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Revolución de Mayo La Revolución de Mayo fue la serie de acontecimien- tos revolucionarios ocurridos en mayo de 1810 en la ciu- dad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, dependiente del rey de España, y que tuvieron como consecuencia la deposición del virrey Baltasar Hi- dalgo de Cisneros y su reemplazo por la Primera Junta de gobierno. Los eventos de la Revolución de Mayo se sucedieron du- rante el transcurso de la Semana de Mayo, entre el 18 de mayo, fecha de la confirmación oficial de la caída de la Junta Suprema Central, y el 25 de mayo, fecha de asun- ción de la Primera Junta. La Revolución de Mayo inició el proceso de surgimiento del Estado Argentino sin proclamación de la independencia formal, ya que la Primera Junta no reconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, pero aún gobernaba nominalmente en nombre del rey de España Fernando VII, quien había sido depuesto por las Abdicaciones de Bayona y su lugar ocupado por el francés José Bonaparte. Aun así, dicha manifestación de lealtad, conocida como la máscara de Fernando VII, es considerada una maniobra política que ocultaba las intenciones independentistas de los revolucionarios. La declaración de independencia de la Argentina tuvo lugar posteriormente durante el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816. 1 Causas 1.1 Causas externas La declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776 inspiró movimientos similares en las colonias españolas en Amé- rica. La declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776 de Gran Bretaña sirvió como un ejemplo pa- ra los criollos de que una revolución e independencia en Hispanoamérica eran posibles. La Constitución estadou- nidense proclamaba que todos los hombres eran iguales ante la ley (aunque, por entonces, dicha proclamación no alcanzaba a los esclavos), defendía los derechos de propiedad y libertad y establecía un sistema de gobierno republicano. A su vez, desde finales del siglo XVIII se habían co- menzado a difundir los ideales de la Revolución fran- cesa de 1789, en la cual una asamblea popular finalizó con siglos de monarquía con la destitución y ejecucio- nes del rey de Francia Luis XVI y su esposa María An- tonieta y la supresión de los privilegios de los nobles. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciu- dadano, cuyos principios eran "Liberté, égalité, fraterni- ", en español “libertad, igualdad, fraternidad”, tuvo una gran repercusión entre los jóvenes de la burguesía crio- lla. La Revolución francesa motivó también la expansión en Europa de las ideas liberales, que impulsaban las li- bertades políticas y económicas. Algunos liberales políti- cos influyentes de dicha época, opuestos a las monarquías y al absolutismo, eran Voltaire, Jean-Jacques Rousseau, Montesquieu, Denis Diderot y Jean Le Rond d'Alembert, mientras que el principal representante de la economía li- beral era Adam Smith, autor del libro La riqueza de las naciones que proponía el libre comercio. Aunque la difusión de dichas ideas estaba muy restringida en los territorios españoles, pues no se permitía el ingreso de tales libros a través de las aduanas o la posesión no autorizada, igualmente se difundían en forma clandestina. Las ideas liberales alcanzaron incluso al ámbito eclesiástico, Francisco Suárez sostenía que el poder político no pasa de Dios al gobernante en forma directa sino por intermedio del pueblo. Éste sería entonces, de acuerdo con Suárez, el que posee el poder y lo delega en hombres que manejan al estado y si dichos gobernantes no ejercieran apropiadamente su función de gerentes del bien común se transformarían en tiranos y el pueblo tendría el derecho de derrocarlos o enfrentarlos, y establecer nuevos gobernantes. [1] En Gran Bretaña, mientras tanto, se inicia la revolución industrial, y para satisfacer ampliamente las necesidades de su propia población necesitaba nuevos mercados a los cuales vender su creciente producción de carbón, acero, telas y ropa. Gran Bretaña ambicionaba que el comer- cio de las colonias españolas en América dejara de estar 1

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  • Revolucin de Mayo

    La Revolucin de Mayo fue la serie de acontecimien-tos revolucionarios ocurridos en mayo de 1810 en la ciu-dad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Ro dela Plata, dependiente del rey de Espaa, y que tuvieroncomo consecuencia la deposicin del virrey Baltasar Hi-dalgo de Cisneros y su reemplazo por la Primera Junta degobierno.Los eventos de la Revolucin de Mayo se sucedieron du-rante el transcurso de la Semana de Mayo, entre el 18 demayo, fecha de la conrmacin ocial de la cada de laJunta Suprema Central, y el 25 de mayo, fecha de asun-cin de la Primera Junta.La Revolucin de Mayo inici el proceso desurgimiento del Estado Argentino sin proclamacinde la independencia formal, ya que la Primera Juntano reconoca la autoridad del Consejo de Regencia deEspaa e Indias, pero an gobernaba nominalmente ennombre del rey de Espaa Fernando VII, quien habasido depuesto por las Abdicaciones de Bayona y su lugarocupado por el francs Jos Bonaparte. Aun as, dichamanifestacin de lealtad, conocida como la mscara deFernando VII, es considerada una maniobra polticaque ocultaba las intenciones independentistas de losrevolucionarios. La declaracin de independencia de laArgentina tuvo lugar posteriormente durante el Congresode Tucumn el 9 de julio de 1816.

    1 Causas

    1.1 Causas externas

    La declaracin de Independencia de los Estados Unidos en 1776inspir movimientos similares en las colonias espaolas en Am-rica.

    La declaracin de Independencia de los Estados Unidosen 1776 de Gran Bretaa sirvi como un ejemplo pa-ra los criollos de que una revolucin e independencia enHispanoamrica eran posibles. La Constitucin estadou-nidense proclamaba que todos los hombres eran igualesante la ley (aunque, por entonces, dicha proclamacinno alcanzaba a los esclavos), defenda los derechos depropiedad y libertad y estableca un sistema de gobiernorepublicano.A su vez, desde nales del siglo XVIII se haban co-menzado a difundir los ideales de la Revolucin fran-cesa de 1789, en la cual una asamblea popular nalizcon siglos de monarqua con la destitucin y ejecucio-nes del rey de Francia Luis XVI y su esposa Mara An-tonieta y la supresin de los privilegios de los nobles.La Declaracin de los Derechos del Hombre y del Ciu-dadano, cuyos principios eran "Libert, galit, fraterni-t", en espaol libertad, igualdad, fraternidad, tuvo unagran repercusin entre los jvenes de la burguesa crio-lla. La Revolucin francesa motiv tambin la expansinen Europa de las ideas liberales, que impulsaban las li-bertades polticas y econmicas. Algunos liberales polti-cos inuyentes de dicha poca, opuestos a las monarquasy al absolutismo, eran Voltaire, Jean-Jacques Rousseau,Montesquieu, Denis Diderot y Jean Le Rond d'Alembert,mientras que el principal representante de la economa li-beral era Adam Smith, autor del libro La riqueza de lasnaciones que propona el libre comercio.Aunque la difusin de dichas ideas estaba muy restringidaen los territorios espaoles, pues no se permita el ingresode tales libros a travs de las aduanas o la posesin noautorizada, igualmente se difundan en forma clandestina.Las ideas liberales alcanzaron incluso al mbitoeclesistico, Francisco Surez sostena que el poderpoltico no pasa de Dios al gobernante en forma directasino por intermedio del pueblo. ste sera entonces, deacuerdo con Surez, el que posee el poder y lo delega enhombres que manejan al estado y si dichos gobernantesno ejercieran apropiadamente su funcin de gerentesdel bien comn se transformaran en tiranos y el pueblotendra el derecho de derrocarlos o enfrentarlos, yestablecer nuevos gobernantes.[1]

    En Gran Bretaa, mientras tanto, se inicia la revolucinindustrial, y para satisfacer ampliamente las necesidadesde su propia poblacin necesitaba nuevos mercados a loscuales vender su creciente produccin de carbn, acero,telas y ropa. Gran Bretaa ambicionaba que el comer-cio de las colonias espaolas en Amrica dejara de estar

    1

  • 2 1 CAUSAS

    La coronacin en Espaa de Jos Bonaparte sembr dudas sobrela legitimidad de la autoridad virreinal.

    monopolizado por su metrpoli. Para lograr este n in-tent conquistarlas -intentona fallida en el Ro de la Platamediante las dos Invasiones Inglesas, de 1806 y 1807- obien promovi su emancipacin.En Europa se desarrollaban las Guerras Napolenicas,que enfrentaron al Imperio Napolenico francs contraGran Bretaa y Espaa, entre otros pases. Francia tu-vo una gran ventaja inicial y, mediante las abdicacionesde Bayona, forz la renuncia de Carlos IV de Espa-a y su hijo Fernando VII. stos fueron reemplazadosen el trono espaol por Jos Bonaparte, hermano delemperador francs Napolen Bonaparte. La monarquaespaola intent resistir formando la Junta Suprema deEspaa e Indias o Junta Suprema Central y, tras la derro-ta de sta, el Consejo de Regencia de Espaa e Indias oConsejo de Regencia.

    1.2 Causas internas

    En el Virreinato del Ro de la Plata el comercio exteriorera un monopolio de Espaa y legalmente no se permitael comercio con otras potencias. Esta situacin era alta-mente desventajosa para Buenos Aires ya que la coronaespaola minimizaba el envo de barcos rumbo a dichaciudad. Esta decisin de la metrpoli se deba a que lapiratera obligaba a enviar a los barcos de comercio con

    El rey Fernando VII de Espaa.

    una fuerte escolta militar, y ya que Buenos Aires no con-taba con recursos de oro ni de plata ni dispona de pobla-ciones indgenas establecidas de las cuales obtener recur-sos o someter al sistema de encomienda, enviar los con-voyes de barcos a la ciudad era mucho menos rentableque si eran enviados a Mxico o Lima. Dado que los pro-ductos que llegaban de la metrpoli eran escasos, carose insucientes para mantener a la poblacin, tuvo lugarun gran desarrollo del contrabando, que era tolerado porla mayora de los gobernantes locales. El comercio ilci-to alcanzaba montos similares al del comercio autorizadocon Espaa.[2] En este contexto se formaron dos gruposde poder diferenciados:1- Los que reclamaban el comercio libre para importardirectamente con cualquier pas sin tener que necesaria-mente comprar todas las mercaderas trianguladas porEspaa.Dentro de este grupo del comercio libre pueden distin-guirse a su vez a un grupo de poderosos contrabandistascriollos o espaoles asociados a los mercaderes inglesesque fomentaban la nula proteccin de la manufactura lo-cal y por el otro lado a un grupo que sin bien quera rom-per el monopolio espaol, no deseaba una desproteccinde la manufactura y produccin locales (Moreno).2- Los comerciantes monopolistas, autorizados por la Co-rona espaola, quienes rechazaban el libre comercio ypropugnaban por la continuidad del monopolio ya que si

  • 3los productos entraban legalmente disminuiran sus ga-nancias.En la organizacin poltica, especialmente desde la fun-dacin del Virreinato del Ro de la Plata, el ejercicio delas instituciones residentes recaa en funcionarios desig-nados por la corona, casi exclusivamente espaoles pro-venientes de la metrpoli, sin vinculacin con los proble-mas e intereses americanos. Legalmente no haba dife-renciacin de clases sociales entre espaoles peninsularesy del virreinato, pero en la prctica los cargos ms impor-tantes recaan en los primeros. La burguesa criolla, for-talecida por la revitalizacin del comercio e inuida porlas nuevas ideas, esperaba la oportunidad para acceder ala conduccin poltica.La rivalidad entre los habitantes nacidos en la colonia ylos de la Espaa europea dio lugar a una pugna entre lospartidarios de la autonoma y quienes deseaban conser-var la situacin establecida. Aquellos a favor de la au-tonoma se llamaban a s mismos patriotas, americanos,sudamericanos o criollos, mientras que los partidarios dela realeza espaola se llamaban a s mismos realistas. Lospatriotas eran sealados despectivamente por los realis-tas como insurgentes, facciosos, rebeldes, sediciosos, re-volucionarios, descredos, herejes, libertinos o caudillos;mientras que los realistas eran a su vez tratados en formadespectiva como sarracenos, godos, gallegos, chapetones,matuchos o maturrangos por los patriotas.

    La coronacin de Carlota Joaquina de Borbn fue una alterna-tiva a la Revolucin de Mayo brevemente considerada.

