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Área temática 2 2.25. ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LA FLECHA LITORAL DEL ROMPIDO ENTRE 1956 Y 2009 MEDIANTE DIGITAL SHORELINE ANALYSIS SYSTEM (DSAS) D. García1, L. M. Cáceres2 © 2012 Los autores. Prohibida su reproducción en cualquier medio sin mencionar su fuente o su utilización con objetivos comerciales sin la autorización previa por parte de sus autores. Los responsables de la presente publicación agradecen la desinteresada colaboración de los ponentes y de los asistentes al Congreso de Gestión Integrada de Áreas Litorales, GIAL 2012, celebrado en Cádiz (España) del 25 al 27 de enero de 2012. Grupo de Investigación en Gestión Integrada de Áreas Litorales, Universidad de Cádiz, España: www.gestioncostera.es También en el blog del Congreso, en www.gial2012.com Cualquier sugerencia u observación, rogamos la hagan llegar al Grupo a través de cualquiera de ambos canales telemáticos.

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Área temática 2   

2.25. ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LA FLECHA LITORAL DEL ROMPIDO ENTRE 1956 Y 2009 MEDIANTE DIGITAL SHORELINE ANALYSIS SYSTEM (DSAS) D. García1, L. M. Cáceres2 © 2012 Los autores. Prohibida su reproducción en cualquier medio sin mencionar su fuente o su utilización con objetivos comerciales sin la autorización previa por parte de sus autores. Los responsables de la presente publicación agradecen la desinteresada colaboración de los ponentes y de los asistentes al Congreso de Gestión Integrada de Áreas Litorales, GIAL 2012, celebrado en Cádiz (España) del 25 al 27 de enero de 2012. Grupo de Investigación en Gestión Integrada de Áreas Litorales, Universidad de Cádiz, España: www.gestioncostera.es También en el blog del Congreso, en www.gial2012.com Cualquier sugerencia u observación, rogamos la hagan llegar al Grupo a través de cualquiera de ambos canales telemáticos.  

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I Congreso Iberoamericano de Gestión Integrada de Áreas Litorales ‐ 2012 

 

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2.25.  ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LA FLECHA LITORAL DEL ROMPIDO ENTRE 1956 Y 2009 MEDIANTE DIGITAL SHORELINE ANALYSIS SYSTEM (DSAS) 

 D. García1, L. M. Cáceres2 

 1 Estudiante de Posgrado de Geografía, Universidad de Sevilla; c/ María de Padilla s/n.41004. Sevilla, España. [email protected]                            2 Departamento de Geodinámica y Paleontología, Universidad de Huelva, Avda. Tres de Marzo,  s/n, 21071‐Huelva, España. [email protected]  Palabras Clave: Costa de Huelva, Flecha del Rompido, GIS, DSAS.  

RESUMEN  

La  flecha  litoral  del  Rompido  se  encuentra  ubicada  al  suroeste  de  la  provincia  de  Huelva. Constituye  un  gran  cuerpo  arenoso  que  se  extiende  paralelo  a  la  costa,  separando  y  cerrando  el estuario  del  río  Piedras  del  océano  Atlántico.  Esta  formación  sedimentaria  constituida  a  partir  de antiguas  islas  barrera,  se  encuadra  en  un  área  de  clima  mediterráneo  con  marcada  influencia oceánica.  Respecto  a  los  factores  hidrodinámicos  destaca  por  su  papel  en  la  configuración  de  la flecha,  los vientos dominantes del Suroeste que originan un oleaje medio del  tercer cuadrante, así como una deriva litoral resultante que discurre paralela a la costa en sentido oeste‐este. También hay que resaltar un régimen mareal definido como mesomareal semidiurno, con un rango medio en torno a los 2 m.  

