psicosociología coyuntura actual

FICHA TÉCNICA

AUTOR: XXXXXXXX, Xxxxxx.

TÍTULO: Xxxxxxxxxxxxxx.

FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos La-borales, nº 58, pág. 12, marzo 2009.

RESUMEN: Xxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxx xxxxxxxx. Xxxxx xxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxxxxxxx xxxxx xxxxxxxxx xxxxxxxxxxx xxxxxxxx.

DESCRIPTORES: • Xxxxxxxxxxxx.• Xxxxxxxxxxxx.• Xxxxxxxxxxxx.

> DOSSIER: PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN TIEMPOS DE CRISIS

Nº 58 • Marzo de 2009Gestión Práctica deRiesgos Laborales12 •

AUTOR: BORRÁS ZEDDA, Humberto.

TÍTULO: Psicosociología en la coyun-tura actual.

FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos La-borales, nº 58, pág. 12, marzo 2009.

RESUMEN: En los últimos tiempos, el desempleo se ha convertido en un pro-blema económico, social y familiar para gran cantidad de ciudadanos. Pero los estragos de la crisis económica no sólo afectan a los que se quedan sin trabajo o no pueden encontrar su primer em-pleo. Hay un gran número de personas, que estando laboralmente activas, viven la coyuntura económica con el mie-do a perder su puesto de trabajo. Las empresas y organizaciones deben ser conscientes de que esta percepción de amenaza mantenida en el tiempo puede provocar problemas de estrés crónico a los trabajadores teniendo serias re-percusiones para la salud laboral y los resultados económicos.

DESCRIPTORES: • Crisis económica• Psicosociología• Estrés laboral• Desempleo• Incertidumbre• Dossier

Psicosociología en la

coyuntura actual

Cuando existe inseguridad económica, los trabajadores pueden experi-

mentar un incremento general del estrés laboral motivado por la incer-

tidumbre, el miedo al despido o a peores resultados. Las empresas y

organizaciones deben estar atentas a esta situación mediante la puesta

en marcha de acciones y políticas concretas desde la prevención de

riesgos psicosociales.

Humberto Borrás Zedda, gerente Talenthum Consultores, licenciado en Psicología y técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales.

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L as previsiones de los expertos apuntan a que se puede llegar a cuatro millones de parados y una tasa de desempleo del 15% –ya a finales de 2008, la tasa

de paro en España superaba en cinco puntos a la media de la UE–. Esto significa que la destruc-ción de puestos de trabajo y por tanto el desem-pleo seguirá creciendo de una manera muy in-tensa durante los próximos meses. Por otro lado, hay que añadir la incertidumbre que se presenta para miles de afectados por los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que suponen des-pidos colectivos.

Si en un principio el sector más afectado por el paro debido a la coyuntura económica fue la construcción y posteriormente la industria, ahora le toca al sector servicios sufrir la dinámica de destrucción de empleo. La desconfianza de los consumidores y de las empresas está perturban-do especialmente a los servicios empresariales, la hostelería y la actividad comercial.

Ante este panorama, se podría realizar la si-guiente pregunta: ¿Deben pagar la crisis económi-ca los trabajadores? La respuesta debería ser clara al contestar que no deberían ser los trabajadores y trabajadoras de este país, pero también es cierto que la realidad demuestra que son los primeros que lo sufren. Pero si se sigue analizando la res-puesta, uno se dará cuenta de que la crisis eco-nómica no sólo la padecen los que finalmente se quedan sin empleo o no pueden acceder por pri-mera vez a él, también todos aquéllos que viven en su puesto de trabajo con la incertidumbre de poderse quedarse sin empleo.

Desde la prevención de riesgos laborales y, concretamente, desde la psicosociología se ha de estar especialmente atento a los efectos de la incertidumbre, el miedo al despido o a peores resultados, ya que incrementan el estado de es-trés general en el trabajo y por tanto problemas relacionados con la salud mental.

Estrés laboral y crisis

Para Richard Lazarus (1966) el estrés sería “el resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquél como amenazan-te, que desborda sus recursos y pone en peli-gro su bienestar”. Partiendo de esta definición y aplicándola a un determinado trabajador, éste

podría percibir el entorno actual como amena-zante debido a poseer un contrato inestable, por un menor nivel de ingresos, por unas previsiones negativas sobre el futuro del puesto de trabajo, etc. que prolongado en el tiempo se traduce en un riesgo para la seguridad y salud, convirtiéndo-se en una experiencia de estrés.

