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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP REVISTA ARGENTINA DE MEDIO AMBIENTE Observatorio de Políticas Ambientales Municipales Universidad Nacional de Mar del Plata Año II – N. II 1

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

REVISTA ARGENTINA DE MEDIO AMBIENTE

Observatorio de Políticas Ambientales MunicipalesUniversidad Nacional de Mar del Plata

Año II – N. II

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

Observatorio de Políticas Ambientales MunicipalesUniversidad Nacional de Mar del PlataFacultad de Derecho – 25 de Mayo 2855/65 – 7600Mar del Plata - ArgentinaRevista Electrónica - Año II – N. II Editor Responsable: Favio FarinellaAbril de 2014 – ISSN 2347-0925

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

SUMARIO

Palabras previas 5

Electro basura: la contaminación por desechos electrónicos

Por Gabriel Raba 7

Antecedentes y evolución del concepto del desarrollo sostenible

Por Favio Farinella 17

El agua: una cuestión entre el poder económico y los derechos humanos

Por Nicolás Medel 35

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

Palabras previas

El segundo número de la Revista Argentina de Medio Ambiente se inicia con un artículo

referido a un tema al que se le presta especial atención en nuestra ciudad de Mar del Plata

desde hace tiempo e independientemente del color político de las autoridades municipales: la

gestión integral de residuos. Dentro de los distintos tipos de residuos existe uno que debe se

existencia a la sociedad tecnológica que habitamos. Son los residuos electrónicos que crecen

en número de manera exponencial conforme la utilización creciente que se hace de los muy

diversos aparatos tecnológicos. Esta basura tecnológica no por nueva carece de legislación.

Gabriel Raba inicia un recorrido que seguramente continuará en las próximas entregas

analizando la legislación existente hasta el momento referida al tema.

En segundo lugar, Favio Farinella analiza detenidamente el surgimiento de la teoría del

desarrollo sostenible. Las preocupaciones ambientales han devenido globales y como tales

exigen soluciones de igual naturaleza. Desde la definición brindada por el Informe Brundtland

que consideraba al desarrollo sostenible como la satisfacción de las necesidades de la

generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer

sus propias necesidades, hasta el presente, mucho se ha andado y declamado, sin

necesariamente haber encontrado soluciones viables y de largo plazo al eventual dilema entre

ambiente y economía.

Finalmente, Nicolás Medel analiza un recurso vital como el agua a la luz del cambio

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

climático. A partir de dos cuestiones vitales que comenta -la escasez de agua producto de la

desertificación y desertización y el aumento del nivel del mar- trae al presente el elemento

común que comparten y a la vez las diferencia: el AGUA.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

ELECTRO BASURA

LA CONTAMINACIÓN POR DESECHOS

ELECTRÓNICOS. MARCO LEGAL.

Por Gabriel Raba1

1 ) Abogado, egresado en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Investigador categorizado del CONEAU,integrante del Grupo de Investigación Tercera Generación de Derechos y de la cátedra de DerechoInternacional Publico de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

SUMARIO: I. PreHistoria de la Historia. -II. La nueva electro basura.

-III. Marco Normativo de Derecho Interno. -IV. Proyecto de ley de

RAEE en Argentina.

I. Pre Historia de la Historia

En junio de 1951, se puso en marcha la UnivAC I (Universal Automatic Computer I), el

primer ordenador comercial, en los Estados Unidos, de 7.250 kilos de peso y un costo de un

millón y medio de dólares de la época.

Exactamente treinta años después, en el año 1981, se produjo el lanzamiento de la primera

computadora personal. A la fecha, se estima que se han producido más de dos billones de

computadoras.

Quien hubiera imaginado que algo mas de cincuenta años despues, casi cualquier hogar

dispondría de un ordenador personal de sobremesa, a un precio accesible, de muy poco peso,

y de una velocidad extraordinaria. Ni que hablar de los cada día más pequeños, más planos, y

más ligeras y sofisticadas tablets, I-Pads, I-Phones, y todo lo que aún no hemos visto. Estos

compuestos, son capaces de realizar auténticos milagros gracias a los perfeccionamientos

tanto en su hardware como en sus programas, cada vez más complejos y sofisticados.

Como en solo medio siglo, se ha avanzado de tal modo en el campo de la electrónica, que el

mundo que conocieron nuestros abuelos no tiene punto de comparación con el que nos rodea

hoy en día. Cuál será su costo, aún no tenemos ni idea…

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

II. La Nueva Electro Basura

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) califica como

desecho electrónico a “todo dispositivo alimentado por la energía eléctrica cuya vida útil ha

caducado”, y por su parte, la Convención de Basilea, al definir los desechos peligrosos nos

deja como concepto de basura electrónica, a “todo equipo o componente electrónico incapaz

de cumplir la tarea para la que fue inventado o producido originalmente”. Dentro de esta

definición podríamos incluir a heladeras, lavarropas, hornos y otros, pero no ha sido hasta

hace pocos años que la inclusión de componentes electrónicos altamente sofisticados,

empezando por los nuevos televisores, videojuegos y ordenadores, hasta nuestros días con los

teléfonos móviles, tablets, I-Pad´s y demás, que la basura electrónica ha empezado a

convertirse en un problema que se agrava día a día debido, por un lado, al abaratamiento de

los productos, por ende, el acortamiento de su vida útil y, por otro, por las constantes

innovaciones y perfeccionamientos de los nuevos modelos (pantallas planas de leds, sistemas

touch y no frost) y la complejidad y variedad de nuevos programas, siempre más sofisticados,

siempre un poco veloces y cada vez más fiables. Pero, cuando compramos un nuevo

artefacto, qué hacemos con el viejo que dejamos de usar..?

En gran cantidad de ciudades del mundo occidental existen los “puntos verdes”, lugares en

donde pueden depositarse estos artículos, pero cuando el artefacto a desechar es un poco más

grande y más pesado, como por ejemplo una heladera, la cosa cambia…

El 7 de febrero de 1994 entra en vigor el Convenio de Basilea (Suiza)2, la cual establece

normas destinadas a controlar y regular a nivel internacional los movimientos transfronterizos

en cuanto a la eliminación de residuos peligrosos, tanto para la salud humana como para el

medio ambiente de desechos peligrosos.

Básicamente, el Convenio -entendido como el Tratado Multilateral del Medio Ambiente que

se ocupa de los desechos peligrosos- tiene por objeto reducir los intercambios residuales2 http://www.basel.int

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

estableciendo para ello un Sistema de Control, tanto de las exportaciones como de las

importaciones de residuos peligrosos, como de su eliminación. Sin lugar a dudas su principal

objetivo es proteger el medio ambiente y la salud humana, contra los efectos nocivos

emanados de la generación, y el manejo, a través de los movimientos transfronterizos, así

como de la eliminación de los desechos peligrosos, y otros desechos.

III. Marco Normativo de Derecho Interno

La Argentina ratificó el Convenio el 27 de junio de 19913, y entró en vigor el 5 de mayo de

1992, dicha Convención se pronuncia a través de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo

Sustentable, y la Subsecretaría de Control y Fiscalización Ambiental y Prevención de la

Contaminación, contando con una política de fiscalización, control y preservación ambiental

nacional. Cabe advertir que, presta asistencia al Secretario de Ambiente y Desarrollo

Sustentable en la representación del Estado Nacional ante organismos internacionales e inter

jurisdiccionales, en relación a la política de control y fiscalización ambiental. Asimismo,

existe una dirección dependiente específica llamada Dirección de Residuos Peligrosos que se

encuentra bajo la órbita de la Subsecretaría de Control y Fiscalización Ambiental y

Prevención de la Contaminación, creada en el año 2007, actúa junto con el Registro Nacional

de Generadores y Operadores de Residuos Peligrosos (RN) con vigencia desde 1994, en vistas

a dar cumplimiento a la Ley de Residuos Peligrosos Nº 24.051 y a la Ley Nº 23.922 sobre el

Control de los Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación.

3 http:/ www.senado.gov.ar

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

III.a. Constitución Nacional Argentina

La reforma de nuestra Carta Magna, incluyó en su parte dogmática, Primera Parte – Capítulo

Segundo – Nuevos Derechos y Garantías, el Art. 41. “Todos los habitantes gozan del derecho

a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades

productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones

futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la

obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la

protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la

preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la

información y educación ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que

contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para

complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al

territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.”

