revista entre líneas. diciembre 2012
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Revista cultural y literariaTRANSCRIPT
Revista Entre Líneas
Diciembre 2012, ciudad de Miami
Sumario:
Sombras sin paralelo por Ricardo A. Vega/ 3
Un cuento de Enrique A. Maitín/ 6
Yo alucino por Sara Suejen/ 10
Delirio en acecho (A dos voces)) por Ariel Aboal y Sara Suejen/ 13
Melodrama o la puta más cara por Marta Herrán de Viu/ 15
Su poema puede ser una canción (Nota informativa) por Margarita Polo/ 23
Dos poemas de Azucena Ordoñez Rodas/ 25
Te invitamos/ 28
La revista literaria Entre Líneas, está abierta a recibir colaboraciones en los
géneros de poesía, cuento, artículos y literatura en general.
Su obra puede enviarse a: [email protected] será evaluada por
nuestro equipo y publicada en nuestras páginas, si así se determina.
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La revista Entre Líneas y la casa editorial Voces de Hoy te desean todo lo mejor en estas navidades
y un próspero año nuevo
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SSSooommmbbbrrraaasss sssiiinnn pppaaarrraaallleeelllooo Ricardo A. Vega
Miraba mientras mi hijo chocaba sus diminutas, mas
ya adultamente definidas manos una contra la otra,
como si fuesen los primeros ensayos de futuros
aplausos. Esas manos que hace pocos meses mi niño
descubría, inesperadas, y sorprendido, cual si ángel
escondido se las hubiese añadido a sus bracitos
mientras dormía o mientras embobado miraba a su
mamá, hoy exploran y agarran, en insaciable
curiosidad, todo lo que observa. Ya sentado, aún con
un pequeño vaivén que todavía nos mantiene en
alerta permanente, observé, mientras la luz de
nuestra ventana mañanera trasformaba sus rizos en
auríferos remolinos, como la silueta de su sombra se
expandía sobre la madera del pulido piso bostoniano. Pensaba entonces que esta
podría ser ese otro niño. Aquel que en ocasiones, especialmente cuando me regocijo
en la alegría de mi hijo, brota en mi mente cual contrapeso a mi felicidad. Aquel otro
niño que por no tener los mimos constantes que mi hijo disfruta, crecería aislado, con
miedo y desconfianza hacia todos y todo lo que le rodea. Imaginaba que ese contorno
bidimensional que el sol creaba era como una puerta, una desbalanceada conexión
con otro mundo en donde a otro niño le era negado todo lo que el mío tenía. Decido
entonces, aunque con trepidación, aceptar la dudosa invitación, y entrando, camino
por rutas y lugares que como todos, hubiese prefiero vivir como si no existieran. Las
ventanas de mi apartamento envolvían los rascacielos de mi ciudad en una gentil
llovizna que refrescaba el ambiente, mas yo, en mi viaje, solo sentía las áridas
ráfagas de viento seco de la península somalí. En nuestra mesa todavía quedaban sin
recoger las sobras del almuerzo. Sus olores me castigaban la nuca mientras las
hilachas de músculo que le quedaban a aquel esqueleto viviente apenas recordaban
su última comida. Traté de comunicarme, mas no me hablaba. Con mucho esfuerzo,
mientras su madre espantaba los insectos, abrió sus infectados ojos, luego supe que
por última vez, y sin palabras, las profundidades de sus azabaches pupilas me
invitaban a entrar a una segunda puerta en el camino. Acepté, y en ellas miré un valle
con otros 22,000 niños que por nombre llevaban la fecha de hoy. Horrorizado quise
salir del trance, pues comprendí que estos se sumarían a los 22,000 de ayer, y que
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junto a los 22,000 del día anterior y a los de mañana hacían una cadena inmensa de
mortalidad que por innecesaria casi me lleva al desquicio.
Al regresar volví a ver a mi niño. Practicaba su gateo en el piso de mi biblioteca y con
brillo en los ojos intentaba alcanzar los libros de las tablillas que estaban a su alcance.
Este era uno de nuestros rituales diarios. Dependiendo de que tablilla decidiese
explorar yo le iba diciendo, esta es la sección de matemática, o esta es la de filosofía,
literatura, ciencia, y así sucesivamente lo encaminaba por lo que sueño será su futura
fascinación cuando intente impacientemente leer los libros que su papá leyó. Como
cualquier padre, imagino a mi hijo recorriendo intelectualmente todos mis caminos y al
claramente entender su herencia, lo veo con una mente iluminada para descubrir su
papel en la vida.
Abandonando los magnéticos colores de los costados de mis libros y regresando al
piso y su gateo, mi hijo, con su idea en formación de lo que un libro es, abre su texto
infantil de colores en donde poco a poco aprenderá ha identificar la jirafa, el león, el
oso, y la flor, y todo el fascinante mundo de sabiduría y conocimiento que encierra la
palabra escrita. Al alejarse de la ventana su sombra desaparecía, y con ella, al menos
momentáneamente, todas las almas niñas que nunca tendrían la oportunidad de
educarse y contribuir, con entendimiento propio, a un futuro mejor. Pero el tiempo no
se detuvo, y con sádica crueldad el reloj en la pared marcaba los segundos, de cuatro
en cuatro, anunciando el intervalo que le tomaba al mundo despachar cada alma
infantil. Más de 8 millones al año.
Es imposible predecir con precisión el futuro de mi hijo. Su vida será como una
escalera en donde cada peldaño estará marcado por futuros recuerdos. Sus primeros
pasos solo los recordará en las fotos que su madre y yo le mostraremos. Mas
concientemente haciendo suyas las memorias de su primer día en la escuela, su
primer beso, su primer libro leído, su primer entendimiento de lo que es, sus
graduaciones, su mujer, sus hijos, y sus nietos, también entenderá como estas vivirán
sin paralelo a su sombra. Aquella sombra que su padre vio un día lluvioso de un
verano bostoniano.
