repartido n°8 el mundo creto micenico

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Repartido N° 8 de HISTORIA [UNIDAD III “LAS CIVILIZACIONES ANTIGUAS”] Prof. Fernando de los Ángeles Pág.: 1 Orígenes de la civilización griega: mundo Creto-Micénico El espacio griego, íntimamente vinculado con el mar desde sus orígenes, ha sido testigo de una extensa, variedad y rica evolución cultural. Gracias a la existencia de abundantes testimonios materiales y escritos podemos rescatar las características del “mundo griego”. Un país montañoso rodeado por el mar Grecia es un país europeo, ubicado en el extremo sur de la península de los Balcanes. Su territorio puede dividirse en dos regiones: Grecia continental. Esta región, recorrida por cadenas montañosas, se prolonga en la península del Peloponeso a través del istmo de Corinto. Grecia insular. Está constituida por numerosas islas, en general de suelo rocoso. La isla de Creta, en el mar Mediterráneo, cierra el conjunto de islas por el sur. El relieve de Grecia es eminentemente montañoso: está cruzada por cadenas de montañas que la dividen en estrechos valles incomunicados entre sí. Las llanuras, interiores o abiertas hacia el mar. Son escasas y de poca extensión. Las recortadas costas de Grecia están rodeadas por el mar Mediterráneo con sus brazos: el Egeo y el Jónico, de allí el estrecho vínculo de sus habitantes con el mar. Fuentes para la reconstrucción del pasado griego Todos esos restos materiales hablan de su rico pasado y constituyen fuentes para el conocimiento de la historia de la antigua Grecia. Sin embargo, no son las únicas. También contamos con abundantes testimonios escritos. Además de un importante número de documentos oficiales: leyes, oráculos, decretos, existen grandes obras literarias, entre las que se destacan dos bellos poemas épicos: La Ilíada y La Odisea. También se encuentran los textos escritos por los historiadores, no solo contemporáneas, sino también del pasado. La historia de Grecia comenzó a ser escrita por los mismos griegos, sobre todo por Herodoto y Tucídides. Estos primeros historiadores se interesaron no solo en narrar los hechos, sino también en explicar sus causas y sus consecuencias. Por último, existen mitos y leyendas, que durante siglos se transmitieron de boca en boca, hasta que finalmente fueron puestos por escrito. Los mitos y leyendas son relatos imaginarios inventados por los hombres de la Antigüedad para explicar sus orígenes y los fenómenos para los que no tenían respuestas. Además, muchos de ellos incluyen descripciones de situaciones reales de la época, con lo cual contribuyen aun más, al conocimiento histórico. Basándose en las informaciones proporcionadas por todas esas fuentes, los historiadores han podido reconstruir la historia de la antigua Grecia. Una historia que, como pensara Herodoto, merece ser contada y conocida por todos nosotros, “para que las grandes acciones llevadas a cabo por griegos y bárbaros no pierdan su esplendor y no se olviden con el tiempo”. CRETA: UNA CIVILIZACIÓN MARÍTIMA (2500-1450 a.C.) A partir del 2500 a.C., la isla de Creta fue el centro de una civilización original que expandió su influencia sobre las islas Cícladas y parte de Grecia continental. Los restos materiales testimonian la forma de vivir del pueblo cretense, que interactuando con el mar, se caracterizó por un espíritu abierto, alegre, pacífico y creativo.

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Page 1: Repartido n°8 el mundo creto micenico

Repartido N° 8 de HISTORIA [UNIDAD III “LAS CIVILIZACIONES ANTIGUAS”]

Prof. Fernando de los Ángeles

Pág.: 1

Orígenes de la civilización griega: mundo Creto-Micénico

El espacio griego, íntimamente vinculado con el mar desde sus orígenes, ha sido testigo de una extensa,

variedad y rica evolución cultural. Gracias a la existencia de abundantes testimonios materiales y escritos

podemos rescatar las características del “mundo griego”.

Un país montañoso rodeado por el mar

Grecia es un país europeo, ubicado en el extremo sur de la península de los Balcanes. Su territorio puede

dividirse en dos regiones:

Grecia continental. Esta región, recorrida por cadenas montañosas, se prolonga en la península del

Peloponeso a través del istmo de Corinto.

Grecia insular. Está constituida por numerosas islas, en general de suelo rocoso. La isla de Creta, en el

mar Mediterráneo, cierra el conjunto de islas por el sur.

El relieve de Grecia es eminentemente montañoso: está cruzada por cadenas de montañas que la dividen en

estrechos valles incomunicados entre sí. Las llanuras, interiores o abiertas hacia el mar. Son escasas y de poca

extensión. Las recortadas costas de Grecia están rodeadas por el mar Mediterráneo con sus brazos: el Egeo y el

Jónico, de allí el estrecho vínculo de sus habitantes con el mar.

Fuentes para la reconstrucción del pasado griego

Todos esos restos materiales hablan de su rico pasado y constituyen fuentes para el conocimiento de la

historia de la antigua Grecia.

