rajatabla. luis britto garcía

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Rajatabla de Luis Britto García

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  • RAJATABLA

  • HUGO RAFAEL CHVEZ FRASPresidente de la Repblica Bolivariana de Venezuela

    MARLENE YADIRA CRDOVA Ministra del Poder Popular para la Educacin Universitaria

    Directorio de la Universidad Bolivariana de Venezuela

    PRUDENCIO CHACNRector

    LUIS BIGOTTVicerrector

    JOS BERROSSecretario General

    SERGIO GARCA Vicerrector Territorial

    JOS GREGORIO LINARESDirector General de Promocin y Divulgacin de Saberes

    HUMBERTO GMEZ GARCACoordinador de Ediciones y Publicaciones

  • Luis Britto Garca

    RAJATABLA

    Ediciones de la Universidad Bolivariana de VenezuelaDireccin General de Promocin y Divulgacin de Saberes

  • UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

    RAJATABLA LUIS BRITTO GARCA

    Depsito Legal: lf8612012900503ISBN: 978-980-404-025-2

    Edicin al cuidado deTibisay Rodrguez T. / Duilio Medero B.Coordinacin: Lourdes ManriqueCorreccin: Duilio Medero BDiseo y Diagramacin: Ariadnny Alvarado / Duiliana A. Medero CornejoDiseo de portada: Duiliana A. Medero CornejoTema de portada: Menschenstadt, obra plstica de Carlos ManriqueIlustraciones: Luis Britto Garca

    Av. Leonardo Da Vinci con calle Edison,Edifi cio Universidad Bolivariana de Venezuela.Apartado postal: 1010Telfonos: (0212) 606.36.16/ 606.36.14E-mail: [email protected] Web: http://www.ubv.edu.ve/

    Caracas, Venezuela, 2012Impreso en la Repblica Bolivariana de Venezuela / Printed in Repblica Bolivariana de Venezuela

  • SOBRE LA PRESENTE EDICIN

    Cuando nos dijeron que Luis Britto Garca sera el autor homena-jeado en la Feria Internacional del Libro 2012 y que la Universidad Bolivariana de Venezuela tendra el honor de hacer una edicin de Rajatabla, libro icono en la narrativa contempornea venezolana, asumimos el reto editorial con compromiso, emocin y, valga decirlo, temor. La idea de confrontar las mltiples versiones que de este texto han hecho editoras nacionales e internacionales y tomar en nuestras manos el cuidado de un libro experimental, en el que el lenguaje tras-pasa las barreras lgicas tradicionales, nos gener aquella angustia que surge cuando se pasea por terrenos desconocidos aprensin que termina maravillndonos.

    Inmediatamente record mi primer encuentro con el texto Ser y el asombro que me caus, siendo estudiante de bachillerato, notar cmo una estructura tan peculiar y ausente de puntos tambin poda tener ese inicio-nudo-desenlace de lo que tanto nos hablaba la profe-sora de castellano; entrar a los textos al revs, a veces se vale entender primero la ruptura para comprender la tradicin, y de ah el gusto por las otras formas, el placer de leer.

    Pensando en este sentido didctico, nos preparamos para esta edi-cin, pues es necesario que las nuevas generaciones tambin se asom-bren en este canto a la rebelda, narracin catica que responde a la cotidianidad que an no logramos comprender pero nos conmueve y

  • VIII / LUIS BRITTO GARCA

    persuade con imgenes que Luis Britto traduce en nuevos plantea-mientos estticos.

    As, con ayuda de todo el equipo de nuestra editorial universitaria, y despus de una conversacin telefnica intercontinental con el autor, quien entre risas y observaciones colabor ampliamente en el proceso editorial, fuimos disipando las dudas y vencimos el miedo inicial; ima-ginamos ejemplares en manos de estudiantes, profesores, discusiones en salones de clase o en el caro (nuestro caf). Entendimos el texto en su carcter polmico, esfera tan cercana al espritu juvenil.

    Por todo ello hemos decidido inaugurar, con este nmero, la colec-cin Rajatabla y abrir el camino para que otros autores de fi ccin traspasen las barreras que deban romperse y los jvenes lectores (que son todos aquellos lectores irreverentes) construyan mil imgenes.

    TIBISAY RODRGUEZ TORRES

  • IXRAJATABLA /

    Rajatabla: una potica del desconcierto

    Rajatabla de Luis Britto Garca (1970), premio Casa de las Amricas, integrado por setenta y dos textos breves, es un libro de alto vuelo ima-ginativo habitado por una potica del desconcierto, que resume un com-promiso con la historicidad, y en la que la parodia jugada magistralmente desenmascara la barbarie del sistema capitalista.

    Esta obra pronunci con veinte aos de antelacin lo que se dio por llamar en los aos noventa la crisis de la razn y fue, por ende, la crisis del sueo de la razn como utopa del gran orden moderno y totalizador de la vida humana, tal como lo preconizaran Tomaso Campanela, Thomas Moro y Francis Bacon.

    En el aspecto formal, la visin innovadora de este libro gener pol-mica al tener que dilucidarse si era una novela o una coleccin de relatos, o si ms bien se trataba de fragmentos de relatos. Interrogantes que no parecieran ser tan importantes como el hecho de preponderar en estos textos breves un desborde de creatividad y de inteligente provocacin, ya notable desde el mismo nombre Rajatabla. El autor valindose del juego lingstico que cifra todo este libro, construye el referido ttulo a partir de la transposicin o reordenacin de las letras de otra palabra. Tremen-dismo que provoca sorpresa en los lectores al descubrir que la palabra es, leda a la inversa, albatajar, un arroyo de Castilla La Mancha. Este rasgo metaliterario tambin estar presente en algunos de los ttulos de los textos: Etra es anagrama de Arte, adems en los de otras obras de Britto, Abrapalabra (1980), premio Casa de las Amricas (en el gnero novela);

  • X / LUIS BRITTO GARCA

    Andanada (1984), ambas integradas por textos breves, y lipogramas de la vocal a como Rajatabla.1

    Este libro de juventud recibi el reconocimiento de la crtica internacio-nal, expresado, entre otros autores, por Seymour Menton al sealar que: el tono de la cuentstica hispanoamericana de 1970-1985 lo establece el venezolano Luis Britto Garca (1940) con el volumen Rajatabla.

    Esta aseveracin obliga a situarnos en el decenio de 1970, poca en la que se observar un distanciamiento de los registros discursivos del Boom literario. Dentro del contexto que llamaremos post Boom se ubica Rajatabla, ser referencia de peso para los autores latinoamericanos, marcando un hito en cuanto a experimentacin formal se refi ere. En Britto, el juego del lenguaje puesto al servicio de un afi lado sentido crtico alude a la guerrilla en nuestro pas, las torturas policiales; y en Latinoamrica los regmenes dictatoriales. Las guerras de hoy, Guerra de Cuarta Generacin, estn preanunciadas en la triloga Las guerras posibles; igualmente la aliena-cin capitalista producida por los medios de comunicacin.

    Inusitado fue el impacto de la cualidad innovadora de Rajatabla, en los lectores venezolanos, la distancia esttica que se experiment entre el horizonte de expectativas de la comunidad histrica y social de lecto-res y la aceptacin del texto como literatura en la mayora lectora. Una investigacin de Vernica Jaffe, El relato imposible (1991), en la que se estudi al autor y su obra, dentro de la produccin literaria de la dcada de los setenta, nos refi ere el fenmeno de Rajatabla como el de no recono-cimiento de esta creacin dentro del gnero del cuento. Resultado que no llega a sorprender, por cuanto en esta potica britteana del desconcierto no hay cronmetro, smbolo del sueo de la razn como utopa, ni relojero. Ra-jatabla, adelantada a su tiempo, tiene por intertexto el paradigma cientfi co del siglo XXI, la Teora del Caos. Si en este paradigma la matemtica y la creatividad se hermanan, en Rajatabla subrepticiamente est implicada est visin de orden y caos, por cuanto dentro de la brevedad discursiva de Luis Britto, hallamos estructuras fragmentadas, mixtura de registros,

    1 Luis Miguel Garcern Vsquez: El infi erno como sistema. Huellas distpicas en Andanada de Britto Garca, Ponencia en VII Congreso Internacional de la Asocia-cin Espaola de Estudios Literarios, Madrid, 2008.

  • XIRAJATABLA /

    la parodia, la ciencia-fi ccin, lo fantstico, el lenguaje insospechado, hipe-rrealista, delirante, sin sentido pero con sentido.

    La potica del desconcierto asume ttulos muy cortos en la gran mayo-ra de estos textos breves: Helena, Carne, Calle, Utopa, Gru-po, Nada. Asimismo, la variedad de temas posibles en los que se involucra lo poltico-social, la ciencia-fi ccin y el arte, y en los que detrs de lo ilusorio fi ccional se entremezcla el ensayo. A veces el autor apela a la ausencia de signos de puntuacin.

    Los setenta y dos breves relatos de la obra se encuentran agrupados en: Carne, Calle Ciega, Trono, Ilusiones pticas, Trama, Vuel-co y Ciclo.

    Los textos de la seccin Carne: Helena, Carne y La calle, entre otros, escritos en tono irnico, absurdista y tamizados por un hu-mor mordaz, estn narrados en primera persona, en la que un nio es el narrador-protagonista. Narracin cruel y abismal denuncia de la miseria, el hambre, la descomposicin social y moral de los barrios marginales de las grandes ciudades cabra suponer para el caso, Caracas, el mundo de las favelas brasileas, situaciones que no son ajenas a las actuales propi-ciadas por el neoliberalismo a nivel mundial. Distincin especial merece el fi nal sorpresivo de Helena, servido a partir de una remarcable sutileza en la que identifi camos la habilidad del autor de tomar una circunstancia de tan cruel horror que eclipsa al personaje y con ste el destino de los pobres, de los excluidos, imponindose ese destino cruel sobre una indi-vidualidad llamada Helena, situacin extrema que se convierte en smbolo del dbil y, por consiguiente, de lo universal. Final igual de abrupto y aterrador, impregnado de canibalismo social es Carne, es la miseria tra-ducida en resentimiento. En estos textos queda desenmascarado el mito urbano del progreso como expectativa de la utopa de la modernidad, en la que la ciudad pensada desde el orden registra lo que seala Adorno: la tendencia a la autodestruccin de la racionalidad humana. Acaso no se hace evidente en esta obra, un acto de amor? El autor hace la compare-cencia del rostro del pobre, o lo que es lo mismo, segn Lvinas, del ser en el otro.

  • XII / LUIS BRITTO GARCA

    Calle ciega, compuesto por once relatos, entre otros, Utopa, Consrvese joven, Transformacin, es el mundo ciego, sin salida que ofrece el no lugar, la desesperanza que estara pintada en Gerontia (un pas, imaginado por el autor de manera grotesca en Utopa). Lo grotes-co, recurso manejado por Britto en esta aventura imaginaria, rompiendo con el ideal de belleza, desmonta a la vez que niega desde la irona dram-tica, los valores impuestos por el discurso del poder, al decirnos:

    En el pas de Gerontia, ustedes no lo van a creer, funciona la Utopa. Nace nio, se toma nio, se impide salgan dientes nio, se arruga la piel nio, se implantan cataratas artifi ciales en los ojos nio, se arruga la piel nio, se envenenan huesos nio [] quiz no fue as, como lo cuentan los manuales de historia, o nunca fue.

    Esta barbarie monstruosa, absurda en extremo, ajena a todo sentido, paradojalmente se hace real y verosmil.