El  conjunto de  la  flecha  constituye un enclave de enorme  valor paisajístico  y ambiental,  siendo único en todo el litoral andaluz, tanto por sus dimensiones (más de 10 km de longitud y entre 350‐750 m de anchura) como por su geodinámica y geomorfología peculiares. Estas características unida a  la riqueza de su flora y fauna llevaron al conjunto (2.530 ha) a ser declarado Paraje Natural mediante la Ley 2/1989, de 18 de  julio, por  la que se aprueba el  inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía.  También  es  destacable,  y  ha  sido  parte  del  estudio,  los  cambios  en  los  usos  del  suelo provocados por la intensa ocupación antrópica, fundamentalmente con fines turísticos, de este tramo del litoral. 

El presente trabajo se ha realizado principalmente utilizando la extensión gratuita de ArcGis Digital Shoreline Analysis System (DSAS), la cual permite bajo un entorno GIS, el trazado de unos transectos sobre distintas líneas de costa y el cálculo de varios parámetros estadísticos sobre los cambios entre ellas. En este caso  las  líneas de costa analizadas han sido  las correspondientes a 1956, 1977, 1998 y 2008, previamente digitalizadas a partir de las ortofotos disponibles vía wms en la Red de Información Ambiental de la Junta de Andalucía (REDIAM). Este análisis ha permitido distinguir distintos sectores según  las  tasas de cambio anual. Así, destaca  sobremanera el extremo de  la  flecha  (con valores de avance de hasta 31.1 m/año), mientras que en la cara de mar abierto se registran avances mucho más bajos  (en  la mayor parte de su extensión menos de 2 m/año) y en el  lado estuarino  incluso valores negativos (con retrogradación de hasta 2.15 m/año). Se han detectado también grandes diferencias en  los periodos  intermedios analizados  (1956‐1977, 1977‐1998 y 1998‐2008), observándose en este caso una clara tendencia a un retroceso en el crecimiento de  la  flecha. Los valores de avance en el extremo de la flecha han pasado de 40.4 m/año en el periodo 1956‐1997, a 27.3 m/año en el periodo 1977‐1998  y  26.6  m/año  en  el  periodo  1998‐2008.  Estos  valores  pueden  explicarse  por  las actuaciones antrópicas que han ido salpicando el litoral onubense, y que en resumen se traducen en un menor  volumen  de  arena  disponible,  alterando  el  equilibrio  y  las  tendencias  naturales  de  las formaciones litorales. 

En  consonancia  con  estos  resultados,  se  han  constatado  otros  2  fenómenos:  La  apertura  del ángulo de la flecha, que se ha ido abriendo progresivamente desde N 80º E en 1956 a 96º en 2008, en un desplazamiento hacia el SW como resultado de su tendencia a guardar una disposición paralela a 

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la  costa.  Y  finalmente  la  flecha presenta  una  evolución más  reciente  hacia  una disminución  en  su anchura, aunque si bien en un primer momento creció en su eje central desde 437 m en 1956 hasta 571 m de anchura en 1977, descendió posteriormente hasta 507 m en 1998 y a 467 m en 2008.  1. INTRODUCCIÓN  

La mega‐forma costera que es la flecha del Rompido presenta un crecimiento espectacular en el periodo  1956‐2009,  con  un  valor  máximo  en  su  extremo  de  31.09  m/año.  Sin  embargo  este crecimiento de  la  flecha se ve contrarrestado por su  tendencia a volverse más estrecha, de modo que la mayoría de los transectos realizados tienen valores retrogradantes.  

Esta evolución general se ve matizada en el análisis por periodos, pasando el crecimiento máximo de 40.4 m/año entre 1956‐1977 a 27.3 m/año en el periodo 1977‐1998 y 26.6 m/año en el periodo 1998‐2008.  Igualmente  la  tendencia  a  la  retrogradación  citada,  parece  verse  reforzada  según avanzan  los  años.  Lo  cual  parece muy  consecuente  con  el  aumento  en  el  número  de  embalses, espigones y otras actuaciones antrópicas que evitan y alteran la circulación de sedimentos al sistema costa/océano, y que no tienen más posibilidad que reflejarse en fenómenos como los que estamos comentando. 

