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  • Respuesta a la pregunta

    qu es la ilustracin?

    (Vase en diciembre de 1783, pgina 516)1

    IMMANUEL KANT2

    La ilustracin es la salida del hombre de la minora de

    edad causada por l mismo. La minora de edad es la

    incapacidad para servirse del propio entendimiento sin la

    gua de otro. Esa minora de edad es causada por el

    hombre mismo, cuando la causa de esta no radica en

    una carencia del entendimiento, sino en una falta de

    decisin y arrojo para servirse del propio entendimiento

    1 La indicacin a la paginacin de la Berlinischen Monatsschrift Boletn Mensual de Berln se refiere a la siguiente anotacin en el artculo Es Conveniente que la Alianza Matrimonial se Legitime Adicionalmente por la Religin?, del seor clrigo Zllner: Qu es la ilustracin? Esta pregunta que quiz sea tan importante como la pregunta qu es la verdad?, tiene que ser respondida antes que se comience a ilustrar y hasta el momento no he encontrado respuesta en ninguna parte. 2 Traducido del alemn por lvaro Corral, marzo 10 de 2003.

    Estructura de un ensayo

    Planteamiento del problema.

    Ttulo en forma de pregunta

  • sin la direccin del de algn otro. Sapere aude!3 Ten

    valenta para servirte de tu propio entendimiento! Esta es

    la consigna de la ilustracin.

    La pereza y la cobarda son las causas de por qu una

    gran parte de los hombres, luego de que la naturaleza

    los ha declarado libres, ya desde hace tiempo, de una

    direccin externa naturaliter maiorennes4, no obstante

    permanecen a gusto como menores de edad toda la

    vida; y de por qu le resulta a otros muy fcil convertirse

    en sus tutores. Es muy cmodo ser menor de edad. Si

    tengo una gua espiritual que tiene fe por m, si tengo un

    mdico que juzga por m la dieta y as por el estilo,

    entonces no necesito esforzarme por m mismo. No

    tengo necesidad de pensar, cuando slo puedo pagar.

    Otros asumirn la fastidiosa tarea por m. Los tutores que

    se han apropiado buenamente de la supervisin, se

    preocupan tambin de que la gran mayora de los

    hombres incluidas todas las del bello gnero, piensen

    que el paso a la mayora de edad, adems de ser

    fatigoso, resulta tambin muy peligroso. Despus de

    haber entontecido a su ganado particular y de haberse

    asegurado con cuidado que esas criaturas no se atrevan

    a dar paso alguno ms all de las andaderas que los

    retienen, les muestran entonces los peligros que les 3 Expresin latina: Atrvete a saber!. Nota del traductor. 4 Expresin latina: mayora de edad natural. Nota del traductor.

    Razones por las cuales el problema tratado por el autor es un problema y cmo los ejemplos ilustran el asunto.

  • amenazan cuando intentan caminar por s solos. Pero ese

    peligro no resulta ahora muy grande, pues ellos

    aprenderan finalmente a caminar con algunos

    contratiempos; un slo ejemplo de este estilo previene y

    por lo general atemoriza de cualquier otro intento

    posterior.

    A cada hombre en particular le resulta difcil salir de la

    minora de edad convertida, ahora s, en casi una

    segunda naturaleza. Incluso hasta se ha encariado con

    ella y ser en realidad incapaz de servirse de su propio

    entendimiento, por cuanto no se le permitira ni siquiera

    hacer el intento. Las prescripciones y las formalidades, o

    sea, los instrumentos mecnicos de un uso racional o

    mejor del mal uso de sus dones naturales, son los

    grilletes de una minora de edad que se vuelve

    permanente. Aquel que la rechazara, hara con ello, no

    obstante, un salto tan inseguro sobre una zanja tan

    estrecha, por cuanto no est acostumbrado al

    movimiento libre. Por lo tanto, son slo muy pocos, los

    que satisfactoriamente se han podido liberar de la

    minora de edad por medio del esfuerzo de su espritu, y

    avanzan con paso seguro.

    Pero que una sociedad se ilustre es por el contrario

    bastante probable; incluso, cuando se deja slo la

    libertad, es algo inevitable. Pues siempre se encontrarn,

    Propuesta para solucionar el problema.

    Dificultades en la solucin del problema.

