redefiniciÓn de las identidades urbanas de los...

22
Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido (Almería) y Embajadores (Madrid) H. von Breymann y M. Zapiain N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011 0 REDEFINICIÓN DE LAS IDENTIDADES URBANAS DE LOS INMIGRANTES EN EL EJIDO (ALMERÍA) Y EMBAJADORES (MADRID) Helga von Breymann Universidad Politécnica de Madrid [email protected] Maite Zapiain Aizpuru Universidad Politécnica de Madrid [email protected] RESUMEN: Los planteamientos teóricos del Desarrollo a Escala Humanapromulgan una alternativa eficaz a nuestro paradigma de desarrollo, con el fin de alcanzar una mejor calidad de vida de las personas, relegando los aspectos materiales de éste. Según sus postulados, la identidad se posiciona como valor esencial en la satisfacción de las necesidades fundamentales del individuo, pero sin embargo este concepto ha sido desatendido por los estudios urbanos. El aumento de las migraciones de los últimos años ha sido clave para comprender la incidencia de la identidad en los cambios de uso y significado de nuestros entornos. La llegada de inmigrantes a España ha conformado un autentico crisol urbano en muchas de nuestras ciudades, generando diversas transformaciones culturales y espaciales. Las desigualdades sociales, políticas, religiosas, culturales, etc. han desembocado en una ocupación desigual del espacio, conformando así rupturas urbanas que menguan la calidad de vida de sus habitantes. Por ello, el presente trabajo busca determinar cómo se plasma en los nuevos usos del espacio la conexión existente entre identidad y calidad de vida. A diferencia de otras investigaciones, el acercamiento a la problemática que viven los países del sur no se hace a través del estudio de su propio territorio, sino aproximándonos a la población inmigrante en sus nuevos entornos. El objetivo es mostrar las formas de vida y prácticas urbanas de los inmigrantes en la ciudad, a través de la redefinición identitaria de los inmigrantes que viven en El Ejido (Almería) y en Embajadores (Madrid). Este estudio nos permite entender como este “nuevo medio urbano” frustra, posibilita o incluso estimula que se satisfagan las necesidades de esta población, que al haber cambiado de entorno, han cambiado sus medios y por tanto la cantidad, calidad y acceso a los “satisfactores urbanos” relacionados con aspectos de su identidad. PALABRAS CLAVE: Construcción/Redefinición Identitaria, Espacio Urbano, Fenómeno Migratorio, Modos de Vida, Satisfactores Urbanos.

Upload: dangkhuong

Post on 06-Nov-2018

218 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

0

REDEFINICIÓN DE LAS IDENTIDADES URBANAS DE LOS

INMIGRANTES EN EL EJIDO (ALMERÍA) Y EMBAJADORES

(MADRID)

Helga von Breymann

Universidad Politécnica de Madrid

[email protected]

Maite Zapiain Aizpuru

Universidad Politécnica de Madrid

[email protected]

RESUMEN:

Los planteamientos teóricos del “Desarrollo a Escala Humana” promulgan una alternativa eficaz a

nuestro paradigma de desarrollo, con el fin de alcanzar una mejor calidad de vida de las personas,

relegando los aspectos materiales de éste. Según sus postulados, la identidad se posiciona como valor

esencial en la satisfacción de las necesidades fundamentales del individuo, pero sin embargo este

concepto ha sido desatendido por los estudios urbanos.

El aumento de las migraciones de los últimos años ha sido clave para comprender la incidencia de la

identidad en los cambios de uso y significado de nuestros entornos. La llegada de inmigrantes a

España ha conformado un autentico crisol urbano en muchas de nuestras ciudades, generando diversas

transformaciones culturales y espaciales. Las desigualdades sociales, políticas, religiosas, culturales,

etc. han desembocado en una ocupación desigual del espacio, conformando así rupturas urbanas que

menguan la calidad de vida de sus habitantes. Por ello, el presente trabajo busca determinar cómo se

plasma en los nuevos usos del espacio la conexión existente entre identidad y calidad de vida.

A diferencia de otras investigaciones, el acercamiento a la problemática que viven los países del sur no

se hace a través del estudio de su propio territorio, sino aproximándonos a la población inmigrante en

sus nuevos entornos. El objetivo es mostrar las formas de vida y prácticas urbanas de los inmigrantes

en la ciudad, a través de la redefinición identitaria de los inmigrantes que viven en El Ejido (Almería)

y en Embajadores (Madrid). Este estudio nos permite entender como este “nuevo medio urbano”

frustra, posibilita o incluso estimula que se satisfagan las necesidades de esta población, que al haber

cambiado de entorno, han cambiado sus medios y por tanto la cantidad, calidad y acceso a los

“satisfactores urbanos” relacionados con aspectos de su identidad.

PALABRAS CLAVE:

Construcción/Redefinición Identitaria, Espacio Urbano, Fenómeno Migratorio, Modos de Vida,

Satisfactores Urbanos.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

1

INTRODUCCIÓN

El presente artículo analiza el fenómeno migratorio en España como proceso de construcción social

del espacio urbano, es decir, a partir de la exploración de los procesos de apropiación y resignificación

del espacio producto de la experiencia inmigrante. Se ilustra el modo en que, a partir de prácticas y

discursos, los sujetos migrantes dan nuevos significados a los espacios que habitan.

Se han tomado los procesos observados en El Ejido (Almería) y Lavapiés (Madrid) como estudios de

caso que permiten reflexionar sobre las tendencias de inserción social y uso del espacio por parte de

los inmigrantes en las localidades españolas, para así poder exponer las convergencias y divergencias

que puedan ser extrapoladas a otros procesos similares, tanto en entornos urbanos como agrícolas de

España. El estudio de las nuevas posibilidades y oportunidades que ofrece el espacio urbano a los

migrantes permitirá una mejor integración por parte de esta población en la sociedad de acogida.

Es por ello que, considerando la importancia de este tipo de procesos, la planificación y el estudio de

lo urbano ha de enfocarse nuevamente en los valores del “desarrollo a escala humana” que proponían,

hace ya más de 20 años, Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn, dirigiendo la importancia del desarrollo en

las personas y la calidad de vida de las mismas, y aplicando las pautas necesarias para crear espacios

más humanos. En este sentido, los necesarios proyectos de rehabilitación urbana que están viviendo

muchas de nuestras ciudades deben considerar las propuestas del desarrollo a escala humana si lo que

pretenden es facilitar modelos urbanos más incluyentes y diversos, que realmente consideren las

necesidades de toda la población, incluyendo a las comunidades de inmigrantes.

CONTEXTO TEÓRICO

PLANTEAMIENTOS TEÓRICOS DEL “DESARROLLO A ESCALA HUMANA” Y LA

IMPORTANCIA DE LA IDENTIDAD.

Los postulados del “Desarrollo a Escala Humana” buscan reformular el discurso dominante al servicio

del modelo socioeconómico neoliberal exponiendo la necesidad de promover una actitud reflexiva y

proactiva en la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo, basado en las necesidades humanas como

motivador de las acciones y estrategias a emplear. Es decir, se plantea un importante cambio que

grosso modo se distancia del enfoque sobre los objetos para centrarse en las personas

Basándose en este principio, surgen una serie de interrogantes que buscan identificar los factores que

posibilitan este nuevo modelo de desarrollo. En particular, Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn (1986)

desarrollan los conceptos de necesidades y de satisfactores como nociones claves para posibilitar una

mejora en la calidad de vida de las personas.

Las necesidades humanas fundamentales como la subsistencia, la protección, la libertad o la identidad

permanecen inalteradas a lo largo de la historia y en las distintas culturas. Sin embargo, la elección de

los satisfactores para saldar esas necesidades sí que varía de una cultura a otra, así como la posibilidad

de acceso de cada persona a estos satisfactores. Determinar como el medio permite, reprime o estimula

las oportunidades de satisfacción de las distintas necesidades nos lleva a considerar la importancia que

tiene no solo ciertas determinaciones físicas del espacio, sino también el conjunto de relaciones

sociales que en éste se da. Por lo tanto, y como planificadores, no podemos limitarnos a contemplar los

bienes y servicios existentes en un lugar para valorar la calidad de vida de sus habitantes, sino que será

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

2

necesario asumir el impacto que las prácticas sociales y espaciales de la población, sus formas de

organizarse y los modelos políticos tienen sobre ésta (Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn, 1986).

Es por ello, que cuando se estudian o desarrollan intervenciones en el espacio urbano donde convergen

múltiples culturas, la identidad es un aspecto clave en la satisfacción de las necesidades fundamentales

que debe ser considerado. Al respecto, diversos autores como Lalli (1992), Valera (1994) o

Proshansky (1978) han destacado la relación existente entre los lugares y la identidad, manifestando la

importancia del entorno sobre la estructura de la personalidad del individuo y por lo tanto sobre su

identidad (Hidalgo, 1998).

