reconstrucción: qué, cómo, cuándo, dónde y por qué

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RECONSTRUCCIÓN: QUÉ, CÓMO, CUÁNDO, DÓNDE Y POR QUÉ Lucía Gómez Robles Universidad de Granada, España INTRODUCCIÓN Hablar de reconstrucción en el patrimonio es siempre un tema controvertido y, de hecho, las cartas de restauración desde Venecia (1964) la niegan constantemente por oponerse al sacrosanto principio de la “autenticidad”. Esa autenticidad viene definida por la cultura occidental basada, fundamentalmente, en el empirismo y la importancia de lo material. Sin embargo las culturas orientales expresan diferentes puntos de vista basados en filosofías diferentes y una comprensión del tiempo no lineal, enunciados de forma oficial a través del documento de Nara 1 (1994), que dan relevancia a los procesos frente a la materia. Evidentemente la reconstrucción sistemática no es una solución razonable ni deseable en todos los casos, pero existen circunstancias especiales que obligan a plantearla como alternativa real durante el proceso de reflexión sobre la conservación del patrimonio. Ya sucedió con los conocidísimos casos de la torre de Venecia, la Frauenkirche o el más reciente puente de Mostar, entre otros. En todos ellos el carácter simbólico de dichos edificios y la necesidad de reforzar el sentimiento de identidad de la población ante la pérdida repentina de sus monumentos insignias fueron cruciales para optar por la reconstrucción de los mismos. Pero las reconstrucciones no son realizadas únicamente en situaciones límite. Un número considerable de sitios arqueológicos y arquitectónicos han sido y continúan siendo reconstruidos como herramienta de interpretación, de explicación al público, de unos restos difícilmente comprensibles. Knossos, representante principal de la civilización minoica y una de las reconstrucciones más célebres de la historia del patrimonio, es hoy en día el segundo lugar más visitado de Grecia y es ampliamente admirado por los visitantes por su capacidad para explicar la arquitectura de ese momento histórico. Faistós, Malia, Zakros, Palaikastro, Gurniá, Hagia Tríada, Niru Jani, Amnisos, Arjanes, Arkalojori, Tilisós, Vatípetrón, entre otros, son varios de las decenas de sitios arqueológicos pertenecientes al mundo minoico que existen en Creta, algunos de ellos de una gran relevancia y sin embargo son olvidados por el público que no puede entender unas ruinas incomprensibles y, por tanto, tampoco identificar en ellas parte de su pasado cultural. También la reconstrucción mediante la sustitución constante de elementos deteriorados llevada a cabo en las culturas orientales para garantizar la durabilidad y la dignidad del edificio, basada en una concepción cíclica del tiempo en la que no hay diferencia entre presente, pasado y futuro, pone de manifiesto un punto de vista diferente cuyas derivadas conceptuales deberían, al menos, ser objeto de reflexión. Identidad, referencias culturales, etc. son parámetros esenciales cuando se afronta la conservación después de grandes desastres, pero en otras circunstancias, la interpretación o 1 The Nara Document on Authenticity. Conference on Authenticity in Relation to the World Heritage Convention. Nara, Japan, 1-6 November 1994. http://ge-iic.com/files/Cartasydocumentos/Documento_de_Nara.pdf

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Una de las fuentes de difusión de las investigaciones en torno al patrimonio cultural más importantes y permanentes son las publicaciones, en sus diversos soportes, tanto impresos como electrónicos. En ellas hallamos desde las informaciones primigenias sobre un contenido, hasta las más recientes y actualizadas. Esto nos permite hacer comparaciones reflexivas, así como estructurar propuestas de nuevas aproximaciones al estudio de temas vinculados con el patrimonio material e inmaterial de la nación. Presentamos aquí algunas publicaciones recientes de interés general.

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Page 1: Reconstrucción: qué, cómo, cuándo, dónde y por qué

RECONSTRUCCIÓN: QUÉ, CÓMO, CUÁNDO, DÓNDE Y POR QUÉ L uc ía Gó mez Ro b le s

Un iv er s i da d d e Gra na da, E sp añ a

INTRODUCCIÓN

Hablar de reconstrucción en el patrimonio es siempre un tema controvertido y, de hecho, las

cartas de restauración desde Venecia (1964) la niegan constantemente por oponerse al

sacrosanto principio de la “autenticidad”. Esa autenticidad viene definida por la cultura

occidental basada, fundamentalmente, en el empirismo y la importancia de lo material. Sin

embargo las culturas orientales expresan diferentes puntos de vista basados en filosofías

diferentes y una comprensión del tiempo no lineal, enunciados de forma oficial a través del

documento de Nara1 (1994), que dan relevancia a los procesos frente a la materia.

