Denominamos “Síndrome del prínci-pe azul” a la esperanza de algunas mujeres en encontrar como pareja al hombre ideal, una especie de príncipe azul de carne y hueso que les harán completamente felices para siempre. La denominación de

príncipe azul proviene de los cuentos de hadas, en los que el príncipe representa el ideal masculino. Aun-

que se denomine síndrome, no es un trastorno clínico como tal, más bien es una manera idealizada y distor-sionada de ver la vida y las relaciones sentimentales.

Algunos psicólogos señalan que estas expectativas poco realistas sobre la búsqueda de la pareja ideal se dan en un gran número de mujeres y que en ciertas sociedades llegan a ser mayoritarias. Se exigen co-sas que sólo pueden cumplir personajes novelescos y cuando pasa la ensoñación de la primera etapa de una relación se produce un sentimiento de decepción que hace que a menudo la relación acabe rompiéndo-

Esperando al príncipe azul

psicología

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TRINIDAD APARICIO PÉREZ Psicóloga. Especialista en infancia y adolescencia.

La mayoría de nosotros conocemos el caso de mujeres que no han podido llegar a cuajar ninguna relación porque depositan demasiadas ilusiones y expectativas en esas relaciones, buscan un hombre cuasi perfecto, un príncipe azul que les rescate de su soledad y monotonía y llene totalmente sus vidas. Pero el tiempo pasa y ese hombre nunca llega.

se. Esto puede llegar a ser muy problemático porque impide a las mujeres llegar a tener una relación sentimental real-mente satisfactoria. ¿Por qué se produce y cómo se comportan estas mujeres? Este síndrome tiene sus raíces en la idealización del amor de nuestra cultura y en el papel más pasivo que la tradición ha otorgado a la mujer, que en los cuentos de hadas viene reflejado en la relación con el personaje del príncipe azul, que es visto por la princesa como un héroe que la salva de una vida triste (la Cenicienta) o la rescata de un sueño eterno (Blancanieves o la Bella Durmiente). Aunque también suce-den casos similares en los hombres (con la denominación de síndrome de la princesa rosa), es mucho más frecuente en las mujeres, debido al papel más pasivo y dependiente que la tradición a otorgado a las mujeres en nuestra sociedad.Hay dos clases de comportamiento característicos en aque-llas mujeres que sufren este síndrome:

•Por un lado están aquellas que empiezan muchas relacio-nes sentimentales, pero que las descartan continuamente, porque ningún hombre cumple sus expectativas. Buscan un hombre atento, apuesto, caballeroso y perfecto, como un personaje de cuento de hadas. Pero conforme la rela-ción avanza empiezan a encontrarle defectos y su ilusión comienza a venirse abajo.

•Por otro lado tenemos a otro tipo de mujer más pasiva, que espera que un día aparezca como por arte de magia ese príncipe azul que le rescate de su soledad, pero que son reacias a emprender cualquier relación ya que nunca creen que sea el hombre adecuado.

¿Qué síntomas muestran estas mujeres? Podemos establecer una serie de indicadores que nos muestran que podemos estar ante mujeres con tendencia a tener este síndrome:•Sienten una gran decepción cuando advierten cualquier

defecto en la persona que tienen actualmente como pareja, por banal que sea dicho defecto.

•Analiza lo que hace su pareja y se muestra muy exigente, se enfada con él por no ser como ella esperaba.

•No son capaces de mantener una relación durante mucho tiempo.

•Se encuentran muy solas y sienten cierta amargura y re-sentimiento hacia la mayoría de los hombres.

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Se trata de una manera idealizada y distorsionada de ver la vida y las relaciones sentimentales

¿Se puede encontrar al príncipe azul?

Ante esta pregunta, podríamos responder que todo de-pende de las exigencias que le pidamos a dicho prínci-pe azul. Si nos sentimos atraídas por nuestra pareja, nos gusta su manera de ser, nos agrada estar a su lado y le extrañamos cuando no está, podemos concluir que he-mos encontrado a nuestro príncipe azul.

Sin embargo, si lo que queremos es encontrar a un hom-bre perfecto, que no tenga defectos, obviamente nunca lo conseguiremos, simplemente, porque dicho hombre no existe.Esto no quiere decir que tengamos que conformarnos con cualquier cosa, es normal que una mujer busque un hombre que cumpla sus expectativas y con el que consi-ga ser feliz, pero teniendo en cuenta que en una relación hay buenos y malos momentos y que todo el mundo tiene sus defectos.

Una de las mejores terapias en este sentido es ponernos en la situación del otro y pensar que si éste tuviese la mis-ma actitud, también empezaría a encontrar defectos en nosotras y a perder la ilusión por la relación.

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