La teoría del desarrollo a escala humana busca un verdadero desarrollo integral, autodependiente y

participativo, que permita conciliar los aspectos económicos y sociales, favoreciendo el crecimiento de

las personas sin exclusión, ni marginalización alguna (Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn, 1986). Es

por eso que, en esta investigación -donde se estudian dos ámbitos en conflicto social, con alta

marginalización pero a la vez con gran riqueza cultural-, los postulados del “Desarrollo a Escala

Humana” se tornan fundamentales para potenciar las fortalezas que conllevan las características

multiculturales de estos entornos y, a la vez, lograr disminuir las debilidades y las amenazas mediante

actuaciones urbanas a escalas más humanas.

ASPECTOS TEÓRICOS SOBRE ESPACIO E IDENTIFICACIÓN.

Definir la noción de espacio es una tarea indispensable para justificar la importancia y pertinencia del

objeto que se está abordando. Sin embargo al hablar sobre éste nos encontramos ante un concepto

cuya definición no goza de consenso. Tradicionalmente el espacio era conceptualizado como

independiente de la acción que los individuos y grupos desarrollaban en él. Un espacio como

contenedor donde se disponen determinadas relaciones sociales y se establecen, a su vez, ciertas

jerarquías de poder. Por otro lado, también existía la creencia de que lo espacial constituía una realidad

a ser apropiada, significada o definida por una determinada posición cultural, como si por un lado

estuviera el espacio, en tanto una realidad material, y por otro, la cultura, con su mecanismos de

significación (Garcés, 2006). Esta situación provocó la idealizada asociación entre comunidad y lugar,

según la cual, este último se construye a partir de la homogeneidad de la primera, que era justamente

quien le otorgaba la identidad a los sujetos (Massey, 2001).

Frente a la insistencia en dar un carácter “esencialista” de lo espacial podemos asumir la crítica a ésta

desde los análisis introducidos por enfoques constructivistas. En el primer caso, fueron las

aproximaciones a los procesos de urbanización desde perspectivas marxistas las que se enfrentaron al

espacio como neutral que se nos impone como algo dado, para conceptualizarlo como socialmente

producido y construido1, constantemente actualizado a partir de las prácticas y significados del mismo

(Lefebvre, 1976; Sack, 1983; Soja, 1988).

Dentro de esta perspectiva surge el concepto de lugar como “la construcción concreta y simbólica del

espacio… que es al mismo tiempo principio de sentido para aquellos que lo habitan y principio de

inteligibilidad para aquel que lo observa” (Augé, 2002: 57-58. Cit. Graces, 2006). El concepto de lugar

1 En este sentido, Setha Low (2000:127-128) realiza una distinción entre la producción social y la construcción social del

espacio. La producción social del espacio correspondería a un enfoque materialista para definir la emergencia histórica y la

formación político-económica del espacio, englobando múltiples factores: sociales, económicos, ideológicos y tecnológicos.

Por su parte, la construcción social del espacio se refiere a la experiencia simbólica del espacio.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

3

permite el tránsito hacia una vinculación entre lo espacial y lo social, que será fundamentalmente

cultural y podrá definir un sentido de pertenencia. Este sentimiento de pertenencia (Valera, 1996,

1997; Valera y Pol, 1994) a un lugar determinado –que como ya hemos expuesto contiene una gran

carga simbólica con la cual un grupo determinado se identifica- se traduce en una identidad social2

que se fundamenta en dimensiones territoriales, psicosociales, temporales, conductuales, sociales e

ideológicas. Para ésta, la exclusión e inclusión de personas o grupos son factores clave en la creación

de significados y vínculos con el espacio en el desarrollan sus vidas (Vidal y Pol, 2005).

Otro concepto importante para esta investigación es el de apropiación del espacio, desarrollado por

Perla Korosec-Serfaty (1976), el cual denomina al proceso dinámico de interacción de la persona con

el medio, vinculando al individuo con el espacio. Según el modelo dual de E.Pol (Vidal, Pol y Peró,

2004), esta apropiación es una relación indisociable entre la componente “identificación simbólica” y

la “acción-transformación”. Es en esta construcción de espacios simbólicos, a partir del conjunto de

significados atribuidos a un lugar -socialmente elaborados y compartidos (Stokols y Shumaker, 1981)-

, en torno a los cuales se originan ciertos aspectos de la identidad y se define una manera de interpretar

la realidad, determinando las relaciones entre sujetos (Rizo, 2006). Esta identificación con el lugar es

la que orienta la “acción-transformación”, pero no una acción con fines funcionales, sino como la

manifestación de los sentimientos de los sujetos y de sus identidades, tanto individuales como

colectivas (Vidal, Pol y Peró, 2004). Este concepto de apropiación del espacio adquiere especial

importancia en los entornos urbanos como los que se estudian en esta investigación, donde

comunidades marginadas o migrantes buscan ocupar su espacio en la ciudad, pues es en el espacio

público urbano donde se da forma a la cultura pública y se establecen expresiones simbólicas que

influyen sobre la atmósfera que se experimenta en un ámbito determinado (Amin, 2008).

REFLEXIÓN SOBRE LOS CONCEPTOS DE IDENTIDAD Y MIGRACIÓN.

Los conceptos antes citados, vienen a posibilitar una mejor comprension de los diversos fenómenos

que se dan en los procesos migratorios, donde los cambios en el entorno fisico, costumbres, lengua,

etc. disparan una serie de transformaciones sobre los ámbitos urbanos donde se entremezclan las

culturas autóctonas con las inmigradas, generando una serie de redefiniciones en identidades urbanas

de estos espacios.

Y es que nuestras ciudades son entornos socioespaciales multiculturales, caracterizados por la

hibridación de múltiples interpretaciones que diversos colectivos pueden realizar según los usos que

desarrollan en un determinado territorio (Castaño, 2009). Desde esta perspectiva, el espacio es un

elemento importante para las relaciones interétnicas y juega un papel activo que hay que tener en

consideración al abordar estos temas y al analizar cómo puede influir en la integración, o como

instrumento de contacto entre los inmigrantes y la sociedad de acogida (Checa y Arjona, 2001).

La experiencia inmigrante debe ser entendida como experiencia desterritorializada, en tanto que

supone una conciencia de al menos dos imaginarios culturales, cada uno con sus propios referentes

sociales y espaciales. Asumido esto, se hace necesario pensar en la reterritorialización de las formas

socioculturales de los grupos inmigrantes, ya en el contexto urbano receptor, tanto en los dominios

públicos como en los privados (Graces, 2006). El espacio urbano será redefinido por parte del

2 La “identidad social” es el conjunto de construcciones identitarias a través de la cual el grupo se reconoce como nosotros y

son capaces de diferenciarse de otros. Los sujetos se perciben como miembros de un grupo y producen diversas

representaciones en cuanto a su origen, historia y naturaleza. La identidad social implica definiciones orientadas a la acción,

pero también son elementos incorporados al conjunto de prácticas culturales (Giménez, 2009).

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

4

colectivo inmigrante, que produce nuevos referentes socioespaciales, que hacen que su interpretación

y uso de este espacio sea diferente al que tenía con los autóctonos (Checa y Arjona, 2001). Los

espacios urbanos recobran sentido al ser reutilizados, experimentados y vividos por nuevas personas,

quienes ponen en escena sus propias prácticas a partir de objetos, signos y símbolos distintos.

Es así, que los espacios de sociabilidad – entendidos como entornos donde se llevan a cabo un

conjunto de prácticas, relaciones y agrupamientos sociales (Torres, 2008)- adquieren un particular

interés para el estudio sobre los usos y practicas comunes que llevan a formar grupos o colectivos

determinados. Para ello, los inmigrantes crean sus propios espacios de sociabilidad o comunitarios,

como son las asociaciones, bares, mezquitas, carnicerías halall, tiendas de bisuterías, etc., donde tratan

de recrear algunos principios básicos de su sistema social y religioso, como son la autorrepresentación

y la conciencia de sí mismos como grupo (Checa y Arjona, 2001). En este sentido, el inmigrante

pondrá en juego diversas estrategias de producción y construcción social del espacio. Estos podrán

utilizar y/o recrear elementos propios de la cultura de origen (Moreras, 1998: cit. Graces, 2006), podrá

generar nuevas estrategias o mecanismos, o quizás desarrollará una integración creativa de ambos

(Graces, 2006). Para su estudio, será imprescindible identificar los entornos que posibilitan las

situaciones de contacto entre los propios inmigrantes, así como entre éstos y los residentes autóctonos

para comprender y evaluar la función del espacio urbano en los procesos de integración social del

inmigrado.

