revista de historia naval nº33. año 1991

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  • 8/13/2019 Revista de Historia Naval N33. Ao 1991

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    REVISTE

    HISTORI N V L

    INSTITUTO DE HISTORI Y CULTUR N V L RM D ESP OL

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    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

    REVISTADE

    HISTORIA NAVAL

    Ao IX 1991 Nm. 33

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    REVISTA DE HISTORIA NAVALCoNsejo REdOR:Presidente: Directordel Instituto de Historia y Cultura Naval. Federico FernandoBordej y Morencos, contralmirante.Vicepresidentey Director: JosCerveraPery,coronel auditor de la Armada.Vocales: Secretariogeneral del Instituto de Historia y Cultura Naval, AntonioMeirs Baamonde, capitn de navo.Redaccin: MaraVign Tabas, LoJa Hiaueras Rodrguez, Luisa Martn-Mers,Hugo ODonnell y Duque de strada, Isabel Hernndez SanzAdministracin: CarlosBentez Gimnez, capitn de Intendencia de la Armada.DtREcctN Y ADMtNt5TRctN:

    Museo NavalMontalbn, 2.28014 Madrid (Espaa).

    IMPRtME:S.S.AG.. SA. C/. Lenguas. 4.Villaverde Alt (Madrid).

    Servicio de Publicaciones de la Armada.Publicacin trimestral: segundo trimestre 1991.Precio del ejemplar suelto: 650 ptas.

    Suscripcin anual:Espaa y Portugal: 2.400 ptas.Resto del mundo: 30 $ USA.

    Depsito legal: M. 16.854-1983.ISSN-0212-467X.NIPO: 098-91-018-X.Printed in Spain.CUBtERTA: Logotipo del Instituto de Historia y Cultura Naval.

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    SUMARIOPgs.

    NOTA EDITORIAL . 5Reflexiones, Cuando los Montes eran de Marina, por Gaspar deAranda y Antn7Empresa de Hernando de Magallanes; culminacin del proyectocolombino, Paralelismo entre Coln y Magallanes,por Guadalupe Chocano Higueras23Los Maquinistas del 98, por Antonio de la Vega Blasco43El somormujador y su legislacin en el contexto de la Carrerade Indias, por Javier de Castro54La naturaleza muerta en la pintura nutica, por Jos LuisHernndez Pasqun69Cultura Naval: Descubierta una lpida en memoria del marinoFernando Villaamil77Documento85Noticias Generales, por M? Dolores Higueras Rodrguez89La Historia Martima en el mundo, por Luisa Martn-Mers93Recensiones95

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    COLABORAN EN ESTE NUMEROGaspar Aranda y Antn es Doctor Ingeniero de Montes y profesor de la Universidad Politcnica deMadrid. Pertenece al Cuerpo de Ingenieros de Montes del Estado y es Jefe de Seccin del InstitutoNacional para la Conservacin de la Naturaleza. En 1990 fue Premio Universidad del Patronato Virgen del Carmen por un trabajo de investigacin titulado Los Arboles de la Marina. Es articutistasobre temas relacionados con la madera en la Arquitectura Naval del siglo XVIII. Su ultimo libropublicado en 1990 por el Ministerio de Agricultura en su Seccin Tcnica lleva como ttulo Los Bosques flotantes. Historia de un roble cntabro del siglo XVIII.Guadalupe Chocano Higueras, licenciada en Historia de Amrica por la Universidad Complutensede Madrid, es desde 1984 jefe de investigacin del Museo Naval de Madrid. Ha colaborado con laExpo 92 en la obra Historia de la Cartuja de Sevilla. Sus trabajos de investigacin se han centradobsicamente en la historia de la familia Coln y en la construccin naval del perodo colombino,publicando numerosos artculos en revistas como y Centenario, Revista General de Marina y Revistade Historia Naval. Ha participado en congresos de mbito internacional y es asesora de TVE en unaserie sobre la figura de Cristbal Coln. En la actualidad su trabajo est orientado hacia la realizacinde una recopilacin documental acerca del lugar donde se encuentran enterrados los restos mortalesde Cristbal Coln.Antonio de la Vega Blasco es capitn de corbeta de la Escala Transitoria del Cuerpo General de laArmada, especialista en mantenimiento de aeronaves. Como investigador histrico ha publicadodiversos estudios sobre el Cuerpo de Maquinistas de la Armada y escrito el libro: La propulsinmecnica en la Armada, editado por la Empresa Nacional Bazn. Colaborador de la Revista Generalde Marina de la que recibi el premio Oquendo en 1981, y de la Revista de Historia Naval. Ha participado en Seminarios del Instituto de Historia y Cultura Naval y Centro de estudios Histricos delConsejo Superior de tnvestigaciones Cientficas.Javier de Castro Fresnadillo (Barcelona, 1936), curs la especialidad de Historia de Amrica en laFacultad de Geografa e Historia de la Universidad de Barcelona y, en 1989, obtuvo el Grado deLicenciatura en el Estudi General de Lleida. Ha publicado diversos trabajos sobre economa martimade los siglos XVI a XVIII y actualmente est ultimando una Tesis Doctoral sobre la incidencia de losnaufragios y de otras prdidas en el trfico comercial de la Carrera de Indias. Es miembro del CentredEstudis dHistoria Moderna Pierre Vilar de Barcelona y de la Asociacin Internacional de Historiadores Latinoamericanistas.Jos Luis Hernndez Pasqun. Es teniente de navo de la Seccin Transitoria del Cuerpo General dela Armada. Pintor. Ha tomado parte en diversas exposiciones y obtenido diversos galardones. Colaborador de la Revista General de Marina y de otras publicaciones.

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    NOTA EDITORIALSi hay que dar por bueno el aforismo de que en la variedad consiste el gusto, es evidente que el nmero 33 de la Revista cumple con creces este objetivo. Diversos autores desde muy distintas perspectivas aportan su talante creativo al rigor de la investigacin histrica, del que hacen gala.Cuando los montes eran de Marina, sorprender agradablemente, no slopor lo original del terna, sino por el tratamiento que el mismo conlieva. Gaspar Aranda, su autor, ingeniero de Montes, pero de abierta mentalidad martima ha realizado un excelente estudio, de algo poco conocido. Guadalupe Chocano, investigadora del Museo Naval, y colaboradora de esta Revista descubreen la culminacin del proyecto colombino el evidente paralelismo entre Colny Magallanes, con aportacin de interesantes datos, y en una siempre necesaria aproximacin al 98, Antonio De la Vega estudia el importante papel quelos maquinistas de la Armada desempearon en la desgraciada conflagracinde fin de siglo.Sorprender igualmente el trabajo sobre el somormujador y su legislacinen el contexto de la carrera de Indias, de Javier de Castro, y tiene muy excelentes condiciones el de Jos Luis Pasqun que ha sabido plasmar la sugestinde la naturaleza muerta en la pintura nutica.El documento, las noticias generales y la historia martima en el mundo,mantienen sus espacios habituales, esta vez acompaados de una importanteinformacin cultural, como ha sido el descubrimiento de una lpida en el Panten de Marinos Ilustres, en memoria del heroico marino Femando Villaamil.Miguel Angel Serrano Monteavaro, brillante historiador asturiano fue el encargado de hacer su elogio fnebre, y la Revista se honra en su reproduccin.Con las tradicionales recensiones se cierra el nmero que esperamos puedaser un buen acompaante del verano, pues en ello est nuestro deseo y nuestropropsito.

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    REFLEXIONESCUANDO LOS MONTES ERANDE LA MARINA

    Gaspar DE ARANDA Y ANTONDoctor Ingeniero de MontesProfesor de la Univ. Politcnica de MadridIntroduccin

    De siempre, en razn de la casi insularidad, los montes espaoles costerostuvieron vocacin marinera.El siglo XVIII tuvo una especial significacin para la Marina, ilustresprohombres vistieron el uniforme de la creada Marina Real, los inciertos derroteros de nuestra poltica tanto interior como exterior marcaron el destino demuchos bosques de robles. El autor pretende en este artculo valorar las consecuencias que ello trajo consigo.El ttulo del trabajo comparte una palabra reflexiones a modo del perodoilustrado en lo que contiene de anlisis e introversin en el estudio. La oracinque le precede: Cuando los montes eran de la Marina es un homenaje a JulioGuilln, marino y acadmico por un breve artculo de igual ttulo publicado enla revista Montes all por los aos cincuenta, en que abord con amor y nostalgia un recuerdo en el tiempo de cuando los montes y bosques peninsularesfueron gestionados por la Marina borbnica.Los robles espaoles, tanto el pedunculado como el albar y en menor proporcin el quejigo, fueron la materia prima fundamental en la ArquitecturaNaval del siglo XVIII por la bondad de sus maderas.

    El valorar por medio de aproximaciones los consumos, prdidas y costos delas maderas en la construccin naval, as como las superficies de bosques de robles aprovechadas, es de inters para todo amante de la Naturaleza y de la mar.La Selvicultura en la Marina

    De un anlisis del criterio de mximo rendimiento de masas forestales,gestionadas en los montes y bosques de robles aprovechados por la MarinaReal del siglo XVIII en tierras de realengo y de propios de los pueblos, se desprenden los siguientes parmetros que configuran el modelo: Estructura de la masa forestal: De forma irregular con todas las edadesde los pies representadas en el rodal o en el cantn con todos los pisos y estratos de vegetacin.

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    G. DE ARANDA YANTON Criterio de seleccin en la corta: De caractersticas tecnolgicas, buscando en el rbol en pie la pieza o ligazn ms conveniente para el uso naval

    en razn al diseo del navo segn su porte. De tipo dendromrfico pie a pieen una forma particular de entresaca no regularizada de corte atpico (1). Turno de la corta: Se busca la mayor lozana en el rbol, a partir de lasegunda centuria de su vida, aproximadamente a los 150 aos. Al mantener lamasa arbrea una estructura irregular no est clara la nocin de turno. Especie: De carcter monoespecfico por las excelentes caractersticasmarineras de la madera de roble. Mtodo de ordenacin: Al no existir un criterio selvcola en la gestacin del bosque, as como una metodologa para la consecucin de una renta

    al vuelo y al suelo manteniendo la persistencia del robledal, no se puede hablar de la obtencin de un monte ordenado bajo la ptica de la planificacin,por la Marina del siglo XVIII y por tanto no existe la tendencia a un montenormal segn Judeich. Posibilidad: Al ser la seleccin de los rboles para madera independiente y ajena a la renta del bosque de roble en razn a los crecimientos anulares peridicos, as como, por falta de una dasometra desarrollada y, por tanto,de inventarios de existencias de biomasa, en estructuras regulares no es posible determinar una posibilidad o renta ejecutiva (2).

    (1) CARBALLO Y SAMPAYO. D. Elementos de Agricultura. Imp. Real 1795, Versin espaola deD. Joseph Mara Caldern de la Barca.En el prlogo de la obra referencia a Guarnizo: . .en el astillero de Guarnizo contenido en la misma baha; se han construidonavos y fragatas (le guerra, y se construyen frecuentemente bergantines yotros buques de 300 toneladas para el comercio de Amrica y de la

    Pennsula.Cerca de la Baha est la fundicin de caones de la Cavada...Preparacin de los rboles para uso de la industria naval: Quandoestn criados (los rboles) pueden transplantarse al bosque; y se dexarn crecer derechos, con una sola gua para formar bigas, biguetas y ma-cleros de todos tamaos; se pueden podar a quince o veinte palmos de latierra para formar troncos y ramas; que puedan dar toda suerte de maderatil para la Marina...GAZTAETA, ANTONIO. Proporciones de las medidas ms essempciales... para la fbrica denavos y Montes de Vizcaya. Madrid. 1736.VILLARREAL DE BERRIZ. P. B. Mquinas hidrulicas de molinos y herreras y gobierno delos rboles y Montes de Vizcaya. Madrid. 1736.Trata de innovaciones tecnolgicas para aprovechamientos hidrulicos.Parte de una obra es un tratado de selvicultura.(2) GORDO. J. Et GIL. L. Los bosques espaoles y el catlogo de montes de utilidad pblica.

