resumen de la lectura paralela

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Mortimer J. Adler y Charles van Doren Cómo leer un libro rado santo por muchas personas. En eso coincidimos, pero difícil no equivale a imposible. De hecho, la opinión que sostiene que los términos de un autor deben tratarse como algo sacrosanto probablemente no sea sino otra forma de decir que resulta difícil traducir de una terminología a otra. También estaríamos de acuerdo en este punto, pero, una vez más, insistimos en que difícil no equivale a imposible. En segundo lugar, el punto concerniente al carácter único de los autores. Esto supondría decir que si Aristóteles, por ejemplo, entra- se en nuestro despacho, ataviado sin duda con una túnica y acom- pañado por un intérprete que conociese nuestra lengua y griego antiguo, no podríamos comprenderle, ni él a nosotros. Sencillamen- te, no lo creemos. Desde luego, el filósofo se quedaría perplejo ante algunas de las cosas que viera, pero nos consta que al cabo de diez minutos podríamos, si quisiéramos, enfrascarnos en una discusión filosófica de problemas compartidos. Quizá surgieran dificultades en repetidas ocasiones, pero en cuanto las reconociésemos como tales, las resolveríamos. Si eso es posible (y no creemos que nadie pueda negarlo), en- tonces no es imposible que un libro «hable» con otro por mediación de un intérprete, a saber, la persona que lleva a cabo una lectura paralela. Desde luego, hay que tener mucho cuidado, y el lector ha de conocer ambos «idiomas», es decir, ambos libros, lo mejor posi- ble, pero el problema no es insuperable. Por último, el punto concerniente a la manera o el estilo. A nuestro juicio, equivale a decir que no existe comunicación racional entre los seres humanos, que sólo pueden comunicarse en el nivel emocional, el mismo en el que se comunican con sus perros o sus gatos. Si el lector le dice a su perro «Te quiero» en tono colérico, el animal se encogerá de miedo, pero sin comprender lo que le ha dicho. ¿Puede alguien sostener seriamente que no existe nada más que el tono de voz o el gesto en las comunicaciones verbales entre dos seres humanos? Lo primero es importante, sobre todo cuando las relaciones emocionales constituyen el contenido fundamental de la comunicación, y probablemente el lenguaje corporal tiene cosas que decirnos si estamos dispuestos a escucharlas (¿a mirarlas?), pero en la comunicación humana hay algo más. Si le preguntamos a alguien por la puerta de salida y nos indica que sigamos el pasillo B, no importa qué tono de voz emplee. O tiene razón o se equivoca, o dice la verdad o miente, pero de lo que se trata es de que lo averi- guaremos enseguida si seguimos por el pasillo B. Hemos compren- dido lo que ha dicho además de reaccionar, sin duda de muchas maneras, ante cómo lo ha dicho. Por tanto, al creer que la traducción es posible (porque es algo que se hace continuamente), que los libros pueden «hablarse» mu- tuamente (porque lo hacen los seres humanos) y que existe un con- tenido racional, objetivo, en la comunicación entre éstos cuando in- tentan ser racionales (porque podemos aprender y aprendemos unos de otros), también creemos que la lectura paralela es posible. Resumen de la lectura paralela Puesto que ya hemos concluido la exposición de la lectura para- lela, a continuación vamos a señalar los diversos pasos que hay que dar en este nivel para trazar un perfil. Como hemos visto, existen dos etapas principales en la lectura paralela, una preparatoria, y otra, la lectura paralela o sintópica propiamente dicha. Examinemos todos estos pasos. l. Examen del terreno preparatorio para la lectura paralela l. Elaborar una bibliografía provisional sobre el tema que inte- rese recurriendo a catálogos de bibliotecas, asesores y biblio- grafías que aparezcan en libros. 2. Examinar todos los libros de la bibliografía provisional para averiguar cuáles están relacionados con el tema, y también para hacerse una idea más clara del mismo. Nota. Estos dos pasos no son, en sentido estricto, cronológica- mente distintos, es decir, que los dos se influyen mutuamente, y sobre todo que el segundo sirve para modificar al primero. 330 331

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como leer un libro

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Page 1: Resumen de La Lectura Paralela

Mortimer J. Adler y Charles van Doren Cómo leer un libro

rado santo por muchas personas. En eso coincidimos, pero difícil no equivale a imposible.

