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Reporte de psicología experimental, sobre el experimento de la memorización de silabas con y sin sentido.

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Page 1: REPORTE- Psicologia experimental Silabas Sin y Con Sentido

Estudio Experimental de la memorización de silabas sin sentido.

Yolanda Marisol López Rivera

Reina De la Paz Cárcamo

Xenia Yamileth Amaya Hernández

Jorge Antonio Castro Martínez

Universidad de Oriente, (UNIVO), El Salvador.

Resumen: Los humanos requerimos constantemente recordar, es vital que retengamos información, ya

que sin ella no tienen significado los fenómenos que experimentamos. Las situaciones en las que

tenemos que recordar sucesos, cosas, acontecimientos, etc., resultan incontables y los mecanismos de

que disponemos, para retener dicha información, son muy complejos y evolucionados. La memoria es un

concepto que denota retención de información (Howe, 1974). Aun cuando el funcionamiento de ésta es

complejo, ha sido objeto de estudio de múltiples psicólogos (Piaget, 1972). Si averiguamos una situación

sencilla, como responder un número telefónico, observamos que primero debemos percibir la cifra y

codificarla para poder almacenarla; cuando requerimos recordar dicho número, tenemos que localizarlo y

recuperarlo del almacén de la memoria. Ebbinghaus encontró que el aprendizaje de una lista produce un

ahorro del tiempo exigido para dominarla. Una vez aprendida la tarea, Ebbinghaus observó, a través del

registro de las sílabas olvidadas y las sílabas recordadas, que al paso del tiempo la memorización de ésta

lista sufre un deterioro y diseñó una curva que registra este proceso, y que hasta hoy se conoce como  “la

curva del olvido”. Es por tal razón que la hipótesis a considerar es si es más fácil memorizar una lista de

sílabas con sentido que sin sentido.

PALABRAS CLAVES: Aprendizaje, repetición, memorización.

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A partir de 1885, Hermann Ebbinghaus (1850- 1909) empezó a trabajar listas de sílabas sin sentido de tres letras que el sujeto debía memorizar y recordar en condiciones diferentes. Sugería al sujeto que recordara entre 10 y 12 sílabas y anotaba el número de elementos de la serie retenidos; consideraba que este número constituía la expresión del volumen de la memoria pura.

Ebbinghaus utilizó tres métodos para el estudio de la memoria: (a) Método de adquisición o método de las reproducciones sucesivas; en éste, se presenta el material a dominar varias veces en un ritmo constante y se intercala entre dos presentaciones consecutivas la repetición de aquellos elementos; (b) Método de anticipación o soplado; en éste se organizan los elementos del material en series de a-b-c-d y se presentan sucesivamente una o varias veces; el sujeto debe repetirlas respetando el orden impuesto; (c) Método de economía del ejercicio: aquí se investigan los fenómenos de transferencia y de interferencia entre tareas. Los niveles de aprendizaje varían en función del número de respuestas correctas, del número de errores, del tiempo de duración del ejercicio o número de repeticiones. Florès (1983), realizó una revisión de las investigaciones experimentales desde 1885, a partir de los estudios de Ebbinghaus, hasta 1963. Considera que durante todo este tiempo se ha trabajado rigurosamente sobre la memoria de series de símbolos verbales (palabras, sílabas sin sentido) y numéricos; sobre la memorización de figuras gráficas (figuras geométricas, dibujos, imágenes, etc...), de pasajes, de prosa y de poemas. Las investigaciones se refieren principalmente a la memoria de relaciones asociativas de estímulos aislables, dispuestos en secuencias de elementos sucesivos u organizados por pares. Flores presenta tres categorías de problemas que compondrían el objeto especial de los estudios experimentales sobre la memoria: 1. Las relaciones entre el grado de motivación, el aprendizaje y la memoria. 2. Los efectos de la interrupción de la tarea sobre su asimilación. En 1927, Zeigárnik (colaboradora de Lev S. Vygotski) verificó la concepción general de K. Lewin a saber, que una tarea interrumpida crea en el sujeto un estado de tensión psicológica capaz de preservar su retención (esto se conoce en la literatura psicológica con el nombre de efecto Zeigárnik) 3. Los efectos del conflicto entre las actitudes adquiridas y el contenido de la tarea sobre la memoria. Los trabajos experimentales tienden a demostrar que cuando el contenido de una tarea conflictúa las actitudes ya adquiridas, el aprendizaje es más lento y el olvido más rápido. Desde la tradición de Ebbinghaus, el acto de memoria comprende las siguientes fases:

a) adquisición: el individuo memoriza algunas respuestas por medio de repeticiones sucesivas y de manera progresiva con el objetivo de dominar la tarea.

b) retención: el individuo conserva la información de manera latente; y

c) reactivación o actualización de respuestas adquiridas: el individuo produce conductas mnémicas observables. Sólo es posible estudiar de manera directa las fases de adquisición y reactivación, en tanto que la retención se infiere a partir de la actividad mnémica.

