pulso tironi penta

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4 Miércoles 15 de octubre de 2014 www.pulso.cl EN PORTADA @pulso_tw facebook.com/pulsochile La arista política del Caso Penta ANDRADE VS VELASCO “Dirigentes como el diputado Andrade estaban esperando la oportunidad para cobrarse la venganza”. APORTES RESERVADOS “Si no se establecía un mecanismo como éste iba a seguir prevaleciendo el mecanismo del maletín, entonces éste era un mal menor”. FINANCIAMIENTO A LA POLÍTICA “Que las empresas, como tales, hagan aportes a las campañas no es justificable”. ENTREVISTA CON EL SOCIÓLOGO Eugenio Tironi a Velasco: “Es muy peligroso situarse en un status moral superior” —Eso “tiene un efecto bumerán”, dice, y acusa al ex candidato de “abusar” del argumento de las viejas prácticas versus la nueva política. —Además apunta que figuras como Osvaldo Andrade: “Esperaban la oportunidad para cobrarse venganza” de Velasco. Una entrevista de TOMÁS MARTÍNEZ H ACE una década, Eugenio Ti- roni formó parte de una comi- sión de reformas al Estado convocada por el CEP. Ahora, cuan- do la discusión sobre los aportes re- servados estalló en medio del Caso Penta, el sociólogo aborda el meca- nismo y plantea que Andrés Velas- co “se ve salpicado por el escándalo”. El debate por el financiamiento a la política surgió forzado por el Caso Penta. ¿Es positivo que esto ocurra o responde a una obliga- ción por el contexto? —Es bueno, todas las cosas en la vida se hacen apuradas por algo. Cuando no hay estímulo no hay ac- ción y, por ende, sea por Penta o por lo que sea, es bueno hacerlo porque la legislación -entiendo que promul- gada el 2003- ya está completamen- te sobrepasada, desbordada. Este principio que se estableció de que las fuentes de financiamiento no fueran conocidas por los candidatos, estos mismos reconocen que ha sido vul- nerada y que ellos saben. ¿Qué hay de mito y de realidad en esto de que los aportes reser- vados no se conocen? —La única evidencia que tenemos es la que dicen los propios parla- mentarios: que saben. ¿Pero es tan cierto que sobre un aporte reservado se desconoce su origen? —Yo mismo participé en un grupo muy transversal en el CEP que tra- bajamos estos temas. Los plantea- mientos que ahí se hicieron no fue- ron todos recogidos por la legisla- ción, pero entre otros se discutió esto. Este mecanismo es mejor que el que había antes, quiero decir cuando no había financiamiento público y cuando no existía este sis- tema de financiamiento reservado, todo el financiamiento de los candi- datos provenía, ya sea de la así lla- mada falsificación ideológica, de boletas o facturas, o del maletín, en- tonces lo que hay hoy día es mucho mejor que eso. Pero yo creo que lo que hoy día tenemos se ha revelado que tiene fallas que hay que corre- gir de raíz. ¿Qué fallas identifica en el actual sistema? —Esto de que las empresas, como ta- les, hagan aportes a las campañas no es justificable. Las empresas son en- tidades que no son solamente de sus controladores, sino que de todos sus inversionistas, también están los acreedores que son parte de esta institución, los trabajadores y, por ende, no tiene justificación que como tales aporten las empresas a las campañas. ¿En ese sentido debieran dere- chamente eliminarse los aportes reservados o aplicarse modifica- ciones? —Las empresas como tales no deben ser fuente de financiamiento reser- vado ni de ninguna especie. Los que hagan aportes deben ser personas naturales. En las empresas conver- gen una diversidad de intereses. ¿Qué fórmula sería más adecua- da para financiar la política que no sea a través de las empresas? —El financiamiento público y los lí- mites al gasto electoral, un límite realmente en el que el Servel tenga capacidad para controlar, y si al- guien superó el límite pierde auto- máticamente su escaño, como ocu- rre en muchos países del mundo. ¿El aporte de una empresa a un candidato puede tender a “ama- rres” para el futuro? —Eso por una parte, pero por otro lado, una empresa como tal no tiene una ideología. El inversionista o el controlador no es el dueño de la em- presa, sino que lo que tiene son de- rechos, así como la tienen los acree- dores, los trabajadores, las comuni- dades con las que esa empresa convive, entonces la empresa como institución no puede estar haciendo aportes a una campaña política. ¿Entonces por qué se permitió ese sistema que ya lleva más de 10 años funcionando? —Se estimó en ese momento que si no se establecía un mecanismo como éste iba a seguir prevalecien- do el mecanismo del maletín, en- tonces éste era un mal menor. En estas materias no existe la solución perfecta, en todas partes del mun- do esto es una materia de escánda- los, de controversia y siempre van a haber agentes que se van a llevar por la tentación de burlar la legis- lación que existe, y por lo tanto, es un tipo de legislación que hay que ir permanentemente modifican- do. Lo que se estableció a mediados de los 2000 fue mucho mejor de lo que había, pero obviamente no era perfecto y ahora estamos confir- mando que no era perfecto. ¿Pero para perfeccionarlo había que esperar que ocurriera un eventual ilícito como ahora? —Es que así son las cosas, si no se produce un accidente, algo impre- visto el statu quo no se modifica, entonces aquel que cree que por la vía de una buena legislación no va- mos a tener imprevistos y vamos a emitir boletas sobre trabajos que no se hicieron se dice por Dios en qué mundo estaba viviendo esta perso- na, pero uno aprende a golpes. ¿Pero afecta su imagen? —Esto produce un daño a toda la cla- se política, muy grande, además esta ferocidad que hay recíproca en- tre los partidos, dirigentes del mis- mo sector, como es esta polémica en- tre Andrade y Velasco, son cosas muy negativas para una actividad que no goza de reputación. ¿En el caso de Velasco, que se po- sicionó como el candidato que denunciaba malas prácticas, verlo asociado al Caso Penta per- judica su imagen? —Bueno, todavía está por verse. Ve- lasco ha dicho que lo único que ha recibido de Penta es el pago de ser- vicios profesionales, pero lamenta- blemente para él se ve salpicado por este escándalo. ¿Por qué? —Él abusó en exceso, a mi juicio, del argumento de esta contraposición entre las viejas prácticas de la polí- tica y la nueva política que él encar- naba. Yo creo que siempre es muy delicado, muy peligroso, situarse a uno mismo en un status moral su- perior a los demás, porque eso tie- ne un efecto bumerán, porque final- mente nadie tiene el monopolio de la moral, y de pronto conductas que en un momento fueron perfecta- mente legítimas pasan a ser cuestio- nadas moralmente. Andrés Velas- co se ha visto muy golpeado por eso, además esto generó cierta irri- tación en dirigentes como uno ob- serva hoy, ciertamente el diputado (Osvaldo) Andrade estaba esperan- do la oportunidad para cobrarse la venganza. P aplacar para siempre la incertidum- bre, no sé en qué mundo vive. ¿El caso Penta puede ser la prue- ba más dura para la nueva gene- ración al mando de la UDI? —Sí, sin lugar a dudas que es una prueba dura, lo que pasa es que yo creo que el mundo político en gene- ral, no solamente la UDI, creyó que esta manía de transparencia afecta- ba a todos los demás y a ellos no, y cuando la jauría de la transparencia se suelta de los lazos que la mante- nían a raya ataca todo lo que tiene al frente: curas, jueces, empresarios y obviamente partidos políticos, can- didatos y campañas. Cuando uno ve que algunos pensaban que podían