    Rey. Ecologa. ICONA. 1990.Los dos primeros tercios del S. XIX se caracterizan por la destruccin del ya mermado patrimonio forestal, que haba permitido ser una potencia naval en el S. XVIII yganadera en los anteriores, siempre a costa de los bosques.JOVELLANOS y RAMIREZ, GASPAR MELCHOR DE. Informe de la Sociedad Econmica deMadrid al Real Supremo Consejo de Castilla en el expediente de la Ley Agraria. 1795.8 33

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    REFLEXIONES CUANDOLOS MONTESERAN DE LA MARINA

    Gestin del bosque: No se encuentra en los aprovechamientos de losmontes y bosques de la Jurisdiccin de Marina una gestin selvcola, cosa a lavez comn en toda la Europa del siglo XVIII (3).

    El bosque no necesita cuidados para su repoblacin, pues no hay cosa msconstante que la reproduccin natural de los montes por s mismos .Prez Quintero, Miguel Ignacio. Madrid. l798. Hace referencia a los plantos y cortas demaderas para la construccin de bajeles. Ms tarde trata de las condiciones que debenreunir los delineadores y guardas de montes en las provincias de Marina.3) CORNIDE, Jos.Carta dirigida por D. Jos Comide vecino de La Corua a un amnigo deMadrid que le consult sobre el mnethodo de adelantar las Dehesas-Reales en Galicia.M. 1785.Sobre la restauracin forestal por etapas:De uno y otro tengo experiencia en una hacienda cerca de la costa en laRa de Soda, a donde no pude logar castaos y robles hasta que los pinos leshicieron un ventajoso abrigo y lo mismo he visto cerca de puerto deMalpica...Urteaga, Luis. La Tierra Esquilmada. Serbal/C.S.I.C. 1987. La Poltica Forestal del despotismo ilustrado.La importancia de la explotacin del bosque sobrepasa seguramente la de lapesca en la economa del Antiguo Rgimen. Antes de la revolucin industrialel bosque tena un gran peso en la vida cotidiana de las gentes. Era, desdeluego, la reserva de lea imprescindible como combustible y produca la ma-

    ASTILLEROS, 1748 (Ordenanzas de la Marina).

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    G. DE ARANDA YANTON Trabajos culturales: Como trabajos selvcolas slo se conocen la guade rboles de tipo morfolgico y las podas de formacin. Apoyo a la regeneracin: Se promovieron con tibieza campaas desiembras y plantos ms en razn de la escasez de maderas y leas que por criterios estratgicos de conservacin. Siempre las labores de restauracin estuvieron por debajo del capital maderero extrado del bosque. El ecosistema robledal: Los montes y bosques de la cornisa cantbricafueron tanto por su situacin geogrfica como por la calidad de sus maderas,los ms gestionados por la Marina ilustrada. Las cortas encaminadas a la extraccin de pies de robles, eliminaron aquellas especies situadas en las ms altas posiciones de las series regresivas de vegetacin. La asociacin vegetal cli

    max se perdi la mayora de las veces sin posibilidad de recuperacin. Comoconsecuencia de todo ello el ecosistema primigenio desapareci, modificandola configuracin de aquellos montes y bosques costeros (4).dera necesaria para todo tipo de construccin. La madera era la materia prima de un sinnmero de objetos de uso cotidiano, como el mobiliario de la casa, el utillaje agrcola o los medios de transporte. Como se deca en la pocade la silla del labriego al trono del Rey todo es madera.Por otra parte, el monte era el complemento natural de una economa agraria prxima a los

    lmites de subsistencia. Poda ser objeto de roturaciones peridicas cuando la presin demogrfica lo demandaba; los esquilmos del bosque eran aprovechados minuciosamente por los campesinos, y los montes constituan tambin el terreno de pasto para la ganadera.Los poderes polticos eran absolutamente conscientes de la importancia econmica del bosque. En la Espaa del S. XVIII su inters por las extensionesarbreas se traduce en una serie de medidas polticas y legislativas de granimportancia, cuyo denominador comn es el fomento del arbolado. Por supuesto, no se trata de un fomento desinteresado de los bosques, sino de unapoltica forestal encaminada a servir las crecientes demandas del estado, sealadamente en el terreno de la construccin naval.Las visitas servan asimismo para que los funcionarios de la armada marcasen los rboles que luego seran talados y transportados a los astilleros. Siestos rboles pertenecan a particulares o eran de montes comunes la Marinapagaba un real de velln por cada codo cbico de madera cortado.BAUER, E. Memoria histrica de la legislacin de Montes en Espaa hasta finales del S.XIX. Ecologa. N. 1. 1990.La Marina pagaba a los propietarios de bosques un real por cada codo cbico de madera de roble y cuatro reales por cada codo cbico de haya, alcornoque, carrasca, encina, lamo blanco o negro. Los constructores particulares de navos tenan que pagar el doble de este precio.(4) BOWLES, GUILLERMO. introduccin a la historia natural y Geografa fsica de Espaa.Imprenta Real, 1775.Sobre los bosques y rboles huecos de Vizcaya y Guipzcoa, divide los montes en 3 clases:espontneos o naturales, huecos o arboledas de castaos y de robles albares (Q. petreae sin Q.sessiliflora) y rebes o bosques de talleres cercados. Atribuye la extincin de los montes bravosal carbn (Montes del bajo fustal de 50 a 100 aos) que requieren las feneras y describe laplantacin de rebes de robles y castaos, los transplantes y el aprovechamiento de leas.En cuanto a los motivos de porqu los robles y Otrosrboles son huecos en unos pases y slidos en otros lo achaca a los diversos modos de efectuar las podas, haciendo por ello una crtica10 33

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    REFLEXIONES CUANDOLOS MONTESERAN DE LAMARINAMaderas de roble empleadas en un navo

    Partimos de datos de Juan Ruiz de la Torre y de Gervasio Artiano yGaldcano 5).El primero nos dice que para la construccin de un navo se precisan 2.000rboles de roble grandes en pie, el dato lo toma de Ezequiel Gonzleza las Ordenanzas de Montes de la Marina, de 1748. Justifica dicha crtica en cuanto que al cortar las ramas o gua principal es causa de que se pudra o debilite el tronco que segn su opininhace que surga el ahuecamiento.

    GALOBARDAS, J. B. Compendio sobre el modo de sembrar, plantar, criar, podar y cortar toda especie de rboles, con su descripcin y propiedades; para la conservacin y aumento de los montes y arbolados y utilidad de los empleados en este ramo y de los labradoresy hacendados. 1817.Plasma en un libro las excelencias que los rboles ejercen sobre el clima, sobre el suelo ysobre las aguas. Todas estas reflexiones estn dentro del ms alto espritu medioambiental.

    GARCIA DE LONGORIA y FLORES, L. Discurso sobre la conservacin de los montes delPrincipado de Asturias y algunos de Galicia, motivos de su decadencia y los mediosde fomentarlos. 1798.(5) ARTIAO, GERVASIO DE. La Arquitectura naval espaola. 1920. Haciendo referencia aVigodet muestra la situacin de la armada espaola frente a la inglesa sobre el ao1751:ESPAOLA INGLESA

    2 Navos de 80 c. 6Navos de 100 c.22 74c. II90c.2 68c. 13 80c.4 64c. 20 74c.2 60c. 5 68c.1 50c. 77 50ca64c.TOTAL 33Navos de lnea 132Navos de lnea

    En cuanto a consumos de madera:Un navo de 3 puentes consume en su construccin 184.707 pies cbicos de madera que unportan sobre 2.914.523 r.Arquitectura NavalReferente al plan de Jorge Juan de crear un diseo copiado del ingls:Los jefes constructores ingleses fueron Rooth en el Ferrol. Howel en Guarnizo. Brvant enCartagena y Mullan en la Habana.AUTRAN, CIPRIANO.Mtodo regla y proporciones para la construccin de bajeles. 1742.RUIZ DE LA TORRE, J. Distribucin y caractersticas de las masas forestales Espaolas. Rey.Ecologa. ICONA. 1990.La proximidad a las costas y vas naturales de comunicacin acta en contrade la conservacin de las vegetaciones terrestres.La poltica naval afect sobre todo a los montes de robles agotados en muchos casos, y a los mejores pinares, conservados gracias a sus ordenaciones.La produccin de fibras, muchas de ellas de uso en la industria naval, habrcontribuido a fijar paisajes tan extendidos de antiguo como el atochar y elarbaldinal.

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    Dendromorfismo ad hoc de la Marina. Duhamel.12 Nm. 33

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    REFLEXIONES CUANDO LOS MONTES ERAN DE LA MARINAVzquez y cual lo recibe de Jos Jordana y Morena y de Eugenio Pla y Rayinsignes ingenieros de Montes del siglo XIX autores de trabajos sobre maderas para la construccin civil y naval (6).Basndonos en las Tablas de Produccin de robles de Jess Ugarte Laisecapodemos establecer que el cubicaje medio de un roble de 150 aos puede estaralrededor de los 2 m3 (7).Operando se obtiene que la cantidad de madera de roble necesaria para laconstruccin de un navo de medio porte en el siglo XVIII est alrededor de4.000 m3de madera en pie.Esta cifra en principio, y slo para madera de roble parece exagerada, yest ms en consonancia como cantidad total de madera, que en un navo de(6) GONZALEZVAZQUEZ,E. Selvicultura. Madrid. 1948.Respecto a las cortas rasas:En las ordenanzas austriacas de i786 ya se reconocan las cortas a hecho, seguido de repoblacin, como un mtodo general de regeneracin de montes. En Alemania E. Cotta en 1811sistematiz las cortas rasas progresivas con reproduccin diseminatoria lateral (cortas a hechopor fajas). En general fue en el S. XVIII cuando en Europa se practicaron las cortes rasas seguidas de repoblacin. Esta prctica prolifer en Francia con masas de robles as como enChecoslovaquia y Suiza.Respecto a la desforestacin de los bosques Ibricos el autor hace la precisin de que las invasiones germnicas a la pennsula no fueron perturbadoras a los montes y bosques, no as lasrabes, lo cual achaca a su origen semtico ?). Hace referencia al 1350 cuando el Rey D. Pedro1 puso la pena de muerte a los taladores de nuestro arbolado, en razn a las devastaciones producidas y de las medidas adoptadas por los Reyes Catlicos por lo que decretaron que por cadarbol apeado se plantaran otros dos. En la Provisin de 1567 de D. Felipe II ya se dice: los inontes antiguos estn talados y desmontados y arrasados y sacados de cuajo, y de nuevo son muypocos los que se han plantado. La tierra en la mayor parte de estos reinos est yerma y rasa,sin rboles ningunos, que la lea y madera han venido a faltar de manera que ya en muchaspartes no se puede vivir. Ms tarde se volvi a expresar de la siguiente manera: lo que toca a laconservacin de los montes y aumento de ellos, que es mucho menester y creo que andan muyal cabo; crea que los que vinieran despus de nosotros, han de tener mucha queja de que se losdejemos consumidos.El Rey D. Felipe IV, en las previsoras Instrucciones de Prez Bustamante, hace indicacionesmuy similares.(7) UGARTELAISECA,Jess. Tablas de produccin.

