revista instituto

10
y que siempre está en el horizonte y siempre aleján- dose con él. Por eso, decía el escritor uruguayo: ―camino dos pasos, y ella se aleja dos pasos ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar.‖ En vuestras manos queda Sherezade. Necesita de vuestras aportaciones y fantasía para seguir vivien- do, narrando, contando. A nosotros, quienes lanza- mos esta iniciativa, nos gustaría que su historia, como en Las mil y una noches, fuera interminable. Francisco de Paz . Tenéis ante vosotros el primer número de Shereza- de, la revista de nuestro instituto. Queremos que en ella tengan cabida las ini- ciativas, creaciones y re- flexiones de todos los miembros de nuestra co- munidad educativa. Llegará tan lejos como nosotros queramos. Porque ha nacido para crecer, con la imaginación, la inteli- gencia y la fantasía de to- dos los que aún estamos convencidos de que la edu- cación, y la cultura, consti- tuyen el mejor instrumento quizás el único- para seguir avanzando hacia un mundo mejor. Aquí caben razonamientos y divertimentos. La memo- ria del pasado y las adivi- nanzas que nos ayuden a descubrir el futuro. Las matemáticas y la literatura. La física y la química. Y por eso, claro, el amor; que ya lo dijo el inminente sabio Severo Ochoa, antes que Joaquín Sabina: ―el amor es la fusión de la física y la química.‖ Y también cualquier otro saber que nos ayude a co- nocer la diversidad del mundo y sus consecuen- cias, aunque no esté eti- quetado en ninguna asig- natura. Queremos que sea la re- vista de la realidad de la vida y de los cuentos. De muchos cuentos, de todos los tamaños y colores. Por- que, como decía es escritor Luis Landero en su libro El cuento o la vida: “Hoy más que nunca la escuela está bajo el signo fatal de Sherezade‖ (aquella mujer inteligente que utilizaba la imaginación para seguir viva). Nosotros también necesita- mos la imaginación para seguir adelante, caminando hacia esa utopía de la que hablaba Eduardo Galeano, QUERIDOS LECTORES ... Contenido de la revista : Los 20 años del centro 1 Consejos de la enfer- mera 2 Noticias culturales 3 Cuentos de Bucay 4 Creación literaria 5 Curiosidades 6 Galería de imágenes 7 El comienzo de una gran revista... SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS III. 26-1-11 VOLUMEN Nº 1 Sherezade narrando las mil y una noches.

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Sherezadaedasadas

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Page 1: Revista instituto

y que siempre está en el

horizonte y siempre aleján-

dose con él. Por eso, decía

el escritor uruguayo:

―camino dos pasos, y ella

se aleja dos pasos

¿Entonces para qué sirve

la utopía? Para eso sirve,

para caminar.‖

En vuestras manos queda

Sherezade. Necesita de

vuestras aportaciones y

fantasía para seguir vivien-

do, narrando, contando. A

nosotros, quienes lanza-

mos esta iniciativa, nos

gustaría que su historia,

como en Las mil y una

noches, fuera interminable.

Francisco de Paz .

Tenéis ante vosotros el

primer número de Shereza-

de, la revista de nuestro

instituto. Queremos que en

ella tengan cabida las ini-

ciativas, creaciones y re-

flexiones de todos los

miembros de nuestra co-

munidad educativa.

Llegará tan lejos como

nosotros queramos. Porque

ha nacido para crecer, con

la imaginación, la inteli-

gencia y la fantasía de to-

dos los que aún estamos

convencidos de que la edu-

cación, y la cultura, consti-

tuyen el mejor instrumento

– quizás el único- para

seguir avanzando hacia un

mundo mejor.

Aquí caben razonamientos

y divertimentos. La memo-

ria del pasado y las adivi-

nanzas que nos ayuden a

descubrir el futuro. Las

matemáticas y la literatura.

La física y la química. Y

por eso, claro, el amor; que

ya lo dijo el inminente

sabio Severo Ochoa, antes

que Joaquín Sabina: ―el

amor es la fusión de la

física y la química.‖

Y también cualquier otro

saber que nos ayude a co-

nocer la diversidad del

mundo y sus consecuen-

cias, aunque no esté eti-

quetado en ninguna asig-

natura.

Queremos que sea la re-

vista de la realidad de la

vida y de los cuentos. De

muchos cuentos, de todos

los tamaños y colores. Por-

que, como decía es escritor

Luis Landero en su libro

El cuento o la vida: “Hoy

más que nunca la escuela

está bajo el signo fatal de

Sherezade‖ (aquella mujer

inteligente que utilizaba la

imaginación para seguir

viva).