    Buenos Aires, la capital del Virreinato, logr un gran re-conocimiento ante las dems ciudades del mismo lue-go de expulsar a las tropas inglesas en dos oportunida-

    des durante las Invasiones Inglesas.[3] La victoria contralas tropas inglesas alent los nimos independentistas yaque el virreinato haba logrado defenderse solo de un ata-que externo, sin ayuda de Espaa. Durante dicho conic-to se constituyeron milicias criollas que luego tendranun importante peso poltico, la principal de ellas era elRegimiento de Patricios liderado por Cornelio Saavedra.Una alternativa considerada antes de la revolucin fue elCarlotismo, que consista en apoyar a la infanta CarlotaJoaquina de Borbn, hermana del rey Fernando VII deEspaa y esposa y princesa consorte del prncipe regenteJuan de Portugal, para que se pusiera al frente de todas lascolonias espaolas como regente. Estaba capacitada parahacerlo por la derogacin de la Ley Slica en 1789, y suintencin sera prevenir un posible avance francs sobrelas mismas. El intento no fue apoyado por los espaolespeninsulares, pero s por algunos ncleos revolucionariosque vean en ello la posibilidad de independizarse en loshechos de Espaa. Entre ellos se encontraban Juan JosCastelli, Antonio Luis Beruti, Hiplito Vieytes y ManuelBelgrano; otros revolucionarios como Mariano Moreno yJuan Jos Paso estaban en desacuerdo. Sin embargo, lapropia infanta reneg de tales apoyos, y denunci al vi-rrey las motivaciones revolucionarias contenidas en lascartas de apoyo que le enviaron. Sin ningn otro respaldoimportante, las pretensiones de Carlota fueron olvidadas.Incluso despus de la revolucin hubo algunas aisladaspropuestas de coronacin de la Infanta como estrategiadilatoria, pero sta estaba completamente en contra delos sucesos ocurridos. En una carta enviada a Jos Ma-nuel de Goyeneche dijo:

    En estas circunstancias creo de mi deberrogarte y encargarte que emplees todos tus es-fuerzos en llegar cuanto antes a Buenos Aires;y acabes de una vez con aquellos prdos re-volucionarios, con las mismas ejecuciones quepracticaste en la ciudad de La Paz.[4]

    2 Antecedentes a la revolucin

    2.1 Antecedentes remotosEn 1810 conuyeron varios sectores con diferentes opi-niones sobre cul deba ser el camino a seguir en el Vi-rreinato del Ro de la Plata. Una situacin anloga a laque se estaba viviendo haba sucedido un siglo antes, du-rante la Guerra de Sucesin Espaola entre los Austriasy los borbnicos, en la que durante quince aos los do-minios espaoles de ultramar no saban a quin recono-cer como el rey legtimo. En aquella oportunidad una vezque se instal Felipe V en el trono espaol los funciona-rios americanos lo reconocieron y todo volvi a su curso.Probablemente en 1810, muchos, especialmente espao-les, crean que bastaba con formar una junta y esperar aque en Espaa retornara la normalidad.[5]

  • 4 2 ANTECEDENTES A LA REVOLUCIN

    2.2 El virrey Liniers

    Retrato de Santiago de Liniers.

    Tras la victoria obtenida durante las Invasiones Inglesas,la poblacin de Buenos Aires no acept que el virreyRafael de Sobremonte retomara el cargo, ya que duranteel ataque haba huido de la ciudad rumbo a Crdoba conel erario pblico. Si bien Sobremonte lo hizo obedeciendouna ley que databa de la poca de Pedro de Cevallos, queindicaba que en caso de ataque exterior se deban ponera resguardo los fondos reales, dicha accin lo hizo apare-cer como un cobarde a los ojos de la poblacin.[5] En sulugar, el nuevo virrey fue Santiago de Liniers, hroe de lareconquista, elegido por aclamacin popular.Sin embargo, la gestin de Liniers comenz a recibircuestionamientos. El principal adversario poltico de Li-niers era el gobernador de Montevideo, Francisco Javierde Elo, quien los canaliz en una denuncia sobre el origenfrancs de Liniers: argumentaba que era inaceptable queun compatriota de Napolen Bonaparte, en guerra conEspaa en ese entonces, ocupara el cargo. Sin embargo, apesar de los reclamos de Liniers, no pudo brindar pruebasconcretas de que el virrey complotara con los franceses.Elo se neg a reconocer la autoridad de Liniers y formuna junta de gobierno en Montevideo, independiente delas autoridades de Buenos Aires.

    2.3 Asonada de lzaga

    El alcalde y comerciante espaol ancado en Buenos Ai-res Martn de lzaga y sus seguidores, hicieron estallaruna asonada con el objetivo de destituir al virrey Liniers.El 1 de enero de 1809, un cabildo abierto exigi la re-

    nuncia de Liniers y design una Junta a nombre de Fer-nando VII, presidida por lzaga; las milicias espaolasy un grupo de personas convocados por la campana delcabildo apoyaron la rebelin.Las milicias criollas encabezadas por Cornelio Saavedrarodearon la plaza, provocando la dispersin de los suble-vados. Los cabecillas fueron desterrados y los cuerposmilitares sublevados fueron disueltos. Como consecuen-cia, el poder militar qued en manos de los criollos quehaban sostenido a Liniers y la rivalidad entre criollos yespaoles peninsulares se acentu. Los responsables delcomplot, desterrados a Carmen de Patagones, fueron res-catados por Elo y llevados a Montevideo.

    2.4 Nombramiento del virrey Cisneros

    Baltasar Hidalgo de Cisneros, el ltimo virrey en Buenos Aires.

    En Espaa la Junta Suprema Central decidi terminar conlos enfrentamientos en el Virreinato del Ro de la Pla-ta disponiendo el reemplazo del virrey Liniers por donBaltasar Hidalgo de Cisneros, quien arrib a Montevideoen junio de 1809. La Junta Suprema Central envi al nue-vo virrey con instrucciones muy precisas: la detencin delos partidarios de Liniers y la de los criollos que secreta-mente bregaban por la independencia.[6]

    El traspaso del mando se hizo en Colonia del Sacramen-to, Javier de Elo acept la autoridad del nuevo virrey ydisolvi la Junta de Montevideo, volviendo a ser goberna-dor de la ciudad. Cisneros rearm las milicias espaolasdisueltas tras la asonada contra Liniers, e indult a losresponsables de las mismas.

  • 2.6 Reformas econmicas y medidas polticas de Cisneros 5

    En Buenos Aires Juan Martn de Pueyrredn se reunicon los jefes militares para tratar de desconocer la au-toridad del nuevo virrey. Este plan cont con el apoyode Saavedra, Belgrano, Eustoquio Daz Vlez, Juan JosViamonte, Miguel de Azcunaga, Castelli y Paso, pero nocon el visto bueno de Liniers, que se mantuvo leal a losrealistas.

    2.5 Agitacin revolucionaria en el Alto Pe-r

    Pedro Murillo, por Joaqun Pinto.

    El descontento con los funcionarios espaoles se mani-fest tambin en el interior del Virreinato del Ro de laPlata, particularmente en el Alto Per.El 25 de mayo de 1809 una revolucin destituy algobernador y presidente de la Real Audiencia de Charcaso Chuquisaca, Ramn Garca de Len y Pizarro, acusa-do de apoyar al protectorado portugus; el mando militarrecay en el coronel Juan Antonio lvarez de Arenales.La autoridad civil qued en situacin indecisa, de modoque fue en parte ejercida por el mismo Arenales.El 16 de julio en la ciudad de La Paz otro movimien-to revolucionario liderado por el coronel Pedro DomingoMurillo y otros patriotas oblig a renunciar al gobernadorintendente Tadeo Dvila y al obispo de La Paz, Remigiode la Santa y Ortega. El poder recay en el cabildo hastaque se form la Junta Tuitiva de los Derechos del Pueblo,presidida por Murillo.La revolucin de Chuquisaca no se propona alterar la

    delidad al rey, mientras que la revolucin de La Pazse proclam abiertamente independiente. Actualmen-te los historiadores tienen diversas interpretaciones so-bre si la revolucin de Chuquisaca tuvo motivacionesindependentistas o si fue slo una disputa entre fernan-distas y carlotistas. En consecuencia, existen desacuerdossobre si la primera revolucin independentista en Hispa-noamrica fue la de Chuquisaca o la de La Paz.[7]Duranteel proceso instruido a raz de las revoluciones en Chu-quisaca y La Paz se mencion a Rousseau y su libro Elcontrato social como cuerpos del delito.[1]

    La reaccin de los funcionarios espaoles derrot estosmovimientos: el de La Paz fue aplastado sangrientamen-te por un ejrcito enviado desde el Virreinato del Per,mientras que el de Chuquisaca fue sofocado por tropasque envi el virrey Cisneros.Las medidas tomadas por el virrey contra dichas revolu-ciones acentuaron el resentimiento de los criollos contralos espaoles peninsulares, ya que lzaga fue indultadode la prisin recibida tras su asonada, lo cual reforzabaentre los criollos la sensacin de inequidad.[8] Entre otros,Castelli estuvo presente en los debates de la Universidadde San Francisco Xavier en donde se alumbr el silogis-mo de Chuquisaca, el cual inuenci sus posturas en laSemana de Mayo.[9]

    2.6 Reformas econmicas y medidas pol-ticas de Cisneros

    En el plano econmico, ante las dicultades y costos delcomercio con Espaa, Cisneros acept la propuesta deMariano Moreno e instaur el 6 de noviembre de 1809 ellibre comercio con las dems potencias. Los principalesbeneciados eran Gran Bretaa y los sectores ganaderosque exportaban cueros. Sin embargo, los comerciantesque se beneciaban del contrabando reclamaron a Cisne-ros que anule el libre comercio, a lo cual accedi para noperder su apoyo. Esto provoc a su vez que los ingleses,con Mac Kinnon y el capitn Doyle como representan-tes, reclamaran una revisin de la medida, haciendo valerel carcter de aliados contra Napolen de Espaa y GranBretaa. Mariano Moreno tambin critic la anulacin,formulando la Representacin de los Hacendados, la cuales considerada como el informe de poltica econmicams completo de la poca del virreinato. Cisneros resol-vi nalmente otorgar una prrroga al libre comercio, lacual naliz el 19 de mayo de 1810.El 25 de noviembre de 1809 Cisneros cre el Juzgadode Vigilancia Poltica, con el objetivo de perseguir a losafrancesados y a aquellos que alentaran la creacin de re-gmenes polticos que se opusieran a la dependencia deAmrica de Espaa. Esta medida y un bando emitido porel virrey previniendo al vecindario de dscolos que exten-diendo noticias falsas y seductivas, pretenden mantener ladiscordia les hizo pensar a los porteos que bastaba sloun pretexto formal para que estallase la revolucin. Por

  • 6 3 CRONOLOGA DE LA SEMANA DE MAYO

    eso, en abril de 1810, Cornelio Saavedra les expresaba asus allegados:

    An no es tiempo; dejen ustedes que lasbrevas maduren y entonces las comeremos.[10]

    3 Cronologa de la Semana de Ma-yo

    La Semana de Mayo es la semana que transcurri en Bue-nos Aires, entre el 18 y el 25 de mayo de 1810, que se ini-ci con la conrmacin de la cada de la Junta SupremaCentral y desemboc en la destitucin del virrey Cisnerosy la asuncin de la Primera Junta.El 14 de mayo arrib al puerto de Buenos Aires lagoleta de guerra britnica HMS Mistletoe procedente deGibraltar con peridicos del mes de enero que anunciabanla disolucin de la Junta Suprema Central al ser tomadala ciudad de Sevilla por los franceses, que ya dominabancasi toda la Pennsula, sealando que algunos diputadosse haban refugiado en la isla de Len, en Cdiz. La Jun-ta era uno de los ltimos bastiones del poder de la coro-na espaola, y haba cado ante el imperio napolenico,que ya haba alejado con anterioridad al rey Fernando VIImediante las Abdicaciones de Bayona. El da 17 se cono-cieron en Buenos Aires noticias coincidentes llegadas aMontevideo el da 13 en la fragata britnica HMS JohnParis, agregndose que los diputados de la Junta habansido rechazados establecindose una Junta en Cdiz. Sehaba constituido un Consejo de Regencia de Espaa eIndias, pero ninguno de los dos barcos transmiti esa no-ticia. Cisneros intent ocultar las noticias estableciendouna rigurosa vigilancia en torno a las naves de guerra bri-tnicas e incautando todos los peridicos que desembar-caron de los barcos, pero uno de ellos lleg a manos deManuel Belgrano y de Juan Jos Castelli. stos se encar-garon de difundir la noticia, que pona en entredicho lalegitimidad del virrey, nombrado por la Junta cada.[11]

    Tambin se puso al tanto de las noticias a Cornelio Saa-vedra, jefe del regimiento de Patricios, que en ocasionesanteriores haba desaconsejado tomar medidas contra elvirrey. Saavedra consideraba que, desde un punto de vistaestratgico, el momento ideal para proceder con los pla-nes revolucionarios sera el momento en el cual las fuer-zas napolenicas lograran una ventaja decisiva en su gue-rra contra Espaa. Al conocer las noticias de la cada dela Junta de Sevilla, Saavedra consider que el momentoidneo para llevar a cabo acciones contra Cisneros haballegado.[12] El grupo encabezado por Castelli se inclinabapor la realizacin de un cabildo abierto, mientras los mi-litares criollos proponan deponer al virrey por la fuerza.