    VALORES MODULARES MEDIOS _____________________DEL Q. PETREAE LEYENDAH O V Cm H = Altura del rbol5 15 0,080 (en metros).8 20 0,110 0,44 0= Dimetro normal12 30 0,320 delrbol a 1,3015 40 0,730 (encm.).18 50 1,340 V= Volumen del rbol21 60 2,150 enm3.25 70 3,1600,33 Cm= Coeficiente mrfico.

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    G. DE ARANDA YANTON70 caones de diseo Gaztaeta se puede estimar en algo ms de 20.000 codoscbicos que suponen aproximadamente los 4.000 m3antes mencionados.

    De Artiano tenemos dos referencias, la primera es la cantidad de madera de roble necesaria para la construccin de un navo de 70 caones que cifra en unos 10.000 codos cbicos de madera labrada. Haciendo la correspondiente conversin a unidades mtricas resultan casi 2.000 m3 de madera deroble labrada. La estimacin de madera en rollo y en pie a partir de la madera labrada es difcil de determinar, tanto por la forma en que se realizabanlas extracciones en el monte tanto en el apeo como en el desembosque.Adems, el sistema dendromrfico ad hoc para la Marina ocasionaba elevadas prdidas en residuos del producto. En base a valores obtenidos de tablasde reconversin se puede estimar la relacin madera labrada a madera en piede 0,65.Aplicando el citado coeficiente resultan unos 3.000 m3de madera de robleen pie para la construccin de un navo de 70 caones sin especificar diseo.La segunda referencia dice que un navo de tres puentes consume en unaconstruccin algo ms de 180.000 pies cbicos de madera. Como la madera deroble es aproximadamente el 45 de la madera total empleada segn se deduce de los Estados de construccin de navos en el siglo XVIII podemos estimar en algo ms de 1.800 m3 la cantidad de madera de roble necesaria ya labrada, que pasada a madera en pie se cifra tambin en casi 3.000 m3.Por tanto todas las fuentes nos conducen a una cifra media prxima a los3.000 m3para un navo de porte medio.Hay que hacer la consideracin de la variabilidad del consumo de maderade roble en un navo segn su diseo de arquitectura naval, su porte y la facilidad o no de encontrar la madera apropiada.

    Superficies beneficiadas en las cortasEl punto de partida se establece en una superficie asombrada por bosquede roble de turno a 150 aos mediante el tratamiento de corta a hecho conuna posibilidad media segn las Tablas de Produccin de Ugarte de 0,4m3/Ha x ao que dan una cabida en el turno de 60 ni3 de madera de roble porhectrea.En base a la estimacin de consumo de madera de roble en pie de un navode porte medio se deduce que la superficie que es necesario beneficiar est del

    orden de 50 Has.El clculo superficial nos presenta una masa regular de roble de 25 piescrecidos por hectrea a un marco de 20 x 20 m.Como el sistema de sealamiento de la Marina del siglo XVIII pasa a buscar las formas y ligazones necesarias de las piezas en un sistema de entresaca14 33

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    REFLEXIONES CUANDO LOS MONTES ERAN DE LA MARINArelativa a los pies ms idneos, sin error a equivocarnos podemos establecerque la superficie beneficiada exceda en diez veces (8).El plan del Marqus de la Ensenada para el fomento de la Marina Real

    Se considera el perodo comprendido entre el 1754 a 1759 en razn a losnavos programados en nmero de 48.Las estimaciones de madera de roble en pie se aproximan a los 140.000m3, que traducido en superficie beneficiada a hecho nos acercamos a las 2.900Has. de robledal de 150 aos en estructura de masa regular.Considerando que la corta se efectuaba mediante un mtodo de entresaca selectiva, la superficie de actuacin poda alcanzar la cifra de ms de 20.000 Has.(9).El plan de Ensenada requera, por tanto, la actuacin sobre una importantemasa de robles.

    (8) Comentario y actualidad del informe de la Junta consultiva de Montes (Ley de 1 de Mayo1855). ICONA, 1987.Extensin de los montes:Extensin del territorio espaol: 71.655.576 fanegas de Marco R. de 576 estadales cuadrados.Terreno de aprovechamiento Forestal: 35.665.576 fanegas de Marco R. de 576 estadalescuadrados.Terreno forestal arbolado: 10.000.000 fanegas de Marco R. de 576 estadales cuadrados.Terreno forestal privado arbolado: 4.000.000 fanegas de Marco R. de 576 estadales cuadrados.Terreno forestal pblico arbolado: 6.000.000 fanegas de Marco R. de 576 estadales cuadrados.Distribucin por especies del terreno forestal arbreo:Encinares4.000.000 fanegasRobledales2.200.000Pinares2.200.000Hayales1.400.000Resto200.000

    (9) CROIXy VIDAL, J. Memoria que contiene la indicacin de los montes del Reyno deValencia: clase, calidad, uso y abundancia o escasez de maderas: ros y carreterasque faciliten su extraccin: causas de la decadencia de los bosques de este reino, medios de evitarla y de asegurar su permanencia. 1 801.DICCIONARIO DE LAS ORDENANZAS DEL MINISTERIO DE LA MARINA. De escribanos y maestres de arsenales, del Almirantazgo, de Montes y Matrcula (est en manuscritoMuseo Naval). En folio (168 pgs.). Parece que el autor es D. Fernando de Senra.Referencia a la Ordenanza de 31 de enero de 1748.Trata del alquitrn, rboles, Guarda velador de Montes, Hayas, Pindales, Pinos, Plantos,Podas, Robles, visitaalos Montes y viveros.Ao 1991

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    G. DE ARANDA YANTONLos acopios de madera de roble en 1752

    Las noticias que se tienen es que haba almacenada madera de roble en losarsenales de El Ferrol, Cdiz y Cartagena suficiente para la construccin de 70navos de lnea y para 24 fragatas (10).Aunque la fuente manuscrita contempornea a la poca existe, el rigor dedicha valoracin puede ponerse en tela de juicio por lo que las deduccionesque se obtengan a continuacin no pasan de ser de ndole al orden de magnitud en intervalos amplios de valoracin.Considerando los consumos de madera de roble para la construccin de unnavo de porte medio en unos 3.000 m3 y el de una fragata de la escala superior en algo ms de 1.000 m3, se puede estimar que la madera almacenada en1.752 se poda acercar a la cifra de 230.000 m3,de madera de roble en pie.Para almacenar tan considerable cantidad de madera las actuaciones de laMarina debieron extenderse a gran parte de los montes costeros bajo una jurisdiccin en virtud de las Ordenanzas de 1748.En base a consideraciones sobre la forma de hacer los aprovechamientos,la superficie beneficiada de roble no fue nunca menor de las 4.000 hectreasde monte alto de edad 150 aos en estructura de masa regular, mediante cortasa hecho. Por el sistema dendromrfico empleado pie a pie de entresaca selectiva la superficie real de actuacin en las cortas se aproxim a las cuarenta milhectreas.El Inventario Nacional Forestal correspondiente al perodo 1965-74 elaborado por el ICONA arroja una cifra de superficies arboladas correspondientesal roble, tanto al Quercus robur como al Quercus petreae de:Galicia48.648 Has.Norte (excepto E Vasco)34.413 Has.Pas Vasco6.327 Has.Ebro13.552 Has.Catalua16.889 Has.

    TOTAL119.829 Has.Haciendo un breve anlisis comparativo sin entrar en la consideracin delmal estado actual de nuestras masas de robles que hacen que su posibilidadsea menor a la del siglo XVIII, la superficie beneficiada para la obtencin demadera para la Armada Real en los aos anteriores a 1752 supone en trminosporcentuales el 32 por ciento de las masas que hoy tenemos de robles.

    (10) FERNANDEZ DURO, Cesreo. La Armada Espaola. Tomo 6, pg. 360-361. InformeGeneral del Marqus de la Ensenada.16 33

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    Sin entrar en los aspectos estratgicos que en su momento justificaron dichas cortas, y entrando slo en un anlisis de costes ecolgicos hay que hacerresaltar que las prdidas en unidades medio ambientales que se contrajeronson del todo punto de vista irreparables, ms en razn de cualidad de masasexplotadas que por la superficie de actuacin. El impacto ambiental generadoes negativo e irreversible.Las prdidas de madera

    Una vez cortada la madera en pie se inicia el proceso de putrefaccin. Enel siglo XVIII la prctica ms usual era la expulsin de la savia del rbol paraeliminar las substancias nitrogenadas as como la albmina.La accin principal de deterioro de las maderas se debe principalmente aagentes bitios y abiticos.Por ello fue preocupacin constante en los astilleros la conservacin de lasmaderas, y ya en 1740 Jagot realiz ensayos sobre maderas inyectndolessubstancias antispticas empleando alambre y ms tarde en 1767 emple sulfato de hierro y otras sales. Posteriormente en 1813 el barn de Champy practicaba la inmersin de maderas dentro de sebo fundido a 2000. A partir de esafecha fueron mltiples los ensayos y procedimientos desarrollados para prote

    Q. robur. L. Soto de Cangas.

    Mio 1991 17

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    G. DE ARANDA YANTONger las maderas a la humedad y agentes patgenos y as conseguir una mayorduracin (11).

    No obstante y pese a los avances en materia de tratamientos de maderas.en 1870 las traviesas de robles empleadas en ferrocarriles haba que renovarlasen un 74% a los 12 aos de servicio si no haban sido tratadas.En los arsenales del siglo XVIII las maderas que se reciban una vez tarifadas para la construccin de piezas para la arquitectura naval se sumergan enfosas de agua salada. Tambin y con el fin de evitar la accin de la broma(Teredo navalis L.) se solan enterrar cerca del mar y as conservarlas durantealgunos aos.En el arsenal de La Carraca (Cdiz) y para que la madera de roble perdierael agua de vegetacin se sumergan durante 3 meses en agua salada o enterrada en fango o arena.Para ello las maderas, a veces incluso prelabradas se conservaban en depsitos, balsas, fosas y almacenes.A principios del siglo XIX el forestal Hartig hizo exhaustivos ensayos encaminados a determinar la duracin de las maderas. Respecto a las maderas deroble Q.robur y Q.petreae) empleadas por la Marina, a los 14 aos se habanpodrido.La falta de tratamientos a las maderas para uso naval antes de entrar en lalabra de astillero por los carpinteros, unido a los deficientes procedimientos desecado y a la exposicin en intemperie no hacen posible que las maderas de roble sin labrar que entraban en astilleros y arsenales borbnicos del siglo XVIIIduraran en los depsitos y balsas ms de 10 aos, por lo que pasado un tiemposin formar parte de la estructura de un buque las maderas se perdan (12).Si los datos de 1752 son ciertos en cuanto a la madera almacenada en losarsenales peninsulares de ms de doscientos mil m3de madera de roble, stasera utilizable como mximo hasta 1762.(11) BOUTELOU, E. Conservacin y coloracin de las maderas y de los camos y los linos.Semanario Industrial. 1841.Inyeccin a las maderas de piroliguito de hierro para aumentar la dureza y para la incombustibilidad los cloruros. (Experimento de Mr. Boucherie [Burdeos]).(12) JUAN, Jorge. Examen martimo therico prctico o tratado de Mechnica aplicada a laconstruccin, como cimiento y manejo de los navos y de ms embarcaciones. 1771.El diseo busca conseguir buques ms reducidos y tcnicamente mejor ligados y ensamblados, disminuyendo la obra muerta.En cuanto a la tecnologa de la madera se dan normas para la consecucin de maderas msseleccionadas y mejor tratadas en el secado y conservacin.Ms. 9 hojas en folio. Memorias sobre el mtodo y proporcin de los rboles. Por D. RoqueMiguel de Rivero. 1772. Col. particular.(Conservador de montes en la provincia martima de Santander).Trata de los semilleros de los viveros, del transplante desde el vivero al monte, de la eleccin de los terrenos, del mtodo de los rboles segn su destino y de varias reflexiones sobre elaprovechamiento y destino de los rboles, en especial, roble, castao, encina, nogal, haya, fresno y lamo negro, y conveniencia de la poda.18 33

