repensando la vigencia de la teoría latinoamericana del desarrollo

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 Colección de Libros Problemas del Desarrollo 15  A L : R Raúl Vázquez López R ESUMEN Este artículo analiza la vigencia de dos postulados centrales de la teoría latinoamericana del desarrollo: la industrialización como camino al desarrollo y la integración regional como paliativo de la dependencia. En las últimas décadas, la revisión teórica de estos conceptos por parte de la y los cambios económicos en América Latina parecen haber restado pertinencia a ambos postulados. Por un lado, la persistencia de un sesgo industrializador en los modelos aplicados ha negado el papel estratégico del sector pri- mario; por otro, al evaluar las tendencias recientes del comercio de bienes en la región se encuentra que el intercambio intrarregional no ha crecido en términos relativos y se concentra en un número reducido de materias primas. El artículo concluye entonces proponiendo una estrategia de desarrollo alternativa centrada en el bienestar social y basada en la construcción de cadenas nacionales y regionales de valor integrales a partir de sectores estratégicos. Palabras clave: desarrollo, América Latina, , industrialización, integración. L A G: R R L A D   A BSTRACT Tis article analyzes how relevant two central pillars of Latin American theory are today: industrialization as a path to development and regional integration to mitigate dependency. In recent decades, as a result of eorts by the to revise this theory and the economic changes that have taken place in Latin America, these two ideas now seem less applicable. First, the models implemented in Latin America, biased towards industrialization, have eectively denied the strategic role of the primary sector . Second, evaluating recent trends in the regional trade in goods reveals that intra-regional ex- change has not grown in relative terms, and is increasingly concentrated on a limited number of raw materials. Tis article therefore proposes an alternative strategy that  would revol ve around social welfa re and build ing integr ated natio nal and regio nal valu e chains based on strategic sectors. Key words: Development, Latin America, , industrialization, integration.

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Texto de Raúl Vázquez López

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  • Coleccin de Libros Problemas del Desarrollo

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    iAmrica Latina bajo la globalizacin: Repensando la vigencia de la teora

    latinoamericana del desarrollo

    Ral Vzquez Lpez

    ResumenEste artculo analiza la vigencia de dos postulados centrales de la teora latinoamericana del desarrollo: la industrializacin como camino al desarrollo y la integracin regional como paliativo de la dependencia. En las ltimas dcadas, la revisin terica de estos conceptos por parte de la cepal y los cambios econmicos en Amrica Latina parecen haber restado pertinencia a ambos postulados. Por un lado, la persistencia de un sesgo industrializador en los modelos aplicados ha negado el papel estratgico del sector pri-mario; por otro, al evaluar las tendencias recientes del comercio de bienes en la regin se encuentra que el intercambio intrarregional no ha crecido en trminos relativos y se concentra en un nmero reducido de materias primas. El artculo concluye entonces proponiendo una estrategia de desarrollo alternativa centrada en el bienestar social y basada en la construccin de cadenas nacionales y regionales de valor integrales a partir de sectores estratgicos.Palabras clave: desarrollo, Amrica Latina, cepal, industrializacin, integracin.

    Latin American in Globalization: Rethinking the Relevancy of Latin American Development Theory

    AbstRActThis article analyzes how relevant two central pillars of Latin American theory are today: industrialization as a path to development and regional integration to mitigate dependency. In recent decades, as a result of efforts by the eclac to revise this theory and the economic changes that have taken place in Latin America, these two ideas now seem less applicable. First, the models implemented in Latin America, biased towards industrialization, have effectively denied the strategic role of the primary sector. Second, evaluating recent trends in the regional trade in goods reveals that intra-regional ex-change has not grown in relative terms, and is increasingly concentrated on a limited number of raw materials. This article therefore proposes an alternative strategy that would revolve around social welfare and building integrated national and regional value chains based on strategic sectors.Key words: Development, Latin America, eclac, industrialization, integration.

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    IntRoduccIn*

    A partir de los aos cincuenta en Amrica Latina, una serie de autores funda-mentalmente reagrupados en torno a la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (cepal), elaboraron diversas reflexiones con respecto a la condicin subdesarrollada de los pases de la regin. Utilizando el anlisis estructural y profundizando en el estudio del carcter dependiente de estas economas, construyeron un cuerpo terico que, aunque difuso, enarbol conceptos que impactaron tanto en la evolucin de la teora del desarrollo como en la direccin de las polticas que se implementaron en Amrica Latina en las siguientes tres dcadas. En la actualidad, tras casi 30 aos de hegemona ortodoxa neoliberal, las propuestas de esta corriente oficialmente sepultadas parecen resurgir, por lo que cabe entonces preguntarse si las nuevas condicio-nes econmicas internacionales las hacen an viables.

    En este sentido, el proceso de desindustrializacin en Amrica Latina que se iniciara con el agotamiento del modelo de desarrollo por sustitucin de im-portaciones, definido como la prdida de participacin del sector secundario en las economas, se caracteriza hoy en da por la reprimarizacin de las expor-taciones de varios pases as como por la presencia, en otros, de estrategias de crecimiento afincadas en la industria maquiladora intensiva en mano de obra y generadora de escaso valor agregado. Este escenario podra confirmar en-tonces las tesis centrales de la teora latinoamericana del desarrollo en cuanto a la continuidad de la dependencia estructural de la regin con respecto a las dinmicas de la economa internacional y poner en tela de juicio a su vez, la viabilidad de un proceso de industrializacin sustantiva en el contexto actual.

    El objetivo de este debate es entonces coadyuvar a subsanar la ausencia rei-nante de alternativas sustantivas de desarrollo para Amrica Latina. Desde esta perspectiva, el presente artculo se centra en dos de las propuestas principales del pensamiento latinoamericano de origen cepalino: primeramente la idea de la industrializacin como camino al desarrollo y, en segunda instancia, la de la integracin regional como paliativo de la dependencia.

