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“EL CHAMAMÉY “EL RITUAL DEL GAUCHITO GIL” La leyenda de Antonio Mamerto Gil Núñez, oriundo de Mercedes, Corrientes también conocido como Curuzú Gil, o simplemente como el Gauchito Gil ha crecido y se ha expandido a través de la fe desde esta provincia, junto con el chamamé.

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Page 1: Ritual Gauchito Gil

“EL CHAMAMÉ”

Y

“EL RITUAL DEL GAUCHITO GIL”

La leyenda de Antonio Mamerto Gil Núñez, oriundo de Mercedes, Corrientes también conocido como Curuzú Gil, o simplemente como el Gauchito Gil ha crecido y se ha expandido a través de la fe desde esta provincia, junto con el chamamé.

Gerardo Ariel TremariHistoria de la música argentina y latinoamericana

Profesor: German RossiEscuela de Arte “Republica de Italia”

Florencio Varela, 2011

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1) Introducción

“Dicen que es que es un rito arcano del éxodo correntino,venerado en los caminos como un misterio cristiano”

Román Blanco1

En este trabajo se tratará de comprobar la importancia que tiene el estilo musical folclórico “chamamé” en relación al ritual de origen popular, llevado a cabo con la figura del Gauchito Antonio Gil, en “La Posta del Gauchito Gil” de la Localidad de La Carolina en el partido de Florencio Varela de la provincia de Buenos Aires, que diferencias encontramos en las celebraciones de los días ocho de cada mes con todos los domingos del año y como el rito se ha ido propagando de su lugar original.

Se tomó como inicio de la investigación el primer domingo y el ocho de octubre del 2011, donde se conmemora dicho evento.

1 Blanco, Roman, 2011, Como un Manantial, Buenos Aires.

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2) El Chamamé y el Ritual del Gauchito Gil

El rito

Como hemos mencionado los días ocho de cada mes se rinde culto al Gauchito Gil, siendo el homenaje más importante el ocho de enero, por ser el aniversario de su fallecimiento, aunque en este lugar encontramos festejos todos los domingos del año, hallándose el altar disponible en toda ocasión para rendirle culto al santo patrono y dejarle algunas ofrendas como velas y cintas coloradas, figuras del santito, cigarrillos, botellas de vinos, dinero, cartas y otros tipos de votos. Como dice Andrés A. Salas2,

“La religiosidad popular es una realidad sumamente compleja que corresponde a una cultura, a una tradición, en contexto muy determinado, generalmente apegada a formas antiguas, con resistencia a todo tipo de cambios.

Son transmisiones culturales que resisten el paso del tiempo y a cualquier movimiento globalizador. Recordemos que se entiende por folclore al saber del pueblo, pero no necesariamente contrapuesto al saber culto u oficial. Por eso tenemos el caso del padre Julian Zini, reconocido en todos los segmentos de la sociedad como uno de los máximos referentes, y creador de memorables piezas, donde la correntinidad y la religiosidad, articulan imágenes de elevada poesía y de fuerte y visceral contenido. (ver anexo) Citando a Carvalho, podemos agregar:

Las formas musicales pertenecientes a los circuitos sociales y rituales tradicionales siguen operando de un modo casi opuesto a un modo urbano y de los medios tecnológicos: su énfasis suele estar en mantener, conservar lo más intacto posible un determinado objeto sonoro con su modo específico y único de impactar los sentidos. (…)3

Una determinada población, en este caso la del litoral, provee el estilo de música que junto con la danza, actúa sobre las personas, el chamamé para volverse una experiencia sensorial, estética, intelectual de trascendencia singular.

2 Salas Andres Alberto, 2004, Creencias y espacios religiosos del NEA, Subsecretaria de Cultura de la Provincia de Corrientes, Corrientes.

