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Edición No. 95

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Edición No. 95 Octubre de 2009 ISSN 1692-1097

Guerras Asimétricasy de Cuarta Generación

UNITAS50 AñosRE

VISTA ARMADA

No. 95 Octubre de 2009

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Una de las más importantes enseñanzas de Clausewitz dice que ante todo, tanto el líder político como el líder militar deben tener absoluta claridad sobre el tipo de guerra en el cual se encuentran inmersos. La evolución permanente del conflicto humano ha permitido identificar un tipo de antagonista muy sofisticado y flexible que entiende que para alcanzar sus objetivos estratégicos y políticos debe en primer lu-gar establecer alianzas estratégicas con aliados que, aunque disímiles, compartan objetivos estratégicos y políticos comunes, y en segundo lugar, combinar simultáneamente diversas formas de guerra.

Frank Hoffman, un Teniente Coronel de Infantería de Marina de Es-tados Unidos en uso de buen retiro, quien actualmente se desem-

LA GUERRA ASIMÉTRICA: EL NUEVO DESAFÍO

Po r : A l m i r a n t eG U I L L E R M O E . B A R R E R A H U R TA D O

Comandante Armada Nacional

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peña como investigador en el Centro de Amenazas y Oportunidades Emergentes del Comando de Desarrollo de Combate de la Infante-ría de Marina de Estados Unidos, basándose en varios documentos desarrollados por el Teniente Coronel David Kilcullen del Ejército de Australia ha planteado la existencia de una forma de confrontación que involucra la coexistencia de múltiples tipos de guerra que se de-nomina “guerra híbrida” y que se ajusta perfectamente al carácter del enemigo que se ha descrito en el párrafo anterior.

La guerra híbrida combina diversos modos de guerra que involucran en forma simultánea capacidades convencionales, tácticas irregula-res, actos terroristas, coerción y desorden criminal. En ella se mezclan insurgencia, terrorismo, criminalidad e inconformidades sociales y además incli’ve como característica determinante la participación directa de un gobierno con intereses antagónicés. Estas caracterís-ticas son inherentes a muchos conflictos hoy.

La experiencia indica que no tiene nada de novedoso que actores no estatales además de utilizar formas no convencionales de guerra se in-volucren y contribuyan de manera importante en guerras convenciona-les entre estados si esto les resulta beneficioso para lograr sus objetivos estratégicos. Del mismo modo, naciones estados pueden involucrarse en conflictos asimétricos si ello les permite alcanzar sus objetivos naciona-les. Mediante acciones criminales un gobierno puede intentar desestabi-lizar otro gobierno o ayudar a un enemigo asimétrico interno para afec-tar al gobierno de ese país y su legitimidad. En resumen, se alían actores convencionales (de carácter estatal) y actores no convencionales, con el objeto de lograr sus objetivos estratégicos comunes.

La guerra de cuarta generación o guerra asimétrica tiene como una de sus más importantes características el hecho de que el Estado-nación ya no tiene el monopolio de la guerra. La guerra híbrida aprovecha al máximo las características de este tipo de guerra en conjunción con las características inherentes de una confrontación

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convencional en cualquiera de sus etapas, es decir, durante tiem-po de aparente paz, en momentos de crisis y en guerra. Con esto el antagonista actúa £ el plano internacional y en el interno en forma simultánea para erosionar a su contrincante y así alcanzar más fácil-mente sus objetivos.

Es de suma importancia tener claro que las organizaciones no es-tatales involucradas en este tipo de conflicto actualmente están en capacidad de acceder a tecnología militar de alto nivel que normal-mente emplean fuerzas regulares, a través de diversos canales que incluyen traficantes internacionales de armas, elementos corruptos de las fuerzas militares de algún Estado o finalmente gobiernos con intereses políticos que convergen o se complementan con los suyos.

Esta forma de guerra no es nueva, pero sus implicaciones si resul-tan en cierta forma novedosas. La respuesta a este tipo de conflictos obliga a confrontarlos con todas las herramientas disponibles, es decir, no sólo se debe considerar una decidida respuesta militar, sino que además se debe actuar

simultáneamente en los campos económico y político (especialmen-te en el externo> además de un manejo adecuado e inteligente de la información.

En los niveles estratégico militar y operacional este desafío implica el diseño de una fuerza flexible con medios adecuados para enfrentar en forma simultánea el componente asimétrico de la amenaza des-de el interior, constituido por el actor armado no estatal y un enemi-go externo de carácter convencional. Esto imp’ica que debemos estar preparados para actuar en todo el espectro del conflicto. La guerra híbrida obliga a las organizaciones militares a adaptarse y responder adecuadamente ante los nuevos retos que surgen con impresionante rapidez. Esta respuesta implica versatilidad; la importancia de inno-var y de saber ganar y mantener la iniciativa es la clave.

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CONSEJO EDITORIAL

Capitán de Navío

GUILLERMO LAVERDE RENDÓNDIRECTOR ACCIÓN INTEGRAL ARMADA NACIONAL

Capitán de Fragata

MARÍA HELENA PÉREZ VARONAJEFE DIVISIÓN DE COMUNICACIONES

Vicealmirante ( r )

CARLOS ENRIQUE OSPINA CUBILLOSPRESIDENTE CONSEJO DE HISTORIA NAVAL

Periodista

JUAN MANUEL ZAMORA BASTOEDITOR GENERAL

Preprensa e Impresión

RASGO Y COLOR LTDA.www.rasgoycolor.com

Las opiniones expresadas en los artículos que se publican en esta edición son de responsabilidad exclusiva de los autores y no constituyen compromiso de la Armada Nacional.

Escribanos sus comentarios al e-mail: [email protected]

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EDITORIAL

LA GUERRA ASIMÉTRICA: EL NUEVO DESAFÍO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

CARÁCTER GENERAL

MÁS ALLÁ DE LA VICTORIA: EL FUTURO DE LAS FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6LA OTRA GUERRA DE CANO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN Y GUERRA ASIMÉTRICA: ¿NUEVAS FORMAS DE GUERRA DEL SIGLO XXI?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28LA ASIMETRÍA Y LA DERROTA DE LOS TIGRES TAMILES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44

ACTUALIDAD

ESCUELA NAVAL DE SUBOFICIALES ARC “BARRANQUILLA” 75 AÑOS FORMANDO LÍDERES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48¿MÁS SEGURIDAD NACIONAL, MENOS SEGURIDAD CIUDADANA?. . . . . . . . . . 52

CARÁCTER PROFESIONAL

EL PROGRAMA INTEGRAL DE FORTALECIMIENTO FAMILIAR . . . . . . . . . . . . . . 56“QUIEN DOMINE EL MAR DOMINA EL COMERCIO MUNDIAL; QUIEN DOMINE EL COMERCIO MUNDIAL DOMINA EL MUNDO”. . . . . . . . . . . . 63ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65CIENCIA, TECNOLOGÍA Y DIVULGACIÓN, ESCUDOS PARA ENFRENTAR LA AMENAZA LATENTE DE ‘TSUNAMI’ . . . . . . . . . . . . . . . . 69EL PLAN RENACER DE LAS MASAS: LA CONSOLIDACIÓN DE UN CONFLICTO ASIMÉTRICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

HISTORIA NAVAL

ORO PARA 50 AÑOS DE UNITAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85BUSCANDO EL ROSTRO DEL HÉROE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

CONTENIDO

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MÁS ALLÁ DE LA VICTORIA: EL FUTURO DE LAS FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA

Po r : G e n e r a l F R E D D Y PA D I L L A D E L E Ó N

Comandante General de las Fuerzas Mil itares

Conferencia presentada ante el Congreso Internacional Ries-gos, Seguridad y Defensa en el Siglo XXI. Derechos y responsa-bilidades humanas, ética y legitimidad institucional.

El escritor y militar británico sir William Francis Butler sostenía: “aquella nación que insiste en distanciar a sus soldados de sus pensadores está condenada a ver como sus batallas son libradas por locos y sus ideas de-sarrolladas por cobardes”.1 Pocas formas más elocuentes de afirmar los estrechos vínculos que unen a milicia y academia. Para los militares pro-fesionales, la búsqueda del saber es una condición necesaria para alcanzar

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la victoria. Para los académicos, el estudio de la guerra y la paz son tareas que dan a su ac-tividad un impacto social dramático y decisivo. Son dos mundos distintos; pero entrelazados por una atracción mutua que ha creado vasos comunicantes entre soldados y académicos.

Resulta especialmente grato encontrarme con ustedes en un espacio donde milicia y acade-mia se fundan armoniosamente. De hecho, no existe en Colombia ninguna otra institución que represente mejor la unión entre lo militar y lo científico que la Escuela Superior de Guerra cuyo centenario celebramos por estos días. Es una institución que ha jugado un papel doble-mente decisivo a lo largo de toda su historia, impulsando la modernización de las Fuerzas Militares y dando a conocer a los colombianos el papel que las instituciones castrenses están llamadas a desempeñar en la construcción de una nación libre, con desarrollo socio-econó-mico sostenible y justicia social-

El centenario de la Escuela Superior de Guerra se registra en una coyuntura particularmente importante para las Fuerzas Militares colom-bianas y para el país en general. Después de que la república se sumiese en una crisis de seguridad existencial donde el derecho de todos los ciudadanos a una vida digna, libre y próspera fuera amenazado por el terrorismo, hoy podemos afirmar que estamos cerca del final de ese período de excepción en el que la nación tuvo que invertir todas sus energías en la lucha por su supervivencia. Pero, el éxito que cierra etapas dolorosas también plantea interrogantes de cara al futuro. Por eso, per-

mítame que aproveche la oportunidad de en-contrarme ante un auditorio tan distinguido para que comparta con algunas reflexiones sobre el camino que nos ha llevado a este mo-mento decisivo y la ruta del futuro por la que, a mi entender, debe transitar las instituciones militares del país.

El largo camino hacia la victoria

Hoy, cuando la inmensa mayoría de los colom-bianos viven sin miedo, parece el momento de recordar cuál ha sido la trayectoria que nos ha llevado hasta aquí. De hecho, para poder mirar hacia el futuro, resulta imprescindible recor-dar cómo hemos avanzado hacia la victoria superando obstáculo tras obstáculo gracias al valor, la determinación y la visión de los miles de hombres y mujeres de las Fuerzas Militares que crearon oportunidades estratégicas donde no parecía haberlas y muchas veces se impu-sieron al enemigo jugando contra la ley de la probabilidad.

Para entender del esfuerzo realizado, de la mi-sión cumplida, es necesario retroceder hasta mediados de los 90, cuando el terrorismo – for-talecido por los recursos generados por el narco-tráfico, el secuestro y la extorsión- confrontaba al Estado abiertamente y sometía a su voluntad a decenas de miles de ciudadanos en extensas zonas del país. Se debe traer a la memoria cómo las guerrillas arrollaban con su superioridad numérica y su abrumadora potencia de fuego

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puestos de policía y bases militares, cómo colo-caban a los pueblos de Colombia ante la disyun-tiva de aceptar su dominio o ser destruidos. De igual forma, se tienen que recordar cómo las autodefensas ilegales construían imperios cri-minales cimentados sobre masacres y expolios con el único objetivo de satisfacer las ansias de riqueza y poder de sus cabecillas.

Frente a estas circunstancias, la determinación mostrada por el gobierno del señor presiden-te Andrés Pastrana y el alto mando militar y policial de entonces, -al impulsar la reorga-nización, modernización y fortalecimiento de las Fuerzas Armadas- tuvo un papel decisivo a la hora de crear las condiciones para dar un giro al escenario estratégico. De hecho, fue precisamente en aquellos difíciles momentos cuando se engendró la semilla del concepto estratégico que conduciría a la derrota de los terroristas y a la victoria del Estado. Sin duda, la clave de este punto de inflexión descansó en la comprensión superior que gobierno y Fuer-zas Militares demostraron de la confrontación en la que se hallaban inmersos. Los líderes políticos y militares, que asumieron la direc-ción de la estrategia de seguridad a partir de 1998, fueron plenamente conscientes de que el centro de gravedad del esfuerzo para derro-tar a los grupos armados ilegales descansaba en la legitimidad del Estado y de sus Fuerzas Armadas. Una visión que otorgó a la campaña militar la orientación impartida por el padre de la doctrina de guerra irregular británica, sir Robert Thompson, quien consideraba que “una batalla por la legitimidad”2 era condición esencial para el éxito.

Es dentro de este contexto en el que debemos entender el valor estratégico del fallido proce-so de paz que la administración del presidente Pastrana mantuvo con las Farc en El Caguán. Sin duda, durante los más de tres años de conversaciones, la guerrilla se aprovechó cíni-camente de la mano tendida por el gobierno y el país. Un juego tramposo que fue posible por la asimetría esencial que separaba los deseos de paz de la sociedad colombiana, dispuesta a hacer concesiones en busca de un compromiso, y la voluntad criminal de una banda terrorista, decidida a manipular las negociaciones para ganar ventajas tácticas en su actuar criminal, no obstante el mejoramiento logrado hasta ese entonces en la capacidad operacional de la Fuerza Pública. Estas ventajas tácticas acu-muladas por los terroristas se materializaron en la destrucción de poblaciones, extorsiones y secuestros masivos, control de carreteras prin-cipales, municipios importantes sin presencia de la Policía y alcaldes desterrados de sus juris-dicciones, entre otros nefastos hechos.

Sin embargo, las negociaciones de El Caguán otorgaron al Estado y las Fuerzas Militres dos ventajas estratégicas que a la postre serían decisivas. Por un lado, las conversaciones se conviertieron en una demostración pública y notoria del sincero deseo del gobierno – in-terpretando el sentimiento del pueblo colom-biano de encontrar una salida negociada a la violencia y, por ende de las Farc, de su comple-ta falta de voluntad de paz. El resultado fue el fortalecimiento de la legitimidad del estado colombiano dentro y fuera del país mientras la naturaleza criminal y violenta de las Farc

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quedaba al desnudo. Por otra parte, El Caguán también cambió el ritmo estratégico de la confrontación. Las Farc se dejaron tentar por la oportunidad de acomodarse en el espacio seguro que les ofrecía la negociaciones y dis-minuyeron su voluntad de lucha. Mientras, las Fuerzas Militares aprovecharon este margen de tiempo para repensar su estrategia, forta-lecer su entrenamiento y mejorar su equipo. El cambio se hizo bien visible tras el fracaso de las negociaciones, cuando las Fuerzas Militares lanzaron la operación “Thanatos” para recupe-rar la zona desmilitarizada que habían ocupa-do las Farc durante las conversaciones. Se tra-taba de unas fuerzas nuevas: con una moderna capacidad operativa y, sobre todo, con una fortalecida moral y un liderazgo sinérgico.

Sobre esta base, la puesta en práctica de la Se-guridad Democrática representó un gran salto adelante dentro del esfuerzo para derrotar el terrorismo. De hecho, el diseño y la ejecución de la Política de Defensa y Seguridad Demo-crática, por parte del señor presidente Álvaro Uribe Vélez, dio un impulso clave a la moder-nización y el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y construyó caminos de confianza y apoyo internacional que se demostraron al frenar la violencia y devolver la tranquilidad al país. En particular, tres han sido los méritos de esta iniciativa desarrollada bajo el liderazgo del presidente Uribe:

La Seguridad Democrática se convirtió en la primera oportunidad para que un gobierno abordara el diseño de una estrategia de largo plazo destinada a combatir a los grupos ar-

mados ilegales de todo signo y desmantelar el negocio ilegal del narcotráfico que los sus-tentaba.

Esta política convocó a todas las instancias del Estado para que se sumasen a un esfuerzo di-rigido a restablecer el imperio de la ley, cuyo alcance sobrepasaba las competencias de la Fuerza Pública para involucrar a una amplia gama de instituciones, incluyendo desde los organismos de la justicia hasta las agencias a cargo de la política social.

Finalmente, la estrategia de Seguridad Demo-crática se concibió como un esfuerzo definitivo para hacer retroceder la violencia, de una vez y para siempre, terminando con un clima de inseguridad ciudadana y zozobra institucional que había atenazado al país durante largo tiempo.

De este modo, siguiendo los lineamientos de la Política de Seguridad y Defensa Democrática, Colombia se comprometió en una estrategia integral de largo aliento para restaurar la paz y el orden de forma definitiva. Una hoja de ruta que cuyo componente militar se materializó en el Plan Patriota.

Pero, además, hay que señalar que la Seguri-dad Democrática mantuvo y enfatizó la visión de la legitimidad del Estado y de las Fuerzas Armadas como el centro de gravedad del es-fuerzo por derrotar a los violentos y devolver la paz al país. En otras palabras, tanto desde el gobierno como desde la Fuerza Pública, todos los que nos comprometimos en el diseño y la puesta en práctica de la nueva política de se-

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guridad nos mantuvimos en la convicción de que sería el apoyo de la sociedad al Estado y a sus instituciones armadas el factor decisivo en el combate contra el terrorismo.

Este principio fue más allá de un mero enun-ciado formal o una frase para adornar los dis-cursos públicos. Desde la misma concepción de la estrategia, la protección de los derechos de la población se convirtió en la primera priori-dad de las Fuerzas Militares. Una decisión con efectos operativos que resultaba plenamente coherente con la idea de que un Estado y unas Fuerzas Armadas son legítimas únicamente si son capaces de garantizar unas condiciones de seguridad y convivenvia que permitan a todos los ciudadanos, sin distinción de ningún tipo, ejercer sus derechos y aspirar a una vida libre, digna y próspera. Todo ello se realizó dentro del marco de la Constitución y las leyes de Co-lombia, sin medidas de ley marcial y sin restric-ción alguna a las libertades ciudadanas.

Las Fuerzas Militares, en colaboración con la Policía Nacional, se comprometieron a un pro-grama para devolver a los ciudadanos el uso de las vías del país. Una misión que, a medida que rompió el encierro en el que la guerrilla había mantenido a muchas ciudades, abrió la puerta a la reactivación de actividades económicas, como el comercio y el turismo. De este modo, millones de colombianos recuperaron la esperanza al ver la Seguridad Democrática mejoraba la vida cotidiana, reducía el riesgo de ser asesinados, garantizaba el derecho de transitar por las carre-teras y hacía posible nuevas oportunidades de trabajo sin la sombra de la extorsión.

Sin duda, la conquista más valiosa de las Fuer-zas Armadas fue, precisamente, la confianza de los ciudadanos. Un éxito decisivo obtenido gra-cias al profesionalismo, la constancia y la ho-nestidad de decenas de miles de oficiales, sub-oficiales, soldados y marinos que demostraron al pueblo que eran dignos de su confianza y capaces de proteger sus derechos. En realidad, este masivo apoyo social ha sido la diferencia que nos esta dando la victoria. Son estos millo-nes de colombianos que han manifestado, una y otra vez, el respaldo a sus ejércitos; que han entregado sus impuestos de buena gana para financiar el esfuerzo de seguridad, que se han sumando a las organizaciones de cooperantes, que tan valiosa información suministran; quie-nes han hecho posible la expansión de la Fuer-za Pública presentándose para servir en sus filas. Con este respaldo mayoritario, la Política de Seguridad Democrática se convirtió en una marea imparable que recuperó el control del Estado sobre amplias zonas del país y colocó a los violentos en clara retirada.

La consolidación de la seguridad

Sobre esta base, la puesta en práctica de la Política de Consolidación de la Seguridad De-mocrática supuso un nuevo y significativo paso hacia la derrota de los grupos armados ilegales y la restauración de la paz en el país. Si durante los años pasados el Estado Colombianos y sus Fuerzas Armadas conquistaron el predominio

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sobre el escenario estratégico, la Consolidación de la Seguridad Democrática significó el apro-vechamiento de esa posición de ventaja para empujar a los grupos terroristas a su punto de quiebre y, definitivamente, garantizar el orden y la ley en la inmensa mayoría del territorio nacional.

Parte de este esfuerzo se materializó en una serie de golpes contra los cabecillas de los grupos terroristas que asolaron el país du-rante décadas. Cada una de estas acciones representó un impacto demoledor para las organizaciones armadas ilegales y, también, un alivio para la población de las áreas que habían padecido sus depredaciones. Tal fue el caso de regiones como los Montes de María en la Costa Caribe, o amplios sectores del Oriente del país. Más en particular, la Operación Fénix que condujo a la muerte del miembro de la cúpula de las Farc, alias “Raúl Reyes”, repre-sentó el fin de una agresión narcoterrorista no solo para Colombia sino para toda Amé-rica Latina y Estados Unidos. Desde su cam-pamento, a solo 1.8 kilómetros de la frontera entre Ecuador y Colombia, alias “Raúl Reyes” ejecutaba ataques sistemáticos contra civiles en el sur del país. Pero, al mismo tiempo, este asentamiento se había convertido en un san-tuario donde recibía a extremistas de todo el continente, les daba entrenamiento y los devolvía a sus países de origen para que or-ganizasen sus propias estructuras terroristas. El objetivo era construir una red continental

de grupos armados, que bajo el terror de las Farc extendiese la violencia y desestabiliza-se gobiernos a todo lo largo de la región. Si a ello se añade que existe evidencia de que este cabecilla terrorista estaba involucrado en un entramado internacional de contra-bando de material radiactivo, bien se puede afirmar que la Operación Fénix neutralizó una agresión que no solamente cobraba vidas inocentes en Colombia sino que amenazaba la seguridad de todo el hemisferio.

Al mismo tiempo, las Fuerzas Militares y de Policía mantuvieron su empeño en el combate a las estructuras criminales que continuaban amenazando la paz y la tranquilidad ciuda-dana. Ha resultado significativo el esfuerzo desplegado contra las bandas criminales al servicio del narcotráfico. Una variada gama de grupos delincuenciales, entre los que se inclu-yen: desde redes de sicarios al servicio de los carteles de la droga hasta antiguos miembros de las autodefensas ilegales que rechazan el compromiso de desmovilización ofrecido por el Gobierno y han perseverado en la práctica de la extorsión y el narcotráfico. En este sentido, la acciones contra estos grupos representan una prueba decisiva para demostrarle a los violen-tos que el crimen no paga y que la única salida es aceptar el perdón generoso que ofrece la sociedad. Como consecuencia, las Fuerzas Mi-litares se han comprometido, sin concesiones, en la lucha contra estas bandas. Una tarea que se está demostrando exitosa, como confirman los avances realizados en la confrontación de esta agresión.

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Las Fuerzas Militares y la Policía también han realizado una contribución decisiva en la lucha contra el narcotráfico. Este esfuerzo ha sido coherente con la forma en la que el tráfico ha evolucionado hasta convertirse en la fuente principal de recursos que alimenta el terroris-mo y una amenaza existencial para el Estado colombiano. En este sentido, la destrucción del negocio de la droga es una tarea esencial de las Fuerzas Militares y una condición decisiva para la victoria. Como consecuencia, se han realizado los máximos esfuerzos para intercep-tar los precursores químicos y otros insumos para la producción de narcóticos. Asimismo, en coordinación con la Policía Nacional, hemos respaldado las tareas de erradicación manual y aspersión destinadas a eliminar los cultivos de coca. Además, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea han desplegado una intensa campaña para incautar los envíos de droga hacia sus mercados de consumo. Una tarea en la que se han conseguido resultados record.

Al mismo tiempo, hemos asestado golpes clave a las cabezas de las grandes mafias de la droga como quedó de manifiesto con la detención de Diego León Montoya, alias “don Diego”, quien era uno de los capos más buscados del desarti-culado cartel del norte del Valle; o la de Daniel Rendón Herrera, alias “don Mario”, capo del narcotráfico en el Urabá antioqueño y chocoa-no recientemente capturado por la Policía. Es-tos esfuerzos no sólo han restado combustible a la hoguera de la violencia en Colombia sino que han desmantelado un negocio ilícito cuyas repercusiones padecen las sociedades de todo el mundo. Toda esta cadena de acciones mili-

tares y policiales contribuyó a salvar vidas de víctimas inocentes del terrorismo, y también de guerrilleros que encontraron un camino de regreso a la legalidad.

De otra parte, el debilitamiento del control de los jefes de las Farc sobre sus estructuras arma-das creó las condiciones para la ejecución de la Operación Jaque que liberó sin un solo disparo a Ingrid Betancourt, a tres ciudadanos estado-unidenses y a once colombianos secuestrados durante años por las Farc.

De forma visible, la incapacidad de los cabeci-llas de la guerrilla para mantener bajo control a sus propios seguidores creó las condiciones para que muchos de ellos decidieran abando-nar las filas del grupo terrorista, acogiéndose a los beneficios brindados por el gobierno colombiano. Así 3.027 integrantes de las Farc abandonaron la organización armada el año pasado, la cifra más alta desde que se inició el programa siete años atrás. En total, 13.505 miembros de las guerrillas abandonaron las armas durante los pasados seis años. Ninguno de estos éxitos habría sido posible sin el es-fuerzo sobre el campo de batalla de los miles de hombres y mujeres del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional.

Aún más, el predominio estratégico de las Fuerzas Militares creó las condiciones de segu-ridad que hicieron posible la puesta en prác-tica de los programas sociales que resultaba imprescindible desarrollar en muchas regiones para recuperar la confianza de lo ciudadanos en el Estado y cerrar el paso al terrorismo. Fi-

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nalmente, se trataba de una vertiente clave de la concepción que situaba el centro de grave-dad de la campaña de seguridad en la legiti-midad del Estado y las Fuerzas Militares. Una visión que trasciende la primera etapa de la Política de Seguridad Democrática para situar-se en el centro de la nueva Política de Consoli-dación de la Seguridad. Si los ciudadanos de-bían recuperar la fe en sus instituciones, no era suficiente que las Fuerzas Militares y de Policía Nacional garantizasen su seguridad. El Estado debía demostrar con hechos que la legalidad y el orden representaban la oportunidad de una vida digna y próspera para todos los colombia-nos. Como señaló en su momento el general británico Gerald Templer – al explicar su éxi-to contra el terrorismo Malasia-: “el tiroteo es solamente el 25 por ciento del problema y el otro 75 por ciento consiste en poner al pueblo de nuestro lado”.3

Ciertamente, el Estado había intentado con anterioridad este esfuerzo y había fracasado. Basta con recordar las tribulaciones del Plan Nacional de Rehabilitación entre finales de los años 80 y principios de los 90. Entonces, los in-tentos gubernamentales de desarrollar inicia-tivas para mejorar la vida de los colombianos en las regiones más apartadas del país nau-fragaron frente a la capacidad de los grupos armados para capturar estos recursos y usarlos en beneficio propio. Ahora , la superioridad de las Fuerzas Militares garantiza el desarrollo sin interferencias de toda una gama de nuevos programas socio-económicos situados bajo la denominación de Acción Integral. De este modo, decenas de miles de ciudadanos en lu-

gares alejados de los grandes centros urbanos o sencillamente desfavorecidos por el desarro-llo nacional están teniendo la oportunidad de beneficiarse de nuevas obras de infraestructu-ra, acceder a servicios sociales o recibir la res-titución de bienes que les fueran arrancados por los violentos. Las obras desarrolladas por organismos, como la Alta Consejería Presiden-cial para la Acción Social y la Cooperación In-ternacional, ha sido posible sólo en las nuevas condiciones de seguridad de las que disfruta el país.