    Tras analizar en los apartados iniciales la evolucin de estos dos postulados tericos desde su surgimiento hasta la fecha as como su pertinencia en el contexto de la desindustrializacin actual en Amrica Latina, la tercera seccin del trabajo pretende evaluar las tendencias recientes del comercio de bienes al

    * Este artculo se elabor en el marco del proyecto colectivo papime, pe35109, El pensamiento latinoamericano sobre el cambio tecnolgico para el desarrollo.

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    interior de la regin y valorar a grandes rasgos la estructura del sector externo de los pases latinoamericanos ms relevantes, con el fin de arrojar luz sobre los lineamientos generales que una estrategia integral de desarrollo podra tener.

    LA IndustRIALIzAcIn como cAmIno AL desARRoLLo

    Argumentos en favor de la industrializacin

    En la historia de las teoras referentes al desarrollo econmico hay un marcado sesgo a favor de la industrializacin como camino hacia el progreso no slo material sino tambin poltico y social. Esta idea es particularmente marcada en las reflexiones germinales de la disciplina y en las corrientes heterodoxas de la ciencia. De hecho, uno de los ms famosos de estos modelos, presentado por Arthur Lewis (1954), dio origen a toda una serie de anlisis en torno al trmino dualismo, tambin empleado por Ral Prebisch (cepal, 1951a, 1951b; Prebisch, 1973).

    En esta concepcin se caracteriza a la agricultura como el sector atrasado de la economa, con rendimientos decrecientes y bajos niveles de producti-vidad, mientras en contraposicin el sector industrial registra rendimientos crecientes y, genera externalidades positivas sobre otras actividades, mayor urbanizacin y por consecuencia, una elevacin de los niveles de educacin abriendo incluso las puertas a posibles reformas polticas y sociales. Otros argumentos esgrimidos por estas corrientes han sido que la modernizacin de la agricultura requiere de insumos y maquinaria procedentes de la industria y como una constatacin emprica, que el conjunto de los pases desarrollados son altamente industrializados.

    En este orden de ideas, a pesar de su pretensin crtica, el enfoque estructu-ralista latinoamericano no escapa al sesgo industrializador de los pensamientos de su poca. La propuesta de la industrializacin como camino al desarrollo, a diferencia de otras reflexiones, ha perdurado a lo largo del tiempo como un elemento central del anlisis de la corriente. De hecho, se puede afirmar que la primera dcada de reflexiones de la cepal en los aos cincuenta, fue dedicada casi exclusivamente al mensaje de la industrializacin. Partiendo del argumen-to de la asimetra existente entre el escaso dinamismo de la demanda mundial de productos primarios originados en la periferia y por el contrario, la fuerte demanda perifrica de bienes manufacturados fabricados en el centro, los au-tores estructuralistas sealaron, por un lado, los desequilibrios estructurales en la balanza de pagos, es decir la restriccin externa al crecimiento y, por otro, la

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    dependencia tecnolgica de los pases latinoamericanos (Bielschowsky, 2009: 176).

    La tesis de Prebisch (1962) y Singer (1950) en relacin con el deterioro de los trminos del intercambio de los pases subdesarrollados (psd) no slo se basa en la constatacin histricamente determinada, de la disminucin de los precios de los productos agrcolas en los mercados internacionales debi-do a elasticidades ingreso de la demanda reducidas para dichos bienes, sino tambin al perfil del progreso tecnolgico ahorrador de insumos primarios, al control y supremaca tecnolgicos de los pases desarrollados (pd), as como a las diferencias organizacionales en los distintos mercados, monopolsticos en los de bienes industriales y competitivos en los de productos primarios. En su conocido estudio emprico, Singer, utilizando datos desde 1870 para varios pases, seala que el progreso tcnico aplicado a la industria en las naciones ms avanzadas resulta en mayor demanda y rentas para los capitalistas. Por el contrario, en los psd, el uso de la tecnologa en los procesos de fabricacin provoca un descenso de los precios que afecta la rentabilidad de las actividades productivas.

    Un falso debate: Industria versus agricultura

    En la extensin de su anlisis, Singer menciona que las industrias basadas en recursos naturales son menos aptas para generar capacidades tecnolgicas y capital humano propio, por lo que su desarrollo puede bloquear un proceso de industrializacin en direccin de actividades manufactureras de mayor valor agregado. A partir de este anlisis, diversos autores han presentado reciente-mente una gran variedad de argumentos para subrayar los efectos negativos de un patrn exportador basado en el comercio de productos de origen primario, llegando incluso a sostener la imposibilidad de construir una estrategia soste-nible de desarrollo en Amrica Latina apuntalada por los sectores basados en el procesamiento de recursos naturales (cepal, 2002; Maloney, 2002; Farfn, 2005).

    De esta manera, desde su primera etapa y a pesar de un creciente inters a partir de los aos sesenta por las reformas institucionales (agraria, fiscal y financiera), el enfoque estructural latinoamericano defini el proceso de desa-rrollo econmico como la transicin de una economa agrcola a una indus-trial poniendo nfasis no obstante, en la necesidad de diversificar el aparato productivo (cepal, 2007: 24). La idea de las virtudes de la industrializacin per se se instal entonces definitivamente en la teora.

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    Castro y Lessa (1973: 19), en su Introduccin a la economa. Un enfoque estructuralista, que sirviera de manual de formacin de cuadros en la cepal, sealaban:

    As tpicamente, mientras la vida econmica de las naciones subdesarrolladas gra-vita alrededor de actividades primarias, en los sistemas maduros, ampliamente industrializados, cabe a la agricultura y a la minera un modesto papel en la ge-neracin del producto global. La ntima relacin existente entre desarrollo e in-dustrializacin se traduce, adems, en la creciente importancia de las actividades secundarias en las naciones en proceso de desarrollo.