Podemos ver aquí que, se consagra el derecho de todos los habitantes a gozar de “un ambiente

sano, equilibrado apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas

satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”, como

así también el deber de su preservación. Así se recepta expresamente en el texto

constitucional, el mencionado derecho fundamental, también llamados derechos de tercera

generación, comprendido en la categoría de derechos basados en la solidaridad, sustentado en

los principios elaborados a partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Ambiente

Humano, desarrollada en Estocolmo (Suecia) en 1972 y desarrollados ampliamente en la

Cumbre de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, llevada a cabo en la

ciudad de Río de Janeiro (Brasil) en el año 1992. Si bien nuestra doctrina, así como nuestra

jurisprudencia, eran contestes en que el derecho al ambiente sano tenía raigambre

constitucional, con anterioridad a la reforma, puesto que se hallaba incluido en los derechos

implícitos (art. 33 de la C.N.), aquí se lo incluye explícitamente.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

III.b. La Legislación Nacional sobre Medio Ambiente

- Ley Nacional Nº 25.612 del 25 de julio de 2002; de Presupuestos Mínimos en materia de

Residuos Industriales.

- Ley Nacional Nº 25.670 del 18 de noviembre de 2002; de Presupuestos Mínimos en materia

de Gestión y Eliminación de PCBs.;

- Ley Nacional Nº 25.675 del 27 de noviembre de 2002; conocida como la Ley General del

Ambiente o Ley sobre Política Ambiental Nacional.

- Ley Nacional Nº 25.688, del 30 de diciembre de 2002; de Presupuestos Mínimos que

aprueba el Régimen de Gestión Ambiental de las Aguas.

- Ley Nº 25.831 del 7 de enero de 2004; sobre Presupuestos Mínimos que aprueba el Régimen

de Libre Acceso a la Información Ambiental.

-Ley Nacional Nº 25.916 del 4 de agosto de 2004; de Gestión Integral de Residuos

Domiciliarios.

En cuanto a la Ley de General del Ambiente (Ley Nº 25.675) además de ser la creadora del

COFEMA (Consejo Federal del Medio Ambiente), la misma define el concepto de

presupuesto mínimo, encuadre bajo el cual se encuentran las leyes referidas, y el que es

establecido en el propio artículo 41 de la Constitución Nacional, como “toda norma que

concede una tutela ambiental uniforme o común para todo el territorio nacional, y tiene

como objeto imponer condiciones necesarias para asegurar la protección ambiental”.

En su articulado se refiere al bien jurídicamente protegido, cuando dice ”La presente ley

establece los presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del

ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del

desarrollo sustentable”.

Entiendo acertada la posición doctrinaria que considera a la ley 25.675 como una ley marco

en materia de presupuestos mínimos de protección ambiental, revistiendo por lo tanto, no solo

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

el carácter de ley mixta, sino constituyendo además, el andamiaje institucional básico y

necesario de interpretación de las leyes sectoriales dictadas y las que se dicten en el futuro. Se

refiere también al presupuesto mínimo, y asimismo reseña que, debe prever las condiciones

necesarias para garantizar la dinámica de los sistemas ecológicos, mantener su capacidad de

carga y, en general, asegurar la preservación ambiental y el desarrollo sustentable. Establece

objetivos, principios e instrumentos de la política ambiental nacional, que deben entenderse

como criterios y herramientas fundamentales para el efectivo cumplimiento por parte de las

autoridades competentes, de todas las jurisdicciones y niveles, y por lo tanto, un deber

constitucional velar por la protección ambiental. Refiere también los principios de política

ambiental adoptados, a los que detalla, y que han surgido en el marco de las conferencias

internacionales, así como de los desarrollos doctrinarios y científicos que dieran lugar a la

formulación de los instrumentos fundamentales del llamado Derecho Internacional Ambiental.

Por su parte, enuncia los instrumentos de la política y la gestión ambiental, atiende también a

la cuestión de la Participación ciudadana, en particular, en las etapas de planificación,

evaluación de resultados y trata también de la Autogestión, estableciendo la instrumentación

de sistemas de protección de la calidad ambiental que estén elaborados por los responsables

de actividades productivas riesgosas.

III.c. Constitución de la Provincia de Buenos Aires y Leyes Provinciales

El Art. 28 establece que “los habitantes de la provincia tienen el derecho a gozar de un

ambiente sano y el deber de conservarlo y protegerlo en su provecho y en el de las

generaciones futuras.

La provincia ejerce el dominio eminente sobre el ambiente y los recursos naturales de su

territorio incluyendo el subsuelo y el espacio aéreo correspondiente, el mar territorial y su

lecho, la plataforma continental y los recursos naturales de la zona económica exclusiva, con

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

el fin de asegurar una gestión ambientalmente adecuada.

{…} Asimismo, asegurará políticas de conservación y recuperación de la calidad del agua,

aire y suelo compatible con la exigencia de mantener su integridad física y su capacidad

productiva, y el resguardo de áreas de importancia ecológica, de la flora y la fauna.

Toda persona física o jurídica cuya acción u omisión pueda degradar el ambiente está

obligada a tomar todas las precauciones para evitarlo.”

- Ley Nº 11.723, de Presupuestos Mínimos, que establece la protección, conservación,

mejoramiento y restauración de los recursos naturales y del ambiente en general, existiendo la

obligación de abstenerse de realizar acciones que puedan degradar el ambiente, con la

posibilidad de la actuación de oficio por parte de la Autoridad Ambiental, o de cualquier Juez

con jurisdicción.

- Ley Nº 5965, Ley de protección a las Fuentes de Provisión y a los Cursos y Cuerpos

receptores de agua y a la atmósfera.

- Ley Nº 11347, Ley de Residuos Patogénicos.

- Ley Nº 11720, Ley sobre la Generación, Manipulación Almacenamiento, Transporte,

Tratamiento y Disposición Final de Residuos Especiales en el territorio de la Provincia de

Buenos Aires.

- Ley Nº 12.704, que regula las condiciones para que las áreas sean declaradas “paisajes

protegidos de interés provincias” o “espacios verdes”.

-Ley Nº 10.907, de Reservas Naturales.

IV. Proyecto de Ley de R.A.E.E. en Argentina

Este tipo de residuos peligrosos de origen domiciliario, se encuentran en una zona gris con

relación a la legislación vigente en nuestro país ya que, al contener compuestos químicos

previstos por la Ley de Residuos Peligrosos, cualquier residuo electrónico podría encontrarse

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

alcanzado por esta normativa, pero al mismo tiempo por tener origen domiciliario, es tratado

como un residuo sólido urbano común. Por ello la necesidad de una ley de gestión específica,

debido a la especificidad del residuo, cuestión que ya he abordado en el curso del presente.

El problema de la creciente existencia de residuos tecnológicos, y las diversas propuestas de

soluciones a la contaminación que generan, no debe entenderse como una situación particular,

o local, por el contrario, hay que entenderla dentro del marco de políticas ecológicas que se

implementan en todo el mundo, y con significativa relevancia no solo a partir de la creación

de la ONU, sino, y por sobre todo, luego de los principios sentados en las convenciones de

Rio de Janeiro de 1992 y de Johannesburgo del 2002.

Por lo expuesto, entiendo tan importante que en nuestro país contemos con un proyecto de ley

de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (R.A.E.E.).

El proyecto de Ley R.A.E.E., debería receptar los principios de protección medioambientales,

la extensión de las responsabilidades de los productores de aparatos tecnológicos y

electrónicos hasta el final de la vida útil de sus propios productos (responsabilidad extendida

del productor), la prohibición de sustancias contaminantes en la fabricación de nuevos

artefactos, así como la creación de una infraestructura de ámbito nacional para el descarte,

acopio, transporte, reutilización y el reciclado de los RAEE. Deberá proteger el ambiente y

preservarlo de la contaminación generada por los RAEE, promover la reducción de la

peligrosidad de sus componentes; la promoción de la reutilización, el reciclado y otras formas

de valorización.

Especial importancia reviste el principio de “responsabilidad extendida del productor”,

conocido también como el principio “de la cuna a la tumba”. Este principio señala como

responsables del tratamiento final de los productos a todos aquellos que han contribuido

mayormente a su producción, ampliando el circuito económico tripartito de “producción–

distribución–consumo”, con una nueva y cuarta etapa, referida al “reciclado y la disposición

final” de los aparatos. Se amplía el circuito económico clásico, obligando al productor a una

reparación, en la cuarta etapa, siempre en función de una racionalidad ambiental.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

Es de importancia mencionar, en cuanto a la responsabilidad financiera del productor, que es

más que importante el aporte que puedan hacer los productores para llevar adelante un

correcto y verdadero proceso de reciclaje y reutilización, que no deba ser asumido

económicamente solo por el Estado. Deberá también prever las consecuencias nocivas de la

utilización de ciertos productos, principio precautorio, cotejando científicamente los

eventuales daños, para posibilitar así las modificaciones del proceso de producción y uso del

producto, que sean necesarios.

