reflexión final
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MÓDULO: NUEVAS TIC PARA LA EDUCACIÓN
2010
Reflexión Final:
“Como docentes, las TIC nos exigen mucho
más que capacitación”.
Psp. Mónica Revellino
M E
Profesor: Doctor Guillermo Arancibia C.
Profesor Colaborador: Freddy Chávez
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Reflexión Final.
Es un poco difícil relegar, en cierta manera, las tres reflexiones previas que hice junto a mi
colega e intentar algunas nuevas sin caer casi en un “autoplagio”, dado que el discurso previo
quizás agotó algunas posibilidades. Sin embargo, a través de estas líneas, haré un nuevo
intento.
Quiero destacar que los replanteos posteriores a mis primeras lecturas y a partir de los cuales
realizamos varios debates con mi compañero, fueron teñidos sin dudas por mi personal
perspectiva, en la que llevo el orden de las interpretaciones de los mismos y las simples
asociaciones que voy realizando con ellas desde mi realidad laboral. Posiblemente, todo ello
tenga que ver con mi formación profesional, como “observadora” de los procesos de
enseñanza y aprendizaje… Sin dudas esto podría verse aquí como un condicionante, aunque
yo prefiero verlo como la perspectiva de análisis que vuelvo a adoptar en el presente escrito.
Pensar en las TIC, o en las cambios sobre educación, o en la formación por competencias, o en
la era de la informática y las telecomunicaciones, o en e-learning como proceso de
capacitación laboral, en resumen pensar en este mundo postmoderno y globalizado, nos lleva
a una serie de planteos que son transversales a cualquier disciplina de análisis; pero para
nosotros queda acotada a la óptica de la educación: ¿Tenemos “todos” los docentes las
competencias necesarias para abordar los procesos de aprendizaje habilitados por las nuevas
reformas educativas? ¿Estamos “todos” los profesores capacitados como usuarios y como
docentes de y para las nuevas tecnologías?
Quizás se pregunten por qué en cada planteo resalto el uso del “todos”. Esto es porque, desde
mi punto de vista, ésta no es una variable menor del cuestionamiento, sino por el contrario es
la que puede ser condicionante del éxito o el fracaso de los resultados.
Seguramente que estas preguntas exceden la perspectiva de análisis ofrecidas por algunos de
los autores revisados, pensando que la reflexión aquí no está puesta en “qué” enseñamos a
través de las nuevas tecnologías -como propone el texto de “Prácticas de E-learning” en alguno
de sus capítulos- o qué competencias podríamos desarrollar con las mismas.
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Porque acá el planteo es desde la mirada de los análisis, la capacitación y las habilidades que
requerimos los docentes, en su totalidad, para hacer nuestra tarea con eficiencia y eficacia,
desde el uso de las tecnologías como “parte del proceso” de enseñanza-aprendizaje.
Pero además aclarando que no es una respuesta apropiada y completa a dicho planteo el creer
que sólo basta caer en procesos de mecanización para lograr ser usuarios de las TIC, o
quedarnos en dar respuesta a tendencias de moda proporcionada por las nuevas tecnologías,
o como expresiones obligadas por la aparición de los recursos materiales que aportan las
instituciones educativas.
Creo que la respuesta va más allá y es saber leer además el impacto o el momento adecuado
del uso de tal o cual herramienta tecnológica, para habilitar realmente procesos de
apropiación del aprendizaje. Quizás para ello estamos, algunos, todavía un poco atrás si lo
revisamos por ejemplo desde: cuáles son los ámbitos de capacitación, perfeccionamiento y
evaluación docente que rigen en este país para los docentes de todos los niveles
educacionales.
Pero quedémonos en la particular realidad de la educación universitaria, partiendo por
ejemplo con quienes dan clases en arquitectura: ¿son arquitectos o profesores? Es decir, sin
duda son profesionales de la disciplina pero: ¿son especialistas en pedagogía? La respuesta
empírica podría ser que no todos poseemos las herramientas indispensables para leer, analizar
y retroalimentar procesos de enseñanza-aprendizaje, para desde allí además articular dichos
procesos con las metodologías más acordes al programa de estudio y a los alumnos, que a su
vez llevan implícitas el uso de las TIC. Considero que esta última parte de mi discurso queda
fundamentada recordando los aportes de Paulo Freire y Seymour Papert en sus entrevistas y
además articulando dicha información con los textos revisados sobre las estrategias
metodológicas que aparecieron en el avance conceptual 3, sobre ”Modelos de Gestión del
conocimiento en la docencia”.
Es decir por un lado, desde la respuesta profesional, cada uno de nosotros tiene que ser capaz
y consciente de que para promover competencias en los alumnos del S. XXI debemos realizar
algunos cambios en nuestras prácticas docentes y para ello no basta pensar en las TIC como
una estrategia única e independiente, sino que las debemos añadir a cuestionamientos más
profundos sobre los fundamentos pedagógicos y psicológicos de los procesos de formación
universitaria.
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Por otro lado, desde los ámbitos estatales-educativos para el plano más general y desde las
universidades desde lo más particular, se deberán buscar algunas estrategias para resolver
adecuadamente estas incógnitas, de manera que la solución no quede sólo en planteos
individuales e improvisados, sino que responda unánimemente a que “todos” los profesores
demos respuestas de calidad y equidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje que
generamos en nuestro quehacer diario, como miembros de esta nueva etapa de la historia,
colmada de requerimientos de cambio y nuevas posibilidades.