Un dato más que demuestra que el panorama económico y financiero preocupa a los españoles aparece en la última encuesta del Centro de Inves-tigaciones Sociológicas (CIS), que revela que para el 72,5% de los ciudadanos el paro es el principal problema al que se enfrenta España, seguido de la economía y del terrorismo. Una visión pesimista de los ciudadanos que se convierte en una per-cepción de estado de amenaza constante.

Las características de la coyuntura económi-ca actual que pueden aumentar la probabilidad de que los trabajadores padezcan estrés son las siguientes:

> La crisis financiera y económica provoca una situación nueva en el mercado de las empresas que puede afectar al trabajador.

> La incertidumbre del entorno hace difícil predecir lo que ocurrirá con el mantenimiento o no del puesto de trabajo.

> La ambigüedad de la situación también se convierte en un generador de estrés.

> El desequilibrio entre la gran cantidad de información sobre la crisis que aparece en los medios de comunicación, que contrasta con la poca información y comunicación for-mal transmitida por la propia empresa tam-bién es un factor estresante.

> La inminencia de la posible pérdida del puesto de trabajo puede generar todavía un mayor nivel de estrés.

> La duración de la situación provocadora de estrés, actualmente la crisis económica, hace que cuanto más tiempo se mantenga la situa-ción, exista un mayor desgaste del organismo.

El estrés laboral que puede provocar la situa-ción de coyuntura económica y el riesgo de perder el trabajo tiene las siguientes consecuencias sobre los trabajadores:

La incertidumbre del entorno hace difícil predecir lo que ocurrirá con

el mantenimiento o no del puesto

de trabajo




> Fisiológicas, pueden aparecer taquicardias, aumento de la tensión arterial o muscular, inhibición del sistema inmunológico, etc.

> Cognitivas, sensación de preocupación, bajo nivel de concentración, conflictos entre com-pañeros, sentimientos de falta de control, etc.

> Conductuales, aparecerían conductas im-pulsivas y un consumo mayor de alcohol o tabaco.

El estrés también genera una serie de tras-tornos asociados, como puede ser el aumento de padecer problemas de tipo cardiovascular. Algunos estudios incluso ya han analizado que las personas mayores de 45 años tienen doble posibilidad de sufrir ataques cardiacos. También se incrementan los trastornos psicopatológicos, como la ansiedad, insomnio, depresión, etc.

En relación con los trastornos psicopatológi-cos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé un aumento de las enfermedades mentales y suicidios durante estos años de crisis económica. En los últimos meses, se ha dado una epidemia de suicidios por causa de la crisis financiera que se ha cobrado la vida de una decena de empresarios y ejecutivos en todo el mundo. El último caso des-tacado ha sido el magnate alemán Adolf Merkel, afectado por la caída de sus acciones en bolsa. En otros colectivos de trabajadores esta posibilidad también existe aunque los motivos serán distintos, en caso de un magnate sería la vergüenza o la pérdida de honor ante el fracaso, en el caso de un trabajador podría ser la desesperanza por la impo-sibilidad de mantener una hipoteca y a su familia.

¿Que colectivos son más vulnerables a los efectos de la crisis?

En el mercado laboral existen una serie de características sociodemográficas que hace que determinados colectivos de trabajadores (Tabla 1) estén mucho más expuestos a los riesgos psicoso-ciales provocados o reforzados por la crisis econó-mica y el ajuste de empleo actual.

> Un primer colectivo con mayor probabilidad de que le afecte las consecuencias de la crisis son los trabajadores jóvenes nacidos entre los años 80 y principios de los 90, también llamados la Generación Y. Este colectivo no había sufrido nunca una coyuntura económi-ca como la que se esta viviendo actualmen-te ni los efectos derivados de ella. No están acostumbrados a trabajar bajo presión y son muy celosos de su conciliación de la vida la-boral y social o familiar.

> Otro de los colectivos que puede ser espe-cialmente sensible a los efectos de la crisis, son los trabajadores inmigrantes. En su ma-yoría son empleados de baja cualificación pro-fesional, con contratos temporales e incluso sin contrato. En el sector de la construcción han sido los primeros trabajadores que se han quedado sin empleo con todas las conse-cuencias que ello supone.

El miedo a perder el trabajo para estos co-lectivos se incrementa respecto a los trabaja-dores españoles, dado que existe una mayor probabilidad de quedarse sin empleo por el tipo de puestos que ocupan; además son

conscientes de que perderlo puede significar padecer problemas económicos muy serios. Al no residir en su país de origen, la falta de una red familiar y social que ayude a estas personas hace que tengan un mayor dificul-tad para cubrir los gastos básicos como son la casa, la alimentación, etc.