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Al analizar los trabajos experimentales, a partir de la tradición de Ebbinghaus, se observa que éstos no abordan en toda su totalidad los aspectos cognitivos, ni la actividad mnémica verbal. En oposición a Ebbinghaus, Bartlett (1932) plantea la manera como las personas organizan el conocimiento verbal y le confieren sentido y significado a una narración o a una historia. En lugar de utilizar listas de sílabas sin sentido, Barlett usaba historias reales. La tradición de Barlett sobre la memorización de historias es tomada en la década de 1970 por la psicología cognitiva y la neurociencia cognoscitiva. Bartlett es considerado el primer psicólogo experimental que estudió de manera controlada la memoria con relación a la cultura. Las ideas de Bartlett sobre la organización cultural del recuerdo se basan: (a) en el proceso de recuerdo constructivo, esto es, en que los valores y las expresiones culturales llevan a seleccionar cierta clase de información para el recuerdo; y (b) en el orden temporal como principio organizador. La psicología histórico-cultural (Vygotski, Luria, Leóntiev, entre otros), considera que el empleo de instrumentos culturales, tanto materiales como psicológicos (signos), amplía en el ser humano sus funciones psíquicas. En el caso concreto de la memoria, la persona puede realizar una serie de operaciones para dominar la actividad mnémica cotidiana o de aprendizaje: hacer un nudo, apuntar sus compromisos en una agenda o emplear un instrumento cultural como la agenda digital, o precisar por medio de sistemas de signos gráficos, de dibujo y escritura, su lenguaje y su pensamiento. El signo es un estímulo artificial creado por el ser humano para extender su operación de recuerdo más allá de las dimensiones naturales del sistema nervioso, y se incorpora a todo el acervo social y cultural. Para la psicología histórico-cultural, los métodos de memorización son mediatizadores que extienden el recuerdo más allá de lo inmediato, logrando el dominio de la acción mnémica, y conducen al sujeto a un proceso de recordación lógica o recordación concienciada de la información. L. S. Vygotski (1932/1993) considera a la memoria una función psíquica tan compleja que no puede ser estudiada en el desarrollo ontogenético de una manera lineal:

1. En la edad infantil, la memoria es extraordinariamente fuerte y durante su desarrollo se va debilitando; Durante esta edad las funciones psíquicas se organizan en relación con la memoria y es por eso que el pensamiento del niño pequeño está determinado en alto grado por ella: para el pequeño pensar es recordar. El pensamiento del niño al apoyarse ante todo en la memoria, lleva a que su acto de pensar no sea tanto la estructura lógica de sus propios conceptos como su recuerdo. En el niño la determinación de los conceptos se basa en los recuerdos que produce el objeto.

2. En la adolescencia, la memoria es amoldada por la lógica, memorizar reside en establecer relaciones lógicas y recordar consiste en ubicar aquello que debe ser encontrado. Para el adolescente, como para el adulto, recordar es pensar. Aquí, en esta edad, la memorización de un material se realiza con la ayuda del pensamiento en conceptos, es decir, con ayuda del análisis abstracto encerrado en el propio acto de pensar. En síntesis, memorizar un mismo material para quien piensa en conceptos, es decir, con ayuda del análisis abstracto, es distinto aunque semejante al memorizar de

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quien lo hace en complejos (mediante relaciones concretas). Vygotski (1930 / 1989) en el desarrollo de la memoria distingue dos tipos:

(a) la natural o inmediata, por medio de ésta el sujeto se relaciona directamente con los estímulos externos.