    3.1 Viernes 18 de mayo

    Ante el nivel de conocimiento pblico alcanzado por lanoticia de la cada de la Junta de Sevilla, Cisneros realizuna proclama en donde rearmaba gobernar en nombredel rey Fernando VII, para intentar calmar los nimos.Cisneros habl de la delicada situacin en la pennsula,pero no conrm en forma explcita que la Junta habacado, si bien era consciente de ello.[13] Parte de la pro-clama deca lo siguiente:

    En Amrica espaola subsistir el trono delos Reyes Catlicos, en el caso de que sucum-biera en la pennsula. (...) No tomar la supe-rioridad determinacin alguna que no sea pre-viamente acordada en unin de todas las repre-sentaciones de la capital, a que posteriormentese renan las de sus provincias dependientes,entretanto que de acuerdo con los dems vi-rreinatos se establece una representacin de lasoberana del seor Fernando VII.[14]

    El grupo revolucionario principal se reuna indistinta-mente en la casa de Nicols Rodrguez Pea o en la jabo-nera de Hiplito Vieytes. Concurran a esas reuniones,entre otros, Juan Jos Castelli, Manuel Belgrano, JuanJos Paso, Antonio Luis Beruti, Eustoquio Daz Vlez,Feliciano Antonio Chiclana, Jos Darragueira, Martn Ja-cobo Thompson y Juan Jos Viamonte. Otro grupo secongregaba en la quinta de Orma, encabezado por frayIgnacio Grela y entre los que se destacaba DomingoFrench.Algunos criollos se juntaron esa noche en la casa Rodr-guez Pea. Cornelio Saavedra, quien se hallaba en SanIsidro, fue llamado de urgencia y concurri a la reuninen la que se decidi solicitar al virrey la realizacin de uncabildo abierto para determinar los pasos a seguir por elvirreinato. Para esa comisin, fueron designados Castelliy Martn Rodrguez.[15]

    3.2 Sbado 19 de mayo

    Tras pasar la noche tratando el tema, durante la maanaSaavedra y Belgrano se reunieron con el alcalde de primervoto, Juan Jos de Lezica, y Castelli con el sndico pro-curador, Julin de Leyva, pidiendo el apoyo del Cabildode Buenos Aires para gestionar ante el virrey un cabildoabierto, expresando que de no concederse, lo hara por ssolo el pueblo o morira en el intento.

    3.3 Domingo 20 de mayo

    Lezica transmiti a Cisneros la peticin que haba recibi-do, y ste consult a Leyva, quien se mostr favorable ala realizacin de un cabildo abierto. Antes de tomar una

  • 3.3 Domingo 20 de mayo 7

    Demanda ante el virrey Cisneros por la realizacin de un cabildoabierto. Bajorrelieve de Gustavo Eberlein.

    decisin el virrey cit a los jefes militares para que se pre-senten a las siete horas de la tarde en el fuerte.[16] Segncuenta Cisneros en sus Memorias, les record:

    (...) las reiteradas protestas y juramentos dedelidad con que me haban ofrecido defenderla autoridad y sostener el orden pblico y lesexhort a poner en ejercicio su delidad al ser-vicio de S.M. y de la patria.

    Como Cisneros reclam una respuesta a su peticin deapoyo, el coronel criollo Cornelio Saavedra, jefe del Re-gimiento de Patricios e integrante del grupo revoluciona-rio conocido como la Sociedad de los Siete, respondi ennombre de todos los criollos diciendo:

    Seor, son muy diversas las pocas del 1de enero de 1809 y la de mayo de 1810, enque nos hallamos. En aquella exista la Espaa,aunque ya invadida por Napolen; en sta, todaella, todas sus provincias y plazas estn subyu-gadas por aquel conquistador, excepto solo C-diz y la isla de Len, como nos aseguran las ga-cetas que acaban de venir y V.E. en su procla-ma de ayer. Y qu, seor? Cdiz y la isla deLen son Espaa? (...) Los derechos de la Co-rona de Castilla a que se incorporaron las Am-ricas, han recado en Cdiz y la isla de Len,

    que son una parte de las provincias de Anda-luca? No seor, no queremos seguir la suertede la Espaa, ni ser dominados por los france-ses, hemos resuelto reasumir nuestros derechosy conservarnos por nosotros mismos. El que aV.E. dio autoridad para mandarnos ya no exis-te; de consiguiente usted tampoco la tiene ya,as que no cuente con las fuerzas de mi mandopara sostenerse en ella.[17][18]

    Al anochecer se produjo una nueva reunin en casa deRodrguez Pea, en donde los jefes militares comunica-ron lo ocurrido. Se decidi enviar inmediatamente a Cas-telli y a Martn Rodrguez a entrevistarse con Cisneros enel fuerte, facilitando su ingreso el comandante Terrada delos granaderos provinciales que se hallaba de guarnicinese da. El virrey se encontraba jugando a los naipes conel brigadier Quintana, el scal Caspe y el edecn Coicoleacuando los comisionados irrumpieron. Martn Rodrguezen sus Memorias relat cmo fue la entrevista, en dondeCastelli se dirigi a Cisneros as:

    Excelentsimo seor: tenemos el senti-miento de venir en comisin por el pueblo y elejrcito, que estn en armas, a intimar a V.E.la cesacin en el mando del virreinato.

    Cisneros respondi:

    Qu atrevimiento es ste? Cmo se atro-pella as a la persona del Rey en su represen-tante?

    Pero Rodrguez (segn sus Memorias) lo detuvo advir-tindole:

    Seor: cinco minutos es el plazo que se nosha dado para volver con la contestacin, veaV.E. lo que hace.

    Solamente defendi la posicin de Cisneros el sndicoprocurador del cabildo, Julin de Leyva. Ante la situa-cin, Caspe llev a Cisneros a su despacho para deliberarjuntos unos momentos y luego regresaron. El virrey seresign y permiti que se realizara el cabildo abierto. Se-gn cuenta Martn Rodrguez en sus Memorias pstumas,escritas muchos aos despus, sus palabras fueron:

    Seores, cuanto siento los males que van avenir sobre este pueblo de resultas de este pa-so; pero puesto que el pueblo no me quiere yel ejrcito me abandona, hagan ustedes lo quequieran.[19]

    El cabildo abierto se celebrara el 22 de mayo siguiente.Esa misma noche se represent una obra de teatro cuyotema era la tirana, llamada "Roma Salvada", a la cual

  • 8 3 CRONOLOGA DE LA SEMANA DE MAYO

    concurrieron buena parte de los revolucionarios. El jefede la polica intent convencer al actor de que no se pre-sentara y que, con la excusa de que ste estuviera enfer-mo, la obra fuera reemplazara con "Misantropa y arre-pentimiento", del poeta alemn Kotzebue. Los rumoresde censura policial se extendieron con rapidez, por lo queMorante sali e interpret la obra prevista, en la cual in-terpretaba a Cicern. En el cuarto acto, Morante excla-maba lo siguiente:

    Entre regir al mundo o ser esclavos Ele-gid, vencedores de la tierra! Glorias de Roma,majestad herida! De tu sepulcro al pie, patria,despierta! Csar, Murena, Lculo, escuchad-me: Roma exige un caudillo en sus querellas!Guardemos la igualdad para otros tiempos: ElGalo ya est en Roma! Vuestra empresa delgran Camilo necesita el hierro! Un dictador,un vengador, un brazo! Designad al ms dignoy yo lo sigo![20]

    Dicha escena encendi los nimos revolucionarios, quedesembocaron en un aplauso frentico a la obra. El propioJuan Jos Paso se levant y grit "Viva Buenos Aireslibre!".

    3.4 Lunes 21 de mayo

    A las tres, el Cabildo inici sus trabajos de rutina, perose vieron interrumpidos por seiscientos hombres arma-dos, agrupados bajo el nombre de Legin Infernal, queocuparon la Plaza de la Victoria, hoy Plaza de Mayo, yexigieron a gritos que se convocase a un cabildo abiertoy se destituyese al virrey Cisneros. Llevaban un retratode Fernando VII y en el ojal de sus chaquetas una cin-ta blanca que simbolizaba la unidad criollo-espaola.[21]Entre los agitadores se destacaron Domingo French y An-tonio Beruti. Estos desconaban de Cisneros y no creanque fuera a cumplir su palabra de permitir la celebracindel cabildo abierto del da siguiente. El sndico Julin deLeyva no tuvo xito en calmar a la multitud al asegurarque el mismo se celebrara como estaba previsto. La gen-te se tranquiliz y dispers gracias a la intervencin deCornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, queasegur que los reclamos de la Legin Infernal contabancon su apoyo militar y quien comunic que l personal-mente iba a

    designar las guardias para las avenidas dela Plaza con ociales de Patricios y que dichasguardias estaran a las rdenes del Capitn Eus-toquio Daz Vlez, de cuya adhesin, de ningu-na manera, poda dudar el pueblo.[22]

    El 21 de mayo se repartieron cuatrocientos cincuenta in-vitaciones entre los principales vecinos y autoridades de

    Invitacin al Cabildo Abierto del 22 de mayo

    la capital. La lista de invitados fue elaborada por el Ca-bildo teniendo en cuenta a los vecinos ms prominentesde la ciudad. Sin embargo el encargado de su impresin,Agustn Donado, compaero de French y Beruti, impri-mi muchas ms de las necesarias y las reparti entre loscriollos.

    El Excmo. Cabildo convoca Vd. para quese sirva asistir, precisamente maana 22 del co-rriente, las nueve, sin etiqueta alguna, y enclase de vecino, al cabildo abierto que con ave-nencia del Excmo. Sr. Virrey ha acordado cele-brar; debiendo manifestar esta esquela las tro-pas que guarnecern las avenidas de esta plaza,para que se le permita pasar libremente.

    3.5 Martes 22 de mayo

    De los cuatrocientos cincuenta invitados al cabildo abier-to solamente participaron unos doscientos cincuenta.French y Beruti, al mando de seiscientos hombres arma-dos con cuchillos, trabucos y fusiles, controlaron el acce-so a la plaza, con la nalidad de asegurar que el cabildoabierto fuera copado por criollos.

  • 3.5 Martes 22 de mayo 9

    El Cabildo Abierto, segn Juan Manuel Blanes.

    El cabildo abierto se prolong desde la maana hastala medianoche, contando con diversos momentos, entreellos la lectura de la proclama del Cabildo, el debate, quehaca de suma duracin el acto, como se escribi en eldocumento o acta, y la votacin, individual y pblica, es-crita por cada asistente y pasada al acta de la sesin.El debate en el Cabildo tuvo como tema principal la le-gitimidad o no del gobierno y de la autoridad del virrey.El principio de la retroversin de la soberana planteabaque, desaparecido el monarca legtimo, el poder volva alpueblo, y que ste tena derecho a formar un nuevo go-bierno.Hubo dos posiciones principales enfrentadas: los que con-sideraban que la situacin deba mantenerse sin cambios,respaldando a Cisneros en su cargo de virrey, y los quesostenan que deba formarse una junta de gobierno ensu reemplazo, al igual que en Espaa. No reconocan laautoridad del Consejo de Regencia de Espaa y de Indiasargumentando que las colonias en Amrica no haban si-do consultadas para su formacin.[23] El debate abarctambin, de manera tangencial, la rivalidad entre criollosy espaoles peninsulares, ya que quienes proponan man-tener al virrey consideraban que la voluntad de los espa-oles deba primar por sobre la de los criollos.Uno de los oradores de la primera postura fue el obispode Buenos Aires, Benito Lu y Riega, lder de la iglesialocal. Lu y Riega sostena lo siguiente:

    No solamente no hay por qu hacer nove-dad con el virrey, sino que an cuando no que-dase parte alguna de la Espaa que no estuviesesojuzgada, los espaoles que se encontrasen enla Amrica deben tomar y reasumir el mandode ellas y que ste slo podra venir a manosde los hijos del pas cuando ya no hubiese unespaol en l. Aunque hubiese quedado un solovocal de la Junta Central de Sevilla y arribasea nuestras playas, lo deberamos recibir comoal Soberano.[24]

    El Cabildo Abierto, por Pedro Subercaseaux

    Juan Jos Castelli habl a continuacin, y sostuvo quelos pueblos americanos deban asumir la direccin de susdestinos hasta que cesara el impedimento de FernandoVII de regresar al trono.