En el presente trabajo se ha realizado un estudio del conjunto de  la flecha, de modo que  junto con el llamativo y espectacular crecimiento del extremo, se tenga también constancia de lo que está sucediendo en el resto de la flecha.   2. ZONA DE ESTUDIO  

La flecha litoral del Rompido se encuentra ubicada al suroeste de la provincia de Huelva (Fig. 1). Constituye un  gran  cuerpo arenoso que  se extiende paralelo a  la  costa,  separando  y  cerrando el estuario del río Piedras del océano Atlántico. Esta mega‐formación sedimentaria constituida a partir de  antiguas  islas‐barrera,  se  encuadra en un  área de  clima mediterráneo  con marcada  influencia oceánica.      

El conjunto de  la  flecha constituye un enclave de enorme valor paisajístico y ambiental, siendo único en todo el litoral andaluz, tanto por sus dimensiones (más de 10 km de longitud y entre 350‐750 m de anchura) como por su geodinámica y geomorfología peculiares. Estas características unida a  la  riqueza  de  su  flora  y  fauna  llevaron  al  conjunto  (2.530  ha)  a  ser  declarado  Paraje  Natural mediante  la Ley 2/1989, de 18 de  julio, por  la que se aprueba el  inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. También es destacable el cambio en  los usos del suelo provocados por  la intensa ocupación antrópica, fundamentalmente con fines turísticos, de este tramo del litoral.  

Respecto a los factores hidrodinámicos destacan por su papel en la configuración de la flecha, los vientos dominantes del suroeste. Este régimen eólico origina un oleaje medio del tercer cuadrante con una  frecuencia del 74% de  los días  (Borrego  et al. 1992). Como  consecuencia de este oleaje dominante, se genera una deriva litoral que discurre paralela a la costa en sentido oeste‐este y que según  Peñas Olivas  y Medina  Villaverde  (1992)  citados  por  Vallejo  (2007),  genera  un  transporte potencial de aproximadamente 300.000 m3/año. Este movimiento es contrario a  la propagación de la marea que viene subiendo en sentido sureste‐noroeste desde el Estrecho de Gibraltar, a partir del punto anfidrómico que se sitúa aproximadamente en  las  islas azores  (Pendón 1999). En cuanto al régimen mareal se trata de una costa de régimen mesomareal semidiurno, con un rango medio en torno a los 2 m, que puede llegar hasta los 3.6 m en mareas vivas (Borrego y Pendón, 1989).  

Finalmente  junto a  los  factores de  índole  físico no hay que desdeñar  el  factor  antrópico, que especialmente  en  los  años  de  estudio  ha  modificado  el  territorio  y  alterado  las  condiciones naturales.  Particularmente  relevantes  para  este  caso  son  la  construcción  de  los  numerosos espigones que encontramos en  la costa de Huelva, así como  las abundantes presas que cortan el flujo  de  los  sedimentos  hacia  la  costa,  evitando  su  puesto  en  juego mediante  la  deriva  litoral. Cronológicamente  las actuaciones  locales más  relevantes han sido: La presa del Piedras  (1968), el 

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espigón  Juan  Carlos  I  en  la  desembocadura  de  la  ría  de Huelva  (1981),  el  espigón  del Guadiana (1982), el espigón de Punta Umbría (1987), las presas del sistema Chanza‐Andévalo (1989 y 2003) y la presa de Alqueba (2002). 

 Figura 1. Ubicación de la zona de estudio 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3. METODOLOGÍA  

El  presente  trabajo  se  ha  realizado  principalmente  utilizando  la  extensión  gratuita  de  ArcGis Digital Shoreline Analysis System  (DSAS). Esta extensión  constituye una herramienta muy práctica para llevar a cabo estudios de cambios en la línea de costa (Fig. 2), ya que a partir de una línea base o  Baseline,  genera  una  serie  de  transectos,  con  el  intervalo  espacial  elegido,  que  cortan  las diferentes  líneas de costa digitalizadas o Shorelines. A partir de esa base,  la herramienta ofrece 3 estadísticos fundamentales:  • Shoreline Change Envelope (SCE): Muestra la distancia entre las líneas más alejadas entre sí para 

cada transecto, indica el dinamismo de la línea de costa en ese transecto sin tener en cuenta las fechas. 