Es preciso recordar que desde la psicoso-ciología, el apoyo social se convierte en un elemento fundamental como amortiguador del estrés laboral, aumentando la sensación de control de una persona sobre la situación o sobre el medio en general. El colectivo de inmigrantes tiene una mayor dificultad para contar con una red social (familiares, amigos, etc.) que le aporte apoyo emocional, ayuda y asistencia tanto material como inmaterial.

> Por último, destaca un tercer colectivo de tra-bajadores expuesto a los efectos de la crisis, se trata de los trabajadores mayores de 45 años y especialmente aquéllos que se acer-can a la jubilación. La posibilidad de perder el empleo y el anticiparse a las consecuen-cias de dicha pérdida (paro, dificultades para adaptarse al nuevo contexto, disminución de los ingresos, etc.) hace que este colectivo viva esta situación de inseguridad como real-mente amenazante.

¿Cuál es el impacto de la inseguridad en el empleo sobre la empresa?

Como se ha analizado en este artículo, la incertidumbre laboral puede llevar al trabajador a una experiencia de estrés que alterará la ma-nera de sentir, pensar y de comportarse. Eviden-temente, todo ello conllevará efectos directos sobre la productividad, la calidad y el clima social de la empresa u organización. A todo ello hay que añadir algunas decisiones “insalubres” que pueden tomar las empresas frente al entorno de crisis y que no harán más que incrementar el estrés que vive el trabajador.

• Aumento de la carga de trabajo, la de-cisión de reducir costes en la empresa, en muchos casos hace que se tome la decisión de no renovar a los trabajadores con contratos temporales y parar las nuevas contrataciones. Esto hace que los empleados que se quedan en la empresa para poder abordar la falta de

TABLA 1

Colectivos más vulnerables a los efectos de la crisis

Colectivo Características

Trabajadores jóvenes • No han vivido con anterioridad situación de crisis similar• No están acostumbrados a trabajar bajo presión• Máxima importancia a la conciliación entre vida laboral y ocio

Trabajadores inmigrantes • Personas con baja cualificación profesional• Contratación temporal• Reducida red social y familiar

Trabajadores mayores de 45 años • Dificultades para encontrar trabajo en caso de desempleo• Situaciones próximas a la jubilación




personal, tengan que ampliar su carga de tra-bajo alargando la jornada laboral. Los efectos de esta práctica inciden directamente en la fa-tiga y en la pérdida de la conciliación entre la vida laboral y familiar o de ocio, fundamental para reducir y afrontar el estrés.

Estudios recientes de un grupo de científicos australianos han concluido que los empleados que trabajan más de 60 horas semanales son los que tienen mayor riesgo de sufrir trastor-nos mentales causados por el estrés laboral.

> Disminución de la carga de trabajo, por otro lado, algunos trabajadores han visto re-ducida ostensiblemente su carga de trabajo por la menor actividad y consumo general de las empresas y ciudadanos en todos los sectores. No se puede olvidar que la carga demasiado pequeña de trabajo también cau-sa estrés. La falta de estimulación es tan per-judicial como el exceso. El aburrimiento y la monotonía es igualmente nocivo para la salud de los trabajadores, afectando fundamental-mente a la autoestima.

Relacionado con la disminución de la carga de trabajo, tampoco se puede obviar que

hay un importante número de trabajadores que la mayor parte de su sueldo depende de una variable en función de que alcancen unos objetivos de productividad, ventas, etc. El evidente descenso de las ventas en el mercado influye directamente en el nivel de ingresos de final de mes, con los posterio-res efectos sobre las cargas económicas que pueda tener ese trabajador.

> Estilos de liderazgo amenazantes. En ocasiones la Dirección o los mandos de las empresas puede tomar la decisión de utili-zar la inestabilidad del empleo o el despido para que los trabajadores se impliquen más y trabajen más. Esta estrategia conlleva que el trabajador vea las tareas del día a día como especialmente estresantes, provocando esta-dos de ansiedad y miedo crónico.

Otro aspecto relacionado con el temor a per-der el empleo con el que amenazan directivos o responsables, es el caso de los trabajadores que, por miedo a las represalias que se puedan to-mar desde la empresa, deciden acudir a trabajar a pesar de no encontrarse en condiciones físicas o psicológicas para ello. Si bien el absentismo la-boral puede ser perjudicial para la empresa, los

efectos de lo conocido como “presentismo” po-drían llegar a ser incluso peores: se trata de per-sonas que van a trabajar con problemas de salud y que evidentemente no rinden lo esperado o simplemente no cumplen sus funciones porque no están en condiciones para ello.