    Desde la salida del Infante don Antonio, deMadrid, haba caducado el Gobierno Soberanode Espa a, que ahora con mayor razn debaconsiderarse haber expirado con la disolucinde la Junta Central, porque, adems de habersido acusada de indencia por el pueblo de Se-villa, no tena facultades para el establecimien-to del Supremo Gobierno de Regencia; ya por-que los poderes de sus vocales eran personal-simos para el gobierno, y no podran delegarse,ya por la falta de concurrencia de los Diputadosde Amrica en la eleccin y establecimiento deaquel gobierno, deduciendo de aqu su ilegiti-midad, la re versin de los derechos de la Sobe-rana al pueblo de Buenos Aires y su libre ejer-cicio en la instalacin de un nuevo gobierno,principalmente no existiendo ya, como se su-pona no existir, la Espaa en la dominacindel seor don Fer nando Sptimo.[9]

    Pascual Ruiz Huidobro expuso que, dado que la autoridadque haba designado a Cisneros haba caducado, ste de-ba considerarse separado de toda funcin de gobierno, yque, en su funcin de representante del pueblo, el Cabildodeba asumir y ejercer la autoridad.El scal Manuel Genaro Villota, representante de los es-paoles ms conservadores, seal que la ciudad de Bue-nos Aires no tena derecho a tomar decisiones unilateralessobre la legitimidad del virrey o el Consejo de Regen-cia sin hacer partcipes del debate a las dems ciudadesdel Virreinato. Argumentaba que ello rompera la uni-dad del pas y establecera tantas soberanas como pue-blos. Juan Jos Paso le dio la razn en el primer punto,pero adujo que la situacin del conicto en Europa y laposibilidad de que las fuerzas napolenicas prosiguieranconquistando las colonias americanas demandaban una

  • 10 3 CRONOLOGA DE LA SEMANA DE MAYO

    solucin urgente.[25] Adujo entonces el argumento de lahermana mayor, por la cual Buenos Aires tomaba la ini-ciativa de realizar los cambios que juzgaba necesarios yconvenientes, bajo la expresa condicin de que las demsciudades seran invitadas a pronunciarse a la mayor bre-vedad posible.[26] La gura retrica de la Hermana ma-yor, comparable a la gestin de negocios, es un nombreque hace una analoga entre la relacin de Buenos Airesy las otras ciudades del Virreinato con una relacin lial.

    La postura de Cornelio Saavedra fue la que acab imponindose.

    El cura Juan Nepomuceno Sol opinaba que el mandodeba entregarse al Cabildo, pero slo en forma provi-sional, hasta la realizacin de una junta gubernativa conllamamiento a representantes de todas las poblaciones delvirreinato.El comandante Pedro Andrs Garca, ntimo amigo deSaavedra, coment al votar: "Que considerando la supre-ma ley la salud del pueblo y advertido y aun tocado pors mismo la efervescencia y acaloramiento de l con mo-tivo de las ocurrencias de la Metrpoli, para que se vareel Gobierno, que es a lo que aspira, cree de absoluta ne-cesidad el que as se realice, antes de tocar desgraciadosextremos, como los que se persuade habra, si an no se re-solviese as en la disolucin de esta Ilustre Junta; repite porlos conocimientos que en los das de antes de ayer, ayer yanoche ha tocado por s mismo, tranquilizando los nimosde los que con instancia en el pueblo as lo piden".[27]

    Cornelio Saavedra propuso que el mando se delegara enel Cabildo hasta la formacin de una junta de gobierno,en el modo y forma que el Cabildo estimara conveniente.Hizo resaltar la frase de que "(...) y no queda duda de queel pueblo es el que conere la autoridad o mando. A lahora de la votacin, la postura de Castelli se acopl a lade Saavedra.Luego de los discursos, se procedi a votar por la conti-nuidad del virrey, solo o asociado, o por su destitucin.La votacin dur hasta la medianoche, y se decidi poramplia mayora destituir al virrey: ciento cincuenta y cin-co votos contra sesenta y nueve. Los votos contrarios aCisneros se distribuyeron de la siguiente manera:[28]

    Frmula segn la cual la autoridad recae en el Ca-bildo: cuatro votos

    Frmula de Juan Nepomuceno de Sola: dieciochovotos

    Frmula de Pedro Andrs Garca, Juan Jos Paso yLuis Jos Chorroarn: veinte votos.

    Frmula de Ruiz Huidobro: veinticinco votos

    Frmula de Saavedra y Castelli: ochenta y siete vo-tos

    A la madrugada del da 23 se emiti el siguiente docu-mento:

    Hecha la regulacin con el ms prolijo exa-men resulta de ella que el Excmo Seor Virreydebe cesar en el mando y recae ste proviso-riamente en el Excmo. Cabildo hasta la erec-cin de una Junta que ha de formar el mis-mo Excmo. Cabildo, en la manera que estimeconveniente.[29]

    3.6 Mircoles 23 de mayo

    Tras la nalizacin del Cabildo abierto se colocaron avi-sos en diversos puntos de la ciudad que informaban de lacreacin de la Junta y la convocatoria a diputados de lasprovincias, y llamaba a abstenerse de intentar accionescontrarias al orden pblico.Por la maana se reuni el Cabildo para contar los votosemitidos el da anterior y emite un documento:

    hecha la regulacin con el ms prolijo exa-men resulta de ella que el Excmo. Seor Virreydebe cesar en el mando y recae ste provisoria-mente en el Excmo. Cabildo (...) hasta la erec-cin de una Junta que ha de formar el mismoExcmo. Cabildo, en la manera que estime con-veniente.

  • 3.8 Viernes 25 de mayo 11

    3.7 Jueves 24 de mayoEl da 24 el Cabildo, a propuesta del sndico Leyva, con-form la nueva Junta, que deba mantenerse hasta la lle-gada de los diputados del resto del Virreinato. Estaba for-mada por:Presidente y comandante de armas:

    Baltasar Hidalgo de Cisneros

    Vocales:

    Cornelio Saavedra (militar, criollo) Juan Jos Castelli (abogado, criollo) Juan Nepomuceno Sol (sacerdote, espaol) Jos Santos Inchurregui (comerciante, espaol)

    Dicha frmula responda a la propuesta del obispo Lu yRiega de mantener al virrey en el poder con algunos aso-ciados o adjuntos, a pesar de que en el Cabildo abiertola misma hubiera sido derrotada en las elecciones. Loscabildantes consideraban que de esta forma se conten-dran las amenazas de revolucin que tenan lugar en lasociedad.[30] Asimismo, se incluy un reglamento consti-tucional de trece artculos, redactado por Leyva, que regi-ra el accionar de la Junta. Entre los principios incluidos,se prevea que la Junta no ejercera el poder judicial, quesera asumido por la Audiencia; que Cisneros no podraactuar sin el respaldo de los otros integrantes de la Junta;que el Cabildo podra deponer a los miembros de la Juntaque faltaran a sus deberes y deba aprobar las propues-tas de nuevos impuestos; que se sancionara una amnistageneral respecto de las opiniones emitidas en el cabildoabierto del 22; y que se pedira a los cabildos del interiorque enviaran diputados. Los comandantes de los cuerposarmados dieron su conformidad, incluyendo a Saavedra yPedro Andrs Garca.Cuando la noticia fue dada a conocer, tanto el pueblo co-mo las milicias volvieron a agitarse, y la plaza fue invadi-da por una multitud comandada por French y Beruti. Lapermanencia de Cisneros en el poder, aunque fuera conun cargo diferente al de virrey, era vista como una bur-la a la voluntad del Cabildo Abierto. El coronel MartnRodrguez lo explicaba as:

    Si nosotros nos comprometemos a soste-ner esa combinacin que mantiene en el go-bierno a Cisneros, en muy pocas horas ten-dramos que abrir fuego contra nuestro pueblo,nuestros mismos soldados nos abandonaran;todos sin excepcin reclaman la separacin deCisneros.[29]

    Hubo una discusin en la casa de Rodrguez Pea, lugaren que se runieron dirigentes civiles y ociles de los cuer-pos, entre ellos: Manuel Belgrano, Eustoquio Daz Vlez,

    Domingo French y Feliciano Antonio Chiclana donde selleg a dudar de la lealtad de Saavedra. Castelli se com-prometi a intervenir para que el pueblo fuera consultadonuevamente, y entre Mariano Moreno, Matas Irigoyen yFeliciano Chiclana se calm a los militares y a la juven-tud de la plaza. Finalmente decidieron deshacer lo hecho,convocar nuevamente al pueblo y obtener del cabildo unamodicacin sustancial con una lista de candidatos pro-pios. Cisneros no poda gurar.Por la noche, una delegacin encabezada por Castelli ySaavedra se present en la residencia de Cisneros infor-mando el estado de agitacin popular y sublevacin delas tropas, y demandando su renuncia. Lograron conse-guir en forma verbal su dimisin. Un grupo de patriotasreclam en la casa del sndico Leyva que se convocaranuevamente al pueblo, y pese a sus resistencias inicialesnalmente accedi a hacerlo.

    3.8 Viernes 25 de mayo

    Durante la maana del 25 de mayo, una gran multitudcomenz a reunirse en la Plaza Mayor, actual Plaza deMayo, liderados por los milicianos de Domingo Frenchy Antonio Beruti. Se reclamaba la anulacin de la reso-lucin del da anterior, la renuncia denitiva del virreyCisneros y la formacin de otra Junta de gobierno. El his-toriador Bartolom Mitre arm que French y Beruti re-partan escarapelas celestes y blancas entre los concurren-tes; historiadores posteriores ponen en duda dicha arma-cin, pero s consideran factible que se hayan repartidodistintivos entre los revolucionarios. Ante las demoras enemitirse una resolucin, la gente comenz a agitarse, re-clamando:

    "El pueblo quiere saber de qu se trata!"

    La multitud invadi la sala capitular, reclamando la re-nuncia del virrey y la anulacin de la resolucin tomadael da anterior.El Cabildo se reuni a las nueve de la maana y reclamque la agitacin popular fuese reprimida por la fuerza.Con este n se convoc a los principales comandantes,pero stos no obedecieron las rdenes impartidas. Losque s lo hicieron armaron que no solo no podran soste-ner al gobierno, sino tampoco a sus tropas, y que en casode intentar reprimir las manifestaciones seran desobede-cidos por estas.Cisneros segua resistindose a renunciar, y tras muchoesfuerzo los capitulares lograron que raticase y formali-zase los trminos de su renuncia, abandonando pretensio-nes de mantenerse en el gobierno. Esto, sin embargo, re-sult insuciente, y representantes de la multitud reunidaen la plaza reclamaron que el pueblo reasumiera la autori-dad delegada en el Cabildo Abierto del da 22, exigiendola formacin de una Junta. Adems, se dispona el envo

  • 12 4 LA VERSIN DE CISNEROS

    de una expedicin de quinientos hombres para auxiliar alas provincias interiores.Pronto lleg a la sala capitular la renuncia de Cisneros,"prestndose ello con la mayor generosidad y franque-za, resignado mostrar el punto que llega su conside-racin por la tranquilidad pblica y precaucin de mayo-res desrdenes".[31] La composicin de la Primera Juntasurge de un escrito presentado por French y Beruti y res-paldado por un gran nmero de rmas. Sin embargo, nohay una posicin unnime entre los historiadores sobrela autora de dicho escrito. Algunos como Vicente FidelLpez sostienen que fue exclusivamente producto de lainiciativa popular. Para otros, como el historiador Miguelngel Scenna, lo ms probable es que la lista haya sido elresultado de una negociacin entre tres partidos, que ha-bran ubicado a tres candidatos cada uno: los carlotistas,los juntistas o alzaguistas, y el partido miliciano. Bel-grano, Castelli y Paso eran carlotistas. Los partidarios delzaga eran Moreno, Matheu y Larrea. No hay duda deque Saavedra y Azcunaga representaban al poder de lasmilicias formadas durante las invasiones inglesas; en elcaso de Alberti, esta pertenencia es ms problemtica.[32]

    Los capitulares salieron al balcn para presentar directa-mente a la raticacin del pueblo la peticin formulada.Pero, dado lo avanzada de la hora y el estado del tiempo,la cantidad de gente en la plaza haba disminuido, cosaque Julin de Leyva adujo para ridiculizar la pretensinde la diputacin de hablar en nombre del pueblo. Estocolm la paciencia de los pocos que se hallaban en la pla-za bajo la llovizna. A partir de ese momento (dice el actadel Cabildo),