• Net Shoreline Movement (NSM): Muestra la distancia entre las fechas más antigua y más reciente, sin tener en cuenta si coinciden o no con las líneas más distantes entre sí en el transecto.  

• End Point Rate (EPR): Muestra el valor del NSM, dividido por el número de años transcurridos en cada periodo, de modo que es un índice o tasa anual de movimiento Obviamente el SCE y NSM son estadísticos que solo tienen sentido para un periodo de estudio 

que a su vez se subdivida en otras  fechas  intermedias, mientras que el EPR puede generarse para cada  uno  de  los  sub‐periodos,  siendo muy  útil  para  estudiar  distintas  tendencias  dentro  de  un periodo general de estudio.  

Respecto  a  las  fechas  analizadas  han  sido  las  correspondientes  a  1956,  1977,  1998  y  2009, previamente digitalizadas a partir de  las ortofotos disponibles  vía wms en  la Red de  Información Ambiental de la Junta de Andalucía1 (REDIAM). Estas fechas determinan 3 sub‐periodos de 21 años (1956/77), 21 años (1977/98) y 11 años (1998/2009).                          

La  línea de costa empleada para  la digitalización ha sido el wet/dry  line o  límite húmedo/seco. Esta  línea marca el  límite superior del  foreshore y determina pues, el comienzo de  la playa alta o 

                                                            1 http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/site/rediam/portada/ 

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playa seca (Ojeda, 2000). Se ha optado por esta línea frente a otra más estable como es la línea de vegetación, dado el fuerte dinamismo que presenta la flecha y que hace que avance varias decenas de metros antes de que la vegetación tenga siquiera tiempo de asentarse, y por tanto de constituirse como criterio delimitador de unidades.  

 Figura 2. Ejemplo del funcionamiento de la herramienta DSAS. 

La  escala  de  digitalización  de  las  líneas  de  costa  sobre  las  ortofotos  ha  sido  de  1:2000  y  la distancia empleada entre cada transecto ha sido de 10 m, lo que da un total de 1415 transectos en el tramo de  flecha  analizado. De  cara  a una mayor  comprensión de  la  evolución de  la  flecha  se ha dividido la zona de estudio en 3 sectores (Fig. 3):  • La parte más externa de  la  flecha, que abarcaría desde  la punta de 2009 hasta 1 kilómetro al 

interior (hacia el oeste) de la punta de 1956. Esta zona se extiende un total de 5.5 km repartidos a ambos lados de la flecha.  

• La  fachada estuarina, que se extiende durante 6.2 km desde el  fin de  la zona anterior hasta el comienzo de las marismas en la orilla sur del río Piedras. 

• La fachada oceánica, que discurre paralelo a la zona anterior en la orilla atlántica de la flecha.   

Figura 3. Delimitación de las zonas de estudio empleadas           

  Junto a estos estudios de evolución de la línea de costa, se han constatado otros 2 fenómenos: La 

apertura del ángulo en el extremo de  la  flecha  (Fig. 4), que  se ha  ido abriendo progresivamente desde 79º en 1956 hasta 95º en 2008, en un desplazamiento hacia el  SW  como  resultado de  su tendencia a guardar una disposición paralela a  la costa, que presenta  la misma  inclinación hacia el SW; y la disminución en su anchura, aunque si bien en un primer momento creció en su eje central desde 437 m en 1956 hasta 571 m de anchura en 1977, descendió posteriormente hasta 507 m en 1998 y a 467 m en 2008. 

 

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Figura 4. Esquema de la apertura del ángulo de la flecha 

 

4. ANÁLISIS  

A grandes rasgos se aprecian importantes diferencias, sobre todo entre el extremo de la flecha y las  fachadas estuarina y oceánica, aunque  también hay diferencias entre estas dos últimas. En  la tabla 1 se exponen los valores principales de las 3 zonas para el periodo 1956‐2009. A continuación se  hará  un  resumen  de  la  evolución  de  cada  zona  detallando  los  valores  obtenidos  en  los  sub‐periodos 1956/77, 1977/98 y 1998/08.   