De hecho, la opinión que sostiene que los términos de un autor deben tratarse como algo sacrosanto probablemente no sea sino otra forma de decir que resulta difícil traducir de una terminología a otra. También estaríamos de acuerdo en este punto, pero, una vez más, insistimos en que difícil no equivale a imposible.

En segundo lugar, el punto concerniente al carácter único de los autores. Esto supondría decir que si Aristóteles, por ejemplo, entra- se en nuestro despacho, ataviado sin duda con una túnica y acom- pañado por un intérprete que conociese nuestra lengua y griego antiguo, no podríamos comprenderle, ni él a nosotros. Sencillamen- te, no lo creemos. Desde luego, el filósofo se quedaría perplejo ante algunas de las cosas que viera, pero nos consta que al cabo de diez minutos podríamos, si quisiéramos, enfrascarnos en una discusión filosófica de problemas compartidos. Quizá surgieran dificultades en repetidas ocasiones, pero en cuanto las reconociésemos como tales, las resolveríamos.

Si eso es posible (y no creemos que nadie pueda negarlo), en- tonces no es imposible que un libro «hable» con otro por mediación de un intérprete, a saber, la persona que lleva a cabo una lectura paralela. Desde luego, hay que tener mucho cuidado, y el lector ha de conocer ambos «idiomas», es decir, ambos libros, lo mejor posi- ble, pero el problema no es insuperable.

Por último, el punto concerniente a la manera o el estilo. A nuestro juicio, equivale a decir que no existe comunicación racional entre los seres humanos, que sólo pueden comunicarse en el nivel emocional, el mismo en el que se comunican con sus perros o sus gatos. Si el lector le dice a su perro «Te quiero» en tono colérico, el animal se encogerá de miedo, pero sin comprender lo que le ha dicho. ¿Puede alguien sostener seriamente que no existe nada más que el tono de voz o el gesto en las comunicaciones verbales entre dos seres humanos? Lo primero es importante, sobre todo cuando las relaciones emocionales constituyen el contenido fundamental de la comunicación, y probablemente el lenguaje corporal tiene cosas que decirnos si estamos dispuestos a escucharlas (¿a mirarlas?), pero en la comunicación humana hay algo más. Si le preguntamos a alguien por la puerta de salida y nos indica que sigamos el pasillo B,

no importa qué tono de voz emplee. O tiene razón o se equivoca, o dice la verdad o miente, pero de lo que se trata es de que lo averi- guaremos enseguida si seguimos por el pasillo B. Hemos compren- dido lo que ha dicho además de reaccionar, sin duda de muchas maneras, ante cómo lo ha dicho.

Por tanto, al creer que la traducción es posible (porque es algo que se hace continuamente), que los libros pueden «hablarse» mu- tuamente (porque lo hacen los seres humanos) y que existe un con- tenido racional, objetivo, en la comunicación entre éstos cuando in- tentan ser racionales (porque podemos aprender y aprendemos unos de otros), también creemos que la lectura paralela es posible.

Resumen de la lectura paralela

Puesto que ya hemos concluido la exposición de la lectura para- lela, a continuación vamos a señalar los diversos pasos que hay que dar en este nivel para trazar un perfil.

Como hemos visto, existen dos etapas principales en la lectura paralela, una preparatoria, y otra, la lectura paralela o sintópica propiamente dicha. Examinemos todos estos pasos.

l. Examen del terreno preparatorio para la lectura paralela

l. Elaborar una bibliografía provisional sobre el tema que inte-

rese recurriendo a catálogos de bibliotecas, asesores y biblio- grafías que aparezcan en libros.