Se puede apreciar como un ante-proyecto de ley RAEE no solo debe receptar los principios

medio ambientales establecidos en la normativa internacional antes reseñada, sino también los

de nuestra Constitución, así como el concepto de desarrollo sostenible. La futura ley deberá

internalizar inteligentemente, la sostenibilidad, y la no destrucción del medio ambiente en

detrimento de la cultura del progreso y del consumismo.

Bibliografía y Webgrafía

Constitución de la Nación Argentina. Editorial Abeledo Perrot. Undécima edición, enero de

2012, Buenos Aires, Argentina.-

Constitución de la Provincia de Buenos Aires. Editorial Abeledo Perrot. Undécima edición,

enero de 2012, Buenos Aires, Argentina.-

La Pachamama y el Humano, de Eugenio Zaffaroni. Ediciones Madres de Plaza de Mayo,

marzo de 2012, Buenos Aires, Argentina.

http://www.ecosofia.org

http://www.medioambiente.gov.ar/mlegal/tratados/ley23922.htm

http://archive.basel.int/convention

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

ANTECEDENTES y EVOLUCION

DEL CONCEPTO DEL DESARROLLO SOSTENIBLE

Favio Farinella

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

SUMARIO

I- NECESIDAD DE CALIFICAR CIERTOS TÉRMINOS.

II- ANTECEDENTES DE CARÁCTER HISTÓRICO. III- LA CONCEPCIÓN DEL

DESARROLLO SUSTENTABLE A PARTIR DEL INFORME BRUNDTLAND.

CONSECUENCIAS POSITIVAS. V- NUESTRA POSICIÓN.

I- La necesidad de calificar ciertos términos.

Los términos “sustentable” y “sustentabilidad” irrumpen en el vocabulario internacional hacia

la década del ochenta, en tiempos en que la hoy omnipresente Tecnología de la Información y

Comunicaciones comenzaba a alimentar la preocupación mundial sobre los problemas

globales, tales como la sobrepoblación, las sequías, el hambre y la degradación ambiental,

cuestión ésta que había constituído el tema principal del documento “Los Límites al

Crecimiento” (Meadows, 1972). El Informe Brundtland (1987) refuerza la preocupación

naciente, haciendo referencia en su prólogo a que “lo que se necesita ahora es una nueva era

de crecimiento económico, crecimiento que debe ser provechoso y al mismo tiempo social y

ambientalmente sustentable” (p. XII).

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

En los dos documentos referenciados se produce un llamamiento al crecimiento económico

pero se remarca que el mismo debe ser “sustentable”. Surge entonces la pregunta sobre si

puede existir un incremento de la actividad económica sin que naturalmente se produzca un

mayor uso de los recursos no renovables. En otras palabras, ¿puede existir desarrollo sin

crecimiento?. Suena casi absurdo. Pero reformulando la pregunta, ¿pueden imponerse límites

al crecimiento sin que afecten al desarrollo?. Suena de manera más consistente. En realidad

esta última es la afirmación de un segundo documento Meadows “Mas allá de los límites”

(“Beyond the limits”, 1992). Si pretendemos considerar los medios tendientes a instrumentar

tal desarrollo que llamaremos “cualitativo”, previamente será menester definir la denotación

de los términos “social y ambientalmente sustentable”. El crecimiento económico y la

sustentabilidad ambiental aparecen como opuestos toda vez que se intente lograrlos

simultáneamente.

En su sentido más simple, el desarrollo sustentable es aquel basado en patrones de producción

y consumo que pueden ser perseguidos en el futuro mediato sin degradar el ambiente humano

o natural (Ekins y Jacobs, 1995). Requiere por parte de cada nación, conforme sus

capacidades tecnológicas y sociales, un manejo sabio de los recursos y la distribución

equitativa de los beneficios de la actividad económica tanto a nivel interno como

internacional.

Implica en consecuencia una responsabilidad intergeneracional, es decir, de las generaciones

presentes para con las futuras, y otra intrageneracional entre las diferentes sociedades que

habitan el globo. En primer lugar, respecto de la responsabilidad intergeneracional, se

plantean diversas interpretaciones del término sustentabilidad (CEPAL, 2000), conforme los

diferentes criterios respecto de lo que debe traspasarse a las generaciones futuras. Así, (a) las

generaciones futuras deben experimentar como mínimo, el mismo nivel de consumo

ambiental (Jacobs, 1991); (b) deben traspasarse suficientes activos que aseguren un flujo de

consumo no decreciente o bienestar futuro per cápita (Pezzey, 1992); (c) deben recibir el valor

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

del acervo de capital con el que cuenta la sociedad (Solow, 1986); o (d) debe mantenerse un

conjunto de oportunidades (Githinji y Perrings, 1992). En segundo lugar, la responsabilidad

intrageneracional, enfatiza los principios de cooperación y solidaridad internacional en la

comunidad internacional, determinando un grado de utilización de recursos en base al nivel de

desarrollo logrado y perjuicio ocasionado al ambiente.

A partir de la concepción del desarrollo sustentable, se ha popularizado el uso del término

sustentabilidad, denotando la eficiencia en el uso de los recursos con que cuentan las

sociedades. Así, lo sustentable es lo “utilizado racionalmente”, según los patrones de la

racionalidad económica de la globalización, la cual es estadísticamente cuantificable.

Una noción práctica de sustentabilidad ambiental conceptúa a esta como la “aptitud del

desarrollo sustentable a fin de optimizar los servicios prestados por el medio ambiente y los

recursos naturales a la calidad de vida”, donde los “servicios ambientales” hacen referencia

tanto al suministro de recursos naturales para las actividades económicas como a la capacidad

del medio ambiente para enfrentar las consecuencias de tales actividades (Artigas, Gómez,

Salgado, 1999). Como todo concepto dinamizador, la sustentabilidad ambiental fue tomada

por otros discursos. Así, desde lo político se expresó: "Renovamos nuestra fe en el

compromiso asumido por América de dejar a nuestros hijos una mejor nación, cuyo aire, agua,

y tierra no se hallen contaminados, y cuyo liderazgo en pos del crecimiento sustentable global

no se vea superado" (USA, EPA 1993) y más cercano a nosotros, se habla de la necesidad que

Argentina cuente con un plan económico sustentable. La definición tuvo también

acercamientos científicos: “las discusiones se han concentrado alrededor de los factores que

determinarán (sic...) un nivel de crecimiento sustentable para la producción agrícola”

(Abelson, 1990). Además del discurso político y científico, encontramos otros usos: (a) el de

los críticos de la globalización, quienes cuestionan el actual grado de progreso de la

Humanidad, afirmando la necesidad de repensar el futuro del hombre y la tierra; o incluso (b)

su utilización como un simple adjetivo que “embellece y atrae” el interés de la gente en

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

general, uso ligado a una moda ambientalista. Este amplio espectro de utilización de la

palabra sirve sólo para la confusión.

Semánticamente hay quienes gustan de distinguir entre lo sustentable, lo sostenible y sus

derivados, basados en diferencia de matices en el significado: sustentable hace referencia a lo

que se “mantiene”, en tanto sostenible agrega a esa calidad, la de brindar lo necesario para la

vida. Si se pretende distinguir entre ambos, habría una diferencia de calidad, por cuanto aun

manteniendo la cantidad de recursos en el planeta (sustentabilidad) esa situación podría no ser

sostenible, en tanto no alcanzara para mantener la calidad de vida de manera satisfactoria en

comparación con el pasado. Vemos que la sostenibilidad agrega al recurso una condición de

calidad, compuesta por un elemento subjetivo, apriorísticamente difícil de llevar a la

estadística. A los fines del trabajo utilizaremos indistintamente ambas familias de palabras,

pronunciándonos a favor de una interpretación amplia, esto es en pos de la cantidad y calidad

de “lo que debe ser mantenido”. Veremos en el desarrollo del trabajo el elemento subjetivo es

un aporte de la racionalidad ambiental a la racionalidad económica imperante, y aun cuando

sea difícil de cuantificar, debe hallarse presente.

En suma, el desarrollo sustentable integra visiones pasadas y presentes (la responsabilidad

intrageneracional) y futuras (la responsabilidad intergeneracional). Las condiciones que se

establecen para el desarrollo de una comunidad refieren la sustentabilidad ambiental de su

desarrollo. Esta finca en conservar el capital natural (medio ambiente) de manera tal que

complementado con el capital tecnológico (tecnología), aseguren ambos a las generaciones

futuras un nivel de bienestar mínimo, semejante al que hoy disfrutan las sociedades

desarrolladas.