    En Ser, de la seccin Vuelco, se alude a los mitos de la publici-dad que cosifi can al individuo y controlan su mente impidindole, como dira Lvinas, citmoslo otra vez: la epifana del rostro. Genialmente, este rostro dbil, indefenso, arrollado por el poder imperialista del yo, est en Ser. Es la sntesis de toda una vida condensada en una imagen que se vuelve paradigmtica, en la que no hay epifana, tan slo fl ujo de memoria:

    El lactgeno el chupn el pablum los paales cannon el tal-co mennen los escarpines el gallo de oro los teteros evenfl o la tarjeta de bautizo imprenta la torre los jugos gerber la le-che klim el visineral los helados cruz roja la pistola wyandote toys el triciclo nortern la cucharilla el tenedor el cuchillo la ovomaltina la cocacola la pepsicola la cola kdt la naranjita la crema dental colgate el cepillo tek los chocolates savoy los caramelos la suiza el lpiz mongol los cuadernos castle los creyones prismacolor la goma de borrar eagle la goma de pe-gar lepage la tijera de plstico [] las fl ores el clavel la urna la voluntad de Dios la placa marmolera roversi.

    Ilusiones pticas comprende textos dedicados a la esttica y el arte, en-tre otros: Artes posibles, Pantomorfn y El monstruo. El monstruo,

  • XIIIRAJATABLA /

    el Urfal, es un extraterrestre, un ser fantstico; con su presencia, Luis Britto satiriza el arte y al artista, ridiculiza la condicin temporal de la alienacin, atrapada en la temporalidad de lo fi nito. De ah, que seale el autor:

    falto de informes sobre aquella cultura y aquella tcnica, recurri el Urfal a su ltima defensa: la inmovilidad mimtica.

    Ante la imposibilidad de crear desde la desmesura, desde el infi nito, donde caos y orden conviven, al artista no le queda sino imitar. En esta potica del desconcierto se ironiza, otra vez, el sueo de la razn en el que la posibilidad de la prdida del lmite nos causa horror. En esa relacin de caos y orden, hay alusin al tiempo, hay postulacin fi losfi ca, cul? La relacin del tiempo lineal con el tiempo existencial.

    Entropa, que cierra la seccin Ciclo, es el conato de diagnstico fi nal. Britto nos notifi ca que el hombre agot su dilogo con la mquina; la ltima partcula movilizadora se equilibr por la ltima partcula estabilizadora; el re-sultado: Ser tan incapaz de hacer marchar el universo como el agua de una laguna de hacer girar la rueda de un molino. Pesimismo, fi n de la utopa, que a la vez result anticipacin histrica. El autor pareciera decirnos las frases con que cuarenta y dos aos despus de la publicacin de Rajatabla, defi ni el estado del mundo y de la economa mundial la cumbre de Davos: Estamos en Entro-pa. La gente estudiar pero no sabe si tendr empleo; trabajar, pero no sabe si habr jubilacin.

    Si Gabriel Garca Mrquez resume un universo en lo que ha sido llamado la biblia latinoamericana, Luis Britto, situndose ms all de las convenciones, ms all del yo imperial, que todo lo engulle; ms all de las formas establecidas, crea una nueva geometra del lenguaje, desenmascarando y desmitifi cando ver-dades establecidas, creando la potica del desconcierto.

    LOURDES MANRIQUE

  • CARNE

  • 3RAJATABLA /

    Helena

    Un papagayo se hace con papel y verada. Los dems niitos de-can que yo estaba enamorado de Helena. Se toman las veradas, se ponen en cruz y se amarran con pabilo. En realidad lo que yo hice fue que no dej que le pegaran una vez que la encontramos en el cerro. En las puntas de las veradas hay que hacer rajaduras con yil para que se pueda amarrar el pabilo. Tirarle piedras y pepas de mango a las viejas y a las putas estaba bueno pero dgame usted pegarle a una caraji-ta. El pabilo se amarra en las veradas y se forma como un cuadrado, y si uno le pone ms veradas, como un barril como una rueda. Entonces me cantaban Rafucho tieneee nooovia. El papel mejor de seda pero hay que robarlo de la quincalla si no se puede mejor de peridico. Y taaambin es puuuta. El engrudo se puede hacer con harina pero mejor robarle la goma a los niitos que van a la escuela. A Manuelito le di un coazo y desde entonces me cantaban nada ms hasta tieenee nooovia. Mejor echar poca goma para que no forme grumos. A las putas s pero qu culpa tena la carajita de que la tuvieran en el burdel para que pasara la coleta. El papel que quede bien prensado si no al coger el aire se rom-pe. Mejor apedrear carros robarse las gallinas de los ranchos espichar los cauchos de los camiones. Hay que dejar huequitos para amarrar las guas. Aquel ao fue cojonudo el italiano de la bodega se volvi loco y apual al cuado todos vimos cuando se lo llevaron preso. Las guas se miden de lado a lado del papagayo y de la cola. La polica mat por la espalda a un obrero que le decan activista. La cola se puede hacer de trapo. Ya me tena arrecho lo de Rafucho tiene novia. El largo de la cola depende del tamao del papagayo y del viento. En el faralln del cerro donde volbamos papagayos estaban instalando los cables de la luz elc-trica. Las yils se pueden instalar a los lados, pero son ms efectivas en la cola. En la tarde despus de mentarle la madre al bodeguero subamos

  • 4 / LUIS BRITTO GARCA

    con los papagayos y comenzbamos a esperar la brisa. Las yils se pue-den robar en la botica se pueden recoger las viejas que botan al suelo o se pueden comprar con la plata de los mandados pero entonces a uno lo pelan. Al soplar la brisa volbamos los papagayos y los hacamos embestirse para que las yils cortaran el pabilo. Instaladas las yils la cosa es tener nocin de maniobra. Aquella tarde tir mi papagayo contra uno de papel rosado, grandote. Es necesario soltar guaral, recoger guaral, la cola da despus el latigazo. El papagayo rosadote cay y fue a dar al carajo sobre los techos de la polica, yo entonces embest uno azul, muy movedizo. Dado el latigazo se debe coger altura otra vez, si no a uno tam-bin lo peinan. El papagayo azul cay dando vueltas como sacacorchos como rabo de cochino el dueo me gritaba y yo deca trancao y recog una piedra por si acaso. La ventaja de la cola corta est en que como ondula mucho aumenta la movilidad del papagayo pero existe el riesgo de que se corte ella misma. Cort otros dos papagayos, el segundo muy difcil, un barril amarillo que casi me cort el pabilo a m pero que de todos modos se vino pabajo y le cay en la batea a una vieja. Si las hojillas se mellan, afi larlas dentro de un vaso. Cog altura, le cort el hilo a otro papagayo rosado pero ms chiquito y maniobrero que cay cerca de los cables. Al aumentar el viento, soltar cabuya. Mi papagayo, solo sobre el cerro, haca ochos como un loco, todos los dems cortados o recogidos. Si el viento disminuye, recoger cabuya. Solo no, mentira, una cosita blanca como una pantaleta volaba menendose como con calambrina a la derecha al refl ejar el sol casi parpadeaba. El mejor ataque tirones largos combinados con soltadas de cabuyas cortas. Seor, casi sin mirar hubiera podido decir que aquella basurita blanca la estaba volando Helena. El descenso debe ser rpido pero no mucho porque revienta el guaral. Aquel tironear el hilo aquel declarar que mientras los dems huan ella estaba protegida aquel mirarme como si de verdad Rafucho tiene novia como si de verdad. La maniobra evasiva, soltar pabilo, descender lo ms posible, con sesgos. Di tirones fuertes, para que mi papagayo picara. El efecto de la yil se multi-plica por los tirones, trabaja como un ltigo o mejor una guadaa. Helena, comprendiendo, mirndome an, comenz a soltar pabilo. Un ataque que falla debe ser repetido inmediatamente utilizando el impulso para la nueva embestida. Aquel mirarme y soltar pabilo, mirarme y soltar pabilo, como

  • 5RAJATABLA /

    si olvidara todo lo dems, hasta la tierra de los piececitos desnudos, hasta los mocos cuajados en las mejillas. El peligro de la maniobra evasiva es el cable elctrico. Fue un retorcerse, fue un salto. El perseguidor debe tratar de evitar caer en el cable en donde ha dado el perseguido. Pero no tir para elevar mi papagayo, solt el pabilo, corr hacia el cuerpecito fulminado de Helena hacia el cual corran los dems nios, el papel fue a juntarse al papel en las lneas de alta tensin, hubo otra chispa fea, azul, un rumor, y los dos papagayos se consumieron juntos en su alto nido, en una crepitacin de arrullo.

  • 6 / LUIS BRITTO GARCA

    Carne

    Primero: esperar ques de nochie pegarnos del semaforo junto a los carro que frenan ensear la cajita de limpiar zapatos y decir or, medio p compr cremaaa hasta quel polica searrecha y dice que lestamos rrumpiendo el trfi co, segundo: correr asta el cinne en donde dice ESTRENNIO PANAVISION LISA-BEST TAILOR y decirle a los questacionan carros or se lo cuiidoo hasta quel muchacho ques ms grande nos saca a carajasos, tercer: en la calle ms lejos pegarnos de los carros questacionan y cuando cierran la puerta grita Ya Yuii aia uiii y desir no noj me pis la mano no noj me pis la mano con la puerta y que otro valla y diga ol mire l dise que le duele mucho qe si no le da algo le va a romp el vidrio con una piedraaa, cuarto: meternos en los bar kaf fuentesodas y desir or emealgo pa compr coma asta quel mesoniero rojito y cuchiao dise semesalen, semesalen, quinto: pegarnos detrs del ciego que pide en el cruce con el carajito que llora todo el tiempo porque le duele el culo cuando el ciego de noche se lo coge y decirle ciego marico o quenosdelculo quenosdelculo quenosdelculo que le ase mal efecto con las seoras que pasan en los seicilindros asta quel que le alquila la zona al ciego nos cae a coazos, sesto: tocar en las casa y yo contar cmo me cor-taron la mano y queran alquilarme para pedir limosna pero melesfu y si mencuentran la otra me la cortan o el pie para que no corra, setimo: tocar en las casa y decir ora emealgo y mejor que lo diga Matildita quensea los ojitos y le pican ican y echa cosa por ellos y siempre le dan cuando dice que no ve nadita y esverd no ve nadita y le pican ican, octavio: quitarle a Yuyito el medio que le quit a Matildita y ver como ago para quitarselo a Fuefe cuando me lo quita alomejor sancadiya alomejor piedraso o no mejor no el ltimo piedraso me lo devolvi y me parti el labio, novenio: buscar una quinta sin cuidadoperrobravo para guillarle la puerta y en la

  • 7RAJATABLA /

    madrugada robarles el pan, la leche, desimo: debajio del puente aser co-sita porquel sueo porquelfro y ojal fuera como lautra ves bueno y qe nos toqe gordo bueno el primero qe viene sovre el puente es rejular pero biejo carrerita para que seche patrs carrerita poratrs paquesecaiga, este tamvin grita cuando le levantamos las piernias para qe caiga por la ba-randiyia y en cuanto cae pabajo pataps el cueyo se le dovla en una forma mui rrara de todos modos ai qe darle el piedraso i el piedraso para que no hase como el otro qe corri i solo lo agarramos porque enganch el pie en un cimiento entonces peleamos muchos por las cosas, yo en laoscurid creo qe casi le saq un ojo a Yuyito, pero no con la navaja, no, la navaja es para cortar y darle las partes ms frezqesitas a Matildita qe las toca mu-chho pero come, los dems tamvin pero tratando no mancharse, y los huesos, como la ropa, antes de la maana, al ro i se unden muy rrapido, i nunca los notan jamas.