    Esta serie de reflexiones no se quedaron en el papel, por el contrario se reflejaron en las formas de implementacin del modelo de industrializacin por sustitucin de importaciones (isi) en varios pases latinoamericanos. Al infravalorar los precios agrcolas en relacin con los de los bienes industriales, la estrategia gener un dualismo urbano-rural y desincentiv la inversin en la agricultura (Viner, 1961). Cabe sin embargo mencionar tambin que a todo lo largo de las diferentes etapas del modelo, diversos autores de la corriente estructuralista sealaron tanto los lmites como el sesgo industrializador de las medidas establecidas.

    En el marco del crecimiento de la pobreza urbana, de un exceso de pro-teccin a ciertas actividades industriales, as como de la ausencia de mecanis-mos institucionales concretos que permitieran generar un progreso tcnico autctono, Celso Furtado (1961) formula, a manera de ejemplo, la tesis de la persistencia del subempleo y del subdesarrollo a lo largo del proceso en curso. Sunkel y Paz (1970), por su parte, denuncian la nociva conduccin de industrias estratgicas por parte de empresas transnacionales que repatrian los beneficios de la actividad, profundizando con ello la dependencia de las naciones de la regin con respecto a los centros de poder.

    Neoestructuralismo e industrializacin

    A partir de los aos noventa y en parte como resultado del cambio de orien-tacin ideolgica y econmica de las autoridades nacionales de la regin ocu-rrido en la dcada anterior, el pensamiento cepalino se transforma drstica-mente. La fusin de los enfoques estructuralista y schumpeteriano, as como las enseanzas de la experiencia de los llamados nuevos pases industrializados asiticos, dan por resultado un nuevo nfasis en la relevancia de la densidad

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    tecnolgica del aparato productivo y de los eslabonamientos sectoriales na-cionales. A la par que se defienden por primera vez las virtudes de la apertura comercial, el concepto de dependencia y el sistema de anlisis centro-periferia, esenciales en el entramado terico original, se abandonan de forma significa-tiva. El neoestructuralismo siguiendo los estudios pioneros de Fajnzylber se centra en la reorientacin de la modalidad productiva y exportadora hacia los bienes de mayor contenido tecnolgico y plantea la necesidad de una in-sercin competitiva de las economas de Amrica latina en el mbito global (cepal, 2000, 2004, 2008).

    Como lo expresa Bielschowsky (2009: 186-187), en la propuesta estructu-ralista original, la industrializacin determinada por el ritmo de acumulacin del capital poda permitir la reduccin de la brecha de los niveles de ingreso entre el centro y la periferia, sin que esto significara forzosamente una inser-cin internacional favorable. Por el contrario, en la fase neoestructuralista la convergencia de niveles de desarrollo entre pases avanzados y subdesarrolla-dos es posible en el marco de la apertura comercial mediante la diversifica-cin de la produccin y las exportaciones, agregando valor por concepto de innovacin y ampliando y fortaleciendo el tejido productivo de las naciones atrasadas. En esta nueva corriente se mantiene, no obstante, el sesgo indus-trializador en cuanto a que presupone de nuevo que el mbito de aplicacin por excelencia del progreso tcnico es el sector secundario.

    El contraargumento: Importancia de la agricultura para el desarrollo econmico

    Por dems curioso de origen es que los modelos con oferta ilimitada de mano de obra de corte neoricardiano y, por extensin, gran parte de las teoras del desarrollo econmico supongan la modernizacin del sector primario como un resultado de la industrializacin. Al hacerlo, parecen obviar el papel clave de la agricultura para el mantenimiento de los equilibrios esenciales de la eco-noma as como los cuellos de botella estructurales que un sector estratgico atrasado puede generar. En la reflexin precursora de David Ricardo el sistema econmico se diriga al estancamiento como resultado de la cada tendencial de los beneficios y del incremento de los precios agrcolas que al determinar los niveles salariales provocaba el aumento de los principales costos de toda actividad productiva.

    Al respecto, en las economas contemporneas los precios de los alimentos y de las materias primas siguen siendo uno de los principales componentes de

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    la inflacin, por lo que el mal funcionamiento de la agricultura puede estar en el origen de desequilibrios macroeconmicos de diversa ndole, tales como los ciclos inflacionarios o los dficit externos crnicos. De hecho, los precios internacionales de los principales productos bsicos han tenido fuertes incre-mentos en la ltima dcada. Del ao 2000 al 2013, a manera de ejemplo, el valor del trigo subi 194%, el del arroz 157.9% y el del maz blanco 287.4 por ciento1.

    A manera de ejemplo, en el caso de Mxico la participacin del valor de los bienes bsicos ha sido significativa en los niveles de inflacin registrados. Prueba de ello es que el ndice de precios de la canasta bsica se ha mantenido constantemente en niveles superiores a los alcanzados por el ndice general de precios al consumidor (inpc), en el periodo 1997-2013, pues mientras el primero de estos indicadores subi 207.8%, el segundo lo hizo en 184%2. De igual forma, como resultado, por un lado, de las tendencias en los mercados globales, pero sobre todo, como producto de la falta de apoyo al campo en el marco de la apertura comercial, el pas se alej de la autosuficiencia alimenta-ria a la vez que vio agravarse sus desequilibrios estructurales, lo que ocasion un dficit en el intercambio de productos agropecuarios (el saldo en este rubro pas de 301.9 millones de dlares en 1997 a -1 106.3 millones en 2013)3.

    En lo referente al supuesto segn el cual los pases desarrollados son al-tamente industrializados, lo cierto es que las economas ms fuertes suelen tambin albergar agriculturas muy eficientes y que sus gobiernos han mante-nido elevados niveles de subsidios y transferencias a las actividades primarias, reconociendo as, el carcter estratgico del sector. En los datos preliminares de la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos (ocde) para el ao 2012, el apoyo total estimado para la agricultura de los pases per-tenecientes a ese organismo alcanz los 415 032 millones de dlares, es decir 33.2% del valor total de la produccin del sector. Es de destacar que de estos apoyos, 62.3% se otorgaron directamente a los productores4.