SITUACIÓN GENERAL DE LA MIGRACIÓN EN ESPAÑA, MADRID Y ALMERÍA.

LA INMIGRACIÓN EN EL ESTADO ESPAÑOL.

Según los datos de la Comisión sobre Población y Desarrollo de la ONU, en la actualidad el número

de inmigrantes en el mundo asciende a 191 millones3. Esta cifra contrasta con la de cuarenta años

antes, en 1965, cuando se estimaba que había unos 65 millones de personas que vivían fuera de sus

países de origen. La Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007, realizada por el INE, logró evidenciar la

magnitud del fenómeno migratorio en los últimos años en España, ya que éste se convirtió en el país

de la Unión Europea que más aumento de inmigración ha aportado al continente4.

Desde los años setenta, en los que empiezan a llegar los primeros flujos inmigrantes de los países

periféricos, hemos asistido a la configuración sociopolítica del fenómeno conocido como “inmigración

no comunitaria” (Santamaría, 2002), que, si bien en un principio era considerado insignificante, a

partir de los años 80 y, más acentuadamente, en los 90, ha ido adquiriendo una gran protagonismo en

la vida social, política, cultural y económica de la sociedad española. Según datos del 2009, son varias

las comunidades autónomas las que superan la cifra del 12%: las Islas Baleares (21,7%); las Islas

Canarias (14,35%); Cataluña (15,93%); C. Valenciana (17,49%); Madrid (16,73%); Murcia (16,32%);

3 Fuente:

http://www.elpais.com/articulo/internacional/inmigrantes/mundo/ascienden/191/millones/datos/ONU/elpepuint/20060405elp

epuint_4/Tes (fecha de la consulta: julio de 2011) 4 España es el segundo país de la Unión Europea con más residentes extranjeros (5,7 millones, el 12% de la población sin

contar los ilegales), sólo detrás de Alemania en la que los inmigrantes representan 7,1 millones de la población total (9%).

Con respecto a los principales países de origen destaca Rumanía (14,5% del total de extranjeros residentes), seguido de

Marruecos (13,1%). En total, de los ciudadanos extranjeros en España, 3,3 millones (el 7,3% de la población) provienen de

fuera de la Unión Europea4.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

5

y La Rioja (14,62%), mientras que en Andalucía, la cifra oscila en torno al 8%, aunque hay que

precisar como las provincias de Almería (21%) y Málaga (16,8%) supera la media nacional 5

Esta llegada de inmigrantes ha tenido importantes consecuencias en los ámbitos económico, social y

demográfico, pero existen ciertas zonas que han tenido características peculiares en su proceso. Por

esta razón, se han seleccionados dos casos de estudio únicos en distintas situaciones geográficas, que

nos permiten evaluar y comparar la transformación experimentada en cada uno de ellos, siendo estos

El Ejido en Almería y Embajadores en la Comunidad de Madrid.

LA INMIGRACIÓN EN ALMERÍA Y EN EL EJIDO: PARADIGMA DE LA INMIGRACIÓN

RURAL.

A mediados de la década de los cincuenta, Almería era una provincia que estaba inmersa en una

profunda depresión económica, no solo respecto a la media española, sino respecto al resto de

provincias andaluzas, con la renta per cápita menor de todo el Estado, con el más alto nivel de

migraciones de Andalucía y una clara deficiencia en cuanto a indicadores de bienestar (Checa, 2003).

Este atraso se interrumpió a principios de los setenta cuando su economía comenzó a manifestar

síntomas de recuperación gracias a la implantación del modelo de agricultura intensiva (Jiménez Díaz,

2003), sobre todo en el llamado Campo de Dalías o Poniente Almeriense.

La consolidación del modelo de producción agroindustrial bajo invernaderos significó un constante

flujo migratorio, en los primeros años nacionales y a partir de 1986 extranjeros. Es así que esta

comarca, de ser una tradicional zona de emigrantes, experimenta una explosión demográfica sin

precedentes. Si el Campo de Dalías albergaba a 44.000 habitantes en 1950, hoy supera los 150.000, lo

que equivale al 16,9% de todo el crecimiento andaluz y el mayor de todo el país (Checa, 2003).

Por todo ello podemos decir que el caso de Almería es paradigmático, no sólo porque el fenómeno

migratorio alcanza una gran envergadura -el porcentaje provincial de 21% es el segundo más elevado

de todo el país por detrás de Baleares- abarcando los ámbitos laborales, sociales, culturales,

económicos, legislativos y conformando una situación transnacional como en cualquier área

geográfica donde ésta se produzca, sino porque en esta zona del sureste peninsular dichos ámbitos

aparecen agudizados por una serie de factores (Checa, 2003) que podemos resumir. En primer lugar, la

rapidez en la que esta sociedad ha pasado de ser ámbito de expulsión a recibir inmigrantes. Esta

aceleración provoca evidentes dificultades de asimilación y falta de previsión en la administración del

territorio. En segundo lugar, la gran concentración de inmigrantes en muy pocos municipios, donde se

advierte uno de los mayores porcentajes de extranjeros económicos de España. En tercer lugar, la gran

aglomeración de inmigrantes marroquís. Y por último, la casi exclusiva dedicación laboral a la

agricultura intensiva entre los inmigrados, asociada al desarrollo de una economía sumergida.

EL EJIDO: PARADIGMA DE LA INMIGRACIÓN RURAL.

En el centro del proceso inmigratorio español se sitúa El Ejido, municipio que conforma una de las

veintidós áreas urbanas andaluzas de más de 50.000 habitantes 6y, en el cual ya no es posible distinguir

5 Fuente: Instituto nacional de Estadística. Padrón 2009, Ministerio de Trabajo y asuntos Sociales.

6 El municipio de El Ejido está compuesto por nueve entidades locales diferentes: Almerimar, El Ejido, Guardias Viejas,

Matagorda, Las Norias de Daza, Pampanico, San Agustin, Santa María del Águila y Tarambana y cuenta con 238 kilómetros

cuadrados y una población que supera los 85.000 habitantes. En algunas de estas entidades la población inmigrante conforma

casi el 50% del total. Fuente: Instituto nacional de Estadística. Padrón 2009, Ministerio de Trabajo y asuntos Sociales.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

6

el núcleo urbano del antiguo y amplio erial, transformado ya en un paisaje continuo de invernaderos7 y

viviendas. En 2009 la población extranjera legal residente en El Ejido era de 27.746 personas,

representando el 35,3% del total de la población municipal, aunque en algunas de las entidades, como

San Agustín, Guardias Viejas o Las Norias, la población inmigrante conforma el 50% del total.

Además, si a este porcentaje se le incorpora los inmigrantes irregulares, las proporciones serían

bastante más elevadas. Destaca el predominio de la población africana que representa el 65,5% del

total de la población extranjera. Por nacionalidad resalta la población marroquí que representa el 55%

del total de extranjeros residentes en el municipio8.

El perfil del inmigrante está determinado por el tipo de trabajo ofrecido de peón agrícola. Así, es una

inmigración compuesta básicamente por varones, jóvenes y solteros (Ucles, Jiménez y otros, 2005).

En concreto, en la población extranjera residente en El Ejido en 2009 predominan los varones (66,5%)

frente a las mujeres (33,5%), porcentaje que aumenta si sólo tenemos en cuenta la población extranjera

de origen africano con un 75,4% de hombres. No obstante, esta composición está empezando a

modificarse ante el surgimiento de algunas ofertas laborales para los inmigrantes en el sector servicios

y en las actividades de manipulación de productos hortícolas (Ucles, Jiménez y otros, 2005).

La población residente en El Ejido, al igual que en todo el Poniente almeriense, habitan en dos modos

o sistemas de alojamiento manifestando claros síntomas de segregación espacial [ver fig. 1] (Checa y

Arjona, 2001). Por un lado nos encontramos los diseminados (cortijos, almacenes y

autoconstrucciones esparcidos por todo el campo), situación que afecta, sobre todo, a los llegados del

Magreb y el África subsahariana, afectando al 50% de la población inmigrante. Y, por otro lado, la

residencia dentro de las múltiples entidades locales, ocupando aquellos barrios y secciones donde los

bloques de los edificios son de mayor antigüedad (Checa y Arjona, 2001).

[fig. 1] Distribución espacial de la población inmigrante en El Ejido (Padrón, 2009). Fuente: elaboración propia.