3 Carvalho, Jose Jorge de. Hacia una etnografía de la sensibilidad musical contemporánea. 1995. Brasilia.

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“El resultado acústico de esa interacción social no es percibido como tal a la hora de su reproducción por medios mecánicos para difusión masiva“ Carvalho, Jose J. (1995)

Tal como encontramos en este paraje, donde música y religiosidad se unen fuertemente de parte de los músicos, anfitriones y público en general, para rendir culto a quien según la leyenda este gaucho, de tipo de vida marginal, y de características individualista e introvertida, como todo paisano y en contra de los regímenes establecido en su provincia y de la iglesia ortodoxa católica, quien en vida, este santo, se comportaba como un Robin Hood argentino. Ídolo de la peonada y de clases bajas, cobra vida gracias a la devoción que le emprende su propio asesino en 1879, en la ciudad de Mercedes, Corrientes.

Música y danza

El chamamé es una modalidad del folclore musical de la Provincia de Corrientes, junto con el Rasguido Doble y el Valseado. Es una expresión que ha evidenciado una vitalidad que crece con el tiempo y la distancia. Podemos nombrar como marco de influencia a dos culturas: la Guaraní y la Hispana. Las fuentes aborígenes, la influencia jesuítica, mas la vertiente hispana, han generado una fusión tan rica y expresiva en matices, junto a su noble y autentica creatividad4. También gracias a aquellos primeros músicos intuitivos de zonas rurales, muchos anónimos, pioneros del chamamé, que han sido los creadores de un sinfín de melodías.

Su conformación musical hay que ubicarla hacia 1870, cuando en el acordeón de dos hileras de cantos y ocho bajos, conocido popularmente como "verdulera", llega a Corrientes de las manos de los inmigrantes europeos. Así, y en combinación con la voz humana, el bandoneón, el contrabajo y las guitarras, terminaron por definir el sonido de esta música argentina.

En su origen, el chamamé fue una danza rural de pareja, pero la mencionada expansión por toda la Mesopotamia primero, y por el resto del país. Luego se produjo también como un género "vocal-instrumental". Las poesías Y las temáticas que se describen en las canciones son una clara expresión de la cotidianidad del origen y de las tradiciones de Corrientes. 

Cuando alguien puede describir el sentimiento de todos, con la música, con la glosa o con el canto, entonces brota en forma

4 Pineyro, Enrique Antonio, 2009, Chamamé: siglo XXI, Nuevas generaciones del folclore musical Correntino, Subsecreteria de Cultura de la Provincia de Corrietes.

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espontánea, el sapukay5, desde lo más profundo del alma.  Como en todo lenguaje, la música toma de su lugar de origen rasgos particulares de sus habitantes, aspectos que forman parte de su cultura, en una manera particular de comunicarse entre sí.

Según Veit Erlmann, en el libro de Ana Maria Ochoa6, que habla como la

música se ve afectada por un proceso local, para delimitar nuevas relaciones de expansión y tiempo:

“De un modo diferente a cualquier otro aspecto de la cultura masiva, la música organiza la mediación social situada a nivel local y mantenida colectivamente en la memoria”, (…).

Estoy de acuerdo con el autor, después de haber visitado el lugar de investigación, como el chamamé afectado a un lugar determinado y mantenido en la memoria colectiva, por un fenómeno del éxodo, y bajo su efecto globalizante, es mantenido en la memoria de la fe y en la expansión del tiempo, no siendo otro estilo folclórico el encargado de acompañar a dicho ritual.

Y como sigue diciendo:

“La música entonces se convierte en un medio que media la mediación”.

Junto con la música y el idioma, como elementos determinantes en el folclore, e impregnados el uno con el otro, observo su imposibilidad de disociación, trasladando o respetando lo acentual del guaraní y del yopará7 en lo melódico y rítmico como un todo.

(…) “funciona como en contexto social interactivo, un conducto para otras formas de interrelación, otra formas de mediación social y para apropiarse del mundo”.

Estas formas de identificación, o apropiación del mundo, a la que hacen referencia los autores y que en este trabajo expongo como un todo, encontramos dentro de la provincia de Corrientes diferentes modalidades o variantes rítmicas, que obedecen fundamentalmente en el sentido rítmico que asumen los ejecutantes; una primera variante es una manera rítmica lenta y medianamente rápida, en la que la coreografía obedece y origina una modalidad llamada: Estilo Cocomarola.