Sin embargo, no son las únicas. También contamos con abundantes testimonios escritos. Además de un

importante número de documentos oficiales: leyes, oráculos, decretos, existen grandes obras literarias, entre

las que se destacan dos bellos poemas épicos: La Ilíada y La Odisea. También se encuentran los textos escritos por los historiadores, no solo contemporáneas, sino también del

pasado. La historia de Grecia comenzó a ser escrita por los mismos griegos, sobre todo por Herodoto y

Tucídides. Estos primeros historiadores se interesaron no solo en narrar los hechos, sino también en explicar sus

causas y sus consecuencias.

Por último, existen mitos y leyendas, que durante siglos se transmitieron de boca en boca, hasta que

finalmente fueron puestos por escrito. Los mitos y leyendas son relatos imaginarios inventados por los hombres

de la Antigüedad para explicar sus orígenes y los fenómenos para los que no tenían respuestas. Además, muchos

de ellos incluyen descripciones de situaciones reales de la época, con lo cual contribuyen aun más, al conocimiento

histórico.

Basándose en las informaciones proporcionadas por todas esas fuentes, los historiadores han podido

reconstruir la historia de la antigua Grecia. Una historia que, como pensara Herodoto, merece ser contada y

conocida por todos nosotros, “para que las grandes acciones llevadas a cabo por griegos y bárbaros no pierdan su

esplendor y no se olviden con el tiempo”.

CRETA: UNA CIVILIZACIÓN MARÍTIMA (2500-1450 a.C.)

A partir del 2500 a.C., la isla de Creta fue el centro de una civilización original que expandió su

influencia sobre las islas Cícladas y parte de Grecia continental. Los restos materiales testimonian la

forma de vivir del pueblo cretense, que interactuando con el mar, se caracterizó por un espíritu abierto,

alegre, pacífico y creativo.

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Creta, la gran isla del Egeo

La isla de Creta se encuentra casi en el centro del Mediterráneo, formando un puente natural entre Grecia

continental y el Cercano Oriente. Con sus 8336 km2, es la isla más grande del mar Egeo.

Creta tiene un suelo montañoso, con alturas que superan los 2000 m. En las escasas llanuras y en los valles, se

desarrollaron las ciudades de la civilización cretense.

Surgimiento, apogeo y decadencia de la cultura de Creta

Los primeros asentamientos se originaron hacia el año 6000 a.C., en algunas de las tantas cavernas

montañosas que existían en la isla. Se cree que en aquella época, Creta estaba aislada del resto del mundo

mediterráneo.

Hacia el 2800 a.C. los primeros habitantes de la isla abandonaron las cavernas y se instalaron en pequeñas

aldeas. Paralelamente comenzaron a utilizar metales –primero el cobre y, más tarde, el bronce-, que

reemplazaron por piedra, madera y hueso en la fabricación de armas, adornos y utensilios. Después se edificaron

las primeras ciudades y, hacia el 2000 a.C., comenzó la construcción de los grandes palacios. Creta ingresó

entonces en su etapa más brillante, que se prolongó hasta el 1450 a.C.

Alrededor de este año, pueblos provenientes de Grecia continental: los aqueos, se instalaron en el palacio de

Cnosos y desde allí se apoderaron de casi toda la isla. Los invasores introdujeron una nueva lengua –una forma

primitiva del griego- y nuevas costumbres.

Esta etapa duró relativamente poco. Hacia el 1400 a.C., un gran terremoto, seguido posiblemente de una

sublevación popular, provocó la caída de Cnosos. La vida en la isla continuó, pero la época del esplendor y de los

“[…] En medio del agitado mar, rodeado de aguas, existe una tierra hermosa y fértil: Creta, donde hay muchos, innumerables

hombres y noventa ciudades. Allí se oyen mezcladas varias lenguas, pues viven los aqueos, los magnánimos cretenses […] y

los divinos pelasgos. Entre las ciudades se halla Cnosos, gran urbe en la que reinó por espacio de nueve años Minos, que

conversaba con el gran Zeus […]”

HOMERO, La Odisea

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grandes palacios había quedado atrás. El retroceso de la civilización minoica se acentuó con la llegada de los

dorios, que invadieron y ocuparon Creta a partir del 1200 a.C.

El palacio: centro de la vida social y económica

En las ciudades más importantes de la isla se han encontrado grandes palacios ricamente adornados. El

palacio era la residencia del rey y centro de la administración política y económica de la ciudad. Desde allí se

dirigía la sociedad y se organizaba la economía. Las cosechas y las mercancías para comerciar se almacenaban sus

recintos.

En ellos había archivos compuestos por tablillas de arcilla, en las que los escribas detallaban las órdenes

reales. El sistema de escritura utilizado por los cretenses fue conocido como “lineal A”.

El rey, principal autoridad, ejercía funciones políticas, económicas, religiosas y dirigía el ejército.

Una economía de cara al mar

Los cretenses basaban su economía en la agricultura, primordialmente en los tres cultivos del mediterráneo:

trigo, vid y olivo. Este último suministraba el aceite necesario para el tocador, la iluminación y el alimento.