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Ricardo A. Vega nace el 27 de noviembre del 1960, y
fueron los vecinos de Santurce, Puerto Rico, los que se
vieron obligados a escuchar sus primeras opiniones sobre
el mundo y la vida cuando, en forma de llanto,
las expresaba a viva voz. Veintiún años después, y
entretenido por marchas y piquetes en el recinto de Río
Piedras de la Universidad de Puerto Rico, a duras penas
logra acumular tres años de bachillerato en la facultad de
Ciencias Naturales. Decide entonces cambiar radical-
mente su estrategia educativa y se embarca en un largo
viaje por América Latina que lo lleva, entre otros países, a
Brasil y México, en donde estudia con los mayores
exponentes de la Teología de La Liberación. Con 26 años
se aventura hacia la ciudad de Boston en los Estados
Unidos, y termina su bachillerato en la Universidad de
Harvard, para más tarde concluir su maestría en la
Universidad de Massachusetts. Viviendo ya mitad de su
vida en los fríos invernales del noreste norteamericano, últimamente le ha dado por dedicar
más tiempo y atención a sus escritos.
6 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
QQQuuueee lllaaa hhhiiissstttooorrriiiaaa nnnooo ssseee rrreeepppiiitttaaa Enrique A. Meitín
El día primero de enero de 1959, las calles estaban llenas de gente, con banderas “rojinegro” del 26, se oían disparos por doquier, ya que aun muchos de los agentes de Batista no habían dejado las armas ante el temor a ser asesinados por las turbas enardecidas por el triunfo, grupos de habaneros, donde se confundían milicianos del “Movimiento”, simpatizantes de los “rebeldes”, oportunistas, ladrones y saqueadores de mil ralea con otros que contagiados por la algarabía reinante, sin miramiento alguno entraban en las casas de los batistianos o simpatizantes del gobierno recién depuesto, en ocasiones arriesgando sus vidas, rompiendo muebles y llevándose cuanto había de valor en ellas.
No escaparon al saqueo, casas lujosas cuyos propietarios no tenían ninguna vinculación con la dictadura depuesta, mientras que presuntos agentes del régimen fueron brutalmente apaleados, algunos de los cuales pagaron con su vida, ignorándose si eran culpables de muertes y torturas. Decenas de ellos fueron llevados a las prisiones, que habían sido abiertas para sacar a los presos políticos, situación aprovechada por los delincuentes comunes que abandonaron las cárceles sin que nadie los detuviera.
De igual forma penetraban en los garitos y casas de juegos que pululaban entonces por toda la ciudad, rompían las “maquinas” tragamonedas y cuanto objeto de juego encontraban en su demoledor paso, mientras en la calle otros se fajaban con los “parquímetros” rompiéndolos y sacándoles el dinero de su interior, y “pasándole la cuenta” a aquellas personas que sospechaban estuvieran con el régimen. En ese “mare-mágnum” perdieron la vida también muchos inocentes que al llegar a determinada casa fueron enfrentados por agentes armados que disparaban para no entregarse a la muchedumbre.
Todo trascurría entre la persecución a los simpatizantes del “batistato” por parte de las milicias del 26 de Julio, la euforia general, y la proliferación de arribistas y oportunistas, que sin haber hecho nada en la lucha contra la dictadura, se identificaban como “rebeldes” portando armas—que habían acopiado como parte de los asaltos a las estaciones de policías y armerías de la ciudad—, y mostrando en sus brazos, brazaletes de M-26-7, a la par que exigían justicia...más bien venganza.
A los alaridos de Radio Rebelde que copaban las ondas radiales cubanas donde a los pormenores del avance de los “barbudos” y los discursos de los dirigentes del Movimiento se les sumaban las acusaciones a los representantes de las “clases altas”, que no habían podido escapar al Norte en eso días, tildándolos de traidores a la Patria por haber cooperado con Batista.
Muchos de los jóvenes quinceañeros de La Habana de aquel tiempo participaron “de lleno” en dichos acontecimientos, algunos por convicción y solidaridad, y otros por embullo o por darle rienda suelta a la “adrenalina” acumulada, o tal vez... los más,
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llevados por el impulso de la juventud.
—Adonde van muchachos, con el peligro y los tiros que hay. Expresó una madre preocupaba ante la decisión de los hijos... aunque en el fondo ella, debido a sus ideales, quería salir a festejar lo que todo el pueblo de Cuba festejaba... la caída del tirano.
—Nos vamos para la calle a celebrar mami. Tal vez respondieron al unísono. Todos nuestros amigos están en la calle, no vamos a quedarnos aquí en la casa bajo la “falda”... ya estamos bastante creciditos. No te preocupes mamá... no nos pasará nada.
Ya en la calle, entre muchos abusos verían como las turbas enardecidas sacaban a un policía de su casa y sin miramiento alguno era golpeado y asesinado, también como un joven como ellos al romper de una patada la puerta de un apartamento para penetrar a su interior, era ultimado por una ráfaga de ametralladora, cercenando en varias parte su aorta descendente, provocándole la muerte al instante. Fueron testigos también de otras atrocidades que marcarían para siempre en sus mentes juveniles lo que fue el despertar de esa Revolución, que con el tiempo sufrirían todos los cubanos en carne propia.
Días después comenzaron a darse los preparativos de lo que sería la justicia revolucionaria, o más bien el “ajuste de cuenta”, los amañados juicios, las “inventadas” pruebas, y los posteriores fusilamientos, donde fueron llevados ante el paredón connotados asesinos, junto a otros inocentes que no pudieron probarle su participación en torturas, muertes y desaparecidos, pero que igualmente fueron fusilados.