Las pautas residenciales en cortijos-diseminados de los inmigrantes son elementos de notable

transcendencia puesto que influyen decisivamente en sus relaciones sociales, en las condiciones de

7 En El Ejido se concentra en torno al 75 por 100 de los invernadreos de Almería, lo que supone más de 12.500 hectáreas de

las cuales se obtienen hortalizas por valos de 421 millones de euros al año. Fuente: http://www.elejido.org/estadisticas/ 8 Fuente: Cartografía Censal Andalucía. Instituto de Estadística Andalucía. Consejería de Economía, Innovación y Ciencia.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

7

vida y sobre todo en la imagen que transmiten a la sociedad receptora. (Checa y Arjona, 2001). Esta

primera fase de asentamiento se caracteriza por la “invisibilidad” del colectivo inmigrante, mano de

obra muchas veces indocumentadas que “invade” el conjunto de chabolas y “cortijos” dispersos por

todo el territorio invernado (Castaño, 2009). Este tipo de alojamiento se encuentra en muchas

ocasiones situados lejos de las distintas entidades locales y de las principales vías de comunicación (15

o 20 km) (Checa y Arjona, 2001).

La residencia del inmigrante en el diseminado dificulta las relaciones sociales con los autóctonos,

limitándose a un intercambio de fuerza de trabajo-dinero percibido. Así, su participación en la

sociedad es marginal, lo cual tiene varias consecuencias directas. En primer lugar, existe un

reforzamiento en la opinión del grupo inmigrante del racismo que padecen, puesto que se les restringe

el campo de las experiencias. En segundo lugar, el residir en diseminados dificulta el contacto, no sólo

con los autónomos, sino también con los compatriotas y otros inmigrantes. Las relaciones con sus

paisanos se reducen a los que habitan en el cortijo u otros cercanos, o bien deben ir a las asociaciones,

bares, tiendas de inmigrantes o permanecer en las calles, agrupados y charlando. Y por último, esta

situación contribuye a la creación, por parte de los inmigrantes, de una voluntad consciente de

revitalizar o recrear lo específico de sus lugares de origen (Checa y Arjona, 2001:165).

Por lo demás, no se puede obviar que residir en hábitat disperso puede tener efectos positivos para los

inmigrantes. En cierto modo, los “diseminados” recogen y dan cobijo a los irregularizados garantizado

su invisibilidad. Por otro lado, vivir en el “cortijo” produce una mayor sensación de individualidad y

produce una fijación espacial en los individuos mayor que en las ciudades (Checa y Arjona, 2001). Y

por último, en muchos casos, es una opción libremente adoptada en el marco de una economía

doméstica de ahorro (Defensor del pueblo andaluz, 2001). Aunque en la actualidad ocupar cortijos es

signo de desprestigio y exclusión (Checa y Arjona, 2001).

Pero la progresiva y masiva llegada de inmigrantes, la incapacidad de absorción de los cortijos y el

notable tiempo ocioso que permite el mercado de trabajo almeriense (Checa y Arjona, 2001), ha

provocado que los inmigrantes ocupen el escenario público ejidense y que amplíen sus residencias,

primero en las diferentes entidades locales –sobre todo Santa María del Águila, Las Norias de Daza y

San Agustín- y, con posterioridad, en la entidad local central de El Ejido (Jiménez, 2005).

EMBAJADORES: UN SINGULAR BARRIO MADRILEÑO.

La Comunidad de Madrid, según los datos del INE recogidos durante el 2006 y 20079, es la tercera

Comunidad Autónoma con mayor proporción de inmigrantes -con alrededor de un 17% con respecto a

su población autóctona - y ha enfrentado una serie de dificultades sociales por el repunte sorpresivo

durante los últimos 15 años. Esto pues, según los datos de ese estudio, el 42,4% de los inmigrantes

residentes en Madrid había llegado a España entre el año 2002 y el 2007 y un 29,4% entre 1997 y

2001. Los porcentajes anteriores no superan, en ningún cuatrienio, el 7,8%, mostrando cómo fue

durante los últimos años cuando se disparó la llegada de inmigrantes.

El estudio realizado confirmó, como ya se suponía, que la mayoría de estos inmigrantes vienen en

busca de un mejor empleo (21,9%), por la calidad de vida (20,5%) o por la falta de empleo en su

propio país (13.8%) y, también demostró, que alrededor de un 73% del total de quienes vienen a

Madrid lo han hecho entre los 20 y los 44 años de edad, engrosando la población joven adulta con las

consecuencias que esto puede desencadenar sobre los aspectos laborales, familiares, etc.

9 Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007 publicada por el INE en el 2009.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

8

La inmigración en esta Comunidad tiene una procedencia mayoritaria de países europeos con un

49,8% de los cuales la mayoría son de nacionalidad española (23,7%) y rumana (16,1%), seguido por

los países de América Latina y el Caribe, con un 36.6%, siendo los ecuatorianos y colombianos los

principales representantes con un 11,9% y un 6,3% respectivamente. Los llegados de países africanos

tienen menor representación en esta Comunidad Autónoma, con un 8,8%, donde sobresalen los

marroquíes con un 6,1% y por último los asiáticos representan solo un 3,8%, situación que como

veremos más adelante es opuesta a lo que sucede dentro del barrio Embajadores.

Otra disparidad existente entre el ámbito de estudio y la totalidad de Madrid, es que la proporción de

inmigrados hombres y mujeres es casi idéntica con un 49,95% y un 50,05%, respectivamente en

Madrid, mientras que Embajadores, al igual que otras zonas de la comunidad, reflejan un desequilibrio

desmedido entre el género de los llegados.

Debido a estas y otras características particulares, como el alto porcentaje de población inmigrante, el

barrio de Embajadores -parte del distrito Centro de Madrid- sobresale como uno de los enclaves

étnicos más representativos de la capital española. Según datos del anuario estadístico del año 2009,

en las 103 Ha que comprende Embajadores viven 50,196 personas, posicionándolo como el número

uno en cuanto a cantidad de población y también en densidad con 486 Habitantes por hectárea. No

sólo en estos aspectos sobresale el barrio, también es el que más inmigrantes ampara con un 34% del

total de su población, dando cobijo al 70% del total de africanos y al 60% del total de asiáticos que

viven en el distrito centro de Madrid. También es el barrio que mayor analfabetismo y población sin

estudios tiene (14,2%) seguido por Palacio (9,4%) y el que menores niveles de renta presenta.

Además existen problemáticas relacionadas con el espacio físico y los servicios disponibles. Las

dotaciones por ejemplo comprenden sólo un total de 0.785 m2s/hab. y el espacio público actual, no

llega al 60% de la demanda de zonas verdes en el barrio (Hernández Aja, 2008). Además, las

viviendas en su mayoría son muy pequeñas (el tamaño medio es de 61,48m cuadrados10

), pues muchas

están asociadas a la tradición de las corralas de los siglos XVIII y XIX, un 22,65% se encuentran

vacías y un 30% de la edificabilidad residencial del barrio se presenta en edificios con infraviviendas y

con un grado de protección bajo.11

Además de estos, existen factores históricos determinantes para comprender la evolución que ha

llevado a Lavapiés a consolidarse como el barrio multicultural que es hoy y a presentar las dificultades

sociales y económicas que lo atosigan. Y fue exactamente las difíciles condiciones del ámbito lo que

motivo a someter al barrio a un proceso de rehabilitación a finales de la década de los noventa,

buscando mejorar las condiciones de deterioro del sector, sin embargo otros estudios actuales,

presentan una posición crítica frente a la intervención realizada y los resultados alcanzados.

LAVAPIÉS: CONSOLIDACIÓN HISTÓRICA DEL ENTORNO.

El nombre de Lavapiés, con el cual se conoce popularmente a un difuso ámbito de Embajadores, es en

realidad la denominación de una de las calles de este barrio y de su céntrica plaza, la cual funciona

como foco de mayor vitalidad en la zona. Se cree que el nombre procede del hebreo “aba-puest” que

quiere decir judería, mientras que, el nombre administrativo del barrio “Embajadores” fue designado

por ser un sector constantemente surcado por los embajadores que se presentaban en las Cortes del

10 Estudio dirigido por Hernández Aja” Los límites funcionales de capacidad del barrio de embajadores”. Sección de

Urbanismo del Instituto Juan de Herrera (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, 2008). 11 Estudio dirigido por Fernando Roch “Optimización inmobiliaria, residencial y poblacional del barrio de Embajadores”

Sección de Urbanismo del Instituto Juan de Herrera (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, 2008).

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

9

Rey de España (Cebrián de Miguel y Bodega, 2002). Este barrio que se formó desde la Edad Media

como un arrabal que surgió contiguo a la cerca de la ciudad levantada en el siglo XIV (Zárate, 2001)

paso luego a ser una judería y posteriormente un barrio castizo de la ciudad, hasta llegar a convertirse

en los últimos años en un enclave étnico de gran trascendencia.

