revista del observatorio

Upload: buenos-aires-ciudad

Post on 14-Apr-2018

219 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    1/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires 1EN TODO ESTS VOS

    REVISTA

    DEL OBSERVATORIO

    Ao 4, nmero 12 Ciudad Autnoma de Buenos Aires

    issn 2314-3118

    En este nmero

    CONSUMOS,CULTURA Y

    JUVENTUDES

    Entrevista: Marcelo Urresti

    Consumos culturales e identidades juveniles.Prcticas de tiempo libre como elementos de la construccinde identidades juveniles. Tiempos de ocio y consumos de jvenes urbanos.

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    2/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires2 3

    sumarioSTAFF

    EDITORIAL Direccin General de Polticas de Juventud

    OBSERVATORIO DE LA JUVENTUD

    CUESTIONES DE JVENES

    Consumo cultural y representacin de identidades juveniles.Por Emilia Bermudez

    Tiempos de ocio y consumos de jvenes urbanos.Por Ana Mara Mendes Diz

    Jvenes y cultura. Por Marcela Pas Andrade

    JUVENTUD EN CIFRAS

    INTERCAMBIO

    Entrevista a Marcelo Urresti. Socilogo. Investigador del IIGG (UBA).

    BAL DE LOS RECURSOS

    Fundacin PH15

    Propuestas culturales del Gobierno de la Ciudad para jvenes

    Bienal de Arte Joven

    NOVEDADES

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    3/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires4 5

    stafGerente Operativa del Observatorio de la Juventud:Gloria Reto

    Coordinacin del Observatorio de la JuventudCecilia TinoborasVanina van Raap

    Equipo de investigacin:Agustina CollJuan Martn RivalFlorencia RodrguezClara VilasecaSe agradece la colaboracinde Tamara Tenembaum

    Diseo Grco:Plainwww.plainproject.com.ar

    Agradecemos la colaboracin de:Marcelo Urresti

    EDITOR:Direccin General de Polticas de Juventud | Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.(Publicacin anual)Direccin: Rivadavia 620, 2 Piso. C.A.B.A., Argentina.

    ISSN 2314-3118

    editorialLa Direccin General de Polticas de Juventud presenta un nuevo nmerode la revista del Observatorio de la Juventud. En esta oportunidad, nos he-mos propuesto invitar a la reexin sobre prcticas/procesos de consumorelacionados con los jvenes, el modo en que stos construyen sus identi-dades a travs de las lgicas de consumo y de los mecanismos de reconoci-miento y distincin inter e intrageneracionales.

    Pensando en los jvenes que viven en espacios urbanos, y ms especca-mente en aquellos que residen y transitan la Ciudad de Buenos Aires, cadaartculo hace reerencia a procesos contemporneos de consumo, a travsde los cuales los jvenes se han convertido en objeto privilegiado del mer-cado de bienes materiales y simblicos.

    En este nmero intentamos aproximarnos al tema del consumo juvenildesde una perspectiva crtica, problematizndolo no slo en tanto prcticaeconmica, sino en sus dimensiones sociopolticas, culturales e identitarias.

    Luciana BlascoDirectora General de Polticas de Juventud

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    4/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires6 7

    OBSERVATORIO DEJUVENTUD

    El Observatorio de la Juventud es un rgano tcnico interdisciplinario, dependiente de la DireccinGeneral de Polticas de Juventud del Gobierno de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires, ormado porproesionales de las Ciencias Sociales, que tiene como misin apoyar la ormacin de escenarios dedebate pblico sobre la situacin de la juventud. Para ello el equipo del Observatorio lleva adelantedistintos proyectos de investigacin y documentacin que cristalizan en documentos de trabajo, art-culos e inormes peridicos. Entre estos materiales La Revista ocupa un lugar de relevancia particularcontribuyendo undamentalmente a la actualizacin terica y el debate en materia de juventudes.

    Los objetivos principales del Observatorio son:

    Producir conocimiento cientco de la realidad juvenil de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires atravs de la elaboracin de proyectos propios y/o recopilacin, sntesis y anlisis de investigacionesgeneradas por otros proesionales, instituciones o asociaciones, sobre las particularidades del mundo

    juvenil.

    Constituir un ondo documental sobre las problemticas del mundo juvenil.

    Facilitar el intercambio de inormacin entre las autoridades encargadas de la toma de decisiones,investigadores, proesionales y otros agentes intervinientes en temticas de juventud.

    Asesorar a dierentes instituciones y organismos, en materia de juventud.

    CUESTIONES DE JVENES

    En esta seccin, tres investigadores reexionan sobre la relacin entre juventud y consumos cultura-les, tema que titula la presente edicin de la Revista del Observatorio. Emilia Bermudez*, Ana MaraMendes Diz** y Marcela Pas Andrade*** analizan distintos aspectos de esta interseccin, incluyendo elpapel de la cultura en la construccin de identidades, las concepciones del ocio y los consumos cultu-rales orecidos a los jvenes por los centros culturales del Programa Cultura en Barrios de la Ciudadde Buenos Aires.

    Consumo cultural yrepresentacin deidentidades juvenilesEmilia Bermdez

    En el presente trabajo se exponenalgunos avances sobre la reexinterica que estamos realizandoen nuestra tesis doctoral tituladaConsumo Cultural y Construccinde Representaciones de las Identi-dades de los Jvenes enMaracaibo, inscrita dentro delprograma de investigacinGlobalizacin, Representaciones,Sociales y Transormaciones So-ciopolticas de estudios posdoc-torales de la Universidad Centralde Venezuela que dirige el proe-sor Daniel Mato.

    Introduccin

    Como lo expresa Daniel Mato(1999:57), en los actualestiempos de globalizacin seha acrecentado la trascenden-cia poltica de los procesosde construccin de identidadesen Amrica Latina. Tambin seha abierto un debate mundialsignicativo acerca del mercadoy consumo de bienessimblicos, de la construccinde un imaginario globalizadoy acerca de las nuevas manerasde articular lo propio o lo local(Garca Canclini, 1999).

    Ese proceso global que ha reva-

    lorizado el consumo como unaprctica cultural, al mismo tiem-po, ha posibilitado que losestudios acerca del temadel consumo dejen de ser ma-teria exclusiva de los economis-tas y haya pasado a ocupar laatencin de los investigadoressociales y culturales. El consumoha dejado de ser visto como unproceso meramente econmicoy utilitario para ser conceptua-lizado como un proceso socialque implica smbolos y signosculturales y un elementoimportante en la construccinsimblica de las identidades ydierencias individuales y colec-tivas (Boccock, 1993; Bourdieu;1990; 1998).

    Los procesos de globalizaciny las nuevas maneras de ver elconsumo se acompaan,tambin, de ormas distintas deabordar el estudio de los mediosy los espacios de consumo. Seabren nuevas polmicase interrogantes acerca de cmoesos nuevos procesos aectanla construccin de sentido delos sujetos sociales. (Feixa,1998; Garca Canclini 1995, 1999;Giddens, 1998; Harvey, 1998;Maesoli, 1996; Martin Barbe-ro, 1998; Ritzer, 2000). En esecontexto de crecientes procesosde globalizacin y de nuevasmaneras de construir las repre-sentaciones de las identidades,aunado al ascenso de ideo-

    logas muticulturalistas y detransormaciones sociopolticasimplicadas en el hecho de quelos Estados-nacin y las cultu-ras nacionales estn perdiendoimportancia y poder rente a lasredes globales (Mato, 1994), enAmrica Latina las preguntasacerca de quines somos y ququeremos han vuelto a tomarimpulso y a revivir el debateentre lo propio y lo ajeno.

    As, la literatura acerca de lasidentidades y las dierencias seenriquece desde la dcada delos noventa en adelante, tal ycomo lo muestran las dierentespublicaciones de intelectualeslatinoamericanos como JosJoaqun Brnner (1989, 1998),Garca Canclini (1990, 1995,1999), Mato (1994, 1995, 1999),Caldern (1996), Flores Balles-teros (1997), Martn Barbero(1998), Pasquali (1991, 1998),Renato Ortiz (1998); Valenzuela(1998, 1999) para citar slo aalgunos de los ms conocidos.

    Segn Garcia Canclini, no ocurrelo mismo con los estudios ree-ridos al consumo como prcticacultural y al consumo cultural.En un libro publicado en M-xico y en el que el autor cita-do compila distintos trabajosacerca del consumo cultural, sepregunta A qu se debe queel consumo cultural sea uno delos temas menos estudiados en

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    5/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires8 9

    Mxico y en Amrica Latina? yplantea que lo poco que se haescrito se basa en aproximacio-nes intuitivas y, en consecuen-cia, carecemos de datos empri-cos y de reexin terica sobreese tema. Segn Garca Canclini,existen obstculos polticos ins-titucionales y dicultades teri-cas e ideolgicas que tienen suorigen en la conusin que se hadado entre el trmino consu-mo cultural y los trminos deconsumismo o sociedad deconsumo. (1993: 11-97). Conu-sin que no parece ser exclusivade Amrica Latina, sino tambin

    de la reexin europea sobreel tema, tal y como lo expresanBoccock (1993) y Slater (1998)y que adems no es nueva, puespara nosotros tiene su msclara expresin en los estudiossobre el consumo de los men-sajes mass mediticos desde lospensadores de Frankurt, comopor ejemplo, Adorno, Marcusey Horckeimer (1985) hasta losllamados estudios culturalesingleses y norteamericanos.

    Si bien el planteamiento de Gar-ca Canclini no deja de tener cier-ta undamentacin debido a queno existe una extensa cantidad detrabajos al respecto; en la actua-lidad hemos encontrado una ten-dencia que habla del inters queel tema ha recobrado en AmricaLatina y que se evidencia enlos estudios que sobre el con-sumo cultural urbano realizaninvestigadores como Bagglioliniy Urbatiel (1998) y Ana Wortman(1999) en Argentina, GermanMuoz (1998) en Colombia, AnaLuisa Carvalho (1999) en Brasil,Castro y Pozo (1998) en Mxicoy el Centro Gumilla (1998) y TulioHernndez (1999) en Venezuela.Lo que creo que an no hemossuperado es que la mayora de losestudios citados construyen susreerentes a partir del consumode productos de arte o dela industria cultural denominadosculturales.

    El diagnstico acerca de los es-tudios sobre el consumo cultu-ral, las identidades y los jvenesen nuestro pas, el contextoterico de creciente discusinacerca de esos conceptos inaca-bados y los objetivos de nuestrainvestigacin nos obligan a pre-cisar lo que en nuestro trabajovamos a entender por consumocultural, representaciones eidentidades colectivas, jvenes eidentidades juveniles.

    Consumo y consumo cultural

    El consumo constituye una

    categora que, por sus orgenes,ha estado ligada a las teoraseconmicas. Este ha sido consi-derado por mucho tiempo comoun medio para renovar la uerzade trabajo para expandir el ca-pital (Garca Canclini, 1993:25) opara satisacer necesidades. Sinembargo, a partir del desarrollodel capitalismo y el incrementode la produccin y el consumoen las sociedades modernas, elconsumo ha dejado de ser unproceso meramente econmicopara convertirse en un proce-so cultural (Slater, 1997). Eneste sentido, Boccock (1993:13)plantea que el consumo en elsistema del capitalismo occiden-tal de nales del siglo XX puedeverse como un proceso socialque implica smbolos y signosculturales y no como un simpleproceso econmico utilitario.