  • 8 / LUIS BRITTO GARCA

    Usted puede mejorar su memoria

    Si le caen a carajazos durante diez das para que diga a quin le pa-saba los papelitos subversivos pero en el recuerdo slo fl ota que lo llamaban Julin o a lo mejor no era Julin sino Miguel y desde luego como quiera que fuera el nombre era seudnimo y entonces alto? bajo? est en estas fotografas? no hay manera de saberlo, su cara se hincha y se deshincha como una anmona en las corrientes de la improbabilidad, quiz nariz esta o boca esta pero no me acuerdo en realidad qu mala memoria.

    Y lo peor es que con los golpes en la cabeza a uno lo empeoran, claro, entregarlos le decan a uno en el Bloque B-2 o a lo mejor el C-6 o quiz el A-20, o quiz fue en la seccin uno o en la ocho pero carajo es como tratar de recordar la placa del carro del to de uno o el nmero de la lotera esa bailadera de nmeros que son y que no son y al fi n cuando se clarifi ca alguno resulta que es el de la propia cdula de identidad y entonces patada por aqu y patada por all.

    Si en el escondite estuvo o no estuvo un seor bajito como el de este dibujo, lo imposible de saber entre las muchas personas que van y que vienen por todos los sitios imaginables, menos si el hgado se lo despren-den a uno porque ese hervor cerca del estmago es el hgado, y el hgado tiene que ver con la fi ebre alta con la memoria con qu ya est se fi jan no me acuerdo.

    No me arrecuerdo no me arrecuerdo qu nocin voy a tener de listas de personas cmo voy a saber telfonos si les digo por ejemplo ahorita no me arrecuerdo si el seor que me hizo vomitar hace poco es Gonzlez o Hernndez o mejor Gutirrez, cuanto ms de cosas de meses antes, cuan-to ms de una casa a la que no fui sino que me llevaron en carro y no me

  • 10 / LUIS BRITTO GARCA

    fi j en el camino y ahora cmo duele hasta tragar saliva si pudiera tragar saliva si ni recuerdo cundo la patada en la garganta si

    Si de tan mala memoria que no me acuerdo de la cara de mi ta Rosario si de tan mala memoria que no s de dnde ha salido ese nombre, como la eti-queta de un vaco de varios aos; y, por ejemplo, no me acuerdo tampoco del nombre de la escuela, peor, ahora que digo escuela noto que hay all un hueco negro y slido, que eso se ha acabado y ay

    Tambin estaban all en algn sitio el nombre de mi perro (olvidado) la casa de mis tos (olvidada) y un vaco del carajo que ahora que me doy cuenta crece y se acaba de tragar lo anterior a mis catorce aos, crece y se acaba de tragar una novia (quin era?). Pero no importa es como perder un brazo y queda otro: acordarme por ejemplo de, entonces me doy cuen-ta de que el restante brazo tantea en el vaco que crece y slo quedan mi detencin y estos diez das que

    Pero an puedo acordarme de lo que me hicieron si lo que me hicieron fue que, no, ni eso, bueno, yo soy yo, tengo cabeza brazos piernas tronco bolas que me les hicieron el bueno que me les, mientras tenga esta nocin estoy vivo, yo estoy vivo slo los muertos no recuerdan, yo tengo por ejemplo brazos, ahora qu cosa es un brazo, pero qu cmo va a ser, si un brazo es, si me acuerdo perfectamente de qu es, es algo como, si el resto, y qu cosa es el resto, y qu cosa es qu cosa, y yo soy o yo era, y qu cosa es era y negro y vaco y fue.

  • 11RAJATABLA /

    Bomba

    ue me traigan el cajn quel diputado lo quiere que me traigan el cajn quel diputado quiere evitar el compl subversivo que me traigan el cajn que hay que evitar el desfi le en el cemen-terio la cantadera el agite que lo traigan como al del otro con

    plomacera para que saliera corriendo todo el mundo y dejaran la urna en medio de la calle o como al del otro con tumbadera de puertas y reunin para robarse no slo el muerto sino tambin el osterizer que lo traigan y dejen desfondadas las sillas con asiento de paja para que la funeraria les cobre como a la otra familia, quel cajn me lo traigan con coronas y todo que lo traigan sea de roble y con vidrio para ver la cara como el del muchacho rubito que reparta volantes que lo traigan sea de cartn piedra como el del que pasaba las medicinas que lo traigan que al diputado le da cosa si no se lo traen, ojo decir trancao cuando empiecen las menta-deras de madre ojo si los padres se arrechan peinilla con ellos ojo evitar agitaciones que pasa como la otra vez que al tratar de meter el cajn en la jaula tropiezan y se les cae y el muerto rebota y al que lo tropieza diez aos de pava ojo no olvidar las coronas y las tarjetas-telegramas que dan los nombres de sospechosos ojo redactar el informe muy bien que le in-teresa al diputado lo que pas y qu dijeron ojo omitir donde digan coos de madre lo matan y despus se lo roban ojo no fue que lo matamos fue intento de fuga ojo cmo no fugarlo si el negro del carajo nos obstinaba si cuando no era la bomba en la embajada norteamericana era la bomba en el oleoducto si cuando no se empeaba en quedarse callado era que nos haca confesiones falsas y por un tris no allanbamos una casa de la misma misin norteamericana si es que el carajo despus que le saltamos todos los dientes la coga de abrir la boca enseando las encas y eso caa mal si es que el carajo se escapaba con cdula falsa o con tnel si es que por aqu por all el diputado nosotros esperbamos la bomba el chispazo

  • 12 / LUIS BRITTO GARCA

    la cazabobos la de relojera si es que no quedaba ms remedio que fugarlo nimo la puerta tumbada a culatazos nimo planazo aqu la peinilla all tiros al aire para dispersar tanto doliente nimo las viejas que las encierren en el bao nimo rotura de colchones de almohadas de roperos nimo no hacer caso de tanto manos arriba que no dice nada que nos mira que nos mira nimo hombro con la caja nimo pale que no pasa por el za-gun nimo que dejen un momento las metralletas que se enredan en los cerrojos nimo que espanten el abejero que cuidado resbalan con tanta margarita espachurrada en el suelo nimo y estos carajos que siempre les llevamos los muertos y siguen haciendo velorio nimo catapln cuidado que el diputado lo quiere enterito nimo qu tranca de trfi co carajo y el diputado que tiene sesin en el Congreso nimo descargar en el garaje del stano cuidado resbalan con las coronas nimo el cuartito donde espera el diputado que quiere ver personalmente el nimo todos en grupo con la pata de cabra porque el destornillador muy lento nimo oler? nimo dice el diputado mejor con el hacha y en efecto astillas crujidos el diputa-do que se pasa el pauelo por los labios nimo el homenajeado que apare-ce dentro del cajn los ojos cerrados la boca sin dientes y llena de algodn y con la mueca que cae mal y lo peor de todo ante el diputado, el alambre fi no que va de la tapa que hemos movido a la pechera de la pechera a la garganta de la garganta a las pilas de las pilas al percutor elctrico y el percutor elctrico que en este momento hace detonar la

  • 13RAJATABLA /

    Picnic interrumpido

    Seor seoras que me matan s estimados seores y seoras pblico presente me llevan para matarme de repente ustedes y que haciendo picnic se atraviesan en efecto me llevan para matarme en secreto ser unos cien metros ms abajo seor ser unos cien metros ms al lado seora ser donde la espesura natural conforme dirn los peridicos ocul-taba la excavacin reciente y todas esas cosas bueno y ustedes haciendo picnic habrse visto y las caras del agente del comisionado del inspec-tor y van a matarme la mayonesa en un momento me matan el pan con mantequilla a lo mejor en otro lado no sea cosa que los testigos la lata de salchichitas las aceitunas, no, vmonos, ser en otro sitio, pero ustedes en-tienden, no, seores, ustedes entienden qu es lo que pasa a qu venamos a qu me traan, la salsa de tomate, no cabe la menor duda a un hombre que lo traen hecho un cristo a un hombre que los mocos le bajan hasta el cuello porque la sangre ayuda a un hombre que vienen ya con las palas porque la fosa era de poca profundidad dirn los peridicos y lo conoci-do del occiso en los medios polticos hizo que los victimarios (la polica, carajo!) desconocidos intentaran ocultar el hecho.

    Ahora seor ahora seora ahora niita qu mal verdad esta nube sobre la ensalada de gallina sobre la mortadela el ofi cial que mira al sargento y el sargento que mira a los rasos y los rasos que miran la camioneta con sire-nas y luz roja, cmo, si el lugar era tan bueno si mariposas vuelan, si ser ahora necesario, porque esto es grave, eliminar tambin al seor a la seo-ra a las dos niitas que vieron, que podran contar, que podran decir, y lo peor salchichas termo plato de cartn, la expresin del seor gordo que ha comprendido y que ha comprendido que los agentes comprenden, y la situacin que se plantea, y que no hay forma de saber cmo se decidir.

  • 14 / LUIS BRITTO GARCA

    La calle

    Es de tierra y tiene charcos muy quietos, de color verde pizarra. Al sur, la hilera de casas, defi nidas as: casa con pared de barro, franjas blanca y azul, techo de zinc; casa con pared de barro, ro-sado oscuro, techo de paja; casa con pared de bloques sin pintar, techo de asbesto; luego, trecho baldo con arbustos cubiertos de tierra, charco de color verde pizarra, caucho Firestone carcomido que afl ora en l; seguida-mente, casa con pared de barro, pintada de verde perico con ventanas de tela de saco, techo de paja, dos grandes peladuras dejan ver el bahareque; despus casa con pared de bloques, techo de zinc herrumbroso, puertas pintadas de blanco y con candado, con apariencia de no haber sido movi-das en mucho tiempo. Nuevo espacio libre, sin arbustos; empiezan nueve estacas con un metro y medio de alto con tres (3) luego dos (2) luego un (1) hilo de alambre de pas que se retuerce y hace ovillos. El sol est alto. Hacia la izquierda, sobre el techo de zinc de la casa blanca y azul, una nube pequea, muy blanca y quieta. En toda la calle, papeles, trozos de vidrio verde y mierdas de perro, en nmero indefi nible. Frente a la casa pintada de rosado oscuro, una lata volcada, color amarillo cobre, invadida por el color pimienta de la herrumbre.

    Hacia la izquierda el aire ondula y no se distinguen bien ni el comienzo de la fi la de casas ni varios cardos cubiertos de polvo. De all viene un perro pequeo, blanco fl aco. Tiene una mancha negra en la oreja. Huele con di-ligencia los papeles que emergen como una espesa nata de los charcos, los que se apelmazan bajo el alambre de pas. Es minucioso, y hediondo. De cerca, se le notan el rosado borde de los prpados, el interior de las orejas, mechones de pelo que estuvieron embebidos en algn lquido que, al secar-se, los ha dejado rgidos como pinceles endurecidos. El perro se aleja hacia la derecha y est mucho rato examinando el caucho roto. Despus pone

  • 15RAJATABLA /

    rgidas las patas, hace arcadas y vomita, escasamente. Mira a todos lados, se aleja y sigue husmeando.

    Todo este tiempo, un nio desnudo ha estado en el umbral de la casa pintada de verde, sentado en el suelo y pasando un dedo untado en saliva por la tierra.