Tabla 1. Estadísticos de cada zona para el periodo 1956‐2009 PERIODO 1956‐2008 

Estadísticos EPR (tasa anual en 

m/año) 

SCE (metros entre las líneas más distantes entre 

sí) 

NSM (metros entre las fechas más distantes) 

Zona 

Punta de la 

Flecha 

Fachada Oceánic

Fachada Estuarin

Punta de la Flecha

Fachada Oceánic

Fachada Estuarin

Punta de la Flecha 

Fachada Oceánic

Fachada Estuarin

Media  1.55  ‐0.09  ‐0.03  147.95 34.83  13.01  80.68  ‐4.86  ‐1.60 

Mediana  1.23  ‐0.08  ‐0.05  100.08 34.90  11.58  64.03  ‐4.04  ‐2.64 

Rango  33.23  2.13  1.41 1603.0

3 80.88  37.45 

1727.75 

111.00  73.69 

Mínimo  ‐2.14  ‐1.13  ‐0.68  13.68  5.20  0.70 ‐

111.04 ‐58.80  ‐35.54 

Máximo  31.09  1.00  0.73 1616.7

1 86.08  38.15 

1616.71 

52.20  38.15 

Percentiles 

25 

‐0.54  ‐0.54  ‐0.21  36.37  24.12  7.11  ‐27.86  ‐27.98  ‐10.71 

50 

1.23  ‐0.08  ‐0.05  100.08 34.90  11.58  64.03  ‐4.04  ‐2.64 

75 

2.00  0.34  0.15  159.88 43.61  17.43  103.94  17.53  7.65 

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Como se observa en la Tabla 1, la única zona del conjunto de la flecha con valores progradantes ha  sido el extremo de  la  flecha  (1.55 m/año), el  grueso del  cuerpo de  la  flecha presenta  valores retrogradantes, aunque con valores muy bajos  (‐0.09 m/año en  la  fachada oceánica y  ‐0.03 en  la fachada estuarina). No obstante el estadístico NSM indica una retrogradación bastante más acusada en la fachada oceánica, con un valor medio de ‐4.86 m frente a los ‐1.6 m que presenta la fachada estuarina,  la punta de  la flecha presenta en este periodo un valor progradante de 80.68 m. El SCE que muestra  el  dinamismo  de  la  costa  presenta  unas  diferencias  aún mayores,  con  un  valor  de 147.95 m en la punta, 34.83 m en la fachada oceánica y 13.01 m en la fachada estuarina.  

 Figura 5. EPR de la flecha para el periodo 1956‐2009 

             

 En la figura 5 se muestra el EPR del conjunto de la flecha, en tonos más oscuros se encuentran los 

transectos que han presentado valores progradantes en dicho periodo, mientras que los tonos claros muestran los transectos en los que ha habido retrogradación.  

El hecho de representar en la misma figura los valores del extremo de la flecha, que como se ha visto son muy superiores a  los del resto de  la flecha dificulta  la creación de clases, ya que provoca una tendencia a la homogeneización del resto de la flecha. Así se ve como los 2 grupos extremos (< ‐1.5 m/año y > 1.5 m/año) solo se dan en la punta de la flecha2.  

En  el  resto  de  la  flecha  vemos  2  grupos muy  diferenciados  con  transectos  retrogradantes  de valores  entre  ‐1.5 m  y  0 m/año  y  otro  grupo  progradante  con  valores  entre  0  y  1.5 m/año.  En principio  llama  la  atención  el  hecho  de  que  ambos  grupos  parecen  adoptar  una  disposición complementaria en su lado de la flecha, ya que en la fachada oceánica los valores retrogradantes se dan en el tramo central de la flecha, mientras que en la fachada estuarina esos valores se dan sobre todo en el extremo más cercano a la desembocadura y en menor medida en el tramo más interno.  4.1. Evolución de la Punta de la Flecha  

Del periodo completo 1956‐2009 se obtiene una tasa media de crecimiento o EPR para la punta de la flecha de 1.55 m/año. Se trata de un valor con una gran dispersión, ya que hay transectos en los que el valor supera los 1600 m de avance total (31.09 m/año), mientras que hay otros en los que se dan valores por debajo de los ‐2 m/año (el retroceso más importante de la línea de costa se da en esta zona, con un valor total de ‐111.04 m). 