Evidentemente la reconstrucción sistemática no es una solución razonable ni deseable

en todos los casos, pero existen circunstancias especiales que obligan a plantearla como

alternativa real durante el proceso de reflexión sobre la conservación del patrimonio. Ya

sucedió con los conocidísimos casos de la torre de Venecia, la Frauenkirche o el más reciente

puente de Mostar, entre otros. En todos ellos el carácter simbólico de dichos edificios y la

necesidad de reforzar el sentimiento de identidad de la población ante la pérdida repentina

de sus monumentos insignias fueron cruciales para optar por la reconstrucción de los

mismos.

Pero las reconstrucciones no son realizadas únicamente en situaciones límite. Un

número considerable de sitios arqueológicos y arquitectónicos han sido y continúan siendo

reconstruidos como herramienta de interpretación, de explicación al público, de unos restos

difícilmente comprensibles. Knossos, representante principal de la civilización minoica y una

de las reconstrucciones más célebres de la historia del patrimonio, es hoy en día el segundo

lugar más visitado de Grecia y es ampliamente admirado por los visitantes por su capacidad

para explicar la arquitectura de ese momento histórico. Faistós, Malia, Zakros, Palaikastro,

Gurniá, Hagia Tríada, Niru Jani, Amnisos, Arjanes, Arkalojori, Tilisós, Vatípetrón, entre otros,

son varios de las decenas de sitios arqueológicos pertenecientes al mundo minoico que

existen en Creta, algunos de ellos de una gran relevancia y sin embargo son olvidados por el

público que no puede entender unas ruinas incomprensibles y, por tanto, tampoco

identificar en ellas parte de su pasado cultural.

También la reconstrucción mediante la sustitución constante de elementos

deteriorados llevada a cabo en las culturas orientales para garantizar la durabilidad y la

dignidad del edificio, basada en una concepción cíclica del tiempo en la que no hay

diferencia entre presente, pasado y futuro, pone de manifiesto un punto de vista diferente

cuyas derivadas conceptuales deberían, al menos, ser objeto de reflexión.

Identidad, referencias culturales, etc. son parámetros esenciales cuando se afronta la

conservación después de grandes desastres, pero en otras circunstancias, la interpretación o

1 The Nara Document on Authenticity. Conference on Authenticity in Relation to the World Heritage Convention. Nara,

Japan, 1-6 November 1994. http://ge-iic.com/files/Cartasydocumentos/Documento_de_Nara.pdf

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la preservación de técnicas tradicionales, también parte del patrimonio, aunque sea

inmaterial, ¿pueden justificar la reconstrucción?

Como de hecho seguimos reconstruyendo el patrimonio deberemos definir claramente

qué, cómo, cuándo, dónde y por qué.

L a R e c o n s t r u c c i ó n p a r a E n s e ñ a r : E l P a t r i m o n i o A r q u e o l ó g i c o

Quien ha estudiado más a fondo la cuestión de la reconstrucción de las

ruinas es, sin duda, Nicholas Stanley-Price2. El antiguo director del

ICCROM expone brillantemente las justificaciones de estas

reconstrucciones, basadas en la existencia de un valor simbólico nacional,

la continuidad de uso o re-uso, su valor didáctico y para la investigación, la

promoción turística y la preservación los propios sitios arqueológicos.

El Doctor Stanley-Price analiza también los aspectos negativos de la

reconstrucción: el valor evocativo de las ruinas, la dificultad o

imposibilidad de alcanzar la autenticidad, el riesgo de producir

información errónea, la destrucción de las evidencias originales, el

trastorno de los valores paisajísticos, la distorsión de la interpretación de

los sitios arqueológicos que muy a menudo contienen más de una fase

superpuestas y, finalmente, el alto coste.

Su propuesta para la reconstrucción de ruinas arqueológicas es:

considerar siempre que se trata de edificios nuevos, reconstruir sólo si los

valores alcanzados por la nueva intervención son mayores que si los de las

propias ruinas, documentar en detalle los restos, no destruir nunca dichos

restos haciéndolos evidentes para el público y preservar las

reconstrucciones del pasado, aunque estas sean erróneas ya que éstas

han pasado a formar parte de la historia de las ideas.