Tal fue el caso del dueño de un establecimiento de venta de carros de la Osmobile que había logrado un contrato con el gobierno de Batista para suministrarle en 1959, una docena de automóviles de esa marca, que serian utilizados por la policía de la ciudad, y al mismo tiempo equiparlos con radios de onda corta, labor contratada con otra compañía, la que se dedicaba a la venta e instalación de equipos de radio y sonido. Lo acusaron de contubernio con el régimen y le “sumaron” a ello de que había chivateado a unos miembros del Movimiento 26 de Julio cuando la Huelga de Abril, todo lo cual sirvió para llevarlo sin prueba alguna a la tristemente célebre prisión de “La Cabaña” y luego al paredón de fusilamiento, del argentino Guevara.
Muy de cerca vivieron aquellos jóvenes quinceañeros de La Habana, las primeras atrocidades del nuevo régimen, les hizo caer en profundas contradicciones que arrastrarían durante los años iniciales del “cacareado” proceso revolucionario y que con el de cursar del tiempo irían en aumento. Frente a ellos murieron o fueron asesinados algunos de sus condiscípulos, otros marcharon hacia el extranjero, sobre todo hacia Estados Unidos arrastrados por sus respectivos padres que huían de las medidas, así como de las leyes contra la propiedad, que Castro trataba de justificar ante el mundo, alegando la recuperación de las propiedades mal habidas, Todo ello y mucho más les haría perder las ilusiones que traían de la niñez.
Aquellos jóvenes quinceañeros de mi ciudad --al igual que yo--pudimos apreciar durante esos pocos días las tristes realidades. Como a pesar de que muchos habían luchado por un cambio de la sociedad, sin muertes por torturas o asesinatos, se repetía la misma historia. Esta vez disfrazada por un cacareado “pase de cuentas legales”, una forma solapada de asesinato que marcaría la historia temprana de la susodicha
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Revolución. Conocimos así de venganzas; de actos de terrorismo; robos de propiedades, y de toda una seria de ilegalidades, a tono de la “nueva legalidad”.
Sin quererlo, fuimos mudos testigos del despegue del proceso, que iba a caracterizarse desde su inicio en una flagrante violación de los más elementales derechos humanos, y que igualmente se transformaría en una de las tiranías más sangrientas y duraderas de América Latina y el Caribe. Y por qué no, del mundo entero...
Comenzaba así una nueva etapa en la historia de Cuba, y de la familia cubana. No pudiendo dilucidar cuál de las dos sería más confusa, compleja y llena de contradicciones. Dicha etapa convulsa en si misma daría lugar a una doble y controvertida migración —si se quiere utilizar ese término—, en dos direcciones. Una, la menor, procedente de Estados Unidos y otros países de América Latina y el Caribe, sobre todo de México y de Venezuela. Otra en sentido opuesto, que iría incrementándose poco a poco por más de sesenta años a tenor de los cambios “revolucionarios”, que es mejor decir, debido a las medidas en contra de la libertad y de la democracia.
Sin detenernos a precisar las consecuencias que en estas, ambas direcciones, tuvieron para los que participaron de la misma, obligados o no, basta decir que dejaron seres queridos, padres e hijos, posesiones, riquezas o pobrezas, y sobre todos los más profundos sentimientos humanos. Unos hacia su Patria querida que abandonarían por mucho tiempo, pensando siempre en el retorno otros los llamados “repatriados” que aunque en un corto periodo de tiempo habían establecido sus vidas lejos de su terruño, y regresaban a sus seres queridos en Cuba, dejando trabajo, bienes, riquezas, nuevas amistades y porque no a personas que supieron sacrificarse y quererlos en ese “breve espacio en que no estás”, los cuales diferente a los primeros, que en el regreso estaba su futuro.
Con el de cursar del tiempo continuaría en una sala dirección. Desde Cuba hacia el exterior, en consecuencia con las diversas olas migratorias que van a tener lugar durante el cacareado “proceso revolucionario”, y donde no va a faltar nunca la necesidad espiritual de la unión familiar, desmembrada por el propio accionar de esta tildada Revolución, y que conllevaría, por supuesto, a la eterna preocupación ---en ocasiones ocupación---, de regresar al punto de partida. Quiera Dios que llegado el momento, más temprano que tarde, del fin de la dictadura de los Castros, esta Historia no se repita.
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ENRIQUE A. MEITÍN
Según sus padres nació en La Habana Vieja, Cuba en 1943, y tuvo una niñez feliz de “mata perro” con la gente de su barrio. Después de mucho trabajo, más bien estudio, logró graduarse de Historia y de Periodismo, que casi es lo mismo pero no es igual, y contra viento y marea ha dedicado la vida a escribir. Tal vez por suerte, no por amiguismo, obtuvo a pesar de la crítica de algunos de sus colegas cinco premios nacionales en igual número de investigaciones históricas, destacándose en el género de ensayo, que se convertirían luego en sus primeros libros: El sindicalismo libre en América Latina: Un engendro de la CIA; Editorial de Letras Cubanas, La Habana, Cuba 1984 Panamá 1989: Dependencia vs. Soberanía; Editorial Universitaria, Panamá 1998, De Reagan a Clinton: La Guerra contra las drogas España 2001. Ya en Estados Unidos escribiría de otros temas menos reales, incursionando en la novelística y en el cuento. Muestra de ello son sus novelas Pensando en Alta Voz (2010), Reencuentro... (2011), Sentimiento de Culpa (2012) y las recopilaciones de cuentos: Cuentos cortos en yo personal (2011); y
Mujeres de Extremos (2011) y Experiencias (2012).