Una segunda variante que cubre la zona céntrica de la provincia de Corrientes, y es casi lento: Estilo Mercedeño o Kangui.

5 Sapucay: “grito” en guaraní. Grito agudo, largo y visceral, característico del chamamé.6 Ochoa, Ana Maria, Musicas locales en tiempos de globalización, 2003,Grupo Editorial Norma, Buenos Aires. 7 Es la mescla del guaraní y el español.

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Muchas veces cubre dos tiempos en un paso de la pareja en el baile, que sin perder el compás mantiene un porte elegante y es todo el cuerpo que reproduce ese gesto altivo y de cierta dignidad caballeresca.

Otra variante es el (estilo ramada guipe) cuyo ritmo característico sería la modalidad acordeonística de Tarrago Ros, que por su rapidez de ejecución muchos denominan: Estilo Tarragosero o Kireí, con mucho movimiento y mucho zapateo reiterado, alegre y brioso.

Por último el: Estilo Picado o Montielero una manera rápida de ejecutar la danza -ejemplo Ernesto Montiel-se hace libre y flexible, persistiendo el porte caballeresco8.

Si atendemos a su condición de música folclórica, el chamamé no cuenta con la antigüedad de otras danzas argentinas, en esa especie, aunque debemos reconocer que su área  de expansión y de penetración en el espíritu de los argentinos es muy superior al de muchos de aquéllos. 

El chamamé es hoy una de las pocas danzas populares argentinas, que se baila de manera masiva en todo el país y que nunca ha perdido vigencia.

El chamamé es una danza alegre y animada, es un ritmo que como elemento cultural trasciende la música, ya que se convierte en expresión personal y colectiva.

Como se puede observar diferentes expresiones en un mismo estilo sirven de identificación de una provincia. Está en su origen, en su identidad y en su expansión a partir de la migración de sus gentes, tanto dentro del país como también, en países extranjeros.

3) Música y celebración en “La Posta del Gauchito Gil”

8 Extraído de “Chamamé: Siglo XXI”, de Piñeyro José Antonio

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Descripción y comparación de las prácticas sonoras

A Buenos Aires llegaron nuestros abuelos un día,aquí sembraron familiascon costumbres guaraní

y como “herencias de fe”se trajeron de Corrientes

el amor al chamamé,al gauchito Antonio Gil

y a la virgen de Itatí.

Román Blanco

“La Posta del Gauchito Gil”, ubicado en el distrito de Florencio Varela, provincia de Bs. As., (a veinte kilómetros de La Plata y a treinta de la Capital Federal), en el paraje “La Carolina”, donde se concentran una gran cantidad de habitantes provenientes de las provincias del litoral y noreste de nuestro país, la mayoría con raíces guaraníticas: Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa y de países vecinos como Paraguay, Uruguay, etc.

Geográficamente se encuentra en una zona semi-rural, perteneciente al tercer cordón suburbano de la provincia de Bs. As, que a partir de la gran explosión demográfica surgida en este lugar hace unos años se encuentra poblada en más del veinte por ciento que en el año dos mil, (según fuente del último censo poblacional).

“La Posta del Gauchito Gil”, se caracteriza por la concurrencia de estos grupos étnicos, que los días ocho de cada mes y domingos afines a dicha conmemoración se dan cita para rendir culto a su santo popular.

El local es un tinglado con techo de chapas y cubren los costados, como paredes precarias, paños de lonas.

Está ambientado con características camperas y decorado sencillamente con cintas y banderas coloradas.

El mobiliario es escaso, están constituidos por bancos y tablones que se arman como mesas y distribuidos en los laterales del mismo.

En el frente se destaca un pequeño escenario, donde los musiqueros despliegan su arte, de manera aficionada, alejado de toda pretensión profesional y al costado de dicho tablado se halla el altar propiamente dicho del santo patrono.

En el centro se encuentra la pista de baile donde los devotos, promeseros y público en general danzan al son de esta música litoraleña.