La idea gira en torno de conservar el ambiente, continuar con el cambio tecnológico, y

respetar una calidad de vida mínima conforme patrones consensuados globalmente.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

II- ANTECEDENTES DE CARÁCTER HISTÓRICO.

En la inmediata posguerra, los sectores políticos y económicos occidentales vieron en la

economía basada en la tecnología y orientada hacia el crecimiento del consumo, la llave del

cambio global y futuro que reinstalaría la seguridad y la prosperidad perdidas. Muy pocas

voces en aquel tiempo se preguntaron si estas nociones podrían conciliarse con las realidades

ambientales (Daly, 1996 y Markandya y Richardson, 1992). Hacia fines de la década del

sesenta, era claro que ni la tecnología ni el crecimiento económico eran básicamente factores

positivos desde una consideración que contemplara el bienestar general de las diferentes

sociedades. Al tiempo que mejoraba la vida de millones de habitantes de los países

industrializados, también se habían producido efectos trágicos evidenciados a través de la

polución y la depredación de los recursos, sin dejar de considerar la presión demográfica y la

pobreza (Markandya, Richardson y Mihaly, 1995).

Ya a comienzos de 1962, la utilización de pesticidas había sido puesta en duda en tanto su

naturaleza tóxica había sido descripta por Rachel Carson en un libro titulado "Silent Spring."

Con el correr del tiempo, aparecen los movimientos ambientalistas que refuerzan su reclamo,

fundados en las evidencias científicas sobre la vulnerabilidad de la biósfera y los efectos

negativos de los patrones del “consumo del derroche”. Se pone en tela de juicio la unión

“tecnología + economía”, base de la racionalidad económica imperante hasta nuestros días.

Surgen entonces los primeros debates relativos a la necesidad de reformular la racionalidad

del desarrollo contemplando la perspectiva ambiental. En 1971, un grupo de expertos

reunidos en Suiza concluye en que las estrategias ambientales y de desarrollo deberían

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

integrarse. Al año siguiente y en base a los problemas de polución en el norte europeo, las

Naciones Unidas deciden convocar a una conferencia internacional en Estocolmo, Suecia.

Aunque en cierto sentido, el desarrollo sustentable pueda ser visto como una versión

actualizada de un movimiento anterior denominado tecnología apropiada (o alternativa), el

concepto aparece por vez primera en un documento internacional en la Cumbre de

Estocolmo (1972). La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano intentó

hallar un compromiso entre los intereses económicos y los imperativos ecológicos. Sus

conclusiones aceptaron el crecimiento económico como positivo, pero reclamaron que fuera

ambientalmente sustentable y equitativo en términos de beneficios arrojados al ser humano.

En el despertar de Estocolmo, las Naciones Unidas asumieron un rol de dirección y

coordinación de los esfuerzos a fin de concitar el interés internacional sobre el ambiente a

través de los organismos, estados miembros y organizaciones adheridas, junto con la creación

del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En el mismo año, se

elabora un trabajo que pondría el alerta mundial respecto de la viabilidad de la continuación

de los hábitos de consumo occidentales en el futuro mediato. El documento “Límites al

crecimiento” (Meadows, 1972), sugería la posibilidad que el planeta experimentara un

desastre ecológico en caso de continuar con los patrones económicos de producción y

consumo seguidos hasta el momento. Hacia mediados de la década de los setenta, cobra

estado público el adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida comenzándose a

mencionar la posibilidad de un calentamiento global derivado del efecto invernadero de los

gases situados en la atmósfera terrestre.

En 1980, el término es mencionado en el documento “Estrategia de Conservación Global”,

elaborado conjuntamente por el PNUMA y la Unión Internacional para la Conservación de la

Naturaleza (UICN - IUCN). El documento enfatiza la interdependencia entre la conservación

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

y el desarrollo, haciendo hincapié en el concepto de “desarrollo sustentable”. En realidad, la

“Estrategia...” acentuaba la sustentabilidad ecológica, interesándose muy poco por el

desarrollo económico. Su propuesta constaba de tres objetivos principales: (a) el

mantenimiento de los procesos ecológicos; (b) la preservación de la diversidad genética; y (c)

la utilización sustentable de recursos (IUCN, 1980). La Estrategia de Conservación Global

fue criticada por ir contra el desarrollo (Soussan, 1992). Soussan y Millington (1992)

afirmaron que falló en reconocer la relación dinámica entre el desarrollo económico y el

ambiente. El documento adopta solo el enfoque ambientalista que hace hincapié en la

sustentabilidad, sin tomar en cuenta las necesidades de crecimiento económico a fin de

satisfacer las necesidades presentes.

En 1982 la Asamblea General de Naciones Unidas adopta la Carta Mundial de la Naturaleza,

precedida por la Carta de Nairobi (mayo 1982). Ambos documentos guiaron hacia una

reformulación del concepto de desarrollo sustentable. A estos efectos en 1983, las Naciones

Unidas constituyen una Comisión con el propósito de preparar un informe. Nace así la

Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo (UNWCED), conocida luego como la

Comisión Brundtland, la cual estudió el problema y mantuvo audiencias públicas. Su trabajo

final se expresó a través del Informe “Nuestro Futuro Común” (1987), documento

considerado fundamental en la evolución de la toma de conciencia del problema global. El

mismo enfatizaba la necesidad de desarrollar estrategias que reconocieran los límites de la

capacidad de los ecosistemas en auto regenerarse y absorber los desechos producidos.

El término desarrollo sustentable como tal fue definido por vez primera en este Informe

como aquel que “satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las

generaciones futuras para alcanzar las propias”. Casi en forma simultánea con el Informe

Brundtland, el PNUMA edita el documento “Perspectivas ambientales para el año 2000 y

siguientes” (1987).

También en la década del ochenta tiene lugar la Declaración del Consejo de Europa (1985),

documento por el cual se avanza sobre los beneficios de establecer un tratamiento común para

24

Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

el ambiente y la economía. Se formula entonces el Cuarto Programa de acción 1987-1992, el

cual menciona por vez primera la necesidad de incorporar la dimensión ambiental en las

políticas europeas tendientes al crecimiento económico. Es de remarcar que el Acta Única

Europea (1986) incluye como objetivo de acción de la Comunidad, el “conservar, proteger y

mejorar la calidad del medio ambiente y la garantía de una utilización prudente y racional

de los recursos naturales”.

Si más allá de los instrumentos mencionados, la cuestión se centrara en pronunciarnos por la

vigencia práctica de los mismos, debemos afirmar que la realidad no fue transformada de

manera evidente. El llamado Tercer Mundo, comienza a inquietarse ante la posibilidad que la

“ansiedad ambiental” de las naciones industrializadas pudiera privarlos de oportunidades de

crecimiento. Se iniciaron entonces acciones de presión a fin que el derecho fundamental de

los pueblos a la industrialización fuera reconocido en la Asamblea General de Naciones

Unidas. Su idea se resumía en que si el desarrollo futuro debía ser ambientalmente viable,

sería menester establecer una alteración fundamental de las relaciones Norte - Sur, en

particular en lo atinente al comercio y las finanzas internacionales.

Llegados a los noventa, el Tratado de la Unión Europea (Maastricht 1993) asigna a la

comunidad en su conjunto, la misión de promover “un crecimiento sustentable y no

inflacionista que respete el medio ambiente”; en tanto el Quinto Programa de Acción de la

Unión (1992-1997) tuvo por título “Hacia un Desarrollo Sustentable”, entendiendo por tal

“una política y una estrategia de desarrollo económico y social continuo que no vaya en

detrimento del medio ambiente ni de los recursos naturales, de cuya calidad depende la

continuidad de la actividad y el desarrollo de los seres humanos”. En la misma época

comienza a sonar con insistencia la necesidad de reformular la relación entre desarrollo y

ambiente, introduciéndose el concepto de desarrollo ambientalmente sustentable, que en

25

Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

principio implicaba la continuidad del crecimiento, pero cuidando de producir consecuencias

negativas (al menos graves) para el ambiente. Un nuevo informe Meadows endereza la

cuestión hacia la compatibilidad de los conceptos: “Mas allá de los límites”, afirma veinte

años después del primer polémico documento que “pese a existir límites al crecimiento, no

tiene por qué haberlos al desarrollo” (Meadows, D.H. y D. L., 1992).