Entre los límites del barrio de Embajadores están las rondas de Atocha y Valencia -que corresponden a

la cerca construida por Felipe IV en 1625- así como la glorieta de Embajadores, la glorieta de Atocha,

y la Puerta de Toledo, nodos de importancia histórica. Existe además de estos antiguos ejes de entrada

a la ciudad, otras vías de gran importancia por su actividad comercial desde antaño como la calle

Toledo (Zárate, 2001), y la calle Ribera de Curtidores, que da lugar al mercadillo del “Rastro” desde

hace aproximadamente un siglo.

Sin embargo, las malas condiciones e insuficientes servicios higiénicos de las viviendas se sumaban

desde antaño a la inseguridad y deterioro social en el ámbito, caracterizándolo con el tiempo como uno

de los “barrios bajos” que recibieron a la población inmigrante obrera que provenía de las zonas

rurales en búsqueda de trabajo y posteriormente los inmigrantes extranjeros que buscaban en Madrid

nuevas oportunidades, dinámica que aun sigue acompañando el desarrollo de este barrio madrileño.

HIPÓTESIS, OBJETIVO Y METODOLOGÍA GENERAL DE LA INVESTIGACIÓN.

El objetivo de la presente investigación es identificar la relación existente entre el espacio urbano de

acogida y los mecanismos de reelaboración de la identidad que han utilizado los inmigrantes, para así

poder considerar desde el planeamiento, los aspectos urbanos que permitan mejorar la integración y

desarrollo de estos nuevos habitantes, reduciendo las posibilidades de la formación de guetos u otras

dinámicas de conflicto que vayan en detrimento de la ciudad. Partimos de la hipótesis de que la

redefinición de las identidades de los inmigrantes en sus nuevos entornos urbanos, se ve fortalecida

por las condiciones de marginalización en que suelen encontrarse estos colectivos en las ciudades de

acogida, lo que les permite la consolidación de nuevas comunidades o colectividades que se

transforman en el soporte y aliento para la re-adecuación de sus vidas y sus costumbres.

Partiendo de datos oficiales, asumimos que los dos ámbitos de estudio – Lavapiés (Madrid) y El Ejido

(Almería)- presentan conflictos sociales y económicos importantes con respecto a otros entornos de su

comunidad, disponiéndolos como espacios vulnerables y a la vez apropiados para el asentamiento de

los foráneos. Así, este trabajo busca centrarse en identificar los efectos espaciales y relacionales que

ha tenido la aglomeración de los diversos colectivos de inmigrantes en su proceso de redefinición de

sus identidades en estos dos casos españoles.

Para la realización del estudio nos hemos apoyado en la exploración y el aprovechamiento de la

información documental existente (bibliografía específica, censos, informes sectoriales, etc.) para

crear un marco de referencia donde se desarrollan las transformaciones sociodemográficas y culturales

a valorar posteriormente. De manera concatenada, y debido a que las estadísticas oficiales son

insuficientes para este campo de investigación ya que, en un primer lugar, no registran la ocupación

real del espacio ni su uso y en segundo lugar, no muestran información precisa sobre la actividad

desarrollada, hemos realizado un trabajo de campo exhaustivo, rastreando calle a calle para hacer un

recuento de las actividades en los ámbitos de estudio. Por último, y con el objetivo de analizar cómo

influyen estos cambios en los habitantes, nos servimos una técnica cualitativa, la observación directa

en el campo de estudio para obtener una descripción real de la vida de sus habitantes.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

10

IDENTIDADES URBANAS DE LOS INMIGRANTES EN EL EJIDO (ALMERÍA) Y

EMBAJADORES (MADRID).

EL EJIDO.

La ocupación inmigrante del núcleo urbano de El Ejido es posterior a la incorporación de éstos al

término municipal. En un primer momento más del 90% de los inmigrantes vivían en los diseminados

(Checa y Arjona, 2001:147). Pero es a partir de 1996 cuando se produce la presencia y visibilidad

creciente en los espacios públicos de inmigrantes marroquíes con mayor trayectoria migratoria

(Castaño, 2009:94). Fundamentalmente, las viviendas de los nuevos inmigrantes se localizan en el

núcleo fundacional de El Ejido, son los bloques de edificios con mayor antigüedad, menor calidad de

construcción y equipamientos; son los barrios con mayor índice de carencias sociales, que se traduce

en alquileres más accesibles.

La área de estudio comprende una superficie de 25,96 Ha12

, con una población total de 6.808 personas,

de las cuales un 46,5% son inmigrantes, es decir 3.171 habitantes. De éstos, un 41,3% provienen de

África, principalmente de marruecos, con 30% del total de inmigrantes. El segundo grupo está

representado por los procedentes del propio continente europeo, con un 21%, donde sobresalen los

rumanos y, por último, la población venida de América con un 10%, representados por ecuatorianos y

bolivianos13

.

Es una inmigración fuertemente determinada por el tipo de trabajo ofrecido –fundamentalmente de

peón agrícola-, por lo que se compone básicamente de varones, jóvenes y solteros (Uclés, Jiménez y

otros, 2005:12). En concreto, en la población extranjera legalmente residente en el área de estudio, en

2009, predominan los varones, con un 64,9%, frente a las mujeres, con un 35,1%. Su edad media es de

32 años. De este modo se está conformando una sociedad pluriétnica no igualitaria y con fuertes

desequilibrios.

El deseo de acceder a viviendas dignas en los núcleos urbanos, junto a la incipiente actividad

empresarial del pequeño comercio de algunos de los inmigrados antiguos, van produciendo la

modificación del paisaje urbano del núcleo de El Ejido (Castaño, 2009:94). Los comercios de

inmigrados (ver plano 1), marroquíes mayoritariamente, se circunscribe a las calles Manolo Escobar,

Almería, Málaga, Jaén, Cervantes y el Bulevar de El Ejido. Esta zona se ha consolidado como un

enclave étnico14

, tanto por el número de residentes inmigrados, como por el de negocios regentados

por ellos. Esta circunstancia “ha supuesto la marcha de los autóctonos y, por ende, la configuración

dentro de la misma ciudad, de una zona guetizada reconocida por políticos, agentes sociales y

población inmigrada” (Checa y Arjona, 2006b:405).

Sin embargo, alejándonos de la idea del gueto como algo peyorativo, en el área del enclave se produce

una revitalización urbana, identitaria y un resurgir del grupo étnico. Por un lado, ciertas viviendas de

baja calidad son reocupadas por agrupaciones familiares, iniciando tímidas rehabilitaciones, y

consolidándose como vecinos del municipio. La reagrupación familiar supone un factor decisivo en la

integración del propio inmigrante, ya que amplía sus redes sociales y supone un mayor contacto con la

12

Las 26 Ha están definidas por la suma de las áreas de 3 secciones censales. 13

Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 2009. 14 La idea de enclave o economía étnica tradicionalmente ha sido utilizada para referirse a las actividades económicas de las

poblaciones inmigrantes o de las minorías étnicas en contextos urbanos y rurales. Constituye una noción usada para referirse

a la existencia de agrupaciones o concentraciones de personas pertenecientes a un determinado grupo étnico (o religioso, o

lingüístico) fuera de su territorio de origen (Giménez y Malgesini, 1997: cit. Gracés, 2006:13).

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

11

[Plano 1] Ubicación y análisis funcional del enclave étnico en El Ejido, 2011. Fuente: elaboración propia.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

12

sociedad de acogida. Sin embargo, esta fase de estabilidad de la inmigración se encuentra en un estado

inicial en El Ejido y son muchos los impedimentos burocráticos con los que se encuentran los

inmigrantes a la hora de llevarlo a cabo. Éstos se enfrentan a una política de vivienda que, como

requisito previo, posibilite y facilite un techo digno donde hacer realidad el agrupamiento familiar.

Por otro lado, proliferan las empresas que se dedican mayoritariamente a prestar servicios de telefonía

y alimentación. En ambos casos, casi en exclusividad, sus clientes son coétnicos y existe un “sistema

de relaciones que les hace autosuficientes y se establece lazos de solidaridad étnica” (Checa y Arjona,

2007:393). En este punto cobra sentido la ubicación del negocio, próximo al asentamiento de los

inmigrados, donde poder hacer uso de las redes sociales.

La concentración residencial y comercial inmigrante en determinados puntos del núcleo urbano ha

producido el dominio de la sociabilidad en aquellas calles y zonas públicas apropiadas. Son los lugares

donde se localizan los comercios étnicos, los espacios preferentes de encuentro y reunión marroquí,

frente a la apenas existente interacción con la sociedad de acogida. Los inmigrantes se reúnen en los

alrededores de los comercios o en ciertos bancos cercanos para charlar con sus coétnicos. Es así que se

establece un importante polo de atracción en la intersección entre la calle Almería y la calle Manolo

Escobar, a pesar de la estrechez de sus aceras y de la inexistencia de un equipamiento que justifique la

aglomeración de inmigrantes. Es decir, en el caso de El Ejido, los comercios actúan como nodos de la

red social del inmigrante donde, aparte de la actividad comercial, se establece la posibilidad de

convertir los locales en espacios de reunión e intercambio para las comunidades étnicas. Es en este

momento cuando el espacio comienza a ser reapropiado, al ser transformado por el conjunto de nuevas

prácticas que se escapan de lo específicamente comercial.