Desde luego, no todo ha sido perfecto en este largo y difícil proceso por consolidar la Seguridad Democrática. Las Fuerzas Militares han invertido tiempo, recursos y atención en profesionalizar y mejorar su desempeño en el campo de los derechos humanos y el derecho de guerra, no solo debido a que creemos en los valores que encierran estas normas legales sino porque además su respecto nos parece condición imprescindible para lograr la victo-ria. Sin duda, eso no ha librado a la institución de graves errores y fallas en las que las accio-nes criminales de unos pocos han empañado el trabajo honesto y comprometido de muchos. En cualquier caso, de lo que no puede quedar duda es de nuestra voluntad de castigar a los responsables de los excesos y enmendar los procedimientos que hicieron posible los erro-res.

En realidad, nuestra aspiración es que las Fuer-zas Militares de Colombia pasen a la historia como el primer ejército que alcanzó la victoria con la preocupación fundamental de mantener

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el respeto al Derecho Internacional Humanita-rio, como un reflejo inevitable de nuestro ab-soluto respeto por la Constitución y las leyes de la república. Semejante determinación es una consecuente directa de la convicción de los miembros de la institución castrense de que nunca se ha ganado una guerra perdiendo el respaldo popular. Desde esta perspectiva, nuestro comportamiento ha estado guiado por la voluntad de hacernos merecedores de la absoluta confianza y el masivo respaldo que nos ha otorgado el pueblo colombiano. En consecuencia, las Fuerzas Militares han reali-zado y continuarán realizando los máximos esfuerzos para evitar cualquier acto cruel con el vencido que deshonre nuestra lucha por los derechos de todos los colombianos. De hecho, resulta preferible un revés momentáneo que la indignidad y la culpa que pondrían en riesgo la credibilidad de la presente estrategia de seguridad y lastraría el futuro de las Fuerzas Militares. Una victoria limpia y transparente nos legitimará ante el pueblo, el mundo y la historia.

A las puertas de la victoria

En cualquier caso, los progresos en la consoli-dación de la seguridad resultan indiscutibles. Pero, el éxito trae más afanes y desafíos. Con gran parte del país libre de la amenaza terrorista, el reto es llevar a un final exitoso la campaña de seguridad y entregar a los co-

lombianos la paz, la prosperidad económica y la inversión social que merecen. Para ello, he-mos puesto en marcha el denominado “Salto Estratégico”, un esfuerzo decisivo de natura-leza integral que incluye acciones de carácter militar y medidas de recuperación social del territorio con el objetivo de ganar el control de los baluartes que conservan los violen-tos en territorio colombiano. Se trata de un concepto estratégico nuevo que condensa la experiencia acumulada en el combate al te-rrorismo e introduce innovaciones indiscuti-bles en la aplicación de los recursos militares, sociales y económicos del Estado con vistas a alcanzar una victoria rápida y decisiva. En este sentido, el “Salto Estratégico” se debe ver como la hoja de ruta que nos hemos trazado para alcanzar lo que, en su momento califi-qué como “el fin del fin” de las Farc.

La idea central del “Salto Estratégico” es saturar con recursos de seguridad las regiones colom-bianas donde la guerrilla y otros grupos crimi-nales han buscado refugio. Para ello, el estado combinará varias herramientas. Se desarro-llará una campaña militar masiva y sostenida concentrando hombres y medios provenientes de varios puntos del país (“masa crítica”), de acuerdo con el concepto de las operaciones conjuntas sobre aquellas estructuras de la gue-rrilla o de las bandas criminales que todavía conserven alguna capacidad armada creible. Por otra parte, este esfuerzo estará respaldado por una intensificación del trabajo de inteli-gencia (“inteligencia dominante”) estrecha-mente asociado con las operaciones dirigidas a localizar y golpear objetivos de alto valor.

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Al mismo tiempo, se adelantará un esfuerzo coordinado con la Fiscalía para lograr la cap-tura y judicialización de los miembros de las organizaciones terroristas, sus milicias y sus elementos de apoyo. Asimismo, se impul-sarán medidas para poner al descubierto y desactivar los intentos de los terroristas para infiltrar y manipular instituciones connatu-rales a los sistemas democráticos, como las organizaciones de la sociedad civil. Parale-lamente, se desplegará una activa campaña antinarcóticos que incluirá una extensa ac-ción de erradicación manual o por aspersión. Todo este esfuerzo se complementará con una serie de operaciones de contención des-tinadas a bloquear por anticipado la retirada de las estructuras terroristas hacia posibles áreas de repliegue o las fronteras.

Junto a este esfuerzo militar, el “Salto Estraté-gico” supondrá una itensificación del trabajo de recuperación social de los territorios que, en el pasado, vivían sometidos al imperio de los terroristas. Con este objetivo, se desarrollará un esfuerzo coordinado de la Fuerza Pública con las agencias del Estado a cargo de desa-rrollar programas socio-económicos estruc-turados para garantizar los servicios básicos requeridos. De este modo, el regreso del go-bierno a estas zonas no sólo incluirá una inten-sificación de la presencia militar sino también un incremento sustancial de la inversión social. Todas estas actividades se articularán en torno al Centro de Coordinación de Acción Integral, en el que tienen asiento representantes de las Fuerzas Armadas al lado de los distintos depar-tamentos gubernamentales responsables de

proyectos sobre educación, salud, tierra, etc.

Dentro de este esquema, se debe subrayar la importancia que tendrá el fortalecimiento de la seguridad de las fronteras para la derrota definitiva de los violentos. Esta necesidad es-tratégica es consecuencia directa del debilita-miento de los grupos armados ilegales que han buscado refugio en los territorios limítrofes con otros países a medida que han sido testigos del desmantelamiento de sus santuarios al interior del país. Con vista a mantener la presión sobre los violentos y proteger a los países vecinos de sus acciones, ya se han tomado medidas con-cretas como el fortalecimiento del dispositivo militar en la frontera con Ecuador. Más decisio-nes en este sentido se irán tomando a medida que avance esta nueva fase de la campaña. Pero, además, es importante recordar que la consolidación de la seguridad fronteriza tie-ne como requisito la cooperación decidida de todos nuestros vecinos sobre la base de una comprensión común de que el terrorismo y el narcotráfico son amenazas igualmente peli-grosas para todos.

De este modo, el asalto a los últimos baluartes del terrorismo, combinado con la acción inte-gral y una mejora de la seguridad fronteriza promete colocarnos muy cerca de la derrota definitiva de los violentos. Pero, entonces con este compromiso, cabe preguntarse qué de-bemos entender por victoria, es un esfuerzo tan complejo y prolongado por proteger los derechos de los ciudadanos colombianos. En realidad, detrás de esta palabra, se esconde un concepto cuya ambigüedad no ha dejado

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de suscitar reflexiones en una larga lista de teóricos contemporáneos de la guerra que van de Edward Luttwak a Colin Gray4. Pero más allá del interés de las discusiones académicas sobre cuándo y cómo se vence, lo cierto es que es obligación de todo comandante en jefe es ofre-cer a sus fuerzas una definición clara de victoria que les proporcione un horizonte hacia dónde dirigir sus esfuerzos y les confirme cuándo el éxito está definitivamente en sus manos.

Dada la complejidad del escenario estratégico colombiano, creo que se puede empezar por la tarea más sencilla de identificar aquello que definitivamente no puede formar parte de nuestra definición de victoria. Sin duda, la derrota del terrorismo no demanda el aniqui-lamiento de todos los violentos. Demostramos eso cada vez que hemos abierto puertas a la desmovilización de aquellos que hasta un momento antes amenazaban la vida de los colombianos pacífico, y seguiremos haciéndo-lo con nuestro compromiso permanente por humanizar el empleo de la fuerza que resulta imprescindible para proteger los derechos de los ciudadanos. Tampoco puede asociar el concepto de victoria a la construcción de una sociedad de la que la violencia haya sido com-pletamente erradicada. Por lamentable que re-sulte esta realidad, lo cierto es que no ha exis-tido comunidad humana alguna que se haya visto libre del crimen. Aun más, las modernas democracias nunca han estado completamen-te exentas de que una exigua minoría recurra a la violencia para dar publicidad a una causa o proyecto político que de lo contrario sería igno-rado por la mayoría.

Si el triunfo del Estado colombiano y de sus Fuerzas Militares ni exige el aniquilamiento de todos los violentos, ni demanda la erradicación total de la violencia, cómo podemos definir victoria. Tal vez, tres condiciones podrían ayu-dar en este sentido: por un lado, significa que la capacidad armada de los terroristas habrá sido erosionada hasta el punto de no representar una amenaza efectiva para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Por otra parte, el retroceso de los grupos armados ilegales habrá llegado a un punto de no retorno que haga imposible la recuperación de su poder de intimidación. Por último, el Estado estará en condiciones de ga-rantizar el funcionamiento de las instituciones y el normal desenvolvimiento de la vida social en la totalidad del territorio nacional. dicho de forma más breve, el terrorismo estará de-rrotado cuando haya perdido su capacidad de perturbación y Colombia sea un país, definiti-vamente, en paz.

El futuro de las Fuerzas Militares

Y, después, ¿qué? ¿cuál debe ser el futuro de las Fuerzas Militares de Colombia cuando el país haya regresado a la normalidad? Para algunos, la institución debería invisibilizarse tras la llega-da de la paz como si su única razón de ser hu-biese sido responde a una crisis coyuntural y su existencia hubiese perdido sentido después de superada esta. Semejante razonamiento sería igual que afirmar que las Fuerzas Armada nor-

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teamericanas hubiesen tenido que disolverse después de la desaparición de la Unión Soviética al final de la Guerra Fría o el ejército británico hubiese sido desmantelado a raíz de la firma del acuerdo de paz de Irlanda del Norte, en 1999. Se insiste en la vieja tesis de que la excepcionalidad de Colombia descansa en que es un país distinto a todos los otros donde las instituciones mili-tares no son una parte perenne del Estado sino instrumento coyunturales al servicio de intere-ses o necesidades momentáneas.

Sin embargo, hoy sabemos que esto es sen-cillamente falso. Colombia es un país normal que con el esfuerzo de sus Fuerzas Militares y la colaboración de todos sus ciudadanos se han desecho del lastre de la violencia que durante mucho tiempo le convirtió en un miembro de segunda categoría de la comunidad interna-cional. En consecuencia, no solamente tiene el derecho sino también la necesidad de contar con una estrategia de seguridad de largo plazo y unas Fuerzas Armadas capaces de respaldar-la. Sin duda, los planteamientos de la defensa y la seguridad tendrán que ser adaptados a me-dida que cambien los riesgos que confrontar y las circunstancias en la que se desenvuelve la vida nacional. Pero, en cualquier caso, el país necesitará continuar pensando, invirtiendo y actuando en la defensa de sus ciudadanos. En consecuencia, Colombia necesitará una Fuer-zas Armadas modernas y capaces.

Esta necesidad de mirar con perspectiva ha-cia el futuro de la seguridad y la defensa del país parece hoy más urgente cuando el mundo atraviesa por un período turbulento, la pre-

sente recesión promete alterar los equilibrios estratégicos globales mientras crea nuevas oportunidades para la expansión del crimen organizado transnacional. El deterioro de la economía reducirá la capacidad de los aliados para apoyar nuestro esfuerzo de seguridad y respaldarnos en tiempos de crisis. Entre tanto, nuevas potencias emergentes hacen presencia en el continente, representando oportunidad para las relaciones comerciales; pero, también, de reto para proteger los intereses nacionales en un entorno regional más complejo y volátil. Al mismo tiempo, la fragilidad de los aparatos de seguridad y el deterioro de las condiciones sociales en muchos países promete crear nue-vas oportunidades para los carteles de la dro-ga. Unas estructuras criminales que disponen de la tecnología para construir semisumer-gibles casi indetectables y los recursos finan-cieros para extender el cáncer de la corrupción más allá de cualquier frontera. Por su parte, ocho años después de los ataques del 11 de septiembre, los esfuerzos internacionales han sido incapaces de acabar con la amenaza que representa el terrorismo internacional del que ningún país se puede sentir libre…

Las opciones de la sociedad colombiana para conquistar un futuro de libertad y prosperidad prometen estar condicionadas por este com-plejo escenario internacional. Un mundo que hoy ofrece grandes oportunidades; pero tam-bién permanece inmerso en riesgos. En conse-cuencia, las Fuerzas Militares, como uno de los instrumentos clave del gobierno de la Repúbli-ca, tendrán que prepararse para aprovechar las primeras y conjurar las segundas.

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En este escenario, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea de Colombia están llamados a comprometerse en la defensa de los intereses nacionales en tres ámbitos:

Para empezar, las Fuerzas Militares tendrán que continuar realizando una aportación significativa al mantenimiento de la segu-ridad interior. Incluso después del fin de las operaciones militares principales, parece probable que se mantengan activas estruc-turas criminales cuyo número de integrantes y de poder de fuego desborden la capacidad de las unidades policiales regulares. En tales circunstancias, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea tendrán que prestar su apoyo a los destacamentos de la Policía Nacional que así lo requieran. Con mucha probabilidad, este respaldo será más necesario en aquellas zonas donde los grupos armados ilegales han encontrado refugio tradicionalmente y es probable que permanezcan presentes por más tiempo. Paralelamente, las Fuerzas Militares jugarán un papel imprescindible en el control de extensas áreas deshabitadas del territorio nacional marcadas por unas condiciones geográficas excepcionalmente difíciles y una ausencia de la más mínima infraestructura de comunicaciones. Asi mis-mo, las Fuerzas Militares también tendrán que contribuir a la seguridad de las fronteras en la medida en que la protección de estas está indisolublemente unida a su misión constitucional de defensa de la soberanía y la integridad territorial.

Por otra parte, no cabe duda de que las ne-cesidades de disuasión exterior y defensa

territorial serán otro factor decisivo a la hora de configurar las Fuerzas Militares del futuro. De hecho, las tradicionales buenas relaciones de Colombia con sus vecinos no deben ha-cernos olvidar que nunca es completamente descartable que bajo ciertas circunstancias algunos gobiernos provoquen perturbacio-nes en el entorno regional de la Patria. Ade-más, bajo las presentes turbulencias globa-lizadas cuando la comunidad internacional está obligada a atender numerosos focos de tención, la capacidad de nuestros alia-dos para auxiliarnos se verá necesariamente mermada y la defensa de los intereses nacio-nales recaerá más que de costumbre sobre nuestros propios hombros.

Finalmente, no debemos olvidar que el Es-tado colombiano está llamado a hacer una contribución creciente al mantenimiento de la paz en el escenario internacional a través de la participación de sus Fuerzas Militares en “misiones integrales” y de estabilización. Hay buenas razones para que un país de la relevancia de Colombia se sume a estas iniciativas. Semejante presencia promete ampliar la proyección exterior de la nación. Además, no cabe duda que la autoestima de los miembros de las Fuerzas Militares y los ciudadanos en general saldrán fortalecida al comprobar la capacidad del país para contri-buir a la defensa del orden internacional. Al mismo tiempo, estas misiones serán oportu-nidades para un intercambio de experiencias enriquecedoras entre los oficiales colom-bianos y sus pares de otras naciones. Pero, más allá de estos motivos, también se debe

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recordar que Colombia guarda el deber mo-ral de colaborar con aquellos gobiernos que atraviesan por una difícil situación de seguri-dad, en reconocimiento por la ayuda que re-cibió cuando enfrentó amenazas que ponían en riesgo su misma existencia. Visto así, las Fuerzas Militares están llamadas a continuar por el camino que inauguraron hace medio siglo cuando se unieron a las Fuerzas de la ONU en la Guerra de Corea y que luego han continuado con su participación en las Fuer-za Multinacional de Observación en el Sinaí. Un tipo de misiones en las que el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea podrán aprovechar la enorme experiencia militar acumulada en el esfuerzo por devolver la paz al país.

El esfuerzo demandará un calculado equi-librio entre conservar todo aquello que nos ha conducido al éxito en la campaña con-traterrorista y renovarnos para enfrentar nuevos desafíos de forma moderna y eficaz. Sin duda, debemos mantenernos fieles al respeto de la institucionalidad y el respaldo de los ciudadanos que finalmente nos ha proporcionado la ventaja decisiva en la lu-cha contra el terrorismo. También debemos conservar toda la experiencia operativa cuyo aprendizaje pagamos con la costosa moneda del sudor y la sangre de los hombres y mu-jeres de las Fuerzas Armadas. Pero, también será necesario introducir algunos cambios en lo orgánico, el dispositivo, el equipamiento y el entrenamiento de las Fuerzas Militares. El desarrollo de las estructuras de fuerzas más versátiles y la apuesta por la incorporación de medios tecnológicos modernos parecen

las condiciones imprescindibles para cons-truir un aparato militar capaz de hacer fren-te a un haz de misiones diverso que incluye desde operaciones de control de área hasta misiones internacionales de paz en el exte-rior.

Este equilibrio, entre perseverar en las expe-riencia que nos han hecho fuertes y moder-nizarnos para mantenernos acorde con los nuevos retos, parece particularmente impor-tante cuando se trata de abordar el futuro del cuerpo de oficiales. Resulta difícil exage-rar la relevancia de estos miles de hombres y mujeres para el presente y el futuro de las Fuerzas Militares. Los oficiales del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea encarnan el carác-ter de sus respectivas instituciones, guardan sus tradiciones y tienen la responsabilidad de impulsar su modernización. Sencillamen-te, el cuerpo de oficiales es el alma de las Fuerzas Militares que determina su capaci-dad para cumplir con la misión esencial de defender los intereses de la nación.

Por todo esto, se debe reconocer que el largo esfuerzo para restaurar la paz en Colombia ha proporcionado en nuestros oficiales un bagaje excepcional; pero también le ha pri-vado de posibilidades comunes en muchos otros ejércitos que no se han vistos obligados a confrontar una crisis de seguridad tan larga y profunda. No exagero al decir que Colombia puede enorgullecerse hoy de contar con uno de los cuerpos de oficiales con mayor experiencia operacional de mundo. Un grupo de hombres y mujeres que han aprendido a resolver los duros

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dilemas del campo de batalla manteniéndose fieles a los principios del Estado democrático que defienden. Pero al mismo tiempo, la ne-cesidad de un compromiso sin restricciones en el combate al terrorismo ha privado a nuestros mandos del tiempo y la oportunidad de acce-der a una formación completa e integral. Estas carencias resultan hoy particularmente críticas cuando las Fuerzas Militares deben construir su futuro en un escenario estratégico complejo que demanda miradas amplias para construir una institución acorde con los requerimientos de una sociedad democrática y capaz de res-ponder a las necesidades de seguridad del país.

Es por esto que la reforma de la educación mi-litar se ha convertido en la máxima prioridad. Con ella, esperamos abrir la puerta a una nue-va generación de oficiales que conserven las tradiciones de la institución y atesoren la larga experiencia operativa acumulada en años de conflicto. Pero, al mismo tiempo, que cuenten con una mayor preparación para desempeñar como líderes de una sociedad que les exige, simultáneamente, compromiso ético y acción eficaz. Todo ello mientras se preparan para responder a los retos de seguridad planteados por un mundo turbulento manteniéndose en sintonía con el país al que pertenecen y están llamados a servir.

De hecho, formar oficiales representa estruc-turar personas de una calidad especial que deben sentirse plenamente identificados con los valores de la sociedad que están llamados a proteger, al tiempo que mantienen una dispo-sición permanente para arriesgar su bienestar

individual en defensa de la comunidad que constituye la nación. Con esta visión, pensa-mos que los hombres y mujeres de las Fuerzas Militares tienen que condensar una serie de dimensionea que les den eses carácter excep-cional:

Necesitamos que los futuros miembros del estamento militar sean pensantes como única alternativa no solamente para disponer del criterio necesario para tomar las decisiones operacionales adecuadas sino también para enfrentar un escenario estratégico que se ca-racteriza por una creciente incertidumbre.

Además, queremos que oficiales y soldados compartan una sólida ética militar como única respuesta para garantizar la legitimidad en el contexto de los dilemas dramáticos connatura-les a la guerra.

Requerimos que los oficiales colombianos se comporten como ciudadanos doblemente ex-celentes capaces de dar ejemplo a sus compa-triotas al tiempo que son conscientes de que se deben a su servicio.

Por otra parte, esperamos que los mandos de las Fuerzas Militares desarrollen una visión informada del mundo y un sentido de discerni-miento como para asumir el papel de intelec-tuales de la defensa capaces de comprender las necesidades de seguridad su sociedad más allá de lo coyuntural y lo inmediato.

Demandamos que los integrantes de las Fuer-zas Militares estén imbuidos del carácter de líderes capaces de conducir a la institución en

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la batalla; pero también de dirigirla y hacerla crecer en tiempo de paz.

Como es natural, el cuerpo de oficiales tie-nen que encarnar la esencia del ser militar caracterizado por valores como la disciplina, la determinación y el valor que les convierte el mejor recurso de la nación en los momen-tos más difíciles.

Es bajo la inspiración de estos valores que hemos abordado la reforma del sistema que debe formar a los oficiales del futuro. De hecho esta lista de principios ha pasado a convertirse en el eje articulador sobre el que se desarrollarán los contenidos de la nueva educación militar con la que esperamos dar a Colombia generaciones de líderes castren-ses preparados para defender los intereses de la República en el complejo mundo del presente.

Todos estos son los fundamentos sobre los que debe concebir el mañana las Fuerzas Militares. Pero convencidos de que el futuro empieza ahora, ya estamos dando pasos de-cisivos en la dirección señalada. Sin restar un ápice de atención a la tarea primordial de las Fuerzas Militares de garantizar la seguridad de los colombianos, ya no estamos alistando para ampliar nuestra contribución al mante-nimiento de la paz y la seguridad internacio-nal con el envío de un contingente militar a colaborar con la OTAN en la estabilización de Afganistán. Al mismo tiempo, como un paso clave en el diseño de la institución militar del futuro, hemos elaborado un nuevo proyecto

educativo con su correspondiente desarrollo en el Plan Estrategico del Sistema Educativo de las Fuerzas Armadas. Estos documentos son la base de lo que será un vuelco estraté-gico al modo en que educamos y entrenamos a los mandos de las Fuerzas Militares. De este modo, estamos avanzando hacia la creación de un modelo de oficial que combinará lo mejor de la tradición militar colombiana con la preparación para la sociedad y el mundo en los que están llamados a desenvolverse. Ellos confirmarán el espíritu de las Fuerzas Militares de Colombia en paz que estamos viendo nacer.

Sin embargo, para que estas iniciativas cul-minen en la modernización de la institución militar resulta clave que las Fuerzas Militares cuenten con los recursos necesarios. Durante los pasados años, la sociedad colombiana respaldó con generosidad el esfuerzo de seguridad a través de aportes fiscales que permitieron el fortalecimiento de la Fuerza Pública e hicieron posible la derrota del te-rrorismo. Hoy, en el contexto de una severa recesión, no faltan las voces que afirman que no tiene sentido invertir más en el mante-nimiento del orden sino que al contrario los presupuestos de la Fuerza Pública deben ser recortados en beneficio de rubros tradicio-nalmente incluidos dentro de lo social.

Frente a estos planteamientos, vale la pena señalar que la contraposición entre gasto en seguridad y gasto social carece de sentido en términos generales y más en particular en el caso de Colombia. Fueron los secto-

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res desfavorecidos de la sociedad quienes más duramente sufrieron los zarpazos de la violencia y en consecuencia los que más beneficiaron del éxito del Estado a la hora de confrontar el terrorismo. Aún más, la reactivación económica que acompañó a la mejora del orden público abrió oportunida-des de progreso económico a regiones que durante largo tiempo habían sido sumidas en la depresión y el retraso por la acción de los violentos. Desde esta perspectiva, utili-zar el argumento de las necesidades socia-les para cortar los recursos para la seguridad podría conducir al resultado paradójico de desandar parte de lo avanzado y devolver a la marginación regiones del país y sectores sociales cuyas oportunidades de progreso habían crecido con el éxito de la Seguridad Democrática.

Hay que reconocer que la economía colom-biana ha afrontado la presente recesión mundial desde una posición más sólida que otros muchos países gracias a que la recuperación de la seguridad permitió al país un desarrollo productivo excepcional en los últimos años. Con estos anteceden-tes, se puede argumentar que la mejor receta para lograr una rápida recuperación

del crecimiento económico es garantizar que las condiciones de seguridad del país van a mantenerse. Desde esta perspectiva, si algunos países han respondido a la cri-sis haciendo un esfuerzo económico para apuntalar sus bancos o estimular consu-mo, podría ser el caso que a Colombia le corresponda enfocar parte de sus energías en garantizar una inversión estable en se-guridad que genere la confianza suficiente entre inversores nacionales y extranjeros como para que renueven su apuesta por el país.

Estas son las líneas por las que a mi modo de ver debe discurrir el futuro de las Fuerzas Armadas de Colombia definitivamente paci-ficada. Una visión que sólo se hará realidad si se convierte en una construcción colectiva de todos los que integramos la institución mi-litar y policial que encuentra respaldo en el conjunto de la sociedad. Se trata de un reto grande proporciones que requiere del res-paldo de todos. Un proyecto necesario para asegurar la libertad y la prosperidad de los colombianos en el que espero contar con el respaldo de todos ustedes.

¡Firmeza y honor!

1 William Francis Butler, Charles George Gordon, Micmillan and Co., Londres, 1891.

2 Más detalles de la visión del experto británico sobre la guerra irregular en Robert Thompson, Defeating Communist Insurgency. Experiences from Malaya and Vietnam, Chatto & Windus, Londres, 1970.

3 Simon C. Smith, General Templer and Counter-Insurgency in Malaya: Hearts and Minds, Intelligence, and Propaganda, Intelligen-ce and National Security, Vol. 16, No. 3, Frank Cass, Londres, Otoño 2001.

4 Existe una abrumadora cantidad de literatura sobre el concepto de victoria. De los autores mancionados, cabe reseñar, Edward N. Luttwak, On the Meaning of Victory. Essays on Strategy, Simon and Schuster, New York, 1986, así como Colins S. Gray. Defining and Achieving Decisive Victory, Strategic Studies Institute –U.S. Army War College, Carlisle, 2002.