    Desde la perspectiva delos autores citados, en las socie-dades modernas el consumo esun proceso y una prctica culturaly, por lo tanto, no puede analizar-se dejando de lado la dimensinsimblica del mismo.

    Para otros autores como el casode Bourdieu (1998) el consumopuede interpretarse como unconjunto de prcticas culturalesque sirven para establecer dis-tinciones sociales y no un simplemedio de expresar dierencias.En realidad, es el lugar donde

    se construyen esas dierencias.Para Bourdieu el consumo com-porta smbolos, signos, ideas yvalores y estas son el productode los condicionamientos declase y de los habitus, es de-cir, las estructuras mentales atravs de los cuales aprehendenel mundo social y orientan susprcticas. (1996:134). Los habi-tus tienen un papel central enla conguracin del gusto y delos dierentes sistemas clasi-catorios que orientan las prcti-cas de consumo. Las dierentesprcticas de consumo y losobjetos de consumo uncionan

    como signos distintivos y comosmbolos de distincin.

    Otro enoque tiene que ver conel uso y graticaciones queremite a la investigacin emp-rica sobre los medios de comu-nicacin de masas y que vienedesde los aos 40 con Lazars-eld (1942), Wole y Fiske (1949),Berelson (1949), Fromm (1941),Parker (1961), Wright (1960) yotros (Elihukatz, Blummer y Gu-verith: 1994).

    El consumo en la sociedadcapitalista ue tambin concep-tualizado por los pensadores deFrankurt como un proceso dealineacin y de reproduccinideolgica del capital (Adorno yHorkheimer: 1985).

    Desde la antropologa considerosignicativo, a eectos de estetrabajo, los aportes de MaryDouglas acerca del uso de losbienes. Para ella, las mercan-cas sirven para establecer ymantener relaciones (Douglas,1990:75). Se trata de los signi-cados sociales de las mercan-cas. El consumo, como procesosimblico tambin es visto porDouglas, como un ritual, tal ycomo puede verse en sus anli-sis acerca de la msica. (Wuth-now y Hunter 1988).

    En denitiva podramos sos-tener que el consumo ha sido

    conceptualizado desde diversasteoras como un proceso cultural.La pregunta que nos hacemos es:qu es entonces lo especco alconsumo cultural?

    Segn Garca Canclini ... esposible denir la particularidaddel consumo cultural como elconjunto de procesos de apro-piacin y uso de productos enlos que el valor simblico pre-valece sobre los valores de usoy de cambio o dnde al menosestos ltimos se conguransubordinados a la dimensinsimblica (1993:34). Desde la

    perspectiva de los estudios decomunicacin, Jess MartnBarbero plantea que el consu-mo cultural es; la apropiacinpor parte de las audiencias delos productos y los equipamien-tos culturales, las relacionesque establecen con ellos, lasresignicaciones y las nuevasasignaciones de sentido a losque someten, los motivos de suseleccin (citado por MarcelinoBisbal, 1999:37).Esto quiere de-cir segn Marcelino Bisbal queel consumo cultural involucra ...los usos sociales,la percepcin/recepcin, el re-conocimiento cultural... (Bisbal,1999:37).

    Tomando en cuenta los aportescitados de Garca Canclini, Mar-tn Barbero y Bourdieu y dadoel inters de este estudio derelacionar el consumo cultural ala construccin de identidadesy dierencias; propongo denirel consumo cultural como unproceso en el que los actoressociales se apropian y hacencircular los objetos atendiendo asu valor simblico y a travs deeste valor simblico interactan,resignican y asignan sentido asus relaciones y construyen susidentidades y dierencias. Eneste sentido, los objetos no sonsimplemente cosas materialessino aquello que utilizamos paraconstruir la percepcin de otrosy al mismo tiempo hacernos

    percibir por esos otros. Es decir,se trata de objetos culturalesque como por ejemplo en elcaso del lenguaje no obedecena una concrecin material sinoundamentalmente a su natura-leza simblica. La atribucin delvalor simblico se genera en latrama de relaciones intersubje-tivas entre los actores y de susnecesidades de reconocimientoy distincin.

    Desde la perspectiva que pro-ponemos el consumo no debeser visto ni como una actividadsimplemente inducida por las

    industrias culturales de la pu-blicidad, ni como el consumode objetos de arte, sino comoun proceso a travs del cual lossujetos construyen las imgenesde si mismos y la que deseanproyectar. Al mismo tiempo, enel proceso de interaccin socialconstruye las representacionesde los otros.

    Al desligarnos de las visionesdel consumo cultural como con-sumo de objetos de arte y deservicios culturales nos estamosseparando, al mismo tiempo, delas deniciones que asocian elconsumo cultural a las llamadasnecesidades culturales; puestoque lo denimos como un pro-ceso en el que predominael valor simblico que los acto-res asignan a los objetos.

    Representaciones sociales eidentidades colectivas

    Tradicionalmente, las identida-des colectivas han sido deni-das como el sentido de perte-nencia y reconocimiento queun individuo tiene respecto a sugrupo, a una colectividad, a sucultura (Montero y Baena 1995).

    Por otra parte, el concepto deidentidades colectivas moder-nas, segn Habermas (1989), haestado ligado desde nales del

    siglo XVIII a la aparicin del na-cionalismo en Europa. Aparecela identidad nacional ligadaa una herencia cultural en dondelenguaje, literatura e historiacoinciden con las representacio-nes del Estado y una concienciay cultura nacional.

    Tambin encontramos en la litera-tura que a las identidadesse les atribuye un origen colectivo,independientemente que estassean representaciones construidaspor ciertos actores (Mato, 1994)o sean el producto de experien-cias sociales compartidas en el

    mundo de vida (Estrada, 1995).

    En denitiva, elaboracinde tiempo histrico, certezas,construccin de comunidad,espacio sico, comunicacincara a cara, experiencia de vida,aectos y valores, la ormacinde un nosotros y su alteridadconstituiran lo que general-mente se ha denominado comoidentidad (Bermdez y Martnez:1999: 53). Sin embargo, en losactuales tiempos de globaliza-cin y con el desarrollo de lasnuevas tecnologas de comuni-cacin, los reerentes conlos que estbamos acostum-brados a denir las identidadeshan cambiado sustancialmente,puesto que, las representacio-nes de espacio, tiempo, historia,uturo y comunidad han variadosignicativamente a partir delas dierentes interconexionesque se dan en dierentes puntosdel globo y el consecuente debi-litamiento de las ideas de terri-torio, patria, nacin, memoriahistrica y comunicacin caraa cara. (Bermdez y Martinez,1998). En denitiva los proce-sos de globalizacin han lleva-do a complicar enormementeel proceso de construccin deidentidades, en especial, porquela instrumentalidad mas medi-tica somete todas las nocionesa una reormulacin a partir dela conexin entre los distintospuntos del globo (Bermdez y

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    6/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires0 11

    Martnez, 1999:53). El mundo pa-rece transormarse en una granred que trastoca la percepcindel tiempo, el espacio, la historiay el uturo.

    En este contexto nos pregun-tamos qu podemos entenderpor identidades en la era de laglobalizacin?

    Puntualizaremos retomando aMato (1994:16-17) que las identida-des y dierencias son representa-ciones socialmente construidas yno legados heredados y que comoprocesos de creacin colectiva noestn exentas de conicto y dispu-tas en la medida en que las iden-tidades se construyen a partir dela lucha entre diversos actores porpromover sus representaciones.Denidas como representacionessociales, las identidades deben serpensadas como estructuras signi-cantes (Ibez,1988); porque taly como lo sostiene el mismo Matolas representaciones sociales sonenunciados verbales, imgenes,o cualquier otras ormulacionessintticas de sentido descriptiblesy dierenciables, producidas poractores sociales como ormas depercepcin o simbolizacin deaspectos claves de la experienciasocial (1998:153). En tanto con-densacin de signicados quepermiten organizar la experiencia,las representaciones orientanlas prcticas de los actores y almismo tiempo son construidas

    por estos (Jodelet, 1988).

    Como representaciones sociales,las identidades son dinmicasy complejas, y esto es precisa-mente lo que encontramos apartir de los procesos culturalesglobalizados porque, a partir deestos procesos de globalizacin,los actores movilizanla interculturalidad, las dieren-cias y la heterogeneidad (Gar-ca Canclini : 1999:67). Tambin,los actores globales movilizanbienes materiales y simblicos ya travs de ellos promueven un

    imaginario global que tiene unaincidencia local inmediata debi-do a los lazos de interdependen-cia que crean (Brunner, 1989).Pero al mismo tiempo,los actores locales promuevensus propias representacionesy entre lo global y lo local cons-truyen y deconstruyen sus pro-pias identidades (Mato 1995:28).

    Creemos que esta perspectivapropuesta por Mato de examinarlas identidades como represen-taciones sociales es terica ymetodolgicamente pertinentepara nuestro trabajo, en la medi-da en que, como el mismo autorsugiere, ms que buscaro descubrir identidades, lo ruc-tero desde el punto de vistade la investigacin es situarse enel anlisis del proceso de cons-truccin de representacionesde identidades a partir del exa-men de las prcticas y discursosde quienes las construyen (Mato1995:24).

    En el anlisis del cmo los acto-res construyen sus identidadesy dierencias es que propone-mos estudiar la produccin derepresentaciones de identidadescolectivas tomando en cuenta:

    a) El contexto en que los actoreselaboran sus representacionesde identidades y las posicionesque ocupan dentro de la estruc-tura de poder simblico.

    b) Los procesos de comunica-cin que permiten la interaccinentre los actores y las prcticassimblicas que establecen.c) Los objetos a travs delos cuales los actores constru-yen las representaciones de susidentidades y al mismo tiempolos transorman en objetos deconocimiento, interpretaciny orientacin de sus prcticas.

    Consumo cultural e identidadesjuveniles

    Cuando hablamos de identida-

    des juveniles no podemos per-der de vista que, como cualquierotro tipo de identidades colecti-vas, nos estamos reriendo pri-mero a las representaciones quelos jvenes construyen sobre smismos y sobre los otros. Estoes, al principio de dierenciacinque encierran las expresiones decontraposicin; nosotros/ellosy a la validez consensual quesupone la condensacinde una imagen de reconoci-miento e integracin al grupo;y segundo, a lo que Valenzuela(1999:3) denomina las dimensio-nes relacionales y situacionalesque permiten hablar del cmolos jvenes construyen sus iden-tidades ms all de sus ronterascomo grupo, esto es, en relacincon el contexto social global.