    Un ltimo contraargumento proviene del anlisis histrico. Como lo de-muestra el caso de la revolucin industrial en el Reino Unido, tal parece que una precondicin de los procesos de industrializacin en los pases ms avan-

    1 En promedios anuales, calculado a partir de Confederacin de Asociaciones de Productores Agropecuarios, .

    2 Calculado a partir de estadsticas del inegi, http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/.3 Calculado a partir de inegi (2014).4 Calculado a partir de oecd (2014).

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    zados fue una reforma agraria seguida de profundos cambios en los niveles de eficiencia y rentabilidad en el sector primario de la economa. De hecho, par-tiendo de la lgica de los modelos de cambio estructural, sera el aumento de la productividad agrcola el que permitira que la mano de obra se transfiriera hacia la manufactura sin que ello implicara un descenso en la produccin de alimentos e insumos primarios necesarios para el crecimiento.

    El incremento de la eficiencia agrcola result en efecto fundamental en la construccin de mercados nacionales en Europa para la venta de los bienes industriales, tal como lo seala Ugo Pipitone (1994: 48):

    [...] es imposible dejar de reconocer que es sobre bases agrarias renovadas y de mayor eficacia tcnica que se construye la viabilidad histrica del capitalismo en Europa. Con base en una agricultura renovada que estimula y se apoya en la am-pliacin de las redes comerciales, comienza a hacerse posible la formacin de ver-daderos mercados nacionales.

    LA IntegRAcIn RegIonAL, contRApeso de LA dependencIA

    Divisin internacional del trabajo y dependencia: obstculos a una industrializacin sustantiva

    En cuanto a los efectos de la divisin internacional del trabajo en las posibili-dades de desarrollo de los pases latinoamericanos, para Prebisch, como para la mayora de los pensadores de los primeros tiempos de la corriente estructu-ralista, los trminos de intercambio eran antes que nada relaciones de poder. Y justamente era el control sobre los procesos cientficos y tcnicos por parte de las grandes corporaciones domiciliadas en los centros hegemnicos el que daba origen a la condicin dependiente y al atraso de las naciones subdesarro-lladas. Para Dos Santos (2002), la causa del subdesarrollo era la dependencia y sta asuma diferentes formas histricamente determinadas, la colonial, en oposicin, por citar un ejemplo, a la financiero-industrial. En sta ltima, no slo era factor la repatriacin de los beneficios de las empresas transnacionales sino tambin la necesidad de mantener un sector exportador para el pago de insumos industriales, el financiamiento externo, el monopolio intelectual por medio de las patentes, as como la subordinacin de los gobiernos de la peri-feria a los intereses de estas compaas extranjeras.

    El recuento de estas reflexiones hecho por Di Filippo (2009: 196 y 198) es claro al respecto:

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    La explicacin del deterioro de los trminos de intercambio de los productos bsi-cos respecto de las manufacturas forma parte de una teora del valor econmico en virtud de la cual las posiciones de poder de las partes contratantes en la estructura productiva y social, as como las variaciones que ellas experimentan, determinan las oscilaciones de los precios relativos de esas mercaderas.

    Y agrega ms adelante:

    Gran parte de las ganancias de productividad de las transnacionales se genera en las filiales y subsidiarias instaladas en las sociedades perifricas. El mecanismo de captacin del excedente radica, precisamente, en que alcanzan un nivel cntrico de productividad sobre la base de salarios perifricos.

    Esta visin de la exaccin de los beneficios generados por la actividad pro-ductiva realizada en los pases perifricos por parte de los centros de poder como razn de ser de una divisin internacional del trabajo caracterizada por salarios ms bajos en las naciones subdesarrolladas, es decir, el concepto de explotacin laboral en escala mundial, se encuentra ausente de las ideas neo-estructuralistas y cepalinas contemporneas. Desde esta ptica, en una poca en la que el progreso tecnolgico ha permitido, primero, la segmentacin ex-trema de toda una serie de procesos de fabricacin y, posteriormente, la deslo-calizacin geogrfica de dichos segmentos, es decir, la integracin de cadenas globales de valor, tal parece que ms all de las diferencias en cuanto a la con-ceptualizacin terica, el debate sobre la dependencia sistmica de los pases atrasados y sobre el control de los procesos cientficos y de industrializacin en escala internacional debe estar a la orden del da.

    En este sentido, otras corrientes de pensamiento afines han estudiado el funcionamiento de las cadenas globales de valor destacando la distribucin asimtrica del poder y de los beneficios al interior de las mismas y poniendo nfasis en las consecuencias que la insercin internacional en estas condiciones puede tener para los pases del Tercer Mundo. Mientras Helpman y Krugman (1985) sealaron los niveles de rentabilidad extraordinarios que algunas in-dustrias podan realizar en circunstancias de competencia imperfecta a partir de los conceptos de economas de escala y barreras a la entrada de las activida-des, Evans (1995: 8) por ejemplo, destaca desde una perspectiva institucional, que la divisin internacional del trabajo es una jerarqua y que alcanzar un determinado nivel de desarrollo nos remite a un lugar en dicho ordenamiento. Otro elemento a tomar en cuenta es la poltica comercial implementada por los pd, entre cuyos lineamientos destaca el de fijar aranceles progresivos con

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    respecto al contenido de valor agregado en los bienes intercambiados, lo que provoca distorsiones comerciales en los mercados mundiales y, en consecuen-cia, patrones de especializacin subptimos en las economas ahora llamadas emergentes.