Posteriormente en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo reunida

en Río de Janeiro (CNUMAD 1992), la comunidad internacional toma cuenta de los

problemas y aspiraciones de los países en vías de desarrollo. Al terminar los debates, 182

gobiernos habían aceptado formalmente la necesidad de cambio, conviniendo en 27 principios

que componen la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo y adoptando la

Agenda 21 o Programa de Acción para el Desarrollo Sustentable Global, documentos que

serían luego evaluados y reforzados a través del Plan de Seguimiento de la Aplicación del

Programa 21 (1997). Fuera del foro oficial de Río, se concluyeron otros importantes

documentos internacionales que en su mayor parte encauzaron el tratamiento de las

principales cuestiones ambientales.

En lo orgánico, también hubo cambios de magnitud. Nace la Comisión sobre Desarrollo

Sustentable (ONU), cuya principal misión consiste en coordinar y supervisar la

instrumentación de los Acuerdos de Río y monitorear su evolución. Se vigoriza al PNUMA, y

se decide que el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) promueva y brinde

ayuda al Tercer Mundo de manera coordinada con el anterior.

En la CNUMAD, valorando la totalidad de los documentos allí adoptados, se precisa el

concepto de desarrollo ambientalmente sustentable, calificándolo de “humano”. Así, el

Principio 1 de la Declaración de Río sobre Ambiente y Desarrollo, afirma que "el ser humano

se encuentra en el centro de las preocupaciones del desarrollo sustentable. Son los titulares

del derecho a una vida sana y productiva en armonía con la naturaleza."

26

Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

Casi inmediatamente después de Río, el término desarrollo humano sustentable vino a

reemplazar en gran parte de la discusión política y normativa, el anterior y más estrecho de

desarrollo sustentable a secas. La nueva expresión acuñada refleja de manera más concreta la

convicción referida a que la pobreza, la iniquidad y la explosión demográfica se hallan en la

raíz de las crisis ambientales. La misma CNUMAD adopta la clásica definición del Informe

Brundtland, en tanto el Principio 3 de la Declaración de Río expresa: "El derecho al

desarrollo debe ser completado de forma tal que se alcance equitativamente las necesidades

ambientales y económicas de las generaciones presentes y futuras." A partir de Río entonces

se reconoce que el desarrollo humano sustentable comienza con la gente, especialmente la

marginada: pobres, mujeres, niños, discapacitados y aborígenes. Esto es relevante en tanto

veremos posteriormente la importancia reconocida a diferentes grupos sociales en la

instrumentación del concepto. Conforme lo dicho, se incluye actualmente dentro del concepto

de desarrollo humano sustentable a un conjunto de requerimientos mínimos para las

sociedades, que comprenden una alimentación adecuada, vivienda, empleo, salud y

educación.

La CNUMAD produjo un llamamiento al cambio de relaciones económicas entre el

Desarrollo y el Tercer Mundo, considerando que la consolidación del sistema de libre

comercio e industrialización, fuerza a los participantes débiles a descansar cada vez más sobre

la explotación de sus recursos naturales a fin de proveer a las esenciales exportaciones de

commodities, produciéndose un continuo agravamiento de los términos de intercambio en

perjuicio de estas últimas. A partir de la CNUMAD, la estructura toda de Naciones Unidas se

permeó de las prioridades establecidas a partir del desarrollo humano sustentable, trabajando

para la concreción de acuerdos e instrumentos legales vinculantes que incorporaran tales

principios.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

III- LA CONCEPCIÓN DEL DESARROLLO SUSTENTABLE A PARTIR DEL INFORME

BRUNDTLAND. CONSECUENCIAS POSITIVAS.

Aun cuando el eslogan cobrara vida a comienzos de los setenta, no es sino con posterioridad a

la publicación del Informe Brundtland (Nuestro Futuro Común, 1987), que la frase

"desarrollo sustentable" logra popularidad internacional. La intención del reporte fue el dar

con una definición práctica, que condujera a "cambios en el acceso a los recursos y en la

distribución de costos y beneficios" (UNWCED, 1987:43). Recordamos la hoy clásica

definición: "aquel desarrollo que satisface las necesidades de las presentes generaciones sin

comprometer la habilidad de las futuras para satisfacer sus propias necesidades". Esto es, un

proceso de cambio evolutivo a través del cual la explotación de los recursos, la dirección de

las inversiones, la orientación de los desarrollos tecnológicos y el cambio institucional deben

lograr hallarse en armonía, mejorando así el potencial actual y futuro a fin de alcanzar las

necesidades y aspiraciones humanas.

En primer lugar, el reporte se centra en estrategias prácticas para lograr un crecimiento

renovado tendiente a satisfacer las necesidades esenciales (alimentación, agua, energía,

trabajo, servicios sanitarios); asegurar un nivel adecuado de población; sustentar, y si es

posible acrecentar los recursos básicos; re-orientar las tecnologías y manejar los riesgos

asociados a ellas; integrar las decisiones ambientales con las económicas y reformar las

relaciones económicas internacionales enfatizando la cooperación internacional. Los escasos

elementos teóricos brindados por el Informe, dejan como saldo de análisis solo el conjunto de

presupuestos de carácter básicamente operativo enunciados. Llamado a ser un documento

práctico, un plan para el trabajo efectivo de agencias internacionales y gobiernos reales, el

Informe formuló una cantidad importante de “seudo – compromisos”, que intentaron ligar a

28

Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

gobiernos y líderes de instituciones privadas de economías desarrolladas con los líderes de los

países subdesarrollados, valiéndose de una “buena voluntad” que luego se evidenciaría como

escasa.

Cuello y Durbin (1997) remarcan la lucha que existió entre sectores que aspiraban a utilizar la

sustentabilidad como un eslogan para reactivar el viejo estilo de desarrollo y otros que

genuinamente creían poder incorporar los objetivos ambientales a las políticas que

instrumentarían el desarrollo sustentable. Ambos intereses estuvieron presentes y por esto,

el informe tiene algo de cada uno. Sin embargo, aun cuando la cadena de compromisos sea

extensa, el Informe posee más coherencia que la sugerida por sus críticos. En esencia, es un

compromiso entre las concepciones que favorecen el crecimiento que reclama la economía

global y aquellos intentos de balancear tal desarrollo económico con algún tipo de

racionalidad ambiental. Reconociendo la “acelerada interdependencia ecológica entre las

naciones”, la Comisión enfatizó la unión entre el desarrollo económico y las cuestiones

ambientales, identificando la erradicación de la pobreza como requisito fundamental para un

desarrollo sustentable y ambiental. Se intentó llamar a un cambio de actitud en relación con el

desarrollo económico, en el cual la calidad y cantidad del crecimiento fueran vistas de igual

manera (Soussan, 1992), instalándose la importancia de conservar la calidad además de la

cantidad de recursos.

Un segundo logro de la definición fue el incluir a las futuras generaciones en el cálculo de

los costos del desarrollo económico presente, circunstancia que luego originaría la concepción

de la responsabilidad intergeneracional.

Un tercer aspecto positivo lo constituyó el hecho de reconocer que la instrumentación de

cualquier tipo de estrategias, requeriría de cambios en las estructuras económicas, sociales y

políticas de cada nación y del conjunto de la comunidad internacional, integrando al

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

desarrollo sustentable dentro de sus metas de gobierno y adoptando sus principios como guías

de sus políticas. Fue este el inicio del discurso de la racionalidad ambiental que hoy

proponemos como complemento de la económica.

Una cuarta virtud del Informe fue la de considerar las necesidades esenciales de las

poblaciones, particularmente las de las más pobres del mundo (UNWCED, 1987:43). El

desarrollo no debería beneficiar a los menos a expensas de la mayoría, o en su caso, del futuro

de la Humanidad toda. Esta idea devendría luego en las responsabilidades diferenciadas de las

sociedades, lo cual alienta la instrumentación de la responsabilidad intra – generacional, que

obliga a las sociedades desarrolladas a cooperar en beneficio de las naciones más pobres.

En quinto lugar, fue útil en despertar en la opinión pública global, la conciencia sobre la

condición ambiental contemporánea. Munn (1989) enfatiza que el desarrollo puede calificarse

de sustentable solo si se basa en principios y prácticas ecológicas. Esto significa que ni el

ambiente ni la economía pueden ser vistos como “mutuamente excluyentes” o en competencia

entre si, sino que deben ser tratados como íntimamente relacionados e interdependientes

(Suzuki 1993).