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    REFLEXIONES CUANDO LOS MONTES ERAN DE LA MARINAEl Marqus de la Ensenada cay en desgracia y fue destituido el 20 de julio de 1754, hacindose cargo de la cartera de Marina Arriaga y como conse

    cuencia el gran Plan de construccin naval, concebido por el gran ministro deD. Fernando VI experiment una desaceleracin considerable.A las intrigas del embajador ingls Keene (13), al Duque de Huescar y aWalis habr que achacar lo que a continuacin se detalla:W.L. Clowes en su Royal Navy publicado en 1898 asigna en el 1760, 165(13) PALACIOATARD, V. y otros. Historia de Espaa. T. 29. Espasa-Calpe. 1985.A finales del s. XVII la Armada Espaola se compona de 17 galeones, 8 fragatas, 4 brulotes y 7 galeras.En esta poca los fondos destinados a la construccin naval no alcanzaban en 1705 la cantidad de 900.000 reales.D. Zenn de Somodevilla:Le vali el ttulo de Marqus de la Ensenada en 1736 y secretario del Almirantazgo en 1737e intendente de Marina. En 1743 toma las carteras de Hacienda, Guerra, Marina e Indias.El embajador Keene logr socavar el crdito del ministro cuya destitucin se llev a cabo el20 de julio de 1754. Le sustituy Arriaga y el ritmo de botaduras decreci.

    Ao Botaduras Tipo1754 15 navo1755 131756 81757 31758 21759

    Era el fin de la gran poltica naval de Ensenada que no se reanudara hasta el reinado deCarlos III.Plan de Ensenada: Ensenada espera construir en el perodo de 8 aos, 50 navos de lnea quealcanzar en 1751 una flota de 125 unidades de las cuales 103 seran navos y fragatas.TUNDE LA , MANUEL. Historia de Espaa. Tomo 7. Labor. 1980.Hegemona inglesa en el mar:Pero, en 1742, una flota britnica se presenta de repente en Npoles yobliga a Carlos a declarar su neutralidad y retirar, por tanto, su ejrcito. Esfama que un simple capitn ingls dio una hora de plazo a Carlos de Npolespara cwnplir sus rdenes. Carlos III no olvidara nunca esta humillacin.Plan de Fomento de las Marinas:Para la defensa nacional y del Imperio, se foment las marinas y el ejrcito, mediante laconstruccin de barcos y astilleros, como el del Ferrol, ideado ya un plan de modernidad, lafundacin de academias y escuelas para la formacin cientfica, de los marinos, y las mejorasdel arsenal de Cartagena, hasta el punto que la revitalizacin de la marina no es ajena a la cadade Ensenada, por intrigas del embajador ingls. Proyectaba el Marqus una Marina de 80.000hombres recurriendo para ello a la famosa Matrcula del Mar.Como ampliacin se pueden consultar:PALACIO ATARD, VICENTE. La neutralidad vigilante y constructiva de Fernando VI.Hispania, 133. Madrid. Mayo-Agosto. 1976.OZANAN. DIDIER. La diplomacia de Fernando VI con prudencia reservada entre D. Jos deCarvajal y el Duque de Huescar. 1746-1749. Madrid. 1975.SALAS, JAVIER DE. Historia de la Matrcula del Mar. Madrid. 1870.Ao 1991

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    G.DEARANDAYANTONnavos de lnea a la Gran Bretaa, mientras a Espaa dos aos antes le asigna47 navos de 50 o ms caones; lo cierto es que las botaduras en el perodoque va de 1754 a 1759 alcanzan los 53 navos (14).El plan del Marqus de la Ensenada pretenda en 1751 que la flota contaracon 125 unidades de las cuales 103 seran navos y fragatas recogiendo las recomendaciones de Uztariz aos antes.El gran plan del Marqus de la Ensenada para fomento de la Marina Realqueda reducido en las siguientes botaduras segn los Estados de navos del almirante Vigodet en el perodo de estudio que va de 1752 a 1762:Se construyeron en la pennsula 35 navos, de los cuales, en el arsenal deEl Fenol se construyeron 20, en el de La Canaca en Cdiz 4, en Cartagena 4 ypor ltimo en el astillero santanderino de Guarnizo 7. Haciendo el reparto poraos:

    AO BOTADURAS1752 2Navos1753 31754 131755 101756 51757 2

    TOTAL 35Navos

    (14) Ciowas, W.L. The Royal Navy. Tomo 3. London. 1898.1714 1727 1730 1752 1753 1758 1760

    Gran Bretaa 247 232 291 4(131) (124) (132) (16Espaa 52 42 90(39) (20) (47)

    Las cifras en parntesis corresponden a embarcaciones de 50 o ms caones.Discurso sobre la conservacin de los montes del Principado de Asturias y algunos deGalicia, motivos de su decadencia y los medios de fomentarlos por D. Luis Garca de Longoniay flores. 1798 (2 de Febrero). BibI. ETSICCP. Dirigido al Capitn General de la Real ArmadaD. Antonio Valds y Bazn. Le atribuye la decadencia de los montes de Asturias a los asientosde madera, a las quemas, a las fbricas de curtido, hierro y cortas del vasallo y a la mala ejecucin de los plantos. Igual atribuye a los montes de Galicia.Muoz GOYANES,G. Los Montes y Bosques de la Pennsula Hispnica.Referente a la ampliacin de los aprovechamientos forestales a los montes peninsulares.Real resolucin de 1 de Diciembre de 1768 ...se mand extender universalmente a todos losmontes del Reyno el uso de los rboles que se reconociesen tiles al servicio de la Armada,precedida de orden panicular de SIM.20 33

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    REFLEXIONES CUANDO LOS MONTES ERAN DE LA MARINAEn cuanto al porte de los navos en su mayora fueron de 74 caones, salvo 5 de 68 caones, uno de 64 caones y 2 de 60caones.En cuanto al nmero de fragatas en el Estado de buques de 1758 se contabilizan 19 sin determinar si fueron o no construidas en el reino, y ni si fueronen la pennsula o en las Indias.Manteniendo los valores de clculo en navos y fragatas de casi 3.000 m3de madera de roble en pie para los primeros y de algo ms de 1.000 m3 paralas segundas, la madera que realmente se aprovecha de las cortas almacenadasen 1752 fueron algo ms de cien mil m3para navos y unos 20.000 m3para lasfragatas, totalizndose en la construccin total ms de ciento veinte mil m3demaderas de robles en pie.A la vista de las estimaciones realizadas se desprende que gran parte de lasmaderas de robles que se almacenaron en balsas y tinglados en 1752 se pudrieron sin ningn provecho prctico en una cantidad que puede sobrepasarlos cien mil m3.Esa enorme cantidad de madera de quizs el ms hermoso de nuestros rboles supone un bosque de robledal de 1.800 has. de pies de ms de 150 aosde edad, que la mala poltica de Fernando VI ramific en bajos y egostas intereses.La Marina, en contra de las afirmaciones de muchos autores, no fue la culpable de ese desaguisadoecolgico de trascendenciapara todas las generaciones futuras, sino ms bien, la vctima propiciatoria de los polticos de golilla de lacorte.Aquellos hermosos robledales encomendados a la Marina en el sigloXVIII no pudieron cumplir su destino glorioso de llevar nuestras banderasallende los mares, sino muchos de ellos, todo lo ms sirvieron para calentaruna modesta lumbre en los fros das de invierno (15).

    (15) VICENS Vives.Historia Econmica de Espaa. Barcelona. 1970.Industria Naval del s. XVIII: La Industria Naval dependa todava de la riqueza forestal aunque incidan en ella otros factores industriales importantes (textiles: jarcia, cables y cordajes;breas y alquitranes; metalurgia, etc...). Desde la poca de Felipe V se concedi sumo inters a latala de rboles en los Pirineos; los troncos eran llevados al mar por los afluentes del Ebro y elEbro mismo. Otras zonas madereras selectas eran Galicia y Asturias. Los pinares del interiorpeninsular quedaron demasiado alejados del litoral para ser rentables.Industria del camo y el lino:Proliferaron en Aragn y Valencia as como en Galicia, Catalua y Granada, resultandosiempre insuficiente para las exigencias del mercado.MEP.INO,P. La Armada Espaola.Costos de construccin: Entre el decenio 1750-60 el coste medio de un navo de 70 caonestotalmente equipado variaba en 3.000.000 y 3.700.000 reales.

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    G. DE ARANDA YANTONLos costos de las maderas

    Los costes de construccin de un navo sufrieron muchas oscilaciones enel siglo XVIII, segn los aos, los diferentes diseos de arquitectura naval, ypor supuesto por los portes del buque (16).As los navos Prncipe (70 caones y construido en Guarnizo en 1730) yVictorioso (74 caones y construido en Guarnizo en 1756) alcanzaron un costede ms de 5 millones de reales. En cambio el S. Joachin de 74 caones y botado en Cartagena en 1773 alcanz la suma de ms de 3 millones de reales suconstruccin.Las maderas incidan en los costes de manera relevante y as en 1763 losasientos de D. Manuel de Zubiria importaban del orden de 158.526 reales.Ms tarde un navo de primera clase o de tres puentes llevaba un costo demadera de casi tres millones de reales.De entre todas las maderas que componan un navo, la de roble ocupabaen cantidad y costo un puesto relevante, alcanzando un porcentaje respecto altotal del 30% al 40% del valor total de la construccin.