R e c o n s t r u i r e n l a P o s g u e r r a

El interés por reconstruir las ciudades destruidas tras la postguerra está

íntimamente ligado a la necesidad de devolver a la población un entorno

familiar y que permita a la comunidad olvidar el traumático y reciente

pasado.

Dentro de esa necesidad, la estrategia de reconstrucción a nivel urbano se

puede ejemplificar con dos ejemplos claros, geográficamente cercanos y

arruinados bajo el mismo suceso, que polarizan las opciones posibles:

Berlín y Dresde.

2 STANLEY-PRICE, N. The Reconstruction of Ruins: Principles and Practice. Conservation: Principles, Dilemmas and

Uncomfortable Truths. Elsevier, 2009. http://www.archaeological.org/pdfs/sitepreservation/N_S-P_Article_Dec_2009.pdf

STANLEY-PRICE, N. Excavated Foundations and Total Reconstruction. http://221.145.178.204/nrichdata/arc/book/file/GFF17_01_01.pdf

Fig. 1. Postdamer platz, Berlín, en 1933.

GAY, N. Berlin then and now. China: Thunder Bay

Pres, 2005. p. 88

Fig. 2. Postdamer platz, Berlín, en 2009

Fig. 3. Reconstrucción de edificios, Dresde, en

2009.

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Destruidas ambas por los aliados en 1945, al final de la Segunda Guerra

Mundial, las estrategias para la reconstrucción de ambas ciudades han sido

completamente opuestas. Mientras que Berlín optó por un cambio radical en

su arquitectura para construir una ciudad moderna que rememora

tímidamente en su planta a la ciudad anterior a la guerra (Figs. 1 y 2), Dresde

se reconstruye de acuerdo con las fotografías existentes de la ciudad antes de

la destrucción con el objetivo de recuperar la “joya del este de Alemania”

(Figs. 3 y 4). En este gran proyecto urbano destaca sin duda como estandarte

la reconstrucción de la Frauenkirche, con un impresionante trabajo de

documentación previa para garantizar la “autenticidad” de este nuevo edificio

que ha aprovechado todos los restos aún existentes como muestran los

sillares oscurecidos por el fuego, ahora ensamblados con el resto de la nueva

estructura (Fig. 8).

Ese interés por recuperar un edificio que era un símbolo para la ciudad

contrasta con la postura berlinesa según la cuál, muchos de sus edificios

destruidos por la guerra, se han consolidado en su estado de destrucción,

como recuerdo del pasado, perdiendo en la mayoría de los casos la

posibilidad de uso, como la Kaiser Wilhem kirche, junto a la cual se ha

construido un nuevo templo (Fig. 9).

Existen, no obstante, algunos ejemplos de reconstrucción “dov’era com’era”

en Berlín, especialmente en los casos de las obras de arquitectura moderna

de principios del siglo XX (Fig. 5), de los que existía abundante

documentación, y cuya construcción distaba pocos años en el tiempo, aunque

no es la tónica general del proyecto de la ciudad reconstruida que es

esencialmente nueva.

En cualquier caso, no hay que olvidar que cuando un país o un área geográfica

se ven sometidos a un conflicto bélico que causa la destrucción de su

patrimonio, además de lo material, con la huida de la población se pierden

también las tradiciones, el patrimonio intangible3, que hacen posible la

arquitectura y el resto de manifestaciones artísticas

R e - C o n s t r u i r e n u n T i e m p o C í c l i c o

La filosofía oriental, tendencialmente espiritual, que difiere de la occidental, esencialmente

material, ha supuesto un desarrollo cultural muy diferente entre dos partes del planeta,

afectando también a la práctica de la restauración. En general, los principios ideados por la

cultura occidental para la conservación del patrimonio han sido asumidos por otras áreas

geográficas, especialmente en aquello que atañe a los grandes monumentos. Así nacen

cartas como los “China principles”, que adaptan las cartas europeas al contexto chino, o la

práctica de los hábitos occidentales en el patrimonio catalogado de India, altamente influido

por su condición de colonia británica, siguiendo la ideología europea.