Además, como toda persona, los inmigrantes poseen una serie de prácticas o ritos creadores de

identidad, que seguirán manteniendo siempre que, en palabras de Lévi-Strauss, les sea “eficaz

simbólicamente” (y siempre que pueda realizarlos, como no trabajar un viernes o celebrar el Ramadán,

si es musulmán, fig.2). Estas prácticas simbólicas son elementos de continuidad, ya que nos remiten a

sus lugares de origen. Sin embargo, al cambiar de lugar y de condiciones, su significado no es el

mismo. No será una repetición, sino “una re-creación, se inventa de nuevo el rito y con él la identidad

que ha de construir como nuevo habitante de la ciudad” (Aparici, 2001:03).

[fig. 2] Cierre del comercio por celebración del Ramadán

Por último, es muy frecuente en estas calles la presencia de hitos identitarios que remiten a las

comunidades inmigrantes o a sus territorios de origen: la decoración interior del local (Fig.3), los

productos y servicios que ofrecen o los grafismos dispuestos hacia la calle como llamada a un cierto

tipo de clientela (fig.4). Es su forma de delimitar el territorio o reterritorializarse, y se sirven de la

“capacidad de los hitos identitarios para evocar esos territorios (de origen)” (Graces, 2006:25).

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

13

[fig. 3] Decoración interior [fig. 4] Grafismo árabe dispuesto a la calle.

Sin embargo, y a pesar de que ha transcurrido más de una década desde el establecimiento de los

primeros inmigrantes en el núcleo de El Ejido, el proceso de integración y asentamiento étnico se

encuentra en una fase inicial. En primer lugar, la ocupación desigual del espacio ha configurado un

gueto que manifiesta la aptitud discriminatoria de la sociedad de acogida. En segundo lugar, la falta de

equipamientos o espacios de reunión inmigrante hacen más complicada tanto la interacción coétnica

como con la sociedad autóctona. La aglomeración de extranjeros en las puertas de los comercios

genera una imagen distorsionada de éstos, ya que el uso e interpretación de espacio es distinto al que

tienen los autóctonos, estableciéndose una competencia por el uso del lugar. Paralelo a este, y en tercer

lugar, la ausencia de asociaciones o lugares de prácticas religiosas en el enclave étnico manifiesta

como el asentamiento inmigrante en El Ejido es incipiente y todavía le queda mucho camino por

recorrer. Los inmigrantes en El Ejido valoran más el trabajo o el acceso a una vivienda digna que la

satisfacción de su necesidad de autoidentificación, minusvalorando la estabilidad que le puede ofrecer

una buena identificación con su lugar de residencia o la celebración de sus prácticas culturales,

sociales y religiosas.

EMBAJADORES

El barrio de Embajadores -parte del casco histórico de Madrid- es quizás el que peores condiciones

presenta dentro del distrito Centro. A pesar de haber sido sujeto de una rehabilitación integral desde

1998 hasta 2008 aproximadamente, las condiciones del ámbito no fueron mejoradas fácilmente (en el

2004 contaba aún con un 12% de infraviviendas de las cuales un 22% tenían menos de 31 metros

cuadrados15

). La existencia de un importante deterioro urbano y deficiencias en las infraestructuras, la

falta de equipamientos, espacios verdes y estanciales, la mala conservación del patrimonio

arquitectónico y los problemas económicos y sociales agravados con las tasas de inmigración ilegal y

marginalización (Martínez y Ramírez, 1998) motivaron la insistencia en intervenir en el ámbito.

En el presente estudio, se analizó una Superficie de 32 Ha16

, con una población total de 20.870

personas, de las cuales un 40,5%17

es inmigrante, es decir 8.463 habitantes de los cuales un 33,7%

viene de países asiáticos, principalmente de China y Pakistán. El segundo grupo de población

inmigrante está representado por los llegados del continente americano con un 31%, donde sobresalen

los ecuatorianos y los bolivianos, y por último la población venida de África, que representa un 19,4%

15

Datos de la “Guía del urbanismo, Madrid S.XX” publicada en 2004. 16

Las 32 Ha están definidas por la suma de las áreas de 15 secciones censales. 17 Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 2009.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

14

[Plano 2] Ubicación y análisis funcional del enclave étnico en Lavapiés, 2011. Fuente: elaboración propia

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

15

representados de primero por la población senegalesa y luego por la marroquí.

Los contextos socioculturales y religiosos de donde provienen gran cantidad de estos inmigrados ha

suscitado que se den ciertos desequilibrios en el barrio, como la masculinización evidente, pues un

66.2% de los llegados son hombres mientras que solo un 33.8% son mujeres, y además el 54% oscila

en una franja entre los 25 y los 39 años.

Sin embargo, esta presencia de extranjeros en el ámbito estudiado no es un fenómeno reciente, pues

ya desde mediados del siglo XX vivían gran cantidad de magrebíes en él (Zárate, 2001). El arraigo y

desarrollo de los nuevos residentes venidos del extranjero se pudo evidenciar en el estudio realizado

por Cebrián de Miguel y Bodega, pues en un ámbito delimitado dentro del barrio de Embajadores casi

idéntico al estudiado en esta investigación, se contabilizaron 415 comercios étnicos de los cuales un

68% se dedicaban a la venta al por mayor de ropa y complementos. Además pudieron constatar, que el

51% de estos negocios son regidos por chinos, seguidos por bangladesíes, iberoamericanos,

norteafricanos, procedentes de Oriente Medio y Subsaharianos (Cebrián y Bodega, 2002).

Esta multiculturalidad de Lavapiés además de mostrarse en los comercios, ha venido acompañándose

en los últimos años de movimientos sociales y reivindicativos, como los movimientos “okupas” y de

un sinnúmero de asociaciones y colectivos que buscan mejorar las condiciones sociales de los más

vulnerables, convirtiendo al barrio en un crisol de culturas en convivencia que dan pie a fenómenos de

apropiación y de procesos identitarios de especial relevancia.

Estos procesos de apropiación y convivencialidad han sido abordados por medio de los espacios de

encuentro. Los principales puntos de reunión de los inmigrantes se dan en la plaza de Lavapiés, en la

plaza de Cabestreros y en la Plaza Agustín Lara, donde, sin embargo, resalta la segregación de las

diversas culturas o nacionalidades en pequeñas zonas de las plazas. Estos espacios urbanos, permiten a

los vecinos no autóctonos reproducir costumbres o tradiciones que practican en sus países de origen.

La proximidad de estos espacios públicos con otros equipamientos u organizaciones representativas de

alguna religión o cultura ha conllevado a la predominancia étnica de amplias zonas de las plazas. Esto

ha generado cierta especialización de los espacios, evidentes por ejemplo en las partidas de cricket18

deporte número uno de Pakistán- en la Plaza Agustín Lara, ya que el Centro Cultural Casa de Pakistán

se ubica contigua a ésta (Fig.5). Algo similar sucede en la Plaza de Cabestreros con los africanos

subsaharianos, ya que a pocos metros se encuentra el Centro Comunidad Islámico senegalés y su

mezquita (Fig.6).

[fig. 5] Partida de Cricket en la plaza Agustín Lara. [fig. 6] Charla entre subsaharianos en plaza Cabestreros

18

Además del Cricket es común ver partidas de Ping-Pong que incluso congregan espectadores al final de la tarde.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

16

Otros puntos de aglomeración de integrantes de ciertos colectivos se dieron en espacios amplios de

aceras o pequeñas plazoletas formadas por la configuración irregular del trazado urbano, sin embargo,

estos casos estaban en su mayoría exentos de comercios tradicionales y en un gran porcentaje a cortas

distancias de Locutorios o comercios que ofertan productos especializados. También se pudo

corroborar con el análisis de los datos del mapa, que otros polos de atracción fuerte para este tipo de

conglomeración espontánea es la presencia de organizaciones, asociaciones u otra institución con un

enfoque hacia la población migrante o minoría, como en las inmediaciones de la asociación “La

Corrala” o “Centro social la Embajada”.