Las personas pueden ir con sus familias, primero se dirigen al altar, se persignan, prenden velas rojas, realizan una oración tocan la imagen del

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santo, luego se instalan a los costados de la pista donde se desarrolla la fiesta. Llevan mate, comidas, viandas y el local provee agua caliente, si quieren pueden consumir bebidas a un precio razonable. El día de la celebración la anfitriona convida, algunas comidas como torta frita o torta a la parrilla, típicas de la región.

En el colorido de las vestimentas también encontramos una manera de rendirle culto y es precisamente un orgullo para el “mencho” o paisano, vestirse con atuendos colorados, si son promeseros o con bombachas y pañuelos azules o blancos, si son simplemente devotos. Lucen anchos sombreros de paño con barbijos, botas con tacos y espuelas “llamadoras” para zapatear.

Las mujeres también se visten de gaucho o de paisana, lo que destaca la impronta masculina del ritual. Las ofrendas son más importantes ese día, comparado con el primer domingo de festejo.

La anfitriona, dueña del lugar y promesera del santo, viste un gran vestido colorado y aclara que aparte de la devoción que tiene por su santo en gran parte logra su cometido manteniendo parte de nuestra cultura popular, sin necesidad de cobrar entradas y ningún tipo de lucro. La casa se reserva al derecho de admisión o permanencia que ella misma hace cumplir.

Todo lo expuesto es para diferenciar este santuario o boliche de campo

con otro tinglado-santuario, situado a una cuadra y media, llamado “Santuario del Gauchito Gil”, donde podemos encontrar la venta de todo tipo de accesorios e imágenes relacionado con el santo. El altar se encuentra en la parte exterior del tinglado, el salón de baile es a puerta cerrada y se cobra una entrada de treinta pesos, lo único gratis es el estacionamiento en un gran predio y la visita a la imagen del santo patrono que tiene una capilla propia y un oratorio para otros santos, algunos de orígenes paganos.

Volviendo a al lugar de nuestra investigación, la pista de baile también llamada “cancha”, observamos, al igual que Enrique Antonio Piñeyro en

“Chamamé: siglo XXI”, en un mismo baile pueden coexistir parejas con diversos estilos o modalidades coreográficas.

Lo que prefigura que en muchos casos los bailarines son de otras zonas y han aprendido a bailar a su manera conservando el estilo propio de su lugar de origen.

Es aquí donde nos planteamos las diferencias musicales en el rito y el festejo.

Aclaro antes que nada que los días de celebración encontramos mucho más público y dentro de este, muchos más músicos que cualquier otro domingo, dispuestos a rendirle culto a su santo patrono.

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Dentro del gran repertorio de canciones y estilos que existen en la música folclórica del nordeste argentino, más exactamente en la provincia de Corrientes y dentro de las variantes rítmicas del chamamé, como vimos anteriormente, existen incluidos un gran número de canciones referida a la leyenda y a la persona del Gauchito Gil, (ver anexo).

Dichos elementos son utilizados por los musiqueros el día ocho ininterrumpidamente durante todo el día en sus diferentes códigos y formatos de producción, (en especial la música en vivo).

No quiere decir que cualquier otro domingo de festejo no se escuche algún chamamé relacionado al santo, ni que los días ocho no se toque o baile algún chamamé tradicional.

Nombramos también la presencia de un sonidista-discjockey, que antes, después y entre medio de los grupos de músicos pone chamamé de manera ininterrumpida a la jornada. En los días de celebración puede concurrir algún grupo reconocido a hacer un pequeño show, a manera de ofrenda, por sentirse protegido en la profesión.

En general, los otros domingos si se acerca al lugar algún grupo chamamesero, aparte de dedicarle alguna canción al patrono, lo hace puramente por publicidad, ya que el lugar no le paga a los artistas por actuar, solo le convida alguna comida, bebida y mucha hospitalidad.

El instrumento característico, como ya ha sido mencionado, es el acordeón (o el bandoneón), acompañado por dos o tres guitarras cuyos ejecutantes suelen ser los cantores.