    El sol se ha movido. Se oye el zumbido de una mosca, pero a la mosca no se la ve.

  • 16 / LUIS BRITTO GARCA

    Ella l

    l, que se acuesta con ella, l, que para atraerla fue poniendo de manifi esto tan diversos rasgos de carcter, su desilusin, entre otros, su manera de manejar a lo pase lo que Dios quiera, entre otros, su capacidad de contar verdades como si fueran embustes, entre otros. l que cuenta en su haber los cien metros planos el gusto por las medias caras el paralelo y risible descuido por los zapatos el aprecio por autores de los que llaman menores el tiro con rifl e la mana de no botar las camisas viejas el tabaco ingls la confesin de que cualquier pende-jada lo conmueve la constancia llmenla si quieren testarudez irra-cional, la teora de que hablar con las mujeres es perder el tiempo de que mejor las manos que adems siempre deben estar doblando tapas de refrescos monedas quebrando astillas aplastando nueces para hacerle sentir a ella una cierta impresin de peligro de inminente tenaza.Ella, que tan repetidamente ha puesto de manifi esto su miedo por las ratas cierto sueo infantil de desamparo su aversin hacia las seoras gordas el gusto de que le hagan cosquillas en el tercer espacio intercostal derecho su indiferencia por la metafsica su inters en la hiperconductividad metlica su compulsin de romper jarrones su amor por los cuartos encerrados y sin muebles su aversin por las jaulas con pajaritos su conviccin de que los caracoles arrastran el invisible carro del olvido su risa por las seoritas que se tien su propensin a crear lenguajes cuyas palabras son ciertos guios ciertas formas de relamerse los labios.l, ese carajo a quien invent atribuyndole las cualidades todas que cre que podran atraerla que en efecto la atrajeron y que en el fondo no tienen nada que ver conmigo que soy otra cosa, que como sabrn ustedes soy enteramente otra cosa.

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    Ella, que tantos antedichos rasgos invent para atraer, no a m, sino al monigote falso que yo haba creado, no a m, sino a ese ser increble que todas las noches la posee y que tiene tan poca existencia como el que ella ha creado.Ella l quin pudiera reventarles los ojos decirles a l cabrn a ella puta levantarles la tapa de los sesos, quin entonces yo y t mirndonos con horror y con asco desde nuestra repentina verdad, nuestra extraeza.

  • 18 / LUIS BRITTO GARCA

    El hacedor de dioses

    Fosca madrugada me encontr saliendo de lugar inconfesable, po-niendo lamparita de aceite ante la fi era estatua del cacique a quien los historiadores llaman Musubay a quien el escultor que todava est tratando de cobrarle a la municipalidad llama la pieza escultrica a quien los guasones llaman El Aguacate o El Pujido de Cemento u otra cosa peor que no s francamente qu ser.

    Suave luz de lamparita revelando el rostro que parece por un lado El Hombre de la Emulsin de Scott y por el otro Benito Mussolini disfra-zado de marica, rostro que muestra las seales hondas de la mudanza de la placita porque los concejales lo encontraron muy feo, y de la escuelita porque los nios le tiraban piedras, adems de esto la polmica cuando demostraron que Musubay no existi y que todo fue un invento de un seor que hace aos redact un almanaque para las petroleras, adems de esto el traslado hacia las afueras donde hace amistad con las palomas con los carros que se escachapan en el cruce de la carretera, en donde est el cartel que dice: Va en reparacin.

    Frecuentacin de sitios inconfesables me llev a multiplicar lamparitas de aceite velas velones cirios, siempre preguntndome cunto tardara en acompaarme el primer ingenuo, cunto tardara en aparecer la primera vctima de la broma. Yo que esperaba la primera velita no puesta por m, y una madrugada distingo, enroscada en una de las piernas que les decan El Rinoceronte Griposo o El Burro Herniado, una guirnalda de fl ores de plstico sonriendo al alba inminente con sus puros colores verde gua-camaya rosado enca de perro amarillo hepatitis, primer himno de gloria que, con mis dedos tmidos, acarici.

  • 19RAJATABLA /

    Inventario de objetos que encontr durante los seis meses siguientes: en el pedestal de la estatua: lamparitas de aceite, treinta y seis, cabos de vela, ciento ochenta y uno; en la mano extendida que le decan El Guante de Qucher o Ay Me Agarr: exvotos de nquel en forma de muleta, dos, fi guritas de cobre en forma de ramos de novia, cuatro, corazn de coral, uno, manitos de bano haciendo el signo de la guia, tres; en el poderoso pescuezo que le decan La Piroca o El Pavo Embuchado: exvotos en for-ma de cunita, cinco, dijes en forma de dedo, seis, todo ello en muestra de la potencia milagrosa de Musubay, que haca ya intil el paquete de velas que yo siempre llevaba en la maleta del carro. Mi triunfo fue completo cuando, saliendo de sitio inconfesable, esta vez en compaa de Lilianita la Platinada, ella me dijo, ay, frena, que tengo que pagar promesa. Se baj del carro, prendi una velita ante Musubay y se persign, yo miraba sus zapatos dorados que enseaban las suelas al ella ponerse de rodillas.

    Dos crisis del culto, su degradacin cuando se corri la voz de que Mu-subay propiciaba los sueos que hacan ganar en los terminales, y el exceso de velitas incendi los matorrales de la carretera; su transmigracin, cuan-do el cura logr que trasladaran la estatua para la carretera del otro lado de la ciudad, sin saber, pobre, que all Musubay salvara nios atacados de gastroenteritis o mordidos por las ratas y dara lugar a un remitido en el peridico que deca las gracias te doy Musubay, nima bendita, salvaste a mi Gabrielita pisada por el camin del Aseo, doy testimonio de las cosas grandes que hace la fe. Presa se llevaron a una seora que deca rezar la oracin de Musubay y luego result que era indocumentada; enorme result la venta de un retrato de Sab en taparrabos que apareci en los puestos de los buhoneros al lado de la efi gie del Doctor de los Milagros, del Libro de San Cipriano y de los recipientes con piedra imn y lima-duras de hierro. Yo haca risibles planes para enriquecerme vendiendo a Musubay en estatuillas de yeso pintado y en calcomanas para los ptalos de las fl ores de papel, discuta si el historiador que haba inventado a Mu-subay tena o no derechos de autor y si exista o no registro para cobrar participacin en canciones, cine y acuaciones, y Lilianita que me oy una vez no quiso verme ms nunca y tuve meses desventurados y alguna ma-drugada me dije solemnemente: no he hecho un carajo en la vida.

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    Exvoto que hago eminente publicando esta historia en humillacin en arrodillamiento yo un hombre que me rea destas cosas a cuenta de las leyes de la dialctica y de la negacin de la negacin, quin sino Musubay cuando a Melecio a mi lado le volaron los sesos de la primera rfaga quin sino Musubay cuando al tanque de gasolina lo perforaron tambin y sali la azul candela en el asiento de atrs, prendi los volantes clandestinos y cubri el vidrio con las calcomanas Maneje con Sentido Comn, Donan-te Voluntario de Sangre quin sino Musubay cuando debido al caucho de-recho agujereado la parrilla el motor el cap dieron contra la radiopatrulla que cerraba el camino y sal volando hasta la cuneta quin sino Musubay en este palt que miren, entr por aqu y sali por aqu y no me toc y despus se confundieron y dispararon para otro lado, oh nima digna y solitaria a quien llaman La Ua de Caimn, este exvoto acepta por tus mi-lagros del primero que ilumin tu ara, seor de los terminales, de las fl ores hepticas, de los nios mordidos por ratas y de los zapatos dorados.

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    Muerte de un rebelde

    A m me dijeron que haba que enconcharlo y como yo casualmen-te me haba mudado al apartamento dije que s. Vino a la noche con un camarada que yo conoca, se present con el nombre de Cceres traa un paquete de papel de peridico con pijamas y pantufl as era gordo calvo y yo no lo haba visto nunca ni quise saber por qu lo buscaban, lo que siempre en defi nitiva es mejor. Las recomendaciones, que mientras yo sala a trabajar no hiciera ruido porque poda tocar la puerta algn vecino, que en caso de peligro la toalla en la ventana del bao que se ve desde la esquina, las amabilidades, comprar yo muchas revistas y muchos peridicos porque mis libros los haba perdido casi todos salvo unos manuales de Estadstica, ponerse l a arreglar el cuarto porque a la gallega que vena a barrer dos veces a la semana hubo que despedirla para no tener que explicarle quin era el seor en pantufl as, las precauciones, conversar de poltica pero sin entrar en detalles no fuera uno a enterarse de que, que nunca abriera la puerta no fuera a ser cosa tambin de que.

    Le daban de cuando en cuando desvanecimientos y habl para que me consiguieran un mdico el mdico vino tarde en la noche y tom la ten-sin y el pulso y me pregunt si yo saba poner inyecciones entonces escribi unas recetas con bolgrafo y yo sal a comprar frasquitos pero me demor mucho porque era tarde y no se conseguan farmacias de turno. Como las inyecciones a veces haba que ponerlas de hora en hora, por las noches hablbamos mucho de las redadas de la polica, de cmo estaba la cosa de jodida y de gente que haba cado. Yo pens inventar una excusa para dejar de ir al trabajo y acompaarlo pero l me dijo que estaba mejor; por el contrario, se puso muy dbil y busqu un camarada que estuviera junto con l. Localic a Aguirre, que estaba en mala situacin; estuvo

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    viniendo algunas tardes; coma y se quedaba. Aguirre no saba poner in-yecciones y yo le deca que deba aprender, pero no quise proponer que ensayara con el escondido. Al fi n Cceres se sinti mejor y no fue nece-sario que Aguirre siguiera viniendo. Yo no s si de verdad se senta mejor o si deca eso porque Aguirre era latoso. Pens en comprar algunos libros para que Cceres pasara el rato.

    La noche del martes Cceres ley hasta tarde los peridicos. Al da si-guiente amaneci muerto. No haba hecho ruido, estaba ya fro y yo me avergonc de haber en aquel mismo momento a lo mejor roncando y no odo mi nombre dicho muy bajito a lo mejor soado una banalidad. Lla-m por el telfono del almacn a la pensin donde viva Aguirre y le dije que viniera porque haba sucedido algo muy importante. Me deca que tena que hacer, pero al fi n pude convencerlo. Tard mucho. A las once de la maana entr al apartamento, mir y se qued callado. Yo no haba querido cubrir a Cceres con una sbana porque me pareca una pendeja-da hacerlo; pero tampoco me pareca bien dejarlo as. Aguirre dijo que ha-blara con alguna gente. Se fue, y tard todava ms. A las once de la noche me dijo que haba que esperar al da siguiente. Dorm un rato, pero mal. El da siguiente fue fastidioso, y lo pas casi todo en un silln, dndole la espalda a Cceres. Pens bajar las persianas y oscurecer el cuarto pero me pareci tambin una pendejada. Al medioda com algo en la esquina. La radio hablaba de bombardeos en alguna parte.

    A las ocho de la noche apareci Aguirre con un amigo, vestimos el cuer-po, y esperamos. Seran las dos de la madrugada cuando bajamos las esca-leras, con cuidado para que no se fuera a despertar el conserje. Yo prefer no salir a la calle para no ver el carro ni quin lo manejaba. Tampoco me esforc en adivinar cmo arreglaran todo lo dems.