Por otro lado, los comercios de bisutería, textiles o demás complementos –que además suelen ser de

venta al por mayor- se han concentrado principalmente a lo largo de dos ejes; la calle de Amparo y la

calle Mesón de Paredes. Estos dos ejes sin embargo no presentan puntos de reunión, aunque sí de

mucho tránsito de la población migrante. Estos ejes coinciden además por ser de uso mixto, en

pavimento continuo (tráfico de coexistencia) según la clasificación dada en el estudio de capacidad de

carga del Barrio de Embajadores y con intensidades medias de circulación diaria de vehículos muy

bajas.

Los derivaciones espaciales físicas o materiales se manifiestan principalmente es la personalización de

los espacios –con la presencia de hitos identitarios-, como la rotulación de los comercios, los colores y

formas de las fachadas, etc. Sin embargo, los efectos son más sustanciales en el uso que se le da

actualmente a los espacios, en los idiomas que se escuchan, la música, los olores, etc., que abordan a

cualquiera que transite por las calles de Lavapiés y que se manifiestan en las costumbres de los nuevos

residentes del barrio.

Al igual que el caso del Ejido, estos fenómenos urbanos han fomentado el resurgimiento identitario de

los grupos étnicos y han permitido una apropiación de ciertos sectores del ámbito. Esto ha llevado a

consolidar a ciertos colectivos, permitiéndoles –mediante la consolidación de redes- desarrollarse y

reproducir sus modos de vida y sus costumbres. Este asentamiento y reproducción de lo exótico ha

logrado colarse en la sociedad de acogida de diversas maneras, como son por ejemplo los sendos

restaurantes de comidas foráneas que son frecuentados en gran parte por madrileños o actividades

musicales y tradicionales que comparten con los vecinos autóctonos. Estas prácticas simbólicas que le

dan una continuidad al inmigrante son piezas claves para la interacción social con los demás vecinos

del barrio y por ende para mejorar la integración y evitar la marginalización que lleva a la guetización.

CONCLUSIONES

La aproximación al fenómeno migratorio que se ha presentado en este trabajo, se ha apoyado en

ámbitos privilegiados para observar los procesos de producción y construcción social del espacio

urbano en el que las nuevas poblaciones se insertan. Más allá de los esencialismos que anclan la

cultura a un territorio determinado, la introducción de nuevos grupos sociales en un nuevo contexto

urbano nos permite visualizar su capacidad de reterritorialización (Graces, 2006), nos aclara los

procesos de redefinición de sus identidades en el nuevo contexto sociocultural de acogida y esclarece

la sucesión de transformaciones físicas y simbólicas acontecidas en un lugar.

A pesar de las diferencias entre los dos casos estudiados –la conformación histórica, el tipo de

asentamiento urbano o rural, el proceso de colonización, las motivaciones de la inmigración, etc. –,

ambos presentan similitudes en la dinámica existente generada por la secuencia de eventos de

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

17

apropiación del lugar por parte de los foráneos. Esto quiere decir, que ciertas características

socioespaciales comunes, –el mal estado de la infraestructura urbana, la baja calidad de la edificación,

los bajos niveles de renta, etc.– han permitido el asentamiento y desarrollo de las comunidades de

inmigrantes en el lugar, evidenciándonos que efectivamente, la cuestión de lo urbano está totalmente

ligada al proceso de asentamiento e inserción del recién llegado en la sociedad de acogida. En los dos

casos, los inmigrantes están circunscritos en un submercado inmobiliario limitado por oferta

residencial a la que acceden, restringiéndolos a barrios con grandes deficiencias tanto urbanas como en

calidad de la edificación, y conformando guetos dentro de estas ciudades.19

Además de esta segregación espacial evidente en ambos asentamientos, se ha corroborado la

importancia de los espacios comerciales de la inmigración como escenarios clave en la sociabilidad

del extranjero, pues son espacios de interacción y relación donde establecer redes sociales que

contribuyen a la reproducción de las prácticas y ritos de las poblaciones inmigrantes. Y es que en el

paisaje urbano de estos espacios de concentración comercial y residencial inmigrante se han generado

importantes transformaciones en la estructura física y social de su territorio. Estos espacios ya no son

sólo lugares a apropiarse sino también una expresión de quienes los usan: los comercios ofertan una

serie de servicios y productos que difícilmente se encuentran en otro lugar; los grafismos de los

comercios o el idioma que predomina nos remite al lugar de origen; las fisonomías de sus habitantes

son diferentes, etc. Conforman una autentica isla étnica que responde a las exigencias de su sociedad

de origen –a los ritos y prácticas sociales, culturales y religiosas-, de ahí que las “fronteras físicas

empiezan a convertirse en fronteras simbólicas y culturales, ya que separan a los nacionales de los

inmigrados” (Checa, 2003:127).

Por otro lado, la imagen elaborada sobre la inmigración marca a los inmigrantes como portadores de

una identidad deteriorada y estereotipada, que ponen de manifiesto los procesos de criminalización, de

miserabilización o de etnicización que ellos padecen, dotando a los espacios que ocupan con los

significados del estigma, como lugares inseguros, sucios y ruinosos. Además los inmigrantes dejan de

ser individuos con sus diferencias –como por ejemplo, rasgos de personalidad, clase social,

procedencia e incluso habla- para convertirse en tipos sociales, que nos llevan a reaccionar ante los

miembros de los grupos de una manera predeterminada, más que reaccionar ante los individuos

independientemente de su identidad grupal (Navas y Cuadrado, 2001).

Sin embargo, a pesar de las múltiples coincidencias entre los dos ámbitos, también existen grandes

diferencias que nos permite identificar el nivel de integración de los recién llegados. En El Ejido, el

asentamiento inmigrante ha sido un proceso acelerado, con evidentes dificultades de asimilación y

falta de previsión en la administración del territorio; mientras que en Lavapiés se ha experimentado

una llegada más lenta dando lugar a una mayor integración de los extranjeros y a la configuración de

un barrio multiétnico. Una muestra de ello es la existencia de Asociaciones y ONG’s en Lavapiés, lo

que ha favorecido la apropiación espacial y perceptual de ciertos sectores del lugar. Mientras que en el

Ejido, la carencia de estos referentes o herramientas de apoyo, disminuye o al menos no potencia las

posibilidades de convivencialidad de los recién llegados. Paralelamente, la mayor aglomeración y

representación de comercios y actividades fortalece el sentimiento de grupo en el caso madrileño,

mientras que en El Ejido todavía está en una fase incipiente, con una menor representación de

19

“Los guetos se han desarrollado al mudarse las familias de mejores ingresos fuera de los barrios (…) y este abandono ha

vuelto más difícil sostener las instituciones básicas de la comunidad, provocando un aislamiento social, político y económico

de los que se quedan” (Wilson, 1987:144; cit. Checa y Arjona, 2001).

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

18

actividades comerciales migrantes y, lo que es más importante, un menor uso de estos espacios por

parte de los autóctonos.

Y es que la temporalidad del proceso migratorio es un factor clave en la integración del inmigrante y

en la formación de sus redes sociales. Cuanto más antiguo es el proceso migratorio, como es el caso de

Lavapiés, mayor es el grado de apropiación del lugar y, lo que es más interesante, más complejas y

densas son las redes sociales, limitándose estas no solo al grupo étnico, sino extendiéndose más allá y

ejerciendo una mayor interacción con grupos locales de acogida. Es así, que aunque, los nuevos usos

de los espacios urbanos en ambos barrios demuestran claramente el proceso de consolidación y

transformación de estos territorios, en Lavapiés estás prácticas y tradiciones étnicas han pasado a

formar parte de las actividades culturales y recreativas del barrio, mientras que en El Ejido se

desarrollan al margen de la sociedad de acogida, donde apenas existe interacción entre el inmigrante y

el nacional. Esto conlleva a que, en el caso madrileño, con el pasar de los años, estas representaciones

o tradiciones han pasado a formar parte de la identidad del lugar y ya no sólo de la identidad del

inmigrado, configurándose como oferta cultural y de ocio del barrio. Es por ello, que hoy en día, la

población de Madrid considera la multiculturalidad de Lavapiés como una de sus principales

características a valorar –y por lo tanto parte de la identidad del barrio-, mientras que en El Ejido es

considerado como un barrio marginal y ajeno de la actividad cultural del municipio, así como el

inmigrante y sus actividades son tomadas como un problema más que como una oportunidad20

.

Para finalizar, como epílogo esperanzador, destacar como el manejo y la gestión del espacio público

urbano como canal y emplazamiento de estas dinámicas, puede ser un potenciador y dinamizador para

mejorar las condiciones de interacción entre la sociedad de acogida y el inmigrante, favoreciendo su

integración, pues al promover las costumbres y tradiciones populares foráneas como elementos

exóticos, el carácter negativo que crea marginalización desaparece, favoreciendo la creación de nuevos

vínculos entre las múltiples sociedades que conviven en un mismo lugar. El intercambio de valores,

costumbres o competencias entre unos y otros, fomenta un mayor interés y respeto, otorgando a las

minorías étnicas un lugar dentro de la ciudad y de la sociedad, pues se les reconoce y se les visibiliza,

al ser un trato más igualitario.