Aclaramos que muchas veces los músicos se conocen en ese momento, y otras veces ya han participado de alguna práctica musical chamamesera juntos, en el lugar o en cualquier otro sitio.

La performance musical de cada grupo que se larga a tocar en la jornada de celebración es en casi todos los grupos parecida, algunos tocan todos los temas enganchados. Otros con espacios entre canción y canción, donde aprovechan para dar descanso a los bailarines, mientras esbozan dedicaciones, tanto al Santo, a la anfitriona, o al público en general.

Siempre guiado por el acordeón, que con solo las primeras notas, a manera de levare, los guitarreros entran en coordinación rítmica.

Ese levare o anacrusa, por lo general de tres valores pulso, o a veces apenas mayor, de medio tiempo más. Estamos hablando en base a un ritmo

de ¾, ya que esta la posibilidad de contar en 6/8, ósea que el levare cuenta un compas antes, para marcar la velocidad de la canción a ejecutar. Puede llegar hasta dos compases, si hablamos de un chamamé kangui.

En la armonía no hay mucha complicación, ya que antes de empezar, cuando afinan junto con el acordeón, establecen en que tonalidad tocaran, y no la varían en toda la performance. A no ser que ya se conozcan entre sí, o este pautado el repertorio de canciones, donde ellos, según como le llaman, hacen una “variación”, que es una modulación a la región de la subdominante, o a la “segunda” donde suben un tono la armonía, para reafirmar algunos versos, y finalizar el estribillo con más ímpetu. Este ímpetu o modulación, se hacen en algunas de las canciones, cuando el público aprueba la labor de los músicos con la expresión de un sapucay y la concurrencia de las parejas en la pista de baile.

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4) Conclusión

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A partir de lo expuesto se podemos afirmar que la música es un elemento indispensable en la interacción de los rituales como un hecho formativo propio de los pueblos y de su expansión cultural; es entendida como una conjugación fuertemente ligada entre sí.

Como un imaginario colectivo sirve de vehículo para resaltar en la producción artística un aspecto devocional, y en este caso, la música y la danza logra transmitir inalterable la religiosidad popular.

Ambas manifestaciones nacidas en un ámbito que toca lo marginal, con identidad barbárica pero con la alegría desbordante, típico de sus ancestros guaraníes, por fuera de de los cánones eclesiásticos y academias europeas, se convierten en una particular manera de identificarse y de sentirse identificado.

5) Anexo

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Dentro de un centenar de canciones ofrecidas y escritas a nuestro santo patrono, nombro unas pocas, pero que podemos encontrar algunas recopiladas en “Chamames del Gauchito Gil” de Enrique Flores.9

9 Revista de literaturas populares, año VIII, numero 2, julio-diciembre 2008.

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El santo de los caminos(Roman Blanco)

Francisco Gil se murió,Por degüello de un avá,Un escuro juez de pazSentencio su linchamiento.

Desangrado el inocente un árbol pinto de rojo,allá por mil ochocientos en las Mercedes, Corrientes.

Y en esa triste alboradaHasta el cielo enrojecióSu poncho flotando al vientoCual bandera colorada.Antiguos credos veneran el prodigioso furtivoQue en los montes correntinosSus milagros se ponderan.

Profunda fe que se mezclaArraigándose en su puebloComo un gaucho milagrero, con sus milagros se ponderan.

Camisa celeste al viento;Rojo pañuelo en el cuello,Bombacha blanca y sombrero,Con botas negras de cuero.

Dicen que es un rito arcano,Del éxodo correntino,Venerado en los caminosComo un misterio cristiano.

Para el dia ocho de eneroA su oratorio visitanPeregrinos que necesitanComo nosotros, su ruego.

Sus prodigios han recorridoTodo el mundo conocido,Gauchito Gil correntino,¡ mi santo de los caminos!

Al gauchito Gil(El Gaucho Talas) Allá en corrientes,allá en mercedeshay un gauchitoque es salvacióntodos los fielesy promesantesle dan un resoen oración.