Nosotros también necesita-

mos la imaginación para

seguir adelante, caminando

hacia esa utopía de la que

hablaba Eduardo Galeano,

QUERIDOS LECTORES . . .

Contenido de la revista :

Los 20 años del centro 1

Consejos de la enfer-

mera

2

Noticias culturales 3

Cuentos de Bucay 4

Creación literaria 5

Curiosidades 6

Galería de imágenes 7

El comienzo de una gran rev ista . . .

SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS III.

26-1-11

VOLUMEN Nº 1

Sherezade narrando las

mil y una noches.

Page 2: Revista instituto

La verdad es que las emocio-

nes se apretaban entre sí y pugnaban

por salir más allá de “la flor de la

piel”. Fue necesario “bajar la mano”

en varias ocasiones para no quedarse

“al descubierto” entre compañeros y

antiguos alumnos, ya médicos, ya abo-

gados, ya directores de empresa o co-

merciales, ya maestras, ya madres…

Los recuerdos saltaban alborotados y

se desparramaban en cientos de imá-

genes, próximas y precisas muchas,

casi tangibles; más borrosas otras en-

tre el fondo de las clases o de una ex-

cursión por la Ruta de Don Quijote…

Todas irrepetibles.

Menos mal que el alma se

había puesto a buen recaudo desde que

recibí la invitación para asistir a los

actos programados por la actual direc-

ción del Carlos III y había buscado

toda clase de protección para emocio-

nes y sobresaltos. No obstante, todo

aquello que habían atado y bien atado

la prudencia y la razón se vio desmo-

ronado en un instante al divisar un

grupo de gente que esperaba ante las

puertas del lugar elegido, que es lo que

yo había procurado: estar entre los

primeros en llegar y encontrarme, ya

ajustado, ante cuantos fueran llegan-

do. Las palpitaciones aumentaban y el

caballo cordial aceleraba su paso a

medida que me aproximaba al grupo,

y los apuros de no reconocer con la

precisión que yo quisiera a quienes me

saludaran los azuzaba con ahínco. Y es

cierto que en algunas ocasiones tardé

varios segundos, que se hicieron horas,

en identificar al antiguo alumno, a las

alumnas sobre todo: se acicalan de

tales maneras y tan diversas entre sí

que me proclamo incapaz de distin-

guirlas, de reconocerlas. Entonces, se

ponen todos mis sentidos en funciona-

miento y, al poco, ya por el oído que

me trae ecos reconocibles, ya por los

gestos que atrapo con mis ojos despa-

tarrados, reconozco perfectamente a

mi interlocutor. Eso sí, que no se me

pida que diga su nombre o el curso en

que nos encontrábamos a diario, pero

en muchos casos también consigo acor-

darme: entonces me entra una gran

alegría y repito David, Verónica o

Natalia varias veces; incluso, le pre-

gunto por el compañero o compañera

con quien, compartiendo pasillo, esca-

leras o patio, se inició en las artes

amatorias. Otras veces, son ellos

quienes despiertan recuerdos pun-

tuales o describen estampas anecdóti-

cas y puntuales también. “Me acuer-

do cuando me dijo la primera vez en

clase que tuviera cuidado porque me

iba a caer. Chaval, oye chaval, que te

vas a caer, fue como me dijo. ¿Que

me voy a caer?, si estoy bien sentado,

le contesté. Pues aunque estés bien

sentado, que a pesar de mi miopía bien

que lo veo, estabas ya en el alféizar de

la ventana. ¿En el alféizar de la ven-

tana? Cada vez entiendo menos. Que

sí, muchacho, que estabas cazando

mariposas fuera de la clase. Que esta-

bas despistado.

-Y a mí me dijo un día:

Chaval, que se te ha caído el libro. Y

como miraba hacia los lados y debajo

de la mesa para ver si veía el libro

que no había llevado a clase, mis

compañeros de reían y yo cada vez

me azoraba más.

-Que no veo libro ninguno,

profe.

-Chaval, quiero decirte que

tienes que traer el libro a clase.

¿Cuántas veces más debo decírtelo

para que hagas caso…?

En el acto propiamente

dicho, las fotografías se perseguían

unas a otras, como impidiendo que

ninguna se aposentara como una

señorona y desplazara a las demás.