    En las hojitas clandestinas jams se dijo falleci el camarada fulano ni tampoco la prensa dijo hallado cuerpo o ingres prfugo en clnica y falleci de inmediato. Yo nunca le pregunt nada a Aguirre, y despus lo mandaron a hacer trabajo en el interior y hace tiempo que no s de l. Recog los frasquitos de medicina vacos y las agujas usadas. Tambin recog las pijamas y las pantufl as, y algunos pares de medias. Las revistas viejas no era necesario recogerlas, pens, pero de todos modos estaban

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    viejas y no haba para qu conservarlas. Lo mismo el cepillo de dientes y la maquinita de afeitar. El paquete lo ech en la basura, lejos de la casa. Varios das despus encontr un papel con garabatos. Decan condicio-nes objetivas, inf. pol., ojo, no olvidar C.C., y cosas as. Como no poda entregrselo a Aguirre, lo ech al excusado. De todos modos no deca nada. Cceres muri sin ver la revolucin. Yo haba faltado dos das al trabajo, y deb pedirle a un mdico amigo que me certifi cara bronquitis.Despus de eso trabaj sobretiempo algunos das. El calor comenzaba a pasar y venan las lluvias.

  • CALLE CIEGA

  • 27RAJATABLA /

    Utopa

    En el pas de Gerontia, ustedes no lo van a creer, funciona la Uto-pa. Nace nio, se toma nio, se impide salgan dientes nio, se arruga la piel nio, se implantan cataratas artifi ciales en los ojos nio, se arruga la piel nio, se envenenan huesos nio, se arrancan pelos nio, se le implanta asma artifi cial nio, se castra nio, se producen es-clerosis artifi ciales nio, y es como un anciano, es viejo ya, slo hay que quitarle la iniciativa, ponerle horror a lo nuevo y adoracin a lo que fue y en realidad quiz no fue as, como lo cuentan los manuales de historia, o nunca fue.

    La vida de estos nios que slo tienen segunda infancia es breve y ellos lo saben, por eso se van corroyendo poco a poco de egosmo y de miedo y los entierran despus de velarlos en el Paraninfo de no s qu cosa y decretan varios das de duelo y dejan vacante el silln de la Academia.

    La Utopa de Gerontia se hizo siguiendo los consejos de ancianos. No hay all revoluciones, no hay organizaciones clandestinas, no hay faltos de respeto que se ran de los viejos y, parece increble, no hay crisis de la ju-ventud, ni irresponsables, ni nada de eso hay. En las tardes, muchos ciuda-danos salen en sillas de ruedas, pasean, pasean, y se confortan pensando que el tiempo est tibio, que el reuma no duele, que todo est bien.

    Ahora, se est pensando trasladar el sistema de Gerontia a otros pases, ahora se elogian sus virtudes, ahora se implantan parcialmente y a veces secretamente sus reformas en otros sitios, ahora, de repente alguien lo comprende, el mundo entero es ya Gerontia.

  • 28 / LUIS BRITTO GARCA

    Consrvese joven Consrvese joven Consrvese joven

    La vida eterna, no, la longevidad, tampoco, nada de esto le ofrece la ciencia pero s por lo menos el privilegio de la vejez controlada, en-vejecer por partes, concentrar el proceso sobre miembros prescin-dibles, por ejemplo, todo el avejentamiento transcurrido entre los veinte y los veinticinco aos poder transferirlo al dedo pequeo del pie izquierdo, y as, ver cmo slo en cinco aos ste se arruga, se encorva, se infarta, se ne-crosa, se hincha, se retuerce, se desprende, y entonces, sentida pero ntima ceremonia, llevar las minsculas falange falangina falangeta hasta su ltima morada despus de haberlas visto convertirse materialmente en cenizas.Entre los veinticinco y los treinta el proceso acaso ms serio pero pronto se aprende a disimular la cojera y basta inventar pretextos para no baarse en pblico, al fi nal, carpo metacarpo tibia y peron, goce seor el descan-so eterno pero qu rapidez miren que de la noche a la maana agusanarse mejor empezamos con el otro lado.Segn y como el temperamento se puede luego elegir entre la silla de ruedas o los miembros artifi ciales, difciles de manejar pero sumamente prcticos. Ser diestro o zurdo decide la continuacin del proceso, dedo por dedo, hasta que, bueno, se concluye con las extremidades y la decisin sobre cul parte del cuerpo debe envejecer se hace cada vez ms delicada y al tronco se conectan bombas, fi ltros y alambiques que a veces funcio-nan bien y a veces no.Al fi n, solo al fi n, el proceso llega a la destroncada cabeza de adolescente, y sta, poco a poco un grito generalmente acompaa la primera seal, se libra de la humillacin de la juventud, en breves das comienza su ace-lerada redencin, se va haciendo ya irreversiblemente ya indeteniblemente ya declaradamente ya ptridamente ya gaseosamente, respetable.

  • 29RAJATABLA /

    Pero no ven que ha sido en broma

    Pero no ven que ha sido en broma, pero no ven que todo ha sido en broma. Pero no se fi jan que no es posible que tantas cosas puedan ser en serio, que no es razonable, no, que de nio escribiera yo el ensayo Problemtica y Hermenutica en Andrs Bello, que lo leyera en el auditorio y despus recitara la Silva a la Agricultura de la Zona Trrida ante el aplauso del seor director la seorita Po el bachiller frufr y des-pus emocin! recibiera la medalla de la buena conducta el diploma del catecismo el premio de la colaboracin la cinta de la aplicacin la placa de la excelencia, cmo pueden creer ustedes que alguna vez pude colaborar con esas perversidades en serio.

    Pero cmo han podido crerselo. Cmo han ledo mis artculos inspirado-res en la revista Ideales Juveniles, cmo han dejado exenta de tomates la instalacin del Centro de Estudios que creamos en la Universidad, cmo han podido aceptar que yo leyera las palabras de un alumno en la jubilacin del doctor Pandorga y que ni el mismo doctor Pandorga se diera cuenta, cmo han podido darme la beca para estudiar en Europa, cmo han podido aceptar mi tesis, mil pginas sobre el principio de la Brevedad Jurdica, cmo, cmo, cmo.

    A veces he pensado que no, que saban, que ustedes saban y que fi n-giendo no darse cuenta era a m que me tomaban el pelo. Esta obsesin me asaltaba al hablar de la moral desde mi ctedra al preparar los bellos discursos de orden al imprimir mi conocida obra sobre un poeta descono-cido al entrar por causa de ella en la Academia al aceptar mi candidatura como diputado independiente, aplauso, mis vibrantes artculos Orden o desorden, aplauso, O unimos nuestros esfuerzos o no unimos nuestros

  • 30 / LUIS BRITTO GARCA

    esfuerzos, aplauso, He aqu la disyuntiva, aplauso, la condecoracin, aplauso, el Ministerio, aplauso, la Embajada, aplauso, mi proclamacin como maestro de juventudes, aplauso, aplauso, aplauso. No me digan que han credo que era en serio. Ustedes, mis hijos. Ustedes, mis nietos. Us-tedes, que me velarn en el Paraninfo y recibirn placas conmemorativas y acuerdos de duelo y homenajes y todas esas varillas que en cuanto me muera me echarn mis enemigos.

    Pero qu importa que lo diga. Pero si todos los dems tambin lo estn haciendo en broma. Mrenlos. Mrenlos bien y vean que todos ellos tam-bin lo estn haciendo en broma. No me encierren. No quiero morir en-cerrado. No me pongan somnferos. No me pongan esas caras, esas caras de que me van a dejar morir esta noche, dormido, solo. Pero si todo ha sido en broma. Pero si todo ha sido en broma. Pero si todo

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    Transformacin

    Ahora me dan con ms frecuencia los ataques, y en el medio de ellos no s, no s si son malos porque ya soy otro, porque ya la mitad ma ve con los ojos del otro, hace cosas horribles como leerse los discursos de aniversario, leerse las sociales, creer que revolucin s, pero sin bochinche, todas esas cosas.

    Yo que me pona a provocar estos ataques por burlarme de Irene, Irene que va a misa y que colecciona retratos de artistas, un da amaneca yo con deseos de sentir emociones fuertes y haca alguna atrocidad como ir de visita a casa de unas tas de ella e impresionarlas hasta que decan ay qu novio tan prometedor, otras veces era que iba a los matins bailables del Club y le deca seorita me concede esta pieza a alguna amiga de Irene que se quedaba sin bailar, la amiga me confi aba que senta inquietudes espirituales y que ira a Europa para estudiar, de repente Irene descubra la burla eres un gran carajo me deca hasta para ponerte amable eres un gran carajo prefi ero que sigas con tus atesmos porque Dios perdona pero las cosas serias no.

    De repente por las noches me digo dnde iremos a parar el pas con esta juventud no puede verdaderamente no puede. Una noche por ese cami-no descubr que la juventud est en crisis y como en un sonambulismo escrib un artculo sobre eso y se lo mand a los peridicos y menos mal que sal del trance y lo recog antes que lo leyeran. Otra vez me despert sudando y de alguna manera supe que en otro ataque haba botado la madsen y cuatro cacerinas y una pia, y comenc a tener temor, otro temor distinto de ese que nos hace coger la madsen, otro temor oculto y como sin nombre y contra el cual no hay armas.

  • 32 / LUIS BRITTO GARCA

    Ahora me preocupa mi carrera, me preocupa mi futuro, me preocupa mi familia, me preocupa el qu dirn. Ora me preocupan esas cosas, me preocupa el matrimonio, debe ser a todo trapo, con retrato en las sociales, numerosos invitados, los felices contrayentes, las familias distinguidas, con obispos y champn. Doy discursos en los actos, me desvivo por mi ascenso, me coloco como ejemplo, soy excelso, soy moral. Soy eclctico, acadmico, soy asptico, dinmico, llegar hasta diputado, qu talento, qu carrizo, qu promesa, qu emocin.

    Yo, alguna vez me acuerdo del otro. Menos mal que no hay tiempo, no hay tiempo, aunque Irene me diga te sigues burlando, no hay tiempo para acordarse de las desorientaciones de la juventud en esta coyuntura urgida por los problemas trascendentales del clima de confi anza para las inver-siones y sus repercusiones en la productividad, y qu ir a opinar de estas cuestiones el Fondo Monetario Internacional.

  • 33RAJATABLA /

    El homenaje de la noche de Santa Florentina

    Otra vez crepsculo fueme mortal. Palomas sobre el sol tirronse, como diciendo que cualquier infi nitud equiprase a fi nitud cual-quiera. Yo, bucear en el frasco de tinta que parece que guardara muelas y slo este jugo negro para poemas mos que escribo como tiritas de tinta para relacionar mundos de ac con mundos de all o huecos en el queso con el misterio de las cosas que no se pensaron. Yo, tomar la pluma herrumbrada y escribir la palabra solferino y encontrar que guarda hebras del asma de los gatos, o que la palabra fue es un fuese y yo siendo soy un sido o pueblos que sernme es lo mismo que si nunca anduvidos. Todo esto para sentir el sol chorrearme el odo como una gotita de miel. Yo, ponerle migas de pan al canario, cagadas jubilosas, pajarito que musiquea ms por detrs que por delante y deja el piso de la jaula cielo estrellado o esferasmsica qu contemplaciones hasta que Ninfa Flor me dice Jess qu cochinadas no son cosas de hombre escribioso.

    Pantufl as nave de echado tiempo porque el suelo calendario hecho momia y hay nubes que llueven minutos. Para qu decirles a las gentes que soy de peloenpecho para tener piojos all y qu enorme cosa bosque gris que corazoncese y palpitnase y piojsase con bichitos armnicos y a veces vistanlo las tetas de Ninfa Flor.