    ...se oyen entre aquellos las voces de que sihasta entonces se haba procedido con pruden-cia porque la ciudad no experimentase desas-tres, sera ya preciso echar mano a los me-dios de violencia; que las gentes, por ser ho-ra inoportuna, se haban retirado a sus casas;que se tocase la campana de Cabildo, y que elpueblo se congregase en aquel lugar para satis-faccin del Ayuntamiento; y que si por falta delbadajo no se haca uso de la campana, manda-ran ellos tocar generala, y que se abriesen loscuarteles, en cuyo caso sufrira la ciudad lo quehasta entonces se haba procurado evitar.[31]

    El badajo de la campana del cabildo haba sido mandadoretirar por el virrey Santiago de Liniers tras la asonada delzaga de 1809. Ante la perspectiva de violencias mayo-res, el petitorio fue ledo en voz alta y raticado por losasistentes. El reglamento que regira a la Junta fue, a gran-des rasgos, el mismo que se haba propuesto para la Juntadel 24, aadiendo que el Cabildo controlara la actividadde los vocales y que la Junta nombrara reemplazantes encaso de producirse vacantes. La Primera Junta, ocial-mente la Junta Provisional Gubernativa de las Provinciasdel Ro de la Plata a nombre del Seor Don Fernando VII,estaba compuesta de la siguiente manera:

    Cnel. Cornelio Saavedra

    Vocales

    Dr. Juan Jos Castelli Dr. Manuel Belgrano Cnel. Miguel de Azcunaga Dr. Manuel Alberti Domingo Matheu Juan Larrea

    Secretarios

    Dr. Juan Jos Paso Dr. Mariano Moreno

    La Junta estaba conformada por representantes de diver-sos sectores de la sociedad: Saavedra y Azcunaga eranmilitares, Belgrano, Castelli, Moreno y Paso eran aboga-dos, Larrea y Matheu eran comerciantes, y Alberti erasacerdote. Desde otro punto de vista, los tres partidos re-volucionarios estaban representados por tres miembroscada uno: Saavedra, Azcunaga y Alberti eran modera-dos, Castelli, Belgrano y Paso eran carlotistas y Matheu,Larrea y Moreno eran juntistas o alzaguistas.[33]

    Acto seguido, Saavedra habl a la muchedumbre reunidabajo la lluvia, y luego se traslad al Fuerte entre salvas deartillera y toques de campana.

    Al mismo tiempo que el sol se pona en elhorizonte, una compaa de Patricios manda-da por Don Eustoquio Daz Vlez anunciaba,al son de cajas y voz de pregoneros, que el Vi-rrey de las Provincias Unidas del Ro de la Pla-ta haba caducado, y que el Cabildo reasumael mando supremo del Virreynato por voluntaddel pueblo.[34]

    El mismo 25, Cisneros despach a Jos Melchor Lavnrumbo a Crdoba, para advertir a Santiago de Liniers losucedido y reclamarle acciones militares contra la Junta.

    4 La versin de CisnerosEl depuesto virrey Cisneros brind su versin de los he-chos de la semana de mayo en una carta dirigida al reyFernando VII, con fecha 22 de junio de 1810:

    Haba yo ordenado que se apostase para es-te acto una compaa en cada bocacalle de lasde la plaza a n de que no se permitiese entrar

  • 13

    en ella ni subir a las Casas Capitulares personaalguna que no fuese de las citadas; pero la tropay los ociales eran del partido; hacan lo que suscomandantes les prevenan secretamente y s-tos les prevenan lo que les ordenaba la faccin:negaban el paso a la plaza a los vecinos honra-dos y lo franqueaban a los de la confabulacin;tenan algunos ociales copia de las esquelasde convite sin nombre y con ellos introducana las casas del Ayuntamiento a sujetos no cita-dos por el Cabildo o porque los conocan de laparcialidad o porque los ganaban con dinero,as es que en una Ciudad de ms de tres mil ve-cinos de distincin y nombre solamente concu-rrieron doscientos y de stos, muchos pulperos,algunos artesanos, otros hijos de familia y losms ignorantes y sin las menores nociones paradiscutir un asunto de la mayor gravedad.[35]

    5 Circular a los cabildos del virrei-nato

    En el acta del Cabildo de Buenos Aires del 25 de ma-yo, se indicaba a la Junta que remitiera una circular alos cabildos del virreinato, para que las provincias envendiputados a la capital:

    Apartado X: que los referidos SS. despa-chen sin perdida de tiempo ordenes circularesa los Xefes de lo interior y demas a quienes co-rresponde, encargandoles muy estrechamentebaxo de responsabilidad, hagan que los respec-tivos Cabildos de cada uno convoquen por me-dio de esquelas a la parte principal y mas sanadel vecindario, para que formando un congre-so de solos los que en aquella forma hubiesensido llamados elijan sus representantes y estoshayan de reunirse la mayor brevedad en estaCapital.[36]

    La Junta hizo una circular el 27 de mayo solicitando laeleccin de los diputados:

    Asimismo importa que V. quede entendidoque los diputados han de irse incorporando enesta junta, conforme y por el orden de su lle-gada la capital, para que as se hagan de laparte de conanza pblica que conviene al me-jor servicio del rey y gobierno de los pueblos,imponindose con cuanta anticipacin convie-ne la formacin de la general de los gravesasuntos que tocan al gobierno. Por lo mismo,se habr de acelerar el envo de diputados, en-tendiendo deber ser uno por cada ciudad villade las provincias, considerando que la ambi-cin de los extranjeros puede excitarse apro-vechar la dilacin en la reunin para defraudar

    Su Majestad los legtimos derechos que setrata de preservar.[37]

    El haber derrocado al virrey y a la junta que en princi-pio se haba formado para representarlo, reemplazndo-los por la Primera Junta fue algo escandaloso para mu-chos y por lo tanto las primeras reacciones en el virreinatoante lo sucedido no fueron las mejores:

    En Crdoba se arm una contrarrevolucin, lideradapor Liniers.

    En Mendoza hubo algunas reticencias en aceptar ala nueva Junta.

    En Salta hubo muchas discusiones. La resistencia fue activa en el Alto Per, Paraguay y

    Montevideo.

    6 Intenciones revolucionariasAunque el gobierno surgido el 25 de mayo se pronunciabael al rey espaol depuesto Fernando VII, los historiado-res coinciden en que dicha lealtad era simplemente unamaniobra poltica.[38][39][40] La Primera Junta no jur -delidad al Consejo de Regencia de Espaa e Indias, unorganismo de la Monarqua Espaola an en funciona-miento, y en 1810 la posibilidad de que Napolen Bona-parte fuera derrotado y Fernando VII volviera al trono, locual ocurri nalmente el 11 de diciembre de 1813 con larma del Tratado de Valenay, pareca remota e invero-smil. El propsito del engao consista en ganar tiempopara fortalecer la posicin de la causa patritica, evitandolas reacciones que habra motivado una revolucin adu-ciendo que an se respetaba la autoridad monrquica yque no se haba realizado revolucin alguna. La manio-bra es conocida como la Mscara de Fernando VII yfue mantenida por la Primera Junta, la Junta Grande, elprimer, segundo y Tercer Triunvirato y los directores su-premos, hasta la declaracin de la Independencia de laArgentina, en 1816.Cornelio Saavedra habl privadamente del tema con JuanJos Viamonte en una carta del 27 de junio de 1811. Di-cha carta fue rescatada con posterioridad.

    ...las Cortes extranjeras y muy particular-mente la de Inglaterra, nada exigen, ms quellevemos adelante el nombre de Fernando y elodio a Napolen; en estos ejes consiste el queno sea (Inglaterra) nuestra enemiga declara-da... la Corte de Inglaterra... no se consideraobligada... a sostener una parte de la monarquaespaola contra la otra... a condicin que reco-nozcan su soberano legtimo... luego, si noso-tros no reconocisemos a Fernando, tendra la

  • 14 7 ACONTECIMIENTOS POSTERIORES

    Inglaterra derecho... a sostener a nuestros con-trarios... y nos declarara la guerra... En me-dio de estas poderosas consideraciones quiereel... ciudadano Zamudio se grite: Independen-cia! Independencia! Qu (se) pierde en quede palabra y por escrito digamos: Fernando!Fernando![41]

    Para Gran Bretaa el cambio era favorable, ya que facili-taba el comercio con las ciudades de la zona sin que stese viera obstaculizado por el monopolio del mismo queEspaa mantena con sus colonias. Sin embargo, GranBretaa priorizaba la guerra en Europa contra Francia,aliada a los sectores del poder espaol que todava nohaban sido sometidos, y no poda aparecer apoyando alos movimientos independentistas americanos ni permi-tir que la atencin militar de Espaa se dividiera en dosfrentes diferentes. En consecuencia presionaron para quelas manifestaciones independentistas no se hicieran ex-plcitas. Dicha presin fue ejercida por Lord Strangford,embajador de Inglaterra en la corte de Ro de Janeiro, quemanifest su apoyo a la Junta pero lo condicion "...siem-pre que la conducta de esa Capital sea consecuente y seconserve a nombre del Sr. Dn. Fernando VII y de sus leg-timos sucesores".[42]

    Los grupos que apoyaron o llevaron adelante la revolu-cin no eran completamente homogneos en sus prop-sitos, y varios tenan intereses dispares entre s. Los crio-llos progresistas y los jvenes, representados en la juntapor Moreno, Castelli, Belgrano o Paso, aspiraban a rea-lizar una profunda reforma poltica, econmica y social.Por otro lado, los militares y burcratas, cuyos criterioseran llevados adelante por Saavedra, slo pretendan unarenovacin de cargos: aspiraban a desplazar a los espa-oles del ejercicio exclusivo del poder, pero heredandosus privilegios y atribuciones. Los comerciantes y hacen-dados subordinaban la cuestin poltica a las decisioneseconmicas, especialmente las referidas a la apertura o nodel comercio con los ingleses. Finalmente, algunos gru-pos barajaron posibilidades de reemplazar a la autoridaddel Consejo de Regencia por la de Carlota Joaquina deBorbn o por la corona britnica, pero tales proyectos tu-vieron escasa repercusin.Estos grupos trabajaron juntos para el n comn de ex-pulsar a Cisneros del poder, pero al conformarse la Pri-mera Junta comenzaron a manifestar sus diferencias in-ternas.En la revolucin no intervinieron factores religiosos, de-bido a que todas las corrientes revolucionarias y realistascoincidan en su apoyo a la religin catlica. Aun as, lamayor parte de los dirigentes eclesisticos se oponan a larevolucin. En el Alto Per los realistas y las autoridadesreligiosas procuraron equiparar a los revolucionarios conherejes, pero los dirigentes revolucionarios siempre im-pulsaron polticas conciliatorias en los aspectos religio-sos. Los curas y frailes, en cambio, estaban divididos geo-grcamente, los de las provincias de abajo eran leales

    a la Revolucin, mientras que los del Alto Per prerie-ron continuar leales a la monarqua.[43][44][45]

    7 Acontecimientos posteriores

    La Primera Junta. leo de Julio Vila y Prades.