Chispazos, fogonazos del pasado

próximo, tan próximo que aún se

roza con el presente. De los discursos

diré… Dijeron casi todos los orado-

res que veinte años es muy poco tiem-

po. ¡QUE veinte años es poco tiem-

po…! No lo doy por cierto: veinte

años es una eternidad, pues ahora

mismo ninguno de los alumnos del

Instituto cuenta con esa precisa y

preciosa edad. Y hablando de la his-

toria del Centro, toda ella segada por

la guadaña del 2 y encerrada en la

oquedad del 0, es mucha historia:

desde su ubicación el la Avenida de

su nombre, que yo no conocí, hasta

su llegada a los altos toledanos de la

Avenida de Europa, que ponían los

mismos pies de los cigarrales al al-

cance de la vista salvando el Tajo,

hay mucho trecho, y muchas selecti-

vidades, y muchos intercambios cul-

turales, y muchos enfados y disgustos

escolares, y muchas alegrías, y mu-

chas gargantas rotas y calcinadas…

Toda la historia de la literatura, des-

files de escritores, comentarios de

texto…, que muchas veces regresa-

ban a la cartera…Veinte años son

muchos años y marcarán una etapa

irrepetible del Carlos III, etapa en la

que se consumieron los últimos res-

coldos de lo que había sido un exce-

lente bachillerato. Luego llegó la

malhada LOGSE con todos su pro-

gres de pacotilla a cuestas, y con ella

el derrumbamiento y la hecatombe

escolar. Lamentablemente, no me

equivoco: ahí están las pruebas…

Y más fotografías, y más

oradores y más recuerdos entraña-

bles. De todas las fotografías retengo

una en mi retina: aquella en la que la

voluntad caprichosa del proyector

paralizó la imagen dejando al presi

Barreda como si estuviera entrerre-

jado, entrebarrotado. ¿La recordáis?

¿O fue una errónea sensación mía?

En la cena, la cordialidad se

deslizaba por los manteles de los co-

mensales, amigos y compañeros que

se encargan de prolongar la ardua

tarea de enseñar, de enseñar también

fuera de las clases, y los domingos y

demás fiestas de guardar...

Apreciados compañeros del

claustro del Carlos III, gracias por la

cordialidad y el buen rato que me

hicisteis pasar. Y a vosotros, aprecia-

dos exalumnos, que las varillas del

abanico vital se os vayan perfilando

cada vez más claras. Si aún no es así,

sabed que aún contáis con el beneplá-

cito de la juventud. Y a la dirección

del Carlos III, muchas gracias por

esta iniciativa y ánimo para esperar y

preparar el veinticinco aniversario

que, ¡ay!, está ya a la vuelta de la

esquina.

Juan José Fernández Delgado

LOS VEINTE AÑOS DEL CENTRO . .

Página 2

SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS I I I .

Impresiones y Recuerdos.

Page 3: Revista instituto

Estimados padres:

Durante el pasado curso

escolar, han pasado por la

consulta de Enfermería,

alrededor de 400 alumnos

por motivos diversos. Exis-

te un factor común en un

porcentaje amplio de los

escolares que acuden diaria-

mente a la enfermería: la

ausencia e escaso desayuno

que hacen antes de venir al

instituto.

Cuando un niño en pleno

crecimiento está en ayunas

desde la noche anterior,

aparecen efectos propios de

este ayuno, como son: dolor

de cabeza, irritabilidad, dis-

minución de la concentra-

ción, fallos de memoria, ma-

reos, etc.

Les recomiendo, que para el

buen desarrollo físico e inte-

lectual de sus hijos, insistan

en la realización de un des-

ayuno completo a base de:

Leche + Zumos o fruta +

Tostadas/galletas o cerea-

les.

Puedo entender que por la

mañana todo son prisas para

llegar al colegio, trabajo,

etc.; pero tal vez con ayuda

de dos pequeñas estrategias,

que ahora les comento, po-

damos conseguir que sus

hijos hagan en desayuno

completo que repercutirá

beneficiosamente en su ren-

dimiento escolar, así como

en su buen desarrollo físico.

Estrategias;

1.- Levantarse diez minutos

antes

2.- Dejar el desayuno prepa-

rado la noche anterior.

3.- El material escolar nece-

sario para el día siguiente

(mochila), debe dejarse pre-

parado el día anterior.

Agradeciendo su colabora-

ción y siempre pensando en

el bienestar de sus hijos.

Un saludo

Fdo. Blanca González Arévalo

Enfermera del IES Carlos

CONSEJOS DE LA ENFERMERA

Página 3

VOLUMEN Nº 1

Para que sus hijos tengan un buen rendimiento, deben tomar un

desayuno saludable.