2. Examinar todos los libros de la bibliografía provisional para averiguar cuáles están relacionados con el tema, y también para hacerse una idea más clara del mismo.

Nota. Estos dos pasos no son, en sentido estricto, cronológica-

mente distintos, es decir, que los dos se influyen mutuamente, y sobre todo que el segundo sirve para modificar al primero.

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Page 2: Resumen de La Lectura Paralela

Mortimer J. Adler y Charles van Doren

ll. Lectura paralela de la bibliografía recogida en la etapa 1

l. Examinar los libros cuya relevancia para el tema se conoce desde la primera etapa con el fin de descubrir los pasajes más sobresalientes.

2. Hacer que los autores lleguen a un acuerdo construyendo una terminología neutral del tema, e interpretando que la em- plean todos los autores, o la gran mayoría, tanto si utilizan las palabras como si no.

3. Establecer una serie de proposiciones neutrales para todos los autores formulando una serie de preguntas, e interpre- tando que todos o la mayoría de los autores las contestan, tanto si tratan las preguntas explícitamente como si no.

4. Definir las cuestiones, las más y las menos importantes, cla- sificando las respuestas contrapuestas de los autores a las di- versas preguntas en uno u otro extremo de la cuestión. El lector debe recordar que no siempre existe una cuestión ex- plícita a debatir entre los autores, sino que a veces hay que construirla mediante la interpretación de las opiniones de és- tos sobre puntos que quizá en principio no constituían su principal preocupación.

5. Analizar la discusión ordenando las preguntas y las cuestio- nes de modo que se arroje la mayor cantidad de luz posible sobre el tema. Las cuestiones más generales deben preceder a las menos generales, y hay que indicar claramente las rela- ciones entre las distintas cuestiones.

Nota. Idealmente, habría que mantener la imparcialidad u obje-

tividad dialéctica de principio a fin. Una forma de garantizar tal actitud consiste en acompañar la interpretación de los puntos de vista de un autor sobre una cuestión con citas de su texto.

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LA LECTURA Y EL DESARROLLO MENTAL

Hemos finalizado la tarea que se presentaba ante nosotros al

principio del libro. Hemos mostrado que la actividad constituye la esencia de la buena lectura, y que cuanto más activa sea ésta, mejor será.

Hemos definido la lectura activa como la formulación de pre- guntas y hemos indicado qué preguntas deben plantearse ante cual- quier libro y cómo deben responderse: de diversas formas según las diferentes clases de libros.

Hemos identificado y expuesto los cuatro niveles de lectura y mostrado que son acumulativos, que los más tempranos o inferiores están incluidos en los posteriores o superiores. Consecuentes con la intención que habíamos expresado, hemos hecho mayor hincapié en éstos que en aquéllos, poniendo así de relieve la lectura analítica y paralela. Como la analítica resulta quizá la menos conocida para la mayoría de los lectores, hemos realizado una exposición del tema más prolija que la de los demás niveles, presentado y explicado las reglas en el orden que deben aplicarse; pero casi todo lo dicho sobre la lectura analítica también es aplicable, con ciertas adaptaciones que se mencionan en el último capítulo, a la lectura paralela.

Hemos concluido la tarea, pero el lector quizá no haya finaliza- do la suya. No hará falta recordarle que se encuentra ante un libro práctico, ni que si lee una obra de este tipo tiene una obligación especial con respecto a ella. Como ya hemos dicho, si el lector de un libro práctico acepta los fines que éste propone y está de acuerdo en que los medios recomendados son adecuados y eficaces, tendrá que actuar como se le propone que haga. Quizá no acepte el objetivo fundamental que hemos apuntado, a saber, que debe ser capaz de leer lo mejor posible, ni los medios que hemos propuesto para lo-

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