    Ni el consejo de Regencia, ni los miembros de la RealAudiencia ni la poblacin espaola proveniente de Euro-pa creyeron la premisa de la lealtad al rey Fernando VII, yno aceptaron de buen grado la nueva situacin. Los miem-bros de la Audiencia no quisieron tomar juramento a losmiembros de la Primera Junta, y al hacerlo lo hicieron conmanifestaciones de desprecio. El 15 de junio los miem-bros de la Real Audiencia juraron delidad en secretoal Consejo de Regencia y enviaron circulares a las ciu-dades del interior, llamando a desor al nuevo gobierno.Para detener sus maniobras la Junta convoc a todos losmiembros de la audiencia, al obispo Lu y Riega y al anti-guo virrey Cisneros, y con el argumento de que sus vidascorran peligro fueron embarcados en el buque britni-co Dart. Su capitn Marcos Brigut recibi instruccionesde Larrea de no detenerse en ningn puerto americano yde trasladar a todos los embarcados a las Islas Canarias.Tras la exitosa deportacin de los grupos mencionados senombr una nueva Audiencia, compuesta ntegramentepor criollos leales a la revolucin.Con la excepcin de Crdoba, las ciudades que hoy for-man parte de la Argentina respaldaron a la Primera Junta.El Alto Per no se pronunciaba en forma abierta, debido alos desenlaces de las revoluciones en Chuquisaca y La Pazde poco antes. El Paraguay estaba indeciso. En la BandaOriental se mantena un fuerte bastin realista, as comoen Chile.Santiago de Liniers encabez una contrarrevolucin enCrdoba, contra la cual se dirigi el primer movimien-to militar del gobierno patrio. Montevideo estaba mejorpreparada para resistir un ataque de Buenos Aires, y laCordillera de los Andes estableca una efectiva barreranatural entre los revolucionarios y los realistas en Chile,por lo que no hubo enfrentamientos militares hasta la rea-lizacin del Cruce de los Andes por Jos de San Martn

  • 15

    Mariano Moreno, uno de los integrantes ms notorios de laPrimera Junta.

    y el Ejrcito de Los Andes algunos aos despus. A pe-sar del alzamiento de Liniers y su prestigio como hroede las Invasiones Inglesas, la poblacin cordobesa en ge-neral respaldaba a la revolucin, lo cual llevaba a que elpoder de su ejrcito se viera minado por deserciones ysabotajes.[46]

    El alzamiento contrarrevolucionario de Liniers fue r-pidamente sofocado por las fuerzas comandadas porFrancisco Ortiz de Ocampo. Sin embargo, una vez cap-turados Ocampo se neg a fusilar a Liniers ya que habapeleado junto a l en las Invasiones Inglesas, por lo quela ejecucin fue realizada por Castelli.Luego de sofocar dicha rebelin se procedi a enviar ex-pediciones militares a las diversas ciudades del interior,reclamando apoyo para la Primera Junta. Se reclam elservicio militar a casi todas familias, tanto pobres comoricas, ante lo cual la mayor parte de las familias patriciasdecidan enviar a sus esclavos al ejrcito en lugar de a sushijos. Esta es una de las razones de la disminucin de lapoblacin negra en Argentina.La Primera Junta ampli su nmero de miembros incor-porando en s misma a los diputados enviados por las ciu-dades que respaldaban a la Revolucin, tras lo cual la Jun-ta pas a ser conocida como la Junta Grande.

    8 Consecuencias

    Segn el historiador Flix Luna en su libro Breve histo-ria de los argentinos, una de las consecuencias principalesde la Revolucin de Mayo sobre la sociedad, que deja-ba de ser un virreinato, fue el cambio de paradigma conel cual se consideraba la relacin entre el pueblo y losgobernantes. Hasta aquel entonces, primaba la concep-cin del bien comn: en tanto se respetaba completamen-te a la autoridad monrquica, si se consideraba que unaorden proveniente de la corona de Espaa era perjudi-cial para el bien comn de la poblacin local, se la cum-pla a medias o se la ignoraba. Esto era un procedimientohabitual. Con la revolucin, el concepto del bien comndio paso al de la soberana popular, impulsado por perso-nas como Moreno, Castelli o Monteagudo, que sostenaque, en ausencia de las autoridades legtimas, el pueblotena derecho a designar a sus propios gobernantes. Conel tiempo, la soberana popular dara paso a la regla de lamayora, que plantea que es la mayora de la poblacinla que determina, al menos en teora, al gobierno en ejer-cicio. Esta maduracin de ideas fue lenta y progresiva, yllev muchas dcadas hasta cristalizarse de una maneraelectoral, pero fue lo que llev nalmente a la adopcindel sistema republicano como forma de gobierno de Ar-gentina.Otra consecuencia, tambin segn el mencionado histo-riador, fue la disgregacin de los territorios que corres-pondan al Virreinato del Ro de la Plata. La mayor par-te de las ciudades que lo componan tenan poblaciones,producciones, mentalidades, contextos e intereses dife-rentes entre s. Estos pueblos se mantenan unidos gra-cias a la autoridad del gobierno espaol; al desaparecersta, las poblaciones de Montevideo, Paraguay y el AltoPer comenzaron a distanciarse de Buenos Aires. La es-casa duracin del Virreinato del Ro de la Plata, de apenastreinta y ocho aos, no logr que se forjara un sentimientopatritico que las ligara como una unidad comn.Juan Bautista Alberdi consider a la Revolucin de Ma-yo una de las primeras manifestaciones de las disputas depoder entre la ciudad de Buenos Aires y las del interior,uno de los ejes alrededor del cual giraron las guerras civi-les argentinas. Alberdi escribi en sus Escritos pstumoslo siguiente:

    La revolucin de Mayo de 1810, hecha porBuenos Aires, que debi tener por objeto ni-co la independencia de la Repblica Argentinarespecto de Espaa, tuvo adems el de emanci-par a la provincia de Buenos Aires de la NacinArgentina, o ms bien el de imponer la auto-ridad de su provincia a la nacin emancipadade Espaa. Ese da ces el poder espaol y seinstal el de Buenos Aires sobre las provinciasargentinas.

  • 16 10 HOMENAJES

    9 Anlisis historiogrco

    La Pirmide de Mayo, situada en la Plaza de Mayo, en BuenosAires.

    La primera escuela notable de interpretacinhistoriogrca de la historia de Argentina fue lafundada por Bartolom Mitre. Mitre consideraba ala Revolucin de Mayo como una expresin icnicadel igualitarismo poltico, como el conicto entre laslibertades modernas y la opresin representada porla monarqua espaola, y el intento de establecer unaorganizacin nacional sobre principios constitucionalesen contraposicin al liderazgo de los caudillos.[47]

    Por su parte, Esteban Echeverra sintetizaba los idealesde Mayo en los conceptos de progreso y democracia. Enel futuro, dichos conceptos seran el eje alrededor del cualse diferenciaran la historia cannica de la historia revi-sionista en lo referido a los eventos de Mayo. La versincannica reivindica el progreso y justica el abandono odemora de la concrecin de los ideales democrticos parano poner en riesgo la prosperidad econmica aduciendoque la sociedad de entonces an no estaba capacitada pa-ra aprovechar apropiadamente la libertad poltica. Dichasituacin fue conocida como la instauracin de la "Rep-blica posible".[47]

    En la vereda opuesta, el revisionismo criticaba abierta-mente la no conformacin de una democracia autntica.El historiador Jos Mara Rosa, por ejemplo, arm quela historia cannica presentaba a la revolucin como el

    producto exclusivo de un sector reducido de la poblacinmovido por el deseo de libertades de comercio y liberta-des individuales, minimizando la implicacin de las ma-sas populares o el deseo de la independencia por la in-dependencia misma.[48] Asimismo, Rosa consider quela historia cannica minimizaba u ocultaba las posturaspolticas de Manuel Belgrano, presentndolo en cambionicamente como un lder militar.La gura de Mariano Moreno tambin motiv disputaspor sus mtodos confrontativos. Algunos historiadores loven como el principal impulsor de la Revolucin, o biendel gobierno surgido de sta, mientras que otros relativi-zan su inuencia. Tambin existen disparidades sobre suconsideracin o no como jacobino, el arraigo o desarraigopopular de sus posturas, o el anlisis de su pensamiento,sus fuentes o sus acciones. Sin embargo, ms all de losjuicios de valor de cada historiador, hay consenso entrelos mismos en considerar a Mariano Moreno como unode los protagonistas de Mayo con la postura revoluciona-ria ms radical y decidida.[47]

    Por ltimo, aunque parece evidente que no puede asig-narse a un da y a un hecho puntual la carga simblicade la independencia y constitucin de la Argentina librey soberana, hay quienes consideran el 9 de julio, fecha dela declaracin de la independencia, como cono del naci-miento del pas, y otros, a la fecha del 25 de mayo. Uno delos motivos del debate tiene que ver con el hecho de quehay quienes consideran que la Revolucin de Mayo fueun acontecimiento protagonizado solo por Buenos Airesmientras que la Declaracin de la Independencia fue unacto que cont con la activa participacin de las provin-cias. Parece claro, eso s, que la Revolucin de Mayo esla celebracin del inicio de una serie de acontecimientosque desembocaron en la formalizacin de la independen-cia en 1816.[49]

    10 HomenajesEn la actualidad, el 25 de mayo es recordado como una fe-cha patria en Argentina, con el carcter de feriado nacio-nal. El mismo es inamovible, por lo que se celebra exac-tamente el 25 independientemente del da de la semana.La fecha fue feriado de Uruguay desde 1834 hasta 1933,con el nombre Da de Amrica.En el ao 1910 "El Centenario de la Revolucin de Mayofue celebrado con toda la grandeza que corresponda a lapropseridad de las elites, y ese mismo ao ... en el mes deabril, Roque Senz Pea fue elegido presidente de la Re-pblica. Muy poco despus iba a posibilitar, mediante laley electoral que recuerda su nombre, el ejercicio del su-fragio universal a todos los varones mayores de dieciochoaos, en comicios de ejemplar limpieza.[50]

    Ya a nales del siglo XIX Argentina iba consiguiendo unpapel destacado en el mundo occidental gracias al pro-greso que le brind el comercio de sus productos agrco-

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    loganaderos, como la carne, el cuero, la lana y el trigo, loque enriqueci grandemente a las familias estancieras, alos frigorcos y a otros comerciantes que comenzaron aadoptar las formas de vida de los sectores sociales altosde Europa y Estados Unidos de la belle poque. Emperoesta imponente realidad contrastaba con la situacin demillones de inmigrantes que -atrados por las posibilida-des que ofreca este rico pas- cruzaron el Ocano Atln-tico en procura de una mejor calidad de vida, en paz y conposibilidades de progreso y ascenso socioeconmico, queestas tierran les ofrecan en ese entonces. Si bien la granmayora de ellos, en poco tiempo, se fueron integrando altejido social y conformaron la base del destacado estratosocial medio argentino, otros en cambio continuaronviviendo en condiciones de pobreza.

    Centenario de la Revolucin deMayo. Tedeum del 25 de mayo de1910. El presidente argentino Jos Figueroa Alcorta y la InfantaIsabel de Borbn a la cabeza.

    El presidente Arturo Frondizi junto al presidente del ConsejoNacional de Gobierno de Uruguay, Eduardo Vctor Haedo, en1960, en un acto por el Sesquicentenario de la Revolucin deMayo.

    Ello no fue bice para durante los festejos del CentenarioArgentino llegaran al pas embajadores y comitivas espe-ciales para tan importante celebracin, que fueron recibi-dos por el presidente Jos Figueroa Alcorta y alojados en muchos casos por las familias tradicionales. La visitams esperada fue la de la Infanta Isabel de Borbn, ta delrey Alfonso XIII de Espaa, quien se hosped con toda lapompa en el palacio de la familia Bary, en la avenida Al-vear y que inaugurara un nuevo edicio conocido como

    el Palacio Vera que fuera edicado por su propietario, elrico estanciero Eustoquio Daz Vlez (hijo), precisamen-te en la Avenida de Mayo, la nueva y ms prestigiosa vade la ciudad de Buenos Aires.Arribaron tambin mandatarios de pases hermanos co-mo Pedro Montt, presidente de Chile y Eugenio Larra-buru, vicepresidente del Per. Representaciones de Uru-guay, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Holanday Japn guraron entre la lista de los estados participan-tes que participaron de los diversos desles castrences.El imponente y novsimo Teatro Coln fue el escenariode una gran funcin de la lrica en donde fue cantada laobra Rigoletto por Titta Ruo, el impresionante bartonoitaliano.Pero los festejos por el primer siglo de la Revolucinde Mayo no solamente fueron a nivel estatal sino quetambin llegaron a Argentina intelectuales y escritoresde aquella poca: Ramn del Valle Incln, Jacinto Bena-vente, Vicente Blasco Ibez stos de la madre patria, Georges Clemenceau, Jean Jaurs y Anatole France estos tres ltimos, franceses.Con motivo de El Centenario se erigieron monumentosideados por las distintas y progresistas comunidades quehabitaban la ya cosmopolita ciudad de Buenos Aires y quehoy en da son excepcionales exponentes de su arquiteturahistrico urbana.

    Bicentenario Argentino. Videomapping sobre el Cabildo.

    En el ao 2010 se cumplieron doscientos aos de la Re-volucin de Mayo, lo que motiv las celebraciones delBicentenario de la Repblica Argentina. La fecha, as co-mo tambin la imagen de un Cabildo en forma genrica,se utilizan en diversas variantes para homenajear la Re-volucin de Mayo. Dos de las ms notables son la Avenidade Mayo y la Plaza de Mayo, en esta ltima se erigi laPirmide de Mayo al ao de la revolucin, la cual fue re-construida con su aspecto actual en 1856. 25 de mayoes el nombre de diversas divisiones administrativas, loca-lidades, espacios pblicos y accidentes geogrcos de laArgentina; se pueden mencionar el departamento Veinti-cinco de Mayo en San Juan, la localidad de Veinticincode Mayo en la Provincia de Buenos Aires, la Plaza 25 de

  • 18 12 NOTAS

    Mayo en Rosario, la Plaza 25 de Mayo en La Rioja y laisla Veinticinco de Mayo (conocida internacionalmentecomo Isla Rey Jorge). Tambin se utiliza un Cabildo con-memorativo en las monedas de 25 centavos, y una imagendel Sol de Mayo en las de 5 centavos.