    Los principios de identidady dierenciacin se construyensobre la base de mltiples ele-mentos, pero la centralidad delos condicionantes dependede la dinmica social. En las so-ciedades modernas actuales lasidentidades ya no se construyencon base a los reerentes tradi-cionales de tiempo cronolgicoy memoria histrica, espacioterritorial delimitadoy experiencias de vida como co-munidad (Bermdez y Martinez1999). Los crecientes procesosde globalizacin que impulsanlos actores globales y la revolu-cin social que ha acompaado

    el desarrollo cada vez mayor delas llamadas nuevas tecnologas,implica tambin un redimensio-namiento en la manera como seconguran las identidadesy dierencias. En este contexto,los jvenes construyen sus expe-riencias de vida, cada vez ms,a partir del consumo de sm-bolos culturales globales pro-venientes de diversos lugares ysometidos a una ugaz perma-nencia. Estamos, como lo expre-sa Martn Barbero al reerirse alos jvenes, ante nuevos modosde percibir y narrar la identidad,

    y de la conormacin de identi-dades con temporalidades me-nos largas, ms precarias perotambin ms exibles, capacesde amalgamar, de hacer con-vivir en el mismo sujeto, ingre-dientes de universos culturalesmuy diversos(2000:4). En esteproceso el valor simblico delos objetos se convierte en elprincipal elemento de identi-cacin. No se trata del meroconsumo masivo de objetos ysmbolos, sino de nuevas ormasde construccin simblica dela sociedad y de construir susidentidades como jvenes. Esdecir, estamos rerindonos alas distintas maneras como los

    jvenes construyen sus repre-sentaciones del ser joven y delos smbolos, prcticas y espa-cios de consumo, a travs delas cuales las construyen.

    Tiempos de ocioy consumos dejvenes urbanosAna Mara Mendes Diz

    Las concepciones de juventudy de esta juvenil se han idotransormando desde la dcadadel sesenta hasta hoy, lo cualse vincula con una mayor esco-larizacin, dependencia amiliar,prolongacin de la denominada

    juventud, aumentos del tiempo

    de ocio, y un abanico de cir-cunstancias relacionadas conun mercado juvenil emergentey cada vez ms consolidado.Con el mayor peso que vanteniendo los jvenes se producela aparicin y transormacin deespacios y tiempos especcosy dierenciados para el goce delocio juvenil, lgica propia deuna sociedad de consumo envas de proundizacin. En esteproceso se revaloriza la nochecomo espacio de socializaciny de experiencia juvenil (Laes-pada y Pallars Gmez, 2001).

    La ciudad es colonizada por losjvenes y es el elemento tiempoel que utilizan para conquistarel espacio. En la signicacintemporal de la ciudad, la opo-sicin da noche se ha consti-tuido, en mayor medida que enpocas anteriores, en ronteraentre generaciones (Margulis yUrresti, 1997; Mendes Diy Schwarz, 2012). Se genera asuna ilusin de independencia,de privacidad lejos de la luzdel da y de las miradas de losadultos. La noche es un tiempoespecial concebido a contraco-rriente de las rutinas y las obli-gaciones. Es un tiempo propiciopara la esta donde es permitidosubvertir las condiciones habi-tuales de existencia generandola ilusin de libertad, rebelin,goce, imaginacin, xtasis: yla risa irrumpe como burla alos poderes hegemnicos.

    La noche comienza cada vezms tarde, logrando un mayordistanciamiento con el tiemporeglamentado de los adultos.La defnicin de un nosotros-jvenes- defne un otros -adul-tos- logrando mayor cohesinen el grupo de pertenencia.Sin embargo, la cultura nocturnano deja de estar regulada porlas ormas de legitimaciny dominacin imperantes duranteel da. Siguen predominando laslgicas de distincin, exclusiny jerarquas mediante las cuales

    el mercado sigue defniendo esosespacios recreativos que los jve-nes se apropian (Margulis, 1997;Laespada y Pallars Gmez, 2001;Mendes Diz et al., 2009).

    Es esencial destacar la plurali-dad que existe entre los jvenesque participan en el espacio re-creativo nocturno, en sus ormasde gestionar el tiempo y susvnculos con el consumo. En unestudio reciente hemos observa-do actitudes y prcticas dieren-ciales por parte de las y los jve-nes, y en los distintos sectores

    socioeconmicos (Mendes Dizet al., 2009). La vida recreativanocturna es uno de los espaciosdonde los jvenes construyensus identidades de manerasheterogneas, al igual que lo ha-cen en su transitar por la amilia,la escuela y el trabajo. Coincidocon Pierre Bourdieu (1991) enque la socializacin se desarrollaundamentalmente en espaciosdonde ocurren y transcurren lasrelaciones sociales. En este sen-tido, el estudio de los circuitosde sociabilidad de los jvenes,sus modos de estar juntos, yla utilizacin y apropiacin quehacen del tiempo y del espaciocobran importancia undamentalpara entender las prcticas cul-turales emergentes en ellos.

    Las transormaciones enlas prcticas culturales delos jvenes y especcamentesus consumos se encuentranatravesados por una tendenciade alcance global compuestapor el binomio ocio-mercado.En la industria del ocio juegaun rol esencial el creciente po-der de las multinacionales delalcohol, cuyas inversiones publi-citarias se dirigen enticamentea la poblacin joven. Y desdela voz de los jvenes, el consu-mo de alcohol ocupa un lugarcentral en la creacin de espa-cios y tiempos dedicados a lasociabilidad con sus pares. Enel estudio recin mencionado,

    el 92% de los jvenes entrevis-tados arm haber consumidoalcohol en su ltima salida noc-turna (Mendes Diz et al., 2009).Los jvenes se juntan a beberalcohol en plazas, esquinas,incluso casas, durante variashoras en su ritual de la previa.Estas prcticas de tomar cerve-za y tragos en lugares y tiemposacordados con sus pares, pue-den leerse, simultneamente,como tcticas econmicas porla disminucin de costos-, terri-toriales por la apropiacin deespacios pblicos y/o privados-,

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    7/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires2 13

    simblicaspor la autoarma-cin de identidades individuales,grupales y/o generacionales-,y sociopolticas por la cons-truccin de un mundo noctur-no contrapuesto a los rituales,normatividades e institucionesde la vida diurna, hegemonizadapor las racionalidades y normasde los adultos. (Baigorri Agoiz yChaves Carrillo, 2006).Por otra parte, es importantesealar que en los ltimos tiem-pos es cada vez ms decisiva lainuencia de las industrias cultu-rales en el desarrollo social, perotambin es decisiva la participa-

    cin de los jvenes en la produc-cin cultural. Su rol de consumi-dores que impulsan las nuevastecnologas de la inormacin yla comunicacin (TICs) en todaslas reas de la creacin cultu-ral ha ido modicando el lugarsocial que ocupan los jvenesen muchos pases. Sin embargo,esta aseveracin, que puede sercuestionable, ha dejado abiertoun amplio debate (Canclini et al,2012). Surge pues el interrogantede si estas industrias culturales

    juveniles apoyadas en la utili-zacin de las TICs no encubrenel creciente desempleo de los

    jvenes. Asimismo, no puede de-jarse de reconocer la existenciade una brecha digital que consti-tuye uno de los indicadores quemuestran y reuerzan las brechassociales (Mendes Diz y Schwarz,2012). La vulnerabilidad econ-mica y el riesgo de exclusin pordesempleo, inestabilidad, se aso-cian a la alta de competencia enlas nuevas ormas de creatividad.Las prcticas creadoras de los

    jvenes ocurren ante la inerciade las instituciones modernasque, cada vez ms burocratiza-das para subsistir, inducen a los

    jvenes a improvisar por uerade esos aparatos institucionales.Se trata de los prosumidores,concepto con el que se designaa esos jvenes creativos que dealguna manera desdibujan consus prcticas los lmites entreproduccin y consumo. (Gar-

    ca Canclini et al., 2012; Urresti,2008). Pero todo esto sucedebajo la presin de lo emero,renovable y rpidamente obso-leto que caracteriza los tiemposactuales, y estos emprendimien-tos juveniles que responden auna sociedad de riesgo, dicil-mente sern duraderos. Pero suscreadores querrn que lo sean?

    La visibilizacin de la enormediversidad que existe al interiorde la poblacin joven noes excluyente de la necesidadde reconocer desde una pticapoltico-social la existencia de

    un grupo juvenil con caracters-ticas propias y necesidades es-peccas. Hablar de juventudeses apelar a una construccin so-cial que se apoya en elementospsicobiolgicos; las condicioneshistricas, la situacin socioeco-nmica y las pautas culturalesy de gnero denen el cundoy el cmo de esta diusa y diver-sa experiencia (Margulis, 1996;Mendes Diz et al., 2004; 2009).Coincido por ltimo, con las es-peranzadoras palabras delos investigadores espaolesFrancisco Cruces y MaritzaArteaga (2012), que concep-tualizan a la juventud como unaposicin desde y a travs dela cual se experimenta el cam-bio cultural y social que se estdando en nuestros pases.

    Jvenes y CulturaMarcela A. Pas Andrade

    Estas lneas son un breve recorrido

    de algunos resultados de mi inves-

    tigacin doctoral, desde una mira-

    da socioantropolgica. Dicho tra-

    bajo persigui el objetivo general

    de analizar los consumos culturales

    orecidos por los Centros Cultura-

    les (CC) del Programa Cultural en

    Barrios (PCB) en la Ciudad Aut-

    noma de Buenos Aires, ocalizando

    en la relevancia de la participacin

    de los jvenes de sectores medios

    luego de la crisis del 2001.

    Ocupar el espacio cultural en lavida cotidiana juvenil

    Para la comprensin de la pro-blemtica planteada, me resultinsuciente concebir a los jve-nes como simples participantesde un Programa cultural o un-dirlos en la imagen de un sujetocolectivo homogneo (la juven-tud/ los jvenes). As, el primernivel de anlisis se orient aexplicar la(s) construccin(es)identitaria(s) de ciertos grupos

    jvenes desde sus representa-ciones en tanto grupo etario,sus trayectorias culturales, su

    apropiacin y usos del espaciopblico, las signicaciones yusanzas que hacen de la nocindel tiempo, los sentidos que leotorgan a lo cultural. En taldireccin, se observ que las/os

    jvenes resignicaban sus expe-riencias culturales previasa la crisis del ao 2001 paraconstruir su legitimidad respec-to a la ocupacin del espacio1.Las trayectorias culturales deestos/as jvenes, las capacida-des para manejarse dentro delmbito cultural, las participa-ciones anteriores en actividadesrelacionadas con disciplinasartsticas y/o expresivas (sabercultural y artstico), junto a lainquietud por hacer cosas nue-vas, la valoracin del tiempolibre y la reivindicacin de logratuito, se conormaron comoestrategias de identidad, arti-culando expectativas de clase,gnero y edad. Sostuve que laconstruccin de la nocin de ju-ventud reviste una gran comple-

    jidad y, por tanto, la necesidadde sumergirse en un concepto

    1 En la dcada del 90, cierta parte de la ju-

    ventud argentina construy sus estrategiasidentitarias en diversos mbitos - universi-

    dades, espacios culturales, academias, et-ctera - privilegiando aquellos de carcterprivado concebidas como especialmente

    adecuados para cumplir con dichasexpectativas sociales. Sin embargo, losprocesos de empobrecimiento de la socie-

    dad - y en especial de los sectores medios imposibilitaron a ciertos grupos juveniles

    el acceso a dichos espacios.