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LA OTRA GUERRA DE CANO

Po r : D o c t o rP L I N I O A P U L E Y O M E N D O Z A

Es la guerra política. La adelantan las Farc dentro y fuera de Colombia para contrarrestar sus derrotas en el campo militar

La guerra política es un componente específico y con perfiles propios de la guerra subversiva que Colombia sufre desde hace varias décadas. Sus efectos son devastadores. Sin embargo, la nueva estrategia de esa guerra política ofensiva no es visible para muchos de nuestros dirigen-tes políticos o responsables de los medios de comunicación, de ahí que el Estado y sobretodo la sociedad civil colombiana hayan carecido hasta ahora de organismos y estrategias aptos para contrarrestarla.

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Felipe Salazar, un joven e inteligente des-movilizado que con el nombre de Biófilo trabajaba en el área política de las Farc a órdenes de Alfonso Cano –hoy jefe máximo de las Farc-, ha dejado muy bien estableci-dos el origen y desarrollo de la nueva etapa de guerra política adelantada por la organi-zación terrorista desde el año 2001.

Según un interesante informe escrito por él, la nueva estrategia de la guerra política fue diseñada en la llamada zona de distensión del Caguán mientras se adelantaban los diá-logos con la guerrilla.

El primer punto de dicho plan dispone la creación del Partido Comunista Clandesti-no Colombiano (PC3), el cual queda bajo el control directo del Secretariado de las FARC, sustituyendo al Partido Comunista legal, por considerar que éste resultaba un brazo político de alcance muy limitado. Los miembros del PC3 se dividen en células o núcleos compuestos por 3 o 5 miembros, todos ellos del mismo medio cultural y so-cial, con un grado de independencia econó-mica o con los medios para alcanzarla. La primera instrucción impartida a todos ellos fue la de ocultar celosamente su identidad política e ideológica a fin de lograr una mayor penetración en la sociedad civil, en estamentos del Estado y en medios de co-municación.

Simultáneamente con el PC3, se decidió crear el llamado Movimiento Bolivariano

por la Nueva Colombia (MB), inspirado sin duda en el movimiento Bolivariano del Presidente Chávez y cuyo propósito es el de lograr una mayor flexibilidad y penetración en diversos sectores sociales del país y una mejor inserción en la nueva izquierda lati-noamericana. Quienes participan en este movimiento no necesariamente se identifi-can con el partido comunista legal o clan-destino o con las propias FARC, pero pueden servir a sus propósitos. Sin los compromisos de un militante y sin obligaciones proseli-tistas, su discurso político, aparentemente desprovisto de ideología, puede tener ma-yor proyección.

La infiltración, arma secreta

Cano tiene muy claro que los golpes sufridos por las FARC en el plano militar durante el Gobierno del Presidente Uribe exigen como compensación un manejo político de mayor profundidad, a fin de ganar en esta área el terreno perdido en el área militar. Respon-de también al propósito de lo que las FARC llaman la urbanización del conflicto.

Los miembros del PC3, a ordenes de Alfon-so Cano, realizan en sus respectivas células labores concretas cuyos enclaves importan-tes son los organismos del Estado, especial-

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mente en las áreas de seguridad (DAS, Poli-cía y el propio Ejército) y entes relacionados con el poder judicial como la Fiscalía y la Procuraduría. Igualmente en los medios de comunicación, en los sectores culturales y en las entidades que se ocupan del medio ambiente.

La ausencia en los militantes del PC3 de cualquier visibilidad ideológica, además de su ubicación profesional y su nivel cul-tural, les ha permitido, en efecto, introdu-cirse con éxito en organismos del Estado, cumpliendo eficaces y peligrosas labores de información. En ocasiones visitan clan-destinamente los campamentos, rinden cuentas al Secretariado, pero se ganan la vida y pueden cumplir labores de funciona-rios oficiales sin levantar sospechas. Al PC3 pertenecía el directivo de las Empresas Pú-blicas Municipales de Medellín quien, por descuido suyo, fue detenido por el Ejército en las inmediaciones de un campamento guerrillero.

El trabajo en los medios de comunicación tiene hoy un carácter prioritario. El meca-nismo de penetración es cuidadoso y corre por cuenta tanto del PC3 como del MB bajo el control directo de Alfonso Cano. Aunque se da el caso de militantes que han logrado posicionarse en revistas, diarios o teledia-rios y formar parte de su “staff”, la labor es aún más extensa y sutil pues llega a establecer un perfil de los diversos comu-nicadores a fin de aprovechar sus pronun-

ciamientos críticos frente a aspectos de la política gubernamental o estimular en ellos denuncias mediante informes o supuestas “fuentes fiables” que se les hacen llegar por distintas vías, aprovechando con frecuencia su vivo apetito por la primicia. Desde di-versos flancos, las FARC instalan también miembros de su organización política clan-destina en espacios que le permitan obte-ner y mantener un flujo de información, de tal manera que esta pueda ser usada para intoxicar a la opinión con escándalos capa-ces de deslegitimar la acción del gobierno.

Igual trabajo se realiza en el campo de la cultura y en la defensa del medio ambien-te. El propio Felipe Salazar, cuyo contacto con las FARC se situaba en el sur del Tolima, tuvo conocimiento de dos hechos logrados a través del PC3. El proyecto, confiado a la multinacional Hydroger, de construir una hidroeléctrica en el río Amoyá (en una vere-da del municipio de Chaparral). Inicialmen-te negado por el brazo militar de las FARC (Mono Jojoy), fue autorizado por mediación de su brazo político mediante el pago de un millón de dólares. En esa misma área, el pro-yecto oficial de los guardabosques, a los que inicialmente el mando militar de las FARC se había opuesto prohibiendo a los campesi-nos recibir tales subsidios, fue admitido por el PC3 a condición de que éstos pagaran un tributo destinado a fortalecer las asociacio-nes campesinas que bajo el emblema del MB prestan su colaboración a la guerrilla.

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La guerra política en Europa

Las FARC no limitan su estrategia política al ámbito nacional. Tal vez es más exitosa y penetrante en el campo internacional. Así, a través del PC3, han establecido agentes en las principales capitales europeas con propósitos análogos a los que han trazado dentro del país, con especial énfasis en los medios de comunicación, en ONG de iz-quierdas, en los ambientalistas y en redes de solidaridad que asocian a colombianos con elementos del país donde se encuen-tran.

La guerra política que se prepara y se rea-liza en el exterior tiene precisamente tres niveles principales.

En primer término, un trabajo de sensi-bilización en los principales medios ex-tranjeros que informan sobre Colombia, especialmente en la televisión y la prensa escrita, y en organizaciones militantes de la izquierda europea y norteamericana, y sus diversas asociaciones, ONG y frentes colate-rales. La información que suelen incentivar en los medios de comunicación y en los for-jadores de opinión busca tres objetivos. a) Presentar a las FARC como un movimiento rebelde (oposición armada), movido por ancestrales problemas agrarios, pobreza, desigualdades sociales y la existencia de una minoría privilegiada que detenta el

poder político; b) presentar al gobierno como un régimen de derecha, “militarista” y responsable de la violación de derechos humanos, imputándole la muerte de sin-dicalistas y dirigentes campesinos en aso-ciación con los paramilitares; c) presentar al mismo gobierno como opuesto a un acuer-do humanitario que permitiría la liberación de civiles y militares secuestrados con fines políticos.

El segundo nivel de esta guerra política trabaja de manera mucho más orgánica en la constitución de redes de solidaridad y de acción política de colombianos en el exterior, bajo la apariencia de asociaciones motivadas por intereses culturales, pro-fesionales o científicos También incluye la formación de círculos políticos minoritarios que aparecen bajo el patrocinio de orga-nizaciones políticas legales en Colombia como el Polo Democrático. Actualmente, esas asociaciones han logrado poner en pie un organismo de pretensiones europeas llamado “Red Europea de Solidaridad con Colombia” (Réseau Européen de Fraternité et Solidarité avec la Colombie) que ampa-ra grupos de activistas en Alemania, Italia, Gran Bretaña, Suiza, Bélgica, Francia, Irlan-da y España). Detrás de esta organización y de sus llamadas “coordinadoras populares”, está el PC3.

Forman parte de este propósito, repor-tajes escritos y documentales de cine y televisión realizados en las zonas donde

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operan las FARC para dar salida al discurso político de sus dirigentes y mostrar a sus militantes bajo el aspecto más noble y ge-neroso de quienes luchan por la liberación de su pueblo. Uno de estos documentales, titulado Guerrilla Girl, fue realizado por un equipo danés, pero íntegramente finan-ciado por las FARC. Presentado en diversos festivales de Europa, tenía como propósi-to desvirtuar el carácter terrorista que la Unión Europea le ha dado a la mencionada organización.

Se trata de un trabajo sutil, donde al lado de emisiones o programas orientados por ami-gos de las FARC, existen otros, de recono-cida prestancia en Europa, cuyos enviados especiales, sin un particular conocimiento de la realidad nacional, acaban recogiendo testimonios e informes de personalidades o entidades de extrema izquierda interesadas en responsabilizar al gobierno y muy en es-pecial a la Fuerza Pública de asesinato de sindicalistas y otros atropellos a los dere-chos humanos.

Fue el caso de un informe sobre Colombia difundido en el mes de mayo de este año por la cadena francesa France Inter, en su espacio titulado Et pourtant elle tourne. En dicha emisión, dirigentes de extrema izquierda como Iván Cepeda y la represen-tante de Amnesty International culparon al Estado del asesinato de sindicalistas o dieron la cifra estrafalaria de 1.600 casos de “falsos positivos”. El propósito de la emi-

sión era demostrar que en Colombia existe una violencia en todos los niveles, violencia que compromete por igual a la guerrilla, a las Autodefensas, a los narcotraficantes y al propio gobierno colombiano.

Sólo hasta hace poco se han puesto en mar-cha iniciativas para dar respuesta a todas estas maniobras de la guerra política en el exterior. Así, la red informática llamada De Colombia Amigos recogió informes de conocidos periodistas europeos como los franceses Bertrand de la Grange y Jacques Thomet, la española Maite Rico, la diri-gente holandesa Liduine Zumpolle o el co-lombiano Eduardo Mackenzie, radicado en París desde hace más de veinte años, para replicar a las falsas imputaciones recogidas en el programa de France - Inter.

Es mucho lo que falta para enfrentar la guerra política puesta en marcha por Cano dentro y fuera del país. La infiltración de agentes suyos en la Fiscalía ha permitido acciones penales contra militares y civiles a base de falsos testigos, de supuestas “re-velaciones” o “confesiones” recogidas con escandalosa ligereza por revistas y otros medios de comunicación colombianos.

Conocer esta nueva estrategia puesta en marcha por las Farc, en todas sus diversas modalidades, es el primer paso obligado para impedir su avance. De poco servirían los éxitos militares si se descuidan los de-más frentes de guerra abiertos por Cano.

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GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN Y GUERRA ASIMÉTRICA: ¿NUEVAS FORMAS DE GUERRA DEL SIGLO XXI?

Po r : C a p i t á n d e N a v í oA N Í B A L C U E V A LÓ P E Z

“El primero, el supremo, el acto de juicio de mayor alcance que el hombre de estado y el comandante tienen que ha-cer es establecer el tipo de guerra en la cual se están em-barcando; ni equivocándolo, ni tratándolo de cambiar por algo que sea extraño a su naturaleza”.

Clausewitz – De la Guerra.

Desde la década del noventa a la actualidad, el rápido avance de la tec-nología, el estudio de la influencia de ideologías ajenas al pensamiento occidental, el surgimiento de nuevas formas de conflicto y la participación de actores no estatales en la administración de la violencia, han dado paso a nuevos conceptos relacionados con el empleo, roles, doctrina, tácticas y estrategias respecto a la forma de conducir las operaciones militares en el presente. Estos a su vez son objetos de comentarios y debates en los círculos profesionales y académicos de las Fuerzas Armadas (FFAA), dando origen a interpretaciones que para muchos son la solución a la situación de in-certidumbre actual que enfrentamos; sin embargo, al no estar claramente

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definidas, han contribuido al incremento de la “fricción” o “neblina” que rodea al comandante.

Esta incertidumbre se manifiesta en la in-quietud de los oficiales miembros de las FFAA de los países en desarrollo, respecto a como enfrentar las nuevas amenazas, asu-mir nuevos roles y sobre todo, el problema de mantener unas FFAA operativas que pue-dan seguir siendo disuasivas, con un mínimo de recursos y que no caigan en la obsoles-cencia ante el rápido avance de la tecnolo-gía, situación que obliga a serios cambios doctrinarios, en los que se incluya los rela-tivamente nuevos conceptos de “Guerra de Cuarta Generación” y “Guerra Asimétrica”. Sin embargo, ¿tienen las FFAA de los países en desarrollo la capacidad de adaptarse o enfrentar la situación actual?¿Es cuestión de recursos o de innovación?¿Es cuestión de tecnología o doctrina?¿Cómo enfrentarán a una fuerza superior tecnológicamente ? ¿Cómo afrontarán las nuevas amenazas? ¿Se opone el desarrollo tecnológico militar a la guerra asimétrica o viceversa? ¿Se puede desarrollar ambas? ¿Cuál es el concepto de Guerra Asimétrica? ¿Es la tecnología un fac-tor importante en la guerra asimétrica? ¿Es la Guerra asimétrica una guerra de países pobres?, entre muchas dudas por aclarar.

Las experiencias de guerras y conflictos pa-sados, plenamente estudiados por las Fuer-zas Armadas de los países desarrollados y plasmadas por ellos en sus doctrinas; han orientado nuestros manuales y procedimien-tos aún en la actualidad, originando que se

arraiguen ciertas ideas que poco o nada han favorecido el desarrollo de doctrinas propias, adaptadas plenamente a la realidad de cada país. Las operaciones militares desarrolladas en los últimos 50 años, la “guerra fría” en la década del 50, Vietnam y los movimientos guerrilleros o de liberación entre los años 60 y 70, la guerra de las Malvinas en los 80, y en los 90: Afganistán, Balcanes, el Golfo, Che-chenia, Irak y nuevamente Afganistán, los conflictos árabe-israelíes dentro de este pe-ríodo, han sufrido la influencia de la tecnolo-gía pero aún así, con excepción de la guerra del Golfo, esta no ha sido un factor determi-nante y es más, ha marcado un retorno a las raíces tácticas básicas y la selección de un espacio geográfico, donde la tecnología no constituye una ventaja significativa, para el desarrollo del conflicto.

Guerra de Cuarta Generación (G4G) (Fourth Generation Warfare (4GW))

Actualmente este es el término usado por los analistas y estrategas militares para describir la última generación de la guerra en la era de la globalización.

Este concepto tuvo su origen en la década de los 80, cuando el coronel William S. Lind, tra-tando de incorporar el concepto de guerra de

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maniobra en el Cuerpo de Infantería de Marina de los EE.UU. (USMC), desarrolló los funda-mentos teóricos de las tres primeras genera-ciones de la guerra:

• PrimeraGeneración.-Tienesuorigenconla aparición de las armas de fuego, consti-tuyendo sus rasgos esenciales el principio de masas para desarrollar una gran poten-cia de fuego así como el empleo de forma-ciones lineales, primando en el campo de batalla las tácticas de líneas y columnas, en un orden casi geométrico. Tiene como máxima expresión las guerras napoleóni-cas.

• SegundaGeneración.-Naceconlallegadade la Revolución Industrial, se caracteri-za por la disponibilidad y el empleo de grandes recursos en el campo de batalla capaces de transportar grandes ejércitos (trenes y buques de vapor) y de proporcio-nar poderosos fuegos de artillería. Sin em-bargo las tácticas permanecieron lineales y la potencia de fuego de gran volumen re-emplazó a los efectivos militares en masa. Su ejemplo paradigmático fue la Primera Guerra Mundial.

• Tercera Generación.- Caracterizada porbasarse en la velocidad y la sorpresa en reemplazo del empleo de la masa y po-tencia de fuego. Esta idea se basó en las tácticas de infiltración alemanas emplea-das durante la Primera Guerra Mundial; logrando que se dependiera de la manio-bra para la búsqueda de la neutralización

de la potencia del enemigo anulando su capacidad operativa, en lugar del desgaste gradual de recursos militares. Se identifica esta generación con la guerra relámpago (“blitzkrieg”) realizada por el Ejército Ale-mán durante la Segunda Guerra Mundial.

Planteadas y descritas estas ideas surgió la inquietud: ¿Qué forma tomará la Guerra de Cuarta Generación? Cuestión a la que el coro-nel Lind junto con otros estudiosos militares, procuró dar “respuestas parciales” a través de un artículo publicado simultáneamente en las revistas Military Review y la Marine Corps Gazette: “The Changing Face of War: Into the Fourth Generation” (El cambiante rostro de la guerra: hacia la cuarta generación)1.

En este artículo se plantean las tres genera-ciones de conflictos que hemos mencionado, en cada una de las cuales se va extendiendo el campo de batalla y la capacidad de maniobra del contendiente, basados en el incremen-to de la potencia de fuego (tecnología) y el desarrollo del arte táctico (doctrinas, ideas) de aplicación de la tecnología al campo de batalla; bajo estos criterios los conflictos de Cuarta Generación se predicen como las gue-rras del futuro, conservando la descentrali-zación e iniciativa de la Tercera Generación y señalando el cambio más radical desde la Paz

1 Coronel William S. Lind, coronel Keith Nigthengale, capitán John F. Schmitt, coronel, Joseph W. Sutton y teniente coro-nel Gary I. Wilson, “The Changing Face of War: Into the Four-th Generation”, Marine Corps Gazette (octubre de 1989), pp. 22-26.Publicado también en Military Review (octubre de 1989), pp. 2-11.

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de Westfalia (1648): El estado pierde el mo-nopolio de la guerra2, es decir, se combatirá contra entes no estatales.

Adaptado de la presentación de Chet Richards “Conflicts in the years ahead” 3

En la G4G se logran identificar cuatro ideas centrales4:

1. Gran dispersión del campo de batalla. El campo de batalla de cuarta generación incluirá todo el conjunto de la sociedad del enemigo.

2. La disminución de la dependencia de la logística centralizada (independencia de trenes logísticos) por parte de quienes combaten, lo que requiere un alto grado

2 William S. Lind, “Comprendiendo la Guerra de Cuarta Gene-ración”, Military Review, Enero-Febrero 2005, pp. 12-17.

3 Tomado de la presentación original preparada para el Curso de Estado Mayor de la Real Marina Noruega de la dirección electrónica, http://www.jaddams.com

4 Ibídem 1

de habilidad para vivir de “la tierra y el enemigo”.

3. Énfasis en la maniobra. La conforma-ción de Fuerzas peque-ñas, altamente flexibles y maniobrables será la tendencia dominante.

4. El objetivo es el colapso interno del enemigo en vez de des-truirlo físicamente. La correcta identificación de los centros estratégicos de gravedad del enemigo será muy importante.

Sin embargo, del texto también podemos res-catar adicionalmente otras ideas importantes:

- La guerra de cuarta generación será dis-persa geográficamente y de larga e inde-terminada duración.

- En ella la distinción entre guerra y paz será borrosa, presentándose situaciones indefi-nibles (¿Estamos en conflicto?¿Es una situa-ción de paz o de guerra?)

- Será no lineal, hasta el punto de que no se puedan delimitar los campos de batalla o frentes.

- Las acciones tendrán lugar en profundidad, simultáneamente sobre todos los partici-pantes, incluyendo tanto la sociedad como su cultura, no solo los objetivos físicos.

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- Grandes Puestos de Comando e instalacio-nes militares, como aeropuertos, centros de comunicaciones fijos etc. serán escasos debido a su vulnerabilidad. Igualmente para el caso de instalaciones civiles como oficinas gubernamentales, centrales eléc-tricas, y áreas industriales, etc.

- Gran dificultad para establecer distincio-nes entre “civil” y “militar” (“combatientes” y “no combatientes”).

- Se usarán extensivamente las tecnologías de la información en un escenario G4G (máxima repercusión mediática).

- La propaganda llegará a constituir el arma estratégica y operacional dominante en este tipo de guerras (Guerra Comunicacio-nal o Mediática); los medios de comuni-cación serán un factor determinante para influir en la opinión pública, haciendo irre-levante la potencia militar del adversario.

- Utilización de las libertades de las socie-dades democráticas en provecho propio, como un arma para destruirlas.

- Manifiesta incapacidad de que una sola institución de las FFAA ejecute sola las múltiples misiones, roles y tareas, prove-nientes de la posibilidad de actuación en el escenario planteado por la G4G, por lo que el éxito dependerá en gran medida de la eficacia en las operaciones conjuntas5

5 Ibídem 1

La Teoría de la Guerra de Cuarta Generación tie-ne varios detractores que sustentan sus puntos de vista indicando que la G4G por su descrip-ción, se constituye en una forma de guerra como una superguerrilla o superinsurgencia6, sin obedecer a la lógica evolución que la tecno-logía posibilitó en cada una de las generacio-nes propuestas, ya que en todas se amplían el campo de batalla, el poder de fuego y la capa-cidad de maniobra y hoy en la era de la infor-mación, donde la revolución tecnológica que atraviesa la sociedad influye de igual manera sobre sus Fuerzas Armadas, es ilógico pensar que los adelantos tecnológicos no impactarán en la forma de combatir y de planear la guerra por parte de los Ejércitos, motivo por el que se plantean las guerras del futuro como “Guerra de dominio del espectro total”, gobernadas por un “Sistema de Sistemas”7 que facilita el círculo de Observación, Orientación, Decisión y Acción (OODA) , donde las armas son más precisas, de mayor alcance y más letales y los vehículos y plataformas de armas son invisibles, hablamos de la Revolución en Asuntos Militares (RAM) y de la Guerra de la Información.

6 Antulio J. Echevarría, “The Problem whit Fourth Generation War”, Strategic Studies Institute

7 “Sistema de Sistemas” y “conciencia del campo de batalla dominante” son los conceptos planteados por el Almirante William A. Owens, con el cual gracias a la tecnología, se pre-tende conocer la ubicación propia, la del enemigo y distri-buir esta información debidamente analizada a las fuerzas terrestres, navales, aéreas y espaciales con la finalidad de crear una percepción común y única del campo de batalla; campo de batalla multidimensional que incluirá además todo el espectro electromagnético e incluso el subacuático. Igualmente señala que no ha habido un cambio sustancial en los requerimientos de inteligencia pero sí en la rapidez del proceso de información y toma de decisiones.

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Cuadro con las tendencias de dispersión del campo de batalla, como consecuencia del incremento del poder de fuego y la capacidad de maniobra (adaptado de Beijing Special Lecture, March 1997, China Defense Science & Technology Information Center)

Asimismo, se menciona como una de sus de-ficiencias el hecho que esté enfocada en el poder militar, ya que las guerrillas rara vez involucran de manera integral los poderes económico, político y social de un país, lo que constituye un error ya que estas capacidades deben ser empleadas en caso de guerra de manera extensiva, movilizando todos los ele-mentos del poder nacional, tomando como ejemplos las Guerras Napoleónicas, la Prime-ra y la Segunda Guerra Mundial, entre otros modelos históricos.8

Algunos autores como Robert J. Bunker, al referirse a las generaciones, modos, épocas y formas de guerra indica que la Teoría G4G está enfocada en los conflictos de baja intensidad, la insurgencia y el terrorismo, que es el “otro” tipo de guerra futura que se está desarrollando

8 Ibídem 6

y que esta Teoría está más orientada a lo sub-nacional y la amenaza no occidental, limitán-dose a describir este escenario sin indicar qué se debe hacer para afrontarla.9

Como podemos observar, la discusión acadé-mica y las situaciones que se vienen presen-tando en distintos escenarios actualmente, no han logrado consenso en cuanto a definir qué es la G4G, ya que el concepto continúa evolucionando y ampliándose a la par que la tecnología y el fenómeno de la globalización. En este momento es indudable aceptar la in-fluencia de la tecnología en la conducción de las operaciones militares, tanto en el aspecto de armamento como en el procesamiento de información, aunado a la difusión de aspectos culturales y formas de pensar, que la globali-zación ha permitido; estos sucesos han dado origen a la Revolución en Asuntos Militares.

Revolución en Asuntos Militares (RAM) (Revolution in Military Affairs (RMA))

Cuando hablamos de Revolución en Asuntos Militares, inmediatamente asociamos este concepto con nuevas tecnologías que conllevan significativos cambios doctrinarios y de cultura

9 Robert J. Bunker, “Generaciones, Modos y Épocas. Formas de Guerra y el RPMA*”, ensayo publicado en la página Web de Air & Space Power Journal International Español

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organizacional que influirán en la forma que las Fuerzas Armadas combaten, disuaden o so-lucionan conflictos. Sin, embargo, es necesario precisar que la RAM está íntimamente ligada al “cómo” empleamos el avance tecnológico, es así que nos permitimos definirla como una transformación profunda en las organizaciones militares y en la forma de conducir la guerra como consecuencia de:

1. Un conjunto de invenciones o desarrollos tecnológicos

2. La aplicación o doctrina de empleo del (de los) desarrollo(s) tecnológico(s)

3. Una visión política estratégica de la aplicación del (de los) desarrollo(s) tecnológico(s).

La mayor parte de los entendidos en el tema afirman que la RAM está definida por tres avances específicos:

1. Obtención de información a través de múl-tiples sensores en una extensa área

2. Rapidez del procesamiento de la informa-ción adquirida

3. El empleo de armas de alta precisión y largo alcance, de acuerdo a la información recibida y procesada.

Si bien es cierto que en este concepto se en-cuentran intensamente envueltos las armas de última tecnología y los sistemas C4ISR (sis-temas de comando, control, comunicaciones, computación, inteligencia, vigilancia y recono-cimiento) que han permitido reducir el tiempo del ciclo OODA (observación-orientación-deci-

sión-acción), no podemos conceptuar la RAM con cada una de las tecnologías actuando por separado en cada uno de los campos descritos, sino que resulta necesario proyectarla como la acción conjunta de los mismas, tal como lo concibe el almirante William Owens: la RAM es un sistema de sistemas que permite las funcio-nes de observar, comunicarse y disparar.10

Esta última revolución en el campo militar ha sido generada por las tecnologías de ruptura, entendiendo por tales aquellas que generan cambios acumulativos conforme a la definición dada por DDR&E (Defense Science Board and Director Defense Research and Engineering) de los EE.UU. en 1990, complementados con nuevos conceptos operacionales como: guerra de información, operaciones conjuntas de alta intensidad y velocidad, y todo lo que permite un ritmo de operación y una eficacia superior a la de los potenciales adversarios.11

Hechas estas apreciaciones que nos proporcio-narán una idea más amplia de la influencia de la tecnología en las operaciones militares y de lo que significa la RAM, estas nos servirán de base para permitirnos plantear la siguiente interrogante: ¿Cómo enfrentar a un Ejército tecnológicamente superior? y a la vez sugerir que la Teoría de la G4G como lógica evolución de la “Guerrilla”, forma habitual de defensa de los actores más débiles, surgió en respuesta a

10 José María Granda Coterillo y Carlos Martí Sempere, ¿Qué se entiende por revolución de los asuntos militares (RMA)?, Seminario sobre la Revolución de los Asuntos Militares (RMA),Fundación FAES 31 Julio 2000, tomado de la Página Web del Grupo de Estudios Estratégicos, www.gees.org/

11 Ibídem 10

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la Revolución en Asuntos Militares (RAM) apli-cada por las Fuerzas Armadas de países tec-nológicamente avanzados en las operaciones que se encuentran desarrollando o estuvieron comprometidos, particularmente en Afganis-tán, Irak, la antigua Yugoslavia, Chechenia y últimamente en Georgia así como en otros lu-gares que sirvieron de “laboratorios de prueba”

para la aplicación de los últimos avances de tecnología militar. Es conveniente indicar que en este tipo de conflicto también se emplean otras formas o métodos de violencia que inclu-yen el terrorismo y la guerrilla en sí; es por esta razón que la Teoría de la G4G al no definirse ni precisarse claramente fue asociada con la “Guerra Asimétrica” a inicios del noventa.