Banderas rojas,flamean al vientocomo homenajeal pueblo diopor ser valientesalvo a los pobresy al más humildeles dio su amor.

Estribillo

gauchito gil,que allá en el cielohoy tus paisanosrezan por vos,gauchito gilfiel correntinoson tus milagrosde paz y amor...

cerca del cruce,de las picadaslo asesinarony fue a traiciónlo degollaronsalvajementey el gaucho gil...les dio el perdón.

y el les gritabaque era inocentepero el sargentono lo escuchocon su macheteapago la vidade un gaucho nobleque esta con dios.

La Cruz Gil (Padre Julián Zini)

Como quien sale hacia el norteY tira al oeste y se va,A un poco más de mercedesA una legua, allí está.

Parece una llamaradaQuemando el espinillar,Las velas queman abajoLas banderas, al flamear;Viejo cruce de caminos,Juntito a un algarrobal.

Cuentan que un ocho de enero,Después de San Baltasar(me lo decía María),La partida policialLo sorprendió y lo detuvo,Mientras se puso a sestear.

Aunque estaba acompañado,Nada pudo y se entrego;Mataron a trabucazosa los otros, que eran dos,Pues tenia sentenciaPor gauchillo y desertorLo colgaron de los pies,Y un indio lo degolló.

Cuando volvió la partida,Cumplida la comisión,Se comprobó su inocencia,Y la gente se entero,Por los mismos matadores,

De todo lo que paso,Y de la cruz de espinilloQue allí clavada quedo.

La cruz que tanto jaleoVino a suscitar después,Cuando el dueño del lugarBarrió con todo: allí fueQue se quedo medio locoY le empezó a sucederUna collera de cosasQue son para no creer

Desde entonces, los viajerosLe dejan algo al pasar:Plata, velas o cigarros,Que uno los puede ocuparCon tal que rece , al llevarlos,Por el difunto, nomas.

No vaya a cruzar de largo,Ya que le puede ir mal:Si con rezar un bendito,No pierde y ha de ganar.

Los promeseros le dejan, Para pagarle un favor,En mástiles de tacuara,Banderas de color, casi todas coloradas,que, agradeciéndole a dios,se destiñen en el viento,bajo la lluvia y el sol.

Cruces de fierro forjado,También suelen llevar,Y hay promesas que se paganCon un baile en el lugar.

Por eso, algunos domingosDe cordeón y mbaracáResucita la bailanta,Y es ese un milagro más.

Milagroso Antonio Gil(Coco Diaz)

Todos losocho de eneroCon guitarras y acordeon,Llegamos de corazónA cumplir nuestra promesa.

Llenos de fe y esperanza,Frente a tu cruz milagrosa,Estamos en el altarPidiendo salud, trabajo,Amor y felicidad.

Antonio Gil veneradoRezamos con devoción,Agradecidos, Gauchito,Por tu santa bendición.[sapukay]

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6) Bibliografía

BLANCO Román: Como un Manantial, Provincia de Buenos Aires, 2011.BLANCO Román: Herencias de Fe, Provincia de Buenos Aires, 2009.BOIDIN Capucine: Jopará una vertiente Sol y Sombra del mestizaje, tupí y guaraní. 2006. BOIDIN Capucine: Mestizaje Lingüístico, 2004.CARVALHO, José Jorge: Hacia una etnografía de la sensibilidad musical contemporánea, 1995. Brasilia.Grupo Editorial Norma, Buenos Aires.OCHOA, Ana María: Músicas locales en tiempos de globalización, 2003, PIÑEYRO, Enrique Antonio: Chamamé SigloXXI, Nuevas Generaciones del Folclore Correntino,2009, Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Corrientes.Revista de literaturas populares, año VIII, numero 2, julio-diciembre 2008.SALAS, Andrés Alberto: Creencias y espacios religiosos del NEA, 2004, Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Corrientes.

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Índice

1) Introducción 2) El Chamamé y el Ritual del Gauchito Gil 3) Música y celebración en “La Posta del Gauchito Gil” 4) Conclusión 5) Anexo 6) Bibliografia