C2 l Luces —El Comercio — sábado 9 de enero del 2016

GUÍA DE UN CINEASTA Y DEVORADOR DEL CINE

Radiografía de un cinépataAl director Quentin Tarantino no le pesa ser un enfermo del cine, más bien lo motiva a crear una obra original y desconcertante. Su último fi lme, “Los 8 más odiados”, se estrenará el 21 de enero.

José Tsang

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Deslumbrante debut de Tarantino sobre las relaciones tirantes entre los miembros de una banda criminal luego de un atraco fallido.

“Pulp Fiction” (1994)Una pareja de ladronzuelos asalta una cafetería. Dos matones se enfrentan a situaciones desconcertantes e incluso metafísicas (uno de ellos afi rma que, gracias a un milagro divino, se salvó de una balacera). Un boxeador se mete en la boca del lobo para recuperar un reloj. Y Mía (Uma � urman) y Vincent (John Travolta) bailan para la posteridad.Infl uencias:

Las novelas ‘pulp’ de los años 50 sobre pasiones criminales y atracos.

El cine barato de explotación o el cine negro que rebosan de vida y delirio.

La libertad del cineasta francés Jean-Luc Godard, sobre todo cuando dinamita las reglas de un género y transita por zonas sorprendentes.

“Jackie Brown” (1997)Una azafata detenida por los agentes federales coopera con ellos para atrapar al mafi oso Ordell y evitar la cárcel. Un glorioso retorno de la actriz Pam Grier a las primeras planas del cine de autor.Infl uencias:

A semejanza de “Atraco perfecto”, de Stanley Kubrick, aquí hay una operación reñida con la ley mostrada desde el punto de vista de distintos personajes.

El cine urbano de Hollywood de los 60 y 70. Los latidos están en la calle.

Hay que elogiar el estilo de Tarantino que sugiere o muestra desde lejos los asesinatos, luego de haber sido tildado de ser un director violento (una acusación debatible, por supuesto).

“Kill Bill: volumen 1 y 2” (2003 y 2004) ‘La Novia’ sale de coma y ajusta cuentas con sus antiguos compañeros de un escuadrón asesino que se ensañaron con ella en el ensayo de su boda.Infl uencias:

El cine de John Woo y el suspenso en medio de los duelos feroces.

El virtuosismo de las imágenes del director Brian de Palma que sintoniza con los picos dramáticos y demenciales (esas pantallas divididas).

El cine de samuráis de Japón y el de kung fu de Hong Kong (Jackie Chan se enfrenta solo a decenas de rivales, así como ‘La Novia’ liquidará a ‘Los 88 Locos’).

“Prueba de muerte” (2007)Un psicópata de la carretera, obsesionado con chicas bellas, recibirá su merecido. Una magnífi ca celebración de la venganza, la camaradería, la lujuria y fi jaciones fetichistas.Infl uencias:

La serie Z o películas con una estética orgullosamente pobre o ‘trash’.

Al igual que “Psicosis”, de Alfred Hitchcock, se diserta una explicación racional para tratar de entender una mente psicópata.

“Prueba de muerte” es también un homenaje al sacrifi cado arte de los dobles de riesgo.

“Bastardos sin gloria” (2009)Versión contrafáctica de la Segunda Guerra Mundial en tres historias: un grupo de ex prisioneros devenidos en cazadores de nazis, una joven judía y dueña de un cine quiere vengar la muerte de sus padres, y un complot contra Hitler y su cúpula que se reunirán en un cine. Tarantino reescribe la historia mediante su arsenal cinéfi lo.Infl uencias:

Los spaghetti-westerns del director Sergio Leone (los estilizados movimientos de la cámara encajan con las pulsaciones de los descarnados ajusticiamientos).

El cine bélico de Robert Aldrich y otros maestros.

“Django sin cadenas” (2013)Un esclavo liberado intentará rescatar

a su esposa. La dignidad lucha por sobrevivir en medio de la crueldad.

Infl uencias: Nuevamente, los spaghetti-westerns

que catalizan impulsos en tierras salvajes. “Mandingo”, de Richard Fleischer, un

crudo fresco de las tensiones y luchas en el contexto de la esclavitud.

“Los 8 más odiados” (2015)Por el mal clima, ocho personajes se refugian en un mismo lugar. Una vez juntos, sucederá lo imprevisible.Infl uencias:

El western de interiores de Howard Hawks y su mirada moral sobre unos hombres que confrontan sus semblantes en escenarios de riesgo.

Las catarsis del western italiano. La majestuosidad paisajística del

cineasta John Ford.

Infl uencias: El cine policial de Hong Kong

(esos mafi osos con terno negro). Los westerns de interiores

de Howard Hawks, que muestran el talante ético de unos hombres que se enfrentan a una situación extrema del exterior.

Los tiroteos múltiples y en simultáneo del cine de John Woo o Ringo Lam: tensión, coreografía y épica mortal.

“Perros del depósito” (1992)

Entre los westerns de Howard Hawks y John Ford, Quentin Tarantino es fan confeso de los trabajos del primero, en los que los personajes muestran de qué están hechos cuando se expo-nen al riesgo y son el centro de un relato sobre la camaradería y el profesionalismo en tierras salvajes. En cambio, la épica en medio de la naturaleza vasta y agreste de Ford le puede arran-car bostezos.

Entre los cineastas franceses François Tru� aut y Jean-Luc Godard, Tarantino elige al se-gundo, sobre todo cuando este tritura las convenciones de un género y propone acciones li-bres y transgresoras.

Entre Bruce Lee y Jackie Chan, Tarantino se rinde por la mística del kung fu de los dos. Tarantino delira cuando, en al-guna película de Hong Kong, Jackie Chan pelea –él solo– contra decenas de enemigos en una coreografía alucinante.

Y así. Tarantino es un devo-

rador del cine y acostumbra licuar sus pasiones cinéfi las para facturar películas sor-prendentes, ir más allá de los homenajes y bosquejar un có-digo de honor propio. La ven-ganza es un asunto moral.

Otra premisa tarantinesca: prohibido aburrir. El cine no es un asunto exclusivo de las éli-tes. Hay que ir al encuentro de la calle y abrazar la vitalidad de las películas baratas de ex-plotación o de la serie B. Hasta sus personajes más existencia-listas hablan con una naturali-dad cotidiana y cuentan chis-tes o aturden con sus lisuras cuando fi losofan.

Ahora Tarantino presenta “Los 8 más odiados”, centrado en un grupo de seres enigmá-ticos que, por una tormenta de nieve, se cobijan en un mismo espacio, para luego catalizar conductas inesperadas. Se trata de un estilizado western fi lmado en 70 mm, un formato anchísimo casi en desuso que enaltece el lenguaje del cine y riñe con la tendencia de ver una película en un celular.