    (16) OzoMr, D. Notas para el estudio de los presupuestos de la monarqua espaola a mediados del siglo XVII. Dinero y crdito, siglos XVI a XIX. Madrid. 1978.Plan de Ensenada Gastos totales GastosMarina %

    1751 267.076.490 50.000.000 181755 330.132.190 81.170.840 24,581759 257.320.080 62.345.810 24,22(Son series presupuestarias incompletas)

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    EMPRESA DE HERNANDODE MAGALLANES:CULMINACION DELPROYECTO COLOMBINO.PARALELISMOENTRECOLON YMAGALLANES (*)Guadalupe CHOCANO HIGUERASJefe de Investigacin del Museo Naval

    El descubrimiento de un paso que pusiera en comunicacin los mares delNorte y del Sur, facilitando la llegada de los navos espaoles a las ricas islasde la Especiera, sin tocar los dominios del Rey de Portugal, constituy la nieta de Cristobal Coln durante los ltimos aos de su vida. En ello vera la culminacin de sus gloriosas empresas.La suerte, tan propicia a Coln descubriendo un nuevo continente, dondepens encontrar una provincia del Gran Khan, le volvi la espalda, sin lograrsu deseo. En vano lo busc en su cuarto viaje, dirigindose, primero a occidente, desde Puerto Escondido, en Cuba, hasta Cabo Higueras (Honduras) yde aqu al sur, bordeando las costas.A su muerte, sigui vigente la idea colombina y se intent por los numerosos pilotos de que dispona el Rey, vanse Alonso de Hojeda, CristbalGuerra, Pero Alonso Nio, Bastida, etc., los cuales ampliaron y confirmaronlos descubrimientos de Coln.En 1513, Nez de Balboa, desde el Darin, descrubrira el llamadoMar del Sur, frente al ya conocido mar del Norte u ocano Atlntico. Elimportante hallazgo, no resolvi el asunto, al no existir un paso navegable.Se continu pues, buscando el paso a lo largo del continente americano,

    * Conferencia pronunciada en el Congreso organizado por el Ayuntamiento de Santoa sobre: Cartografa Colombina: La Nueva imagen de la tierra. Santoa, julio, 1990.Ao 1991

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    G. CHOCANO HIGUERASdurante varias expediciones, que fueron marcando a su vez, las costasatlnticas.

    Por fin, el sbdito portugus Hernando de Magallanes, ofrecera al monarca espaol Carlos 1, arribar a las Molucas, y ponerlas bajo dominio castellano,sin interferir en lo descubierto por Portugal, es decir por poniente. Obtuvo capitulacin el portugus para dicha empresa, durante la cual avistara el ansiadoestrecho el da 21 de octubre de 1520: En 52 limpios anotar el pilotoAlbo vimos una uberta baha y tierra a la entrada, a mano derecha, unapunta de arena muy larga, y el cabo que descubrimos antes de esta punta sellama el cabo de las Vrgenes ...) y dentro de esta baha hallamos un estrechoque tendra una legua de ancho.Con Magallanes, el lema castellano non plus ultra se tornara en plus ultra. Se cumpla as, el propsito colombino de llegar a tierras orientales porva occidental, por lo que se resolvi, no slo el obstculo que ofreca su navegacin, sino tambin la propia comprobacin de la esferoidad de la Tierra presentida por Coln.Son abundantes los paralelismos que podemos apreciar entre Coln yMagallanes, tanto en su perfil personal como en sus mismos proyectos, segniremos viendo en la presentacin y aprobacin de la empresa magallnica.

    -

    Golfo del Darin, Mar del Sur. Islario General de Alonso de Santa Cruz, 1545. Ms. s/f, en BibliotecaNacional de Madrid.24 Nm. 33

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    EMPRESA DE HERNANDO DE MAGALLANESProyecto de Magallanes

    Para Europa occidental, el importante comercio de las especias estaba monopolizado por las repblicas de Venecia y Gnova, que se servan para el trfico con Oriente, de los puertos de Alejandra y Constantinopla. Ms adelante,los comerciantes portugueses tras laconquista de Malaca, iniciaron desde1510 los primeros contactos con lasMolucas, con las que comenzaron el comercio de la especiera a travs de losmoros, de manera que Lisboa se convertira en la capital europea de laEspeciera.La va de derrota oriental utilizadapor los portugueses, estaba prohibidapara los espaoles, en virtud de las bulaspontificias de 1493 de Alejandro VI ydel Tratado de Tordesillas (1494) un aoms adelante. Delimitadores de la lneade expansin de los dos pueblos ibricos, que obligaban a los navos espaoles a navegar siempre a poniente, comonica ruta para llegar al Moluco.Gran preocupacin debi provocaral reino lusitano el descubrimiento delmar del Sur por Balboa, pues aquello Retrato de Hernando de Magallanes. Oleo ensignificaba que no muy a largo plazo, laBiblioteca Colombina, Sevilla.los espaoles podan acceder a laEspeciera desde el Poniente. A ello, se debera la expedicin portuguesa en1514 de Nuo Manuel y Cristbal de Haro, mandada por el piloto Juan deLisboa, para explorar la costa atlntica sudamericana, desde el Brasil hasta elRo de la Plata, buscando un paso interocenico. Expedicin de la que se dudarealmente se llevara a cabo y en cualquier caso fracasada.El reparto igualitario del mar ocano, as llamado por el profesor Manzano, propugnado por el Tratado de Tordesillas, en el que se ofreca al rey deCastilla las tierras que se encontraran a poniente de la lnea, marcada de polo apolo a 370 leguas de Cabo Verde, dejaba al rey portugus la banda oriental dedicha lnea.La prolongacin natural de la lnea marcada desde Cabo Verde a la quellamamos al antimeridiano, fue para los portugueses el recurso por el que seaseguraban el dominio de la Especiera, considerada de esta manera fuera delantimeridiano.No era muy firme esta creencia, pues pronto surgen las dudas en sentidoAo 1991 25

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    G CHOCANO HIGUERAScontrario entre portugueses y espaoles, de forma que el antimeridiano o segunda lnea de demarcacin, como la llamara Magallanes, daba derecho sobre aquellas islas a los espaoles, considerando que se encontraban en espacioreservado a la Corona espaola. Si la prolongacin natural de la lnea deTordesillas daba la pertenencia del Moluco a Espaa, su acceso haba de materializarse a travs del continente americano y su imposibilidad converta la navegacin por Buena Esperanza, ruta portuguesa, en un derecho de los espaoles para arribar a las Molucas. En este sentido, el rey Femando dictar en 1512(30 de Septiembre), una R.C. por la que pensaba establecer acuerdos con elrey de Portugal en lo que toca a aquella navegacin.La tergiversacin del sentido de las bulas nter Caetera y DudumSiquideni y del Tratado de Tordesillas, que no aludan a lnea demarcataria enotro hemisferio, es manifiesta, tambin supona el olvido de la DudumSquindem, dado que estas tierras estaban ya, de alguna manera, ocupadas porlos portugueses, toda vez que esta bula reconoca el derecho derivado de laprioridad de ocupacin.La imposicin en aquellos tiempos de la doctrina del antimeridiano, quesupona, como ya hemos apuntado, la inclusin del Maluco dentro de dominioespaol, fue, como nos dice el profesor Ramos, la clave del Plan deMagallanes, adems del fundamento de su negociacin en la Corte espaola.

    Las circunstancias en las que se dirigieron Coln y Magallanes a la Corteespaola son similares, ambos lo hicieron secretamente. Mientras que en elcaso de Coln los motivos no estn claros, en el de Magallanes se deban acierta queja que del Rey (de Portugal) tena, segn nos dice Las Casas.En justificacin a esta queja, recodaremos, con pocas palabras, los servicios prestados por Magallanes a su monarca D. Manuel, durante los cualesgestar su propio proyecto de descubrimiento. Haba partido Magallanes deLisboa hacia la India en la flota del primer Virrey Francisco Almeida, el 25 demarzo de 1505. Participara en la conquista de Malaca. En 1510 (Alfonso de)Alburquerque envi tres bajeles a descubrir las Molucas, al mando de Antoniode Abreu, Francisco Serrano y Hernando de Magallanes, tomando cada unodistinta direccin, sin llegar a lograr la conquista; entonces Magallanes se persuadira de que las islas dichas se hallaban ms all del antimeridiano.En la isla Ternate se quedara ms de 9 aos Serrano, quien no dejar demantener informado a su amigo Magallanes acerca de las riquezas de la isla ylos favores que all reciba de su rey.Vuelto Magallanes a Europa, prestara servicios en Azamor, ciudad martima de Berbera. Estar de regreso en Portugal en 1512. pues consta que en 12de junio de aquel ao, era mozo fidalgo de la Casa Real.Es posible, que solicitara a su rey dirigir una expedicin a las Molucas, basndose en su larga experiencia por los mares orientales, desde Mozambique ala isla Banda, juntamente con la peticin del aumento de su morada mensualpor los servicios prestados. Ambos asuntos le fueron denegados. A decir de26 33

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    EMPRESA DE HERNANDODE MAGALLANES

    Gaspar Coneja la entrevista con el rey en 1515 o principios de 1516, se termin pidiendo el nauta portugus, autorizacin para solicitar el servicio de otroque le hiciera ms merced, a lo que el monarca accedi friamente. Esta actuacin, nos parece ms convincente que la idea tan extendida de un acto pblicode desnaturalizacin, que se dice hiciera Magallanes antes de salir de Portugal,un acto as, ante notario, no tiene valor legal alguno, ni tampoco antecedentes,y menos sentido podra tener al no ir seguido de inmediato destierro.La prohibicin por R.C. del Rey D. Manuel de no aceptar servicios en pases extranjeros a pilotos, maestres y marinos portugueses so pena de perdersus bienes y destierro por cuatro aos a la isla de Santa Elena, no pareca afectar directamente a Magallanes, que no ostentaba ninguno de aquellos ttulos.Sin embargo, era bien conocida su pericia de marino y parece que esta fue larazn por la que sali prudentemente de Lisboa, hasta detenerse en Oporto.Cerca de medio ao permaneci en Oporto Magallanes, dando forma definitiva a su proyecto. En su espera, haba recibido carta de su compaeroSerrano que tantas noticias le daba del mundo de las Molucas a las que desplazaba bastante de su posicin real, hacindolas ms asequibles por la ruta occi

    Carta de Diego Ribero, 1529. Seala al meridiano de Tordesillas y su prolongacin natural o antimeridiano, representados con las banderas portuguesa y espaola en cada hemisferio.

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    EMPRESA DE HERNANDO DE MAGALLANESrecen de imaginacin, a la vista del citado globo terrqueo de Behaim. Ideapor otra parte adoptada por muchos escritores, basndose en los textos dePigafetta, sin crtica ni examen, aduciendo la representacin, muy al medioda,de un paso a travs de Amrica del Suren el globo que Martn Behaim publicara en Lisboa en 1942.En dicho globo, al que no dudamosque tuviera acceso Magallanes, no aparece lgicamente, ya que an no se conoca, el continente americano, sino queal otro lado del Atntico estn dibujadasuna serie de islas de Extremo Oriente,ya conocidas: Java, Sumatra, Cipango...entre las que carece de sentido hablar deun estrecho, donde no hay dibujadas nicontinente ni otras tierras meridionales(ni tan siquiera el casquete polar, tierraincgnita que frecuentemente se dibujaba). En cualquier caso y por decirlo simplemente, por no haber obstculo continental alguno, no era preciso ningunaclase de estrecho.Por el contrario, en el globo que hizo Schener en 1515, se seala un estrecho en un lugar muy aproximado al verdadero, quiz por similitud con el conti- - Retrato de Jun Sebastin Elcano. Oleo en lanente africano. De esta representacin Biblioteca Colombina. Sevillacartogrfica, pudo tener conocimientoMagallanes (actualmente una en Francfort y otra en Weimar) y quiz en elloestribara esa seguridad de Magallanes que la misma autora de la empresa leimpidiera dibujarlo en su propio globo.Por otro lado, la representacin cartogrfica de Behaim parece que fuemuy similar, se ha llegado a decir que copiada, de la carta de Toscanelli de laque hoy slo podemos apreciar una interpretacin de 1892 por Krestner; aunque este ltimo est marcado con latitudes y asombrosamente tambin conlongitudes. Esto nos recuerda la influencia que Toscanelli tuvo en el proyectodel Descubrimiento de Coln y el secreto con el que ste aport tanta seguridad a su idea. Aquellas circunstancias parecen repetirse ahora con Magallanes,que se cuid muy bien de ocultar la situacin del estrecho, que le pareca tanseguro y por otro lado la similitud sobre la idea de que su certeza le vena deBehaim, as como a Coln tambin se le adjudica la pertenencia incluso deuna copia de la carta de Toscanelli, sin prueba que lo autorice, como apuntaBarreiro Meiro.Ao 1991 29