Guerra Asimétrica (GA) (Asimetric Warfare (AW))

El concepto de Guerra Asimétrica se citó por primera vez en el año 1995 en la publicación estadounidense “Guerra Conjunta de las Fuer-zas Armadas” (Joint Warfare of the Armed For-ces), refiriéndose a conflictos armados donde se enfrentan fuerzas distintas, en el sentido de terrestres versus aéreas, aéreas versus navales, etc. Asimismo, en el proceso de Planeamiento

Operativo como método para establecer la Po-tencia de Combate Relativo (PCR), se estable-ció la comparación asimétrica, interpretándose esta como “que se opone a que”, es decir aero-naves versus armas antiaéreas, tanques versus armas antitanques, etc. Conforme el término se fue haciendo más familiar en los ámbitos académicos de las Fuerzas Armadas (FFAA), los

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alcances del concepto fueron extendiéndose y cambiando, hasta alcanzar su significado ac-tual, el que aún continúa desarrollándose. En la actualidad es necesario para los hombres que integran los Ejércitos regulares, formados para desarrollar operaciones convencionales y enfrentarse a un enemigo equivalente, com-prender que esta forma de conflicto es suma-mente diferente a la que rigió la organización y estructura de fuerzas de los Ejércitos así como la adquisición de los sistemas de armas con que estarían dotados, ya que el futuro adver-sario priorizará el empleo de tácticas no con-vencionales.12

Sin embargo, no existe una definición común y acordada que facilite el entendimiento de lo que es Guerra Asimétrica, sino múltiples ideas que procuran darnos un sentido sobre esta forma de conflicto, partiendo de esta premisa: “todas las guerras son asimétricas”, lo que en su connotación más sencilla signi-fica que en ellas no existe simetría. No obs-tante como noción genérica se denomina GA a la violencia militarmente organizada entre dos o más adversarios dispares, quienes son disímiles en sus fortalezas, capacidades, po-tencialidades, psicología, estrategia, lógica y objetivos; a través de las cuales la parte más débil aplica todo su esfuerzo y medios contra las debilidades del más fuerte. La habilidad de identificar y actuar sobre las vulnerabili-dades claves (centro de gravedad) del más

12 Mariano César Bartolomé, “Las guerras asimétricas y de cuarta generación dentro del pensamiento venezolano en materia de seguridad y defensa”, Military Review, enero-febrero 2008

fuerte otorga al más débil la oportunidad suficiente para actuar exitosamente ante un enemigo mucho más poderoso, mejor organi-zado y equipado. Otro elemento crucial es el uso de métodos no convencionales alejados de las formas tradicionales de hacer la gue-rra, tal como la desarrollan usualmente las FFAA de los actores estatales.13

La Guerra Asimétrica es hecha de forma cons-tantemente cambiante, asincrónica, innova-dora e impredecible; como resultado de esto la parte débil que puede ser tanto un Estado pequeño o más frecuentemente un actor no estatal, son capaces de contrarrestar la supe-rioridad militar del adversario (que puede ser una gran o una superpotencia) no solamente mediante la combinación de todos los patrones mencionados anteriormente, sino procurando influenciar en la opinión pública, a través de los medios de comunicación (Guerra Comuni-cacional) y por el bien calculado e inteligente uso de métodos asimétricos que se extenderán hacia la retaguardia del enemigo, buscando equilibrar la situación y que en conjunto evi-tarán que el adversario continúe desarrollando operaciones, se retire o desocupe el territorio.14

De las definiciones que hemos tenido oportu-nidad de revisar, todas coinciden en por lo me-nos una de estas ideas: empleo de diferentes

13 Jahangir Arasli, “Obsolete Weapons, Unconventional Tactics, and Martyrdom Zeal ¿How Iran Would Apply its Asymmetric Naval Warfare Doctrine in a Future Conflict?”, George C. Marshall European Center for Security Studies, en Garmisch-Partenkirchen, Germany, Editorial Date: decem-ber 2006, p. 11

14 Ibídem 13

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estrategias bélicas, el aprovechamiento de las debilidades del contendiente y obviamente la existencia de una desigualdad muy marcada en cuanto a sus capacidades, así como la ple-na conciencia del actor más débil acerca de su propia debilidad, lo que lleva a extender el conflicto más allá de lo militar, sin asociarlo a los conceptos de territorialidad y temporali-dad, es decir, no existen objetivos caracterís-ticamente territoriales y la aplicación de esta estrategia no cuenta con límites de tiempo.

Para cimentar las ideas expuestas, podemos definir la Guerra Asimétrica como el actuar, pensar y organizar en orden distinto al del opo-nente para explotar las debilidades del mismo o maximizar nuestras propias ventajas. Este concepto proviene de una fuerza desplegando nuevas capacidades que el adversario no per-cibe, no comprende o no está preparado para enfrentarlas. Son capacidades convencionales que contrarrestan o superan las capacidades del oponente, o son capacidades que repre-sentan totalmente nuevos métodos de ataque o defensa o una combinación de todo lo des-crito.15

Como podemos observar, la propia naturaleza de la GA posibilita diversas definiciones que no están alejadas del concepto general en los círculos académicos; dado que no se ciñe a lo militar existirán diversas formas de asimetría que influirán en los resultados del conflicto.

15 LTC La Warren V. Patterson, “Information Operations and As-ymmetric Warfare…are we ready?” U.S. Army War College Carlisle Barracks, Pennsylvania 17013

Formas de asimetría en la GA

No es tarea fácil determinar cuantitativamente las formas existentes de GA, más aún cuando existen expertos militares que la definen como “Guerra Total” al involucrar todos los medios o como una “Guerra sin límites” por emplear “cualquier” medio para lograr el objetivo, ra-zones por las que la asimetría se extiende a la totalidad de los campos donde se enfrentan los adversarios; sin embargo para establecer un punto de referencia tomaremos la clasifica-ción hecha por Steven Metz, quien señala seis formas principales de asimetría16:

1. Del método, que “implica el uso de con-ceptos o reglas distintas de las del adver-sario, por ejemplo la guerrilla ...”.

2. Tecnológica; esta forma de asimetría es la más común y se da por la diferencia de po-tencial y capacidad militar originado por los avances tecnológicos empleados en el conflicto.

3. De la voluntad... “crucial cuando uno de los contendientes estima en peligro su super-vivencia o sus intereses vitales”.

4. De la organización; referida a cómo están organizados los contendores para el con-flicto: unidades convencionales, redes, células compartimentadas etc.

16 Steven Metz, “Estrategia Asimétrica”, Military Review, Mayo-Junio 2002

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5. De “aprehensión del tiempo”, mientras los países particularmente fuertes desean acabar el conflicto de la forma más rápida, los actores más débiles buscan prolongar el conflicto sin buscar la victoria, simple-mente “no perder” en una “estrategia sin tiempo”.

6. De la moral combatiente, va de la mano con la asimetría de la voluntad, es difícil de medir, pero se puede resumir en las razones que tiene cada adversario para combatir o mantener el conflicto.

Características de la GA

Por las mismas razones que se dificulta pre-cisar las formas de la GA, resulta complicado establecer sus características, aunque hemos venido mencionando varias de ellas durante el desarrollo del presente artículo. Creemos que sus características principales son la apli-cación de métodos “predeciblemente impre-decibles” sin plazos de ejecución, y que por considerarse una guerra de actores débiles, sin recursos, las acciones deben tener un alto impacto psicológico con un mínimo costo, creando condiciones y percepciones de in-seguridad que resultan fundamentales para este tipo de conflicto; sin embargo, algunos expertos han agrupado las características ya descritas, lo que contribuiría al objetivo de estas líneas. El politólogo hispano-francés

Jorge Verstrynge estableció las siguientes17:

1. Revalorización de la guerra de guerrillas y de las acciones suicidas

2. La desterritorialización, los nuevos adver-sarios se encuentran difusos, en un área geográfica determinada, elegida por el adversario asimétrico donde las ventajas tecnológicas se reducen o no son un factor gobernante.

3. La desestatalización, el oponente puede tener una base no nacional o trasnacio-nal, generalmente será un actor no estatal (teoría G4G)

4. La desnacionalización, no reconoce ni la nación, ni la clase social, ni la raza, pudien-do interpretarse como una nueva forma de internacionalismo basado en la ideología o la religión.

5. La ausencia de plazos, el adversario asi-métrico procurará obtener la victoria desarrollando acciones en el largo plazo, desgastando a su enemigo y llevándolo a una situación donde demuestre su impo-sibilidad de obtener una victoria.

6. La comunicación como arma, utilización de la guerra mediática empleando al máximo los medios de comunicación, potenciando los efectos de las acciones realizadas.

17 Jorge Verstrynge Rojas y Gema Sánchez Medero, “Frente al imperio, guerra asimétrica y guerra total”, VII Congreso Español de Ciencia Política y de la Administración: Demo-cracia y Buen Gobierno. GRUPO DE TRABAJO 27: Geopolítica, guerras y democracias.

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7. Un acentuado componente cultural, reli-gioso o ideológico18

Es necesario destacar que el mencionado po-litólogo en la actualidad, es uno de los espe-cialistas más consultados en el tema de GA, al haber publicado “La guerra periférica y el Islam revolucionario”19, libro que ha servido para sustentar varios trabajos de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Venezuela y el de-sarrollo de su doctrina de GA o Guerra de Todo el Pueblo, quienes junto con el Ejército Popular de Liberación de China (EPLCH), han planteado conceptos y dejado de lado ciertos parámetros para formular su propia concepción de lo que sería la guerra asimétrica: “Guerra sin límites”, al llevarla a todos los campos y explorar, sobre todo el EPLCH, pensamientos que escapan a las ideas occidentales.

Planteamiento chino: “Guerra más allá de las reglas”

18 Para efectos de generalizar los conceptos que exponemos y de acuerdo a diversos autores consultados, no se ha con-siderado en el ítem (7) “El ascenso del Islam Revolucionario como ideología alternativa y como ideología de la periferia”, planteado originalmente por Jorge Vestrynge.

19 Jorge Verstrynge, desde marzo del 2007, fue nombrado como “asesor militar” del Ejército Bolivariano del presidente Hugo Chávez, quien dispuso la publicación y distribución de 30000 ejemplares del libro La guerra periférica y el Islam revolucionario, entre los miembros de la Fuerza Armada Nacional (FAN) de Venezuela.

Después de la Primera Guerra del Golfo (1991), la demostración del poder de una nueva gene-ración de armamentos y de la llamada “Revo-lución en Asuntos Militares”(RAM), obligó a los militares chinos a crear una corriente de pen-samiento para enfrentar esta manifiesta supe-rioridad militar; conceptos que posteriormente fueron plasmados en sus manuales de campa-ña y en particular en un texto: “La Guerra Más Allá de las Reglas: Evaluación de la Guerra y de los Métodos de Guerra en la Era de la Globali-zación”, formulado por los coroneles de la Fuer-za Aérea de la República Popular China, Quiao Liang y Wang Xianghui, publicado por el Ejér-cito Popular de Liberación de China (EPLCH) en 1996, cuya idea principal es que si alguna vez China se ve obligada a defenderse, debe estar preparada para llevar a cabo una guerra más allá de todas las fronteras y limitaciones, ya que un país tiene el derecho de defenderse con todos los medios a su alcance. El conoci-miento del libro en los EE.UU. produjo grandes controversias, siendo considerado por algunos analistas como una apología del terrorismo, sin evaluar en todo su contexto la gran influencia cultural para el planteamiento de estas ideas, sino basándose exclusivamente en la premisa inicial de que la “primera regla es que no hay reglas” para defenderse ante una agresión.

Los autores plantean que la RAM de los EE.UU. no llega a constituirse en una revolución del pensamiento militar, al enfocarse demasiado en las nuevas tecnologías militares y en la re-forma de sistemas u otros cambios materiales, resultando incompleta porque el pensamiento militar de EE.UU. carece del concepto de la “ac-

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ción de guerra no militar”. Este término intenta ampliar la definición de la guerra más allá de los límites comúnmente aceptados.

De igual manera, argumentan que la seguridad geográfica es un concepto obsoleto, porque las amenazas a la seguridad nacional podrían pro-venir no de una invasión transfronteriza sino de las “acciones no militares”, como ataques cibernéticos, económicos etc. Las definicio-nes de seguridad deben incluir actualmente la seguridad geográfica, política, económica, religiosa, cultural, ambiental, de recursos, de información, y del espacio cercano a la Tierra.

Este texto enfatiza la GA, la guerra de guerrillas, acciones no convencionales y ataques ciberné-ticos contra las redes de información. La idea es golpear objetivos vulnerables de maneras inesperadas. Los autores afirman que una ver-dadera revolución en la guerra combinaría ac-ciones convencionales con acciones no bélicas, o acciones militares con acciones no militares. La “guerra” podría incluir una mezcla de aviones furtivos con misiles de crucero junto con ataques bioquímicos, financieros y no convencionales.

Estos conceptos aunados a los anteriores han servido de cimiento para que el Ejército Popu-lar de Liberación de China (EPLCH), establezca una doctrina de defensa con muchas peculiari-dades, la misma que puede observarse en tér-minos generales en sus estudios de campaña conjunta, los mismos que también consideran la “paralización” del enemigo, concepto simi-lar a la “parálisis estratégica” planteada por Liddell Hart o más recientemente por el Coro-

nel Warden en su teoría de los “Cinco Anillos”20, así como la consideración de la campaña como un sistema operacional o conjunto orgánico de subsistemas que se relacionan, dependen y se restringen mutuamente.

A su vez, también establecen su “teoría de ope-raciones asimétricas” basándose en el estudio de las tácticas y doctrina de guerra popular bajo la influencia de la alta tecnología, sin li-mitar la campaña a la escala y tipo favorable al enemigo, empleando para la defensa “medios infinitos” como guerra de guerrillas, sabota-je, operaciones especiales, ataque a redes de computadores y guerra psicológica con el ob-jetivo de destruir la potencialidad enemiga. En este aspecto va más allá de lo planteado por los EE.UU., “amplio conocimiento de la situación” y el “sistema de sistemas” ya que plantean la “operación integral”, es decir, la realización de la campaña de manera coordinada, emplean-do conjuntamente los medios de lucha militar, político, diplomático y económico así como di-versas fuerzas y condiciones operacionales, lle-vando la guerra de la información a otro nivel y tal vez rompiendo el esquema de los “cinco anillos”, ya que no tan solo piensa afectar el li-derazgo y voluntad de lucha, sino también as-pira a destruir al enemigo, “un aniquilamiento y tres destrucciones”: aniquilar la fuerza del

20 El Crl. USAF Jhon A. Warden escribió el libro El Enemigo como Sistema, donde plantea que para pensar estratégi-camente se debe considerar al enemigo como un sistema compuesto por numerosos subsistemas y que es imperativo entender que la guerra estratégica nada tiene que ver con las fuerzas militares del enemigo y que el blanco debe ser el sistema completo, no solo las fuerzas militares. Para hacer este análisis establece el “Modelo de los Cinco Anillos”.

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enemigo, destruir sus sistemas operacionales, de armas e informático.

Otro aspecto importante para que estas ideas sean tan criticadas bajo la óptica occidental, se encuentra dentro del mismo concepto de guerra asimétrica, derivado de una fuerza desplegando nuevas capacidades que el ene-migo no percibe ni comprende, ya que el EPLCH sostiene el principio de “combates a tu modo y yo a mi manera”, que en una campaña “lo más importante es la victoria, no los medios para conquistarla”21, el “despliegue de nuevas capacidades”, conceptos, medios y procedi-mientos que no están contemplados dentro del Derecho Internacional Humanitario ni en la mentalidad militar occidental para conducir operaciones, razones por las que la aplicación de estas ideas conlleva el riesgo de incumplir

21 Ji Mingkui y Qin Hailiang, La Campaña Moderna, Universi-dad de Defensa Nacional del EPLCH-Beijing, 2001 Primera edición.

los Convenios de Ginebra y la posibilidad de ser sometidos a un tribunal internacional.

Comentarios finales y Conclusiones

Como hemos podido ob-servar, tanto la Guerra Asimétrica como la Guerra de Cuarta Generación, han surgido como respuesta a un adversario mucho más poderoso y a los avances

tecnológicos que propugna la Revolución en Asuntos Militares; sin embargo, las interrogan-tes planteadas y sus respuestas no son nuevas, ya que tal como manifestamos en líneas an-teriores “todas las guerras son asimétricas” y los cuestionamientos sobre cómo enfrentarlas han sido primordiales para los comandantes de todos los tiempos. Bajo este punto de vista podemos establecer que no todo conflicto asi-métrico es una G4G por la naturaleza cultural (esencialmente) religiosa, o ideológica de esta última, pudiendo aseverar que lo que realmente distingue a este tipo de conflicto no es el equipo o las tácticas sino las motivaciones por las que los adversarios combaten.

De todas las apreciaciones vertidas precedente-mente, podemos permitirnos opinar que estos conceptos no son innovadores o modernos, ya que tanto sus mentores como detractores, en

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particular William S. Lind y Antulio Echevarría, han dejado claro que no son extraños ni origi-nales, sino un retorno a la manera de la guerra antes de la creación de los Estados adaptados al presente, incluidas las tácticas y métodos empleados y que estos solo resultan novedosos para las Fuerzas Armadas que han sido prepa-radas para enfrentar a un enemigo equivalente (otra FFAA estatal) de manera convencional.

También debemos recordar que las formas antecesoras de este tipo de conflictos, no han obedecido a un planeamiento previo sino sur-gen del desarrollo de la propia situación ante la invasión o derrota inicial ocasionada por la supe-rioridad militar, existiendo abundantes ejemplos históricos: la guerrilla es-pañola ante las invasiones napoleónicas, los Roger Rangers en la Guerra de la Independencia de los EE.UU., los movimientos de resistencia en Creta, Grecia, la ex-Yugoeslavia, Francia, etc. ante la inva-sión alemana, Lawrence de Arabia contra los turcos, Mao Tse Tung contra los japoneses y los naciona-listas, la Campaña de la Breña por el Ejército de la Resistencia durante la Guerra del Guano y del Salitre, los vietnamitas ante japoneses, chinos, franceses y norteamericanos… Los ejemplos a lo largo de la historia son casi tantos como con-flictos ha habido, muchos con resultados exito-sos, de tal forma que hoy se concibe como una forma de derrotar al “actor más fuerte”, cayendo

algunas veces en el error de considerarla como una forma “segura de obtener la victoria”.

Al respecto Ivan Arreguín Toft indica en sus estadísticas que en los últimos 200 años de historia de la humanidad los actores más fuertes han vencido en el 70% de los conflic-tos ocurridos22; sin embargo, esta cifra resulta engañosa y no refleja la tendencia a lo largo de los años ya que conforme se han incrementado los actores en los escenarios del conflicto y se han variado métodos y tácticas para llevarlas a campos más allá del militar, los actores “débi-les” han logrado sus objetivos, tal como pode-mos apreciar en el siguiente cuadro:

Cuadro adaptado del libro de Ivan Arreguín Toft, Como los débi-les ganan las guerras. Una Teoría del Conflicto Asimétrico (How the weak win wars- A theory of Asimmetric Conflict).

Del análisis del cuadro, resulta interesante y qui-zás preocupante, la tendencia de que en los últi-mos 50 años el 55% de los conflictos asimétricos

22 Ivan Arreguín Toft, “How the weak win wars- A theory of Asimmetric Conflict”, International Segurity, Vol. 26, Nº 1 (Summer 2001). Págs. 93-128

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han concluido con la victoria del actor más débil, previéndose para el futuro el aumento de este porcentaje, sin embargo, es necesario indicar que para lograr su objetivo, alrededor del actor más débil se han agrupado una serie de factores que han influido en los resultados del conflicto:

- La globalización y la tecnología de la in-formación, que potencian los medios de comunicación.

- Intolerancia a las bajas y casualidades como resultado de los conflictos por parte de los actores más fuertes.

- Utilización de las propias leyes y norma-tividad en provecho del actor más débil y como limitante para el actor más fuerte.

- Expansión del conflicto, involucrando a más actores en el escenario.

- Ayuda o soporte extranjero, que no se limita al ámbito logístico sino al político estratégico.

Si bien es cierto que los factores enunciados pre-cedentemente influyen en los resultados del con-flicto, lo real es que aún continuamos pensando que la victoria se mide en el logro de los objetivos militares, cuando la visión que debemos tener es la consecución del objetivo político. Consideramos que esta es la mayor diferencia y error de evalua-ción al prepararnos para conflictos futuros.

Bajo la óptica de nuestra formación “conven-cional”, estudios de conflictos pasados y expe-riencias ajenas siempre nos planteamos cómo hacer frente a una fuerza más potente, dejando de lado preguntarnos cómo combatir a un actor no estatal aparentemente “más débil”, dispuesto a utilizar técnicas no convencionales; creemos

que este es el planteamiento necesario y vigen-te para desarrollar los conceptos y formas de acción en la actualidad, ya que la probabilidad de que ocurran son cada vez mayores, sino están sucediendo ya. Esta decisión se debe tomar sin dejar de lado la probabilidad de actuar contra un estado equivalente o de mayor poder, por lo tanto debemos ser conscientes que nuestras FF.AA. tendrán mayores posibilidades de éxito en los conflictos del futuro actuando de forma conjunta, empleando una mezcla de métodos y tácticas convencionales y no convencionales, asimétricos, alta tecnología, tecnología de rup-tura, dual o básica y ejecutando operaciones de guerra no militares, desarrollando paralela-mente una inquebrantable voluntad de lucha.

Para concluir, citaremos al General La Maison-neuve. “La guerra es el inevitable destino de las sociedades y por esta razón tenemos que admitir-la como una constante. Lo variable, sin embargo, son las formas de la guerra”, y tal como lo había previsto Clausewitz, las sociedades definen la for-ma en la que se combate y se desarrollan los con-flictos, cada época tiene su propia clase de guerra, sus propias condiciones que la limitan y sus pro-pias ideas preconcebidas, por lo que las formas en las que se hace la guerra deben estudiarse a la luz de sus propias peculiaridades; esto hoy en día es imperativo y crea la necesidad de que todo Estado, a través de sus hombres de armas, adopte el com-promiso de desarrollar FF.AA. flexibles, adaptables y ágiles, en el sentido más amplio. En la medida que reúnan estas características y que compren-dan la naturaleza de los conflictos futuros, mejor preparadas estarán para enfrentar amenazas asi-métricas de cualquier índole.

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LA ASIMETRÍA Y LA DERROTA DE LOS TIGRES TAMILES

Po r : D o c t o r E D U A R D O M A C K E N Z I E

Si hay algo que queda demostrado con la espectacular y dramática derrota de los Tigres Tamiles de Sri Lanka es que  la lucha antiterrorista de los Esta-dos puede triunfar si hay determinación y voluntad política en el gobierno central. En otras palabras, no todo combate de tipo asimétrico[i] condena a los actores de la contienda a una lucha  feroz de desgaste y de sacrificio material y en vidas humanas interminable. La victoria sobre las fuerzas irregulares, aún las mejor organizadas, es posible.  

La otra lección importante es que  un conflicto asimétrico, como pudo ser el que opuso el gobierno de Sri Lanka a  los separatistas tamiles,  puede dege-nerar, en ciertas condiciones, en un conflicto, no de baja intensidad, como algunos espíritus rutinarios suelen creer, sino en otra cosa. Una revuelta

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guerrillera-terrorista, a pesar de sus objetivos limitados y regionales, puede degenerar final-mente en un conflicto de alta intensidad.

En 30 años de ataques sangrientos en Sri Lanka, cerca de 70 000 personas perdieron la vida, en esa isla de 20 millones de habitantes y con un territorio de sólo 65 610 km².

La prensa internacional había catalogado a la organización LTTE (Tigres Liberadores de l’Eelam Tamoul), como “la más poderosa guerrilla del mundo”.  Creado por Velupilaye Prabhakaran en 1972, ese movimiento armado de la minoría tamil llegó a tener hasta hace poco, en 2006,  16 000 combatientes, con los cuales Prabhakaran controlaba cerca de 18 000 km² de la isla.  Desde la década de los años 90, en algunas regiones, el LTTE podía llegar a batallar casi en igualdad de condiciones con el ejército de Colombo.

El rudimentario ejército de Sri Lanka dispo-nía a penas de 20 000 hombres,  incluida una “fuerza especial” de combate integrada, entre otros, por un cierto número de mercenarios británicos.

Los Tigres tamiles buscaban arrebatarle a la mayoría cingalesa, detentora del poder en el país, el control de las provincias del Norte y del Este de la isla, donde los tamiles son mayoría y se dicen víctimas del racismo.  Los activistas ta-miles contaban con el apoyo del sur de la India (Tamil Nadu), vasta región de la cual estaban separados por el estrecho de Palk, de 40 kiló-metros de ancho. Los Tigres tuvieron centros de adiestramiento militar en zonas cercanas a Madras, India.

El 74% de la población de Sri Lanka es cingale-sa y budista. El 18% es tamil (de religión hindú y cristiana) y el 7% es de religión musulmana. El gobierno de Sri Lanka debe hacerle frente a dos grupos étnicos opositores: una fracción cingalesa budista dirigida por monjes con ten-dencias nacionalistas y los tamiles del  LTTE.