  • incluso entre los tutores sealados de la gran masa,

    algunos pensadores autnomos, quienes luego de

    haberse sacudido ellos mismos del yugo de la minora de

    edad, extendern a su alrededor el espritu de un aprecio

    racional del valor propio y de la vocacin de cada hombre

    para pensar por s mismos. En esto resulta curioso que la

    sociedad, la cual con anterioridad ha sido sometida al

    yugo por ellos, es obligada luego a permanecer

    sometida, cuando ha sido incitada a la rebelin por parte

    de algunos de sus tutores, incapaces ellos mismos de

    cualquier ilustracin. Por eso es tan daino sembrar

    prejuicios, porque a la postre se vengan ellos mismos en

    quienes fueron sus creadores o antecesores. Por esto, es

    que una sociedad puede alcanzar la ilustracin slo

    despacio. Con una revolucin se puede lograr la cada del

    despotismo personal o la opresin codiciosa o imperiosa,

    pero nunca se lograr una verdadera reforma del modo

    de pensar, sino que los nuevos prejuicios servirn, al

    igual que los anteriores, como elementos de gua para la

    gran masa irreflexiva.

    Para la ilustracin no se requiere ms que la libertad; y

    por cierto la menos daina de todas las que se puedan

    llamar libertad, o sea aquella para poder hacer uso

    pblico de la razn en todos los asuntos. Pero por todas

    partes oigo ahora la llamada: No razonad! El oficial

    Qu se requiere para poder solucionar el problema? Bajo qu condiciones se espera esa solucin?

  • dice: No razonad, sino haced la maniobra!. El

    recaudador de impuestos dice: No razonad, sino

    pagad!. El gua espiritual dice: No razonad, sino

    creed!. Slo un nico seor en el mundo dice:

    Razonad todo lo queris, y sobre lo que queris, pero

    obedeced!. Aqu hay limitaciones a la libertad por todas

    partes. Pero qu limitacin es acaso un obstculo para

    la ilustracin? Cul no, sino que incluso sea capaz de

    estimularla? Yo respondo que el uso pblico de la razn

    debe ser siempre libre y ste slo puede lograr realizar la

    ilustracin ente los hombres. El uso privado de la misma

    tiene que limitarse con frecuencia demasiado, sin

    obstaculizar por ello el progreso en particular de la

    ilustracin. Pero entiendo por uso pblico de la propia

    razn el que hace cualquiera como intelectual ante su

    pblico del universo de lectores. Denomino uso privado,

    el uso que est permitido hacer de su razn cuando se le

    confa una cierta responsabilidad o un cargo civil. Ahora

    bien, con ciertos asuntos relacionados con el inters del

    Estado, resulta indispensable un cierto mecanismo por

    medio del cual algunos entes del Estado tengan que

    comportarse slo con pasividad, para que por medio de

    una unidad artificial se indiquen por parte del gobierno

    las metas pblicas, o por lo menos se protejan de la

    destruccin de esas metas. En este caso no est

  • permitido, por cierto, razonar, sino que uno tiene que

    obedecer. Pero, en tanto que esa parte de la mquina se

    considera ahora tambin como miembro de la nacin en

    su totalidad, o incluso de la sociedad cosmopolita, con

    ello en calidad de intelectual que se dirige al pblico en

    sentido propio por medio de escritos, entonces s puede

    en ese caso razonar, sin que por ello se menoscaben los

    asuntos para los cuales ha sido contratado en cuanto

    miembro pasivo. Sera pues muy pernicioso que un

    oficial, al que sus superiores le ordenan algo, quisiera,

    estando al servicio, exponer sus razones en voz alta

    acerca de la finalidad o la utilidad de esa orden; l tiene

    que obedecer. Sin embargo, en justicia, no se le puede

    prohibir que en cuanto intelectual haga comentarios

    sobre los errores del servicio militar y los presente a

    consideracin del pblico. El ciudadano no se puede

    oponer a las tareas que le han sido impuestas; incluso

    una crtica de tales imposiciones, cuando deben ser

    ejecutadas por l, puede ser castigada como un

    escndalo que pudiera originar desacatos

    generalizados. Pero precisamente un individuo no acta

    sin consideracin en contra del deber de cualquier

    ciudadano, cuando l en cuanto intelectual manifiesta en

    pblico sus pensamientos en contra de la inconveniencia

    o incluso de la injusticia de tales ordenanzas. Igualmente

  • se encuentra restringido un sacerdote a presentar su

    discurso de catequesis a sus discpulos de la iglesia a la

    que sirve; pues ha sido aceptado con esa condicin. Sin

    embargo, en cuanto intelectual tiene total libertad,

    incluso la vocacin para ello, de comunicar al pblico

    todos sus pensamientos, bien intencionados y revisados

    cuidadosamente, acerca de lo errneo en tal smbolo y

    culto religioso, y todas las propuestas para una mejor

    organizacin de los asuntos religiosos y eclesisticos. No

    hay pues aqu nada que se pueda imputar a la

    consciencia como una carga. Pues lo que ensea como

    desarrollo de su cargo, en cuanto representante de la

    Iglesia, lo coloca como algo en consideracin de lo cual

    no tiene el poder libre, para ensearlo segn su propio

    parecer, sino que se encuentra all para exponerlo por

    mandato y en nombre de otro. l dir que nuestra Iglesia

    ensea esto o aquello; stas son las razones

    argumentativas que expone. Extrae a continuacin todos

    los usos prcticos para su comunidad a partir de

    preceptos, que l mismo no suscribira con absoluto

    convencimiento y con cuya exposicin se pueda

    comprometer al mismo tiempo, por cuanto no es

    completamente imposible que en ellos estuviera oculta la

    verdad, pero que en cualquier caso no se encuentre

    ninguna contradiccin interna con la religin. Pues si

  • creyera encontrar esto ltimo, no podra en consciencia

    continuar con las tareas a su cargo y tendra que

    renunciar. El uso que hace un maestro asalariado de su

    razn ante su comunidad, es entonces un uso

    meramente privado, por cuanto esta es siempre slo una

    reunin casera, as sea muy numerosa; y en vista de lo

    cual, en cuanto sacerdote, no es libre, y no le est

    permitido serlo, por cuanto desempea una tarea ajena.

    Por el contrario el clrigo, que en cuanto intelectual hace

    uso pblico de su razn y habla por medio de escritos al

    pblico propiamente dicho, es decir al mundo, goza

    entonces para ese efecto de una libertad ilimitada para

    servirse de su propia razn y para hablar en nombre

    propio. Pues es una importunidad que conduce a la

    eternizacin de los disparates, que los tutores del pueblo

    en asuntos religiosos deban ser tambin menores de

    edad.

    Pero no debera tener justificacin una comunidad de

    religiosos, por ejemplo una reunin eclesistica, o una

    digna classis5 como se denomina ella misma entre los

    holandeses para obligarse con un juramento mutuo

    sobre un cierto smbolo religioso inmodificable, para as

    poder ejercer una perpetua tutora superior sobre cada

    uno de sus miembros y por medio de ellos sobre el

    5 Classis era una de las tantas sectas religiosas surgidas en Europa a raz de la Reforma. Sus caractersticas de severidad son criticadas aqu por Kant. Nota del traductor.

    Impedimentos reales para dar solucin al problema.

    Qu distinciones se deben realizar para comprender mejor el problema? Qu conflictos se pueden presentar?