    Ninfa Flor cmo tienes nombre de teta, la de la derecha se llama Bonifa-cia la de la izquierda ms moradita se llama Dionisia y anoche me propu-sieron las dos llamarse Pantalen y saben que no se puede. Mis botines limpios, Ninfa Flor.

  • 34 / LUIS BRITTO GARCA

    Cosas de poeta estas que me pasan de que me confundan con poeta si en realidad yo no si en realidad yo nada tengo que ver con escribelosos que hacen odas y miden el tropos o se postulan a lacademia donde es peligro-so porque las sillas pican el culo. Yo lo que soy es hombre que me aconte-cen todos los reveses de las cosas y en todos los fi los de las oportunidades digo palabras que son en una forma y tambin en otra, cosas coladas en ciertas sustancias en donde no debe haber palabra sino hilos de cobre bacinillas de peltre o parsitas. Ninfa Flor, los pantalones planchados que el remiendo no se les ve porque est ms arriba.

    Ya a buscarme vienen para elomenaje. Yo oir los discursos y les dispensa-r tantas seoritas que se creen culturadas y lo que les pasa es el cors y el perodo y entonces les soltar como un cohete el verso ese que les rechin-cha tanto los vuelve brincosos porque como pauelo de mocoso no saben por dnde cogerlo porque como estrella es toda puntas porque como

    Pjaro que vas volandoparado en tu rama verdepas cazador, matte,

    ms te valiera estar duerme.

    Pjaro que poeta ellos el batir de los aos como rollos de pianolas que consagran en una misma cera mis huesos y los ojos de quienes sabrn qu quera decir yo y un calamar que se comi Hipas y esta media con aguje-rito y Ninfa Flor que dice que no consigue hilo para remendarla. Abrir la ventana. Luz.

    Y ahora palomerapias en cielos tururturtrgidos fl uararapfara fl uara fl ua-rparas qu duro ail de cielo como para pintar labios de novia muerta. Curru paloma que crrucu, huevcete y hazte vieja como mi barba total si da lo mismo o esos ojos de botn de acero: con ellos se abotonan las semanas y al fi n. La camisa, Ninfa Flor.

    Yo si el boticario me regalara ms goma arbiga y xido hara un poco ms de tinta y as terminara mi magnaopus y engaara a mucha gente ha-cindoles creer que creo en magnaopuses y en lo que otros digan de ellas.

  • 35RAJATABLA /

    Dgame, inconveniencias de dejar hojitas sueltas que son cartas para los hombres que seran totalmente lo contrario, entonces sealan con el dedo y dicen: sombrerero que se pretende musetoso. Viejo que quiere parna-searse y qu musaria ni qu parnasolancia, slo esta gozadera de verse las rodillas y conversarles buenos das, qu dicen hoy los calzoncillos, o pasar en el land y gritarle a las putas mmms mmms y ellas re re mira que le decimos a Ninfa Flor. Ninfa Flor, la corbata.

    Las maravillas de la poca como la mquina de vapor el heligrafo el biciclo el Canal de Suez vulquense todas sobre los hombres y hganlos comprender las artes que yo propongo la domesticacin de grillos la des-truccin de las palabras la msica que destripecer de gatos maullfi cos la pintura de las mil cosas que es una cosa las mongolfi eras atrevidas que se traern el Polo Sur a la gran exposicin de Pars y lo exhibirn ante el Emperoso y a lo mejor ante nuestro Presidente que estar por all lleno de seoritas enagricas mentalimonosas fragantes, olorosas de tanto co-mer jamn. Ninfa Flor el alfi lestrn de corbata de cobre que tiene piedra de vidrio el que no quisieron en la casa de empeos.

    Yo en cuanto me presenten ante la concurrencia delomenaje me parar en el escenario como un guapo alzar el bastn y declarar abolida la poca uno dos tres y no les dir nada de la fusilada que estuvo a punto de abo-lirme en la batalla de Copl uno dos tres inversa bala poblada de amores renunci a poeta que como bala sacude hoy el encaje y los traseros de las nias casaderas uno dos tres toda cosa es otra cosa y toda palabra otra pa-labra uno dos tres oh si no estuvieran a punto de romperse estos botines cmo les enseara el nuevo gran salto mortal o dejara caer mi mano que sera como de plomo, quedara en el suelo y sera muy viajada por caraco-les uno dos tres cmo me quitara los ojos y hara malabarismos con ellos y los cambiara con alguna seorita o con Ninfa Flor uno dos tres carga al machete tarar seores mis versos disuelven todo lo dems tarar la carga por el fl anco y despus entren a lanza tarar hasta el Presidentoso hasta los edecanes hasta los palacios estilo imperio se harn gelatina en cuanto sien-tan estallar estas palabras gargarientas que crean la inestabilidad cuidado la exposicin de Pars, cuidado el Presidentoso cuidado esqueletos de cau-cho cuidado el abate francs.

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    Oh cmo me comportar durante elomenaje cmo les dir de la posibili-dad de una tierra donde cada repollo se peina los bigotes donde hay pia-nos que se comen a las seoritas y pjaros que vuelan parados en ramas de sueo voraginoso. Oh qu poco podrn entender de la necesidad de este mundo en donde jams entrarn los Presidentosos ni los Empero-sos ni los edecanes porque en las puertas se los comern bombardinos con antenas de mariposa y en un desorden tal las tropas no evolucio-nan ni las alianzas resultan ni nadie impone nada sobre nadie porque cada uno puede ser poeta o tortuga o estatua o chorizo frito y este siglo diecinueve es el veinte o el cuatro a c y el norte lo cambian por un ele-fante o qu cosas, seores, qu cosas. Ninfa Flor, el bastn, que tocan.

    En la sombra de esta noche de Santa Florentina tocan tocan en la puerta fosa. Tocan, digo, Ninfa Flor, cada sombra resbala llevando zarcillos de enredadera o vinagreras para la molienda del tiempo. Tocan, tocan para elomenaje, y por ms que tratas de que yo no lo adivine, se te nota que sa-bes, Ninfa Flor. Cmo ocultar a tus sulfreas tetas que esta comisin que viene es de burlones, que elomenaje es una befa, que me prosceniarn y me parnasiarn y me pondrn una corona de laurel que me resbalar hasta el cuello y que las aplauditorias sern como de gargajos y que lo que pasa es que como no se atreven a burlarse del Presidentoso, se burlan de m, y que para la memoria de todos ser slo el viejo que fue burlado porque se crey poeta, y qu bien la gente se sac de las tripas los rolletes de la risa y qu bien hasta el fi n resist, pero yo a insulto ofrezco pecho porque nadie sabe qu cosa es insultar o qu cosa ensalzar y yo tampoco jams sabr, y ni siquiera me bajar los calzones en pleno escenario, sino que me llevar la mano al corazn y dir: Seoras! Seores!

    Ahora el trago de estos doce hombres de la comisin que me acompaar hasta elomenaje ahora este demasiado caliente beso en mi mejilla ahora un tirar de m la miseria la vejez la sombra hasta el da en que, vendedor de billetes de lotera, el hambre me haga ver lluvias de gallos que cantan pera, lagartos danzarines estatuas de Presidentes con las tripas lumino-sas, curas vestidos de gallineta, y crea que por fi n todos los hombres han entrado en mi reino.

  • 37RAJATABLA /

    Cualidades

    Yo amaba a esa mujer o no s si a sus cualidades ella me amaba a m o no s si a mis cualidades y los dos insomnibamos comple-tas noches pensando la mentira de todo, yo por ejemplo, si sus cualidades las tuviera un hombre, no lo amara, ella, por su parte, pen-sando, si mis cualidades las tuviera una mujer, no por ello la amara, por lo tanto, era otra cosa, pensbamos revolvindonos en la cama, era otra cosa, pensbamos con cada gota de sudor y cotidianidad y noche. Ahora que el mundo como todos saben se ha hecho inestable y una maana des-pierto con una manera de mirar que no era propiamente ma. Ella, por su parte, primero esos rizos en el pelo, luego el color de los ojos, luego que cambi de muslos y yo asombrado de tantas cosas. Luego, el paso de dos minutos que cambi mis opiniones teolgicas, entonces, ella que cambi de senos mucho mejores ms fi rmes rosaditos pero menos amables yo que adquir unas manos de clavecinista y una falsa memoria de un viaje al Asia. Problemas de irse al trabajo a lo mejor a la vuelta compraba uno un poco de disposicin melanclica como quien compra algodn de azcar, a lo mejor ella de paso se haba hecho instalar fobia, obsesin y angustia, veladas perennes que pasbamos el uno al lado del otro adivinndonos y ella probablemente un reproche pero no te fi jas la nueva depresin ma-naca de ahora, con el tono de quien dice pero no te das cuenta de que el vestido es nuevo.Exploraciones ms ntimas en las que ella me explicaba: es que he cam-biado mis sabores, no quiero seguir siendo la tonta que te saba a agrio limn o que en las orejas la cera te recordaba naranjas secas, yo por mi parte descubriendo la tontera de mi rostro de hace seis meses, ahora otro tan distinto pero ms mo. Variacin tambin de posiciones, de ritmos y de conciertos. Ahora las largas noches en que nos estamos frente a

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    frente tendidos en el desolado lecho y mirndonos. Ahora la refl exin de que todo ser amado que elegimos es el tiempo y sus sorpresas. Ahora la repulsin y la lstima para aquellos dos tan diferentes que hace tanto se escogieron. Ahora el gusto de esta saliva sorbida golosamente sabiendo que maana podr ser azul saber a nueces podr ser verde saber a hierro podr saber a azufre ser escupida pero nunca el pasado instante pero nunca pero nunca.

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    Las cosas que me pasan

    Naturalmente no le pasan a nadie ms en el mundo. Yo vine a l para descubrir el sentido de la vida, que consiste en leer el peridico en las maanas y en ir cambiando de preferencias. Me explico, niez la pgina deportiva juventud la pgina literaria vejez la seccin de los entierros donde siempre hay un conocido que se march antes que uno, se puede ir a verlo, darle una mirada a la urna llena de seda y terciopelo y decirle ves, tnto que presumas de que no se te caa el pelo y total te fuiste antes que yo o tambin tan infl ado que estabas porque leas Bertolt Brecht despus el bufete el xito y el aneurisma te jodieron y hasta falleciste cristianamente. Yo consolaba mucho a las viudas y les inventaba historias de cuando el fi nado y yo estudibamos juntos y l era conocido por tal o cual cosa, por lo borracho o por los malignos versos que haca en contra del profesor, cuando mentira, lo mejor que poda recordar de todos ellos era un hueco en un hueco, el vaco dentro de un vaco del hombre sin contornos que slo muriendo se convertir en algo slido al asumir esa cara de viejo malvado esa consistencia que nos dan la rigidez y los anuncios con orla negra y las fl ores.Entonces esta maana el maldito peridico que me dejaron silenciosa-mente bajo la puerta y el gran recuadro en la seccin de entierros que dice:

    Ha fallecido cristianamente

    LA HUMANIDAD ENTERASe invita al acto del sepelio

    que tendr lugar a las 11 a.m.

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    Y desde luego vaina entre tanto conocido cmo cumplir con todos, no hay quien suba el desayuno, los pantalones se ajaron en el velorio de ano-che y tienen cogulos de esperma, y lo peor, ya es un cuarto para las doce y todo debe haber terminado.