    que implica tensiones econmi-cas, polticas y culturales. Ser

    joven interpela un momento dela vida representado en aos,pero tambin se imbrica conla estructura de clase, gnero yetnia a la cual se pertenece, locual se materializa en las ormasde socializacin, las experienciasculturales y las elecciones deconsumo situadas. Asimismo,la relacin entre las expectativassociales que se construyen del

    joven y la condiciones realesde existencia se han complejiza-do en el marco de los procesoshistricos, econmicos y po-

    lticos de las ltimas dcadas.Arm en este trabajo que losCC gratuitos del PCB se convir-tieron durante la primera dca-da de este siglo en mbitos queposibilitaron cubrir las expecta-tivas de ciertos grupos juvenilesporteos. En esta direccin,ciertos CC se ueron conor-mando como mbitos barrialesrelevantes para las/os jvenesde sectores medios empobre-cidos, quienes se apropiarondel espacio a partir de diversosmecanismos, entre ellosla participacin en los talleresy/o el uso y el cuidado del espa-cio cultural. Asimismo, los signi-cados sobre los destinatariosde la poltica cultural tambinueron cambiando en el trans-curso de los aos. Si en la dca-da del 80 el discurso del PCB seconstrua en torno a la necesi-dad de intervenir en los sectoresms carenciados de la sociedad,a nes de los 90 los documen-tos del PCB relevaban comodestinatarios de su accin a lossectores medios; a los gruposy sectores de la ciudad que elPrograma calica como los msaectados luego de la crisis eco-nmica de 2001. Tambin uerelevante observar cmo el PCBperdi relevancia poltica en ladcada del 90, dada la primacade aspectos de consumo ligadosa lo cultural, que el Programano poda contener. A la postre,la prctica cultural se ue cons-

    truyendo como una orma socialque se expresaba en lneas deaccin y categoras sociales quedenan modos de participa-cin, tcnicas de organizacindel espacio y el tiempo. Delmismo modo, la prctica culturalexpresaba diversas motivacio-nes y experiencias previas de lossujetos que participaban en ella.La mayora de los/as jvenes desectores medios llegaban al CCcon la expectativa de encontrarun espacio de identicacin ypertenencia. Esas expectativasse vinculaban, por un lado, conla alta de espacios culturales

    tradicionales desde donde cons-truir su identidad cultural comogrupo sectorial, y por otro, conlas ormas de uncionamientodel CC que les permita ciertaexibilidad en la participacinen esos espacios. Desde estasobservaciones, sostuve que elPCB no contempl especca-mente las demandas de los/as

    jvenes de los sectores mediosen sus lineamientos principales.En cambio, ueron los procesosde mediacin entre la oerta/demanda de los participantesdel PCB y el Estado los queconstruyeron dicha expectativay posibilitaron el cumplimientode dicha perspectiva identitaria.

    A modo de refexin nal

    En el camino de investigacin,me interes dar cuenta de lascomplejidades que presentabala relacin oerta-demanda delas prcticas culturales enmarca-das en las polticas pblicasy destinadas a los jvenes por-teos. Se problematiz dichaaccin cultural en un doble sen-tido: por un lado, en su uncinde garantizar el acceso y la de-mocratizacin cultural a todos/as; por otro, en su dimensin degenerar respuestas a las necesi-dades, expectativas y sentidosde ciertos grupos jvenes delos sectores medios de la ciu-dad. Esta investigacin articuldos procesos simultneos en la

    (re)construccin de las prcticasculturales del PCB que realizanlos jvenes. Por un lado, el ree-rido a la denicin y reproduc-cin de lo cultural en el marcodel PCB y su articulacin con lastransormaciones de la coyun-tura argentina. Por otro, aquelreerido a la conexin entre lastrayectorias culturales de ciertosgrupos juveniles -sus ormas dever el mundo, sus prcticas y susormas de comportarse- y susposibilidades y limitaciones parala negociacin y la disputa enel espacio cultural actual.Considerar los consumos cul-

    turales dentro de los espaciosmencionados en relacin conla construccin identitaria delos/as jvenes de sectores me-dios me llev a incorporar enel anlisis la dimensin histricade una poltica cultural sosteni-da en el tiempo (el PCB). Estome permiti articular las rela-ciones entre Estado, economay cultura en el espacio culturaldesde el sentido y las prcticasde los diversos actores intervi-nientes. Dichas relaciones danespecicidad a las ormas enque estos grupos jvenes (re)elaboraban las prcticas cultu-rales en los CC, en el contextode la Argentina, tras la crisis de2001. Asimismo, la crecienteoerta/demanda de los consu-mos culturales en la Ciudad deBuenos Aires responda a unmodelo diundido mundialmenteque propone la valorizacin dela cultura como recurso econ-mico, poltico, ciudadano, etc.Este contexto exige la necesidadpoltica de integrar los gruposminoritarios en un marco deglobalizacin econmica nacio-nal. Ante esto, lo cultural se havuelto poltica de Estado.A contrapelo, las polticas cultu-rales locales presentan grandesdicultades para llevar adelan-te una democratizacin de losderechos culturales para todasy todos los jvenes. Las mismastienden a mantener ciertos este-reotipos en relacin a lo juvenil

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    8/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires4 15

    como tambin a reproducirlas dierencias sociales y cul-turales existentes, las cuales sos-tiene y/o proundiza.Por tanto, sera posible pensarque por medio de los CentrosCulturales barriales (CC) -comonuevos espacios de encuen-tro pblico y cotidiano al quepueden acceder los ciudadanos-las polticas culturales puedangenerar sitios de construccinmixta. Quiero decir, por un lado,proyectos culturales en dondeel Estado no solamente orezcadierentes prcticas culturales/recreativas, sino que capaci-

    te, promocione, distribuya losrecursos de la misma orma paratodos/as y, undamentalmente,orje espacios de participacin,discusin, crtica, reexin yeleccin de esas prcticas, su-pervisando y coordinando a losCC. Por otro lado, que los ciuda-danos, en participacin real desus polticas culturales, puedanaprender y ejercer el concretoejercicio de la democracia enlos espacios culturales, partici-pando, discutiendo, criticando,reexionando: qu hacer? porqu? para qu? de qu ma-nera?, y a la vez que puedancontrolar el cumplimiento de lasacciones del Estado. Entiendoque las reexiones que surgie-

    ron de la investigacin generan,en los estudios y la gestin dela temtica planteada, un aportedoble: por un lado, a los estu-dios de juventud subrayandola importancia de integrarloscon las prcticas y consumosculturales en los anlisis de susconstrucciones identitarias,por otro, a la comprensin yreexin de las polticas cultura-les desde la mirada de quienesparticipan en sus prcticas. Par-ticipantes que no son usuariosingenuos sino actores activosque elaboran y reelaboran suspropias nociones de cultura, sus

    construcciones de identidady sus estrategias de consumo.Esta mirada convierte a las/os

    jvenes en eectivos consumido-res y productores (de producir)culturales dentro de la construc-cin de sus propias prcticasque estn en permanente movi-miento, tensin y conicto conlas polticas culturales.

    Sobre las autoras

    *Emilia Bermudez: Sociloga,Magster en Ciencias Polticas yDoctora en Ciencias Sociales. Do-cente titular jubilada de la Escuelade Sociologa de la Facultad deCiencias Econmicas y Socialesde la Universidad de Zulia. Investi-

    gadora activa y Jee de Programade Investigaciones Sociolgicas yAntropolgicas de la Universidadde Zulia.

    ** Ana Mara Mendes Diz: Licencia-da y Doctora en Sociologa (UCA),Investigadora Independiente delCONICET y del Instituto de Inves-tigaciones Gino Germani, Facultadde Ciencias Sociales, UBA (sedede sus trabajos). Proesora Consul-ta en la Facultad de Medicina de laUniversidad del Salvador. Autora yco-autora de artculos en revistasespecializadas y libros en tornoa salud, juventudes, educacin y

    gnero.

    ***Marcela A. Pas Andrade: So-ciloga y Doctora de la Facultadde Filosoa y Letras en el rea deAntropologa (UBA). Investigado-ra del CONICET. Docente de la Fa-cultad de Ciencias Sociales (UBA)desde el ao 2004. Dicta distintosseminarios de grado y posgradoen diversas universidades. Partici-pa desdeel ao 2001 en dierentes proyec-tos de investigaciones nacionalese internacionales. Desde al ao2010 ha dirigido diversos pro-yectos. Asimismo, es autora dedistintos captulos de librosy artculos cientcos de mbitosnacionales e internacionales.

    JUVENTUD EN CIFRASEn esta seccin presentamos algunos datos vinculados al tema especfco de la revista. En este caso hemos selec-

    cionado tres dimensiones de anlisis desde las cuales se puede analizar el uso del tiempo libre y hemos utilizado

    como uente datos provenientes de la Encuesta Joven 2012 de la DGPJ-GCABA 2.

    Los datos corresponden a la poblacin joven de 15 a 29 aos de la Ciudad de Buenos Aires.

    En primer lugar, presentamos datos sobre cuestiones generales del uso del tiempo libre. Al consultarles sobre qu

    hacen, con quin o quines comparten el tiempo libre las respuestas ms mencionadas ueron las siguientes:

    Qu hacen? Con quienes comparten

    el tiempo libre?

    En dnde pasan el

    tiempo libre?

    77,8%Reunirse conlllllllllllllamigos

    77,8%Escuchar msica

    69,8% Mirar tv

    68,7% Navegar por

    llllllllllllInternet

    55,2% Con amigos

    38% Con su pareja

    28,6% Con sus padres

    81% En una casa

    22,6% En bares

    21,2 %En plazas

    En segundo lugar abordamos el tiempo libre a partir de los hbitos de nocturnidad. En este sentido preguntamos

    si salieron en los ltimos tres meses a bailar y a aquellos que salieron les preguntamos a dnde ueron y a qu

    hora suelen entrar.

    A dnde? A qu hora entran?

    91,2% A bares, pubs y boliches

    lllllllllllnocturnos

    1,8%A matin

    2,7%A ambos

    17% Antes de la 1 am

    54,8% Entre la 1 y las 3 am

    22,6% Despus de las 3 am

    El 53,4% de los jvenes sali a bailar en los ltimos 3 meses.

    Finalmente presentamos algunas ciras sobre consumo de alcohol, tabaco, cocana y marihuana.

    2 La Encuesta Joven 2012 es una encuesta multipropsito que se realiza con periodicidad bianual a partir de una muestra proba-bilstica de 800 jvenes entre 15 y 29 aos que permite realizar estimaciones vlidas para el total de la poblacin joven de laCiudad de Buenos Aires con un error de muestreo del 3,5% y un nivel de conanza del 95%.