Carta a los padres.

Page 4: Revista instituto

1. Disfruta de la comida

Intenta comer alimentos diferentes cada día para gozar de una alimentación variada y disfrutar de ella. Come con

tus familiares y amigos.

2. El desayuno es una comida muy importante

Tu cuerpo necesita energía después de dormir, por lo que el desayuno es esencial. Elige para el desayuno alimentos

ricos en carbohidratos, como pan, cereales y fruta. Saltarse comidas, y en especial el desayuno, puede provocar un

hambre descontrolada, que muchas veces lleva a comer en exceso. Si no comes nada para desayunar, estarás menos

concentrado en el colegio.

3. Come muchos alimentos variados

Consumir alimentos variados todos los días es la mejor receta para gozar de buena salud. Necesitas 40 vitaminas y

minerales diferentes para mantenerte sano, y no hay ningún alimento que por sí sólo pueda aportártelos todos. No

hay alimentos "buenos" o "malos", así que no tienes porqué dejar de comer las cosas que te gustan. Simplemente

asegúrate de que consigues un equilibrio adecuado y come una gran variedad de alimentos. ¡Toma decisiones equili-

bradas en cada momento!

4. Basa tu alimentación en los carbohidratos

Estos alimentos aportan la energía, las vitaminas y los minerales que necesitas. Algunos alimentos ricos en carbohi-

dratos son la pasta, el pan, los cereales, las frutas y las verduras. Intenta incluir alguno de estos alimentos en cada

comida ya que más de la mitad de las calorías de tu dieta deberían provenir de ellos.

5. Come frutas y verduras en cada comida

Puedes disfrutar de las frutas y las verduras en las comidas, o consumirlas como sabrosos tentempiés entre comi-

das. Estos alimentos aportan vitaminas, minerales y fibra. Deberías intentar consumir 5 raciones de frutas y ver-

duras al día.

6. La grasa

Todos necesitamos incluir algo de grasa en nuestra dieta para conservar una buena salud, pero consumir demasia-

das grasas, y en particular grasas saturadas, puede ser malo para nuestra salud. Las grasas saturadas se encuen-

tran en los productos lácteos enteros, los pasteles, bollos, carnes grasas y salchichas. Come de forma equilibrada -

si a la hora de la comida consumes alimentos ricos en grasas, intenta tomar alimentos con menos grasas en la cena.

7. Los tentempiés

Picar entre comidas aporta energía y nutrientes. Escoge tentempiés variados, como frutas, sándwiches, galletas,

tartas, patatas fritas, frutos secos y chocolate. Asegúrate de que tus elecciones son variadas para mantener el

equilibrio en tu dieta, y no comas demasiado, sino no tendrás hambre a la hora de la comida

8. Saciar la sed

Tienes que beber muchos líquidos porque un 50% de tu cuerpo está formado por agua. Se necesitan por lo menos 6

vasos de líquidos al día, e incluso más si hace mucho calor o haces ejercicio. El agua y la leche son excelentes, pero

también es divertido variar.

9. Cuídate los dientes

Cuídate los dientes y lávatelos dos veces al día. Los alimentos ricos en almidón o azúcares pueden influir en la apa-

rición de caries si se comen con demasiada frecuencia, así que no picotees o bebas refrescos a todas horas.

10. Ponte en movimiento

Estar en forma es importante para tener un corazón sano y unos huesos fuertes, así que haz ejercicio. Intenta

hacer algo de deporte cada día y asegúrate de que te gusta para que seas constante y no dejes de hacerlo. Si to-

mas demasiadas calorías y no haces suficiente ejercicio puedes engordar. El ejercicio físico moderado te ayudará a

quemar las calorías que te sobran. ¡No tienes que ser un atleta para ponerte en marcha!

CONSEJOS DE LA ENFERMERA

Consejos fundamentales para lo adolescentes :

Hay que procurar reducir los

malos hábitos para tener un

mejor nivel de vida

Page 5: Revista instituto

Miguel Hernández

(1910-1942). Celebra-

mos el centenario de su

nacimiento.

Su poesía señala

claramente la transi-

ción entre la generación

del 27, (Dámaso Alonso

lo llamó “genial epígo-

no”) y la generación

del 36, su influencia en

la poesía de la posgue-

rra ha sido considera-

ble.