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    La conquista de Leland

    Leland, por quien el caballero viaj a Tierra Santa, soport los afa-nosos piojos de Judea, y por cubrirse de gloria atac mientras los dems huan, logrando slo cubrirse de tajos que, mal curados, dieron lugar a fi ebres y a visiones. Leland, por quien el caballero estudi el lad, la lectura, el latn y otros afeminamientos, a fi n de cantar una pro-pia endecha que fuera recordada por los hombres, y como toda cosa de amor, burlada, reda y despreciada, verifi cada en su defectuosa mtrica y fi nalmente perdonada como curiosidad con ese perdn erudito que equi-vale al ms atroz insulto.

    Leland, por quien el caballero dobleg la carne despidi barraganas olo-rosas a glorioso ajo, expuls bastardos en quienes se reconoca como en hermanos, desair vidas damas y renunci a pernadas, exponindose al habla turbia de las gentes y a la reputacin de vicios secretos.

    Leland, por quien el caballero liber sus halcones y tir al manantial capi-rotes, guantes y capihuelas, Leland, por quien no se mezcl a la humedad de los ojos del ciervo la humedad de la sangre, Leland, por quien fue cambiado Dios a precio de fi ltro amoroso para mover el corazn de las mozas calladas.

    Leland, por quien el caballero emprendi la guerra contra el duque su pri-mo porque para recibir a Leland deba ser grande la heredad y para que la heredad fuera grande deba haber cien hombres, cien certeros fl echazos, cien perforadas lorigas, cien viudas y cien tumbas, y frente a ellas la del duque ahorcado y por encima de ellas los huesos de las doscientas bajas de sus huestes esparcidos por doscientos cuervos.

  • 43RAJATABLA /

    Leland, por quien el caballero lanz el guantelete y se fatig manejando la espada hasta que las melladuras en su coraza dieron paso a un gran fro, una gran tibieza, un gran vrtigo, una gran luz, una noche grande.

    Leland, quien al saber su muerte llor y dijo oh, ese caballero de quien me enamor al ver su pie, cmo era de pequeo.

  • 44 / LUIS BRITTO GARCA

    Lope

    A m, vuecencia, me llaman Lope, y van a matarme. Hace mucho fro, es de madrugada, y mis hombres se me han desertado. Por todos los medios he querido atarlos a este empeo de grandeza y se me iban, creyendo ellos que por salvar sus vidas, sabiendo yo que por no tener que participar de la grandeza. No hubo cosa que no intentaran: perderse en la selva dando gritos, fi ngiendo la visin de torres fantsti-cas de oro, enloquecer diciendo que durante el sueo dorados monarcas chupaban el humor de sus ojos con cnulas afi ladas, sublevarse contra m, porque antes la muerte dada por Lope que el destino de grandeza al cual los conduca Lope, antes dar grandes vueltas con la boca llena de agua por el fondo de aquel ro infi nito que, decan, un da caera en una hirviente sartn de oro, que intentar remontarlo hasta el mar, un mar que nos imaginbamos lleno de mareas de hojas y con abismos penetrados de las ms intrincadas pudriciones de races y frutos. A unos pocos pude distraer del embeleso de dejarse morir en aquellas regiones en donde la sustancia de los sesos se escapaba en amarillos vapores durante el sueo, a unos pocos pude distraer de su esperanza de morir en aquellos her-videros en donde antes que los gusanos las enredaderas devoraran sus prpados, a unos pocos llev hasta el casi imposible mar e hice construir las naos fantasmales que nos llevaran hasta la isla llena de cristianos, de pobreza y de piojos, y de la isla nuevamente al mar, y de ste a la tierra fi rme increble que nos ha herido los ojos como un doblado espejo y nos ha comido botas, traje, piel, corazn corazn hasta que hemos credo caminar en un aire hecho de hormigas, de manera que los espaoles que hallbamos nos huan y nos llamaban alzados contra el rey y haba que estrechar sus gargantas y la caminata se haca sobre pescuezos cruzados de trazos azules y casas llenas de arcones vacos e iglesias sin imgenes, y

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    todo ha sido para que al fi nal mis hombres uno a uno me fueran dejando por el rey, cambiaran la majestad presente por la lejana, soportable como el sol que alumbra otras regiones, que durante las noches deja al amanecer oh esa frescura.

    Ya el alba no me da ms plazo, cercado por la tropa del rey, donde mis hombres se humedecen sus ansiosos labios de Judas, tomo el cuchillo y degello primero, con facilidad, a la Torralba, luego, ms trabajosamente, a Elvira, que slo repite muchas veces padre, mientras en la hoja una sangre se mezcla a otra y las dos gotean asombradas de salir a conocer este mal siglo y de no saber por qu. Tampoco lo saben estos que fran-quean la puerta y vienen a matarme, y miran la sangre, y miran el cuchillo, y miran mis ojos. Slo comprenden, desconsoladamente, que ahora sus armas son intiles contra m, que por esta atrocidad me he situado por manera tal fuera del alcance de tantos aceros cobardes, que no podrn tocarme, y es como si otra vez los arrastrara el Amazonas en desmaadas piruetas de ahogados. Lo adivino: slo esperan mi voz de mando, los que crean venir a matarme. Cuando los vean obedecerme, se pasarn otra vez a mi lado, fascinados, mis maraones. A otros muchos arrastrar en este torrente, y a los que no sean arrastrados uno a uno los ir matando y para que ninguno escape me pondr al frente de stos que alguna vez pensaron matarme y con ellos arrasar el pas, y, el pas arrasado, cruzar los montes y pasar a la Nueva Granada donde habr ms gargantas y ms cobardes aceros y ms casas con vacos arcones y desde la Nueva Granada pasar a Panam y en Panam me har dueo de los buques llenos de ratas y he-cho dueo de los buques caer sobre el Per, y dueo del oro del mundo y de los poderes del oro del mundo, habr, en los arcones, brocados, en las iglesias, bendicientes santos, en los cuellos, sarna de collares, en los aceros, sangre de virreyes. Termina por fascinarme la inevitabilidad de todo esto, la seguridad con la que, dueo de todo el oro del mundo, no tendr ms remedio que disputar tambin con viejos reyes de un mundo viejo y oponer, a sus santos carcomidos, santos dorados, a sus cajas vacas, cajas que valen ms que cualquier cosa que en ellas pueda guardarse, a sus hierros herrumbrosos, espadas que han vencido la fi ebre la insolacin la amargura, y al fi nal, poner en los cuellos de estos reyes largas sogas cuan-do haya tambin avasallado sus reinos y el poder de todos los tronos

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    est concentrado en mi puo y los esquivos soberanos de El Dorado sientan su miseria de reyezuelos nfi mos y fallezcan de una centenaria vergenza llamando en las puertas de mis fortalezas para ofrecerse como sbditos, sin ser notados de nadie.

    A estas cosas me lleva mi destino as como yo llevaba a mis hombres. Pero ahora el cuchillo an lentamente gotea me rebelo contra l, que es slo otro lejano rey desobedecible, porque, me digo, para qu llevar a estas pobres bestias del corral del rey al corral de Lope, para qu llevar es-tas olas de un lado a otro de indiferentes mares o apilar a mis pies granos de arena; para qu, si el imperio sobre todos los hombres ya nada podra aadir a la nica cosa que puede llenar de orgullo a un hombre, y que es, en esta cumbre de mi color lo acabo de descubrir y de ella disfruto hace cincuenta y cinco aos, la de ser Lope y no necesitar de otra cosa que ser Lope, lo cual incluye tambin la falta de temor por dejar de ser Lope, de usar este cansado cuerpo, estos gestos rados.

    La he matado me encuentro diciendo para que no sea colchn de tanto bellaco. Y con estas palabras obtengo mi ltimo triunfo, ocul-to a mis sitiadores que se puede ser Lope, les regalo este motivo com-prensible, que escondidamente da por cierta mi de otro modo imposible derrota, que hace de Lope un hombre sujeto a humillacin o desdicha por cosas de las que ellos pueden ser causa, una concertada desercin, el emputecimiento de una hija, y sin embargo an temo que adivinen, su vacilacin me hace temer que alguno adivina, an debo espolearlos a matarme fi ngiendo que pido la merced de decir ltimas palabras compro-metedoras, cosas que hay que sepultar en hierro y sangre, y as gano al fi n mi victoria, que es un resplandor de arcabuzasos y una grita de cobardes y una bruma distinta de la del alba. Mis labios an pueden decir ste es bueno. Los hombres que se desvanecen en el rotundo negro an podrn creer que me refi ero al disparo.

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    Pasado

    El cura, el boticario, el jefe civil, el dentista que vino el ao de la crecida y lo mat el coronel Nez, dicen unos que no se sabe por qu y dicen otros que porque le pre una hija, los hermanos Molina que uno era de la revolucin y otro era del gobierno y cuando el de la revolucin sali a unirse al alzamiento de Alejandro Rescaniere lo pic una culebra y hubo una larga agona y muchas dudas sobre si cortndole la pierna se salvaba y luego la madrugada encima, la tropa cerca y sin jefe que era como decir sin alma, el padre Manuel que insista vyanse de al lado del ro que hay paludismo y si siguen haciendo casas all se van a mo-rir, la gente que sigue levantando paredes de bahareque, el padre Manuel que diez aos vive en el nuevo poblado que alent, una legua ms arriba, y que entonces inexplicablemente vuelve al ro, muere con los recalcitrantes que se ocupaban de tener muchos hijos para que nunca estuvieran vacas de fi ebre y tiritones las hamacas, el general Perdomo que una vieja se le quejaba del robo de un pavo obviamente oculto bajo la camisa de un recluta el cual explica el bulto llamndolo mandolina que lleva para tocar en las horas tristes y el general que vindole las patas dice aj aj desde aqu le distingo las clavijas, y ante las risitas carraspea y dice orden en las fi las, el sitio que le decan Barranca porque efectivamente en la Barranca era que dejaban tanto cadver de asaltado que despus se paseaba por el pueblo y tocaba campanas hasta que le decan la misa del nima, el viejo Atencio de quien como hablaba patois se sospechaba que era evadido de Cayena, se le atribuan asesinatos por celos y temibles fugas por el mar, Crescencio Gonzales que por no repartir la hacienda mat a tiros a sus hermanos Antero y Leonidas, que para tapar el crimen se lo achac a la familia Heredia y mat a cinco de stos para ser a su vez muerto por la querida del ltimo de los difuntos, de la cual se dice que acab de puta en

  • 48 / LUIS BRITTO GARCA

    Colombia, el hombre que viva en un rancho en lo ms perdido y unos decan que si es Funes que sobrevivi al fusilamiento por Arvalo Cedeo y ahora se esconde de Gmez y otros decan que si lo que pasa es que no es propiamente un hombre sino otra cosa pero nunca aclaraban qu, los momentos en que los caballos relinchaban, cagaban y soltaban baba y todos lo hacan en el mismo instante, de una punta a otra del pueblo y de nada valan el padre y su espeso latn, el doctor francs que andaba estu-diando las saprfi tas y que nunca despus alcanz fama ni internacional ni nacional ni nada porque era slo eso un pendejo que estudiaba las sapr-fi tas, las colmenas que tena to Laudelino, grandes como atades y que no dejaba castrar y que al fi n se supo que contenan el cubierto de cera cuerpo de una adolescente, la masacre que hubo cuando lleg la noticia de que haba muerto Gmez y resulta que era embuste, que eran cosas del telegrafi sta que se haba vuelto loco de mal de amores.