(b) La memoria mediatizada o mediada, la cual consiste en incorporar estímulos artificiales o complementarios con el objeto de recordar. Psicológicamente, estas dos memorias presentan operaciones distintas: lo que en la memorización inmediata lo obtiene directamente el sujeto. A partir de trabajos experimentales, Vygotski (1930 /1989) muestra que en el niño la memorización con ayuda de un material auxiliar es opuesta a aquella que se da de forma inmediata. El problema de la memorización mediatizada lleva a Vygotski a plantearse, por una parte, la memoria verbal, la cual se basa en la memorización del registro verbal de los acontecimientos, de la formulación verbal; y por otra, el cambio de lugar de la memoria en el sistema de las funciones psíquicas. La memoria al valerse de una serie de operaciones psíquicas hace variar, durante el desarrollo, su relación interfuncional con las otras funciones psíquicas (op. cit.). A. R. Luria (1975/1986), siguiendo a Vygotski, plantea en el adulto el proceso de recordación lógica o recordación concienciada. Por medio de ésta, la actividad mnémica es algo afín al pensamiento. La actividad mnémica del sujeto al organizar elementos o codificarlos en estructuras semánticas o lógicas amplía sustancialmente las posibilidades de la memoria y hace que sus pautas mnémicas sean incomparablemente más estables. Al tomar, por ejemplo, 10 palabras sueltas: noche-bosque-casa-ventana-gato-mesa-torta-ruidoaguja-fuego y organizarlas en un sistema lógico, la tarea de recordación se facilita enormemente, incluso una semana después. El proceso de recordación lógica experimenta una serie de modificaciones, por ejemplo, observemos las etapas por las que pasa una persona que estudia un libro: primero lee el libro y destaca sus partes esenciales, luego extrae el contenido básico en forma de compendio, que más adelante resume y transforma en un esquema lógico, y finalmente, el proceso de asimilación trae como resultado una breve sinopsis lógica. Esta última, facilita al sujeto la recordación y la posibilidad de reproducirlo dentro de largos intervalos de tiempo.

La memoria semántica le permite al sujeto la organización del conocimiento de sí mismo, y le sirve tam- 105 Revista Colombiana de Psicología La memoria: Operaciones y métodos mnemotécnicos bién para el procesamiento de la información de las distintas tareas de memoria (Kintsch, 1970). Según Tulving, el sujeto en su codificación semántica de los elementos verbales lleva a cabo una serie de "agrupamientos de ítems" los cuales representan relaciones semánticas entre los conceptos; aún más, el sujeto a partir de sus esquemas cognitivos organiza el material verbal en categorías, la codificación de cada concepto en su referente semántico depende de su nivel de significación. Así, el sistema semántico refleja distintos tipos de codificación y organización del material verbal presentado al sujeto. A nivel metodológico, Tulving señala que la memoria episódica ha sido estudiada en su mayoría en el laboratorio. En las tareas dadas experimentalmente, el sujeto debe recordar qué eventos particulares

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ocurrieron en relación con otros eventos. La teoría de Tulving sobre la memoria episódica y semántica se enlaza con la distinción de Piaget entre los aspectos figurativos (episódicos) y operativos (semánticos) de la memoria. Piaget e Inhelder (1978), en el estudio de la memoria analizan también las funciones cognitivas y su división en funciones figurativas y operativas. Las operativas se caracterizan por su poder de transformar el objeto. Esto no lo hacen las funciones figurativas, las cuales ofrecen una imitación del objeto en el sentido más amplio del término. Dentro de las funciones figurativas se sitúa a la percepción, a la imitación, al juego simbólico, a la imagen gráfica, etc..., todas las cuales constituyen o utilizan instrumentos figurativos procedentes de la imitación. La memoria, según la concepción piagetiana, está estrechamente ligada a las funciones figurativas y semióticas; es así como el reconocimiento y la evocación mnemónica se apoyan sobre mecanismos figurativos o semióticos. Tulving considera también la memoria desde dos líneas de investigación: la de precisión de su estructura y la del proceso de recuperación de la información en el sistema semántico. Tradicionalmente, las pruebas semánticas más utilizadas (denominación de figuras, fluidez verbal, definición de palabras y categorización), han mostrado las estrategias de organización y clasificación en el sujeto. Respecto a la estructura de la memoria semántica, se debe inferir a partir de la organización del componente lexical, el cual representa el significado que poseen las personas acerca de las palabras (Kintsch, 1970). Lo lexical comprende una serie de matrices que permiten llegar a la estructura de su comportamiento: (a) la matriz P, características fonéticas que especifican el sonido de las palabras (p. ej., taza); (b) la matriz, características sensoriales de la palabra (imagen de la taza); y (c) la matriz S, características sintácticas con las cuales se especifican el uso y el significado de las palabras (taza de café, taza de baño). En cuanto a la recuperación de la información semántica, se puede observar por medio de tareas de completar con letras una palabra, de encontrar el significado de ésta o de explicar lo que se conoce de la palabra, observando los tiempos de reacción (Horowitz, White & Atwood, 1968). G. Cohen, un autor destacado en el campo de la neurociencia cognoscitiva de la memoria, influenciado por la tradición de Bartlett (1932), plantea en la memoria el almacenamiento de la información determinada por los esquemas que el sujeto posee, los cuales permiten la evocación de conocimientos necesarios para generar la ejecución correspondiente (Cohen, 1989. En los textos e historias, la información no relacionada con un esquema se recuerda poco, y se ha mostrado que el uso de esquemas facilita la codificación -selección, integración e interpretación de la informacióny la recuperación de ésta (Bransford & Jhonson, 1973). La memorización de los textos por parte del sujeto requiere de: (a) la comprensión del significado de las palabras, (b) la identificación de las relaciones existentes entre las diferentes partes del texto y (c) el enriquecimiento de la información ya adquirida en sus esquemas. Todo esto lleva al sujeto a un proceso de inferencia, el cual es necesario al memorizar un texto (Garnham, 1985). En el caso concreto de las estructuras de sucesos, los esquemas utilizados por el sujeto sobre episodios específicos de la vida cotidiana, le sirven para comprender la información y ajustarla dentro de un orden. Por ejemplo, la

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estructura de sucesos de un restaurante consiste en cuatro escenas: entrar, comer, pedir e irse; así, la persona busca los episodios que encajen en su propia estructura (Shank & Abelson, 1977).