    10.1 La Revolucin de Mayo en la culturapopular

    El carcter de fecha patria del 25 de mayo motiva que ca-da ao la misma sea descripta con frecuencia en las revis-tas infantiles argentinas, como por ejemplo Billiken, ascomo tambin en manuales de uso escolar en las escuelasprimarias. Dichas publicaciones suelen omitir algunos as-pectos del evento histrico que por su violencia o conte-nido poltico podran considerarse inapropiados para me-nores de edad, tales como el elevado armamentismo dela poblacin de aquella poca (consecuencia de la pre-paracin contra la segunda Invasin Inglesa o las luchassociales entre los criollos y los espaoles continentales.En su lugar, se enfoca a la revolucin como un eventodesprovisto de violencia y que inevitablemente habra su-cedido de una u otra forma, se pone el acento en aspectosfolklricos y secundarios tales como el estado del tiempodel 25 y si ese da llova o no, o si el uso de paraguas esta-ba extendido o limitado a una minora.[51][52] Tambin sepresentan como personajes arquetpicos de la revolucina diversos pregoneros, entre ellos el vendedor de velas, elaguatero, la mazamorrera repartiendo empanadas entrelos concurrentes a la plaza el 25 de mayo.[53]

    Pelcula muda "La Revolucin de Mayo".

    Los acontecimientos fueron representados en La Revo-lucin de Mayo, una de las primeras pelculas mudas deArgentina, lmada en el ao 1909 por Mario Gallo y es-trenado en 1910, ao del centenario. Fue el primer lm deccin argentino realizado con actores profesionales.[54]

    Entre las canciones inspiradas en los sucesos de mayo seencuentra el Candombe de 1810. El cantante de tangosCarlos Gardel interpret El sol del 25, con letra deDomingo Lombardi y Santiago Rocca, y Salve Patriade Eugenio Crdenas y Guillermo Barbieri. Pedro Berru-

    ti, por su parte, cre Gavota de Mayo,[55] con msicafolclrica.En esta celebracin, como as tambin en la del 9 de julioes muy comn que el pueblo prepare o consuma locro, yen las escuelas primarias se beba un tradicional chocolatetibio.

    11 Vase tambin Adhesin de la Intendencia de Salta a la Revolucin

    de Mayo

    Centenario Argentino Bicentenario de la Repblica Argentina Guerra de la Independencia Argentina

    12 Notas[1] Abad de Santilln, Diego (1965). La Revolucin de Ma-

    yo: Factores convergentes y determinantes. Historia Ar-gentina. Buenos Aires: TEA (Tipogrca Editora Argen-tina). p. 387.

    [2] Abad de Santilln, Diego (1965). La Revolucin de Ma-yo: Factores convergentes y determinantes. Historia Ar-gentina. Buenos Aires: TEA (Tipogrca Editora Argen-tina). p. 391.

    [3] Este prestigio fue utilizado como argumento por el patrio-ta Juan Jos Paso para justicar en el cabildo abierto queBuenos Aires tomara la iniciativa de reemplazar al virreysin consultar previamente a las otras ciudades.

    [4] Abad de Santilln, Diego (1965). La Revolucin de Ma-yo: Factores convergentes y determinantes. Historia Ar-gentina. Buenos Aires: TEA (Tipogrca Editora Argen-tina). pp. 395, 396.

    [5] Luna, Flix (1997). La etapa colonial / Las InvasionesInglesas. Breve historia de los argentinos. Planeta Argen-tina. p. 272. 950-742-811-9.

    [6] Cattneo, Jos Luis. Un tal Mariano Moreno. EditorialDunken. Buenos Aires. 2013. P. 33. ISBN 978-987-02-6373-9.

    [7] Los investigadores Juan Reyes y Genoveva Loza sostienenla segunda posicin, argumentando que se mantuvo el sis-tema de gobierno espaol y no se respald la revolucin enLa Paz, ver: La Razn. El primer gobierno libre latinoa-mericano. 16/7/2006, mientras que otros como TeodocioImaa, Gabriel Ren Moreno en La gran revolucin deChuquisaca de Ramiro Prudencio Lizn, 22/5/2004, Co-rreo del Sur o Felipe Pigna en Los mitos de la historiaargentina, Grupo editorial Norma, 26 edicin, 2007, Ar-gentina, ISBN 987-545-149-5, pginas 224/5, captulo:La Revolucin de Mayo, sostienen que la de Chuquisa-ca fue una revolucin independentista, citando como su

  • 19

    principal fundamento el silogismo de Chuquisaca o silo-gismo altoperuano: "Debe seguirse la suerte de Espaa oresistir en Amrica? Las Indias son un dominio personaldel rey de Espaa; el rey est impedido de reinar; luego lasIndias deben gobernarse a s mismas. Bernardo de Mon-teagudo.

    [8] Pigna, Felipe (2007). La Revolucin de Mayo. Los mi-tos de la historia argentina (26 edicin). Argentina: Grupoeditorial Norma. pp. 226, 227. ISBN 987-545-149-5.

    [9] Pacho O'Donell (1998). El Grito Sagrado. Buenos Aires:Editorial Sudamericana. ISBN 9500713314.

    [10] citado en Crnica Histrica Argentina, Tomo I, pg 145.(1968) Ed. CODEX.

    [11] Historia Argentina. Pg. 31. Escrito por Jorge Fernndez,Julio Csar Rondina. Publicado por Universidad Nac. delLitoral, 2004 ISBN 987-508-331-3, 9789875083318

    [12] Cornelio Saavedra, Memoria autgrafa, en Biblioteca deMayo, tomo II, pginas 1050-1051, 1966

    [13] Abad de Santilln, Diego (1965). Las jornadas de Mayode 1810: Divulgacin de las noticias sobre el curso de lainvasin francesa a Espaa. Historia Argentina. BuenosAires: TEA (Tipogrca Editora Argentina). p. 404.

    [14] Pigna, Felipe (2007). La Revolucin de Mayo. Los mi-tos de la historia argentina (26 edicin). Argentina: Grupoeditorial Norma. p. 229. ISBN 987-545-149-5.

    [15] Domnguez, Luis L. (1861). Seccin V: la Revolucin.Captulo 1: el 25 de mayo de 1810.. Historia Argentina.Imp. del Orden. pp. 204 205.

    [16] Domnguez, Luis L. (1861). Seccin V: la Revolucin.Captulo 1: el 25 de mayo de 1810.. Historia Argentina.Imp. del Orden. pp. 205 206.

    [17] El Cabildo y la Revolucin de Mayo. www.buenosaires.gov.ar Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

    [18] Abad de Santilln, Diego (1965). Las jornadas de Mayode 1810: Divulgacin de las noticias sobre el curso de lainvasin francesa a Espaa. Historia Argentina. BuenosAires: TEA (Tipogrca Editora Argentina). p. 406.

    [19] Pigna, Felipe (2007). La Revolucin de Mayo. Los mi-tos de la historia argentina (26 edicin). Argentina: Grupoeditorial Norma. p. 231. ISBN 987-545-149-5.

    [20] Vicente Fidel Lpez (1896). La gran semana de 1810.Publicacin on-line de la Biblioteca digital argentinawww.biblioteca.clarin.com. Buenos Aires: Carlos Casava-lle Editor, Imprenta y Librera de Mayo.

    [21] citado en Crnica Histrica Argentina, Tomo I, pg 148.(1968) Ed. CODEX.

    [22] Rodrguez Bosch, Ral (1986).Eustoquio Daz Vlez.Soldado de la Independencia y la Organizacin Nacio-nal. Editora Selene. Buenos Aires. Pgina 21. ISBN 950-95007-2-0.

    [23] Alejandro Pasino (1/12/00). La crisis de la monarquaespaola y las revoluciones hispnicas. Portal Educar.

    [24] Pigna, Felipe (2007). La Revolucin de Mayo. Los mi-tos de la historia argentina (26 edicin). Argentina: Grupoeditorial Norma. p. 234. ISBN 987-545-149-5.

    [25] Pigna, Felipe (2007). La Revolucin de Mayo. Los mi-tos de la historia argentina (26 edicin). Argentina: Grupoeditorial Norma. p. 237. ISBN 987-545-149-5.

    [26] Luna, Flix (1994). 1810 y sus efectos / La Revolucin.Breve historia de los argentinos. Buenos Aires: Planeta /Espejo de la Argentina. p. 62. 950-742-415-6.

    [27] De Ganda, Enrique (1960). La adhesin a FernandoVII,pgino 110. Historia del 25 de Mayo (Primera edi-cin edicin). Argentina: Claridad. p. 444.

    [28] Abad de Santilln, Diego (1965). Las jornadas de Mayode 1810: Divulgacin de las noticias sobre el curso de lainvasin francesa a Espaa. Historia Argentina. BuenosAires: TEA (Tipogrca Editora Argentina). p. 409.

    [29] Pigna, Felipe (2007). La Revolucin de Mayo. Los mi-tos de la historia argentina (26 edicin). Argentina: Grupoeditorial Norma. p. 238. ISBN 987-545-149-5.

    [30] Abad de Santilln, Diego (1965). Las jornadas de Mayode 1810: Divulgacin de las noticias sobre el curso de lainvasin francesa a Espaa. Historia Argentina. BuenosAires: TEA (Tipogrca Editora Argentina). p. 410.

    [31] http://www.gutenberg.org/ Proyecto Gutembreg (ed.).Actas capitulares desde el 21 hasta el 25 de mayo de1810.

    [32] Scenna, Miguel ngel, Las brevas maduras. Memorial dela Patria, tomo I, pg. 231 y 232, Ed. La Bastilla, Bs. As.,1984. ISBN 950-008-021-4

    [33] Ramallo, Jorge Mara (1983). Los grupos polticos en laRevolucin deMayo. Buenos Aires: Ediciones Macchi. pp.6980. ISBN 950-037-024-7.

    [34] Mitre, Bartolom (1887). . Ediciones Flix Lajouane.Buenos Aires. Cuarta edicin.

    [35] Archivo General de Indias. Sevilla. E. 122 C.C.L.26,1810. Carta del Virrey de Buenos Aires donde cuenta a SuMajestad con varios documentos que acompaa, de los su-cesos ocurridos en la Capital, en el mes de mayo de aquelao. Buenos Aires, 23 de junio de 1810.

    [36] Revista de Indias, 2004, vol. LXIV, nm. 231, pgs. 349-382, ISSN: 0034-8341 (formatoPDF)

    [37] Circular a las provincias del interior del 27 de mayo de1810

    [38] Pigna, Felipe (2007). La Revolucin de Mayo. Los mi-tos de la historia argentina (26 edicin). Argentina: Grupoeditorial Norma. p. 243. ISBN 987-545-149-5.

    [39] Halpern Donghi, Tulio (1974). Historia contemporneade Amrica Latina. Madrid: Alianza.

    [40] Luna, Flix (agosto de 2004). Consecuencias de la aso-nada. Grandes protagonistas de la historia argentina: Ma-rianoMoreno. Buenos Aires: La Nacin. p. 25. ISBN 950-49-1248-6.

  • 20 14 ENLACES EXTERNOS

    [41] M. Deleis y col. Cartas que hicieron la historia, BuenosAires, Edit. Aguilar, 2001, pg 116

    [42] Jos Mara Rosa (octubre de 1968). Historia del Revisio-nismo. Historia del Revisionismo y otros ensayos. Merln.

    [43] Di Stfano, Roberto, El plpito y la plaza, Ed. Siglo XXIde Argentina, Bs. As., 2004. ISBN 987-1105-75-4

    [44] Di Stfano, Roberto y Zanatta, Loris, Historia de la IglesiaArgentina, Ed. Grijalbo Mondadori, Bs. As., 2000. ISBN987-9397-17-7

    [45] Calvo, Nancy, Di Stfano, Roberto y Gallo, Klaus,Los curas de la Revolucin, Ed. Emec, Bs. As.,2002. ISBN 950-04-2396-0

    [46] Luna, Flix (agosto de 2004). El Enemigo - La contra-rrevolucin. En La Nacin. Grandes protagonistas de laHistoria Argentina - Mariano Moreno (1 edicin). BuenosAires: Planeta. p. 108. ISBN 950-49-1248-6.