En suma, es posible hallar en el Informe Brundtland los orígenes de varias de las actuales

derivaciones del desarrollo sustentable. Esto, sin dejar de aceptar la existencia de cierto grado

de vaguedad en relación cono una definición concreta, producto de las tendencias

negociadoras en conflicto. Tanto los intereses que debieron respetarse en la negociación como

la naturaleza esencialmente dinámica del concepto fuerzan a esta parcial vaguedad.

Existen otras concepciones diferentes de la aportada por el Informe Brundtland. Todas ellas,

críticas de la “versión oficial”, se han encargado largamente de poner de relieve ciertas

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

falencias. Las exponemos a continuación.

IV- NUESTRA POSICIÓN.

La propia definición oficial del desarrollo sustentable y las estrategias propuestas tendientes a

su instrumentación han generado no pocas controversias. Quienes no lo rechazan de plano,

fundan sus críticas básicas en que la concepción iniciada con el Informe Brundtland peca por

ser sumamente ambigua respecto de las cuestiones ambientales principales (Mannion, 1992 y

Galtung, 1994).

En un extremo se argumenta que el mundo enfrenta una severa escasez de recursos. La

consecuencia directa consiste en la necesidad de reducir el consumo. Desde el extremo

opuesto se afirma el absurdo de tales predicciones, en tanto la situación actual de los recursos

no es desesperante, y en todo caso los cambios tecnológicos se encargarán de acortar las

diferencias. Entre los extremos mencionados pueden hallarse los puntos de consenso,

reparando en el balance de tres necesidades: crecimiento económico, manejo ambiental y

responsabilidad social.

Desde el ámbito político - económico se afirma la posibilidad de un desarrollo creciente y

constante de las sociedades, lo cual ciertamente constituye el fundamento de los procesos de

globalización. Este discurso evita confrontar con las necesidades de manejo ambiental. A este

fin, incluye la cuestión ambiental como un matiz más del progreso humano. Esta inclusión es

peligrosa porque elimina a la problemática ambiental como contrapeso del progreso,

subsumiéndola como con cualquier otra mejora económica o social, que se alcanzará cuando

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

la persona acceda a un mayor número de bienes o a mejor calidad de servicios.

Lógicamente el discurso político – económico proveniente de la racionalidad económica

imperante enfatiza sólo el cambio de los hábitos, pero jamás la disminución del consumo per

se. La propuesta del consumo diferente se basa en pautas tales como la esencialidad de

mantener el libre mercado global, así como también el generar un clima normativo que aliente

y proteja la innovación tecnológica a fin de tomar decisiones que se funden en los niveles

científico - técnicos propiciando una libertad absoluta para el consumidor global.

La visión de la racionalidad económica que comentamos deja traslucir la desaparición del

Estado nacional como ente regulador y/o fiscalizador de las acciones que se sucedan en su

ámbito territorial y potencialmente puedan ocasionar perjuicio al ambiente.

Sin embargo, la racionalidad económica no es la única existente a fin de pensar el futuro.

Nuestro presente cuenta con dos racionalidades bien diferenciadas aunque no

contradictorias.

La racionalidad económica enfatiza la continuidad del progreso humano en los estándares

actuales, proponiendo sin más la regularidad del crecimiento económico (James y otros,

1989). Desde esta percepción, Toman (1992) afirma que tanto los recursos naturales como el

ambiente son importantes, pero constituyen solo una parte de la historia. La tecnología debe

también ser integrada a la necesidad de progreso ilimitado como una aliada, ya que

posibilitará la continuidad del mismo sin perjuicios sensibles al ambiente.

La racionalidad ambiental (o enfoque ambientalista) repara en los recursos físicos o

naturales como base de la economía, afirmando el deber de mantenerlos a través del tiempo

(Toman, 1992). Esta segunda perspectiva expresa la preocupación sobre la preservación del

estatus y función de los sistemas ecológicos en su conjunto. Intentando una visión más

amplia, pregunta si la Tecnología servirá para disminuir las consecuencias perjudiciales no

solo a nivel regional, sino global, contemplando aquellos lugares en los cuales no se cuenta

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

con acceso a la misma. En realidad no se propone como enfoque contradictorio o alternativo,

sino básicamente complementario de la racionalidad económica prevaleciente. Su utilidad

consistirá conforme lo intentaremos demostrar en el trabajo, en la posibilidad de integración

de ambas.

Hemos partido desde los antecedentes histórico - normativos del desarrollo sustentable y su

posterior interpretación occidental. De las concepciones críticas de la versión nacida a partir

del Informe Brundtland, consideramos criterioso tomar varios elementos a fin de integrarlos a

la noción tradicional. Con estos agregados, el desarrollo sustentable se vigoriza en su

pretensión de ser presentado como teoría.

Avanzamos por sobre la definición del Informe Brundtland, calificando como humano al

desarrollo sustentable, tal como lo ha sugerido la CNUMAD 92. Este agregado pretende

implicar lo ecológico, en función de esa unión íntima establecida entre la naturaleza y el

hombre (tesis biocentrista), por la cual nada puede ser bueno para la persona si perjudica su

entorno. Ahora sí, afirmamos que el concepto oficial del desarrollo humano sustentable

(Informe Brundtland + CNUMAD 92) debe incorporar:

a) procedimientos estadísticos objetivos suficientes para distinguir las conductas de los

valores, sin dejar de lado la importancia de los últimos igualmente necesitados de un

patrón de cuantificación;

b) la consideración de la pobreza y la presión demográfica como consecuencias de las

presiones de la economía global, y no como causas del deterioro ambiental, a fin de

privilegiar una diferenciación de sustentabilidades basada en el principio de las

responsabilidades diferenciadas;

c) la visión holística de la naturaleza que propone considerar al hombre como integrado

al mundo natural, a fin de tratar uniformemente el capital natural y el tecnológico,

integrando a la racionalidad ambiental en la toma de decisiones;

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

d) la consideración de los aportes culturales de los habitantes originales de cada uno de

los territorios, sobre todo en las regiones en desarrollo, a fin que éstos participen en

los procesos de toma de decisiones, y se les conceda responsabilidad en el monitoreo

y gestión de su problemática ambiental regional.

Finalmente, integrando la concepción tradicional con los elementos de las críticas

mencionadas, avanzaremos hacia la explicitación de una teoría posible de ser validada.

Partimos entonces a la conformación de las hipótesis, sumando la intención de investigar su

efectiva posibilidad de instrumentación en la realidad del desarrollo sub-regional del

MERCOSUR. Como parte del esquema comentado, repararemos especialmente en el rol que

cabe asignar a la Tecnología, en tanto sea considerada un paradigma dirimente para la

validación de la teoría en regiones en desarrollo.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

EL AGUA:

UNA CUESTIÓN ENTRE EL PODER ECONÓMICO Y

LOS DERECHOS HUMANOS EN UN MUNDO EN

PLENO CAMBIO CLIMÁTICO

por Nicolás R. Medel4

4 Abogado, docente e investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

I. Introducción

El ser humano es la culminación de la evolución de la vida en la Tierra. Podríamos

considerarnos como el resultado de un esfuerzo que ha durado millones de años en

evolucionar y, sin embargo, algunos piensan que somos el virus que está destruyendo la vida

en la Tierra.

No hay dudas que en el mundo que vivimos se está produciendo un cambio, que la

temperatura asciende desde hace un centenar de años, que aumenta el nivel del mar, que los

hielos marinos árticos retroceden abruptamente, que el deshielo de los glaciares es un hecho,

que los corales viven un proceso de extinción, entre otros cambios o transformaciones que

ponen en evidencia un “cambio climático”.

La expresión cambio climático fue acuñada por el estadounidense Frank Luntz 5 en el

año 2003, y hace referencia a una transformación a largo plazo de los patrones del tiempo

sobre aquellos períodos que van de décadas a millones de años, produciéndose de forma

natural constantemente.

Ahora bien, si decimos que el cambio climático se da de forma natural ¿por qué

estamos tan preocupados por lo que el hombre hace o deja de hacer por el medio ambiente?

La respuesta parece sencilla, el “cambio climático” del que hablamos se aplica a la

5 Consultor político, encuestador, asesor de comunicación del Partido Republicano y experto en el uso del lenguaje.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

época moderna y pasa a denominarse cambio climático antropogénico, es decir, aquel cambio

causado por la actividad humana y cuya definición exacta sería “un cambio de clima

atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la

atmósfera y se añade a la variabilidad natural del clima observada a lo largo de periodos de

tiempo comparables”6

Más allá de las diversas pruebas existentes que nos demuestran claramente que se

están produciendo grandes, profundos y rápidos cambios en nuestro medio ambiente, quiero

remarcar dos puntos: la escasez de agua producto de la desertificación-desertización y el

aumento del nivel del mar. Ambas cuestiones tienen un elemento común que comparten y que

a la vez los diferencia: el AGUA.