Sin embargo, recientemente se están retomando en India las costumbres indígenas,

recuperando una actividad coherente con su filosofía y con su forma de entender la vida y el

devenir del mundo. En la “Charter for the Conservation of Unprotected Architectural

Heritage and Sites in India”4, los profesionales hindúes defienden la necesidad de mantener

las prácticas indígenas en el patrimonio no protegido, dando especial relevancia al

3 http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?pg=00002

4 Charter for the Conservation of Unprotected Architectural Heritage and Sites in India, Comments from INTACH

Conference, Session III, 2.11.2004. http://portal.architexturez.org/site/groups/intach-chtr/cons-chtr-2004-10-29.pdf

Fig. 4. Cartel de obra de un edificio en Dresde, en 2009.

Fig. 5. Bloque de viviendas de Walter Gropius

reconstruido en la Siedlung Berlin-Siemens

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mantenimiento de los sistemas constructivos tradicionales y al paisaje cultural del

patrimonio habitado como valores de autenticidad, favoreciendo la reconstrucción,

renovación, alteración y ampliación de edificios históricos de acuerdo con las exigencias de

la sociedad contemporánea, siempre bajo la práctica de las técnicas tradicionales. En este

contexto, el patrimonio no es interpretado sólo como la fábrica material que es sino como la

representación del conocimiento colectivo y del paisaje cultural, permitiendo en todo caso,

la incorporación de arquitectura y soluciones modernas allí donde la tradición no puede

llegar. El objetivo principal es garantizar que el patrimonio recobre su significado y utilidad

socioeconómica para la comunidad, por encima de la aplicación de principios como la

mínima intervención, la conservación de la pátina, la reversibilidad o la distinción de

adiciones.

El concepto de jeernodharanam (regeneración) que practican no sólo la India sino otros

muchos países asiáticos como Nepal es consustancial a la naturaleza perecedera de sus

materiales de construcción y a sus creencias tradicionales que encuentran mayor valor en la

continuidad de los valores espirituales y simbólicos que en los materiales.

Q u é

Cuando se habla de reconstrucción en la idea de recuperar arquitecturas y ciudades

perdidas, no debemos olvidar que, como dice Capitel5, una de sus características

fundamentales es su carácter cambiante. Se comportan como organismos vivos que sufren

constantes alteraciones a distinta velocidad que vienen marcadas por las necesidades de las

personas que las habitan que las van actualizando con el devenir de los tiempos. Por tanto

reconstruir, ¿qué? De entre todos los momentos históricos de un edificio

o ciudad habrá que determinar sólo uno de ellos y reconstruir ese y sólo

ese porque, aunque en el tiempo existen numerosos edificios y

numerosas ciudades todos distintos entre sí, en cada momento sólo

puede existir uno, eso sí, que contendrá en sí mismo, un fragmento de

todos los momentos anteriores.

Reconstruimos por tanto un momento concreto que además nunca será

aquel edificio o aquella ciudad, sino una imagen de ella, un reflejo de otro

tiempo en nuestra época, que además se volverá a modificar en el futuro,

aunque lo haga de forma diferente al original.

C ó m o

De todas las preguntas posibles sobre las reconstrucciones esta es

posiblemente la más compleja de contestar. Cuál es el punto de equilibrio

entre conservar lo auténtico, entendido como materia auténtica u

original, y ofrecer una imagen comprensible de algo que ya no existe.

Las nuevas tecnologías han hecho grandes avances en este campo, por

ahora con alcances similares a los antiguos dibujos de hipótesis

reconstructivas, pero con ambiciosas expectativas para el futuro6

centrados en la realidad aumentada que permitirá visitar un lugar y ver a

través de un dispositivo (gafas, pantalla, etc.) una reconstrucción virtual

del espacio. Pero mientras esta tecnología es un hecho, las respuestas

tradicionales a este problema se pueden resumir en tres tipos:

5 CAPITEL, A. Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración. Madrid: Alianza, 2009. p.82.

6 Vlahakis, V., Ioannidis, N., Karigiannis, J., Tsotros, M. y Gounaris, M. Virtual Reality and Information Technology for

Archaeological site promotion. Proceedings of the 5th International Conference on Business Information Systems (BIS02), Poznan, Poland, April 2002. http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.117.5971&rep=rep1&type=pdf

Fig. 6. Reconstrucción de de una iglesia de Zante,

isla de Zakynthos, tras el terremoto de 1953.

Fotografía del diario personal de Nicolaos Varvianis.