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    G CHOCANO HIGUERASUn problema absolutamente general entre los estudiosos de la poca, preocupa tambin a Magallanes, tal era la determinacin de longitudes, cuestin

    primordial en la navegacin y la fijacin de posiciones. El problema slo severa resuelto mucho despus con Tobas Mayer, en el siglo XVIII mediante lapublicacin de Efemrides Tablas de las distancias Lunares (citado porAlonso de Santa Cruz en el Libro de Longitudes), pero hasta entonces el temaquedaba resuelto por la navegacin de estima y rumbo, con unos mrgenes deerror considerables. Su resolucin afectaba directamente al proyecto magallnico, primero a la hora de fijar su ruta exacta a medida que la desarrollaba, ytambin para determinar definitivamente la posicin de las Molucas y argumentar de forma evidente, el que el archipilago se encontraba dentro de lanavegacin espaola.En la bsqueda a la solucin del problema, encontr Magallanes al prestigioso astrnomo, y compatriota suyo, Rui Faleiro. Su colaboracin sera indispensable para el desarrollo de su proyecto. Era Faleiro bachiller en Artes porla Universidad de Lisboa y autor de un Tratado sobre determinacin de longitudes geogrficas. En l expona tres mtodos distintos para conocer la distancia y diferencia que se anduviese del Oeste al Este. Uno de ellos basado, alparecer, en las alteraciones de la desviacin magntica consideradas errneamente constantes y en funcin de la longitud geogrfica.

    Tambin Rui Faleiro, se encontraba quejoso con el monarca portugus yasociado con Magallanes, resolvieron los dos guardar en secreto riguroso suproyecto y marchar a la Corte espaola.Otro punto, incluso decisivo a la hora de aprobar el proyecto, se asegurMagallanes en la persona del mercader de Burgos y Amberes, Cristbal deHaro, a la sazn al servicio del rey portugus. Los negocios de Haro le mantenan informado de noticias concretas de India y Oriente, lo que permiti la rpida aceptacin de su colaboracin. Su firma, aseguraba as, el apoyo econmico si fuera necesario.Tanto a Coln como a Magallanes, les una un objetivo comn: llegar alExtremo Oriente y fundamentalmente a las islas de la Especiera, cuyo producto est bien especificado en el tercer captulo de las Capitulaciones deSanta Fe. All, se dice que pertenecer a Coln la decena de todas e cuales-quiere mercaderas, siquiere sean, perlas, piedras preciosas, oro, plata, especiera...A la Corte espaola se dirigieron Coln y Magallanes por motivos similares: el primero lo hara en virtud de los derechos derivados del Tratado deAlcaobas, que otorgaba a Castilla el derecho de navegar la ruta que Coln

    propona y aos ms tarde Magallanes, considerando a la Molucas dentro deldominio espaol, vino a la Corte con la esperanza de hallar la ayuda de Carlos1 necesaria para su empresa, como tiempo atrs la alcanzara Coln de losReyes Catlicos. Por otra parte, los dos permanecieron toda su vida como extranjeros, sin pedir ni obtener carta de naturaleza espaola, aunque siempre se30 33

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    EMPRESA DE HERNANDO DE MAGALLANESconsideraron leales vasallos del rey castellano. En el caso de Magallanes, pesea la lealtad al rey espaol, demostr una clara desconfianza hacia los espaoles o extranjeros, como contrapartida a la estrecha ligazn que mantuvo siempre con sus compatriotas.Magallanes en Sevilla

    A partir del 20 de septiembre de 1516 encontramos a Magallanes en la capital andaluza, en compaa de su paje Cristbal Rebelo y de su esclavo deMalaca, Enrique, su ms fiel y leal servidor. Le recibira Duarte Barbosa, porLtugus, a quien conoci Magallanes durante sus servicios en la India, y queahora ocupaba el cargo de teniente de alcaide de los Reales Alczares.Barbosa, que sera el primero en conocer con detalle el proyecto deMagallanes, pronto se convirti en su suegro por la boda de su hija BeatrizBarbosa y Caldera. Fruto de ese matrimonio, fue un hijo llamado Rodrigo, aquien Magallanes dej al partir para no volverlo a ver ms, a la. edad de seismeses.Hasta que se produjo la llegada a Sevilla de Rui Faleiro, su socio,Magallanes se ocup de entrar en contacto con los oficiales de la Casa deContratacin: el doctor Sancho Matienzo, tesorero; Pedro de Isasaga, contadory Juan de Aranda, factor y antiguo comerciante. Pronto comprendi que aqullos no tenan poder de decisin y que las capitulaciones dependan exclusivamente del monarca. Adems, poca atencin le podan prestar stos debido alas vaguedades expuestas por Magallanes, que as se expresaba a causa delconcierto secreto acordado con Faleiro en Portugal. No obstante, el factorAranda pudo conseguir los detalles del proyecto secreto y advirtiendo las ganancias que de ello se pudiera derivar, pidi urgentemente informes a los mercaderes portugueses Diego Cobarrubias y Diego de Haro. Los informes favorables llegan rpidamente y Juan de Aranda dirige un mensaje al nuevoCanciller de Carlos 1, Juan de Sauvage, notificndole la importancia que laempresa pueda tener para Espaa.Ya en el mes de diciembre (1516) lleg Rui Faleiro a Sevilla, acompaadode su mujer y de su hermano y colaborador Francisco Faleiro.A pesar de la contrariedadque le supusoa Faleiro la indiscrecinde Magallanescon Aranda, las aguas volvieron a su cauce y sin esperar la contestacin delCanciller al factor Aranda, salen de Sevilla el 20 de enero de 1517, con destino aValladolid. Iban en el acompaamientode la duquesa de Arcos, que iba a reunirsecon su esposoen la Corte,que con otros nobleshabarecibidoal nuevo rey.

    Mientras los portugueses se dirigirn por el camino de la Plata (MridaSalamanca), Aranda lo har por Toledo. En la ruta, este ltimo recibir la contestacin del Canciller, quien se mostraba dispuesto a ua inmediata entrevistacon Magallanes y Faleiro.Ao 1991

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    EMPRESA DE HERNANDO DE MAGALLANESMediante el mensaje correspondiente, Aranda se reunir con los dos portugueses promotores en Puente Duero (cerca de Medina del Campo). All

    Aranda les requerir el quinto de las ganancias, siempre que los gastos de laexpedicin se hicieran con cargo a la Corona. A esto se opona terminantemente Faleiro y Magallanes llegar a ofrecerle un octavo; por fin y sin acuerdo aparente se separan, partiendo Aranda a Valladolid directamente.Tres das despus, tras una corta estancia en Simancas, Magallanes yFaleiro sern recibidos en la ciudad vallisoletana por Aranda. Entonces llegarn al compromiso, ante notario, de entregar al factor el octavo de los beneficios, acuerdo ste que al trascender pblicamente anulara el Real Consejo deIndias, por su poder fiscal sobre los empleados de la Casa de Contratacin.Presentacin del proyecto a Carlos 1

    De la afortunada entrevista de Magallanes y Faleiro con el CancillerSauvage, nos da cuenta Las Casas como testigo que fue de ella: Se ofrecierona mostrar que las islas del Maluco y las dems de que los portugueses llevana Portugal la especiera, caan o estaban dentro de la demarcacin o participacin que se haba comenzado, aunque no acabado entre los Reyes deCastilla Catlicos y el Rey don Juan de Portugal... y que descubriran caminopara ir a ellas fuera del que llevaban los portugueses y ste sera por ciertoestrecho de mar que saban. Y traa Magallanes un globo bien pintado en quetoda la tierra estaba y all sealado el camino que haba de llevar, salvo queel Estrecho dej de industria, en blanco, porque alguno no se lo saltase.A continuacin, sigui la entrevista con el vicepresidente del Consejo deIndias, Rodrguez Fonseca, que se erigira en defensor fundamental de los coautores. A esta entrevista le sucedieron otras con el Presidente del Consejo,Adriano de Utrech y el mayordomo del Rey Guillermo de Croy, seor deChievres, quien se ocup de facilitarles la audiencia con Carlos 1.Poco haca que se encontraba el rey D. Carlos en Espaa, a donde habaarribado el 12 de septiembre de 1516 en Tazones, cerca de Villaviciosa. Casial mismo tiempo haba llegado Magallanes a Sevilla. El 18 de noviembre estara D. Carlos en Valladolid.La llegada de los portugueses a Valladolid haba coincidido con las fiestasque siguieron a la clausura de las Cortes. El da 11 de diciembre ltimo, Fr.Reginaldo Montesinos y Bartolom de las Casas haba propuesto al Consejo ladefensa de los indios del Caribe. En aquel tiempo la mayora de los asuntos yms los tocantes a Indias apunta Las Casas, estaban suspensos, por la llegada del nuevo monarca y de que ste haba cometido el gobierno de estos reinos a los flamencos.Ante tales circunstancias acordaron reunirse todos los indianos que en laCorte se hallaban y suplicar al rey que atendiera sus asuntos pendientes, paraAo 1991

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    G CHOCANO HIGUERASpoderse volver a sus casas. Muchos eran entonces los que all se encontraban,como el segundo Almirante Diego Coln, que desde 1515 permaneca enEspaa para la reivindicacin de los privilegios de su padre; tambin PnfiloNarvez, Gil Gonzlez Dvila, Gonzalo de Guzmn, etc., y el propio LasCasas testigo y narrador de los hechos.El mundo colombino pareca pues a la espera de nuevos empujes. La ideade Magallanes y Faleiro no careca adems de antecedentes en Espaa.Recordemos las Juntas de navegantes de Toro y Burgos, donde se haba pensado en una expedicin a la Especiera e incluso el rey Femando haba llegado afirmar en 1512 capitulacin con Juan Daz de Sols para ir al Moluco por laderrota del Cabo de Buena Esperanza. El fin haba sido tomar posesin del archipilago, considerando su posicin dentro de los dominios de Castilla, peroa causa de ciertas consideraciones familiares entre los monarcas, el proyectono se llevara a cabo.As pues, cuando Magallanes y Faleiro, a los que acompa Cristbal deHaro, fueron recibidos por el monarca, venan precedidos no slo de la favorable aceptacin de su plan por los servidores de Carlos 1, sino tambin, de unambiente totalmente preparado para acoger la empresa.No obstante, en la entrevista real los consejeros se mostraron contrarios ala posibilidad de que existiera un estrecho o paso entre los dos ocanos. De suopinin disuasoria nos da idea el secretario del rey, Maximiliano Transilvano,en la Relacin que envi al obispo Salpurgense de Cartagena, segn la informacin que recibiera de los mismos supervivientes del viaje de Magallanes-Elcano.A juzgar por lo que dice Transilvano, los consejeros aducan que la ingeniosa naturaleza haba dejado cerradas y separadas las partes orientales de lasoccidentales y que ninguna manera haba de pasar ni navegar de unas a otraspartes. Tambin entonces, se estudi la alternativa de Magallanes de ir a laEspeciera si no se hallaba el Estrecho, por la ruta del Cabo de BuenaEsperanza, cuestin sta que qued sin determinar, por la violacin que pudiera suponer al tratado de Tordesillas. Insistieron ante el rey, Magallanes y Haro,que se ofreci a armar la flota expedicionaria a sus expensas y de sus amigos,ante lo cual el monarca resolvi que se hiciera a cargo de la Real hacienda, ala vista de los beneficios que pudiera aportar y en cualquier caso por la gloriade Espaa.El relato de las negociaciones de Magallanes y Faleiro en la Corte, que nosofrece Transilvano, nos vuelve a recordar la actuacin que tuvo Coln, treintaaos atrs, en la Corte de los Reyes Catlicos y las deliberaciones ante laJunta Examinadora de Salamanca. Tambin entonces, Coln se reserv el secreto que le aseguraba su empresa y asimismo la junta examinadora, en aquelcaso no los del Consejo sino los tcnicos, dieron un dictamen negativo.Tambin en ambas presentaciones, el ofrecimiento financiero, en el primercaso de Santngel y en el que nos ocupa del mercader Cristbal de Haro, pare34 33

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    EMPRESA DE HERNANDO DE MAGALLANESce que dieron el empuje definitivo a la aprobacin real de las empresas respectivas.