Desarrollaron también la ganadería, vacuna, ovina, caprina y porcina.

La industria fue originalmente familiar pero, a través del tiempo, fue diversificándose con la aparición de los

distintos oficios. Cada grupo (alfareros, carpinteros y broncistas) tenía sus talleres, sus marcas de fábrica y sus

propios barrios en los conglomerados urbanos. Los artesanos trabajaban también dentro de los palacios,

fabricando aceite, loza y mobiliario. Las mujeres trituraban el trigo en los morteros o hilaban la lana, dirigidas

por la reina.

Los artesanos locales introdujeron importantes innovaciones técnicas: conocían la soldadura, hacían llaves y

soldaduras y utilizaban con habilidad el azafrán y el múrice1para teñir las telas. Su reputación excedía los

mercados locales. Estos progresos y el incremento del lujo que los acompaño, determinaron la necesidad de

importar las materias primeras con las que la isla no contaba: cobre, oro, marfil, estaño y plata, y también

elementos suntuarios, como perfumes y cristalería. Por su parte, inundaron los mercados del Mediterráneo

oriental con el producto de sus cosechas (vino y aceite) y con el de sus talleres. El estaño y el cobre que afluían

de Chipre eran transformados por hábiles artesanos en armas de bronce. Sus vasijas de cerámica, joyas y

tejidos eran exportados hacia Egipto, Chipre, Asia Menor y Grecia. Si importante actividad comercial se

fundaba en el dominio del mar, asegurado por una poderosa flota. Por esta razón se habla de una talasocracia

(poder sobre el mar) cretense.

MICENAS: UNA CIVILIZACIÓN GUERRERA (1600-1200 a.C.)

En el transcurso del segundo milenio antes de Cristo, se inició el poblamiento de Grecia continental por

pueblos de origen indoeuropeo, entre los que se destacaban aqueos, jonios, eolios y dorios. Con su

asentamiento en la península Balcánica se inició la vida urbana, siendo Micenas la ciudad más importante.

Micenas: centro de una cultura guerrera

Los pueblos indoeuropeos –arqueos, jonios y eolios- portadores de armas de bronce y carros de guerra,

dominaron a la antigua población de Grecia –los pelasgos- estableciéndose en aldeas.

La combinación de los elementos culturales aportados por los recién llegados con los ya existentes, permitió

el florecimiento de la civilización micénica, llamada así por la ciudad de Micenas, el centro más rico y poderoso.

Coexistieron con Micenas pequeños reinos independientes, como Agros, Tirinto, Megara y Pylos.

Hacia el 1450 a.C., la civilización micénica sometió a Creta y desde allí el Mediterráneo oriental, con el

propósito de dominar las rutas comerciales. Durante este proceso expansivo, posiblemente se produjo el

enfrentamiento con la ciudad de Troya, que luego de una larga resistencia fue sometida y destruida.

1Múrice: Sustancia extraída de un caracol, que se usaba para teñir telas de color púrpura.

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El derrumbe de la civilización micénica se produjo hacia el 1200 a.C. cuando nuevos pueblos provenientes del

norte: dorios, tesalios y beocios invadieron Grecia y destruyeron buena parte de los palacios fortificados. Los

invasores eran superiores militarmente, combatían a caballo y portaban largas lanzas de hierro.

La destrucción de los centros de poder significó la desaparición del orden los saqueos y los actos de violencia.

Para salvar la vida, muchos micénicos huyeron hacia otras regiones, especialmente hacia las costas de Asia

Menor.

Desaparecidos los palacios y los funcionarios que en ellos residían, también se perdió el uso de la escritura.

Grecia se ruralizó y la vida se volvió más primitiva.

Rasgos característicos de la cultura micénica

La sociedad micénica estaba organizada en genos, dirigidos por jefes hereditarios, denominados Reyes o

Basileus. Ellos respondían a una autoridad suprema conocida como “Rey de reyes”, jefe político, militar y

religioso, propietario de grandes territorios.

Este sector de la sociedad ejerció su control y domino sobre el resto de la población trabajadora: artesanos,

comerciantes y campesinos.

Los esclavos, obtenidos a través de la guerra y la piratería, dependían del sector dominante y fueron

utilizados para elaborar distintos tipos de manufacturas, sobre todo textil.

El palacio se constituyó en el centro de la organización política, económica y social de Micenas. Las murallas

que rodeaban a los palacios son testimonios del carácter guerrero de la civilización micénica. La muralla de

Micenas, construida con enormes bloques de piedra, hizo pensar a los griegos que había sido “obra de gigantes”.

La modalidad guerrera de esta cultura no impidió a los aqueos ser activos comerciantes en el mar

Mediterráneo. Entre los productos intercambiados se encontraban ámbar, marfil, oro, estaño y cobre.

La actividad administrativa del palacio y el desarrollo comercial generó la implementación de un sistema de

escritura, conocido con el nombre de “lineal B”, para distinguirlo del “lineal A” creado por los cretenses, impreso

sobre tablillas de arcilla.