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    9/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires6 17

    Alcohol Tabaco Marihuana Cocaina

    90,6%

    Prob alguna vez

    81,7%

    Consumi en el

    ltimo ao

    58,7%

    Prob alguna vez

    39,9%

    Consumi en el

    ltimo ao

    42,3%

    Prob alguna vez

    28,9%

    Consumi en el

    ltimo ao

    10,1%

    Prob alguna vez

    3,9%

    Consumi en el

    ltimo ao

    Fuente: Elaboracin Propia en base EJ-2012 (Direccin General de Polticas de Juventud- GCABA)

    INTERCAMBIOEn esta seccin presentamos un intercambio con reerentes destacados en el tema de la revista. Eneste marco el Equipo de Investigacin del Observatorio de la Juventud se reuni con el Lic. MarceloUrresti, licenciado y doctorando en Sociologa (UBA), investigador y docente en la Facultad de Cien-cias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (FSOC-UBA), y en el Instituto de Investigaciones GinoGermani (UBA) especialista en cultura juvenil. Presentamos a continuacin el resultado de dicho inter-cambio.

    Una primera cuestin que nos

    interesa abordar se vincula conla idea de consumos tpicamen-te juveniles. Segn tu perspec-tiva, hay algo de especco enlas prcticas de consumo de losjvenes?

    - Una de las primeras caracte-rsticas, yo dira, generacionalesdel consumo cultural esel tiempo libre. La primera ca-racterstica es esa, porque los

    jvenes tienen ms tiempo libreque el resto de la poblacin, in-cluyendo en esta consideracina los jvenes que trabajan. Siuno hace una curva del tiempode trabajo normal entre jvenesy no jvenes, si se hace un cortearbitrario en los 29 aos -algoque se notara mucho ms si ha-cemos el corte en los 25-, es quelos jvenes tienen ms tiempolibre que sus padres, en trmi-nos generales; con lo cual, sus

    preerencias y prcticas de tiem-po libre son ms amplias que lasdel resto de la poblacin.Otra cuestin que acilita mu-cho esa predisposicin al con-sumo del tiempo libre es que,por lo general, los jvenes estnen situacin de dependencia.Es decir, si bien tienen menosingresos que los adultos, tieneningresos ms libres y disponi-bles que sus padres. As, porejemplo, dentro de una mismaamilia, el chico que trabaja yno tiene la necesidad de aportartodo a la manutencin del ho-

    gar, cuenta con un presupuesto

    relativamente ms amplio queel resto de los miembros de laamilia -tanto de aquellos queno trabajan, como de sus pa-dres, que trabajan pero viertentodo en los gastos del hogar-para mantener los consumostpicos del tiempo libre.Eso es lo que explica en tr-minos genricos la situacinparticular de los jvenes y sucapacidad de consumo, y es

    justamente lo que los hace muyvisibles y muy atractivos desdeel punto de vista del mercadoen sus mltiples acetas: sonatractivos para el mercado de laindumentaria, para el mercadode las salidas -el cine,las discotecas, los recitales-,pero tambin para el mercadode los onogramas u otras oer-tas y publicaciones de la indus-tria cultural. En todo tipo debienes no durables y servicios,

    los jvenes adquieren y gastanms que los adultos.Una ltima cuestin quelos dene, que emerge en losltimos 15 aos, es que dentrode los hogares los jvenes sonlos principales responsables enla toma de decisiones sobrela adquisicin de tecnologa.Esa es otra dierencia que tienea los jvenes como protagonis-tas respecto de sus padres.

    Esta cuestin generacional,se produce en todos los gru-pos sociales?

    - Se da en todos los grupos so-

    ciales de acuerdo con las carac-tersticas de cada uno, pero seda en todos. Por esoyo planteo la situacin partien-do de los hijos hacia los padres.Ahora bien, cuando salimos delo generacional y comparamossectores sociales, es eviden-te que los sectores medios yaltos tienen una capacidad deconsumo mayor que la de lossectores medios-bajos y bajos.Sin embargo, cuando volvemosa las cuestiones intergeneracio-nales, los jvenes estn en unasituacin dierente a la de suspropios padres.Pero para retomar la pregunta,cuando hablamos en trminossocio-econmicos de la pobla-cin joven, comienzan las die-rencias con una ventaja osten-sible para los sectores mediosy altos, que tienen ms tiempolibre, que tienen mayores ingre-

    sos y adems cuentan con unamayor disponibilidad delos mismos, lo cual conviertea su situacin en privilegiada.

    Cmo ves la relacin entreconsumo e identidad?

    - Por lo general, el consumo estligado a una orma de identica-cin, porque no consumimos nibienes ni servicios a granel. Losbienes y los servicios ocurren,acontecen bajo procesos marca-rios, entonces es muy dicil quehaya un bien sin marca, salvo

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    10/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires8 19

    que sea un bien de consumo denecesidad: el pan, la carne. Perocualquiera de los que se llamanbienes portables y bienes deconsumo durable por lo generalestn bajo procesos marcariosy las marcas se manejan con untrabajo persistente y sistemticode produccin de mensajes y deinstitucin simblica de territoriosimaginarios en los que los bienesy los servicios adquieren un de-terminado rgimen de signica-cin, que es ms que el bien, que

    lo envuelve, le articula una perso-nalidad y un espacio propio. Demodo que cuando un consumidorcompra un pantaln, una camisao unos zapatos no slo se estcomprando algo con lo cual seviste, se protege de la intempe-rie, o cumple con ciertas normassociales para evitar la desnudez.En el mismo movimiento, quierao no, sea consciente o no de ello,est identicndose con una or-ma signicante que es la marca yel relato en el cual la marca se ins-cribe, que a su vez tiene eectosde distincin en la medida en queseparan a ese consumidorde otros grupos de consumidoresque adquieren otros bienes. As,las marcas tienden a producireectos de distincin rente a lasotras, lo que pasa luego del terre-no simblico del territorio marca-rio, hacia el terreno social dela separacin de los consumido-

    res. Por eso, de por s, cualquiereleccin de consumo en la quepensemos, algo que es muchoms evidente en los bienesportables, no es inocente de unaorma de enclasamiento y, dirayo, de un estmulo dentro deuna lgica de interpretacin queel resto de los usuarios va a acti-var cuando lea lo que llevamospuesto como un elemento deuna estrategia de identicacin.Con lo cual, aunque no quera-mos, una marca nos identicay hace que nos identiquen porella. El juego que emerge de

    esto, una articulacin inestableentre auto y heteroidentica-cin, produce identicacionespersonales sobre las que se vanproduciendo grupos. As, los quetienen y no tienen un determina-do conjunto de bieneso de marcas adquiridas, le emitenmensajes a los que tienen y notienen otro tipo de productos ymarcas, con lo cual se va produ-ciendo una identicacin a travsdel intercambio simblico de lacomunicacin cotidiana. En el

    caso de los jvenes esto es msuerte que entre los adultos, enprincipio porque consumen ms,y despus porque son ms sensi-bles a los procesos marcarios.

    Y tambin es un momento enel que estn tratando de cons-truir su propia identidad, die-rencindose.

    -Exactamente. Esto sucede enun momento muy particular,algo notorio especialmente enla adolescencia, momento enel que se est construyendoel proyecto de identicacinadulto, central en la construc-cin de la subjetividad adulta.La adolescencia es como unlaboratorio, un momento de ex-perimentacin, de cambio, perotambin de incertidumbre y devulnerabilidad, que es el lado

    oscuro de su luna. En virtud deese contexto, los adolescentesse vuelven permeables alas marcas, porque la impor-tancia del grupo de pares esdenitiva para los adolescentes,mucho mayor que el rol de losamigos para el joven, sin parale-lo para el caso de los adultos.La red de amigos, la red de con-tactos inmediatos entre los ado-lescentes es muy amplia y muydominante. Entre los jvenes esms pequea y pierde inuen-cia. Y en los adultos que cons-tituyen su propia amilia pierde

    incidencia, porque el adulto engeneral se debe a su amilia ypor ello tiene una relacin, pordecirlo as, de identicacindescendente con los pares. Encambio, el perodo adolescenteest atravesado por una hori-zontalidad muy uerte, dondelos bienes uncionan comocontraseas de reconocimientogrupal. Eso es lo que los vuelveparticularmente susceptibles alas marcas y el consumo, obvia-mente, adquiere un rol central.

    Considerando la heterogenei-dad de las juventudes, hay con-sumos tpicos de determinadosgrupos de jvenes

    -No, no, cada vez menos. Porqueen realidad en los conjuntos deoertas, digamos tanto de bie-nes materiales vinculados conel consumo de necesidad, losbienes durables y los ungibles,todo aquello que consumimosen el mercado general,la diversidad es cada vez mayor,los oertantes apuestan mayori-tariamente al juego dela diversidad y la dierenciacin,lo que convierte al cambio,la superposicin y la variacinen la lgica dominante de losmercados actuales, algo que seve aumentado en los sistemasde oertas de bienes y servicios

    culturales, lo que desemboca enuna diversicacin constante degustos y preerencias. Una estra-tegia, digamos, de acumulacinpor diversidad que conormauna tendencia al desarrollopermanente de nichos. Si pensa-mos esto en trminos de iden-ticacin, resulta cada vez msimprobable que haya grandestendencias unicadas de con-sumo y s, en cambio, cada vezms micromodas que cambiannerviosamente.

    Hay alguna cuestin tpicaque podamos encontrar en losjvenes de la Ciudad de BuenosAires respecto de sus actos deconsumo?

    - S la hay, pero en general esgeneracional. Es lo que te decaen la pregunta uno. Es la salida,es el encuentro, son las prcti-cas de tiempo libre uera del ho-gar, relativamente ms recuen-tes en este segmento que enel resto de la sociedad. Otra po-

    sible es una cuestin de pocaque tambin mencion ms arri-ba y es el valor que adquierenlos entornos digitales y el nuevosistema de los objetos digitales,cada vez ms presentes en todoel universo poblacional juvenil.Pero sacndole eso, esos dosgrandes continentes y entrandoa explorar en ellos, lo que reinaa partir de all es la diversica-cin. En la conrontacin inter-generacional aparecen comombitos tpicos de los jvenes,que los adultos y los niostienen en menor medida, por-que los nios estn en un siste-ma por lo general protegido ydomstico y los adultos con lascongestiones temporales tpicas

    de su condicin. Los adoles-centes y los jvenes disponende ms tiempo para recorrer laciudad, establecer territoriosy espacios de encuentro, mstiempo para bucear enlas tecnologas de la inocomu-nicacin sobre sus intereses,gustos, preerencias, necesida-des de encuentro.

    Para nalizar, la discusin quese plantea es si en denitiva to-

    dos los consumos no tienen uncomponente cultural importan-te. Qu es lo que dene a untipo de consumo como espec-camente cultural?