    Proyectos ambos con una meta comn: Coln se propona no descubrirnuevas tierras realmente, sino llegar por el Poniente a las tierras del GranKhan, ya descritas por Marco Polo y finalmente arribar a la Especiera,. metasta, en definitiva, de Hernando de Magallanes.Capitulaciones en Valladolid

    Con rapidez asombrosa se firman las capitulaciones en Valladolid, el 22de marzo de 1518, que suponen una vuelta a los conceptos y aspiraciones delDescubridor de Amrica. Magallanes y Faleiro intentaron no slo un deseo delucrarse al mximo, sino casi una repeticin de las mismas pretensiones colombinas. En efecto, el memorial de 14 captulos que presentaron (concluidoel 23 de febrero) al Rey, pareca realmente haber sido compuesto a la vista delmodelo de Santa Fe, con sus prevenciones y peticiones anexas. Al memorialse contestar casi puntualmente en las capitulaciones, sin apenas cortapisas.Se muestran imprecisos al ofrecerse a descubrir en el mar ocano, sin determinar ms que las ya conocidas islas y tierras firmes, (por el contrarioMagallanes en el memorial que enviara al rey en 1519 desde Sanlcar, antesde partir, indicar posiciones casi todas asombrosamente exactas, como veremos despus). Mayor es el paralelismo con las capitulaciones santaferinas, encuanto a las condiciones: se establece una limitacin dentro de nuestro lmitesde demarcacin no entrando dentro de los lmites de Portugal, sobre lo que sehace especial hincapi. Se est aludiendo as al recurso de la segunda lnea oantimeridiano, como base de la Capitulacin. Adems, Magallanes y Faleiro,pretenden la semi-exciusiva para el futuro de la navegacin sobre el estrecho ytierras que descubran, en un plazo de diez aos, condicin que trasciende lacapitulacin de Santa Fe.En un segundo captulo pidieron, junto con las ventajas econmicas estasseran la vigsima parte de todo ingreso, quitadas las costas, el poder polticocomo en el caso colombino: es decir con ttulo de Almirantes y la gobernacin dedichas tierras para ellos y su herederos dejuro. A esta condicin, adujo Fonsecalos inconvenientes que del ttulo de Almirante provocaron los privilegios delAlmirante Coln. De manera que se les otorgan los beneficios econmicossolicitados, pero respecto al poder polftico, se les dieron los ttulos de Adelantados yGobernadores de las islas y tierras por ellos descubiertas; aunque tambin parasus hijos y herederos, siendo naturales de estos reinos y casados en ellos.

    Al captulo tercero, se les concede que pueden llevar cada ao a aquellasislas y tierras por ellos descubiertas, hasta un total de 1.000 ducados de primercosto en mercancas y venderlas, con su importe y adquirir lo que quieran, pagando entonces el veinte de derechos.Ao 1991

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    G. CHOCANOHIGUERASAl captulo cuarto se les otorga, que si pasaran de 6 las islas descubiertas,de ellas, las mejores se adjudicaran a la Corona y del resto podran elegir dosy de stas llevar el quince de todo el provecho e intereses de venta, sacados lascostas. En el memorial sin embargo haban pedido de las dos islas, el seorocon todo lo que al presente y adelante rentasen.Por ltimo, de lo que se lograra en la expedicin, se les otorgaba el quintodel beneficio obtenido, por razn de que era la Corona quien se haca cargo dela Armada. La Armada estara compuesta de 5 navos: 2 naos de 130 toneladas, dos naos de 90 toneladas y una carabela de 60 toneladas. Iran abastecidaspara dos aos y con una tripulacin de 234 hombres.Adems, el Rey nombrara factor, tesorero, contador y escribanos, que dieran razn de todo.En la misma fecha de 22 de marzo de 1518, fueron nombrados Magallanesy Faleiro Capitanes de la Armada, sindoles concedidos 50.000 maravedes desueld, (hacindoles gracia despus de 8.000 ms cada mes, mientras sirviesen en la Armada que se preparaba y otros 30.000 de ayuda de costa).Con la firma de las capitulaciones de Valladolid se abra la gran empresacircunterrquea, de la misma manera que la capitulacin de Santa Fe dio pasoa trasatlntica de Coln.Cuando Magallanes convence al futuro Emperador, por el que su imperioira abrazando el mundo entero, parece cumplirse el lema de la Casa deHabsburgo: Austriae Est Imperare Orbi Universo (Austria debe gobernar almundo entero). La predestinacin que debiera referirse al mundo conocidodesde tiempos antiguos, sin embargo, con la culminacin del viaje magallnico por Elcano y la entrega al Emperador de tratados de obediencia de los seores y reyes de Oriente, se vio enormemente superada por el dominio espaol. La idea original de Coln de atraer al Gran Khan y situarlo dentro delmundo de influencia hispnica, no era pues del todo extravagante.

    Preparativos de la armada magallnicaLlegaba a su fin la permanencia de Carlos 1 en Valladolid, cuando quedabadespachado, en su parte principal, el asunto de la expedicin de Magallanes.El Rey deba ser reconocido en Aragn y Magallanes juntamente conFaleiro, siguieron a la Corte hasta Zaragoza, con objeto de activar las providencias necesarias con las que facilitar el apresto de la armada. No eran pocaslas dificultades que se iban presentando, ya fuera por falta de caudales o porimpedimentos de los empleados de la administracin y tambin por las intrigas y reclamaciones de la Corte de Portugal, que no contenta con la acogidaen la Corte a Magallanes, no cesara de intentar apartar de la empresa a ste yFaleiro, a travs de su embajador Alvaro da Costa. Primeramente, el dignatario portugus, avisara a Magallanes del perjuicio que supona a su honra, co

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    EMPRESA DE HERNANDO DE MAGALLANESmo portugus, y adems la hostilidad que se poda crear en las relaciones delos monarcas, al tiempo que se negociaba el casamiento de D. Manuel con lainfanta espaola.Ante las evasivas de Magallanes, el embajador intervino ante los ministrosespaoles sobre el agravio que representaba para su pas la empresa patrocinada por Castilla. Las dudas que aquello afligiera al rey D. Carlos, quedaronsubsanadas por la labor del obispo Fonseca, principal apoyo de la empresa. Lamisma sera confirmada oficialmente al rey portugus, en la carta que el monarca espaol le dirigi el 28 de febrero de 1519, en ella, le daba cuenta de sumandamiento a los Capitanes de guardar la demarcacin y no tocar en tierrasy mares que esta demarcacin dejaba a la Corona portuguesa. A pesar de ello,el monarca portugus no cesar en su empeo, a travs de las intrigas del factor Sebastin Alvarez, en Sevilla.Camino de Zaragoza, ya en Aranda de Duero, recibira el Rey Carlos 1ciertas quejas de los oficiales de la Casa de Contratacin, por no habrselesconsultado en las negociaciones y acuerdos referentes a la expedicin. Ni tansiquiera se cont con el Piloto Mayor, autoridad, si no en la decisin, s en elconsejo de las expediciones de descubrimiento. Y ms an tratndose del proyecto en cuya bsqueda haba fenecido el ltimo piloto mayor de la Casa,Daz de Sols.Para darles satisfaccin, D. Carlos despachar a los dos portugueses, conel fin de presentar a los tcnicos y directivos de la Casa las provisiones y adems activar los preparativos de la armada.La salida de la armada qued fijada para agosto de aquel ao de 1518.Antes de partir para Sevilla, el Rey condecorar a Hernando de Magallanes yRui Faleiro, hacindoles Caballeros de la Orden de Santiago y les confirmarlos ttulos y condiciones establecidas en las Capitulaciones.Desconocemos las propuestas que a peticin del Rey hiciera la Casa deContratacin, pero lo cierto es que de forma inmediata, se produjo la incorporacin a la armada de tres de su ms antiguos y expertos pilotos: Andrs deSan Martn, Juan Rodrguez Serrano y Juan Rodrguez Mafra. El tiempo demostrara su eficaz colaboracin con el Capitn General.Los oficiales de la Casa y sobre todo su jefe el Doctor Matienzo, una vezresueltas las diferencias, prestaron una entusiasta colaboracin en el aprestode la armada compuesta por los cinco navos que acopi en Cdiz el factorJuan de Aranda. Procedan los buques de los astilleros de Vizcaya yGuipzcoa, famosos en aquellos tiempos en el arte de construir todo tipo deembarcaciones.Magallanes y Faleiro mantuvieron peridicamente informados al Rey y aFonseca, acerca de las dificultades financieras, aportando los caudales necesarios de su propio bolsillo el tesorero Alonso Gutirrez, Cristbal de Haro yotros mercaderes de la ciudad hispalense, en ciertas ocasiones.Desde Barcelona, dictar el Rey las clulas que complementarn el cuadroAo 1991

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    G. DE ARANDA YANTONde los mandos de la Armada; nombrando: capitn del tercer buque a Juan deCartagena, a su vez veedor de la armada; tesorero, a Luis Mendoza; capitndel cuarto buque, a Gaspar de Quesada y contador de la armada a Antonio deCoca.La labor de Cartagena como veedor no era nada extraordinaria, sus funciones conllevaban la comunicacin secreta con el Rey de los movimientos de losmandos. Sus instrucciones de carcter marcadamente fiscal, propias del cargode veedor, las recibi de manos de Fonseca.Sin embargo, las distinciones que ello representaba lo hicieron aparecercomo el tercero de los portugueses y, en opinin de los oficiales de la Casa, enel mismo plano que Magallanes y Faleiro. Durante los preparativos, Cartagenase erigira en cabeza para elevar ciertas protestas al Capitn General. Estasconsistan en la falta de nombramiento del capitn del quinto navo, el no estarinformados sobre el itinerario a seguir que claramente haba ordenado el Reyy, por ltimo, sobre el elevado nmero de portugueses enrolados.Acerca del primer punto, el cargo recaer en Rodrguez Serrano, al segundo punto Magallanes responder con evasivas y en cuanto al tercero se limit,por resolucin real, su nmero a 5, no obstante Magallanes duplicar su nmero, lo que unido a la dificultad de reconocer la identidad de los alistados hacepensar que los portugueses duplicaran al menos esta cifra.