    Un coo dijo mi to rascndose la planta del pie descalzo con la al-pargata que tena calzada en el otro, todava manchada del escupitajo de chim invenciones, la realidad todava recuerdo su mirada del chin-chorro a la pared encalada y el regreso desde la pared encalada a quin sabe qu otra pared encalada en una tierra innominable de su mente en este pueblo nunca ha pasado nada, nada, esas historias que alguna vez me has odo contar son inventadas, soy el nico que se ha dado cuenta de eso: no es natural un pueblo en el que nunca haya pasado nada y en el que, peor todava, nadie se haya dado cuenta de que eso es anormal. De all tanta hablantina o peor tanta mariquera, el chim djalo en el taburete, que no se lo coma el cochino, ahora vete antes de que el vaco a ti tambin te chupe, a m personalmente ya todo me importa un carajo.

  • 49RAJATABLA /

    Grupo

    A Pipo lo agarraron en la fbrica de armas. l haba ido a entre-gar materiales y se demor ayudando al encargado a reparar un taladro. La bala le entr por el odo y en las fotografas de los peridicos no se vea bien quin era pero por el reloj que nosotros conocamos no caba duda, los policas lo identifi caron como Carlos Mara Lairn Istriz y primera vez que supimos que Pipo tena tantos nombres y qu lstima porque era la ctedra para montar y desmontar fusiles bombas y motores y en las chiveras conseguamos piezas para me-tralla y tenamos dos o tres proyectos pepiados

    A Ral lo expulsaron para Europa y segn me dijeron de carta que envi con alguien para Hernn, all no hay ms que maricos en los cafs dis-cutiendo a Garaudy y como l perdi su tiempo aqu leyendo a Garaudy ahora tiene miedo no se vaya a meter a marico y guarda una libreta en donde dice: 20 kilos de azcar y 100 litros de t; dentro de poco ir a Lu-nin Sovitica ver el Kremlin, me morir de la arrechera y la familia no me mandar ms plata, y entonces

    Lara est desaparecido. Hay el rumor de que muri en el campo de La Pica, pero a la familia le dicen no, no tenemos ningn preso de ese nombre

    Chocolate es el que anda en la polmica de la izquierda, a Chocolate lo expulsaron por su artculo: Directrices nuevas para una lnea nueva?, que apareci en el semanario Conceptos en contestacin al artculo Formas de Lucha y Lucha de Formas, de Concepcin Serrano (o sea, Filiberto Mendoza). La ltima vez que vi a Chocolate estaba disfrazado de portu-gus; como lo allanaron perdi el fi chero de su gran libro Capital y Mo-nopolios en la Venezuela de hoy; tena cuatro millones de fi chas y lo nico

  • 50 / LUIS BRITTO GARCA

    que repeta cada vez que se acordaba de que haba perdido los ndices de acumulacin de capitales era: el coo de la madre

    Morandi volvi de la montaa cuando aniquilaron el resto de su coman-do, y se encontr haciendo las cosas ms raras, se coleaba en las fi estas para comerse los aguacates y el caviar en la cocina, asista a las subastas de antigedades para comerse los pasapalos, su desgracia fue cuando se le arruin el palt muy presentable que todava tena y entonces vendi condones en la Avenida Urdaneta hasta que un polica lo mat y no se sabe por qu

    Cisneros se ahog con el aparato de inmersin de circuito cerrado que no lo graduaron bien o a lo mejor el profundmetro le fall de todas mane-ras pusimos la bomba y a Cisneros le quitamos el aparato el cinturn de pesas la mscara y lo dejamos y el peridico dijo vctima de la explosin (inidentifi cable)

    A Enid la tiraron desde un helicptero en regin no bien precisada, de Enid quedan madre padre hermano menor unos textos de qumica in-orgnica el retrato en una excursin al telefrico una hebra de la peluca rubia que us en el asalto al automercado una cdula de identidad falsa una cierta temperatura de las manos el resonar de una voz en las paredes de un detestable cuarto de hotel

    Montes la cogi con la vaina de la investigacin motivacional y Marshall McLuhan, desde que trabaja en Procter & Gamble no tenemos fi nanzas nada tenemos. Igual que a Gonzales que se lo llev el to para Barquisi-meto donde tienen una cra de gallinas y se les mueren de moquillo y es lstima porque Gonzales tena unos contactos increbles en los barrios. Hernn cay en lo que llaman el anarco-aventurerismo y la polica le me-ti 6 tiros en el pulmn cuando ya estaba a punto de convencernos de la importancia de la mquina infernal para volar la embajada

    Perico fue el que nos vendi a todos. Perico era muy buena persona y cuando le hicieron el simulacro de enterramiento vivo se raj, a pesar de eso le hicieron todo tipo de cosas y al fi nal lo soltaron, unos dicen que con carnet del Sifa para ver si sapeaba a alguien ms, otros dicen que para seguirlo y ver si alguien se pona en contacto con l para rasparlo, yo lo

  • 51RAJATABLA /

    vi despus de buhonero vendiendo forros para volante, l baj los ojos y mir a otro lado, yo me toqu la culata de la pistola y despus pens total para qu

    Yo que ni fui agarrado en la fbrica de armas ni me expulsaron para Eu-ropa ni desaparec ni estuve en la polmica de la izquierda ni baj de la montaa ni me ahogu ni me tiraron desde un helicptero ni la cog con Marshall McLuhan ni fui a criar gallinas ni me metieron 6 balas ni vend a todo el mundo, o a lo mejor s, hice todas esas cosas y desaparec y me ahogaron y me raj con todos, hasta tal punto era todos ellos, yo que tuve las etapas consabidas la de decir para qu carajo cuando me decan esta-mos preparando algo, la de decir m cuando me hablaban de tal o cual intelectual de izquierda, la de pensar cnfi ro, y mi padrino que conoce gente en la gran Empresa de Seguros La Prosperidad, la de decirme un hombre de mi sensibilidad debera estar arrasando en el saln de invierno en Pars, ahora descubro que para algo fui ahorrado: estar parado en esta esquina mientras cae la noche esperando el contacto con alguien, claro no ser Enid pero ser Marcela o alguien a quien Marcela enviar, luego podremos ganarnos a otros que no sern Pipo Ral Lara Chocolate Mo-randi Cisneros Enid Montes Hernn Gonzales Perico, que no sern a lo mejor ni siquiera yo porque lo fundamental no soy yo sino mi destino, esperar, mirar tanto carro que pasa y encandila con los faros, y repetir: del prximo se baja Marcela. Del prximo se baja un polica a quien nos han delatado y me mata. Del prximo se baja Marcela. Del prximo se baja un polica y me mata. Del prximo se baja Marcela. Del prximo se baja un polica y me mata. Del prximo se baja Marcela. Del prximo se baja un polica y me mata. Un carro se acerca, frena, abre la puerta. Esfuerzo la vista para distinguir la silueta negra que sale. El grupo mira a travs de mis ojos. Todo va a decidirse dentro de un instante, pero no, me doy cuenta, estoy aqu, he permanecido aqu o me han retenido, doy la cara a la noche, todo est ya decidido.

  • 52 / LUIS BRITTO GARCA

    La foto

    Era color sepia pero la copia actual, ampliada, es gris y hasta cierto punto brumosa. De izquierda a derecha, en primera fi la, sentados: joven de mirada profunda y cabellos con gomina, camisa manga corta y pantalones a rayas; a su lado, joven fl aco con grandes entradas, las manos sobre las rodillas, el cordel de un zapato desatado; a su lado, joven parecido a Ramn Novarro, mejillas chupadas y un palt doblado sobre las piernas; a su lado, joven con lentes redondos, montura metlica, pei-nado con raya en el medio, un peine en el bolsillo de la camisa; a su lado, joven con mirada de desnutrido que parece estar observando las nubes o deslumbrado por el sol del patio de la prisin, y de l llama la atencin ese gesto y no la ropa que tiene o cmo es su cara; a su lado, joven con bigotes y corbata de lacito y camisa a rayas grises; a su lado, una pierna doblada y la otra extendida, joven gordinfl n, con el aire de quien acaba de caer sentado. Agachados: joven que sonre, joven que est serio, joven que mira con intensidad, joven que parece aburrido, joven que mira a la derecha, joven que pone gesto trgico, joven a punto de dejar de ser joven. Parados: joven con las manos cruzadas sobre el pubis, joven con los bra-zos cruzados sobre el pecho, joven con los brazos a la espalda, joven con los brazos cados, joven con los brazos en los bolsillos, joven que sostiene un palt en el brazo, joven con la mano derecha en el hombro izquierdo. La ropa se ve muy ajada, quiz por lo pasada de moda, quiz porque la foto fue tomada a la semana de estar presos y no dejaban pasar envos de ropa limpia desde afuera. No se nota ningn detalle del patio del cuartel.

    De izquierda a derecha, el tercero, parado, fue el del discurso que despus le diran fogoso, tena cosas como aqu est la juventud y cumplimos con el llamado, a l lo pusieron preso por decirlo y a los dems porque aplau-dieron, tres meses despus lo botaron del pas pero al fi n lleg a Minis-tro. El primero, sentado, dos aos ms tarde muri de un tiro de fusil al tratar de cruzar la frontera disfrazado de pen. El tercero, segunda fi la,

  • 53RAJATABLA /

    fue el que comparti con el Presidente la comisin de cincuenta millones que los norteamericanos pagaron para tener ms concesiones petroleras que los ingleses. El cuarto, primera fi la, estuvo preso otra vez durante la dictadura, pas en eso varios aos, despus fue Ministro de Relaciones Interiores y particip en la desaparicin del estudiante Alberto Mndez, cuyo cuerpo horriblemente mutilado, etc. El segundo, primera fi la, fund publicaciones humorsticas y muri de hambre. El quinto, tercera fi la, fue el tronco de abogado que le gestion a los americanos las concesiones del hierro. El cuarto, segunda fi la, era marico. El sptimo, primera fi la, nadie se acuerda quin era.

    En cuanto al tercero, primera fi la, particip en la gran venta de inmuebles de propiedad pblica y despus se descubri que l actuaba a la vez como abogado de la Nacin y de la empresa compradora. El quinto, segunda fi la, fue llevado al Consejo de Ministros para que pusiera la fuerza hidro-elctrica de Guayana en manos de la familia Umeres. El sexto, primera fi la, mont la empresa constructora que acapar los contratos de obras pbli-cas mientras era Ministro. El sptimo, segunda fi la, que era propietario del noventa por ciento de las acciones. El quinto, primera fi la, compr en cien mil bolvares su nominacin como diputado por el gran partido popular y vendi su voto en tres millones cuando se discuta la reforma tributaria.

    El segundo, tercera fi la, lleg a Presidente e hizo respectivamente, matar, encarcelar y expulsar del pas, al primero, segunda fi la, primero, tercera fi la, segundo, tercera fi la, y sexto, primera fi la. El cuarto, tercera fi la, se puso de acuerdo con el sexto, misma fi la para entonces Ministro, se hizo expropiar sus haciendas por el cudruplo de su valor y ahora es ban-quero. El sexto, segunda fi la, anda con un cncer en la prstata. A la hija del tercero, primera fi la, yo me la cog.

    La foto est cada da peor y la gente se parece menos. La publicaron pri-mero en el Libro Rojo de la Subversin, y despus ha ido dando tumbos hasta aparecer en Memorias de una Vida Poltica, que el cuarto, primera fi la, escribiera en Antibes. Por aqu y por all, sobre una que otra cabeza, hay c