Fig. 7. Patio de Machuca de la Alhambra de

Granada

Page 5: Reconstrucción: qué, cómo, cuándo, dónde y por qué

1. Reconstrucción formal y material, apoyada por un proyecto de

documentación detallado y exhaustivo que lleve a la construcción de un

nuevo edificio con los mismos materiales y técnicas originales, recuperando

espacio y decoración, tal como se realizó en la Frauenkirche, tratando de

garantizar la máxima fidelidad en la reconstrucción de uno de los símbolos

de la ciudad tras la guerra. Este sistema es caro y, necesariamente

impreciso en los detalles, pero devuelve a la población su pérdida de la

forma más fiel posible.

2. Reconstrucción formal o ambiental, que recupera el aspecto del edificio, su

espacio y su decoración, pero usando materiales y técnicas actuales,

fingiendo una carga histórica inexistente, pero devolviendo la imagen al

entorno y restituyendo el antiguo escenario para la comunidad, tal y como

se hizo en la isla de Zakynthos, destruida en 1953 por un terremoto y donde

los edificios principales se reconstruyeron con hormigón armado chapado

en piedra de acuerdo con la documentación gráfica que de ellos quedaba

(Fig. 6). El mismo sistema es el ya descrito en Dresde (Figs. 3 y 4). También

se ha utilizado en sitios arqueológicos, como Knosos, reconstruyendo parte

del palacio de acuerdo a la investigación pero usando hormigón armado.

Económicamente es más asequible que la opción anterior.

3. Reconstrucción conceptual, en la que no se busca la repetición del original

sino su recuerdo. Frente a los dos casos anteriores, esta opción no devuelve

a la comunidad su entorno original, sino una imagen difusa del mismo, por

lo que se trata de un recurso más propio de ruinas no causadas por un

acontecimiento traumático. Buenos ejemplos de esta práctica son el patio

de Machuca de la Alhambra, de Leopoldo Torres Balbás, que recupera dos

de sus frentes mediante el modelado de varios cipreses (Fig. 7) o el

proyecto de Franco Minisi para la villa del Casale, a pesar de todos los

problemas de conservación que ha generado, recuperando los volúmenes

de la villa tardorromana y ofreciendo a los visitantes un excepcional punto

de vista de los mosaicos conservados (Fig. 10).

En las tres opciones barajadas, no obstante, no se contempla la recuperación

del patrimonio intangible también temporalmente perdido en las grandes

destrucciones y latente sólo el tiempo que dura la generación superviviente.

Hacer que la recuperación del patrimonio inmaterial (costumbres, técnicas

tradicionales, fiestas, etc.) vaya de la mano de la reconstrucción arquitectónica

y urbanística, ayudará y potenciará ambas. El uso de las técnicas artesanales de

construcción mejorará el resultado arquitectónico de lo reconstruido y hará que

estas no se pierdan y a su vez la arquitectura, construida según la tradición,

podrá albergar en un ambiente familiar y apropiado las actividades populares

pertenecientes al patrimonio inmaterial, tal y como se ha llevado a cabo en

algunas zonas durante el postconflicto, como El Salvador7.

7 SERMEÑO, H. I. Promoting cultural heritage in post-war recovery: El Salvador. En Cultural Heritage in Postwar Recovery.

Rome: ICCROM, 2007.

Fig. 10. Sala del triclinium, Villa del Casale en Piazza Armerina, Sicilia, en 2009.

Fig. 9. Kaiser Wilhem kirche y nuevo

templo en primer plano, Berlín, en 2009.

Fig. 8. Nueva Frauenkirche, Dresde, en 2009.

Page 6: Reconstrucción: qué, cómo, cuándo, dónde y por qué

C u á n d o

No es posible reconstruir todas las ruinas, ya sean arqueológicas o resultado de un

acontecimiento dramático, provocado por el hombre o por la naturaleza. Tampoco se puede

obviar que la cultura occidental tiene una concepción del tiempo lineal por la cual no se

puede ignorar la historia de los edificios8, sustituyendo los materiales antiguos por nuevos

tal y como se hace en oriente, porque eso constituiría una traición o nuestra propia filosofía.

Sin embargo, se pueden tomar de ella algunos préstamos admisibles.