YA ESTÁ A LA VENTA
En www.vocesdehoy.net
Un libro de Anisia Bustelo
10 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
YYYOOO AAALLLUUUCCCIIINNNOOO
Por Sara Suejen
Por esto y muchas más, seguiremos aquí
¿Profecías?
Estoy segura que al arribar a este mundo la
primera impresión es la del miedo, el naci-
miento es traumático para el feto, es algo así
como un terremoto debajo de nuestros pies,
por eso lloramos al nacer, algunos no lo hacen,
pero esos aún estaban dormiditos y calientitos
en el vientre de mamá, después lloran y
¿dónde estoy?, el paso siguiente es aclima-
tarse y a crecer.
El miedo es natural, nació con nosotros, aunque a veces es la base de muchos
trastornos mentales. Con los avances tan sofisticados en las comunicaciones que
tenemos hoy nos debe resultar extraño tener miedo, pero como nunca, y así parece,
estamos curados de espanto, los medios (algunos) de comunicación le han dado por
decir que la fecha de 21/12/2012 será el “fin del mundo”, le recomiendo a cierta secta
religiosa que espere como mínimo hasta el 31/12/2012(tal vez en el cambio de año se
desvanece la profecía) y no hagan suicidio colectivo como una vez sucedió basados
en el “fin del mundo”. Los astrónomos actuales y que son científicos de seriedad ya
nos explicaron que sucederá, alineación de planetas, esto ha sucedido ya y seguimos
aquí, la pregunta es cuanto afectara a la TIERRA el suceso y esto si se toma en serio,
pero sin miedo. Sobre las distintas religiones y grupos de tribus, según se dice, que
en tiempos tan distintos y remotos hablaron el asunto a mi entender creer en
vaticinios causa dudas, pero no, lo del “fin del mundo” es a base de nivel moral y
espiritual, yo me pregunto si se puede corregir la conciencia y elevar el espíritu desde
que el hombre se puso sobre sus dos piernas hasta ahora, ¿será?, pero de igual
forma que las cosas en La Tierra cambian así lo hace el Sistema Solar, La Vía Láctea
y el Universo y si hay un más allá también y todos lo hacemos en distintos tiempos
dimensionales, a veces no lo notamos pero nuestro cuerpo cada 10 años
aproximadamente cambia, se vive tan rápido.
11 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
Imaginen: un jardinero está podando árboles en un jardín pero por acción del calor
sufre un desmayo y cae en el césped, las hormiguitas huésped de ese jardín
perdieron sus vidas en micro-segundos, el jardinero las aplastó con su cuerpo; para
ellas llego el “fin del mundo”, todo fue muy rápido, ni se enteraron, igual nos pasaría a
nosotros, por lo que no temamos al 21/12/2012 ni a otra fecha, las personas que
idearon esas fechas necesitaban sentirse importantes, sabelotodo y de seguro fueron
inseguros, léase miedosos, les incomodaba sentirse así y se dijeron: “a sentir miedo
todos, así la pasan igual que yo”. Tenemos tres emociones: la risa, el llanto y el
miedo, las tenemos pero no las dominamos, la risa se contagia por situaciones
alegres, divertidas, felices; el llanto es dolor causado por un hecho o acción que nos
atañe profundamente y se refleja en la sensación que nos oprime la zona del
mediastino o plexo solar; ¡ah! pero el miedo está en nuestro cerebro, bueno para eso
nació con nosotros. En el cerebro humano el Sistema Límbico es el encargado de
asustarnos y sucede cuando algo externo es amenazante (así lo recibe el cerebro)
sea visual o auditivo, algo así como: la bolsa o la vida, se declara la guerra (la de las
armas), el barco se hunde, los impuestos seguirán subiendo y lo peor, el médico
habla serio contigo, todas estas cosas claro que surten efectos inmediatos en el
límbico y ahí, ya esta el miedo.
Sin el miedo seriamos más que mortales pues exactamente existe para darnos el
instinto de conservación y ese es un punto muy importante en la vida. Según
crecemos nos van enseñando a que cosas debemos tener miedo y les aseguro que
aprendemos más rápido de lo que creemos, los otros miedos los poseemos por
naturaleza.
Para tranquilidad espiritual recuerden esto que dijo A. Einstein: “Dios no juega a los
dados;” y yo diría que de querer lo hubiera hecho desde tiempo inmemorable por ser
el género humano tan inconforme y majadero (para no usar otros calificativos).
No tengáis miedo y recordéis:
Siempre mañana es otro día.
Marquesa de Maintenon
Muchas felicidades para todos en este nuevo 2013 y que la Paz sea con Uds.
Sara Suejen
12 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
OOOtttrrrooo iiinnnssstttaaannnttteee
Cerré los ojos
y mire
el otro instante,
no estaba vacío,
vi las estrellas,
en mi huerta
aun florecían
jacintos y llaurer,
el mar
suave y agitado
como ayer
¿y el aire? el aire
mecía los cabellos
de los niños
y jugaban gozosos
sin pensar
en otro instante.
Sara Méndez Rojas, nacida en Cuba bajo el signo de
Capricornio, escogió un seudónimo literario: Sara Suejen.
No para esconderse, sino todo lo contrario. Con él ha
deseado honrar su ascendencia libanesa.
Amante de la literatura, lectora insaciable y admiradora de
Fedor Dostoievski, Carlos Loveira y Gibrán Jalil Gibrán,
entre otros, siempre se ha sentido atraída por la escritura
en prosa. Ha publicado el poemario Alcyon bajo el sello de
Entre Líneas y su obra poética ha sido publicada en
Antologías de poesías. Reciente su poemario Alcyon fue
nominado al Premio de Literatura en Español Voces de
Hoy 2011, y recibió además una placa de reconocimiento
por su sección YO ALUCINO, que publica mensualmente
en la revista literaria Entre Líneas.