Los Tigres Tamiles comenzaron a ser organi-zados a principios de los años 70. En julio de 1983, bajo el pretexto de que sólo la lucha armada podría obtener un Estado tamil inde-pendiente,  ellos emboscaron en Jaffna a una unidad del ejército y le hicieron 13 bajas. Des-de ese momento el LTTE apeló a todo tipo de violencias contra las autoridades de Colombo.

Los esfuerzos de negociación resultaron inefi-caces. Indira Gandhi, al frente de los destinos de la India en 1983, propuso  su mediación para que cesaran los choques entre el gobierno de Sri Lanka y los tamiles.  Las conversaciones entre Colombo y un Frente Unido de Liberación Tamil fracasaron en 1984. Al año siguiente, las violencias desembocan en un gesto de buena voluntad de parte del gobierno hindú, el cual  garantizó la ciudadanía a 60  000 tamiles y aceptó la idea de su repatriación.

El gobierno de Colombo también hizo conce-siones. En 1987, le otorgó al tamil el estatuto de lengua oficial y aceptó la entrada de tropas de la India a la isla para que ayudaran a res-tablecer la paz.  Siete mil soldados hindúes entraron así a Sri Lanka, pero los dirigentes de  LTTE, quienes habían aceptado al comienzo esa mediación, y jurado que no atacarían esas tropas, no respetaron la promesa. El retiro de las tropas hindúes terminó en  marzo de 1990.

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Y la violencia terrorista continuó y aumentó. El 1 de mayo de 1993, mientras presidía un desfile oficial en Colombo, el presidente de Sri Lanka, Ranasinghe Premadasa, fue asesinado por un atentado del LTTE. El 30 de abril de 2000, esa organización  se apoderó de la gran base militar de Pallai, al norte, cerca de Jaff-na. El primer ministro hindú, Rajiv Gandhi, fue asesinado por extremistas tamiles.

Intransigente y fanático, Velupilaye Prabhakaran destruirá  una a una toda posibilidad de solución política. Ello le valió a los Tigres ser rechazados y temidos por la mayoría de la población  y por los mismos tamiles. Prabhakaran había logrado es-tablecer un dominio dictatorial sobre  su propio pueblo. El tirano clandestino se decía dispuesto a sacrificar varias generaciones de tamiles para satisfacer sus ambiciones. El objetivo del perso-naje era encuadrar a toda la minoría tamil en su organización, incluidos los tamiles de la diáspo-ra (presentes en Malasia, Tailandia, Australia y en algunos países europeos, sobre todo en Gran Bretaña).

Todo tipo de aparatos y de grupos de fachada fueron construidos por los Tigres, como em-presas de transporte,  comercios de textiles y agencias de turismo, con operadores en la isla y en el sud-este asiático, para blanquear y drenar dinero hacia ellos, realizar operaciones de tráfico de armas y de drogas, organizar in-migraciones clandestinas y ejercer un control directo sobre esa minoría étnica.

El LTTE se especializó en el atentado terrorista: buses, carros y camiones eran llenados de explo-sivos para destruir con ellos unidades militares

o sembrar la muerte en medio de la población. Su arma más letal fue la utilización de bombas humanas.   Decenas de “voluntarios de la muer-te”, que aceptan el martirio individual en la lu-cha contra el “enemigo”,  se hicieron explotar  en Colombo y otras ciudades  asesinando de esa manera  a miles de personas inocentes. Para ese tipo de atentado, muy frecuente en los conflictos llamados asimétricos, los Tigres utilizaron sobre todo mujeres de todas las edades, pues ellas pasan más fácilmente los retenes y los contro-les de la policía. Una unidad especial terrorista,  los llamados “Tigres negros”,  estaba compuesta esencialmente por jovencitas, entrenadas para suicidarse en medio de grupos humanos civiles o cerca de personalidades o dirigentes anti LTTE.

Los combatientes tamiles llevan en general  una cápsula de cianuro para no hablar en caso de que fueran capturados. También son cono-cidos los torpedos humanos o nadadores de combate tamiles, utilizados para dañar o hun-dir los navíos de la limitada marina srilankesa, la cual intenta impedir el tráfico clandestino de explosivos y armas por el estrecho de Palk.

En junio de 2000, los terroristas asesinaron el ministro de la Industria, C.V. Gooneratne.  Un mes antes, habían hecho estallar una bomba durante una ceremonia religiosa en un templo de Batticaloa. Ello dejo 23 personas muertas y 75 heridos.  El 5 de enero de 2000, una mujer que intento asesinar al primer ministro sri-lankés mató a 12 personas, mientras que otras bombas humanas estallaban, ese mismo día, en otras ciudades. Balance de la jornada: más de 50 personas muertas.

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C A R Á C T E R G E N E R A L

La férrea voluntad del presidente  Mahinda Raja-pakse, elegido en 2005 y partidario del desman-telamiento por vía militar del separatismo tamil, se impuso finalmente sobre esa fuerza armada que en los últimos años había logrado constituir hasta una rudimentaria fuerza aérea de combate. Al cabo de una fuerte ofensiva militar iniciada en julio de 2007, la cual aumentó el número de deserciones del bando rebelde, los combatientes tamiles quedaron encerrados entre una tenaza, en la localidad norteña de Vellamullivaikkal. Un último intento de éstos para romper el cerco y exfiltrar de la zona de combates a sus dirigen-tes, se saldó por la muerte de 250 irregulares, incluido el mismo el “líder supremo” Velupila-ye Prabhakaran y su segundo al mando.

Tal refriega dejó sin duda en las últimas sema-nas no pocos “daños colaterales” en la pobla-ción civil, aunque las autoridades de Colombo indicaron que, por el contrario, sus tropas habían liberado decenas de miles de personas que habían sido utilizadas por los rebeldes como última protección. La ONU parece dis-puesta a abrir una investigación al respecto.

“La madre patria ha sido liberada completa-mente del terrorismo separatista”, resumió horas después el jefe de Estado Mahinda Rajapakse. Por su parte, el general  Sarath Fonseka, comandante del ejército, dijo que el cuerpo de Prabhakaran había sido encon-trado en el campo de batalla. La agencia Associated Press informó que el cadáver del jefe del LTTE había sido identificado por Vinaya-gamoorthi Muralitharan, un ex comandante de los Tigres que desertó y asumió una responsabi-lidad ministerial en Colombo.

“Lo que queríamos era liberar al pueblo tamil de la cruel coyunda (de los rebeldes). Ahora todos debemos vivir como iguales en este país”, resumió el presidente Rajapakse hablando en lengua tamil.

Lo ocurrido en Sri Lanka, sobre todo su súbito desenlace más reciente, será objeto de análisis muy diversos en los próximos meses. Pues se tra-ta de un evento político y militar de importancia y no sólo para el futuro del espacio geopolítico del sur de la India.1

1 La “asimetría” es ese tipo de conflicto, donde los adversarios son  de naturaleza y de fuerza dispar, viene del hecho de que el bando rebelde o terrorista no pretende vencer en lo inmediato al bando más fuerte sino hostigarlo de manera permanente para debili-tarlo y reducir  su espíritu combativo y su determinación política.

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ESCUELA NAVAL DE SUBOFICIALES ARC “BARRANQUILLA” 75 AÑOS FORMANDO LÍDERES

Po r : D o c t o r M A N U E L A N T O N I O V I R G Ü E Z P I R A Q U I V E

Senador de la República

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A C T U A L I D A D

PRIMEROS PASOS COMO GRUMETE

Juramento de Bandera

Un 6 de enero de 1987 arribaba a Barranquilla hermosa ciudad caribeña, lleno de expectati-va, intriga, y a la vez temor por lo que sería para mí ingresar a una institución que mar-caría de manera defi-nitiva el rumbo de mi vida para hacer parte del contingente 113 de Grumetes. Y fueron una serie de sucesos que paulatinamente irían forjando una conducta castrense, esquiva para unos pero deseada para otros; hechos que se mantienen a lo largo de los años y que ha-cen parte imborrable de nuestras vidas y que recordamos siempre con alegría y nostalgia, pero que durante su vivencia fueron difíciles para muchos de nosotros como para recordar por ejemplo: La tan desmoralizante primera “chuler”, el tedioso y tempranero alza arriba diario, la exigente pero necesaria gimnasia al amanecer, el especializado y nutrido conoci-miento naval impartido, el temido y muchas veces odiado “orden cerrado”, las agotantes y extenuantes vueltas al 32, las interminables recogidas de hojas, rutinas en su conjunto que

fueron disciplinándome hasta graduarme como marinero, eso sí, sin dejar de mencionar lo inolvidable, lo que permanece, los entraña-bles lazos de amistad y familiaridad con cada uno de mis “Contis”: barranquilleros, cartage-neros, samarios, bogotanos, vallunos, paisas y de todas las regiones del país, aprendien-do de ellos amistad, lealtad, compañerismo, también paciencia, respeto y tolerancia, a sus costumbres, cultura, lenguaje.

Aspectos en su conjunto que trazaron sin duda la ruta de lo que sería mi vida naval militar durante los 18 años que serví a la patria hasta el año 2004 cuando solicité con enorme y profunda tristeza mi retiro voluntario de nuestra amada Institución, y solo por mencionar alguno de esos es-cenarios que siguieron fortaleciendo mi conocimiento y experiencia, en especial la graduación como submarinista y los seguidos cursos que además me forma-ron como buzo táctico, el “Rads” con la

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Infantería de Marina, Aro y Lanchas Sub-marinas.

Flotilla de Submarinos, que definitivamen-te me terminó de formar como deportista, logrando por 5 años consecutivos obtener el trofeo de mejor deportista de la Fuerza Naval del Caribe.

Mundo submarino que pude disfrutar na-vegando como su tripulante durante 8 años del primer submarino que tuvo la Armada Nacional, el ARC “Intrépido”, unidad que me permite iniciar mis estudios de derecho, que posteriormente tuve la fortuna de po-der practicar con la Justicia Penal Militar a bordo del Comando de la Fuerza Naval del Caribe, hasta el año 2004 fecha de mi retiro voluntario.

Hoy que Dios me ha dado la oportunidad de ser Senador de la República, veo hacia atrás y realmente con profundo agradecimiento miro esta institución que me permitió lo

que soy, por eso no escatimo esfuerzos para reconocer desde la curul que la democracia me entregó, luchar por las vías constitucio-nales y legales por nuestra Alma Mater, pero principalmente por cada uno de sus miem-bros, así pues, fue para mi un orgullo enorme poder haber condecorado a los Buzos de la Armada que impidieron la catástrofe en el Río Magdalena con las canecas de cianuro y como mucha más alegría la condecoración a la Escuela Naval de Suboficiales ARC “Barran-quilla” por su aniversario número 75.

Y es que los hechos hablan del mérito de la condecoración: la Acreditación Institucio-nal de Alta Calidad otorgada por el Ministe-rio de Educación Nacional a la Escuela Na-val de Suboficiales, siendo la segunda en la

Región Caribe, la primera de carácter tecnológico y la primera en el sistema de educación militar en Colombia. El ingreso a sus filas del primer curso femenino de Suboficiales navales del cuerpo admi-nistrativo en el año 1997, los ex Suboficiales que hoy en día son profesio-nales en diferentes áreas, ex Suboficiales empresa-

rios, industriales, tecnólogos, todos ellos aportando indudablemente y de manera irrefutable al desarrollo social y económico de nuestra Patria.

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A C T U A L I D A D

Condecoración orden mérito a la democracia, en el grado de Caballero a la Escuela Naval de Suboficiales “ARC Barranquilla”

Por eso quiero agradecer a Dios, a la Ar-mada Nacional, a Oficiales y Suboficiales que fueron mis instructores encargados de formarme integralmente y capacitándome de manera permanente como Sub-oficial donde desarrollé y apliqué mis conocimientos al poder operar y mantener en mi caso unidades submarinas, y administrativas de la Armada, y de manera muy, pero muy especial, a los señores y seño-ras Oficiales, compañeros Suboficia-les y personal civil que me apoyaron durante varios años hasta lograr obtener el título de abogado, per-

mitiéndome así, alimentar toda una hoja de vida que hoy está al servicio del país.

Quiero enviar un saludo a hombres y mu-jeres que integran La Armada Nacional, como al personal de retirados, al personal de Infantes de Marina, y por supuesto al personal civil, porque entre todos han po-dido mantener vivo y en alto el prestigioso nombre de nuestra Armada Nacional.

Finalmente desear a todos los marinos de Colombia, que porten con orgullo, esas an-clas que aferran su conducta a las claras aguas de la rectitud, a los buenos vientos de la honestidad y a lo profundo del honor, para poder soportar así las tempestades de la vida, los oleajes de la corrupción, a no naufragar en la mentira, a no encallar en el fraude; para no dejar jamás que se man-chen esos blancos y relucientes uniformes que deben caracterizar siempre y a todo momento a un noble y valiente marino y así pueda nuestro buque un puerto seguro encontrar.

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¿MÁS SEGURIDAD NACIONAL, MENOS SEGURIDAD CIUDADANA?

Po r : D o c t o r N i c o l á s U r i b e R u e d a

Representante a la Cámara

La situación política y social que vivía nuestro país antes de agosto de 2002 cuando se implementa la política de seguridad democrática, fue una de las peores de nuestra historia. En aquel momento, la violencia y el miedo eran el día a día de los colombianos, mientras las guerrillas y los grupos parami-litares incrementaban su control de muchas regiones del país.

Después de esta fecha y hasta hoy, el contexto ha cambiado sustancial-mente. Según la Fundación Seguridad y Democracia en un reciente infor-me1, la capacidad ofensiva de las FARC entre 2002 y 2008 en términos de ataques disminuyó en un 70% pasando de 330 acciones en el periodo de enero - octubre 2002, a 100 en el mismo lapso del 2008, con respecto a los retenes se presentó una disminución del 93%. A su vez el informe mencio-na cómo mientras en el año 2002 se presentaron secuestros en 27 de los 32 departamentos del país, en 2008 la cobertura geográfica de estas acciones disminuye de manera importante, bajando a 17 departamentos de los cua-les solo 8 superan los 3 plagios. En el caso del ELN la capacidad medida en ataques disminuyó en un 77%. Finalmente durante el 2002 fueron repor-tados 141 secuestros por parte de los grupos paramilitares, mientras que para el 2008 se reportaron 26, presentando una reducción del 82%.

<?> Fundación seguridad y democracia, El debilitamiento de los grupos irregulares en Colombia 2002 – 2008, Coyuntura de Seguridad No 23, Diciembre 2008, Pág. 5 - 11

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A C T U A L I D A D

Lo anterior implica que durante la implemen-tación de la política de seguridad democrática se presentó una disminución del 67% de los ataques, un descenso del 85% en los secues-tros, y una disminución del 92% en los retenes ilegales. Un éxito rotundo que se elevó a los campos políticos y económicos del país.

Aún cuando el efecto de la política de se-guridad democrática también impactó el

comportamiento de la seguridad en algunas ciudades como se muestra en el siguiente cuadro en el que se evidencia que a la par de la disminución de la tasa nacional de ho-micidio, disminuyeron las tasas de ciudades como Cali, Medellín y Bogotá, hay nuevas dinámicas que estamos presenciando y que vale la pena analizar a fondo.

Fuente: UNODC

El incremento en el primer trimestre del homi-cidio en algunas ciudades como Cali (23%), el incremento del hurto a personas en un 27% en 10 de las principales ciudades del país, del 29% en el caso de las lesiones comunes y del 3% del hurto a comercio, han llevado a algunos a replantear el éxito de la política de seguridad democrática. Pero ¿qué tan cierta es esta afir-mación? ¿el incremento de la inseguridad en las ciudades es un ejemplo de la debilidad de la política de seguridad nacional?

Definitivamente no, y para ello, es necesario aclarar conceptos. No es lo mismo violencia y crimen. Aún cuando las dos puedan tener que ver con expresiones y formas similares, especialmente si están relacionados con una guerra civil o con un conflicto armado, la diferencia radica en el fin de las mismas. En el primer caso el fin es suplantar el Esta-do, mientras que en el segundo, el fin no es más que un interés monetario, un negocio. La diferencia es tan clara que incluso, en

FUENTE: DESDE 1980 HASTA 1989 SE TOMÓ COMO FUENTE: CUBIDES FER-NANDO, ANA CECILIA OLAYA Y CARLOS MIGUEL ORTÍZ, LA VIOLENCIA Y EL MUNICIPIO COLOMBIANOS 1980-1987, UNIVERSIDAD NACIONAL. CENTRO DE ESTUDIOS SOCIALES, 1998. DESDE 1990 HASTA 2005 SE TOMÓ COMO FUENTE LA BASE DE DATOS POLICÍA NACIONAL-CENTRO DE INVESTIGACIONES CRIMI-NOLÓGICAS.

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este último caso, el crimen no sólo no in-tenta subvertir el Estado, sino que pretende infiltrarse en él para alcanzar sus intereses económicos.

La diferencia planteada es fundamental para afirmar que la presencia más latente del crimen en algunas ciudades no desdibu-ja ni discute el restablecimiento del mono-polio de fuerza y por tanto de la legitimidad del Estado, a través del control de la vio-lencia. Esto fue evidente en la disminución al máximo de aquellas organizaciones que querían suplantar o subvertir el Estado.

También es fundamental para evidenciar una importante capacidad de la delincuen-cia de transformarse o mimetizarse a otras formas con el fin de alcanzar los objetivos. Eso explica el control que habrían tenido grupos paramilitares de pandillas o sicarios en los barrios en ciudades como Medellín y Cali, así como se explica que nuevos capos del narcotráfico, provenientes algunos de antiguos grupos paramilitares, hagan alian-zas con las Farc, con el fin de mantener el negocio del narcotráfico.

El asunto central planteado aquí, es que el fin de la violencia relacionado con el resque-brajamiento del Estado no significa, de ma-nera inmediata, la disminución del crimen. Probablemente en algunas ocasiones signi-fica su repunte. Pero también, significa una menor capacidad de supervivencia, a causa de la presencia de un Estado se hace más fuerte, organizado y preparado para comba-

tirle. Es así como según Naciones Unidas “En el mediano o corto plazo, una incompleta o inefectiva reintegración de los excomba-tientes en la sociedad civil puede permitir la criminalidad armada por parte de los com-batientes que no tienen otra forma de vivir”.

Con respecto a lo anterior, hay numerosos ejemplos en el mundo. Uno de ellos es Su-dáfrica, en donde se libró uno de los proce-sos de paz más renombrados en el mundo. Luego de este, salieron a la luz antagonis-mos sociales que llevaron al incremento de la violencia social, a través de pandillas como las llamadas Inkathao2

Lo mismo ocurriría en el caso de Centro-américa. Como se muestra en el siguiente cuadro, justo después del establecimien-to de los acuerdos de paz, se evidenció un incremento en las tasas de homicidio, especialmente con las relacionadas con arma de fuego. En este sentido Alexandra Guaqueta menciona como esta nueva olea-da de violencia estaría relacionada con el surgimiento de nuevas estructuras como las pandillas de “los maras”, pero también con una evidente incapacidad de la Policía Civil de afrontar este tipo de crimen, pues esta-ban acostumbrados únicamente a asumir enfrentamientos directos estilo “guerra de guerrillas”.

2 Morris, Mike y Hindson Doug, Violencia Política, Reforma y recons-trucción en Sudáfrica, Nueva Sociedad No 130, 1994, Pág. 4.

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A C T U A L I D A D

Small Arms Survey, 2005

Lo anterior estaría en consonancia con lo dicho por el Small Arms Survey (2005), que plantea que “la demanda de armamento en contextos de post-conflicto generalmente se mantiene alta, y la militarización de algunas zonas aumenta el peligro de la ocurrencia de hechos de violencia”3.

Consideraciones finales

Lo anteriormente planteado nos lleva a con-cluir que enfrentamos un momento político fundamental. Un momento que significa la satisfacción de haber iniciado un proceso de pacificación que ya no tiene vuelta atrás, pero también significa la urgencia de fortalecernos aún más para enfrentar las nuevas formas del crimen. Un crimen que ya no tiene la inten-ción de combatir al Estado, derrocar el poder constituido o suplantar las instituciones, sino intereses pura y eminentemente económicos.

Pero aquí la tarea no sólo es del gobierno na-cional. El Congreso debe aportar creando ins-

3 Small Arms Survey, 2004. Acceso web en: http://www.smallarmssurvey.org

trumentos para el combate de la delincuencia y fortaleciendo espa-cios de cooperación institucional, así como expidiendo normas que se ajusten a la realidad del crimen organizado que opera en las ciuda-des. Debe concentrarse también en aprobar una serie de normas que faciliten el combate, investigación

y juzgamiento de pequeños delitos, que son los que más angustian a los ciudadanos y los que desde su perspectiva casi siempre quedan impunes. Pero sobre todo, hay que resaltar el papel de los Alcaldes, que en el actual escena-rio es cada vez más relevante.

Su responsabilidad debe verse reflejada en la construcción de institucionalidad local para el combate de la delincuencia urbana, instituciones transparentes, ágiles y con capacidad de imple-mentar soluciones creativas y con amplio uso de la tecnología disponible. También por supuesto, se requiere más presupuesto para la seguridad de los ciudadanos, más fuerza pública (generalmen-te con mayor grado de especialización) y más y mejor equipamiento. Pero sobre todo se requiere liderazgo que conduzca a las ciudades a construir políticas de seguridad urbana de largo plazo, y en procurar políticas realmente impactantes para la disminución del crimen. Para finalizar, hay que ratificar que el éxito de la seguridad democrática no tiene vuelta atrás. La victoria sobre la violencia no es un hecho temporal, una victoria de estas no es más que un acompañante seguro para los próximos tiempos y un mensaje contundente para las futuras generaciones.

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EL PROGRAMA INTEGRAL DE FORTALECIMIENTO FAMILIAR

Po r : M o n s e ñ o r Fa b i o S u e s c ú n M u t i s

Obispo Castrense de Colombia

Para la Iglesia, y por ende para el Obispado Castrense de Colombia, la fa-milia es centro de su atención primera y la comunidad ideal para vivir en Evangelio. Ella es el espacio donde cada uno de nosotros fue concebido, y aparece en la Sagrada Escritura desde el inicio, como el origen de la perso-na humana y lugar de íntima unidad entre las personas “Dios dice: No es bueno que el hombre esté solo…., y los creó hombre y mujer” (Gn 1,27ss).

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C A R Á C T E R P R O F E S I O N A L

En la familia cada uno aprende a relacionarse con los otros, a conocerse como ser social y a comprender que es fundamental el trato y el trabajo con los otros, para poder hacer parte eficaz y armónica de la vida y del compromiso social, y por ello el Concilio Vaticano II la llama “Escuela del más rico humanismo” (GS 52).

Son tan valiosos e importantes los vínculos afectivos familiares, que para la Iglesia la fa-milia se convierte en su modelo de unión y de amor, y la considera portadora de esa misión de “ser célula primera y vital de la sociedad, tarea que ha recibido la familia directamente de Dios…. Misión que cumple cuando es un santuario doméstico de la Iglesia” (AA 11). Por ello la Iglesia comprende que una familia uni-da, que vive el amor, que crece en los valores, que supera con caridad y sabiduría los conflic-tos y busca vivir la caridad como mandamiento fundamental, es cuna, fuente y modelo para la Iglesia, hasta el punto de poder identificarla como “Iglesia doméstica”.

Esta importancia la evidencian particularmen-te los Estatutos del Obispado Castrense cuando en su artículo tercero, indicando la tarea de esta diócesis personal, dice que “tiene el come-tido primordial de evangelizar a los miembros de las fuerzas Armadas y sus familias”. Para res-ponder a esta misión, en el Plan Pastoral 2003 – 2010 del Obispado marcó como cuarto obje-tivo de nuestra misión: “Promover, fortalecer y defender desde el Evangelio la institución ma-trimonial y familiar, destacando la responsabi-lidad de los cónyuges en el hogar, para mejorar la calidad de la vida humana, moral y espiritual

en beneficio de todos sus miembros, con espe-cial atención a la situación de la mujer en las circunstancias del conflicto y su proyección en la familia, la institución armada y la sociedad”

Esta tarea está en la realidad social del pre-sente. El mundo actual ha ido avanzando en nuevos conceptos sobre el hombre, sobre la mujer, sobre la familia, sobre la educación; en fin, ha ido modificando su visión sobre el fu-turo. Este cambio, que trae numerosos avances en distintos cambios, trae también consigo no pocas dificultades y peligros que debe afrontar la familia al ir haciendo camino desde la fe en el mundo. Los nuevos valores inciden el la familia, llegando desde diversas direcciones, favorecidos especialmente por el prodigioso progreso de las comunicaciones que nos ha tomado por sorpresa, y bajo distintos aspectos, diría yo, indefensos para un adecuado discer-nimiento de cuanto a través de ellos nos llega.

Hoy los padres de familia se encuentran en la difícil misión de educar sabiendo que sus hijos son bombardeados por infinidad de informa-ción, no siempre justa, veraz, recta y procesa-ble. Por ello, cuando las obligaciones laborales de ambos cónyuges merman la posibilidad de una presencia permanente ante los hijos, se ven urgidos de ayudas externas que les permi-tan crecer en sus valores como padres y madres de sus hijos.

No sólo los medios influyen en la vida familiar. Es la cultura la que va creando nuevas modali-dades de llevar la vida que se van imponiendo en la cotidianidad. Ejemplos de ello tenemos muchos: hay hoy una mayor conciencia del valor

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de la libertad individual, de la importancia del respeto a toda persona en todas las etapas de la vida; gozamos hoy de mayores posibilidades educativas y de infinidad de oportunidades de crecimiento. Tenemos una mayor claridad sobre los derechos de las minorías y de las etnias, una más clara visión de la igualdad del hombre y la mujer, y más amplias opciones frente al destino y determinación del futuro de los pueblos. Ello también incide en la familia; las mujeres han en-trado a ser reconocidas en sus derechos y gozan hoy de más posibilidades de realización y capa-citación que en el pasado; el varón ha aprendido a compartir la afectividad en familia y a asumir un rol más amable dentro del hogar. Los hijos son hoy escuchados y las leyes favorecen con alta exigencia sus derechos.

Pero no todo es positivo en la transformación cultural; hallamos menos tiempo de los padres en los hogares; las exigencias laborales restan tiempo a la vida en familia, hemos entrado en una defensa de los derechos individuales hasta grados que obstaculizan los derechos de la ma-yoría en el hogar; la conciencia de la libertad individual lleva a no pocos a caer en un egoís-mo marcado y a perder la visión de las obli-gaciones familiares y sociales; la sexualidad humana ha perdido su valor sacral y pereciera que para muchos el pudor y la privacidad no tuviera espacio en sus vidas. Toda esta proble-mática afecta necesariamente las sociedades y también los grupos específicos, como los nues-tros, los miembros del Sector Defensa.