Es  importante y muy clarificador el hecho de que el estadístico NSM, muestre como frecuencia dominante valores negativos, de hecho éste ha sido el caso de 89 de los 189 transectos que se han 

                                                            2 Los valores más altos se dan lógicamente en la punta, mientras que los valores más bajos se dan en la zona que  puede  verse  en  la  figura  4,  debido  al  giro  de  la  flecha  hacia  el  SW  ya  comentado  y  que  produjo  un retroceso de más de 100 m en esa zona de la costa. 

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generado  en  esta  zona.  La media  del NSM  en  esos  89  transectos  retrogradantes  ha  sido  de  ‐43 m/año, valor sin duda muy elevado. 

En la figura 6 se aprecian en color blanco los transectos retrogradantes que se encuentran en la parte  interna de esta zona, en tono gris claro se señalan  los transectos del  inicio de  la punta de  la flecha, que presentan valores medios progradantes para el periodo completo, y en tonos oscuros los transectos con valores de progradación más elevados, que  se corresponden con el extremo de  la flecha. 

Figura 6. Transectos de la punta de la flecha 

 

4.1.1. Sub‐Periodos  

Para el análisis por periodos hay que recurrir al EPR como único estadístico válido para comparar periodos de distinta duración. El  resultado  confirma  lo expuesto hasta ahora, quedando aún más patente  la  ralentización en el crecimiento de  la  flecha, de modo que podríamos hablar  incluso de una retrogradación a nivel general, tal y como queda patente con los histogramas y los estadísticos de la Figura 7.  

En el histograma del periodo 1956‐1977 vemos como, a pesar de que la frecuencia más repetida corresponde  a  los  valores  entre  ‐2.5  y  0 m/año,  hay  una  gran  abundancia  de  valores  positivos, especialmente abundan los valores entre 5 y 15 m/año. La media es de 4.67 m/año, el máximo es de 40.4 m/año (8 transectos con tasas por encima de los 30 m/año) y el mínimo de ‐3.91 m/año. Solo el primer cuartil es negativo. 

En el histograma del periodo 1977‐1998 se observa como  los valores negativos (retroceso de  la línea de costa) se disparan, hasta llegar a casi 170 de los 189 transectos. La media de los transectos es  negativa  (‐0.72 m/año),  el  valor máximo  es  de  27.36 m/año  y  el mínimo  de  ‐3.52 m/año.  Es también destacable el que todos los cuartiles presenten valores negativos. 

En el histograma del periodo 1998‐2008 se aprecia un  ligero repunte con respecto a  los valores del periodo anterior. No obstante la media sigue siendo negativa (‐0.24 m/año) y el aumento en ella se debe a un gran número de transectos con valores de avance muy bajos, entre 0 y 2.5 m/año (la 

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mayoría por debajo de 1 m/año). El valor máximo ha sido de 26.62 m/año y el mínimo, (que ha sido con diferencia el valor mínimo de los 3 periodos), de ‐11.92 m/año. Solo el último cuartil es positivo. 

 

Figura 7. Histogramas y estadísticos por periodos 

 

      

        4.2. Evolución de las Fachadas Oceánica y Estuarina  

Los valores para el periodo 1956‐2009 indican una tendencia estable o levemente retrogradante, con valores de ‐0.09 en el EPR, 34.83 m en el SCE y ‐4.86 m en el NSM en la fachada oceánica y de ‐0.03 de EPR, 13.01 de SCE y ‐1.6 de NSM en la fachada estuarina. Se trata de valores que en ambos casos (aún más en la fachada estuarina) muestran el poco dinamismo de estas 2 zonas. 