13 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
DDDeeellliiirrriiiooo eeennn aaaccceeeccchhhooo
A dos voces
Trasnocha mi alma en la espera
por tenerte aquí en mi pecho.
Eres delirio en acecho
que sin querer acelera
a veces quiera o no quiera.
Por eso busco arrancarte
poner un punto y un aparte
para encontrar la salida
que cicatrice mi herida
de tanto amarte al amarte.
Ariel Aboal
Poeta y escritor
Dirás mi amor que al dejarte
mi alma no te padecía
es que mi vida moría
con solo amarte al amarte.
Y hoy solo quiero olvidarte
sin guardar recuerdos tuyos
y no sentir los arrullos
de este amor dulce y letal.
No seré tu pedestal
tú serás solo un murmullo.
Sara Suejen
Poeta y escritora
14 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
Ariel Aboal, 1970 Ciudad de la Habana Cuba. Recibe
mención de honor en el primer certamen de poesía
«Florida Tierra de Poetas» 2012 y premio del «Poeta
Favorito» de la «Poesía Erótica 2012». Su poesía por
excelencia es la romántica y la sensual.
Sara Méndez Rojas, nacida en Cuba bajo el signo de
Capricornio, escogió un seudónimo literario: Sara Suejen. No
para esconderse, sino todo lo contrario. Con él ha deseado
honrar su ascendencia libanesa.
Amante de la literatura, lectora insaciable y admiradora de
Fedor Dostoievski, Carlos Loveira y Gibrán Jalil Gibrán, entre
otros, siempre se ha sentido atraída por la escritura en prosa.
Ha publicado el poemario Alcyon bajo el sello de Entre
Líneas y su obra poética ha sido publicada en Antologías de
poesías. Reciente su poemario Alcyon fue nominado al
Premio de Literatura en Español Voces de Hoy 2011, y
recibió además una placa de reconocimiento por su sección
YO ALUCINO, que publica mensualmente en la revista
literaria Entre Líneas.
15 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
MMMeeelllooodddrrraaammmaaa ooo lllaaa pppuuutttaaa mmmááásss cccaaarrraaa Por Marta Herrán de Viu
-¿Qué es el amor?
-Algo de lo que todos hablan…
-¿Sólo eso?
-Quizá sí.
-Hazme sentir como una puta. Fóllame –dijo Irene.
-No digas eso. Te quiero –dijo Víctor mientras le abría las piernas.
-Fóllame como nunca lo has hecho porque no volverás a hacerlo jamás.
-¿Ya vuelves con eso? –dijo él penetrándola, animado por la excitación que le
habían provocado sus palabras-. ¿Así? ¿Lo quieres así?
-No, apenas te siento –dijo ella, a merced de la tristeza y del violento vaivén.
-¿Así? –él trató de imponerse con más rotundidad.
-¿Eso es todo? No lo quiero. Termina y vete…
-¿Qué es lo que quieres? –la cogió con cierta dureza del cuello-. ¿Te gusta
más así?
Irene sentía la presión sobre su garganta, la falta de aire, y aún así decidió
devolverle una carcajada. Su cara parecía no formar parte del resto del cuerpo. Víctor
la soltó centrándose en su propio placer que lo embargaba entero.
-No eres un hombre. No tienes nada entre las piernas que a mí me sirva. Eres
ridículo –dijo sin descuidar la sonrisa.
Él se corrió y se dejó caer agotado sobre el colchón. En su cara la pura
satisfacción como si esos insultos no fueran dirigidos a él, es más, como si nunca se
hubieran llegado a pronunciar sobre esa cama. Irene olvidó la sonrisa y no pudo
contener unas lágrimas silenciosas. Víctor las vio.
-¿Qué hacías antes de que yo llegara? –preguntó Víctor.
-Esperarte.
16 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
-¿Y ayer? ¿Qué hacías ayer antes de que yo llegara?
-Esperarte.
-Entonces, ¿de qué coño me estás hablando?
-No lo sé…-contestó ella levantándose para alcanzar su batín color marfil.
Víctor se quedó dormido. Minutos después algo le obligó a abrir los ojos. Unas
gotas sobre la cara le despertaron. Era sangre. Irene tenía un corte vertical que partía
de la muñeca y subía hasta mitad del antebrazo. Contemplaba absorta como el rojo
invadía el blanco de su piel. Le pareció hermoso. La sangre se deslizaba hasta el
codo y de ahí caía sobre la cara de él, que no conseguía reaccionar al verla ahí con
un cuchillo en una mano y el otro brazo ensangrentado.
-La pasión es roja –decía Irene como extasiada-. ¿Por qué? ¿Porque nos abre
en canal como a cerdos en el matadero?
Víctor al fin consiguió que su cuerpo reaccionara a pesar del desconcierto y se
abalanzó sobre el cuchillo para luego caer en la alfombra. Se puso en pie jadeante.
Había conseguido arrebatárselo. Lo empuñaba como si tuviera que defenderse de
algo que no lograba encontrar. Sostenía la empuñadura con una fuerza temblorosa.
Mientras, ella aguardaba tendida sobre la cama, con el brazo herido extendido, y
contemplaba entretenida su confusión.
-Es mi sangre, querido. Sólo mi sangre.
-¡Estás loca! –dijo Víctor muy alterado. Despegó su piel de la empuñadura del
cuchillo y lo dejó caer al suelo, en alguna parte de aquella luminosa habitación. Cogió
una camiseta que había sobre la cómoda-. Hay que detener la sangre.
-No, déjala.
Él se acercó a ella con la intención de vendarle la muñeca.
-¡Déjame! –se revolvía sobre las sábanas-. ¡Es mi sangre! ¡Suéltame!