    Todos los consumos, en la me-dida en que se articulan con te-rritorios narrativos y simblicos,tienen un componente cultural.Todo bien, ungible o no ungi-ble, durable o no durable, todoservicio tiene siempre un aspec-to simblico y por lo tanto, unasupercie de identicacin.La dierencia que planteanlos llamados bienes culturaleses que su aspecto material esel menos importante. Cul esel aspecto material de la msi-

    ca? Cul es el aspecto materialde una obra de teatro? Ms allde las discusiones estticas yloscas que podran plantear-se, el aspecto material para estecaso es el momento dela ungibilidad de su consumo,es el hecho de la recepcin y laelaboracin identicatoria en laque el bien circula, esel proceso de sentido que des-encadena. La particularidad delos consumos culturales es que,respecto de otros bienes y servi-

    cios, son consumos no materia-les, son consumos donde todoes valor simblico y casi nadavalor material. Es la paradoja delos bienes culturales: su materia-lidad es justamente su signica-do. Y esos bienes, porlo general, estn vinculados conel tiempo libre, con la msica,con las salidas, con el encuen-tro, con los otros. All, el biencultural es una excusa para elencuentro con los dems, de ahsu valor como uentes de iden-ticacin, algo tan central paralos jvenes y especialmentepara los adolescentes vidos deencuentro e intercambio grupal.

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    11/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires20 21

    BAL DE LOS RECURSOSEsta seccin est destinada a la diusin de acciones, polticas y programas, dependientes de organizaciones gu-

    bernamentales y de la sociedad civil, vinculadas a las problemticas abordadas como eje de cada revista. En esta

    oportunidad buscamos abordar la relacin entre juventud y consumos culturales. En este marco presentamos a

    la undacin PH15, su historia y su proyecto y orecemos un resumen de las propuestas del Centro Cultural Re-

    coleta orientadas a jvenes. Por ltimo, se presentan los programas culturales llevados adelante por la Direccin

    General de Polticas de Juventud.

    Fundacin PH15

    Entrevistamos a Miriam Priotti,directora y docente de la Funda-

    cin ph15, cuya misin es acercar

    a nios y jvenes en situacin de

    vulnerabilidad econmica al arte;

    ms especfcamente, la otograa.

    Qu es PH15?

    Ph15 es una organizacin social en

    la que trabajamos personas que

    creemos en el arte como herra-

    mienta de transormacin social.

    Esta visin la llevamos adelante a

    partir del desarrollo de talleres de

    artes visuales, sobre todo otograa

    (aunque tambin tenemos algunos

    talleres de cine), destinados a nios,

    adolescentes y jvenes que viven

    en situacin de riesgo. El objetivo

    es que cada chico que se acerque

    a los talleres pueda entender el

    arte como una herramienta que les

    permite mejorar sus posibilidadesde desarrollo.

    Cmo surge la propuesta?

    El proyecto surge en el ao 2000,

    por iniciativa de un grupo de ado-

    lescentes de Ciudad Oculta, que se

    acercan a un otgrao que estaba

    realizando un registro de comedo-

    res comunitarios. Se acercan para

    conocer su equipamiento, la cma-

    ra, y le cuentan que ellos haban

    tenido la intencin de estudiar

    otograa pero que les resultaba

    inaccesible por costos de equi-

    pamiento, traslado, cuota, entre

    otras difcultades. Este otgrao se

    contacta con otros y deciden llamar

    a estos chicos y proponerles que, si

    pudieran juntar diez compaeros yconseguir un espacio, ellos provee-

    ran los equipamientos y les daran

    un taller semanal. A los pocos das,

    los chicos los llaman, contando que

    ya haban hecho una convocatoria,

    haban juntado diez compaeros y

    logrado que un comedor comuni-

    tario les prestara un espacio los s-

    bados: as arranca el taller. Esto que

    empieza muy inormal se ue con-

    solidando con el tiempo. En 2004

    ph15 se vuelve jurdicamente una

    undacin, para poder cooptar re-

    cursos institucionales para ampliar

    la propuesta. Ph15 toma su nombre

    de la villa 15 (Ciudad Oculta), pero

    nuestra idea a uturo es que haya

    muchos ph en todo el pas.

    Qu actividades realizan? Dn-

    de? Cuntos chicos participan?

    La idea de los talleres es que los

    chicos puedan apropiarse de unnuevo lenguaje, que el lenguaje au-

    diovisual sea una nueva orma

    de expresin para poder contar

    todo aquello que no pueden contar

    con palabras. Por eso, lo primero

    que hacemos es entregarles a los

    chicos una herramienta, una cma-

    ra, para que puedan producir y a

    partir de esas producciones propias

    empezar a armar su propia orma

    de hablar con el arte, en este caso

    con la otograa. Por eso se prioriza

    siempre lo que cada chico tenga

    para decir por sobre lo terico o

    lo tcnico, para que desde el primer

    momento puedan apropiarse de

    este nuevo lenguaje y empezar a

    utilizarlo.

    En Ciudad Oculta actualmente esta-mos trabajando con treinta chicos,

    en dos grupos divididos por niveles.

    La propuesta es de tres niveles de

    ormacin, cada chico que ingresa

    al taller puede estar durante tres

    aos. En La Plata el ao pasado

    ueron sesenta, en Lans veinte, y

    en los talleres cortos entre veinte y

    treinta por taller.

    Cmo es la recepcin de la

    propuesta?

    Muy buena. Los chicos enseguida se

    entusiasman y apropian del lengua-

    je otogrfco. En cuanto a las co-

    munidades, as como les cont que

    ue el surgimiento de Ph15, creemos

    que la comunidad es la que tiene

    que tener la motivacin: por eso

    trabajamos siempre con comunida-

    des que se nos acercan a solicitar-

    nos talleres y empezamos a trabajar

    en alianza cmo se va a desarrollarla propuesta en esa comunidad. No

    creemos en las rplicas directas:

    cada espacio es dierente, por ms

    cercanos que sean los territorios

    donde se trabaja, cada lugar tiene

    sus particularidades y por eso se

    rearma la propuesta para cada

    comunidad. Por eso es que tenemos

    muy buena recepcin: primero por-

    que somos convocados, y adems

    porque se piensa el modo de inter-

    vencin junto con la comunidad.

    Cmo manejan la diusin de su

    trabajo?

    Lo principal es que realizamos

    muestras todos los aos. Necesita-

    mos garantizarles a los chicos es-

    pacios donde sus mensajes puedan

    ser trasmitidos. Utilizamos tambin

    la web y redes sociales, pero sobre

    todo hacemos muestras en el mbi-

    to local, nacional o con suerte inter-

    nacional. La idea es que cada chico

    pueda exhibir sus producciones en

    calidad de obra de arte y empezar a

    pensarse a s mismo como artista.

    A la vez, se diunden los objetivos

    de la organizacin y se ortalece

    la parte institucional tambin.Tenemos una gran presencia en

    redes sociales, por el pblico con

    el que trabajamos. La diusin de

    las obras en redes permite que las

    compartan con amiliares, amigos.

    Tienen relacin con dependen-

    cias del Estado u otras instituciones

    de la sociedad civil?

    En Ciudad Oculta trabajamos con

    Centro Conviven, centro comunita-

    rio de base, que nos alberga y nos

    brinda la estructura barrial para

    poder sostener el trabajo ah. En

    La Plata, el municipio nos convoca

    y nos propone realizar el taller en

    alianza con un centro cultural que

    a la vez trabaja en alianza con un

    club barrial, el Melchor Romero. Son

    muchos actores que ya conocen

    la comunidad, a sus miembros, sa-

    ben cmo realizar las convocatorias

    para que sean ms exitosas y hacen

    que el trabajo comunitario sea ms

    articulado.

    En relacin con las instituciones p-

    blicas, nos va bien generando redes

    con municipios que nos convocan

    para talleres puntuales, estamos

    trabajando en ortalecerlo, como en

    el caso de La Plata. A nivel fnancia-

    miento el ao pasado contamos con

    el apoyo del programa de ortaleci-

    miento de la sociedad civil, ese es

    nuestro nico vnculo con el Gobier-

    no de la Ciudad.

    Cul es la concepcin del arte

    que se encuentra detrs del proyec-

    to de ph15, que quieren diundir?

    Creemos que el arte se tiene que

    volver ms democrtico. El arte

    sigue considerndose en amplios

    sectores como algo reservado a

    las elites, los que tienen todo lo de-

    ms resuelto entonces pueden pen-

    sar en el arte, o tienen ciertos co-

    nocimientos. Queremos romper con

    eso: el arte tiene que ser para todos.

    Tiene tantas herramientas y bene-

    fcios para brindar que es absurdo

    que se reserve a las elites. Creemos

    que todos tenemos la potencialidadde ser artistas y la posibilidad de

    ver una muestra de arte y sensibi-

    lizarnos con ella, poder criticarla,

    interpelarla y tomarla como algo

    que nos genere un benefcio.

    Si bien cuando contamos esto todo

    el mundo suele estar de acuer-

    do, genera ciertos resquemores

    en sectores en los que el arte se

    sigue pensando como algo para

    lites. Nos sigue pasando de estar

    colgando muestras en espacios

    de renombre, como puede ser el

    Palais de Glace, por ejemplo, y pese

    a que hay una diusin muy gran-

    de contando de qu se trata nos

    siguen preguntando quienes van a

    ver la muestra: pero estas otos,

    las sacaron ustedes o las sacaron

    los chicos?, sigue existiendo el

    prejuicio.

    Y los chicos cmo se apropian

    de este discurso?

    Al principio tambin cuesta, muchos

    sostienen estos mismos prejuicios.

    Pero ya cuando tienen las cmaras

    empiezan ellos a generar produc-

    cin, y en las tres primeras clases

    ya se dan cuenta que pueden.

    Otra cosa que hacemos mucho es

    visitar muestras otogrfcas o de

    pintura. Tratamos de ir siempre con

    el artista que est exponiendo, para

    que nos cuente qu est mostran-

    do y podamos interpelarlo y de-

    batir cmo hacemos con nuestras

    propias producciones la produccin

    del artista. Tambin convocamos ar-

    tistas a que concurran a los talleres

    pero como uno ms participando,

    mostrando su produccin, recibien-

    do crticas y deendindose, con

    este mismo nivel de trabajo.

    Qu concepcin tienen, si tienen

    alguna, en relacin con la industria

    cultural, el arte como objeto de

    consumo?

    Desde la undacin promovemos

    la venta de las producciones como

    obras de arte. La organizacinpromueve la venta de series cortas,

    seriadas y tratadas con los estnda-

    res de calidad que requiere la obra

    otogrfca como obra de arte.

    El 50% de lo que se recauda es para

    el autor y el otro 50% para la orga-

    nizacin. Actuamos casi como una

    galera de arte, manejamos casi los

    mismos porcentajes. De esta mane-

    ra, el chico que es artista y que ge-

    nera obra y logra venderla, adems

    de pensar que puede vender esa

    obra y que es un artista que recibe

    un ingreso por su obra, adems est

    contribuyendo a que la organiza-

    cin tenga continuidad.

    Cules son las expectativas

    o proyectos a uturo?

    En primer lugar, avanzar con

    la estrategia de talleres, incorporar

    ms talleres anuales y ms talleres

    cortos.