Por ello la Iglesia, y entre nosotros, el Obispa-do, considera que la Pastoral Familiar debe ser

asumida a cabalidad y se le debe dar toda la importancia. En este marco surge la iniciativa del “PROGRAMA INTEGRAL DE FORTALECIMIEN-TO FAMILIAR” (PIFF).

El Plan Pastoral 2003-2010, al hablar de la dimensión familiar de los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas presenta las siguientes fortalezas:

- Existe un espíritu de solidaridad y compa-ñerismo.

- Se tienen familias de fe que necesitan y pi-den la orientación espiritual del Capellán.

- Hay familias de militares y policías que son ejemplo y testimonio de vida cristiana.

- Los Capellanes visitan con frecuencia los ho-gares y los acompañan en su vivencia de fe.

Pero allí mismo se constatan unas dificultades concretas:

- La situación de conflicto armado genera consecuencias para la vida personal y fa-miliar.

- La cultura pan sexualista, divorcista y he-donista del presente repercute también en el medio castrense.

- En algunos casos los cónyuges llegan al ma-trimonio desconociendo la realidad militar y policial y no logran superar la dureza de la se-paración o la zozobra del peligro de su pareja.

- Hay riesgos de mala o deficiente elección de la pareja.

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- Hay abandonos de hogar, ausencia del pa-dre, infidelidad, etc.

- Hay creciente número de parejas que se divorcian y forman nuevos hogares.

- Existen casos de violencia intrafamiliar.

Con esta realidad, el Obispado se plantea como un reto para su acción de servicio a los hogares la urgencia de un acompañamiento y asistencia pastoral a las familias y una valoración del papel de la mujer en el ámbito de la Fuerza Pública. Ya la acción con las familias había afrontado diver-sas necesidades y a partir del 2003 se reorganizó el servicio y se colocó dentro de la dinámica de la Nueva Evangelización en el Obispado. Hemos ha-cho un camino loable, hemos afrontado diversas situaciones y hemos, con el apoyo del Ministerio y de las distintas Fuerzas, llegado a atender diver-sos frentes de la vida familiar castrense.

Dentro de las acciones de mayor horizonte en el trabajo del Obispado con las familias está un proyecto “bandera” denominado “PROGRAMA INTEGRAL DE FORTALECIMIENTO FAMILIAR” (PIFF), el cual fue lanzado oficialmente en la novena de Navidad del año 2007 con la presen-cia del Señor Presidente Doctor Álvaro Uribe Vélez, el Señor Ministro de la Defensa Doctor Juan Manuel Santos Calderón y los Altos Man-dos de las Fuerzas Militares y de Policía..

En la presentación oficial de la aprobación del Programa Integral de Fortalecimiento Familiar (PIFF) con el lema “TU FAMILIA VALE LA PENA”, el Señor Ministro de la Defensa Nacional, Dr. Juan Manuel Santos Calderón, mentor decidi-do de esta iniciativa pastoral, dice:

“El Ministerio de Defensa Nacional, interesado por el bienestar del personal involucrado en la Seguridad Democrática, busca promover, for-talecer y defender la institución matrimonial en las Fuerzas Armadas de Colombia mediante el “Programa Integral de Fortalecimiento Fa-miliar” y, a través de éste, mejorar la calidad de vida de cada uno de los miembros de la Institu-ción Armada para favorecer el buen desempe-ño de su misión”.

Tiene el Programa como primer objetivo sen-sibilizar a las personas sobre la importancia de la familia y su cuidado permanente. La convivencia diaria, cuando se trabaja en fa-milia por mantener los afectos y acompañar-los de un trato respetuoso, permite que cada uno de los miembros del hogar se sienta re-conocido y valorado, respetados sus derechos y llamado a una armónica relación con todos. Si bien las tensiones del trabajo y del mundo social donde se vive influyen en los ánimos de cada uno, si la familia ha sido levantada den-tro de la armonía y la solidaridad, las preocu-paciones se asumen con valentía y con el res-paldo de los propios, y se alcanza con mayor éxito el superarlas. Este es el punto de partida del Programa y el Obispado lo respalda ple-namente, pues sabe que “donde hay caridad y amor, allí está el Señor”.

Desde esta óptica se afrontan los diversos es-pacios del trabajo de este programa: las pa-rejas, las familias, los solteros, las mujeres…para lograr un crecimiento y desarrollo insti-tucional basado en valores familiares que nos conduzcan a una Colombia mejor.

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El Programa Integral de Fortalecimiento Fami-liar contó con un precedente de sensibilización a lo largo de varios años mediante una activi-dad concreta y centrada, a nivel nacional, de-nominada “Semana de la Familia”.

Año tras año, el Obispado hacía sentir en el ambiente la necesidad de pensar en la fami-lia, de hablar de ella y de velar por ella. Estos eventos organizados desde la sede del Obispa-do Castrense en Bogotá, llegaban a cada rincón del país, en cada sitio donde se encontraba un soldado, un policía, un infante, un civil, perte-necientes al Sector Defensa mediante la acción concreta, eficaz y cercan de uno de los muchos Capellanes Castrenses que laboran directa-mente en Unidades Militares y de Policía.

Las “Semana de la Familia” se centraban en un aspecto concreto de la vida familiar, del forta-lecimiento de la misma y de la necesidad de poseer ciertas cualidades para conformarla. Estos aspectos, que se divulgaban con  méto-dos pedagógicos  y lúdicos, eran enfatizados a través de un lema el cual le daba “alma” a dicha Semana.

Algunos de los lemas utilizados y trabajados en estas “Semana de la Familia” fueron:

- “Eres constructor de la Paz, defiende tu Familia”.

- “Siembra la Fe en tu Familia y cosecha la Paz”.

- “La Persona Humana, corazón de la Familia”.

- “Tu Familia vale la pena”.

- “Tu Familia es una sola, defiéndela”.

Con cada uno de estos lemas, el Obispado, ha sensibilizado a los hombres y mujeres del Sec-tor Defensa para que dirijan su atención sobre la vida familiar, la necesidad de protegerla, su importancia en la vida personal y profesional y, ante todo, el énfasis espiritual que la rodea.

El Programa Integral de Fortalecimiento Fa-miliar (PIFF), tiene tres líneas transversales que se van desarrollando de manera paralela y que, juntas, hacen del entorno familiar una verdadera comunidad, conformada por perso-nas interesadas en dar lo mejor de sí para que todos encuentren la felicidad y puedan vivir en armonía y mantener la paz. Todo esto redunda, necesariamente, en su proyección profesional y laboral.

La primera línea se denomina “Familias Sanas y Fuertes”, y se trata de un programa especí-fico que brinda herramientas a las familias ya conformadas tocando aspectos que son claves para el fortalecimiento de la misma familia. Estos aspectos han sido cuidadosamente estu-diados hasta el punto de poder asegurar que si una familia sigue estos parámetros podrá, en un alto grado, afianzar su madurez, su fortale-za y su salud interior.

Los aspectos prioritarios que se requieren para que una familia sea considerada “sana y fuerte” son:

- Sus miembros expresan el aprecio recípro-co que se tienen.

- Sus miembros organizan de tal manera su estilo de vida que tienen tiempo para estar juntos.

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- Las pautas de comunicación interpersonal son de buena calidad.

- Sus miembros se comprometen solidaria-mente en la búsqueda de la felicidad y del bienestar de todos.

- Empeño en promover un estilo de vida es-piritual (orientación religiosa).

- Capacidad para manejar positivamente los momentos de crisis.

Los Obispos de América Latina, reunidos en aparecida, bajo la presidencia de Su santidad Benedicto XVI, en mayo de 2007, hallábamos luces para la orientación de las familias en el continente, luces que asume el Programa Inte-gral del Obispado. Quiero recordar algunos de los lineamientos del documento final de esa magna asamblea:

- “El Papa Benedicto XVI afirma de la fami-lia que es el patrimonio de la humanidad, constituye uno de los tesoros más impor-tantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente…La familia es insustituible para la serenidad personal y para la educación de sus hijos”. (Documento de Aparecida No 114).

- “Esperamos que los legisladores, gober-nantes y profesionales de la salud, cons-cientes de la dignidad de la vida humana y del arraigo de la familia en nuestros pueblos, la defiendan y protejan de los

crímenes abominables del aborto y de la eutanasia; ésta es su responsabilidad. Por ello, ante leyes y disposiciones guberna-mentales que son injustas a la luz de la fe y la razón, se debe favorecer la objeción de conciencia”. (Documento de Aparecida No 436).

La segunda línea se trata de un programa, también específico, que se dirige a los hombres y mujeres solteros que están en camino hacia la organización de su propia vida familiar, y se denomina “Proyecto de Vida y Elección de Pareja”, el cual va dirigido, de manera espe-cial, a quienes se encuentran en las Escuelas de Formación de las deferentes Fuerzas, pero también debe llegar a todos aquellos, hombres y mujeres, que están por definir su estado civil.

Aquí, en este programa se siguen paso a paso los siguientes temas:

- Elección de pareja.

- Educación para el amor y la sexualidad.

- Pautas de comunicación.

- Manejo de la economía.

- Proyecto de vida.

La tercera y última línea del Programa Inte-gral de Fortalecimiento Familiar (PIFF), hace referencia al programa concreto denominado “Dignidad de la Mujer y su Rol en la Fuerzas Armadas de Colombia”.

Aquí, en este programa se quiere llegar a las mujeres que hacen parte del Sector Defensa, ubicándolas en varios contextos: la mujer uni-

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formada, la mujer civil al servicio de la Fuerza y la mujer esposa del uniformado. Pues cabe anotar que, aunque la dignidad de la mujer es igual para cada una de ellas, sí es diferente la labor que desempeña cada una según el ámbi-to que le corresponda.

En este programa también se desarrolla una temática específica que comprende los si-guientes elementos:

- Dignidad de la mujer y su rol en las FF.AA.

- Equidad de género.

- Manejo del afecto.

- Proyecto de vida.

- Estilo de vida espiritual.

Según todo lo anterior, el Obispado Castrense de Colombia, con el Programa Integral de For-talecimiento Familiar (PIFF), y apoyado por el Ministerio de Defensa, quiere construir Fami-lias Sanas y Fuertes, desea ofrecer a los jóvenes de las Escuelas de Formación unas herramien-tas claras para su Proyecto de Vida y su Elección de Pareja y, además, desea realzar la Dignidad de la Mujer haciendo énfasis en el rol que cada una de ellas desempeña en el contexto de las Fuerzas Militares y de Policía. Todo ello para devolverle a la vida en familia el lugar que le corresponde en la Institución Armada y, por ende, en la sociedad colombiana, buscando así un hombre y una mujer íntegros en su ser y en su proceder, porque sólo con familias estables se puede alcanzar la madurez personal y profe-sional del ser humano e incluso lograr construir una patria justa y en paz.

No hay duda que un ser humano, formado en el ámbito de una familia estable, puede des-cubrir más fácilmente al Dios del amor y la fra-ternidad, a Aquel que nos dejó como modelo su propia familia, la familia de Nazareth, la familia de José, María y Jesús.

Por tanto sigue siendo actual aquel refrán po-pular que dice; “familia que reza unida, perma-nece unida”.  Invito, pues, a todas y cada una de las familias de los hombres y mujeres que labo-ran en el Sector Defensa, para que afiancen su vida familiar en Jesucristo, nacido en una fami-lia, y que con él caminen unidos conociéndolo, amándolo e imitándolo.

Invito a todos los jóvenes de nuestras Escuelas de Formación, para que no duden en acrecen-tar su deseo de formar nuevos y mejores ho-gares, eligiendo con prudencia y sabiduría a aquella persona con la cual desean crecer en amor y en felicidad.

Invito a las mujeres uniformadas, a las mujeres civiles que trabajan en las diferentes Fuerzas y en el Ministerio de Defensa y a las mujeres esposas de los uniformados, para que redescu-bran su ser-mujer, se sientan orgullosas de lo que son y, a ejemplo de María Santísima, sean portadoras de vida, de paz y de alegría para su Institución y para toda nuestra sociedad.

Invito, a cada hombre y mujer pertenecientes al Sector Defensa, para que respondamos al mundo de hoy con un “sí creemos en la familia” y teniendo una convicción clara que nuestra familia es una sola, por eso debemos siempre defenderla.

“Tu familia es una sola, defiéndela”

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“QUIEN DOMINE EL MAR DOMINA EL COMERCIO MUNDIAL; QUIEN DOMINE EL COMERCIO MUNDIAL DOMINA EL MUNDO”

Po r : C a p i t á n d e N a v í o J O H N C A R LO S F LÓ R E Z B E LT R Á N

Comandante de la Floti l la de Super ficie del Caribe

El Almirante Alfred Mahan postuló la importancia estratégica del dominio naval como clave para la dominación mundial dijo “Quien domine el mar domina el comercio mundial; quien domine el comercio mundial domina el mundo”, este pensamiento concibe el Poder Marítimo como una parte fundamental del crecimiento económico y progreso de un país, tal como se puede observar a través de la historia los países desarrollados se han fortalecidos gracias al aprovechamiento de sus intereses marítimos.

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El Poder Marítimo está cimentándolo en dos bases; la primera los interés marítimos es decir el aprovecha-miento del mar en toda sus formas y la segunda su Armada quien se encarga de protegerla contra cual-quier agresión que atente contra estos, como son: el narcotráfico, la piratería, el tráfico de armas, el con-trabando y todo aquello que conlleve a desertificarla internacionalmente; así mismo, salvaguardar la vida en el mar, brindar la seguridad en los puerto y prote-ger las líneas de comunicaciones marinas.

Buques de Guerra Colombianos que conforman la Fuerza de Superficie, surcan las aguas marítimas desde los albores mismos de la Independencia.

La primera Fragata ARC Almirante Padilla fue ad-quirida en 1947, que junto con las ARC “Capitán Tono” y ARC “Almirante Brión” combatieron en Co-rea como integrantes de las Fuerzas Navales de las Naciones Unidas.

En enero de 1988 se creó la Flotilla de Superficie de la Fuerza Naval del Atlántico, agrupando las unida-des de la antigua Escuadra de Mar.

Hoy en día la Flotilla de Superficie del Caribe está compuesta por cuatro Fragatas Misileras, ARC “Antioquia”, ARC “Almirante Padilla”, ARC “Indepen-diente” y ARC “Caldas”; un buque multipropósito, el ARC. “Cartagena de Indias” adquirido durante 1998 y las unidades de desembarco y transporte ARC “Morrosquillo”, ARC “Bahía Honda” y ARC “Bahía Portete”.

Las Fragatas cuentan entre sus capacidades con helicópteros embarcados, clase BO-105, Fennec y Augusta Bell 412.

Para este año se tiene programado la participación de las Unidades de Superficie en Operaciones In-

ternacionales Unitas Fase Gold, Panamax 2009, Caribe Venture, Bilateral con la Marina Peruana y la Fuerza Multinacional del Caribe 2009; y la Opera-ción Conjunta Pelikano II.

Así mismo, se están realizando intercambios de Oficiales en la parte de Instrucción y Entrenamien-to, con el propósito de incrementar las relaciones e información que sea de utilidad para el desarrollo institucional.

El objetivo primordial en estos momento es lo-grar una Flotilla cohesionada, que cumpla efec-tivamente los ordenamientos del Alto mando, empleando eficientemente el recurso personal y material con que se cuenta, y sobre todo, todos los tripulantes comprometidos para alcanzar la conquista de una paz justa y duradera en todo el territorio nacional.

Es importante resaltar a nuestras familias, que han sido nuestra motivación eterna, las ganas diarias de llegar a nuestros hogares y saber que aunque muchas veces les prometimos llegar temprano y por mil razones no les cumplimos, siempre había un abrazo y un beso para recibir-nos. Por eso, la familia es una prioridad en nues-tra vida y es fundamental para nuestra estabili-dad emocional y mental, y especialmente en la labor de Marino.

Y donde haya siempre por lo menos un metro de agua bajo la quilla, allí estará el pabellón de una de las Unidades de Flotilla Superficie del Caribe, ondeando invencible en lo más alto de su gallardo mástil.

Recordemos nuestro lema que nos identifica “Floti-lla de Superficie La Fuerza que decide”.

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ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO

Po r : C a p i t á n d e F r a g a t a R U T H J A N E T H S A R M I E N T O R E Y E S

Direc tora Oficina de Formación Integral Humanística

“Confusión mental, contradicción de sentimientos, indecisión, pánico; esas son nuestras armas”. Adolf Hitler.

Frente a este tipo de amenazas internas o externas el ser humano reaccio-na mediante unos procesos psicológicos automáticos denominados meca-nismos de defensa (o estrategias de afrontamiento) que lo protegen frente a la ansiedad y amenazas de cualquier tipo. Por lo general las personas son ajenas a estos procesos y a su funcionamiento.

Durante el desarrollo del ser humano existen factores fundamentales en la vida que inciden en el aprendizaje de estos mecanismos de defensa:

1. El ambiente: el entorno en el que me muevo, los acontecimientos que ocurren y las personas con las que me relaciono;

2. Emociones: alegría, tristeza, agobio, inseguridad, temor, etc.;

3. Reacciones Físicas: dolor, palpitación, sudoración, relajación, etc.;

4. Pensamientos: involucra las ideas que se tienen acerca de sí mismo, de los demás y del mundo y del futuro;

5. Comportamiento: lo que se hace, lo que se dice, las relaciones que se establecen, etc.;

6. Las consecuencias del comportamiento: éstas aumentan o disminuyen la probabilidad de que se repitan las conducta.

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De ahí que las personas se comporten de ma-nera diferente frente a los esfuerzos psicoló-gicos y conductuales saludables o malsanos, conscientes o inconscientes realizados para superar, reducir o tolerar las demandas de una misma situación, pues en ocasiones no sabe cuál es la fuente del estrés, no cuenta con estilos de afrontamiento adecuados para combatirlo o no ha aprendido cómo utilizar los recursos físicos, personales y sociales disponi-bles en él.

Específicamente, el medio militar, en sí, genera unas exigencias al combatiente en sus capaci-dades psicológicas para afrontar las diversas situaciones inherentes a su profesión. Por tal razón, la selección, formación y entrena-miento militar son aspectos esenciales en la preparación psicológica de ese combatiente para lograr un personal altamente motivado, concentrado y resistente al impacto del caos, ruido y violencia.

¿Cuál sería entonces la forma para mantener, fortalecer o incrementar las estrategias de afrontamiento positivas, conscientes y adecua-das en el personal militar?

El entrenamiento, según Sun Tzu, debe acos-tumbrar a la mente del soldado a enfrentar-se al combate con resolución y no doblegar-se bajo el impacto de la violencia y el caos. Sólo cuando la mente actúa con disciplina el cuerpo puede acompañarle en la batalla. Sin embargo, esta exigente preparación física y psicológica requiere de un proceso de se-lección como primer paso fundamental, en

el cual lo que se busca es el potencial de las habilidades o competencias básicas de este futuro combatiente, pues nadie da de lo que no tiene, y en muchas ocasiones la historia nos ha demostrado que un gran número de soldados con pocas cualidades a nivel de recursos de afrontamiento físico, personal y social puede fácilmente sucumbir ante un pequeño grupo de combatientes saludables, altamente motivados, concentrados, disci-plinados y con una red de apoyo social clara-mente identificada.

Por otra parte, el proceso de formación invo-lucra un trabajo de esas competencias básicas a nivel del ser, saber y saber hacer, de manera que el producto sea un ser humano íntegro, con la inteligencia, sentido de pertenencia y voluntad para decidir que sus acciones se basan en una única premisa: el respeto por la dignidad humana.

Esta premisa única durante el proceso de for-mación y entrenamiento debe ser transversa-lizado por una formación integral humanística donde la persona es la protagonista central, a través de su libertad, inteligencia y voluntad para actuar y transformarse. Así, a partir de su condición personal y por su naturaleza, el ser humano se convierte indiscutiblemente en el eje no sólo de la educación sino de la familia y la sociedad.

Dado los ejes o pilares sobre los que se debe ac-tuar se determinan esas competencias básicas para este combatiente, las cuales y de manera implícita deben proporcionar evidencia de las

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estrategias de afrontamiento que generan un nivel adaptativo elevado en el manejo de acontecimientos estresantes. Estos mecanis-mos de defensa que se mencionan a conti-nuación se convierten en factores protectores que permiten una conciencia reflexiva sobre los propios sentimientos, las ideas y sus con-secuencias equilibrando las actuaciones entre las diversas situaciones conflictivas personales y/o laborales:

1. Afiliación: capacidad para acudir a su red de apoyo social sea esta institucional, fa-miliar, social.

2. Altruismo: capacidad para hacer el bien a los demás- Voluntad.

3. Anticipación: capacidad para anticipar res-puestas o soluciones alternativas.

4. Autoafirmación: capacidad para expresar sus sentimientos y pensamientos sin in-tención manipuladora.

5. Autoobservación: capacidad para reflexio-nar acerca de sus sentimientos, pensa-mientos, motivaciones y comportamien-tos, y actuar de acuerdo con ellos.

6. Sentido del humor: capacidad para hacer hincapié en los aspectos divertidos o iró-nicos de los conflictos o situaciones estre-santes.

7. Sublimación: capacidad para canalizar sentimientos o impulsos potencialmente desadaptativos en comportamientos so-cialmente aceptables.

8. Supresión: capacidad para evitar intencio-nalmente pensar en problemas, deseos, sentimientos o experiencias que le produ-cen malestar.

Estos mecanismos de defensa indicarían que la persona cuenta con un potencial a nivel de recursos de afrontamiento: físicos, personales y sociales, estrategias de afrontamiento: com-bativas y preventivas y estilos de afrontamien-to: reactivo y proactivo. Por consiguiente, se estaría hablando de un combatiente que tiene dentro de su estructura de personalidad carac-terísticas como la tenacidad, la inteligencia, el trabajo en equipo, el autocontrol, el sentido del humor, entre otras.

Sin embargo, el tener el potencial no garantiza un desarrollo natural de estos mecanismos de defensa, se debe por lo tanto contar con una metodología que contribuya en el desarrollo de estas estrategias de afrontamiento en el contexto militar, esa metodología es el Aprendizaje Expe-riencial, el cual hace parte de los métodos activos de aprendizaje, cuya práctica acertada conlleva a que a través de experiencias estructuradas como por ejemplo el paso de Pistas de Infantería de Marina, rompa con la comodidad que le brinda ceñirse exclusivamente a realizar bien una técni-ca y avance hacia una zona de incomodidad que busca transformar ese entrenamiento militar, en experiencias de aprendizaje y crecimiento, cuya característica fundamental es la construcción de nuevas estructuras conceptuales, procedimenta-les, emocionales y actitudinales, prioritarias para el cumplimiento de la misión institucional que debe afrontar un combatiente.

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Para el pionero de la Educación Experiencial, el educador alemán Kurt Hahn, el principio “En tu incapacidad está tu oportunidad”, se convirtió en su máxima para idear un plan de actividad física y pensamiento discipli-nado para garantizar un entrenamiento integral.

El entrenamiento del personal está indiso-lublemente ligado a la educación, lo que implica un proceso de corresponsabilidad institucional para generar espacios donde se fortalezcan estrategias de afrontamiento evidenciadas en las competencias del ser, del saber y del saber hacer, que no es otra cosa que las habilidades combativas, polí-ticas, morales y psicológicas, en las que se sustenta la disposición a cumplir la misión institucional.

Y como afirma Sun Tzu: “Si los oficiales no están ejercitados a fondo, estarán ansiosos y confundidos en la batalla; si los generales no están competentemente entrenados, su-frirán angustia mental cuando se enfrenten al enemigo”.

El estado mental disciplinado de un comba-tiente es la esencia que garantiza un afron-tamiento a la privación, el esfuerzo, la ad-versidad, de tal manera, que para fortalecer las estrategias de afrontamiento del perso-nal es vital partir de la premisa de seleccio-nar, formar y entrenar seres humanos para que ejerzan su rol como combatientes con

un alto dominio personal que le permitirá aclarar y ahondar continuamente en aspec-tos fundamentales como su visión personal y su concentración de energías para poner su vida al servicio de sus mayores aspira-ciones como ser humano, como miembro de una familia, como parte de la sociedad y como integrante de las Fuerzas Militares de Colombia.

BIBLIOGRAFÍA

• DSM IV.Manual diagnóstico y estadísticode los trastornos mentales. Editorial Mas-son, S.A. Barcelona, 1995.

• CABALLO,Vicente.E.Manualparaeltrata-miento cognitivo-conductual de los tras-tornos psicológicos Vol. 2. IEditorial Siglo XXI, 1998.

• BERISO, A. PLANS, B. SANCHEZ, M. SAN-CHEZ, D. Cuadernos de terapia cognitivo-conductual. Una orientación pedagógica e integradora. Editorial EOS. Madrid. 1999.

• SENGE, P. La quinta disciplina. EditorialGranica. Argentina. 2003.

• CHRIS,M.TécnicasdeResistencia.EditorialLibsa. Madrid. 2002.

• UNIVERSIDAD DE LA SABANA. EducaciónContinua. Diplomado Virtual en Familia 4ª Cohorte 2009.

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La DIMAR coordina la implementación y opera-bilidad del ‘Centro Nacional de Alerta de Tsuna-mi’ en Colombia

CIENCIA, TECNOLOGÍA Y DIVULGACIÓN, ESCUDOS PARA ENFRENTAR LA AMENAZA LATENTE DE ‘TSUNAMI’

Por: Capitán de Fragata Ricardo Molares Babra

Direc tor CCCP

D o c t o r a A n g é l i c a M a r í a C a s t r i l l ó n G á l v e z

Editora Publicaciones DIMAR

El evento sísmico ocurrido en Perú, en agosto de 2007, desató una alarma para el Pacífico Sudeste que conllevó a la evacuación de la población de Tumaco y Buenaventura, debido a la desinformación generalizada y falta de coordinación con los centros de alerta nacionales de Chile Perú y Ecua-dor. El Centro Nacional de Alerta de Tsunami (CNAT) para Colombia entra en vigencia con la pretensión de mantener estándares que aseguren la interoperabilidad entre los centros nacionales de alerta de tsunami activos en el ámbito regional y así proteger la vida de quienes habitan las zonas identificadas en alto riesgo.