En ese marco, hay que tener en cuenta que su trabajo sobre la memoria representó, de hecho, una ruptura con las líneas de investigación dominantes en la naciente psicología experimental alemana, puesto que tanto Wundt como Fechner, pioneros de la Psicología científica, no veían viable el estudio experimental de este proceso. Por ello, debe tenerse presente que toda la resolución metodológica planteada por Ebbinghaus responde a ese contexto socio-cultural-académico, ya que aunque era lícito que él intentara entrar en un dominio nuevo –la memoria– debía demostrar claramente que este estudio era plenamente abordable bajo la ortodoxia experimental imperante. Tampoco se puede prescindir, en el entendimiento de su posición, de la necesidad de encuadrar que se doctoró en 1873 en Filosofía en la Universidad de Bonn (Sprung y Sprung, 1986) con un trabajo sobre Eduard von Hartmann, titulado: «Über die hartmannsche Philosophie des Umbewusstne». Y que en el período que dista desde su tesis a su incorporación a la Universidad de Berlín se fue formando de forma independiente. Fue durante estos años cuando conoció los «Elemente der Psychophysik» de Fechner, que para algunos fueron adquiridos en París (Boring, 1950; Jaensch, 1909) mientras que 136 Milagros Sáiz / Dolores Sáiz otros consideran que los consiguió en un anticuario de Londres (Caparrós, 1986). La lectura de este libro parecer ser que fue la que le inspiró la metodología para realizar sus sistemáticos experimentos sobre la memoria, puesto que en el fondo los procedimientos utilizados se asemejan al procedimiento de Fechner para cuantificar los grados de sensibilidad y establecer los umbrales de percepción, adaptándolo para medir los grados de retención y establecer, así, el funcionamiento de la memoria. Aunque con ello Ebbinghaus abordaba un campo nuevo, establecía los debidos «puentes» con una de las líneas de investigación ampliamente reconocidas y cuya metodología era considera por Wundt como una de las viables para la experimentación psicológica. Quizás su labor educativa y la lectura de los «Elemente» dieron pie a su interés por la memoria, aunque probablemente podemos encontrar, también, una cierta conexión con el tema de su tesis doctoral, al considerar los aspectos del recuerdo inconsciente, y se desprende de la lectura de su libro, no es que Ebbinghaus no tuviera interés por los aspectos complejos de la memoria y tuviera una visión reduccionista de la misma, sino que su opción era motivada por el interés de plantear una investigación experimental rigurosa que pudiera ser aceptada en el contexto institucional en el que se movía, para ello si los materiales significativos provocaban problemas de control (como él mismo experimentó) para poder realizar una investigación precisa y similar a las realizadas en percepción, la solución era encontrar unos materiales más simples y relativamente homogéneos que convirtieran a la memoria en algo abordable experimentalmente (sería más tarde, a la luz de trabajos como los de Bartlett, que se detectaría que no es tan claro que esto sea así). De esta forma, su trabajo sobre la memoria, plasmado en su libro «Über das Gedächtnis» que subtituló «Untersuchungen zur experimentellen Psychologie» (Sobre la memoria. Investigaciones de Psicología experimental), dejó claro, con ese subtítulo,