    Por otro lado, nosotros trabajamos,

    como les cont, desde hace trece

    aos. Por lo cual hemos generado

    un gran archivo de imgenes que

    creemos que es un gran patrimonio

    de la comunidad generado por sus

    propios miembros, creemos que

    eso es un gran valor y que tenemos

    la responsabilidad de volver ese

    archivo algo de pblico conocimien-

    to que pueda ser diundido, com-

    partido y promovido, con ese valor

    de archivo generado por jvenes

    de las propias comunidades. Ese es

    nuestro prximo desao.

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    12/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires22 23

    Para contactar a PH15 se puede ha-

    cerlo mediante su pgina de inter-

    net (www.ph15.org.ar) o mediante:(www.facebook.com/fundacionph15o www.twitter.com/fundacionph15)

    Propuestas culturales delgobierno de la ciudadpara jvenes

    En esta nota se detallan algunas

    actividades gratuitas propuestas

    por reas de Gobierno de la Ciu-

    dad de Buenos Aires destinadas

    a jvenes. Estas actividades estn

    relacionadas con distintas expresio-

    nes artsticas y culturales como la

    msica, las artes visuales, escnicas,

    circenses u otras intervenciones ur-

    banas. Asimismo, se desarrollan en

    distintos espacios, ya sean museos,

    centros culturales, incluso centros

    de salud y hospitales, ongs, y en el

    espacio pblico.

    Desde el Ministerio de Cultura, a

    travs del Centro Cultural Recoleta,

    se orecen talleres de arte gratuitos

    destinados a jvenes. Asimismo,

    posee un programa educativo,

    Jvenes al Arte, destinado a grupos

    de estudiantes secundarios, tercia-

    rios y universitarios por medio del

    cual los jvenes tienen la posibilidad

    de entrar en contacto con artistas

    expositores del Centro Cultural.

    La Direccin General de PromocinCultural posee varios programas

    que continan en esta lnea, entre

    los que caben destacar el programa

    Orquestas Juveniles, el programa

    Arte para Crecer y el programa

    Esera Cultural. Orquestas Juveniles

    omenta la ormacin de nios/as

    y jvenes en la msica a travs de

    prcticas colectivas -de orquesta-

    e individuales.Est destinado a jve-

    nes de 13 a 18 aos y unciona en el

    Centro Cultural del Sur, ubicado en

    el barrio de Barracas. A travs del

    programa se busca acercar el arte y

    la cultura a jvenes tradicionalmen-

    te alejados de ellos.

    El programa Arte para Crecer, por

    su parte, est destinado principal-

    mente a nios/as y adolescentes

    que habitan en zonas de vulnera-

    bilidad. Entendiendo a la cultura

    como un transormador social, se

    llevan a cabo talleres y se acer-

    can producciones artsticas a los

    barrios. El programa trabaja en

    escuelas, hospitales, centros de

    salud y atencin comunitaria, ONGs

    y en el Centro de Atencin Integral

    a la Niez y Adolescencia (CAINA)

    realizando talleres de artes escni-

    cas, artes visuales, artes circenses,

    artes urbanas (muralismo/ murga/

    danza callejera), artes literarias y

    actividades ldicas. Adems, acerca

    producciones artsticas tales como

    unciones de tteres, cine mvil, pa-

    seos a diversos espacios culturales,

    jornadas de juegos, unciones de

    teatro y unciones de magia.

    Esera Cultural es un programa

    llevado adelante en conjunto con

    el Consejo de los Derechos de los

    Nios, Nias y Adolescentes, el Mi-

    nisterio de Salud y el Ministerio de

    Desarrollo Social, destinado a nios,

    nias y adolescentes de la Ciudad,

    en el que se brindan cursos de

    capacitacin y talleres culturales en

    distintos rganos gubernamentales

    y organizaciones de la sociedad

    civil, trabajando principalmente con

    voluntarios.

    Por ltimo, se orece tambin desde

    la DG de Promocin Cultural, elCircuito de Espacios Culturales.

    Ubicados en distintos puntos de la

    Ciudad, en los espacios se orecen

    producciones teatrales, ciclos de

    msica, proyecciones de cine, semi-

    narios de produccin y talleres de

    distintas disciplinas, muestras de ar-

    tes visuales, espectculos de danza,

    circo y malabares, entre otras activi-

    dades artstico-culturales. El Circui-

    to est integrado por los siguientes

    espacios culturales: Espacio Cultural

    Adn Buenosayres (Parque Chaca-

    buco), Espacio Cultural Chacra de

    los Remedios (Parque Avellaneda),

    Espacio Cultural del Sur (Barracas),

    Espacio Cultural Marc del Pont

    (Flores), Espacio Cultural Carlos

    Gardel (Chacarita), Espacio Cultural

    Julin Centeya (Boedo) y Espacio

    Cultural Resurgimiento (La Paternal).

    Por su parte, la Direccin General

    de Enseanza Artstica tambin

    orece distintas actividades gratui-

    tas destinadas a jvenes. El progra-

    ma Breves Msicas se desarrolla en

    hospitales y juegotecas a las que se

    lleva el trabajo de los institutos de-

    pendientes de la DG. El ciclo tiene

    como modalidades las visitas sono-

    ras, que consisten en intervenciones

    musicales en dierentes espacios

    hospitalarios y conciertos didcti-

    cos. El Espacio teatral Los Andes,

    ubicado en el barrio de Chacarita,

    orece talleres gratuitos de actua-

    cin para jvenes y para nios; el

    Recreo de las Artes, en el barrio de

    La Boca, imparte talleres de tango,

    plstica, iniciacin teatral, artes inte-

    gradas, teatro-circo, clown y tteres,

    destinados a jvenes y adultos.

    En la Direccin General de la Niez

    y Adolescencia del Ministerio de

    Desarrollo Social, el Programa

    Adolescencia promueve la inclu-

    sin social de adolescentes a travs

    de su participacin en actividades

    culturales, deportivas, de ciencia y

    tecnologa y de capacitacin. Est

    destinado a adolescentes de 14 a 18

    aos que integren hogares en situa-

    cin de vulnerabilidad social. Los

    componentes principales del pro-grama son los Talleres Recreativos

    y el Turismo Social por intercambio.

    A travs del programa se omenta

    el sostenimiento y la reinsercin de

    los jvenes en el sistema educativo

    ormal adems de brindarles acom-

    paamiento proesional acorde.

    Bienal de Arte Joven

    Cultura es uno de los ejes transver-

    sales en la propuesta de polticas

    pblicas destinadas a la juventud

    que lleva adelante esta Direccin

    General. Entendemos que, en

    la etapa de la vida que compete a

    nuestra Direccin, la cultura es un

    mbito esencial para la construc-

    cin de ciudadana. Es a travs de

    expresiones culturales que

    los jvenes exploran y debaten ma-

    sivamente ormas posibles de enten-

    der y sentir realidades personales,

    ntimas, grupales, generacionales;

    ormas de construir lazos sociales.

    Es por esto que nuestras acciones

    estn orientadas a los jvenes no

    slo en tanto consumidores de

    bienes culturales, sino tambin -y

    principalmente- como creadores

    de hechos artsticos.

    Con el acento puesto en omen-

    tar la produccin de los jvenes

    artistas, en acilitar la circulacin

    de bienes culturales y en apuntalar

    la ormacin y proesionalizacin

    artstica, desde el rea de cultura

    de la Direccin General de Polticas

    de Juventud estamos desarrollando

    dos programas principales: la Bienal

    Arte Joven Buenos Aires y Bandas

    x Barrios.

    Bienal Arte Joven Buenos Aires

    La Bienal Arte Joven Buenos Aires

    es una plataorma bianual de pro-

    duccin, ormacin y exhibicin

    para artistas jvenes. Convoc a

    artistas de entre 18 y 32 aos a

    participar con sus obras y proyectos

    en cuatro disciplinas: Artes visuales,

    audiovisuales, escnicas y msica.

    La seleccin y premiacin estna cargo de destacados reerentes

    como Juan Jos Campanella, Javier

    Daulte, Tamara Stuby, Tweety Gon-

    zlez, Nelson Luty, Martn Alfz y

    Marcos Lpez, entre otros.

    Un programa especial de talleres y

    seminarios, becas a nivel nacional

    e internacional y fnanciamiento

    de hasta 120 mil pesos para nuevos

    proyectos son, entre otros,

    los premios que otorga la Bienal

    para incentivar a los jvenes artistas.

    Con esta iniciativa, la Direccin

    General de Polticas de Juventud,

    que depende de la Vicejea de Go-

    bierno, busc recuperar un espacio

    emblemtico para el arte joven en

    la Ciudad, pero doblando la apues-

    ta: la Bienal no slo dar a los artis-

    tas la posibilidad de producir

    y mostrar su trabajo, sino que ade-

    ms alentar su ormacin y

    los ayudar a encontrar un espacio

    en el circuito artstico local y a rela-

    cionarse con la escena internacio-

    nal. Premia la creatividad, apuesta

    a una generacin de jvenes crea-

    dores que concibe el arte como

    orma de expresin y, adems,

    promueve la circulacin de nuevos

    bienes culturales.

    Bandas X Barrios

    Bandas x Barrios busca promover

    el desarrollo de los msicos jvenes

    que se encuentran en vas de poten-

    ciar y afanzar sus proyectos arts-

    ticos, brindndoles herramientas y

    oportunidades pertinentes para

    el logro de su vocacin artstica.

    Son sus benefciarios directos m-

    sicos jvenes -solistas o integrantes

    de bandas- de cualquier gnero.

    Semanalmente se programan seis

    echas, y en cada una de ellas se

    presentan dos bandas, lo que re-

    dunda en un total de doce bandas

    y ms de setenta msicos en escena

    por semana.

    Adems, todos los meses se rea-

    liza una capacitacin especfca

    para los msicos que participan del

    programa, en las que se les brinda

    asesoramiento en temas tales como

    estrategias de prensa y managment,

    herramientas 2.0, y otros.

    Bienal de Arte Joven

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    13/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires24 25

    NOVEDADES

    Feria de primer empleo 26 y 27 de junio

    Observatorio de laJuventudes

    Desde el Observatorio se pu-blic el primer Anuario estads-tico de Juventudes. El Anuariopresenta datos de la poblacin

    joven de la Ciudad de BuenosAires sobre educacin, traba-

    jo, salud y condiciones de vidaelaborados a partir del procesa-miento de microdatos dela Encuesta Anual de Hogares(DGEyC-GCABA).Asimismo, se planica que enlos prximos meses se publiqueel Inorme Bianual de la Encues-ta Joven 2012 que indaga sobredimensiones de anlisis relevan-tes para la caracterizacin de lapoblacin juvenil y parael diseo de polticas destinadasa este colectivo.