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Figura 1. La DIMAR-CCCP inició desde el año 2000 una fuerte campaña de divulgación y capacitación entre la población en riesgo asentada en el Pacífico colombiano. Las instalaciones de la DIMAR-CCCP y la Estación de Guar-dacostas de Tumaco sirvieron de refugio a la población que buscó resguardo en el Área Naval de El Morro, deno-minada como una de las zonas seguras en Tumaco, tras la orden de evacuación del Presidente Uribe en agosto de 2007.

La historia que Colombia no quiere repetir se remonta a desoladores episodios que rasgaron el tejido social del Pacífico durante el siglo pasado. Grabado está en la me-moria de los tumaqueños el rugir del mar alejándose y el arribo de una pared de agua que invadió por completo sus viviendas y con fuerza arrasó gran parte de sus pertenen-cias, apagando centenares de vidas

humanas.

Tabla I. Registro de pérdidas de vidas huma-nas y viviendas, damnificados y desaparecidos como consecuencia del tsunami del 12 de di-ciembre de 1979, que afectó la costa nariñense colombiana (Soloviev et all., 1992).

Localidad Muertos Desaparecidos Damnificados Viviendas destruidas

Tumaco 18 7 400 1280El Charco 43 50 300 TodasSan Juan de la Costa

161 38 70 Todas

Mosquera 4 - - -Majagual 12 - 28 20% de las construccionesSalahonda 1 - - -

‘Tsunami’, una palabra difícil de leer para al-gunos y desconocida por otros, cobra total vi-gencia cuando aparece con su fuerza devasta-dora. La latente posibilidad de que un tsunami afecte la costa Pacífica colombiana constituye un riesgo que mantiene expectantes a las po-blaciones asentadas a lo largo de este litoral.

Durante el siglo XX, de acuerdo con crónicas y parte de la tradición oral del Pacífico, esta zona soportó los embates de cinco episodios tsuna-migénicos: en 1906 se presentó el más des-tructor de todos, a raíz de un sismo de 8.6 Mw; el segundo en 1933, a partir de un sismo de 6.9 Mw; en 1942 el movimiento telúrico fue de 7.9

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Mw; en 1958 fue de 7.8 Mw, y en 1979 ocurrió el más reciente y mejor documentado hasta el momento de 7.9 Mw. Sin embargo, las más de 250.000 víctimas humanas y otros tantos des-aparecidos en el sudeste asiático, en diciembre de 2004, hicieron que este fenómeno natural captara la atención de todo el planeta.

Figura 2. La naturaleza fue muy ruda con el sur del Pacífico colombiano en 1979, especialmente con la población de la bahía de Tumaco y las áreas circun-vecinas. El sismo generador del tsunami de origen cercano fue local, razón de su fuerza destructiva. (To-mado de: DIMAR-CCCP, 2000).

Los anteriores registros dejan al descubier-to el evidente riesgo por tsunami que afecta el Pacífico colombiano y en especial a la costa nariñense. Área geográfica que ha sido tema de estudio, desde hace una década, por parte de la Dirección General Marítima (DIMAR), a través de su instituto de investigaciones cientí-ficas marinas el Centro Control Contaminación del Pacífico (CCCP), con sede en San Andrés de Tumaco. Para ello ha utilizado avanzada tecnología y se ha valido de la modelación numérica para plantear los escenarios en ame-naza e identificar las zonas seguras, en caso

de presentarse un fenómeno de esta natura-leza en las bahías de Tumaco y Buenaventura, mediante cartografía actualizada a partir de levantamientos batimétricos con tecnología Multihaz1 e información altimétrica mediante el empleo de sensor LiDAR2 (Light Detection and Ranking, por sus siglas en inglés).

Próximamente entregará este tipo de cartografía para Bahía Málaga (Valle del Cauca) y Bahía Solano (Chocó).

Figura 3. Cartografía de riesgo elaborada para el casco urbano de Tumaco, a partir de tecnologías Multihaz y LiDAR. En ella se aprecian los sectores de evacuación por tsunami resaltados en amarillo (Tomado de: www.cccp.org.co).

1 Tecnología Multihaz: medición de las profundidades de una cuenca hidrográfica, utilizando ecos de sonido de muy alta resolución, desde una plataforma de investigación (buque oceanográfico –aguas profundas- bote oceanográfico –aguas someras-).

2 LiDAR: tecnología que permite hacer levantamiento te información altimétrica de alta resolución, utilizando un sensor desde una plataforma aérea.

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El punto de partida de los estudios de tsunami en el país fue la implementación del modelo TIME (Tsunami Inundation Modeling for Ex-change, por sus siglas en inglés), como parte de los esfuerzos cooperativos internacionales con la Comisión Oceanográfica Interguber-namenteal (COI) en conjunto con el Grupo de Coordinación Internacional para el Sistema de Prevención de Tsunami en el Pacífico (ICG/ITSU, por sus siglas en inglés). Los resultados alcanzados por la DIMAR-CCCP han proporcio-nado soporte técnico al desarrollo de progra-mas de prevención, alerta y mitigación frente a este fenómeno. Los resultados arrojados han

direccionado decisiones en los planes de or-denamiento territorial del Pacífico, a partir de los resultados de simulaciones de escenarios de riesgo acerca del comportamiento de este fenómeno natural, el análisis de la llegada del tren de olas y el cálculo del tiempo de arribo a la costa; la posterior elaboración de cartografía de riesgo para Tumaco, Buenaventura y sus áreas circunvencinas; el soporte técnico para el desarrollo de simulacros de evacuación, y el esfuerzo de socialización del tema brindado a la comunidad, mediante la capacitación a más de 10.000 estudiantes de básica primaria y se-cundaria.

Figura 4. En las ilustraciones se aprecia la generación del sismo-tsunami y sus características físicas en el mar, previa llegada al litoral. Un tsunami se genera a partir de un terremoto que afecta la superficie del océano, formando grandes olas que se mueven en todas las direcciones, de la misma manera que ocurre cuando se deja caer una piedra sobre el agua. Al acercarse a la costa las olas de tsunami se tornan peligrosas y muy destructivas. (Tomado de DIMAR-CCCP, 2000).

En la actualidad el CCCP se prepara para par-ticipar activamente en el segundo simulacro por tsunami que involucrará a casi 100 mil habitantes que ocupan el caso urbano de Tu-maco, probando el desempeño del CNAT, cuyos

equipos se encuentran en sus instalaciones monitoreando las 24 horas del día, los 365 días del año y en tiempo real, registros de altura de la ola y otras anomalías físicas que pueden in-dicar la generación de un tsunami.

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La implementación del CNAT se inició en Co-lombia pasado un mes del sismo que afectó a Perú, en el 2007, propagando alertas y pánico entre la población costera de los países con costa en el Pacífico Sudeste. Dicho centro opera acoplado con los centros nacionales de alerta de tsunami activos para la región, bajo el apo-yo y coordinación de la Comisión Colombiana del Océano (CCO) y organizaciones internacio-nales tales como la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) y la COI.

En la actualidad el CNAT recibe la información sísmica mundial que dispara el protocolo de evaluación del sistema, el cual continua con la verificación del cambio del nivel del mar en cercanías del evento sísmico, gracias al acceso en tiempo casi real de la red de mareógrafos y boyas DART (Deep-ocean Assessment and Re-porting of Tsunamis, por sus siglas en inglés) que se encuentra distribuida alrededor del océano Pacifico. Esta red fue recientemente ampliada por la DIMAR, con la instalación de tres mareógrafos con acceso en tiempo real, ubicados en Tumaco, Buenaventura e Isla Mal-pelo. Los cálculos de tiempo de llegada y altura de la ola de tsunami se efectúan aplicando mo-delos de simulación.

La investigación es parte integral del CNAT en la búsqueda por disminuir los tiempos de respues-ta y evaluación de la información. Sobre este particular se construyen en la actualidad esce-narios pre-computados, que permitirán tener información sobre la altura y tiempos de arribo de la ola, de tal manera que se reducirá entre 10 a 15 minutos la evaluación que hace el CNAT.

La gran responsabilidad del CNAT orientó el diseño del sistema, el cual se desarrolló, entre otros, bajo los siguientes principios:

* Redundancia: la información inicial es recibida por medio de Internet, mensajes SMS desde Centro de Alerta de Tsunami del Pacífico (PTWC, por sus siglas en inglés), y del sistema satelital Emergency Managers Weather Information Network (EMWIN). El suministro eléctrico es redundado con sistemas UPS y planta eléctrica de transfe-rencia automática.

* Automatización: el CNAT se ha diseñado para disparar alarmas sonoras en el momento en que en el mundo se registra un sismo supe-rior a 7.5 Mw o cuando se recibe una alerta de tsunami por el sistema EMWIN.

* Investigación: en la actualidad se desarrollan proyectos de investigación que crearán algo-ritmos que analizarán las señales de la red mareográfica nacional para la identificación de ondas tsunamigénicas, que reforzarán el principio de la automatización del CNAT. Paralelamente, se encuentra en desarrollo un banco de simulaciones precomputadas tanto para el Pacífico como para el Caribe. Por otra parte, continúa la creación de mapas de inundación, empleando para ello simulación numérica, batimetría con tecnología Multi-haz y altimetría bajo tecnología LiDAR.

Como aporte a las comunidades alejadas de los centros urbanos, se están diseñando sistemas de detección de ondas tsunamigénicas de bajo costo que tendrán la capacidad de disparar alarmas, dando a la población valiosos minu-tos para ponerse a salvo.

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Por último y teniendo en cuenta la inexistencia de una vía formal para alertar a la comunidad tumaqueña en caso de un evento de tsunami, DIMAR-CCCP trabaja en el diseño de una red de alerta basada en las tendencias tecnológi-cas mundiales Common Alert Protocol. Estos trabajos de investigación se efectúan con la cooperación de la Universidad Industrial de Santander, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad del Cauca y la Universidad de Antioquia.

Recuadro:La mayoría de los grandes tsunamis son cau-sados por sismos generados bajo la corteza oceánica. Así, los más desastrosos eventos tsunamigénicos han tenido su origen en fuer-tes terremotos submarinos: Ecuador-Colombia (1906), Chile (1960), Alaska (1964), Filipinas (1976), Papua (Nueva Guinea) (1998) e Indo-nesia (2004) (www.cccp.org.co).

Fecha Localización Pérdida de vidas (estimadas) 17/08/1976 Filipinas 8000 19/08/1977 Indonesia 189 18/07/1979 Indonesia 540 12/12/1979 Colombia 500 02/09/1992 Nicaragua 168 12/12/1992 Islas Flores, Indonesia 1000 12/07/1993 Japón 230 03/06/1994 Java, Indonesia 222 17/07/1998 Papua Nueva Guinea 2500 26/12/2004 Indonesia 250000

Tabla II. Eventos tsunamigénicos más representativos de los últimos 30 años (Adaptado de: International Tsunami Infor-mation Center –ITIC-, Intergovernmental Oceanographic Comisión, ICG-ITSU).

Soloviev, S.L., Ch.N. Go y Kh.S. Kim. 1992. Ca-talog of tsunamis in the Pacific 1969-1982. Technical report. Researches on the Interna-tional Geophysical Projects. Soviet Geophysical Porjects. Academy of Sciences of the USSR. Moscow. P. 132.

Literatura Citada:

CCCP. 2009. [en línea]. Tsunami. [Consulta: 11 de junio del 2009]. Disponible en: http://www.cccp.org.co/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=23.

DIMAR-CCCP. 2000. Ola Tsunami. Dirección Ge-neral Marítima. Centro Control Contaminación del Pacífico. Tercera edición. Ed. DIMAR. San Andrés de Tumaco, 27 pp.

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EL PLAN RENACER DE LAS MASAS: LA CONSOLIDACIÓN DE UN CONFLICTO ASIMÉTRICO

Po r : Te n i e n t e d e C o r b e t a A N D R E A D E L P I L A R E S C O B A R G O M E Z

Politóloga Dirección de Acción Integral

“[…] las guerras del siglo XXI no se librarán, en la mayor parte de los casos, con una potencia de fuego masiva y enormes recursos militares. Tenderán a seguir librándose a fuego lento, sin principio ni final claro, mientras que la línea divisoria entre las partes beligerantes, por un lado, y el crimen internacional organizado, por otro, será cada vez más difusa.”

MÜNKLER Herfried, “Las guerras del Siglo XXI”, Revista Internacional de la Cruz Roja, No. 849, marzo 31 de 2003

Introducción

Según un artículo publicado el pasado tres de junio en la revista Cam-bio, “La ‘diplomacia’ de las FARC”, a pesar de los golpes asestados a ésta organización1 por el gobierno colombiano en colaboración con agencias

1 Un ejemplo de esto fue la captura del profesor Miguel Ángel Beltrán, Alias “Jaime Cienfuegos”, miembro de la Comisión Internacional de las FARC, del pasado 22 de mayo. Ver articulo “La ‘di-plomacia’ de las FARC”, Revista Cambio, página de internet http://www.cambio.com.co/porta-

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de seguridad de otros países, pareciera estar ampliando sus tentáculos a diferentes países concentrados en Europa y Latinoamérica, a través de la denominada Comisión Interna-cional de las FARC y diferentes ‘programas’ de reclutamiento que han llevado a cabo en conjunto con simpatizantes en el exte-rior. Sin lugar a dudas, la evidencia de este tipo de movimientos estratégicos por parte de una organización irregular ilegal, cuyos objetivos se encuentran focalizados en ad-quirir legitimidad internacional, aumentar el número de partidarios que se traducen en el incremento de los recursos tanto físicos como económicos, así como el desprestigio del Estado colombiano y de sus institucio-nes, incluyendo la imagen internacional del Señor Presidente Álvaro Uribe; hablan por sí mismas de la ejecución de una confrontación en el marco de un conflicto asimétrico, que ya no se limita netamente a lo militar sino que involucra elementos políticos, sociales y en mayor medida de carácter transnacional, superando la caracterización de un conflicto de baja intensidad.

Lo cual implica precisar en primer lugar a que se hace referencia en el presente escrito por conflicto asimétrico, siguiendo la definición proporcionada por Antonio Cabrerizo, es:

“aquel que se produce entre varios conten-dientes de capacidades militares normalmen-te distintas y con diferencias básicas en su modelo estratégico. Alguno de ellos buscará

dacambio/831/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAM-BIO-5346592.html, consultado junio 5 de 2009.

vencer utilizando el recurso militar de forma abierta en un espacio de tiempo y lugar de-terminados y ateniéndose a las restricciones legales y éticas tradicionales. Su oponente u oponentes tratarán de desgastar, debilitar y obtener ventajas actuando de forma no con-vencional mediante éxitos puntuales de gran trascendencia en la opinión pública, agota-miento de su adversario por prolongación del conflicto, recurso a métodos alejados de las leyes y usos de la guerra o empleo de armas de destrucción masiva. Todo ello con el objetivo principal de influir en la opinión pública y en las decisiones políticas del adversario”.2

De acuerdo a este autor, los principales fac-tores diferenciadores de este conflicto son: el terreno, en el cual el más débil buscará zonas donde potencie su conocimiento de las áreas, se eclipse la superioridad tecno-lógica del fuerte y se permita el ‘camuflaje’ en medio de la población civil; otro factor son los procedimientos, entre los cuales se encuentran la guerra de guerrillas, la sub-versión, el terrorismo, el chantaje y la ma-nipulación de la información; así mismo ha-cen presencia las limitaciones a las fuerzas convencionales, que son aprovechadas por las fuerzas asimétricas, limitaciones como, las leyes y acuerdos internacionales, la su-jeción militar a las decisiones políticas, los límites geográficos, frecuentemente irres-petados por las organizaciones ilegales, la

2 CABRERIZO, Antonio, “El Conflicto Asimétrico”. Congreso Na-cional de Estudios de Seguridad, Universidad de Granada, 21-25 de octubre de 2002. Pp. 5-6.

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prolongación del conflicto en el tiempo y el impedimento de empleo de medios sobre-dimensionados o desproporcionados; el úl-timo de los factores son los actores asimétri-cos, tales como, organizaciones subversivas, entidades dotadas de armas de destrucción masiva, grupos terroristas internacionales, organizaciones criminales, piratas informá-ticos, entre otros.3

Las dinámicas propias de la mundialización, las oportunidades sucintas de los medios de comunicación, la tergiversación discursiva, el eco internacional de ideologías que se creían abolidas después del derrumbe del Muro de Berlín, la utilización del terrorismo como arma de manipulación política y pre-sión psicológica a las sociedades modernas, así como lo que muchos estudiosos de la violencia en Colombia han llamado la “regio-nalización del conflicto”4, han creado el caldo de cultivo propicio para la consolidación de un conflicto asimétrico en el país.

Sin embargo, y a pesar de que diferentes escritores sobre los conflictos asimétricos afirman que la asimetría ha sido una carac-terística propia de todas las confrontaciones, dada la imposibilidad de obtener una pari-dad en el poder militar y político entre las partes enfrentadas, es necesario mencionar aquí la importancia de las transformaciones

3 Ibíd. pp. 6-10.4 Ver GUTIÉRREZ S., Francisco, WILLS O., María Emma, SÁN-

CHEZ G., Gonzalo, Nuestra guerra sin nombre: transforma-ciones del conflicto en Colombia, Universidad Nacional de Colombia. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Inter-nacionales, Editorial Norma, 2006.

que se están desarrollando en el conflicto armado en Colombia, que podrían significar la resolución a favor o en contra de la institu-cionalidad vigente.

Finalizando el 2008 se dieron a conocer los 14 puntos de Alfonso Cano, Jefe máximo de las FARC, conocidos como el Plan Renacer de las masas, que al leerse bajo la perspectiva de la asimetría es imposible no preguntarse sobre ¿es ésta una estrategia de consolidación y profundización de un conflicto asimétrico?, y ¿qué tipo de conflicto se ésta proponiendo en éste Plan?, ¿uno netamente militar o con un marcado énfasis en lo político?. Lo cual de una u otra forma tendrá sendas impli-caciones tanto en el direccionamiento de la guerra, como en las estrategias que se im-plementan o refuerzan dependiendo el caso, ante las que las Fuerzas Armadas deberán estar preparadas, previendo el accionar del enemigo.

Con los 14 puntos de Alfonso Cano se en-cuentra una marcada tendencia de las FARC a continuar con la degradación del conflicto en Colombia a través de la profundización de la “guerra sin reglas” y con bajos costos, cuya estrategia militar se basa en la guerra de guerrillas y el terrorismo. Sin embargo, se realiza énfasis sobre el componente polí-tico, que se refuerza con una estrategia di-plomática, mediática y política que implica la consolidación de un conflicto asimétrico multidimensional de tintes transnacionales, dado el fortalecimiento de la ideología bo-livariana.

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La profundización de la “guerra sin reglas” y con bajos costos.

Antes de comenzar a estudiar los puntos del Plan Renacer revolucionario de las masas que conciernen a este acápite, es necesario co-menzar diciendo que:

“En las guerras asimétricas, en cambio, hay una tendencia a que la violencia se propague y penetre en todos los ámbitos de la vida social. Esto es así porque, en las guerras asimétricas, la parte más débil usa la comunidad como co-bertura y base logística para dirigir ataques contra un aparato militar superior. El punto de partida de este proceso está marcado por la guerra de guerrillas, y su final, en la actuali-dad, por el terrorismo internacional”.5

En este orden de ideas dentro de los 14 puntos de Alfonso Cano se establece la con-firmación de la utilización de la guerra de guerrillas, como el plan propuesto para el Renacer Revolucionario de las masas. Esta estrategia guerrillera implica la utilización de la clandestinidad para el desarrollo de la confrontación armada y el daño al enemigo a través de ataques rápidos y sorpresivos, en medio de los cuales se da un cambio de objetivos, de militares a civiles, afectando notoriamente la infraestructura y utilizando el secuestro y los atentados contra la pobla-ción civil como estrategia de guerra.

5 Ibídem.

Con relación a los conflictos asimétricos, es necesario remontarse a la concepción de las velocidades de la guerra de Mao Tse Tung, don-de “la desaceleración del curso de los aconteci-mientos brinda la oportunidad de oponer con éxito una resistencia armada a un enemigo su-perior tanto por sus recursos técnicos como por su organización militar”6. Así, la concepción de victoria cambia, donde “los guerrilleros ga-nan la guerra sino la pierden y los que luchan contra ellos pierden la guerra si no la ganan”7, por lo cual la asimetría de este tipo de guerras se encontrará en la diferencia de velocidad del conflicto, que varía de la concepción por parte de la institucionalidad con respecto a la guerra de baja intensidad propia de la guerra de guerrillas, que aprovechan la combinación entre velocidad y lentitud para sacar ventaja y procurar la sorpresa.

Posteriormente se desprenden varios puntos dentro de este Plan, que hablan sobre una estrategia militar basada en el terror, tales como el aumento en la siembra de minas an-tipersona, la obligación de realizar atentados terroristas, urbanos o rurales con explosivos, que infundan terror y eviten un ambiente de derrota progresiva al interior de las FARC, y el llamado a una modernización armamentísti-ca que incluye misiles tierra-aire y potentes radios con dificultades para ser monitorea-dos.

De esta forma, tal como lo afirma el profesor Marwan Bishara “[…] el nuevo enemigo ‘no

6 Ibíd. Pág. 1.7 Ibídem.

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pelea lealmente’: utiliza, en el marco de una estrategia resueltamente vinculada al mundo globalizado, todos los medios modernos de comunicación, transporte, de información…El “terror psicológico”, la influencia de los me-dios tradicionales e Internet, forman parte de su arsenal. […] Esto lo hace más difícil de detectar y prevenir”.8

Volviendo sobre la caracterización de los conflictos asimétricos, se debe observar que el terrorismo es una parte integrante de este tipo de confrontación, es un instrumento que se enmarca precisamente en la asimetría en-tre los oponentes y los medios de los que dis-pone una de las dos partes para confrontar al más fuerte. Así las cosas, si la guerra de gue-rrillas se sitúa en el nivel estratégico militar de las guerras asimétricas, el terrorismo debe situarse en el nivel operacional9.

Sin embargo, en medio de la especificidad del terrorismo no puede perderse de vista la incidencia mediática que busca con el obje-tivo de masificar los postulados del grupo terrorista, atraer la atención de la audiencia nacional e internacional sobre los hechos ocurridos en el país, e infundir un golpe psicológico sobre su enemigo y la población civil. Se encuentra entonces que las FARC, en la justificación para incrementar los ac-tos terroristas, argumenta que es necesario

8 BISHARA Marwan, “La era de las guerras asimétricas”, Le Monde Diplomatique, No. 28, Octubre de 2001. Pp. 2-3.

9 Ver PFANNER Toni, “La guerra asimétrica desde la perspec-tiva de la acción y el derecho humanitario”, Revista Interna-cional de la Cruz Roja No. 857, pp. 151.

recurrir a esta estrategia con el propósito de replegar el avance de las tropas, proyectar una imagen de fortaleza y presencia territo-rial en diferentes zonas del país, aumentar la moral combativa de sus integrantes, y adquirir protagonismo, así sea negativo, en el ámbito nacional e internacional, sin im-portar los costos humanos y humanitarios de este tipo de actos.

Así, en avance del Plan Renacer las FARC han ejecutado actos terroristas constantemente, de acuerdo a la separata de El Tiempo del pa-sado domingo 14 de junio del presente año, en el último mes los departamentos afecta-dos por estas acciones terroristas son Chocó, Boyacá, Nariño, Huila, Meta, Arauca y Norte de Santander, a través de la explosión de di-ferentes petardos ubicados en el Comando de la Policía, supermercados, una Fábrica de Lácteos Alpina y las instalaciones de las Empresas Públicas de Neiva, así mismo se desarrollaron actos como la explosión de una tractomula-bomba, ataques a una ambulan-cia y agresiones militares perpetradas desde un sitio cercano a un hospital dificultando la reacción de la Fuerza Pública, la voladura de dos torres de interconexión de ISA, la incine-ración de una buseta, la activación de campos minados, la ejecución de un paro armado y el secuestro político del Concejal Armando Acu-ña de Huila10.

10 De acuerdo al análisis realizado por León Valencia, “las FARC han dejado atrás las estructuras grandes, afincadas en un territorio y están construyendo unidades pequeñas con gran movilidad, rehuyen el enfrentamiento con las fuerzas del Ejercito y apelan a las emboscadas de hostigamiento o a

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“Los objetivos militares están siendo sustitui-dos ahora, en muchos lugares, por objetivos civiles, desde ciudades y pueblos invadidos y saqueados por líderes de milicias y jefes mi-litares hasta los símbolos del poder político y económico que fueron el blanco de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Incluso los medios que se emplean para llevar a cabo es-tos ataques tienen cada vez menos un carácter genuinamente militar”11

Sin lugar a dudas, estas acciones terroris-tas no solo constituyen una clara violación al Derecho Internacional Humanitario y a los Derechos Humanos, sino que también desdibujan cualquier tipo de iniciativa política de representatividad de los co-lombianos al encontrarse deslegitimada completamente por la agresión constante a la población civil y a sus bienes materia-les, profundizándose notoriamente la per-cepción de consolidación de un conflicto asimétrico en el país.

la utilización de minas antipersona para detener el avance del Ejercito; recurren a francotiradores y están intentando operaciones comando en los casos urbanos; así mismo, han encontrado en los morteros y en las armas artesanales una manera de obviar las dificultades en la adquisición de arma-mento convencional. En los últimos tiempos han buscado, igualmente, alianzas con reductos paramilitares y bandas emergentes, lo cual profundiza la degradación del conflicto, pero les confiere más capacidad de golpear y hacer daño”. LEÓN Valencia, “Una nueva estrategia”, Separata de El Tiem-po, junio 14 de 2009. Pág. 2.

11 Ibíd. Pág. 9.

Énfasis en la estrategia política, diplomática y mediática de la ONT FARC: El Plan Renacer revolucionario de las masas

Al realizar la lectura del Plan Renacer revo-lucionario de las masas, desde la perspectiva de las bases de los conflictos asimétricos, se encuentra cómo las FARC están en un proceso de consolidación a través de diferentes estra-tegias de este tipo de conflicto. A continua-ción se señalan los más representativos en el contexto de una confrontación asimétrica.

El primer punto señala la infiltración y con-trol de los movimientos y organizaciones sociales, enmarcándose entonces en el nivel operacional asimétrico12 que comprende las operaciones encubiertas, el trabajo de masas y la infiltración de la sociedad13 como estrate-

12 Ver PFANNER Toni, “La guerra asimétrica desde la perspec-tiva de la acción y el derecho humanitario”, Revista Interna-cional de la Cruz Roja No. 857, pp. 149-174.