Irene le propinó sin intención un golpe con el codo sobre el ojo. Víctor se echó hacia
atrás, agarrándose la cara.
-Me voy. ¡Eres imposible, joder!. No sé qué más quieres de mí –comenzó a
buscar su ropa.
-Lo quiero todo.
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-Me voy.
-Si te vas moriré desangrada y créeme, tu vida no podrá volver a ser la misma
si eso ocurre.
-Sólo hay que tapar el corte.
-¿Así quieres ayudarme? Vete y asume mi cadáver –declamó Irene como si se
tratase de una representación teatral.
Víctor se había puesto ya los pantalones y se abrochaba ahora los botones de
la camisa.
-No tengo nada que asumir. No morirás por ese corte. Deja el melodrama y
compórtate como una mujer adulta.
-¿Quieres follarme?
-¡Deja ya eso! ¿Aprendiste hoy la puta palabra? –dijo él tratando de ponerse un
calcetín con toda la rapidez y precisión que le permitían los nervios.
-No hoy…, la descubrí no hace mucho –ella continuaba sobre la cama, quieta.
-He de irme. Necesitamos un poco de tiempo. Esto empieza a ser absurdo.
Ella sintió cómo el cuerpo abandonaba esa tenue calma y se tensaba. Lo miró
con atención.
-¿Te vas con ella fuera de la ciudad? –dijo Irene como si más que una
respuesta quisiera que Víctor repitiese sus palabras, como un policía que pretende
una confesión de su sospechoso. Una sola afirmación.
-Sí, me voy a la costa. He estado hasta arriba de trabajo y además estos
números que montas, yo ya no sé… Tú también necesitas aire fresco… Necesito un
descanso, un puto fin de semana tranquilo.
-¿Con ella? –repitió Irene, ansiosa por escucharlas de una vez por todas. ¿Te
vas con ella?
-¡Sí, con ella! ¡Sí! –explotó Víctor, dándole lo que pedía.
Víctor no quería tener que mirarla y se giró para buscar el segundo calcetín que
no aparecía. Ella se levantó como un fantasma sigiloso de la cama, cogió un
candelabro a su espalda y sin pestañear le asestó un golpe en la cabeza que lo dejó
inconsciente sobre la alfombra. Al despertar Víctor comprobó su cabeza con los
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dedos. Tenía una pequeña brecha y un terrible dolor de cabeza. Aún tardó en
conseguir averiguar dónde estaba y verla sentaba en el sofá con la manga y parte de
la falda de la bata, bañadas en sangre. Pero todo le parecía confuso, como en un
sueño.
-¿Qué ha pasado? Irene… Irene… ¿Qué coño pasa? –decía mientras trataba
de ponerse en pie sin llegar a encontrar el equilibrio.
-Esa es la herida que te llevarías a la costa a cambio de las mías.
¿Qué te llevarías?, se preguntó mentalmente Víctor sin ser capaz de
responderse. Sintió de pronto una sensación de vértigo y se desmayó de nuevo
durante unos minutos. Cuando despertó, Irene estaba a su lado, sentada en el suelo,
acariciándole la frente.
-Hoy es nuestro aniversario. Cuatro años ya. ¿No lo recordaste, querido? Yo
llevaba semanas pensando en este día –su voz parecía la de otra mujer, compren-
siva.
-Por favor, Irene. Por favor…, no es necesario todo esto –Víctor comenzó a
gimotear-. Perdóname…, perdóname por todo el daño que te he causado. Es verdad
lo que dices. Entiendo cómo te sientes. Tienes todos los motivos para hacerlo. Lo
entiendo. Soy un cobarde… No soy el hombre que tú pensabas. Pero por favor…
Sus palabras parecieron surtir el efecto deseado.
-No querido, no llores. Está bien. Ponte en pie. Ven. Agárrate a mí. Sí…, sí, así,
apóyate ahí. Con cuidado…, con cuidado, Víctor.
Lo puso en pie y lo sentó en el sofá, pese a comprobar cómo habían menguado
sus propias fuerzas.
-¿Te duele mucho?
-No…, un poco –respondió Víctor desconcertado pero dejándose arrastrar por
la ternura del momento-. Estoy bien. Lo tengo merecido. Ya lo sé.
-No digas eso –y le besó la frente.
Víctor la miraba por primera vez en mucho tiempo a los ojos. Le sorprendió su
belleza. La dulzura de sus ojos cansados.
-Eres preciosa… Así es como te quiero. Dulce. Así eres tan bonita…
19 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
Irene estaba pálida. Se sentía extenuada, pero prefirió dirigirse al mueble bar a
servir un vaso de whiskey seco. Era la estampa de un personaje de género de terror.
Tan blanca, tan frágil, arropada por su propia sangre. Él había dejado caer la cabeza
sobre el respaldo del sofá y trataba de ordenar sus pensamientos con los ojos
cerrados. Ya debería estar de camino, pensó.
-Toma, querido. Tómate esto. Te hará bien.
Víctor vio cómo las manos de Irene apenas sostenían el vaso lleno. Ver la
manga cubierta de sangre le estremeció, pero no lo suficiente como para reaccionar.
Desde su posición no alcanzaba a ver el resto de la bata manchada y temía además
que recordar la herida pudiera de nuevo enloquecer la situación. Irene se sentó a sus
pies y apoyó la cabeza sobre las rodillas de Víctor.
-¿De verdad entiendes cómo me siento?
-Claro que sí, cariño. Soy un cobarde –comenzó a acariciarle el pelo-. No soy lo
que mereces. Pero te quiero. Eso quiero que lo recuerdes siempre.
Que lo recuerdes siempre. Ella sintió una punzada en el pecho pero ya no
tenía fuerzas para quejarse del dolor.