  • pueblo, y pretender incluso eternizarla? Yo afirmo que

    esto es imposible. Un contrato que se firmara para evitar

    para siempre cualquier ilustracin posterior del gnero

    humano, es sencillamente nulo y sin ningn efecto, as

    est ratificado por el poder supremo, por parlamentos o

    pomposas capitulaciones de paz. Una poca no se puede

    confabular y conjurar, para colocar a la siguiente en una

    situacin en la que sea completamente imposible ampliar

    sus conocimientos tanto ilustres como los ms

    diligentes, deshacerse de errores y avanzar en general

    un paso ms hacia la ilustracin. Eso sera un crimen

    contra la naturaleza humana, cuya determinacin

    originaria precisamente consiste en ese progresar; y la

    descendencia est completamente justificada para

    arrojar lejos, tales decisiones asumidas de manera

    desautorizada y ultrajante. La piedra de toque de todo lo

    que sobre un pueblo se puede determinar en cuanto ley,

    se encuentra en la cuestin acerca de si un pueblo se

    puede imponer o no a s mismo una ley tal. Ahora bien,

    eso sera posible, con la expectativa al mismo tiempo de

    algo mejor en un tiempo breve, para introducir un cierto

    orden, y en la medida en que se dejara libre a cualquier

    ciudadano, especialmente a los religiosos, en calidad de

    intelectuales, para hacer sus observaciones en pblico,

    es decir, por medio de escritos, acerca de lo errneo de

  • las instituciones anteriores, en las que todava

    permanece el orden establecido, hasta que el

    conocimiento sobre las caractersticas de esos asuntos

    haya demostrado su eficiencia y haya llegado

    pblicamente, por medio de la unin de sus voces aun

    cuando no de todas, para presentar una propuesta ante

    el trono, y proteger aquellas comunidades, que se

    hubiesen unido en sus posiciones conceptuales del mejor

    conocimiento sobre una institucin religiosa diferente sin

    tener por supuesto que perjudicar a quienes deseen

    permanecer con los antiguos. Pero unirse en torno a una

    constitucin religiosa inmodificable y que no pueda ser

    controvertida por nadie en pblico, incluso en el lapso de

    vida de un ser humano, y destruir con ello un perodo de

    tiempo en el desarrollo de la humanidad, y hacer estril

    por ello incluso a una descendencia desmejorada, es algo

    que en absoluto no est permitido. Un ser humano

    puede postergar la ilustracin en lo que respecta a su

    persona, e incluso slo por algn tiempo, en lo que tiene

    la obligacin de saber; pero hacerlo por renuncia, sea

    con respecto a su persona, pero mucho ms con

    respecto a su descendencia, significa lesionar los

    sagrados derechos de la humanidad y pisotearlos. Pero si

    no est permitido en absoluto que un pueblo decida

    sobre este asunto, mucho menos puede entonces

  • decidirlo el monarca en nombre del pueblo, pues su

    prestigio como legislador se fundamenta precisamente en

    que l rene la voluntad general del pueblo en la suya.

    Cuando l slo observa que toda mejora verdadera o

    aparente subsiste conjuntamente con el orden civil,

    entonces slo puede permitir hacer a sus sbditos lo que

    ellos por su bienestar espiritual tengan a bien hacer.

    Ninguno de esos asuntos le importa, pero cuidar que

    nadie le impida violentamente a otro trabajar en la

    determinacin y en el fomento de s mismo con todas sus

    capacidades. De igual manera perjudicara su majestad,

    si se entromete por ejemplo, al elogiar ante la inspeccin

    gubernamental los escritos, con los cuales sus sbditos

    intentan poner en limpio sus opiniones, tanto cuando lo

    hace a partir de su ptimo conocimiento mximo,

    exponindose as al reproche: Caesar non est supra

    grammaticos6; como tambin, y mucho ms, por cierto,

    cuando envilece su mxima potestad para apoyar en su

    Estado el despotismo espiritual de algunos tiranos contra

    el resto de sus sbditos.

    Si ahora pues, se pregunta si vivimos en una poca

    ilustrada, entonces la respuesta es no. Pero vivimos en

    una poca de la ilustracin. Falta realmente mucho para

    que los hombres, tal como estn las cosas ahora,

    6 Expresin latina: El Cesar no est por encima de los gramticos. Nota del traductor.

    Contraste del problema, sus posibilidades e impedimentos con la realidad concreta de la poca del autor.

    Ejemplos de asuntos imposibles y la relacin que guardan con el problema principal.

  • miradas en general, estn en condiciones o incluso que

    slo puedan ser colocados para servirse bien y con

    seguridad de su propio entendimiento sin la direccin de

    algn otro en asuntos de la religin. Tenemos claras

    seales de que slo ahora se les abre a los hombres el

    campo para trabajar libremente en ello, y reducir

    gradualmente los obstculos que impiden la ilustracin

    general y poder salir as de su minora de edad causada

    por ellos mismos. Bajo esa perspectiva, esta poca es

    una poca de la ilustracin o el siglo de Federico7.