Generalmente se acepta la reconstrucción del patrimonio cuando ésta va en la

dirección de devolver a los pueblos su identidad traumática y repentinamente perdida, pero

también se puede contemplar la reconstrucción puntual de determinados sitios

arqueológicos, cuando existen varios restos similares, como sucede en Creta con los

asentamientos minoicos citados en la introducción, previa documentación exhaustiva previa

y eligiendo ejemplos de menor relevancia. En este caso se trata de sacrificar unos restos por

la mejor comprensión del conjunto, lo que acaba favoreciendo económicamente a ese sitio

que, de otro modo podría acabar desapareciendo por la falta de recursos para su

mantenimiento.

D ó n d e

Pero ante la inviabilidad de reconstruir ciudades completas tal y como fueron, la solución

deberá ser necesariamente mixta en función de las características y valores de sus distintas

partes:

1. Formal y material, al modo alemán de la Frauenkirche, para casos puntuales de

relevancia simbólica.

2. Ambiental, para el contexto que rodea a esos edificios o pequeños conjuntos

anteriores de gran relevancia, y en este caso, más que una reconstrucción formal al

modo occidental, sería más conveniente una reconstrucción de las técnicas al modo

oriental, para recuperar el espíritu cultural del lugar. Con esa estrategia se produce

una doble recuperación: del patrimonio tangible perdido o, mejor dicho, de su

imagen o reflejo, y del patrimonio intangible encarnado por las tradiciones

heredadas por la comunidad durante siglos y que, de otro modo, pueden perderse

para siempre.

3. Renovación, para el resto de la ciudad, asumiendo las técnicas modernas y

generando una trama que supere los problemas de las anteriores.

1. En el caso de los restos arqueológicos, y como ya se ha dicho, implica un sacrificio

de un asentamiento, por lo que siempre estaría sometido a la existencia de muchos

otros ejemplos de mayor importancia y a su incapacidad para generar recursos de

automantenimiento.

P o r Q u é

Evidentemente ante la gran pérdida material y emocional que supone la destrucción

repentina de una ciudad, la decisión de reconstruir parcial o globalmente la misma, sean

cuales sean los métodos, es legítima y en ocasiones necesaria para devolver a la población su

identidad. Algunos pueblos han decidido aprovechar la “oportunidad” reinventándose a sí

mismos, como el citado caso de Berlín después de la guerra, o Chicago tras el incendio, pero

es también un derecho de éstos insistir en recuperar su ciudad como era.

8 LATORRE, P. El levantamiento para la restauración: No hay método sin herramientas. En prensa en Loggia.

Page 7: Reconstrucción: qué, cómo, cuándo, dónde y por qué

Reconstruir en esos casos dramáticos, no significa solamente volver a levantar los

edificios caídos, sino la sociedad caída, y para ello deberán recuperarse sus tradiciones que

dependen de la sociedad y no de los gobiernos. La reconstrucción material y arquitectónica

deberá ser la más adecuada para hospedar el frágil patrimonio intangible, porque es la

memoria de lo que esas sociedades fueron lo que está en juego.

Mientras, en las ruinas olvidadas por el tiempo y descubiertas ahora, también existe el

deber de reconstruir la historia. A menudo los profesionales que trabajan en el campo de la

restauración se repiten que es necesario salvaguardar el valor de autenticidad. Discuten

sobre su significado y su importancia, y justifican la necesidad de mantener intactas las

arquitecturas del pasado porque deben ser transmitidas al futuro en su estado de virginidad.

Ahora bien, los edificios en ruinas no son comprensibles para la mayor parte del

público, que necesita de la mediación, de la interpretación de los especialistas para

reconocer un patrimonio que le pertenece. Los investigadores que trabajan sobre estos

restos, no son más que usufructuarios temporales de estos bienes con la misión de hacerlos

perdurar en el futuro, pero también de hacerlos comprensibles. De otro modo se produce

una desafección de la población, propietaria real y última del patrimonio, por ese legado,

transformándose en productos de una élite científica conservados para otra élite futura, en

vez de para las próximas generaciones de los pueblos.

Por último, no debemos olvidar que no reconstruimos la materia, no es posible.

Reconstruimos la memoria, lo que no debemos olvidar, porque, como cita Priyaleen Singh9

“no sabes dónde estás, a menos que sepas dónde has estado”.

9 SINGH, P. Preparing conservation plans that also educate. En Thinking Conservation: contemporary perspectives for

India. Mumbai: Jasubhai Media, 2010. p. 67: “you do not know where you are unless you know where you have been”