    En sus ya clsicos anlisis de las cadenas internacionales de valor de bie-nes bsicos, Gereffi (1995: 113) ha dejado igualmente en claro la estructura desigual de gobernanza y autoridad que rige estos eslabonamientos y que de-termina cmo se distribuyen al interior de estos sistemas las tareas, responsa-bilidades, beneficios, as como los recursos financieros, materiales y humanos a ser invertidos en cada fase. Las barreras a la entrada permiten, en su re-flexin, el control por parte de las empresas lderes, independientemente de que stas sean comerciales o industriales, de los encadenamientos hacia atrs y hacia delante del proceso productivo. De igual manera, hace patente que existe apropiacin de la mayor parte de los beneficios generados por la activi-dad por los entes coordinadores que sustentan la gobernanza de las cadenas, usualmente los grandes compradores. Al estudiar estos mismos sistemas, Katz (2004) y Farfn (2005) sostienen que la apertura comercial ha permitido a las casas matrices de las empresas transnacionales ejercer un mayor control sobre las capacidades tecnolgicas y de conocimiento, lo que hace cada vez ms difcil para los pases en vas de desarrollo superar un rol ensamblador dentro de estos ordenamientos. En el caso de Mxico, la firma del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (tlcan) signific la profundizacin de la dependencia de su economa con respeto a estos eslabonamientos globales y en vez de facilitar un proceso de escalamiento industrial hacia la realizacin de actividades de mayor contenido en conocimiento ello provoc que los en-cadenamientos hacia atrs de este tipo de industrializacin se generaran en beneficio de empresas fuera del pas y con ello, el que varias ramas industriales se maquilizaran, como es el caso de las industrias de autopartes, electrnica y segmentos de la textil y del vestido (Guilln, 2008: 315). En el caso del cono sur, Palma (2005: 108) seala desde una visin kaldoriana que las polticas implementadas a partir de los aos ochenta impidieron la transicin hacia formas ms maduras de industrializacin.

    Tal parece entonces que el cambio de orientacin en Amrica Latina se manifest en una transformacin no slo econmico-estructural sino tambin poltica, terica e ideolgica; agrav, por un lado, la dependencia de los pro-yectos nacionales de desarrollo en relacin con las dinmicas de la economa internacional y, por otro, el proceso de desindustrializacin que tena como origen el fracaso de una estrategia de sustitucin de importaciones no sosteni-ble entre otras cosas por su sesgo marcadamente industrializador. En suma, al

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    margen de la perspectiva asumida, la destruccin de capacidades tecnolgicas en la regin como consecuencia de las medidas establecidas no puede abonar en direccin de ningn proyecto alternativo exitoso de desarrollo.

    La integracin regional como vehculo de la industrializacin

    Al respecto, la propuesta central del pensamiento estructuralista latinoame-ricano tambin presente desde los primeros estudios de la cepal, tendiente a contrarrestar la dinmica dependiente de Amrica Latina, ha sido la de con-formar un mercado regional que permita a los pases extender los alcances de la industrializacin y solucionar a su vez el problema de la restriccin externa que ha pesado sobre las distintas economas (cepal, 1959). As lo sintetizan Tavares y Gomes (2000: 2):

    A partir de los aos sesentas, la cepal atribua a la integracin econmica un papel estratgico para diversificar las exportaciones hacia las manufacturas y as ampliar la capacidad de importar y reforzar la industrializacin [], as como establecer una poltica comn frente a los pases desarrollados e instituciones financieras internacionales con vistas a obtener mejores condiciones para las exportaciones de la regin.

    La razn de ser de la reflexin era entonces no slo dotar de un mayor mercado a las industrias de la regin y permitir con ello a las naciones la-tinoamericanas obtener las divisas extranjeras necesarias para su desarrollo, sino tambin, desde la perspectiva del modelo centro-periferia, incrementar el poder de negociacin de Amrica Latina y equilibrar polticamente unas relaciones internacionales histricamente desiguales. En este sentido, los pre-cursores de la corriente estructuralista latinoamericana, a diferencia de los neoestructuralistas contemporneos, tenan muy claro el conjunto posible de consecuencias negativas que poda tener para las economas latinoamericanas una insercin internacional mediante una apertura al exterior indiscriminada y siguiendo las reglas de un supuesto libre comercio internacional, en reali-dad basado en la exaccin de los beneficios producidos por los psd por parte de los centros de poder.

    En lo referente a la instrumentacin de este mercado comn, en las re-flexiones germinales, es de particular relevancia la idea de sustituir las impor-taciones provenientes del resto del mundo por bienes y servicios de la regin basndose en los conceptos de especializacin y reciprocidad industrial. En

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    consecuencia, el anlisis de la viabilidad actual de este postulado y, en concre-to, de las bases de complementariedad existentes entre estas economas para reducir los grados de dependencia sistmica de Amrica latina, pudiera resul-tar esencial en aras de construir un proyecto de integracin latinoamericana.

    La idea de la integracin, aunque es ampliamente modificada tras la crisis de los aos ochenta, sobrevive al viraje ideolgico de los noventa e incluso re-toma fuerza en el marco de los procesos de apertura comercial y desregulacin econmica implementados en Amrica Latina. El llamado regionalismo abier-to propuesto por la cepal (1994) plantea la firma de acuerdos preferenciales de integracin que se haran extensivos a todo pas que deseara participar y que la institucin la define como: El proceso que surge de conciliar la inter-dependencia nacida de acuerdos especiales de carcter preferencial y aquella impulsada bsicamente por las seales del mercado resultantes de la liberaliza-cin comercial en general (cepal, 1998: 911).

    Es, no obstante, de retener la argumentacin en favor del regionalismo como un proceso que permite crear economas de escala, particularmente en un mbito global de relativo proteccionismo, que genera condiciones de aglomeracin para la incorporacin de progreso tcnico y para el aprendizaje tecnolgico en el sector industrial y que mejora tanto las expectativas de in-versin como la articulacin productiva. Otros aspectos destacados de una integracin virtuosa son: incrementar los rendimientos de las actividades de innovacin, favorecer el proceso de especializacin industrial, constituir redes de especializacin e innovacin, incrementar la produccin y la productividad agrcolas as como la eficiencia de las polticas econmicas y, finalmente, me-jorar la equidad.