13 En el saludo que hace Alfonso Cano en ocasión a los 45 años de las FARC, señala especialmente “las universidades y co-legios, en los sindicatos y en las fábricas, en las barriadas populares y en los cabildos indígenas, en las distintas re-uniones dentro y fuera del país, con gobiernos amigos o con organizaciones y movimientos políticos, en las asambleas, en las movilizaciones populares reivindicativas”, recono-ciendo el trabajo de masas e infiltración organizacional rea-lizado por integrantes de las milicias. CANO Alfonso, “Saludo del camarada Alfonso Cano con motivo del 45 aniversarios de las FARC-EP”, Junio 3 de 2009, articulo descargado de

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gia de camuflaje y guerra política. Quizás uno de los factores más preocupantes de este tipo de estrategia es la invisibilidad que adquiere el enemigo, abriéndoles un gran espectro de acción tanto política como de ventaja militar dado su camuflaje en medio de la población civil y especialmente al interior de organi-zaciones sociales o colectividades políticas. Para el caso colombiano, la materialización de esta iniciativa de las FARC ha salido a relu-cir a raíz de los documentos encontrados en el computador de Raúl Reyes, ahora pruebas en las recientes investigaciones sobre la llama-da FARC-política que se están adelantando por parte de la Corte Suprema de Justicia, la Procuraduría General de la Nación y la Fiscalía contra el representante Wilson Borja, las se-nadoras Piedad Córdoba y Gloria Inés Ramí-rez, el senador Jorge Robledo y el concejal de Bogotá Jaime Caicedo, entre otros14.

Enlazado con este punto se plantea el fortale-cimiento del “Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia”, a través de la necesidad de crear un partido del pueblo y su alianza con este movimiento. De esta forma, a través de estos instrumentos se direccionará el camino hacia la construcción del Nuevo Gobierno, estrategia de las FARC para gobernar el país en el momento en que logren tomarse el poder por las armas. Sin lugar a dudas una de las principales banderas que ha enarbola-

la página de internet http://www.farc-ejercitodelpueblo.org/?node=2,3611,1, consultado Junio 10 de 2009.

14 En este aparte debe ser nombrada la directora del sindicato Fensuagro, Liliana Patricia Obando Villota, detenida actual-mente por sus nexos con las FARC.

do Alfonso Cano ha sido la de centralizar la ideología fariana alrededor del bolivarianis-mo, con el objetivo de establecer una unidad programática y la cohesión interna de la organización. Desde el punto de vista de los conflictos asimétricos, es necesario precisar que un elemento de vital importancia para los actores asimétricos es la consolidación de un ideología de carácter transnacional que actúe por fuera del marco de referencia del Estado-nación, y que les permita obtener el respaldo internacional de tendencias políti-cas afines ideológicamente, tal como se ha encontrado con los puentes establecidos con facciones venezolanas, cubanas, ecuatorianas y nicaragüenses.

El siguiente punto se refiere al fortalecimien-to del trabajo internacional de las FARC, cuyo objetivo principal es mantener un frente de presión externa dirigida al gobierno actual, así como la estructuración y consolidación de un Frente Internacional de respaldo a esta or-ganización, con consecuencias como respaldo económico, publicidad política, reclutamiento y tergiversación de la información sobre la rea-lidad del conflicto en el país. El hecho que se esté caminando hacia un escenario en el que los tentáculos de las FARC alcancen a un núme-ro considerable de países de la comunidad in-ternacional15, infiltrados en sectores políticos,

15 Se estima que durante los últimos cinco años, por lo me-nos 150 ciudadanos de otros países se han vinculado a los grupos subversivos y otros 500 han ingresado al país para reunirse con grupos ilegales. Ver articulo “La presencia de extranjeros en las FARC y el ELN. ¿De turismo con la gue-

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tales como partidos y movimientos políticos, miembros de los parlamentos, grupos univer-sitarios, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, gremios y movimientos sociales, pone sobre la mesa una problemática de ma-yor calado, a saber, la transnacionalización de esta organización y la permisividad de otros países a la presencia de sus integrantes en sus territorios, en contra de la normatividad inter-nacional y desconociendo las implicaciones que este respaldo significa16.

rrilla?”, El Espectador, marzo 14 de 2008, http://www.ele-spectador.com/impreso/cuadernilloa/judicial/articuloim-preso-de-turismo-guerrilla, consultado junio 9 de 2009. Adicionalmente ver articulo “Las FARC tienen más de 400 organizaciones legales e ilegales”, publicado en el perió-dico El Comercio de Perú, mayo 11 de 2008, http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-05-11/las-farc-tienen-mas-400-organizaciones-legales-ilegales.html, consultado junio 9 de 2009.

16 De acuerdo al artículo de la Revista Cambio nombrado an-teriormente, “La ‘Diplomacia’ de las FARC”, se afirma que los principales países afectados por la presencia de las FARC son: México, a través de la influencia en la Universidad Nacional Autónoma de México –UNAM-, recordando que en la ope-ración Fénix de marzo de 2008 murieron cuatro estudiantes mexicanos que se encontraban en el campamento de las FARC con Raúl Reyes; varias ONG’s, como Comité Cerezo, que han actuado en defensa de presos políticos entre los que incluyen a los integrantes de las FARC; el Movimiento Mexicano de So-lidaridad con las Luchas del Pueblo Colombiano y al Núcleo de Apoyo a las Farc-EP, y el Partido del Trabajo, del que hace parte Lucia Morett, quien quedo herida después de la operación Fénix desarrollada en la frontera con Ecuador, y quien posiblemente sea elegida como diputada en México. En Argentina se hace visible el respaldo de los Piqueteros, a través del accionar de Julieta Rosas Alias “Susana”, integrante de las FARC. En Chile, el Frente Político Manuel Rodríguez apareció como uno de sus aliados en el computador de Raúl Reyes, con su trabajo a favor del Partido Comunista y su accionar en la Universidad de Arte y Ciencias Sociales –ARCIS-. En Perú, se observa la reactivación de Sendero Luminoso y el respaldo militar por parte de las FARC, adicionalmente actúa a través del Movimiento Bolivariano en cabeza de Roque González de la Rosa. En Europa, se observa un amplio respaldo en Dinamarca tal como se observa con la

De acuerdo a la definición misma de las guerras asimétricas, se afirma que éstas ya no se circuns-criben a los límites geográficos de los Estados nacionales, sino que por el contrario empiezan a permear la esfera transnacional. “Este tipo de guerra cruza las fronteras nacionales sin ser una guerra librada entre Estados […] Se caracteri-zan por un cambio constante de amigos y ene-migos y por una desintegración de las autorida-des nacionales (tales como las fuerzas militares y la policía) responsables de mantener el orden y que pueden recurrir a la fuerza.”17

Así las cosas, este involucramiento de sectores de la comunidad internacional en diferentes dinámicas del conflicto asimétrico en Colom-bia, así como las redes clandestinas que apun-tan a la construcción de un proyecto político paralelo al orden legítimo y legal vigente, sig-

organización Figthers and Lovers, quienes apoyan a las FARC con ayudas económicas y propaganda política internacional; en Francia, la ONG Federación Internacional de los Derechos Huma-nos se ha encargado de desarrollar campañas contra Colombia; en Suecia, la emisora Café Sterio de las FARC es utilizada para difundir información de esta organización; en Alemania, circula un periódico llamado Nueva Colombia que sirve a las FARC para exponer su perspectiva de la violencia en Colombia, adicional a esto se distribuyen panfletos y material propagandístico a esta organización; en Noruega, existe un convenio de “cooperación” entre las juventudes comunistas noruegas y la Juventud Comu-nista, JUCO, quienes son enviados para recibir adoctrinamiento; en Italia, la Asociación Nacional Nueva Colombia, el Partido Refundista Comunista, la ONG Colombia Viva y la Asociación de Padres y Familiares Victimas de Sucumbios, sirven de voceras a esta organización difundiendo información y apoyando sus propuestas; por último, en Europa organizaciones como la Red Europea de Solidaridad con Colombia, que aglutina grupos en Alemania, Italia, Gran Bretaña, Suiza, Bélgica, Francia, Irlanda y España, tienen como objetivo desprestigiar al Gobierno para justificar la lucha guerrillera.

17 MÜNKLER Herfried, Las guerras del Siglo XXI, Revista Inter-nacional de la Cruz Roja, No. 849, marzo 31 de 2003.Pág. 10.

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C A R Á C T E R P R O F E S I O N A L

nifican una clara amenaza a la democracia, no solo por sus formas sino por sus medios, que complementan más una estrategia desde el narcoterrorismo que una verdadera iniciativa que conduzca a la paz.

Conclusión

Tras el estudio de los 14 puntos de Alfonso Cano, más conocidos como el Plan Renacer de las masas, puede concluirse que en Co-lombia se está caminando hacia la consoli-dación de un conflicto asimétrico con impli-caciones transnacionales, políticas, sociales y militares.

La estrategia militar establecida por las FARC da cuenta del uso indiscriminado y desmedido de “todos los medios y formas de lucha”, incluyendo en ellas el uso del te-rrorismo, afectando considerablemente a la población civil, el desdibujamiento del res-peto por los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, y el aumento de la violencia contra las instituciones, civiles y militares.

Por su parte, la estrategia política se en-cuentra sustentada en el fortalecimien-to de las bases bolivarianas de las FARC, constituyéndose en la bandera integradora con proyectos ideológicos de este corte promoviendo la intervención internacional en el conflicto colombiano a través de la construcción de un Frente Internacional que

presione al actual gobierno en dirección a los fines políticos de ésta organización. Sin contar con el empeño por desprestigiar la imagen del gobierno y las instituciones colombianas, vendiendo en el exterior una imagen tergiversada tanto de las políticas estatales para el tratamiento del conflicto, como las causas históricas del mismo.

Sin lugar a dudas, la evidencia de un movimiento ampliado por parte de las FARC en distintos países afines ideológi-camente o “ignorantes” de la realidad del conflicto en Colombia, prende las alarmas frente a la eficacia y eficiencia de la polí-tica exterior colombiana, como de la ope-ratividad de la interinstitucionalidad para contener, atacar y desmentir la campaña de desinformación propiciada por ésta organización y sus simpatizantes a nivel internacional.

Tal como afirma el profesor Bishara, “El dilema es que las causas que alimentan a tales enemigos no pueden ser vencidas con violencia”18, por lo que es apremiante refor-zar la estrategia de Acción Integral, que pre-cisamente responde a los desafíos que un conflicto asimétrico presenta a la institucio-nalidad y a sus Fuerzas Armadas, a través de un fortalecimiento de las instituciones del país, una recuperación de la confianza en las mismas, el desarrollo económico, pero sobre todo la capacidad de daño a los planes políticos del enemigo.

18 BISHARA Marwan, Pág. 1.

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ORO PARA 50 AÑOS DE UNITAS

Po r : C a p i t á n d e N a v í o A N D R É S V Á S Q U E Z V I L L E G A S

Comandante ARC “Independiente”

Ejercicio Photoex con 22 buques de guerra participantes

Este año como es tradición la Marina de los Estados Unidos planeó y ejecu-tó la Operación Unitas, pero con una gran particularidad, la celebración de sus bodas de oro por cumplir 50 años de existencia, 50 años de interopera-bilidad con las marinas de sus países amigos, 50 años de ejercicios conjun-tos y combinados, 50 años de arduo planeamiento y de mucha actividad en la cultura naval.

Como parte de la historia es importante conocer algunos datos de in-terés sobre el origen de la operación, el cual se deriva de una iniciativa en el año 1960 por parte del Comando Atlántico de los Estados Uni-

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dos, cuando organizó dos ejercicios multinacionales de entrenamiento. En la costa de África, las fuerzas de los Estados Unidos par-ticiparon en un ejercicio lla-mado AMITY, que significa amistad. En Suramérica, se unieron a UNITAS, nombre asignado por el Comandan-te de la Flota Atlántica de los Estados Unidos, cuya palabra significa unidad o identidad. Algu-nos documentos de archivo sugieren que significa Entrenamiento de Guerra Unida Internacional Antisubmarina.

Durante el siglo 20 las autoridades hemisféri-cas trabajaron para crear instalaciones navales compatibles capaces de llevar a cabo operacio-nes combinadas efectivas, este movimiento produjo el ejercicio UNITAS.

Para la Segunda Guerra Mundial las marinas del Hemisferio Occidental se unieron para combatir las Potencias del Eje. Entre 1941 y 1945 los sub-marinos alemanes hundieron más de 500 naves aliadas lo que obligó a las marinas americanas a desarrollar contramedidas efectivas, causando cuantiosas pérdidas al enemigo.

Varios años después durante la Guerra de Co-rea, la marina colombiana hizo una efectiva contribución a la flota de las Naciones Unidas dirigida por los Estados Unidos en el Pacífico Occidental.

Tripulantes del ARC ALMIRANTE PADILLA Hawai 1951

En 1951 el Consejo Interamericano de Defensa (IADB) recomendó que se formaran unidades militares en Latinoamérica y el Caribe con el apoyo de Estados Unidos, como parte de la Defensa Hemisférica. En 1956 el Almirante Arleigh Burke, Comandante de Operaciones Navales de los Estados Unidos refrendó la idea de llevar a cabo ejercicios navales regulares con las marinas suramericanas para que posterior-mente el Contralmirante Edward C. Stephan Comandante de la Fuerza del atlántico Sur trabajara para desarrollar un ejercicio antisub-marino en 1959.

Tropas Colombianas en Egipto 1956

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Este mismo año la Fuerza de Tarea 86 llevó a cabo ejercicios bilaterales de guerra antisub-marina, escolta de convoyes y de comunica-ciones con las marinas de Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela, y en el pacífico la Fuerza de Tarea 88 entrenó a las marinas de Colombia, Ecuador, Perú y Chile, lo que se volvió cíclico todos los años.

Maniobras tácticas UNITAS GOLD 2009

Colombia con orgullo es el único país del he-misferio que ha participado y contribuido de manera ininterrumpida, en el desarrollo de este ejercicio multinacional, como muestra de profesionalismo, tesón y capacidad de afrontar grandes retos, en el ámbito estratégico, opera-cional y táctico.

Nuestro compromiso ha sido serio, varias generaciones navales se han beneficiado y deleitado al participar en los ejercicios de las Operaciones Unitas; este evento representa una gran oportunidad de entrenamiento de nuestras tripulaciones en la estrategia y la táctica naval; su evolución ha sido positiva, primero se orientó hacia la guerra compuesta

en el mar, lo que permitió afianzar los cono-cimientos y la experiencia de nuestra marina, a través del tiempo UNITAS se ha adaptado a los cambiantes retos en la seguridad he-misférica, amenazas como el terrorismo, el narcotráfico, la piratería, el contrabando y el tráfico ilegal de personas ha hecho que se planteen escenarios de guerra simulados más

complejos, flexibles para enfren-tar las nuevas amenazas trans-nacionales. Su implementación, le ha permitido a nuestra Armada profesionalizar las Operaciones de Interdicción Marítima, contribu-yendo con efectividad y eficacia en la lucha contra el narcoterroris-mo en Colombia, además de forjar fuertes relaciones con las marinas del hemisferio.

Transferencia de personal al ARC ALMIRANTE PADILLA - Helicóptero COUGAR marina de Chile.2009

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El marco estratégico de esta operación Unitas 50 se centró en la necesidad de for-talecer la defensa hemisférica de los países amigos contra todos aquellos crímenes que intenten desestabilizar la paz y la tranqui-lidad de la región y que a la vez atenten contra la democracia nacional; operacional-mente y tácticamente se fundamenta en la necesidad de incrementar la capacidad de interoperabilidad entre los participantes, de tal manera que exista en forma permanente procedimientos comunes para contrarrestar las amenazas comunes, dentro del marco legal de los Derechos Humanos, del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho Internacional de los Conflictos Ar-mados.

La celebración de los 50 años o bodas de oro de las Unitas ha sido excepcional, contó con la participa-ción de 11 países (Estados Unidos, Colombia, Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, México, Perú y Uruguay), reunió 27 buques de guerra y 03 Submarinos en los que se incluye el Portaviones USS Harry Truman; un Estado Ma-yor Conjunto y Combinado de 120 Oficiales y Suboficiales en los que se pueden destacar 34 Oficiales de las diferentes marinas parti-cipantes; casi 1000 hombres en los disposi-tivos de Infantería Marina, dando cuenta de 284 hombres de las Infanterías de Marina de los países invitados; 12 helicópteros y todo el ala embarcada del portaviones USS Harry Truman.

La Armada Nacional de Colombia participó con la Fragata ARC Almirante Padilla y su Helicóptero Fennec ARC 204, el buque Mul-tipropósito ARC Cartagena de Indias, un Pe-lotón de Infantería de Marina y dos Oficiales en el Estado Mayor Conjunto Combinado; quienes hicieron parte de las casi 6000 per-sonas involucradas en la operación UNITAS GOLD 2008

Dentro de los ejercicios a destacar está el ejercicio de tiro SINKEX, el cual consistía en conducir ataques de artillería y misiles de superficie y aéreos con el fin de hundir al EX USS CONNOLLY.

Corrida de Tiro ARC ALMIRANTE PADILLA Impactos de 76 mm sobre la estructura del EX USS CONNOLLY

El ARC “Almirante Padilla” y el Helicóptero Fen-nec ARC 204, realizaron corrida de tiro sobre el blanco el día 29 de abril del 2009, disparando 30 proyectiles de 76 mm y 60 proyectiles de 40 mm a una distancia de 5000 yardas y 76 proyectiles de 20 mm a una distancia de 500 yardas respectivamente.

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Pelotón de Infantería de Marina ARC en ejercicio de toma de una cabeza de playa UNITAS GOLD 2009

En cuanto al escenario anfibio de UNITAS GOLD, nuestra Infantería de Marina hizo presencia con un Pelotón de Infantes de Marina, quienes con otras fuerzas anfibias de ocho países participantes realizaron ejercicios de entrenamiento de tiro, ope-raciones de demostración anfibia en vehículos de asalto anfibio y embarque a bordo del USS Mesa Verde en proximidades de Onslow Beach, NC.

Secretario de Marina de los Estados Unidos Abordo

Honores de guardia armada al Honorable Secretario de Marina de los Estados Unidos Señor Benjamin Penn, acompañado del Señor Almirante Guillermo E. Barrera Hurtado Comandante de la Armada Nacional y del Señor Contralmirante Joseph D. Kernan Comandante de la Cuar-ta Flota de los Estados Unidos

Con motivo de la finalización de la segunda fase de UNITAS GOLD, los buques participantes de la Armada Nacional el pasado 4 de mayo, tuvieron el honor de recibir la visita del Ho-norable Secretario de la Marina de los Estados Unidos, Señor Benjamin Penn; en compañía del Señor Contralmirante Joseph Kernan, Co-mandante de la Cuarta Flota de los Estados Unidos; quienes a su llegada a bordo del ARC ALMIRANTE PADILLA fueron recibidos por el Señor Almirante Comandante de la Armada Nacional.

El Señor Penn como Secretario de la Marina de los Estados Unidos es responsable por la formulación de políticas, planes y procedi-mientos que garanticen un manejo apropia-do y efectivo de la Marina y de la Infantería de Marina de su País. En su carrera personal, se destacó como piloto naval completando 6500 horas de vuelo en 16 diferentes tipos de aeronaves. Antes de ser Encargado en la Secretaria de Marina Mr Penn fue Director de la oficina de cálculos industriales de base de la Defensa de los EEUU.

Presentación de Comando en la cámara de tripulación

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La visita para nuestro país e institución reviste una gran importancia puesto que es un reconocimiento y respal-do por parte de la marina de los EEUU a las políticas institucionales de la Arma-da Nacional y la Estrategia Naval “Cerrando Espacios” como contribución a la Po-lítica de Consolidación de la Seguridad Democrática del gobierno nacional, en la lu-cha frontal contra las organizaciones narco-terroristas a nivel nacional e internacional.

“Los mejores deseos y muchas gracias al Almirante Padilla. No-sotros apreciamos su participación en Unitas y la maravillosa relación que compartimos como Armada. Su buque es extremadamente limpio con capacidades fan-tásticas. Gracias por su servicio y liderazgo. Mar calmo y buenos vientos”.

BJ Penn Acting Secre-tary on the Navy

El señor Secretario de la Marina de los Estados Unidos recibe información del CIC.

Posteriormente el personal visitante realizó un recorrido por las diferentes instalaciones de la unidad y el Señor Secretario de Marina registro

su pensamiento en el libro de visitantes ilus-tres de la unidad.

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BUSCANDO EL ROSTRO DEL HÉROE

Po r : V i c e a l m i r a n t e ( R ) C A R LO S E N R I Q U E O S P I N A C U B I L LO S

Presidente Consejo de Historia Naval

La cercanía del Bicentenario de la Independencia, ha traído hasta todos nosotros un importante y necesario recordatorio de esas gestas, donde valerosos hombres con su ejemplo y valentía nos dieron la libertad y nos señalaron la senda del honor y la entrega a la patria, incluso con su propia vida. Ellos son nuestros héroes, ellos son nuestro ejemplo y mientras man-tengamos su memoria, seguiremos teniéndolos como guías y ejemplos valiosos.

Para grabar y mantener la figura de un héroe, es importante identificar su imagen. En algunos casos se conservan valiosos cuadros realizados en la época, donde quedaron registrados los rasgos de esa persona, pero en otros casos como es concretamente el caso del Almirante José Padilla, nuestro héroe naval, no existe (hasta el momento) ningún documento gráfico que históricamente nos muestre como fue su rostro. Esta situa-ción ha generado una gran proliferación de rostros del Almirante Padilla, resultando que cada uno de ellos es una interpretación diferente, ya sea siguiendo descripciones parciales, tendencias regionales o simplemente sentimientos artísticos del pintor.

El Comandante de la Armada, con el propósito de unificar en lo posible esta imagen, ordenó al Consejo de Historia Naval adelantar esta labor para su posterior estudio y aprobación.

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Al respecto se tuvieron los siguientes puntos de partida:

a) La imagen del Almirante Padilla debía ba-sarse en los datos y descripciones históri-cas que existen.

b) Su imagen debe reflejar las valiosas cuali-dades y condiciones que demostró durante su vida marinera al servicio de la patria.

c) Se debe dar valor a la “memoria colectiva” que a través de los años ha ido formando una idea de su imagen y en lo posible no producir cambios extremos, ajustándose a lo ya conocido y venerado.

En desarrollo de estos puntos se adelantó una extensa investigación que consultó a los destacados biógrafos del Almirante Padilla y de ellos, se fueron resumiendo las principales características, muchas de ellas a veces contra-dictorias, pero que en resumen fueron dando un perfil definido.

Consultados versados historiadores del Almirante Padilla como son Enrique Otero D’Acosta, Jesús Torres Almeida, Enrique Uri-be White y Ciro Vega Aguilera se adelantó un detallado resumen de las características físicas del Almirante, especial cuidado se puso en sus características raciales y en sus orígenes genéticos por padre y madre. Se de-tallaron características como su corpulencia, pelo, cicatriz, patillas, mirada y su edad. Así mismo, se trató de reflejar en su rostro las cualidades conocidas de su carácter y perso-nalidad.

En la parte gráfica el único antecedente que se encontró es un cuadro al óleo, guardado en el Museo Nacional y registrado con el No. 380 que fue pintado en 1880 por un pintor llamado Francisco Vargas. Este cuadro que se muestra como No. 1 fue pintado 52 años después de muerto el Almirante Padilla, o sea que él no fue conocido por el pintor y por tanto este cuadro posiblemente solo refleja versiones orales, un poco idealizadas, muy cercanas a la figura europea y quizás aleja-das de la verdad. En este cuadro, el pintor presenta al Almirante Padilla con un unifor-me que posiblemente sí era real y que co-rrespondía al que usaban los generales de la época, aunque en este caso lo puso de color azul. Este uniforme ha perdurado en todos los cuadros que existen y en la versión final se mantiene.

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Para efectos de investigación comple-mentaria se recogieron las principales imágenes que existen en cuadros sobre el Almirante y ellas en general mostraron diferencias básicas con las descripciones históricas y sobre todo falta la unidad y una posibilidad de que cada artista fuera creando ahora y en el futuro cada vez una

imagen diferente. Como ejemplo se mues-tran los cuadros No. 2, 3, 4 y 5. Aquí vale la pena mencionar que el cuadro No. 5 es posiblemente la imagen más conocida en la Institución y fue la que se envió para ser registrada en la estampilla institucional que conmemoró el aniversario del Almi-rante Padilla.

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Con todos estos antecedentes y luego de va-rias reuniones de análisis en el Consejo de Historia Naval, se decidió acudir a la Policía Nacional, para que nos apoyaran con los equipos de alta tecnología que ellos mane-jan en la labor de reconstrucción de rostros basados en descripciones orales. Efectiva-mente y con la mejor voluntad, la DIJIN a través de la Jefatura de Criminalística y su laboratorio de identificación, colaboraron con entusiasmo y a través de su tecnología digital y experiencia fue conformándose un rostro que fue montándose sobre la versión más conocida (cuadro No. 5) hasta que des-pués de muchas pruebas y ensayos se obtu-vo la imagen del cuadro No. 6 que se consi-dera que cumple las condiciones principales de esta tarea y que puede representar la imagen del Almirante Padilla, acercándose lo más posible a las descripciones históricas.

Las principales modificaciones que se hicieron fueron las siguien-tes:

Se acortaron las patillas, se modi-ficó el pelo, sus rasgos se hicieron más cercanos a sus ancestros de origen africano y no tan euro-peos, se acortó el cuello, se le hizo el cuerpo más robusto, se le puso la cicatriz en el ojo dere-cho, se le ensancharon los brazos y las manos, se le quitó el cuello de seda blanco del uniforme. El

software utilizado generó varios cambios, que fueron armonizándose y combinándo-se hasta obtener una imagen final. Ojalá algún día podamos encontrar una prueba histórica que nos permita avalar o cambiar esta imagen, pero mientras tanto pense-mos que ésta imagen unificada nos ayudará a grabar en nuestra mente el rostro de ese hombre valeroso que nos señaló en el mar el camino de la libertad y que más aun que esa imagen en nuestra mente, tenemos que afianzar en nuestro corazón el recuerdo y la admiración por ese héroe naval colombiano que en la Batalla de Maracaibo selló defi-nitivamente la independencia de nuestros países y que hoy y mañana su imagen y su recuerdo seguirá brillando en nuestras mentes y en nuestros corazones por lo mu-cho que ayer nos dio y lo mucho que hoy nos sigue enseñando.

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Almirante JOSÉ PADILLA

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ARMADAREPÚBLICA DE COLOMBIAwww.armada.mil.co

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Edición No. 95 Octubre de 2009 ISSN 1692-1097

Guerras Asimétricasy de Cuarta Generación

UNITAS50 AñosRE

VISTA ARMADA

No. 95 Octubre de 2009