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su interés por inscribirse dentro de un marco experimentalista y su acuerdo con el resto de la comunidad psicológica alemana dominante de que esta disciplina debía ser científica. Por ello, con este interés, se esforzó en una extremada meticulosidad metodológica tanto en los procedimientos como en el control de variables y en la cuantificación de los resultados. Como indicaba Caparrós (1993) no es de extrañar, pues, que esta monografía sobre la memoria impresione «por su seguridad cuantitativo-experimental, rigor, originalidad, e imaginación innovadora, así como por su estilo claro, sobrio, preciso y enérgico» (p. 284). Por todo este esfuerzo metodológico, está ampliamente aceptado que con esta aportación Ebbinghaus se convierte en el pionero de este dominio dentro de la investigación experimental de la memoria y que, además, ejerció una profunda influencia sobre la manera de abordar su estudio en las décadas inmediatamente posteriores. Por ello, y aunque siempre es complejo delimitar cuando se inicia un campo de trabajo, cuando se hace una revisión histórica sobre el estudio de la memoria, todos los autores La historia de la psicología como herramienta de uso para la reconstrucción de un campo... 137 coinciden en reconocer que el inicio de la investigación experimental en este campo viene de la mano de Hermann Ebbinghaus y su «Über das Gedächtnis». Y este reconocimiento es así, tanto por especialistas del campo de la memoria (Baddeley, 1976; Cofer, 1976; Estes, 1976; Florès, 1975; Lieury, 1975; Ruíz Vargas, 1991; Sáiz y Sáiz, 1989; Sebastián, 1983, entre otros), como desde el propio campo de la Historia de la Psicología (Boring, 1950; Caparrós, 1986; Carpintero, 1986; Leahey, 1980; Marx y Hillix, 1979; Sahakian, 1975; Zusne, 1975; entre otros). Hemos planteado hasta aquí que Ebbinghaus, en cuanto a memoria se refiere, tuvo el mérito de abordar experimentalmente un proceso psíquico superior, rompiendo con los dictámenes emanados de la ortodoxia wundtiana que había desestimado que esto fuera posible. Pero debemos continuar, si seguimos en este planteamiento reflexivo, contemplando que la osadía de Ebbinghaus no se limitó a intentar introducirse en un ámbito no estudiado por la psicología experimental imperante, sino que rompió, también, con los métodos introspectivos aún vigentes en el laboratorio de Wundt en Leipzig. Pero hay que tener en cuenta que su osadía, como hemos indicado anteriormente, sin restar importancia a su planteamiento innovador, fue plenamente calculada, es decir, se apoyó en una metodología que exportó de la que era ya aceptada en la investigación en percepción y había sido introducida por una fi gura de amplio reconocimiento institucional, como lo era Fechner. En otras palabras, el hecho de utilizar metodología experimental sin introspección y el hacerlo con la memoria, le permitió demostrar que el uso del método y el rigor experimental era extensible a otros procesos cognitivos (Nicolas, 1992), influyendo, de esta forma, en otros grupos de investigación que, bajo su modelo, emprendieron el estudio de otros procesos superiores. Es quizás ahí, en la posibilidad de cuantificación y la no utilización de métodos introspectivos, que irían cayendo en el desuso, donde podemos encontrar la acogida que tuvo la obra de Ebbinghaus, que aunque no creará escuela, en el sentido tradicional (sí que tuvo algunos personajes conocidos entre sus discípulos, como Max Dessoir, William Stern o Otto Lipmann), extendió su estela en la tradición funcionalista y asociacionista del estudio de la memoria (Sáiz y Sáiz, 1989). Su «Über

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das Gedäschtnis», pequeña en cuanto a extensión, generó un pronto reconocimiento y representó una fuente fecunda para la investigación inmediatamente posterior. Aunque tuvo sus críticas, en los primeros años éstas fueron insignificantes en relación a la acogida que tuvo la obra en distintos ámbitos, como, en la revista «Mind» donde Jacobs recomienda su lectura, o James, que reconoció la aportación de Ebbinghaus en sus «Principles of Psychology», o Titchener que la recomendaba a sus 138 Milagros Sáiz / Dolores Sáiz estudiantes de Cornell (Hilgard, 1964). Conviene dejar claro, pues, como hemos venido señalando, que esta monografía sobre la memoria, está, en cierta medida vinculada a su tesis doctoral sobre el inconsciente en la obra de von Hartmann, e influenciada por la metodología de Fechner, pero recoge, además, las tesis asociacionistas que habían dado énfasis a la ley de la frecuencia como condición fundamental para la asociación, tomando para sí la repetición, junto con el tiempo, como base fundamental de la medición de la memoria (Sáiz, Baqués y Sáiz, 1996). Quizás convenga, ahora, para completar estas matizaciones sobre Ebbinghaus, aclarar algunos «lapsus» que hacen que aunque no sea del todo errónea la visión que se ha trasmitido en los manuales de este personaje sí que la hace incompleta. Deberíamos empezar, justamente, por destacar una concepción de la memoria mucho más amplia de la que normalmente nos ha venido siendo transmitida en los manuales, y que se aleja de esa concepción que parece limitar el estudio de la memoria a las simples relaciones entre estímulos externos que se aprenden para posteriormente ser recuperados, que es la que recogieron los psicólogos conductistas para estudiar el aprendizaje verbal y que aparece claramente expuesta en el primer capítulo de su obra. La idea que subyace al concepto de memoria de Ebbinghaus es el hecho de que nuestros estados mentales anteriores no desaparecen aunque se desvanecen de nuestra conciencia, puesto que sus efectos persisten aunque no lo sepamos: Los estados mentales de cualquier clase, –sensaciones, sentimientos, ideas– que estuvieron una vez presentes en la conciencia y después desaparecieron de ella, no han dejado de existir totalmente con su desaparición. En el fondo está defendiendo, por un lado, una memoria inconsciente, que en palabras actuales, sería lo mismo que hablar de una memoria implícita y, por otro, la influencia de la experiencia. Con esta afirmación parece que su trabajo se produce con el deseo de captar todos los contenidos mnemónicos, tanto si son conscientes como si no, aunque, realmente, el desarrollo final de su investigación quedara reducido a los aspectos repetitivos y simplificados. Posteriormente, fue obviada esta visión más amplia que mostraba Ebbinghaus y lo que recogieron los investigadores fue el interés por la simplificación y las situaciones de laboratorio, sin ahondar en temas resbaladizos como la memoria inconsciente o la influencia que puede tener la experiencia anterior. En relación a las sílabas sin sentido, también, subyace otra mala interpretación o simplificación, al manifestarse en muchos textos que Ebbinghaus formaba sus sílabas con consonante-vocal-consonante, lo que presupone que sus sílabas eran siempre trigramas, cuando, en realidad, podían producirse sílabas de cuatro letras, al utilizar la siguiente metodología que indica claramente en su obra: Con las consonantes simples del alfabeto y nuestras once vocales y diptongos fueron construidas todas las sílabas