La  figura  8  ilustra otra  de  las  características  de  estas  fachadas,  tanto  para  el  periodo  general 1956‐2009,  como  para  los  distintos  sub‐periodos.  Dicha  característica  es  la  existencia  de  cierta simetría en ambas  fachadas costeras, con valores que  tienden a contrarrestarse a cada  lado de  la flecha. 

Las zonas de depósito se reparten sobre todo en la base y el extremo de la flecha en la fachada estuarina y en  la parte más  interna de  la misma en  la  fachada estuarina,  concentrándose aquí  la erosión en la parte más próxima a la salida del Piedras     

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4.2.2. Sub‐Periodos  

El análisis de los sub‐periodos señala una tendencia similar a la ya vista en la punta de la flecha, donde tras un primer periodo de crecimiento (en este caso estabilidad), se genera un periodo muy erosivo (Tablas 2 y 3) al que sucede un periodo en el que hay una tendencia hacia  los valores más naturales del primer periodo. De cualquier forma, los valores mínimos del tercer periodo son los más bajos de los tres, pero esto se ve contrarrestado por el menor número de transectos retrogradantes que existen en este periodo (51.3% en la punta de la flecha, 58.1% en la fachada estuarina y tan solo el 25.6% en la fachada oceánica). 

Puede  verse  también  a  través  del  rango  existente  en  los  datos,  como  se  ha  producido  una reactivación  de  la  dinámica  de  la  flecha,  ya  que  se dan  en  el  periodo más  reciente  valores muy próximos (incluso superiores en las fachadas oceánica y estuarina), a los que se dieron en el periodo 1956‐1977.  

 Tabla 2. Resumen de los valores del EPR (m/año) por periodos y zonas en las fachadas

oceánica y estuarinas

Periodo  Estadístico Punta de la Flecha 

Fachada Oceánica 

Fachada Estuarina

1956‐1977 

Media  4.67  0.003  0.39 Mínima  ‐3.91  ‐1.6  ‐0.88 Máxima  40.4  4  1.52 Rango  44.32  5.7  2.4 

1977‐1998 

Media  ‐0.72  ‐0.77  ‐0.57 Mínima  ‐3.52  ‐2.2  ‐0.94 Máxima  27.36  0.56  0.85 Rango  30.89  2.8  1.7 

1998‐2008 

Media  ‐0.24  1.02  ‐0.11 

Mínima  ‐11.92  ‐2.03  ‐2.4 

Máxima  26.62  0.7  1.5 

Rango  38.55  5.9  3.9  

En general, lo que se aprecia en los datos es la transición entre una situación en estado próximo al natural, hacia un estado muy alterado en el que la mayoría de la línea de costa presenta retroceso (809 de  los 1415  transectos del  total de  la  flecha  retrogradaron en el periodo 1977‐1998), el cual parece que tiende a recuperarse en los últimos años.  

En cualquier caso, hay que  tener en cuenta que a pesar de estar analizando una  tasa anual, el último periodo abarca prácticamente la mitad de los otros 2 periodos, lo que podría estar ocultando cambios de las medias ante procesos meteorológicos concretos.  

Tabla 3. Transectos retrogradantes por zona y periodo. 

Transectos Retrogradantes 

Zonas  Punta de la Flecha 

% del total de 

transectos 

Fachada Oceánica

% del total de 

transectos

Fachada Estuarina

% del total de 

transectos 

Suma Periodo 

% del total de 

transectosPeriodos 

1956‐1977  82  43.4  385  62.3  333  54.8  800  56.5 

1977‐1998  165  87.3  529  85.6  325  53.5  1019  72.0 

1998‐2009  97  51.3  158  25.6  353  58.1  608  43.0 

Media Zona  115  60.7  357  57.8  337  55.4  809  57.2 

 

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Figura 8. Evolución de las fachadas oceánica y estuarina 

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5. CONCLUSIONES  

La conclusión principal de este estudio es que, aunque no hay duda de que la flecha del Rompido presenta un crecimiento espectacular en su extremo, hay razones para hablar de que en el conjunto de esta forma costera se está produciendo una retrogradación, que además se está viendo agravada con el transcurrir de  los años. Especialmente  importante fue el retroceso visto en el periodo 1977‐1998,  algo  lógico  teniendo  en  cuenta que  se  corresponde  con  la  época  en  la que  comenzaron  a funcionar la mayoría de las actuaciones antrópicas citadas al principio de este trabajo.  