    Hoy en da, considerando el tamao reducido de los mercados de varios pases, as como los cambios polticos en la conduccin de la mayora de los estados de la regin, la propuesta parece resurgir como una atractiva oportuni-dad para aumentar la demanda dirigida a las empresas en un marco de relacio-nes de poder ms equilibrado y con mecanismos de solucin de controversias ms justos. No obstante, las llamadas fuerzas gravitacionales ejercidas por las grandes potencias, las relaciones de dependencia histrica entre pases y zonas geogrficas, pero sobre todo, la nueva divisin internacional del trabajo, antes analizada, caracterizada por una rgida articulacin delineada por la gober-nanza de cadenas internacionales globales de fabricacin, hacen pensar que un proyecto de integracin econmica en Amrica Latina con posibilidades de xito slo puede resultar de un proceso fuertemente inducido por los estados nacionales de forma coordinada.

  • Evolucin del comercio regional y patrones exportadores en Amrica Latina:

    Una integracin comercial estancada

    Al analizar la evolucin del comercio de los pases ms importantes de Amri-ca Latina en el periodo 1995-2011, tal parece que la dinmica de los distintos productos en los mercados internacionales, por un lado, y, las transformacio-nes estructurales de las economas ms fuertes por el otro, no apuntan hacia una mayor integracin regional. Tomando como referencia la Asociacin La-tinoamericana de Integracin (aladi), el peso relativo del comercio de bie-nes entre los pases miembros decreci siendo que en el ao 2011 represent 15.7% del total de las exportaciones de los adherentes, y en 1995, 17.4% de las mismas (vase el cuadro 1).

    En este comercio intrarregional es de notar el peso de los intercambios rea-lizados por las economas ms fuertes. En el caso de Brasil, la participacin de sus exportaciones a la aladi disminuy (pas de 21.5% de sus exportaciones totales en 1995 a 18.4% de las mismas en 2011), en 2011 estas ventas repre-sentan 23.7% del total de los intercambios realizados en la regin, cifra similar a la registrada en 1995 (22.6%). Por su parte, las exportaciones argentinas a los miembros de la asociacin explican 41.8% de su comercio en 2011 (vase el cuadro 1). Sobra entonces mencionar que la consolidacin de un proyecto de integracin econmica en Amrica Latina se encuentra sujeto a las caracte-rsticas productivas estructurales de estas dos naciones.

    En lo referente a la composicin de las exportaciones de Brasil a pases latinoamericanos, stas siguen concentradas en automviles de pasajeros y a un principal destino (Argentina absorbe 50.9% de las ventas totales de bienes realizadas por el pas a miembros de la aladi). Es de sealar tambin que re-cientemente Brasil ha incrementado sus exportaciones de productos del sector automotriz, de minerales de hierro, de motores y maquinaria a Mxico, al igual que de bienes primarios, tales como la carne de ave y res, ganado bovino y leche integral con direccin a Venezuela. No obstante, la composicin del comercio del pas sudamericano revela ms un inters por asociarse a los prin-cipales mercados que por profundizar en una integracin regional en Amrica Latina.

    En cuanto a Argentina, a la par que concentr an ms sus ventas al ex-tranjero en torno a unos cuantos productos tres captulos5 pasaron de re-

    5 Tortas y harinas de semillas oleaginosas y otros residuos de aceite vegetal, Soya y Aceite de (Clasificacin CUCI 1).

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    4).

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    Amrica Latina bajo la globalizacin

    presentar 12.8% del total de las exportaciones de bienes en 1995 a 24.7% en 2011, orient la mayor parte de sus exportaciones de soya hacia el mercado chino, lo que origin una importante cada en la proporcin de su comercio intrarregional. Al respecto, las ventas argentinas de soya y aceite de soya a miembros del aladi, que eran de 357.7 millones de dlares en 1995, pasaron a un nivel de 1 022.2 millones en 2011, mientras que las exportaciones en dichos captulos a la nacin asitica, se incrementaron de 47.2 a 4 876.2 mi-llones de dlares en esos aos6.

    Una reduccin de la importancia de los intercambios comerciales regio-nales de productos se puede tambin apreciar en el periodo para Venezuela y Uruguay. Si bien en el caso de este ltimo pas los niveles de las exportaciones resultan poco significativos para el conjunto de la regin, Venezuela, por su parte, fue en 2011 el tercer exportador de bienes en Amrica Latina, slo de-trs de Mxico y Brasil, con un monto de 91 327.3 millones de dlares, de los cules 96.5%7 fueron ingresos por ventas de petrleo y productos petroleros. A pesar de que la estrategia de diversificacin progresiva del nmero de socios comerciales ha rendido frutos al pas sudamericano, hacindolo un poco me-nos dependiente de las compras de Estados Unidos, las ventas de petrleo de Venezuela a los pases miembros de la aladi son prcticamente nulas.

    Es de sealar que Brasil, principal motor de la economa de la regin, aunque productor de petrleo, realiz en 2011 importaciones en este rubro por un nada despreciable valor de 32 091.4 millones de dlares, de los cuales menos de 6.2%8 tuvieron por origen algn pas latinoamericano. En este sen-tido, como se mencionara con anterioridad, la deteccin de oportunidades de intercambio potenciales podra ser un primer paso hacia la construccin de un proyecto de integracin para Amrica Latina. Considerando, por un lado, que el xito de dicha empresa depende en gran medida de los efectos positivos de arrastre que las economas ms grandes puedan generar y, por otro, las ventajas comparativas que los pases latinoamericanos ostentan en trminos de dota-ciones factoriales y recursos naturales, una mayor integracin podra entonces empezar por que las naciones ms industrializadas satisficieran sus necesidades en materia de insumos y productos primarios en mercados de la regin.

    Desde esta ptica destaca el grado creciente de integracin comercial a la regin, por la va de las exportaciones, de pases como Bolivia, Colombia,

    6 Datos de la onu, Base de datos comtrade.7 Datos de la onu, Base de datos comtrade.8 Datos de la onu, Base de datos comtrade.