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posibles de una determinada clase, las que contenían un sonido vocálico situado entre dos consonantes. Esas sílabas, alrededor de unas 2.300, fueron mezcladas unas con otras y posteriormente extraídas al azar, y usadas para construir series de diferentes longitudes, una cierta cantidad de las cuales formaban en cada ocasión el material para una prueba (Ebbinghaus, 1885, p. 22). 140 Milagros Sáiz / Dolores Sáiz Por otra parte, pocas exposiciones, fuera del marco histórico, hacen énfasis de la extrema meticulosidad que Ebbinghaus impuso a su investigación, la cual le llevó a la construcción de un gran número de sílabas sin sentido. Como acabamos de ver fueron alrededor de unas 2.300) y a generar unas normas para mantener constantes las condiciones experimentales, que quedan claramente detalladas en su libro. En referencia a su metodología, aunque se hace mención a ella de forma clara, quizás no se enfatiza su influencia de la metodología de Fechner, quien no pudiendo obtener medidas directas de la magnitud sensorial eligió una medida indirecta a través de las diferencias apenas perceptibles (Caparrós, 1993). La aplicación de esta metodología fechneriana dio como resultado una medida indirecta de la memoria basada en el método del ahorro a la hora del reaprendizaje, medido generalmente en función del número de repeticiones (Gondra, 1982). Este planteamiento puede ser La historia de la psicología como herramienta de uso para la reconstrucción de un campo... 141 considerado como su mayor invención, puesto que fundamentándose en el tiempo o los ensayos empleados en un primer aprendizaje y el tiempo y los ensayos empleados para el reaprendizaje, los relacionó con la variable del intervalo de retención entre el primer aprendizaje y el reaprendizaje.

Este paradigma básico proporciona datos consistentes, cuantitativos y fácilmente replicables relativos a la tasa de olvido en el tiempo (Eysenck, 1986). Discutible, o no, su posición propició el inició del estudio objetivo de la memoria introduciendo un material nuevo (las sílabas sin sentido), un procedimiento experimental (reaprendizaje o método del ahorro) y resultados cuantitativos apoyados por un riguroso estudio estadístico que le permitieron apoyar sus conclusiones. Hizo uso de nociones estadísticas y matemáticas para medir la significación de sus hallazgos y para formular sus resultados de acuerdo con un «modelo» matemático (traducido del inglés, p. vii). Ebbinghaus aportó, de esta forma, a la naciente psicología experimental un rigor científico y un marco metodológico que permitía la paulatina separación de la psicología de la filosofía, pero hay que dejar claro que esta labor no queda limitada a sus investigaciones sobre la memoria.

Lo que conviene comprender aquí es que las metodologías de investigación y aquello que interesa investigar o no, dependen en gran medida del paradigma teórico dominante y de las estructuras académicas del momento, aunque estos condicionantes no impidan que podamos encontrar investigadores eclécticos o independientes que intenten otros tipos de estudios alejados de las ortodoxias imperantes.