    No cesaron las intrigas de parte de la Corte lusitana y al parecer aqullasprovocaran las diferencias habidas entre Magallanes y Faleiro.Sorprendentemente para Magallanes, el Capitn Faleiro fue separado de laarmada por R.C. de 26 de julio de 1519, alegando motivos de salud. En elmando del segundo navo sera sustituido por Cartagena, en calidad de conjunta persona del Capitn General. No obstante, no pareca que este nombramiento le equiparara a Magallanes, puesto que en la jura de banderas, previa ala salida, Juan de Cartagena jur obediencia plena al Capitn General, sin distincin de sus cargos. No lo entendi as Cartagena, que pretendera sustituiren todo a Faleiro, como participante mismo de la capitulacin, lo cual provocara problemas a Magallanes a lo largo del viaje.Con relacin a la baja de Faleiro, manifest Magallanes que la aceptarasiempre que le entregara a los oficiales de la Casa y a l La altura de la longitud de Este a Oeste con todos los seguimientos que cumplen a ella . Ni RuiFaleiro ni su hermano Francisco, fueron en la Armada, pero Magallanes pudorecibir de manos de los oficiales de la Casa El gran regi,niento de treinta captulos para que por tres semanas pudiesen conocer la distancia y diferencia delEste al Oeste.Composicin; pertrechos y mandos de la armada Transcurri un ao y por fin en agosto de 1519 quedaron listos los navos.38 33

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    REFLEXIONES CUANDO LOS MONTES ERAN DE LA MARINAComponan la flota cinco naves:La nao Trinidad de 110 toneles, arbolada la insignia del Capitn General y

    si no era la mayor era la ms vistosa y de ms elevadas superestructuras. Almando el Capitn General, como piloto el portugus Esteban Gmez, de contramaestre Francisco Albo y maestre Juan Bautista de Poncervera (tambinconocido como Juan Bautista Genovs).La nao San Antonio de 120 toneles, iba al mando de Juan de Cartagena,como piloto Andrs de San Martn (cosmgrafo y piloto de la Casa deContratacin), tambin ira un piloto adjunto por ser la nave de mayor porte,el tambin piloto de la Casa Juan Rodrguez de Mafra, como maestre JuanElorniaga y contramaestre Diego Hernndez.La nao Concepcin de 90 toneles, la mandara Gaspar Quesada, como maestre Juan Sebastin Elcano y contramaestre Juan de Acuno.El mando de la nao Victoria, de 85 toneles, se dio a Luis Mendoza, comopiloto ir Vasco Gmez Gallego (portugus), el maestre Antonio Salomn (italiano) y contramaestre Miguel de Rodas (natural de aquella isla).Por ltimo la carabela Santiago, de 75 toneles, destinada a tareas de exploracin, estara al mando del tambin piloto Juan Rodrguez Serrano, (portugus), maestre Baltasar Genovs (italiano) y como contramaestre BartoiomPrior (francs).A la vista de los mandos podemos apreciar la importante presencia de losportugueses, que en ningn navo dejaban de tener al menos una representacin, como capitn, o piloto o maestre, incluso casi monopolizando el poderen el caso de la Trinidad.Adems, cada nave llevaba su correspondiente escribano y como representantes de la Corona iran un veedor, un tesorero y un contador. Tambin llevaran asistencia mdica y espiritual.Respecto al nmero de tripulantes, no se ponen de acuerdo los narradoresdel viaje, aceptndose como nmero ms aproximado el de 265, contando pilotos y capitanes.La lista oficial da un nmero exacto de 230, cinco menos de los que decan las capitulaciones.Entre los espaoles, la mayora eran vascos y andaluces y entre los demshaba genoveses, alemanes, flamencos, franceses y por supuesto portugueses.En cuanto a instrumentos de navegacin contaban con 25 cartas naticasconfeccionadas durantes los preparativos de Sevilla, en cuyos trabajos tuvieron parte Magallanes, los dos Faleiro, los Reynel (padre e hijo), Nuo GarcaToreno y Diego Ribero (pariente de Faleir y discpulo de Reynel).Tambin llevaban 6 cuadrantes de madera y 15 ms de metal; 6 astrolabios

    de metal y 1 de madera; 25 agujas de marear; 6 pares de compases y otros mscon estuche.Iban los buques armados con artillera pesada y ligera y abastecidos pordos aos

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    G CHOCANO HIGUERASEl coste de la Armada se calcuTaen 8.334.600 maraveds. Habindose autorizado a Cristbal de Haro a invertir hasta 2.000 ducados en las mercaderas

    para contratacin y rescates que la armada haba de facer consistentes enabalorios de varias clases, con los que se obtuvieron grandes beneficios en losintercambios con los indgenas, tanto de abastecimientos como de especias.Viaje Memorial de Magallanes al Rey

    Los conocimientos nuticos de Magallanes quedan sobradamente expuestos en el memorial que elev al Rey en Sanlcar de Barrameda, cuando se dispona a partir. Se trata de un derrotero donde se precisan los datos de latitud ylongitud de los puntos bsicos de la ruta a seguir. Determina la lnea de demarcacin occidental, los cabos de San Agustn, y Santa Mara (en Brasil),Malaca, 5 islas del Maluco y la lnea de demarcacin oriental o antimeridiano,a la que Magallanes llama segunda lnea de demarcacin. Tambin fija la situacin del cabo de Buena Esperanza, siguiendo la fijacin de alturas en la de-nota a las Molucas. Quiz esto ltimo, fuera debido a que no descartaba elviaje por ese rumbo, en caso de resultar fracasada la exploracin de la costasur del continente americano.

    Es asombrosa la exactitud con que determina dichas posiciones, en unapoca en que era imposible obtener la longitud geogrfica exacta. Solamentepresenta errores en los que refieren al cabo de San Agustn (lo cual no afectara a sus planes) y a la lnea de demarcacin oriental, que la sita a 171 1/2 dela occidental y no a los 180 lgicos, en que quedara la tierra dividida en doshemisferios.Por la exactitud de. las otras posiciones marcadas y porque este ltimoerror permita demostrar que las Molucas entraban dentro del dominio espaol, clave del proyecto magallnico, nos parece que se trata de un dato intencionadamente errneo, para la propia confirmacin de sus planes.Con respecto a la situacin del estrecho prometido, Magallanes no indicar nada en el memorial. Tampoco lo llevaba marcado en las cartas. Su secretolo ocult a sus colaboradores como hiciera Coln 27 aos antes. Sobre estepunto el factor portugus Sebastin Alvarez escriba, desde Sevilla, al monarca portugus: Desde Cabo Fro hasta las islas del Maluco por esta navegacin no hay ningunas tierras asentadas en las cartas que llevan.La finalidad por la que Magallanes enva entonces un memorial al Rey, tandistinto y determinante del que le ofreciera juntamente con Faleiro enValladolid, lo expone el mismo Magallanes en las primeras lneas, diciendoas: porque podra ser que el rey de Portugal quisiese en algn tiempo decirque las islas del Maluco estn dentro de su demarcacin y podra mandar enviar las derrotas de las costas y acortar los golfos de la mar sin que nadie selo entendiese, as como yo lo entiendo y como se poda hacer quise por servi40 - Nm.33

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    EMPRESA DE HERNANDO DE MAGALLANEScio de vuestra Alteza dejarle declarado las alturas y cabos principales y lasalturas que estn ans de latitud como de longitud y con esto ser VuestraAlteza, para si sucediendo lo dicho yo fuese fallecido, tenga sabido la verdad.Poco despus y ya en aguas malayas, le daran muerte los indgenas deMactn el 17 de abril de 1521.En lo referente a longitudes, cuando Magallanes llega a las Filipinas, complet aunque no en ruta continua, la circunnavegacin de la tierra. Pues estasislas se encuentran aproximadamente a la misma longitud (alrededor de 125E) que las islas que, casi mil millas ms al sur, haba explorado con su amigoSerrano durante sus aos pasados en Oriente.Juan Sebastin Elcano (natural de Guetaria) que asumi el mando de la expedicin (21 septiembre de 1521), compuesta entonces por un solo navo, laVictoria, ser quien reciba la gloria, de ser el primero que dio la vuelta almundo, tras su recalada en Sanlcar el 6 de septiembre de 1522, con tan slo17 supervivientes.De esta forma se confirm la esferoidad de la tierra, presentida por Coln,cuando an se condenaba esta teora como hertica.Crnicas del viaje

    Para conocer toda la trayectoria de la realizacin de la empresa magallnica, nos aportan numerosas noticias cronistas hispanos y de Indias. Entre ellosdestacamos Pedro Martr de Anglera a quien el Emperador encarg unaRelacin, para enviar al Papa Adriano VI en base a los relatos que tom de lossupervivientes de la Victoria;tambin nos aportan datos Fr. Bartolom de lasCasas, Fernndez de Oviedo y Antonio de Herrera; de menor valor son lasofrecidas por Lpez de Gmara.No podemos olvidar los cronistas portugueses, como Fernando deCastahneda, Gaspar Correia y sobre todo Juan de Barros, que sin embargo encierran cierta parcialidad, centrando la empresa alrededor de Magallanes, pasando por alto a su continuador Elcano y minusvalorando la ciencia nutica deMagallanes.Adems, la gran hazaa cuenta con varias relaciones contemporneas deinestimable valor, algunas escritas por miembros de la expedicin y otras porcoetneos suyos. Entre las primeras destacan las del italiano AntonioPigafetta, que nos ofrece, desde el principio al final de la expedicin, todo tipode informaciones. La relacin de Pigafetta, casi periodstica podemos decir,aunque carece de un valor riguroso para la navegacin, sin embargo resultaimprescindible a la hora de reconstruir da a da las circunstancias en que sedesarrollar el viaje. El dio adems a conocer, a todos los pases, la hazaamagallnica.El Diario del piloto de la Victoria, Francisco Albo, es fuente importanteAo 1991

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    G CHOCANO HIGUERASpara la navegacin, constituyendo en realidad un derrotero que incluye, casiexclusivamente, datos de la altura del sol, declinacin magntica, latitud yrumbos; inici su Diario el piloto Albo en aguas del Cabo San Agustn(Brasil).Tambin es importante la completa Relacin que, en forma de epstola, realizara el secretario de Carlos V, Maximiliano Transilvano, en base a los informes de Elcano y enfocada a ensalzar la gran empresa patrocinada por laCorona espaola y su descubrimiento de las Molucas como dominio espaol.De la circunnavegacin de la tierra ha quedado la numerosa documentacin en el Archivo General de Indias de Sevilla y en el Archivo Nacional de laTorre del Tombo en Lisboa. Publicada una gran parte en la Coleccin deViajes de Martn Fernndez de Navarrete, en la Coleccin de Documentos referentes a las Islas Filipinas (publicada por la Compaa General de Tabacosde Filipinas) tambin, en la Coleccin de documentos inditos para la historiade Chile de Toribio Medina y la titulada Alguns documentos do ArchivoNacional da Torre do Tombo.Adems contamos con un sinnmero de historias impresas de la empresamagallnica.

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    LOS MAQIINISTASDEL 98 (*)

    Antonio DE LA VEGA BLASCOCapitn de Fragata

    Por este ttulo, en las clsicas preguntas quin ? cundo? dnde cmo?cuntos? y por qu?, ya podemos centrar dos de ellos: el de quin: los maquinistas, y el cundo: e