Parece existir en el periodo más reciente una recuperación del ritmo de crecimiento, no obstante en  2  de  las  3  zonas  (punta  de  la  flecha  y  fachada  estuarina)  los  valores medios  siguen  siendo retrogradantes. Tan solo en la fachada oceánica se dan valores progradantes en este periodo, quizás influenciado por los efectos del dragado del canal del Piedras. 

Otro factor a considerar es el “juego” o equilibrio que parece haber entre las fachadas estuarina y oceánica de  la  flecha, ya que  tanto en  los mapas como en  los valores generales mostrados en  las Tablas 2 y 3, se observa que parece existir una respuesta contraria en estas fachadas, tanto en  los valores como en las zonas de erosión/depósito.  

Otra  conclusión  importante es  la necesidad de hacer un  seguimiento  con una escala  temporal mucho  más  reducida,  a  ser  posible  anual,  de  modo  que  permita  elaborar  un  modelo  de comportamiento en función de las condiciones climáticas, que se han obviado en este trabajo. 

Finalmente puede ser preocupante, en el contexto del Cambio Climático y posible subida del nivel del mar  en  el  que  nos  encontramos,  el  hecho  de  que  la mayoría  de  la  flecha  presente  valores retrogradantes, más aun teniendo en cuenta la apertura del ángulo de la flecha ya visto, que parece conllevar también un estrechamiento. Estos fenómenos podrían tal vez concluir con la ruptura de la flecha, o cuando menos a hacerla más vulnerable, ante episodios de alta energía.  BIBLIOGRAFÍA  • Borrego J., Morales J.A. y Pendón J.G., 1992, Efectos derivados de las actuaciones antrópicas sobre los ritmos de crecimiento de la flecha litoral de El Rompido (Huelva). Geogaceta, 11, pp. 89‐92.  • Ojeda  Zújar,  J.,  2000,  Métodos  para  el  cálculo  de  la  erosión  costera.  Revisión,  tendencias  y propuestas. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, nº 30, pp 103‐119.  • Pendón J.G., 1999, La costa de Huelva. Ed. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Huelva, Huelva. • Peña Olivas,  J.M.  y Medina  Valverde,  J.M.,  1992,  Dinámica  sedimentaria  exterior  del  canal  de Huelva. Ingeniería Civil, 85. pp 45‐50. • Rodríguez Ramírez A., Cáceres L. M., Rodríguez Vidal J., Flores E., Cantano M y Guerrero V., 1997, Cambios Morfológicos y tasas recientes de erosión‐depósito en la costa atlántica oriental de Huelva (España). Geogaceta, 21, pp. 187‐189. • Rodríguez Ramírez A., Cáceres Puro L.M., Rodríguez Vidal J. y Flores Hurtado E., 1999, Modificación Antropogénica de  la dinámica marina en  la costa de Mazagón  (Huelva). Avances en el estudio del cuaternario español, pp. 43‐48.  • Rodríguez Ramírez A., Cáceres L. M., Rodríguez Vidal J. y Cantano M., 2000, Relación entre clima y génesis de crestas/surcos de playa en los últimos 40 años (Huelva, Golfo de Cádiz). Rev. C. & G., 14 (3‐4), pp.109‐113.  • Vallejo, I., 2007, Caracterización Geomorfológica y Análisis de la Evolución Reciente del Sistema de Dunas Activas del Parque Nacional de Doñana. Tesis Doctoral. Universidad de Sevilla.