Pero su obra está

cubierta de una espesa

capa de leyendas sobre

su persona, que en oca-

siones solapan sus lo-

gros poéticos; pues, se

ha exagerado su pobre-

za y su incultura, al ser

un cabrero que se esco-

larizó tarde (tenía nue-

ve años) y que por ne-

cesidades familiares

debió abandonar los

estudios para seguir

ayudando en el pasto-

reo, que compagina con

su avidez de libros, de

lecturas de los clásicos,

de aprender a escribir

poesía culta. El resulta-

do fue Perito en lunas

(1933) inspirado en

Góngora, este libro no

es más que un ejercicio

de estilo, que carece de

sello personal. El si-

guiente libro, El rayo

que no cesa (1936) es

una explosión de pasio-

nes e impulsos intensos,

como dice él mismo en

uno de los poemas “una

revolución dentro de un

hueso, un rayo soy suje-

to a una redoma”. El

tema principal es el

amor, pero mezclado

con el arrebato, el fu-

ror, el sentimiento, la

desesperación y las

sombrías premonicio-

nes de la muerte, como

nos muestra en su poe-

ma “Sino sangriento”,

que ha servido, otra vez

más, para acrecentar

esa leyenda de Hernán-

dez, pues profetiza su

trágico destino que se

cumpliría años más

tarde. Su “Elegía” es

uno de los poemas más

famosos, con ese respe-

to impuesto como fruto

de una sincera efusión

de dolor por la repenti-

na muerte de su

“compañero del alma”.

Durante la Repúbli-

ca se convirtió impulsi-

vamente del catolicismo

más ferviente al comu-

nismo, fruto de ello es

Vientos del pueblo

(1937) cuyo propósito

eran recitarse como

poesía de guerra entre

los camaradas. El

hecho de la guerra y

sus penalidades resultó

beneficiosa para la po-

esía de Miguel, pues su

obra se desnuda de ar-

tificios retóricos y de

dramatismo para al-

canzar en El hombre

acecha (1938) una sere-

nidad reflexiva y perso-

nal ante el panorama

de tristeza y sufrimien-

tos que ve reflejados en

sus compañeros.

Al término de la

guerra, Hernández fue

hecho prisionero y sen-

tenciado a muerte. Mu-

rió de tuberculosis en la

celda, con treinta y dos

años. Los poemas escri-

tos en la cárcel y publi-

cados bajo el título

Cancionero y romance-

ro de ausencias consti-

tuyen una queja con-

movedora, nos sensibi-

lizan sus sentimientos,

sus circunstancias de

un hombre separado de

su esposa y de su hijo, a

los que nunca volvería

a ver.

Lo nuevo es que en

su poesía van de la ma-

no los sentimientos y

los recursos poéticos

Su palabra parece di-

rectamente arrancada

del corazón (“la lengua

en corazón tengo baña-

da”), conjugada con el

arte popular y las técni-

cas más sabias. Todo

para buscar una mayor

densidad expresiva, que

hace inconfundible su

voz.

Piedad Martín

NOTIC IAS CULTURALES.

Página 5

SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS I I I .

Miguel Hernández

Miguel Hernández

Page 6: Revista instituto

Gabriel García Márquez se ha

retirado de la vida pública por

razones de salud: cáncer linfáti-

co. Ahora, parece, que es cada

vez más grave. Ha enviado una

carta de despedida a sus ami-

gos, y gracias a Internet está

siendo difundida.

“Si por un instante Dios se olvi-

dara de que soy una marioneta

de trapo y me regalara un trozo

de vida, aprovecharía ese tiem-

po lo más que pudiera”.

Posiblemente no diría todo lo

que pienso, pero en definitiva

pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo

que valen, sino por lo que signi-

fican.

Dormiría poco, soñaría más,

entiendo que por cada minuto

que cerramos los ojos, perde-

mos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se

detienen, despertaría cuando los

demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo

de vida, vestiría sencillo, me

tiraría de bruces al sol, dejando

descubierto, no solamente mi

cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuán

equivocados están al pensar que

dejan de enamorarse cuando

envejecen, sin saber que enve-

jecen cuando dejan de enamo-

rarse!

A un niño le daría alas, pero le

dejaría que él solo aprendiese a

volar.

A los viejos les enseñaría que la

muerte no llega con la vejez,

sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de

ustedes, los hombres... He

aprendido que todo el mundo

quiere vivir en la cima de la

montaña, sin saber que la ver-

dadera felicidad está en la forma

de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un

recién nacido aprieta con su

pequeño puño, por primera vez,

el dedo de su padre, lo tiene

atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre

sólo tiene derecho a mirar a otro

hacia abajo, cuando ha de ayu-

darle a levantarse.