¿Qué estrategias de intervención para la prevención de riesgos psicosociales pueden realizar las empresas en épocas de crisis?

Lo primero que hay que tener en cuenta, y especialmente en un tema como el de la crisis económica, es que deben existir unas políticas de Seguridad y Salud, y de Recursos Humanos totalmente sincronizadas. Es necesario que tan-to los Servicios de Prevención Propios como los Ajenos participen de forma activa en el área de Recursos Humanos tanto para aportar su visión como para introducir medidas que controlen los factores psicosociales relacionados con el miedo a la pérdida del empleo.

Estas estrategias que proceden desde Recur-sos Humanos o desde la Dirección de la empresa tienen que basarse en las siguientes acciones:

La incertidumbre laboral puede llevar al trabajador a una experiencia de estrés que alterará la manera de sentir, pensar y de comportarse.

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> Plan de comunicación interna. Una comu-nicación clara de la situación y las acciones que se deben tomar ejerce un impacto tran-quilizador. No conviene marcar estrategias a largo plazo, lo eficaz sería transmitir claramen-te lo que se va a hacer a corto plazo, es decir, que las personas tengan claro “lo que se va a hacer mañana”.

En caso de que no quede más remedio que reajustar la plantilla, será necesario informar cuanto antes a los trabajadores de que la Di-rección está estudiando todas las opciones; si finalmente se opta por la de reducir la plan-tilla, esta noticia no supondrá una sorpresa para los trabajadores y la empresa mantendrá su credibilidad.

Posteriormente habrá que informar adecuada-mente a las personas afectadas sobre aspectos económicos (contraprestaciones, indemniza-ciones, etc.) y permitir que el trabajador pueda despedirse de sus compañeros, recoger sus pertenencias y entregar los bienes de empresa como pueden ser el móvil u otros.

Una última recomendación al respecto y te-niendo en cuenta que no se sabe la duración de esta crisis, es que una vez se haya pro-ducido la regulación de plantilla no sería co-rrecto realizar comentarios tranquilizadores a las personas que permanecen en la empresa respecto a su seguridad laboral. Resumiendo, ante el rumor o radio macuto, la Dirección debe creer en la función de la comunicación y tomar un papel activo, llevando la iniciativa para hablar y comunicarse con los emplea-dos con máxima transparencia.

> Mantener la calma. Ante una situación de miedo como la que pueden vivir los trabajado-res, la Dirección debe, sobre todo, mantener la calma y crear un entorno de estabilidad. Los directivos y mandos de la empresa pueden sentir los mismos temores que los trabajado-res de otros niveles y categorías, pero deben mantener la compostura ya que ayudarán a sus equipos mediante su acción a enfrentarse a la incertidumbre y, por tanto, podrán gestio-nar mejor la situación.

> Reforzar la confianza. La confianza en la Dirección en tiempos de incertidumbre co-mo los que estamos viviendo cobra un valor

de vital importancia. Con ella, las personas trabajadoras se encuentran comprometidas y con la seguridad de afrontar los retos veni-deros; si no existe, prevalece el negativismo y las actitudes de defensa. La constancia, la comunicación y la coherencia son la mejor manera de generar confianza.

> Nuevas formas de organización del tra-bajo y contratación. Se pueden plantear a los trabajadores formas para flexibilizar la jor-nada de trabajo. Con estas medidas se pue-den conseguir, por un lado, una mejor conci-liación entre la vida laboral y familiar o de ocio y, por otro, reducir el número de despidos en las empresas con baja actividad productiva o comercial.

Una de las medidas es el trabajo a tiempo parcial, con un acuerdo entre el empleado y la empresa para trabajar y cobrar menos horas que la jornada laboral completa. Otra medida es el trabajo compartido, en el que dos personas que están trabajando en el mismo puesto de trabajo (con funciones y tareas idénticas) a tiempo completo, deciden compartir el puesto a tiempo parcial con la lógica reducción salarial. En esta situación se amortizaría un puesto de trabajo, pero ambos trabajadores podrían ocupar de forma com-partida el puesto, que así se mantiene.

Ante una situación de miedo como la que pueden vivir los trabajadores, la Dirección debe mantener la calma y crear un entorno de estabilidad.