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    Ral Vzquez Lpez

    Ecuador y Paraguay. En el primer caso, la tendencia se explica enteramente por las mayores ventas de gas natural con destino al mercado brasileo; en el de Colombia, se da con base en un patrn bastante diversificado de in-tercambio histrico con Venezuela, su vecino, al que hay que agregar una nueva relacin comercial a partir de los ltimos aos con Mxico. En cuanto a Ecuador, el proceso tiene su origen en los incrementos en las exportaciones de combustibles minerales a Chile y sobre todo a Per y en detrimento de intercambios anteriores ms variados con Colombia basados en el sector au-tomotriz y la pesca.

    Por ltimo, las ventas al exterior de bienes de Paraguay con destino a miembros de la aladi aumentaron su peso en el total, al diversificarse consi-derablemente en el periodo analizado el nmero de sus socios comerciales en la regin. En 1995, las exportaciones paraguayas intrarregionales se reducan casi exclusivamente a las dirigidas a Brasil, pero se registraban en distintos productos, tales como algodn, habas de soya, aceite de soya y en menor me-dida maz. En 2011, si bien estas exportaciones se dirigen a un mayor nmero de naciones latinoamericanas, como Argentina y Uruguay (principales socios comerciales en la regin), Brasil y Chile, lo cierto es que se concentran bsica-mente en un solo producto agrcola, las habas de soya.

    Dos reflexiones resultan entonces de la evolucin observada en los inter-cambios de bienes entre pases latinoamericanos. Primeramente, el comercio intrraregional no ha crecido de forma significativa y por lo general parece li-mitado a las relaciones histricas preexistentes entre naciones, que en muchos casos, se explican ya sea por las necesidades de las economas ms fuertes o por consideraciones de vecindad. En este aspecto, es de destacar, sin embargo, una mayor presencia de Mxico en la regin, lo que pudiera abonar en direccin de una ampliacin del mercado y en una creciente complementariedad entre los rasgos econmicos de los participantes.

    En segundo trmino, la tendencia a la reprimarizacin del comercio regio-nal ilustra la concentracin de los patrones de exportacin y produccin de la mayora de los pases en unos cuantos bienes ligados a la explotacin de recur-sos naturales. Como lo muestra el cuadro 1, con excepcin de Mxico y Uru-guay, todos los pases miembros de la aladi considerados registran un peso de los productos primarios en sus exportaciones totales mayor al 65% en 2011. Incluso en casos como los de Chile y Venezuela, este peso asciende a ms de 90%, lo que muestra la total dependencia de la competitividad internacional de esta naciones en relacin con este tipo de bienes (vase el cuadro1).

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    Amrica Latina bajo la globalizacin

    Reprimarizacin y agroindustria: atraso o rea de oportunidad?

    Al analizar la situacin comercial de las naciones que exportan casi exclusi-vamente bienes relacionados con la explotacin de recursos naturales resulta que desde los aos ochenta a la fecha, mientras los precios de las ventas chi-lenas al exterior han registrado un alza constante que se ha traducido en una continua mejora de los trminos del intercambio para el pas, la evolucin de los mercados de los productos comerciados por el resto de estas naciones ha sido dispar y mucho ms voltil. En el caso de Chile, el valor unitario de sus exportaciones se increment 107.2% de 1985 a 1995, 15.5% de 1995 a 2005, y 79.7% de 2005 a 2011 mientras que sus trminos del intercambio aumenta-ron 77.6, 37.0, y 46.9 por ciento, respectivamente, en dichos periodos (vase el cuadro 2).

    Cuadro 2. Valor unitario de las exportaciones y trminos del intercambio de bienes de pases seleccionados, 1985-2011 (ndices base cien en el ao 2005)

    Pas Valor unitario de las exportaciones Trminos del intercambio

    1985 1995 2011 1985 1995 2011

    Bolivia 150.8 84.5 220.3 188.8 98.9 156.4

    Chile 41.8 86.6 179.7 41.1 73.0 146.9

    Ecuador 56.1 70.2 178.4 75.1 71.0 129.8

    Venezuela 60.3 39.3 211.5 68.0 36.7 168.1

    Amrica Latina 70.9 81.7 162.2 80.2 81.9 122.3

    Fuente: Elaboracin propia con datos de CEPAL, (2012).

    Por su parte, Bolivia y Venezuela registraron una fuerte cada tanto del valor unitario de sus exportaciones como del indicador de sus trminos del intercambio entre 1985 y 1995, mientras que para Ecuador, si bien el valor de sus ventas al extranjero aument, su relacin de intercambio se deterior en dicho periodo. En la ltima dcada, con algunas excepciones y aunque no siempre de forma constante, los precios de los bienes primarios se han incre-mentado fuertemente, lo que ha resultado en mayores ingresos comerciales

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    Ral Vzquez Lpez

    para el conjunto de los pases de la regin (del ao 1995 al 2011, el crecimien-to para Amrica Latina del valor unitario de las exportaciones fue de 98.5% y el de los trminos del intercambio de 49.3%).

    Es de sealar que en 2011 Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia y Venezuela tuvieron un supervit en su balanza comercial de bienes apuntalado por un patrn exportador altamente primario. Si a este hecho aadimos que Ecuador registr una cifra positiva en su balanza de bienes de 2003 a 2009, tal parece que la restriccin externa, elemento terico histrico fundamental del anlisis estructuralista latinoamericano, es hoy en da mayor en el caso de los pases con perfiles de especializacin productiva con cierta presencia del sector manufacturero.

    En este sentido, hay una diferencia esencial entre el caso chileno y el del resto de los pases exportadores de productos primarios que tiene que ver con el grado de procesamiento de los bienes que se venden al exterior y que explica a su vez los mayores beneficios que emanan de la actividad comercial en el marco de las distintas condiciones materiales y de infraestructura productiva de estas naciones. La dependencia en relacin con las diferentes cadenas globa-les de comercializacin es sin embargo una constante que en el caso de Chile se materializa en el amplio margen de beneficio que se apropian los brokers como pago por poner los productos de muchas pequeas y medianas explota-ciones en los grandes mercados del mundo.