-No la dejarás nunca, ¿verdad? Lo sabes. Siempre lo has sabido.
-Pero, ¿por qué siempre lo mismo? ¿Por qué todo te sabe a poco? ¿Por qué
no eres capaz de disfrutar de lo que tenemos? Te quiero. Te quiero y tú me quieres.
Pasamos momentos impagables aquí en tu casa. Y sólo pienso en ellos. En reunirme
contigo. El resto no me importa. Sólo esto. Estar aquí. Contigo. Este es mi refugio. Tú
eres mi refugio.
Ella, adormilada bajo las caricias de él, fue capaz de responder por última vez:
-No soy tu refugio. Soy tu puta. Pero ya se calma el dolor. Ya empieza a
disiparse. Me he muerto frente a tus ojos como una puta. Pero escúchame –cerró los
ojos-, y recuérdalo, soy la puta más cara.
Y entonces se quedó dormida sobre una mancha oscura en la alfombra que
asomaba bajo su cuerpo. Víctor dejó el whiskey sobre la mesita. Temía despertarla en
algún movimiento, pero también ansiaba el momento de verse libre de aquel
dormitorio. Fuera. Con cuidado deslizó sus piernas hacia un lado y apoyó la cabeza
de Irene sobre el sofá. Le avergonzaba mirarla y trató de no hacerlo. Fue al baño. Se
lavó la cara y las manos. Tenía manchas de sangre y frotó con fuerza. Estaba
nervioso. Cogió su chaqueta y comprobó que llevaba las llaves, la cartera y el móvil.
20 | Revista Literaria Entre Líneas/ noviembre 2012
Tenía siete llamadas de Paula, su mujer. Como no había llegado a encontrar el
calcetín y la idea de reanudar la búsqueda no le pareció esencial, se colocó el zapato
directamente. Antes de irse dudó un instante. Un solo instante. Pero le convenció el
miedo al riesgo. Era mejor alejarse unos días, que todo recobrase la calma y luego
terminar aquella historia. Pero a la vuelta. Ella estará bien. No es una suicida. Se
despertará y se curará ese corte. No es profundo. No es una suicida. Condujo a toda
velocidad. A punto estuvo de chocar en dos ocasiones. Ansiaba llegar, abrazar a su
mujer y dejar todo aquello atrás.
Sin embargo, al llegar encontraría algo bien diferente a lo que se había
imaginado. Corrió a abrir la puerta. Entró y cerró la puerta a su espalda. En ese
preciso momento, en otro lugar, el corazón de Irene se paró. Víctor no conseguía
reconocerse a salvo, en casa. Recorrió el pasillo.
-¿Paula? Paula. –dijo mientras recorría la cocina, el pasillo y la biblioteca.
Escuchó un ruido en el salón.
Paula estaba allí, sentada en el sofá, frente a una mesa repleta de fotos
desperdigadas. Lo miró enmudecida. Tenía los ojos llorosos y sostenía una carta en
las manos. Estaba despeinada, como envejecida, pensó Víctor mientras hablaba.
- Paula… ¿cariño?, ¿qué pasa?
- Víctor, ¿qué has hecho? –Paula trató de sobreponerse a su voz quebrada.
Carraspeó. Y dirigió la mirada a la carta-. Hace años que mantengo una relación con
Víctor. Al principio no sabía que estuviera casado, lo prometo. Pero cuando lo supe y
quise terminar con todo me amenazó. –Paula sucumbió al llanto sin dejar de leer-.
Tengo miedo. Tengo miedo de que realmente me mate si pongo fin a lo nuestro…
Mientras Paula leía, Víctor era incapaz de poner un poco de orden dentro de
aquella pesadilla.
-En dos ocasiones me ha llegado a golpear. Tengo miedo… -leyó Paula.
Los ojos de Víctor iban de un lado a otro, incrédulos. Las fotos eran retratos de
Irene y él en la cama. Algunas de hacía ya mucho. Otras más recientes que
curiosamente no recordaba. ¿Me ha traicionado? Y de pronto la verdad se presentó
frente a él. Se miró las manos. Recordó el cuchillo. La empuñadura. El calcetín. Las
heridas que te llevarías. La puta más cara. Los ojos moribundos de Irene. La sangre.
Cuando su mirada se encontró con Paula, esta se había puesto en pie. Le lanzaba las
fotos. Una a una sobre la cara. Víctor estaba inmóvil. Tardó en oír los gritos
sollozantes de Paula, como si se hubiera quedado sordo momentáneamente.
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-¿Qué serías capaz de hacer, eh? ¿Hasta dónde llegarías, Víctor? ¿Eres un
maltratador? ¡Eres un maltratado! ¿Quién eres?
Paula se alejó de él para volver de nuevo.
-Tengo su dirección, ¡¿me oyes?! Iré a verla. Voy a ir a verla. ¡Ahora! ¡Quiero
verla ahora! Y tú… -le señaló rabiosa-. Tú vete de esta casa ya. ¡Ahora mismo! ¡Vete
o llamaré a la policía!
Me ha traicionado, fue capaz de decirse Víctor aún estupefacto, mientras era
consciente por primera vez de que ya no tenía ningún lugar en el que refugiarse.
Marta Herrán de Viu. Escritora española (Ferrol, A Coruña, 1979). Reside en
Barcelona. Estudió comunicación audio-visual, aunque se dedica a la enseñanza de
español para extranjeros. Obtuvo el primer premio en el
Concurso de Relato Breve de la Escuela de Letras de
Madrid (2003) con “En una estrecha habitación azul”,
relato que se publicó, junto a otro titulado “Revelación”,
en la antología de relatos Encuentros (Editorial
MuchoCuento). Asimismo, la revista digital Letralia
publicó en su número 268 "Un final y cientos de inicios".