142 Milagros Sáiz / Dolores Sáiz Desde la historia de la psicología se ha intentado ir difundiendo esa imagen más amplia de Ebinghaus (puede encontrarse un buen acercamiento en el libro de Caparros de 1986 o en el libro coordinado por Klix y

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Hagendorf, del mismo año, que recoge las aportaciones de diferentes autores). Este trabajo más exhaustivo de su fi gura y su obra permite catalogarlo, como lo hace Leahey (1980), de empírico, a teórico o carente de escuela, orientado a la investigación y ecléctico, lo cual le confiere un cierto carácter independiente de las escuelas imperantes en esa época en Alemania y puede ser considerado, en cierta medida, como un funcionalista europeo (Sáiz y Baqués, 1995).

Memoria

Posiblemente lo más importante para cualquier ser humano es su capacidad para almacenar experiencias y poder beneficiarse de dichas experiencias en su actuación futura. El engranaje y los mecanismos que rigen el funcionamiento de este colosal proceso psicológico funcionan con tal grado de perfección que la persona sana apenas es consciente de que todas sus acciones y todas sus comunicaciones verbales dependen del correcto funcionamiento de su memoria. Sin embargo, cuando la memoria falla, ya sea de manera circunstancial y momentánea, ya sea de manera permanente, el individuo se da cuenta, en medio de la frustración, de su importancia. Aunque el funcionamiento de la memoria no es totalmente perfecto, lo cierto es que cumple su función bastante bien en situaciones normales y en personas sanas.

Esta función no es otra que codificar, registrar y recuperar grandes cantidades de información que resultan fundamentales para la adaptación del individuo al medio. Por esto, podemos decir sin miedo a equivocarnos que la adaptación a las demandas de la vida cotidiana es posible gracias a su funcionamiento adaptativo. La memoria se ha ido desarrollando a lo largo de la historia de la especie para responder a las necesidades de adaptación al medio y de la selección natural. La identificación del individuo peligroso, el recuerdo del lugar que constituye un refugio seguro donde resguardarse de las inclemencias, el recuerdo del lugar donde se encuentran los alimentos, han debido ser fundamentales para la supervivencia del individuo y para la adaptación de las especies. Después de siglos de acercamiento a la memoria desde posiciones filosóficas, el interés por su estudio científico se inició a finales del siglo XIX en Alemania. Allí, Ebbinghaus decidió aplicar el método científico al estudio de un proceso tan complejo como la memoria, llevándolo al laboratorio para su estudio en condiciones controladas. Desde entonces, muchos otros investigadores han seguido sus pasos con el fin de intentar descubrir qué es la memoria, cuáles son las reglas y principios que la rigen, qué factores producen su deterioro, cómo puede mejorarse, y qué modelos o teorías son los que mejor explican su funcionamiento.

El hecho de hablar normalmente de memoria en singular, podría hacer pensar que la memoria humana es un sistema único. Sin embargo, la psicología experimental de la memoria ha mostrado la existencia de distintas memorias, cada una con características, funciones y procesos propios (v.g., Baddeley, 1990; Ballesteros, 1994; Ruiz-Vargas, 1994; Schacter, 1996; Tulving, 1983). A lo largo de la historia del estudio científico de la memoria, unos teóricos han acentuado sus aspectos estructurales, otros los procesos

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implicados en la memoria, y otros aún los sistemas diferentes de memoria que existen en el cerebro humano (v.g., Atkinson y Shiffrin, 1968; Craik y Lockhart, 1975; Roediger, 1990; Squire, 1987; Tulving y Schacter, 1990). Este número Monográfico sobre Memoria Humana es una muestra de la variedad de «memorias» existentes y de los diversos enfoques y modos de investigación empleados por los psicólogos a la hora de abordar su estudio.

El modelo estructural de la memoria humana en los comienzos de la psicología cognitiva, Broadbent (1958) propuso el primer modelo estructural del procesamiento de la información en el sistema cognitivo humano. Este modelo representa el primer diagrama que muestra cómo fluye la información a través del sistema de procesamiento de la información y lo que ocurre con la información atendida y no atendida. Otros psicólogos de aquella época, interesados más directamente en el estudio de la memoria, propusieron también modelos estructurales semejantes al modelo de Broadbent para intentar dar sentido a los resultados de sus investigaciones.

Método

Participantes

La muestra seleccionada, mediante un procedimiento aleatorio, estuvo compuesta por 18 sujetos voluntarios, con edades comprendidas entre 17 y 29 años. Todos ellos eran estudiantes del Segundo año de la carrera de Psicología, sin experiencia previa en el tema a investigar, se le entregaron papelitos a cada uno, el diseño de sujeto es único en el cual fueron aplicados todos los controles.

Instrumentos

Se necesitó 11 tarjetas cada tarjeta contenía una silaba sin sentido.

Tres pupitres

Una hoja de papel

Un lapicero.

Procedimiento.

La primera fase del experimento se le denomino “memorización de una lista de sílabas sin sentido” esto consistía en que el sujeto experimental, tenía que memorizar 11 sílabas sin sentido, se le dio un tiempo de 5 segundos por tarjeta para que pudiera recordar el orden, la repetición iba haciendo que las recordara con mayor facilidad.