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TABLA 2

Cuestionario del método de evaluación de Factores Psicosociales

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT)

Pregunta 69. ¿Crees que en un futuro próximo puedes perder el empleo en esta empresa o

que tu contrato no será renovado?

• Es probable que siga en esta empresa

• No lo sé

• Es probable que pierda mi empleo

• Es muy probable




> Plan de formación en salud mental. El diseño e implantación de un plan de for-mación dirigido a los trabajadores en temas de salud mental también supone una for-ma de poner en marcha estrategias para la prevención de riesgos psicosociales asociados al miedo a perder el empleo. Técnicas de autocontrol del estrés, control emocional o técnicas de relajación permitirán mejorar los estados mentales provocados por la incerti-dumbre y que afectan al organismo, benefi-ciando a todos los empleados, especialmente a los más vulnerables, del estrés, la ansiedad u otras alteraciones mentales.

> Evaluación de riesgos psicosociales. Se debe mantener actualizada la evaluación psicosocial en las empresas y organizaciones para conocer el nivel de estrés que padecen los trabajadores. Especialmente se identifi-carán y medirán todas aquellas condiciones de organización del trabajo relacionadas con la percepción de estabilidad en el empleo que pueden representar un riesgo para la salud y el bienestar de las personas traba-jadoras y la consiguiente acción preventiva. Como ejemplo, se puede analizar la pregun-ta número 69 del cuestionario de Factores Psicosociales del INSHT (Tabla 2). Esta pre-gunta corresponde al factor de Interés por el trabajador y al subfactor estabilidad en el empleo; puede dar una información muy interesante de cómo se está viviendo la in-seguridad en el puesto de trabajo en una organización concreta.

¿Qué conclusiones se pueden sacar?

Las consecuencias negativas de la inseguri-dad laboral no alcanzan sólo a las personas tra-bajadoras, sino también a la organización y a su clima laboral, a la cantidad y calidad del trabajo y la sociedad en su conjunto. Desde la prevención de riesgos laborales y, concretamente, desde la Psicosociología, se debe estar atentos a esta situa-ción; teniendo en cuenta la naturaleza y el tama-ño de la organización, se desarrollarán programas de intervención para la mejora de la salud mental de las personas trabajadoras.

Actitudes como no prestar ninguna atención al problema o utilizar la situación coyuntural actual como medio para que los trabajadores produzcan

más y no creen conflictividad laboral son estrate-gias que únicamente llevan a la generación de una organización y unos trabajadores enfermos.

Por todo ello, cada empresa debería desa-rrollar una política específica para abordar los problemas psicosociales provocados por la crisis. Esta política debería tener como objetivo lograr un ambiente laboral dirigido a la prevención de estados de tensión provocados por la incerti-dumbre laboral.

Las áreas en que se podrían trabajar estas po-líticas anticrisis serían las siguientes.

> Aumentar la concienciación de cada uno de los miembros de la empresa en la importancia que tiene la identificación y el apoyo de los compañeros que por su situación o condición son especialmente vulnerables a sufrir estrés laboral asociado al miedo a perder el empleo.

> Establecer una comunicación transparente, en ambos sentidos, entre la Dirección y los co-lectivos especialmente vulnerables (jóvenes, inmigrantes, etc.)

> Analizar la organización de la empresa en cuanto a sus estilos de liderazgo, sobrecarga o infracarga de trabajo, comunicación, etc. y sus efectos sobre la salud mental de los traba-jadores. Un adecuado análisis de la organiza-ción del trabajo mejorará la satisfacción de los empleados y los resultados de la empresa.

> Los Servicios de Prevención, ya sean propios o ajenos, deberán estar íntimamente involucra-dos con la Gerencia de las empresas y organi-zaciones en el análisis y puesta en marcha de acciones dirigidas a la prevención de riesgos psicosociales. Especial relevancia tendrá el servicio de Vigilancia de la Salud en la identifi-cación, apoyo y tratamiento de los empleados especialmente afectados por la situación.

Por último señalar que no todas las personas trabajadoras son susceptibles de padecer estrés provocado por el miedo a perder el trabajo. Aque-llos individuos que sean capaces de mantener una actitud abierta y positiva ante la coyuntura econó-mica y laboral, así como ejercer un autocontrol emocional serán quienes podrán salir indemnes de esta patología e incluso ver ante la amenaza una oportunidad.

Cada empresa debería

desarrollar una política específica

para abordar los problemas psicosociales

provocados por la crisis


psicosociología coyuntura actual

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