Surge así la necesidad de “…desarrollar acciones sociales dirigidas a facilitar el uso comunitario del

suelo de la ciudad, a potenciar su dimensión colectiva y a influir sobre los mecanismos de

urbanización que incrementan la segregación residencial.” (Zárate, 2001:419). Por último señalar

también como estas políticas municipales respecto a la articulación de los espacios urbanos son uno de

los instrumentos políticos más influyentes en la integración social del inmigrado, ya que en los

procesos de identificación, el entorno vivido forma parte de la construcción de identidades colectivas.

De ahí la importancia del concepto del “entorno vivido” como clave para rescatar las prácticas sociales

que permiten erigir a los espacios urbanos como herramientas indiscutibles para la mejora de los

procesos de integración de estas comunidades en las ciudades, mejorando así los efectos espaciales y

relacionales de la afluencia de los diversos colectivos de inmigrantes y de los procesos de redefinición

identitaria de éstos.

20 Actualmente, y tras el conflicto étnico sucedido en El Ejido en febrero del 2000 (véase Martínez Veiga, 2001 o Checa,

2001) podemos afirmar que existe una actitud hostil por parte de la autoridades en la instalación de nuevos negocios, lo que

impide la configuración de enclaves étnicos, frenado la integración y apropiación del lugar por parte de los extranjeros.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

19

BIBLIOGRAFÍA

Agustín HERNÁNDEZ AJA (Dir.) Los límites funcionales de capacidad del barrio de embajadores.

Sección de Urbanismo del Instituto Juan de Herrera (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de

Madrid, 2008).

Alejandro GARCÉS, “Configuraciones espaciales de lo inmigrante. Usos y apropiaciones de la

ciudad” en Papeles del CEIC, Nº20 (2006). http://www.ehu.es/CEIC/papeles/20.pdf

Ángeles CASTAÑO MADROÑAL, “Inserción social y residencial de los inmigrantes en las áreas

urbanas de Sevilla y El Ejido”, en AREAS, Revista Internacional de Ciencias Sociales, Nº28,

Migraciones internacionales, contextos y dinámicas territoriales, 89-109(2009).

Antonio M. ZÁRATE MARTÍN, “Imágenes mentales del centro de Madrid, el barrio de Lavapiés” en

Boletín de la Real Sociedad Geográfica ISSN 0210-8577, Nº. 137-138. Universidad Nacional de

Educación a Distancia (UNED), Madrid (2001).

Ash AMIN “Collective culture and urban public space” en City, Vol.12, I.1, 5-24. (London, 2008).

J. CEBRIÁN y M. BODEGA. El negocio étnico, nueva fórmula de comercio en el casco antiguo de

Madrid. El caso de Lavapiés. Revista Estudios Geográficos LXIII, 248-249. España (2002).

D. STOKOLS, y S. A SHUMAKER. People in places: a transactional view of settings. En J. Harvey

(ed.), Cognition, social behavior and environment, Hillsdale, NJ: Erlbaum. (1981).

David UCLES, José Felipe JIMÉNEZ y otros. Informe económico de la Provincia de Almería, 2003.

El reto de la inmigración. (Almería, Edita la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Almería,

2005).

DEFENSOR DEL PUEBLO ANDALUZ, El alojamiento y la vivienda de los trabajadores inmigrantes

en el Poniente Almeriense y Campo de Níjar. Informe especial al parlamento de Andalucía. (Sevilla,

Editorial de la Junta de Andalucía, 2001).

Doreen MASSEY, “Pensare il luogo” en Doreen MASSEY y Pat JESS (ed), Loughi, cultura e

globalizzazione (Torino, UTET librería, 2001).

Eduard SOJA, Post Modern geographies: the reassertion of space in critical social theory (London,

Verso, 1988).

Enrique SANTAMARÍA, La incógnita del extraño. Una aproximación a la significación sociológica

de la inmigración no comunitaria (Barcelona, Anthropos Editorial, 2002).

Eric MUMFORD, The CIAM discourse on Urbanism, 1928-1960 (Cambridge, MA: MIT Press,

2000).

Fernando ROCH PEÑA “Optimización inmobiliaria, residencial y poblacional del barrio de

embajadores”. Sección de Urbanismo del Instituto Juan de Herrera (Escuela Técnica Superior de

Arquitectura de Madrid-UPM, 2008).

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

20

Francisco CHECA, “Factores endógenos y exógenos para la integración social de los inmigrados en

Almería” en Francisco CHECA, Ángeles ARJONA y Juan Carlos CHECA (ed.). La integración social

de los inmigrados. Modelos y experiencias. (Almería, Ediciones Icara, Sociedad y Opinión, 2003),

103-150.

Francisco TORRES “Las dinámicas de la convivencia en un barrio Multicultural”, en Papeles del

CEIC vol. 2006/1, Nº 23. (2006).

H. M. PROSHANSKY. The city and self-identity. Environment and Behavior, 10, 147-170. (1978).

Henri LEFEBVRE, Espacio y política (Madrid, Alianza Madrid, 1976).

Isabel APARICI, “Todos los colores en el gris. Inmigrados en el espacio público del Raval

Barcelones”, en Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y ciencias Sociales, Nº 94(2001),

http://www.ub.edu/geocrit/sn-94-44.htm.

José Francisco JIMÉNEZ DÍAZ, “The process of globalization in an Andalusia town, study of El

Ejido”, en Francisco ENTRENA DURAN (Dir.), Local reaction to globalization process. Competitive

adaptation or socioeconomic erosion. (New York, Nova Science Publishers Inc, 2003), 95-111.

Juan CHECA OLMOS y Ángeles ARJONA GARRIDO “El Ejido: de erial urbano a ciudad-cortijo”,

en Francisco CHECA, F.(dir), El Ejido: la ciudad-cortijo. Claves socioeconómicas del conflicto

étnico. (Barcelona, Edita Icara Editorial, 2001), 127-170.

Juan CHECA OLMOS y Ángeles ARJONA GARRIDO, “Ubicación espacial de los negocios étnicos

en Almería. ¿Formación de enclaves económicos étnicos?”, en Estudios Geográficos, Nº263 (2007),

391-415.

L. MARTÍNEZ y E. RAMÍREZ. La rehabilitación integral en Madrid. Ejemplos: Áreas de

rehabilitación preferente de Lavapiés y Cañoroto. Revista de Obras públicas n. 3377. Madrid. (1998).

M. Carmen HIDALGO, Apego al lugar: ámbitos, dimensiones y estilos. Tesis doctoral no publicada,

(Universidad de La Laguna, 1998).

Manfred MAX-NEEF, Desarrollo a Escala Humana (Montevideo, Nordan-Comunidad, 1993).

Marco LALLI. Urban-related Identity: Theory, measurement and empirical findings. Journal of

Environmental Psychology, 12, 285- 303. (1992).

Marisol NAVAS LUQUE Y Isabel CUADRADO, “El perjuicio étnico: crónica de un conflicto

anunciado”, en Francisco CHECA, F.(dir), El Ejido: la ciudad-cortijo. Claves socioeconómicas del

conflicto étnico. (Barcelona, Edita Icara Editorial, 2001), 170-198.

Perla KOROSEC-SERFATY, (1976) “Appropriation of space” en Proceedings of the Strasbourg

conference IAPC-3. ( Strasbourg-Lovaine La Neuve,1976).

Robert SACK, Human territoriality: a theory, en Annals of the Association of American Geographers,

Nº 73, 55-74(1983), University of Wisconsin, Madison.

Redefinición de las identidades urbanas de los inmigrantes en El Ejido

(Almería) y Embajadores (Madrid)

H. von Breymann y M. Zapiain

N-AERUS XII / Madrid 20-22/10/ 2011

21

Sergi VALERA, y Enric POL. El concepto de identidad social urbana: una aproximación entre la

Psicología Soial y la Psicología Ambiental. Anuario de Psicología, 62, 5-24. (1994).

Stefano BOERI, "Eclectic atlases. Four possible ways of seeing the city" in Daidalos, 69-70 (1998):

102-113.

Tomeu VIDAL y Enric POL., “La apropiación del espacio: una propuesta teórica para comprender la

vinculación entre las personas y los lugares” en Anuario de Psicología, Vol. 36, Nº 5, 281-297

(Universidad de Barcelona, 2005).

Tomeu VIDAL, Enric POL, Maribel PERÓ y Joan GUARDIA, “Un modelo de apropiación del

espacio mediante ecuaciones estructurales” en Medio Ambiente y Comportamiento Humano, Nº 5, 27-

52 (2004).