    Red de Empleo Joven

    La Red de Empleo Joven tienecomo objetivo mejorarlas condiciones de empleabili-dad de los jvenes de entre 16y 29 aos e incentivar la conti-nuacin de sus estudios supe-riores. Para ello, se realizan un

    conjunto de actividades:

    Talleres de orientacin laboraly orientacin vocacional paraestudiantes de los ltimos aosde la escuela media. Ocina de empleo mvil constands inormativos y orien-tacin laboral que recorre lasuniversidades y distintos puntosestratgicos de la Ciudad. Entrenamiento en entrevistasde empleo. Participacin en eventos yerias de empleo. FIT Joven capacitacin laboral

    en temticas con creciente deman-

    da del mercado de trabajo

    Adems, se promueve la insercin

    laboral de los jvenes vinculados a

    la RED a travs de la concrecin de

    alianzas estratgicas con empresas

    u otras organizaciones y reas de

    Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

    Entre 2012 y el primer trimes-

    tre de 2013 La Red de Empleoalcanz:

    9151 jvenes participaron entalleres de orientacin laboraly orientacin vocacional. 5129 jvenes recibieron entre-namiento en primera entrevistalaboral. 20178 jovenes se acercaron

    Consejeras

    a nuestras ocinas mviles deempleo. 24.000 jvenes pasaron porla Feria de Empleo (2012) 1040 jvenes estn siendocapacitados a travs del progra-ma FIT.

    Consejeras de saludsexual y reproductiva

    El objetivo del programa espromover comportamientos res-ponsables y seguros en materiade salud sexual y reproductiva

    entre los jvenes de la Ciudadde Buenos Aires. Para tal n es-tablecieron Consejeras de saludsexual y reproductiva jas y m-viles que uncionan oreciendoasesoramiento a los jvenes queas lo requieran. Por otra parte,a travs de una plataorma pro-pia, se reciben consultas online,que son atendidas por proe-sionales. En 2012 el Programaorm a jvenes y adultos comopromotores de salud que lleva-ron adelante diversas activida-des de multiplicacin. Asimismo,a partir de 2013 el programaorece talleres, principalmenteen escuelas y otras institucionesque trabajen con jvenes.

    Entre 2012 y el primer trimestrede 2013 el programa alcanz:

    1969 consultas se realizaronen las Consejeras, 245 jvenes se ormaron comopromotores de salud sexual yreproductiva (2012) 93 adultos se ormaron como

    promotores de salud sexualy reproductiva (2012) 1.046 jvenes participaron enactividades comunitarias (2012) 10.728 jvenes participaron enactividades de multiplicacin(2012) 1192 jvenes participaron detalleres (2013)

  • 7/29/2019 Revista del OBSERVATORIO

    14/15

    Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos AiresRevista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires Revista Observatorio de la Juventud. Ao 4, nmero 12. Ciudad Autnoma de Buenos Aires26 27

    CUESTIONES DE JVENESBibliograaAdorno, T. Y Horkheimer, M.(1985). La Industria Cultural.En Industria Cultural y Sociedadde Masas. Monte vila Edito-res. 1era. Reimpresin. Caracas,Venezuela.Baena y Montero (1995).La identidad. Factor de cons-

    truccin de imagen y credibi-lidad en la poltica. Ponenciapresentada en el XX CongresoLatino Americano de Sociologa.Mxico, D.F. Octubre 1995.Baggiolini, L. y Urbatiel, P(1998). Adolescentes, consumocultural y escenario urbano.Anuario del Departamentode Ciencias de la Comunicacin.Escuela de Comunicacin Social.Facultad de Ciencia Polticay Relaciones Internacionales.Universidad Nacional de Rosa-rio. Rosario, Argentina.Baigorri Agoiz A. y Chaves Ca-rrillo M. (2006) Botelln: msque ruido, alcohol y drogas.En Anduli: revista andaluza deciencias sociales, N. 6. Espaa.Bermdez, E. Y Martnez, G(1999). Identidades ColectivasEn El Ciberespacio. En Rev.Comunicacin. N 105. CentroGumilla, Caracas, Venezuela.Pgs. 52-55.Bisbal, Marcelino (1999).La idea del consumo cultural:Teora, perspectivas y propues-tas. En Rev. Comunicacin. N108. Centro Gumilla, Caracas,Venezuela. Pg. 32-39.Bocock, Robert (1993). El Con-sumo. Ediciones Talasa, 1eraEdicin, Madrid, Espaa.Bourdieu P. (1991) La distincin:criterio y bases sociales del gus-to. Madrid: Taurus.Bourdieu, Pierre (1990). Sociolo-ga y cultura. Ediciones Grijalbo,1era. Edicin, Mxico, D.F.

    Bourdieu, Pierre (1996). Cosasdichas. Editorial Gedisa, 1erareimpresin, Barcelona, Espaa.Bourdieu, Pierre (1998). LaDistincin. Editorial Taurus, 2daEdicin, Madrid, Espaa.Brnner, Jos Joaqun (1989).Chile. Transormaciones cultu-rales y conictos en la moderni-dad (1973-1988). En CLACSO,

    Innovacin culturales y actoresculturales. PNUD-CLACSO Edi-tores. Buenos Aires, Argentina.Brnner, Jos Joaqun (1998).Globalizacin Cultural y Pos-modernidad. Fondo de CulturaEconmica, Santiago, Chile.Caldern, Fernando (1996).Esa esquiva modernidad. Edito-rial Nueva Sociedad, 1era Edi-cin, Caracas, Venezuela.Douglas, Mary (1990). El mundode los bienes. Hacia una Antro-pologa del consumo. EditorialGrijalbo, Mxico.Estrada, Marco (1995). Partici-pacin poltica y actores colec-tivos. Plaza y Valdez Editores,S.A. Mxico.Feixa, Carles (1998). La ciudadinvisible. Territorios de las cultu-ras juveniles. En Viviendoa toda. Jvenes, territorios cul-turales y nuevas sensibilidades.Fundacin Universidad Central,Departamento de Investigacio-nes, DICUC, Siglo del HombreEditores, Bogot, Colombia.Flores Ballesteros, Elsa (1998).Arte, Identidad y Globalizacin.En Bayardo, Rubens y Lacarrieu,Mnica (Compiladores). Glo-balizacin e Identidad Cultural.Ediciones CICCUS, 1era Edicin,Buenos Aires, Argentina.Fundacin Centro Gumilla(1998). El consumo cultural delvenezolano. Ediciones de la Fun-dacin Centro Gumilla, Caracas,Venezuela.Garca Canclini N., Cruces F. y

    Arteaga M. (coord.) (2012)Jvenes, culturas y redes digita-les. Barcelona: Ed. Ariel.Garca Canclini, Nstor (1990).Culturas Hbridas. Editorial Gri-

    jalbo, Mxico. D.F.Garca Canclini, Nstor (1993).La globalizacin imaginada. Edi-torial Paidos, Mxico, D.F.Garca Canclini, Nstor (1995).

    Consumidores y ciudadanos.Editorial Grijalbo, 1era. Edicin,Mxico, D.F.Garca Canclini, Nstor (1999).Globalizarnos o deender laidentidad. Cmo salir de estaopcin? En Rev. Nueva Socie-dad N 163, Caracas, Septiembre-Octubre 1999. Pgs. 56-70.25.Garca Canclini, Nstor (1999).El consumo cultural en Mxico.Ediciones del Consejo Nacionalpara la cultura y las artes, 1era.Edicin, Mxico, D.F.Giddens, Anthony. (1998).Modernidad e identidad del yo.Editorial Pennsula, 2da edicin,Barcelona, Espaa.Habermas, Jurgen (1989). Iden-tidad Nacional y Postnacional.Editorial Tecnos, Madrid, Espaa.Harvey, David. (1998). La con-dicin de la posmodernidad.Amorrortu editores, BuenosAires, Argentina.Ibez, Tmas. (1988) Ideologasde la vida cotidiana. Sendai edi-ciones, Barcelona, Espaa.Jodelet, Denise. (1988).La representacin social: Fen-menos, conceptos y teria. EnMoscovici, S. Psicologa social.Pados. 1era reimpresin, Barce-lona, Espaa.Katz, E.; Blumler, J. Y Guveritch,M. (1994). Usos y gratica-ciones de la comunicacin demasas. En Moragas, M. (ed).Sociologa de la comunicacinde masas, II Editorial Gili, S.A.Cuarta Edicin, Mxico.

    Laespada M. y Pallars Gmez,J. (2001) Inorme sobre Juven-tudes. En Revista de Estudiosde Juventud. Instituto de laJuventud: Espaa.Maesoli, Michel (1996). Las cul-turas comunitarias: Policulturalis-mo y postmodernidad. En Salva-dor, Giner Y Scartezzini, Ricardo.Universalidad y dierencia. AlianzaUniversidad. Madrid, Espaa.Margulis M. (Editor) (1996)La juventud es ms que una pala-bra. Buenos Aires: Editorial Biblos.Margulis, M. y Urresti M. (1997)La cultura de la noche. La vida

    nocturna de los jvenes en Bue-nos Aires. Buenos Aires: BIBLOS.Martn Barbero, Jess (1998).Jvenes desorden cultural ypalimpsestos de Identidad. EnViviendo a toda. Jvenes, terri-torios culturales y nuevas sensi-bilidades. Fundacin UniversidadCentral, Departamento de Investi-gaciones, DICUC, Siglo del Hom-bre Editores, Bogot, Colombia.Martn Barbero, Jess (2000).Jvenes: comunicacin e identi-dad. En http://www.oei.es/bar-bero.htmMato, Daniel (1994). Teora ypoltica de la construccin deidentidades y dierencias enAmrica Latina y el Caribe.Editorial Nueva Sociedad, 1eraEdicin, Caracas, Venezuela.Mato, Daniel (1995). Crtica dela modernidad, globalizaciny construccin de identidades.

    Universidad Central de Venezue-la, Consejo Central de DesarrolloCientco y Humanstico, Cara-cas, Venezuela.Mato, Daniel (1999). Globaliza-cin, representaciones socialesy transormaciones sociopolti-cas. En Rev. Nueva Sociedad N163, Caracas, Septiembre-Octu-bre 1999. Pgs. 152-163.Mendes Diz A. y Schwarz P.(2012) Acceso a las tecnologasde comunicacin e inorma-cin y sus contextos de uso en

    jvenes de sectores medios ybajos de la Ciudad Autnoma

    de Buenos Aires. Presentado enel III Congreso sobre Juventud,Medios e Industrias Culturales.Facultad de Periodismo y Co-municacin Social. UniversidadNacional de La Plata. 10/2012.Mendes Diz A. y Schwarz P.(2012) Juventudes y gnero.Sentidos y usos del cuerpo,tiempos y espacios en los jve-nes de hoy. Buenos Aires: LugarEditorial.Mendes Diz, A., Di Leo P. yCamarotti A. (2004) La cons-truccin histrico-social de la

    juventud: Una aproximacin a

    la promocin de la salud en elmbito escolar. En AprendizajeHoy, 58, pp. 7-14.Mendes Diz, A., DiLeo P.,Schwarz P., Adaszko D., Cama-rotti A. (2009) Usos del tiempo,violencias, consumo de drogasy sexualidad de jvenes en es-pacios recreativos nocturnosen tres ciudades argentinas. Do-cumento N 55 del Instituto deInvestigaciones Gino Germani,Universidad de Buenos Aires.Muoz, German. (1998). Consu-mos culturales y nuevas sensibi-lidades. En Viviendo a toda.Jvenes, territorios culturalesy nuevas sensibilidades. Funda-cin Universidad Cent