    [47] Poli Gonzalvo, Alejandro (2008). Mayo, la revolucin in-conclusa. Buenos Aires: Editorial Emece. 978-950-04-3030-2.

    [48] Jos Mara Rosa (octubre de 1968). La enseanza de lahistoria. Historia del Revisionismo y otros ensayos. Mer-ln.

    [49] Bicentenario patrio: 2010 o 2016? por Gabriel Conte,21/05/2008, en Mdz on line.

    [50] Luna, Flix (2006). Historia Integral de la Argentina Vo-lumen II (1 edicin). Planeta. pp. 805 y ss. Texto ISBN950-49-1586-8 ignorado (ayuda)

    [51] Pigna, Felipe (2007). La Revolucin de Mayo. Los mi-tos de la historia argentina (26 edicin). Argentina: Grupoeditorial Norma. pp. 217218. ISBN 987-545-149-5.

    [52] Fabin Harari (2008). La Revolucin que Billiken nosocult. Veintitrs II (516). 1851-6602, pginas 22-27.

    [53] Lanata, Jorge (19 de mayo de 2008). A qu especiepertenece un negro?. Crtica de la Argentina. Consulta-do el 6 de octubre de 2008.

    [54] La Revolucin de Mayo (Mario Gallo, 1909)

    [55] http://www.editorialescolar.com/pedroberruti.htm

    13 Bibliografa Abad de Santilln, Diego (1965). Historia Argenti-

    na. Buenos Aires: TEA (Tipogrca Editora Argen-tina).

    Mara Alonso, Roberto Elisalde, Enrique Vzquez(1994). Historia : Argentina y el mundo contempor-neo. Buenos Aires: Editorial Aique. ISBN 950-701-203-6.

    Luna, Flix (1994). Breve historia de los argenti-nos. Buenos Aires: Planeta / Espejo de la Argentina.ISBN 950-742-415-6.

    Pigna, Felipe (2007). Losmitos de la historia argenti-na (26 edicin). Argentina: Grupo editorial Norma.ISBN 987-545-149-5.

    Poli Gonzalvo, Alejandro (2008). Mayo, la revo-lucin inconclusa. Buenos Aires: Editorial Emece.ISBN 978-950-04-3030-2.

    14 Enlaces externos Wikiquote alberga frases clebres de o sobreRevolucin de Mayo. Wikiquote

    Wikisource contiene obras originales de o sobreActas capitulares desde el 21 hasta el 25 de mayode 1810 en Buenos Aires.Wikisource

    25 de mayo de 1810 (Produccin del Ministerio deEducacin de la Nacin)

    La revolucin de Mayo (antecedentes, hechos y con-secuencias)

    Pelcula muda sobre la Revolucin de Mayo (reali-zada en 1910)

    A 200 aos de la Revolucin de Mayo. Mayo Unao varias revoluciones?

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    15 Texto e imgenes de origen, colaboradores y licencias15.1 Texto

    Revolucin de Mayo Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_de_Mayo?oldid=82707723 Colaboradores: JorgeGG,Lourdes Cardenal, Angus, SpiceMan, Rosarino, Ejrrjs, Barcex, Galio, LadyInGrey, Jfa, Ranveig, FAR, Jorgeauli, Soulreaper, Orgullo-moore, Hispa, Persio, Airunp, Edub, Taichi, Australis, Drini2, RobotQuistnix, Pertile, Leandro Palacios, Yrbot, Amads, Vitamine, Yu-rikBot, Mortadelo2005, Ferbr1, The Photographer, Mcagliani, No s qu nick poner, Baneld, Gtz, Jos., Morza, Maldoror, Cheveri,Lancaster, Ketamino, Jarke, OneEuropeanHeart, Sking, Aloneibar, Lagarto, BOTpolicia, CEM-bot, Especiales, Retama, Cristianrock2,Hugo.arg, Eltitoskate, Rastrojo, Mschus, Rosarinagazo, Antur, Nero, @IE, Montgomery, FrancoGG, Ggenellina, Rcidte, Tortillovsky,Roberto Fiadone, Escarbot, RoyFocker, Isha, Bernard, VanKleinen, Kved, Gacelo, Muro de Aguas, CommonsDelinker, TXiKiBoT, Ma-nuelrgm, NaBUru38, Gustronico, Millars, Humberto, Netito777, Xsm34, Fixertool, Nioger, Pedro Nonualco, Idioma-bot, Plux, ManuelTrujillo Berges, Bucephala, Aibot, VolkovBot, Urdangaray, Technopat, Queninosta, Belgrano, Libertad y Saber, Tegu~eswiki, Mstreetlinux, Matdrodes, Fernando Estel, DJ Nietzsche, Pruxo, BlackBeast, Lucien leGrey, Muro Bot, Edmenb, Mushii, PaintBot, Fraaan, Cobalt-tempest, Sageo, Jcestepario, BOTarate, Marcelo, Mel 23, Manw, Pascow, Elnegrojose, Furado, Greek, El bot de la dieta, Aleposta, LTB,Tirithel, Prietoquilmes, Jarisleif, HUB, El Megaloco, Nicop, Quijav, Eduardosalg, Botelln, Leonpolanco, Pablo323, Andrutkb, Doncentu,Aipni-Lovrij, Gelpgim22, UA31, Thingg, Lang, Taty2007, AVBOT, Ellinik, Eaeaeapepe, LucienBOT, Gizbot, Angel GN, MarcoAurelio,Ezarate, Diegusjaimes, Davidgutierrezalvarez, Pablocarballo, Arjuno3, Andreasmperu, Luckas-bot, Angelsaracho, Dangelin5, Draxtreme,Nixn, Onorcini, ArthurBot, SuperBraulio13, Xqbot, Jkbw, FrescoBot, Caetano Bresci, Sfs90, Torrente, Gorecb137, Botarel, Marktuan,EmBOTellado, BOTirithel, TiriBOT, MAfotBOT, Eduardo Martn Schweitzer Benegas, Selasie, Abece, HMC.Puebla, PatruBOT, An-gelito7, RNL89, Jorge c2010, Foundling, Balmi, GrouchoBot, Miss Manzana, Genas&santas, Edslov, Bachi 2805, Savh, Capoforever,ZroBot, ChessBOT, Sergio Andres Segovia, Alconatus, Nahir martinez, Rubpe19, Sof22687, Emiduronte, MadriCR, Fenix022, Cehms,XanaG, GMoyano, Satans va de retro, KLBot2, Engranaje, Inesbugsbunnyines, Sebrev, Barbarafernandez, MetroBot, John plaut, Ileanan, LlamaAl, Santga, Helmy oved, Escuela Docente, Lucaspeluca, EduLeo, Chuleitta, Apache52, Veintiochoesquinaquince, ShaGuarF1,Frankstar18, Balles2601, Glaisher, Historyfactss, Analias30, Divercity, Diego Navarro Lema, Martyneitor, Jarould, Marian222nn, Benja-Bot, Meechum, Julialelelelelellel, Damian5657 y Annimos: 652

    15.2 Imgenes Archivo:25_de_mayo_por_F._Fortuny.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/53/25_de_mayo_por_F.

    _Fortuny.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: [1] Artista original: Francisco Fortuny Archivo:Audio-input-microphone.svg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c0/Audio-input-microphone.svg Li-

    cencia: Public domain Colaboradores: The Tango! Desktop Project Artista original: The people from the Tango! project Archivo:Baltasar_Hidalgo_de_Cisneros.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/02/Baltasar_Hidalgo_de_

    Cisneros.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://cvc.cervantes.es/ACTCULT/museo_naval/sala7/personajes/ampliacion_03.htm Artista original: Annimo

    Archivo:Bicentenario_-_Videomapping_sobre_el_Cabildo_(1).jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/fe/Bicentenario_-_Videomapping_sobre_el_Cabildo_%281%29.jpg Licencia: CC BY 2.0 Colaboradores: originally posted to Flickr asNueva imagen de videomapping del Cabildo Artista original: morrissey

    Archivo:Cabildo_abierto.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b3/Cabildo_abierto.jpg Licencia: Public do-main Colaboradores: Cuadro de Juan Manuel Blanes Artista original: Juan Manuel Blanes (1830 - 1901)

    Archivo:Cabildoabierto-Subercaseaux.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/ca/Cabildoabierto-Subercaseaux.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: Museo Histrico Nacional Artista original: Pedro Subercaseaux

    Archivo:Carlota_Joaquina.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/67/Carlota_Joaquina.jpg Licencia: Publicdomain Colaboradores: Quadro do acervo do Palcio Nacional da Ajuda Artista original: Desconocido

    Archivo:Castelli_y_Cisneros.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d6/Castelli_y_Cisneros.jpg Licencia: Pu-blic domain Colaboradores: Enciclopedia Historia Argentina de Diego Abad de Santilln (1965) Artista original: Bajorrelieve creado porGustavo Eberlein (1847-1926)

    Archivo:Cornelio_Saavedra.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/28/Cornelio_Saavedra.jpg Licencia: Publicdomain Colaboradores: Museo Histrico Nacional Artista original: Annimo

    Archivo:Cscr-featured.svg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e7/Cscr-featured.svg Licencia: LGPL Colabora-dores: Wikipedia until June, 2006 Artista original: Wikimedia users ClockworkSoul, CyberSkull, Optimager, White Cat, Erina, AzaToth,Pbroks13.

    Archivo:Declaration_independence.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/15/Declaration_independence.jpgLicencia: Public domain Colaboradores: US Capitol Artista original: John Trumbull

    Archivo:Es-Revolucion_de_Mayo-article.ogg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/01/Es-Revolucion_de_Mayo-article.ogg Licencia: CC BY-SA 3.0 Colaboradores: es:Revolucin de Mayo Artista original: User:Banfield, User:Rayentray ,User:Mariadelcarmenpatricia, User:Aleposta, User:Marianocecowski, User:Roberto Fiadone

    Archivo:Francisco_de_Goya_y_Lucientes_070.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cb/Francisco_de_Goya_y_Lucientes_070.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: http://www.museodelprado.es/en/the-collection/online-gallery/on-line-gallery/obra/king-fernando-vii-with-the-robes-of-state/ Artista original: Francisco de Goya

    Archivo:Frondizi_en_el_acto_de_25_de_mayo_de_1960.jpeg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/49/Frondizi_en_el_acto_de_25_de_mayo_de_1960.jpeg Licencia: Public domain Colaboradores: El litoral.com Artista original: De lacoleccin Coleccin Birri

    Archivo:Invitacin_al_Cabildo_Abierto.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/9b/Invitaci%C3%B3n_al_Cabildo_Abierto.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: Ministerio de educacin de la nacin Artista original: Agustn Donado(1767-1831)

  • 22 15 TEXTO E IMGENES DE ORIGEN, COLABORADORES Y LICENCIAS

    Archivo:Joseph-Bonaparte.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/14/Joseph-Bonaparte.jpg Licencia: Publicdomain Colaboradores: bridgemanartondemand.com Artista original: Franois Grard

    Archivo:La_revolucin_de_mayo_(Mario_Gallo,_1909).ogg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/03/La_revoluci%C3%B3n_de_mayo_%28Mario_Gallo%2C_1909%29.ogg Licencia: Public domain Colaboradores: Canal Encuentro Artistaoriginal: Mario Gallo (1878 - 1945)

    Archivo:Mariano_Moreno.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c7/Mariano_Moreno.jpg Licencia: Publicdomain Colaboradores: Historia Argentina de Diego Abad de Santillan Artista original: Juan de Dios Rivera (1760-1843)

    Archivo:Pedro_Murillo.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/87/Pedro_Murillo.jpg Licencia: Public domainColaboradores: Palacio de Gobierno de la Repblica de Bolivia Artista original: Joaquin Pinto

    Archivo:Piramide-de-Mayo-Buenos-Aires.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/06/Piramide-de-Mayo-Buenos-Aires.jpg Licencia: Public domain Colaboradores: Own work at http://flickr.com/photos/brunogirin/28491611/ Artista original: Bruno Girin

    Archivo:Primera_Junta.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/91/Primera_Junta.jpg Licencia: Public domainColaboradores: Enciclopedia Historia Argentina Artista original: Julio Vila y Prades (1873-1930)

    Archivo:Santiago_de_Liniers.jpg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/70/Santiago_de_Liniers.jpg Licencia:Public domain Colaboradores: http://cvc.cervantes.es/ACTCULT/museo_naval/sala7/personajes/ampliacion_11.htm Artista original:Annimo

    Archivo:Sound-icon.svg Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/