    Un prncipe que no encuentra indigno de s afirmar que

    considera una obligacin no prescribir nada sobre los

    asuntos religiosos de los hombres, sino dejarlos en

    completa libertad, y que a su vez rechaza la palabra

    altisonante de la tolerancia, es l mismo ilustrado y

    merece, por parte del mundo y de la posteridad

    agradecida, ser alabado como aquel que por primera vez,

    por lo menos por parte del gobierno, liber al gnero

    humano de la minora de edad y dej en libertad a cada

    cual para servirse de su propia razn en todos aquellos

    asuntos de la consciencia. Bajo su apoyo est permitido

    que los religiosos, merecedores de respeto y sin

    menoscabo de sus obligaciones ministeriales, ofrezcan al

    7 Kant se refiere aqu a Federico el Grande, rey de Prusia, considerado como el ejemplo del monarca ilustrado, tolerante en materia religiosa y abierto al desarrollo ilimitado de las ciencias y las artes. Nota del traductor.

    Consecuencias concretas para la poca del autor y la posteridad. De aqu deriva la importancia del texto y su vigencia en la actualidad.

  • mundo en calidad de intelectuales para discusin libre y

    pblica, sus conocimientos y juicios que aqu o all

    pueden divergir del smbolo religioso que han escogido.

    Pero, por supuesto, goza de esa libertad mucho ms

    cualquier otra persona que no est limitada por alguna

    obligacin ministerial. Ese espritu de la libertad se

    extiende tambin ms all, incluso donde se tiene que

    luchar con obstculos externos de un gobierno que no se

    comprende a s mismo. Pues se ilustra con un ejemplo:

    con libertad no se requiere absolutamente nada para

    lograr la tranquilidad pblica y para preservar la unidad

    del Estado. Los seres humanos superan lentamente y por

    s mismos la condicin rstica, si no se trabaja

    artificialmente con todo el empeo para preservarlos en

    esa situacin.

    He abordado el asunto principal de la ilustracin, el de la

    salida del hombre de su minora de edad causada por l

    mismo, primordialmente en asuntos de la religin, por

    cuanto con respecto a las artes y las ciencias, nuestros

    gobernantes no tienen ningn inters en jugar a tutores

    sobre sus sbditos; ante todo tambin tal minora de

    edad, que es quiz la ms perniciosa y tambin la ms

    humillante de todas. Pero la manera de pensar de un jefe

    de Estado, que protege la primera, avanza un poco ms

    e intuye que incluso en consideracin a su constitucin

    Primera conclusin.

    Condiciones para obtener la primera conclusin.

  • resulta inocuo permitir a sus sbditos, hacer un uso

    pblico de su razn y presentar en pblico al mundo sus

    pensamientos sobre una mejor concepcin de la

    constitucin misma, incluso con una crtica sincera de la

    ya existente. Sobre esto tenemos un ejemplo brillante

    con el que ningn monarca se antepone al que

    honramos.

    Pero tambin slo aquel, que al ser l mismo ilustrado y

    no teme las sombras, y tiene a la mano un ejrcito

    numeroso y bien disciplinado para garantizar la

    tranquilidad civil, puede decir lo que una nacin libre no

    se puede atrever: Razonad lo que queris y sobre lo

    que queris, pero obedeced!. As se muestra un paso

    extrao e inesperado de las cosas humanas, algo que

    considerado en general parece completamente

    paradjico. Un grado ms amplio de libertad civil parece

    ventajoso a la libertad del espritu del pueblo y se le

    colocan, no obstante, limitaciones inabordables; un grado

    menos de esta libertad, genera por el contrario el

    espacio, para expandirse con toda su fuerza. Pues si la

    naturaleza ha ovillado bajo esa dura cscara la semilla,

    por la que se preocupa con la mxima ternura, entonces

    esta coopera poco a poco, a la manera del pueblo por

    medio del cual se hace lentamente ms capaz de la

    libertad para obrar, y finalmente a la manera de los

    Condiciones para la conclusin final y proyeccin del problema.

  • principios del gobierno, que encuentra aceptable tratar a

    los seres humanos, que son mucho ms que mquinas,

    de acuerdo con su dignidad.

    Knigsberg en Prusia, 30 de septiembre de 1784.

    IMMANUEL KANT

    En las noticias semanales de Busching, del 13 de septiembre, leo hoy, el mismo 30, el anuncio del Boletn Mensual de Berln de este mes, en el que se expone una respuesta a la misma pregunta por parte del seor Mendelssohn. No me ha llegado a las manos todava. De otra manera habra detenido la presente respuesta, que ahora se encuentra ah como un intento, en el que el azar puede quiz haber hecho que los pensamientos confluyan.