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La segunda fase del experimento se le denomino “memorización de una lista de sílabas con sentido” en esta fase el sujeto experimental tenía que recordar 11 sílabas con sentido, se le dio un tiempo de 5 segundos por tarjeta para que recordara el orden de las sílabas, lo cual fue mucha más sencillo ya que pude asociar las palabras.

Silaba sin sentido primero segundo tercero cuarto quinto sexto séptimo octavo noveno decimo décimo

primerodécimo

segundoRAL 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1SOV 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1MUS 0 0 0 0 1 1 1 1 1 1 1 1HIG 0 1 0 1 0 1 1 0 1 1 1 1JEV 0 0 0 0 1 0 0 1 1 1 1 1KUD 0 0 0 0 1 1 1 1 0 0 1 1SEY 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 1CIX 0 1 0 0 1 0 1 0 1 1 1 1

NOK 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1MIJ 0 0 0 1 0 0 0 1 0 1 1 1LIX 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

total 3 4 3 5 7 6 8 7 7 8 9 11

RESULTADOS

TABLA N°1 Memorización de sílabas sin sentido. (1° fase).

Grafica N° 1.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 120

2

4

6

8

10

12

Total de sílabas sin sentido bien contestadas

TOTAL DE SILABAS BIEN CONTESTADAS.

Page 13: REPORTE- Psicologia experimental Silabas Sin y Con Sentido

Como resultado se obtuvo que fueron 12 intentos para memorizar las silabas sin sentido, teniendo una mejoría desde el 7° intento en adelante con 8, 7, 7, 8, 9, y 11 silabas bien contestadas.

Tabla N° 2 Memorización de sílabas con sentido. (2° Fase).

Silaba con sentido primerosegund

o tercero cuarto quinto sexto séptimo octavoPAN 1 1 1 1 1 1 1 1SAL 1 1 1 1 1 1 1 1VER 1 1 1 1 0 1 1 1MIL 1 0 1 1 0 0 1 1CAL 0 1 1 1 1 1 0 1SER 0 1 1 1 1 1 1 1

MAR 1 0 0 0 0 1 1 1SOL 0 0 0 1 1 1 1 1REY 0 1 1 1 1 1 1 1FIN 1 1 1 1 1 1 1 1

MAL 1 1 1 1 1 1 1 1Total 7 8 9 10 8 10 10 11

Grafica N°2

1 2 3 4 5 6 7 80

2

4

6

8

10

12

Número de Intentos.

TOTAL DE SÍLABAS BIEN CONTESTADAS.

Page 14: REPORTE- Psicologia experimental Silabas Sin y Con Sentido

Como resultado obtuvimos que es más fácil memorizar una silaba sin sentido que con sentido, ya que el número de intentos de la 2° fase se ve reflejada una total mejoría de la memorización de las silabas (8 intentos) bien contestadas.

Discusión:

Todo material aprendido corre el riesgo de ser olvidado, tarde o temprano. Esto rige en especial para el caso del aprendizaje de vocablos. El investigador de la memoria Hermann Ebbinghaus presentó en 1885 los resultados de un experimento que demostraba que, apenas dos días después, el educando no podía reproducir las dos terceras partes de los contenidos, un fenómeno que desde entonces se conoce como "la curva del olvido de Ebbinghaus".

Hermann Ebbighaus, psicólogo alemán, llevó a cabo el primer experimento real de la

memoria con una metodología bien definida y controles para cualquier contratiempo. El

único problema y error que se pudo cometer con esta investigación es que con la idea

experimental de Ebbighaus, comparado con la investigación moderna, es que utilizó

sólo un sujeto, a él mismo. No obstante, fue la primera persona que intentó hacer un

estudio esencialmente científico del fenómeno de la memoria.

Ebbinghaus descubrió que podía aprenderla de nuevo más rápido que la primera vez.

Sin embargo, de igual manera descubrió que mientras más tiempo pasaba entre el

ensayo y la repetición de una lista, más se olvidaba. Pero lo que más le sorprendió fue

descubrir que esta pérdida no progresaba a un ritmo constante. En conclusión todos los

aportes e investigaciones acreditadas a esta investigación, por todo este esfuerzo

metodológico, está ampliamente aceptado que con esta aportación Ebbinghaus se

convierte en el pionero de este dominio dentro de la investigación experimental de la

memoria y que, además, ejerció una profunda influencia sobre la manera de abordar su

estudio en las décadas inmediatamente posteriores.

NÚMERO DE INTENTOS.

Page 15: REPORTE- Psicologia experimental Silabas Sin y Con Sentido

Bibliografia

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