miedo -dijo el maestro-. Sólo es un cuento.