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Extracto del diario Pulso-Chile

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Page 1: Pulso Tironi Penta

4 Miércoles 15 de octubre de 2014 • www.pulso.clEN PORTADA @pulso_tw facebook.com/pulsochile

La arista política del Caso Penta

ANDRADE VS VELASCO

“Dirigentes como el diputado Andrade estaban esperando la oportunidad para cobrarse la venganza”.

APORTES RESERVADOS

“Si no se establecía un mecanismo como éste iba a seguir prevaleciendo el mecanismo del maletín, entonces éste era un mal menor”.

FINANCIAMIENTO A LA POLÍTICA

“Que las empresas, como tales, hagan aportes a las campañas no es justificable”.

ENTREVISTA CON EL SOCIÓLOGO

Eugenio Tironi a Velasco: “Es muy peligroso situarse en un status moral superior”

—Eso “tiene un efecto bumerán”, dice, y acusa al ex candidato de “abusar” del argumento de las viejas prácticas versus la nueva política. —Además apunta que figuras como Osvaldo Andrade: “Esperaban la oportunidad para cobrarse venganza” de Velasco.

Una entrevista de TOMÁS MARTÍNEZ

HACE una década, Eugenio Ti-roni formó parte de una comi-sión de reformas al Estado

convocada por el CEP. Ahora, cuan-do la discusión sobre los aportes re-servados estalló en medio del Caso Penta, el sociólogo aborda el meca-nismo y plantea que Andrés Velas-co “se ve salpicado por el escándalo”.

El debate por el financiamiento a la política surgió forzado por el Caso Penta. ¿Es positivo que esto ocurra o responde a una obliga-ción por el contexto? —Es bueno, todas las cosas en la vida se hacen apuradas por algo. Cuando no hay estímulo no hay ac-ción y, por ende, sea por Penta o por lo que sea, es bueno hacerlo porque la legislación -entiendo que promul-gada el 2003- ya está completamen-te sobrepasada, desbordada. Este principio que se estableció de que las fuentes de financiamiento no fueran conocidas por los candidatos, estos mismos reconocen que ha sido vul-nerada y que ellos saben. ¿Qué hay de mito y de realidad en esto de que los aportes reser-vados no se conocen? —La única evidencia que tenemos es la que dicen los propios parla-mentarios: que saben. ¿Pero es tan cierto que sobre un aporte reservado se desconoce su origen? —Yo mismo participé en un grupo muy transversal en el CEP que tra-bajamos estos temas. Los plantea-mientos que ahí se hicieron no fue-ron todos recogidos por la legisla-ción, pero entre otros se discutió