II. Un Derecho Humano condicionado

No podemos poner en dudas que el agua será, sino lo es, uno de los grandes problemas

que la humanidad deba sortear en las próximas décadas. Se dice, que las guerras del futuro

serán por el oro transparente. Seguramente, y con el avance de la tecnología se encontrarán

maneras de conseguir agua en abundancia por ejemplo, a partir de los océanos, pero en estos

momentos sólo unos pocos países, y no precisamente los más pobres, pueden darse el lujo de

abastecer a sus habitantes del preciado bien cristalino a través de este método complejo y

costoso.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) predice que para el año 2030 la

población mundial necesitará por lo menos un 35 por ciento más de alimentos, un 40 por

6 Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Artículo 1°, inciso 2, Nueva York, año 1992.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

ciento más agua y un 50 por ciento más de energía7.

En la actualidad, 1100 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 2400

millones carecen de sistemas de saneamiento; 1,8 millones de niños mueren cada año de

infecciones transmitidas por agua insalubre8.

En el año 2000, los países de las Naciones Unidas acordaron los Objetivos de

Desarrollo del Milenio (ODM) como una hoja de ruta para mejorar la calidad de vida de la

población en los países empobrecidos y en vías de desarrollo. El ambicioso objetivo de

reducir a la mitad, antes de 2015, el índice de habitantes sin acceso a agua potable se cumplió

5 años antes de lo previsto, siendo uno de los objetivos que primero se alcanzó. A pesar de

este progreso, el resto de los objetivos del Milenio no serán alcanzados bajo ningún punto de

vista.

Esto es así por cuestiones económicas y de financiamiento que condicionan el éxito de

los objetivos del Milenio para el Desarrollo. El agua no es prioritaria en los gastos públicos:

los Estados, en promedio, le dedican menos del 1% de su PBI. A modo de ejemplo, el

presupuesto militar de Pakistán, es 50 veces superior a los fondos que ese país destina al agua

y a su saneamiento.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) le ha solicitado a los

Estados que coloquen la cuestión del agua y el saneamiento al máximo de sus prioridades y

que, asimismo, se duplique la ayuda económica internacional, es decir, que sume US$ 4000

millones adicionales cada año9.

En julio de 2010, 121 países reconocieron finalmente el papel fundamental que el agua

y el saneamiento juegan en las vidas de las personas y, a través de la Resolución 64/29210, la

Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al

7 Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Informe sobre Desarrollo Humano 2006. Poder, Pobreza y crisis global del agua.

8 Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Informe sobre Desarrollo Humano 2006. Poder,Pobreza y crisis global del agua.

9 Portal del agua de la UNESCO. Sitio web: http://www.unesco.org/new/es/natural-sciences/environment/water/

10 http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/64/292&Lang=S

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son

esenciales para la realización de todos los derechos humanos11.

Como no podía ser de otra manera, la Resolución exhorta a los Estados y

organizaciones internacionales a proporcionar recursos financieros, a propiciar la capacitación

y la transferencia de tecnología para ayudar a los países, en particular a los países en vías de

desarrollo12.

Pero a pesar de este importante paso, la situación en muchos países sigue siendo muy

grave, y esto es consecuencia de la falta de financiamiento y cooperación internacional.

No tengo dudas que reconocer formalmente al agua y al saneamiento como un derecho

humano esencial y expresar la voluntad de dar contenido y hacer efectivo dicho derecho,

puede ser una manera de estimular a la comunidad internacional y a los gobiernos para que

redoblen sus esfuerzos para satisfacer las necesidades humanas básicas y para la consecución

de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, esto no se logrará sin el apoyo

financiero de la comunidad internacional, y en especial de los países desarrollados.

III. Las aguas no deseadas

El reconocimiento al acceso a una fuente de agua potable como un Derecho Humano

esencial es un hecho como hemos visto anteriormente. Ahora, el aumento en los niveles de

aguas marinas no es tomado con simpatía por la comunidad internacional y sobre todo, por

11 RESOLUCION 64/292, Artículo 1°: “Reconoce que el derecho al agua potable y el saneamiento es underecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”

12 RESOLUCION 64/292, Artículo 2°: “Exhorta a los Estados y las organizaciones internacionales a queproporcionen recursos financieros y propicien el aumento de la capacidad y la transferencia de tecnología pormedio de la asistencia y la cooperación internacionales, en particular a los países en desarrollo, a fin deintensificar los esfuerzos por proporcionar a toda la población un acceso económico al agua potable y elsaneamiento”

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

aquellos habitantes de zonas costeras o insulares, que lo ven con gran preocupación por

afectar su vida cotidiana y en muchos casos, poner en riesgo los hogares de millones de

personas.

Los océanos se calientan en latitudes medias y en los trópicos, y se han detectado

enfriamientos en las zonas alrededor de los polos y en zonas del Pacifico, pero las corrientes

pueden generar variaciones anuales. En algunos lugares, aumenta la salinidad, y la acidez

pone en peligro los corales; en otros, se encuentran amenazadas las corrientes marinas que

bañan las zonas pesqueras más importantes.

El mayor problema, no obstante, es el aumento del nivel del mar, que encuentra sus

causas en el deshielo como consecuencia del innegable calentamiento global o,

temporalmente, por tormentas muy intensas, como huracanes o tifones que arrastran el agua

del mar tierra adentro e inundan miles de kilómetros costeros.

El nivel del mar aumentó un promedio de 3,1 mm. anuales entre los años 1993 y 2003.

En el siglo XX, la subida fue de 18 cm. De estos, 4 cm. se deben a la expansión del agua por

el calentamiento y 14 cm. se deben al deshielo continental.13

Las consecuencias de la elevación de los niveles del mar, tal y como lo ha estado

sucediendo en los últimos tiempos, puede tener consecuencias devastadoras en los hábitats

costeros. No sólo porque obligaría a abandonar sus hogares y a mudarse a otras zonas a

cientos de millones de personas que viven en lugares que cada vez serán más vulnerables al

riesgo de inundaciones, sino porque además, puede generar consecuencias catastróficas como

la erosión, las inundación de humedales, la contaminación de acuíferos y de suelo agrícola, y

la pérdida del hábitat de peces, pájaros y plantas. Sin mencionar las islas de poca altitud que

quedarían completamente sumergidas, generando, entre otras consecuencias, miles de

desplazados ambientales, cuyo status jurídico aun no ha sido reconocido por la comunidad

internacional.

La atenuación del cambio climático será esencial si se desean evitar los efectos más

13 Hoja de datos e informe “Los Océanos”. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible Río+20, Río de Janeiro, República Federativa del Brasil, año 2012.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

severos del aumento del nivel del mar en todo el mundo, en particular si continúa la dilatación

térmica del océano14 o si se produce un hundimiento parcial de los bancos de hielo de

Groenlandia o de la Antártida o de ambos.

Los conocimientos que tenemos sobre el aumento y la variabilidad del nivel del mar

han progresado considerablemente durante los últimos años, en gran medida gracias a las

mejoras de los sistemas de observación y satelitales, y a la mejora de los modelos del sistema

climático. Sin embargo, la amplia variedad de las actuales proyecciones para el siglo XXI del

aumento del nivel del mar promediado mundialmente refleja principalmente un conocimiento

inadecuado e ineficaz de los factores que controlan ese aumento y su distribución regional y

global.

La gran incertidumbre, actualmente, está en averiguar en qué medida los bancos de

hielo de Groenlandia y de la Antártida contribuirán al aumento del nivel del mar durante el

siglo XXI y en años posteriores.

IV. La Ingeniería al servicio del hombre, contra el Cambio Climático

El panorama sobre el medio ambiente y el acuciante e innegable cambio climático no

es muy alentador. No hay dudas que nuestro mundo esta sufriendo drásticos y permanentes

modificaciones y, como habitantes de este planeta, tenemos la responsabilidad individual de

llevar adelante acciones que permitan atenuar estos cambios.

Aunque esto se consiga, es de suma importancia e incluso necesario adoptar medidas

de adaptación apropiadas que puedan reducir considerablemente las repercusiones del cambio

climático, en este caso, la falta de agua potable y el aumento del nivel del mar, ya que la

adaptación planificada es más eficaz en términos de costo y causa menos trastornos que la

adaptación forzosa en respuesta a los efectos de los fenómenos extremos.