Son tantas cosas las que he

podido aprender de ustedes,

pero realmente de mucho no

habrán de servir, porque cuando

me guarden dentro de esa ma-

leta, infelizmente me estaré

muriendo.

Siempre di lo que sientes y haz

lo que piensas.

Si supiera que hoy fuera la últi-

ma vez que te voy a ver dormir,

te abrazaría fuertemente y re-

zaría al Señor para poder ser el

guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los

últimos minutos que te veo diría

“te quiero” y no asumiría, tonta-

mente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la

vida nos da otra oportunidad

para hacer las cosas bien, pero

por si me equivoco y hoy es

todo lo que nos queda, me gus-

taría decirte cuanto te quiero,

que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado

a nadie, joven o viejo. Hoy pue-

de ser la última vez que veas a

los que amas. Por eso no espe-

res más, hazlo hoy, ya que si el

mañana nunca llega, segura-

mente lamentarás el día que no

tomaste tiempo para una sonri-

sa, un abrazo, un beso y que

estuviste muy ocupado para

concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de

ti, diles al oído lo mucho que los

necesitas, quiérelos y trátalos

bien, toma tiempo para decirles

“lo siento”, “perdóname”, “por

favor”, “gracias” … y todas las

palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pen-

samientos secretos. Pide al Se-

ñor la fuerza y sabiduría para

expresarlos. Demuestra a tus

amigos y seres queridos cuanto

te importan”.

Fuente: Anónimo, recibido por Internet – Agosto 2005

NOTIC IAS CULTURALES.

Página 6

VOLUMEN 1, Nº 1

Testamento de García Márquez

Page 7: Revista instituto

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar dema-siado tiempo en esa masa espera como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas pa-talearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la

superficie y respirar.

Una de ellas dijo en voz alta: «No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril». Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco. La otra rana, más persistente o quizá más tozuda se dijo: «¡No hay manera! Nada se

puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, pre-fiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora». Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centíme-

tro, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en

mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde

allí, pudo regresar a casa croando alegremente.

BUCAY

CUENTOS DE BUCAY

Página 7

SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS I I I .

Las ranitas de la nata.

Libro del cual está extraido este cuento.

Page 8: Revista instituto

Página 8

VOLUMEN 1, Nº 1

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue. Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamen-te quedó un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pa-red y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días. La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey: - Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere. El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo espe-raba en el palacio porque quería hablar con él. Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se le-vantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo: - Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más? Y el hijo contestó: - ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había di-cho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de do-lor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre? Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.

BUCAY

CUENTOS DE BUCAY

La princesa busca marido.

Jorge Bucay.

Page 9: Revista instituto

—Soy una cebolla, una sucia y maloliente cebolla—se lamentaba—. Me pudro en el

tiempo, quiero pero no alcanzo. No soy más que una mísera cebolla.

—¿Me deshago de mis capas? ¿Qué sería de mí?—Se preguntaba—Entonces apenas

sería —se contestaba.

En aquel momento mil voces amigas lo calmaron: —Sólo me queda esperar—

dedujo.

Así fue que se quedó muy quieto bajo el sol, secándose y consumiéndose esperando

la llegada de su hora.

Con la piel ya descascarillada por los rayos, perdió el conocimiento. Allí yacía,

muerto, inmóvil, el hombre cebolla.

Llegó el día de su entierro y, por primera vez en su vida, nadie lloró por él.

Diego Castaño Chillarón

C RE AC IÓ N L ITE RA RI A

S ON E T O : L A M O N T A Ñ A

Verdes hojas mecidas por el viento, Claras aguas susurran al pasar,

Lo único que escucho, mi pensamiento, Me invita a un mundo donde reposar.

Tú que fuiste forjada a fuego lento.

Tú que nos das el aire del que respirar. Perderme entre tus bosques no lamento,

Ni tu hermosa belleza contemplar.

Es por ti, que los alados poetas, Con sus alegres y hermosos cantares,

Proclaman tu gran historia atemporal.

Desde tus oscuras, profundas grietas, Hasta las altas nieves invernales, Se aprecia,... tu grandeza natural.

Daniel Nieto

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SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS I I I .

Allium Cepa

Page 10: Revista instituto

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VOLUMEN 1, Nº 1

Fotografías de particulares

„‟ Desde el cielo‟‟

„‟ El Río Tajo‟‟

Castillo de San Servando, Toledo.

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