esto. Este mecanismo es mejor que el que había antes, quiero decir cuando no había financiamiento público y cuando no existía este sis-tema de financiamiento reservado, todo el financiamiento de los candi-datos provenía, ya sea de la así lla-mada falsificación ideológica, de boletas o facturas, o del maletín, en-tonces lo que hay hoy día es mucho mejor que eso. Pero yo creo que lo que hoy día tenemos se ha revelado que tiene fallas que hay que corre-gir de raíz. ¿Qué fallas identifica en el actual sistema? —Esto de que las empresas, como ta-les, hagan aportes a las campañas no es justificable. Las empresas son en-tidades que no son solamente de sus controladores, sino que de todos sus inversionistas, también están los acreedores que son parte de esta institución, los trabajadores y, por ende, no tiene justificación que como tales aporten las empresas a las campañas. ¿En ese sentido debieran dere-chamente eliminarse los aportes reservados o aplicarse modifica-ciones? —Las empresas como tales no deben ser fuente de financiamiento reser-vado ni de ninguna especie. Los que hagan aportes deben ser personas naturales. En las empresas conver-gen una diversidad de intereses. ¿Qué fórmula sería más adecua-da para financiar la política que no sea a través de las empresas? —El financiamiento público y los lí-mites al gasto electoral, un límite realmente en el que el Servel tenga capacidad para controlar, y si al-guien superó el límite pierde auto-máticamente su escaño, como ocu-

rre en muchos países del mundo. ¿El aporte de una empresa a un candidato puede tender a “ama-rres” para el futuro? —Eso por una parte, pero por otro lado, una empresa como tal no tiene una ideología. El inversionista o el controlador no es el dueño de la em-presa, sino que lo que tiene son de-rechos, así como la tienen los acree-dores, los trabajadores, las comuni-dades con las que esa empresa convive, entonces la empresa como institución no puede estar haciendo aportes a una campaña política. ¿Entonces por qué se permitió ese sistema que ya lleva más de 10 años funcionando? —Se estimó en ese momento que si no se establecía un mecanismo como éste iba a seguir prevalecien-do el mecanismo del maletín, en-tonces éste era un mal menor. En estas materias no existe la solución perfecta, en todas partes del mun-do esto es una materia de escánda-los, de controversia y siempre van a haber agentes que se van a llevar por la tentación de burlar la legis-lación que existe, y por lo tanto, es un tipo de legislación que hay que ir permanentemente modifican-do. Lo que se estableció a mediados de los 2000 fue mucho mejor de lo que había, pero obviamente no era perfecto y ahora estamos confir-mando que no era perfecto. ¿Pero para perfeccionarlo había que esperar que ocurriera un eventual ilícito como ahora? —Es que así son las cosas, si no se produce un accidente, algo impre-visto el statu quo no se modifica, entonces aquel que cree que por la vía de una buena legislación no va-mos a tener imprevistos y vamos a

emitir boletas sobre trabajos que no se hicieron se dice por Dios en qué mundo estaba viviendo esta perso-na, pero uno aprende a golpes. ¿Pero afecta su imagen? —Esto produce un daño a toda la cla-se política, muy grande, además esta ferocidad que hay recíproca en-tre los partidos, dirigentes del mis-mo sector, como es esta polémica en-tre Andrade y Velasco, son cosas muy negativas para una actividad que no goza de reputación. ¿En el caso de Velasco, que se po-sicionó como el candidato que denunciaba malas prácticas, verlo asociado al Caso Penta per-judica su imagen? —Bueno, todavía está por verse. Ve-lasco ha dicho que lo único que ha recibido de Penta es el pago de ser-vicios profesionales, pero lamenta-blemente para él se ve salpicado por este escándalo. ¿Por qué? —Él abusó en exceso, a mi juicio, del argumento de esta contraposición entre las viejas prácticas de la polí-tica y la nueva política que él encar-naba. Yo creo que siempre es muy delicado, muy peligroso, situarse a uno mismo en un status moral su-perior a los demás, porque eso tie-ne un efecto bumerán, porque final-mente nadie tiene el monopolio de la moral, y de pronto conductas que en un momento fueron perfecta-mente legítimas pasan a ser cuestio-nadas moralmente. Andrés Velas-co se ha visto muy golpeado por eso, además esto generó cierta irri-tación en dirigentes como uno ob-serva hoy, ciertamente el diputado (Osvaldo) Andrade estaba esperan-do la oportunidad para cobrarse la venganza. P

aplacar para siempre la incertidum-bre, no sé en qué mundo vive. ¿El caso Penta puede ser la prue-ba más dura para la nueva gene-ración al mando de la UDI? —Sí, sin lugar a dudas que es una prueba dura, lo que pasa es que yo creo que el mundo político en gene-ral, no solamente la UDI, creyó que esta manía de transparencia afecta-ba a todos los demás y a ellos no, y cuando la jauría de la transparencia se suelta de los lazos que la mante-nían a raya ataca todo lo que tiene al frente: curas, jueces, empresarios y obviamente partidos políticos, can-didatos y campañas. Cuando uno ve que algunos pensaban que podían