    Debemos entonces destacar dos aspectos, por un lado que el sesgo terico industrializador de las diferentes estrategias de desarrollo que se han imple-mentado en Amrica Latina se ha traducido en que la mayora de estos pases no hayan establecido medidas de apoyo al campo conducentes a transformar las actividades primarias de forma integral en elementos sustantivos del entra-mado productivo y con altos grados de compromiso social. Por otro lado, que no se han buscado o revitalizado perspectivas de anlisis que se traduzcan en esquemas de desarrollo e industrializacin que escapen a las dinmicas actua-les de la economa internacional cuya lgica de funcionamiento conlleva de forma inherente la dependencia de las naciones latinoamericanas con respecto a los grandes grupos de negocio transnacionales.

    En este orden de ideas, como lo seala la cepal (2007: 77):

    En los ltimos aos, los componentes empresarial, organizativo y tecnolgico, as como el slido apoyo de servicios especializados de creciente densidad y com-plejidad, han tenido mayor gravitacin en las exportaciones agrcolas. Todo ello implica que la capacidad de la agricultura para generar encadenamientos produc-tivos hacia atrs y, en especial, hacia delante, se ha fortalecido potencialmente.

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    Amrica Latina bajo la globalizacin

    En consecuencia, como ya fuera demostrado por los autores clsicos del pensamiento econmico, el sector agrcola tiene importantes efectos de arras-tre sobre el conjunto de la economa. Segn el estudio:

    Ms all de la ciudad: el aporte del campo al desarrollo del Banco Mundial (2005), al considerar estos efectos, la contribucin actual de las actividades primarias al pib de Amrica Latina se duplicara.

    Hay adems pases latinoamericanos con altos grados de tecnificacin en la produccin y procesamiento de algunos bienes primarios como la soja, el arroz, el maz, el trigo, los pollos y cerdos y que se encuentran entre las na-ciones ms competitivas en los respectivos mercados internacionales. De la misma manera, es de sealar que de 1980 a la fecha, la productividad laboral agrcola aunque se ha mantenido por debajo del promedio de la economa, ha evolucionado de forma mucho ms favorable que la no agrcola en la regin. En consecuencia, parece existir un fuerte potencial de crecimiento en el sector que podra materializarse a partir de una estrategia estatal planificada.

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    El marcado sesgo a favor de la industrializacin presente en la teora latinoa-mericana del desarrollo es una expresin de las condiciones histricas en la que esta ltima se gesta y que, sobra decirlo, son muy distintas a las actuales. Como consecuencia de esta visin que ha perdurado en los diferentes mode-los de desarrollo que han sido aplicados en Amrica Latina, se ha ignorado el papel preponderante del sector agrcola tanto desde la perspectiva de su contribucin estratgica al bienestar nacional como desde la ptica de su gran potencial de crecimiento que a partir de una estrategia estatal planificada po-dra cristalizar. En este sentido, las constantes desviaciones y revisiones de los elementos de anlisis de la corriente original de ideas impulsadas en las ltimas tres dcadas por los autores ligados a la cepal no han contribuido a la evolucin de un cuerpo coherente de estudio crtico, alternativo y congruente no slo con las realidades materiales de Amrica Latina sino tambin con el significado de los conceptos germinales de la teora. Un ejemplo de esto es que a pesar de la evolucin reciente de la economa internacional caracterizada por la conformacin de cadenas de fabricacin en escala mundial, frreamente controladas por agentes que detentan la ventaja competitiva del sistema y que se encuentran localizados en pases altamente desarrollados, el concepto de de-

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    pendencia ha sido borrado de los estudios de la Comisin. Sin embargo y a la par, la propuesta de la integracin regional latinoamericana se ha mantenido en dichos escritos, incluso como una forma de participar en una dinmica glo-bal que conduce a la insercin de forma subordinada en estos eslabonamientos internacionales.

    En la prctica, las reformas estructurales implementadas en Amrica Latina a partir de los aos ochenta no han abonado en direccin de una mayor inte-gracin territorial; tal parece que en los casos en los que las relaciones comer-ciales se han profundizado, el proceso ha sido parcial y se ha dado de la mano de una mayor concentracin de las exportaciones de los pases en un nmero reducido de productos primarios. Al respecto, una autntica complementa-riedad de los perfiles de intercambio de los miembros de la regin requerira de una mayor diversificacin de los patrones de especializacin productiva de estas naciones, misma que podra partir de la planeacin y realizacin de proyectos comunes de inversin. Un proyecto de integracin exitoso podra entonces surgir de la sustitucin de proveedores globales por latinoamericanos en los pases ms industrializados y requerira, en cualquier caso, la participa-cin decidida y coordinada de los diferentes estados nacionales.

    En las condiciones actuales de la economa internacional, contrarrestar el carcter dependiente de las naciones latinoamericanas significa impulsar simultneamente a los agentes situados en los diferentes eslabones de las ca-denas de valor, no slo a los productores finales sino tambin a las industrias proveedoras de los insumos tcnicos, as como a los servicios necesarios para llevar los productos desde su elaboracin hasta su venta, poniendo particular nfasis en el control de los canales de distribucin tanto locales como inter-nacionales. Siguiendo esta lgica, las medidas de fomento no pueden limitar-se a las actividades capaces de competir internacionalmente, sino que deben hacerse extensivas a aquellas cuya funcin es la de abastecer y potencializar el crecimiento del mercado interno.

    En sntesis, una visin terica diferente de la industrializacin y el desarro-llo apuntara hacia la construccin integral de cadenas nacionales y regionales de valor en sectores estratgicos para el desarrollo humano, independiente-mente de que stos se encuentren en las actividades primarias, secundarias o terciarias. En efecto, dicha estrategia partira de las fortalezas de los pases de la regin pero tambin sera transversal en cuanto a que, basndose en el fomento de sectores ligados a la explotacin de recursos naturales, se podran desarrollar a la par la agricultura, la industria y los servicios, evitando con esto cuellos de botella estructurales.

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    Amrica Latina bajo la globalizacin

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