14 Se denomina dilatación térmica de los océanos al aumento de volumen que sufren las aguas oceánicas debido al aumento de temperatura que se provoca en ellas como consecuencia del calentamiento global.

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

En conclusión, debemos tomar conciencia que son dos los frentes de batalla en

relación al cambio climático, el de atenuación y el de adaptación.

De los numerosos proyectos de ingeniería que se están llevando adelante en el mundo

para adaptarse a las nuevas realidades y a los problemas ambientales que hoy en día tenemos,

seleccioné los que considero los tres más importantes, ya sea en tamaño, finalidad y costo

económico y humano.

No todo esta perdido, aunque está más que claro como veremos a continuación, que

cuesta mucho dinero.

V. República Popular China

Proyecto de Trasvase de agua Norte-Sur

El agua, y no el petróleo, es el recurso más estratégico en la República Popular China.

A fin de cuentas, el oro negro es sustituible, mientras que el agua no. La demografía juega en

contra del país asiático, que aunque posee las sextas reservas hídricas del mundo, tiene que

repartirlas entre más de 1.300

millones de habitantes. Esto

significa que cada persona recibe

2.000 metros cúbicos al año, es

decir, una cuarta parte del

consumo promedio per cápita

mundial. En otras palabras,

China, con el 20% de la

población del planeta, posee

sólo el 7% de sus recursos hídricos. Las sequías constantes y la aceleración de la

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Revista Argentina de Medio Ambiente UNMdP

desertificación como consecuencia del cambio climático agravan el problema15.

La sequía y las inundaciones son dos efectos extremos de una situación que ya se ha

hecho crónica en China. El norte muere de sed y ve cómo el desierto avanza sin piedad,

mientras que el sur se ahoga en temporada de lluvias.

Según datos oficiales, China cuenta actualmente con 2,8 billones de metros cúbicos de

agua, de los que sólo 840.000 millones pueden ser utilizados. La demanda actual es de unos

560.000 millones de metros cúbicos anuales. Si la sed continúa creciendo al ritmo actual, en

una década China no tendrá qué beber.

Para hacer frente a esta crítica situación, ya hace medio siglo que el gobierno de Pekín

delineó un plan nacional denominado Trasvase norte-sur. El proyecto, que cuenta con tres

rutas diferentes para el transporte del agua, estará finalizado a mediados de este siglo.

Actualmente se está trabajando en las dos primeras fases, que estarán operativas este año y

que incluyen la construcción de casi 5.000 kilómetros de canales.

Conectará cuatro de los principales ríos del país, y desviará nada menos que 44.800

metros cúbicos de agua, es decir 4,48 billones de litros de agua al año, sobre todo del río

Yangtsé, hacia el norte del país.

Será el mayor trasvase de aguas de la historia, y tendrá un costo superior a los 47.000

millones de euros. Habrá que reubicar a un total de 400.000 personas, y el impacto ecológico

es impresionante. Pero, si se cumple con lo previsto, solo de esta forma es posible dar de

beber a unas 400 millones de personas.

15 Ma Jun, China’s Water Crisis (La Crisis del Agus en China), Eastbridge, Norwalk, Connecticut, Estados Unidos, 2004.

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VI. Ciudad de Venecia

Proyecto Mose

La bella ciudad de Venecia esta ubicada en el noreste de la República de Italia, situada

en el conjunto de las islas mas grandes de la Laguna que lleva su mismo nombre.

Todos los ciudadanos de Venecia saben, desde noviembre de 1966, cuando amplias

partes del casco viejo quedaron anegadas, que las pequeñas pasarelas y los sacos de arena no

son suficientes a largo plazo para salvar esta urbe situada a tan sólo un metro sobre el nivel

del mar.

Desde entonces, las inundaciones se producen cada pocos años. Los edificios de

Venecia, construcciones que pesan muchas toneladas, fueron levantados sobre un suelo

arenoso y fangoso. De ahí

que la ciudad se hunda unos

milímetros cada año,

sumando un total de 23

centímetros a lo largo del

siglo pasado. Actualmente,

muchas plantas bajas ya no

son habitables porque son

anegadas constantemente.

Una década después

de que empezara su

construcción, el Proyecto Mose se pondrá en marcha este año. Su objetivo no es otro que

salvar a Venecia y su laguna de los estragos que genera el crecimiento del nivel del mar. Estas

inundaciones causadas por la elevación del nivel del Adriático, que ha ido aumentando por el

calentamiento global, anegan en otoño y primavera las zonas bajas de la ciudad y a veces

otras muchas áreas: el 31 de octubre de 2004 el mar subió 135 cm y cubrió el 80 % del

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trazado urbano.

El entramado del Modulo Sperimentale Elettromeccanico o MOSE, consta de 78

compuertas alojadas en las bocas de Lido, Malamocco y Chioggia, que unen la laguna véneta

con el Adriático. Están formadas por un armazón de metal de 20 m de ancho, 19 m de largo y

entre 3,6 y 5 m de espesor, y van unidas a una estructura de hormigón armado que aloja el

sistema que permite su movimiento.16

En principio, los compartimentos están llenos de agua; esta, con la pleamar, es

expulsada por aire comprimido, lo que hace subir la compuerta e impide que el mar entre en

la laguna. Cuando la marea baja, las compuertas se llenan y vuelven a su estado inicial.

Con un costo total de 5493 millones de euros, Mose es uno de los más importantes,

significativo y costosos proyectos de ingeniería del mundo respecto a protección costera y

urbana ante el gran problema del aumento de los niveles del mar producto del cambio

climático.

VII. Emiratos Árabes Unidos

Planta desalinizadora de agua Fujairah I

La volátil situación política en Medio Oriente ha estado por mucho tiempo

determinada por las fluctuaciones de un solo producto: el petróleo. Pero cuando esta región

bendecida por ese oro negro se quede sin agua, se producirá un cambio en el panorama

político que podría desatar nuevos conflictos.

La paradoja de la región fue muy bien descrita por un alto funcionario kuwaití que una

vez afirmó: "En cualquier lugar donde cavamos en busca de agua, hallamos petróleo".

Los Emiratos Árabes Unidos no es ajeno al problema de la escasez de agua en la

región, a tal punto que el príncipe heredero de Abu Dhabi, el jeque Mohammad Bin Zayed Al

16 Fuente: http://www.mosevenezia.eu/

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Nahyan al inaugurar la Primera Cumbre Internacional del Agua, celebrada en Abu Dhabi en el

2013, dijo: "Para Emiratos Árabes Unidos, el agua es hoy más importante que el petróleo".

De esta manera y teniendo en cuenta que la cuestión de obtener fuentes de agua

potable es una cuestión de Estado para los Emiratos Árabes Unidos es que ha concretado

varios proyectos de ingeniería a esos fines, siendo uno de ellos la Planta desalinizadora de

agua Fujairah I.

La planta Fujairah 1 se

sitúa a unos 180 kilómetros de

Dubai, a 20 km al norte de la

ciudad de Fujairah en la costa

de Omán, la cual entró en

funcionamiento por primera vez

en junio de 2004.

Se trata de una planta de

desalinización híbrida con

tecnologías de destilación la cual se encuentra actualmente en fase de ampliación para

incrementar la capacidad de desalación a otros 136 millones de litros de agua por día.

Cuenta con una central de energía, así como instalaciones de desalinización con una

capacidad en generación de agua de 450 millones de litros por día. Además, Fujairah 1

también cuenta con un avanzado sistema de potabilización y cinco tanques con una capacidad

de almacenamiento de 90 millones de litros cada uno.

Mediante un presupuesto de 150 millones de euros, las obras de ampliación se

iniciaron en junio de 2013 y se espera que finalicen para el primer semestre de 2015. Un

proyecto sin duda de vital importancia ya que cumplirá con las crecientes necesidades de agua

para cerca de 500.000 personas en Abu Dhabi y los Emiratos del Norte.

Una vez que el período de ampliación quede concluido, será la mayor planta de

desalinización de Medio Oriente.

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BIBLIOGRAFIA:

GOMEZ, Teo. y ROMANILLOS, Pere, El Cambio Climático. Pasado, presente y futuro de un

mundo nuevo, Barcelona, Editorial Océano, 2012.

GABETTA, Carlos, El Atlas del Medio Ambiente: amenazas y soluciones, Buenos Aires,

Capital Intelectual, 2008.

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REVISTA ARGENTINA DE MEDIO AMBIENTE

Editada en Mar del Plata, Abril de 201425 de Mayo 2855/65

7600 - Mar del Plata - ArgentinaObservatorio de Políticas Ambientales Municipales

www.opam.weebly.com ISSN 2347-0925

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