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La posibilidad de musicalizar sus obras, es la novedad
para todos los poetas y escritores hispanos parlantes,
que ofreció el pasado día 12 del mes 12, del año 12, a
las 12 del día, la Casa Editorial Voces de Hoy, y
Publicaciones de la Revista Entre Líneas, trabajo
editorial que se desarrollará con la colaboración de
compositores de larga experiencia musical.
Durante la entrevista exclusiva Pedro Pablo Pérez
Santiesteban, director de ambas instituciones culturales,
aseguró que la idea surgió a partir de las innumerables
peticiones de crear auto libros por los escritores, pertenecientes a la familia de Voces
de Hoy y Entre Líneas y NJV Recordos
Recordemos obras altamente cotizadas como Amor y desventuras de Maribell Sarate;
Regalo de Amor de Mireya Hernández; Cabalgando de Pedro Pablo Pérez
Santiesteban; Confesiones de Blanca M. Segarra; El Inestar II de Nelson Jiménez
Vivero; Desde el primer beso de Margarita Polo Viamontes; La Noche nos lleva a los
sueños de José Cardín, con poemas y cuentos y el estelar dueto Líneas Paralelas,
Historia de amor, una narración a cuatro manos, de los escritores Cecilia Ortiz y
Pedro Pablo Santiesteban.
Con los mejores augurios, por entregar la información este día 12 de diciembre, tan
especial, los poetas tendrán la posibilidad de escuchar sus poemas musicalizados, si
deciden contratar estos servicios, que en manos de expertos músicos se podrán
escuchar con excelente musicalización.
Todos los interesados pueden encontrar mayor información, llamando al 786-307-
4839 o visitando el sitio web www.vocesdehoy.net (Musicalizar poemas)
Margarita Polo Viamonte
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Margarita Polo Viamonte, nace en Camagüey, Cuba, pero
desde su temprana adolescencia vive en Ciudad de La Habana.
Ahora radica en Miami, Florida.
Actualmente colabora con la Editorial Voces de Hoy, la Revista Entre Líneas y el sitio web de Globedia. En Cuba, comenzó su carrera de periodista en el periódico Adelante de Camagüey, aun antes de graduarse de Licenciada en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana. Posteriormente laboró en diferentes órganos habaneros de prensa escrita y radial. Tiene publicados varios libros en Estados Unidos: el testimonio Mi
amigo Nicolás, sobre el poeta Nacional de Cuba, el de cuentos cortos Amor con amor ¿se paga? Y doce cartas a su nieto que nombró Mi compinche, además de un audio libro con poemas de amor denominado Desde el primer beso. En edición la novela Una Mujer llamada Mentira, todos bajo el sello de la editorial Voces de Hoy. www.vocesdehoy.net y Publicaciones Entre Líneas.
Ya está a la venta en www.vocesdehoy.net
Por la página de su autora
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Disponible en www.vocesdehoy.net
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(El sublime idioma de la piel)
Por el cielo, junto al mar donde el blanco es infinito y el azul no tiene igual. Allí donde solo el alma puede llegar.
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En ese callado rincón dos corazones bohemios se han de encontrar dos seres ilusionados se han de abrazar. Para darse por entero y vivir un hermoso sueño en el cual han de cantar una mágica tonada melodías sin final. Dulce amor, ardiente fuego. Canción de vida y misterio. Pasión, rumor, ensueño. Música que viene del cielo. Las preguntas están de más. Promesas para qué. Juramentos no hacen falta. Es cuestión mi amor: De amar… de amor… de dar… con el alma entregarse y en el sublime idioma de la piel; adorarse. Sin espacio, sin tiempo. Sin límite y sin cuartel.
HHHEEECCCHHHIIIZZZOOO DDDEEE LLLUUUNNNAAA ¡Soy esa luna, tu luna! la que cada tarde con ansia espera que caiga la noche y se desespera tratando de encontrar tu rostro entre todos los que con ilusión buscan respuesta a las preguntas de su Corazón y en mi cuelgan la esperanza de encontrar el amor. ¡Soy esa luna, tu luna! que al verte sonríe y solo por ti brilla y se ilumina, al verte sonreír.
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Que baña de luz el mundo entero. Celebrando tu alegría mas si alguna pena se anida en tu alma junto a ti llora escondida entre las sombras de una noche sin luna. Soy tu Luna porque de tanto verme y soñarme, ya me haz hecho tuya a fuerza de quererme. ¡Soy esa luna , tu luna! Que al sentir la caricia de tu ardiente mirada Se siente desnuda… se siente deseada y devuelve tu amor con su beso de fuego esta madrugada y con este inmenso abrazo de luz y resplandor. Envuelto en un manto de vida y misterio te llevo conmigo al valle de los sueños; donde por fin me harás tuya, donde ya desde hoy y para siempre he de entregarte mi amor. Azucena Ordoñez Rodas. Nació en Tegucigalpa, Honduras. Desde muy temprana edad hizo manifiesto su extraordinario talento para las letras, demostrándolo a través de obras como: «María Luisa y su novio el teniente», «Cuántos cuentos cuentas», «El gato Minino», etc. Tiene en su haber tres colecciones de cuentos infantiles y otras dos publicaciones; «Lo que se dice por ahí», y «El Sublime idioma de la piel».
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TTTEEE IIINNNVVVIIITTTAAAMMMOOOSSS
A partir del mes de enero la
«Peña cultural Antes que anochezca», tendrá su nueva sede en
The Place of Miami
(833 SW 29 Ave.)
Usted podrá dar a conocer su poema, su cuento, su música o su
actuación con todo el público asistente, además de las
acostumbradas presentaciones de libros y otras sorpresas.
¡Te esperamos el próximo 27 de enero a las DOS de la tarde!
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